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Pedir la inclusión de las personas con autismo implica asumir que están excluidas

Por: Daniel Comin

Incluso en los textos legales se habla de la inclusión educativa, por tanto, si hablamos de incluir, implica que hay personas excluidas. Esto es una obviedad, por tanto asumamos que hay personas excluidas de forma social, legal y oficial.

¿No me creen? El artículo 56 del Código Civil español establece que: “quienes deseen contraer matrimonio acreditarán previamente, en expediente tramitado conforme a la legislación del Registro Civil, que reúnen los requisitos de capacidad establecidos en este Código. Si alguno de los contrayentes estuviere afectado por deficiencias o anomalías psíquicas, se exigirá dictamen médico sobre su aptitud para prestar el consentimiento”. Es decir, que hasta para casarse deberán demostrar su idoneidad, además de excluirlos, limitamos su libertad, dando por sentado que no pueden tomar decisiones que afecten a su vida sin la intervención y aprobación de un tercero. Osea, son «minusválidos».

Pero no es solo el propio Código Civil, es un extenso conjunto de normativas, reglamentos y disposiciones varias que deciden que la exclusión y diferenciación han de perpetuarse. De esta forma, el diferente vive a expensas de las decisiones de otros, quienes le otorgan su capacidad de relación con sus iguales; bueno, iguales, lo que se dice iguales no, ya que les hemos robado la igualdad, si acaso “parecidos”.

Este aspecto relacionado con la exclusión y segregación de las personas con diversidad funcional (esto no solo afecta a quienes tiene autismo) es visible de forma descarada en el proceso sanitario y educativo, pero realmente se extiende a toda la vida de la persona, tal y como vimos en el artículo 56.

En los aspectos sanitarios vemos cosas curiosas, por ejemplo, si una persona requiere de un tratamiento de diálisis, será el facultativo quien determine cuantas sesiones de diálisis recibirá el paciente, si 3 por semana o 3 por mes. En función del criterio del profesional acreditado se harán más o menos intervenciones. Si alguien debe recibir cualquier tipo de tratamiento médico o rehabilitador, será por tanto el facultativo o profesional quien decida la cantidad y frecuencia de las intervenciones. Pero si tienes autismo no, eso lo decide un reglamento o normativa. Las personas con autismo pueden ser divididas, sumadas, restadas, …, es un reglamento el que decide (indistintamente de su idoneidad) que un niño con autismo debe recibir dos sesiones semanales de 45 minutos de atención temprana. Si realmente necesita 11 horas semanales o 1 da igual, aquí el criterio profesional no sirve de nada, los profesionales del autismo no pintan nada, son considerados por el sistema público unos pringados obedientes.

Es decir, que una atención de terapia ocupacional, integración sensorial, logopedia, psicología (todo esto pertenece al ámbito sanitario), pues la decide un reglamento que alguien decidió en un momento determinado con ningún criterio técnico. Es una violación del derecho a la salud, es una intrusión profesional, ya que un reglamento escrito por un burócrata decide cómo se ha de realizar una atención sanitaria. Bien, nadie dice nada, los profesionales de la atención temprana es obvio que son una especie de Don Nadie, que ni pinchan, ni cortan, ni nada de nada. Y por extensión, las familias de esos niños tampoco ¡Y mucho ojo al que abra la boca!

Y si nos vamos al ámbito educativo, pues lo mismo. Un reglamento, o disposición, o ley, o lo que sea, decide cómo, cuándo, cuánto, dónde y quién dará la atención educativa del niño con autismo. Todo muy normal, igual que en el aspecto sanitario. Claro que aquí, además, haremos todo lo posible para generar todo tipo de trabas, problemas, levantamiento de muros, acoso y derribo a las familias díscolas, amenazas a los profesionales de la educación que tienen claro los derechos de sus alumnos, etc, etc, etc. Así pues, repetimos: Es obvio que son una especie de Don Nadie, que ni pinchan, ni cortan, ni nada de nada. Y por extensión, las familias de esos niños tampoco ¡Y mucho ojo al que abra la boca!

La EXCLUSIÓN social y vital de las personas con autismo es REAL, sus vidas están reguladas, sus derechos se limitan en base a leyes, reglamentos y otros malos propósitos. No son ciudadanos de pleno derecho, no son libres, hasta para casarse necesitan que les demos permiso, aunque para esterilizarlos nadie necesite su opinión. Son MinusVálidos para el sistema.

Fuente: https://autismodiario.org/2016/12/16/pedir-la-inclusion-las-personas-autismo-implica-asumir-estan-excluidas/

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El Síndrome de Asperger en la edad adulta

Por: Daniel Comin

Generalmente cuando nos referimos a personas con asperger hablamos de niños, pero no podemos olvidar que estos niños crecen y se convierten en adultos. Y todos esos adultos con Síndrome de Asperger están ahí, viven entre nosotros. En muchas ocasiones pasan desapercibidos, pero están ahí. Pueden ser nuestra vecina o vecino, nuestra compañera o compañero de trabajo. Están ahí.

Y en muchos casos han conseguido, a pesar de todo, tener vidas plenas, éxito en sus carreras profesionales, tienen familia,…, pero muchos de ellos siguen teniendo problemas debidos a la incomprensión, a la falta de apoyos, a la segregación silenciosa a la que se ven sometidos. Y al igual que sucede con los niños, se han convertido en una especie de superagentes, que viven infiltrados entre nosotros. Cuando en realidad, deberían ser uno más, deberían tener la capacidad de estar plenamente incluidos en la sociedad.

Las personas con asperger también sufren de acoso, en este caso en sus trabajos, o incluso en las universidades donde estudian. También tienen muchos problemas para mantener sus empleos, sufren muchos problemas de depresión, ansiedad,…, en suma, tristeza e incomprensión provocada por el rechazo.

 En muchas ocasiones las expectativas vitales de la persona con asperger cambian de forma súbita, en muchas ocasiones para peor. Tienen una discapacidad social impuesta. Tanto hombres como mujeres, quienes en muchos casos han descubierto su especial condición de forma muy tardía, y saberlo en muchos casos supuso una liberación, una respuesta al por qué de sus diferencias. Y descubren que son una especie de James Bond infiltrado en un país extranjero, donde deben descubrir un millón de pautas diferenciadoras que les permita poder vivir pasando desapercibidos. Porque en esta sociedad actual, lo diferente da miedo. Y nuestros agentes 007 deben vivir intentando mezclarse en la sociedad, intentando no llamar la atención. Intentando en muchos casos sobrevivir.

Porque ser un agente infiltrado no es divertido, porque intentar aparentar lo que no se es no es divertido. Y en ese proceso de camuflaje social, todos perdemos, porque las personas con asperger tienen mucho que aportar, mucho que decir, mucho que enseñarnos a todos.

Si usted tiene una vecina o vecino, una compañera de trabajo o compañero, si conoce a alguien que tienes Síndrome de Asperger, no lo trate como a un bicho raro, no piense que por defecto es un físico teórico como Sheldon Cooper, porque las personas con asperger no son tan distintas, pero tenga por seguro que sí son enriquecedoras.

Vivir en sociedad implica cierta armonía, implica tolerancia, respeto,…, pero también implica entender que en la sociedad caben TODOS, no hagamos exclusiones, no creemos clases sociales. Si somos capaces de entender a una persona con asperger, si hacemos ese pequeño esfuerzo, descubriremos en estas personas valores que quizá nosotros “los normales” hemos perdido. Descubriremos la sinceridad, la honestidad, el esfuerzo, …, descubriremos que su empatía es mayor de la que pensábamos, descubriremos que la diversidad enriquece.

Las personas con asperger se escapan de la mediocridad social, no están tan influenciadas por los clichés sociales, pero tampoco son superagentes secretos, son sencillamente personas con derechos, personas que pueden aportar mucho a nuestra sociedad. Conocer el Síndrome de Asperger es el primer paso ¿Te animas a darlo?.

Fuente: https://autismodiario.org/2015/02/18/el-sindrome-de-asperger-en-la-edad-adulta/


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El mayor especialista en un niño con autismo es …

Por: Daniel Comin

El propio niño con autismo. Supongo que todo el mundo esperaba aquello de que “Quien más sabe sobre un niño con autismo son mamá y papá”, aunque esto no siempre es verdad. Y me voy a atrever a meterme en tremendo zarzal para explicarlo.

Empezaré por un ejemplo: Mamá que te cuenta los tremendos problemas conductuales que tiene su hijo, siendo estos puramente conductuales, y no fruto de otras cuestiones. Niño que cada vez que va a algún lugar monta tremendos berrinches, que tiene conductas muy disruptivas, que no para de interferir en los demás, que realmente genera situaciones complejas y nada agradables.

Llegas a la cita y te pones en situación, y empiezas a manejar al niño a tu antojo. El niño se sienta, se está quieto, solo te hace un cuerpo a tierra y a partir de ahí deja de hacerlo, etc. En menos de una hora el niño está tranquilo, comportándose como debería un niño de su edad.

Mientras, la mamá te mira con cara de incredulidad y los ojos a punto de salirse de sus órbitas. Y empiezan con el ¡Cómo lo hiciste! Y otro tipo de expresiones relacionadas con la estupefacción de la madre que acaba de ver como su niño ha cambiado de forma radical en apenas un rato.

Ejemplos de este tipo tengo bastantes. Bien, ¿significa esto que la mamá o el papá son unos inútiles que en realidad no saben criar a un hijo y que un servidor se unta las manos en algún tipo de droga que se apodera de la voluntad de los niños? Pues no. Ni mamá y papá son unos inútiles, ni un servidor tiene un poder oculto de control mental. Se llama técnica.

Porque una vez transfieres esas técnicas básicas a la familia el niño deja de tener ese tipo de comportamientos. Por tanto, lo que necesitaba la familia era formación y no compasión.

Muchas veces veo como la familia refuerza, sin darse cuenta, conductas indeseables, y curiosamente son los propios padres los que inconscientemente fomentan conductas que luego son no deseadas.

Educar a un hijo es, en sí, algo complicado. Pero si este niño tiene autismo, la complicación es de nivel 10 sobre 10. Y como no nacemos enseñados, pues muchas veces las cosas no salen como esperábamos.

Otro de los aspectos muy habituales es que el niño hace lo que le da la real gana, y lo hace porque tiene autismo. Y el autismo es la excusa perfecta para todo. Y esto pasa porque olvidamos que el niño con autismo es un NIÑO, y va a tener conductas de niño, y deberemos aplicar las mismas técnicas que con cualquier niño, solo que en muchos casos deberemos realizar la adaptación necesaria para que el niño la entienda bien.

Veo con frecuencia el uso de NO, NO Y MIL VECES NO, como forma de control conductual. Veo con mucha frecuencia el uso del CASTIGO, pues si no haces esto no te doy la Tablet. Veo con mucha frecuencia que la familia no tiene ni idea de qué narices es un apoyo visual, o peor aún, que los que los usan lo hacen mal.

Luego tenemos el club de los amigos del sermón. Que para decir al niño algo simple, y que se resume en una frase simple y corta como: “Ana, ponte el pijama”. Le sueltan tremenda perorata de dimensiones Castristas. Sermones inacabables que el niño ni entiende ni es capaz de procesar. Una vez a una mamá le dije: grábate y luego te pones el vídeo de ti misma y mira a ver si descubres qué estás haciendo mal. Su respuesta fue muy divertida ¡Dios mío, parezco mi madre, tremendo discurso le solté al pobre niño para decirle que se pusiera las zapatillas!

Y es que muchas veces no somos realmente conscientes de la cantidad de cosas que hacemos mal como padres, y luego nos molesta que alguien nos recrimine que somos parte del problema y no parte de la solución.

Para grabarse hay una forma fácil y económica. Pueden usar los soportes para teléfono que se compran para el automóvil, esos que llevan una ventosa y un flexo. Pues lo pegan a un mueble, ponen su teléfono, activan la cámara (seleccionen el modo grabación de baja calidad por si acaso se les llena la memoria), y empiecen a realizar las tareas con su hija o hijo. Luego lo ven, y se van a sacar mil y una pegas, descubrirán la cantidad de cosas que somos capaces de hacer mal en media hora. Y de esa forma, simple y económica, pueden ir mejorando día a día.

Luego está el consejo profesional, que claro, la mejor forma de recibir el mismo es en contextos naturales. La conducta de un niño no va a ser la misma en un gabinete cerrado que en un supermercado (por ejemplo). Al niño hay que verlo en situaciones cotidianas para que, junto con mamá y papá, la o el profesional pueda ver qué cosas mejorar en nuestra manera de comportarnos con el niño. Y no se sientan juzgados, porque no les están juzgando, les están transfiriendo conocimiento y mejorando su capacidad de afrontamiento.

Y recuerden, todos los niños con autismo, asisten a un curso secreto que le dan unos duendes mientras nosotros dormimos, de modificación de conducta de mamás y papás. 😉

Bien, todo esto para explicar que muchas veces las familias no son especialistas en el niño, sino quienes más conocen su comportamiento, que no es lo mismo. Si somos expertos en un niño, se supone que somos capaces de contender adecuadamente en todas las situaciones. Y esto no suele darse. De hecho, solo hay que poner un titular que diga algo así como “Resolviendo las malas conductas de un niño con autismo en 2 horas” y sería todo un hit, compartido a mansalva en redes sociales y con millones de lecturas.

Y con todo esto quiero significar la importancia que tiene que la familia sepa afrontar las conductas inexplicables y tremebundas de muchos niños, que a medida que dejan de ser niños, la cosa se va complicando más y más. O incluso, llegan a la adolescencia y los cambios que el niño presenta son algo que supera a la capacidad familiar. Y todo esto pasa porque NADIE se tomó el tiempo de enseñar a las familias cómo actuar, como entender las conductas, como detectar el origen de la misma, etcétera, etcétera.

Si usted tiene un hijo con autismo, y forma parte de una asociación de familia, y tiene este tipo de problemas de gestión con su hijo, organice junto con su asociación programas de formación para familias. Que les expliquen las técnicas básicas (que son un montón, por cierto), aprendan a usar adecuadamente los apoyos visuales (que casi nadie sabe), aprendan a detectar las causas, sean proactivos, aprendan las técnicas de comunicación, la formación les empodera. Esto mejorará la calidad de vida de todos.

Y no se justifiquen con lo de siempre:

  • Es que en mi localidad no hay profesionales cualificados -> Pues lo trae de otra parte, mucha gente lo hace.
  • Es que en mi país nadie sabe de autismo -> Ya me parece difícil, pero incluso si fuera verdad, lo trae del país de al lado, haber hay.
  • Es que el costo es altísimo -> Mucha gente lo haría gratis, y si no es así, entre muchos no sale tan caro, junten 20 familias y pongan 50€ cada una, ya les da para pagar a un profesional para que los forme. Evalúe que es más caro en su vida, si 50 euros (que a lo mejor tiene que vender la TV para conseguirlos) o que siga persistiendo una situación mala (Que a lo mejor hace que la TV se rompa por el lanzamiento de una silla). Decida por tanto cual son sus prioridades.
  • Es que las familias no nos ponemos de acuerdo -> Pues decidan cual son sus prioridades, si discutir entre ustedes, o ayudar a sus hijos y mejorar la calidad de vida de todos. Luego nos quejamos de que el niño con autismo tiene problemas de comunicación, ¡normal!
  • Es que no tengo con quién dejar al niño mientras me formo -> Pues busque a alguien, sea una persona creativa. Y si no, para eso están las asociaciones, que nos ayudan en este tipo de cosas.
  • Es que en mi localidad no hay ninguna asociación de familia -> Pues o crea una, o lo hace con la de la localidad más cercana que sí la tenga, y si no hay ninguna, pues busque a 20 familias y se organizan entre ustedes.

No sigan auto-justificándose, no les es útil para nada, si tienen un problema busquen soluciones posibles. No dejen que el mayor especialista en su hijo sea su propio hijo. No sean parte del problema, sean parte de la solución, de esta forma sí podrán decir con rotundidad y orgullo que son los mayores especialistas en sus hijos

Fuente: https://autismodiario.org/2016/11/03/el-mayor-especialista-en-un-nino-con-autismo-es/

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Autismo, integración sensorial e investigación

La Terapia Ocupacional, y más en concreto la Integración Sensorial, se está convirtiendo en una de las herramientas básicas en la intervención del autismo. Y aunque este tipo de intervención se inició en los años 70 del siglo pasado, aun sigue siendo muy desconocida y poco usada en la intervención en los Trastornos del Espectro del Autismo.

Hay una idea extendida en determinados ámbitos de que en la integración sensorial no posee evidencia, y que por eso no se recomienda. Esto no es cierto, sabemos que la evidencia es importante, tanto a nivel de qué factores físicos y/o biológicos están implicados en los desordenes sensoriales en el autismo, cómo en las metodologías de trabajo.

Para ver cuan ciertas eran estas afirmaciones, se ha realizado una búsqueda cuantitativa (no cualitativa) sobre las publicaciones relativas a integración sensorial, integración sensorial y autismo, terapia ocupacional y autismo, análisis aplicado de conducta (ABA) y autismo, y finalmente sensoriomotor y autismo.

No obstante, cantidad no tiene que equivaler a calidad, puedes tener 400 estudios publicados y ser todos malos, o tener 3 y ser excelentes. Pero la cantidad revela interés. Una búsqueda en Pubmed sobre el término autismo a 5 años nos arroja un total de 16.123 estudios. Solo en el año 2015 se publicaron 4.281 estudios, y en lo que llevamos de 2016 hay ya 3.110 referencias, una cifra bien alta.

Esto no es un estudio de revisión, sino un simple análisis de volumen de investigación. Muchas de las investigaciones referidas pueden aparecer en varias categorías. Se incluyó también la búsqueda de los aspectos sensoriomotrices ya que es otro aspecto que adquiere relevancia y está íntimamente ligado a los aspectos sensoriales.

2016
(Hasta agosto)
2015 2014 2013 2012 2011 2010 TOTALES
TOTAL POR AÑO 166 271 265 186 160 131 119
Integración Sensorial 68 96 114 73 69 59 58 537
Integración Sensorial y Autismo 8 18 10 4 7 5 5 57
Terapia Ocupacional y Autismo 47 85 70 47 47 32 17 345
ABA y Autismo 19 36 41 30 20 20 20 186
Sensoriomotor y Autismo 24 36 30 32 17 15 19 173

Como vemos, el volumen de investigación es alto. Y también se aprecia como cada año el número de estudios crece. Y también vemos como hay una tendencia a trabajar de forma extensa los aspectos relacionados con los desordenes sensoriales y motrices en el autismo.

Hay un aspecto a considerar que es importante en los programas de investigación e integración sensorial. La dificultad que metodologicamente tienen. Así como el trabajo con grupos de control, y las herramientas de medición de resultados. Evitar subjetivizar los resultados es algo fundamental. De hecho, a medida que el tiempo pasa y el volumen de estudios aumenta, observamos como las metodologías mejoran. Pero aún tenemos un largo camino por delante.

Un estudio de 2014 proporciona una fuerte evidencia sobre este aspecto, y nos muestra la evolución medible de los niños que son tratados con integración sensorial, de hecho, los niños que recibieron esta intervención mejoraron más que los niños del grupo de control intervenidos con metodología ABA. Otro estudio nos habla sobre los aspectos sensoriomotrices y ambientales y como las mejoras en los niños son significativas. U otro estudio, también reciente, que nos habla de la relación entre la gravedad de los síntomas del autismo y las alteraciones sensoriales. O esta investigación 4 que nos habla de la relación entre la alteración en el procesamiento auditivo y táctil y una alteración en la materia blanca del cerebro.

En resumen, un cuerpo de evidencia que no para de crecer, nuevas formas de trabajar, y sobre todo, un mayor avance en los niños con autismo, que es en suma, el objetivo. Este cambio de paradigma está permitiendo fusionar diferentes metodologías de forma que estamos consiguiendo que los avances y aprendizajes de los niños sean más rápidos, de mejor calidad, y sobre todo, sostenibles.

Tomado de: https://autismodiario.org/2016/08/26/autismo-integracion-sensorial-e-investigacion/

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La ONU le explica a los gobiernos qué es la Educación Inclusiva

Por: Daniel Comin

El día 2 de septiembre, el Comité sobre los derechos de las personas con discapacidad, publicó un documento aclaratorio sobre la educación inclusiva. Dado que el documento estaba en inglés, y ya sabemos que esto de los idiomas es todo un problema para algunos (al parecer no acudieron a los colegios bilingües de la Comunidad de Madrid), el día 13 de septiembre, Miguel Ángel Verdugo Alonso y Antonio Manuel Amor González (INICO, Universidad de Salamanca), publicaron al traducción al español.

Pero por si esto fuera poco, el INICO publicó el día 14 una nota de prensa explicando la situación de España en referencia a la citada comunicación de Naciones Unidas. La citada nota, que reproducimos a continuación, incide en los aspectos más relevantes de los errores más graves de la estructura educativa española.

Pero uno de los aspectos básicos que complica (y no solo en España) la aplicación de la educación inclusiva, es el modelo educativo. Un modelo que realmente no se adecua a las necesidades del alumno, al principio educativa. El modelo educativo se ajusta a necesidades económicas y políticas, motivo por el cual, aunque tus docentes sean extraordinarios, el sistema se empeñará en convertirlos en incapaces.

Esta es la realidad de maestros capaces luchando con leyes incapaces, y nos lleva a la paradoja de que tenemos leyes capaces gestionadas por gobernantes incapaces. Posiblemente esos gobernantes incapaces son fruto de una mala educación, esto es la pescadilla que se muerde la cola, un círculo vicioso. Que hace menos de una hora de escribir esto, una maestra me dijera, hay que cambiar el modelo educativo, deja claro que nada mejor para frustrar a docente capaz, que éste sea gestionado por una serie de tipos incapaces.

Miguel Ángel Verdugo Alonso - Director del INICO

Miguel Ángel Verdugo Alonso – Director del INICO

INICO – La Convención de la Organización de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (ONU, 2006) supuso el primer tratado de derecho internacional negociado y firmado en el siglo XXI, suscrito por España en el año 2008. El artículo nº 24 de la Convención señala que los Estados Partes deberán garantizar un sistema de educación inclusivo en todos los niveles en el que tengan cabida los estudiantes con discapacidad, en igualdad de condiciones que los demás, sin importar su condición. La Convención obliga a aquellos países que la hayan firmado a poner en marcha los mecanismos oportunos para hacer efectivos los derechos que en ella se recogen.

En cuanto al derecho a la educación inclusiva, recientemente, la ONU ha publicado el documento “Comentario General Nº4 sobre la Convención” (en adelante, CG4; ver Anexo) en el que detallan explícitamente las diferentes implicaciones, que para los Estados Partes, supone el artículo nº24 de la Convención. Así, los Estados Partes deben procurar una transformación de la política pública para hacer este derecho a la educación inclusiva efectivo. Dicha transformación exige el diseño e implementación de políticas públicas educativas basadas en indicadores que garanticen el acceso, permanencia y promoción, dentro de un sistema educativo inclusivo y en todas las etapas, al alumnado con cualquier discapacidad, en igualdad de condiciones que sus pares sin discapacidad.

Operativamente, esto implica el desarrollo de política estatal y regional, con capacidad de impacto inmediato en la cultura organizativa de las entidades educativas que garanticen este derecho y en las prácticas profesionales. No obstante, los Estados Parte se enfrentan a barreras para hacer efectivo este derecho.

En concreto, estos Estados deben situar la educación de los estudiantes con discapacidad bajo el amparo de los Ministerios de Educación y garantizar coordinación interministerial y con otras comisiones responsables de la inclusión educativa (párrafos 58 y 59 del CG4). Además, es necesario garantizar que el desarrollo de esta política pública vaya en consonancia de los modelos de derechos humanos de la discapacidad (párrafo 60), para fomentar actitudes positivas y reducir la exclusión.

La tradición legislativa en materia educativa en España, hace que estos desafíos sean mayores, pues la tendencia de cambio, atravesando por diferentes Leyes Estatales de Educación, con las concreciones regionales, en lo que va de milenio, ha procurado estancamiento en los desarrollos legislativos para garantizar el derecho a la educación inclusiva. Por aportar algunos datos, en nuestro estado, tan sólo 6 CCAA elaboran normativa reciente que dé continuidad a los diferentes procesos implicados en la detección y provisión de atención al alumnado con discapacidad; 4 CCAA aluden a la Convención (0% al derecho a la educación inclusiva); y solo 2 CCAA incluyen indicadores para la atención a la diversidad, de las cuales sólo 1 articula un protocolo.

Por otra parte, en el caso español, la legislación tiene desarrollos desiguales y existe diferente nivel de formación para garantizar apoyos y ajustes, dependiendo de la discapacidad de origen del alumnado. Así, el CG4 reconoce como uno de los colectivos de mayor riesgo de exclusión educativa y social al alumnado con discapacidad intelectual y, en nuestro país, tan solo existe un Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica Específico en esta condición, poco más del 50% de las CCAA utilizan el término apropiado para referirse a este alumnado y solamente 4 regiones conceden importancia a la conducta adaptativa.

En cuanto a la determinación y provisión de apoyos y ajustes, la legislación española es difusa, generalista y no proporciona indicadores de coordinación entre las diferentes consejerías y miembros de la comunidad educativa para ello. Igualmente, los desarrollos legislativos no recogen las competencias actitudinales, conceptuales y procedimentales que han de tener los diferentes actores de la comunidad educativa y, en especial, los docentes y demás personal que trabaje en los centros educativos, para hacer efectivo el derecho a la educación. Así, en lo que va de año, sólo se ha publicado un estudio con prácticas basadas en la evidencia para promover la inclusión de estudiantes con discapacidad en entornos inclusivos.

Además, en nuestro país, también hay carencia de legislación que regule la aplicación el principio del Diseño Universal y del Diseño Universal para el Aprendizaje, en todas las etapas educativas, proveyendo de estrategias y adaptaciones concretas para cada tipo de discapacidad. Por último, es manifiesta también la carencia de legislación que concrete la transferencia progresiva de recursos desde los centros de educación especial a centros ordinarios para promover la inclusión, así como la elaboración de política educativa que cree indicadores para evaluar el proceso de educación inclusiva.

Vistas las implicaciones que tiene el CG4 para la política educativa de los Estados Miembros y reconocido el anquilosamiento de nuestra política educativa, a continuación se recogen brevemente diferentes necesidades de desarrollo de política educativa que urge en nuestro país, para garantizar y hacer efectivo este derecho. Se proporcionan referencias al CG4.

Las administraciones educativas, en el nivel estatal y regional de los Estados Partes, han de desarrollar políticas precisas que brinden indicadores y guías a los diferentes actores del mundo educativo en la consecución de la inclusión. Estas políticas han de regular precisamente y garantizar:

a) La participación e implicación de toda la comunidad educativa en los procesos de atención temprana y detección precoz de las necesidades de este alumnado. De acorde a los párrafos: 53, 61(j) y 65.

b) La implicación de la comunidad educativa en los procesos de evaluación y determinación de las necesidades de apoyo de cualquier tipo del alumnado, así como en la provisión de apoyos individualizados (e.g., planes educativos individualizados) y ajustes razonables que el alumnado con discapacidad requiera (e.g., dispositivos de salida de voz, aumento de tamaño del texto impreso, etc.) en todos los niveles del sistema educativo. En línea con los párrafos: 12(c), 17, 27, 32, 48, 54 y 60.

c) El desarrollo de actitudes positivas hacia la diversidad por parte de la comunidad educativa y del personal de los centros educativos. Según artículo 46.

d) La formación inicial y permanente en competencias de los docentes para garantizar la educación inclusiva de su alumnado, así como la formación en el modelo de derechos de discapacidad. Sostenido en los párrafos: 31, 35 y 69.

e) El diseño de entornos educativos accesibles según los principios del Diseño Universal y del Diseño Universal para el Aprendizaje. Conforme los párrafos: 21, 22, 23 y 25.

f) La coordinación intersectorial para garantizar la inclusión del alumnado con discapacidad en los diferentes niveles del sistema educativo. Tal y como se recoge en el párrafo 52.

g) La participación de la comunidad educativa y la participación del alumnado con discapacidad en sus comunidades de referencia. Párrafos: 18, 26, 42 y 50.

h) La transferencia progresiva de recursos desde los entornos segregados y de educación especial hacia los entornos inclusivos. En los párrafos 29 y 68.

i) La elaboración de indicadores estructurales, de progreso y de resultados que permitan valorar el proceso de educación inclusiva, desde un enfoque comprehensivo e inclusivo, implicando a las personas con discapacidad y sus comunidades. Según se recoge en los párrafos 73 y 12(1)).

Sólo se hará efectivo este derecho si la política pública estatal que se centre en los aspectos anteriores tiene sus concreciones en las políticas regionales, en los documentos de los centros que hagan efectiva el derecho y se alinean con las prácticas profesionales para promover una inclusión de todos, con todos y para todos. Igualmente, estas políticas, deberán ir acompañadas de calendarios sobre su implementación en los diferentes niveles, así como de periodos de tiempo para derogar cuantas disposiciones no cumplan con lo expuesto en el artículo nº 24 de la Convención.

Tomado de: https://autismodiario.org/2016/09/17/la-onu-le-explica-los-gobiernos-la-educacion-inclusiva/

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¡Por favor, no me digan que soy normal!

Por: Daniel Comin

Una de las más extendidas propuestas en la intervención en el autismo es normalizar, es como un dogma que nadie se cuestiona. Hay que generar entornos normalizados para que la vida de la persona con autismo se normalice bajo una norma, todo muy normal. Muy normado.

Claro que si luego le preguntas a la gente ¡qué diantres es eso de la normalidad!, tienes tantas respuestas como personas. Es decir, que en realidad no tenemos ni idea de qué narices hablamos, pero pretendemos que un grupo de personas se adapte a esa presunta normalidad. Muy normal todo ¿no creen?

Porque en realidad normalizar implica incrustar a la persona en una norma, te guste o no esa norma, y si no te gusta pues te fastidias. Y esa norma, pretende básicamente ajustar la realidad de alguien a unas determinadas reglas o criterios de comportamiento social, que la verdad, no tengo claro quien las dicta.

En diversas ocasiones he hablado sobre la naturalización de los procesos de aprendizaje, esta naturalización no es otra cosa que dar las herramientas necesarias a alguien para que pueda vivir en un entorno diferente al suyo propio. Es convertir -un espacio o lugar- en una zona donde los acontecimientos sucedan de forma no condicionada por reglas establecidas, sino por reglas al uso de los que en ese momento habitan ese espacio.

Naturalizar es vivir de forma no condicionada, sin nada artificial que regule la libertad de cada persona. Tampoco es una loa a la anarquía, todo lo contrario, es el respeto a una ley natural, acorde siempre a principios éticos, de la libertad y el ejercicio del libre albedrío. Esta visión de la naturalización huye de la norma, de los preestablecido, de lo inamovible, del modelo dirigista y fósil que durante mucho tiempo se lleva imponiendo a las personas. Tomás de Aquino (1225-1274) se refería a la ley natural como: Una ordenación de la razón destinada al bien común, en virtud de su inteligencia y libre albedrío, el hombre es amo de su conducta. A diferencia de las cosas del mero mundo material, él puede variar su acción, actuar, o abstenerse de actuar, como le plazca. Aun así, él no es un ser sin ley en un universo ordenado.

Hay cosas que la normalidad nos roba, pero nadie parece percatarse de ello. Y es algo que las personas con autismo tratan de enseñarnos a nosotros, los neurotípicos de mentes cuadradas y embotadas de tanta norma. La normalidad no te deja ver la belleza de la diversidad, mata tu creatividad, apaga tu imaginación, no te deja pensar; la normalidad te convierte en normal. A más normalizadas están las sociedades, más adoran -paradójicamente- a los diferentes ¿Curioso no creen? Y es que los diferentes son siempre más creativos, librepensadores, innovadores,…, en suma, son más libres. Y por eso, los normales adoran a los diferentes. A los normales les gustaría ser libres.

¿Queremos condicionar la libertad de las personas a través de la normalización de sus vidas? Pues no, no se pretende condicionar la libertad, ¡lo que se pretende es eliminarla! Eso hacemos sin darnos cuenta con millones de niños en todo el mundo, muchos de los cuales -por cierto- tienen autismo.

Cuando unos padres de un niño con autismo pretenden (condicionados fuertemente por su entorno y educación) normalizar a su hijo, es decir, tener un hijo “normal”, no caen en la cuenta de lo que su hijo perderá al ser embutido en la norma. Ser diferente no es malo, lo malo es que te juzguen por ser distinto, aunque ya saben, en el fondo la gente envidia a los diferentes.

Con esto tampoco pretendo decir que hay que dejar que vivan a su aire (que hay mucho fenotipo ampliado y mucha gente “normal” leyendo esto). Dar apoyos, educación, herramientas, medios,.., a la persona con autismo es básico, pero no para normalizarlos, sino para que puedan ejercer su vida por sí mismos, desde su propia libertad, no desde la imposición de reglas y condiciones sociales que les va a costar mucho entender, indistintamente del nivel de apoyos que puedan, a lo largo de su vida, requerir.

En el autismo se habla de la tríada de Wing (dimensiones alteradas en el espectro del autismo: trastorno de la reciprocidad social, trastorno de la comunicación verbal y no verbal y ausencia de capacidad simbólica y conducta imaginativa. Aunque luego añadió los patrones repetitivos de actividad e intereses), que pretendía, no solo explicar, sino definir los aspectos nucleares del autismo. Yo, de forma totalmente arrogante, me he permitido proponer mi propia tríada, no para definir, sino para intervenir: Integración Sensorial, Comunicación y Emociones. Esta tríada se debe basar siempre en un modelo natural, que dé a la persona la capacidad de desarrollarse como tal, sin tener que vivir de forma acompasada a criterios preestablecidos, sino que, sea la misma persona la que pueda decidir por sí misma.

Esas herramientas deben permitirle interactuar con el mundo que le rodea, deben permitirle comprender, pero sobre todo, deben dar un principio de autodeterminación e independencia, si no fomentamos eso desde niños, mal futuro le podemos augurar a la persona. Debemos enseñar a vivir, y no a sobrevivir.

Así que: ¡Por favor, no me digan que soy normal!

Tomado de: https://autismodiario.org/2016/08/20/por-favor-no-me-digan-que-soy-normal/

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Transformando la Educación Especial en Educación Inclusiva

Por: Daniel Comin

Hace ya mucho que se habla de educación inclusiva, de hecho más de 30 años. Pero a pesar de todo hay mucha gente que sigue hecha un lío y que no se aclara bien con lo de la educación especial, la educación integradora y la educación inclusiva. Hagamos un brevísimo recorrido histórico para poder comprender el porqué de esta evolución en la visión de los modelos educativos y por tanto del cambio en la visión de la diversidad funcional (Discapacidad).

La evolución en la forma de ver y entender la educación a personas con diversidad funcional siempre ha estado basada en las creencias predominantes de una sociedad en un momento determinado de su historia. Desde el modelo espartano de ejecución en el monte Taigeto, al modelo usado por la iglesia católica de la baja Edad Media, donde para evitar los infanticidios de pobres niños inocentes que presentaban algún tipo de malformación, se condenaba a quienes matasen a esos pobres niños, aunque en el caso de que estos estuviesen “presuntamente” poseídos, o realmente fuesen el fruto de una relación demoníaca, brujería o cualquier otras barbaridad que se le ocurriera al cura de turno, los quemaban en la hoguera o los sometían a exorcismos, por supuesto en todos los casos el niño fallecía pero con la bendición de nadie sabe quién. Es a partir del Renacimiento cuando los modelos demoníacos dan paso a una visión más médica, y empiezan a aparecer manicomios, asilos y obras de corte similar, donde el deficiente es recogido de por vida, para mayor gloria de alguna deidad. A partir del siglo XVII y XVIII, la influencia religiosa decae en pro de una visión más médica del deficiente (o tullido, o demente, o inútil, o cualquier de las diversas y horrendas definiciones de la época) y entra en programas asistenciales. Aunque a partir de ese momento y hasta las postrimerías del siglo XX la visión de la institucionalización de la persona diferente se convierte en un modelo extendido.

Sin embargo aparecen algunos momentos determinantes que inician la visión más pedagógica que la clínica en la atención a la persona con diversidad funcional. Jean Itard en Francia, cuando en 1800 inicia el trabajo con el niño feral, o 100 años después con Anne Sullivan. Pero básicamente el modelo de institucionalización de la persona siguió vigente hasta finales de la década de los 50 (aunque en España esto se alargó casi 20 años más).

Es el momento de modernizar la escuela

Es el momento de modernizar la escuela

A partir de ese momento, y a raíz de esa efervescencia económica y cultural de los 50, y sobre todo, de la obligatoriedad de la educación, aparecen muchos niños considerados en la época como “débiles mentales”, quienes hasta la fecha sencillamente no existían a nivel oficial, de hecho el número no paraba de crecer, de tal forma que incluso se pensaba que se trataba de algún tipo de epidemia. La cantidad de niños con diversidad funcional no dejaban de aumentar en las cifras oficiales (antes habían los mismos, pero escondidos), y para afrontar esa situación se transforman esos hospitales, asilos, orfanatos y entidades de corte similar, en centros de educación especial, aunque desde una visión medico rehabilitadora, más que pedagógica. Incluso, muchos de estos centros de educación especial se especializan en un tipo concreto de discapacidad. A tal grado de sofisticación pensaban haber llegado. Sin embargo, ese modelo se basaba principalmente en la deficiencia del individuo. Y todo giraba en torno a esa deficiencia. De hecho existían programas adaptados a los Down, los psicóticos, los autistas, los retrasados o los deficientes mentales, …, nunca se ponía a la persona por delante. Eran sencillamente diagnósticos que definían una o varias deficiencias que se intentaban “resolver”. Pero siempre desde la exclusión. Nunca se mezclaba a los deficientes con los normales, como si fuese algo contagioso.

Poco a poco ese modelo excesivamente clínico y rehabilitador de la persona va desapareciendo del modelo de educación especial, tornándose cada vez más importante el modelo pedagógico, pero sin olvidar ciertos aspectos medico-rehabilitadores. Sin embargo, hoy en día, los centros de educación especial, siguen teniendo al alumno excluido de la mayoría de actividades sociales, no por un deseo malvado de los responsables, sino por la propia dinámica de centro. Se sigue trabajando los aspectos individuales, aunque cada vez priman más los aspectos sociales, estando estos restringidos al entorno social en el que vive y habita la persona, es decir, que en la mayoría del tiempo son otras personas con discapacidad.

exclusion-integracion-inclusionA partir de los años 70 y 80 se empieza a implantar la idea social de que el alumno con discapacidad tiene derecho a ir al centro educativo ordinario o regular. Ya se sabe que el modelo de institucionalización de la persona con discapacidad y de educación segregadora, conduce a una vida aparte de la sociedad. Y ese proceso reivindicativo, llevado a cabo por familias y también por profesionales de la educación especial, empieza a llevar a alumnos con diversidad funcional a las aulas de los colegios ordinario o regulares, pero con matices. Y aparece el modelo integrador de la educación. Que es básicamente el llevar parte de los recursos del centro de educación especial al centro ordinario. Se crean aulas de integración, de forma que el alumno con diversidad funcional pueda compartir más momentos con el resto de alumnos.

Hay que tener en cuenta que en la gran mayoría de casos el centro de educación especial fracasa, ya que en muy pocos casos el alumno, al pasar a la vida adulta, consigue muchas de las metas básicas para un desenvolvimiento social en solitario. Es decir, que son dependientes de por vida. Tanto es así que su inclusión social en la vida adulta puede resultar muy compleja, ya que nunca tuvieron el aprendizaje social necesario. Quizá se pueda decir que tal afirmación contiene un fuerte sesgo, ya que las personas que acudían a esos centros tenían grados severos de discapacidad. Y será cierto lo del grado, pero hoy estamos viendo como cada vez más niños y jóvenes de los considerados con grados severos, adquieren un gran número de competencias, gracias a un conjunto de actuaciones, que todo sea dicho, antes no existían.

El modelo de integración adquiere fuerza y cada vez se abren más y más aulas de educación especial en centros ordinarios. Pero realmente seguimos con el mismo modelo de la educación especial, algo edulcorado, pero manteniendo dos grupos, el de los niños normales y el de los niños discapacitados. Recursos diferentes, visiones diferentes, proyectos diferentes, en suma, niños diferentes. De hecho, es común que el niño que asiste a aulas integradoras comparta tiempo con sus pares del aula regular, pero cuando realmente hay que dar determinado aspecto del currículo se le regresa al aula específica con el maestro especializado en niños diferentes. En muchos casos el niño ni es incluido ni integrado, acaba sencillamente incrustado.

Y al final, el edificio es el mismo, la puerta de entrada y salida también, pero ahí se acaba lo común. Y vemos como siguen faltando cosas. Ya con el Informe Warnock -1978, Reino Unido- aparece la propuesta de las Necesidades Educativas Especiales (NEE), que pretenden extender el concepto de atención específica a todos los alumnos que en un momento determinado tengan una necesidad de apoyo. Este aspecto también impacta directamente en el modelo de aulas de integración educativa, de hecho, mucha gente piensa que las NEE son solo para niños con discapacidad y no realmente un apoyo para cualquier niño que las requiera.

Esta categorización de alumnos por el sistema educativo deja bien claro que el propio sistema educativo es segregador y excluyente en el espíritu, en la forma y en la aplicación. Y esto nos ha llevado a la existencia de planes inadecuados basados en la discapacidad y el déficit, en apoyos inadecuados a las necesidades reales del alumno, a una mala distribución de los medios y recursos económicos, y por tanto a una traslación del fallo de la educación especial a la educación integradora. Y a su vez aparece una de las reclamaciones sostenidas por los propios profesionales de la educación. Y es que la formación a docentes es de baja calidad, incluso que la exigencia académica al docente es la más baja de todas. Y además vemos como la propia formación al profesorado es excluyente, es decir, preparo profesores para un determinado tipo de alumnos, de forma que ya se pretende implantar el modelo clasista en el docente. Afortunadamente la gran mayoría de docentes no caen en esa trampa, aunque deben mejorar su formación de forma individual y a su propio coste. Que es terrible, pero menos mal que la gran mayoría de los docentes se toman muy en serio su profesión.

Hoy los docentes, tanto los de educación especial como los de educación ordinaria, tienen cada vez más claro que una escuela mejor es posible. Y que el proceso de transformación hacia un modelo inclusivo es un factor base para el propio desarrollo social. Donde no es el alumno el que se adapta a las exigencias escolares, sino donde la escuela es un lugar de encuentro y de aprendizaje.

Educación inclusiva no significa que la validación de currículo académico sea más laxa, sino que éste cambia de la dimensión memorística y mercantilista actual, hacia un modelo social, holístico y reflexivo del conocimiento, donde uno de los parámetros básicos del programa educativo comparte una de las bases de la humanidad, la convivencia, pero no establecida en clanes, castas o clases sociales, sino en un modelo horizontal. De esta forma no asociamos la dificultad de un alumno a una discapacidad, sino a un error en el diseño del modelo educativo. Convertimos la dificultad en una nueva oportunidad. La diversidad en riqueza social y no en un motivo de exclusión. Pero además, conseguimos que los alumnos SIN discapacidad puedan ejercer su derecho a conocer la diversidad social, en la que finalmente viven. Según afirma Echeita “la inclusión no es la etiqueta moderna para la educación especial, ni un sinónimo de integración tal y como ésta ha venido desarrollándose en los últimos años”.

Escuela Integradora vs Escuela Inclusiva

Diferencias entre integración e inclusión según Arnaiz (2003) y Moriña (2002)

ESCUELA INTEGRADORA ESCUELA INCLUSIVA
Centrada en el diagnóstico Centrada en la resolución de problemas de colaboración.
Dirigida a la : Educación especial (alumnos con n.e.e) Dirigida a la : Educación en general (todos los alumnos)
Basada en principios de igualdad y competición Basada en principios de equidad, cooperación y solidaridad (valoración de las diferencias como oportunidad de enriquecimiento de la sociedad)
La inserción es parcial y condicionada La inserción es total e incondicional
Exige transformaciones superficiales. Exige rupturas en los sistemas (transformaciones profundas)
Se centra en el alumno (se ubica al alumno en programas específicos) Se centra en el aula (apoyo en el aula ordinaria).
Tiende a disfrazar las limitaciones para aumentar la posibilidad de inserción. No disfraza las limitaciones, porque ellas son reales.

Obviamente este proceso transformador debe realizarse con sumo cuidado y atención. Lo del pensado y hecho, aquí mejor no lo aplicamos. El hecho real es que la desaparición de los centros de educación especial va a suceder. Lo importante es que no sea una desaparición de tipo mágico, sino llevada a cabo tras un proceso de transformación y adecuación. Y esto implica muchos cambios de estructuración y metodología, pero sobre todo de forma de pensar y entender la educación. Debemos asumir que la educación inclusiva no es solo el hecho de que los alumnos con diversidad funcional compartan aula con el resto de alumnos, es algo que va más allá; mucho más allá.

“…las escuelas deben acoger a todos los niños, independientemente de sus condiciones físicas, intelectuales, sociales, emocionales lingüísticas u otras. Deben acoger a niños discapacitados y niños bien dotados a niños que viven en la calle y que trabajan niños de poblaciones remotas o nómadas, niños de minorías lingüísticas étnicas o culturales y niños de otros grupos o zonas desfavorecidos o marginados.” Declaración de Salamanca – 1994

no es inclusion siHabrá que entender que la dicotomía existente en la actualidad entre docente especialista y docente generalista deberá cambiar. Quizá la respuesta no deba ser unificar o diferenciar, quizá con acercar a ambos será suficiente, de forma que evitemos esa especie de visión de un tipo de docente para un tipo de alumno. Ese proceso de revisión de los roles de los profesores implica también un modelo de formación continuada, esa vieja petición que los docentes no paran de reclamar.

En términos radicales, si debe desaparecer la educación especial, al menos el léxico, y se debe hablar sólo de educación de calidad para todos los alumnos, no tiene sentido hablar de especialistas en educación especial. En sentido mitigado, el dilema es si la educación especial debe centrarse en la clasificación de los sujetos y en las categorías del déficit (incluso en el eufemismo «necesidades educativas», derivadas de deficiencias) o en las necesidades educativas del alumno, sin hacer referencia a la causa de la necesidad.” Dilemas sobre los profesores en educación especial. Francisco Salvador Mata – José Luis Gallego (1999)

A su vez, este cambio de concepto educativo es visto por el docente como un cambio de funciones del propio maestro, pasando de ser una especie de operador y supervisor de currículo predefinido, que según Cristina Alemany (Abril 2009) sería algo así como “un técnico ejecutor de las directrices prefijadas”, y de ese modelo encasillado y rígido, el docente se convierte en un arquitecto y un creativo educativo, un reto por supuesto, pero ese modelo de innovación educativa es lo que crea la verdadera esencia de la escuela. Aunque obviamente el proceso de cambio y transformación requiere de muchos más cambios.

No obstante, hay algunos aspectos que considero relevantes y que entiendo desaparecerán del panorama. Por ejemplo: Los alumnos discapacitados ya no podrán ir gratis en la visita anual al zoo, porque ya no darán pena. Ninguna familia volverá a ser declarada como problemática por no doblegarse a un dictamen educativo segregador, y ya no volverán a decir que esa familia es problemática porque no quiere aceptar el diagnóstico de su hijo. No se usarán diagnósticos como predictores de futuro. No se volverá a considerar a los niños como robots programables y sujetos a error, tanto de procesamiento como de fabricación. Ningún docente podrá decir que nadie le formó para atender a alumnos diferentes. La administración educativa no podrá poner trabas al ingreso a una escuela de un niño con diversidad funcional, ya que todas las escuelas serán válidas para todos los alumnos. Los alumnos no aprueban o suspenden, adquieren conocimientos. La escuela prepara al alumno para la vida, no para desempeñar un empleo de forma obediente. Se acabará categorizar alumnos, como si de simple mercancía se tratase.

Al final esto es muy simple. Este proceso se va a dar, y es la petición mayoritaria, tanto desde los profesionales de la educación como desde las familias. Por supuesto hay gente cuyo proceso evolutivo intelectual se quedó fosilizado hace mucho tiempo y entiende que esto es malo, o que es un peligro. Bueno, desde cierto punto de vista es malo y es un peligro, pero solo para los intereses económicos que se mueven alrededor de la educación especial y para quienes obviamente de una forma u otra se aprovechan de esta mercantilización exagerada de la educación o para aquellas personas (son pocas pero las hay) que ven en su hijo un problema que debe ser atendido de forma específica. Y para esta gente una sociedad inclusiva es mala y es peligrosa. Pero para todos los demás es bueno. Para los alumnos en su totalidad, para los profesionales de la educación, para la sociedad, y también para las arcas del Estado, ya que el modelo de educación inclusiva es más viable económicamente que los cócteles educativos que tenemos en la actualidad, que además de caros son malos.

Y ciertamente se podrá someter a un millón de críticas esta exposición, que si no se ajusta a la realidad (a la de alguien en concreto), que si el sistema en realidad no es tan malo, que si el modelo de integración es buenísimo, o que si hay que defender al educación especial por algún tipo de motivo anacrónico y rancio. E incluso se podrá afirmar que esto es un discurso radical. Aunque a mi modo de ver lo radical es cuando una madre y un padre se quedan helados al ver como su hijo es rechazado de un colegio regular por ser diferente, o cuando se le cambia el dictamen educativo y se le expulsa con deshonor del colegio para mandarlo a un centro específico, donde afirman “estará mejor atendido” ¿qué pasa, que donde está no quieren atenderlo como merece? Radical es cuando un alumno llega a los 16 años y apenas sabe escribir su nombre y todo lo arreglan diciendo que tiene discapacidad intelectual y que es todo lo que puede rendir el chico. Radical es cuando unos padres acaban en la desesperación absoluta porque saben que su hijo está siendo discriminado por su discapacidad. Radical es cuando un muchacho acaba atado a la cama de un hospital porque el sistema educativo fracasó.

Creo que un mundo mejor es posible, y una de las formas de trabajar para ese mundo mejor es tener una escuela mejor. La escuela es lo que modela la sociedad del futuro, es nuestra responsabilidad decidir qué futuro queremos.

Tomado de: https://autismodiario.org/2014/12/03/transformando-la-educacion-especial-en-educacion-inclusiva/?doing_wp_cron=1475605602.7672579288482666015625

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