El Síndrome de Asperger en la edad adulta

Por: Daniel Comin

Generalmente cuando nos referimos a personas con asperger hablamos de niños, pero no podemos olvidar que estos niños crecen y se convierten en adultos. Y todos esos adultos con Síndrome de Asperger están ahí, viven entre nosotros. En muchas ocasiones pasan desapercibidos, pero están ahí. Pueden ser nuestra vecina o vecino, nuestra compañera o compañero de trabajo. Están ahí.

Y en muchos casos han conseguido, a pesar de todo, tener vidas plenas, éxito en sus carreras profesionales, tienen familia,…, pero muchos de ellos siguen teniendo problemas debidos a la incomprensión, a la falta de apoyos, a la segregación silenciosa a la que se ven sometidos. Y al igual que sucede con los niños, se han convertido en una especie de superagentes, que viven infiltrados entre nosotros. Cuando en realidad, deberían ser uno más, deberían tener la capacidad de estar plenamente incluidos en la sociedad.

Las personas con asperger también sufren de acoso, en este caso en sus trabajos, o incluso en las universidades donde estudian. También tienen muchos problemas para mantener sus empleos, sufren muchos problemas de depresión, ansiedad,…, en suma, tristeza e incomprensión provocada por el rechazo.

 En muchas ocasiones las expectativas vitales de la persona con asperger cambian de forma súbita, en muchas ocasiones para peor. Tienen una discapacidad social impuesta. Tanto hombres como mujeres, quienes en muchos casos han descubierto su especial condición de forma muy tardía, y saberlo en muchos casos supuso una liberación, una respuesta al por qué de sus diferencias. Y descubren que son una especie de James Bond infiltrado en un país extranjero, donde deben descubrir un millón de pautas diferenciadoras que les permita poder vivir pasando desapercibidos. Porque en esta sociedad actual, lo diferente da miedo. Y nuestros agentes 007 deben vivir intentando mezclarse en la sociedad, intentando no llamar la atención. Intentando en muchos casos sobrevivir.

Porque ser un agente infiltrado no es divertido, porque intentar aparentar lo que no se es no es divertido. Y en ese proceso de camuflaje social, todos perdemos, porque las personas con asperger tienen mucho que aportar, mucho que decir, mucho que enseñarnos a todos.

Si usted tiene una vecina o vecino, una compañera de trabajo o compañero, si conoce a alguien que tienes Síndrome de Asperger, no lo trate como a un bicho raro, no piense que por defecto es un físico teórico como Sheldon Cooper, porque las personas con asperger no son tan distintas, pero tenga por seguro que sí son enriquecedoras.

Vivir en sociedad implica cierta armonía, implica tolerancia, respeto,…, pero también implica entender que en la sociedad caben TODOS, no hagamos exclusiones, no creemos clases sociales. Si somos capaces de entender a una persona con asperger, si hacemos ese pequeño esfuerzo, descubriremos en estas personas valores que quizá nosotros “los normales” hemos perdido. Descubriremos la sinceridad, la honestidad, el esfuerzo, …, descubriremos que su empatía es mayor de la que pensábamos, descubriremos que la diversidad enriquece.

Las personas con asperger se escapan de la mediocridad social, no están tan influenciadas por los clichés sociales, pero tampoco son superagentes secretos, son sencillamente personas con derechos, personas que pueden aportar mucho a nuestra sociedad. Conocer el Síndrome de Asperger es el primer paso ¿Te animas a darlo?.

Fuente: https://autismodiario.org/2015/02/18/el-sindrome-de-asperger-en-la-edad-adulta/


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Daniel Comin

Director y Editor de Autismo Diario y responsable de supervisión de artículos científicos. Especializado en sistemas de desarrollo y economía sostenible. Co-autor del proyecto de formación técnica y reinserción social de África Central para United Nations Development Programme (ONU) y AIDICO. Coordinador del proyecto de salud pública para tribus nativas de Norteamérica.