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Transgénicos asesinos para tu bebé: Nutrilon, Nestlé, Sancor, La Serenisima, Bagó, Novalac

Por: Eco Portal

Los transgénicos de Monsanto son un peligro para tu bebé – Los alimentos OGM-GMO-GM, o transgénicos, que fueron modificados genéticamente por Monsanto y otros fabricantes de productos químicos -nunca fueron adecuadamente probados para la salud humana a largo plazo, ni para la seguridad ambiental-. Muchos de los ingredientes utilizados en los productos para lactantes, sobre todo las fórmulas a base de soja, se obtienen a partir de cultivos que han sido alterados genéticamente para producir internamente pesticidas que matan a su consumidor, o para resistir a herbicidas específicos, para que los herbicidas que normalmente matan o lesionan a la planta puedan ser rociados con frecuencia y a dosis más altas.

Ten en cuenta:

Nutrilon, NAN Pro de Nestlé, Sancor bebe, Serenisima Crecer de La Serenisima, Vital Nutricia Bagó y Novalac, producen destrucción cerebral, destrucción del sistema inmunológico, cáncer, leucemia, alergias, tumores y dañan el crecimiento de tu bebé. Además de producir infertilidad, los bebés se transforman en futuros clientes de la industria farmacéutica por las lesiones que sufrieron en etapa de desarrollo.

Nadie debe comer alimentos transgénicos, especialmente los bebés. Pero los fabricantes de fórmulas infantiles continúan usando ingredientes transgénicos, cientos de miles de recién nacidos y lactantes son participantes involuntarios en un enorme experimento incontrolado que amenaza la salud de las próximas generaciones. Es hora de decirle a los fabricantes de fórmulas infantiles que detengan la experimentación a costa de la salud de los bebés que consumen productos con transgénicos.

En los países desarrollados, los transgénicos de Monsanto están prohibidos en la fórmulas infantiles orgánicas, sin embargo, son ampliamente utilizados en Argentina y toda Sudamérica. Tiene que quedar claro: Los bebés no son el equivalente humano de las ratas de laboratorio.

Teniendo en cuenta los estudios científicos que señalan daños graves por el consumo de OGM, todas las fórmulas deberían estar libres de organismos modificados genéticamente.

Ejemplos de productos para bebés que utilizan transgénicos de Monsanto en Argentina: Todos los de Nestlé (por ejemplo NESTUM), Leche Nido, todos los productos de Sancor, todos los productos de La Serenisima, todos los productos de Danone, Nutrilon, Nan, Neocate, Vital, todos los productos de Bagó. Los más famosos son: Nutrilon, NAN Pro de Nestlé, Sancor bebe, Serenisima Crecer de La Serenisima, Vital Nutricia Bagó y Novalac. Mientras tanto los pañales con algodón transgénico también amenazan a tu bebé, como por ejemplo Huggies, Pampers y las demás marcas.

Solución

Nutribaby, es la única empresa argentina productora de alimentos orgánicos para bebés. Con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la empresa cumple con los mismos estándares de calidad que sus competidoras de Europa y Estados Unidos.

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Derechos Humanos

Eco Portal

En la cultura Economicista que nos impone el Neoliberalismo y que ha predominado durante las últimas décadas, es muy común tender a acotar las necesidades humanas a la mera satisfacción de carencias, como el abrigo, la salud o el alimento. Sin embargo, esa es solo una parte de nuestras necesidades y si bien son muy importantes, sería muy perjudicial que no tuviéramos en cuenta la existencia de las demás.

Los Seres Humanos necesitamos contar con los alimentos, el abrigo y las medicinas que aseguren nuestra Subsistencia; con la educación y el cuidado que aseguren el desarrollo del Entendimiento en un entorno de Protección y Afecto. Pero allí solo comienzan nuestras necesidades. Para realizarnos como personas y para que nuestro paso por esta vida no se limite a una cuestión de supervivencia, debemos satisfacer muchas otras que el poder trata por todos los medios que olvidemos, releguemos o subestimemos.

Las personas tenemos necesidad de Participar, porque somos seres sociales y participando se potencian nuestras posibilidades de lograr objetivos comunes.

También necesitamos tener una Identidad propia, con nuestros propios símbolos, lenguajes, nuestras propias costumbres y culturas; que se van creando a lo largo de los años con la historia de cada pueblo.

Además precisamos Crear, utilizando nuestra imaginación e inteligencia para inventar, construir y diseñar nuevas formas de satisfacer nuestras necesidades para que aun creciendo nuestra población de la forma en que lo está haciendo, podamos enmarcar la vida en un desarrollo ambientalmente sustentable en lugar de mantener este desarrollo insostenible en el que gran parte de la población «está de mas» y que está devastando el Planeta llevándolo a la destrucción.

Son muchos otros los Derechos Humanos que hacen a la Calidad de Vida y que aquí nos quedarán sin mencionar, pero hay uno muy importante y que pocas veces se tiene en cuenta en toda su magnitud, es la Libertad. Libertad significa poder elegir lo que haremos con nuestras vidas y las de nuestros hijos hasta que estos tengan la posibilidad de tomar sus propias decisiones.

Significa nacer y crecer todos con los mismos derechos y las mismas posibilidades ante la vida que nos espera. No con las capacidades disminuidas por no haber recibido los alimentos mínimos necesarios, los cuidados a nuestra salud y el afecto que necesitamos en los primeros años de vida, o por no haber tenido acceso a la educación.

De esa Libertad, la mayoría de los que habitamos en pueblos del Tercer Mundo no gozamos ni gozaremos hasta que comprendamos que debemos abandonar la racionalidad económica y enfocar el desarrollo humano teniendo en cuenta todos nuestros Derechos y no solo los que tratan de imponernos como «básicos» para que nos ocupemos después o nunca de los demás.

 

Fuente del articulo: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Derechos-Humanos

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El trastorno por déficit de la naturaleza

Por Aurora Lázaro Melero*/ Ecoportal

El contacto directo con la naturaleza favorece la autonomía, la creatividad, el interés por aprender y la salud tanto física como mental en los niños y niñas. La sociedad debería asumir el reto de hacer posible ese contacto.

2005 el periodista y escritor Richard Louv publicó el libro «Last child in the woods» -El último niño en los bosques-, que ya ha sido traducido a 9 idiomas en 13 países y va camino de convertirse en un best seller de educación ambiental, cosa poco común en los tiempos que vivimos. En su libro, Louv arremete contra las sociedades que han dejado de lado la importante relación entre el ser humano y su entorno natural, dificultando que los niños y niñas puedan estar en contacto con la naturaleza tanto en la escuela como en su tiempo de ocio. Este hecho causa, según Louv, problemas de falta de autonomía, creatividad, capacidad para concentrarse, calmar los ánimos e incluso sobre la salud. Denomina a este fenómeno «trastorno por déficit de naturaleza«, un concepto del que se está hablando mucho y que ha generado ya conferencias, artículos en revistas y prensa, grupos de trabajo e incluso organizaciones que buscan promover esa relación perdida entre naturaleza e infancia1.

Desde luego habrá grandes diferencias en este déficit entre las sociedades industrializadas y las que no lo están, y entre los entornos rural y urbano, pero en cualquier caso esta carencia se debe principalmente a dos factores independientemente del lugar donde nos encontremos: el cambio de paradigma en cuanto al juego -qué, cuándo y cómo deben jugar los niños y niñas-, y la pérdida o degradación de espacios naturales.

El cambio de paradigma en cuanto al juego

Cuando los niños y niñas están en un entorno natural, lejos de los juguetes de su habitación y de la enorme lista de posibilidades que les ofrece la sociedad actual para entretenerse, también juegan. Pero el juego es radicalmente distinto. Es desestructurado y autónomo. No hay juegos dirigidos en la naturaleza, la libertad es absoluta. Los palos, ramas, piedras, montículos, tierra, caminos, insectos, huellas, escondrijos y recovecos de un bosque o un parque, no tienen instrucciones de uso. Los espacios naturales además cuentan con una serie de características que favorecen el juego libre, la creatividad y el desarrollo de las emociones, las capacidades físicas y cognitivas: son espacios abiertos en los que correr y poner en marcha los músculos del cuerpo saltando, trepando, agachándose, subiendo y bajando; son espacios saludables donde no llegan o llegan atenuados el polvo, el ruido y el humo del tráfico; son espacios que favorecen el uso de todos los sentidos para comprender y asimilar el entorno, no invitan a que la atención se focalice en un único punto como ocurre por ejemplo cuando los niños y niñas ven la televisión; son espacios de vida, donde todo está interconectado mediante las leyes de la física y la biología en un delicado equilibrio del que el ser humano forma parte; en un espacio natural hay respeto absoluto en cuanto a las necesidades de cada cual. ¿Que lo tuyo es trepar a un árbol? Adelante, ¿Que prefieres entretenerte deshojando una margarita tranquilamente? Muy bien. No hay una pauta para desarrollar la tarde, no se dirige e el juego. Y se juega. Y se aprende. La niña que trepó al árbol puso en marcha su destreza física, pero también sospesó en todo momento los límites de cada rama para sostenerla y se enfrentó a sus propios límites. El niño que prefirió deshojar la margarita pasó un agradable rato consigo mismo y comprendió enseguida las partes de la flor, aunque no las sepa nombrar aún.

Es un hecho que en nuestra sociedad han cambiado muchas pautas en cuanto al juego, desde aquellos tiempos en que jugaban nuestros abuelos. En su época nadie les decía a qué tenían que jugar después de la escuela.  Ahora las familias en muchas ocasiones dirigimos el tiempo de nuestros hijos e hijas cada tarde: los lunes música, los martes piscina, los miércoles inglés, los jueves ballet… y el viernes libre, si el niño tiene un poco de suerte o los padres no pueden permitirse más actividades extraescolares. Por su bien, para facilitarles un futuro prometedor, una inteligencia o habilidad deportiva sobresaliente o simplemente porque tenemos que trabajar.

Las ciudades crecen, los pueblos se despueblan, y las calles no son lo que eran. Ahora muchas personas tienen vehículo propio para poder cubrir la distancia que les separa del trabajo cada día, lo que lleva a un incremento del tráfico y a laordenación de las ciudades en función de las necesidades de los automóviles antes que de las personas. En este sentido es muy interesante el trabajo de Francesco Tonucci2, psicopedagogo italiano que aborda la cuestión de la falta de libertad de los niños y niñas para moverse y hacer uso propio -como parte de la ciudadanía que son- de su ciudad.

Existe una corriente de pensamiento en el ámbito de la pedagogía que se viene desarrollando en los últimos años, pero que en realidad tiene su origen en los inicios de la pedagogía precisamente, que aboga por el juego libre3 para favorecer el desarrollo de los niños y niñas a todos los niveles: cognitivo, emocional y físico. El juego libre es la base del trabajo de María Montessori (1870-1942), Paolo Freire (1921-1997) o Rebeca Wild (1939-).

Los espacios naturales

Las zonas verdes favorecen que los niños y niñas disfruten de espacios naturales, pero también mejoran la calidad de vida de toda la ciudadanía y la habitabilidad de las ciudades4. La lista de funciones que desempeñan las llamadas zonas verdes en la ciudad es muy larga: zona de esparcimiento para pequeños y mayores, gimnasio gratuito al aire libre, espacio de encuentro y comunicación entre las personas del vecindario, control de la contaminación del aire, acústica y visual, sumidero de CO2, o control de avenidas e inundaciones.

Está empezando a ser habitual que en los parques infantiles la tierra se haya sustituido por caucho para suavizar los golpes contra el suelo y facilitar la limpieza. Lo más triste del caso es que las familias prefieren el caucho antes que la tierra para el juego de sus hijos e hijas: basta con que introduzca en un buscador «parques de tierra o de caucho» para que salten 485.000 resultados en los que mayoritariamente las familias que opinan se decantan por un parque aséptico del que los niños puedan volver a casa con la ropa limpia. Un parque de caucho es un parque con menos árboles (o encauchados también), sin piedras, sin arena, sin charcos, sin hormigas, sin arbustos que puedan convertirse en casitas para jugar, sin vida.

La educación ambiental

Además de su tiempo de ocio, los niños y niñas tienen su tiempo de escuela. La educación ambiental se sitúa como material transversal al mismo nivel que la educación para la paz, la educación cívica y moral o la afectivo-sexual.  Aunque nos felicitamos por este avance, la educación ambiental que se hace en la escuela suele ser «de interior»: ocurre a menudo que el profesor no tiene tiempo de sacar a su alumnado al campo, la elevada ratio en las aulas dificulta la realización de excursiones, o incluso es imposible realizar desdobles en las clases de ciencias para las prácticas de laboratorio porque en la escuela pública faltan personal y recursos.

En el ámbito de la escuela la importancia del contacto con la naturaleza comienza a abrirse paso en forma de talleres sobre agua, biodiversidad, energía y reciclaje, o con iniciativas como las de huertos escolares, espacios vivos y compartidos donde los niños y niñas se implican directamente en el cuidado de las plantas, comprenden los ciclos biológicos porque los ven suceder, y se favorece el respeto por la naturaleza que nos alimenta. Hay multitud de documentos e información en las bibiotecas e internet acerca de cómo poner en marcha una iniciativa de este tipo en casa o en la escuela5, y sobre los beneficios que tiene para los niños y niñas ocupar su tiempo en un huerto.

Todas las personas que tenemos la suerte y la responsabilidad de acompañar en su desarrollo a los niños y niñas, deberíamos pararnos un momento a reflexionar sobre la importancia de facilitarles estar en contacto directo y libre con la naturaleza, de pasear por un bosque, buscar huellas en la nieve, pisar charcos, jugar entre los arbustos del parque y llenarse los bolsillos de piedras.

Nada más… y nada menos.

[1] Web de la Asociación Children and Nature http://www.childrenandnature.org/

[2] Proyecto La ciudad de los niños de Francesco Tonucci http://www.lacittadeibambini.org/spagnolo/interna.htm

[3] Algunas lecturas sobre juego libre y educar en libertad son «El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia» de María Montessori, Ed. Biblioteca Nueva (2003); «La educación como práctica de la libertad» de Paolo Freire, Ed. SXXI (2009); «Educar para ser: experiencias de una escuela activa» de Rebeca Wild, Ed.Herder (2011);

[4] Entrevista a José Fariña, catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio por la Universidad Politécnica de Madrid,http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-escarabajo-verde/jose-farina-zonas-verdes-ciudades/1812554/

[5] Algunas referencias sobre huertos: libros básicos como «Guía del huerto escolar» de Carlos Romon, Ed. Popular (2014); «El huerto escolar ecológico» de Montse Escutia, Ed. Grao (2009), «El huerto familiar ecológico» de Mariano Bueno, Ed.RBA (2004); y una experiencia motivadora en la web http://www.lasonrisadelatierra.org/

*Terrativa S. Coop. Mad.

www.terrativa.net  / www.cursos-medioambiente.com

EcoPortal.net

Fuente: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/El-trastorno-por-deficit-de-la-naturaleza

Imagen: http://actualidadpedagogica.com/wp-content/uploads/2014/04/r1032209_11818803-604×270.jpg

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Indígenas de Amazonia sufren contaminación por mercurio

Ecoportal

Niños y mujeres en edad reproductiva son los grupos más afectados en la vasta región

Más de 10 etnias indígenas están siendo amenazadas por una ola de contaminación de mercurio en la Amazonia.

Una situación que pone en jaque especialmente la vida de niños y embarazadas de estas comunidades, que sufren enfermedades como deficiencias respiratorias agudas, entre otras.

La muerte de un niño indígena desempolvó esta situación. El pequeño de cuatro años no logró sobrevivir a un intenso cuadro de envenenamiento que diagnosticaron los médicos en el hospital de Uyacalí, una ciudad al este de Perú. A partir de ahí, el personal médico realizó pruebas hasta descubrir que un 82% de la comunidad indígena de la región presenta en su organismo niveles elevados de mercurio por encima de lo saludable.

La contaminación se expande por medio del Mota Punteada (Zungaro zungaro), un pez cuyo organismo es capaz de acumular el mercurio que adquiere del medio ambiente.

Los indígenas nahua son parte de una etnia en contacto inicial que habitan en la reserva territorial Kugapakori-Nahua-Nanti, donde viven únicamente de la caza y pesca en los afluentes del río Mishagua, explica el diario La Vanguardia de Barcelona.

Según el Ministerio de Ambiente, la minería en la zona arroja cada año 40 toneladas de mercurio en estos ríos, y ha destruido más de 100 mil hectáreas de selva tropical. Es así como el mercurio entra a las aguas del río que beben los indígenas, y de los peces que constituyen una parte fundamental de su dieta.

Luis Aponte, médico residente en Ucayalí, explicó que al hospital asisten cada vez más indígenas con cuadros severos de envenenamiento. Pero que la situación empeora en los casos de los nahua porque al ser una etnia aislada no tienen un acceso eficaz y rápido al sistema de salud.

Una situación muy delicada

Nery Zapata, dirigente nacional de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) denuncia que «la contaminación con mercurio es sumamente delicada para la salud humana, por sus consecuencias irreversibles que acarrea, por tanto las autoridades de salud deben de incidir con las investigaciones a fin de frenar la fuente de contaminación en contra de la población originaria”.

El Gobierno conocía sobre esta contaminación desde el 2014, pero no tomó  medidas hasta el pasado 26 de mayo, cuando decretó estado de emergencia en esta región que incluye 11 distritos con población indígena.

De acuerdo con  la Oficina Presidencial de Perú, el grupo de trabajo durante 60 días se centrará en  garantizar la seguridad alimentaria de la población nahua para limitar el consumo del pez Mota Punteada y «realizar una investigación integral que proporcione resultados contundentes sobre las fuentes contaminantes de mercurio”.

El vía crucis para estos indígenas comenzó hace casi cuatro décadas, cuando en 1980 ingresaron trabajadores de una petrolera a la Reserva Nahua-Nanti, una de las áreas protegidas más importantes del mundo.

Este primer contacto causó enfermedades mortales a casi el 50% del grupo indígena. Pero esta situación se agravó cuando el Gobierno peruano aprobó la instalación en la zona de Camisea, el proyecto energético más grande del país que cuenta con inversión de Argentina y España.

La crisis se extiende

La fundación de salud brasileña Fiocruz junto a la Asociación Yanomami Hutukara, la ONG brasileña ISA (Instituto Socioambiental) y la Asociación Yekuana APYB publicaron los resultados de un estudio que revela cómo los indígenas de 19 comunidades en Brasil también están sufriendo las secuelas del mercurio que invade sus ríos.

El líder indígena  Davi Kopenawa oficializó la denuncia ante la Relatoría Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.

Los resultados de la investigación arrojaban que los niños y mujeres en edad reproductiva presentan niveles entre 16 y 16 mg/g. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los niveles de mercurio por encima de 6 mg / g presentan un alto riesgo de consecuencias graves para la salud.

Los yanomamis es la etnia más afectada por la presencia del mercurio en los ríos, y está considerado uno de los pueblos más vulnerables del planeta.

En Venezuela la situación es similar. Los yanomamis, los yekuanas y otras cuatro etnias minoritarias están padeciendo el envenenamiento por mercurio.

En ambos países, la responsabilidad recae en los buscadores ilegales de oro.

Grave denuncia 

Pedido La organización Survival Internacional junto a organizaciones locales empredieron  diferentes acciones para denunciar esta crítica situación.

Carta En una carta dirigida al Relator Especial de la ONU sobre salud, Survival  recalcó el fracaso de los gobiernos americanos a la hora de combatir esta contaminación.

Gobiernos Survival denuncia que a Perú, Brasil y Venezuela no les importa la explotación mineral ilegal.

Fuente del articulo: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Indigenas-de-Amazonia-sufren-contaminacion-por-mercurio

Fuente de la imagen:http://cdn.ecoportal.net/var/ecoportal_net/storage/images/eco-noticias/indigenas-de-amazonia-sufren-contaminacion-por-mercurio/2089172-1-esl-ES/Indigenas-de-Amazonia-sufren-contaminacion-por-mercurio_large.jpg

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Después de la escuela los niños necesitan jugar y divertirse

Fuente:Ecoportal

Después de diferentes estudios realizados por las mejores Universidades del mundo, la Organización de las Naciones Unidas, invitó a los países que la conforman a modificar el sistema educativo eliminando las tareas en la casa. Afirman que no mejoran el rendimiento y debilitan la relación con los padres.

ecientemente Harris Cooper, prestigiado profesor de la Universidad de Duke declaró: “No hemos encontrado evidencia de que las tareas ayuden a los niños a ser mejor estudiantes”.

Desde 1989 diferentes estudios han revelado que los alumnos comprenden de mejor forma el trabajo que realizan dentro del salón de clases, además, las tareas y trabajos que les piden para hacer en su casa les quitan valioso tiempo para desarrollar otras actividades que son igual de importantes para su crecimiento.

Así mismo, el profesor Etta Kralovec de la Universidad de Arizona concuerda con los resultados de dicha investigación “Las tareas que los profesores a veces dejamos a nuestros alumnos en realidad no representan ningún beneficio para ellos“.

Hasta la fecha se han realizado varios experimentos, por ejemplo, alumnos que dedican 1 hora de su día a hacer tareas en casa son mejores estudiantes que aquellos que suelen dedicar 4 horas. Lo que significa que estos estudiantes prácticamente pierden 3 horas de su tiempo al día, tiempo que pudieron haber aprovechado para realizar otro tipo de actividades.

Otros especialistas aseguran que las tareas afectan el carácter de los estudiantes, sobre todo cuando hablamos de niños, ya que el estudiar debe ser considerado como una actividad que se disfrute, nos debe apasionar aprender cosas nuevas. En lugar de eso, las tareas escolares molestan al niño y lo condicionan a no querer ir a la escuela, por eso es que no les gusta aprender.

Desde el Kinder los niños saben que les quedan muchos años como estudiantes, en los cuales tendrán que esforzarse mucho y no les queda de otra más que rechazar el conocimiento.

Otra razón por la que las tareas deben desaparecer inmediatamente de todos los sistemas educativos, es porque contribuyen a que los alumnos se hagan dependientes y flojos. Ya que los padres acostumbran a ayudarles a elaborar sus tareas y la mayoría terminan haciéndoselas. Sin duda los niños requieren de la ayuda de sus padres, pero esta ayuda casi siempre termina generando conflictos. Pues el niño pierde su sentido de responsabilidad y ve la tarea como un castigo por parte de sus padres.

No olvidemos el clásico “Si no haces la tarea no puedes salir a jugar con tus vecinos”.

Entonces, cuando eliminamos las tareas escolares los estudiantes recuperan la motivación por el estudio, la alegría por ir a la escuela y aprender cosas nuevas cada día.

Afortunadamente la Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de sus representantes en la Organización de las Naciones Unidas, están llevando a cabo las peticiones necesarias para eliminar por completo las tareas escolares de todos los sistemas educativos registrados.

La investigación demuestra que el estudiante que deja de hacer tarea en su casa recupera su alegría por el estudio y se transforma en una persona feliz.

Fuente: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/Despues-de-la-escuela-los-ninos-necesitan-jugar-y-divertirse

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Hambre, ciencia y ecología política

En la Historia de la humanidad, jamás se había llegado al nivel actual de evolución tecnológica como para darle solución a todas, absolutamente todas las carencias materiales que padece el ser humano.

1- Introducción

En la Historia de la humanidad, jamás se había llegado al nivel actual de evolución tecnológica como para darle solución a todas, absolutamente todas las carencias materiales que padece el ser humano.

Las soluciones tecnocráticas, evidentemente, no constituyen las esperadas porqué, y en palabras de Heidegger, la Ciencia no piensa y nunca llegará al estadio de la con-ciencia.

En virtud de ellas, se aprecian racional e intuitivamente largas coyunturas que avergüenzan al más indiferente: el modelo global de desarrollo, al vuelo de la gacela, avanza hacia otros mundos, donde la tecnología va camino a convertirse en entidad autónoma mientras el hombre regresa sobre sus pasos, habida cuenta de la insatisfacción de sus necesidades vitales.

Entendiendo al mismo como la forma histórica que va adquiriendo el sistema capitalista en la extensa secuencia de extracción-producción-distribución-consumo y desecho, se corroboran cotidianamente, desde el saber lego como del saber experto, las consecuencias multidimensionales de su dinámica implacable; harto conocidas y fugazmente metabolizadas por el cuerpo social global, se provocan guerras, se decide el hambre, se diseña la contaminación, se inducen los fenómenos naturales extremos y sobre todo, se ha logrado instalar, aunque pírricamente, el engranaje central del sistema: la pandemia del consumismo.

He aquí la gran paradoja: mientras más específicas y efectivas son las investigaciones científicas, más vedado se encuentra el acceso a la satisfacciones de las necesidades básicas, porque la Ciencia, en sus corrientes dominantes, está orientada a la solución de cuestiones materiales antes que promover las medicinas más escasas, esto es, resituar al Hombre.

Y una de las condiciones esenciales es satisfacer sus necesidades y derechos básicos como el derecho a la alimentación, al agua, a la energía, derechos humanos tan elementales como postergados, a pesar de estar sustentados y legitimados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de ONU y en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de su Asamblea General: por tanto, asistimos a una crisis de civilizatoria de valores, que nos restringe el acceso a aquellos derechos humanos básicos y atentan contra nuestro hogar planetario, y más aún, cuestionando la supervivencia del mismísimo ser humano.

De todas las negaciones que denotan la condición humana más miserable es la indolencia del hambre, empíricamente cuantificado por la Ciencia y visceralmente padecido por casi 900 mil millones, que resulta ligeramente penoso para la mayoría y revulsivo para pocos. El modelo global de desarrollo puede ser tan eficiente como perverso.

Entonces, ¿existe alguna situación problemática más perversa que aquella que ostente todas las condiciones de posibilidad de solución y no se efectivice?

¿Existe algún abordaje científico que delimite un objeto de estudio que se denomine hambre?

¿Cuál es el sentido de abordarlo científicamente si la misma Ciencia omite aviesamente promover su solución? Como diría Chalmers (2000), ¿Qué esa cosa llamada ciencia que no logra explicitar las soluciones a ese “objeto de estudio”? ¿No quiere, no puede, no le permiten? ¿Quiénes? ¿Desde cuáles epistemologías se lo deberá abordar para exterminarlo? ¿Es el campo de la Ciencia normal, el apropiado para abordarlo de manera efectiva? ¿Desde el denominado diálogo de saberes? ¿O es el campo desde la epistemología ambiental en el marco de la ecología política latinoamericana, por ejemplo?

Y la Ciencia, ¿de que manera actúa para contribuir con la eliminación del flagelo?

Por tanto el objetivo del trabajo intenta abordar la Ciencia desde la noción de campo científico entendido “como un sistema de relaciones objetivas entre posiciones adquiridas (en las luchas anteriores), es el lugar (es decir, el espacio de juego) de una lucha competitiva que tiene por desafío específico el monopolio de la autoridad científica inseparablemente definida como capacidad técnica y como poder social, o, si se prefiere, el monopolio de la competencia científica que es socialmente reconocida a a un agente determinado, entendida en el sentido de capacidad de hablar e intervenir legítimamente(es decir de manera autorizada y con autoridad) en materia de ciencia” (Bourdieu, 2012, 12) ; esta conceptualización daría lugar a la comprensión de porqué no se resuelve el problema del hambre en el mundo, al menos desde la ciencia.

En virtud de buscar genuinas alternativas al problema en cuestión, presentaremos a la epistemología ambiental latinoamericana como posible marco teórico desde donde comenzar a solucionar el problema al menos, partiendo de su visibilización y su discusión “científica”.

Vamos por el desafío epistemológico de darle sustento a la ignominia del hambre.

2- Estadísticas que revelan y rebelan

Estos son algunos de los datos, compilados por el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, que contribuyen a configurar el cuadro de situación. Aclárese que según la fuente citada, hoy día hay suficientes alimentos en el mundo para que cada ser humano lleve una vida sana y productiva, lo que torna aún más urgente la necesidad de interpelar a la Ciencia para que pueda dar respuestas a lo que se presenta a continuación.

A saber:

– Alrededor de 805 millones de personas en el mundo no tienen suficientes alimentos para llevar una vida saludable y activa. Eso es alrededor de uno de cada nueve personas en la tierra.

– La gran mayoría de personas que padecen hambre en el mundo viven en países en desarrollo, donde el 13.5% de la población presenta desnutrición.

– Asia es el continente con la mayor cantidad de personas del mundo que padecen hambre – dos tercios del total. El porcentaje en el sur de Asia se ha reducido en los últimos años, pero en Asia occidental ha aumentado ligeramente.

– África subsahariana es la región con mayor prevalencia (porcentaje de la población) con hambre. Una persona de cada cuatro presenta desnutrición.

– La nutrición deficiente es la causa de casi la mitad (45%) de las muertes en niños menores de cinco – 3,1 millones de niños cada año.

– Uno de cada seis niños, aproximadamente 100 millones, en los países en desarrollo presentan peso inferior al normal.

– Uno de cada cuatro de los niños del mundo padecen de retraso en el crecimiento. En los países en desarrollo la proporción puede elevarse a uno de cada tres.

– Si las mujeres agricultoras tuvieran el mismo acceso que los hombres a los recursos, el número de personas con hambre del mundo podría reducirse hasta en 150 millones.

– 66 millones de niños en edad escolar primaria asisten a clases con hambre en los países en desarrollo. Sólo en África hay 23 millones.

3- La Ciencia realmente existente

Para comenzar a intentar comprender las respuestas ostensiblemente insuficientes de la Ciencia respecto a la problemática planteada, abrimos la reflexión señalando que “la Ciencia goza de una alta valoración. Aparentemente existe la creencia generalizada de que hay algo especial en la ciencia y en los métodos que utiliza. Cuando a alguna afirmación, razonamiento o investigación se le da el calificativo de «científico», se pretende dar a entender que tiene algún tipo de mérito o una clase especial de fiabilidad. Pero, ¿qué hay de especial en la ciencia, si es que hay algo? ¿Cuál es este «método científico» que, según se afirma, conduce a resultados especialmente meritorios o fiables?” (Chalmers, 2000, Introducción).

A priori, vamos señalando que en virtud de los resultados obtenidos en la decisión de erradicar el hambre, la Ciencia “oficial” ha fracasado en su intento de generar genuinas herramientas orientadas al humillante propósito en cuestión.

El sueño de la Ciencia objetiva, neutral y a-valorativa se desvanece rápidamente (al menos en el intento de comprometerse en la lucha contra el hambre global) ya que resulta de la puja entre distintos agentes con intereses encontrados donde el objetivo se remite a lograr las posiciones de poder necesarias para definir qué es la Ciencia, cuáles son sus métodos y la legitimación de todos los dispositivos sociales para ser reconocida como tal. Por tanto, cuando desde esta perspectiva se está hablando, debemos comprender que “los conflictos epistemológicos son siempre, inseparablemente, conflictos políticos” (Bordieu, 2012, 15).

En relación a la problemática analizada, podemos señalar que las investigaciones referidas a la erradicación del hambre en el mundo proliferan por los circuitos de la Ciencia “no oficial”, ya que si hablamos de Agroecología, por ejemplo, lo hacemos desde una perspectiva superadora tanto a nivel científico como a nivel sociopolítico, tal como revela la investigación de Maria Monique Robin (2013), acerca de la viabilidad de que la Agroecología puede alimentar al mundo.

La galvanización de las prácticas de esos intereses es llevado a cabo por el rol fundamental de los discursos, de la palabra, en fin, del logos, que se constituye como instancia legitimadora de todo el edificio científico construido por Occidente, monolítico, intransigente, a la hora de iniciar “algún” diálogo de saberes.

La estrategia deliberada de negar aquello que no es científico según la Ciencia normal, se incluiría en lo que De Souza Santos denomina epistemología de la ceguera que, concatenada con la sociología de las ausencias, se aspira a que otra Ciencia sea posible, que otros conocimientos sean reconocidos, que otras epistemologías emerjan, y cuando situamos históricamente esta decisión, que como señalaba Bordieu no deja de serpolítica, el espacio geográfico-cultural es el Sur Global; acerca del maridaje entre Ciencia y política: en nombre de este programa científico de conocimiento, convertido en programa político de acción, se cumple un inmenso trabajo político (negado porque es, en apariencia, puramente negativo) que busca crear las condiciones de realización y de funcionamiento de la «teoría».(Bordieu, 2004)

Por tanto, la problemática del hambre resulta ajena a la concepción cientificista neoliberal cuya lógica es constitutivamente mercantilista; lo que resulte más allá de la ecuación costo-beneficio crematístico será considerado como como consecuencias indeseadas

Digresión: ¿cómo no coincidir con Bourdieu cuando plantea que los problemas epistemológicos son problemas políticos? Parafraseando a Weber, el científico debe ser más político que nunca.

Complementando, podríamos decir que el hambre en el mundo, ignominia de la condición humana, que debería avergonzar a todo aquel que se precie de ser humano y …científico; por tanto, los clivajes a explorar entre la ciencia pura y la ciencia servil podrán ser policromáticos, más su esencia debería estar orientada por una Ciencia humana destinada a satisfacer las necesidades viscerales del hombre, como el básico acceso a la alimentación.

4- Nuevas epistemologías emergen desde el Sur

Y llegamos aquí, no por la aventura del pensamiento mismo, lo que sería un acto morboso y de perversión disgregar sobre la más visceral de las necesidades humanas, sino por contribuir desde nuestro lugar académico, campo epistemológico y político, a tan urgente objetivo.

Por tanto, ¿es imposible pensar en avanzar hacia la erradicación del hambre en las condiciones del capitalismo, ya que según el autor el conocimiento científico tiene límites intrínsecos en relación con los tipos de intervención del mundo real que hace posible?

Epistemológicamente, “todos los conocimientos tienen límites internos y externos. Los límites inter-nos están relacionados con las restricciones en las intervenciones del mundo real impuestas por cada forma de conocimiento, mientras que los límites externos resultan del reconocimiento de intervenciones alternativas posibilitadas por otras formas de conocimiento. Por definición, las formas de conocimiento hegemónicas solo reconocen límites inter-nos; por lo tanto, la exploración de ambos, de los límites internos y externos de la ciencia moderna tan solo pueden ser alcanzados como parte de una concepción contrahegemónica de la ciencia. Esto es por lo que el uso contrahegemónico de la ciencia no puede ser restringido solo a la ciencia. Solo tiene sentido dentro de una ecología de saberes” (De Souza Santos, 2010, 53)

Y podríamos agregar que quedaría al descubierto el uso social de la Ciencia como dispositivo que oculta o cuanto menos soslaya, evita y es indiferente a las necesidades de intervención y transformación de la realidad, sobre todo, tratándose del acceso más básico a los alimentos, con lo que deviene una inquietud ineluctable: ¿para qué sirve la Ciencia si no contribuye a la resolución de las necesidades sociales? ¿cuál tipología de problemas jerarquiza por encima de las necesidades viscerales del ser humano? Como diría el poeta popular. “que ves, que ves cuando me ves, cuando la mentira es la verdad”

Retomamos y profundizamos el rol de la Ciencia e inquirimos, ¿cuál es su sentido de existencia sino emancipa al hombre en perspectiva de ayudarlo a satisfacer su instinto de supervivencia basado en la alimentación? Diría Marx que todo lo sólido se desvanece en el aire, diría nuevamente Bourdieu, todo problema epistemológico es un problema político. Y por tanto, absolutamente ético. La Ciencia decía Heidegger no piensa. Ni siente, como los casi 1000 millones que cada noche se acuestan con chillidos de violencia que emergen de sus fauces, deliberadamente silenciadas, “producidamente” silenciadas.

Parafraseando al juego que hacíamos los niños de ayer que hacía referencia al lobo feroz, desde este lugar de reflexión pretendidamente interpelador, decimos: ¿Ciencia está? La oficial, seguro que no.

5- ¿Puede el pensamiento ambiental latinoamericano?

Comenzamos este apartado reproduciendo la pregunta que lo introduce y más aún: ¿puede el pensamiento ambiental latinoamericano aportar conocimientos para erradicar el hambre?

¿Pueden, la racionalidad y la complejidad ambiental, la construcción del conocimiento situado, la reapropiación de la naturaleza, la descolonización del saber, iniciar un genuino diálogo entre ellos, edificar un conocimiento sintético que recupere lo mejor de las tradiciones críticas e interpele a la Ciencia normal que ha dado sobradas muestras de haber sido burocratizada a la hora de solucionar el más visceral de los derechos humanos, el derecho-obligación de la alimentación diaria?

La respuesta no pasaría por la posibilidad de construir epistemología desde el voluntarismo, sino hacerlo para, efectivamente, presentar una alternativa que involucre a todos los saberes y arribe a la erradicación. ¿Es posible? Es posible en el marco de la premisa bourdieuana que sostiene que todo conflicto epistemológico (o como construir conocimientos para abordar el hambre) es un conflicto político (o como distribuir los recursos para mitigar el flagelo)

Y en la empresa de eliminar el hambre se encarna una ética por la vida, con lo que ciencia/epistemologías/saberes deben permitirse dejarse atravesar por ésa ética, ya que para que la Ciencia porte su condición con dignidad debe ser ética y dirigir sus investigaciones a lo más preciado: la vida. O al menos, priorizar las temáticas a abordar.

Porqué antes que nada, es una cuestión de ética. De ética de la vida.

Y para que todo esto puede pensarse resulta imprescindible, tener satisfechas las necesidades más vitales como lo es la alimentación.

La pregunta a responder sería la siguiente: ¿Porque el pensamiento ambiental latinoamericano podría convertirse en respuesta viable?

Veamos: “empero, la solución no radica en una ética de la frugalidad y el tiempo libre, sino en una reorientación del deseo para generar nuevos procesos emancipatorios y la construcción de un nuevo paradigma productivo fundado en la productividad ecológica, los valores culturales, los significados subjetivos y la creatividad humana. La construcción de un nuevo paradigma productivo fundado en principios y bases de racionalidad ambiental implica una estrategia de desconstrucción de la racionalidad económica a través de actores sociales capaces de movilizar procesos políticos que conduzcan hacia las transformaciones productivas y del saber para alcanzar los propósitos de la sustentabilidad, más que a través de normas que puedan imponerse al capital y a los consumidores para reformar la economía” (Leff, 2004, 191)

Y aquí se fundamentaría la respuesta: la construcción de nuevas racionalidades que incorporen lo que naturalmente debe ser, esto es, aquella racionalidad que tenga por primer propósito la satisfacción de las necesidades alimentarias básicas. La racionalidad instrumental, hegemónica en los menesteres de la crematística y del productivismo soslaya deliberadamente la solución del hambre, y por el contrario, cautiva mercados para seguir “maximizando los beneficios”. Perverso.

Y todo aquel paradigma que surja de la de-construcción del paradigma dominante no podrá tener fin superior que la emancipación inicial del ser humano, esto es, la satisfacción de sus necesidades viscerales.

Como los primeros hombres se servían simétrica y armónicamente de la madre naturaleza, ella será nuevamente y redefiniendo el tipo de relación, la que permita tomar sus frutos para re-apropiarnos del ser, en términos de construcción cultural y subjetiva a partir de las pulsiones alimentarias.

La problemática del hambre es el emergente de la crisis civilizatoria, ambiental y epistemológica, dinamizada por la mencionada relación asimétrica con la naturaleza; el otro, los otros, la indolente razón logocéntrica, los saberes invisibilizados, todos, dialogando para llegar a la esencia del ser: sus estómagos satisfechos. Esto es emancipación.

6- Para comezar a re-epistemologizar

Porque asistimos a una crisis ambiental, síntesis perfecta de la crisis del modo de producción capitalista, se soslayan intencionalmente los conocimientos que podrían dar solución a las más variadas problemáticas, por lo que se concluye transitoriamente que lo que se conoce no es la realidad o al menos, es una parte de ella, que no incluye las problemáticas ignominiosas como la del hambre.

“La crisis ambiental es una crisis de civilización producida por el desconocimiento del conocimiento. El conocimiento ya no representa la realidad; por el contrario, construye una hiperrealidad en la que se ve reflejado. (Leff, 2006, 59); entonces, ¿cómo “incluir” el conocimiento en la realidad? ¿De qué manera? Aceptando que los intereses que sustentan a la Ciencia no son los intereses de las mayorías sino de corporaciones que la utilizan para potenciar su voracidad de nuevos mercados. Nuevamente, recordamos la máxima bourdieuana de que los problemas epistemológicos son políticos; el ambiente, lejos de entenderse como el oikos, se convierte en el campo político donde se dirimen los intereses en conflictos que constituyen el modo de producción dominante.

“El saber ambiental revive la cuestión de las luchas sociales por la apropiación de la naturaleza y la gestión de sus modos de vida; del ser en el tiempo y el conocer en la historia; del poder en el saber y la voluntad de poder que es un querer saber”. (Leff, 2006, 62)

Y los caminos alternativos podrían llegar a darse desde el pensamiento ambiental latinoamericano como desde cualquiera de las epistemologías del sur ya que el hambre constituye la impronta más miserable de la dialéctica relación Norte-Sur; claro está que su condición de pensamiento situado

permite identificar al Sur como colectivo geocultural que puja por lograr la construcción epistemológica como parte de la secuencia de su emancipación alimentaria.

La sustentabilidad sino empieza por silenciar los chillidos que provoca el hambre, no tendría razón de ser, como la Ciencia que al empeñarse en prolongar la esperanza de vida omite consolidar la satisfacción básica en los tiernos y olvidados inicios de la misma, acá por las geografías de sur; geografías con epistemologías y vocación transformadoras y con las voces dispuestas a gritar tan fuerte como para ser oídas.

Bibliografía
– BOURDIEU, Pierre (2012) Los usos sociales de la ciencia, Primera edición, cuarta reimpresión, Buenos Aires, Nueva Visión. República Argentina.
—————————(2004) La escencia del neoliberalismo, Rebelión [En línea],Publicado el 01 marzo de 2004, consultado el 05 mayo 2015. URL: http://www.rebelion.org/hemeroteca/economia/040301boudieu.htm
– CHALMERS, Alan (2000) ¿Qué esa cosa llamada Ciencia? Tercera edición corregida y aumentada, Madrid, Siglo XXI de España Editores.
– DE SOUZA SANTOS, Boaventura (2009) Una epistemología del sur, México DF, Siglo XXI – CLACSO. México.
———————————————(2010) Descolonizar el saber, reinventar el poder, Montevideo, Trilce Ediciones, República Oriental del Uruguay.
– DÍAZ, Cristina y SPIAGGI, Eduardo (2011) Desarrollo rural, soberanía y seguridad alimentaria, 1º ed. Rosario, UNR Editora. Editorial de la Universidad Nacional de Rosario; FODEPAL – Núcleo de capacitación en Políticas Públicas FAO/RALC – Observatorio del Sur – UNR.
– FEINMANN, José Pablo (2004) La filosofía y el barro de la historia, 4º edición, Buenos Aires, Editorial Planeta. República Argentina.
– GALEANO, Eduardo (2012) Los hijos de los días, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, República Argentina.
– LEFF, Enrique (2010) Discursos Sustentables, 2º edición revisada y aumentada, México DF, Siglo XXI de México, Editores.
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————————(2004) Racionalidad Ambiental, México DF, Siglo XXI de México Editores.
– PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS DE NACIONES UNIDAS https://es.wfp.org/hambre/datos-del-hambre
– ROBIN, Marie Monique (2013) Las cosechas del futuro, 1º edición en castellano, Barcelona, Península Editores, España.
– TOMAS, Claudio Luis (2011) Sur, cielo al revés, en II Anales de la Red de Universidades Ibero-americanas para el fortalecimiento de las relaciones económicas, políticas y sociales regionales. 1° Ed. Buenos Aires: UAI 2011.CD-ROM. ISBN 978-987-1550-21-0

Ecoportal.net

Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Politica/Hambre-ciencia-y-ecologia-politica

Imagen: http://www.correodelorinoco.gob.ve/wp-content/uploads/2014/11/Fao-vene.png

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Vivimos en la Tierra como si tuviéramos otra a la que ir

Por ecoportal.

La activista y enfermera norteamericana Terri Swearingen dice con total acierto que los humanos “vivimos en la tierra como si tuviéramos otra a la que ir”. Cuidar del medio ambiente es una obligación de todos, un interés de todos porque de que lo hagamos o no depende nuestra propia supervivencia como especie.

has imaginado alguna vez dónde podría vivir el ser humano fuera de la Tierra? Aunque hoy se conocen miles de planetas, lo cierto es que ninguno de ellos presenta las condiciones tan idóneas que presenta la tierra para nuestras características fisiológicas.

Yendo más allá de la propia supervivencia, hablamos de calidad de vida. Una calidad de vida en la que tiene mucho que ver el medio que nos envuelve y nos da cobijo, la tierra. Son sus niveles de oxígeno, su temperatura o los recursos que nos ofrece lo que permiten nuestra existencia.

Preocupaciones históricas por el medio ambiente

Aunque pueda resultar curioso, la preocupación humana por la protección del medio ambiente no es un fenómeno que se ha puesto de moda en los últimos años. Si nos remontamos a los inicios de la civilización, encontraremos ya los primeros intentos de concienciación.

Ya 400 años antes de Cristo encontramos la obra de Hipócrates “Aires, aguas y lugares” en la que se acentúa la importancia del medio ambiente para el cuidado de las enfermedades y los beneficios que podía tener este para nuestra salud.

Según avanza la historia del hombre en la Tierra, encontramos otros autores como Thomas Sydenham, Giovanni Maria Lancisi, William Farr o John Snow que también escribieron interesantes postulados sobre la necesidad de un medio ambiente adecuado para garantizar nuestra existencia. Ya no de las personas que ahora pisamos la Tierra, sino de los generaciones futuras: nosotros somos responsables del planeta que les dejamos.

Efectos del medio ambiente sobre la salud

Según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud), mueren aproximadamente 1,3 millones de personas en todo el mundo por los efectos de la contaminación atmosférica urbana. La mitad proceden de países en vías de desarrollo.

Las afecciones y falta de higiene en el medio ambiente afectan de diferentes formas a la salud de los habitantes. Problemas respiratorios, cardíacos, cánceres, etc., son los efectos más habituales. Estos se revelan con mayor virulencia en aquellas personas que ya están aquejadas de algún tipo de enfermedad.

Si vivimos en una sociedad con un medio ambiente sucio capaz de provocar un gran número de enfermedades, es evidente que nuestro cuerpo jamás gozará de una buena salud. Este hecho redunda negativamente en nuestra mente.

Como es bien sabido, el sistema endocrino y nervioso regulan las funciones corporales. Emociones y pensamientos tienen una fuerte dependencia de la salud. Hemos de vernos como seres integrales en cuyos organismos todo está relacionado.

La interacción de nuestro cuerpo en un medio ambiente viciado y de baja calidad atmosférica y orgánica redundará directamente en nuestra mente. Pensamientos negativos, emociones y sentimientos de dolor pueden estar afectadas directamente por nuestra fisionomía.

Qué beneficios hay en el cuidado del medio ambiente

El cuidado del medio ambiente aporta una serie importante de beneficios que todos tenemos que tener claros. En este sentido, las ventajas son muy numerosas tanto a nivel individual como colectivas:

• La reducción de la contaminación del aire aporta una mayor calidad del mismo, por lo que el efecto es tan beneficioso para nuestro organismo como para nuestra propia mente.

• La reducción del consumo de combustibles fósiles ayudará a la detención de la deforestación del planeta, lo que mejorará el ambiente, el aire que respiramos y nuestro propia salud.

• La posibilidad de vivir en un ambiente más sano y limpio afecta directamente a nuestra psique. La unión del todo que es nuestra fisionomía y mente vivirá un efecto muy positivo.

• El proyecto común de mejora del medio ambiente ayuda en un sentido positivo a nuestra forma de pensar. Al ser algo colectivo, aumenta nuestra asertividad y nuestra solidaridad.

• El hecho de saber que estamos haciendo algo bueno, tanto a nivel individual como colectivo, es un acicate para ser más positivos en nuestra forma de pensar.

• Por supuesto, mientras no tengamos una forma viable de salir de este planeta, aunque sea por un mezquino sentido egoísta y no por agradecerle a la naturaleza aquello que nos brinda, es misión de todos cuidar de nuestro planeta, de nuestra madre Tierra.

El cuidado del medio ambiente no es un capricho. La falta de tacto con nuestro mundo tiene unos efectos tanto directos como indirectos y colaterales que afectan a cada una de las personas que habitamos la tierra. Es misión de todos protegerlo si de verdad queremos seguir teniendo la oportunidad de vivir.

Ecoportal.net

La Mente es Maravillosa

Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Desarrollo-Sustentable/Vivimos-en-la-Tierra-como-si-tuvieramos-otra-a-la-que-ir

Imagen: http://cdn.ecoportal.net/var/ecoportal_net/storage/images/temas-especiales/desarrollo-sustentable/vivimos-en-la-tierra-como-si-tuvieramos-otra-a-la-que-ir/2088346-1-esl-ES/Vivimos-en-la-Tierra-como-si-tuvieramos-otra-a-la-que-ir_large.jpg

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