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Entrevista a Noé Jitrik. «Si no hay filosofía ni literatura en la sociedad, la ciencia va a ser endeble»

26 Marzo 2017/Fuente: lanacion/Autor:Natalia Gelós

Para el escritor, ensayista e investigador, que acaba de publicar una novela y una autobiografía, escribir es una «experiencia radical», una búsqueda entre palabras «sustantivas y reales». «La lectura siempre ha sido la palanca del cambio», dice

Más tarde, en este café que resiste desde la década del 30, Noé Jitrik pronunciará con desprecio la palabra «tedio». ¿Qué queda si no hay libros, historias, películas, cultura? Eso, y lo dirá arrugando el entrecejo, con una mueca, como se ahuyenta a un fantasma rengo. También dirá: «No me gusta lo ?poetoso’, lo vehemente. Me gusta una prosa contenida y buscar, en esa contención, efectos posibles». Y sus ochenta y nueve años sólo serán, entonces, apenas un número que explica el tiempo necesario para armar una trayectoria como la suya, que comprende ensayos, ficciones e investigaciones, la dirección del Instituto de Literatura Hispanoamericana y de la colosal colección de doce tomos de Historia crítica de la literatura argentina. Días antes dirá que prefiere la tarde para charlar, porque lo encuentra más lúcido y más espeso. Aquí está, entonces, en una tarde de ciudad agitada, en una mesa de café en el barrio de San Nicolás, para hablar de su última novela, Terminal (Voria Stefanovsky Editores), de su autobiografía Fantasmas del saber (Editorial Ampersand) y de la necesidad de la literatura para la sociedad.

¿Cómo nace la historia de Terminal? ¿Cómo ve usted su propia novela?

Sale de un texto anterior, de la novela Destrucción del edificio de la lógica. En ambos casos no es tanto el tema que se va desencadenando, sino ciertas atmósferas que son las que a mí me motivan. Hoy pensaba en eso: hay cierto halo de misterio que tiene el barrio San Cristóbal de Buenos Aires, los hoteles, los cafés. No es que haya vivido en ese barrio pero cuando paso por ahí siento eso. Siempre me pregunto sobre la vida secreta de sus hoteles. Eso desencadena una acción posible, y una acción posible desencadena personajes posibles que son necesarios para un relato, y luego ese relato está sometido a una serie de variables y afluentes que corresponden a mi memoria, a mis fantasías, a mis obsesiones, pero no de persona sino de escritor. Ese tipo de cosas se va intercalando y tiene algo que me importa mucho: la idea de desplazamiento. El ritmo narrativo tiene un momento disperso, desesperado, y un momento de calma. Los momentos de desplazamiento son los hoteles. Los momentos de reposo son los cafés.

La atmósfera, el paisaje: ambas ideas son abordadas en Fantasmas del saber. ¿Cuándo piensa todo esto que explica? ¿Durante la escritura o después?

Ahora. Sólo ahora lo pienso. San Cristóbal también está ligado al Hospital Francés. En otro texto que tengo guardado hay escenas del hospital, que en San Cristóbal es un núcleo de situaciones, un estallido de cosas. Uno llega ahí y empieza a pensar. Los hotelitos que están al lado del hospital, ¿quiénes se alojan ahí? Son los aspectos misteriosos. No es la manera de un Mujica Lainez que habla de Buenos Aires. Tampoco las figuraciones urbanas de Bioy Casares se hacen cargo de esa zona enigmática.

¿ Cómo comienza una historia?

Lo que la desencadena es una primera frase que me parece convincente y me sugiere la posibilidad de seguir. Es la cualidad del lenguaje: uno dice A y enseguida convoca a las otras vocales. Todo comienzo en materia de lenguaje supone narraciones posibles. No tengo temas por anticipado.

¿Se bloquea a veces? ¿Qué hace en esos momentos?

Confío mucho en el sueño. No lo induzco pero me doy cuenta de que cuando estoy con algo, con un nudo que no he resuelto, por la mañana cuando me despierto generalmente tengo la salida.

Terminal, Fantasmas del saber, en el medio la Universidad de Villa María publicó sus trabajos sobre Sarmiento, salió La Nopalera, el sexto libro de notas sobre su paso por México y también están las contratapas de Página/12. ¿Cómo conviven esos géneros?

Tal vez sea yo un bipolar. También hay momentos en los que no se me ocurre nada.

¿Cómo se lleva con esos momentos?

Mal, porque soy un tipo completamente anormal. No tengo más vida que la escritura. En esos días soy un monstruo. Cuando no tengo para escribir, me desespero. Cuando salgo de eso, y empiezo por una punta, me convocan una cantidad de estímulos de diversa naturaleza. Escribo poesía y al mismo tiempo relatos y artículos periodísticos. Las contratapas me interesan porque es una manera de participar desde mi perspectiva en algo. Todo eso viene junto.

¿Cuándo fue la última vez que apareció el ya trillado fantasma de la hoja en blanco?

Ayer, anteayer. Hoy ya estoy saliendo del pozo. Yo intento que mi escritura sea material. Hay que escribir con palabras que sean verdaderas, sustantivas y reales.

¿Cómo se logra eso?

Se siente.

La percepción aparece como idea en Fantasmas del saber, en Terminal es parte del atractivo de la historia. ¿A qué se refiere con sentir una escritura?

Es funcional. Después de ese sentir, empieza una posibilidad de percibir y preguntarse qué fue lo que motivó, y después que uno más o menos entra en ese campo, el de explicarse por medio de la percepción, ahí ya puede entrar en el nivel del conocimiento y la explicación, que es donde entra eso que podría llamarse la crítica.

¿Cómo se para usted frente a los críticos literarios?

No es una profesión la de la crítica, es una actitud en relación con el lenguaje y con las cosas que a uno le pasan. Es un gremio que tiene el poder. Hacen reseñas, escriben notas y califican. Suerte para ellos. Yo no tengo eso. Lo que podría llamar crítica es un nivel de progresión a partir de un sentimiento que se convierte en percepción, luego un conocimiento y la necesidad de transmitirlo. Ahí está lo que yo llamaría la crítica. Ahora estaba leyendo el Borges de Bioy Casares. Esa actitud crítica era permanente. Dos escritores, dos personas que no tienen otra cosa que la percepción y la explicación de eso que han percibido. Yo trato de explicar, de ser razonable y mostrar un aparato. Y ese aparato tiene historia, está impregnado de ciertos saberes que he leído, de otros teóricos de orden lingüístico, filosófico, que me conducen a hacer algo diferente de lo que hacen ellos.

Ahí estaría explicando la fórmula Jitrik.

Sí, y ahí de alguna forma me condeno porque siempre me llaman «crítico» y como socialmente el crítico es un tipo muy limitado, dicen: «Si es crítico, ¿por qué va a hacer poesía o va a escribir una novela?». En Terminal, hay un policía y un presunto escritor y charlan y evocan un poema de Lugones y viene un mozo y los corrige. ¿De dónde sale ese material? Es mi manera de introducir crítica en el orden narrativo. Eso me parece que a esta novela le da cierto carácter vanguardista. Se separa de las prácticas narrativas más frecuentes en la Argentina que siempre cuentan conflictos, separaciones, amores, drogas, sexualidad. Yo intento una cosa en la que la distorsión de los términos dé lugar a un relato.

¿Disfruta la narrativa actual?

Hay cosas que me han interesado. Las he leído con gusto y demás, pero creo que siguen líneas que son aceptables, que las grandes editoriales toman porque les parece que esa lectura más o menos corriente se requiere, acepta y celebra. Mi aspiración es otra. Mi aspiración es que los lectores se detengan en eso, que se pregunten «¿qué está haciendo este tipo?».

Usted escribe que a partir de la lectura de Dostoievski comprende el carácter indispensable de la literatura para la sociedad. ¿La sociedad le da ese valor a la lectura?

Se la rechaza. Ese señor que está ahí no lee. ¿Por qué? Porque la lectura lo cambiaría. Prefiere permanecer en una zona que yo llamo de garantía: si yo estoy tomando un café y tengo un vaso de agua, lo comprendo, y quiero que sea para siempre, que no me molesten con que el vaso de agua tiene que ir acá. Los lectores son una enorme minoría. A mí me parece que la lectura siempre ha sido la palanca del cambio. En esta indiscriminación del libro, en esta industria parece que eso ya no ocurre, es excepcional que algo tenga esa fuerza para cambiar, pero individualmente, sí. Esa escena casi mitológica del Che Guevara contra un árbol leyendo Jack London es casi lo mejor de la historia del Che. El libro le dijo lo que era lo suyo en la vida.

En su autobiografía habla de los libros no leídos. ¿Cuándo decide no leer?

Las opiniones masivas nunca me convencieron. A García Marquez lo descubrí mucho después, por ejemplo, y ahí sí lo fui siguiendo.

¿Cuál sería el mejor García Márquez?

Para mí es el de El coronel no tiene quien le escriba, donde tiene categorías más profundas que la mera anécdota. Ha sido un gran escritor. El tema y el ingenio tienden a predominar y como tiene un aparato narrativo muy sólido, lo hace muy bien. Domina el arte de la narración.

¿Qué diferencia ve entre la escritura y el arte de la narración?

La escritura es una experiencia radical. El arte de la narración es la capacidad de poseer un instrumento que le permite a uno resolver un determinado tipo de discurso.

¿Cómo surgió el proyecto de Historia crítica de la literatura argentina, que está por completarse luego de tantos años?

Me pregunté cómo narrar la literatura argentina: tenía un nacimiento claro y un final, el de la desdicha, que era el de la dictadura militar, donde hubo muchos best sellers, donde la gente quería distraerse, y que significó el gran negocio de las editoriales, mientras la literatura argentina estaba reprimida. ¿Qué había en el medio? Eso fue lo que nos preguntamos y así salieron capítulos. Doce volúmenes eran doce momentos. Cierta concepción de la historia se hacía presente también, pero prevalecía el carácter narrativo que le quisimos dar al conjunto, a cada volumen y a cada trabajo.

¿Por qué salió el primer volumen tanto tiempo después? (El primer volumen publicado fue el 10, y salió al ruedo en 1999.)

Porque era una empresa editorial, no científica o académica, que trabaja con una perspectiva comercial que había que considerar y pesó quiénes podían emprender antes el trabajo. El número uno salió hace dos años. Éste es un trabajo que hemos hecho casi vocacionalmente. Espero que en algún momento se comprenda, porque no ha habido respuesta. Es un libro que para mucha gente es indispensable, es una fuente de recursos, las bibliotecas extranjeras lo tienen, pero como exégesis de esta obra sólo dos o tres colegas muy buenos se ocuparon del asunto.

¿Y cuándo saldrá el último volumen, el doce?

Estamos terminándolo. Faltan detalles, y que entreguen algunos colaboradores. Esperamos que salga en el curso de este año.

En este contexto donde se pone en discusión el lugar que se le da a la investigación científica, ¿qué puede decir sobre la necesidad de las investigaciones que se dan en el Instituto de Literatura Hispanoamericana?

En este momento, el planteo de ciencia aplicada con limitación de ciencia pura afecta también a las ciencias sociales y a las humanidades, porque en ese planteo empieza a predominar un criterio de aplicabilidad del que se habla en la industria. Esto afecta a las ciencias sociales porque no son prácticas. El ministro Barañao preguntó a quién le importaba lo que había pasado en la Edad Media en España, como diciendo «¿Eso con qué se come?». Es un acto de barbarie, porque la cultura se forma desde lo secreto hasta lo explícito. Para que haya buena ciencia es necesario que haya buena literatura. A lo mejor yo soy un poco platónico en esto, pero si no hay filosofía en una sociedad, si no hay literatura, la ciencia va a ser endeble. La ciencia tiene que ser fuerte y la ciencia aplicada tiene que ser una inteligente adaptación como fruto de todo ese entramado, por eso en el Conicet las ciencias sociales poco a poco se abrieron camino. Se supone que pese a las diferencias, en una sociedad hay miradas responsables sobre lo que es la cultura y la ciencia. Esto crea una fisura social muy grande. ¿A quién le importan los delirios de Juan L. Ortiz? Pensar en los delirios de Juan L. Ortiz abre la cabeza, abre mundos. Ya lo decían los filósofos de la Cábala: la palabra abre universos.

Biografía

Noé Jitrik nació en 1928 en Rivera, provincia de Buenos Aires. Autor de cuentos, novelas y ensayos críticos, dirige el Instituto de Literatura Hispanoamericana y, desde 1999, la colección de doce tomos de Historia crítica de la literatura argentina. Sus últimos libros son la novela Terminal y Fantasmas del saber.

¿Por qué lo entrevistamos?

Porque es una de las mentes más lúcidas para pensar la literatura, y la practica con esa misma vocación

La foto

Noé Jitrik elige una foto tomada por su hija, la artista Magdalena Jitrik, pensada como portada de alguno de los libros. «Es una hermosa foto y en ella se ven las arcas que he juntado en algunos viajes.» Los libros de la foto fueron puestos al azar. Jitrik destaca los colores, la belleza de la imagen.

Fuente de la entrevista: http://www.lanacion.com.ar/1994364-noe-jitrik-si-no-hay-filosofia-ni-literatura-en-la-sociedad-la-ciencia-va-a-ser-endeble

Fuente de la imagen: http://bucket3.glanacion.com/anexos/fotos/92/literatura-2383292w620.jpg

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Francesco Tonucci: La Misión principal de la Escuela ya no es Enseñar cosas

Por: Educación y Cultura AZ. 24/03/2017

“La misión de la escuela ya no es enseñar cosas. Eso lo hace mejor la TV o Internet.” La definición, llamada a suscitar una fuerte polémica, es del reconocido pedagogo italiano Francesco Tonucci.
Pero si la escuela ya no tiene que enseñar, ¿cuál es su misión? “Debe ser el lugar donde los chicos aprendan a manejar y usar bien las nuevas tecnologías, donde se transmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo”, responde.

Para Tonucci, de 68 años, nacido en Fano y radicado en Roma, el colegio no debe asumir un papel absorbente en la vida de los chicos. Por eso discrepa de los que defienden el doble turno escolar.

“Necesitamos de los niños para salvar nuestros colegios”, explica Tonucci, licenciado en Pedagogía en Milán, investigador, dibujante y autor de Con ojos de niño, La ciudad de los niños y Cuando los niños dicen ¡Basta!, entre otros libros que han dejado huella en docentes y padres. Tonucci llegó a la Argentina por 15a. vez, invitado por el gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, a quien definió como “un lujo de gobernante”.

Dialogó con LA NACION sobre lo que realmente importa a la hora de formar a los más chicos y dejó varias lecciones, que muchos maestros podrían anotar para poner en marcha a partir del próximo ciclo escolar.

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Propuso, en primer lugar, que los maestros aprendan a escuchar lo que dicen los niños; que se basen en el conocimiento que ellos traen de sus experiencias infantiles para empezar a dar clase. “No hay que considerar a los adultos como propietarios de la verdad que anuncian desde una tarima”, explicó.

Recomendó que “las escuelas sean bellas, con jardines, huertas donde los chicos puedan jugar y pasear tranquilos; y no con patios enormes y juegos uniformes que no sugieren nada más que descarga explosiva para niños sobreexigidos”.

Y que los maestros no llenen de contenidos a sus estudiantes, sino que escuchen lo que ellos ya saben, y que propongan métodos interesantes para discutir el conocimiento que ellos traen de sus casas, de Internet, de los documentales televisivos. “¡Que se acaben los deberes! Que la escuela sepa que no tiene el derecho de ocupar toda la vida de los niños. Que se les dé el tiempo para jugar. Y mucho”, es parte de su decálogo.

De hablar pausado y de pensamiento agudo, Tonucci transmite la imagen de un padre, un abuelo, un educador que aprendió a ver la vida desde la perspectiva de los niños. Y recorre el mundo pidiendo a gritos a políticos y dirigentes que respeten la voz de los más pequeños.

-¿Cómo concibe usted una buena escuela?

-La escuela debe hacerse cargo de las bases culturales de los chicos. Antes de ponerse a enseñar contenidos, debería pensarse a sí misma como un lugar que ofrezca una propuesta rica: un espacio placentero donde se escuche música en los recreos, que esté inundado de arte; donde se les lean a los chicos durante quince minutos libros cultos para que tomen contacto con la emoción de la lectura. Los niños no son sacos vacíos que hay que “llenar” porque no saben nada. Los maestros deben valorar el conocimiento, la historia familiar que cada pequeño de seis años trae consigo.

-¿Cómo se deberían transmitir los conocimientos?

-En realidad, los conocimientos ya están en medio de nosotros: en los documentales, en Internet, en los libros. El colegio debe enseñar utilizando un método científico. No creo en la postura dogmática de la maestra que tiene el saber y que lo transmite desde una tarima o un pizarrón mientras los alumnos (los que no saben nada), anotan y escuchan mudos y aburridos. El niño aprende a callarse y se calla toda la vida. Pierde curiosidad y actitud crítica.

-¿Qué recomienda?

-Me imagino aulas sin pupitres, con mesas alrededor de las cuales se sientan todos: alumnos y docentes. Y donde todos juntos apoyan, en el centro, sus conocimientos, que son contradictorios, se hacen preguntas y avanzan en la búsqueda de la verdad. Que no es única ni inamovible.

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-¿Cuál es rol del maestro?

-El de un facilitador, un adulto que escuche y proponga métodos y experiencias interesantes de aprendizaje. Generalmente los pequeños no están acostumbrados a compartir sus opiniones, a decir lo que no les gusta. Los docentes deberían tener una actitud de curiosidad frente a lo que los alumnos saben y quieren. Les pediría a los maestros que invitaran a los niños a llevar su mundo dentro del colegio, que les permitieran traer sus canicas, sus animalitos, todo lo que hace a su vida infantil. Y que juntos salieran a explorar el afuera.

-Varias veces usted ha dicho que la escuela no se relaciona con la vida. ¿Por qué?

-Porque propone conocimientos inútiles que nada tienen que ver con el mundo que rodea al niño. Y con razón éstos se aburren. Hoy no es necesario estudiar historia de los antepasados, sino la actual. Hay que pedirles a los alumnos que se conecten con su microhistoria familiar, la historia de su barrio. Que traigan el periódico al aula y se estudie sobre la base de cuestiones que tienen que ver con el aquí y ahora. Esto los ayudará a interesarse luego por culturas más lejanas y entrar en contacto con ellas.

-¿Cómo se puede motivar a los alumnos frente a los atractivos avances de la tecnología: el chat, el teléfono celular, los juegos de la computadora, el iPod, la play station?

-El colegio no debe competir con instrumentos mucho más ricos y capaces. No debe pensar que su papel es enseñar cosas. Esto lo hace mejor la TV o Internet. La escuela debe ser el lugar donde se aprenda a manejar y utilizar bien esta tecnología, donde se trasmita un método de trabajo e investigación científica, se fomente el conocimiento crítico y se aprenda a cooperar y trabajar en equipo.

-¿Es positiva la doble escolaridad?

– En Italia llamamos a este fenómeno “escuelas de tiempo pleno”. La pregunta que me surge es: ¿pleno de qué? Esta es la cuestión. La escuela está asumiendo un papel demasiado absorbente en la vida de los niños. No debe invadir todo su tiempo. La tarea escolar, por ejemplo, no tiene ningún valor pedagógico. No sirve ni para profundizar ni para recuperar conocimientos. Hay que darles tiempo a los niños. La Convención de los Derechos del Niño les reconoce a ellos dos derechos: a instruirse y a jugar. Deberíamos defender el derecho al juego hasta considerarlo un deber.

Consulta la nota en: La Nación Argentina

Imágenes tomadas de Alaya Difundiendo Infancia

Fuente: http://www.educacionyculturaaz.com/noticias/francesco-tonucci-la-mision-principal-de-la-escuela-ya-no-es-ensenar-cosas

Fotografía: educacionyculturaaz

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Entrevista a Bill Ayers:Una Mirada Internacional sobre la Calidad de la Educación

La Otra Mirada y el Centro Nacional de Investigaciones educativas; el profesor Luis Bonilla Molina ha iniciado un conjunto de entrevistas a 100 de los más destacados académicos, investigadores y luchadores sociales que en todo el planeta defienden la educación como un derecho humano fundamental.

Voces, conciencias y opiniones desde todos los lugares del mundo nos dan a conocer su opinión sobre la CALIDAD DE LA EDUCACIÓN. En la perspectiva de alimentar los debates que los maestros, maestras, profesores y autoridades de los Ministerios de Educación desarrollan sobre este particular.

Luis Bonilla-Molina entrevista a Bill Ayers quien es un catedrático de educacion e investigador destacado de la universidad en Chicago,  contando con un conjunto de publicación, como enseñando para la libertad, enseñar un viaje en cómic…

A continuación el vídeo de la entrevista: 

 

 

*Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/

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Entrevista a René Ramírez, Secretario Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador

Por: René Ramirez | Foto: Daniel Molineros / El Telégrafo/24-03-2017
Para el académico, 2016 “puede ser leído como el año del fin del largo siglo XX en términos históricos”. Agrega que el Para el académico, 2016 “puede ser leído como el año del fin del largo siglo XX en términos históricos”. Agrega que el Brexit, la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y la muerte de Fidel Castro simbólicamente marcan un parteaguas en la correlación de fuerzas a nivel mundial, tanto política como económica.

¿Cómo se llama su nuevo libro?

“La gran transición: en busca de nuevos sentidos comunes”.

¿Por qué la gran transición?

En referencia al libro Karl Polanyi “La gran transformación”, ubico lo sucedido Ecuador en esta década en el marco de la disputa política, en el marco de los antecedentes neoliberales que marcaron dos décadas perdidas para el país y América Latina. Existe un absurdo histórico de querer señalar que 10 años es suficiente para hacer una transformación estructural, como han mencionado ciertos políticos como María Paula Romo o Guillermo Lasso. Eso es no tener idea de la historia ni ecuatoriana ni mundial. Aquello es imposible, más aún cuando se tuvo que desmotar toda una institucionalidad creada para generar una sociedad oligárquica, y luego de destruirla volver a edificar otra que busque el bien común de las grandes mayorías. Si alguien está siendo arrastrado por la corriente en dirección a una cascada, lo primero que tiene que hacer es re-enrumbar el barco para que tome otra dirección. Estos diez años, han permitido re-direccionar el barco, navegando a contracorriente de las relaciones de poder mundial, y generar la energía social suficiente para dirigirse hacia aguas pacíficas y poder anclar en buen puerto. Parte de la gran transición implica haber redireccionado el barco, al mismo tiempo que se mejoraba el bienestar de sus pasajeros.

¿Esto quiere decir que no existe una década ganada?

Claro que existe una década ganada; y tenemos frente a nosotros otra década por ganar, pero es primero una década por disputar. No obstante, debemos hacer una lectura histórica de la década ganada. Más allá de los resultados sociales, que son a todas luces positivos (se ha reducido la pobreza, han mejorado los niveles de consumo, de ingreso, acceso universal a educación y salud, etc.),existe una década ganada en términos políticos justamente porque está viva la posibilidad de seguir disputando una transformación de las estructuras sociales para edificar un nuevo orden social: la construcción de una democracia humana sostenible; es decir, la sociedad del buen vivir.

¿Cuáles son las condiciones históricas que identifica en esta gran transición que viabilizan la gran transformación?

Que haya existido un momento destituyente/constituyente, donde la ciudadanía manifiestela necesidad de firmar un nuevo pacto social de convivencia que genere un nuevo orden social; que el nuevo pacto social viabilice una transformación estructural; y que las decisiones políticas que acompañan al nuevo pacto hayan sido acciones estructurantes que permiten configurar las condiciones de posibilidad de poder disputar la gran transformación.

Está claro el momento destituyente/constituyente, ¿pero el nuevo pacto social viabiliza un nuevo orden social?

No me cabe la menor duda. El horizonte de sentido está plasmado en el nuevo texto constitucional. Los tránsitos para la transformación son algunos. Por ejemplo, debemos pasar: 1) del antropocentrismo al biocentrismo; 2) del colonialismo y patriarcalismo a la sociedad pluridiversa (plurinacional e intercultural); 3) de la democracia exclusivamente representativa (que es consustancial al capitalismo) a la democracia humana sostenible, basada en la participación y deliberación social; 4) del capitalismo de mercado (desmercantilización social) a la economía social y solidaria; y, 5) del Estado corporativo mercantilista al Estado soberano popular garantizador de derechos.

Europa planteó la construcción del Estado de Bienestar y esa ha sido la última propuesta de construcción de un nuevo orden social (luego del fracaso de los ofrecimientos de sociedad realizados por el bloque soviético). Ahora parece que la derecha empieza a desmantelarlo. En este marco, el camino se basaba, entre otras aristas, en reconocer la igualdad de los ciudadanos frente a los derechos sociales basados en la democracia representativa. Sin lugar a dudas, las propuestas constitucionales de Suramérica avanzan en esa dirección y los gobiernos progresistas han avanzado rápidamente en reducción de pobreza, desigualdad y democratización de derechos. Pero en el mundo que vivimos aquello es insuficiente. La “nueva modernidad”, si cabe el término, pasa por la construcción de sociedades plurinacionales. Eso plantean las Constituciones de Ecuador y Bolivia, que sin lugar a dudas están en la vanguardia en estos términos. Mientras esto planteamos en el Sur, en Europa la semana pasada en dos días murieron 340 migrantes tratando de llegar a sus tierras. De hecho, en el 2016 se llegó a la cifra record de 4300 muertos en el mediterráneo con 3 veces menos llegadas de migrantes por el mar que en el 2015. Europa ahora es sinónimo de oscurantismo y barbarie. La igualdad tiene que convivir con la diversidad y reconocer la diversidad de identidades que hay en el mundo. En este marco, la vanguardia está en reconocer la ciudadanía universal y el reconocimiento de que se puede construir Estados Plurinacionales unitarios respetando la pluriculturalidad de identidades y de naciones que conviven en cada territorio.

En su diagnóstico del surgimiento del fascismo a mediados del s. XX, Polanyi muestra cómo el nacionalismo xenófobo fue una reacción contra la enorme desigualdad provocada por el libre mercado, un mecanismo de defensa social. En nuestros días, salvando las distancias de la analogía, parece ser que la historia se repite.

¿Y, en el ámbito económico qué implicanlas transiciones que viabilizan la transformación?

A nivel mundial, podría pensar que el 2016 puede ser leído como el año del fin del largo siglo XX en términos históricos. El Brexit, la victoria de Trump y la muerte de Fidel simbólicamente marcan un parteaguas en la correlación de fuerzas a nivel mundial, tanto política como económica. Solo el rechazo de los tratados transatlántico y transpacífico, y la salida de la UE de Gran Bretaña configuran otro escenario en el panorama mundial. García Linera señala que es el fin de la globalización. Personalmente creo que es el comienzo de otra globalización. Ecuador debe pensarse en ese marco.

En estos 10 años se ha podido caminar disputando el sentido de la barbarie de lo que es el capitalismo pero obviamente dentro del capitalismo. La izquierda autista cree que era viable hacerlo desde otro sistema. ¡Imposible! A veces siento que esta izquierda no entiende nada de lo que significa el poder, en tanto que la derecha tiene un gran entendimiento no solo de su significado sino también de cómo ejercerlo.

En términos resumidos puedo señalar que en el libro planteo que en esta década se han realizado tres acciones (a diferentes velocidades) que son indispensables para seguir disputando una gran transformación: 1) una gran desconcentración del capital; 2) una nueva acumulación socio-ecológica originaria; 3) una gran acumulación de capital físico. Queda pendiente buscar edificar una forma de organización productiva en donde se redistribuya produciendo y se produzca distribuyendo.Planteamos la construcción de una economía social de los conocimientos construida desde una lógica colaborativa.

En estos procesos se tiene que configurar otros sentidos comunes que rompan la hegemonía del valor de cambio y se edifique una nueva apropiación social valórica basada en la vida y en el valor de uso.Debemos romper con la sociedad que sabe el precio de todo, pero conoce el valor de muy pocas cosas. La construcción y apropiación de tales sentidos es tarea pendiente de la segunda transición que se encuentra en disputa.

¿La izquierda que Usted llama autista señala que los grandes ganadores son los capitalistas? ¿Qué opina frente a tal afirmación?

La década es ganada porque ha ganado toda la sociedad. La diferencia es que en comparación con el período precedente a estos diez años hubo una prioridad deliberada: los pobres y los trabajadores. En el libro demuestro que el crecimiento de estos 10 años fue pro-pobre y pro-trabajador. La participación en el pastel (que, dicho sea de paso, se duplicó) disminuyó 10% para los capitalistas y se distribuyó en los trabajadores y en aquella economía denominada mixta (por ejemplo, economía popular, cooperativas, etc.). En estos diez años se tomaron decisiones que disputaron una desacumulación de la lógica capitalista; es decir, que pase de manos —ya sea en stock o en flujos futuros— de los capitalistas hacia la sociedad, ya sea directamente o indirectamente a través del Estado. Para muestra unos botones:el resarcimiento de los dos mayores atracos sociales en la historia del país, con la auditoría de la deuda externa y el cobro del salvataje bancario de 2000; la recuperación social de las rentas petroleras; el financiamiento de la duplicación del bono de desarrollo humano destinado a los más pobres financiados con las utilidades de los bancos privados son ejemplos de esta desconcentración de capital. En términos estructurales, debemos estar vigilantes que el acuerdo comercial no conlleve una reconcentración de la acumulación en el capital transnacional y que aquella acumulación originaria producida en esta década no sirva para generar otra acumulación, sino que produzca reconcentración de la riqueza en donde se perpetúe el patrón de especialización del país.

Asimismo, se ha dado una nueva acumulación socio-ecológica originaria, sobre todo al democratizar capacidades humanas: acceso a educación, salud, seguridad social, o al evitar la emisión de 6,3 toneladas/año de CO2 como consecuencia del cambio en la matriz energética, etc. No es fortuito que el promedio de vida de los ecuatorianos haya aumentado 5.5 años.

En esta transición, así no le guste escuchar a la izquierda autista, siempre será necesario una acumulación importante de capital físico no especulativo que viabilice otra acumulación: carreteras, hidroeléctricas, puertos, aeropuertos, etc.

Lo que debemos tener claro es que en este escenario se ha producido una acumulación que no existía antes y que la derecha se está frotando las manos para servirse la mesa puesta. Luego que se creó una riqueza que no existía, la derecha busca concentrar los beneficios en pocas manos en capitalistas nacionales y/o transnacionales. Congelar el aumento del gasto social por 20 años, imponer eliminar la obligación de garantizar la educación inicial y media que sea pública y gratuita realizada por Temer; o la reducción de la inversión en Ciencia y Tecnología que realizó Macri o la propuesta de Lasso de privatizar la seguridad social para que cada “uno elija” su proveedor a nombre de la libertad (léase el que tiene plata elija y para los demás nada) es clara evidencia de una nueva acumulación que pretende hacer o ya lo está haciendo los grandes capitales en nuestro continente luego de la década social ganada por los gobiernos progresistas. La propuesta de la derecha: la apropiación de las capacidades humanas y las instituciones de interés común. Debemos darnos cuenta que en Argentina, Brasil –por ejemplo- la disputa por la transformación se ha vuelto muy opaca.

¿Cuál debería ser la estrategia?

En la disputa de constitucionalizar a la sociedad ecuatoriana se debe tener claro el sentido de la historia que vivimos actualmente. La inserción en el mundo ya no pasa por permitir un libre flujo de bienes y servicios. Como señalé, parece ser que el 2017 será el inicio del siglo XXI. Esa estrategia es del siglo pasado y nos sumiría en la peor de las dependencias de la historia. Cuando en el libro hablo de la gran transición también señalo que no se trata de una sola transición sino de dos: la que firmamos los ecuatorianos y que está plasmada en el texto constitucional y la que sucede a escala mundial: el transito del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo basados ambos en procesos de financiarizaciónespeculativa de la economía. La nueva política comercial pasará por el manejo de la propiedad intelectual, y la estrategia debe estar vinculada a una inserción inteligente en los grandes circuitos de generación de conocimiento, tecnología e innovación en el marco de las necesidades y potencialidades de nuestros pueblos. Lamentablemente, veo muy poco debate sobre cuál es el papel de la ciencia en la trasformación socialy cuál es la estrategia de desarrollo tecnológico para las próximas décadas en Ecuador. Ecuador no saldrá de las trampas de desarrollo sino plantea una estrategia clara de cómo romper la dependencia tecnológica y cognitiva; pero tampoco saldrá adelante sino sabe defender y conocer la biodiversidad que tiene. No es fortuito que en los tratados mundiales se obligue a los países a poner en los códigos orgánicos penales sanciones hasta con prisión cuando se atenta a los derechos de autor o de propiedad, en tanto que no se diga nada cuando se roba la biodiversidad de nuestros territorios (biopiratería). En el libro se plantea que la nueva geopolítica ya pasa por la disputa de la relación conocimiento-biodiversidad; es por eso, que la estrategia planteada es el bio-conocimiento para el buen vivir de nuestros pueblos y nacionalidades. Gracias a dios tenemos petróleo pero debemos tener claro que únicamente gracias a una acción colectiva social deliberada podremos ser un país terciario exportador de conocimiento y tecnología. Gracias a dios tenemos Galápagos, pero gracias a la voluntad de los ecuatorianos nos construiremos como innopolis.

¿A qué se refiere cuando señala el poco debate que se da sobre estos temas en el proceso electoral?

Es muy triste ver cómo hemos caído en la democracia de la ‘encuestología’, que para el caso de la oposición del gobierno consiste simplemente en oponerse a todo lo que el gobierno ha hecho según sus encuestas. No existe ninguna propuesta. No solo eso. Si uno analiza lo que dicen los candidatos, el país quebraría en más temprano que tarde. Ecuador no tiene política monetaria por tener el dólar, la política comercial podrá verse cercenada por obvias razones y a su vez se escucha en las propuesta de los candidatos que van a bajar impuestos, van a quitar el impuesto a la salida de divisas o el del anticipo del impuesto a la renta, etc. Cuando el gobierno puso las salvaguardias, entre otras razones, para defender la dolarización,la derecha inmediatamente salió a atacarlo. Se quiere garantizar derechos de calidad como en el “primer mundo”, con sistema de impuestos del cuarto mundo: ¡inviable! De concretarse tales acciones, en poco tiempo el Ecuador tendría que salir de la dolarización (sino varía el precio del barril del petróleo radicalmente hacia arriba). Creo que estamos en un debate poco serio en el campo económico en el proceso electoral.

Un punto más: se está disputando el pasado reprimido. La derecha dice: se gastó demasiado, ahora hay que enmendar a través del sacrificio. Es la moral punitiva, que busca inducir el temor y resolverlo señalando a un chivo expiatorio. En todos los discursos de oposición se anuncia un mesías negativo y se escucha el tono lastimero de miércoles de ceniza del carnaval revolucionario.La izquierda debe seguir disputando el futuro: la esperanza, inyectar la convicción de que es posible que todos vivamos bien, aquí, hoy y en esta tierra llamada Ecuador. ¡Dejemos que la esperanza venza al miedo!

¿Qué papel juegan los medios de comunicación en esta disputa?

Los medios de comunicación son la principal herramienta de poder usada por la derecha para producir desencanto y desesperanza. Los noticieros, los diarios intentan construir la sociedad del miedo, de la sospecha, de la desconfianza. Los noticieros que más crecen en audiencia son los que más sangre presentan. A esto se suma, las redes sociales, esta nueva esfera pública que permite a través del anonimato (trolls) difamar sin ninguna responsabilidad pública. Las estrategias de piramidación cuando se intenta generar la noticia de la semana son claras: se usan los grandes medios masivos y los grandes “influenciadores” que tienen muchos seguidores en sus cuentas de redes sociales y que no azarosamente suelen ser periodistas de medios privados. Por eso, hoy en día uno de los principales principios que hay que disputar en la democracia es la verdad y su defensa en la esfera pública.

Como ciudadano esperaría que cualquier candidato a la Presidencia de mi país siempre esté apegado a la verdad y tenga la valentía, en caso de haberse equivocado, de aclarar y pedir disculpas públicas por el error cometido. No que se utilice la mentira como estrategia deliberada de ganar votos. Ese es la estrategia de una derecha que no tiene moral. Debemos tener claro que no habrá democracia de calidad mientras no existe ética en la política y mientras no reine la verdad en la esfera pública.

Existe una izquierda que señala que ha sido una década desperdiciada. ¿Qué opina?

Comparto lo señalado por Emir Sader:para quienes ha sido una década desperdiciada es para la misma izquierda que realiza tal afirmación. La pregunta que hace el sociólogo brasileño es pertinente: si gobiernos como el de la Revolución Ciudadana serían responsables por el retorno de la derechacomo suelen afirmar estos grupos, entonces, ¿por qué esta “ultra izquierda” no se ha fortalecido, no ha aprovechado el debilitamiento de los gobiernos progresistas y hanocupado su lugar? Simple, porque no tiene ningunabase popular y porque sus argumentos no han penetrado en ningún sector de la población. Esta izquierda debería aprender que también son responsables de sus acciones o no actuaciones. Lamentablemente, la derecha ha sido mucho más astuta y eficiente en términos políticos que esta izquierda. No es casualidad que esta izquierda en las próximas elecciones no tenga ningún vocero directo como candidato presidencial.Una izquierda sin pueblo, no es izquierda. En este sentido, parece que les quedó grande el sustantivo izquierda. ¡Sí que han desperdiciado esta década!

¿Cuál es el papel de la política en este sentido?

Quizá tan importante como viabilizar la disputa es que la misma transición descrita ha sido realizada en el marco de una historia democrática y pacífica. El proceso de reconfiguración social, al tener estas características, ha permitido recuperar la confianza en el otro y sobre todo la capacidad de asombro ciudadano frente a la injusticia social, lo cual ha permitido transitar de la ira de los indignados a la esperanza ciudadana. La derecha tiene claro que la confianza, la esperanza ciudadana y la recuperación de la política son la principal arma que tienen los procesos progresistas para seguir avanzando. En este marco, es vital para la derecha desencantar, desesperanzar a la ciudadanía y desmantelar la imagen de la política como espacio para crear un orden social justo.

En este marco, es necesario entender la acción política como medio pero también como fin del proceso de cambio.De esa manera, la acción política debe crear un círculo virtuoso, basado en actores que apoyen y empujen el cambio, y que el cambio que sostienen y auspician los fortalezca. Frente a la sociedad de la desconfianza y el miedo que busca instaurar como sentido común la derecha, uno de los principales retos que tienen Lenin Moreno es re-seducir a la ciudadanía –como lo está haciendo- para continuar con el espíritu esperanzador que hemos tenido en estos 10 años, lo cual implica generar otra estética en la política.

, la victoria de Donald Trump en Estados Unidos y la muerte de Fidel Castro simbólicamente marcan un parteaguas en la correlación de fuerzas a nivel mundial, tanto política como económica.

¿Cómo se llama su nuevo libro?

“La gran transición: en busca de nuevos sentidos comunes”.

 

¿Por qué la gran transición?

 

En referencia al libro Karl Polanyi  “La gran transformación”, ubico lo sucedido Ecuador en esta década en el marco de la disputa política, en el marco de los antecedentes neoliberales que marcaron dos décadas perdidas para el país y América Latina. Existe un absurdo histórico de querer señalar que 10 años es suficiente para hacer una transformación estructural, como han mencionado ciertos políticos como María Paula Romo o Guillermo Lasso. Eso es no tener idea de la historia ni ecuatoriana ni mundial. Aquello es imposible, más aún cuando se tuvo que desmotar toda una institucionalidad creada para generar una sociedad oligárquica, y luego de destruirla volver a edificar otra que busque el bien común de las grandes mayorías. Si alguien está siendo arrastrado por la corriente en dirección a una cascada, lo primero que tiene que hacer es re-enrumbar el barco para que tome otra dirección. Estos diez años, han permitido re-direccionar el barco, navegando a contracorriente de las relaciones de poder mundial, y generar la energía social suficiente para dirigirse hacia aguas pacíficas y poder anclar en buen puerto. Parte de la gran transición implica haber redireccionado el barco, al mismo tiempo que se mejoraba el bienestar de sus pasajeros.

 

¿Esto quiere decir que no existe una década ganada?

 

Claro que existe una década ganada; y tenemos frente a nosotros otra década por ganar, pero es primero una década por disputar. No obstante, debemos hacer una lectura histórica de la década ganada. Más allá de los resultados sociales, que son a todas luces positivos (se ha reducido la pobreza, han mejorado los niveles de consumo, de ingreso, acceso universal a educación y salud, etc.),existe una década ganada en términos políticos justamente porque está viva la posibilidad de seguir disputando una transformación de las estructuras sociales para edificar un nuevo orden social: la construcción de una democracia humana sostenible; es decir, la sociedad del buen vivir.

 

¿Cuáles son las condiciones históricas que identifica en esta gran transición que viabilizan la gran transformación?

Que haya existido un momento destituyente/constituyente, donde la ciudadanía manifiestela necesidad de firmar un nuevo pacto social de convivencia que genere un nuevo orden social; que el nuevo pacto social viabilice una transformación estructural; y que las decisiones políticas que acompañan al nuevo pacto hayan sido acciones estructurantes que permiten configurar las condiciones de posibilidad de poder disputar la gran transformación.

 

Está claro el momento destituyente/constituyente, ¿pero el nuevo pacto social viabiliza un nuevo orden social?

No me cabe la menor duda. El horizonte de sentido está plasmado en el nuevo texto constitucional. Los tránsitos para la transformación son algunos. Por ejemplo, debemos pasar: 1) del antropocentrismo al biocentrismo; 2) del colonialismo y patriarcalismo a la sociedad pluridiversa (plurinacional e intercultural); 3) de la democracia exclusivamente representativa (que es consustancial al capitalismo) a la democracia humana sostenible, basada en la participación y deliberación social; 4) del capitalismo de mercado (desmercantilización social) a la economía social y solidaria; y, 5) del Estado corporativo mercantilista al Estado soberano popular garantizador de derechos.

 

Europa planteó la construcción del Estado de Bienestar y esa ha sido la última propuesta de construcción de un nuevo orden social (luego del fracaso de los ofrecimientos de sociedad realizados por el bloque soviético). Ahora parece que la derecha empieza a desmantelarlo. En este marco, el camino se basaba, entre otras aristas, en reconocer la igualdad de los ciudadanos frente a los derechos sociales basados en la democracia representativa. Sin lugar a dudas, las propuestas constitucionales de Suramérica avanzan en esa dirección y los gobiernos progresistas han avanzado rápidamente en reducción de pobreza, desigualdad y democratización de derechos. Pero en el mundo que vivimos aquello es insuficiente. La “nueva modernidad”, si cabe el término, pasa por la construcción de sociedades plurinacionales. Eso plantean las Constituciones de Ecuador y Bolivia, que sin lugar a dudas están en la vanguardia en estos términos. Mientras esto planteamos en el Sur, en Europa la semana pasada en dos días murieron 340 migrantes tratando de llegar a sus tierras. De hecho, en el 2016 se llegó a la cifra record de 4300 muertos en el mediterráneo con 3 veces menos llegadas de migrantes por el mar que en el 2015. Europa ahora es sinónimo de oscurantismo y barbarie. La igualdad tiene que convivir con la diversidad y reconocer la diversidad de identidades que hay en el mundo. En este marco, la vanguardia está en reconocer la ciudadanía universal y el reconocimiento de que se puede construir Estados Plurinacionales unitarios respetando la pluriculturalidad de identidades y de naciones que conviven en cada territorio.

En su diagnóstico del surgimiento del fascismo a mediados del s. XX, Polanyi muestra cómo el nacionalismo xenófobo fue una reacción contra la enorme desigualdad provocada por el libre mercado, un mecanismo de defensa social. En nuestros días, salvando las distancias de la analogía, parece ser que la historia se repite.

 

¿Y, en el ámbito económico qué implicanlas transiciones que viabilizan la transformación?

A nivel mundial, podría pensar que el 2016 puede ser leído como el año del fin del largo siglo XX en términos históricos. El Brexit, la victoria de Trump y la muerte de Fidel simbólicamente marcan un parteaguas en la correlación de fuerzas a nivel mundial, tanto política como económica. Solo el rechazo de los tratados transatlántico y transpacífico, y la salida de la UE de Gran Bretaña configuran otro escenario en el panorama mundial. García Linera señala que es el fin de la globalización. Personalmente creo que es el comienzo de otra globalización. Ecuador debe pensarse en ese marco.

En estos 10 años se ha podido caminar disputando el sentido de la barbarie de lo que es el capitalismo pero obviamente dentro del capitalismo. La izquierda autista cree que era viable hacerlo desde otro sistema. ¡Imposible! A veces siento que esta izquierda no entiende nada de lo que significa el poder, en tanto que la derecha tiene un gran entendimiento no solo de su significado sino también de cómo ejercerlo.

En términos resumidos puedo señalar que en el libro planteo que en esta década se han realizado tres acciones (a diferentes velocidades) que son indispensables para seguir disputando una gran transformación: 1) una gran desconcentración del capital; 2) una nueva acumulación socio-ecológica originaria; 3) una gran acumulación de capital físico. Queda pendiente buscar edificar una forma de organización productiva en donde se redistribuya produciendo y se produzca distribuyendo.Planteamos la construcción de una economía social de los conocimientos construida desde una lógica colaborativa.

En estos procesos se tiene que configurar otros sentidos comunes que rompan la hegemonía del valor de cambio y se edifique una nueva apropiación social valórica basada en la vida y en el valor de uso.Debemos romper con la sociedad que sabe el precio de todo, pero conoce el valor de muy pocas cosas. La construcción y apropiación de tales sentidos es tarea pendiente de la segunda transición que se encuentra en disputa.

 

¿La izquierda que Usted llama autista señala que los grandes ganadores son los capitalistas? ¿Qué opina frente a tal afirmación? 

 

La década es ganada porque ha ganado toda la sociedad. La diferencia es que en comparación con el período precedente a estos diez años hubo una prioridad deliberada: los pobres y los trabajadores. En el libro demuestro que el crecimiento de estos 10 años fue pro-pobre y pro-trabajador. La participación en el pastel (que, dicho sea de paso, se duplicó) disminuyó 10% para los capitalistas y se distribuyó en los trabajadores y en aquella economía denominada mixta (por ejemplo, economía popular, cooperativas, etc.). En estos diez años se tomaron decisiones que disputaron una desacumulación de la lógica capitalista; es decir, que pase de manos —ya sea en stock o en flujos futuros— de los capitalistas hacia la sociedad, ya sea directamente o indirectamente a través del Estado. Para muestra unos botones:el resarcimiento de los dos mayores atracos sociales en la historia del país, con la auditoría de la deuda externa y el cobro del salvataje bancario de 2000; la recuperación social de las rentas petroleras; el financiamiento de la duplicación del bono de desarrollo humano destinado a los más pobres financiados con las utilidades de los bancos privados son ejemplos de esta desconcentración de capital. En términos estructurales, debemos estar vigilantes que el acuerdo comercial no conlleve una reconcentración de la acumulación en el capital transnacional y que aquella acumulación originaria producida en esta década no sirva para generar otra acumulación, sino que produzca reconcentración de la riqueza en donde se perpetúe el patrón de especialización del país.

Asimismo, se ha dado una nueva acumulación socio-ecológica originaria, sobre todo al democratizar capacidades humanas: acceso a educación, salud, seguridad social, o al evitar la emisión de 6,3 toneladas/año de CO2 como consecuencia del cambio en la matriz energética, etc. No es fortuito que el promedio de vida de los ecuatorianos haya aumentado 5.5 años.

En esta transición, así no le guste escuchar a la izquierda autista, siempre será necesario una acumulación importante de capital físico no especulativo que viabilice otra acumulación: carreteras, hidroeléctricas, puertos, aeropuertos, etc.

Lo que debemos tener claro es que en este escenario se ha producido una acumulación que no existía antes y que la derecha se está frotando las manos para servirse la mesa puesta. Luego que se creó una riqueza que no existía, la derecha busca concentrar los beneficios en pocas manos en capitalistas nacionales y/o transnacionales. Congelar el aumento del gasto social por 20 años, imponer eliminar la obligación de garantizar la educación inicial y media que sea pública y gratuita realizada por Temer; o la reducción de la inversión en Ciencia y Tecnología que realizó Macri o la propuesta de Lasso de privatizar la seguridad social para que cada “uno elija” su proveedor a nombre de la libertad (léase el que tiene plata elija y para los demás nada) es clara evidencia de una nueva acumulación que pretende hacer o ya lo está haciendo los grandes capitales en nuestro continente luego de la década social ganada por los gobiernos progresistas. La propuesta de la derecha: la apropiación de las capacidades humanas y las instituciones de interés común. Debemos darnos cuenta que en Argentina, Brasil –por ejemplo- la disputa por la transformación se ha vuelto muy opaca.

 

¿Cuál debería ser la estrategia?

En la disputa de constitucionalizar a la sociedad ecuatoriana se debe tener claro el sentido de la historia que vivimos actualmente. La inserción en el mundo ya no pasa por permitir un libre flujo de bienes y servicios. Como señalé, parece ser que el 2017 será el inicio del siglo XXI. Esa estrategia es del siglo pasado y nos sumiría en la peor de las dependencias de la historia. Cuando en el libro hablo de la gran transición también señalo que no se trata de una sola transición sino de dos: la que firmamos los ecuatorianos y que está plasmada en el texto constitucional y la que sucede a escala mundial: el transito del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo basados ambos en procesos de financiarizaciónespeculativa de la economía. La nueva política comercial pasará por el manejo de la propiedad intelectual, y la estrategia debe estar vinculada a una inserción inteligente en los grandes circuitos de generación de conocimiento, tecnología e innovación en el marco de las necesidades y potencialidades de nuestros pueblos. Lamentablemente, veo muy poco debate sobre cuál es el papel de la ciencia en la trasformación socialy cuál es la estrategia de desarrollo tecnológico para las próximas décadas en Ecuador. Ecuador no saldrá de las trampas de desarrollo sino plantea una estrategia clara de cómo romper la dependencia tecnológica y cognitiva; pero tampoco saldrá adelante sino sabe defender y conocer la biodiversidad que tiene. No es fortuito que en los tratados mundiales se obligue a los países a poner en los códigos orgánicos penales sanciones hasta con prisión cuando se atenta a los derechos de autor o de propiedad, en tanto que no se diga nada cuando se roba la biodiversidad de nuestros territorios (biopiratería). En el libro se plantea que la nueva geopolítica ya pasa por la disputa de la relación conocimiento-biodiversidad; es por eso, que la estrategia planteada es el bio-conocimiento para el buen vivir de nuestros pueblos y nacionalidades.  Gracias a dios tenemos petróleo pero debemos tener claro que únicamente gracias a una acción colectiva social deliberada podremos ser un país terciario exportador de conocimiento y tecnología.  Gracias a dios tenemos Galápagos, pero gracias a la voluntad de los ecuatorianos nos construiremos como  innopolis.

 

¿A qué se refiere cuando señala el poco debate que se da sobre estos temas en el proceso electoral?

 

Es muy triste ver cómo hemos caído en la democracia de la ‘encuestología’, que para el caso de la oposición del gobierno consiste simplemente en oponerse a todo lo que el gobierno ha hecho según sus encuestas. No existe ninguna propuesta. No solo eso. Si uno analiza lo que dicen los candidatos, el país quebraría en más temprano que tarde. Ecuador no tiene política monetaria por tener el dólar, la política comercial podrá verse  cercenada por obvias razones y a su vez se escucha en las propuesta de los candidatos que van a bajar impuestos, van a quitar el impuesto a la salida de divisas o el del anticipo del impuesto a la renta, etc. Cuando el gobierno puso las salvaguardias, entre otras razones, para defender la dolarización,la derecha inmediatamente salió a atacarlo.  Se quiere garantizar derechos de calidad como en el “primer mundo”, con sistema de impuestos del cuarto mundo: ¡inviable! De concretarse tales acciones, en poco tiempo el Ecuador tendría que salir de la dolarización (sino varía el precio del barril del petróleo radicalmente hacia arriba). Creo que estamos en un debate poco serio en el campo económico en el proceso electoral.

Un punto más: se está disputando el pasado reprimido. La derecha dice: se gastó demasiado, ahora hay que enmendar a través del sacrificio. Es la moral punitiva, que busca inducir el temor y resolverlo señalando a un chivo expiatorio. En todos los discursos de oposición se anuncia un mesías negativo y se escucha el tono lastimero de miércoles de ceniza del carnaval revolucionario.La izquierda debe seguir disputando el futuro: la esperanza, inyectar la convicción de que es posible que todos vivamos bien, aquí, hoy y en esta tierra llamada Ecuador. ¡Dejemos que la esperanza venza al miedo!

 

 

¿Qué papel juegan los medios de comunicación en esta disputa?

Los medios de comunicación son la principal herramienta de poder usada por la derecha para producir desencanto y desesperanza. Los noticieros, los diarios intentan construir la sociedad del miedo, de la sospecha, de la desconfianza. Los noticieros que más crecen en audiencia son los que más sangre presentan. A esto se suma, las redes sociales, esta nueva esfera pública que permite a través del anonimato (trolls) difamar sin ninguna responsabilidad pública. Las estrategias de piramidación cuando se intenta generar la noticia de la semana son claras: se usan los grandes medios masivos y los grandes “influenciadores” que tienen muchos seguidores en sus cuentas de redes sociales y que no azarosamente suelen ser periodistas de medios privados. Por eso, hoy en día uno de los principales principios que hay que disputar en la democracia es la verdad y su defensa en la esfera pública.

Como ciudadano esperaría que cualquier candidato a la Presidencia de mi país siempre esté apegado a la verdad y tenga la valentía, en caso de haberse equivocado, de aclarar y pedir disculpas públicas por el error cometido. No que se utilice la mentira como estrategia deliberada de ganar votos. Ese es la estrategia de una derecha que no tiene moral. Debemos tener claro que no habrá democracia de calidad mientras no existe ética en la política y mientras no reine la verdad en la esfera pública.

 

 

Existe una izquierda que señala que ha sido una década desperdiciada. ¿Qué opina?

Comparto lo señalado por Emir Sader:para quienes ha sido una década desperdiciada es para la misma izquierda que realiza tal afirmación. La pregunta que hace el sociólogo brasileño es pertinente: si gobiernos como el de la Revolución Ciudadana serían responsables por el retorno de la derechacomo suelen afirmar estos grupos, entonces, ¿por qué esta “ultra izquierda” no se ha fortalecido, no ha aprovechado el debilitamiento de los gobiernos progresistas y hanocupado su lugar? Simple, porque no tiene ningunabase popular y porque sus argumentos no han penetrado en ningún sector de la población. Esta izquierda debería aprender que también son responsables de sus acciones o no actuaciones. Lamentablemente, la derecha ha sido mucho más astuta y eficiente en términos políticos que esta izquierda. No es casualidad que esta izquierda en las próximas elecciones no tenga ningún vocero directo como candidato presidencial.Una izquierda sin pueblo, no es izquierda. En este sentido, parece que les quedó grande el sustantivo izquierda. ¡Sí que han desperdiciado esta década!

 

¿Cuál es el papel de la política en este sentido?

Quizá tan importante como viabilizar la disputa es que la misma transición descrita ha sido realizada en el marco de una historia democrática y pacífica. El proceso de reconfiguración social, al tener estas características, ha permitido recuperar la confianza en el otro y sobre todo la capacidad de asombro ciudadano frente a la injusticia social, lo cual ha permitido transitar de la ira de los indignados a la esperanza ciudadana. La derecha tiene claro que la confianza, la esperanza ciudadana y la recuperación de la política son la principal arma que tienen los procesos progresistas para seguir avanzando. En este marco, es vital para la derecha desencantar, desesperanzar a la ciudadanía y desmantelar la imagen de la política como espacio para crear un orden social justo.

En este marco, es necesario entender la acción política como medio pero también como fin del proceso de cambio.De esa manera, la acción política debe crear un círculo virtuoso, basado en actores que apoyen y empujen el cambio, y que el cambio que sostienen y auspician los fortalezca. Frente a la sociedad de la desconfianza y el miedo que busca instaurar como sentido común la derecha, uno de los principales retos que tienen Lenin Moreno es re-seducir a la ciudadanía –como lo está haciendo- para continuar con el espíritu esperanzador que hemos tenido en estos 10 años, lo cual implica generar otra estética en la política.

*Fuente: http://www.telesurtv.net/opinion/No-habra-democracia-de-calidad-mientras-no-exista-etica-en-la-politica-20161208-0049.html

 

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Entrevista a Carol Arcos Herrera: Maternidades y feminismo

Conversamos con Carol Arcos Herrera, doctora en Estudios Latinoamericanos y académica del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos (CECLA) de la Universidad de Chile, quien actualmente se encuentra en la última etapa de un proyecto FONDECYT titulado “Maternidad y nación en Chile: reversos liberales en la cultura impresa del siglo XIX”. A partir de este proyecto, la académica ha logrado concebir lo que será su próxima publicación, «Maternidades republicanas. Deseo, política y poder en el Chile de siglo XIX».

La maternidad es sin duda uno de los temas más conflictivos para el pensamiento y el activismo feminista, pues en él se entrelazan posturas que, en cierta medida, podrían resultar disímiles. La maternidad entendida por siglos como la obligación primaria de toda mujer ha sido puesta en cuestión por un importante número de feministas, quienes han defendido y pregonado por una maternidad sujeta a la elección consciente y libre de ser madres y no a una respuesta única, es decir, a la imposición generada por el orden patriarcal.

Carol Arcos ha realizado clases tanto de pre como de postgrado y los cursos de los que se ha hecho cargo han tenido que ver, en su mayoría, con autorías femeninas latinoamericanas y feminismos latinoamericanos. Desde su consideración, las sesiones con sus estudiantes de la Universidad de Chile han sido de total y absoluta relevancia para el desarrollo de sus proyectos e investigaciones, así como también su participación en el pasado como editora de la sección “Feminismos y sexualidades” del diario español Rebelion.org.

En tu proyecto FONDECYT “Maternidad y nación en Chile: reversos liberales en la cultura impresa del siglo XIX”, hay una perspectiva que resulta evidente, me estoy refiriendo al feminismo y es en cuanto a esto que me interesa saber cómo surge en ti el interés por abordar la concepción de “maternidad” desde el pensamiento y la teoría crítica feminista

– En primer lugar, me gustaría situar brevemente mi lugar de hablada y el enfoque general del proyecto para que se entienda la significancia que tienen los feminismos en él. Se trata de un proyecto que busca historiar el problema de la maternidad o maternidades, desde el punto de vista de la cultura, en el Chile republicano, más específicamente en un siglo XIX largo (1810-1910). Sin embargo, no es un proyecto que nazca del ámbito de la historiografía. Siempre me ha interesado mucho la historiografía y el trabajo de historiadoras e historiadores, pero no creo ser una ni me interesa. Este es más bien el trabajo de una «historizadora», como acostumbro a llamar a este lugar particularmente heterogéneo desde el que escribo. Un cronotopo entre la literatura, la historia y la filosofía que mediante variadas constelaciones de textos busca trazar un relato acerca de un problema central para las mujeres y el feminismo.

¿Y cómo figura el problema de la maternidad en esta posición tuya?

– En el marco del circuito que establece la reciente cultura impresa y la preeminencia del proyecto moderno del liberalismo en Chile, durante el siglo XIX, abordo la maternidad como una experiencia particular de género y sexualidad que se institucionaliza a lo largo del siglo y cristaliza el reverso de las escrituras fundacionales. Preguntarse por la maternidad en el siglo XIX, no solo en Chile sino también en el resto de América Latina, es interrogar el discurso neurálgico que redefinió la relación entre las mujeres y la soberanía del Estado-nación y, asimismo, renovó su lugar subalterno actualizando genealogías y modelos de feminidad coloniales, pero inaugurando formaciones modernas que proyectarán el camino para las políticas del siguiente siglo.

Uno de los grandes nudos gravitacionales de los discursos que ponen en circulación los feminismos regionales en América Latina dice relación con la maternidad, trama simbólica y material que funciona paradojalmente en una “política del cuerpo” (Federici, Calibán y la bruja) que, por una parte, orquesta un «disciplinamiento» y domesticación del trabajo y vida femenina y, por otra, permite un territorio de resistencia que disloca dicho ideal de dominio del cuerpo forjado por el liberalismo en alianza con la ciencia y la técnica como soporte de las sensibilidades modernas (Musachi, Mujeres en movimiento). Bien sabemos que las mujeres entran en los discursos nacionalistas decimonónicos, no todas claro está, sino principalmente aquellas pertenecientes a la elite criolla, como madres cívicas, como cuidadoras garantes de la nuda vida (en el sentido que propone Giorgio Agambem) de la patria-patriarcal.

La función materna se desarrolla en el contexto de emergencia y paulatina preeminencia de una ideología de la domesticidad y del sistema de valores burgueses, alentada por el liberalismo de cuño ilustrado, que relegará a las mujeres al ámbito de lo privado, terreno de lo afectivo, del cuidado y mantenimiento de la vida. Sin embargo, es también en los márgenes y disputas con esa ideología cuando las feministas construyen un sentido para pulsiones y conflictos que las mujeres en América Latina hasta ese entonces no habían simbolizado conscientemente. Desde las primeras manifestaciones feministas, justamente visibles en el siglo XIX mediante el reclamo de emancipación mental de las mujeres por parte de varias escritoras, hasta la emergencia de la primera ola, cuando a partir de 1890 el feminismo se articula desde miradas anarquistas y socialistas para decantar más tarde, alrededor de 1920-30, en un discurso de derechos que levantará la propuesta sufragista; la maternidad es un nudo político (en el sentido que entiende la palabra nudo Julieta Kirkwood) que instalará a las mujeres como objetos y sujetos de controversia.

En este sentido, la maternidad operaba en el marco simbólico que relegaba a las mujeres a sus funciones domésticas y reproductivas, pero a la vez ese mismo discurso se volvía condición de posibilidad del feminismo decimonónico. Entonces, cómo dejar de tratar la cuestión de la maternidad si, por un lado, es tan central en la erección de un discurso moderno hegemónico sobre las mujeres, la mujer doméstica, y, por otro, está tan presente en la reflexión y las prácticas que las mujeres feministas pondrán en juego en las dinámicas del marco liberal o en rebeldía frente a él. Se trata de una compleja y poderosa cesura simbólica susceptible de «historizar» mediante toda una red de economía política, cultural, material y vital, que deviene en variadas representaciones que circulan y se consumen en también variados ámbitos, de ellos a mí me interesa el de la cultura impresa en particular.

¿Entonces esta es la articulación que desarrollas entre maternidad y feminismo?

– La relación entre maternidades y feminismos no solo tiene que ver, para mí, con esta importante historia de las mujeres y el feminismo, sino que también con mi propio territorio político-teórico feminista al abordar este problema de lo que prefiero llamar trabajo materno. Cuando hablo de trabajo materno estoy pensando en el debate que se ha venido dando desde la teoría feminista marxista (principalmente, considero en este ámbito los trabajos de Silvia Federici) y la economía feminista a partir de los noventa (autoras tales como Amaia Pérez Orozco, Esther Velásquez, Valeria Esquivel, entre otras).

Estas perspectivas heterodoxas respecto de los análisis económicos tradicionales, centrados grosso modo en las lógicas del mercado y la reproducción del capital, han contribuido a actualizar el debate acerca del nudo producción/reproducción ya presente en el feminismo de los setenta del siglo XX, pues recogen las premisas acerca del trabajo doméstico y conceptos analíticos específicos de aquel feminismo, como por ejemplo la división sexual del trabajo, para además agregan otros nuevos como organización social del cuidado y trabajo del cuidado.

Algunos de los asuntos centrales de estos enfoques, entonces, se refieren al modo en que las sociedades resuelven la reproducción cotidiana de la vida con el fin de resaltar el trabajo afectivo-reproductivo, concomitante con ello también la necesidad de incorporar la variable de género a la reflexión económica para analizar la diferente posición que ocupan hombres y mujeres como agentes económicos y sujetos de políticas económicas; complejizando, asimismo, las relaciones al interior de los hogares y su nexo con la ganancia y la acumulación de capital.

Sé que también el psicoanálisis es una herramienta teórica importante para tu proyecto, ¿cómo abordas esta perspectiva?

– Sí, justamente, para mi perspectiva crítica son sumamente importantes los trabajos desde el terreno de entrecruce entre psicoanálisis y feminismo, principalmente los de Julia Kristeva, Silvia Tubert, Elisabeth Roudinesco, como también mi lectura feminista de Freud, Klein y Lacan. El psicoanálisis me interesa desde el punto de vista de una teoría de la cultura y técnica de lectura en su conexión con la crítica feminista, que me ha permitido indagar en el complejo parental o la pregunta edípica. Exploración tan necesaria para pensar en la maternidad y paternidad alrededor de la familia «heteronormativa» del siglo XIX, como receptáculo en donde se inscribe el deseo sexual en la doble ley de la alianza (matrimonio) y la filiación (los hijos), que tiene en su base el principio de prohibición del incesto. La valoración paulatina del matrimonio por amor nos habla de una revolución de la afectividad, que en Chile y América Latina es posible de observar sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo, la que se tradujo en la elaboración de una moral civilizada en cuyo marco era posible la expansión también civilizada de la sexualidad femenina y masculina.

En el título de tu trabajo mencionas un concepto que me parece sumamente relevante, estoy hablando de los reversos liberales. Me gustaría, en primera instancia, que nos hablaras de esa noción en el contexto del liberalismo del siglo XIX en Chile, a la vez que nos contaras, luego, cómo se relaciona esto con la maternidad.

– La hipótesis general que propongo en mi trabajo es que la instalación moderna del concepto de maternidad y su cristalización a fines del siglo XIX en Chile, se deviene a lo largo del mismo a través de una lógica «biopolítica». Dicha lógica en nombre de la vida: su afirmación, conservación y proliferación; estatiza y nacionaliza lo materno como una forma, por una parte, de regulación y racionalización de la procreación “en favor de la patria” y por otra de «ontologización» de lo femenino como cuerpo individual y cuerpo político.

En este sentido, hablo de reversos liberales para definir las biopolíticas de un discurso nacionalista que constituirá, paulatinamente y en el proceso de conformación del Estado republicano, una ciudadanía fronteriza o incompleta, la otra cara de la República, que verá en la maternidad una función productiva para la patria.

¿Podrías profundizar un poco en esa idea de una biopolítica en relación con la maternidad?

– Esta trama histórica que denomino biopolítica de lo materno, y que está por supuesto relacionada con la idea de trabajo materno a la que me refería antes, pues considero que en el centro del problema de la vida y el nacimiento está la tópica simbólica y material que «semantiza» el cuerpo de las mujeres. Las madres del Estado tienen la labor, el trabajo, de parir y cuidar el nacimiento de la nación, por su parte, el Estado tiene la atribución de proteger y administrar la vida de las mujeres mediante mecanismos globales que reubican sus cuerpos en procesos biológicos de conjunto, son las mujeres quienes favorecen la fecundidad y equilibrio de la población.

Cuando hablo de biopolítica de lo materno me estoy refiriendo a que el fenómeno del nacimiento, no solo concebido como el hecho de parir, sino también de pertenencia a una comunidad de sentido nacional, está íntimamente imbricado con la maternidad como experiencia moderna de las mujeres y su proceso de nacionalización y estatización a lo largo del siglo XIX y sobre todo en sus últimas décadas.

¿Pero lo femenino y lo maternal se construyen históricamente como un lazo indisociable?

– Lo femenino y lo maternal mantienen relaciones lógicas complejas y no son del todo indisociables; sin embargo, es, por una parte, el lazo de obligatoriedad patriarcal y la idea de subjetividad femenina biologizante que sostiene y, por otra, la naturalización que conlleva y no permite comprender la maternidad como un trabajo en la compleja red de relaciones sociales y económicas, lo que estoy discutiendo a partir de la noción de biopolítica de lo materno y su expresión más material en el trabajo materno. Pero también en este umbral biopolítico que es la maternidad como trabajo reproductivo es en donde yo veo, por ejemplo, que las escritoras chilenas, y por qué no también latinoamericanas, ensayarán las primeras mutaciones de lo decible e imaginable respecto de las mujeres y su sexualidad.

Más adelante me gustaría volver sobre el rol de las escritoras en el siglo XIX, pero ahora quisiera que siguieras ahondando en la idea de los reversos liberales.

–Un lugar central en esta dinámica histórica lo ocupa el proceso de hegemonía ideológica y estatal del liberalismo, racionalidad que institucionaliza y homogeniza la maternidad como la experiencia de género y sexualidad de las mujeres por antonomasia, otorgándoles una función productiva en el nuevo orden social y político republicano. El trabajo materno, desde este despliegue, preservaría, nutriría y educaría para la vida social en la nueva nación que se busca conformar. De ese modo, la posibilidad biológica de reproducción y de dar a luz de las mujeres se convierte en un precepto social que naturaliza las prácticas de género e implica ciertos discursos que dan garantía a ese ordenamiento, dentro de ellos aquel que cobrará mayor relevancia en la cultura impresa de la época tiene que ver con el eterno maternal, vale decir, el significado «biologizante» del cuerpo femenino a través del que se afirma que el amor o instinto maternal es universal y deseable para/por todas las mujeres.

Abunda la literatura prescriptiva para las mujeres en la época, sobre todo a partir de la década del 40 cuando la asunción del discurso liberal-ilustrado en el ámbito de la cultura es más clara y comienzan a circular ideas que se comprometen con la educación femenina, la “ilustración del bello sexo” como se acostumbraba a decir en la época, inaugurando el deseo republicano de la maternidad cívica. En este ámbito, las figuras prevalentes para la ideología nacional son la madre letrada o el ángel del hogar, las que valoran social y cívicamente a las mujeres por sus funciones reproductivas y el trabajo doméstico que ejercen en su rol de madres de ciudadanos. Estos «ideologemas» representativos dan cuenta de una racionalidad que promueve un nuevo orden político liberal, que en Chile no logra hegemonía estatal hasta la década del 60, y el anhelo de sancionar a través de la familia los valores burgueses que le sirven de base.

Gran parte de tu investigación se centra en figuras importantísimas del quehacer literario femenino de la época, algunos nombres como Mercedes Marín del Solar, Rosario Orrego, Celeste Lassabe, Martina Barros, Delfina Hidalgo y Carmen Arriagada, entre otras, parecen constituir otro eje central en tu trazado. En relación con ello, ¿cómo visualizas la conformación de la figura de la mujer letrada y escritora por esos años? ¿y cuál es la razón de tu especial atención en la prensa escrita?

– Este trabajo vuelve sobre algunos de los problemas que abordé en mi tesis doctoral “Autorías femeninas fundacionales: escritoras chilenas y brasileñas del siglo XIX (1840-1890)” (Universidad de Chile, 2014). En él me interesaba estudiar la problemática emergencia de la figura de la autora en los circuitos de cultura letrada en Chile y Brasil. En términos generales, este ciclo lo denominé autorías femeninas fundacionales, en un sentido genealógico, y daba cuenta de la inscripción paradojal de las escritoras respecto de los poderes enunciativos e interpretativos hegemónicos, los que las llevan a utilizar ciertas estrategias retóricas y discursivas para posicionarse como sujetos de discurso y por qué no también políticamente desde el domus –como espacio privilegiado de gestión femenina en la nueva lógica liberal que se institucionaliza a lo largo del siglo– hacia una participación en la sociedad civil como madres del Estado. Escritoras chilenas como: Mercedes Marín, Rosario Orrego, Quiteria Varas, Lucrecia Undurraga, Hortensia Bustamante, Victoria Cueto, Delfina Hidalgo, Martina Barros y Celeste Lassabe; y brasileñas como: Juana Manso, Narcisa Amalia, Presciliana Duarte de Almeida, Maria Benedita Câmara Bormann, Júlia Lopes de Almeida, Anália Franco, Josefina Álvares Azevedo e Inês Sabino, desde mi perspectiva, «presentificaban» la autoría como una forma particular de subjetividad moderna en las mujeres, la que se caracteriza por un modo de figuración que se establece desde un “entre lugar” respecto de la cultura escrita e impresa en el siglo XIX. Espacio contradictorio que ahora preferiría llamar, a partir de Silvia Rivera Cusicanqui, taypi (comunión problematizada) al pensar en el malestar de las escritoras brasileñas y chilenas hacia el cambio de siglo, por ejemplo, en lo que respecta a la maternidad, entendida esta como trabajo reproductivo en un nuevo ciclo del capitalismo mundial y neocolonial que pondrá en función en la región el proceso de modernización finisecular.

Bien, ¿y en qué ha cambiado tu posición al respecto hoy en día?

– Ese era el eje central de mi argumento en ese entonces, no obstante, su sentido menos evidente, y que es aquel que quiero seguir hoy en este nuevo proyecto con respecto a Chile, tenía que ver con la idea de rastrear los inicios del feminismo a través de la noción de autoría y sus efectos de sentido cuando comienza a madurar la demanda de emancipación por parte de las escritoras, fundamentalmente a fines de siglo. Las mujeres feministas en diferentes momentos han alterado la grafía de lo simbolizable, al provocar mutaciones efectivas de diverso carácter tanto en las políticas nacionales y regionales como en las relaciones materiales, sexuales y raciales. Campos de disputa por el poder/saber/desear/hacer que las mujeres escritoras del XIX perturbaron con su malestar e insolencia ante los interdictos patriarcales.

Respecto de la prensa, que era algo que estaba en tu pregunta de hace un rato, esta fase fundacional de la escritura de mujeres para un público y en lo público se caracteriza por su constante actividad literaria en la economía impresa de la época, sobre todo en periódicos y revistas que son los soportes más usuales y legitimados. Las escritoras no solo daban a la prensa sus escritos, sino que también aparecen como gestoras culturales, ellas tenían medios propios, por ejemplo, Rosario Orrego, Lucrecia Undurraga, Celeste Lassabe.

Finalmente me gustaría que comentaras el desarrollo del movimiento feminista hacia fines del siglo XIX en América Latina y especialmente en Chile. Además, no puedo dejar pasar la oportunidad de preguntarte por la actualidad. Haciendo mención principalmente a las discusiones recientes respecto a cuestiones tan trascendentales para las mujeres y el feminismo como es el aborto, ¿cuál es tu visión respecto a los movimientos feministas y a la maternidad en América Latina en pleno 2017?

– El ejercicio de la palabra por parte de un grupo significativo de escritoras chilenas y latinoamericanas, del que veníamos hablando, se presenta como un hito fundamental en la historia de las mujeres y del feminismo en América Latina. Yo parto por ahí con la historia del feminismo moderno, es decir, cuando estas escritoras comienzan a demandar educación para las mujeres, bajo el rotulo inaugural de la emancipación, nombres como Martina Barros y Lucrecia Undurraga en Chile, Juana Manso y Juana Manuela Gorriti en Argentina, Clorinda Matto y Carolina Freire en Perú, Presciliana Duarte de Almeida e Inés Sabino en Brasil, Adela Zamudio en Bolivia, entre muchas, muchas más. Estas autoras ajustan cuentas con el deseo de familia y maternidad hegemónico, ensayando nuevas arenas de simbolización.

¿Qué lugar social ocupaban estas mujeres escritoras?

– Si pensamos en la instancia de la letra y su circulación en el siglo XIX, son principalmente las mujeres de la élite criolla quienes son apeladas por este tipo de discurso público y también quienes se sienten más seducidas por la importante posición social que deben y pueden ocupar ahora. El deseo de la madre regulado por la ley del pater familias y el Estado impondrá a las mujeres ciertas costumbres arregladas como muestra de una maternidad civilizada, tales como ser castas antes del matrimonio, ser virtuosas y por ello rechazar el lujo, aprender a administrar la economía doméstica, ser solícitas y sumisas con sus maridos y además, en el ámbito más público, ejercer la caridad con los más vulnerables. No obstante, no todas las mujeres de la élite asumirán este mandato sin prerrogativas, muchas de ellas mediante la escritura de novelas, ensayos, poesía y la publicación de medios impresos inscribirán no solo un discurso emancipador, sobre todo a partir de la década del 70 en adelante, sino también disputarán su entrada en la cultura escrita como autoras.

¿Y cuándo el feminismo como movimiento?

– El feminismo como proyecto mancomunado de liberación deviene a fines del siglo XIX y comienzos del XX, como sabemos, desde la experiencia de proletarización de las mujeres trabajadoras. Las ideas anarquistas tendrán una amplia circulación, articulándose en torno a ellas los primeros colectivos feministas, cuya figura faro será la anarquista catalana Belén de Sárraga (1874-1951), quien viaja por toda América Latina propugnando el feminismo y el anticlericalismo. La experiencia ampliada de la familia patriarcal o «patricéntrica», figurada a lo largo del XIX a partir de las construcciones de género y sexualidad patricias, es interrogada desde este primer feminismo, codificando las variaciones del cronotropo del padre. Ahora bien, la idea de la familia romántica no era del todo una vivencia cotidiana para las mujeres del “bajo pueblo”, quienes muchas veces debían levantar una familia monoparental y vivir la experiencia del “huacherío” de sus hijos como marca de la infamia. No obstante, la carencia del concepto familiar hegemónico posibilitó que estas mujeres ensayaran vías de liberación y desarrollo social, cultural y económico mediante el trabajo productivo y la participación en agrupaciones sindicales, mutualistas y específicamente feministas, a la vez que cuestionaban la división sexual del trabajo afectivo y del cuidado al interior del matrimonio y el sacramentado hogar mariano de la oligarquía.

Este primer feminismo, desde mi perspectiva, da una vuelta importante a la noción que venía trabajando de biopolítica de lo materno en los márgenes de una comunidad falócrata. La nacionalización e institucionalización de la maternidad es puesta en cuestión para ensayar formas diferentes de femineidad y articulaciones alternativas de la familia moderna, a través de una nueva noción política que se sumaba a la agenda anarquista y socialista, la del feminismo. El ideario de este feminismo inicial abogaba por el reconocimiento de la capacidad intelectual y laboral de la mujer, y el derecho a participar de la vida cívica y política de los países de la región, todo lo cual se asumiría en la necesaria organización de las mujeres en contra de la desigualdad “entre los sexos” y a favor de la lucha de clases. Un caso ejemplar, en este sentido, es la obrera tipógrafa Carmela Jeria, quien publica el primer periódico anarco-feminista en Valparaíso, La Alborada (1905-1907).

Ya en el siglo XX, ¿cómo ves la situación de ciudadanía fronteriza de las mujeres?

– Para que la situación de ciudadanía fronteriza de las mujeres cambiara en algo debieron pasar varias décadas más. Alrededor de los años de 1920 y 30, el sufragismo será el núcleo aglutinador hacia donde se dirigirá la primera ola del feminismo latinoamericano, bajo el territorio del feminismo liberal agenciado desde las clases medias y altas. Esta segunda fase de los feminismos latinoamericanos a comienzos del siglo XX perderá la radicalidad que caracterizaba a los feminismos anarquistas y socialistas, para configurar lo que se ha llamado en Brasil, por ejemplo, “feminismo bien comportado”, es decir, un feminismo de damas respetables que negocian dentro de los límites del liberalismo. El discurso «maternalista» se volverá hegemónico luego de la Segunda Guerra Mundial en la lucha por alcanzar la ciudadanía, sobre todo en aquellos países en que el voto todavía estaba negado a las mujeres. Así, por ejemplo, en México el igualitarismo cede su lugar a la reivindicación de una ciudadanía específica de las mujeres, vale decir, una proyección en la sociedad de sus cualidades o capacidades maternas, ellas eran quienes podían lograr el efecto moralizador tan caro a la política. Hermila Galindo, una de las figuras más relevantes para la discusión sobre el sufragismo en México, publicó el semanario La Mujer Moderna (1915-1919), órgano de politización feminista, y colaboró en la organización de los Congresos Feministas de Yucatán, los que reunieron a profesoras de primaria en torno a la búsqueda de reformas en la legislación civil en el período posrevolucionario. Si bien el discurso de Galindo abogaba por el igualitarismo, también sustentaba el derecho al sufragio en la idea de la responsabilidad social de las mujeres como madres. Son muchas las mujeres o organizaciones de este feminismo liberal que ajustarán cuentas con el deseo de maternidad republicana: en Perú, María Jesús Alvarado; en Brasil, Bertha Lutz; en Uruguay, María Abella o Paulina Luisi; en Argentina, Julieta Lanteri o Alicia Moreau; en Chile, Elena Caffarena o Amanda Labarca, entre muchas más.

¿Cuáles serían estas dos fases?

– Como bien sabemos, el feminismo se reactiva a nivel continental a fines de la década de los setenta. Luego de un largo período que Julieta Kirkwood llamó “silencio feminista”, se articula una segunda ola feminista o neofeminismo, como prefiere llamarlo por ejemplo Nelly Richard; en cuyo territorio destacan los feminismos de la resistencia política en las dictaduras militares o cívico-militares del Cono Sur. El feminismo en este nuevo escenario adquiere la fuerza de un movimiento político regional, se celebran los primeros encuentros feministas de América Latina y El Caribe, también el decenio de las mujeres de Naciones Unidas será un nudo de discusión importante para la diversidad de feminismos; no obstante, una de las características que singulariza a este nuevo momento tiene que ver con la articulación de conocimiento teórico feminista y la inauguración de conceptos como patriarcado y género que vienen a desentrañar el anquilosado espectro del eterno maternal. En Chile, un colectivo clave fue el Círculo de Estudios de la Mujer del que la propia Kirkwood fue una de sus fundadoras. Quiero destacar y solo muy brevemente, que la función mortuoria de la «gubernamentalidad» moderna vuelta hipérbole en el terrorismo de Estado, es pensada por las feministas en este nuevo ciclo de lucha a través de una retórica política de los cuerpos que se pregunta por las vidas que importan o que merecen morir en los sistemas simbólicos y materiales de dominación. Creo fundamental que las feministas latinoamericanas abran esta pregunta en el pleno proceso de financiarización descarnada de la vida que el neoliberalismo comenzará a poner en juego, lo que no hace más que demostrar que lo personal es político.

En los noventa no solo asistimos a la institucionalización del feminismo en la academia o a su «oenegización» de nuevo cuño como demanda tan fuerte la feminista boliviana María Galindo a las que ella llama “tecnócratas de género”. El debate en torno a la autonomía feminista es un nudo que encontramos en el feminismo ochentero, pero que de los noventa en adelante –sobre todo a partir de la experiencia del colectivo feminista boliviano Mujeres Creando o el feminismo comunitario indígena de Julieta Paredes, como también el de Las Cómplices, orquestado por chilenas y mexicanas– se ha posicionado como el espacio necesario para poder idear y practicar el feminismo como fuerza «despatriarcalizadora», anticapitalista, antirracista y anticolonial, como también una agencia crítica contra la heterosexualidad obligatoria, todo lo cual nos habla de una nueva fase.

En la diversidad de estos feminismos, veo el deseo de un pachakuti feminista, retomando palabras de la gran socióloga y activista aymara Silvia Rivera Cusicanqui, como el horizonte de expectativas hacia donde debe dirigirse la lucha antipatriarcal y anticolonial. El tejido simbólico en torno a la biopolítica de lo materno se trama, sobre todo en Bolivia, desde las diferencias de género, clase, raza y espacio geopolítico, inaugurando un pensamiento feminista creativo y provocador que pone en jaque la posibilidad de Estados neoliberales o “posneoliberales” con perspectiva de género.

Y brevemente, ¿qué pasa en Chile?

– No puedo dejar de advertir que el peso que en Chile tiene la biopolítica de lo materno explica, entre otras razones claro está, la permanente saturación de los discursos pro-vida en la lucha que hoy damos por el derecho legítimo al aborto o contra los códigos misóginos que perpetúan el femicidio. Biopolítica cruzada por las dinámicas del capital transnacional, que requiere de nuevos ciclos de acumulación originaria o quema de brujas, como señala la feminista italiana Silvia Federici, en la región.

Fuente: http://www.eldesconcierto.cl/2017/03/19/carol-arcos-academica-de-la-universidad-de-chile-conversa-sobre-maternidades-y-feminismo/ 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Imagen tomada de: https://blogpalavrademae.files.wordpress.com/2014/05/parir-ita.jpg

 

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Entrevista a Javier Urrá: «Lo que más me preocupa es el suicido en adolescentes

Por: V. Pavés, S/C de Tenerife

Javier Urra, 53 años, fue psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores durante 30 años y actualmente preside la Sociedad para el Estudio de la Violencia Filioparental. Ayer presentó en el colegio Nuryana de Tenerife su nuevo libro, “Primeros auxilios emocionales para niños y adolescentes”, que quiere servir como guía para que los padres aprender a diagnosticar y actuar ante las problemáticas de sus hijos.

¿Son diferentes los adolescentes de ahora que los de hace 50 años?
Sí, sin duda. Creo que cada generación varía en algo. Las nuevas tecnologías, los procesos de separación y los tipos de familias han cambiado. Los adolescentes captan las cosas desde otros puntos de vista. Hoy, el adolescente escucha al padre, al profesor, al medio de comunicación, pero también la red, lo que lo conforma de otra manera.

¿Cuáles es el comportamiento más preocupante de niños y adolescentes?
Sin duda, el suicidio. Lo que preocupa es que se quiten la vida. Los niños se suicidan para cambiar de vida y lo hacen porque se desesperanzan. El hecho es que la causa principal de mortalidad en niñas de 15 a 19 años no son los accidentes de tráfico, los infartos, ni el cáncer, sino el suicidio. Por eso tenemos que empezar a explicar a la ciudadanía cuáles son las conductas que nos pueden hacer prevenir un hecho como este.

«Los grandes platos de cocina no se obtienen en un microondas, la educación tampoco”

En su libro da pautas sobre las conductas que deben alarmar a un padre, pero, una vez que lo percibe, ¿qué es lo principal que le recomienda hacer?
Le recomiendo pararse, tomar un tiempo de latencia y pensar en qué está pasando. Luego buscar apoyo fuera, porque a veces la relación se ha enquistado y , sobre todo, cumplir lo que te diga el especialista, que a veces no es fácil. Hay que tener claro que educar conlleva tiempo y constancia. Los grandes platos de cocina no se obtienen en un microondas, la educación tampoco.

En su libro argumenta que el niño se tiene que autolimitar en el tema de las adicciones, pero muchos padres lo que hacen es limitarles ellos, ¿podría generar esa restricción más ansiedad en el niño cuando ya no tenga límites para acceder a ese recurso?
El ser humano debe aprender a tener un freno de mano que es autolimitarse en las conductas. Aquí hay dos factores, o te limita la parte exógena, la ley o la norma, o lo hace tu autolimitación personal que es moral o ética. Me parece que el ser humano tiene mucha capacidad de limitación. He trabajado en la fiscalía 30 años, y cuando le preguntas a un violador qué pasaría si le hicieras lo mismo a su pareja, te dice que te mataría. Luego sabe lo que está bien y lo que está mal.

Como presidente de la Sociedad para el Estudio de la Violencia Filioparental, ¿por qué cree que se generan este tipo de agresiones de hijos a padres?
La relación, el vínculo y el afecto entre padres e hijos se hace complicado, porque tiene que ver mucho la fantasía. Por tanto, no es fácil de explicar, ya que vemos circunstancias muy complejas. Lo que he aprendido después de 1.600 casos que he llevado estos seis años, es que son hijos que quieren a sus padres y padres quieren a sus hijos, sin embargo, una gran bronca, una gran lucha, a veces rencor, odio, pero siempre por cosas no dicha o mal interpretadas, que no les deja demostrarlo. Nosotros llamamos a todo esto la patología del amor.

«El programa sobre acoso escolar que se emite en Cuatro no conculca la ley”

¿Qué le parecen programas de televisión como “Proyecto Bullying” que emite Cuatro?
A mi me llamó Javier Huete, uno de los fiscales de Sala de la Fiscalía General del Estado, porque Mediaset iba a sacar un programa de acoso escolar donde los niños llevaban unas cámaras ocultas y el programa lo iba a presentar Jesús Vázquez. Esto lo vimos mal bastantes fiscales y lo prohibimos. Mediaset finalmente lo ha emitido en Cuatro de una manera más suave. Yo no lo he visto, por lo que me han contado no conculca la ley. Creo que hay temas que hay tocar con mucho cuidado, a los que hay que abordar desde un punto de vista profesional, y de los que no hay que hacer espectáculo.

Ha hablado alguna vez de la salud mental como la “cenicienta” de la sanidad pública, ¿qué le haría falta para cambiar?
En principio, contar mayores presupuestos. En segundo lugar, hay que tener en cuenta que, aunque antes los niños padecían muchas enfermedades físicas, y sigue habiéndolos, hoy predominan las enfermedades psicológicas. Por poner un ejemplo, el 60 por ciento de la depresión infanto-juvenil no está tratada. Esto ocurre debido a que este tipo de patología cursa de una manera muy paradójica en niños. En esta línea, un adulto con depresión resulta más fácil de percibir, ya sea porque tiene una respuesta sensorial escasa o respuestas melancólicas. Sin embargo, un adolescente puede estar corriendo y que su patología sea la depresión.

Fuente; http://eldia.es/sociedad/2017-03-21/2–preocupa-es-suicido-adolescentes.htm

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Entrevista a David Calle: “Las aulas están muy desconectadas del mundo real”

23 marzo 2017/Fuente: Blog Tiching

¿Qué es Unicoos?
Es muchas cosas. Es un canal de Youtube donde hay vídeos de muchas asignaturas: matemáticas, física, química e incluso tecnología. Todo para alumnos de entre 12 y 22 años. Pero también es una página web donde se pueden encontrar foros de preguntas y respuestas, exámenes, ejercicios de autoevaluación… Todo ello de forma gratuita, para ofrecer a los chavales la oportunidad de estudiar, repasar y hacer sus ejercicios en casa.

Es casi como una red social…
Sí, es una comunidad que ha crecido muchísimo.

¿Cómo nació Unicoos?
Por casualidad. Soy profesor de una academia de refuerzo desde hace 15 años. Hace seis años me di cuenta, aunque siempre me había pasado, que no me daba tiempo a explicarle todo el temario a los alumnos. Tenía que explicar las cosas muy rápido y yo quería dedicar más tiempo a algunos temas, y los chavales me decían que muchas veces se sentían solos frente al trabajo en casa. Además, con la llegada de la crisis, muchas familias no podían pagar las academias y los niños dejaban de venir, y eso me apenaba.

Y empezó a grabar vídeos…
Sí, pensando en estas tres cosas me puse a grabar vídeos, aunque me daba vergüenza ponerme frente a la cámara. Inicialmente pensaba que solo verían los vídeos mis 40 alumnos, pero poco a poco fue aumentando la cifra.

Comenta que empezó a hacer vídeos porque, entre otros, no le daba tiempo a acabar el temario en clase. ¿Se gestiona mal el tiempo en el aula?
No es que se gestione mal el tiempo. Cada año los profesores nos enfrentamos a los mismos problemas y explicamos el mismo temario de forma repetitiva. Este tiempo que dedicamos al temario de siempre se podría dedicar a explicar cosas mucho más interesantes para los alumnos. Aquí entra el concepto de flipped classroom. Si conseguimos que los alumnos vean vídeos del temario que se explica cada año en casa, en el aula podremos realizar actividades más entretenidas para ellos. Esta es una gran ventaja de la flipped classroom, y es que permite a los profesores ganar mucho tiempo. Además, podría ayudar a los alumnos a recordar conceptos clave que ya se explicaron en años anteriores y a los profesores recuperar la pasión por enseñar, ya que se harían clases menos repetitivas.

Su canal le ha llevado a estar nominado al Global Teacher Prize, que se decide el próximo domingo 19.
Recibir esta nominación me da mucho reparo, ya que no me considero el mejor profesor del mundo. Me sorprendió mucho la nominación, porque soy el único profesor online de entre los 50 nominados. Imagino que esto lo habrán tenido en cuenta.

¿A qué atribuye el éxito de Unicoos?
Para empezar, es gratis. Además, el hecho de que las explicaciones se hagan mediante vídeos tiene diversas ventajas. En primer lugar, los chavales están muy acostumbrados al formato audiovisual, de hecho, los jóvenes están más tiempo en Youtube que frente a la televisión. Segundo, el vídeo es interactivo. Pueden verlo en cualquier lugar, ponerlo varias veces, adelantarlo o atrasarlo. Ni siquiera tienen que tomar apuntes porque pueden pausar el vídeo.

¿Es sintomático que los alumnos recurran a Youtube para aprender matemáticas, a pesar de las muchas horas que se dedican en clase?
En parte sí. El sistema educativo está planteado para que los alumnos sean los encargados de profundizar en los contenidos de las matemáticas. En clase se hace lo básico, año tras año. Pero no es del todo sintomático, ya que todos hemos necesitado ayuda alguna vez. Es lógico que usen Youtube para repasar porque lo tienen a mano. Dicho esto, los alumnos no siempre prestan atención en clase, quizás porque las sesiones están planteadas de forma que muchos alumnos acaban desconectando.

Como profesor youtuber, una figura muy novedosa en la enseñanza, ¿qué considera que es la innovación en educación?
Si algo tengo claro es que la innovación no pasa por tener ordenadores en todas las aulas. La innovación pasa, por ejemplo, por aplicar técnicas como el flipped classroom. También, por ejemplo, con los trabajos multidisciplinares, mediante los cuales se unen diversas asignaturas en un mismo centro de interés. Es también usar las redes sociales como un amigo de la educación y no como el enemigo. Para eso hay que enseñarles a diferenciar qué es aprovechable de internet y qué no.

Interesante…
Pero, sobretodo, que los alumnos trabajen en equipo, cosa que no se hace. Los alumnos deben trabajar competencias que les servirán para el futuro: aprender a ser asertivos, a trabajar en equipo o a hablar en público. El mundo de las aulas está muy desconectado del mundo real. La innovación es preparar a los alumnos para el mundo real.

En ocasiones ha mencionado que intenta dar confianza a los alumnos y hacer que se sientan especiales. ¿Por eso le puso el nombre de ‘Unicoos’ a la plataforma?
No (ríe). Durante una semana estuve pensando en nombres y comprobando si existía un dominio libre para ellos. Un día estaba comiendo una bolsa de gusanitos en la que ponía: “sabores únicooooos”. De repente lo vi claro. La palabra “únicoos” tenía muchas cosas: ‘uni’, de ‘universidad’ y de ‘universal’; las dos ‘o’, que parecen un infinito; o que la palabra ‘únicos’ representa la diferenciación, que todos somos distintos.

Ha conseguido que las matemáticas sean una asignatura divertida y amena gracias a sus vídeos. ¿Cómo se puede conseguir eso en las aulas?
Con mucha pasión. Es una asignatura ardua y si, además, la explicas de forma monótona, se puede hacer desesperante para todos. Se debe transmitir pasión y energía, y tratar de ser un compañero más para tus alumnos. Hay que hacerles saber que no es una materia difícil, que hace falta trabajar pero que tú estás ahí para ayudarles y que si se esfuerzan es una asignatura fácil.

Aplicar las matemáticas a la realidad también puede ayudar a que sean divertidas.
Exacto. Siempre intento hablarles de películas o de videojuegos para explicarles las matemáticas. Los videojuegos, que a ellos les apasionan, son pura matemática y física.

La taxonomía de Bloom divide jerárquicamente las capacidades de los alumnos: la capacidad inferior es ‘recordar’ y la superior es ‘crear’. ¿Cómo se puede conseguir que los alumnos de matemáticas alcancen esferas superiores de la taxonomía de Bloom?
Haciéndoles ver que con física y matemáticas se puede crear casi cualquier cosa. Con fórmulas matemáticas se puede crear una empresa como Google, un móvil o un videojuego. Esto debería trabajarse mucho más en primaria. Deben aprender a relacionar las matemáticas con lo que ven a diario, no tiene sentido que hagan 50 hojas de divisiones y después no las usen en su día a día. Aquí es donde, creo yo, entran los proyectos multidisciplinares. Deberíamos juntar las matemáticas con la historia, el latín o la física.

En alguna ocasión has realizado algún vídeo dirigido a los padres. ¿Cuál debe ser el papel de las familias en la educación de sus hijos?
En primer lugar, los padres deben empezar a respetar la figura del profesor. Si ellos no lo hacen, los alumnos seguirán el mal ejemplo. En segundo lugar, deben “abandonar” a sus alumnos cuando hacen deberes. Con esto me refiero a que los jóvenes deben aprender a enfrentarse a un castigo si no hacen las tareas. Si desde pequeños los alumnos hacen los deberes con sus padres, se acaban relajando. Además, si los alumnos se enfrentan solos a un ejercicio complicado, aprenderán a esforzarse y a lidiar con un fracaso. No tiene sentido que los padres hagan los deberes de sus hijos.

Carles Capdevila ha hablado en ocasiones del concepto de hiperpaternidad… ¿a eso se refiere?
Los padres deberían hacer como nosotros, darles un empujoncito cuando vean que sus hijos están trabajando. A veces recibimos ejercicios enteros en Unicoos y nos piden que los hagamos, pero lo que hacemos es resolver dudas y ayudarles, no hacer su trabajo. Dicho esto, las familias no pueden dejar la educación de sus hijos exclusivamente en manos de los profesores. Los niños tienen que recibir una buena educación en casa, y los profesores nos encargamos de enseñarles.

¿Qué diferencia hay entre los conceptos de educar y enseñar?
Educar significa enseñarles a tratar a los demás, a respetar todas las creencias y a todas las personas, y eso se consigue en casa. Los profesores podemos ayudar en este proceso, pero las familias tienen el papel más importante en este sentido. Por otro lado, enseñar se refiere a explicarles las asignaturas. Además, competencias como la asertividad, trabajo en equipo o la exposición de las propias ideas deberían trabajarse en las aulas, y esto es responsabilidad de los profesores.

¿Se ha planteado que Unicoos ayude también a alumnos más pequeños, no solo a alumnos mayores de 12 años?
Sí, esa es mi idea. Si conseguimos los recursos necesarios, querría conseguir que el mayor número posible de alumnos tenga acceso a la educación mediante esta plataforma. Y no solo querría expandirlo a alumnos más pequeños, sino a universitarios también. Para ello necesito recursos para contratar a otros profesores, ya que enseñar a alumnos menores requiere capacidades de las que no dispongo.

¿A qué capacidades se refiere?
Para enseñar matemáticas a alumnos más jóvenes se necesita mucha creatividad. Además, el profesor debe saber adaptarse a sus estudiantes. Considero que las ciencias son asignaturas que se aprenden jugando, y para los alumnos más jóvenes las matemáticas deberían ser una asignatura experimental. Se pueden usar videojuegos, como Minecraft, o apps para que los alumnos aprendan jugando. La clave es conseguir que los alumnos aprendan mientras juegan y experimentan.

Hay profesores que enseñan matemáticas de formas muy creativas…
Cierto, hay casos en los que sí. Lo complicado es que los profesores deben ser muy creativos y abandonar su zona de confort. Hay que conseguir que en todas las aulas se tomen las matemáticas como un juego.

¿Cuánto tiempo dedica a sus clases en la academia y a Unicoos?
Todo. Las tardes estoy en la academia y por las mañanas y el fin de semana trabajo para Unicoos.

¿Cómo se puede conseguir que todos los docentes tengan su misma pasión?
Con vocación. Es una profesión muy vocacional. Como profesor debes conseguir que tus alumnos sean lo mejor que puedan ser y que tu asignatura sea la más entretenida. Para mí es imposible dejar de pensar en formas de ayudarles.

¿Qué consejos le daría a un profesor que quiere introducir la tecnología en sus aulas?
Una buena forma de empezar sería el flipped classroom, por ejemplo. Asimismo, hay aplicaciones magníficas que les pueden ayudar y que están disponibles en el móvil. Debemos intentar que la tecnología esté presente en las aulas, porque los chavales han nacido con las pantallas bajo el brazo. De todas formas, en ocasiones basta con ser creativo, no es necesario usar tecnología para ser un profesor innovador.

Fuente: http://blog.tiching.com/david-calle-las-aulas-estan-desconectadas-del-mundo-real/

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