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Comentarios al Acta del XXII Congreso Nacional de Historia Sobre política científica y ética

Entrevista a: Felipe de J. Pérez Cruz

En el debate sobre la situación de la historia en el país, su investigación y enseñanza acredito que existe un conjunto de problemáticas que debemos atender y resolver. En los últimos años hemos debatido sobre el contenido, organización y trascendencia de los congresos nacionales de Historia, tradición de eventos fundada por Emilio Roig de Leuchsenring desde 1942, que felizmente rescató la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHC). Soy de los que considera que estos Congresos deben de repensarse desde la propia tradición democrática y científica forjada por Roig de Leuchsenring, y en tal propósito trabajé con los asociados de la capital en la organización de los congresos de esa provincia en los últimos once años. A la vez he hecho llegar a la dirección de la UNHIC mis criterios y sugerencias en relación a cómo deben realizarse los congresos.

Recién conocí de la publicación del Acta del XXII Congreso Nacional de Historia, realizado en abril pasado, en la hermosa ciudad de Holguín, y con preocupación observo en lo que se lee en el documento y en varias resoluciones, que los posicionamientos inadecuados y las decisiones desacertadas, lejos de resolverse, se acentúan. Entre un número significativo de objeciones, me referiré a las que en mi opinión resultan más significativas en el orden de la política científica y de la ética que nos merecemos.

¿Qué aportó el XXII Congreso?

Un primer hecho que se nota en el Acta es la ausencia de definiciones de aporte. Conozco la calidad de las investigaciones que nutrieron las presentaciones de la delegación habanera al XXII Congreso, y estoy al tanto de los resultados y temas que se trataron en las ponencias de no pocos de los colegas de otras asociaciones provinciales. Hay en el país un crecer significativo en calidad, en definición de resultados de impacto, y sin dudas esta realidad debió caracterizar el hacer en las comisiones de discusión. Sin embargo, lo primero que resulta significativo en el Acta, es la ausencia de una evaluación cualitativa de los resultados historiográficos generales del Congreso. ¿En qué fue importante el XXII Congreso para las ciencias históricas, la historiografía, la arqueología, los estudios de patrimonio, la enseñanza de la Historia? ¿Qué trabajos de los presentados, qué autores y temas marcaron diferencias, nuevos aportes? ¿En qué se avanzó o no, respecto al XXI Congreso? Desafortunadamente el Acta no nos ofrece respuestas concluyentes a estas y otras interrogantes fundamentales.

Sé que el exacto balance autocrítico casi siempre es inalcanzable, porque nadie tiene la última palabra, la verdad y la claridad absoluta. No la tiene una persona, ni un colectivo, ni un Congreso. Siempre quedaran aspectos no suficientemente dilucidados, matices por precisar, se harán valoraciones felices o infelices, pero hay que comprometerse con unos u otros criterios, con unos u otros argumentos, sean estos aportados por uno o por varios autores. La defensa de la cultura e historia del país, necesitan de tales tomas de partido. Un Congreso de Historia debe orientar a los cientistas, a los maestros, a los demás intelectuales y artistas, a los trabajadores, al pueblo. Así lo pensó e hizo Emilio Roig de Leuchsenring.

No basta como se lee en el Acta “encargar al Ejecutivo Nacional de la UNHIC que ponga a disposición del Ministerio de Educación las ponencias presentadas en el Congreso referidas a la personalidad histórica del Comandante en Jefe Fidel Castro y las posibilidades de su utilización en la enseñanza de la Historia de Cuba. El Congreso –si de la tradición fijada por Emilio Roig de Leuchsenring se trata- se reúne para conocer y precisar los aportes, los nuevos conocimientos, no para entregar un grupo de ponencias. En todo caso habría que entregar al MINED, los documentos de consolidación de resultados de investigación, las monografías y artículos que demuestran que lo dicho en las ponencias, constituyen resultados de ciencia, vistos, aprobado y certificado por los órganos académicos correspondientes.

Los Congresos como nos enseñó Roig de Leuchsenring, no pueden pensarse como un desfile de ponencias, cuyo más inmediata consecuencia será la de engordar currículos. El programa científico de los congresos, se consume además en presentaciones adicionales de invitados. Podemos organizar giras de los Premio Nacionales y de otros especialistas, cursos pre y post congreso, y muchas otras actividades de promoción, pero el espacio del Congreso, el tiempo de los delegados debe ser respetado para analizar y discutir sus trabajos, sus puntos de vista, este es el propósito convocado.

La organización de la presentación de los delegados, debe introducir fórmulas más modernas y prepositivas. Todo en atención a que los temas que se acordaron para la agenda del Congreso, sean acotados y significados con los aportes personales y colectivos. Hay que educar y exigir calidad, develar que parece pero no es, dónde está la joya –aunque esté en bruto-, y rechazar el refrito casi siempre vendido en finas y cuidadas formas gramaticales. No puede terminar un Congreso, sin producir resoluciones que planteen lo nuevo, lo avanzado, y también lo polémico. Hoy muy poco de esto se hace. El Acta y los documentos a los que he tenido acceso lo confirman.

Hoy que salvar el Congreso de los discursos “emulativos”. Cuidarnos de los falsos protagonismos. Dar a conocer cuáles son los historiadores y las historiadoras, los colectivos y las instituciones, que marcan la dinámica del debate y la construcción de conocimientos desde los propios resultados presentados y validados.

Nuestro país trabaja por la máxima equidad y en buena y significativa proporción lo ha logrado. Pero aún los acumulados históricos pesan. En la Habana y en tres de las capitales de provincia, se concentran junto con las comunidades culturales y universitarias de mayor tradición en la investigación histórica, los centros académicos más importantes del país, realidades que crean condiciones más ventajosas en esos territorios para la labor de los asociados a la UNHIC. Las diferencias en tradición y aseguramientos, se reflejan en el Congreso Nacional de Historia, donde los colectivos de las referidas provincias prácticamente totalizan el 85% de las ponencias presentadas en los últimos congresos nacionales. No se aprecia en el Acta, que el XXII Congreso haya puesto su atención en buscar fórmulas activas, que permitan una participación realmente nacional, en la perspectiva de lograr que los congresos impacten en todo el territorio y contribuyan a generar nuevos incentivos para el pensamiento, la investigación y el activismo histórico, en aquellas regiones de menor desarrollo relativo. El Acta refleja que lejos de pensar en la masificación de la cultura y la ciencia histórica, desde el propio acto de su debate y construcción dentro del Congreso, asistimos a un fortalecimiento de las tendencias academicistas.

Los objetivos de trabajo del Partido: La más significativa ausencia

Hubiera sido de interés que el XXII Congreso valorara la labor académica desarrollada por la UNHIC, alrededor de los Objetivos de Trabajo del Partido, aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido, en enero del 2012.

Sin dudas la labor de la academia cubana, no puede ser reducida a las prioridades partidistas por muy estratégicas que estas sean. Más allá de lo importante y urgente para el Partido, siempre habrá un amplio universo de intereses y necesidades a atender. Sin embargo, lo importante y lo urgente en criterio del PCC, reclamaba la atención del XXII Congreso y más: Haber llegado a la reunión científica de Holguín, con un conjunto de resultados de ciencia y propuestas.

Con certeza se ha precisado cómo desde los centros de la propaganda imperialista y anticubana, está en marcha un millonario y bien organizado programa de desmontaje de la historia nacional, pero no interiorizamos suficientemente que el problema fundamental está en que carecemos de una estrategia de construcción de nuestra propia historia. En esta ausencia, la atención tácita a la demanda partidista no es solo un hecho de “procedimiento”, funciona sobre todo como eje orientador para la acción y la labor cienciológica. A falta de otros objetivos que debieran formularse en relación con la Historia, la función directriz la cumple en particular el Objetivo No. 641, aprobado en la citada Primera Conferencia Nacional del Partido.

Trabajar sin eje orientador, nos da por resultado el listado de asuntos inconexos que refleja el Acta del XXII Congreso.

¿Fortalecer la unidad?

El Objetivo No. 64 solicita “fortalecer la unidad”, el Acta nos informa que la prioridad fijada en el XXII Congreso estuvo en “profundizar en las indagaciones sobre el federalismo en diversas regiones y localidades y sus personalidades representativas, asumiendo fundamentos teóricos que permitan conclusiones más acabadas y establecer los puntos comunes existentes”.

¿Ya está agotado el estudio sobre la construcción histórica de unidad revolucionaria? Sin dudas hay abordajes muy enjundiosos sobre la Guerra de los Diez Años, pero tal cualidad escasea en la guerra del 1895, mientras, permanece semi-develado el difícil periodo entre guerras, solo atendido con cierta holgura en las figuras centrales de José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. Los avatares de la unidad en la república solo cuenta con el énfasis, no pocas veces de la mano del anticomunismo, sobre el dogmatismo sectario de dirigentes del primer Partido Comunista, como si no hubieran existido múltiples apasionamientos, tan sectarios como dogmáticos en otras organizaciones y figuras históricas. Tal pareciera -según cierta historia “oficial” de la Revolución que aflora con bastante frecuencia-, que Fidel Castro fue siempre considerado un iluminado, atendido y seguido por todos, y que la rebelión trascurrió por unanimidades entre los líderes y combatientes de las distintas organizaciones. El Fidel de las dificultades, frente a incomprensiones, disensos y traiciones, el hombre que reencarnó a José Martí en la tarea gigante de forjar la unidad ideológica y política de todos los patriotas, permanece aún en la sombra por la falta de estudio e introducción de lo hasta ahora develado. La tarea titánica de forjar el Partido único de la Revolución, la conducción del tránsito desde el pluripartidismo revolucionario al nuevo Partido Comunista, sus avatares y retos, no se conocen por las nuevas hornadas de militantes. Ni siquiera por estos días de jubiloso aniversario por sus noventa primaveras, hemos sido capaces de abordar en profundidad esta arista fundamental de nuestro fundador.

La historia real y compleja de la unidad entre los revolucionarios, es un capítulo principal, pero no agota la historia de la unidad nacional: Este temática tienen mucho que decirnos sobre el presente, su valor para la prospectiva es incalculable. Me pregunto cómo pudo faltar esta prioridad en el inventario que hace el Acta del Congreso, más cuando sabemos que el tema estuvo presente o fue referenciado en varias de las ponencias presentadas. Las inconsecuencias que apreciamos nos obligan a preguntarnos también, si el énfasis del Acta por el tema del federalismo y sus figuras, se concibe como parte de las problemáticas de la unidad nacional en tanto objeto de estudio, o en su diferencia responde a intereses particulares, locales o sectoriales.

¿El internacionalismo y los estudios internacionales?

No solo el tema del federalismo aparece colgado, sin asideros en una lógica programática de política científica. Tal situación salta en todo el documento, y gravita sobre otros asuntos tratados con notable superficialidad. En orden de trascendencia no puedo dejar de mencionar el tema del internacionalismo.

El Objetivo No. 64 propone “promover la comprensión” sobre “la tradición patriótica, cultural, solidaria e internacionalista de nuestro pueblo”. El Acta nos informa que la prioridad fijada en el XXII Congreso, estuvo en “ampliar las investigaciones sobre el papel desarrollado por los internacionalistas cubanos contra el nazi fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, particularmente su incursión dentro de los ejércitos aliados. ¿Nos preguntamos –y solo referimos el siglo XX-, si ya está agotado el estudio de la participación en la Revolución Mexicana o en defensa de la República Española? ¿Cuándo vamos a dar atención al estudio del internacionalismo en la época de la Revolución: 380 mil cubanos y cubanas pelearon en África, antes y durante las grandes epopeyas de Angola y Etiopía, y cientos, más anónimos aún, lo hicieron en Viet-Nam, en Argentina, Nicaragua, El Salvador, Venezuela, Granada, y en muchos otros escenarios del movimiento antimperialista y de liberación nacional? La gesta boliviana de la guerrilla del Che, que puede parecer “estudiada”, reclama de la mirada desde la historiografía cubana. Ante estos retos, según el Acta que citamos, la UNHIC se propone solo prioriza el estudio de la participación cubana en los ejércitos aliados durante la II Guerra Mundial.

Centrar la mirada en “los ejércitos aliados”, habla de una pluralidad que debe ser precisada. Hay estudios sobre la participación de jóvenes comunistas cubanos en el Ejército Rojo, pero ¿está la presencia cubana agotada con lo ya publicado? ¿Nos referimos en concreto a potenciar el estudio de la participación cubana dentro del Ejército estadounidense?: Sin dudas esta última es una deuda de estudio, y se la debemos a nuestros pueblos –al cubano y al estadounidense-, a su amistad y colaboración.

Asumir la deuda que refiero es tan importante para los dos pueblos, como conocer –no olvida y sacar lecciones- de la colaboración militar y de inteligencia del Gobierno de los Estados Unidos, con la dictadura de Fulgencio Batista, y si en el plano militar internacional se trata, se precisa develar el enfrenamiento de nuestros internacionalistas con los boinas verdes, los marines, la CIA, el terrorismo de Estado, los bandidos de la contra y la metralla “made in USA”, que asesinó en Viet Nam, Bolivia, Nicaragua, Guinea Bissau Angola y Granada a nuestros compatriotas, a cubanos en misión militar, y a maestros, constructores, tecnólogos, diplomáticos y otros trabajadores civiles. Es asumir que el crimen de Barbados contra un avión civil cubano, fue el resultado de la histeria y venganza de Henry Kissinger, por la participación cubana en la derrota del plan de la CIA con Sudáfrica, para impedir en 1975 la independencia de Angola y la victoria del marxista Agostinho Neto y de la guerrilla antimperialista que comandaba.

Si de la URSS se trata, tendríamos que escribir la hermosa historia de la colaboración militar soviética en Cuba, y con Cuba en otras partes del mundo. Relación que junto a la hermandad combativa de los pueblos, fijo no pocos puntos de confrontación política con la dirección soviética. Desencuentros antes y después de la Crisis de Octubre de 1962.

Estos temas de colaboración tienen un parte aguas, que la UNHIC no puede obviar al establecer sus intereses: Sin dudas pueden encontrarse en los Estados Unidos y Rusia, serios proyectos académicos, que estarían interesados en apoyar los estudios sobre la colaboración cubana en la lucha contra el fascismo durante la II Guerra Mundial. Este es un tema que se mueve en el universo historiográfico de ambos países. En su diferencia, salvo excepciones, para estudiar la labor internacionalista cubana y su enfrentamiento con los asesores y oficiales de la CIA y el Pentágono, en el terreno internacional, o la gesta internacionalista soviética vinculada a Cuba; no abundan las contrapartes. Los apoyos financieros tienen que gestionarse fundamentalmente en y dentro del Estado cubano, y este es un campo sobre el que la UNHIC debiera pronunciarse, donde hay que explicar persuadir y convencer a camaradas que no son historiadores y si deciden los esquemas de recursos.

Colocar el Objetivo No. 64 en el punto de mira del XII Congreso, hubiera contribuido además a percatarse de la ausencia de prioridad que se mantiene en los Congresos Nacionales de Historia y en la UNHIC, sobre la Historia de América y Universal, pues incluso las referencias que se hacen en el Acta a los temas internacionales, se dirigen una y otra vez al escenario cubano, y no a la búsqueda de las interacciones particulares y universales de la historia nacional con la historia regional y mundial. Loable propósito este, que esta formulado con precisión en el objetivo partidista.

No solo de política académica se trata

El inventario problémico sobrepasa los temas de política de ciencia. El análisis del Acta del XXII Congreso Nacional de Historia, nos confirma que en la perspectiva de sus organizadores, además de obviarse la promoción y evaluación de los objetivos de trabajo partidistas, ni siquiera se consideró importante para el propio desarrollo del trabajo en el XXII Congreso, la cercanía en tiempo y escenario con el VII Congreso del PCC.

Me cuentan que el VII Congreso del PCC si fue comentario y debate continuo entre los delegados al XXII Congreso Nacional de Historia, imposible que no lo fuera no solo por la inmediatez de la realización del cónclave partidista, sobre todo por la activa y comprometida militancia comunista -con carnet y sin el-, que se aprecia dentro de los miembros de la UNHIC. Ya en las circunstancias, ni el clima de debate nacional que se producía, ni las inquietudes que se intercambiaban en los pasillos del propio XXII Congreso, movieron la reflexión de los directivos hacia una agenda donde tuvieran cabida los objetivos y temas históricos, que la vanguardia revolucionaria cubana acababa de discutir. La agenda del XXII Congreso se mantuvo incólume, tal como había sido “aprobada” meses antes.

La disonancia en la orientación política, se acompañó en el XXII Congreso con otras debilidades. Emilio Roig de Leuchsenring en los Congresos Nacionales de Historia fijaba el nuevo conocimiento y los temas de política en resoluciones, que luego recibían la divulgación apropiada y adquirían un carácter orientador. La UNHIC no había asumido esta importante tradición, hasta que la misma fue retomada por la asociación de la capital en su Congreso Provincial del 2014, que se pronunció por aprobar un grupo de resoluciones sobre varios temas de trascendencia historiográfica, cultural, educacional y política. Pero lejos de apoyo y debate sereno, las resoluciones presentadas por la asociación de La Habana en el XXI Congreso Nacional de Historia -celebrado en Camagüey en el 2014-, concitaron una sostenida resistencia por parte de los directivos de la UNHIC Nacional. La discusión de varias de estas resoluciones fue postergada para el XXII Congreso Nacional, para dar inició un escabroso proceso de consultas. En el Acta queda “resuelto el problema”. A propósito se lee que “a partir de la organización del XXI CNH, el Comité Ejecutivo Nacional aprobó…la no admisión de Resoluciones en paralelo por parte de las filiales en tanto los acuerdos o resoluciones tomados en los CNH deben ser resultados del debate de las ponencias aprobadas por Comisión Nacional de Admisión”. Cerrar, negar, impedir: la tendencia  a la intransigencia burocrática y al dogma prevalecen en este pensar-hacer de los directivos de la UNHIC Nacional. Ni hacen en la certera tradición de Roig de Leuchsenring, ni permiten que otros compañeros en las bases lo hagan.

Trampas y trucos

Según el Acta “se discutieron” las Resoluciones presentadas por la asociación habanera sobre la resistencia indígena y el título honorífico de Mariana Grajales Cuello como Madre de la Patria, pero no se explica por qué para tales reuniones, no se coordinó la presencia de los autores principales de las propuestas que se iban a “debatir”. En contraste, cada vez que desde los espacios habaneros invitamos para estos dos temas, el debate fue eludido por los directivos y los comisionados nacionales. Todos estaremos de acuerdo en que con diálogo de sordos, exclusiones y procedimientos tramposos, no llegamos a ninguna parte ni en ciencia ni en Revolución: De hecho retrocedemos a la moralidad nauseabunda del mundo burgués.

“Las perchas” como procedimiento de la politiquería burguesa, introducen en un debate congresional de un tema principal, otro que nunca antes se trató, para obligar y/o pasar desapercibida su aprobación dentro del conjunto. Cuando el 28 de febrero de 1901, el senador Orville H. Platt propuso enmendar la Ley de Gastos del Ejército de los Estados Unidos, incluyendo en ésta una cláusula sobre las relaciones con Cuba, nacía la inmoral Enmienda Platt. Hasta hace muy poco con tales procedimientos, la extrema derecha del país del Norte y la mafia terrorista cubano americana, han logrado aprobar las más criminales leyes anticubanas, Y por asombroso que pueda parecer, tan inmoral proceder se permitió en el XXII Congreso. Así se informa en documento de dictamen adjunto al Acta, que en el “proceso” de discusión de la Resolución sobre la resistencia indígena, en una reunión convocada por la dirección nacional de la UNHIC, se apreció coincidencia en torno a varios puntos”, y uno en particular afirma el “peligro ante las manipulaciones que supuestos “grupos de aborígenes cubanos” han promovido como fórmula de legitimación de intereses espurios”.

Ya nos referimos a que los autores de las Resoluciones, no participamos en las citadas reuniones, pero dado el caris de la declaración que se hizo en el dictamen presentado al XXII, resulta imprescindible precisar que tal afirmación no nos pertenece. Debemos declarar lo inadmisible de que este tipo de planteamientos se introduzcan en la UNHIC, y se intenten acreditar, en el debate que personal y colectivamente abrimos. No puede prestarse la UNHIC Nacional para hacer ataques groseros y veladas acusaciones. Menos implicar en tales procederes a las instituciones y colectivos científicos que se listan como participantes en la reunión donde se acredita que el malsano criterio fue tomado como acuerdo. Si hay elementos sobre los puntos de acusación que se enarbolan, quien o quienes los sostengan deben exponerlos de manera clara y pertinente, interpelando directamente a las personas y/o a los grupos que se consideren de intereses espurios, asumiendo no está demás precisarlo, junto con el debate académico, la responsabilidad política y legal de sus denuncias. Eso es lo ético, lo revolucionario.

Hay cómo hacer

Felicito el esfuerzo y la labor que desde Guantánamo condujo el responsable de coordinar el taller, que evaluó la Resolución sobre las invasiones británicas de 1741 y 1762. No hay casualidad en la aparente paradoja: Desde la profundidad del oriente cubano, se coordinó el citado taller realizado en la Habana. Se actuó con eficiencia organizativa, transparencia y camaradería profesional. A diferencia, compañeros que viven y trabajan en la propia capital, fueron incapaces de articular similar tarea para tratar el tema aborigen.

Pienso que la UNHIC, asociación con más de 5 mil profesionales revolucionarios, está en plenitud para hallar soluciones a estos problemas. Hay trabajo, resultados y vergüenza suficiente, para exigir las rectificaciones a los compañeros y compañeras que en el Secretariado Nacional de la Unión encabezan el mal hacer, a los que a sabiendas dejan correr el error, y sobre todo a los confundidos –no pocas veces obnubilados por el culto a las jefaturas- consensan y aprueban. Tenemos por demás Estatutos y un Código de Ética, para dirimir los asuntos de nuestra competencia.

Con tanto que hacer para el bien de la memoria patria, en tiempos que se incrementa la guerra de pensamiento que se nos hace, no podemos permitirnos perder un minuto en querellas de pésima política, traspiés y engañifas. Hay que cortar rápido y por lo sano.

Para que las señaladas y otras insuficiencias no ocurran, con el propósito de acompañar a las asociaciones no gubernamentales en el desarrollo de sus objetos sociales, la Ley de Asociaciones de la República, concibe la fórmula de la responsabilidad institucional, que como órganos de relación, deben tener los institutos estatales. En el caso de la UNHIC, se impone que el Ministerio de Cultura colabore más con la dirección de la Unión, en el propósito de solucionar las causas disparadoras de las situaciones a que hecho referencia. Recomiendo que para ello, la actual dirección ministerial comience por evaluar si los funcionarios que deben cooperarnos están en condiciones de hacerlo.

El Acta del XXII Congreso Nacional de Historia también nos compele a debatir en el orden propiamente académico, pero este sería asunto para otros comentarios. Primero, lo primero: La política y la ética, y sobre todo la ética de la política.

Nota:

1 El Objetivo No. 64, orienta: Perfeccionar la enseñanza y divulgación de la Historia de Cuba y de la localidad en el interés de fortalecer la unidad nacional y promover la comprensión sobre el origen y desarrollo de la nación, la consolidación de un pensamiento propio y la tradición patriótica, cultural, solidaria e internacionalista de nuestro pueblo. Profundizar, además, en la Historia de América y Universal para una mayor comprensión de los procesos que rigen el desarrollo de la humanidad.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217888

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Entrevista a Samir Amin. La afirmación de la soberanía nacional popular frente a la ofensiva del capital

Entrevista a Samir Amin
«La afirmación de la soberanía nacional popular frente a la ofensiva del capital «

 

Por: Raffaele Morgantini
Investig’Action
Los análisis sobre la crisis que agita -de manera estructural- el actual sistema capitalista llegan a ser de una esterilidad patética. Mentiras de los medios, políticas económicas antipopulares, olas de privatización, guerras económicas y “humanitarias”, flujos migratorios. El cóctel es explosivo, la desinformación es total. Las clases dominantes se frotan las manos frente a una situación que les permite mantener y reafirmar su predominio. Intentemos entender algo. ¿Por qué la crisis? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Cuáles son ahora y cuales deberían ser las respuestas de los pueblos, de las organizaciones y de los movimientos preocupados por un mundo de paz y justicia social? Entrevista con Samir Amin, economista y pensador egipcio sobre las relaciones de dominación (neo)-coloniales, presidente del Foro Mundial de Alternativas.

-Raffaele Morgantini (Investig’Action): Durante varias décadas, sus escritos y sus análisis nos dan elementos de análisis para descifrar el sistema capitalista, las relaciones de dominación Norte-Sur y las respuestas de los movimientos de resistencia de los países del Sur. Hoy hemos entrado en una nueva fase de la crisis sistémica capitalista. ¿Cuál es la naturaleza de esta nueva crisis?

-Samir Amin: La crisis actual no es una crisis financiera del capitalismo, sino una crisis del sistema. Esto no es una crisis en “U”. En las crisis capitalistas ordinarias (las crisis en “U”) las mismas lógicas que llevan a la crisis, después de un período de reestructuraciones parciales, permiten la recuperación. Estas son las crisis normales del capitalismo. Por contra, la crisis actual desde los años 1970 es una crisis en “L”: la lógica que llevó a la crisis no permite la recuperación. Esto nos invita a hacer la siguiente pregunta (que es también el título de uno de mis libros) ¿Salir de la crisis del capitalismo o salir del capitalismo en crisis?

Una crisis en “L” indica el agotamiento histórico del sistema. Lo que no significa que el régimen vaya a morir lenta y silenciosamente de muerte natural. Al contrario, el capitalismo senil se vuelve malo, y trata de sobrevivir redoblando la violencia. Para los pueblos la crisis sistémica del capitalismo es insostenible, ya que implica la creciente desigualdad en la distribución de los beneficios y de las riquezas dentro de las sociedades, que se acompaña de un profundo estancamiento, por un lado, y la profundización de la polarización global por el otro. A pesar de que la defensa de crecimiento económico no es nuestro objetivo, hay que saber que la supervivencia del capitalismo es imposible sin crecimiento. Las desigualdades con estancamiento, se convierten en insoportables. La desigualdad es soportable cuando hay crecimiento y todo el mundo se beneficia, incluso si ello es de forma desigual. Como en los gloriosos años 30. Entonces hay desigualdad pero sin pauperización. Por contra, la desigualdad en el estancamiento se acompaña necesariamente de empobrecimiento, y se convierte en socialmente inaceptable. ¿Por qué hemos llegado aquí? Mi tesis es que hemos entrado en una nueva etapa del capitalismo monopolista, que yo califico la de los “monopolios generalizados”, caracterizada por la reducción de todas las actividades económicas al status de facto de la subcontratación en beneficio exclusivo de las rentas de los monopolios.

-¿Cómo evalúa vd. las respuestas actuales a la crisis por parte de los países y de los diferentes movimientos?

-Ante todo, me gustaría recordar que todos los discursos de los economistas convencionales y las propuestas que avanzan para salir de la crisis, no tienen ningún valor científico. El sistema no saldrá de esta crisis. Vivirá, o tratará de sobrevivir, a costa de destrucciones crecientes en una crisis permanente. Las respuestas a esta crisis son hasta el momento, lo menos que se puede decir, limitadas, poco fiables e ineficaces en los países del Norte.

Pero hay respuestas más o menos positivas en el Sur que se expresan por lo que se llama “la emergencia”. La pregunta que surge entonces es: ¿emergencia de qué? Emergencia de nuevos mercados en este sistema en crisis controlado por los monopolios de la tríada (de los imperialismos tradicionales, de la tríada Estados Unidos, Europa Occidental y Japón) o de las sociedades emergentes? El único caso de emergencia positiva en esta dirección es el de China que intenta asociar su proyecto de emergencia nacional y social para su posterior integración en la globalización, sin renunciar a ejercer el control sobre las condiciones de esta última . Esta es la razón por la que China es probablemente el mayor oponente potencial a la tríada imperialista. Pero también están los semi-emergentes, es decir, aquellos a los que les gustaría serlo, pero que no lo son realmente, como la India o Brasil (incluso en el tiempo de Lula y Dilma). Países que no han cambiado nada en las estructuras de su integración en el sistema mundial, permanecen reducidos a la condición de exportadores de materias primas y productos de la agricultura capitalista .Son “emergentes” en el sentido de que registran en ocasiones tasas de crecimiento no demasiado malas acompañadas por un crecimiento más rápido de las clases medias. Aquí la emergencia es la de los mercados, no de las sociedades. Luego están los otros países del Sur, los más vulnerables, notablemente los países africanos, árabes, musulmanes, y aquí y allá otros en América Latina y en Asia. Un Sur sometido a un doble saqueo: el de sus recursos naturales para el beneficio de los monopolios de la Tríada y los ataques financieros para robar los ahorros nacionales. El caso argentino es emblemático en este sentido. Las respuestas de estos países son a menudo por desgracia “pre-modernas” y no “post-modernas”, como se las presenta: retorno imaginario al pasado, propuesto por islamistas o cofradías cristianas evangélicas en África y en América Latina. O aún respuestas pseudo-étnicas que hacen hincapié en la autenticidad étnica de pseudo-comunidades. Respuestas que son manipulables y a menudo eficazmente manipuladas, aunque dispongan de bases sociales locales reales (no son los Estados Unidos quienes inventaron el Islam o las etnias). Sin embargo, el problema es grave, por que estos movimientos tienen grandes recursos (financieros, mediáticos, políticos, etc.) puestos a su disposición por las potencias capitalistas dominantes y sus amigos locales.

-¿Qué respuestas se podrían imaginar, por parte de los movimientos de la izquierda radical a los retos planteados por este capitalismo peligrosamente moribundo?

-Una de las tentaciones, que voy a descartar de inmediato, es que frente a una crisis del capitalismo global, la respuesta buscada también debe ser global. Tentación muy peligrosa porque inspira estrategias condenadas al fracaso seguro: “la revolución mundial”, o la transformación del sistema global desde arriba, por decisión colectiva de todos los Estados. Los cambios en la historia nunca se han hecho de esa manera. Han partido siempre de aquellas naciones que son eslabones débiles en el sistema global; de progresos desiguales de un país a otro, de un momento al otro. La deconstrucción se impone antes de la reconstrucción. Esto vale para Europa por ejemplo: deconstrucción del sistema europeo si se quiere reconstruir otro posteriormente, sobre otras bases. Debemos abandonar la ilusión de la posibilidad de “reformas” llevadas a cabo con éxito dentro de un modelo que ha sido construido en hormigón armado para no poder ser otra cosa que lo que es. Lo mismo para la globalización neoliberal. La deconstrucción, llamada desconexión aquí, ciertamente no es un remedio mágico y absoluto, que implicaría la autarquía y la migración fuera del planeta. La desconexión llama a la inversión de los términos de la ecuación; en lugar de aceptar ajustarse unilateralmente a las exigencias de la globalización, se intenta obligar a la globalización a adaptarse a las exigencias del desarrollo local. Pero atención, en este sentido, la desconexión no es jamás perfecta. El éxito será glorioso si se realizan sólo algunas de nuestras principales demandas. Y esto plantea una cuestión fundamental: la de la soberanía. Este es un concepto fundamental que debemos recuperar.

-¿De qué soberanía está hablando? ¿Cree vd. en la posibilidad de construir una soberanía popular y progresista, en oposición a la soberanía tal como fue concebida por las elites capitalistas y nacionalistas?

-¿La soberanía de quién? Esa es la pregunta. Hemos sido acostumbrados a través de la historia a conocer lo que se ha denominado como la soberanía nacional, la implementada por la burguesía de los países capitalistas, por las clases dominantes para legitimar su explotación, en primer lugar sobre sus propios trabajadores, pero también para fortalecer su posición en la competición con los otros nacionalismos imperialistas. Es el nacionalismo burgués. Los países de la tríada imperialista nunca han conocido hasta el momento más nacionalismo que ese. Por contra, en las periferias hemos conocido otros nacionalismos, procedentes del deseo de afirmar una soberanía antiimperialista, trabajando contra la lógica de la globalización imperialista del momento.

La confusión entre estos dos conceptos de “nacionalismo” es muy fuerte en Europa. ¿Por qué? Pues bien, por razones históricas obvias. Los nacionalismos imperialistas han estado en el origen de dos guerras mundiales, fuente de estragos sin precedentes. Se entiende que estos nacionalismos sean percibidos como nauseabundos. Después de la guerra, la construcción europea ha dejado creer que ayudaría a superar este tipo de rivalidades, para el establecimiento de un poder supranacional europeo, democrático y progresista. Los pueblos han creído en eso, lo que explica la popularidad del proyecto europeo, que sigue en pie a pesar de sus estragos. Como en Grecia, por ejemplo, donde los votantes se han pronunciado contra la austeridad pero al mismo tiempo han conservado su ilusión por otra Europa posible.

Hablamos de otra soberanía. Una soberanía popular, en oposición a la soberanía nacionalista burguesa de las clases dominantes. Una soberanía concebida como un vehículo de liberación, haciendo retroceder la globalización imperialista contemporánea. Un nacionalismo antiimperialista, por tanto, que nada tiene que ver con el discurso demagógico de un nacionalismo local que aceptaría inscribir las perspectivas del país implicado en la globalización local, que considera al vecino más débil como su enemigo.

-¿Cómo se construye pues un proyecto de soberanía popular?

-Este debate lo hemos llevado a cabo varias veces. Un debate difícil y complejo teniendo en cuenta la variedad de situaciones concretas. Con, creo, buenos resultados, especialmente en nuestras discusiones organizadas en China, Rusia, América Latina (Venezuela, Bolivia, Ecuador, Brasil). Otros debates han sido aún más difíciles, especialmente los organizados en los países más frágiles.

La soberanía popular no es fácil de imaginar, porque está atravesada por contradicciones. La soberanía popular se da el objetivo de transferir un máximo de poderes reales a las clases populares. Estos pueden ser tomados en los niveles locales, pudiendo entrar en conflicto con la necesidad de una estrategia a nivel del Estado. ¿Por qué hablar del estado? Por que nos guste o no, se continuará viviendo bastante tiempo con los Estados. Y el Estado sigue siendo el principal lugar de decisión que pesa. Aquí está el fondo del debate. En un extremo del abanico del debate, tenemos a los libertarios que dicen que el Estado es el enemigo con el que se debe luchar a toda costa, y que se debe actuar fuera de su esfera influencia; en el otro extremo tenemos las experiencias nacionales populares, especialmente las de la primera ola del despertar de los países del Sur, con los nacionalismos antiimperialistas de Nasser, Lumumba, Modibo, etc. Estos líderes han ejercido una tutela verdadera sobre sus pueblos, y pensado que el cambio sólo podía venir desde arriba. Estas dos corrientes han de dialogar, comprenderse para construir las estrategias populares que permitan auténticos avances.

¿Qué se puede aprender de aquellos que han podido ir más lejos, como en China o América Latina? ¿Cuáles son los márgenes que estas experiencias han sabido aprovechar? ¿Cuáles son las fuerzas sociales que son o podrían ser favorables a estas estrategias? ¿Por qué medios políticos podemos esperar movilizar sus capacidades? Estas son las preguntas fundamentales que nosotros, los movimientos sociales, los movimientos de la izquierda radical, militantes antiimperialistas y anticapitalistas, debemos preguntarnos a nosotros mismos y a las que hay que responder, con el fin de construir nuestra propia soberanía, popular, progresista e internacionalista .

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217929

Imagen: http://www.ayudaeficaz.es/el-modelo-economico-breve-introduccion-al-pensamiento-critico/

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Entrevista a Federico Perazza: “Educación continua, la clave para un buen proyecto de vida profesional”

16 Octubre 2016/Fuente: lanacion /Autor: Jorge Martínez

“Quizás porque mis padres no pudieron acceder a una educación universitaria, o por mi autoexigencia, siempre visualicé mi proyecto de vida profesional a través de una educación continua y permanente. Además, hay que estar permanentemente informado, conocer la agenda y tratar de incidir en ella, identificar correctamente el interés nacional de tu país”.

“Siempre visualicé mi proyecto de vida profesional a través de una educación continua y permanente”, resalta el experto uruguayo del sector diplomático, Federico Perazza, licenciado en Relaciones Internacionales y actual embajador de Uruguay en Paraguay. En una entrevista La Nación accedió a conocer la historia y formación del diplomático, resaltando todo aquello vivido como ejemplo para poder superarse día a día.

Perazza menciona que una de las claves principales radica en la educación y preparación que uno recibe en la familia y saber aplicarlo correctamente al equipo de trabajo al que uno pertenece.

-De 1 al 10, ¿cuán importante es para usted la educación que recibe de la familia para la formación profesional y cómo ayuda esto a una persona para liderar un equipo de trabajo?

-Cuando uno es un niño tu universo gira entorno a tu familia y a tu casa. Desde allí fui viendo el mundo con los valores que iba recibiendo de mis padres, que no eran otros más que el respeto, la generosidad, la honestidad, el esfuerzo diario (mis padres fueron funcionarios públicos que privilegiaron la educación mía y la de mi hermano), el sentido de la responsabilidad y la importancia de la educación. Quizás porque mis padres no pudieron acceder a una educación universitaria, o por mi autoexigencia, siempre visualicé mi proyecto de vida profesional a través de una educación continua y permanente. Todos los días trato de aprender algo nuevo (celebro siempre desde el lugar en que me encuentre esa oportunidad de poder seguir creciendo profesionalmente), de procesar de la mejor manera la información que voy adquiriendo a través de mi trabajo y mis ocupaciones porque, como dice Francis Bacon, “la soberanía del hombre está oculta en la dimensión de sus conocimientos”.

-¿Cómo fueron sus inicios laborales, en qué momento entró al mundo diplomático y a qué se debió tal decisión?

-Cuando obtuve mi título y al cumplir 23 años decidí intentar formar parte del Servicio Exterior Uruguayo. Me atraía esa carrera aunque la veía muy lejana (mi familia no tenía ninguna vinculación con la diplomacia uruguaya). Pero al mismo tiempo me daba cuenta que mi salida laboral como licenciado en Relaciones Internacionales necesariamente pasaba por el Ministerio de RREE o por el sector privado vinculado al comercio exterior. Me decidí por lo primero y fue así que en 1993 a través de un concurso de oposición y méritos (único mecanismo posible para formar parte del Servicio Exterior de carrera en mi país) logré acceder a los cupos vacantes para ese año y desde entonces más de la mitad de mi vida la he consagrado a la carrera diplomática.

-¿Es usted entonces un embajador de carrera?

-Correcto. Si bien podría considerarse que soy un embajador joven en comparación con generaciones anteriores de embajadores uruguayos, lo cierto es que, como dije, empecé a los 23 años y desde entonces he ido transitando los distintos eslabones de la carrera diplomática que me han permitido alcanzar el puesto de embajador de carrera.

-¿Cómo fue formándose profesionalmente?

-La base de mi formación la tuve en la Universidad de la República y en los cursos de actualización de la Academia Diplomática. Pero yo diría que el grueso de mi formación se debe a la experiencia de haber pasado por Ginebra y Nueva York. Siempre digo que esos dos puestos son, para quienes amamos la diplomacia multilateral, el nivel mayor de exigencia y una verdadera prueba de fuego para un diplomático. Hay que estar permanentemente informado, conocer la agenda y tratar de incidir en ella, identificar correctamente el interés nacional de tu país, sugerir a tu Cancillería (que es mi equipo de trabajo en este caso) algunos cursos de acción y fundamentalmente informar para que tus iniciativas sean viables y certeras.

-¿Dónde nació y cómo fue su infancia?

-Nací en Canelones, un departamento del interior de Uruguay. En mis primeros años Canelones era una ciudad muy aldeana, una vida de permanente interacción con los vecinos, un universo que se circunscribía al barrio, casa y cuadra, donde todos nos conocíamos y concurríamos a la misma escuela y liceo público y teníamos los mismos divertimentos: el fútbol, los buenos momentos con la familia y algún paseo cerca.

Fuente de la entrevista: http://www.lanacion.com.py/2016/10/16/educacion-continua-la-clave-buen-proyecto-vida-profesional/

Fuente de la imagen: http://www.lanacion.com.py/wp-content/uploads/2016/10/24-dom-01-cp-750×420.jpg

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Fátima Silva: «Hoy nos toca enfrentar la privatización de la educación»

Argentina /15 octubre 2016/Fuente: La Capital

La vicepresidenta de la Internacional de la Educación para América Latina, Fátima Silva, alertó sobre las presiones del Banco Mundial.

Fátima Silva es la vicepresidenta de la Internacional de la Educación para América latina, la mayor entidad del mundo que reúne a la docencia organizada. También participó en el 31er. Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) que se realizó en Rosario el fin de semana pasado. «Lo que viene para nosotros es una fuerte privatización del sector educativo», marcó como tema principal en la agenda de la educación regional.

«Es una alegría participar de este encuentro, primero como mujer, como feminista y por creer en la agenda nuestra que defendemos», arrancó sin mediar más que la invitación a la entrevista. Quien es dirigente de la Federación de Trabajadores de la Eduación de Mato Grosso del Sur (Fetems) y de la confederación brasileña que nuclea al magisterio (CNTE) participó de los talleres, del plenario de la CTA y marchó junto a las más de 70 mil mujeres que se movilizaron por la ciudad. Fueron tres jornadas ganadas por la alegría, las reivindicaciones de género y un revelador compromiso político.

Fátima Silva fue una más entre las miles de mujeres que se sumaron a la masiva convocatoria local. «Quiero felicitar a todas las organizaciones que están involucradas en este encuentro en Rosario, principalmente las de la educación de este país que tienen un papel muy importante, como la Ctera, la Conadu y la CTA, y a las luchadoras sociales que estamos acá», distinguió.

Las niñas de Nigeria

El sábado participó del plenario de la CTA realizado en La Toma, donde sus primeras palabras fueron para que se recuerde a las 270 niñas secuestradas en abril de 2014 de un colegio católico de Chibok, en el estado de Borno (Nigeria), por el ejército de Boko Haram. Niñas que siguen siendo sometidas a las más espantosas crueldades. «El mundo se olvidó de ellas!», exclamó Silva.

También hubo un apartado especial en su discurso para la militante social Milagro Sala, presa política del gobierno provincial jujeño desde enero pasado, a cargo de Gerardo Morales. Gran parte de las consignas que se escucharon en las tres jornadas del ENM estuvieron dedicadas a pedir la pronta liberación de la dirigente de la Tupac . Y Silva no dejó de valorar como un triunfo del género, que en este nuevo siglo se logró en la región elegir a tres jefas de Estado, en referencia a Cristina Fernández de Kirchner, Dilma Rousseff y Michelle Bachelet.

Agenda no superada

La referente del magisterio valoró la diversidad de mujeres que asistieron al encuentro, de todas las clases sociales y edades. También la posibilidad de defender los puntos y principios que son comunes, de darle continuidad a una agenda que todavía no está superada: «La laicidad del Estado, de cómo el Estado y la iglesia tratan el cuerpo de las mujeres como de su propiedad».

Para Silva el encuentro resultó «una sumatoria de fuerzas para enfrentar lo que se viene con los gobiernos conservadores, neoliberales, como el Macri en la Argentina y el de Temer en Brasil, que atacan primero las políticas públicas, algo que afecta directamente a las mujeres».

Mercantilización educativa

La dirigente sindical alertó sobre el avance de los organismos financieros como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), que es la que promueve las famosas Pruebas Pisa, y también sobre los nuevos pactos que persiguen fines de lucro en materia educativa, como el Acuerdo sobre el Comercio de Servicios más conocido por Tisa, por su sigla en inglés (Trade in Services Agreement).

—La educación es uno de los temas clave de esas políticas públicas ¿qué es lo más preocupa de este tema en la región?

—La agenda mundial puesta por la Ocde, por el Banco Mundial y el FMI, que es una agenda privatizante, que abre la posibilidad al comercio educativo. Y países como la Argentina, Brasil o Colombia atraen mucho este capital en este proceso de privatización. Hay un acuerdo que está promocionando la Ocde que se llama Tisa, que plantea la liberación del comercio educativo. Lo que viene para nosotros, para América latina y el mundo es una fuerte privatización al sector educativo; y de diversas formas, porque hay distintas maneras de entregar las escuelas a las organizaciones privadas, donde el Estado entiende que es un servicio público pero no garantizado por él mismo. La principal agenda que tenemos que enfrentar hoy es contra la privatización de la educación. Una cuestión que más se fortalece con esta ola de gobiernos conservadores, que en la Argentina llegó por el voto, por poco, pero llegó, pero en Brasil por un proceso de golpe que no respetó a 54 millones de votos que eligió a una presidenta. O como en Honduras que fue un golpe más violento pero fue el primero de este siglo en nuestra América; o también como pasó en Paraguay. Son países muy vulnerables, en el sentido de aceptar las presiones y de liberalizar el comercio educativo. Lo que viene para nosotros es un período de muchas dificultades en todas las políticas públicas, y la educación está en primer lugar.

—¿Cómo afecta este proceso a las trabajadoras de la educación?

—Hay un fuerte desprestigio en la profesión docente hoy. Esto es parte de un proceso de campaña de desvalorizar lo público y justificar una privatización. En esta campaña todo lo que es público no sirve, no es bueno. Entonces cuando hay un acto de violencia en las escuelas públicas es tratado con grandes espacios por toda la prensa, divulgado las 24 horas, y si se trata de un colegio privado de «prestigio» poco se habla. Los resultados positivos de las escuelas públicas son ocultados. Hay una fuerte campaña de desprestigio tanto a la educación pública como al trabajo del docente.

—Para ese fin también se usan las pruebas estandarizadas.

—Las Pruebas Pisa sirven para hacer un ranqueo y avalar iguales con desiguales. Sirven para mostrar que América latina en este ranqueo no está bien, y que la culpabilidad está en los maestros «que no tienen buena formación, ni buena capacitación» entonces también «vamos evaluar a los maestros y a poner incrementos salariales a los buenos y aquellos que no son tan buenos los vamos a pasar a despido». Y sobre ese pretexto pasan a las escuelas a administraciones privadas que van a hacer las contrataciones de los docentes sin garantizar ningún derecho ni el proceso educativo. Algo parecido pasa con la gestión de la educación a distancia, con el uso de las tecnologías que son totalmente favorables; sin embargo el papel del colectivo, del maestro, del profesor, ese es imprescindible. La educación es un proceso colectivo, que tiene que sumar a las nuevas herramientas tecnológicas pero tiene que ser un espacio de convivencia y garantizado por el Estado.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/hoy-nos-toca-enfrentar-la-privatizacion-la-educacion-n1263389.html

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“Habría sido interesante poner a Camila Vallejo de ministra de Educación” Entrevista a Jamil Salmi

América del Sur/Chile/15 Octubre 2016/Autora: María Cecilia González/Fuente: Qué pasa

Jamil Salmi fue uno de los redactores del informe de la OCDE que el movimiento estudiantil usó en 2011 como fundamento para exigir la gratuidad. De visita en Santiago para exponer en un seminario organizado por la Red Universitaria Nacional, Reuna, explica cómo, a su juicio, la reforma no distinguió entre lo bueno y lo malo del sistema de educación superior chileno.

Jamil Salmi nació en Marruecos, pero conoce Chile de cerca. Desde que viajó a Temuco en 1998 para dirigir la primera reunión del Mecesup (Programa de Mejoramiento de la Calidad y la Equidad en la Educación Terciaria) como coordinador de Educación Superior del Banco Mundial, sus viajes nunca se detuvieron.

En los últimos 18 años ha sido asesor de los gobiernos de Bachelet y Piñera, fue nombrado profesor emérito de la Universidad Diego Portales y fue uno de los redactores del informe que en 2008 el gobierno le encargó a la OCDE para evaluar el sistema de educación superior chileno, el mismo documento que tres años más tarde se convertiría en una de las banderas de lucha del movimiento estudiantil para pedir la gratuidad.

Y aunque fue uno de los primeros en sugerir que Chile necesitaba una reforma, no vio venir la fuerza con la que el tema se instalaría en la agenda. “Jamás anticipé un cambio tan fuerte como lo que está sucediendo hoy en día a raíz de las protestas”, comenta por el teléfono desde Fiyi la primera vez que conversó con Qué Pasa.

Salmi es uno de los expertos en educación superior más reconocidos del mundo. Economista con un doctorado de la Universidad de Sussex, a lo largo de su trayectoria en el Banco Mundial y en Tertiary Education, la consultora que dirige desde 2012, ha trabajado con los gobiernos y las universidades de más de 90 países del mundo. Pero el caso chileno, que nunca ha dejado de seguir, no deja de sorprenderlo.

—¿Cuál era su impresión de Chile cuando elaboró el informe de la OCDE en 2008?
—Me parecía que estaba a la vanguardia de la educación superior en América Latina, porque tiene uno de los sistemas más desarrollados. A Chile no le va tan mal como la sociedad lo percibe. La verdad es que lo que he visto en los últimos cinco años me da mucha tristeza, porque es como si estuviéramos deshaciendo todo sin ver lo bueno que tiene el sistema chileno. Por ejemplo, que es un sistema estructuralmente diversificado: es bueno tener universidades privadas y públicas, además de instituciones no universitarias, como los Centros de Formación Técnica (CFT) y los Institutos Profesionales (IP). Y si miras el número de publicaciones científicas en relación al tamaño de la población, Chile tiene mucho mejores resultados que los grandes países, como Brasil, México o Argentina.

«¿Cuál es la mejor universidad hoy en día según los rankings internacionales? La UC. Si el Estado mañana decide dejar de darle recursos, van a terminar de destruir la mejor universidad del país a nombre de la ideología».

—Pero se detectaron problemas. En ese informe usted ya recomendaba una reforma.
—Había muchos instrumentos financieros que no eran coherentes entre ellos mismos, como el Aporte Fiscal Indirecto (AFI), y había que simplificarlos. Tampoco entendía por qué había dos sistemas de crédito educativo, el fondo solidario para el CRUCh y el CAE.

—¿Qué medida habría tomado usted?
—Antes de eso, cuando Pilar Armanet era jefa de la División de Educación Superior y se iba a lanzar el predecesor del CAE, le pregunté por qué, si ya existía un sistema de créditos, no mejor ampliarlo en vez de crear otro sistema para las universidades fuera del CRUCh . Me respondió: “Tú no entiendes este país, no se puede tocar el CRUCh”. Creo que ese fue el drama de Chile: la incapacidad de ver qué cosas históricas, que quizás tuvieron su sentido en alguna época, ya no servían.

—Usted es muy crítico del CRUCh. ¿Por qué?
—No he visto en ningún otro país del mundo que haya un grupo de universidades como el CRUCh, que funcione como un club que recibe todos los subsidios del Estado, mientras que hay muchas otras universidades que no reciben nada. Es como decir que los chilenos que están en las otras universidades no son ciudadanos a tiempo completo, y no califican para los subsidios del Estado de la misma manera. Por eso yo he usado la palabra apartheid: discriminación entre dos grupos de chilenos. La primera vez que sugerí reformar el CRUCh fue en 1998, cuando vine por primera vez a Chile. Me da risa y tristeza, porque hoy, casi 20 años más tarde, la situación sigue igual.

—Las protestas estallaron dos años después de que se publicara el informe, a comienzos de 2009, ¿cree que se pudo haber hecho algo para evitarlas?
—A mi juicio hubo dos errores. Primero, fue muy valioso de parte del gobierno de Bachelet haber pedido una evaluación de la OCDE, pero el informe puso problemas sobre la mesa y no se hizo nada para solucionarlos. El segundo error fue que el nuevo gobierno fue muy arrogante al no dialogar con los estudiantes, lo que provocó que las demandas escalaran, y después perdió el control de la agenda en educación.

—¿Ha tenido experiencia con otros países donde la calle pese tanto?
—Hay pocos países en que los movimientos hayan durado tanto. Al mismo tiempo que en Chile, surgieron protestas en Corea y Canadá, pero duraron tres meses y desaparecieron. Quizás la única situación similar hoy en día es Sudáfrica, donde llevan casi dos años protestando. Pero es difícil hacer reformas de fondo, bien pensadas, si todo se hace bajo la presión de la calle. Habría sido interesante poner a Camila Vallejo de ministra de Educación. Si tú, como gobierno, aceptas esa presión, hay que poner a los dirigentes para que vean lo difícil que es implementarlo.

—Ella no llegó al ministerio, pero sí al Parlamento.
—Tuve un diálogo con algunas personas cercanas a ella. Quería explicarles que cuando tienes un país donde todas las instituciones son públicas, pasar a la gratuidad es muy fácil. Pero en Chile, donde el 70% de los estudiantes estudian en instituciones privadas, es muy complicado.

—Entonces, ¿para usted la gratuidad no era la solución?
—En la medida en que se logra ofrecer gratuidad al 30% o 40% de los deciles más bajos, se soluciona al menos el problema de la barrera financiera. Pero la gratuidad, como se entiende hoy en Chile, no es el único camino.

—¿Cuáles son las otras opciones?
—Más que eliminar el cobro de la matrícula, para mí es más importante el concepto de costo neto, cuánto va a tener que pagar un estudiante de bajos recursos al final de la carrera. Es más realista, porque si no, los hijos de los ricos van a recibir subsidio de los pobres.

—En Chile, una de las razones por las que la reforma ha sido criticada es por mantener el sistema de créditos.
—Una cosa es que el CAE haya sido problemático, pero no por eso todos los créditos son malos. Para mí, uno de los mejores sistemas de financiamiento es el australiano. Ahí ningún estudiante paga, pero automáticamente se constituye un crédito que se llama Income Contingent Loan (crédito vinculado al ingreso). A la hora empezar a trabajar, los egresados tienen que pagar un impuesto que es una proporción muy baja de sus ingresos, y que se condona si estos están por debajo de un mínimo.

—¿Los países donde hay gratuidad son más equitativos?
—Depende. Los países nórdicos, sí, pero porque su sistema de impuestos es muy alto. Pero en otros casos, si no sientes el costo de tus estudios, no tienes incentivos para estudiar, lo que provoca altos niveles de deserción o de repitencia.

—¿Se refiere a los sistemas latinoamericanos?
—Definitivamente, y se agrava en los países donde no hay selección al ingreso, como Argentina. Aunque la matrícula es más alta, la repitencia y la deserción son enormes.

—¿Cree que puede haber lucro en la educación?
—No comparto la idea de ganar dinero con la educación, pero al final lo que importa es la calidad. Si el Estado lo puede hacer todo, está bien, pero la realidad de la mayoría de los países es que no hay suficiente plata. Si hay gente dispuesta a invertir en educación superior, ¿por qué no? Pero tiene que haber algunas cosas presentes: calidad, pertinencia, un sistema de acreditación y una regulación muy rigurosa. El gran problema de Chile es que se quedaron en la ambigüedad, porque había instituciones de educación superior donde todos sabían que había lucro, pero, como no existía la figura del lucro, se les permitió seguir sin los controles adecuados.

Contra la competencia

Salmi fue uno de los expositores principales del seminario “Investigación y educación en red: Colaborar para avanzar”, que organizó la Red UniversitariaNacional, Reuna. Su tesis es sencilla: las universidades deben trabajar en conjunto para crecer y convertirse en universidades de rango mundial, aquellas que tienen los mejores resultados al formar profesionales egresados de alto nivel.

—¿Existen universidades así en América Latina?
—No. Me parece inaceptable que la Universidad de São Paulo, que no es una universidad pobre, no sea mejor. Una paradoja en América Latina es que cuando van al Mundial de Fútbol no van para ser el número 150 o 47, sino para ser campeones, pero en la educación no veo este mismo afán ni por parte de los estados ni de la sociedad.

—¿Qué pasa en Chile?
—Las universidades privadas tiene un buen nivel de gobernanza, y las públicas son mucho más flexibles en comparación al resto de América Latina. El nivel de recursos sigue siendo muy básico. Pero el principal problema es que hay un nivel de internacionalización muy bajo, con muy pocos estudiantes y académicos extranjeros.

—¿Y ve más colaboración o competencia?
—La sociedad chilena está muy dividida, y las universidades son un reflejo de eso. Hay mucha competencia, lo que me parece peligroso porque Chile es un país muy pequeño. La colaboración podría ayudar a crear universidades más fuertes en el ámbito internacional.

—¿Cuál es su definición de universidad pública?
—La definición legal es que pertenece al Estado, es decir, más del 50% de sus ingresos son públicos. Pero para mí esa no es una buena definición. Si fuese así, uno podría cuestionar si la Universidad de Chile es una universidad pública, porque menos del 30% de sus ingresos son del Estado. Lo que hay que preguntarse es si las universidades cumplen con una visión de bien público. Y si ese es el caso, la Universidad Católica también cumple.

—¿Qué entiende por “visión de bien público”?
—Hay varios componentes, pero el más importante es cómo atiende a estudiantes de clases más bajas, si hay esfuerzo para incluirlos.

—En Chile, el debate más álgido desde que se conoció la reforma ha sido para definir esos conceptos, porque de eso va a depender quién recibe más recursos.
—¿Cuál es la mejor universidad hoy en día según los rankings internacionales? La UC. Si el Estado decide dejar de darle recursos, van a destruir la mejor universidad del país a nombre de la ideología. Por eso encuentro muy peligroso que la reforma, por las complicaciones políticas, no haya permitido una reflexión de fondo que reconozca lo bueno en el sistema chileno, versus lo que hay que reformar.

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Carlos Brandao: «La educación está cada vez más dominada por intereses de pequeñas minorías»

América del Sur/Argentina/15 octubre 2016/Fuente: Los Andes.

Así lo expresó el colaborador de Paulo Freire en su visita a Mendoza en el marco del V Seminario Internacional de Movimientos Sociales.

Carlos Rodriges Brandao, referente brasilero de educación popular y quien fuera compañero de Paulo Freire en la década del ’60, visitó Mendoza en el marco del V Seminario Internacional de Movimientos Sociales, Historia, Antropología Educación y Alternativas Políticas en Latinoamérica, realizado en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo, los días 13 y 14 de octubre. En su paso por la provincia, dialogó con Los Andes sobre educación popular y su importancia para la región.

-¿Qué es lo que usted define como educación popular?

-La mejor manera de comprender lo que es la educación popular es pensarla como popular en doble sentido: una educación igualitaria y respetando diferencias culturales, extendida a toda la gente, en el sentido de populus en latín, es decir, todos los habitantes de una ciudad, o nación. Y popular en un sentido más moderno, en especial en países como Argentina o Brasil, donde la inmensa mayoría de la gente está comprendida dentro de las clases populares, la educación debería por democracia partir de este principio: es decir, no centrarse en los intereses de una minoría rica y poderosa, sino en el beneficio de estas mayorías populares. Entonces hablamos de educación popular, porque la educación debe servir a esas inmensas mayorías dominadas y excluidas.

-¿Cuál es la situación actual en este sentido?

-Toda la educación debería ser popular, así como debería ser anclada en lo ambiental y debería ser una educación para la paz. Pero, lamentablemente en casi todo el mundo tenemos una educación antipopular, antiambiental y anti pacífica. Es decir, es una educación cada vez más dominada por poderes e intereses de pequeñas minorías que detienen la economía mundial y la de nuestros países, determinando lo que llamamos políticas públicas. Entonces en contrapartida de esta educación elitista y pragmática del capitalismo neoliberal, grupos de educadores, como Paulo Freire y su primer equipo adentro de la Universidad de Pernambuco, intentaron sentar las bases de una educación antihegemónica.

-¿Qué rol cumplen las universidades en este contexto?

-Muchas universidades son estructuras que se proclaman como servicios públicos, pero que en realidad están al servicio de minorías de poder. Sin embargo, a la vez, las universidades abrigan grupos y movimientos contrahegemónicos.

Incluso en Argentina ya se están dando experiencias de bachilleratos y universidades populares, que no son originadas por el Estado o por privados, sino por movimientos sociales. Aunque son sostenidas por el ingreso público, son gestionadas por movimientos sociales.

-En este sentido, ¿cree que la educación es un espacio de poder?

Todo esto es un campo de lucha, para ver quién tiene el poder de definir las políticas públicas en materia de educación, salud y demás.

Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/carlos-brandao-la-educacion-esta-cada-vez-mas-dominada-por-intereses-de-pequenas-minorias

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Terciarios proponen régimen especial de asistencia para madres, padres y trabajadores precarios

Terciarios proponen régimen especial de asistencia para madres, padres y trabajadores precarios

Entrevista a estudiantes del terciario 46 de Ramos Mejía, impulsoras del proyecto.

Por: Virginia Gómez

Melina Sanabria estudia Geografía y es delegada de su curso, milita en Pan y Rosas en La Izquierda al Frente, y es una de las impulsoras del proyecto de régimen especial de asistencia para posibilitar que madres, padres y trabajadores, puedan continuar con sus estudios. La Izquierda Diario la entrevistó.

¿De qué se trata el proyecto?

- Con varias compañeras y compañeros, preocupados por la alta deserción que hay en el terciario, como el nuestro, empezamos a elaborar un proyecto para que en el instituto haya un régimen especial de asistencia. En la actualidad sucede que muchos estudiantes por el cuidado de sus hijos, o por los trabajos que tienen, no pueden venir todos los días, de noche, a cursar y terminan dejando sus estudios. Obviamente priorizan no perder el empleo, o no tienen plata, por los bajos salarios, para pagarle a alguien para que cuide a sus hijos mientras ellos estudian. La mayoría de nosotros trabajamos todo el día, y luego tenemos que cursar de lunes a viernes durante el turno noche, y cumplir con las prácticas en contraturno. Para los que tienen hijos, principalmente para las mujeres, se hace muy cuesta arriba. En el terciario no sólo no tenemos edificio único, sino que tampoco tenemos juegotecas o jardines para nuestros hijos. Y para los que trabajan más de nueve horas por día, o en turnos rotativos por semana o mes, se hace imposible cumplir con el régimen actual de asistencia, entonces terminan quedando afuera. Por eso elaboramos un borrador de proyecto que queremos debatir en todos los cursos. Nuestra idea es que haya un régimen especial de asistencia para madres y padres con hijos menores de 13 años, para quienes trabajan en turnos rotativos, y para quienes superen las 40 horas laborales por semana.

¿Por qué decís que el proyecto es un “borrador”?

- Porque es una primera idea, pero no la única. Primero queremos ponerla en discusión. Que lo tome en sus manos el cuerpo de delegados, que se dedique el tiempo necesario para que sea debatido y mejorado en todos los cursos, escuchar la voz de los estudiantes. Que lo impulse el centro de estudiantes también, junto con fortalecer nuestra organización, debatiendo cómo también avanzamos en conseguir más presupuesto para los institutos de formación docente que hoy por hoy se va todo en pago de salarios. Cómo avanzamos en tener edificios únicos y posibilidades de cursadas en distintas franjas horarias, esta es una deuda pendiente del gobierno anterior, que ahora se la tenemos que arrancar al macrismo. Pero también cómo se crean más carreras o juegotecas y jardines para los hijos e hijas de los estudiantes.

La mayoría, en los terciarios, somos mujeres, y trabajar, estudiar, cuidar a nuestros hijos se hace cada vez más imposible, ni hablar con las medidas de ajuste, donde aumentó el boleto y las tarifas y las familias se ven obligadas a tener que decidir si podemos seguir estudiando.

Pero también consideramos que no se trata sólo de reducir el aprendizaje a la asistencia presencial en el aula. Por ejemplo, el gobierno quiere implementar el Operativo (Des)Aprender 2016 que es parte de una reformas neoliberal basada en evaluaciones externas, como las que vienen desarrollando desde hace más de 10 años en gran parte de América Latina. El Banco Mundial es su principal impulsor e ideólogo, de un plan que intenta avanzar en la mercantilización de la educación, incorporando mecanismos productivistas y meritocráticos asesorados por consultoras privadas, queriendo imponer como criterio la competencia entre pares.

Esta semana participamos del debate que se hizo en el instituto sobre esta problemática y como nuestros compañeros de Suteba La Matanza, nosotros como futuros docentes, también rechazamos este “operativo” y acompañaremos a los trabajadores de la educación en las exigencias de paro nacional para los días en que se prevé que se realicen las evaluaciones.

¿Querés agregar algo más?

- Que este proyecto está a disposición de todos los estudiantes terciarios, que queremos generar desde ahora una fuerte organización estudiantil para que tenga la fuerza que necesita desde abajo para cuando lo presentemos frente a las autoridades, funcionarios y legislatura. Que apostamos a que lo tomen en sus manos los centros de estudiantes, y que aliente la organización en defensa de nuestros derechos. Esta y otras ideas, son parte de nuestra militancia cotidiana para que los centros dejen de ser correa de trasmisión de los gobiernos de turno, del municipio y de sus intereses electorales de cara al 2017. Es un aporte en la tarea de construir verdaderos centros de estudiantes como herramientas de organización, que funcionen de manera democrática y desde abajo, que estén puestos al servicio de defender una educación pública de calidad y que luche codo a codo con los trabajadores.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/Terciarios-proponen-regimen-especial-de-asistencia-para-madres-padres-y-trabajadores-precarios

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