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Entrevista a Emanuele Coccia: «La Tierra puede deshacerse de nosotros con la más pequeña de sus criaturas»

Por: Nicolas Truong

El filósofo explica por qué, en su opinión, la actual pandemia devuelve al ser humano a la naturaleza. Y cómo la ecología necesita ser repensada, para alejarla de la ideología patriarcal basada en el “hogar”

El filósofo Emanuele Coccia es profesor en la École des hautes études en sciences sociales y uno de los intelectuales más iconoclastas de su tiempo. Autor, en la editorial Payot et Rivages, de las obras La Vie sensible (2010), Le Bien dans les choses (2013), La Vie des plantes. Une métaphysique du mélange (2016), acaba de publicar Métamorphoses (Payot et Rivages, 236 páginas, 18 euros), un libro que recuerda cómo se relacionan entre sí las especies vivas, incluyendo los virus y los humanos, porque, según escribe “somos la mariposa de esta enorme oruga que es nuestra Tierra”. En la entrevista que sigue a continuación analiza los impulsores de esta crisis sanitaria mundial, y explica por qué, por mucho que sea necesaria, “la orden de quedarse en casa es paradójica y peligrosa”.

Se están tomando medidas importantes para asegurar que la economía no se derrumbe. ¿Debería hacerse lo mismo para la vida social?

Frente a la pandemia, la mayoría de los gobiernos han tomado medidas firmes y valientes: no solo la vida económica se ha detenido en gran medida o se ha visto fuertemente ralentizada, sino que también la vida social pública ha quedado ampliamente interrumpida. Se ha instado a la población a quedarse en casa: se han prohibido las reuniones, las comidas compartidas, los ritos de amistad y de debate público y el sexo entre desconocidos, pero también los ritos religiosos, políticos y deportivos. De repente, la ciudad ha desaparecido o, mejor dicho, se la han llevado, ha sido sustraída del uso: se presenta ante nosotros como tras un escaparate. Ya no hay espacio público ni lugares para la libre circulación, abiertos a todos y a las actividades más populares y dispares, dedicadas a la producción de la felicidad tanto individual como compartida. La población se ha quedado sola frente a este enorme vacío, y llora la ciudad desaparecida, la comunidad suspendida, la sociedad cerrada junto con las tiendas, las universidades o los estadios: los directos de Instagram, los aplausos o los cánticos colectivos en el balcón, la multiplicación de  las arbitrarias y alegres carreras semanales son en su mayoría rituales de elaboración de duelo, intentos desesperados de reproducir la ciudad en miniatura.

Esta reacción es normal y fisiológica. La interrupción de la vida económica –que ya venimos experimentando cada domingo– ha sido objeto de un número infinito de reflexiones y medidas de anticipación y reconstrucción. En cambio, el gesto de suspender la vida en común, mucho más inédito y violento, ha sido abrupto y radical: sin preparación, sin seguimiento.

La necesidad de estas medidas está fuera de toda discusión: solo de esta manera seremos capaces de defender a la comunidad. Pero se trata de medidas muy serias: relegan a toda la población al hogar. Y, sin embargo, no ha habido ningún debate, ningún intercambio ni ningún otro discurso más allá del de la muerte y el miedo, por uno mismo y por los demás.

¿Cuál es la responsabilidad de los gobiernos en este olvido social del confinamiento? 

Es bastante infantil imaginar que se puede mantener a millones de vidas bajo arresto domiciliario únicamente a través de amenazas o difundiendo el miedo a la muerte. Es muy irresponsable por parte de estos mismos gobiernos el pretender obtener la renuncia de una comunidad a sí misma haciéndola sentir culpable o infantilizándola. El coste psíquico de esta forma de proceder será enorme. No se han tenido en cuenta, por ejemplo, las diferencias en cuanto al tamaño de los apartamentos, su ubicación, el número de individuos de diferentes edades que conviven en ellos: es casi como si, al tomar medidas en relación con la vida económica, hubiéramos optado por ignorar las diferencias en cuanto al volumen de negocio o al número de empleados de cada empresa.

No se ha tenido en cuenta la soledad, las angustias y especialmente la violencia que todo espacio doméstico a menudo oculta y amplifica. Invitar a cada uno a coincidir con el propio hogar significa producir las condiciones para una futura guerra civil. Podría estallar de aquí a unas pocas semanas.

Además, si para la vida económica hemos tratado de buscar un compromiso entre la necesidad de mantener a la sociedad viva y la de protegerla, para la vida social, cultural o psíquica hemos afinado mucho menos. Por ejemplo, hemos dejado abiertos los estancos, pero no las librerías: la elección de lo que se consideran “necesidades básicas” traslada una imagen bastante caricaturesca de la humanidad. Hay un tema iconográfico que ha atravesado la pintura europea: el de “San Jerónimo en el desierto”, representado con una calavera y un libro –la Biblia que estaba traduciendo–. Las medidas hacen de cada uno de nosotros y nosotras “jerónimos” que contemplan la muerte y sus miedos, pero que ni siquiera tienen derecho a llevar consigo un libro o un vinilo.

“¡Quédense en casa!”, dice el presidente. Ahora bien, en Métamorphoses, haces una crítica de este “todos para casa”, y de esta obsesión con asignar la vida a la residencia. ¿Por qué razones?

Esta experiencia inaudita de arresto domiciliario indeterminado y colectivo que se extiende de golpe a miles de millones de personas nos enseña muchas cosas. En primer lugar, experimentamos el hecho de que el hogar no nos protege, no es necesariamente un refugio: también puede matarnos.

Podemos morir por exceso de hogar. Y la ciudad, la distancia que implica cualquier sociedad, nos protege normalmente contra los excesos de intimidad y de proximidad que cualquier casa nos impone. Así que no hay nada extraño en el malestar que vive la gente estos días. La idea de que el hogar, la casa, es el lugar de la proximidad a la “naturaleza” es un mito de origen patriarcal. La casa es el espacio dentro del cual conviven una serie de objetos e individuos sin libertad, en el seno de un orden orientado a la producción de una utilidad. La única diferencia que existe entre las casas y las empresas es el vínculo genealógico que une a los miembros de las unas pero no de las otras. También por esto, cualquier casa es exactamente lo opuesto a lo político: de ahí que la orden de quedarse en casa sea paradójica y peligrosa.

¿En qué sentido el análisis ecológico de la crisis sanitaria te parece inapropiado, romántico en el mejor de los casos y reaccionario en el peor? 

La experiencia de estos días debería por lo tanto enseñarnos que la ecología, la ciencia que debería ayudarnos a reparar el planeta, debe ser completamente reformada, empezando por su nombre, que todavía alberga la imagen de hogar (oikos en griego significa hogar, casa). La ecología no solo es romántica, sino que sigue siendo esa ciencia profundamente patriarcal que, a pesar de todos los esfuerzos del ecofeminismo, no ha logrado liberarse de su pasado.

De hecho, al seguir pensando que la Tierra es el hogar de lo vivo, y que todas las especies tiene la misma relación privilegiada con un territorio que un individuo humano tiene con su apartamento, no solo nos empeñamos en someter a arresto domiciliario a la totalidad de las especies vivas, sino que además estamos proyectando un modelo económico en la naturaleza. La ecología y la economía de mercado nacieron al mismo tiempo, son dos gemelos siameses que comparten los mismos conceptos y un mismo marco epistemológico, y es ingenuo pensar que, desde la ecología, tal y como está estructurada hoy en día, se pueda llegar a luchar contra el capitalismo.

No, no hay casas u hogares ontológicos, ni para nosotros, los humanos, ni para los no humanos; en la Tierra solo hay migrantes, porque la Tierra es un planeta, es decir, un cuerpo que está constantemente a la deriva en el cosmos. En tanto que ser planetario, cada ser vivo está a la deriva, cambia de lugar, de cuerpo y de vida, constantemente. Es imposible protegerse de los otros, y esta pandemia lo demuestra. Solo podemos evitar algunas de las consecuencias del contagio, pero el contagio como tal, nosotros, como seres vivos, nunca podremos evitarlo.

Contrariamente a lo que nos gustaría imaginar, esta pandemia no es la consecuencia de nuestros pecados ecológicos: no es un azote divino que nos envía la Tierra. Es solo la consecuencia del hecho de que toda vida está expuesta a la vida de los otros, que todo cuerpo alberga la vida de otras especies, y es susceptible de ser privado de la vida que lo anima. Nadie, entre los vivos, está en su casa: la vida que habita en el fondo de nosotros y que nos anima es mucho más antigua que nuestros cuerpos, y también es más joven, porque seguirá viviendo cuando nuestro cuerpo se descomponga.

El virus se percibe como algo preocupante, por supuesto, pero también radicalmente diferente a nosotros. Y, sin embargo, en tu libro muestras que él es parte de nosotros. ¿En qué sentido es una de las caras de la metamorfosis de lo vivo?

Todos los seres vivos, cualquiera que sea su especie, su reino, su estadio evolutivo, comparten una sola y misma vida: es la misma vida que cada ser vivo transmite a su descendencia, la misma vida que una especie transmite a otra especie a través de la evolución. La relación entre los seres vivos, no importa si pertenecen a especies diferentes, es la que existe entre la oruga y la mariposa. Toda vida es tanto repetición como metamorfosis de la vida que la precedió. Cada uno de nosotros (y cada especie) es al mismo tiempo la mariposa de una oruga que se ha formado en un capullo y la oruga de mil futuras mariposas. Si somos mortales es únicamente por el hecho de que compartimos la misma vida. Porque la muerte no es el final de la vida, sino solo el paso de esa misma vida de un cuerpo a otros. Aunque no lo parezca, este virus también es una vida futura en ciernes –no necesariamente idéntica a la que conocemos, ni desde un punto de vista biológico, ni cultural–.

El virus y su propagación pandémica también tienen una importancia crucial desde otro punto de vista. Llevamos siglos contándonos a nosotros mismos que estamos en la cima de la creación –o de la destrucción–. Muy a menudo, el debate en torno al antropoceno ha derivado en el empeño por parte de unos moralistas perversos en pensar la magnificencia del hombre en la ruina: somos los únicos capaces de destruir el planeta, somos excepcionales en nuestro poder nocivo, porque ningún otro ser posee un poder semejante.

Con el brote del nuevo coronavirus, ¿estamos experimentando nuestra extrema vulnerabilidad?

Por primera vez en mucho tiempo –y a una escala planetaria, global– nos hemos topado con algo que es mucho más poderoso que nosotros, y que nos va a dejar paralizados durante meses. Tanto más porque se trata de un virus, que es el más ambiguo de los seres que pueblan la Tierra, un ser que es incluso difícil calificar de “vivo”: habita en el umbral entre la vida “química” que caracteriza a la materia y la vida biológica, y no alcanzamos a definir si pertenece a la una o a la otra. Es demasiado animado para la química, pero demasiado indeterminado para la biología.

Resulta perturbador constatar, en el propio cuerpo del virus, la clara oposición entre la vida y la muerte. Y, sin embargo, este agregado de material genético se ha liberado y ha puesto a la civilización humana –la más desarrollada, desde el punto de vista técnico, de la historia del planeta– de rodillas. Soñábamos que éramos los únicos responsable de la destrucción…. y estamos cayendo en la cuenta de que la Tierra puede deshacerse de nosotros con la más pequeña de sus criaturas. Es muy liberador: por fin nos hemos liberado de esa ilusión de omnipotencia que nos obliga a imaginarnos como el principio y el fin de cualquier acontecimiento planetario, tanto para bien como para mal, y a negar que la realidad que tenemos delante sea independiente de nosotros.

Incluso una minúscula porción de materia organizada es capaz de amenazarnos. La Tierra y su vida no nos necesitan a la hora de imponer órdenes, inventar formas o cambiar de dirección.

Fuente e imagen: http://lobosuelto.com/la-tierra-puede-deshacerse-de-nosotros-con-la-mas-pequena-de-sus-criaturas-entrevista-a-emanuele-coccia/
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Entrevista con Carlos Mendoza Pottellá: “La Venezuela petrolera que conocimos en los últimos 100 años se acabó”

Por: Emiliano Teran Mantovani.

Observatorio de Ecologia Política de Venezuela

En el marco de una profunda discusión que se ha estado llevando a cabo en distintos sectores del país sobre el estado actual de la industria petrolera venezolana, los rumores e indicadores de una posible privatización de la misma, y la admisión oficial de la rentabilidad nula de la producción petrolera del país, planteamos esta conversación entre el economista y experto petrolero Carlos Mendoza Potella y el investigador del OEP Emiliano Teran Mantovani sobre las causas estructurales e históricas que han provocado esta grave crisis de producción petrolera en Venezuela, los aspectos sociopolíticos involucrados en la misma y cuáles son las posibilidades de pensar en una Venezuela postpetrolera.   

El colapso de la industria petrolera: sus antecedentes  

Emiliano Terán Mantovani (ETM)¿Cómo la industria petrolera llegó hasta acá?

Carlos Mendoza Potella (CMP): Ese es un mal ancestral desde la nacionalización petrolera, que fue una nacionalización impuesta por las compañías que iban a ser nacionalizadas, y diseñaron un modelo de gestión que garantizara que sus intereses serían respetados, y que su participación en el negocio petrolero venezolano seguiría. Eso determinó incluso de esas circunstancias, de que cada una de las antiguas concesionarias fundara ella misma antes del decreto nacionalizador definitivo a su operadora que la iba a sustituir. De esa manera insertaron en la industria petrolera nacionalizada a sus antiguos gerentes, que se comenzaron a convertir en una casta gerencial, precisamente basada en su experiencia, en su larga trayectoria como gerentes de las trasnacionales, olvidando la diferencia de intereses entre una corporación que tenía que estar vinculada al interés nacional y una compañía fundamentada en los intereses de su casa matriz. Esto dio inicio a una dicotomía, y comenzó a funcionar en el seno de la industria petrolera “estatizada” un ente generador de políticas anti-estatales. Eso se comenzó a manifestar prácticamente desde el principio con presupuestos inflados, compras exageradas, planificaciones de proyectos inviables. En 1980 se planteó el primer mega proyecto de la Faja, que Francisco Mieres denominó como el mega disparate de PDVSA. Una inversión de 100 mil millones de dólares desde el 80 al 2000, basada en que los precios del petróleo venían subiendo exponencialmente, de un histórico de 2$ a 34$ en un lapso de diez años y las expectativas eran que en el año 2000 el precio iba a estar en 50$.

Entre esas expectativas se hacían rentables ya entonces las acumulaciones que se sabía que existían en la Faja del Orinoco y por eso se inició un gigantesco plan de perforaciones, se hicieron gastos gigantescos entre el año ’78 y el ’83, que luego fueron pasados directamente a pérdidas de Lagoven, Meneven y Corpoven, porque los precios del petróleo que venían en escalada de 2$ a 34$, cayeron de repente de 34$ a 29$  y no dejaron de caer hasta el año ’99 que llegaron hasta 7$ por barril.

En esas condiciones, esa inversión inicial que se hizo entre el año ’78 y ’83 murió, quedó allí, y pasó a pérdidas simplemente y se acabó varios centenares de pozos que fueron perforados. Surgió, como una montaña que pare un ratón, la orimulsión; una cosa muy pequeña ahí, que luego desapareció, pero el mega proyecto productivo que íbamos a producir entre 4 a 7 millones de barriles de petróleo diarios en el año 2000 murió ahí. En los años noventa renace de nuevo esa expectativa.

Esta sería entonces la primera cuestión: el mega disparate de PDVSA. Luego viene entonces la Apertura Petrolera, que fue simplemente el replanteamiento de que a partir del año ’94, en particular por Bernard Mommer, Ramón Espinaza, asesores de Giusti, que en ese momento plantearon que íbamos a producir 4 millones de barriles diarios en el 2000. Y se comenzaron esos planes de expansión, que también murieron. Los precios en el año ’99 estaban en 5$. Viene el acuerdo en el marco de la OPEP, incluso estimulado por los propios productores internos norteamericanos y por el Secretario de Energía estadounidense Bill Richardson, y hay un conjunto de reuniones entre Noruega, México, Arabia Saudita, que rodean a Venezuela y la convencen. Lo cierto del caso es que se producen unos acuerdos que recortan la producción y comienza la escalada de los precios.

El Presidente Chávez se encuentra con esa realidad, que potencia con la convocatoria de la cumbre de la OPEP, y los precios comienzan a subir de nuevo y terminan en el 2003-2004 en 40$.

ETM: Los detractores dirían sin embargo que la empresa petrolera se mantenía con un alto nivel de eficiencia y funcionaba, mientras que ahora está hecha pedazos. ¿Cómo llegamos hasta aquí?

CMP: No se puede decir que hay un alto nivel de eficiencia, cuando se realizan inversiones que no van a dar ningún resultado, cuando pasas a pérdida montos que ya no importaba, porque había un margen muy amplio que permitía que no se notara que estaba comenzando ya en ese momento un proceso de desmoronamiento. Es decir, cuando algo se comienza a desmoronar desde las alturas elevadas de más de 3 millones de barriles diarios – Venezuela producía en 1970  3.700.000 barriles diarios de petróleo, lo que no fue un logro de la meritocracia, sino de las compañías petroleras que hasta ahí puede comenzar a pensarse que está la génesis de la debacle actual. Entre 1960 y 1970, en respuesta a la política de no más concesiones de Pérez Alfonso, sabiendo que ellas se tenían que ir en el ’83, ellas arrancaron un proceso de súper-explotación, violando las normas técnicas y provocando el agotamiento acelerado de los yacimientos, y llegando a producir en el año ’71, 3.7 millones de barriles diarios, que Pérez Alfonso dijo en ese momento “Este es el pico que no volveremos a alcanzar y nos van a agarrar en la bajaita”. Y así sucedió. Del año ’71 al ’86 la producción petrolera venezolana cayó de 3 millones a 1.6 – 2 millones, estando en el medio la nacionalización, porque las compañías veían que venía una declinación y ellas no estaban dispuestas a hacer las inversiones para contenerla, porque no había mercado en ese momento, no había perspectiva rentable de hacer una nueva inversión porque se tenían que ir en el año ’83. Ellas no iban a hacer inversiones que iban a comenzar a ser rentables a finales de los setenta o en los ochenta, teniendo que irse del país en el ’83.

«Fuimos hipnotizados por la fiebre del oro»

La ruta del colapso en el proceso bolivariano

ETM: ¿Qué ocurrió entonces entre el primer Chávez que anunciaba entre el 99 y 2000 que la producción debía mantenerse congelada o hasta reducirse y luego de repente aparece el expansionismo petrolero de la Venezuela Potencia Energetica Mundial?

CMP: Al llegar la Cumbre OPEP, los precios subieron, alcanzando los 40$ y renacieron entonces los sueños expansivos. Los mismos gestores de la apertura petrolera, desde el punto de vista de las asesorías, en particular Bernard Mommer es el nuevo proponente en la era chavista de la expansión.

ETM: ¿No le parece que era suicida, con los análisis previos que habían hecho uds en las décadas anteriores, y previendo las consecuencias que tendría, que ud mismo ha señalado que el colapso habría iniciado en los 70, lo que implicaría que ya estaba mermando la producción petrolera, con lo que en el 2000 estaría la misma Venezuela petrolera pero más débil, más golpeada, y con todo el efecto de la enfermedad holandesa?

CMP: No sería la enfermedad holandesa, sería la industria misma, la que estaba ya en declive. Era suicida para Venezuela, pero no para las trasnacionales

ETM: La llegada del proceso bolivariano no suponía un modelo fundamentalmente nacionalista?

CMP: Pero fueron convencidos que el nacionalismo significaba aprovechar los altos precios para expandirse y para conquistar mercados. Fuimos hipnotizados por la fiebre del oro, bajo la noción que comenzaba a colarse de que teníamos las reservas petroleras más grandes del mundo, olvidando que eran crudos extra pesados que no son reservas como tal, porque no son rentablemente explotables en este momento, sino recursos que algún día podrían ser recuperables si el precio llega a 150 o a 180$ hoy en día, lo que significa que no son reservas económicamente explotables.

ETM: Se siente cierta impotencia, porque se advirtió por mucho tiempo, se explicó las consecuencias terribles para un país con tanta dependencia del petróleo como Venezuela, muy poco diversificada, lo que haría del bombazo de caída un golpe muy duro, entonces ¿qué piensa Ud que pasó? El Chávez candidato y el Chávez de los primeros años revelaba que se estudió la cuestión petrolera, se ve que lo había leído, y citaba uno y otro autor.

CMP: Pero fue convencido por la labia e ilusionismo, en particular de Bernard Mommer, y en eso la complicidad de Rafael Ramírez no es extraña, quien lo puso de viceministro y se alió con él, siendo que el padre de Ramírez fue uno de los primeros denunciantes de algunos de esos proyectos destructivos para la nación, como la internacionalización. Ramírez en cambio se lanzó por el camino de Mommer y en el 2005 comenzaron los mega proyectos, los disparates, la “siembra de pajaritos preñados” que anunciaban que íbamos a producir en el 2012, 5 millones de barriles de petróleo diarios. En el 2012 estábamos produciendo menos que en el 2005. Luego se anunciaba que en el 2015 o 2016 íbamos a producir 5 millones de barriles de petróleo diarios, y luego en el 2015 se anunciaba que en el 2019 íbamos a producir 7 millones de barriles de petróleo diarios. No hay una curva de aprendizaje de los golpes. Recurrentemente, fracasa un plan y lo comenzamos de nuevo. En algunos de mis artículos disponibles en el portal Aporrea puedes ver los gráficos que muestran cómo un plan no alcanzaba la producción anunciada y volvían a comenzarlo.

ETM: ¿Y por qué se le puso tanto porcentaje de la inversión entonces a la Faja del Orinoco y no a lo que ud había mencionado de la importancia de la recuperación secundaria de los pozos tradicionales?

CMP: Porque la recuperación secundaria de los pozos tradicionales podría ofrecer cuando más una estabilización de la producción en un nivel de entre 1.2 millones hasta 1.8 millones, o incluso forzándolo hasta 2 millones de barriles de petróleo diarios, lo que sería una meta ridícula para quien pretende producir 7 millones de barriles de petróleo diarios de la mayor acumulación de petróleo del mundo. Porque sí es cierto que es la mayor acumulación de petróleo individual en el mundo, pero no es explotable.

ETM: ¿Y qué piensa ud que querían ellos si llegaban realmente a alcanzar esa meta de 6 millones de barriles? Habiendo esa gran producción y esa renta copiosa, aunque a menor precio ¿Qué iban a hacer con esa acumulación de renta?

CMP: No sé realmente qué pensaban hacer ellos, porque lo que eso significaría es que seríamos importadores de todo, toda la vida. Jamás desarrollaríamos la agricultura, porque lo que decía Alberto Adriani en 1930, o sea lo que pasó entre el 20 y el 30, se reprodujo. Sí, llegaron inversiones, se hicieron gastos infraestructurales, se construyeron carreteras, vías, entre otras obras, pero ¿se produjo o se logró gestionar una capacidad productiva interna propia? No. Todo se fue en sedas y viajes a París. En aquel momento pues. Y en especulación inmobiliaria caraqueña. Eso no fue a la agricultura o a la ganadería, sino al basto. ¿Por qué? Eso lo estudiaron Peltzer y Maggiore en los años 40, y luego descubrieron nuestros economistas en los años 70 como la enfermedad holandesa. El tipo de cambio interno tiene una capacidad de compra externa mucho mayor y eso hace que nuestros factores de producción interno sean muy costosos. Entonces un automóvil, un Ford o un Chevrolet, producido en Venezuela es mucho más costoso que el mismo vehículo producido en EEUU. Para resolver eso hubo que imponer una tasa a las importaciones de automóviles de 2,5 ad valorem. O sea, si compras un carro en Miami y lo quieres traer a Venezuela tienes que pagar 2,5 veces su valor en los EEUU para que entre en Venezuela. Fue la única manera en que General Motors y Ford se pudieran instalar en Venezuela. Porque un automóvil fabricado en Venezuela costaba tres veces lo que costaba en EEUU. Y eso se podía hacer porque el petróleo le daba a Venezuela con qué comprar eso. Esa es la descripción llana de la maldición de los recursos, de la llamada enfermedad holandesa, porque es un proceso que le ocurrió a Holanda en los años 70 cuando descubrieron gas natural en las costas y esos ingresos se metieron a la colonia holandesa y destruyeron la capacidad, por ejemplo, de sus trasnacionales electrónicas. Holanda era una potencia, por ejemplo con la Phillips y otras compañías de radios, eran los inventores del cassette, y esa capacidad murió. La Phillips desapareció. Se la comieron encima Sony, Sanjio, y demás empresas norteamericanas electrónicas que vinieron después. Los economistas al estudiar ese caso acuñaron el término de enfermedad holandesa.

Pero resulta que Venezuela padece la enfermedad holandesa, antes de que esta fuese holandesa, desde 1920.

«Ninguno de los bandos políticos critica los fundamentos de los modelos expansivos monoproductores»

ETM: ¿Podemos llamarla entonces la enfermedad venezolana?

CMP: El periodista Jorge Olavarria, hablando con Pérez Alfonso, decía que no se trataba solamente de la enfermedad holandesa, o la enfermedad venezolana en este caso, sino que es la enfermedad que sufrieron España y Portugal cuando llegaron al siglo XX como países desarrollados, entonces podemos decir que es una enfermedad Potosí. Es la enfermedad del oro y la plata de América que sufren España y Portugal que reciben esos recursos, mientras otros países se desarrollan, como Francia, Holanda, Flandes, o Inglaterra; España y Portugal se dedican por su parte a comprar las mercaderías y las sedas, y los equipos que se producen en sus vecinos, pues tenían todo el oro y la plata de América toda para ellos.

ETM: El viejo rentismo. Pero uno piensa que esta enfermedad venezolana tiene una expresión cultural, porque en este momento el gobierno termina reproduciendo un viejo patrón, pero la propuesta de la otra acera, la de la oposición, era la propuesta gemela. Porque se peleaban por proyectos de país, pero el proyecto era muy parecido: subir la producción en la Faja del Orinoco, llegar a 6 millones de barriles de petróleo diarios. Capriles lo propuso, Leopoldo lo propuso, ahora Guaidó también. Hay un consenso.

CMP: La discusión entre el gobierno y la oposición es: “yo soy más capaz que tú de llevar la producción a 5 millones de barriles de petróleo diarios.” Ninguno de los dos critica los fundamentos de los modelos expansivos monoproductores.

ETM: Como país, parecemos estar encerrados no sólo en una estructura económica, sino también en un imaginario intelectual que no ha permitido ofrecer al país algo diferente a esto. Porque si asumiéramos la idea de que una izquierda radical, o una izquierda fuerte, asumió las riendas del país desde el año 99, en realidad su propuesta estructural no se diferenció de las anteriores y replicó un montón de cosas. Entonces, ¿Qué pasó ahí? ¿Cómo puede ser que aquí el pensamiento crítico sea también parte de este consenso? Que no haya una posibilidad de salida.

CMP: No. El pensamiento crítico siempre existió, pero siempre fue minoritario y siempre fue tratado como una cosa de locos. “¿Tú eres loco? ¿Cómo es eso que tú no quieres que haya un aumento del sueldo mínimo?”, por ejemplo, cuando Carlos Andrés Pérez, que se advirtió. ¿Qué pasó entonces? El último presupuesto de Caldera, en 1974-75 fue de 11mil millones de bolívares, el primer presupuesto de CAP fue de 44mil. Cuatro veces más. El sueldo mínimo pasó de 605 a 1300 bolívares mensuales. ¿Qué pasó inmediatamente? Todos los precios se cuadruplicaron y el sueldo mínimo nuevo, multiplicado, no cubría los costos. Es una dinámica que parece un torbellino.

ETM: ¿No le parece que China hizo algo similar a lo que hiciera los EEUU en su momento? China también contribuyó con esa lógica rentista al plantearle este esquema bilateral basado en los préstamos, fondos o créditos a cambio de petróleo. ¿No termina siendo, en un esquema un poco diferente, un elemento que ayuda a anclar a la Venezuela bolivariana en esta misma lógica rentista?

CMP: No había pensado en esa implicación del proceso. China lo que hace es garantizar una nueva ruta al petróleo venezolano, sabiendo precisamente que venía el proceso conflictivo con los EEUU. En un estudio realizado por una tesista a quien tutoreo, ella refleja cómo vienen cayendo las exportaciones de petróleo a los EEUU y subiendo las exportaciones a la India y a China, siendo mayor la cantidad a la primera.

ETM: Y nuestras importaciones de productos chinos crecen también. Así como ud bien decía, a cambio de esos 6 millones de barriles de petróleo aquí lo que vamos a convertirnos es en unos grandes importadores. En ese esquema de intercambios, terminamos siendo unos grandes importadores de productos chinos también. Había algunos elementos que se terminan replicando en el caso de China.

CMP: Mientras dispongas de unas riquezas que te propone, y eso lo que decía Adriani, una masa de dinero, que no tiene contraprestación en la capacidad productiva interna, eso se convierte automáticamente en capacidad de compra externa. Ta’ barato dame dos. Capacidad de compra externa total. Para darte el ejemplo que se daba ya en esos años, el pabellón nacional, la comida típica, las caraotas, entre 1960 y 1983, todas venían de China, de Suráfrica. Era demasiado costoso sembrar caraotas en Venezuela. Aquí se comenzó a sembrar caraotas después del llamado viernes negro en el 83. Cuando se comenzó a pensar que las caraotas sembradas aquí eran más baratas, porque el tipo de cambio pasó de 4,30 a 7,50 y eso encareció demasiado el precio de la caraota. Pero si tú piensas en un país que en 1900, el tipo de cambio, que no existía como tal, pero digamos que el tipo de cambio teórico que había era de 3,09, que luego, por unas manipulaciones que se hicieron precisamente para contener eso, llegó a 3,33, lo que se mantuvo durante todos esos años, hasta los 80, cuando pasó a 4,30, y luego en un solo año llegó a 7,50 en el 83 con el viernes negro venezolano. Mientras en Brasil se pasaba de reais a cruceiro, a cruzado, y comenzaba de 1 a 1, a 1 a 10.000; en Perú se pasaba de sol, peseta, inti; en Argentina de peso, peseta, austral; y todos los países, todos, cambiaban de moneda cada 10 o 15 años, después de una inflación que los llevaba a eso, Venezuela disfrutó de 100 años de estabilidad monetaria. Estabilidad monetaria y sobre-capacidad de compra externa, esa es la enfermedad holandesa, que no es un vicio adjudicable a algún tipo de conducta viciosa de los venezolanos, es en cambio un proceso en el que piensas “¿me voy a poner a fabricar telas, cuando puedo comprar miles de toneladas de telas?” y sin embargo, se hizo, se intentó.  Porque lo que dijo Adriani a quien cito mucho porque lo que dijo fue realmente determinante y se convirtió en la consigna posterior de Uslar Pietri de ‘sembrar el petróleo’, y esa se convirtió en una especie de ideología de todos los gobiernos y todos lo intentaron, pero resulta que lo que hicieron fue inventar lo que los mexicanos llamaron en los años 70, la maquila. Porque nosotros lo que hacíamos era, hacer los procesos finales de una industria que comenzaba en el exterior. La Ford Motor Company de Venezuela hacía las sillas, los cojines, los vidrios, los paneles, cuando comenzamos a tener siderúrgicas, y más nada. Pero el motor, todo el equipamiento electrónico, todo eso seguía siendo de General Motor de Detroit. Igual que una maquila mexicana. Se intentó muchas veces producir cosas aquí. La Corporación Venezolana de Fomento, Provenezuela. Pero lo que se hizo fue trasladar procesos. Kellogs de Venezuela, Avena Quaker de Venezuela, Avena Robinson de Venezuela. El arroz, totalmente importado. Venezuela tiene posibilidad de ser exportador de arroz masivo, al igual que de harina, y maíz que tampoco tenemos posibilidades de producción exportadora respecto a la Corn Belt de Centroamérica que supera por mucho a la venezolana. Pero en arroz, tenemos capacidad de competencia con cualquiera. Pero esas son decisiones que no se han tomado porque es muy costoso y es más fácil el otro camino. Hay no hay un problema ideológico, no se trata de ser revolucionario, marxista o pro-capitalista, sino que el problema es un chorro de dinero que no hay una manera productiva de utilizarlo internamente que no sea aprovechando su capacidad de compra externa. Ante la idea de limitar la producción petrolera, eso no lo acepta nadie.

ETM: Pero, con Pérez Alfonzo se tomó como política en un período

CMP: No se tomó como política.

ETM: ¿Las nuevas inversiones no se detuvieron?

CMP: Ninguna inversión fue detenida. El Fondo de inversiones para Venezuela que se creó con el espíritu que luego tomaron los noruegos y que ahorita forma uno de los fondos más ricos del mundo. ¿Quién puso el nombre de Efecto Venezuela? ¿Pérez Alfonzo? No. Los noruegos para justificar la creación del fondo de inversiones para las nuevas generaciones. Pérez Alfonzo tomó esa idea, incluso leyendo simultáneamente los materiales noruegos, y obligó recién instalado Carlos Andrés Pérez a que se constituyera el Fondo de Inversiones para Venezuela en 1975 y en pocos años, se lo chuparon. Se convirtió en un fondo de ‘medio’ detención, que luego inmediatamente fue cuestionado ampliamente. Yo era militante del MAS, para ponerte un ejemplo, y ante la idea de construir un fondo de inversiones para el país, fui cuestionado por un dirigente del MAS sobre si yo apoyaba la propuesta de Pérez Alfonso, “en un país, con tanta necesidad, ¿cómo vamos a construir un fondo, para ahorrar?” Nadie entendió eso. Nadie lo entendía. Y con razón, tal vez. Porque Noruega lo podía hacer, porque Noruega era un país desarrollado y estaba protegiendo su industria interna. Lo que hacía Noruega era impedir que un masivo ingreso de capacidad de compra externa encareciera la mano de obra, es decir, que no le ocurriera lo de Holanda, y entonces su industria pesquera, naviera, forestal y microelectrónica (Nokia) se iba a ver afectada. Por eso decidieron que a Noruega sólo iba a entrar el 4% del ingreso petrolero, mientras el 96% se destinó a un fondo que podría usarse para comprar acciones, por ejemplo, de la Mercedes Benz, o de otro tipo de compañías, depósitos de fondos, que permitiera multiplicar esa inversión para las generaciones futuras, cuando se agote el petróleo. Resulta que ahora descubrieron un nuevo yacimiento que va a hacer más lejana la posibilidad de que aquí se recupere la inversión en petróleo extra pesado.

«Ante la idea de limitar la producción petrolera, eso no lo acepta nadie»

Los rasgos de la crisis de los últimos años

ETM: ¿Cuándo a su juicio comienza el colapso actual y dónde está hoy la industria petrolera en Venezuela?

CMP: A parte de los elementos causales que comienzan en 2005, el colapso actual comienza en 2013-2014 y precisamente por la frustración de esos proyectos y la cantidad de ingresos que se desviaron a esos proyectos y que no se convirtieron en capacidad productiva efectiva y las consecuencias de la evolución del mercado petrolero internacional, la caída de los precios, la crisis internacional de 2008, luego las evoluciones a partir de 2014 de las decisiones de bajar la producción, las idas y venidas del mercado petrolero, hasta que comenzó la caída de los precios después de 100$ y que luego ha sido remontada por la emergencia de producción en otros países y la aceleración del agotamiento de nuestra capacidad convencional de producción, y la imposibilidad de arrancar con los proyectos y mega proyectos que se seguían proponiendo de producir 5 o 6 millones de barriles de petróleo diarios. Eso determinó, entre otras cosas, como causa eficiente, para mí, también el hecho de que gigantescas cantidades de inversiones que se hicieron en la Faja del Orinoco, por ejemplo, una capacidad de producción de 1,4 millones de barriles de petróleos diarios, está varada. Se están produciendo 300 mil o menos barriles diarios. Eso es una carga financiera sin ninguna compensación, total y absolutamente negativa, y el mantenimiento de esos costos, el tener una producción cada vez más pesada, el tener que destinar nuestra producción liviana para mezclar con extra pesados y producir un producto mucho menos rentable, el tener que mejorarlos incluso, o la imposibilidad de mejorarlos que ha convertido a esos cuatro mejoradores prácticamente en elefantes blancos, mejoradores que están convertidos en mezcladoras. Que toda la tecnología que se metió allí para “upgrading” (mejoramiento), para disminuir su gravedad específica y aumentar sus grados API, que es la razón de ser de los “mejoradores”, ahora son simplemente plantas mezcladoras de crudo pesado de alto costo con crudo extra pesado de cero valor comercial, para conseguir un crudo de 16 grados de mediocre rendimiento. Entonces esas circunstancias, y además a partir de 2017 las sanciones, que son realmente una puntilla y que determinan hoy la crisis total de la industria petrolera.

Además de eso la industria está sometida a esta cuestión política, el desbarajuste económico, y las circunstancias políticas y económicas que han determinado la masiva migración de venezolanos, también afecta, porque en esa masiva emigración está una masiva emigración de capacidad productiva interna, de capacidad realmente de manejo eficiente de la industria petrolera, independientemente de posiciones políticas, eso tiene un efecto directo sobre la industria petrolera venezolana. Y lo dice la propia industria, los dirigentes actuales, que admiten la falta de talento humano en la industria. Hay una situación conflictiva durísima en la que la está la industria para producir. Los trabajadores por ejemplo no van a los campos, porque los asaltan en el camino. La guardia nacional no vigila los campos, porque temen que los asalten y les quiten los fusiles. Hay un control de las mafias, por ejemplo en la zona de oriente, en Anzoátegui y Monagas, en esos campos desolados. Porque por ejemplo en los campos de occidente hay una mayor concentración, y la población está mezclada, pero en los campos de oriente por ejemplo, un campo petrolero está allí y no hay nada en kilómetros a la distancia, entonces es muy factible que a una comisión de 4 guardias nacionales que estén allí les lleguen unos tipos.

Y a nivel de infraestructura y las instalaciones, están totalmente deterioradas. Nuestras refinerías están produciendo ahorita al 15%. Tres de ellas están paradas, El Palito y Puerto La Cruz, parcialmente paradas Cardón y Amuay.

ETM: Pero si a EEUU le interesa el petróleo venezolano, su principal interés histórico desde hace 100 años, no parece convenirle tal nivel de colapso. A nadie parecería convenirle, porque el gobierno es afectado económicamente por los ingresos, la oposición también, porque si agarra el coroto ahora lo haría con una industria colapsada, a los EEUU si se quisiera meter en un paquete con Irán por allá, necesitaría suplirse de petróleo acá.

CMP: Eso es lo que ha cambiado, que no lo necesita ya. EEUU se está convirtiendo en un exportador neto.

ETM: ¿Entonces por qué tanto interés en Venezuela?

CMP: Porque Venezuela es importante a largo plazo. Precisamente las posibilidades que tienen de aplicarle la tenaza a Venezuela es que este momento no la necesitan, pero sí la necesitan. Ellos no pueden dejar por detrás al 90% del petróleo extra pesado del mundo, que es lo que existe en Venezuela. Eso posiblemente no sea rentable hoy, ni dentro de 10 años, pero vamos a ver qué pasa luego. Además está el asunto geopolítico, “ese es mi patio trasero” y está la competencia con otras potencias internacionales. China tiene un planteamiento geoestratégico, Venezuela está en el 4to lugar de prioridad estratégica en ese esquema chino, detrás de Corea, Birmania y Vietnam. Antes Venezuela era el primer país de interés para China en América Latina, ahora pasa más allá a ser el 4to en el mundo, y eso lo sabe EEUU, y hay una competencia también con China. En esa competencia global nosotros estamos medio picados. Los rusos también tienen sus intereses aquí y no se diga los europeos que están aquí. Allí yo cito lo que dice Repsol del campo 1X, que ellos están metidos ahí y no están aceptando ninguna sanción norteamericana. El campo Perla 1X significa 6 años de suministro de gas para España.

ETM: Cardón 4

CMP: Sí, en Cardón 4, el bloque se llama Perla 1X, y ahí en Cardón 4 ellos tienen intereses. Esa es la primera identificación, eso indica que el bloque completo puede tener mucho más. Entonces hay muchos intereses en ese sentido.

Ahorita, en este momento, Venezuela está totalmente contra el suelo y aunque ellos desde luego tratan la cosa sin afectar sus propios intereses, no disparándose en el pie, y es lo que han hecho con Chevron, hay un interés táctico político de acabar con este gobierno, pero en el interés geoestratégico Venezuela sigue siendo una prioridad, entonces a empresas como Chevron, Halliburton, entre otras, se les otorga una licencia.

ETM: Esa paradoja se ocultó detrás de un discurso antimperialista, inclusive con Chávez, porque esa paradoja estaba tanto del lado estadounidense como del lado venezolano, en el sentido de decir, está esta confrontación en los discursos, pero aguas arriba hay una tormentosa, pero hay una relación. Por ejemplo con Chevron siempre se tuvo una relación.

CMP: Chevron para algunos críticos de la PDVSA reciente decían que Alí Moshiri, un gran jefe de Chevron, que dejó de ser el Gerente Ejecutivo (CEO) recientemente, decían que Moshiri era miembro de la junta directiva de PDVSA, porque entraba y salía de las sesiones de la junta directiva cuando le daba la gana. Dicho por testigos presenciales hace un año. Hay sectores norteamericanos que tienen una íntima relación con la PDVSA actual misma, y la quieren seguir manteniendo, aunque no haya todavía cambio de gobierno. Ellos están poniendo su pica en Flandes con el nuevo gobierno, pero “un momentico, tampoco es que vamos a dejar esto al garete”. No van a desmontar infraestructura y llevarse los equipos para esperar a que se produzca la transición para entonces sí volver.

«La faja no es factible, y ya lo está aceptando todo el mundo»

¿Alternativas?

ETM: Hemos estado marcados por una bipolaridad; una corriente claramente liberalizadora, de un neoliberalismo muy vinculado a los EEUU y a los sectores de las derechas más conservadoras latinoamericanas. Y del otro lado, en la otra acera, tenemos al gobierno actual que está claramente, ya casi sin tapujos, también en proceso de flexibilización, políticas de liberación, y en algunas cosas pareciese mostrando más apertura a acciones de privatización –eso es algo que está en discusión-. Estamos en una encrucijada como país, pero además como planeta, en la que a pesar de que podemos decir desde una visión pragmatista que hay que sacar más petróleo, pero tenemos ahora una situación ineludible en relación con el cambio climático, con una serie de medidas que nos ponen en una encrucijada muy difícil de resolver, pero que no podemos ya decir que es para el futuro porque estamos ya como en el hueco del futuro. Ya los incendios de Australia y la Amazonía mostraron que los ecosistemas llegaron como a lo que llaman en ecología los umbrales ecológicos. Eso ya no se puede obviar. Entonces,  ¿cómo y por dónde nos pensamos una alternativa a esto? Se está hablando hoy en día de transición y recuperación, ¿cierto? La pregunta es ¿cómo sería esa recuperación? ¿De cuánto sería esa recuperación? Si estamos hablando de una recuperación de la producción que supone aumentarla, ¿a cuánto sería? ¿A partir de cuáles pozos? ¿Y aumentarla para qué?  ¿Y cuál es la inversión que se necesita y qué supone esa inversión para los venezolanos? ¿Con qué saco vamos a cargar para esa inversión?

CMP: Yo creo que estamos llegando a un llegadero que no es ideológico. Primero, los contendientes geopolíticos internacionales ninguno es de izquierda, ni socialista, ni nada por el estilo. Son confrontaciones de poder político, y normalmente todos son capitalistas. Aquí no hay un poder socialista, ni nada por el estilo. Lo que cada país puede hacer es tratar de democratizar o socializar sus relaciones productivas internas dentro de un esquema de inserción dentro de un mundo capitalista definitivamente. Entonces tú puedes tratar de morigerar tu propio capitalismo, tratar de contenerlo, pero no lo puedes liquidar en las condiciones actuales. Ese es un planteamiento súper pesimista para un socialista. Pero hay que asumirlo. Creo que hay que asumirlo y dejarse de demagogia y estar proponiendo escenarios que no van a suceder.

ETM: ¿Como cuáles por ejemplo?

CMP: “Vamos a montar una Venezuela socialista independiente, y vamos a montar una Latinoamérica o una Suramérica socialista enfrentada al capitalismo mundial”. No creo que eso tenga factibilidad en el corto ni en el mediano plazo. No sé qué pueda pasar en el largo plazo. En el largo plazo todos estaremos muertos, decía Keynes. Yo creo que en materia petrolera, la pregunta que tú me estás haciendo, la recuperación tiene que ser la estabilización y la búsqueda de un proceso de crecimiento acorde con las condiciones del mercado que ya son negativas para nosotros. Tenemos que reconocer los cambios que se han producido en el mercado mundial después que se nos aplicaron las sanciones, que nosotros no tenemos abierto el mundo para volver a los 3 millones de barriles, ni siquiera a los 2,5 millones de barriles que se han planteado, que el crecimiento de la demanda petrolera mundial ha venido cayendo, no la demanda sino el crecimiento de la demanda, y entonces para el año que viene se estaban estimado 1,3 millones de crecimiento de todo el mundo y ahora se estiman 1,1 millones y ahora con estos problemas de China tal vez sean menos de 1 millón, el crecimiento de la demanda del año 2021. De aquí a que nos acerquemos al año 2030 las expectativas son que la tasa de crecimiento sea cada día menor, la tasa, los volúmenes mismos. Nos estamos acercando a un techo.

«Nosotros no tenemos abierto el mundo para volver a los 3 millones de barriles»

ETM: ¿Y esa sería una tendencia irreversible?

CMP: Irreversible, por razones climáticas, e irreversible por razones económicas y geológicas.

ETM: ¿Y esa estabilidad cómo nos afecta a nosotros?

CMP: Nuestra producción es extra pesada y la competencia es de crudos livianos. En EEUU, teóricamente el shale está perdiendo impulso, los esquistos, las lutitas como debe decirse, sigue creciendo, pero cada vez menos, y se estima que hacia 2030 llegue a la planicie y comience a caer.

ETM: 2030 es ahora

CMP: Ahora, en nueve, casi diez años, no es ahora. Eso significa que esos 12 a 13 millones de barriles diarios van a estar siendo producidos, no van a llegar a 14 tal vez, pero van a estar siendo producidos 13 millones. Y Noruega, Guyana, Brasil, y Uganda que aún no ha comenzado, y la reapertura de la zona neutral entre Kuwait y Arabia Saudita que estaba cerrada por los conflictos entre ellos, y acaban de acordar reactivarla. Todas esas cosas van a incorporarse a la oferta de crudos livianos. Una oferta que se va a encontrar con una demanda limitada, y con una demanda que ya está siendo decidida que va a disminuir incluso por decisiones gubernamentales en algunos países.

ETM: Y el petróleo está siendo más contestado que nunca. Nunca había habido socialmente un cuestionamiento tan grande como en la actualidad al petróleo, cada vez la sociedad de los combustibles fósiles tiene más oposición. Eso tiene que tener un impacto a nivel de la aceptación social y de las presiones para una política de dejar el petróleo bajo el suelo.

CMP: En economía a veces la aceptación social no cuenta mucho, pero sí pesa a largo plazo y cuando ves que no es simplemente social, sino que es la salud de toda la humanidad la que está en juego, independientemente de tu condición social, de repente se convierte en una ola colectiva de todo el mundo, no necesitas ser socialista, o pobre para inferir que vas a ser afectado por algo que afecta a toda la humanidad sin distingo de clase. La existencia misma de la humanidad es la que está en juego.

ETM: Cuando ud habla de estabilización, ¿a qué se refiere esa idea? Si este es un país que está buscando la estabilización y recuperación de la empresa petrolera, que por lo que se ve, ¿estaría fundamentalmente basada en los crudos no convencionales de la Faja?

CMP: No, los crudos no convencionales de la Faja no tienen ninguna posibilidad económicamente fáctica. Aquí hay que arrancar de nuevo, y precisamente por eso es que está limitada nuestra capacidad.

ETM: ¿Eso lo dice ud como recomendación? ¿O ud piensa que los sectores dominantes también piensan que la Faja no va?

CMP: No es un problema de pensamiento. Es un problema de factibilidad económica. No va. No son factibles, y ya lo está aceptando todo el mundo.

ETM: Entonces ¿La estabilización sería en torno a cuántos barriles? ¿2 millones?

CMP: No lo sé

ETM: Ud ha ofrecido unas cifras en las cuales explica que en promedio el tiempo de vida de los pozos convencionales en campos maduros es de 60 a 70 años. Si la Faja está descartada como expansión, eso supone entonces que es inevitable que esta recuperación tendría que venir con un plan de transición de la Venezuela post-petrolera, o no?

CMP: Pero la duración de un pozo no es la duración de un yacimiento. La duración de un campo puede ser esa, pero si tú perforas más y estimulas más, o sea, recuperación secundaria ampliada, inyección de vapor, inyección de agua, nueva perforación, y cosas por el estilo, eso puede extender la vida de un yacimiento. O sea que todavía tienen un margen, los viejos campos. Y el petróleo convencional, es decir, sus costos no van a alcanzar nunca la Faja por viejos que sean. Los costos de la Faja no son los costos de extracción, son los costos de mejoramiento y puesta en condiciones comerciales. Esos costos difícilmente puedan ser remontados a los precios actuales. Entonces son los campos convencionales, incluso la exploración en las adyacencias, la extensión de esos campos convencionales, que pueden aumentar la capacidad de extracción de campos convencionales declinantes, es decir, ahí hay posibilidades que solamente un ingeniero petrolero te lo puede decir y un geólogo, en que hay zonas donde hay campos que se abandonaron, de expansión, de desarrollo, y esas posibilidades todavía están ahí presentes, y es crudo liviano lo que se va a sacar. Para ponerte un ejemplo, en uno de mis trabajos está publicada una estadística de 13 campos del Zulia, uno descubierto en 1914, otro en 1925, otro en 1935, otro en 1945, otro en 1950, es decir que el más joven tiene casi 70 a 80 años, y los más viejos ya casi 100 años. Esos 13 campos juntos representan más reservas recuperables que las de Argentina, que las sumadas de Colombia, Ecuador, Perú, y así por el estilo, yo había incluido a Brasil, pero Brasil ha encontrado nuevas reservas, pero esas reservas están siendo producidas a una tasa mínima actualmente, y eso puede ser aumentado y puede tener una duración de 20 a 30 años a partir de ahora. Son viejos campos agotados. Existe tecnológicamente la posibilidad de reanimación y de depletación máxima, que es el anglicismo que usan, sacarle la mayor posibilidad, para llegar a 30-40% de extracción, porque nunca vas a llegar a 100%, y muy pocas veces llegas a 60-70%, aunque se ha llegado en algunos campos, no precisamente en los venezolanos.

ETM: ¿Los chinos van a renunciar a esas inversiones que pusieron en la Faja?

CMP: No

ETM: ¿Se mantiene entonces?

CMP: Claro. Las inversiones en la Faja se mantienen. Lo que sí no van a hacer son los nuevos mejoradores que necesitan la capacidad de producción de 1,4 millones diarios que hay allí. Producción quiere decir extracción, pero para convertirlo en producto vendible hay que mejorarlo o mezclarlo, eso no hay posibilidad vía costos de ponerlo en competencia.

ETM: ¿Ud cree que en estas discusiones de salida de la crisis se está pensando en una Venezuela postpetrolera?

CMP: Todo el mundo está pensando en la recuperación.

ETM: ¿Para ud hay posibilidad de que en esta debacle se pueda pensar y abrir una discusión y un camino de una Venezuela postpetrolera? Volvamos a Uslar Pietri; si aquí hay 30 millones de hectáreas de tierra cultivables, de las cuales están provechadas tan pocas, ¿por qué no pensar en asumir una propuesta que también sea agrícola y no sea tanto petrolera? ¿Por qué no abrirse y pensarse esta posibilidad?

CMP: Que hay que hacerlo. Es decir, todo el mundo se da cuenta que Venezuela no puede seguir siendo apalancada por el petróleo. El petróleo puede ser una industria convencional durante mil años en Venezuela.

Yo creo que todo el mundo ha hablado, pero nadie lo cree últimamente. Todo el mundo sabe que eso es así, y que eso debe ser así, todo el mundo te lo dice, aquí nadie te lo niega, “¿hasta cuándo vamos a ser rentistas?” es que ya no somos rentistas, aquí no hay renta, el negocio petrolero es un negocio como el de un chichero, con 20 a 30% de beneficio, pero ese 500% del que se apropiaba, el 400%, las compañías petroleras y te dejaba el 100% a ti, y era gigantesco para ti, ya no existe. Entonces ellos te lo están diciendo. “Nosotros vamos a invertir y vamos a obtener beneficios, pero si uds no tienen otros medios de generación de ingresos, no vamos a poder.”

ETM: ¿La Venezuela petrolera que conocimos en los últimos 100 años se acabó?

CMP: Se acabó.

ETM: ¿Ud piensa que es inevitable renunciar a toda ambición de nacionalismo petrolero actual? ¿Por dónde estaría la vía para que no nos arrodillen los próximos 50 años en un proceso de inversión masiva que no va a venir de acá?

CMP: El gobierno, el país, todos estamos puestos contra la pared, y estamos ahí y nos están amenazando. Tendremos que negociar. Seguramente tendremos que negociar y habrá que renunciar a algunas cosas. Pero sin renunciar a la voluntad nacional de controlar eso, y vamos a ver cómo regateamos el reparto de ingresos, de beneficios, entre un participante, qué le vamos a ofrecer, qué estímulos, pero manteniendo nuestra soberanía, nuestra dignidad. Es distinto. Yo he insistido en la necesidad de repensar las condiciones de negociación para no asumir una actitud entreguista desde el inicio. Hay que negociar, así estés contra el piso, contra la pared, aplastado, tendremos que negociar obligados, pero manteniendo la dignidad. Yo creo que el nacionalismo no se configura en la cantidad de concesiones que tú des, sino en la voluntad de defender el patrimonio nacional, de los nacionales, y de defenderlo incluso hasta de las expectativas propias de gastarlo inmediatamente.

ETM: ¿Y con quién cree que contamos para eso? ¿Qué grupos ud piensa que son los que puedan apostar por una visión nacionalista y que no terminen de entregar esto?

CMP: Es una pregunta bien difícil. Bastante difícil. Porque hay un nivel de inconsciencia generalizada. Y un nivel de sueño, todavía. De que “no somos nosotros, son ellos los culpables”, entonces cada quien le echa la culpa al otro. “Uds no pudieron, nosotros sí vamos a poder”.

ETM: Y no le parece con toda esta lógica tan pragmática, tan difícil de abordar la problemática ambiental, que pareciera la que está en la cola de las prioridades?

CMP: Pero es un problema de la humanidad.

Realizada en febrero 2020

Fuente de la entrevista: http://www.ecopoliticavenezuela.org/2020/04/16/entrevista-con-carlos-mendoza-pottella-la-venezuela-petrolera-que-conocimos-en-los-ultimos-100-anos-se-acabo/

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Entrevista a Noam Chomsky y Adam Shapiro: Escepticismo entre un sistema de salud colapsado y las próximas elecciones en EE.UU.

Por: Roberto Manríquez.

 

Ambos entrevistados resaltan que EE.UU. nunca ha tenido un sistema nacional de salud que funcione. Señalan que en este momento la crisis se centra en la salud, pero luego habrá una nueva crisis económica.

En uno de los dramáticos testimonios recogidos por estos días en New York, el enfermero Derrick Smith describió en su página de Facebook lo que calificó como el peor día en sus 12 años de trabajo en un hospital. Esta semana un paciente que agonizaba por las complicaciones tras contagiarse con corona virus, en sus últimas palabras, consultó con angustia “¿Quién pagará por esto?”. “Esto es un estado fallido”, resumió el funcionario.

Para el intelectual Noam Chomsky y el director de la ONG Front Line Defenders, Adam Shapiro, si bien el sistema de salud estadounidense debiera formar parte central del debate en la próxima contienda presidencial, no está claro si Trump pagará el costo.

Pregunta: El manejo de la epidemia en un país rico como Estados Unidos se ha estrellado con un sistema de salud pública deficiente ¿percibe el estadounidense promedio esta contradicción?

Noam Chomsky: Los estadounidenses en su abrumadora mayoría han tendido a favorecer las iniciativas para el establecimiento de una atención médica universal garantizada, esto durante mucho tiempo. No he visto encuestas recientes, pero espero que la crisis actual signifique que este apoyo ha aumentado.

Adam Shapiro: La mayoría de los estadounidenses están conmocionados por lo frágil que es el sistema de salud en general. Aunque la gran mayoría no se ha visto afectada por el virus hasta ahora, muchos conocen a las personas afectadas. En este punto, sin embargo, la crisis se centra en la salud. No se han enviado facturas todavía. Cuando los hospitales y las compañías de seguros vengan a cobrar, habrá una nueva crisis económica. En cuanto a la gestión: a nivel estatal, donde los gobernadores están a cargo, las cosas se han manejado bastante bien. El problema es el nivel federal, y eso es entera responsabilidad de Trump, que ha demostrado ser incompetente en todo, no solo en esto.

¿Usted diría que el sistema de salud pública ha sido desmantelado?

NC: Eso suena engañoso. Estados Unidos nunca ha tenido un sistema nacional de salud en funcionamiento. Es, hasta cierto punto, una sociedad dirigida por el mundo de los negocios. A pesar de su riqueza extraordinaria y sus ventajas naturales únicas, en políticas de justicia social se ubica próximo a los países OCDE con los peores indicadores, incluida la atención médica. Pero también es cierto que sufrió aún más bajo las doctrinas neoliberales de «eficiencia», que resultaron una receta para el desastre, una verdadera peste.

Trump, Bolsonaro y Johnson parecieron liderar una negación inicial con la pandemia, ¿cree que sufrirán las consecuencias en términos de opinión pública?

NC: No sé qué porcentaje de la población en Brasil apoya las vigorosas protestas contra Bolsonaro. En los Estados Unidos se divide en líneas partidarias bastante estrictas. La base de votación republicana continúa apoyando a Trump, sin importar cómo este socava el país, votantes fuertemente influenciados por su verdadera cámara de eco que es el canal de televisión Fox News. El apoyo en el exterior ha sido bajo y sigue disminuyendo. No estoy seguro sobre el Reino Unido.

AS: Si bien Johnson hizo declaraciones ridículas, la política en el Reino Unido en realidad se basó intencionalmente en la idea de crear inmunidad colectiva para un virus que no tenía una vacuna. No es un enfoque no científico, pero sí significa que una gran cantidad de personas se enfermarán y un porcentaje de ellas morirá. Esa no es realmente una estrategia políticamente viable. En cuanto a Turmp y Bolssonaro, es consistente con todas sus carreras y enfoques políticos. No debería haber ninguna sorpresa en esto. y las consecuencias son las que serán: un gran número de personas infectadas, enfermas y moribundas. La pregunta es, ¿las personas que los votaron los harán pagar por esto? difícil de decir, ya que los populistas a menudo desafían la lógica

Bernie Sanders finalmente ha renunciado a la carrera de nominaciones, ¿Lo percibe como una derrota?

NC: La campaña de Sanders ha sido un gran éxito, rompiendo con más de un siglo de elecciones compradas en su mayoría. No condujo a la victoria, pero ha cambiado sustancialmente la arena del debate y la formación de políticas. Los problemas sociales que eran casi inexistentes hace algunos años ahora son el centro de atención, y hay opciones disponibles para abordarlos. El New Deal verde es uno de los muchos ejemplos.

AS: Bernie estuvo en una posición muy difícil. No creo que deba haber respaldado a Biden, pero suspender su campaña fue probablemente lo más responsable: evitar obligar a los estados a celebrar elecciones cuando hacerlo pone en riesgo a las personas. La realidad de esta crisis demuestra que Bernie tenía razón, pero era insostenible continuar haciendo campaña.

¿Es una mejor alternativa de Biden aún mejor que Trump?

NC: Incomparablemente mejor. Biden probablemente se parecería mucho a Obama. Es probable que cuatro años más de Trump sean un desastre sin posibilidad de mitigación futura.

AS: Cualquier alternativa del Partido Demócrata es mejor que Trump, es sólo que Biden es probablemente el candidato menos interesante que estuvo en la carrera y no está a la altura del desafío de llevar el país a donde necesita ir para mejorar a su gente y mejorar el mundo.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/escepticismo-entre-un-sistema-de-salud-colapsado-y-las-proximas-elecciones-en-ee-uu/

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Entrevista: «Si nos quedamos en casa, no tenemos cómo sobrevivir y si salimos a buscar cómo subsistir nos arriesgamos a contagiarnos… es un dilema muy perverso»

Por: Silvia Arana.

En la sexta entrevista de la serie, una joven estudiante cuenta que en su barrio no se han realizado fumigaciones indispensables para combatir el mosquito transmisor del virus que causa el dengue, enfermedad endémica de la región, cuyos síntomas tienen similitudes con el COVID-19. Esto incrementa el pánico en la población.

Entrevista a L. S., estudiante universitaria. Reside en Jardines del Salado, Guayaquil.

1) ¿Cómo describiría el nivel de organización del municipio de Guayaquil frente a la epidemia? ¿Le transmite seguridad?

NO, no me logra trasmitir seguridad, pues el proceso de acción fue tardío ante esta epidemia que iba en crecimiento cada día. La municipalidad no movió ni un dedo hasta que ya fue demasiado tarde, y aún sigo creyendo que no está dando el cien por ciento de su labor, pues decidió dejar en manos del gobierno nacional todo el trabajo, y no se responsabilizó por tomar medidas adecuadas a tiempo.

Comenzando, porque las únicas limpiezas de transporte que ha hecho la municipalidad son de las metrovías, y no proporcionando a los transportes públicos y a la ciudadanía seguridad al utilizar los otros medios de transportes como buses, taxis, furgonetas y transportes de carga. Sumándole a esto, las fumigaciones que se han hecho por sectores seleccionados, que no logran cubrir las necesidades de los barrios más alejados de la ciudad, ya que no solo tememos a la nueva pandemia, sino a distintas plagas que azotan en este invierno, que hacen preocupar aún más, ya que la similitud que existe entre los síntomas de estas enfermedades (dengue, por ejemplo) y la nueva pandemia, es alarmante; haciéndonos preocupar por las distintas manifestaciones que presentan en nuestros cuerpos, provocando así el pánico en la población.

2) ¿Qué piensa del rol del gobierno nacional en asistir a la ciudad y a la provincia del Guayas durante la pandemia de coronavirus?

Es decepcionante, desde el inicio de la pandemia nunca estuvieron atentos a la ciudad ni a la provincia del Guayas. Creo que si desde que se supo del caso cero se hubieran tomado medidas de precaución, el panorama sería diferente. Lamentablemente tuvimos que ser el mal ejemplo ante la sociedad internacional para que recién recapacitaran y pudieran poner en marcha la supuesta “ayuda” que se está brindando y el protocolo a seguir; la impotencia y frustración fue muy grande al saber que no se hacía nada, hasta que fueron expuestos por dichos medios. Antes de eso el gobierno nacional trataba a la información que se presentaba por redes sociales de «falsas» y «complot de correístas», que solo tenían el propósito de desestabilizar al país; ignoraba las declaraciones de la ciudadanía por redes sociales; aquellas personas solo tenían el propósito de manifestar su dolor e impotencia, al ver que ni el gobierno ni la municipalidad de Guayaquil mostraron preocupación ante esta grave pandemia.

3) ¿Ha podido adquirir víveres y remedios sin problema en los lugares de abastecimiento de su vecindario? ¿Se ha podido guardar la distancia recomendada entre las personas evitando las aglomeraciones?

Es difícil, ya que lamentablemente las tiendas no se abastecen con las diferentes mercancías, haciendo que se aprovechen de la situación para subir el precio de los productos más básicos, como los huevos, el verde, los limones, queso, algunas verduras, entre otras; dada la dificultad de obtenerlos en la ciudad, pues los mayoristas que los abastecen ya casi no llegan a estos lugares. En las tiendas del barrio la distancia no es respetada del todo y por todos, pues debido a este desabastecimiento, la gente intenta conseguir lo más rápido los alimentos para regresar a sus casas antes del toque de queda o que se agoten. En los supermercados el panorama no es muy diferente, ya que afuera se logra respetar  de alguna manera esta distancia por parte de algunas personas, pero la situación es diferente en el interior, ya que debido al apuro de ciertas personas por salir de esos lugares, pierden la noción de la distancia y el orden e irrespetan estas medidas al momento de andar por los pasillos de los supermercados o en las propias cajas registradoras.

4) ¿Tiene familiares o vecinos afectados por el coronavirus?

Hasta el momento no. Y deseo que así se mantenga.

5) ¿Qué piensa sobre los hospitales y centros de emergencia públicos y/o privados de la ciudad?

Fatal, realmente pienso y siento que la prioridad no es el pueblo. La falta de aseo y la precariedad de la atención y de la administración de los diferentes espacios hacen que se marque una clara incompetencia por parte de las gestiones administrativas de los hospitales públicos del estado como el IESS de Guayaquil, en el cual se ha visto como la falta de organización ha provocado un colapso en su sistema de atención, teniendo que atender de forma improvisada en espacios que no son adecuados para el tratamiento del COVID-19. Un ejemplo de esto son las largas filas de espera afuera del establecimiento,  dando así como resultado las lamentables e irreparables pérdidas de nuestros queridos familiares y allegados.

6) En su opinión, ¿la deficiencia del sistema de salud pública de Guayaquil es el mayor problema para confrontar la epidemia? ¿O piensa que el mayor problema es otro? ¿Cuál?

En mi consideración pienso que estos espacios deberían estar adecuados para contener y combatir esta grave pandemia, pero lamentablemente no es así,  la precariedad de la institución, se ve reflejada por el poco interés del personal administrativo para ejercer un verdadero control en las actividades dentro de los hospitales, creando así un desempeño laboral ineficiente, que marca preferencias solo para ellos mismos y no salvaguarda la salud y la integridad de las personas que asisten día por día a estas instituciones, sin mencionar el desinterés de unos cuantos especialistas de la salud, que no tienen una devoción por la vida de los paciente que se encuentran afrontando esta enfermedad. Aparte del poco empeño del personal de limpieza, que no logra desempeñar sus actividades laborales correctamente, haciendo que la gente se enferme aún más por asistir a estas instituciones, en donde el ambiente de trabajo no es adecuado, ya que este tiene que ser lo más limpio posible. Pero no todo el peso recae en el personal que se encarga de la salud, sino en la poca ayuda del gobierno nacional que no proporciona los insumos adecuados que otros tantos personales médicos piden a gritos, para salvaguardar su vida y la de las personas que enfrentan al COVID-19.

Barrio Jardines del Salado en cuarentena y toque de queda. Foto de L.S.

7) ¿Sigue recibiendo el mismo salario con la cuarentena y suspensión laboral o se ha quedado sin ingreso?

No, soy una estudiante universitaria y me he quedado sin ingresos debido a eso, estoy sobreviviendo con los pocos recursos que tenía antes de la cuarentena.

8) Si es un trabajador independiente, ¿puede seguir trabajando en esta situación?¿Y los integrantes de su familia más cercana?

Casi todos mis familiares están en la misma situación, debido a que ninguno cubre las modalidades de trabajos permitidos por el gobierno.

9) ¿Cuánto tiempo más cree que podrán subsistir (económicamente) en estas condiciones de cuarenta y suspensión laboral?

Incalculable, lamentablemente es una situación que no sabemos qué será de nuestro destino, si nos quedamos en casa, no tenemos como sobrevivir y si salimos de casa a buscar la forma de como subsistir nos arriesgamos a contagiarnos y a contagiar a nuestros seres queridos, es un dilema muy perverso. El gobierno dice beneficiar a los más necesitados, pero habemos una lista muy larga de personas que no somos favorecidos con ningún tipo de subsidios.

«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su ciudad estuvo en la primera plana de las noticieros internacionales por los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes comparten sus vivencias en la ciudad que es el centro económico y financiero más importante del país, y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de población del país y el sistema de transporte público con mayor cantidad de usuarios. Estos elementos unidos a las profundas deficiencias del sistema de salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la desorganización de una alcaldía de corte marcadamente neoliberal son factores que ayudarían a explicar por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador, y la mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.

Fuente de la entrevista: https://rebelion.org/dolor-e-impotencia-al-ver-que-ni-el-gobierno-nacional-ni-la-municipalidad-de-guayaquil-mostraron-preocupacion-ante-esta-grave-pandemia/

 

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Ove entrevista a Hugo Aboites:Es difícil que se dé un proceso de cambio hacia otra pedagogía si no se cuenta con la participación intensa de los maestros.

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para Otras Voces en Educación

 

Hugo Aboites ha participado en una docena de volúmenes colectivos. Es autor de libros como Viento del Norte. TLC y privatización de la Educación Superior en México (1999); El Dilema, la universidad mexicana al comienzo de siglo (2001) y junto con Emir Sader y Pablo Gentili, La Reforma Universitaria (2008). Es miembro del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), fue coordinador (2010) del Grupo de Trabajo Universidad y Sociedad del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).

Desde los años ochenta ha acompañado la lucha magisterial de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y, al mismo tiempo, desde los noventa, la de los estudiantes en contra de los exámenes estandarizados, en favor de la gratuidad y el aumento de la matrícula. Fue Secretario General del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (SITUAM, 1982) y recientemente, terminó su periodo como Rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM, 2014-2018).

El primer contacto con Hugo lo hicimos en plena manifestación por el primer aniversario de la desaparición de los jóvenes maestros normalistas de Ayotzinapa. Para ese entonces era Rector de la UAM, de ciudad de México. El camarada Edgard Sánchez del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) me facilitó el número de teléfono de la Secretaria General de la UAM, la compañera Auxilio Heredia, a través de la cuál “cuadramos” un primer contacto con Hugo en el Zócalo.

Entre consignas, gritos de impotencia y un ambiente de solidaridad colectiva logramos conversar un par de minutos. Apretón de manos y, con sonrisas compartidas, acordamos hacerle una entrevista posterior por Skype y él me prometió un ejemplar de su libro “La medida de una nación: los primeros años de la evaluación en México” (2012). Días después Auxilio me contacto para entregarme el ejemplar del libro, que me ha resultado de especial importancia para comprender la particularidad de la instauración de la cultura evaluativa en la patria de Zapata. La entrevista no se pudo concretar por cruces de agendas.

En el último año hemos coincidido un par de veces en el local del PRT, en la oportunidad de organizar algunos debates sobre el curso de la reforma educativa mexicana en el gobierno de Andes Manuel López Obrador.  Allí retomamos el compromiso de hacer la entrevista pendiente; sin embargo, ésta que ustedes leen hoy, consideramos que es el inicio de un diálogo mucho más extenso. A Hugo Aboites le  invitamos a formar parte del Grupo de Contacto Internacional (GCI) conformado por dirigentes gremiales de América y Europa y él accedió gustosamente, así que estaremos trabajando juntos un tiempo, en lo que nos apasiona: la transformación radical de la educación.

En esta oportunidad OVE conversa con el intelectual de la mirada pícara y la lectura aguda de la realidad, quien no desestima oportunidad para seguir remando en la utopía de otro mundo posible.

 

Hugo, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Como llegaste a la teoría critica, a la perspectiva de las pedagogías críticas?

Soy originario del estado de la república mexicana, Chihuahua, donde surgió con gran fuerza la revolución de 1910. El hermano de mi abuelo y su padre, pequeños agricultores y comerciantes, se unieron a las fuerzas de Francisco Villa y aunque nunca regresaron permanecieron como un símbolo familiar de rebelión contra la injusticia que ejercen quienes tienen el poder.

Cuando podía como estudiante de media superior, visitaba a doña Luz Corral, viuda de Francisco Villa, y le preguntaba sobre él y todo lo que veía en la que había sido su casa, entre otras cosas, recuerdo un machete que tenía grabada una frase: “cuando esta víbora pica, ni remedio de botica” y una pistola cuya funda aconsejaba “no me saques sin razón, ni me guardes sin honor”. Y, ahí, el auto, con agujeros de bala, donde en 1923 Villa vivió sus últimos momentos. Soy coetáneo también de los jóvenes que en Chihuahua en 1965 se levantaron en armas y en su mayoría fueron muertos y asesinados en el ataque al cuartel militar del poblado de Madera.

También de alguna manera soy originario de las corrientes de liberación que en la filosofía desafiaban el poder eclesiástico y civil recorrían Europa en los años 1966 y 1967 cuando allá fui estudiante. Y me opuse en solitario a la práctica que tenían los sacerdotes católicos, de golpear a sus alumnos niños con un bastón. No tuve ningún papel relevante en el movimiento de 68 en México, pero conviví con él cotidianamente y aprendí mucho de esa rebelión que cambió el país y aprendí también del abuso extremo del poder y de la injusticia radical que significó la matanza de estudiantes en Tlaltelolco, en la Ciudad de México.

En 1969, al término de mis estudios de filosofía, un amigo me invitó a tomar un curso sobre pedagogía y acudí sin grandes expectativas. Sin embargo, ese curso fue decisivo para mí. Nunca había conocido tan de cerca y con tanta vida y entusiasmo el potencial de la educación y el por qué sembraba constantemente la idea y voluntad de transformar. El maestro del curso tenía un nombre, una visión y un acento, se llamaba Pablo Freire. Su propuesta, “pedagogía del oprimido” era en realidad una verdadera pedagogía de la liberación.

Conocí entonces a la pedagogía como liberadora, como una teoría y, al mismo tiempo, como una práctica muy concreta para cambiar las condiciones de dominación.  Al mismo tiempo que mis actividades como maestro en una escuela privada para jóvenes y con algunos de ellos creamos entonces círculos de cultura en las colonias pobres de la ciudad de Chihuahua. Poco después un colectivo de maestros convertimos esa escuela en algo distinto:  sustituimos las clases por proyectos de investigación-acción en colonias y barrios populares en una forma de traducir a la práctica la pedagogía freiriana. Luego, por exigencias laborales, me inscribí en la maestría en educación de la Universidad de Harvard y pasé luego ahí mismo al doctorado. Ahí, paradójicamente (era el comienzo de los años setenta) tuve un importante contacto con la izquierda estadounidense, con la historia de la educación mexicana, con el nacimiento de la visión que luego daría paso al neoliberalismo, y aproveché a maestros que profundizaban sobre la visión marxista de la educación y la pedagogía. La combinación de la postura de Freire y la visión marxista (además la de Illich y de visiones sobre el desarrollo de los jóvenes) generó un espacio de debate que considero muy importante sobre la pedagogía y educación del futuro.

No uso mucho el término “crítica” añadido a la pedagogía porque creo que se presta a confusiones. Y supongo que estoy influenciado por el hecho de que en México se incluye al pensamiento “crítico” como objetivo de una Ley General de Educación que se genera a partir de una reforma constitucional sumamente cuestionable, regresiva. Y se habla de la capacidad de resolver problemas, así de vago. Y la misma OCDE utiliza ese término con la orientación de resolver problemas de la producción y prestación de servicios.  Una pedagogía que se nombre liberadora o socialista, contra la opresión, se vuelve mucho más clara en su intención y por lo tanto puede convocar mejor a quienes tienen interés en avanzar su práctica docente en una ruta radicalmente distinta a la oficial.

Por otro lado, el término pedagogía de la liberación tiene un origen claramente vinculado a una práctica pedagógica concreta. Y esto es muy importante, mientras la discusión sobre la pedagogía se queda a nivel teórico, ni los estudiantes ni muchos maestros pueden confrontarlos con la realidad. Otro ejemplo, desde hace décadas trabajo con estudiantes en un sistema llamado modular, de orientación horizontal y democrática en la Universidad Autónoma Metropolitana- Xochimilco.

En colectivo, los estudiantes y el profesor discuten cuáles serían las mejores estrategias y criterios de evaluación (uno de los puntos más importantes donde se asienta el poder de la figura de autoridad que es el maestro), el ritmo del trabajo, los horarios, los casos excepcionales (estudiantes que vienen de lejos, madres solteras…), la selección de lecturas. En equipos ellos determinan sus temas de investigación bajo criterios presentados y aprobados colectivamente.

Estos incluyen que se retomen problemáticas sociales y se les mire a través de las profesiones que cada uno de los alumnos estudia. Es importante señalar que esta modalidad es totalmente institucional, aunque hay una importante variedad, de acuerdo con los grupos y los maestros, respecto de la forma de ponerlo en práctica. Como resultado de todo este planteamiento, el profesor no “evalúa” a los estudiantes, sino que ellos presentan su propia evaluación a partir de indicadores objetivos determinados previamente por el grupo mismo y el profesor.

Las lecturas se presentan y discuten en las sesiones diarias de tres horas por el grupo de 25-30 estudiantes. Los estudiantes aprenden en colectivo a leer, analizar y comparar unos textos con otros y se forman con eso posturas ilustradas sobre distintos puntos. La investigación les permite distanciarse del sentido común, el sectarismo, y obtener una visión más compleja de la realidad natural y social. Acostumbrados a los opresivos métodos tradicionales, en el sistema modular las y los jóvenes descubren más claramente su identidad personal y colectiva frente a sí mismos y frente a sucesos nacionales o regionales.

Por ejemplo, en medio de un intenso movimiento feminista, algunos equipos de investigación se acercaron a las movilizaciones y retomaron algunos de sus aspectos como preguntas de investigación. Y, además, por primera vez en su vida participaron en movilizaciones dentro y fuera de la institución. Y, junto con los demás equipos pudieron presentar su trabajo y resultados y experimentar la reacción de sus compañeros (a veces muy adversa).

En otras instituciones existe un discurso institucional sumamente progresista, pero no existen prácticas concretas a pesar del discurso radical que intenten siquiera materializar esos planteamientos. En ocasiones incluso ocurre que la práctica pedagógica es terriblemente atrasada, burocrática y autoritaria.

 

A partir de tu experiencia y reflexiones ¿Cuáles consideras que son los elementos más relevantes de la crisis educativa en México?

Creo que uno de los factores más importantes de la crisis en general y actual de la educación en México tiene que ver con un modelo educativo que surgió como altamente centralizado, corporativo, burocratizado, autoritario, y cuyos problemas intentaron resolverse a través de medidas neoliberales (privatización, verticalidad, empresarialización y restricción como traducción de significado de calidad). En ese sentido, un planteamiento de política educativa en búsqueda de la liberación va más allá sólo de los estudiantes en lo individual y grupal y tiene que ver con la creación de nuevas estructuras en instituciones y sistemas, que abran espacios de verdadera libertad para aprender, enseñar e investigar y que se vinculen con los grandes movimientos y procesos también progresistas y, podemos decir, de avance de liberación nacional.

Tenemos hoy un autoritarismo pedagógico que constitucionalmente es autoritario pues el artículo tercero de la Constitución establece que corresponde al Ejecutivo determinar el contenido de los programas de toda la educación básica y obligatoria. Esto históricamente ha significado la imposición de una visión única de un país que cuenta con más de sesenta culturas originarias distintas, vivas y actuantes, que tiene también regiones sumamente diversas (desde selva tropical pasando por grandes urbes hasta desiertos y llanos, montañas y vocaciones económicas muy distintas).Pero al mismo tiempo en regiones como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán, maestros y comunidades han desarrollado propuestas alternativas de educación y comienzan a llevarlas a cabo desde hace tiempo, pero no son reconocidas por la Secretaría de Educación Pública. Esta es una propuesta importante, capaz de revitalizar desde las comunidades y regiones a un sistema educativo anquilosado, pero hay enormes resistencias.  La evaluación desde las propias escuelas y no desde una entidad central y nacional sería otro tema importante, así como el surgimiento de programas y libros de texto que recojan lo que es este país. En ese sentido, un proyecto de pedagogía de la liberación aplicado al sistema en general es muy importante:  ese proceso no es sólo aplicable al aula, también a escuelas, instituciones, comunidades y sistema. Y en eso las comunidades locales pueden ser un apoyo muy importante.

Muchos de los problemas pueden comenzar rápidamente a resolverse con estas nuevas estructuras, entre otros: rezago enorme, educación superior de crecimiento escaso, falta de cobertura y de vinculación estrategia con necesidades amplias de la población, programas de estudio irrelevantes pedagógica y socialmente

 

Fuiste Rector de la UAM en Ciudad de México y tienes una dilatada carrera universitaria. Desde tu punto de vista ¿Cuáles son los mayores problemas que presenta hoy la formación de docentes (inicial y continua) en México? 

Sobre el tema de mi participación como rector en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM,. 2014-2018) y la formación de maestros primero que nada habría que aclarar que en México son las normales urbanas y rurales y no las universidades las encargadas de formar maestros.

Y esto, además por las razones históricas, me parece buena idea porque es una carrera muy especializada que no se compara fácilmente con los estudios de Pedagogía que, al menos en México en las universidades tienden a ser más teóricos.

Sólo la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) tiene un enfoque que combina ambas tendencias.  De la experiencia en la UACM puedo también señalar que la rectoría no es el mejor lugar para impulsar cambios en la formación de profesionistas (y por extensión de maestros).

Confirmé que son los colectivos los que pueden generar cambios importantes en ese tema pero estos deben tener condiciones que podemos llamar subjetivas y objetivas para impulsar semejantes cambios.

De hecho, en la UACM prevalece un discurso muy progresista y una estructura de poder muy horizontal, sin embargo no existe un modelo acabado sobre qué hacer en el aula y en la institución para avanzar hacia una formación liberadora de los estudiantes.

De tal manera que cada maestro o grupo de maestros puede decidir cuál será su práctica pedagógica a veces sin referirse al marco general. Esto da mucha libertad para explorar, pero también vuelve difusa la eventual propuesta pedagógica.

En mi opinión muy general, y viendo lo que ocurre en el salón de clases, la formación de los maestros sigue teniendo una aproximación tendiente a la verticalidad, orientada de manera preponderante al cumplimiento del programa oficial y con poco espacio para ejercer mayor control sobre su trabajo.  Como en otros aspectos, se hace énfasis en enfoques progresistas pero sólo grupos de maestros han podido -y mucho por su cuenta- avanzar en prácticas democráticas en la escuela.

El ejemplo de la Asamblea escolar donde los niños de educación básica discuten y aprueban resolutivos que se aplican a su vida cotidiana de estudio y convivencia en la escuela es un caso ejemplar, así como otras innovaciones en esa dirección que tienen que ver con la participación de padres de familia, la relación intensa con la comunidad y la discusión al interior del aula.

En conclusión, es difícil que se dé un proceso de cambio hacia otra pedagogía si no se cuenta con la participación intensa de los maestros, y estos sólo aprenderán a hacerlo si en las propias escuelas formadoras se dan estas prácticas.

 

¿que ha significado la crisis del Coronavirus? ¿Considera que las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

El Coronavirus ha tenido un impacto enorme en la educación en México. Es un sistema enorme, con más de 30 millones de estudiantes, maestros, trabajadores académicos y administrativos desde inicial hasta posgrado.  Y repentinamente todos a sus casas.

Una situación inédita que, al cerrar las escuelas dejó en suspenso muchos procesos de discusión, organización y acción dentro del campo educativo en todos los niveles. Generó una enorme fragmentación e individualización en la forma de pensarse los maestros como trabajadores de la educación y salieron a flote prácticas y visiones más individualistas y regresivas.

Pero también se convirtió en un horizonte donde los sectores más movilizados por la lucha de seis años contra la reforma educativa pudieron encontrar más fácilmente el rumbo en esta nueva situación. Lanzaron iniciativas de vinculación con sectores sociales más afectados (los y las despedidas por el cierre de negocios y dependencias), protestaron por las iniciativas que, con la educación virtual hacían responsables a los maestros de llevar adelante los programas de estudio con sus propios y frecuentemente escasos medios informáticos.

Esto, porque la Secretaría de Educación Pública (SEP), dependencia gubernamental encargada de la educación, asumió el papel de capataz, exigiendo a los docentes reportes constantes -incluso diarios- sobre su actividad con estudiantes que difícilmente podían tener acceso a este tipo de recursos de comunicación.

Lo anterior, porque sin mucha discusión y a través de una especie de gregarismo automático, autoridades de escuelas y universitarios, con la SEP a la cabeza, asumieron que lo que correspondía incuestionablemente era asumir como la ruta única el continuar -como si nada ocurriera- con el programa de estudios.

Esto ha generado inconformidad, inquietud y grandes confusiones.  Pero, lo más importante, ha mostrado que con esa disposición se vuelve visible y operante la desventaja estructural desde la que participan en el proceso escolar importantes sectores sociales.

En términos generales quienes cuentan con los dispositivos informáticos y el acceso a redes de internet y, por otro lado, quienes no tienen las mismas facilidades. Y esto se convierte aún más la educación en un filtro clasista que determina quiénes tienen más derecho a la educación:  los que pueden adquirir ciertos bienes y servicios y los que no.

La virtualidad, por cierto, es un territorio nuevo de poder que se abre en cada escuela e institución y donde las burocracias encuentran un espacio mucho mayor. Por ejemplo, tienen un acceso much más fácil a la tecnología de punta, con costo a las instituciones, mientras que estudiantes y profesores prácticamente deben costear por su cuenta dichos accesos.

Otro ejemplo, en los espacios colegiados donde participan autoridades, estudiantes y trabajadores (por ejemplo, consejos universitarios), las primeras se fortalecen en demérito de estos últimos. Cuando dichas reuniones son virtuales, las autoridades tienen un control mucho mayor sobre la dinámica colectiva.  Ellas pueden comunicarse directa y presencialmente entre sí, mientras que las discusiones y tomas de acuerdo que entre grupos de trabajadores se daban mientras transcurría la sesión presencial, ahora se vuelven prácticamente imposibles.

Por otro lado, como ya se veía, la autoridad federal desde la Ciudad de México ahora ha encontrado un mecanismo y una justificación para ejercer una vigilancia diaria, directa y perentoria sobre las actividades y los resultados que obtiene cada maestro o maestra con su grupo. Y mientras tanto, el sindicato, la comunidad educativa y otras instancias en la práctica quedan postergados.

Además, la llegada de la virtualidad a la educación abre una brecha todavía más amplia entre maestro-estudiantes. La cotidianidad de la relación cambia profundamente y no para un mayor acercamiento.  Las consultas y problemas incluso familiares que plantean los estudiantes en forma individual ya no serían fáciles y se rompe así una posibilidad de relación que entre los jóvenes es muy importantes.

Finalmente, con la idea de retomar cuanto antes y por cualquier medio la “normalidad”, escuelas y universidades abdican de su responsabilidad de, precisamente por la emergencia y crisis, convertirse en polos de información sobre las temáticas más importantes en un momento como éste y no continuar con un programa que, en este contexto, se convierte en irrelevante.  Aquí la creatividad de docentes y estudiantes puede cubrir el enorme vacío o la enorme trivialización del conocimiento que se genera en este tipo de situaciones.

 

Desde tu punto de vista ¿cuáles deberían ser las alternativas para salir de la actual crisis educativa?

La situación de la educación en México sí tiene solución y esta se desprende de lo que se señalaba respecto de la crisis que ésta padece desde hace años. En primer lugar, la educación debe dejar de ser un acto de gobierno y convertirse en una actividad que está fuera de la dinámica, intereses y problemáticas que surgen de su pertenencia al aparato gubernamental.

Esta autonomía relativa debería ser acompañada del establecimiento de una serie de órganos que van del local al nacional, pasando por el órgano local, estatal y regional con competencia correspondiente a cada uno de esos ámbitos. Se integraría por una representación de estudiantes, maestros, autoridades y comunidades y sus ámbitos de competencia serían respetuosos de las facultades de las comunidades de escuelas, instituciones y universidades.

En segundo lugar, establecer un patrimonio educativo suficiente, una porción de la riqueza nacional intocable, creciente y que estaría dedicado, junto con otros gastos para el bienestar social, al servicio educativo en todos los niveles correspondiente a un porcentaje incluso más allá del 8% del PIB.

En tercer lugar, respetar y alentar los programas alternativos de educación que se generen a nivel regional, estatal o local que respondan a necesidades locales, se mantengan dentro del marco del artículo tercero constitucional y que den garantías de profesionalismo y compromiso con la tarea de educar.

En cuarto lugar, ampliar sustancialmente la infraestructura, cuerpo docente y matrícula en la educación secundaria básica, media superior y superior que rescate las experiencias exitosas en estos niveles.

En quinto lugar, reformular los planes y programas de estudio de manera tal que sean mucho más flexibles, tengan espacios de libertad, sean adecuados a la problemática local, estatal y regional.

En sexto lugar, analizar todas y cada una de las iniciativas que se generaron en la etapa de la OCDE, FMI, Banco Mundial, Tratado de Libre Comercio y eliminar/sustituir aquellas que no tengan ya vigencia en el marco de una educación pública reforzada. Como por ejemplo,  el concepto y uso de la “calidad”, venta de servicios y productos de las instituciones, la reducción de la matrícula, la aplicación de concursos de selección, colegiaturas, límites a la permanencia de los estudiantes en las instituciones, esquemas de pago según productividad para el personal académico.

En conclusión, la pandemia significa una alteración radical de las estructuras visibles e invisibles de la “normalidad”, incluyendo la educación. Y es sabido que en estos tiempos de crisis es común que la reacción sea hacia la derecha, a una regimentación mayor de la vida democrática.

Pero también hay muchos ejemplos de cómo esa alteración abre grietas y rutas de ampliación de la participación decisiva a los excluidos y oprimidos. Pero con la condición de que puedan crear condiciones de organización, resistencia y existencia de un proyecto capaz de entusiasmar y vincular a sectores hasta ahora desorganizados.

En México hoy las luchas por la tierra, el agua, los bosques, las comunidades, los derechos humanos, de las mujeres y laborales están a la orden del día, y la de los maestros tiene una historia reciente de organización, resistencia y victoria que son claves en este momento. De su convergencia puede detenerse la oleada de la derecha y fortalecer luchas históricas y consolidar los terrenos que hemos conseguido.

 

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OVE Entrevista a Fernando Lázaro “En la historia aprendida no hay negros, ni putos, ni travestis ni trans, ni pobres”

OVE Entrevista a Fernando Lázaro

“En los debates educativos, no estamos tensionando las lógicas de poder, a los colectivos de excluidos; ello se muestra cuando en la historia aprendida no hay negros, ni putos, ni travestis ni trans, ni pobres”

Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina entrevistan en exclusiva para OVE

 

Reunirse con Fernando es un homenaje a la alegría, es recordar que solo se puede luchar acompañado de una sonrisa. La potencia de su carcajada es solo comparable con su decisión para adelantar los más inusitados proyectos de educación popular. Aún recordamos las visitas a la antigua fábrica recuperada procesadora de aluminio en Buenos Aires, convertida en escuela abierta, en Bachilleratos populares, proyecto en el cual ha participado Fernando Lázaro junto a un hermoso colectivo de pedagogos populares. Esa fábrica que forma parte del movimiento de empresas recuperadas por los trabajadores y las comunidades, ante la debacle económica de comienzos de siglo XXI, es memoria viva de otras formas de resistir a la furia del capital.

Fernando es docente e investigador de la Universidad Nacional de Luján en el área de Educación de Adultos, co-fundador de los Bachilleratos Populares de Argentina, miembro de la CEIPH (Cooperativa de Educadorxs e Investigadorxs Populares Histórica) y Coordinador del Bachillerato Popular Maderera Córdoba. Además, es miembro del CEAAL (Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe).

Es un prolífero autor de libros y artículos referentes a las Educaciones Populares y a las Pedagogías Críticas.

Entre anécdotas, balances de proyectos, bocetos de otros tantos sueños por venir y un café porque no teníamos mate a la mano, decidimos conversar con este importante pedagogo popular. Tuvimos que robarle horas a la cuarentena del Coronavirus para poder entrevistarlo. En OVE publicamos este intercambio, que estamos seguros será de importancia para quienes luchan por otra educación posible, así como para las nuevas generaciones de maestres. Como él prefiere que se le llame, bienvenidos a la lectura de las reflexiones de este educador popular de Argentina y militante social de América Latina.

 

Fernando, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Cómo llegaste a la educación popular? ¿Cuál es tu balance personal de tu militancia en este campo?

Desde muy joven y por cuestión casi hereditaria, abracé la lucha por una justicia social, por los que menos tienen. Entonces, mi entrada a la adolescencia me encontró con pocos años, pero con ganas inmensas de cambiar este mundo, en un contexto en plena dictadura donde gente cercana iba desapareciendo. Comencé a militar en un espacio político cuyo lugar físico era un sótano de Ciudad de Buenos Aires, donde entrabamos con contraseña.

La educación popular vino por añadidura; ya habiéndose ido la dictadura sangrienta comienzo a militar en los barrios dando apoyo escolar. Aún Freire para mi, era un nombre que sonaba lejos, pero muy lejos, y mis primeras practicas tenían que ver con apoyo escolar a les niñes para poder “adecuarse a esa educación normativa y tradicional”.

Ante exclusiones varias comencé a preguntarme si esa educación, la misma educación que se implantaba para los sectores más pudientes era beneficiosa para les pibes de los barrios que poco y nada tenían para comer.

Y ante esas preguntas compañeres con mas historia me empiezan a acercar varios libros, entre ellos “Pedagogía del oprimido” y, unos años mas tarde, las técnicas participativas para la educación popular del grupo alforja. Y allí es desde donde comienzo a abrazar la lucha por una educación popular, camino que me llevó a transitar carreras todas que tenían que ver con la docencia. Pero en los profesorados y en la academia no encontraba esta mirada, sino como adecuarnos lo mejor posible a estas políticas publicas del Estado.

La crisis del 2001 pegó muy fuerte en Argentina y los sectores populares salieron a decir, a hablar, a hacerse ver, es allí donde con un grupo de compañeros y compañeras, militantes docentes y, teniendo como referencias varios procesos de América Latina (escuelas zapatistas de Chiapas, el MST en Brasil, la experiencia de la DINEA en Argentina) empezamos a pensar en construir nuestras propias escuelas de jóvenes y adultos y adultas (que era y es el sector mas marginal del sistema educativo). Impulsamos y fuimos parte de organizaciones y movimientos sociales autogestionandos, que en nuestro caso se desarrolló como escuelas medias para los sectores populares, con autonomía por parte del Estado, pero exigiendo salario docente y título para les estudiantes.

Era impensado en un sistema educativo como el nuestro (centralizado, vertical y burocratizante) poder llevar adelante tamaña propuesta. Así fue como nacen en el año 2004 los Bachilleratos Populares. Y fue ese poder militante que irrumpió desde las bases, el que me hizo encontrar mi lugar y mi sentido de docente militante, desde esa educación popular emancipadora, transformadora, feminista, revolucionaria, liberadora.

Cuando hablamos de una educación popular feminista no estoy diciendo que el contexto actual genera esa categoría, el feminismo es histórico también desde la educación popular. Recuerdo una frase de Mariátegui donde dice que el feminismo, como idea pura, es esencialmente revolucionario, y lo estaba diciendo desde décadas atrás…digo, estaba planteado, que no lo hayamos tomado es otro debate.

 

Desde ese recorrido, ¿Cuáles consideras que son los elementos más significativos de la crisis educativa en tu país?

 

Argentina viene transitando muchas crisis y en uno de los sectores donde mas se manifestó fue en la educación. El dato más crudo y objetivo es que 14 millones de jóvenes y adultos están por fuera del sistema educativo, lo cuál nos muestra a las claras esa crisis.

Desde el Estado, a excepción de dos años (del 73 al 75), que para la educación de adultos fueron muy significantes, nunca ha habido políticas publicas desde una lógica popular pensando en los sectores populares.

En Argentina y me atrevo a decir que, en América Latina, no estamos revisando nuestras practicas y los contenidos, no estamos teniendo en cuenta que asesinan a mujeres todos los días, que nuestras estudiantes travestis y trans no tienen un lugar, no solo en la historia, sino en nuestro devenir diario de escuela.

Tal vez suene fuerte lo que digo, pero creo que la escuela, así como la conocemos hoy, es el espacio donde se concentran y se generan las mayores desigualdades sociales. Pasó del discurso de ascenso social, ascenso económico, a convertirse en una maquina que lo que hace es generar aquello a lo que pocos pueden acceder.

Una de las categorías que el Banco Mundial puso de moda, o mejor dicho exigió que se trabajara y se tuviera en cuenta, fue la inclusión. Con esa categoría, cual mensaje evangelizador, se intentó sacar a les pibes de sus barrios y meterlos en la escuela. Y a ese pasaje lo relaciono con una nueva forma de conquista; en vez de cambiar “espejitos de colores por oro”, terminaron cambiando, por ejemplo, hambre por un pedazo de pan, harapos por ropa escondida bajo el guardapolvo de algún rico, pero sobre todo nos obligaron a ser parte de una “nueva religión”, la de las prácticas escolares hegemónicas.

No puede existir inclusión cuando el conocimiento valedero sigue en manos del poder; no existe la inclusión cuando las crisis educativas son siempre crisis para los pobres, que sufren los pobres. Los de arriba no pasan esas crisis, por eso hablar de crisis me lleva a pensar solo en la crisis de los que no pueden acceder a una escuela que eduque para otras realidades, que no pueden acceder a las nuevas tecnologías desde sus casas, y ni pensar de aquellos que no tienen ni siquiera casa. Para esos 14 de millones de excluidos no quiero esta inclusión. Resulta paradójico en Argentina que quienes se exceden de faltas queden “libres”; de mas esta decir que acá Foucault, con los debates que podemos hacerle, esta mas que bienvenido.

Desde sus orígenes la escuela se erige en base a la configuración de límites bien definidos, de maneras tales que suelen existir como campos diferenciados de otros. Campos en el que funcionan códigos, reglas y capitales específicos, que se dispone a negociar con otros campos, en la medida que esos movimientos son necesarios para su propia supervivencia, siempre en virtud de las posibilidades brindadas por su estructura interna. De esta forma, en la escuela tradicional hay formas de subjetivación predeterminadas, que posicionan a los sujetos en virtud de esas relaciones especificas entre un adentro y un afuera.

Entonces, cuando las crisis económicas, políticas y educativas suben a los botes a quienes portan la posibilidad de remar y dejan ahogándose a los otros, no hay inclusión que valga, porque a los que quedan en el mar ya les llegara el momento que desde allí construyan un tsunami imparable. Y cuando pase esto cabria preguntarnos, si las organizaciones, los movimientos sociales, los colectivos de educación popular, feministas, etc. estaremos preparados para resistir y luchar contra la crisis de los ricos y comenzaremos por fin a luchar desde las crisis desde los que menos tienen. Me cuesta pensar las crisis educativas sin tener en cuenta la cuestión de clase.

Nunca vamos a poder confiar en la inclusión cuando viene del Banco mundial y pasa por un Estado capitalista. La inclusión tiene que partir desde abajo hacia arriba, tiene que ser revolucionaria y tiene que abrir paso a una disputa al conocimiento hegemónico.

 

A partir de tu experiencia y reflexión desde el campo popular ¿Cuáles son los mayores problemas que presenta la formación docente?

Siempre comento que el mayor problema de la formación docente es el problema político, parto desde allí. Y allí entra el debate sobre el papel docente en un proceso de construcción de conocimiento.

La formación docente en Argentina esta construida desde una lógica universalista, psicologista, cuyo objetivo es el enseñanza y aprendizaje dentro de un sistema patriarcal, blanco, heteronormativo, donde no existen las clases ni las identidades.

En estas condiciones de partida ¿Como formamos un docente contrahegemónico? Sobre todo, cuando aún en los debates educativos, no estamos tensionando las lógicas de poder, a los colectivos de excluidos; ello se muestra cuando en la historia aprendida no hay negros, ni negras, ni putos, ni putas, ni travestis ni trans, ni pobres o si estos últimos están, están romantizados, solo aparecen como pobreza romantizada, o estigmatizados.

¿Cómo podemos pensar una escuela dentro de un barrio muy pobre, con docentes que vienen de afuera del barrio, atravesado por una academia que sigue haciendo prevalecer los valores y saberes hegemónicos?

Desde el campo popular es menester rescatar todas las experiencias alternativas que existieron y, algunas que existen aún en América latina y el Caribe. Exigir, interpelar y arrancarle al Estado la posibilidad de generar espacios donde podamos empezar a pensar, con los sujetos con quienes trabajamos. Que las categorías adolescentes, niñeces, adultez, dejen de ser categorías naturales, ni psicológicas, que aprendamos que estas categorías se construyen desde una cuestión de clase.

La formación docente tiene que estar cruzada por los debates políticos y anclada en una pedagogía critica; digo una, dentro de un universo de varias, porque tampoco creo que una misma pedagogía, por mas critica que sea, tenga que ser base común para todo un abanico de sujetos cruzados por múltiples vulnerabilidades.

 

¿Qué ha significado para ti la crisis del COVID-19? ¿Considera que las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

Lo que nos muestra la pandemia es la expresión de la desigualdad educativa y que los derechos a la educación siguen siendo para los sectores privilegiados.

Pero acá hago un parate, para expresar también mi posición como educador popular y mi autocritica.

No hay instancia más importante para un educador popular en países capitalistas cruzados por las diferencias y desigualdades sociales, que el encuentro con el otro y la otra. Existe lo virtual, existen las políticas públicas en Argentina que están embarcadas en propuestas virtuales, pero no podemos dejar a un lado el hecho concreto que los grupos más pobres están yendo a las escuelas para comer. ¿Que está pasando con aquellos que no tienen ahora un bocado de pan para llevarse a la boca? Esta lógica de contención y solución parcial a la brutal explotación a la que están siendo sometidos los padres de estos chicos, deja fuera de todo proceso educativo respuestas para las desigualdades.

El gobierno anterior liderado por el ex-presidente Macri, dejó sin efecto un programa, que más allá de las críticas que podamos hacerle, daba la posibilidad de que muches estudiantes tuvieran su netbook. Este programa fue desmantelado, en medio de críticas miles, ya que en muchas de estas casas no había internet, pero las maquinas estaban programadas con algunas actividades.

Esta pandemia nos muestra como se profundiza esas desigualdades, si entendemos el derecho de la educación como un derecho de todes, tenemos que decir que en Argentina actualmente no existen condiciones para ir a un modelo de educación virtual universal. Los sectores medios y acomodadas no solo tienen la posibilidad de poder transitar por foros, redes, plataformas y de por si todo lo que comporta el bagaje familiar; pueden comer, pueden estar bajo un techo. ¿Pero les pobres? ¿les humildes de los barrios?

Realmente estoy transitando un momento de mucha angustia porque son les estudiantes populares les que están sufriendo más. Dado el aislamiento social que comporta la contención del Coronavirus, ello hace que no podamos generar ni contar con el punto de encuentro que surge con la presencialidad. Nuestra posición, en nuestras casas, es justamente pelear porque esos derechos también, para que cualquier política educativa parta de nuestres estudiantes, de quienes están allá abajo, bien abajo.

La pandemia vino a atarnos las manos y los pies, a desnudar la categoría de derechos. Es momento de tensionar todo, incluido este tema; no hay derechos cuando existen desigualdades brutales y no hay derechos cuando sigue siendo una cuestión binaria.

Creo que es en estas urgencias donde nuestro accionar tiene que estar más firme que nunca. Tenemos que estar y luchar en este viejo mundo que se muere, mientras el nuevo no termina de nacer. En esos intersticios, en estas pausas forzadas, surgen monstruos, como decía Gramsci, y tenemos que estar listos para enfrentarlos. Si esta pandemia es uno de ellos, libraremos la batalla que el mismo genera como un huracán en el caribe.

La pandemia ha demostrado la fragilidad del sistema, su imposibilidad, su vulnerabilidad. Aunque esto ya se había dicho antes, se había señalado con anterioridad, pero los acontecimientos de estas últimas semanas, presionan para la construcción de alternativas. El debate actual ha mostrado las desigualdades educativas, ha hecho que se expongan a flor de piel, ha hecho que se muestre como aumenta la brecha y la desigualdad ya existente.

 

 ¿Cuáles sería la ruta para construir alternativas a la crisis educativa? ¿Algunas propuestas?

Hay una necesidad urgente de generar una revolución cultural, social y política.  Estas dimensiones son constitutivas y se asumen desde las pedagogías críticas, tanto en el plano filosófico como en los saberes de los y las maestres. También, las educaciones populares vienen edificándose en el plano de la praxis, a partir de diferentes postulados.

El grito colectivo que anuncia el emerger de un cambio radical es posible gracias a la desnaturalización del capitalismo y del patriarcado. Pero comprenderlo demanda la descolonización de nuestro sentido común, que seamos impulsores y militantes de la tarea de abrir caminos a otras formas de conocimiento y formas de ser también, liberados de modelos eurocentristas y androcéntricos.

Nuestras agendas de transformación tienen que partir de la incorporación del feminismo y las cuestiones de género como proyecto político, la urgente necesidad de sumar la cuestión de los pueblos originarios y la cultura negra marginada; y el compromiso con la justicia social, el reconocimiento, la solidaridad, la sostenibilidad y la lucha por una sociedad más justa y más igualitaria. Se trata de sostener el sentido pedagógico de la resistencia, en un marco de lucha en la calle.

Reflexionar sobre la participación democrática es fundamental, Freire ya lo planteaba cuando decía que cuanto mas crítico es un grupo humano, tanto más democrático se convierte. Creo que de eso se trata también, de fomentar la crítica como ejercicio constitutivo de la acción transformadora.

Y aunque quieran no voy a negarme a soñar, soñar otra realidad desde el compromiso, la ética, la estética, el activismo, la alegría; con la voz y con el cuerpo, con las voces colectivas y los cuerpos enlazados, con los diferentes colores, lenguas e identidades, con las banderas y la multiplicación de naciones que habitan en ellas, con el barro, el sudor y los callos en las manos.

Es necesario, que cuando rompamos las puertas para escuchar cómo se llama este espacio: esas “otras voces en educación”, no haya pandemia que nos detenga; ¡estoy hoy más que seguro que nunca, desde nuestras trincheras en América latina, que ¡¡¡ venceremos!!!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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OVE entrevista a Giovanni Beluche: pandemia del Covid 19 ha afectado el derecho a la educación en todos los niveles educativos

Entrevista hecha en exclusiva para OVE, por Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina

 

Conocimos al profesor Giovanni Beluche en el marco de las protestas estudiantiles que se generaron en el 2019 en Costa Rica. A partir de ese momento, desde OVE, le hemos pedimos frecuentemente información sobre la situación educativa en la nación Centroamericana. Siempre ha estado dispuesto a colaborar y agradecemos que lo hace de manera expedita, siendo una fuente seria, objetiva y confiable que posibilita contar con información veraz y oportuna para los lectores de nuestro portal.

El profesor Beluche es Doctor en Estudios de la Sociedad y la Cultura y M.Sc. en Sociología de la Universidad de Costa Rica, además Licenciado en Sociología y Profesor de Segunda Enseñanza, en la Universidad Nacional de Panamá. Su experiencia profesional se ha realizado en 13 países de América Latina y El Caribe, en las áreas de investigación, extensión, asistencia técnica, docencia, dirección de proyectos y consultorías diversas. Ha laborado con pueblos indígenas y originarios en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Haití, Honduras, Ecuador, Bolivia, Perú y Paraguay. También ha laborado en programas de formación de maestros y maestras a nivel de grado y posgrado en universidades públicas y privadas. Sus dos libros más recientes son “Educación para el Buen Vivir. Saberes y sentires del pueblo Ngäbe” (autor) y “Masculinidades en la cultura del fútbol” (co autor). Coordina proyectos de Trabajo Comunal Universitario en la Sede Central de la Universidad Técnica Nacional de Costa Rica. Ha ejercido la docencia en la Maestría Centroamericana en Sociología, FLACSO Costa Rica, en la Escuela de Planificación y Promoción Social de la UNA (Costa Rica) y la Universidad de San Carlos de Guatemala. Es académico de la Universidad Nacional y la Universidad Técnica Nacional de ese país.

En el marco de la alianza estratégica entre el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) y el portal de los y las maestras OVE, Luz Palomino y Luis Bonilla-Molina conversan con Giovanni Beluche, con la intención de pulsar su opinión sobre la coyuntura generada por la pandemia del COVID-19 y las perspectivas educativas de corto y mediano plazo. Estamos seguros que su contenido será útil para nuestros lectores y para las investigaciones que auspiciamos.

 

Profesor Giovanni, cuéntanos un poco tu historia de vida, ¿Cómo llegaste a la educación crítica y contestataria?

Primero expresar mi gratitud por tener la oportunidad de compartir mis ideas en un espacio donde tendré la oportunidad de ser leído por diversas personas que conviven en territorios hermanos; sobre todo en estos momentos que demandamos de encuentros y diálogos, aunque sea a la distancia física. 

Desde mi formación y ejercicio profesional siempre estuve vinculado con la educación popular, principalmente con grupos urbanos, rurales e indígenas en desventaja social en diferentes países de América Latina y El Caribe.

La transformación de esas realidades no se puede quedar en el terreno técnico, requiere que los pueblos pierdan la inocencia ideológica y política, se organicen para cambiar sus condiciones actuales mediante estrategias que trasciendan los proyectos productivos.

 

La sociología crítica y los estudios culturales son fundamentales para comprender la realidad y proponer su transformación, pero los cambios sociales serán posibles y duraderos si las comunidades y sectores sociales los encabezan de forma organizada, consciente, emancipada y valiente.

Para esto la educación popular es crucial, de ahí la pedagogía crítica y la vigencia del pensamiento de Freire (como educador latinoamericano), junto con las denominadas epistemologías del sur, los saberes campesinos, la educación para el Buen Vivir, la educación biocéntrica, la pedagogía de la pregunta, la pedagogía de la ternura, el significado de senti – pensar y corazonar, como expresiones de formas alternativas de construir la episteme y la acción político-educativa inteligente, para desaprender y aprender, lo que ha emanado de las experiencias de educación popular y vivencia de los pueblos.

Me atrevo a afirmar que estas expresiones de la pedagogía crítica y contestataria no sólo son nuestros puertos de salida y de llegada, también son nuestra carta de navegación en el maravilloso viaje de la educación. Como lo planteó Freire “La educación no cambia el mundo, pero cambia a las personas que van a cambiar el mundo”

 

Giovanni ¿Cuáles son los elementos más relevantes de la crisis educativa en Costa Rica?

Como sociólogo debo aclarar primero que vivimos en una sociedad que está en una profunda crisis, algunos de sus síntomas: desigualdad, injusticia, polarización social, maltrato a la madre tierra, infelicidad de las personas, exclusión, pobreza material, falta de legitimidad de la democracia liberal. Hemos perdido el sur, por consiguiente, el sistema educativo no está exento de esa situación.

Lo segundo fundamental es rememorar lo que a partir de la Reforma de Córdoba se plantea para las universidades del continente, donde se demanda una educación superior cercana a las aspiraciones de los pueblos (no de los grupos hegemónicos en el poder); es decir, una educación universitaria para mejorar la vida integral de los pueblos en el continente.

No parece haber dudas de que las universidades públicas del continente existen para mejorar la vida de las comunidades, desde el desarrollo de sus áreas sustantivas: investigación, docencia, extensión, acción social y producción. ¿Lo estamos logrando?, ¿estamos incidiendo estratégicamente de forma duradera?, ¿estamos alcanzando los impactos deseados?, ¿qué nos hace falta? Tenemos el deber de revisarnos a profundidad para lograr que nuestro quehacer contribuya a transformar el país, el continente y la sociedad en que vivimos.

Hay mucha presión por parte de los grupos de poder, para que las universidades se conviertan en centros de formación con tendencia tecnocrática utilitaria para los fines económicos. Pero el escenario global que tenemos actualmente nos indica que hoy, como siempre son esenciales los enfoques interdisciplinarios y el trabajo proactivo para salir de esta crisis que vivimos.

Para esta entrevista se me pidió que me concentrara en la educación universitaria, particularmente en las universidades públicas que en Costa Rica son cinco. Me referiré a aspectos generales y comunes de nuestras casas de estudios superiores. Previo a la pandemia del Covid 19 las Universidades públicas de Costa Rica ya corrían riesgos de entrar en situación crítica, debido a factores internos y externos. Sobre los efectos de la pandemia conversaremos más adelante.

Las razones exógenas tienen que ver con políticas fiscales restrictivas que buscan “controlar” los gastos de funcionamiento e inversión, al punto de irrespetar la autonomía universitaria. Entre sus efectos cabe decir que ponen en riesgo las becas estudiantiles, limitan la admisión de nuevos estudiantes, afectan los salarios docentes, el desarrollo de infraestructura, los fondos para investigación y extensión, cierre de oferta académica, reducción de grupos de estudiantes, etc.

Estas medidas restrictivas están acompañadas de una campaña sistemática de los grandes medios de comunicación, dirigida a generar en la opinión pública la idea de que los empleados estatales en general y las universidades en particular, son ineficientes y que las instituciones protegen vagos improductivos que el resto de la sociedad debe mantener. Esto contrasta con la escandalosa evasión fiscal, que casi es igual al déficit fiscal del país, protagonizada por grandes corporaciones nacionales y extranjeras según datos oficiales del Ministerio de Hacienda. Sobre esto último los medios de comunicación casi no dicen nada.

A lo interno de las Universidades públicas hay elementos críticos que deben corregirse y que están poniendo en riesgo la calidad de la formación profesional. Es relevante revisar constantemente el currículo de las diversas carreras para ver a qué modelo país y qué sociedad estamos aportando a construir desde nuestra oferta. Es necesario además revisar qué investigación se realiza, quién define las líneas de investigación y a qué-quiénes benefician esos estudios; de igual manera con las demás áreas sustantivas. La Reforma de Córdoba sigue teniendo un valor referencial que para algunas autoridades universitarias es apenas algo anecdótico.

Es importante además considerar que las universidades se han llenado de profesorado interino, sin estabilidad laboral, que trabaja a tiempo parcial, sin poder dedicarse de lleno al trabajo serio, riguroso y entregado que demanda la educación superior crítica; muchos con salarios bajos que apenas se compensan con pluses como las anualidades. En general, es personal académico que no hace vida universitaria, no va a las bibliotecas, no realiza investigación, mucho menos extensión y se limita a “dar clases” a cambio de un salario extra que le sirve para redondear sus ingresos familiares. Es urgente conformar sólidos equipos académicos, pero con humildad y sencillez para lograr las ideas de comuniversidad, es decir una organización viva, inteligente, sensible, proactiva, versátil y creíble para el pueblo.

Con una mayoría de personas académicas interinas de tiempo parcial, las posibilidades de desarrollo son muy limitadas para las Universidades. Su correlato es que una burocracia administrativa en la gestión superior y un puñado de docentes ganan salarios altísimos e injustificables en un país como Costa Rica. La inequidad es tal que algunas universidades hasta tercerizan servicios de limpieza y vigilancia, para reducir costos en los salarios más modestos, pero no ponen límites a los impresentables sueldos de un puñado de privilegiados. No niego que en este grupo de privilegio hay científicos y docentes de altísimo nivel y sumamente productivos, lo que señalo es lo insostenible e injusto de tal sistema de estratificación salarial y sus consecuencias para la academia.

Es urgente revisar el proceso de reclutamiento y selección en las universidades, ya que se requiere con urgencia personal universitario de alto nivel académico, con habilidades sociales para establecer una relacionalidad generadora de empatías y compromisos y con firme voluntad de generar trabajo cercano a las comunidades.

Sin ánimo de generalizar, en algunas universidades públicas hay unidades académicas donde el sistema de méritos ha dado paso a concursos amañados, en cuyos requisitos sólo les falta poner la talla de la camisa de quien será beneficiado o beneficiada con el proceso. Ojalá fuera para así reclutar los mejores cuadros y reforzar el equipo docente, desdichadamente muchas veces opera el amiguismo y un peligroso sistema de lealtades que va en detrimento de la calidad y la confianza del estudiantado. Es recomendable revisar todo el proceso y favorecer concursos por oposición, donde se mida de la manera más objetiva posible las calidades de las personas concursantes y así se otorguen los puntajes.

Otro factor clave a enfrentar es el inmediatismo prevaleciente en sectores influyentes, dentro y fuera de las universidades, que promueven que la formación sea técnica, por competencias y que responda a las demandas del mercado laboral, en contextos donde tales demandas no necesariamente son de carácter estratégico. Plantean que para competir con las universidades privadas hay que eliminar la formación humanística. Ya hay programas, principalmente de maestrías profesionales, autofinanciadas, con cursos de cuatrimestres y no semestrales.

Sigue siendo un desafío que la educación universitaria estimule el senti pensar, el humanismo científico, el compromiso ético con la construcción de sociedades caracterizadas por la equidad de género, la inclusión, el respeto a las diversidades, la justicia social y el cuido de la Madre Tierra. Una formación que complementa el conocimiento con los saberes ancestrales, donde la técnica sea herramienta de oportunidades, donde la economía esté al servicio de la gente y no la gente al servicio de la economía.

Necesitamos una educación superior que asuma el compromiso de forjar una ciudadanía capaz de pensar en un sentido de vida alternativo, donde la justicia social, la equidad, la igualdad de oportunidades y el bien común estén presentes en el pensar y caminar de nuestra vida en todo el continente.

 

Desde tu perspectiva ¿Responde la formación de los y las futuras maestres a los desafíos de la transformación social en el marco del siglo XXI?

En Costa Rica la formación de maestros y maestras se realiza desde universidades públicas y privadas, en niveles de grado, maestrías y doctorado. Determinar si su formación responde a los desafíos de transformación social del siglo XXI, implica primero la reflexión sobre los modelos de país y regionales a los que aspiramos como sociedades y los desafíos que eso conlleva. Y sobre esto no hay consensos.

La utopía de “otro mundo posible” parte del reconocimiento de que el curso actual de las cosas no es satisfactorio para muchos sectores sociales, para millones de personas que sucumben en condiciones de vida inhumanas.  El capitalismo, sobre todo su versión más deshumanizada que es el neoliberalismo, convierte a la naturaleza en mera proveedora de insumos y a la vida humana en aportadora de fuerza de trabajo, a ambas las destruye en favor de la acumulación de riquezas. Frente a esto no hay una propuesta monolítica, pero sí valiosas aproximaciones que aportan elementos ineludibles, para la transformación social en el marco del siglo XXI.

Cabe preguntarse si nuestras universidades están formando docentes con esa mirada crítica, al servicio de una educación liberadora del espíritu humano, que no sea correa de transmisión de la tecnocracia; que procure una formación que permita a nuestras juventudes insertarse en el mundo laboral, pero como sujetos de derechos y de responsabilidades. Veamos algunas pistas.

Es fundamental que el proceso de formación universitaria de educadores y educadoras revise si está logrando forjar mirada crítica para leer el mundo y luego darse a la tarea de pensar qué personas se están formando en el kínder, la escuela primaria, la educación secundaria; es decir a qué modelo país responden.

La formación de maestros y maestras debe dotarles de conocimiento, pensamiento y capacidades para diseñar-ajustar la currícula y así ejercer una educación intercultural, crítica, contextualizada y pertinente. Eso será posible si hay capacidad para entablar diálogos de saberes y sentires entre seres que se reconocen diversos: educadores, educandos, comunidades y autoridades.

Esa capacidad de escucha respetuosa, será la que posibilite determinar cuáles son desafíos de la transformación social en el marco del siglo XXI. De otro modo seguiremos tratando de imponer las agendas elaboradas desde las altas esferas educativas o desde nuestras propias nociones. Esta capacidad de diálogo social tiene que estimularse desde la academia formadora de docentes.

Necesitamos una educación liberadora, promotora de solidaridad social, eso implica formación política-ética de personas educadoras empoderadas, apuntadas con la pedagogía crítica, con una mirada holista que les hace conscientes de la necesidad de transformar tanto la escuela como la sociedad. Si la universidad no cree en ello y no practica la educación liberadora, no lo podrá transmitir a sus estudiantes. No alcanza con leer a Freire, Maturana y Vygotsky, hay que sentirlo y vivirlo.

Otro de los componentes centrales para que las personas educadoras puedan asumir los desafíos del siglo XXI, es su capacidad para realizar investigación, ojalá investigación – acción – participativa, inspirada en el planteamiento de Falds Borda. Es menester que los planes de estudio contemplen varios cursos de investigación y, por supuesto, que sean asumidos por personas y equipos académicos de experiencia demostrada en tal campo.

A pesar de que se reconoce la complejidad del mundo en siglo XXI, la formación universitaria sigue siendo atomizada y poco interdisciplinaria. Cuesta mucho que se constituyan equipos de trabajo para docencia, investigación y extensión conformados por profesionales de pedagogía, antropología, estudios culturales, sociología, historia, etc. En algunos priva un sentido corporativista que nada aporta en la formación de personas educadoras. Son muchos los desafíos y hay poca tolerancia al cambio y al pensamiento diverso.

Sería bastante largo referirse a tantos desafíos que ponen en cuestionamiento la formación de docentes, que puedan identificar, elaborar y educar en función de las necesidades y retos para la transformación social del siglo XXI.

 

¿Qué ha significado el Coronavirus para la educación? ¿Considera que el COVID-19 y las medidas que se adoptaron en materia educativa afectan al derecho a la educación?

Tanto en las universidades privadas como en las públicas, la mayoría de las carreras universitarias fueron diseñadas para darse bajo la modalidad presencial. La emergencia obligó a transformar los cursos en virtuales, algunos se prestan con mayor facilidad y otros son más complicados. La pandemia del Covid 19 ha afectado el derecho a la educación en todos los niveles educativos, sobre todo por el limitado acceso a tecnologías de la información y la comunicación de amplios sectores sociales.

En las universidades privadas y en los programas de maestría de las U públicas, las limitaciones han sido menores, por la condición socioeconómica de las y los estudiantes, en su mayoría profesionales en ejercicio que tienen celulares, computadoras o tabletas, además de acceso a Internet. La mayor dificultad radica en la posibilidad de las y los estudiantes universitarios, provenientes de hogares en condiciones de pobreza material, para conectarse a las plataformas electrónicas ofrecidas por las universidades. Muchos estudiantes no tienen posibilidades de pagar el acceso a estos ambientes tecnológicos; otros trabajan en el comercio y empresas que pagan el salario mínimo. Entre los trabajadores y trabajadoras del campo normalmente ni salario mínimo reciben.

La crisis evidenció las desigualdades sociales de un país como Costa Rica, en un marco algo contradictorio. La cobertura y penetración de las universidades públicas en las comunidades y sectores en desventaja social es destacable, gracias a los sistemas de becas y a la presencia de sedes regionales en muchas zonas remotas. Sin embargo, la conectividad a la red y la tenencia de los equipos necesarios es limitada en tales sectores humildes, por lo que han quedado excluidos del derecho a la educación. Esto es un problema societal propio de las desigualdades sociales y los bajos ingresos de las familias, un efecto del modelo de acumulación vigente y no es responsabilidad exclusiva de las universidades públicas.

La emergencia del Covid 19 genera una obsesión por la virtualización de los cursos, como si hubiéramos entrado en una posmodernidad en la que el docente que no logre transformar sus cursos en virtuales, es un sujeto atado a la prehistoria. Desde la pedagogía crítica debemos alzar la voz, reivindicar que la formación demanda de una relacionalidad dialógica, un encuentro con los otros y las otras, desde una presencialidad que permite corporizar un pensamiento-acción pedagógica que cobra vida en la interacción de la clase universitaria. En el encuentro cálido, amoroso, respetuoso, combativo y dialógico que tiene su génesis en ese territorio desde donde debemos trabajar.

 

Amigo Giovanni ¿Cuáles pueden ser las alternativas para salir de la actual situación de crisis del sistema educativo?

Primero debo aclarar que esta reflexión la forjo a partir del corazonar que he podido construir gracias a la generosidad de decenas de educadores y educadoras del continente, con quienes he tenido la oportunidad de desaprender y aprender en el transcurso de estos años.

La crisis provocada por la pandemia es muy grave y muy profunda, sus efectos serán duraderos y se requerirá de esfuerzos inéditos para superarla. Hay que pensar para lo inmediato y para lo estratégico, comprendiendo que estamos en un punto de inflexión que bien pudiera ser una oportunidad para reconstruir el sistema educativo desde nuevas bases. No quiero detenerme mucho en lo inmediato, lo cual pasa por solventar las carencias mencionadas antes, relacionadas con la conectividad, facilitar computadoras y tarjetas de acceso a Internet. Cuando las autoridades sanitarias lo autoricen y guardando el distanciamiento, usando mascarillas y demás, habrá que habilitar planes remediales para compensar el tiempo de aislamiento. Pero ahora, la prioridad debe ser el cuido de la salud física y mental de las familias, lo que incluye la alimentación.

Podemos aprovechar el aislamiento social para avanzar algunas reflexiones sobre la necesaria transformación del sistema educativo, válidas desde antes de esta crisis y que nos ayudarían a salir fortalecidos. Algunos economistas dicen que la profundidad de esta crisis supera los efectos del llamado crack de 1929, superarla conlleva una alta dosis de colectivismo y menos individualismo. Desde la educación es la oportunidad para trascender los centros educativos y edificar comunidades educativas, en las que se articulan Estado, docentes, estudiantes y comunidades.

Lo antes dicho tiene varias implicaciones para la formación de maestras y maestros. Hay que superar la idea de que la cognición se limita a procesos racionales, entendiendo que las emociones, las percepciones y los pensamientos constituyen una ecuación que da lugar a la acción. Las y los educadores comprometidos con la creación de comunidades educativas son capaces de revisar las diferentes dimensiones del quehacer pedagógico, como la mediación, la evaluación, los materiales didácticos, los vínculos con las comunidades, etc.

La capacidad de diálogo sincero facilita alianzas con estudiantes, padres, madres, líderes comunales y demás fuerzas vivas presentes en el entorno. Se nutre del conocimiento del contexto que puede alcanzarse mediante la investigación – acción – participativa. La comunidad deja de verse como fuente de información y se constituye como actor en el devenir de su propio destino. Las maestras y maestros formados en la pedagogía crítica, son personas inspiradoras, orientan procesos, hacen propuestas, ayudan a dar forma a las ideas de las personas comuneras, enseñan a gestionar ante la institucionalidad y, principalmente, estimulan la auto organización comunitaria.

Las y los docentes formados en la pedagogía crítica, también enseñan con la desobediencia ética en su lucha contra un sistema burocrático que hegemoniza y les impide atender con seriedad, entrega y compromiso lo que demanda su pueblo, su país, el mundo.

La universidad debe proporcionarles la formación interdisciplinaria que necesitan para afrontar estos desafíos. No se trata de que las maestras y maestros tengan una formación enciclopédica, sino que tengan capacidad para dialogar con la realidad, con su pueblo y con profesionales de diversas disciplinas. Pero, no basta con la formación durante la carrera, la complejidad de los desafíos obliga a acceder a la formación continua, ofertada por las universidades y por el propio Ministerio de Educación Pública, que favorezca el intercambio de experiencias entre pares nacionales e internacionales.

Aspiramos a un sistema educativo que favorece la meta cognición y la producción social del conocimiento. Para lograrlo las y los docentes tienen que transferir paulatinamente la centralidad del trabajo en el aula hacia las y los estudiantes. Ir más allá del aula, conscientes de que la formación de la niñez y las juventudes oscila entre la escuela, las familias y las comunidades. Las personas docentes acompañan, facilitan, orientan, estudian, generan preguntas y escenarios de aprendizaje con profesionalismo y amorosidad. Así procuraremos que el sistema vaya alejándose de la estructura de asignaturas en favor de una concepción más holista, crítica, vivencial y significativa.

Pasar de centros educativos a comunidades educativas, escuelas de tiempo completo, abiertas para que las comunidades aprovechen en las noches o los fines de semana la inversión en infraestructura que se hizo con recursos públicos. Las maestras y maestros son agentes dinamizadores de nuevas relaciones sociales en las comunidades, eso consume tiempo y esfuerzos. No pueden seguir esclavizados con tanta labor burocrática, desgastante, informes, etc.

Las personas educadoras deben comprender que son fundamentales para construir un proyecto civilizatorio alternativo, por eso deben estudiar y exigir a las universidades donde se forman, el acompañamiento permanente para enarbolar el pensamiento y la acción crítica en su caminar.

Necesitamos dar vida a un proyecto sociopolítico pertinente para el logro de comunidades saludables, solidarias, críticas y colmadas de bienestar; las y los educadoras históricamente nos han inspirado como sociedad, basta conocer el caminar de Carmen Lira, Luisa Gonzáles, Omar Dengo y tantas otras en el caso costarricense y cientos más en nuestro continente. Pero no podemos dejar solos a las y los maestros en esa irrenunciable tarea, la educación es un deber de todas y todos; por eso tenemos que tener claridad ideológica, política y ética del trabajo que toca aportar para construir el mundo que merecemos vivir.

La realidad es desafiante, hay que atreverse a dar pequeños pasos con un destino claro, hacer que el mundo sea habitable, solidario, lleno de paz y en armonía con la Madre Tierra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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