Page 17 of 22
1 15 16 17 18 19 22

Tatoj

Por Ilka Corado

La última vez que lo vi me dijo mi Tatoj:  “Prieto, me voy a morir,” fría y directa como es natural en mí, le contesté quitada de la pena: “Tatoj, no te ahuevés, todos nos vamos a morir”.  Casi al mes de esa conversación falleció mi Tatoj, la noticia nos tomó  a distancia,  en la diáspora,  a miles de kilómetros de Guatemala,  hace apenas 5 días.

Soy la hija que desde la adolescencia menos lo abrazó y menos lo acarició, soy la hija más  herida, la única vehemente. Sin embargo de sus 4 crías soy la que más lo disfrutó y sucedió en mis primeros años de infancia; esa relación le dio raíces profundas y fuertes a mi vida.

Tenga el privilegio que a mi papá yo no necesito verlo en una fotografía, basta con verme al espejo pues físicamente soy idéntica a él.  Tengo sus gestos, la forma de sus ojos, sus labios, sus cejas, su color de piel y sus piernas rollizas. Sonrío como él.  Le heredé el amor por los deportes y las actividades al aire libre, el amor a la tierra y al monte. Y hasta me paro como él. La poesía y mi afinidad por las artes también son suyas. Tengo el privilegio de haberle heredado hasta la  locura. ¿Qué más necesito? Nada.

A mi papa le celebro la vida, pues vivió y vivió con ganas.  No me visto de negro porque no creo en esas cosas, tampoco en los rezos ni en encender cirios blancos para el descanso de su alma. Mucho menos en la culpa de llenarle la tumba de flores, ¿ya muerto para qué?, no las va a ver.  Soy de las que piensa que es en vida, lo demás es hipocresía  o culpa. Pienso también que no hay más allá, ni cielo ni infierno;  que todo está aquí en vida, que  la muerte es un sueño profundo del que no se despierta nunca, es un descanso eterno.

Dos cosas me cambiaron la vida para siempre: una fue conocer la miseria en la que nacieron y crecieron mis padres, esa crueldad de dejar el pellejo y los sueños en los campos de algodón siendo apenas niños, la otra fue conocer la tierra donde nació mi Nanoj y nací yo. Aquella pobreza que le seca el alma a cualquiera me hirió de por vida.

Enterarme que mi papá los primeros años de su vida los pasó durmiendo en las calles junto a sus hermanos, pues sus padres se habían separado y mi abuela los dejó con   mi abuelo alcohólico (poeta natural) a quien le daba la noche en las cantinas del pueblo. Un paria desgastado por el trabajo duro de jornalero, también sobreviviendo en la miseria y la exclusión,  a quien su padre no quiso reconocer pues nació fuera del matrimonio.  Y creció a distancia de sus hermanos, familia acomodada de buenos recursos  en el pueblo.

Y ahí en la calle debajo de la carreta de bueyes se quedaban a dormir sus hijos a quienes cargaba  todo el día mientras él amansaba bestias, pues ése era su trabajo aparte de cortar hojas de tabaco en las fincas.   Cuentan que mi abuelo paterno le hacía poemas a las flores, a los ríos y a los árboles, los memorizaba porque  no podía leer ni escribir.  El primer y el único poema que me sé de memoria me lo enseñó mi papá cuando yo estaba en cuarto primaria, son versos que andan en los caminos reales en su pueblo natal.

Mis abuelos eran analfabetas.  Mis tíos y mis padres que no llegaron ni a tercero primaria, pues estudiar era un lujo al que ellos no tenían acceso, empezaron a trabajar a corta edad para ayudar en la crianza de los hermanos pequeños, de la misma forma en la que nos tocó a mi hermana mayor   y a mí.

La pobreza  en la que crecimos era un lujo comparada con la miseria  y las carencias con las que crecieron mis padres y mis tíos. Mi infancia de trabajo y escasez y conocer mi raíz a través de las vidas de mis padres y  mis abuelos, desde muy corta edad me hicieron ver la vida de forma distinta: sin filtro, a quema ropa y en carne viva.  Desde ese despertar a la realidad yo me prometí regir mi vida con la dignidad de mi herencia ancestral, que todo lo que hiciera y a donde fuera sería  para honrar la infancia de mis padres, a mis abuelos y bisabuelos. También al comprender mi realidad decidí no tener hijos para que nuestra historia no se repitiera en ellos.

De los  8 años a los 23, (edad en la que emigré) tengo pocos recuerdos con  mi padre pues comenzó a trabajar de piloto de tráiler y lo  veíamos  una o dos veces al mes, que solo llegaba un día o dos a cambiar de ropa y se iba. Lo que me aferra a él, a su olor de piel, a sus abrazos es mi primera infancia. Cuando se iba lo extrañaba tanto  pues solo pasaba pegada a él,  me ponía sus zapatos y sus camisas a cuadros, eso me hacía sentirlo cerca.  Pasaron los años y   vinieron las heridas, enterarme que mi padre también era humano y hombre  y que tenía defectos, mi forma de verlo y sentirlo  cambió para siempre. Lo aprendí a querer de otra manera.

Tengo recuerdos jugando fútbol con él, haciendo barriletes juntos, yendo a cortar leña, haciendo adobe juntos, yendo al mercado La Terminal juntos. Y gracias a esa primera infancia como piña todos los días, por reverencia y agradecimiento  a mi padre, pues cuando íbamos comíamos piña  cerca de las ventas de papaya y sandía:  un ritual que  fue solo nuestro.  Por sus cejas que también heredé no me depilo las mías, verlas idénticas a las suyas alegra mi vida  y ha sido mi forma de tenerlo cerca.

Un recuerdo que mantengo intacto, fue una vez que mi Tatoj estaba sin trabajo y lo llamaron  para ir a cargar unas cajas de libros a una editorial, yo tendría como 7 añitos y lo acompañé, aquel hombre sudaba cargando y subiendo las casas al camión, cuando terminó le preguntaron si quería que le pagaran o  una caja de libros. Mi papá que hizo hasta segundo primaria y que no tenía noción de lo que eran los libros, prefirió la caja de libros, que resultó ser la colección completa de José Milla y Vidaurre. Llegamos a la casa con la caja y sin dinero, comimos tortillas con sal, pero mi padre tenía libros para sus hijas. En ese tiempo sólo éramos mi hermana mayor y yo, los cumes no habían nacido. En el instante en el que mi papá cambió el dinero por los libros a pesar de la necesidad de comida, me cambió la vida, me la estaba marcando para siempre, no lo supo él ni yo en ese momento, lo entendí con los años. ¿Qué más necesita una hija de un padre? Nada, más nada.

A mis padres nunca los he podido ver como lo que son, los veo como hermanos, ni siquiera hermanos mayores, pues como resistencia a la vida decidieron mantener la edad mental de la adolescencia  y es algo que comprendo muy bien y que no les cuestiono porque cada quién se enfrenta a la vida como puede. De dicha lograron criarse ellos y criarnos nosotros, desde temprana edad nos tiraron a la vida, como quien lanza una piedra al vacío de un acantilado; suficiente muestra de amor, pues con eso nos dieron la libertad de decisión y acción y la fuerza inquebrantable de los parias.

Los recuerdos más íntimos que tengo con mi padre  me los llevo conmigo hasta la tumba. Son suyos y míos.

Mi  Tatoj ya está descansando, vivió su vida como pudo y como quiso dentro de sus carencias emocionales y económicas, de la misma forma en la que yo estoy tratando de vivir la mía. Raíz profunda de mi vida, me deja la honradez y la dignidad de levantar la cara, de no ahuevármele a la adversidad y ponerle el pecho a los pijazos que sean. Agradezco la noción de familia con la que nos criaron y la inestabilidad emocional y económica que al final nos ha dado la fortaleza para enfrentar lo que hay afuera, eso ninguna universidad lo da, eso se trae como herencia ancestral.

A mi Tatoj lo honro con mi vida, con  mi actuar de todos los días, no hay más, es eso o nada.  Tengo el orgullo de ser hija de dos  parias, campesinos, jornaleros que retaron  a la adversidad formando una familia, (desquebrajada y despeltrada) con la que llenaron de esperanza la desventura de la miseria.

A la salú de mi Tatoj, que allá donde esté, ¡por seguro que anda encaramado en su caballo de patas blancas! Cualquier día lo alcanzo.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2017/02/21/tatoj/

Ilka Oliva Corado. 

Blog: Crónicas de una Inquilina

Facebook: Ilka Oliva Corado.

Twitter: @ilkaolivacorado

Telegram: https://telegram.me/cronicasdeunainquilina

Facepopular:Ilka Oliva Corado

Youtube: Ilka Oliva Corado

Flickr: Ilka Oliva Corado

Blog de fotografía: En mi lente choteador.

Libros publicados

SoundCloud: Ilka Oliva Corado 

Imagen tomada de: https://www.soydezaragoza.es/wp-content/uploads/2015/03/marisa-soria-atardecer-piruli-zaragoza.jpg

Comparte este contenido:

El muro de Trump contra América Latina

Por: Ilka Oliva Corado

Sin ir tan lejos, el muro que pretende construir Trump no detendrá la inmigración forzada de latinoamericanos, porque se debe a la política externa de Estados Unidos y su injerencia en América Latina. Primordialmente. El asedio constante, la intromisión en asuntos internos de otros países que toma como propios. El saqueo despiadado en tierras que siempre ha vulnerado a su antojo.

Si especificamos la migración de centroamericanos y mexicanos hacia Estados Unidos y nos adentramos un poco en la historia de los últimos 50 años en la región, veremos con detenimiento el papel que jugó el Plan Cóndor y las dictaduras impuestas que dieron paso a la creación de gobiernos neoliberales que responden a mandatos estadounidenses.

Las personas no se van porque es un lujo vivir en Estados Unidos, se van porque son obligadas a salir de sus países de origen. Las obligan los gobiernos corruptos con políticas clientelares e impunes que benefician a las grandes corporaciones de la oligarquía y del extranjero.

Estados fallidos, las grandes mafias que pululan en el sistema de justicia, de educación, de salud. La carencia de una infraestructura adecuada. La nula oportunidad de desarrollo que ofrezca y respalde una vida saludable e integral. Las razones están a flor de piel, son visibles y palpables, no podemos ser inmunes a la tragedia de la migración forzada. Ni nosotros como ciudadanos, ni la mediatización y mucho menos los gobiernos del país de origen, traslado y llegada.

Trump lo sabe, sabe que sí ayudaría y bastante eliminar la versión renovada del Plan Cóndor. Terminar de tajo con el carácter injerencista de las embajadas estadounidenses al sur del río Bravo. Devolver lo robado. Dejar de promover, manipular y llevar a cabo golpes de Estado.

Sacar de los países latinoamericanos la bases militares estadounidenses que de misiones humanitarias no tienen nada.

Si Trump realmente quiere terminar con la inmigración forzada de latinos hacia Estados Unidos, debe cortar de tajo con el Plan Mérida, el Plan Frontera Sur, el Plan Maya-Chortí , el Plan Alianza para la prosperidad, más al sur el Plan Colombia. Eso para comenzar.

Terminar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana. El Tratado de Libre Comercio Chile-Estados Unidos. El Tratado de Libre Comercio Perú – Estados Unidos y, por supuesto dejar de insistir en que Suramérica le dé el sí con el Área de Libre Comercio de las Américas.

Porque todos estos tratados son nada más renovaciones del Plan Cóndor disfrazados de políticas de inclusión y hermandad entre países; son injerencias aceptadas por los gobiernos de carácter corporativo que solo benefician a las oligarquías y a Estados Unidos. Son maquinarias de destrucción masiva de vidas humanas y del ecosistema de Latinoamérica. Empobrecen más la región y la destruyen.

Mientras Estados Unidos no deje su injerencia en América Latina, no habrá muro que sea capaz de detener la migración forzada. Por más deportaciones masivas, la gente necesita comer y a Estados Unidos viene a buscar el sustento que le niega y le roba su país de origen.

Lo triste de todo esto es que, mientras se firman Acciones Ejecutivas y palabras van y palabras vienen, miles siguen muriendo en la frontera de la muerte, miles siguen siendo secuestrados, torturados y desparecidos, en su paso por Centroamérica y México buscando llegar a Estados Unidos. ¿Qué gobierno firmará una Acción Ejecutiva para detener ese genocidio de indocumentados? ¿Quién se indignará ante tanta tragedia?

No es un muro, es la injerencia de Estados Unidos en Latinoamérica.

Posdata: Ya que estamos en éstas, ¿cuándo firmará una Acción Ejecutiva para eliminar el Decreto contra Venezuela? Digo, aprovechando lo de la feria de firmas de Acciones Ejecutivas.

Fuente: https://www.aporrea.org/internacionales/a240569.html

Comparte este contenido:

Buen viaje, don Horacio Guarany

Por: Ilka Oliva Corado

Siento un amor profundo por Suramérica y, eso es gracias a Violeta Parra que me embrujó con su poesía y su canto. Junto a ella Mercedes Sosa, otro de mis grandes amores.

Me acabo de enterar de la muerte de Horacio Guarany, y vienen de golpe los recuerdos de los primeros años de mi destierro, la fría soledad y la desolación del auto exilio, las noches de pesadillas e insomnio, las madrugadas gélidas en la lejanía. La añoranza por mi terruño amado en un país desconocido, en medio de un mar de culturas e idiomas, sola en mi soledad.

La melancolía por los celajes de mi Guatemala, las montañas verde botella, las calles empolvadas de mi arrabal, los cerros de mi natal Comapa, aquello que fue mi raíz y mi sustento durante los primeros 23 años de mi vida, ya no estaba ahí. Yo estaba lejos, a miles de kilómetros sin un punto fijo, sin tierra firme, sin horizonte alguno y con mis alas rotas. Sintiéndome fracasada e inservible.

Una agonía perenne con carácter de irreversible me consumía lentamente, un rechazo automático a lo que no era propio, y me hundí en el alcohol que fue mi compañero fiel en aquellos años de depresión profunda. El único que me mantenía sedada para no sentir ni pensar, para no saberme extranjera y en la diáspora sin camino qué seguir. Herida y moribunda.

Años duros con fuertes batallas emocionales fueron aquellos, una lucha de vida o muerte contra los infiernos internos que se presentaron poderosos para aniquilarme.
Y en aquella oscura soledad aparecieron Violeta Parra y Mercedes Sosa que me presentaron a los cantores de la Suramérica que tanto amo, entre ellos Horacio Guarany.

Una Suramérica desconocida en su totalidad para mí, que fui conociendo poco a poco gracias a una computadora que fue la primera estafa que viví en este país, esa computadora era mi recurso para entrar al mundo del internet y descubrir todo aquello que me maravilló de la trova suramericana. Como el insomnio no me dejaba dormir y cuando lo lograba las pesadillas de la frontera me despertaban, a sacudones, entre gritos y sobresaltos, entre lágrimas y renuncia; acudía a la computadora que me mantenía ocupada toda la noche y toda la madrugada hasta el amanecer, que era otro tormento porque no había paso para el inconsciente.

Gracias a la estafa de esa computadora mi mente se mantuvo ocupada mientras escuchaba música de los trovadores de Suramérica y leía de otros parajes ajenos a mi infancia en mi arrabal.

Gran diferencia generacional me separaba de los trovadores de la Latinoamérica soñadora, y sin embargo se convirtieron en mi refugio. Su poesía y su música le dieron vida a mi corazón migrante y destrozado. Acompañaron el terrible dolor del desarraigo.

Gracias, don Horacio Guarany, por haber sido mi refugio junto a los trovadores del Sur, en aquellos años de desamparo, que en la cuerda floja ayudaron a fortalecer mi carácter y mi espíritu. Mi amor y mi reverencia a la Violetona Parra y a Mercedes Sosa, por tanto.

La poesía y la música, curan, claro que sí.
 
Fuente: Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2017/01/13/buen-viaje-don-horacio-guarany/

Comparte este contenido:

El descaro de ser articulista desde Estados Unidos

Por: Ilka Oliva Corado

Por lo menos una vez al día recibo mensajes de lectores que me dicen cuestiones como ésta: “no puedo creer que escribiendo como lo hace, usted viva en Estados Unidos, debería vivir en América Latina,” otros que van con el machete desenvainado: “claro, escribe desde la comodidad de Estados Unidos.” Con esto, en ambos lados buscando desvirtuar mi expresión.
Antes me enojaba mucho, más cuando era gente “humanista” la que me escribía estas cosas. Debo decir que es gente de izquierda más que de derecha la que se dirige a mí con este tipo de pronunciamientos. Ven como traición que yo viva en Estados Unidos y escriba artículos sobre política latinoamericana.
Sin embargo, una cosa es la clase política y la oligarquía y otra la sociedad. La sociedad estadounidense es tan común como cualquier otra, no tiene nada de especial que la haga extraordinaria y nada que la haga más malvada que las demás. La clase trabajadora es la misma en todas partes del mundo. Los parias somos universales.
Comprendo el pensamiento porque de alguna manera lo tuve cuando vivía en Guatemala y todo mi mundo era mi pequeño y hermoso país, pero emigrar me dio una visión más realista de la diáspora. Convivir con personas de otras nacionalidades y culturas también me ha ayudado a formarme otro tipo de criterio, más cimentado, por supuesto, más humano y menos arrogante. Me ha ayudado a dejar la soberbia de ser guatemalteca sobre todas las cosas y aceptarme sin fronteras, con la humanidad como patria. Esto lleva tiempo, no se da de un día para otro. Y se necesita también un tipo de desprendimiento y humildad que solo la da la experiencia de vivir el día a día.
No hay escuela más dura que la de emigrar, porque esto significa salir de la zona de confort, uno se va con la piel en carne viva y como único recurso la memoria y la identidad. No hay más, por más dinero, por más desgracias, por más desolación o por más comodidades; en el alma ninguna de estas trivialidades terrenales tiene cabida. El exilio marca la vida de todo ser humano, no es para bien ni para mal es para un crecimiento espiritual. No cualquiera lo resiste, no cualquiera lo sobrevive, no cualquiera se arma de valor y enfrenta lo desconocido con dignidad. Lo cualquiera se lanza al vacío sin paracaídas.
Por supuesto, si yo viviera en cualquier otro país en cualquier lugar del mundo no sería tan atacada, pero como vivo en Estados Unidos, diríamos que es mi talón de Aquiles como articulista. Lo más fácil sería que dejara de escribir para no recibir estos ataques e insultos diariamente y acomodarme en el silencio y el limbo para estar a salvo. Pero lo fácil me huele a cobardía y llega ese momento en la vida en que el propio reflejo en el espejo nos pregunta si vamos nadar contra la corriente o a escondernos en el lugar más oscuro y desolado, donde nadie nos encuentre.
¿Por qué no tengo derecho a vivir en Estados Unidos? ¿Por qué tendría que sentirme traidora y avergonzada? ¿Acaso no es parte de la tierra? ¿Acaso yo como ser humano no tengo derecho a emigrar y decidir vivir donde yo quiera? ¿Para qué es la tierra entonces? ¿Por qué obligatoriamente tengo que vivir en cierto país o en cierto continente?
Por ejemplo me critican con ferocidad pero esos “humanistas” que me acusan de traidora por vivir en Estados Unidos, en ningún momento dicen: veníte a nuestro país y te conseguimos trabajo y una beca en la universidad para que estudiés y te preparés, aquí entre nosotros “humanistas de izquierda” te conseguimos un lugar dónde vivir, porque lo merece porque amás a Latinoamérica. No, qué esperanzas porque al final, a ninguno de ellos les interesa el bienestar de otro ser humano y mucho menos si se trata de aportar para el crecimiento intelectual de esta persona. Son más egoístas que la derecha más recalcitrante. Son la excelencia para criticar, eso sí.
Conozco la pobreza, la miseria, la exclusión, conozco el trabajo arduo desde mi infancia, sé lo que son las carencias emocionales y económicas. No le tengo miedo a eso porque lo he vivido toda mi vida, pero también tengo derecho a decidir dónde vivir y en dónde mi corazón sienta paz y mi espíritu serenidad. En este momento de mi vida es Estados Unidos, no sé si en el futuro será otro el país o el mío propio. Y si decido quedarme aquí para el resto de mi vida también es mi derecho.
Creo que como humanidad nos hace falta un poco de respeto hacia el otro, comprender que todos tenemos el derecho a decidir, que esa decisión debe ser respetada y que lo importante no es dónde vivamos sino qué aportemos al mundo como seres humanos para transformarlo. ¿Se imaginan todos viviendo en un mismo lugar, con la misma cultura, rituales, formas de pensamiento? La belleza de nuestra especie es la diversidad, es lo que nos engrandece.
¿Acaso no les da felicidad que una latinoamericana viviendo en Estados Unidos ame la Patria Grande, o esperan de mí artículos donde la menosprecie y también a nuestros Pueblos Originarios?
Quítense de la cabeza esa telaraña de dónde vivo, porque ustedes no me dan de comer y no me ayudan a pagar las cuentas, es mi trabajo, sino están de acuerdo con lo que escribo pues no es obligación que me lean, evítense escribirme e insultarme porque son ustedes mismos los que se hacen daño, a mí no me causan ninguno. Ya no.
Y todo esto sucede, ¿saben por qué? Porque soy mujer y me doy el derecho y el lujo de escribir artículos de opinión que tienen que ver con política e ideología. Esos señalamientos e insultos son patriarcales, porque aún hoy en día a las mujeres nos siguen catalogando como inferiores a los hombres.
Si mis artículos trataran trapeadores y pañales de bebé, pasaría inadvertida la tierra donde vivo. Si escribiera de mis carencias emocionales, sería una débil y loca más que lo que necesita (según el patriarcado y muchos humanistas de izquierda) es un marido que se la coja todos los días y tener hijos para encontrar la estabilidad emocional. Nuestro peor enemigo como humanidad es el patriarcado. Tal vez sí, soy una descarada total, como dicen muchos de ustedes, por atreverme a enfrentar al patriarcado (que no respeta ideologías) a mí manera, desde la “comodidad” de Estados Unidos.
En fin, nos creemos inmortales y apenas somos hojas secas que sopla el viento, solas no hacemos nada, en cambio juntas somos una hermosa hojarasca.
Como dijo Cristina, “La Patria es el otro,” cuando lo entendamos vamos a poder avanzar como humanidad. Sí, Cristina, la yegua esa con la que no pudo Obama ni la ultra izquierda latinoamericana.
Fuente: https://www.aporrea.org/ideologia/a239891.html
Comparte este contenido:

¿Agoniza el progresismo latinoamericano?

Pregunta rutinaria que repiten una y otra vez los medios de comunicación de carácter corporativo, como parte de la manipulación mediática con la que adormecen a las masas amorfas. Falacias que son hoy por hoy el brazo armado del neoliberalismo impulsado post dictaduras, como modalidad del capitalismo añejo de siempre. A la cabeza un periodismo fraudulento de quienes se venden con la urgencia de la infamia. Lo secundan atentos quienes solapan con el silencio, desde la comodidad del desfalco, el beneficio del abuso, el clasismo, el racismo y la exclusión.

¿Agoniza el progresismo latinoamericano?

Con la cantidad de zarpazos a traición que ha recibido este último año, el progresismo debería estar borrado del mapa, pero es tal y como los desaparecidos de las dictaduras y los mártires de la historia latinoamericana: Memoria Histórica, lealtad, conciencia y resistencia. Es como los Pueblos Originarios: inmortalidad.

Cristina debería estar en alguna isla paradisiaca gastándose los millones que dicen que robó, o bien impartiendo cátedra en alguna universidad de Estados Unidos, como muchos ex presidentes que se arrodillan ante el capital. Dilma y Lula, ladronazos según la desinformación mediática, deberían estar gozando a sus anchas el fruto de la traición. Cuba, después de Fidel debería estar rindiéndose ante las fauces estadounidenses e implorando perdón ante la insolencia de haberse atrevido… Pero no hay Cuba después de Fidel, Cuba es Fidel.

 Venezuela, con la infinidad de golpes blandos que recibe prácticamente todos los días, debería estar fulminada, con Maduro en Guantánamo acusado de terrorista y dictador, o bien asesinado en algún juicio de esos que inventa la derecha y Estados Unidos, como le sucedió a Gaddafi (¡qué la historia no lo olvide!) y la ultraderecha al mando del país y los saqueos millonarios.

Evo, que ha honrado a la Bolivia marginada debería ser un “indio patas rajadas” preso político en su propio país, por la insolencia de haber levantado la cara, ver de frente y alzar la voz por los suyos, por el pueblo boliviano milenariamente humillado y explotado. Por la decencia de haber nombrado y visibilizado lo que las mentes colonizadas menosprecian.

Correa, que le ha dado a Ecuador lo que ningún presidente en su historia, ha sido terriblemente calumniado dentro y fuera de su país. Y si a golpes blandos nos referimos, él como todos los presidentes progresistas también los ha tenido.

Razones por las cuales el progresismo en la Patria Grande debería estar muerto hay muchas, infinidad. ¿Pero qué sucede que no termina de sucumbir? ¿Por qué ha resistido tanto? Porque nace de la humanidad, la solidaridad y el compromiso social con los pueblos de la América Latina y el mundo. Nace de la identidad latinoamericana de los Pueblos Originarios.

El progresismo nace con Chávez, Lula y Néstor aquel 05 de noviembre en la IV Cumbre de las Américas en el instante mismo en que le dijeron no al ALCA, no a la injerencia de Estados Unidos.

Vienen como retoños de los mártires, de los desaparecidos, de los parias que a través de la historia del tiempo han sido humillados, explotados y golpeados por el sistema, la injusticia y la impunidad.

El progresismo viene con el Niño Arañero, el gran soñador de la Venezuela hermosa y de la Suramérica lozana. Nada más y nada menos que el propulsor de la Revolución Chavista. Viene con el abrazo hermano entre Cuba y el resto de la Patria Grande: cuando crean Chávez y Fidel, La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América. Cuando se unen en un solo corazón la Revolución Cubana y la Revolución Bolivariana.

Al contrario de la desinformación mediática y los ataques constantes de la OEA y el golpe traidor del Mercosur ahora con Temer y Macri, que quieren sacar a Venezuela para desestabilizar al país y al progresismo, éste sigue en resistencia. Vemos a Cristina, Dilma y Lula en Argentina y Brasil, haciendo frente y en las calles, como pueblo que son, entre el pueblo y con el pueblo. Vemos a Maduro, Evo y Correa haciendo lo suyo en sus países y fortaleciendo la integración y estabilización de la América Latina milenaria.

La mediatización es poderosa y el capitalismo es genocida, no dejarán de insistir en la injerencia y la manipulación, no dejarán de atacar con saña de águila imperial, porque Latinoamérica a pesar de la invasión, de los genocidios y de los saqueos milenarios, sigue siendo La Patria Grande que resiste con la identidad inquebrantable de Pueblos Originarios.

¿Agoniza el progresismo latinoamericano? No, está más vivo que nunca, y resiste con honra, conciencia, humanidad y amor. Con lealtad, y Memoria Histórica.

Audio: https://soundcloud.com/ilka-oliva-corado/agoniza-el-progresismo-latinoamericano
Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/12/14/agoniza-el-progresismo-latinoamericano/

 

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/Agoniza-el-progresismo-latinoamericano-20161214-0007.html

Imagen: static.wixstatic.com/media/c06360_e1d6944da9b64a7c9eb51391ac2ae27e.jpg/v1/fill/w_620,h_451/c06360_e1d6944da9b64a7c9eb51391ac2ae27e.jpg

Comparte este contenido:

En Guatemala, a los parias por parias

Por Ilka Oliva Corado

Pesa la doble moral. Es fácil dividir a las personas por categorías y a partir de ahí decidir cuáles merecen que levantemos la voz por ellas.  Es fácil, también, aparentar cierta humanidad cuando ésta nos traerá beneficio personal.

En Guatemala, a  los parias por parias

Es mucho más fácil aún, etiquetarse como feministas, rojos, revolucionarios y de izquierda, porque da para los viajes, las conferencias, los codeos y los sueldos.  Pero la humanidad no tiene nada que ver con etiquetas, la humanidad es la esencia del ser que siente, piensa y actúa ante la injusticia de todo tipo, sin distinción de ninguna.

Hace unas semanas violaron y asesinaron a una joven en Argentina, lo cual motivó a una manifestación de todo el continente en la que participó Guatemala y muchas organizaciones, grupos y entidades feministas, se vio a jóvenes desnudarse y enseñar las tetas y las nalgas en señal de protesta,  (exhibicionismo para mi criterio) se dio pues aquel gran espectáculo que al día siguiente salió en los medios de comunicación.

Como punto y aparte, yo Ilka Oliva Corado no comparto el que una mujer tenga que enseñar las tetas para expresar inconformidad ante el sistema patriarcal y sus injusticias, si hay cerebro hay que utilizarlo, si hay voz, si hay creatividad, si hay cólera y humanidad. Pero eso sí, defiendo a que todas las personas tengan el derecho a expresarse como mejor lo crean.

Si una mujer quiere enseñar el clítoris en una pantalla gigante en el centro de la plaza de su país y que con esto cree que está aportando a una concientización sobre la violencia de género, que lo haga, es su derecho,  pero eso sí, que no piense que representa a las mujeres en general y que también todas apoyamos y respaldamos  su moción de que aquello es una exposición artístico-política. Paso…

Si hay que enseñar algo que sea el rostro, con la frente en alto, para que quien nos vea y nos escuche sepa quiénes somos y desde dónde viene nuestra denuncia y  que la respaldamos con nuestro nombre y nuestro origen. Si es por escrito también, que sea nuestro nombre y nuestra firma los que la respalden.

Hace unos días violaron y ahorcaron a una niña de 8 años, en Zapaca.  Paria. Expongo que era paria, no era rubia ni blanca ni tenía ojos claros. Lo digo porque eso tiene mucho que ver, para que la sociedad en sí, y organizaciones, grupos, entidades y artistas feministas decidan si vale la pena pronunciarse ante semejante ingratitud.

Y es cuando uno se pregunta, ¿de qué tamaño es la doble moral de las personas? ¿Qué es lo que hace que el pronunciamiento venga por unas y no por otras? ¿A que se firmen comunicados por unas y no por otras? ¿A que unas enseñen las tetas y el hígado por unas y no por otras? ¿A que unas con las puntas de los pezones excitados, (por la cantidad de miradas observándolos en la vía pública) hagan contorcionismo por unas y no por otras?

¿A qué se debe esa falta de respeto a las ancestras que fueron golpeadas, violadas, señaladas, asesinadas para que hoy en día exista el feminismo y la mujer pueda exponer su sentir y su pensar con toda la fuerza de su cerebro y su alma?

¿Por qué por la niña de 8 años, paria, no se movilizaron con carteles, con “expresiones artísticas” con desnudos, con sus voces? Va para el feminismo que se desmenuzó en “creatividad” el día de las  manifestaciones en Latinoamérica por la muerte y la violación sexual de la joven argentina. Y va también para la sociedad en general, que el año pasado se movilizó por su lucha contra  corrupción.  Aquí es cuando se pregunta, ¿qué es una vida de una paria comparada contra la oportunidad de fotografía y plataforma?

Queda comprobado una vez más que los parias, somos lo mismo en cualquier lugar del mundo.

Y por si queda duda, lo vuelvo a repetir, no soy feminista, soy paria y si me quieren etiquetar llámenme vendedora de mercado.

Y si alguien pregunta quién escribió esto, firmo con mi nombre y me hago responsable de lo que aquí está escrito.

Blog de la autora:  https://cronicasdeunainquilina.com/2016/12/03/en-guatemala-a-los-parias-por-parias/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunainquilina.com

 

Fuente: http://www.telesurtv.net/bloggers/En-Guatemala-a–los-parias-por-parias-20161203-0003.html

Imagen: Kaosenlared.net/wp-content/uploads/2016/12/argentina-1433404323625-300×168.jpg

Comparte este contenido:

Fidel, una Revolución de utopías

Por: Ilka Oliva Corado

Hemos tenido el privilegio generacional de haber conocido a un hombre que marcó la historia de América Latina y el mundo. Al estadista más brillante que pudo parir la Patria Grande. Al luchador incansable por la equidad, la igualdad social y la justicia. Hemos tenido el honor de haber conocido la integridad en palabra y acción, de un hombre que demostró con su propia vida, que la conciencia, los ideales y los principios ni se compran ni se venden. ¡Se defienden!

A un líder auténtico y natural. A un incansable defensor de los derechos humanos y de la libertad de los pueblos mancillados por la opresión y el oprobio. Hemos coincidido en la historia del tiempo, con un hombre leal, lúcido y consecuente. No hay palabras que alcancen a expresar ni en la poesía más hermosa, ni en el discurso más estudiado, la trascendencia de un ser humano como Fidel.

La inmortalidad se la han ganado pocos en la historia de la humanidad, Fidel es uno de ellos. Deja un legado de amor, hermandad y consecuencia política y humana en los pueblos del mundo. Cualquiera que piense en Revolución, en cualquier lugar del mundo, debe tener como guía a Fidel y al pueblo cubano. Cualquiera que piense en rebelión tendrá que saber que el mismísimo Fidel Castro Ruz lo es. Es una rebelión inimitable en cada célula y en cada palabra. En cada acción. En cada anhelo y en la utopía vuelta realidad.

Hemos sido privilegiados al conocer a uno de los hombres más insignes de todos los tiempos. Nuestro deber es continuar con su legado. Nos deja una enorme lección de humanidad y humildad. De hermandad. De integridad, identidad y conciencia.

A Fidel no hay que llorarlo, debemos aprenderle y honrarlo. Celebrar y agradecer haber tenido a un hermano que pasó por la tierra dejando huellas imborrables en la dignidad de los pueblos. Honrarlo en nuestras luchas por los mismos ideales: un mundo justo, equitativo e igualitario. Libre.

Fidel no se va, se queda en la inmortalidad del tiempo, en los corazones y los anhelos de los pueblos que luchan por su libertad.

Fidel no se va, se ha vuelto poesía, viento, luz, se ha vuelto río, volcán, vereda. Se ha vuelto una Revolución eterna que ni la muerte podrá doblegar.

Fuente: http://www.aporrea.org/internacionales/a237685.html

Comparte este contenido:
Page 17 of 22
1 15 16 17 18 19 22