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¿Qué es el trabajo precario?

Por: Jorge Robles*

Casi de manera intuitiva, parecería fácil reconocer lo que es un trabajo precario. Sin embargo, al momento de analizar las distintas formas de trabajo, no lo encontramos de manera fácil, pues nos concentramos en los salarios.

La Real Academia Española define trabajo precario como: Situación que viven los trabajadores sujetos a unas condiciones de trabajo por debajo del límite considerado como normal, especialmente cuando los ingresos económicos que se perciben por el trabajo no cubren las necesidades básicas de una persona.

Esto deja completamente a la subjetividad del analista lo que es normal y la carencia de una definición de necesidades básicas de una persona.

En mi entrega anterior sobre la condición de vida de los trabajadores por aplicación, llegaron algunos comentarios sobre lo bien que pueden ganar algunos. De la calidad del trabajo nadie dijo nada.

Como no existe un consenso sobre el concepto, utilizo la definición de trabajo precario como la contraparte de trabajo decente construido en la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Entre los sindicalistas independientes, el término decente no fue bien recibido, pues el concepto de decencia lo heredamos de la época de la Nueva España. Es un adjetivo acuñado para definir al indígena aculturizado a la manera europea, por medio de las encomiendas: aprender a hablar en español, bautizarse en la fe católica, contestar para servir a usted cuando se presenta y mande usted cuando se le llama. En suma, disfrazarse de español desde la manera de vestir o la de usar manta para mostrar que no se sabía español ni de costumbres europeas.

En la definición de la OIT y usada en todo el orbe, las características mínimas para determinar la decencia del trabajo son:

Estabilidad laboral: saber que no perderás tu fuente de sustento mientras exista materia de trabajo, no podrán despedirte sin justificación fundada en criterios legales, ni mantenerte con innumerables contratos temporales en un trabajo permanente en la empresa.

Derechos laborales plenos: Por lo menos, los establecidos en los tratados internacionales y en los documentos base de la Organización de Naciones Unidas (ONU): Jornada máxima de ocho horas, vacaciones, seguridad e higiene en el trabajo, no violencia ni acoso de ningún tipo, derecho de huelga, pago doble y hasta triple de horas extras y días festivos, salario suficiente para mantener a una familia con acceso a la educación, cultura y recreación.

Seguridad social: garantizar la atención médica, incluyendo las acciones preventivas para los trabajadores y sus familias y construcción de una pensión suficiente para que en la jubilación se pueda mantener una forma de vida digna.

Diálogo social: reconocimiento pleno de los trabajadores, sobre todo los organizados de manera colectiva, para negociar, como pares de los patrones, las condiciones de trabajo por medio de contratos colectivos de trabajo reales, con el pleno respeto a la autonomía y libertad sindical.

Ante la carencia de cualquiera de uno solo de estos criterios, el trabajo dejará de ser digno para convertirse en trabajo precario.

El trabajo es precario si: a) se obliga a trabajar con un sindicato que fue elegido por los trabajadores, usualmente con sindicatos del Congreso del Trabajo, o los llamados progresistas o de plano, formados por el patrón; b) se fuerza a doblar turno por falta de relevo en el puesto. Situación muy común en empresas de seguridad privada; c) si simulan una relación laboral asalariada, pero en realidad el trabajador vive de las propinas. Caso de gasolineros, empacadores de supermercados, vigilantes de estacionamiento en centros comerciales; d) en caso de que el patrón utilice una empresa subcontratista, sin establecer una relación formal con el trabajador, y éste cobra por comisión de venta y no por un salario. Caso de agencias automotrices, Agentes de seguro y, tristemente, este método es usado en algunas cooperativas; e) si se puede correr del trabajo de manera injustificada en cualquier momento. De nada sirve un buen puesto y salario si mañana se pierde empleo;

f) cuando se paga derecho de piso por trabajar. Misma condición de los propineros; g) no tener seguridad social. Esto es común en muchas empresas, bajo el pretexto de que se está a prueba o se registran con un sueldo inferior del que realmente se percibe, disminuyendo el dinero de la Afore y las incapacidades, cuando se reciben. Usual en el caso de entrenadores deportivos, actores, cirqueros o cuenta cuentos; h) no contar con salario. Como agentes de seguro, trabajadores por aplicación, vendedores de autos, empresas inmobiliarias, becarios, trabajadores meritorios, menores de edad que ayudan a sus madres y padres; i) si el trabajo es forzado, como es el caso de que sea migrante o se haya trasladado al trabajador del extranjero a laborar, retuvieron sus papeles y se están guardando su salario para que no se lo gaste. Esto es muy usado por empresas chinas en casi todo el mundo. Detectamos casos en México, Europa y Sudamérica.

El trabajo precario es mucho más usual y normal de lo que se podría esperar. Existe en la economía informal y en la formal. Reconocer esta situación es buena manera de comenzar a definir para mejorar las condiciones de trabajo.

*Asesor (jrjrjr48.jr@gmail.com)

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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México: ‘Ley garrote’ a maestros en Villahermosa; 2 detenidos

Por: René Alberto López

Policías desalojaron ayer con violencia, en la céntrica plaza de armas, a 500 profesores que reclamaban mejores prestaciones laborales, el pago de dos quincenas y un retroactivo de aumento salarial.

 

Policías antimotines desalojaron ayer de la céntrica plaza de armas a unos 500 maestros de base que reclamaban mejores prestaciones laborales y el pago de adeudos.

Los policías detuvieron a por lo menos dos profesores y golpearon a un número indeterminado; uno tuvo que ser hospitalizado.

Una de las demandas de los mentores es el pago de dos quincenas y de un retroactivo de aumento salarial.

Los maestros se plantaron ayer por la mañana en la explanada del palacio de gobierno estatal y más tarde cerraron la avenida 27 de Febrero, que pasa detrás del inmueble. En la plaza de armas se ubican las sedes de los tres poderes del estado.

Unos 200 elementos antimotines de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana llegaron pasado el mediodía a la esquina de las calles 5 de Mayo y 27 de Febrero y arremetieron contra los manifestantes, que se tomaron de las manos para formar una valla humana.

Los uniformados cercaron a los quejosos y dispersaron la protesta. Maestras que participaron en la movilización aseguraron que los policías derribaron a cuando menos tres profesores, a quienes patearon, y aprehendieron a otros dos.

Uno de los arrestados fue el profesor de primaria Sergio López, quien imparte clases desde hace más de 20 años en la comunidad Los Aztlanes, municipio de Centro, cuya cabecera es Villahermosa.

Los mentores advirtieron que seguirán con sus protestas para demandar los pagos atrasados y la libertad de sus compañeros.

Juan Carlos Castillejo, vocero de la administración estatal, que encabeza el gobernador interino Carlos Manuel Merino –emanado del partido Morena–, argumentó que hace unos días los profesores fueron atendidos por autoridades educativas locales, que les ofrecieron pagar a finales de julio la segunda quincena de este mes y la primera de agosto.

En entrevista telefónica, Alberto Barrera, integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), informó que el lunes pasado el subsecretario de Educación local, Rolando Santana, dijo que “no hay dinero” para pagar a los docentes, “porque no fue aprobado por el gobierno del estado”.

Destacó que las autoridades ratificaron que no cuenta con recursos y que pagarán el 31 de agosto o en la primera semana de septiembre. “No hemos calculado cuánto se nos adeuda, pero es a todos los maestros del estado y federales de educación básica y a otros trabajadores de dicho nivel”, expuso Barrera.

En julio de 2019 la mayoría de Morena en el Congreso de Tabasco aprobó reformas al Código Penal de la entidad que autorizan el uso de la fuerza pública contra manifestantes, modificaciones hoy conocidas como ley garrote, que incluyen sancionar con cárcel a quienes bloqueen vías de comunicación.

(Con información de Omar González Morales)

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Revelan abuso sexual a más de mil niños en Inglaterra en década de 1980

Londres. Más de mil niños de Telford, Inglaterra, fueron explotados sexualmente desde 1989 debido a que la policía y el gobierno local no investigaron a los delincuentes, concluyó este martes un análisis independiente.

La investigación se puso en marcha después de que un reporte del Sunday Mirror de 2018 mostrara informaciones de explotación sexual que se remontaban a la década de 1980. El análisis confirmó estas informaciones y descubrió que se permitió que el abuso continuara porque se culpaba a los niños y no a los perpetradores.

Los maestros y los trabajadores jóvenes fueron desalentados a denunciar el abuso sexual infantil y la policía estaba nerviosa de que la investigación de algunos de los hombres asiáticos que llevaron a cabo el abuso inflamara las tensiones raciales, según el reporte.

«Innumerables niños fueron agredidos sexualmente y violados. Fueron deliberadamente humillados y degradados. Fueron compartidos y traficados», dijo Tom Crowther, presidente de la comisión que llevó adelante la investigación.

«Las víctimas y los supervivientes contaron repetidamente cómo, cuando eran niños, los hombres adultos se esforzaban por ganarse su confianza antes de traicionarla despiadadamente, tratándolos como objetos sexuales o mercancías».

La policía local se disculpó por sus fallos y el gobierno local pidió disculpas a los sobrevivientes.

Este es un nuevo caso de abusos sexuales en Reino Unido.

En 2014, otro artículo independiente descubrió que a mil 400 niños de otra ciudad inglesa habían sufrido abusos sexuales. También se halló que el difunto presentador de televisión Jimmy Savile había abusado de 500 niños, en ambos casos durante décadas.

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Amor a los libros

Por: Ángeles González Gamio 

Mucho se discute en estos tiempos si la vertiginosa era tecnológica que vivimos, que entre otras, ofrece la posibilidad de leer casi cualquier obra en medios electrónicos, es el fín del libro de papel. Los de la generación del Inapam sostenemos que nunca se va a acabar, que ambos soportes van a coexistir. Se insiste en el placer que brinda sentir el papel, su olor, en muchos casos disfrutar del diseño y un bella portada; es un objeto personal.

Esto trae a cuento el extraordinario libro que escribió hace casi tres décadas la maestra Juana Zahar Vergara: Historia de las librerías de la Ciudad de México. Lo publicó la UNAM, tuvo tres ediciones hace años y ahora sería muy importante que salga nuevamente a la luz.

La obra es fruto de una exhaustiva investigación que peinó archivos y bibliotecas e incluyó trabajo de campo, ya que entrevistó a muchos de los principales libreros de fines del siglo XX.

Se inicia con la llegada a la capital de la Nueva España de la imprenta de Juan Pablos, que va a establecerse en la llamada Casa de las Campanas, sobre cuya localización precisa hay una polémica.

Sea cual fuere el sitio, el hecho es que en 1539 se comenzaron a imprimir los primeros libros que se hicieron en el continente americano. Los volúmenes que iban a reproducirse y ejemplares para venta llegaban a Veracruz, y a San Juan de Ulúa, donde los esperaban comerciantes que en ese mismo sitio los adquirían. Otros arribaban en las valijas de los viajeros y muchos venían en calidad de pedidos especiales; así, desde los primeros años de la Conquista, se estableció el comercio de libros en la metrópoli.

La creciente importación generó la necesidad de establecer controles aduaneros, tanto para el pago de impuestos como para controlar el acceso de obras censuradas por la Santa Inquisición, pues eran temidas las “listas de libros prohibidos”. Ya desde entonces hablan los cronistas de los trucos que se practicaban para contrabandear los opúsculos: en barriles, entre la ropa, entre los libros autorizados, con modificaciones en el título y autor. A lo largo del siglo XVI, las transacciones se daban fundamentalmente entre particulares, con las bibliotecas de los conventos y de los colegios y de miembros cultos de la iglesia.

En el siglo XVII se comenzó a generalizar la venta al público, en tiendas y almacenes junto con otras mercancías; surge una que otra librería, principalmente en las casas impresoras. Unos y otros se localizaban en los alrededores de la Plaza Mayor.

En el siglo XVIII toma auge la venta de libros, que se van a vender en lugares como el Mercado del Parián, que se encontraba en medio de la Plaza Mayor. Populares eran las llamadas “tiendas” y las “imprentillas”. Destaca en ese siglo la labor impresora que ejercían algunas viudas, como Rodríguez Lupercio y Rivera Calderón.

El siglo XIX ve aparecer las librerías propiamente dichas como sitios en donde solamente se expenden libros, aunque continúan funcionando los “caxones” y las “alacenas” que los venden con otras mercancías. Se comienzan a popularizar las tertulias en las librerías. Varios portales se tornan lugares predilectos para negocios libreros; eran famosos el del Águila de Oro, situado en donde hoy está la Casa Boker, el de Las Flores, el de los Mercaderes y el de los Agustinos; estos tres ubicados alrededor de la Plaza Mayor.

Una tertulia de fama fue la que se celebraba en la librería de José María Andrade, que se encontraba en el Portal de los Agustinos, en donde se reunían personalidades como Manuel Orozco y Berra, Lucas Alamán, Joaquín García Icazbalceta, José María Lafragua y Manuel Payno. Muchas de estas costumbres permanecieron en el siglo XX.

La maestra Zahar nos lleva por un recorrido interesantísimo por las librerías y los libreros más destacados que surgieron en esa centuria, sin olvidar las que venden ejemplares viejos que continúan vigentes. Como bien dice la autora, “todas las librerías son importantes e imprescindibles, porque han sido, son y seguirán siendo, focos de luz que iluminan la Ciudad de México” y el espíritu de sus habitantes, añadiría yo.

El tentempíe de rigor decidimos ir a disfrutarlo a… una librería. Optamos por El Péndulo de la colonia Polanco, en Alejandro Dumas 81. Se autonombra cafebrería y desde que nació en 1993, en la Condesa, ha combinado los libros con actividades culturales y la gastronomía. Todas sus sucursales cuentan con una arquitectura abierta y luminosa. Puede tomar desde un café con un panqué casero, hasta una rica lasaña con una copita de vino tinto.

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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ONU considera “peligrosa” la falta de acción climática

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió de una “peligrosa desconexión” entre lo que reclaman ciudadanos y científicos para frenar el cambio climático y lo que en realidad hacen los gobiernos al respecto. Foto Ap / Archivo

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El normalismo debe ligarse a la educación popular: Óscar Cortés

Si el normalismo no se liga con la educación popular estamos lejos de su esencia, sostuvo Óscar Cortés, autor del libro Cimiento de ecos o la creación del edificio de la Escuela Nacional de Maestros, 1947, en el día del estudiante normalista.

Durante la presentación del libro, recordó que la construcción del edificio derrumbó una idea del normalismo para que surgiera otro. En el gobierno de Lázaro Cárdenas, con la educación socialista, esta escuela fue fundamental, estaba la hacienda de Santo Tomás, y el normalismo se ligó directamente a la educación socialista, agregó.

Mencionó que en su momento las normales rurales fueron paralelas a lo que hacía esta escuela, el rompimiento vino cuando se creó el edificio en 1947. Reconstruir los elementos del normalismo como lo es la identidad que tiene que ver con la educación popular, expresó.

El autor plantea que las políticas neoliberales han desdeñado al normalismo y a la formación de docentes. La profesión docente dejó de ser una carrera de Estado.

Recordó que en 2017 cuando ocurrió el sismo, pensó escribir sobre otro tema, pero me di cuenta que quería hacer hablar al edificio. El inmueble debe ser catalogado como histórico y esto sólo puede darse por un decreto, ya en febrero de 2020 se recolectaron unas 2 mil 500 firmas en apoyo de la propuesta, para que no sólo sea reconocido como bonito edificio, apuntó.

Fuente de la información: https://web.jornada.com.mx

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Normales rurales: 100 años de esperanza

Por: Tanalís Padilla*

Publicado en La Jornada

Cuando se fundó la Escuela Normal Regional de Tacámbaro, Michoacán, en 1922, México vivía una situación incierta. Apenas terminada la guerra revolucionaria, se empezaban a establecer las instituciones para forjar una nación conforme a los principios de la Constitución de 1917. El proyecto tendría sus tendencias oficiales (fortalecer un Estado laico, la asimilación de la población indígena) y populares (la redistribución de la riqueza, la justicia social), así como sus enemigos acérrimos (el clero y sus aliados de la clase hacendada).

Las normales regionales –que luego pasarían a ser normales rurales– reflejan este contexto de incertidumbre, esperanza y hostilidad. De las normales rurales fundadas en 1922 (otra en Gómez Palacio, Durango) sólo Tacámbaro sobrevivió, pero tuvo que cerrar temporalmente en 1924 y trasladarse de lugar en lugar hasta que llegó a su ubicación actual en Tiripetio, en 1949. Otras normales rurales fundadas en estos primeros años como las de Molango, Hidalgo, en 1923 y San Antonio de la Cal, Oaxaca, en 1925, vivieron experiencias parecidas. Algunas cerraron por falta de recursos, otras por falta de alumnos (en algunos estados no había suficientes primarias para reclutar estudiantes). Para 1926 el sistema se iría fortaleciendo con una expansión de los planes de estudio, la fundación de planteles como Ayotzinapa y El Mexe y el mismo empeño de las comunidades que aportaban recursos, mano de obra, y materiales para que se construyeran más normales rurales.

Para la década de 1930 las normales rurales serían la columna vertebral de la educación rural. La intensa movilización popular durante el cardenismo, la adopción oficial de la educación socialista, el reparto agrario, la nacionalización del petróleo, la formación de cooperativas, ligas agrarias y sindicatos, así como la expansión del mismo sistema de normales rurales (su número de planteles llegó a 35), hizo que esta década marcara la llamada época de oro de estas escuelas. Este contexto de cambios estructurales, redistribución de riqueza y concientización de masas, ayuda a explicar por qué un periodo tan corto tuvo repercusiones tan duraderas.

En la historia de las normales rurales, la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (Fecsm) constituye otra explicación central del porqué estas escuelas persisten a pesar de contextos tan cambiantes, asedios de grupos reaccionarios e intentos del mismo Estado por desaparecerlas. Constituida en 1935 como organización que abogara por los derechos de los estudiantes campesinos y les diera voz dentro de las instituciones que los formaban, la Fecsm –organización estudiantil existente más antigua–, ha sido el principal vehículo de lucha para preservar y defender a las normales rurales. Su empeño en recordar los orígenes y la lógica de las normales rurales, su insistencia en una tradición educativa que va más allá de las paredes del salón y los muros de la escuela, y su determinación por concientizar a cada generación de estudiantes, ha hecho que las normales rurales resalten como instituciones únicas no sólo en México, sino en el mundo.

El carácter ejemplar del proyecto educativo revolucionario en general, y las normales rurales en particular, no pasó desapercibido en el resto de América. En la década de los 20, la poeta chilena Gabriela Mistral expresó admiración por una pedagogía que vinculaba lo académico con el cultivo de la tierra, los talleres y la pequeña industria, como era la tendencia en las normales rurales. Se une así, sostuvo Mistral, el conocimiento intelectual con el artesanal para formar el cabal tipo humano. En los años 30, Bolivia envió a importantes pedagogos a México para aprender de su experiencia de educación rural e invitaron a figuras como Moisés Sáenz, subsecretario de Educación y promotor de la pedagogía de acción, a visitar el país andino. También desde los Andes, Perú, que en la década de los 40 se preparaba para crear sus propias normales rurales, quería “aprovechar la valiosa experiencia de las demás repúblicas latinoamericanas poniendo sus miras preferentes en México… [donde] sus escuelas normales rurales vienen funcionando desde hace más de 20 años”. Después de su recorrido por la República Mexicana, el representante peruano Max Miñano García escribiría La educación rural en México, un voluminoso texto con invaluable información sobre las normales rurales y editado por la SEP en 1945.

A 100 años de la fundación de la primera normal rural, la pregunta sobre si siguen siendo relevantes persigue a estas escuelas. ¿Qué lugar tienen en un México urbanizado y moderno? Tanto ha cambiado es cierto. Pero las estructuras básicas de poder y riqueza continúan allí: incalculables fortunas en unas cuantas manos, el asedio de la reacción a cualquier intento por mejorar las condiciones del pueblo, un neoliberalismo que ha erosionado las conquistas revolucionarias, el poder de las trasnacionales con sus aliados de la élite nacional y un imperio que, no obstante su decadencia, sigue empeñado en intervenir, limitar y controlar a nuestra América.

Más que preguntar si las normales rurales son relevantes hoy día, deberíamos preguntar qué podemos aprender de ellas, su historia de lucha y su dinámica de resistencia colectiva. ¿Cómo lograron estas escuelas, siempre tan precarias, siempre tan atacadas, sobrevivir un siglo? ¿cómo es que han formado a tantos líderes sociales? ¿de dónde viene esa conciencia crítica que desarrollan sus alumnos? Este centenario nos da una oportunidad de hacer memoria y acercarnos a esta historia. Si lo hacemos, la interrogante sería no si continúan siendo relevantes, sino cómo fortalecerlas.

* Profesora-investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Autora del libro Unintended Lessons of Revolution , una historia de las normales rurales

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2022/05/17/opinion/012a2pol

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