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Educación critica y protagonismo cooperativo.

Por:  Rebelión.

Conferencia especial del teólogo y escritor brasileño Frei Betto en el Congreso Internacional de Pedagogía 2015 que concluye hoy en La Habana

La educación escolar tiene un papel fundamental en el proceso de transformación social. A semejanza de la política y la religión, la educación sirve para liberar o alienar; despertar protagonismo o favorecer el conformismo; propiciar en los educandos una visión crítica o legitimar el status quo, como si fuera insuperable e inmutable; promover una praxis transformadora o sacralizar el sistema de dominación.

En estos inicios del siglo XXI, la educación escolar difiere mucho de la que predominó en el siglo XX. Hoy en día, nuestra vida cotidiana se ve invadida por nuevas tecnologías que nos brindan, en tiempo real, informaciones capaces de incidir en nuestra forma de vivir y de relacionarnos (ciberespacio, relaciones virtuales, crisis de las ideologías libertarias, nuevos perfiles familiares y sexuales, monopolio y manipulación de la información, etc.).

Como vivimos un cambio de época y navegamos entre la modernidad y la posmodernidad, estamos amenazados por una crisis de la identidad teórica. El instrumental teórico que tanto nos confortaba e incentivaba en el siglo XX, y que nos parecía tan sólido, se desplomó con el Muro de Berlín. Al contrario de lo que pregonaban los manuales de vulgarización del materialismo histórico, la historia retrocedió en Europa del Este.

Setenta años de socialismo en Rusia no fueron suficientes para formar los tan anhelados hombres y mujeres nuevos, dotados de inquebrantables valores éticos, disposición revolucionaria y menosprecio a las seducciones del capitalismo. Hoy Rusia es uno de los países más corruptos del mundo, y en él impera una brutal desigualdad económica.

¿Qué faltó en la Unión Soviética? Faltó una educación que, más allá de la escolaridad, de la transmisión cultural del país y de la humanidad, inculcara en los educandos una visión crítica de la realidad y un protagonismo social transformador.

De hecho, en muchos de nuestros países, capitalistas y socialistas, la educación escolar se ha convertido en una prisión de la mente, donde las disciplinas curriculares se repiten sucesivamente, con vistas a la calificación de la mano de obra destinada al mercado de trabajo. No se ha reflexionado sobre la prioridad de formar ciudadanos y ciudadanas revolucionariamente comprometidos con el proyecto social emancipador.

Vivimos hoy una era de impasse con respecto al futuro emancipado. Estamos en el limbo del proceso libertario. Los movimientos, grupos y partidos de izquierda, cuando existen, parecen perplejos en lo que toca al futuro. Muchos ceden a la fuerza cooptadora del neoliberalismo y cambian el proyecto de liberación social por el mero usufructo del poder, aunque eso implique traicionar las esperanzas de los oprimidos y los fundamentos teóricos que originaron esas fuerzas sociales y políticas.

La hegemonía capitalista ejerce un poder tan avasallador que muchos abdican del propósito de construir un nuevo modelo civilizatorio. Poco a poco, como si se tratara de un virus incontrolable, el capitalismo se impone en nuestras relaciones personales y sociales. Nos vamos adhiriendo a la creencia idolátrica de que “no hay salvación fuera del mercado”. En la esfera personal, abandonamos nuestra ideología libertaria a cambio de una zona de comodidad que nos permite acceder al poder y la riqueza, lo que nos libra de la amenaza de integrar el contingente de 2,6 miles de millones de personas que sobreviven hoy con un ingreso diario inferiores a los 2 dólares.

Formación de conciencia crítica y de protagonistas sociales

La educación crítica es nuestro gran desafío en este mundo hegemonizado por el capitalismo neoliberal. Su principio es no formar meros profesionales calificados, sino ciudadanos y ciudadanas que sean protagonistas de transformaciones sociales. Por eso trasciende los límites físicos de la escuela y vincula a educadores y educandos a movimientos sociales, sindicatos, ONG, partidos políticos; en fin, a todas las instituciones que realizan actividades de transformación social. La educación crítica solo se desarrolla en sintonía con los procesos reales de emancipación en curso y las reflexiones teóricas que los fundamentan.

La educación que busca la formación de conciencia crítica y de ciudadanos militantes comprometidos con la transformación social debe tener en cuenta la intercalación de tres tiempos: el tiempo de las estructuras (más largo); el tiempo de las coyunturas (más inmediato y factible de cambiar a mediano plazo); y el tiempo de lo cotidiano (en el cual vivenciamos el conflicto permanente entre la satisfacción de nuestros intereses personales y la conciencia de las demandas altruistas, que nos exigen ser para los demás, o simplemente, ser capaces de amar).

El tiempo de las estructuras debe ser objeto de la educación escolar. Es él el que nos remite a la historia de la historia, a los grandes procesos sociales con sus avances y retrocesos, a los triunfos y las derrotas, a las virtudes y las contradicciones.

Mientras más conscientes son educadores y educandos del tiempo estructural, más se contextualizan y se entienden a sí mismos como herederos de una historia que avanza, en medio de dificultades, de la opresión a la liberación.

Tener conciencia del tiempo de las estructuras es tener conciencia histórica y no dejarse ahogar en el mar de contradicciones de los tiempos coyuntural y cotidiano. Cada uno de nosotros es un pequeño eslabón en la vasta corriente del proceso social. Solo si tenemos conciencia de la amplitud de esa corriente comprendemos la importancia del eslabón que somos. Una educación que no se abre al tiempo de las estructuras corre el grave riesgo de ser cooptada por la estructura mundialmente hegemónica.

El tiempo de las coyunturas es el de los cambios cíclicos que producen inflexiones en las estructuras, aunque sin alterarlas sustancialmente. Es la acumulación de coyunturas la que influye en el cambio del tiempo de las estructuras. El gran desafío consiste en saber cómo comportarse en determinada coyuntura para mejorar o transformar la estructura. La coyuntura es el presente, el aquí y ahora, mientras que la estructura, que condiciona las coyunturas, no es fácilmente perceptible, a menos que se tenga conciencia histórica para poder encuadrar la parte en el todo, el detalle en el conjunto, el presente en las causas del pasado y en las alternativas de futuro.

El tiempo de lo cotidiano es el del día a día, en el cual transitamos o tropezamos, movidos por ideales altruistas, solidarios, y, a la vez, atraídos por las seducciones del acomodo y el individualismo. Es en el tiempo de lo cotidiano que la educación actúa, permite una comprensión crítica de la coyuntura y despierta el imperativo de comprometerse con la transformación de la estructura.

Vivimos inmersos en ese tiempo cotidiano, muchas veces movidos por utopías libertarias y, al mismo tiempo, desanimados al percatarnos cada día de que la materia prima del futuro es humana, siempre frágil, ambigua y contradictoria.

La formación de conciencia crítica y protagonismo social es resultado de un proceso pedagógico que intercala los tres tiempos para evitar que nos perdamos en un idealismo cuyo discurso no se adecua a la realidad, o en la mezquindad de un cotidiano que no siempre refleja los valores en nombre de los cuales lo asumimos. Ese es el caso de los militantes supuestamente revolucionarios que hacen de su función de poder un nicho de acomodo burgués y provecho personal. Y ello se aplica al director de la escuela, al obispo de la iglesia, al gerente de la empresa, etc.

Es importante tener siempre presente que nuestro cotidiano transita bajo la hegemonía de un determinado proceso civilizatorio, el de la burguesía europea, y de un único sistema económico globalizado, el capitalista, aunque vivamos en un país socialista.

Por tanto, nuestro tiempo cotidiano debe aspirar a incidir en el tiempo coyuntural para poder modificar el tiempo estructural global. Para eso no bastan los principios teóricos y las prácticas colectivas. Es preciso que a los principios y las prácticas los oriente una ética que tenga en su centro los derechos de los pobres, los oprimidos y los excluidos. Sin esa alteridad amorosa, todo proyecto emancipatorio o revolucionario corre el riesgo de congelarse, aprisionado por sus propias estructuras de poder, emitiendo un discurso desvinculado de la práctica, abriéndole paso a la esquizofrenia de crear en el imaginario colectivo, en nombre de la emancipación, la expectativa de un futuro burgués para cada ciudadano y ciudadana…

Comparados con el tiempo veloz de los aspectos coyunturales y el tiempo aparentemente caótico de lo cotidiano, los cambios estructurales son lentos, procesuales, y solo se pueden evaluar debidamente sus avances cuando se ponen lado a lado las conquistas del presente con los atrasos del pasado.

De la educación individualista a la educación cooperativa

Desde Marx hasta la Teología de la Liberación, todos sabemos que no existirá emancipación plena sin la superación del sistema capitalista. Una educación crítica y liberadora no debe perder de vista esa meta. Debe despertar en los educandos una visión crítica que no se limite a consignas repetitivas, que más que profundizar la razón exacerban la emoción.

Aunque se viva en un país socialista como Cuba, todos estamos sometidos a la hegemonía del pensamiento único neoliberal y de la economía capitalista centrada en la apropiación privada de la riqueza. El neoliberalismo, como un virus que se propaga casi imperceptiblemente, se introduce en los métodos pedagógicos y las teorías científicas, en resumen, en todas las ramas del conocimiento humano. Así, instaura progresivamente ideas y actitudes que fundamentan la ética de las relaciones entre los seres humanos y entre los seres humanos y la naturaleza.

En la lógica neoliberal, la inclusión del individuo como ser social se mide por su inserción en el mercado como productor y consumidor. La posesión de mercancías revestidas de valor determina las relaciones humanas. Es el fetiche que denunciara Marx. Esa inversión de la relación –según la cual la mercancía tiene más valor que la persona humana, y la persona humana es valorizada en la medida en que hace ostentación de mercancías de valor– contamina todo el organismo social, inclusive la educación y la religión, como denunciara el papa Francisco el 22 de diciembre de 2014 al señalar las “15 enfermedades” que corroen a la curia romana.

De ello se deriva una ética perversa que subraya como valores la competitividad, el poder de consumo, los símbolos de riqueza y poder, la supuesta mano invisible del mercado. Esa perversión ética debilita a los organismos que fortalecen a la sociedad civil, como los movimientos sociales, los sindicatos, las asociaciones barriales, las ONG, etc. El patrón que se debe adoptar ya no es el de la alteridad y la solidaridad, sino el del consumismo narcisista y la competitividad.

¿Cómo superar hoy ese patrón de vida capitalista que, si no rige nuestro estatus social, muchas veces predomina en nuestra mentalidad? En eso a la educación le corresponde el papel preponderante. Entre otras cosas, porque la actual coyuntura no es proclive a los cambios estructurales por la vía del “asalto” al aparato del Estado. Eso no significa, como supone cierta parcela de la izquierda, que las revoluciones son hechos irrepetibles del pasado y, por tanto, ya no hay alternativa sino adaptarse al nuevo “determinismo histórico”: la hegemonía del mercado.

La historia demuestra que han ocurrido cambios estructurales significativos sin un “asalto” al Estado, como fueron el paso del esclavismo al feudalismo y del feudalismo al capitalismo. Hoy, una de las armas más poderosas para superar el capitalismo es una educación crítica y cooperativa, capaz de crear nuevos parámetros de conocimiento y promover nuevas praxis emancipadoras.

Es mediante la educación que se moldean las subjetividades que le imprimen significado a los fenómenos sociales. Con frecuencia sucede que se vive un antagonismo entre lo microsocial (pautado por la subjetividad) y lo macrosocial (pautado por las estructuras). En Cuba se encuentra un buen ejemplo: en la década de 1950, un grupo de jóvenes revolucionarios (microsocial) se hizo consciente, gracias a la educación política (subjetividad) de la importancia de modificar la estructura del país (macrosocial). Hoy Cuba es un país de estructura socialista, pero no todos los cubanos disciernen lo que eso significa, y algunos sueñan con disfrutar, bajo el socialismo, de un estilo de vida capitalista (microsocial).

La educación crítica y cooperativa es capaz de superar ese antagonismo al formar protagonistas o militantes que reproduzcan las bases materiales y espirituales del socialismo, cuyo sustento es la solidaridad.

Para ello, es necesario que la educación sepa situar a educadores y educandos en relación con el pasado y el futuro. Ello solo es posible a partir del aquí y el ahora, del presente. Es nuestro modo de pensar y actuar en el presente lo que resignifica nuestra manera de encarar el pasado y el futuro.

La educación tiene el poder necesario para destronar una racionalidad dominante e introducir otra, siempre que no sea meramente teórica y se vincule a procesos efectivos de producción material de la existencia. Resulta siempre oportuno recordar la observación de Marx de que no nos diferenciamos de los animales por nuestra capacidad para pensar (tal vez las abejas, por ejemplo, posean una lógica algebraica más depurada que la nuestra…), sino por la capacidad de reproducir nuestros medios de subsistencia.

Una educación crítica, liberadora, es la que aspira a conquistar la hegemonía mediante el consenso, mediante prácticas efectivas, y no mediante la coerción ideológica. Debe abarcar todas las disciplinas escolares, desde las ciencias exactas hasta la educación física, superando las relaciones fundadas en la economía del intercambio en aras de una economía solidaria, cuya base sea la cooperación.

Todos sabemos que las relaciones mercantilistas influyen en las concepciones de quienes las adoptan o se dejan regir por ellas. Para citar solo algunos ejemplos, esas relaciones acentúan el individualismo e inciden sobre los mecanismos de relacionamiento en el trabajo, la física moderna, la biología darwinista de la sección natural, etc. Ni siquiera la concepción mecanicista del marxismo, que profesaba la fe en un “irrefrenable determinismo histórico” logró escapar de su influencia. Es eso lo que índuce a los educandos a creer que el mercado obedece a una “ley natural”, y que fuera de él no hay alternativa… Es eso lo que nos lleva, literalmente, a torturar a la naturaleza para que nos suministre sus frutos cuanto antes.

Por tanto, debemos preguntarnos, ¿para qué sirve la educación? ¿Para adaptar a los educandos al status quo? ¿Para transmitir el patrimonio cultural de la humanidad como si fuera el resultado de la acción intrépida de héroes y genios? ¿Para formar mano de obra calificada para el mercado de trabajo? ¿Para adiestrar individuos competitivos?

Una educación crítica y solidaria engloba a todos los actores de la institución escolar: los alumnos, los profesores, los funcionarios y las familias de todos ellos. Y trasciende los muros de la escuela para vincularse participativamente con el barrio, la ciudad, el país y el mundo. Las puertas de la escuela permanecen abiertas a los movimientos sociales, los actores políticos, los artistas, los trabajadores. Y la óptica de su proceso pedagógico enfatiza esta verdad que la lógica mercantilista intenta encubrir: los fundamentos de la evolución de la naturaleza y de la historia de la humanidad están mucho más centrados en la cooperación, en la solidaridad, que en la selección natural, la competitividad y la exclusión.

Una educación crítica y cooperativa es deliberadamente contrahegemónica, y procura ubicar el destino de sus educandos en el destino global de la humanidad. El valor de la escuela se evalúa por su capacidad para insertar a los educandos y los educadores en prácticas sociales cooperativas y liberadoras. Por eso es indispensable que la escuela tenga claridad acerca de su proyecto político pedagógico, en torno al cual debe prevalecer el consenso de sus educadores. Sin esa perspectiva, la escuela corre el peligro de convertirse en rehén de la camisa de fuerza de su currículo, como un mero aparato burocrático de reproducción bancaria del saber.

Si queremos atrevernos a reinventar el futuro, debemos comenzar por revolucionar la escuela, transformándola en un espacio cooperativo en el cual convivan la formación intelectual, científica y artística; la formación de conciencia crítica; la formación de protagonistas sociales éticamente comprometidos con los desafíos de construir otros mundos posibles, fundados en la compartición de los bienes de la Tierra y los frutos del trabajo humano.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/educacion-critica-y-protagonismo-cooperativo/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/elespectador.jpg

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¿Es excelente la investigación catalana?

Por Ramón Trullas/Rebelión

Traducción de Salvador López Arnal

Recientemente me invitaron a dar una conferencia en un centro médico universitario alemán. Cuando llegué, el jefe de neurología me recibió en su despacho. Después de darme la bienvenida con gran cordialidad, me describió el entorno de investigación biomédica de su laboratorio. Me informó que su universidad está vinculada a la concesión de 44 premios Nobel. «Precisamente -explicaba-, ahora estamos colaborando con el premio Nobel de Química de 2014, que trabaja en el edificio de enfrente. Colaboramos para averiguar la función de las mitocondrias en la enfermedad de Parkinson. Según él, los resultados de mi laboratorio con el ADN mitocondrial son muy interesantes y están relacionados con lo que ellos están investigando en estos momentos».

Después me preguntó: «¿Cómo es la investigación biomédica en Cataluña? ¿Tiene un buen entorno que le ayude en su proyecto de investigación?» Me pareció que notaba mi intranquilidad ante la pregunta, porque muchos de los laboratorios de mi entorno en Barcelona tienen dificultades por falta de financiación. Cataluña es uno de los pocos lugares donde no hay convocatorias públicas para financiar proyectos de investigación.

Yo no le podía decir que en el entorno de mi laboratorio no hay ningún premio Nobel, que no ha habido ninguno realmente en casi cien años. Para salir del paso le di la información que los catalanes acostumbramos a recibir de nuestros diarios. De este modo, le expliqué, que la investigación catalana es buenísima porque recibe muchas becas de la Comisión Europea. Al decirle esto me preguntó: «¿Y esto es una medida de investigación innovadora?» (Muchos sabemos que las becas europeas se conceden utilizando criterios que no son exclusivamente científicos.) Me enrojecí pero continué: una iniciativa que hace que la investigación catalana sea muy buena es que el gobierno catalán paga un sueldo muy alto a científicos extranjeros para que vengan a Cataluña a hacer buena investigación. El hombre puso cara de curiosidad: «¿El gobierno catalán considera que los científicos que hay en Cataluña no son suficientemente buenos?». Y añadió: «¿Qué clase de científico es el que va a un determinado lugar sólo por el sueldo sin que haya un buen entorno de investigación?». Enrojecí de nuevo. Me volvió a preguntar: «¿Me puedes dar algún ejemplo concreto del talento que ha sido atraído por este programa de excelencia?» Al darle dos nombres de personas que ambos conocemos me dijo: «¡Ah! Ahora lo entiendo: uno de ellos era de Alemania y el otro de Estados Unidos, pero allí ya no podían seguir trabajando «. Ya no sabía cómo podía salir de la situación. Finalmente le dije: «Bueno, también tenemos un gran científico, y precisamente ahora le han dado el Premio Nacional de investigación de Cataluña porque probablemente será candidato al premio Nobel si es que no lo ha sido ya. Dicen que va a curar el cáncer «. Cuando le dije el nombre [1], mi interlocutor se quedó muy sorprendido y me dijo: «¿No es el científico que ha tenido que retractarse de un artículo publicado en el Nature Genetics porque se demostró que algunos resultados eran falsos?».

Esta vez no sólo enrojecí sino que también empecé a sudar, avergonzado. Seguidamente, con una expresión como de enfado y haciendo referencia a aquello tan antiguo de “Spain is different”, me dijo: «Aquí, a los científicos que obran así, les retiramos la financiación y tienen que irse. Eso que me cuentas que pasa en Cataluña es muy diferente de lo que se hace en los otros lugares del mundo, que valoran su propio talento y apoyan a todos sus investigadores para crear un entorno científico productivo».

Mi interlocutor me acompañó al lugar donde tenía que impartir mi conferencia, y después, durante la cena, me comentó igualmente: «No entiendo que quieras hacer investigación en un lugar donde no recibes suficiente apoyo y donde no hay ni la infraestructura ni el entorno que te lo permitan; deberías marcharte”. Le expliqué que pienso que mi obligación, además de hacer investigación innovadora, es luchar para que los demás grupos de mi entorno también puedan hacerla, que sólo así puedo ayudar a mejorar mi país. Me emocioné al decirle que quiero convencer a los científicos honestos de mi entorno para que ayuden a cambiar la política científica del gobierno de Cataluña dirigida a financiar exclusivamente un reducido grupo de científicos que más que ciencia hacen promoción personal. Hay que cambiar esta política científica, que ha generado corrupción y la destrucción de muchos proyectos científicos innovadores, y hay que hacerlo porque Cataluña no siga siendo sólo el mejor bar de Europa para ver el fútbol de las estrellas mientras un grupo pequeño de supuestos científicos también compiten por ser estrellas pensando que la ciencia es como Eurovisión o una Champions League de fútbol.

Me pareció que mi ilusión para mejorar la investigación en mi entorno le entristecía un poco. Mi interlocutor me aconsejó finalmente: «Vale la pena intentarlo, pero no dejes de investigar. Lucha para construir un lugar donde la ciencia no sea ni excelente ni diferente, ni catalana ni alemana, ni para jóvenes ni para catedráticos. Sólo progresan los países que apoyan la ciencia sin adjetivos”.

Notas (del traductor).

1) Ni que decir tiene que el científico del que se está hablando tiene nombre y apellidos. La prudencia del autor de esta excelente reflexión -o acaso, no puede descartarse, alguna presión exógena- han impedido conocer más detalles. Pero hay conjeturas más que razonables que que corren por la red sobre esta incógnita nominal de fácil resolución.

Fuente: http://m.ara.cat/opinio/recerca-catalana-excellent_0_1632436747.html?utm_medium=social&utm_source=whatsapp&utm_campaign=ara

* Ramón Trullas, profesor de investigación de IIBB / CSIC / IDIBAPS

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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En Honduras: Carta pública de un padre de familia: «Perdamos un periodo, pero no perdamos la universidad pública para siempre»

Ante la toma de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras por los estudiantes contra planes neoliberales de privatizarla

Por Milson Salgado
Rebelión

Soy un padre de familia que tiene dos hijas estudiando en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Una Estudia la carrera de derecho y la otra se decidió por estudiar la carrera de lenguas extranjeras. Ellas no se han podido incorporar a las acciones estudiantiles de protesta porque viven alejadas de la ciudad, pero me han dicho que prefieren perder un período académico a perder para siempre la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, que de paso se convertiría de un espacio público abierto para pobres, ricos y clase media en un lugar reservado exclusivamente para las élites, y para darle legitimidad a la cultura dominante y excluyente con la consiguiente desconstrucción del lenguaje, de los dispositivos de manipulación masiva, y de la lógica de la convivencia social y humana para justificar la segregación académica.

Para nadie es desconocido que los éxitos escolares se obtienen según la clase social de que provengan los estudiantes, y esto está dado en función del acervo cultural que éstos posean y de relación continua que tengan con la cultura dominante de las clases altas, cuyos intereses son los que al final de cuentas se siguen reproduciendo curricularmente en el mundo pretendidamente neutral de la academia. Ello sin eludir casos excepcionales de capacidades individuales, esfuerzos sociales y familiares que trascienden los estándares de marginalidad.

Las actuales normas académicas que mandan al mundo de la deserción universitaria a un gran número de estudiantes se cimentan en enfoques naturalistas, y atribuyen el éxito o el fracaso académico a desigualdades naturales y a dotes que ha concedido en forma desigual la madre naturaleza. Con esa perspectiva reduccionista se busca justificar los postulados de la igualdad formal de todos los alumnos, soslayando de manera deliberada las desigualdades sociales que son las que al final explican el éxito de los más aptos, y la adaptación cada vez más lenta de los que han tenido poco contacto con la cultura dominante, que marca el paso curricular de la academia defendida por profesionales del sofismo, quienes les confieren cualidades asépticas y procuran despojarla de enfoques interpretativos con sesgo.

A la luz de estos presupuestos, es entendible acaso que los hijos de clase social alta tengan más ventaja en la universidad, porque ellos ya están inmersos desde su entrada en ella en la cultura dominante. Al contrario los hijos de clases dominadas sufren un proceso de aculturación a una cultura distinta a la suya propia, lo que les exige un esfuerzo de adaptación y asimilación arduos que no alcanzan los plazos temporales en que se suscita su expulsión universitaria. La cultura de las élites está tan cerca de la cultura de la academia que el alumno que procede de un medio campesino u obrero no puede adquirirla sino a base de un esfuerzo continuado, mientras que a un alumno de clase culta le vienen dados por su posición social. De modo que para unos, el aprendizaje de la cultura de la élite es una verdadera conquista que se paga a un precio muy alto como el de tener que abandonar la universidad como pasa con las actuales normas académicas que al perderse tres clases tienes que abandonar la Universidad, mientras que, para otros, constituye una herencia que comporta, al mismo tiempo, la facilidad y las tentaciones de la facilidad (Bourdieu y Passeron, 2011 pág., 51). Hay una evidente afinidad entre la cultura académica y la cultura de la clase alta” (Bourdieu y Passeron, 2011 pág. 109).

Estas verdades sociológicas que han sido objetos de estudios en investigaciones cualitativas y cuantitativas y descritas en tablas y análisis estadísticos, han creado las bases de la Universidad pública en el sentido de que la institucionalidad universitaria debe estar al servicio de la adaptación de los que menos han tenido la oportunidad de adaptarse a los enfoques clasistas de una academia que no ha sabido librarse de su connatural elitismo, y por ello, los que han sabido percibir ese fenómeno social como autoridades universitarias pasadas, han dispensado espacios de tolerancia para tratar en un plano de igualdad a los desiguales. Sin embargo, la recurrencia a la calidad académica por la calidad académica misma, importando un bledo el destino de los estudiantes, clarifica la intencionalidad de crear las condiciones objetivas para transitar de la universidad pública a la Universidad privada donde se aplican criterios de competencia, y en una perspectiva darwiniana, solamente sobreviven los más aptos y se le rinde honores al éxito personal y a la mercantilización de la educación.

El ejercito de excluidos con normas académicas que castigan y criminalizan el origen social de los estudiantes, si pretenden coronar una carrera universitaria tendrán que buscar una universidad privada, y la Universidad Nacional Autónoma se convierte de facto en el olimpo de las élites peripatéticas que acortan las inversiones sociales y cumplen con las exigencias de los organismos internacionales de crédito, y de paso se abre la posibilidad para el incremento de las tarifas estudiantiles que ya fueron aprobadas sin agotar consensos democráticos. De manera pues que los planes educativos y la misma carga curricular no enseñan el funcionamiento de la sociedad misma. Sino más bien la cultura de un grupo o una clase social determinada que ocupa una posición de poder en la sociedad. Ese sistema educativo reproduce las relaciones estructurales de la sociedad, y las relaciones de fuerza entre las diferentes clases sociales.

La educación, por tanto, cumple varios cometidos, una función cultural al inculcar, transmitir y conservar la cultura dominante: hace cotidianamente aceptable la cultura universitaria, codifica, homogeneíza y sistematiza el mensaje educativo y a quien lo transmite. Tiene también una función social, al reproducir la estructura social y sus relaciones de clase. Y además posee una función ideológica, al enmascarar esa función social bajo la apariencia de ser autónoma, independiente y neutral; y cuanto mejor aparente esto la educación, mejor realiza esas funciones.Y todo ello se suscita en última instancia, de la mano del agente que es el catedrático, del cual el sistema educación se asegura de que ponga todos sus recursos y celo al servicio de su función de inculcación, al concederle la delegación de la autoridad institucional de la educación.

El catedrático ejerce sus funciones mediante sus acciones pedagógicas, pero ellas están controladas por las clases dominantes, puesto que se instrumentalizan para adoctrinar la arbitrariedad cultural; por ello, ellas son medios de dominación y de reproducción. De esta maneta poder y cultura firman un pacto para reproducirse en el tiempo y en el espacio. Por lo que toda acción pedagógica se convierte ineludiblemente en una violencia simbólica.

Ahora la reacción que se produce en la persona cuando interioriza los principios de esa arbitrariedad cultural, son hábitos, prácticas intelectuales, morales y laborales, que perpetúan el poder social. La institucionalidad secuestrada selecciona y legitima ese sistema de hábitos y prácticas sociales impuestos por una clase, y bajo el discurso manido de la academia aséptica presenta unos valores y normas culturales de clase como si éstas fueran universales.

Contra todos esta axiología de falsos valores se han enfrentado los estudiantes, y han desenmascarado los planes tenebrosos que buscan con olores de modernidad despojarlos de la educación pública y gratuita de la que siempre habían gozado, y que en la lógica de las privatizaciones del actual gobierno, el turno tocó las puertas a la educación, pero los estudiantes han plantado la cara frente a las pretendidas movidas hegemónicas, y han estado a la altura de la valentía y de la heroicidad en el mero epicentro de un sistema dictatorial y represivo, y sobre todo, han puesto en peligro sus vidas para salvar con su imaginación y su erudición precoz el futuro de millones de hondureños.

Ante este panorama desolador, comprendemos y levantamos banderas de solidaridad y admiración ante las inteligentes propuestas de dialogo que hacen los estudiantes a las autoridades universitarias, al relacionar la falta de integración estudiantil en la conformación del gobierno universitario, y en la nula y deliberada ausencia de comprensión cultural y el carácter impositivo de las normas académicas que bajo enfoques neoliberales pretenden arrebatarnos la universidad pública, y llevarla mansamente al redil bobalicón de la universidad privada, donde el debate se anula, el pensamiento se uniforma, la democracia es un grito soslayado para unos pocos ingenuos y el elitismo cultural estampa su huella para segregar la educación, y librarla de ese ejercito asqueroso de pobres que en este espacio asignado por la providencia de los que hipotecan el país entero no se les quiere dar ninguna cabida.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214084

Imagen tomada de: http://i1.wp.com/www.tn8.tv/wp-content/uploads/2016/06/uni-1-b.jpg?fit=700%2C500

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Monsanto no tiene más ciencia, valores o conocimientos que la guerra

Lo repite una y otra vez: en un sistema en el que los gobiernos se corrompen para ayudar a las corporaciones de transgénicos a imponerse, la mejor arma es la no cooperación, la “fuerza de la verdad”. Vandana Shiva, física, filósofa y una de las más conocidas defensoras de las semillas nativas, apuesta por la conservación de las formas tradicionales de siembra pero también por la lucha legal para detener a Monsanto, empresa a la que ubica como la más corrupta y la mayor enemiga de la ciencia.

Semillas nativas, salud y abundancia

Las semillas tradicionales son “la fuente de ganancias más importante para la industria a través del sistema de patentes”, afirma Vandana Shiva, lo que es posible sólo a través de los transgénicos . Lo contrasta con el “inteligente” diseño natural: de la cosecha de alimentos se guardan semillas, que a su vez aseguran que habrá comida en el futuro. Las semillas modificadas genéticamente, por el contrario, deben comprarse cada temporada, lo que lleva a deudas y suicidios de campesinos, relata.

La destacada activista puntualiza que los transgénicos, además de destruir la biodiversidad, no están destinados a la alimentación sino a usos industriales –como el biocombustible- y a ser forraje para animales. “La alimentación nunca fue su objetivo, más que en el discurso. En realidad se trata de ganancias, ganancias y ganancias”, afirma.

De las semillas nativas también hay que apreciar que están adaptadas no sólo a cada clima, sino a cada comunidad ecológica, y pueden crecer juntas como en la milpa. Los cultivos industriales, al competir entre ellos, significan que en la siembra “pierdes tu fuente de proteína, hierro o de vitaminas”; a partir de ello vienen las deficiencias en la alimentación, que la industria pretender suplir con plantas genéticamente modificadas “y entonces llega el plátano con hierro para ‘solucionarlo’. Es un ciclo de beneficios, que para la tierra es un círculo de envenenamiento; para la gente, de muerte y desnutrición”, afirma la científica.

Las semillas nativas, al contrario que las transgénicas, significan abundancia, sistemas de cultivo respetuosos con la tierra, salud y ahorro, contrasta Shiva.

El sistema que permite a Monsanto imponer su ley está basado en colusión entre la industria agroquímica y el Estado, “que abandona su compromiso con la democracia y las Constituciones”.

Los primeros responsables de la destrucción de la tierra y el genocidio que significa el suicidio de campesinos (agobiados por las deudas traídas por estar obligados a comprar transgénicos ), son los agroquímicos y la industria de la guerra. “Los fertilizantes químicos se producen en las mismas fábricas que los explosivos”.

La industria transgénica tiene como principales aliados a los gobiernos corruptos (“en Estados Unidos se llama lobbying”, apunta Shiva con una sonrisa). Monsanto no puede fingir que produce vida y patentar ‘su’ semilla sin el apoyo de las autoridades estadunidenses, que deciden no sólo permitirlo sino convertirlo en ley internacional a través de la Organización Mundial de Comercio (OMC), ejemplifica.

Avances judiciales contra Monsanto

La científica afirma que hoy día, de lo que se hace ganancias es de la vida, lo que sólo puede ser detenido si la gente conserva su capacidad de reproducción de la misma y de producción de comida.

La activista se refiere que Monsanto necesita de científicos para validar de manera legal sus “mentiras” (que produce más cantidad de comida y acaba con las malas hierbas y plagas), por lo que es necesario que los activistas se impliquen de forma creativa en batallas legales. “En muchas partes, el avance de los transgénicos  se ha logrado detener cuando los parlamentos trabajan de forma ajena al gobierno y a través de las Cortes; ya que todo esto se trata de patentar, de adueñarse de la vida y de decir que los conocimientos indígenas son su invento –todo esto se llama biopiratería- hay que dar la batalla legal”.

“Todo instrumento y toda institución debe ser puesto al servicio de los derechos de la gente”, remata.

Sin embargo, la mejor respuesta a los transgénicos es rescatar las semillas y las formas tradicionales de cultivo y elaboración de alimentos, así como construir movimientos en torno a ello, valora. “Puedes estar diciendo No a Monsanto mientras ellos destruyen todo. ¿Y qué habrá para salvar? Cada semilla salvada nos da más poder, confianza y conocimiento contra los transgénicos”, señala.

Viniendo de la India, Vandana Shiva resalta la influencia que en ella tiene Gandhi y la no cooperación o “fuerza de la verdad”, que es básicamente no acatar las leyes injustas, que violan los derechos humanos fundamentales de justicia, igualdad y paz. Por eso, su movimiento está basado en la libertad de las semillas y la no cooperación como dos manos de un mismo cuerpo. “En 2004, trataron de hacer ilegal plantar semillas propias; hicimos grandes acciones de desobediencia civil y logramos detener esa ley”, ejemplifica. Para Shiva, la no cooperación con leyes injustas significa al mismo tiempo, solidaridad con las comunidades y reconstrucción del valor para luchar contra los transgénicos .

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Laura Marrone: «La destrucción de las conquistas docentes fueron y son un objetivo de las reformas educativas en nuestro país y en el mundo»

Entrevista a Laura Marrone, exsecretaria de Asuntos Pedagógicos de Ademys –CTA (Asociación Docente de la ciudad de Buenos Aires)

Por Andres Sarlengo /Rebelión

¿Cómo se define actualmente el rol docente?

La docencia tiene el desafío de contribuir a la construcción de la subjetividad de las jóvenes generaciones y de las adultas a fin de que puedan adquirir las herramientas de comprensión crítica de la realidad desde una prospectiva de cambio social emancipatorio, mediante la apropiación del conocimiento público y la vivencia de la escuela como espacio público, democrático y creador de conciencia colectiva.

Ese rol debe sobrellevarse en el marco de condiciones socioeconómicas de la población escolar adversas debido a la fragmentación creciente del acceso a los derechos por parte de amplios sectores de los alumnos en un país donde la desigualdad ha aumentado.

El otro componente que dificulta este rol es el deterioro de las condiciones laborales de la propia docencia en las últimas décadas debido a que la extensión del sistema en cuanto a escolarización e incremento de años obligatoriedad no se ha correspondido con un incremento proporcional de recursos presupuestarios sino reduciendo salarios y deteriorando las condiciones de trabajo.

¿Cuáles son las enfermedades profesionales y accidentes de trabajo inherentes al rol docente?

La docencia sufre centralmente enfermedades sicológicas por el llamado burnout derivado de las extensas jornadas de trabajo y el grado de conflictos que presentan hoy las aulas.

Entre otras deben contabilizarse enfermedades derivadas del uso intensivo de la voz, las várices y los problemas de columna especialmente en el caso de las maestras del nivel inicial.

¿Cuáles son las condiciones laborales que crean stress laboral?

Debido al proceso creciente de privatización del sistema educativo favorecido por las políticas de subsidios a empresas privadas, a la Iglesia y más recientemente a cooperativas sociales por parte de los estados, se ha provocado la heterogeneización del sistema que ha perdido en forma creciente su carácter público, o sea de espacio sin selección social, para transformarse en un sistema fragmentado en guetos internamente homogéneos y excluyentes. Así las escuelas públicas concentran la población excluida de la sociedad en porcentajes superiores al del conjunto de la sociedad, lo que las transforma en espacios que refuerzan la exclusión de los alumnos y generan condiciones de trabajo mucho más exigentes para la salud docente.

A su vez la docencia de escuelas privadas está sometida a la lógica de la ganancia por parte de los empresarios que buscan rentabilidad aumentando la relación docente alumno y las exigencias de trabajo extraescolar no rentado. Además se trata de docentes expropiados de su propia subjetividad ya que deben someterse al control ideológico y al perfil de venta de la empresa o Iglesia, restringiendo su potencialidad como trabajador/a intelectual. Todo lo cual constituye otra forma de deterioro de las condiciones laborales.

¿Qué se ha logrado desde la lucha sindical para atenuar esas condiciones?

Estamos en una etapa histórica defensiva de las condiciones laborales que fueron conquistadas en 1959 luego de la larga huelga que logró la sanción del Estatuto del Docente que fue el modelo de las relaciones laborales de nuestro país hasta la fecha y que, incluso, se extendió como diseño a otros países de la región. El Estatuto del Docente fue la conquista histórica que permitió que, a través de su régimen de concursos públicos de ingreso y ascenso y la estabilidad docente, se impidiera la manipulación política de los gobiernos de la designación y despido de docentes y de este modo la libertad de cátedra dio a la escuela pública argentina el carácter de espacio público, con una relativa circulación de ideas. Si bien siempre existió control ideológico por parte de las empresas y de la Iglesia, persecución a los docentes anticapitalistas y socialistas que cuestionaban las formas de explotación y opresión social, estas persecuciones debían sortear la legalidad de un discurso que sostenía el ingreso por idoneidad.

La Reforma Educativa de los 90, aún en curso, tuvo en su carácter neoliberal no sólo la lógica del ajuste y la privatización como parte de exigencias del capital desde lo económico sino lógicas políticas e ideológicas. La destrucción de las conquistas, contenidas en el Estatuto Docente, fueron y son un objetivo de las reformas educativas en nuestro país y en el mundo. La implantación de evaluaciones docentes externas estándar a cargo de empresas evaluadoras, apuntan en esa dirección. Se trata de controlar lo que se enseña a través de direccionar lo que se evalúa y de someter a la docencia a las condiciones laborales que de ellas se desprenderían: pérdida de salario por resultados, ascensos digitados por fuera de concursos, despidos.

Hemos logrado a la fecha, no perder el Estatuto en sus trazos centrales para los cargos tradicionales del escalafón docente: concursos y estabilidad. Pero esto no ha sido posible para la mayoría de los cargos nuevos que se crearon bajo formas de precarización diversas, designaciones por fuera de régimen de concursos, sin estabilidad, bajo régimen de contratos y/o monotributistas. Esto se dio especialmente para el personal dependiente de los propios ministerios de educación y en la Ciudad de Bs As que llegó a tener más del 10% de sus docentes en estas condiciones. En muchas jurisdicciones se ha reducido el régimen de licencias. Han crecido las sumas en negro lo que perjudica a los docentes cuando se jubilan y ha achatado la escala salarial. Según el Estatuto, ésta debiera otorgar en forma escalonada, una bonificación por antigüedad hasta los 22 años de servicio de 120%. Mediante el sistema de sumas en negro ha pasado a rondar el 30%. Los planes “Mejora”, horas institucionales, tutorías, son cargos no estables lo que también incrementa la precariedad laboral y en general reciben menos salario que los fijados para cargos según el Estatuto.

¿Cuáles son los principales reclamos sindicales? ¿Cuáles son los principales logros?

La docencia además de defender las conquistas amenazas en el anterior punto, reclama entre otras las siguientes mejoras:

1) Salarios dignos que permitan evitar las jornadas extenuantes hasta con tres turnos. Concentración de tareas en una o dos escuelas.

2) Jornadas laborales que incluyan al menos 1/3 de las mismas para tareas extra-clase para la preparación de las clases, conformación de espacios institucionales, por ciclo y/o área para la reflexión pedagógica sobre la práctica, y de este modo la posibilidad de la evaluación y autoevaluación individual y colectiva de los grupos de educadores de cada institución, realmente para la mejora y no para la punición desde las empresas y gobiernos.

3) Plan de Formación docente continua, en servicio, sistémica, con relevo de tareas, a cargo del Estado, y sin pérdida de horas de clase por parte de los alumnos.

4) Equipos interdisciplinarios de apoyo psicólogos, psicopedagogos y asistentes sociales suficiente por escuela y/o distrito.

5) Relación docente-alumno que no supere los 25 por aula para primaria y media, y las que correspondan por normativa internacional para las salas del nivel inicial.

6) Jardines maternales-paternales suficientes para la demanda de las familias docentes y del resto de los sectores trabajadores.

7) Comedores escolares con comida nutritiva evitando la permanencia de niños y adolescentes por décadas comiendo pan con fiambre o medallones de soja. Copa de lecha para todos. Un alumnado bien alimentado mejora las condiciones de trabajo de la docencia.

8) Planes de vivienda sociales para los 3 millones de hogares con problemas de vivienda. Un alumnado con lugar para jugar, estudiar y dormir en intimidad, mejora las condiciones laborales de la tarea docente.

¿Cuál es el estado de avance en relación a “Los tres grandes problemas:

I. Trabajo Colectivo.

La actual jornada laboral centrada en la hora de clase impide el trabajo colectivo. No hay espacios institucionales comunes para el trabajo en equipo. Los esfuerzos en general se hacen con ajustes de horario ad hoc lo que redunda en dificultades para que todos puedan asistir.

II. Condiciones de vida-Trabajo del maestro y Calidad de la educación

Las condiciones enunciadas más arriba afectan directamente la calidad de la educación. Cuando reiteradamente los medios de prensa señalan casos como el de Finlandia cuyos resultados en educación son destacados, convendría publicitar también las condiciones de trabajo de la docencia: salario digno, grupos reducidos de alumnos, jornadas laborales que incluyen el tiempo de trabajo extra-clase, recursos didácticos, edificios escolares dignos, entre otros.

III. Investigación Educativa

La falta de espacio institucional en la jornada laboral, ya señalada, para la reflexión pedagógica de la práctica docente, impide recuperar el saber hacer de la docencia para la construcción del conocimiento pedagógico. Esto refuerza el modelo tecnocrático vigente que expropia a la docencia de aula de su capacidad de producir conocimiento pedagógico, continúa relegando a éste al accionar divorciado del aula de equipos técnicos con fuertes deformaciones tecnocráticas y resulta en un perjuicio evidente para la educación de nuestro país.

¿Se implementan programas desde el Estado para trabajar dentro de estas tres grandes problemáticas?

No.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=212170

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Túnez: Mensaje de la Marcha Mundial de las Mujeres (MMF) a la Asamblea Mundial (AMR) del CADTM, del 26 al 30 de abril de 2016

Tunez/Graça Samo / Rebelión/ Traducido del francés para Rebelión por Caty R.
La Marcha Mundial de las Mujeres (MMF) felicita a las amigas y amigos del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM) reunidos en la Asamblea Mundial (AMR) de Túnez del 26 al 30 de abril de 2016.

Os saludamos por vuestro compromiso para la suspensión inmediata del pago de las deudas ilegítimas del Sur y también de los pagos del Norte, ¡como Grecia! El sistema de la deuda es el principal instrumento histórico de la colonización para despojar, dominar, someter, humillar y destruir a los pueblos y sus formas de vida.

El gobierno y las políticas de las instituciones internaciones (FMI, BM y OMC) sirven desde hace mucho tiempo a los intereses de las empresas mientras las instituciones de la ONU y la UE, cada vez más, son más captadas por las multinacionales, como lo testimonian las políticas elaboradas para satisfacer los intereses del capital y el rechazo sistemático de esas instituciones a imponer límites.

Expresamos nuestra solidaridad en este momento de agravamiento de la ofensiva del Gobierno monárquico de Marruecos para criminalizar a los movimientos sociales, en particular a los que han denunciado los tratados de libre comercio establecidos, por ejemplo con la Unión Europea, y las políticas dirigidas a eliminar la soberanía del pueblo creando más dependencia y más pobreza.

En octubre de 2016 el MMF celebrará su X Encuentro Internacional que tendrá lugar en Maputo, Mozambique. Será una ocasión para reafirmar nuestro compromiso con la lucha contra el capitalismo patriarcal que nos impone ese sistema de deuda para mantener la explotación y el poder de las multinacionales.

Os brindamos nuestros mejores votos para una excelente asamblea.

Estamos con vosotros por la soberanía económica, política, cultural y medioambiental de los pueblos. ¡Marcharemos hasta que todas las personas seamos libres!

Fuente: http://cadtm.org/Message-de-la-Marche-Mondiale-des

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción

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