Page 28 of 29
1 26 27 28 29

África en los márgenes de la pobreza

Por: Rebelión

El arte que emerge del Sur rompe estereotipos, cuestiona prejuicios y enriquece debates en la sociedad global.

– La imagen de África está en manos de los africanos y ya no depende de la mirada occidental para verse representada.

– Estos son solo tres ejemplos de artistas con una máxima en común: más luz a la cultura como herramienta transformadora.

Para muchos analistas internacionales son simplemente observadores silenciosos. Acoplados urbanitas. Sin embargo, ellos y ellas gritan el lenguaje del arte cada día en las esquinas de capitales como Nairobi, Lusaka, Kinshasa, Durban, Lagos, Dakar, Uagadugú, Lomé, Abidyán, en salas de teatros y exposiciones, en medios de comunicación locales, y necesariamente a través de las redes sociales donde se hacen oír. Otras formas de explicar desde abajo.

Recogen las pequeñas piezas de la vida sembradas en las calles para darles forma y estamparlas en las miradas atónitas de algunos consultores que pasan entre 24 y 72 horas en ciudades desconocidas de las que después tendrán que sacar conclusiones.

Los otros. Ellos. Pero no. No hay tiempo de oxigenar la mirada y observar. Demasiado fugaz. O demasiado humillante el poder ver cómo la realidad de muchos artistas que buscan nuevas formas de mostrar África es, simplemente, en alta definición, a todo color y con respuestas a muchas de las preguntas. No por nada, sino porque se trata de vivir.

En verano del año pasado se publicaba el libro Africa’s Media Image in the 21st Century: From the «Heart of Darkness» to «Africa Rising»en el que se revisaba la representación del continente en los medios internacionales a través de 28 ensayos moviendo la discusión académica más allá de las críticas tradicionales del estereotipo periodístico, del afro-pesimismo o de la cobertura de las noticias más oscuras de África. La portada era ya toda una declaración de intenciones: una chica con una cámara fotográfica. Es decir, la imagen de África está en manos de los africanos y ya no depende de la mirada occidental para verse representada.

Boda en el suburbio de Kibera (Nairobi, Kenia), del proyecto ‘Kibera stories’ del fotógrafo Bryan Jaybe. BRIAN JAYBEE

Sin embargo, las luces de neón alumbraron a mitad de septiembre las portadas de medio mundo. Era un revés. El último informe de la FAO El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo se salía por la tangente para ir al grano e insultar las políticas globales. Hay más pobreza. Hay más hambre. Y África, la peor parada.

Pero el análisis debería compensarse porque esta desigualdad es consentida. El reciente estudio del Banco AfrAsia sobre la riqueza del continente africano subraya que en la actualidad hay 145.000 millonarios viviendo en África, con una riqueza combinada de alrededor de 800.000 millones de dólares. Entonces, algo no cuadra ¿no? El número ha crecido un 19% desde 2006 y para dentro de una década se pronostica un incremento de un 36%.

A esto, por aquello del equilibrio, habría que sumar la pérdida anual de unos 60.000 millones de dólares al año debido a la salida ilícita de minerales por grandes multinacionales o a la evasión de capitales –también de empresas extranjeras– que provoca una sangría económica de entre 30.000 y 60.000 millones de dólares anuales según la Comisión Económica para África de Naciones Unidas (UNECA, por sus siglas en inglés). En resumidas cuentas, que África pierde más dinero por los flujos financieros ilícitos de lo que recibe en ayuda extranjera.

Y en este equilibrio circense, y frente a los reportajes melancólicos de vidas destrozadas por las vetas de la mala suerte y las malas rupturas, hay vidas que ebullen y rebosan; cientos de millones de almas que habitan lejos del blanco y negro, del aburrimiento y la sombra del desamparo que, por nuestra ignorancia, son asumidos por la narrativa única del África de la pobreza.

Los tres ejemplos que se presentan a continuación representan solo la punta del iceberg. Tres africanos. Cada uno con una influencia colonial diferente (inglesa, portuguesa y francesa), pero con identidades múltiples que son deconstruidas y repensadas por trabajos que despejan el camino a una experiencia de comunicación sanadora. La máxima: más luz a la cultura como herramienta transformadora.

Bryan Jaybee, el click terapéutico del gueto

Bryan Jaybee Otie es probable que pueda sentir los olores de las calles de los slums (suburbios) de Nairobi bailando en su nariz, en especial de Kibera –considerado uno de los asentamientos chabolistas más grandes de África–. Sentir el aire espeso cargado de fragancias de desagües al aire libre mezclado con humo de patatas fritas, mandazis y chapatis cocinados a pie de carretera.

Pero Otieno, de 24 años, alias Storitellah (cuentacuentos), y conocido en la ciudad por su proyecto Kibera stories, prefiere poner el foco en otro lugar. «La mayoría de los medios occidentales tienen esa mentalidad preconcebida de que nada bueno proviene de África si no es la pobreza, alguien muriendo de hambre en alguna esquina o una guerra civil en curso tratando de desestabilizar un gobierno. Creo que, en el mundo occidental, hay un gran consumo de historias que representan a África como un lugar para la devastación masiva», explica el keniano.

Kibera, a priori, se quedaría en los márgenes de la Nairobi infectada de grúas y anuncios de pisos de nueva construcción, o de la parada obligada de los turistas que se apean en esta frenética capital de África del Este antes de visitar el Masai Mara o el Serengueti. Por eso Bryan explica la importancia de hacer fotos con otra mirada.

Amanecer en Kibera, del proyecto ‘Kibera stories’ del fotógrafo Bryan Jaybe. BRIAN JAYBE

«Comencé este proyecto fotográfico en 2013 utilizando la cámara de mi móvil. La mayoría de las fotos que veía en Internet no me interesaban porque siempre resaltaban las partes más abyectas y terribles de Kibera: niños sin esperanzas en las calles, un hombre borracho durmiendo en una zanja… una pésima luz. Todo esto era verdad, pero no dejaba de ser solo un fragmento de lo que es típico en todos los barrios marginales a nivel mundial. Y, además, si había una buena foto, entonces era de una ONG con un pie de foto pidiendo donaciones».

Bryan, frente a este guion pesimista ¿cuáles son tus comodines? «Dar alternativas a las narrativas ya preconcebidas del continente, y no aferrarse en los aspectos positivos o negativos, sino reflejar la complejidad». Y entonces, ¿cuál sería tu consejo para un corresponsal que visita África por primera vez? «Le recordaría que el continente no es solo esa mujer que parece hambrienta amamantando a un niño en su regazo. El continente es vasto y hay historias más interesantes aún inexploradas».

Nacido en Angola, un país con poco más de cuatro décadas de independencia, Nástio Mosquito es un tipo cool, un animal escénico, políglota y crítico con los estereotipos sobre África arraigados en el imaginario occidental.

The Guardian lo ha llamado «la futura estrella del mundo del arte», y lo cierto es que Nástio está en la vanguardia artística mundial, no solo por su genuina exploración en el multimedia, la música y la poesía o por salir de los marcos narrativos habituales, sino sobre todo por ser una voz crítica, sincera, desafiante, ausente de victimismos y capaz de estimular la emancipación espiritual del espectador.

¿Por qué es tan difícil aceptar un África diferente a la que entra por nuestras pantallas a través del cine, los anuncios de fundaciones benéficas o las revistas de viajes? ¿Por qué no podemos concebir a los africanos como sujetos políticos, artísticos o económicos?

La imagen de África ha sido gravada, a menudo de forma excesivamente adherente, a través de clichés racistas, naturalistas y eurocéntricos que fomentan una percepción mayoritariamente equívoca de un continente empobrecido, hambriento, salvaje y con poco desarrollo democrático. Y ahí, parece que nos sentimos cómodos. A sus 35 años de edad, Nástio Mosquito solamente ha conocido un mandatario en Angola –Jose Eduardo dos Santos, que presidió el país durante treinta y ocho años–, hasta hace escasas semanas, cuando fue sustituido por el continuismo del general Joao Lourenço.

Sin embargo, el artista ha crecido y vivido en ciudades muy cosmopolitas, desde Luanda pasando por Lisboa, a urbes chinas, y su mundo, por más extraño que pueda parecerles a algunos no iniciados al pensamiento crítico, no se ha construido entre elefantes, campos de refugiados o fusiles. En cambio, el consumismo global desenfrenado es una de sus mayores preocupaciones.

¿Alguien cree que Mosquito debe ser descrito aún con la etiqueta ‘africano’ delante de la de ‘artista’? ¿O debemos hablar simplemente de un ‘artista contemporáneo’ de origen angoleño? En pleno siglo XXI, ¿qué significado puede tener el epíteto ‘africano’ en ninguna descripción si no se concibe ese ‘ser africano’ como un actor partícipe del sistema mundo?

Sí. Nástio ha confesado en varias ocasiones que su comida preferida es el arroz. Pero no se hagan ilusiones los esencialistas. ¿No es la paella el plato preferido de muchos españoles? Ni rastro, sin embargo, de la supuesta escasez de alimentos que azota África en ninguna de sus obras, expuestas en la Bienal de Venecia (2007), ARCO Madrid (2009), Bienal de Sao Paulo (2010), Bienal de Gwangju (2012), el Tate Modern (2012), Fundación Prada de Milán (2016) o el Museo de Arte Moderno de Nueva York (2016).

No seamos ingenuos. ¿Tendría sentido esperar que los artistas españoles de hoy pinten toreros? ¿A caso la afición taurina es algo que defina a la sociedad española del siglo XXI? ¿Debemos decepcionarnos si no se puede definir un ‘arte español’ como aquel que pone a un Borbón en el epicentro de su obra? Pues la paella y la monarquía pueden ser tanto objeto del arte de un español como la moamba (plato típico angoleño) o la tiranía del petróleo al de un angoleño. Afortunadamente, Mosquito no es uno de estos artistas.

Modupeola Fadugba, una narrativa femenina local

Tampoco lo es la togoleña Modupeola Fadugba, cuyas obras se encuentran entre el nexo de la ciencia y la política. A pesar de haberse graduado en Ingeniería química, Economía y Educación, cursó sus estudios de arte en Inglaterra y actualmente reside en la capital de Nigeria, Abuja, desde donde crea una obra original, fresca y reivindicativa.

Sus pinturas no versan sobre los escandalosos desalojos de asentamientos informales en Lagos o sobre la contaminación causada por las petroleras en el Delta del Níger. Sin embargo, sus dibujos sobre papel quemado rememoran agujeros que son como balas: las marcas y recuerdos de una infancia en la Ruanda post genocidio (1994) que ponen de manifiesto que los contextos en los que se existe determinan el color de fondo y el prisma con el que miramos el mundo.

Fadugba se ha convertido en poco tiempo en un gran nombre del arte contemporáneo emergente, que coincidiendo con Nástio Mosquito, hace converger el cosmopolitismo y la originalidad para postularse como artista glocal fuera de etiquetas estériles. No en vano, ha expuesto en la Cité Internationale des Arts de Paris este 2017, y su exposición «Afriques Capitales» formó parte de la Bienal de Dakar en 2016, donde se galardonó su proyecto «The People’s Algorithm».

Para nada un caso aislado, pues son muchos los talentos que emergen desde diferentes puntos de África para transformar las percepciones globales hacia aspectos que nos afectan a todas y todos por igual, como la pobreza y su desgarro. África formula preguntas y bosqueja respuestas a los que todo el mundo debería acudir.

Mientras en su país natal, Togo, miles de manifestantes protestan desde agosto contra la dinastía Gnassingbé, que gobierna sin escrúpulos desde hace cincuenta años, Fadugba aporta un vocabulario simbólico que incorpora la teoría del juego como forma de resistencia dentro del medio acuático. Aquí, su arte se conforma como vehículo para el activismo y el empoderamiento colectivo a través de personajes femeninos que son sujetos activos emplazados en zonas de recreo o espacios de negociación, donde nadadoras sincronizadas viven entre el riesgo de ahogarse o el de superar marcas.

La salvación del alma o la ambición del poder, también halla su simbolismo a través de bolas rojas que representan la mercantilización del arte. Además, la artista, que en diferentes ocasiones se ha mostrado inspirada por la figura de la expresidenta de Liberia y premio Nobel de la paz, Ellen Johnson-Sirleaf, cuestiona el rol de la mujer en los espacios de poder, ya sea esculpiendo íntimos autorretratos o revelando la fuerza colectiva y las virtudes del trabajo en equipo.

La fricción entre el individuo y la colectividad, así como cualquier dilema concerniente a la sociedad contemporánea, no es ajeno a África. Asimismo, la aportación filosófica que emerge del arte del Sur, tampoco debe serlo a Occidente.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=233306

 

Comparte este contenido:

Colombia: «Convocamos a movilizarnos el 23 de octubre en la jornada de indignación»

Por: Rebelion

Comunicado de la opinión pública

Las comunidades y las organizaciones sociales, Mesa Regional de organizaciones sociales (MEROS), la COCCAM, Juntas de Acción Comunal (J.A.C.), las comunidades afrodescendientes y el pueblo indígena NASA del departamento del Putumayo, Piamonte (Cauca) y el corregimiento Cofanía Jardines de Sucumbíos (Ipiales – Nariño) informan a la opinión pública lo siguiente:

En el marco de la implementación del “Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una paz estable y Duradera” y el Acuerdo Regional firmado el 26 de julio de 2017 en la región con las organizaciones antes mencionadas, quienes estamos de manera decidida apoyando el proceso paz en búsqueda del cambio social y político para mejorar la calidad de vida de las comunidades en la región y en el país, manifestamos las inconformidades e indignación debido a la falta de voluntad política del Gobierno Nacional y la lentitud para avanzar en la implementación de todos los puntos establecidos en el Acuerdo Final.

Además, en medio de esta crisis por la cual atraviesa el proceso de paz, el Gobierno Nacional insiste en dar continuidad a la nefasta política antidrogas; fumigaciones, erradicaciones forzosas, extinción de dominio sobre sus bienes y judicializaciones violando la presunción de inocencia de los campesinos cultivadores de la hoja de coca, pasando por encima de la voluntad expresa de las comunidades en sustituir voluntariamente sus cultivos de uso ilícito acogiéndose al punto 1 y 4 del Acuerdo Final, acciones que generan alto grado de vulnerabilidad de los derechos humanos de campesinos, indígenas y afrodescendientes quienes aspiramos vivir dignamente en nuestros territorios.

Por tanto rechazamos:

  1. La masacre de campesinos, indígenas y afrodescendientes cocaleros perpetuada el pasado 5 de octubre en Tumaco departamento de Nariño, que dejó como resultado la pérdida de vidas humanas y heridos, asesinatos contra líderes y lideresas que exigen sus derechos como el caso de la comunicadora social indígena y reclamante de tierra de Coconúco departamento del Cauca, el compañero de Guaviare, entre otros casos que se vienen presentado en el país; lo que genera indignación y repudio en la región andinoamazónica.
  2. Las pretensiones de Gobierno Nacional a través del proyecto de ley que presentó, donde modifica la ley 160 de 1994, que busca entregar las tierras a grandes terratenientes y multinacionales para la explotación minero energética, contradiciendo el espíritu de lo pactado en el Acuerdo Final de Paz.
  3. El proyecto de ley del tratamiento penal diferencial presentado por el Gobierno Nacional que va en contravía de la esencia de lo acordado en el punto 4 del Acuerdo Final, que judicializará a campesinos cultivadores de coca aplicando la extinción de dominio.

Exigimos:

  1. Avanzar de manera inmediata y efectiva con la implementación de todos los puntos del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.
  2. Frenar las acciones de erradicación, fumigación y vulneración de los derechos humanos en todos los territorios y la eficaz implementación del punto 1 y 4 del Acuerdo Final de Paz y de las rutas y cronogramas acordadas en la región.
  3. Pleno cumplimiento en la implementación de garantías de seguridad, protección a la labor de las comunidades, líderes y lideresas campesinas, indígenas y afrodescendientes, defensores de derechos humanos en los territorios donde se está implementando el Programa Nacional Integral de Sustitución (PNIS) tal como lo establece el Acuerdo Final de Paz, para evitar más desplazamientos forzosos y situaciones originadoras de conflictos en la vulneración de derechos humanos que se están presentando.
  4. Articulación oportuna y eficaz en la formulación de los PISDA y los PDET y su implementación inmediata en los territorios.
  5. Proyección de la ley de tratamiento penal diferencial y la reglamentación de la ley de tierras en el marco de lo establecido en el Acuerdo Final de Paz.
  6. La garantía de no repetición de los hechos de violencia y violación de derechos humanos ocurridos en Nariño, Cauca y Guaviare, en ninguna parte del país.
  7. Respeto al ejercicio pleno de los derechos de la libre expresión, asociación y movilización de las comunidades, tal como lo manifiesta los tratados y acuerdos internacionales en materia de protección de los derechos humanos y el respeto por la constitución política.
  8. Garantizar la totalidad de los recursos necesarios para dar cumplimiento a las familias que ingresan al Programa Nacional Integral de Sustitución (PNIS).
  9. La continuidad de los diálogos y el cese al fuego bilateral entre Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
  10. Solución inmediata a los puntos anteriormente expuestos, expresamos a Gobierno Nacional nuestra voluntad de diálogo y concertación, para lo cual proponemos una reunión con los ministros Rafael Pardo Rueda, Luis Carlos Villegas, Guillermo Rivera Flores y el señor Eduardo Díaz Uribe, sin delegación, antes del día 20 de octubre de 2017. Con la presencia de los garantes, facilitadores del proceso, autoridades locales y de los departamentos de Cauca, Nariño y Putumayo.

Por lo tanto, las organizaciones anteriormente mencionadas nos declaramos en asamblea permanente, a partir de las 06:00 horas del día 12 de octubre de 2017, día internacional de la resistencia de los pueblos de nuestra América Latina y del Caribe.

Hacemos un llamado a las organizaciones sociales, Juntas de Acción Comunal, campesinos, agricultores, ganaderos, pueblos indígenas, comunidades afrodescendientes, profesores, estudiantes, trabajadores de la salud, transportadores, comerciantes, las iglesias, la clase obrera, desplazados, victimas, sindicatos, medios de comunicación, artistas y gestores culturales, hombres y mujeres, jóvenes, LGTBI, y demás comunidades y organizaciones que se identifiquen con la defensa del proceso de paz y su implementación, la defensa de la vida, los derechos humanos y el territorio andinoamazónico, a movilizarnos este 23 de octubre en la jornada de indignación convocada por las plataformas de organizaciones sociales a nivel nacional.

Puerto Asís Putumayo, 12 de octubre de 2017

Fuente:http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232808

Comparte este contenido:

Género y Patriarcado: Políticas de género y derechos humanos

Por: Daniel Fernández Ahumada

Ponencia de Daniel Férnandez Ahumada, filósofo argentino estudioso de la teoría sociológica del patriarcado, que impartío recientemente en el XVIII Congreso Nacional de Filosofía en San Juan (Argentina).
La eficacia en la aplicación de DdHh indicará el valor de su universalización, aunque para garantizarlos, antes deberíamos caracterizar de dónde provienen y qué los aplica. Idéntica situación acecha a las denominadas Políticas de Género. Pasar sin más a un tratamiento metodológico de la interacción conceptual enunciada en el título, indicaría que conocemos en qué consiste el mundo en que vivimos, aunque esta sería una pretensión de certeza o una falsa atribución.

Políticas de género, postulados y divergencias

En un documento de la CEPAL 2014, se plantea: “Avanzar hacia la igualdad de género y el cumplimiento del rol que le compete al Estado en esta tarea es el propósito en que se funda la propuesta de matriz para la recopilación de políticas públicas…A través de esta matriz se pone a disposición de los actores del Estado y de la sociedad civil…Se trata de una matriz que considera…Teniendo la igualdad como horizonte, por medio de la matriz se sugiere evaluar… En el presente documento se expone, por una parte, el enfoque analítico desde…las políticas analizadas de siete países de la región:..para enfrentar la violencia contra las mujeres del Brasil y del Uruguay, garantía de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo de Colombia, las políticas de paridad y alternancia de género del Estado Plurinacional de Bolivia y de Costa Rica, la reforma tributaria de Chile y el gasto etiquetado para las mujeres de México.” En el documento se repite cinco veces la palabra matriz en la primera o segunda línea de cada uno de los cuatro párrafos, lo cual podría indicar una intención. En el tercer párrafo se afirma lo siguiente: “Teniendo la igualdad como horizonte, por medio de la matriz se sugiere…”. Esta frase evita utilizar un verbo, por caso, igualdad que será ‘lograda por medio de la matriz’, se decide suprimir la acción ubicando una coma, lo cual no desambigua y permite leer ‘teniendo la igualdad como horizonte por medio de la matriz se sugiere’… El fundamento da por sobreentendido el contenido del concepto igualdad, sin especificar límites, garantías ni sentido final de aplicación. Sin embargo, cuando al final del texto se cita a Bolivia, contrapone igualdad a dos conceptos empleados por esta nación, paridad y alternancia, los que sí muestran límites a la aplicación. Género posee potencia propia que no necesita de la palabra igualdad, ya que por sí se ubica en el lugar que cuestiona la diferencia. Igualdad vendría a reforzar la propia tendencia inherente en género, y al afianzarla nos queda una doble afirmación, lo que por sí también podría albergar una especificidad de aplicación distinta de la enunciada.

En cambio, si atendemos al problema civilizatorio que por sí acarrea la subalternidad feminal actual, mediante los conceptos paridad y alternancia, veríamos que paridad excluye la posibilidad de que se sustituya la diferencia por una igualdad extrema incluida en el concepto género, y alternancia señala cómo utilizar las oportunidades, garantizando que la aplicación no se deslizará, por ejemplo, afectando la continuidad de la división biológica de nacimiento.

Patriarcado

Es un acierto del feminismo de Abya Yala denominar sistema de dominación y patriarcado a esta, ya que la civilización de derecho materno euroasiática del Neolítico, desenterrada por la arqueóloga Marija Gimbutas, obra validada publicada en 1974 como Diosas y dioses de la Vieja Europa, expone su antítesis: ésta violenta, jerárquica, guerrera, aquélla de cierta complejidad, armónica, igualitaria y pacífica. El matriarcado es la posterior transformación jerárquica que sufrieron las sociedades maternales igualitarias cuando las hordas pastoriles arias comenzaron a devastarlas. El patriarcado es el primer y único sistema conocido de dominación sobre la vida humana, devenido omniabarcante, de cuyo origen pastoril han devenido todos los subsistemas socioeconómicos posteriores conocidos. Surgió del despliegue progresivo de la mayor fuerza física del macho humano elevada a principio organizador del orden social, que se impuso generando jerarquías, una primigenia casta de machos fuertes, y mediante ella terror. Este tríptico impuso el sentido apropiador de bienes y personas, lo que evolucionó hacia lo que conocemos como propiedad privada y esclavitud, pautó la sexualidad, impuso restricciones a la corporalidad, a la naturaleza biológica de la especie y al cuerpo feminal en especial. El patriarcado postuló dos grandes relatos autolegitimadores, el mítico-político griego ario y el religioso de origen semita, y su estructura, principios y propósitos siguen plenamente vigentes en el capitalismo, al que insufló su lógica racional endógena surgida de la lógica propia del despliegue de la fuerza.*

Configuración vigente

El relato patriarcal mítico-político adoptó un ideal de perfección andrógino, y el religioso un ideal creacionista al modo natural del nacimiento. En ninguno de los dos relatos aparece conformidad respecto a la naturaleza propia de lo humano. A la amplitud de lazos afectivos se le aplicó monogamia, a la mujer se la postuló como racionalmente inferior, se exacerbó el valor del hombre, se anuló la armonía, se postuló inferior al orden comunal, se postuló a los humanos como seres exclusivamente sociales, se promovió que la separación de la naturaleza desplazara los vestigios biológicos de los comportamientos, se señaló como responsable al Estado de Naturaleza, se pautó la corporalidad. Ya en la Modernidad capitalista, luego del fatídico siglo XVI, comenzó el debate, que el hombre es bueno por naturaleza, que no, que es necesario contractualizarla para disciplinarla, la Razón mental desvinculada del cuerpo, se inventó el ego, hasta que mediante la ciencia biológica el comando postuló que la criatura humana es congénitamente conflictiva, y el psicoanálisis popularizó el supuesto –actualmente rechazado- mediante el Tanatos. Desde allí, todos los males siguen siendo atribuidos a la humanidad.

Últimos cincuenta años

En los años sesenta se expandió el movimiento feminista, Khun postulaba el carácter social del criterio de validez científica, en 1974 apareció la obra de Gimbutas, también el Antiedipo, y como respuesta se promovió el feminismo Cyborg Queer, la moda unisex, la promoción de la homosexualidad masculina per se falocrática, la psicología en versión freudiano-lacaniana, lo real virtual, imposibilidad de la verdad, vigencia del relativismo, supuesta caída de los grandes relatos, globalización, fin de la Historia, desplazamiento de la palabra sexo, reduccionismo biologicista, promoción del transgenerismo entendido como vía libertaria, manipulación genética, trasplante de órganos, inteligencia artificial, robótica.

El sistema de dominación patriarcal aun profundamente dividido, se conmocionó ante el desenterramiento de la civilización maternal, que por comparación simple lo dejaba mal parado y como responsable de los problemas del mundo en que vivimos. A partir de allí el movimiento feminista se dividió en dos grandes campos, el que lucha por la recuperación de la soberanía de los cuerpos señalando al patriarcado, y el que decide aprovechar lo tecnológico para experimentar una era post-humana. Dos campos, uno que acusa al patriarcado y otro que acusa a la humanidad, y en el ambiente, la promocionada versión freudiana que posibilita que la guerra sea entendida como connatural a la especie.   

Cyborg Queer y ciberfeminismos 

Atendamos un instante a VNS Matrix, Manifiesto de la Zorra Mutante, 1991: «Succionado, absorbido por un vórtice de banalidad… acabas de perderte el siglo XX. Estás al borde del milenio… Lo cautivador es la mezcla de fundidos. El contagio ardoroso de la fiebre del milenio funde lo retro con lo posmo, catapultando cuerpos con órganos… donde el código dicta el placer y satisface el deseo». Los ciberfeminismos aun con matices, plantean que la sexualidad de una criatura humana no está determinada por la biología base de la especie. Esta afirmación de indeterminación indica varios supuestos: -que el distrofismo de la especie no produce diferencia en los comportamientos.. –que conoce la complejidad de la diferencia específica entre hombres y mujeres.. -atribuye que los comportamientos prosociales humanos dependen en exclusiva del orden social-cultural civilizatorio.. -ignora que el patriarcado es producto de sólo uno de los tres despliegues conocidos de la naturaleza biológica de la especie.. –ignora que los ostensibles comportamientos prosociales de las mujeres, tales como amparo, cooperación y asistencia recíproca, surgen de la especial conformación de su naturaleza biológica.. -afirma por confusión, que la naturaleza biológica de la especie es subalterna, la responsabiliza de bloquear el deseo, de comportarse como una muralla que enturbia el acceso a la identidad sexual.. -postula que la naturaleza biológica bien podría ser considerada nociva o desechable.. -imagina que la sexualidad binaria de la mujer arraigada en que nace de otra mujer, es homologable a la del hombre.. -postula la hibridación biológica de la especie al apoyar que lo cautivante es la mezcla de fundidos.. -afirma que sabe en qué consiste la sexualidad humana.. -imagina a la indeterminación como ideal emancipatorio.

Un propósito ciberfeminista: cómo abordar la construcción de ese sujeto post-humano, inesencial, desde una perspectiva feminista, desde la perspectiva propia de la mujer. Por qué decide construir una subjetividad post-humana si desconoce la que desecha. Cómo se imagina feminista algo que postula desde lo inesencial la disolución de la diferencia. Ignora que la subjetividad feminal excede a la que procede de una racionalidad meramente mental. Las mujeres muestran una mayor amplitud porque son portadoras de especialización biológica para albergar vida en formación y ser madres, lo que eleva los logros de la mayor capacidad orgástica feminal a niveles cualitativamente distintos que los del hombre, lo que se tradujo en comportamientos sociales inclusivos, así como en excepcionalmente eficaces milenarios logros civilizatorios. La racionalidad de las mujeres incluye el cuerpo individual en sentido amplio y profundo, así como el cuerpo en común propio del ser mujeres madres fuentes de vida. Pareciera ignorar que la alienación en la mujer no se completa porque posee una subjetividad corporal o una corporalidad subjetiva y una racionalidad corporal ampliada (rca) irreductible a la dominación, mediante la que enfrenta con éxito relativo el ataque patriarcal contra los cuerpos activos, e impide que se imponga al cuerpo feminal otro objeto de culto que lo someta por completo. No comprende que postular refugiarse en lo inesencial post-humano surge de la confusión defensiva de su propia rca. Afirma que alguien es mujer cuando se siente mujer, aunque esta afirmación abre paso a la psiquiatrización de decisiones y comportamientos. Muestra que el patriarcado operó imposibilitándole comprensión acerca de los conceptos humanidad, emancipación y mujer.

Conclusiones

Cuál es la base material de aplicación si se niega el punto de partida de nuestra materialidad. Pareciera que los ciberfeminismos fluyen desde una percepción de realidad asfixiante y enigmática, escurridiza y brutal, que somete y maniata y que se les muestra como un irreal aterrorizante y omniabarcante. Abandonan el campo de lucha feminal. Una respuesta desesperada y justificada típica de la ausencia de comprensión acerca de que huyen del patriarcado para reproducir patriarcado. Impotentes, llaman a refluir hacia un adentro real ilusorio desde el que logremos diseñarnos como respuesta libertaria que decidió imaginar que conoce lo que le asfixia. Ha renunciado a lo humano sin reconocer que lo responsabiliza porque le resulta inasible, incomprensible, omnipresente y peligroso. Se trata de un planteo conservador de apariencia revolucionaria. Desde el referido documento de la CEPAL, se podría estar promoviendo una vía institucional complementaria del planteo ultraindividualista descripto. Aquí, las políticas de género no garantizan promover la efectiva igualdad humana mediante paridad y alternancia.

Muestra un vacío incapaz de garantizar una barrera contra la manipulación genética o tecnológica que decida aplicarse a la naturaleza biológica de la especie. Si las estrategias institucionales no dependiesen estrictamente de derechos sino de la adecuación a uno de los relatos patriarcales, la humanidad quedaría a la deriva y en pleno derecho de ejercer ciudadanía con el propósito de detener la tendencia oculta que la ubica en riesgo de disolución. Si la aplicación de derechos humanos es ilimitada, se transforma en un derecho de aquello capaz de interpretación al infinito, eso que logra sus fines generando sentido común estratégicamente predeterminado, mediante promoción, persuasión o fuerza, y eso es patriarcado. En el marco de una civilizatoria restricción, hoy la humanidad carece de garantías que efectivamente prioricen y defiendan la vida.  


Notas bibliográficas 

*Homo Sapiens Patriarchalis Quo Vadis.- -CEPAL, 2014, Políticas públicas para la igualdad de género: un aporte a la autonomía de las mujeres, en w.cepal.org/es…

-Ana Martínez Collado, Tecnología y construcción de la subjetividad. La feminización de la representación cyborg (web).

-Declaración de científicos de diversas especialidades y partes del mundo, patrocinados por la UNESCO, en rechazo a que la violencia y la guerra son connaturales a la especie. Sevilla, 16 de mayo de 1986. Texto incluido en el sitio web de la bióloga española Casilda Rodrigañez Bustos.

-Fernández Ahumada, Daniel O., Homo Sapiens Patriarchalis Quo Vadis, ed. La luna qué, Buenos Aires, 2016.

-Gimbutas, Marija, Diosas y diosas de la Vieja Europa, ed. Siruela, Madrid, 2014. -Rodrigañez Bustos, Casilda, El asalto al Hades, página web oficial de la autora.-

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=232736
Comparte este contenido:

La especie humana es la única que se educa en contra de su propia supervivencia

Por: Rebelión

Esta mañana se ha presentado en rueda de prensa el informe La Situación del Mundo 2017la última edición de la serie anual del Worldwatch Institute, cuya edición en castellano acaban de publicar FUHEM Ecosocial e Icaria. El informe, que lleva por título “Educación ecosocial. Cómo educar frente a la crisis ecológica”, analiza y recoge experiencias de todo el mundo sobre metodologías y contenidos educativos para impulsar un aprendizaje útil frente a la crisis ecológica actual. “No podemos pensar que la educación ambiental es enseñar las 3R: reducir, reutilizar, reciclar; eso era útil en los años 70. Ahora lo más importante es educar a líderes climáticos”, apunta Erik Assadourian, investigador senior del Worldwatch Institute y director del informe de este año.

Cómo educar frente a la crisis ecológica

“El mundo está cambiando tan rápido que pensamos que necesitábamos focalizar el informe de este año en la educación. Los humanos estamos haciendo nuestro mundo inhabitable. Hace cuatro años que deberíamos haber empezado a realizar cambios radicales hacia sociedades más sostenibles, pero ahora tenemos que pensar cómo formar a las generaciones venideras ante la imparable crisis climática”, explica Assadourian.

Para incorporar una mirada ecosocial, es decir, una perspectiva educativa con la que profundizar la democracia, la sostenibilidad y la cohesión social, el investigador estadounidense ha explicado los seis principios que son la base para una educación así: “dependencia de la Tierra, interdependencia, creatividad, aprendizaje profundo, liderazgo centrado en la Tierra y, el último, la capacitación para la vida, como algo transversal que atraviesa los otros cinco principios”.

Por qué incorporar una mirada ecosocial al contexto educativo español

Uno de los capítulos especiales que se incluye en la versión en castellano del informe, está firmado por Víctor M. Rodríguez, director del área educativa de FUHEM, y Yayo Herrero, directora general de la misma fundación y reconocida a nivel estatal por su trayectoria ecofeminista. En su análisis en la rueda de prensa, Yayo Herrero recalca la cuestión más política que atañe a la educación: “El pacto educativo es un reflejo de una determinada forma de ejercer el poder, sin preguntarse para qué mundo queremos enseñar” y añade que “los sistemas de educación son campos de batalla donde pelear la visión hegemónica, y el nuestro no está a la altura de las circunstancias”.

Además, reitera la importancia de que “un proyecto educativo tiene que estar contextualizado en el mundo en el que vivimos y el currículo escolar oficial deja fuera muchos temas: no se enseña la interdependencia con la naturaleza y el valor de las relaciones, sino que se educa en una noción de crecimiento y de tecnología que nos está llevando al suicidio, sin conectar los problemas actuales con las verdaderas causas”.

La fundación FUHEM, titular de tres centros escolares en la Comunidad de Madrid, no quiere quedarse fuera de este proceso de transformación. Por ello, ha reformulado su Proyecto Educativo, siguiendo las líneas estratégicas que ha explicado Yayo Herrero: “Estamos ahora mismo introduciendo una mirada ecosocial al currículo oficial para que el elemento central de nuestro proyecto incluya la comprensión de los límites físicos de nuestro planeta, la educación en temas de género, la visibilización de los cuidados y la distribución de la riqueza y las responsabilidades”.

En este sentido, Luis González, autor del capítulo “Alimentar otros modelos” que se incluye en la versión internacional del informe, ha aterrizado estos aspectos en iniciativas concretas como la experiencia de los comedores escolares ecológicos en los centros escolares de FUHEM, que no solo contempla la sustitución de los ingredientes por otros de origen ecológico, de temporada y de cercanía, sino que también incluye la creación de grupos de consumo para las familias y la elaboración de una guía didáctica para introducir la alimentación como vector educativo en diversas etapas y asignaturas”.

Por otra parte, González, como coordinador del proyecto educativo ecosocial en los centros escolares de FUHEM, ha explicado el proceso de adaptación del currículo escolar: “Además del blog Tiempo de Actuar donde se ofrecen recursos didácticos en relación a temáticas ecosociales que son muy útiles para el aula, llevamos un par de años diseñando un currículo que incluya estos temas y se adapte a lo estipulado por la LOMCE, y que esperamos que sea accesible para cualquier docente interesado en integrar esta mirada en su forma de educar”.

Jornadas para seguir avanzando en una educación ecosocial

Los temas del libro presentado hoy en Madrid serán el eje de las jornadas “Educación ecosocial. Cómo educar frente a la crisis ecológica y social”, organizadas por FUHEM, que se celebran el viernes 6 y el sábado 7 de octubre. En ellas se analizará el contexto educativo español y la importancia de incorporar una mirada ecosocial en este ámbito y se presentarán experiencias que se están llevando a cabo en el estado español. En las Jornadas, que se celebrarán en La Casa Encendida -con todas las entradas ya agotadas- participarán personas expertas en la temática como María Novo, Santiago Alba Rico, Heike Freire, Rafael Díaz-Salazar, Yayo Herrero y Erik Assadourian.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232453

Comparte este contenido:

La danza como ritual de resistencia identitaria

Por: Rebelión

La editorial Sudestada acaba de publicar “Mujeres de Kurdistán. La revolución de las hijas del sol”, un libro compilado por Roma Vaquero Diaz y Leandro Albani. En El Furgón publicamos como adelanto el artículo “La danza como ritual de resistencia identitaria”, de Roma Vaquero Diaz.

En enero de 2015, milicianos y milicianas kurdas de las YPG/YPJ celebran la victoria en Kobanê danzando sobre los escombros de la ciudad. Tomados y tomadas de las manos sonríen y festejan mientras cantan. ¿Por qué eligen esta manera de celebrar? ¿Por qué la música y la danza se encuentran presentes en cada uno de los momentos de la vida del pueblo kurdo?

El Kurdistán es un pueblo que se ha establecido durante miles de años en la parte septentrional de Medio Oriente, entre los ríos Tigris y Éufrates, y en las alturas de las montañas de Anatolia y los montes Zagros. Después de la Primera Guerra Mundial este territorio se repartió entre Turquía, Siria, Irán e Irak, naciones que desde ese entonces intentaron e intentan separar y desaparecer al pueblo kurdo.

Las expresiones culturales kurdas se han prohibido infinitamente, pero el pueblo las retoma y resiste a través de ellas. La música y danza kurda no existen una sin la otra. Ambas son la expresión del sentir, de la lucha y de la historia del pueblo kurdo. Ambas son una facultad de resistencia para proteger la identidad de su sociedad. Ante todo intento de prohibición y de destrucción contra su cultura, el arte es la herramienta constituida a través de la herencia. Los pueblos de Kurdistán bailan y cantan porque el arte y la cultura son la transferencia testimonial de su historia y de su identidad.

Cuando en los hogares la música y la lengua kurda estaban prohibidas, las mujeres les cantaban a sus hijos para transmitirle sus raíces. Históricamente, las mujeres han sido quienes mantuvieron vivo el arte, transmitiéndolo de generación en generación.

Para el pueblo kurdo la expresión cultural es un arma de autodefensa, por este motivo en Rojava se crearon centros culturales donde se coordinan talleres –que estaban prohibidos antes de la revolución– de música, danza, dibujo, poesía, teatro y escultura. En cada centro cultural se creó una coordinación de mujeres y una academia por y para la cultura y el arte de las mujeres, ya que estas, más allá de haber sido las transmisoras históricas, se enfrentan a formas de represión patriarcales y capitalistas que subestiman sus haceres.

Existen diferentes estilos de danzas kurdas en las cuatro regiones del Kurdistán: algunas tratan acerca del amor, de la belleza de la naturaleza, de las escenas de la comunidad; de tareas cotidianas como preparar el pan, el ordeñe de las vacas, la relación con los animales y el trabajo en el campo. Cada una de las danzas representa los elementos propios de la cultura y en sí mismas son la historia viva del pueblo. Aquí nos interesa adentrarnos en las Govend, para entender cómo estas danzas funcionan no sólo como poder identitario sino también como construcción política y colectiva.

Espirales colectivas y fraternas

Todos los 21 de marzo, con el equinoccio de primavera, se celebra el Newroz que indica el año nuevo para los pueblos de la Mesopotamia. En este festejo, los y las participantes danzan alrededor del fuego como símbolo de vida y de resistencia.

Recuerdo mi primer Newroz en la ciudad de Buenos Aires: luego de que los kurdos residentes en Argentina pronunciaran palabras de acompañamiento a la lucha de su pueblo y en demanda por la liberación para Abdullah Öcalan, uno de ellos tomó un pañuelo y salió a bailar; espontáneamente, los y las presentes comenzaron a sumarse, y yo decidí hacerlo también: al acercarme al círculo, este se abrió y me brindaron un espacio. Al dar el primer paso, los dedos meñiques se encontraron sujetos y las manos tomadas comenzaron a dibujar círculos en el aire y cerca del pecho. Los pies, por su parte, como si conocieran los pasos de lo colectivo, se dejaron guiar por el flujo del corro. Así, más despierta y presente, percibí cómo mi energía se modificaba y se sentía reflejada en cada una de las sonrisas de este cuerpo comunitario en celebración.

Las danzas Govend, presentes en cada Newroz, afirman el tiempo circular de renovación de la vida y de los lazos sociales, pero sobre todo sostienen la identidad del pueblo.

La manera en que cada pueblo danza con los integrantes de su comunidad, en que aproximan sus cuerpos y se organizan en el espacio, da cuenta de la cosmovisión en la que se encuentran sumergidos en su presente y denota aquellos elementos sobre los cuales pudieron sostenerse a lo largo de la historia como identitarios de su cultura. En las danzas kurdas no existe segregación por sexo ni por edad como si, de alguna manera, en la rítmica ritual de una Govend, ya se encontraran latentes las ideas con las cuales Öcalan pensó el Confederalismo Democrático. El líder del Movimiento de Liberación de Kurdistán sostiene que no puede lograrse una sociedad libre de todas las formas de opresión mediante la continuación de las estructuras existentes del Estado-nación, el patriarcado y el capitalismo; y que la alternativa a estos sistemas existentes es el Confederalismo Democrático. Este modelo basado en la idea de una sociedad construida sobre la democracia, la ecología y la liberación de las mujeres, y una coexistencia pacífica entre todas las etnias y religiones, es evocado a través de las Govend, donde la mirada está puesta en la comunidad y en lo colectivo. Así, unidos y unidas entre sí, a través de la danza, la revolución del pueblo kurdo forma círculos inmensurables que se acrecientan al compás del erbane, pandero percutido principalmente por las mujeres.

Las Govend son danzas comunitarias y grupales donde hombres y mujeres de edades disímiles bailan juntos en círculo, en semicírculo o en línea recta, direccionando el movimiento hacia la derecha; y se unen entre sí tomándose por las manos, en contacto hombro con hombro, entrelazando los dedos meñiques o mediante la colocación de las manos en la espalda. Las y los danzantes se encuentran siempre simbólicamente alrededor del fuego y dan cuenta de la forma de vida de los kurdos y de las kurdas a través de miles de años, ya que, al tomarse de las manos, entre sus dedos circulan siglos de cultura, lucha y resistencia. Al mismo tiempo, personifican la unión de los pueblos a través de la historia. Este tipo de danza se pone en acto para celebraciones especiales, compromisos, bodas, el Newroz y los momentos de victorias. En este tipo de manifestación, no hay diferencia de roles salvo con uno de los partícipes: el Serchopi´, quien se encuentra a la cabeza del círculo y es el encargado de guiar la danza y modificar la dinámica a lo largo de la práctica. En su mano derecha sostiene un objeto alusivo, generalmente un pañuelo donde se encuentran presentes los colores del Kurdistán, amarillo, verde y rojo que simbolizan el sol, la naturaleza y el fuego, respectivamente. Nadie puede ocupar su lugar hasta que haya completado una vuelta al círculo, de manera tal que quien entra a la danza se ubica entre el resto de las y los danzantes, llamados Gawaní.

La danza es la transformación de funciones y expresiones comunes en movimientos fuera de lo habitual para propósitos extraordinarios. Incluso una función básica de locomoción como el caminar se realiza en la danza de una forma mítica, en círculos o en un ritmo concreto y dentro de un contexto especial. Las Govend son cadenciosas, siempre a tempo, y quienes las danzan no sólo acompañan con el canto, sino también con las típicas vocalizaciones “Tilili” que se producen al vibrar las cuerdas vocales y movilizar la lengua rápidamente, dentro de la cavidad bucal, hacia arriba y hacia abajo. Ondulando en marcha acompasada, estas danzas pueden versionarse en Dilan, Sepe o Chapi: en las Dilan, el paso de danza se encuentra más cercano a la tierra y se realiza sincrónicamente, aunque la energía y calidad de movimiento se va modificando según la dinámica rítmica de la música; en las Sepe, los pies derechos acentúan la rítmica y se dirigen hacia el centro del círculo; y en las Chapi, el traslado consiste en dar dos pasos hacia adelante con el pie izquierdo y luego dos pasos hacia atrás con el pie derecho, mientras se mantiene el curso circular.

En este tipo de prácticas, la danza y la música van unidas de manera tal que la dinámica de una modifica a la otra. El ritmo binario se refleja en ambas, el pulso es marcado por la entrega de peso del pie derecho y del pie izquierdo alternadamente, mientras que las manos y el torso se unen a la subdivisión rítmica. Las danzas se desarrollan en series continuas y repetitivas de pasos cortos mientras se desplazan en el espacio. Los y las bailarinas discurren en la repetición de movimientos y en la reiteración de las células rítmicas, afirmándose a sí mismos y a sí mismas en su identidad, enfatizando la unidad y la continuidad donde ningún tiempo ni movimiento es más importante que otro, y donde la danza es una totalidad que los comuniona.

Por lo tanto, esta circularidad puesta en común a través de la danza se presenta tanto en el tiempo como en el espacio construyendo una sensación de comunidad, fraternidad e identidad.

Silvia Citro y Adriana Cerletti en Las danzas aborígenes siempre fueron en ronda, sostienen que “danzar colectivamente en círculo, repitiendo simultáneamente los mismos movimientos y unidades musicales, usualmente promueve sentimientos de fraternidad y cercanía entre los performers” (Citro – Cerletti, 2012, pág. 163). Así la acción colectiva se encuentra sobre la individual, idea que se presenta tanto en los haceres cotidianos de la agricultura o el amasado de pan, como en el paradigma del movimiento kurdo que busca una democracia colectiva y comunitaria. Siendo así, el foco de la danza es interno y se encuentra entre quienes danzan y el espacio que los contiene. No es para ser mirados ni miradas, no es para un público, sino que es para ellas y ellos mismos: un cuerpo colectivo para ser vivido y no para ser espectado.

Símbolo de identidad y práctica de resistencia

Las Govend nacieron junto al pueblo kurdo a través de su historia y de su geografía, son danzas que tienen más de 5.000 años de antigüedad. En su serpenteo colectivo y mixto, donde los pies se desplazan y las manos unidas se mueven como manivelas en el aire, se constituye una sensación de unidad y comunidad que aúna al pueblo y lo empodera. A través de este acto intangible y fugaz, los cuerpos se fusionan en desarrollo del respeto mutuo. Mediante el ritual, el pueblo y el territorio se vuelven continuos uno del otro. Esta acción que involucra al cuerpo les permite conectarse con su esencia trascendente y volver una y otra vez al origen de su civilización. Al mismo tiempo, todo ritual cultural permite vincularse con lo sagrado y tomar conciencia del sí mismo colectivo. De esta manera, el espacio cotidiano se torna espacio mítico y de autodefensa, creando un puente entre sociedad y vida, entre pasado y presente, reforzando la pertenencia cultural. Es decir, mito y ritual acompañan los momentos importantes de la vida del pueblo kurdo y ello sostiene su existencia, a la vez que actualiza los relatos propios de su sociedad.

La danza kurda en el contexto de la guerrilla, de la lucha y de las victorias, es un poderoso símbolo de identidad, es una práctica de resistencia y complicidad que da cuenta de lo que el imperialismo cultural no pudo deshacer. Si en la danza se reflejan las características de un pueblo y de su tierra, la regularidad de sus ciclos y la temperatura de sus días; las danzas colectivas kurdas reflejan no sólo el movimiento del sol y la sabiduría de las montañas, sino también el deseo de fraternidad y de libertad, el anhelo de un paradigma basado en la igualdad y el respeto; el saber vivencial, la alegría y la lucha.

Para consultar sobre el libro: http://www.revistasudestada.com.ar/edicion/316/mujeres-de-kurdistan/

Fuente original: http://elfurgon.com.ar/2017/08/31/la-danza-como-ritual-de-resistencia-identitaria/

Fuente de publicación: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=231030

 

Comparte este contenido:

Machismo de derechas & Machismo de izquierdas ¿Qué es ser un machista de izquierda?

Por: Danilo Castelli

¿Acaso es más solidario el machista de izquierdas que sus iguales de derecha? En este texto se analizan las actitudes que, bajo un paraguas pseudo bien pensante, esconden los mismos sesgos discriminatorios hacia las mujeres.


 

Este listado contiene pensamientos y actitudes de machismo de izquierda. Algunas mías; y otras que he visto en distintas personas. ¿Cuándo soy, entonces, un machista de izquierda? :

Cuando siempre tengo preparado el término “burgués”, “pequeñoburgués”, “liberal” y “posmoderno” para descalificar al feminismo que me incomode, corresponda o no la caracterización.

Cuando coincido con la gente de derecha en preguntar “¿por qué feminismo y no igualismo?”, lo cual indica que ni siquiera me importa el tema para hacer una búsqueda en google pero me siento amenazado o desplazado por un movimiento que pregona la libertad y el poder para las mujeres.

Cuando minimizo o rechazo las luchas feministas diciendo “el verdadero problema es el capitalismo” (y de esa manera demuestro mi ignorancia sobre cómo se articulan capitalismo y patriarcado y sobre la influencia reaccionaria que tiene el machismo sobre la clase trabajadora).

Cuando coincido con la derecha en naturalizar la heteronormatividad y los roles de género.

Cuando no puedo dejar pasar la ocasión de decir “el verdadero problema es de clase” cada vez que se dice algo desde una perspectiva de género.

Cuando, así como los machistas de derecha quieren negar el patriarcado al buscar ejemplos de mujeres que agreden hombres o falsas denuncias o situaciones donde los hombres sufren más que las mujeres, yo busco situaciones de feminismo burgués o blanco o misándrico para justificar que la izquierda no tiene nada que aprender del feminismo.

Cuando soy muy revolucionario hablando de capitalismo y socialismo pero me convierto en “pragmático y realista” hablando de machismo y feminismo.

Cuando digo que el socialismo no tiene nada que tomar del feminismo porque “la cuestión de la mujer” ya estaba planteada en algún texto socialista de siglos pasados.

Cuando en vez de escuchar a una compañera para aprender, espero a mi turno para hablar. Cuando digo que como el socialismo está contra toda opresión no hace falta ser feminista.

Cuando hago “mansplaining”, o sea explicarle de manera condescendiente a una mujer lo que ella ya sabe (a menudo, interrumpiéndola), asumiendo que sin mi explicación no caza una.

Cuando cometo “gaslighting”, es decir, manipular el sentido de realidad de una mujer, poniendo en duda su memoria, percepción o cordura, porque no dice lo que yo quiero escuchar.

Cuando solo veo al machismo en sus manifestaciones más visibles y explícitas (feminicidio, trata, violencia doméstica, violaciones, discriminación laboral) y me niego a verlo en sus manifestaciones más sutiles (acoso sexual callejero, inequidad en el reparto de las tareas domésticas, microviolencias, violencia simbólica).

Cuando denuncio con fuerza los actos de machismo cometidos por burgueses, políticos, figuras públicas y hasta dirigentes de otros partidos pero me hago el distraído sobre el machismo en mi clase social, en mi laburo, en mi organización.

Cuando solo denuncio el machismo y la homo/transfobia de políticos, empresarios, comunicadores, policías u otros agentes directos de la opresión y nunca interpelo al machismo de los varones de clase obrera en general, ni el de mis compañeros de partido en particular.

Cuando descalifico las luchas feministas que me molestan apelando al “feminismo de antes” o haciéndome el erudito sobre el “feminismo de la tercera ola”.

Cuando creo que la solución del machismo pasa únicamente por realizar ciertas reformas institucionales y un poco de “concientización”, y excluyo la revisión de mis privilegios masculinos y mi propia autotransformación.

Cuando intelectualizo las discusiones desde un lugar de “objetividad científica” como excusa para no empatizar con el punto de vista “demasiado subjetivo” de las víctimas del machismo.

Cuando le doy más valor a mis opiniones sobre el género y la diversidad sexual que a las experiencias de mujeres y gente LGBT. Cuando la juego de “escéptico” como excusa para no investigar concretamente sobre el tema ya que… ¿quién necesita datos si ya tiene la teoría revolucionaria? Marx, Lenin, Bakunin, entre otros, ya dijeron todo lo que había para decir sobre la emancipación humana.

Cuando ridiculizo las reivindicaciones feministas/LGTB por “exageradas”, sin hacer el mínimo esfuerzo por ponerme en el lugar de las personas marginadas. Por ejemplo cuando se minimiza el acoso callejero o la falta de libertad de parejas gay a darse muestras de afecto en público porque no son reivindicaciones “obreras”.

Cuando ante un caso de acoso sexual callejero me fijo la clase social de víctima y victimario para decidir si lo repudio o no. Como si el acoso callejero de un obrero a una mujer de “clase media” fuera un episodio más de la lucha de clases y no de la violencia machista…

Cuando demuestro incomodidad y me pongo hostil ante la crítica radical del machismo, tomándome todo a personal y diciendo cosas como “yo no tengo la culpa de siglos de opresión”.

Cuando todas mis posiciones sobre el tema están diseñadas para no quedar pegado a la derecha, pero sin que eso implique un compromiso real de mi parte.

Cuando me creo con el derecho de emitir cualquier opinión ignorante, prejuiciosa, y paranoica sobre temas de sexo-género, y tomo la actitud de hablar sin estudiar ni investigar ni preguntar lo que se critica.

Cuando investigo solo lo suficiente para aprenderme algunos términos (como “feminismo de la tercera ola”) y aparentar erudición con el objetivo de conservar mis opiniones previas.

Cuando señalo el hecho -verdadero- de que hay machistas en las organizaciones de izquierda porque sus miembros también vienen de la sociedad capitalista y patriarcal a la que combaten, pero lo hago para justificar ese machismo en los compañeros y no para arrimar mi hombro a la tarea de desafiarlo y erradicarlo.

Cuando digo “después de la revolución vemos”.

Cuando ante una expresión de odio y de ira por los asesinatos y el discurso que minimiza la violencia hacia la mujer y la gente LGBT, me pongo desde un lugar progre a dar sermones del tipo “esa no es la manera, hay que educar”. Total, yo no soy quien debe convivir con la impotencia y con la tristeza de pertenecer al grupo vulnerado.

Cuando pongo más énfasis en criticar al feminismo por cómo comunica sus ideas que a la cerrazón mental machista de la mayoría de los varones, producto de privilegios y no solo de “ignorancia”.

Cuando me enojo con las propuestas de discriminación positiva o cupo para mujeres y gente LGBT y las rechazo con argumentos meritócratas que creo no-burgueses (idoneidad, esfuerzo, lucha).

Cuando, desde mi comodidad como mayoría simbólica, rechazo las medidas de cupo femenino en la política diciendo “que haya más mujeres en la política no va a mejorar la situación de las mujeres trabajadoras”.

Cuando me quejo “me discriminan por ser hombre” porque las mujeres tienen espacios propios donde no se permiten hombres, negándome a entender por qué ni para qué los necesitan. Lo mismo con “me discriminan por ser hétero” en referencia a espacios exclusivamente LGBT.

Cuando hago ultimátums para optar entre lucha feminista y lucha de clases.

Cuando digo que el estudio de teoría feminista y su aplicación para la transformación personal y de las relaciones sociales son cosas de “clase media acomodada”. Como si el grado de embrutecimiento mental y emocional de la clase obrera fuera un rasgo plebeyo a glorificar por los revolucionarios. Como si la violencia en las relaciones familiares y de pareja sumada a la violencia al distinto nos quitase un montón de energía para la lucha por nuestra liberación.

Cuando doy rodeos intelectuales con muestras de erudición para esquivar planteos que me interpelan personalmente.

Todo esto no es ningún secreto. Lo han vivido muchas mujeres, gays, y gente trans: no hay nada más parecido a un machista de derecha que un machista de izquierda. 

Fuente: http://www.revistaanfibia.com/
Comparte este contenido:

Mercantilización de la educación

Xavier Díez
Viento sur

Si preguntamos a cualquier actor que participa en esa representación teatral cotidiana que es la escuela, esto es, alumnos, padres, madres, maestros, inspectores, personal de administración y servicios, académicos, políticos… expresarán cierta preocupación por la evolución de la educación en muchos sentidos. También muchos detectarán que uno de los problemas tiene que ver con la ausencia de un marco normativo mínimamente estable. Es más, detectaríamos una corriente de reformas que, al igual que sucede con otros sectores esenciales de la sociedad, parecen haber sido hechas con el ánimo de deteriorarla. En cierta medida, si existe un mínimo consenso entre la pluralidad de intereses y orientaciones políticas, es que la escuela tiene problemas, y que la evolución de los últimos años sólo hace que empeorarlos.

Reformas educativas a escala planetaria

Ahora bien, uno de los problemas que tenemos en nuestro país en general, y nuestra educación en particular, es nuestra proverbial tendencia a mirarnos el ombligo. Preocupaciones y angustias similares están aconteciendo en varios países. Y reformas polémicas y estériles también marcan las agendas políticas de países como Francia, Portugal, Inglaterra y Gales, Suecia o Italia.

Precisamente en Italia, Silvio Berlusconi, hombre capaz de hacer groserías sublimes cuando de defender la última reforma educativa se trata, y en un ataque de sinceridad, sintetizó lo que debían ser las líneas políticas que tenían que transformar el sistema educativo italiano en la línea de eficacia empresarial que tanto entusiasmo causa entre sus afines. Decía que, la educación italiana debía fundamentarse en las tres «I»: “Inglese, Informatica e Impresa” o en otros términos, había que redefinir su orientación para adquirir competencias tecnológicas, usar el inglés como lengua vehicular, y utilizar el sistema educativo para esta tendencia cada vez más extendida, hacer «enaltecimiento del capitalismo», que es la finalidad que persiguen en todas partes nuevas asignaturas y contenidos como «emprendimiento». En cierta medida, las tres «I» italianas, sirven para resumir las prioridades de las políticas educativas de los próximos años.

Más allá de simplificaciones más o menos brillantes, lo cierto es que los sistemas educativos occidentales están pasando por una fase de homogeneización. Cada vez las reformas educativas se parecen más unas a otras.

Y estas pasan por elementos como la estandarización especialmente a partir de procesos de evaluación cada vez más homogéneos y cuantitativos, con la voluntad de reducir la complejidad del hecho educativo a estadísticas y la gestión de datos al más puro estilo big data, (y aquí los informes PISA tienen una importancia capital), a hacer auditorías propias del mundo empresarial para puntuar escuelas e institutos, a aplicar procesos industriales y empresariales en un trabajo, la docencia, de carácter esencialmente artesanal.

También encontramos la sustitución de contenidos convencionales, tradicionalmente asumidos como aquel conjunto de saberes que debe conocer la ciudadanía por competencias básicas. Estas son definidas por Nico Hirtt como una simplificación de conocimientos y el aprendizaje de habilidades para adaptarse al cambiante mundo laboral. Con cierta ironía, el filólogo Jaume Aulet, las ha traducido como «lo básico para competir», es decir, que el cambio de contenidos por competencias busca sustituir la escuela, de espacio de aprendizaje, a espacio de adiestramiento.

Muy ligado a esto, y como ya denuncia la filósofa Martha Nussbaum, otro de los pilares de las reformas consiste en abolir las humanidades. Aquellos conocimientos que servían para comprender el mundo (y que Marx advertía que era condición necesaria para transformarlo) ahora pasan a ser reservados para la élite. Porque, efectivamente, en los grandes centros académicos reservados para los alumnos destinados a mover los hilos en la arena global (Oxford, Eton, Cambridge, las universidades de la Ivy League, la ENA francesa, el col • legi del Pilar de Madrid, Virtèlia en Barcelona) potencian en sus currículos la filosofía o la literatura. Incluso en las academias militares de West Point o Sandhurst recomiendan a sus futuros oficiales a graduarse en alguna rama de las humanidades. Con las humanidades es posible adquirir las habilidades para pensar y mandar. Con las competencias básicas, destinadas para los estratos inferiores, se adquieren las capacidades imprescindibles para trabajar y obedecer, sin tener recursos para cuestionar órdenes.

Otro de los hechos que acompañan las reformas son los procesos de privatización, que pueden ser endógenos (con servicios, comedores, formación permanente, personal educativo, …), que pasan a ser gestionados por empresas, a menudo muy vinculadas al poder político; o también exógenos, es decir, que directamente las escuelas pasan a ser gestionadas por empresas. Esto ya ha pasado en Inglaterra, Estados Unidos, Chile o Suecia, por poner un ejemplo. De hecho, de ejemplos curiosos podemos encontrar a manos llenas. En Chile se privatizaron gracias al golpe de Estado de Pinochet en 1973; en Nueva Orleans se usó la destrucción ocasionada por el huracán Katrina para eliminar prácticamente la red pública y pasar las competencias educativas a varias «charter schools» e impulsar los «vouchers» o «cheques educativos» para que las familias buscaran escuelas privadas. En Inglaterra, las reformas en la época de Tony Blair permitieron cerrar aquellos centros con malos resultados y pasar su gestión a empresas como Ferrovial, aunque una parte importante fue adjudicada a varias empresas como SERCO, especializadas en defensa, gestión de centros penitenciarios o de internamiento de extranjeros.

Hay otros países, como es el caso de Catalunya, donde quizá resulte más difícil que pasen cosas como estas, porque ya disponen de sistemas duales, es decir, con una fuerte presencia de centros de gestión privada, mayoritariamente a cargo de órdenes religiosas, que reciben una generosa financiación pública. De hecho, allí donde hay presencia de una red concertada, coincide con una fuerte dualización educativa; escuelas de ricos y de pobres; sistemas basados ​​en competencia desleal, lo que acompaña procesos de dualización social y sociedades internamente rotas y descohesionadas.

Finalmente, y aquí entraríamos directamente en el «cui prodest», asistimos a una abducción de los sistemas educativos por parte del mundo empresarial. Los diversos lobbies empresariales hace décadas que tratan de intervenir en la política educativa con la intención de poner escuelas e institutos al servicio de las empresas. Los laboratorios de ideas de la patronal, como puede ser la Fundación Catalunya Oberta o EduCaixa están obsesionados con arrebatar al Estado el control de la escuela para que ésta forme trabajadores solícitos, y eviten que en las aulas, los docentes formen ciudadanos críticos.

Todo ello se acompaña de una verdadera involución del mundo universitario. Las reformas han comenzado por la parte alta de la educación, en el sentido de que han adquirido e imitado las fórmulas de los sistemas universitarios globalizados de Estados Unidos. El Plan Bolonia (2009) ha sido el punto de inflexión en el que, de acuerdo con las directrices del empresariado global ha subvertido las formas y los objetivos de las universidades. De formar élites, a convertirse en negocio; de convertirse en pilar de la cultura, a vender humo a crédito, al más puro estilo de la economía financiera. Vamos a concretar. Todos los estados europeos adaptaron sus sistemas universitarios excepto tres: Reino Unido, Irlanda y Malta. ¿Por qué? Por que todos eran ya Bolonia; con su sistema de créditos, las posibilidades de comercialización de servicios, su conversión de autonomía universitaria en un formato empresarial, en su sometimiento a los intereses económicos, en su erosión, hasta el final, de sus antiguas prácticas democráticas y la imposición de una fórmula de gestión propia de una Sociedad Anónima.

También, y teniendo en cuenta que un título universitario sigue siendo una apuesta para competir en mejores condiciones en busca de mayor estatus económico y profesional, y por su condición de ascensor social, es lógico que la principal reforma universitaria haya consistido en un encarecimiento de las tasas. Esto responde a dos objetivos. El primero, serrar el cable del ascensor, evitar que personas de estratos modestos puedan subir y blindar la posición de los que ya ocupan los pisos superiores, en un momento en que las clases medias sufren un riesgo serio de derrumbe. El segundo, y de acuerdo con lo que ya está pasando en Estados Unidos, en Latinoamérica, el Reino Unido (y aquí empieza a suceder discretamente) para alimentar la nueva burbuja: la burbuja educativa. Millones de familias y estudiantes se están endeudando para ejercer el derecho a estudiar y formarse. Los bancos ven en esta necesidad básica una fórmula de negocio a la que no quieren renunciar. La mayoría de estadounidenses de clase media con grado universitario continúan pagando una deuda inflada de manera artificial. Una anécdota muy significativa es que el propio presidente Obama no terminó de pagar hasta que llevaba unos años en la Casa Blanca.

El papel de los organismos financieros y las estrategias educativas globales

Como decíamos, nosotros percibimos localmente lo que es un fenómeno global. Detrás de buena parte de las reformas educativas sincronizadas encontramos a la OCDE. Este organismo internacional de carácter mixto entre las Naciones Unidas y un club de países ricos, fue en sus orígenes una entidad surgida de los acuerdos de Bretton Woods en 1944 que, bajo la forma de Organización para la Cooperación Económica Europea, fue encargada de gestionar el Plan Marshall de reconstrucción del continente después de la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1961 tomó su denominación actual, y se convirtió en uno de los organismos encargados de promover el desarrollo económico de varios países, de acuerdo con los parámetros de la economía capitalista. Esta alianza de países, trataba de perseguir el crecimiento económico a partir de promover la estabilidad financiera, el comercio, la tecnología o las buenas prácticas gubernamentales. Esto implicaba que uno de los principales pilares deviniera la inversión educativa. Y, de hecho, durante las décadas de los sesenta y buena parte de la de 1970 impulsó reformas educativas para mejorar la eficiencia de la industria.

Un buen ejemplo es que la OCDE, uno de los pocos organismos que admitía España como miembro en una época, la franquista, de aislamiento internacional, participó en la elaboración del libro blanco de educación que dio lugar a la Ley general de Educación de 1970. la OCDE quería que España tuviera un sistema educativo que permitiera extender la escolarización primaria y secundaria a millones de estudiantes marginados del sistema educativo con el fin de promover una mano de obra mejor formada. Esto, en cierta medida la hace responsable de la masificación de los sistemas educativos en los institutos y en las facultades universitarias que vivimos en los años ochenta y noventa del siglo pasado.

El problema fue que, a partir de inicios de la década de 1980, cuando el sistema industrial fordista parece que empieza a tener problemas de viabilidad, esta estrategia de expansión educativa empieza a ser corregida. A partir de 1973 los economistas clásicos, la tendencia ideológica del neoliberalismo, se apropia de las viejas organizaciones de Bretton Woods (el FMI, el BM, el GATT), y termina haciendo involucionar las intenciones primigenias para pasar a impulsar otro tipo de política económica. La OCDE que sobre todo hace estudios, confecciona estadísticas con gran competencia y elabora informes muy detallados y profesionales, pasa de considerar los sistemas educativos como medios para alcanzar el desarrollo económico, a objetivos en sí mismos. La escuela ya no será aquel espacio tradicional de ascensor social, sino que pasará a ser considerado como un espacio de adoctrinamiento capitalista y un objetivo de negocio. La transición de un sistema industrial, fordista, a uno de financiero hace que la escuela ya no tenga que formar trabajadores para las fábricas, sino un no-lugar, en términos de Marc Augé, un espacio indefinido que a menudo se convierte en un espacio de tráfico o confinamiento en un capitalismo en el que pasamos del humo de las fábricas a fabricar el humo de la especulación financiera.

A partir de este momento, cuando el paradigma económico se transforma radicalmente, la OCDE asume el neoliberalismo como religión. Como todo sistema de creencias, impulsa sin recelos los 10 mandamientos compilados por John Williamson en 1989 en lo que se conoce como el Consenso de Washington y que, como todo pensamiento religioso, construye una tríada que convertirá el mantra actual a acatar por todos los gobiernos: desregulación, recortes y privatización. A mí me gusta denominarlo el Triángulo de las Bermudas, porque allí donde pasa desaparecen los derechos sociales, concretamente, el derecho a la educación, que pasa a ser transformada en un negocio más.

El neoliberalismo transforma a fondo las sociedades. Sin el viejo sistema industrial, con la especulación como principal industria, desde un punto de vista sociológico, pasamos de ser una sociedad de clases (en lenguaje marxista) a una sociedad líquida (en términos de Zygmunt Bauman). Este es uno de los factores que ha causado una gran desorientación a la izquierda, que ahora parece incapaz de comprender el mundo, y, por tanto, de transformarlo.

Vayamos por partes. Si bien durante la época que los historiadores franceses llaman «los treinta gloriosos», referido al periodo de crecimiento económico de 1945-1975, y los anglosajones denominan la era del Wellfare, entramos de lleno en lo que el economista y premio Nobel Joseph Stiglitz denomina como la gran divergencia. A partir de este momento, las diferencias sociales se ensanchan en una medida que recuerdan la era anterior a la Primera Guerra Mundial. Diferencias de renta, salariales, y también culturales y educativas hacen insostenible toda cohesión social. Ya no podemos hablar de clases integradas en una sola sociedad, sino de dos universos paralelos, de galaxias que se alejan de manera virulenta. Así, usurpando una expresión de Umberto Eco, la sociedad ya no se divide entre «los de arriba» y «los de abajo», sino entre los integrados (que gozan de redes de protección y seguridad) y los apocalípticos (aquellos que no tienen nada más que a sí mismos, van perdiendo los derechos sociales, y son a menudo presentados como una especie de zombis): los pobres, los inmigrantes, los ni-ni, la gente refugiada, precaria, …

Esto se traduce en lo que el pensador recientemente fallecido, Zygmunt Bauman denomina la sociedad líquida. Bauman considera que el cambio de paradigma se fundamenta en que las personas, que antes se consideraban ligadas a sus comunidades pierden los referentes, las seguridades que antes otorgaban instituciones sólidas (Estado, nación, clase, pueblo, profesión, sindicato, familia,…). Nadie parece garantizar la seguridad personal, ni el hecho de tener una carrera profesional, ni un trabajo para toda la vida, ni una familia más o menos estable. Ante los azares de la existencia y la globalización negativa, el individuo queda solo, abandonado a su suerte, sin anclajes colectivos ni morales, dejado a su propia responsabilidad. Cualquier éxito del pasado no servirá de gran cosa en el futuro. Cualquier título académico, en una dinámica de cambio y transformación constante, será rápidamente caducable. Aquí, como recuerda Christian Laval, cada uno debe hacer de empresario de sí mismo. La suerte o la desgracia es atribuida a la acción individual: cada persona es culpable de sus fracasos mientras que cada éxito resulta efímero. Las consecuencias son demoledoras. El individuo ya no tiene ninguna referencia, se encuentra solo, abandonado, desprotegido, y eso no hace más que generar un malestar y un miedo, que como constatamos en la actualidad, será explotado por cualquier aventurero político o por algún aprovechado dispuesto a vender soluciones milagrosas (casi siempre utilizando formas de «coaching» y pensamiento positivo). la precariedad ya está convirtiéndose en el nuevo modo de vida, la epidémía del siglo XXI, como nos recuerda Guy Standing.

Y aquí entramos en lo que el pensador Ulrich Beck denomina «la sociedad del riesgo». La ausencia de seguridades, de seguridad económica, de tener trabajo, carrera, familia, comunidad, sindicato, vecindario, hace que vivamos en una sociedad donde cada persona corre el riesgo de perder el tren, de ser relegado, de perder el estatus. Ya lo hemos visto: Los votantes de Marine Lepen o Donald Trump expresan este mundo en el que los perdedores son los mismos de siempre, porque los riesgos son siempre asimétricos: las élites blindan sus privilegios y disfrutan de sus tarjetas Black, mientras que el resto son desahuciados de sus hogares con la tarjeta roja de la globalización negativa. Aquí, el gueto es la imagen física, la metáfora del mundo globalizado. Cuando hablamos de gueto nos referimos, tanto el conformado por las élites o para aquellos sectores acomodados que se aíslan en urbanizaciones privadas o escuelas privadas, como el generado por los perdedores del sistema, que viven sin trabajo estable, en entornos degradados, precarios y empobrecidos, como las banlieux de Francia o como los barrios de favelas o escuelas con elevados porcentajes de pobreza.

El gueto, o con más precisión, el hipergueto (en términos de Loïc Wacquant) deviene la forma de vida actual y del futuro. De hecho, Ulrich Beck utiliza el término de «Brasilerización de occidente» para describir estos procesos de marginación social y cultural. Barrios privados, acomodados, ordenados y cerrados y protegidos por vigilantes privados, rodeados de masas amenazadoras de perdedores, peligrosos, desordenados, sin normas, deshumanizados que los rodean, como una nueva era medieval en que las ciudades parecen islas de prosperidad rodeados del desorden feudal. ¿Qué papel juega la educación en este proceso? De hecho, la erradicación de las humanidades, como comentábamos antes, y como se quejaba la pensadora Martha Nussbaum, impide tomar conciencia de la propia condición, quita el pensamiento y el lenguaje a la masa creciente de desposeídos y facilita la tarea de dominación a la minoría beneficiaria del sistema. Que víctimas de la globalización en Norteamérica apuesten por alguien como Donald Trump, que es uno de sus principales impulsores, dice mucho sobre el envenenamiento y degradación del sistema educativo (y comunicativo) estadounidense.

Sin pensamiento crítico, hay dominación y explotación asegurada. Y, de hecho, fenómenos como la “pos-verdad” no se explican a partir de la sociedad de la información, gobernada por élites hipe-ricas, se degenera sobre lo que el filósofo situacionista Guy Débord había denunciado hace medio siglo: la sociedad del espectáculo, en que todo debate sobre cuestiones sociales ha pasado a convertirse en un único y plural reality show en el que las clases populares, como denuncia Owen Jones, son demonizadas, a menudo por ellas mismas.

Para que haya sucedido esto, ha sido necesario subvertir el paradigma educativo. La escuela fordista no era nada del otro mundo. A pesar de que ofrecía la oportunidad de convertirse en un ascensor social, no dejaba de ser, esencialmente, un reproductor de las diferencias de clase. Ahora, con escuelas y sistemas educativos diferenciados según el gueto de referencia, no las reproduce, sino que las potencia y las hace insalvables. El mundo anglosajón, y especialmente Estados Unidos ven la coexistencia de experiencias e itinerarios educativos tan singulares que es dudoso que exista lo que podríamos denominar un único sistema educativo. Hay desde escuelas google, donde se trabaja por proyectos y seminarios, de una manera muy «innovadora», home scooling que permite a los alumnos no mezclarse con nadie que no sea de sus círculos, hasta escuelas penitenciarias, con regímenes de semi internamiento y detectores de metales como los describe David Simon en su magnífica serie The Wire. El resultado, un archipiélago educativo insatisfactorio, y que genera grandes déficits en todos los niveles, incluso respecto a la obsesión mostrada por la OCDE de la «empleabilidad».

Sin embargo, esto no es ningún problema: Estados Unidos puede reclutar toda la mano de obra de cualquier lugar del mundo: matemáticos indios, ingenieros alemanes, astrofísicos,…. Esta nueva regla del juego genera la reconversión de los debates educativos. Si, hasta hace unas décadas, la prioridad consistía en discutir sobre las finalidades de la educación, el “para qué” servía la educación, qué tipo de sociedad se quería construir a partir de las aulas, ahora nos encontramos con la neutralización de estas cuestiones. En cambio, ahora parecemos obsesionados por el “cómo”, debates metodológicos buscando las piedras filosofales que nos deberían permitir mejorar la educación cambiando la manera de trabajar. Sin embargo, como nos explica el sociólogo de la educación, y principal experto en fracaso educativo Saturnino Martínez, sólo un 6% de los resultados se explican en función de la organización o las metodologías. Los factores fundamentales tienen que ver con la cohesión social y el entorno de los centros (a parte de la propia motivación y capacidad de resiliencia de los estudiantes).

En Catalunya La Escola Nova 21, Ara és Demà pretenden hacer creer, con ciertas dosis de pensamiento mágico, que es posible mejorar la escuela adoptando el trabajo por proyectos o cambiando el nombre de diversas técnicas pedagógicas que hace décadas que se vienen practicando en las escuelas. Centrar el debate sobre estrategias en el aula sirve para camuflar que, hoy por hoy, la escuela está diseñada para potenciar las diferencias, para hacer de las aulas callejones sin salida, para justificar que no se ofrezcan los recursos necesarios que, efectivamente, como demuestra la literatura académica, es lo que puede mejorar las posibilidades de nuestros alumnos. Estudios como el Tenessee ya han constatado que reducir las ratios a la mitad, propician mejoras de un 28 % de rendimiento académico de media, y hasta un 40 % en los alumnos más desfavorecidos. Por qué, pues, estos debates que, como se está demostrando en la azarosa trayectoria del Ara és Demà no están yendo demasiado lejos: efectivamente, porque las propuestas en los términos de una administración educativa que actúa como correa transmisora de las políticas educativas globales, está destinada al fracaso. Y el fracaso es precisamente el objetivo, porque busca deslegitimar los sistemas educativos públicos a fin de preparar las opiniones públicas para aplicar reformas en el sentido de las que se hicieron en las décadas de 1980 y 1990 (y aún en la actualidad) en Inglaterra y Gales: desmantelar el sistema público, privatizar, alimentar burbujas y blindar los guetos acomodados de la competencia educativa de los sectores más modestos.

Las resistencias

Frente estas circunstancias, hay que articular las resistencias. Y las resistencias no funcionarán sin alternativas viables y protagonizadas por la propia comunidad educativa mancomunada (estudiantes, familias y docentes). Esto no será posible si no somos capaces de articular debates públicos abiertos y honestos, con una participación ordenada, rigurosa y disciplinada.

Para ello, será necesario rehacer el diagnóstico actual sobre la situación de la educación. La situación de la educación en nuestro país, y en buena parte de la Unión Europea, si bien es mejorable, es mejor de lo que describen los medios y los supuestos expertos. A base del esfuerzo de los docentes, los alumnos y de las familias, el sistema, a pesar de las amenazas, aguanta. Uno de los problemas es el de su vulnerabilidad debido a que las administraciones públicas ya no representan los intereses de la ciudadanía, sino que están sujetos a las políticas globales dictadas desde organismos como la OCDE o el FMI, y que además han de cumplir con los acuerdos comerciales de la OMC que obliga a liberalizar los servicios (también la educación) a fin de que el capital internacional (y también el local) pueda vampirizar dinero público a base de gestionar escuelas, institutos y universidades. Por lo tanto, es necesario un proceso de reapropiación, gestión directa, desprivatización y blindaje respecto a cualquier interés económico. Esto también nos obliga a repensar la escuela, no tanto respecto a metodologías, como a recursos y finalidades.

Por todo ello, además, hay que plantear alternativas. Si bien los proyectos de futuro guiados por los diferentes gobiernos y poderes extraterritoriales no son precisamente estimulantes, lo que teníamos en el pasado tampoco es demasiado atractivo. Hacen falta proyectos propios, mancomunados, discutidos, agradables e inspiradores. En este sentido, la experiencia reciente de la ILPEducació debería ser un buen punto de partida para definir cómo debería ser la escuela de todos.

Y esto sólo será posible si establecemos una unidad de la comunidad educativa fundamentada en el empoderamiento de la base. Soy consciente de que en este artículo he abusado demasiado de citas de varios autores y numerosas referencias. Permitidme una última, y ​​no precisamente laica. La prioridad número uno, hoy por hoy, es expulsar a los mercaderes de nuestros templos.

Xavier Díez, escritor, historiador y articulista es portavoz del sindicato Ustec-Stes a Girona

Artículo original en catalán: http://www.vientosur.info/spip.php?article12599

Fuente: http://vientosur.info/spip.php?article12598

Comparte este contenido:
Page 28 of 29
1 26 27 28 29