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Luchando contra la humillación de menstruar para niñas de Suazilandia

Redacción: Inter Press Service

La capacitadora Nomcebo Mkhaliphi, rodeada de niñas en la escuela primaria de la ciudad de Kwaluseni, en Suazilandia. Ella recorre los centros escolares de esta pequeña y conservadora nación del sur de África para acabar contra los tabúes que rodean la menstruación y los traumas y humillaciones que acarrea para las niñas y adolescentes. Crédito: Cortesía de Nomcebo Mkhaliphi

MBABANE, Suazilandia, 23 ene 2020 (IPS) – Cuando Nomcebo Mkhaliphi, de 14 años, notó por primera vez la sangre que salía de su vagina, se sorprendió. Confundida, recurrió a sus hermanas mayores para pedirles consejo, en su humilde hogar en Suazilandia.

«Mis hermanas me dijeron que a ellas les sucedía lo mismo cada mes y que se protegían con tela, papel higiénico u hojas de periódicos como ropa sanitaria», recuerda Mkhaliphi, que ahora tiene 45 años. Tenía que seguir su ejemplo y usar estos materiales porque no tenían dinero para comprar toallas sanitarias.

Mkhaliphi y sus cuatro hermanas y hermanos fueron criados por su padre en un pobre hogar de la zona rural de Makhonza,  en el sur de Suazilandia, también conocida como Esuatini, esta pequeña nación del sur de África carente de litoral, que es la última monarquía del continente y con unas costumbres sociales muy conservadoras.

Los padres de Mkhaliphi se habían separado cuando ella tenía nueve años, por lo que nunca tuvieron conversaciones sobre la menstruación, tanto en el hogar como en la escuela.

Relatar su experiencia con los períodos evoca recuerdos tristes para Mkhaliphi. Hubo tres momentos traumáticos en la escuela donde su menstruación la puso en el centro de chismes, acosos y humillaciones.

La primera ocasión fue cuando su túnica se manchó de sangre, las otras dos ocurrieron cuando el papel higiénico o el periódico que llevaba cayeron al suelo empapados frente a otros escolares.

«Estos incidentes disminuyeron mi autoestima porque otros estudiantes los usaron para intimidarme», dice esta mujer que es madre de dos hijos y una hija.

En lugar de abandonar la escuela como otras chicas en una situación similar, Mkhaliphi perseveró hasta que completó su educación secundaria. Hoy, ofrece su tiempo como voluntaria para informar y concienciar a las niñas y niños de las escuelas y las comunidades acerca de la menstruación, particularmente el estigma asociado con los períodos.

Ella incluye a los niños para que dejen de ver las reglas femeninas como un asunto de burla y lo asuman como algo natural para sus condiscípulas.

«Hay muchos estigmas asociados con la menstruación. Cuando una mujer tiene sus períodos  se dice que su cuerpo se está ‘limpiando’ algo que la retrata como sucia. Es por eso que en algunas familias a una mujer que tiene la regla no se le permite cocinar, mientras que en algunas iglesias se les veta que se acerquen al pastor «, cuenta Mkhaliphi a IPS.

Añade que en algunos centros de culto, en este país de mayoría cristiana, en especial de credos protestantes o evangélicos, ordenan a las mujeres que tienen la menstruación que se sienten atrás y no participen en la ceremonia.

Lo que es peor, es tabú hablar sobre la menstruación porque en la muy conservadora cultura suazilandesa  siempre se ha tratado como un secreto.

En sus charlas, Mkhaliphi utiliza su historia para terminar con el estigma asociado con los períodos y generar confianza entre las niñas al brindarles la información correcta sobre su salud sexual reproductiva. También da charlas a niños de primaria porque, dice, es importante hablar con ellos cuando son jóvenes.

«Las chicas se abren conmigo sobre sus propias historias negativas una vez que me escuchan hablar sobre mi experiencia», dice ella.

Una de esas chicas es Nomthandazo (*), de 14 años, quien estudia en una escuela pública en la ciudad industrial de Matsapha, en el centro de Suazilandia, quien narra que solía fugarse de la escuela cuando tenía la menstruación, después que un día se le cayeron las hojas de periódico que llevaba como protección y eso la convirtió en objeto de burlas por mucho tiempo.

Sin dinero para comprar toallas sanitarias, fingía ir a la escuela y se escondía de sus padres durante los días que tenía la regla.

«Ahora uso trapos. Tardan mucho en secarse, pero son mejores que los periódicos», dice a IPS.

Algunos padres no tienen ninguna conversación con sus hijas, y menos con sus hijos, sobre la menstruación. Por ejemplo, Temphilo (*), de la zona rural de Sihhoye, se lo fue a decir a su madrastra tan pronto como vio sangre entre sus piernas, pensando que le pasaba algo malo. La reacción de su madrastra fue golpearla y acusarla de haber tenido relaciones sexuales, lo que no era cierto.

«Sangré durante casi un mes y ni siquiera me llevó al hospital porque sintió que yo había provocado la situación”, rememora Temphilo a IPS. Después de esa primera vez irregular, felizmente sus periodos se regularizaron.

Gracias a Mkhaliphi es que supo que la menstruación es algo natural que le ocurre a todas las mujeres y que no debería avergonzarse por ello. Mkhaliphi ha tenido charlas con más de 3 000 escolares desde que comenzó esta actividad, una vez que en 2016 dejo su trabajo como secretaría en el sector legal.

«Me invitan a muchos lugares donde los docentes y los líderes de la comunidad me piden que hable con las y los estudiantes y los jóvenes de las comunidades», dice. «Pero es difícil llegar a todos debido a la falta de recursos financieros», se lamenta.

Mkhaliphi también toca el tema en su cuenta de Twitter, @nomcebo_mkhali, para crear conciencia sobre la necesidad de normalizar la menstruación en las escuelas  y las comunidades de Suizalandia.

También busca donaciones para adquirir toallas sanitarias, que entrega a las niñas y adolescentes durante sus visitas a los centros escolares. Pero resulta un esfuerzo insuficiente ante las muchas niñas que viven en entornos pobres, donde las toallas sanitarias resultan un lujo inasequible.

«Es triste que la mayoría de las niñas sigan usando materiales inseguros que no solo son inadecuados para la protección sino que también pueden provocar enfermedades», dice.

El censo anual de educación de Suazilandia de 2017 registra que 220 niñas desertaron de la escuela primaria, aunque la educación sea gratuita. No se dan razones para su abandono, pero Mkhaliphi cree que un alto porcentaje obedece a la inseguridad o acoso que sufren a causa de la regla y su falta de toallas absorbentes.

«Construir la confianza de la niña no es suficiente si no tienen acceso a los instrumentos que preservan su dignidad e higiene cuando menstrúan”, asegura.

El presidente del Comité Legislativo de Salud, Mduduzi Dlamini, concuerda con Mkhaliphi.

«No tiene sentido que este material sanitario no se proporcione de forma gratuita tanto en la escuela como en los centros comunitarios», dijo este legislador a IPS.

Tras su participación en la 25 Conferencia Internacional sobre Desarrollo de la Población, celebrada en Nairobi en noviembre, prometió que la provisión de ropa sanitaria gratuita para las niñas era uno de los temas que impulsaría para su discusión en el parlamento.

«Lo que aprendí de la Conferencia es que cuando las niñas carecen de artículos de tocador, como las compresas, se vuelven vulnerables a ser explotadas por quienes les compran estas cosas», aseguró Dlamini.

«Algunas niñas terminan siendo infectadas con el VIH… todo porque no tienen acceso a las toallas sanitarias. El gobierno debe abordar este problema», sentenció.

Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (Onusida) «las mujeres se ven desproporcionadamente afectadas por el VIH» en Suazilandia: 120 000 de los 190 000 adultos que viven en el país con VIH son mujeres.

Además, «las nuevas infecciones por  VIH entre las mujeres jóvenes de 15 a 24 años fueron más del cuádruple que las de los hombres jóvenes: 2 400 nuevas infecciones entre las mujeres jóvenes, en comparación con menos de 500 entre los hombres jóvenes», indica Onusida.

Hasta ahora, Kenia y Botswana son los únicos gobiernos africanos que avanzan en un plan para brindar material sanitario gratuito a las mujeres para su menstruación por mandato legal.

(*) Los nombres de las estudiantes son ficticios para proteger su identidad.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2020/01/luchando-la-humillacion-menstruar-ninas-suazilandia/

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Uganda: Una escuela de oficios para los huérfanos de Kampala

Redacción: El País

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Una visita al centro de estudios Uganda Children’s Centre, que abrió sus puertas en 1998 en la capital del país africano, donde niños y adolescentes necesitados y sin familia son acogidos para aprender una profesión.

    • El centro de estudios Uganda Children's Centre nace en 1998 como escuela vocacional en Kampala, la capital de Uganda, Allí, niños y adolescentes necesitados son acogidos para aprender un oficio. En el año 2018, este país contaba con 42.7 millones de habitantes de los que el 23% se consideran analfabetos. Además, el 4% de la población está desempleada y otro 25% vive en límites de extrema pobreza.
      1El centro de estudios Uganda Children’s Centre nace en 1998 como escuela vocacional en Kampala, la capital de Uganda, Allí, niños y adolescentes necesitados son acogidos para aprender un oficio. En el año 2018, este país contaba con 42.7 millones de habitantes de los que el 23% se consideran analfabetos. Además, el 4% de la población está desempleada y otro 25% vive en límites de extrema pobreza.
    • Instituto Makindye es el nombre que recibe este centro debido a la demarcación territorial en la que se encuentra, dentro del distrito de Kampala. “Nosotros queríamos que el local estuviera más cerca de la gente de las comunidades locales”, afirma Fred Kakembo, director y cofundador de este proyecto.
      2. Instituto Makindye es el nombre que recibe este centro debido a la demarcación territorial en la que se encuentra, dentro del distrito de Kampala. “Nosotros queríamos que el local estuviera más cerca de la gente de las comunidades locales”, afirma Fred Kakembo, director y cofundador de este proyecto.
    • Uno de los problemas en Uganda es el alto índice de natalidad en mujeres que no cumplen la mayoría de edad. De acuerdo con el centro de estadística nacional, una de cada cuatro adolescentes, de entre 15 y 19 años, está embarazada.
      3. Uno de los problemas en Uganda es el alto índice de natalidad en mujeres que no cumplen la mayoría de edad. De acuerdo con el centro de estadística nacional, una de cada cuatro adolescentes, de entre 15 y 19 años, está embarazada.
  • Sarah Nalubwama Birungi es una estudiante que se esfuerza por conseguir el Certificado Nacional de Servicios Electrónicos, un título no muy común entre mujeres, y que requiere estudios en matemáticas. En ausencia de la profesora, ella realiza sus operaciones en la pizarra. El joven de la camisa de cuadros se llama Peter Sentume y es un huérfano patrocinado por una organización cristiana llamada Watato. También está decidido a terminar sus estudios.
    4. Sarah Nalubwama Birungi es una estudiante que se esfuerza por conseguir el Certificado Nacional de Servicios Electrónicos, un título no muy común entre mujeres, y que requiere estudios en matemáticas. En ausencia de la profesora, ella realiza sus operaciones en la pizarra. El joven de la camisa de cuadros se llama Peter Sentume y es un huérfano patrocinado por una organización cristiana llamada Watato. También está decidido a terminar sus estudios.
  • Algunos materiales y actividades de la clase de Física. Fred Kakembo, el director del centro, comenta lo mucho que admira a una de las profesoras especializadas en la materia, de nombre Itungo.
    5. Algunos materiales y actividades de la clase de Física. Fred Kakembo, el director del centro, comenta lo mucho que admira a una de las profesoras especializadas en la materia, de nombre Itungo.
  • Ivan Ogeng, estudiante de Ferretería, llegó al centro de la mano de SOS, un orfanato encargado del cuidado de niños que son abandonados por sus familias a las puertas del mismo centro, en contenedores de basura, o en similares circunstancias.
    6. Ivan Ogeng, estudiante de Ferretería, llegó al centro de la mano de SOS, un orfanato encargado del cuidado de niños que son abandonados por sus familias a las puertas del mismo centro, en contenedores de basura, o en similares circunstancias.
  • Uno de los oficios que ofrece este centro es el de peluquería y estética, elegido principalmente por mujeres adolescentes. Alguna de ellas ya son madres y deben asistir a la escuela con sus hijos para no perder la clase. Otras de las profesiones ofertadas son: informática, electrónica e instalaciones eléctricas, moda y diseño, restauración, forja, mecánica, fontanería, albañilería, decoración y organización de eventos, negocios y administración y gestión de empresas.
    7. Uno de los oficios que ofrece este centro es el de peluquería y estética, elegido principalmente por mujeres adolescentes. Alguna de ellas ya son madres y deben asistir a la escuela con sus hijos para no perder la clase. Otras de las profesiones ofertadas son: informática, electrónica e instalaciones eléctricas, moda y diseño, restauración, forja, mecánica, fontanería, albañilería, decoración y organización de eventos, negocios y administración y gestión de empresas.
  • Corte y confección es una de las profesiones estrella. En su mayoría acuden mujeres, aunque también hay algún hombre, como Israel Muluzi. Tiene 17 años y trabaja en una barbería por la tarde, después de las clases, para poder pagarse el curso y obtener el certificado en Moda y Diseño.
    8. Corte y confección es una de las profesiones estrella. En su mayoría acuden mujeres, aunque también hay algún hombre, como Israel Muluzi. Tiene 17 años y trabaja en una barbería por la tarde, después de las clases, para poder pagarse el curso y obtener el certificado en Moda y Diseño.
  • El material inicial y las herramientas para el aprendizaje de un oficio son donadas por patrocinadores en la mayoría de los casos. “Cuando el patrocinio termina, somos nosotros quienes los compramos con el dinero de la matrícula” dice Fred Kakembo. “Es un reto, puesto que las herramientas y equipos son muy caros ya que el Gobierno todavía no ha quitado los impuestos sobre esos productos. Ni siquiera aportan subvenciones para instituciones privadas” afirma el director.
    9. El material inicial y las herramientas para el aprendizaje de un oficio son donadas por patrocinadores en la mayoría de los casos. “Cuando el patrocinio termina, somos nosotros quienes los compramos con el dinero de la matrícula” dice Fred Kakembo. “Es un reto, puesto que las herramientas y equipos son muy caros ya que el Gobierno todavía no ha quitado los impuestos sobre esos productos. Ni siquiera aportan subvenciones para instituciones privadas” afirma el director.
  • Los estudiantes acuden a clase de forma voluntaria y comprometida. Según Fred Kakembo, director del centro, “Se puede decir que ellos son los que construyen este centro con su colaboración e implicación”.
    10. Los estudiantes acuden a clase de forma voluntaria y comprometida. Según Fred Kakembo, director del centro, “Se puede decir que ellos son los que construyen este centro con su colaboración e implicación”.
  • En el centro de formación, son los propios alumnos quienes deciden qué estudiar para ser profesionales en un oficio concreto y salir de la pobreza en la que se encuentran. Kampala cuenta con 47.730 huérfanos de 0 a 17 años de los que 41.848, de seis a 17 años, no están escolarizados.
    11. En el centro de formación, son los propios alumnos quienes deciden qué estudiar para ser profesionales en un oficio concreto y salir de la pobreza en la que se encuentran. Kampala cuenta con 47.730 huérfanos de 0 a 17 años de los que 41.848, de seis a 17 años, no están escolarizados.
  • Mercy Mwagala es una estudiante keniana de Moda y Diseño. Lleva dos años en la escuela, donde también reside. Sus padres, que viven en Kenia, pagan la matrícula del curso.
    12. Mercy Mwagala es una estudiante keniana de Moda y Diseño. Lleva dos años en la escuela, donde también reside. Sus padres, que viven en Kenia, pagan la matrícula del curso.
  • El número de estudiantes graduados en los últimos 10 años que ha obtenido un certificado profesional supera los 2.000.
    13. El número de estudiantes graduados en los últimos 10 años que ha obtenido un certificado profesional supera los 2.000.
  • Emma Semanza es un congolés que trabaja como cocinero del centro de estudios desde hace ocho años.
    14. Emma Semanza es un congolés que trabaja como cocinero del centro de estudios desde hace ocho años.
  • Aula de forja y herrería. En la imagen se aprecia el caos que reina en esta sala, llena de materiales donados por patrocinadores que pagan la matrícula de algunos de los alumnos.
    15. Aula de forja y herrería. En la imagen se aprecia el caos que reina en esta sala, llena de materiales donados por patrocinadores que pagan la matrícula de algunos de los alumnos.

    Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/12/23/album/1577119202_301762.html#foto_gal_15

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«Objetivo África», la nueva forma de colonialismo

Por: Obianuju Ekeocha

Uno de los tesoros más preciados de África es su cultura de la vida. La mayoría de los africanos cree que la vida humana tiene un valor inestimable; que los hijos son una bendición; la maternidad, un don y el matrimonio y la familia, una riqueza. Sin embargo, los principios y valores que sustentan esta cultura de la vida se encuentran hoy amenazados por una nueva forma de colonialismo que pretende adueñarse del corazón, la mente y el alma de África. Un colonialismo ideológico que denuncia con valentía la autora nigeriana Obianuju Ekeocha.
«El don más preciado que los africanos podemos dar al mundo en este momento es nuestra inherente cultura de la vida. La mayoría de los africanos comprenden, por fe y tradición, el inestimable valor de la vida humana, la belleza de la feminidad, la gracia de la maternidad, la bendición de la vida matrimonial y el don de los hijos. Todos ellos están siendo objeto de un implacable ataque por parte de la mayoría del mundo occidental, donde el aborto a demanda es legal, donde la fertilidad es considerada un inconveniente y tratada como si fuera una enfermedad, donde la maternidad está cada vez menos valorada y donde el matrimonio es redefinido».
NEOCOLONIALISMO IDEOLÓGICO EN EL SIGLO XXI
«Estos son los valores familiares fundamentales que nuestros padres y abuelos nos han transmitido. Están arraigados en nuestras costumbres, consagrados por la ley e incluso codificados en nuestras lenguas nativas. Quitárnoslos equivale a invadir, ocupar, anexionar y colonizar a nuestra gente.Hay una nueva colonización en marcha en nuestro tiempo, no de las tierras o de los recursos naturales, sino del corazón, la mente y el alma de África. Es un colonialismo ideológico».
En las páginas de este libro, Obianuju Ekeocha nos advierte de cómo las élites y líderes occidentales que en las últimas décadas han legalizado el aborto, promovido la anticoncepción, menospreciado la maternidad y redefinido el matrimonio, pretenden imponer su nueva visión de la realidad en África. Una influencia externa que, como explica Obianuju Ekeocha, se ha vuelto cada vez más invasiva:
A través de su dinero y sus medios de comunicación, las élites occidentales vuelven a ejercer una influencia increíble sobre el pueblo de África. Una vez más, los amos coloniales les dicen a los africanos que ellos saben más. Sólo que esta vez está en juego la definición misma de lo que significa ser hombre, mujer o familia.
Existe, sin embargo, un obstáculo para quienes tratan de introducir nuevos criterios morales en África: las arraigadas y profundas creencias y tradiciones culturales del pueblo africano. En 2014, una encuesta realizada por Pew Research Center mostraba que la mayoría de los africanos tiene una visión conservadora respecto a cuestiones como el aborto, la anticoncepción, las relaciones prematrimoniales, la homosexualidad y el divorcio. Por este motivo, una de las estrategias para provocar un cambio radical consiste en presionar a los líderes y legisladores africanos para que establezcan nuevas leyes y políticas que impongan los criterios occidentales sobre su pueblo.
IMPOSICIÓN DE POLÍTICAS ABORTISTAS…
«En el centro del sistema de valores de mi gente está el reconocimiento profundo de que la vida humana es preciosa… Para nosotros, el aborto, como asesinato deliberado de pequeños en el útero, es un ataque directo contra la vida humana inocente. Es una injusticia grave, que nadie debería tener derecho de cometer».
En el año 2003, un estudio de Pew Research Center recogió la opinión de 40.117 personas de cuarenta países acerca de distintas cuestiones morales. En sus respuestas, la gran mayoría de los africanos mostró su oposición al aborto. Para el 92% de los ghaneses, el 88% de los ugandeses, el 82% de los kenianos, el 80% de los nigerianos y el 77% de los tunecinos, el aborto era un actomoralmente inaceptable.
«Una abrumadora mayoría de africanos piensa que el aborto es intolerable, ya sea legal o ilegal. Es hora de que la comunidad internacional escuche las voces de los pueblos africanos y desista de presionarlos para que aborten».
Casi el 80% de los países africanos tienen algún tipo de ley que prohíbe o restringe el aborto. Incluso en aquellos países donde el aborto es legal, la mayoría aún cree que la vida en el vientre materno es sagrada y que el aborto es moralmente inaceptable. Sin embargo, a pesar de estos datos, la campaña para imponer el aborto en África está en auge. Si la mayoría de los africanos se opone al aborto, ¿quién está impulsando su legalización en estos países?
…Y LA ANTICONCEPCIÓN
«Intentar evitar que la gente del mundo en vías de desarrollo tenga hijos es una atrocidad, sobre todo porque hacerlo no es una estrategia de desarrollo. Es una estrategia invasiva…»
Quienes promueven la anticoncepción en África aseguran que trabajan en favor de los derechos de las mujeres. Pero ¿es realmente esto lo que reclaman las mujeres africanas?
Esta es la reflexión que hace Obianuju Ekeocha:
¿De qué modo esterilizar a las mujeres más pobres del mundo les da el control sobre el hambre, la sequía, la enfermedad y la pobreza? No hace que estén más formadas o que tengan más posibilidades de trabajar. No les proporciona alimentos o agua potable. No hace que la mujer africana sea más feliz o esté más satisfecha en su matrimonio. No. Este amplio proyecto anticonceptivo sólo hará que la mujer sea estéril al precio más barato posible. Esto, ciertamente, no es lo que hemos pedido las mujeres africanas. No es la ayuda que nuestros corazones anhelan en medio de las pruebas y las dificultades de África. Pero en un mundo de asombroso imperialismo cultural, es lo que nuestros “mejores” han elegido para nosotras.
AYUDA AL ÁFRICA NECESITADA: LA PUERTA AL COLONIALISMO IDEOLÓGICO
«Mucho de lo que he escrito en este libro es, en gran medida, una búsqueda de la causa fundamental de la colonización ideológica de África. Y esta búsqueda apunta a la fragilidad económica y la vulnerabilidad de las naciones africanas, que han sido explotadas con absoluto descaro por ricos ideólogos de las naciones occidentales, cuya ansia de poder parece que sólo puede ser saciada controlando el destino de nuestros países».
A pesar del bien que ha hecho la asistencia humanitaria en África, la ayuda exterior también se ha convertido en la puerta de acceso del colonialismo ideológico y en la causa de una dependencia más profunda de los gobernantes africanos hacia los donantes occidentales. Esta dependencia desprotege a las naciones africanas frente a sus ricos donantes, ya que su ayuda, en muchas ocasiones, no es gratuita, sino que viene acompañada de una agenda concreta. Esta ayuda con “condiciones” es el centro del neocolonialismo ideológico que está invadiendo África.
HACIA LA DESCOLONIZACIÓN DE ÁFRICA
«Mi sueño es que un día, en un futuro cercano, las naciones independientes de África dejen de depender de la opulencia de sus donantes. Como muchos de los africanos que en los años 50 anhelaban la independencia de sus amos coloniales, anhelo la independencia de nuestros amos neocoloniales del siglo XXI, para que los africanos puedan gobernarse a sí mismos de una manera adecuada a sus valores y aspiraciones».
Para Obianuju Ekeocha, el viaje a la libertad real y la prosperidad de África comienza por el reconocimiento del daño que provoca el neocolonialismo ideológico y su vínculo con la ayuda exterior. En su búsqueda de la descolonización, África necesita combatir la corrupción y superar su dependencia de las ayudas exteriores:

Si África quiere protegerse de la desintegración social que estamos viendo en Occidente, y que Occidente quiere exportar a nuestros países, debe luchar en aras del matrimonio y los hijos, que son el futuro del continente. Nuestros países deben reducir la influencia corruptora de la ayuda procedente de naciones y organizaciones obsesionadas con el sexo y, para ello, deben edificarse sobre los cimientos firmes de buenas escuelas que desarrollen no sólo las mentes, sino también el carácter; de economías de mercado que dejen libre el comercio y los recursos para beneficio de todos; de líderes responsables que respeten la cultura de su pueblo más que la opinión de los donantes ricos. Debemos resistir a los nuevos colonizadores ideológicos antes de que nos roben nuestro “yo”.

Fuente: https://infovaticana.com/2020/01/19/objetivo-africa/

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En Malawi abrirán la primera escuela de Drones de África

Abrirá en Malawi, de la mano de Unicef y el Instituto Virginia Tech, y quiere ampliar la experiencia en el continente en el uso de esta nueva tecnología con fines humanitarios

Africa/Malawi/elpais.com

En 2021, los drones serán habituales en los cielos africanos. La primera Academia Africana de Drones y Datos (ADDA, en sus siglas en inglés) abrió sus puertas el pasado 13 de enero en Lilongwe (Malawi). La iniciativa busca promover el uso de esta nueva tecnología en programas que impactarán de forma positiva en las vidas de niños y jóvenes. «Los servicios humanitarios y para el desarrollo en África y otros lugares pueden beneficiarse significativamente de su aplicación», aseguró Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef. «La ADDA será fundamental para equipar a los jóvenes con las habilidades que necesitan para utilizarla en beneficio propio y de sus comunidades».

En 2016 se inició el primer corredor humanitario de África lanzado en Malawi para reducir el tiempo que se necesita para comprobar si los bebés que viven en zonas rurales están contagiados del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Y para seguir este impulso, la academia ampliará la experiencia en el uso de aviones no tripulados con fines humanitarios, para el desarrollo y comerciales en todo el continente a través de un curso de 12 semanas. Desde que se pusiera en marcha esta experiencia, esta nueva tecnología se ha utilizado para la entrega de suministros médicos, control de cultivos, mapeo del virus del cólera, así como la integración de drones en la respuesta y monitoreo nacional de desastres.

Los primeros estudiantes y profesores de la Academia Africana de Drones y Datos en la presentación del proyecto en Malawi.
Los primeros estudiantes y profesores de la Academia Africana de Drones y Datos en la presentación del proyecto en Malawi. UNICEF

Alrededor de 150 estudiantes recibirán formación para construir y pilotar drones en 2021, de los que 26 estudiantes de toda África se beneficiarán de una beca para sus estudios gracias a los fondos donados por aliados de Unicef. Una de ellas es Anne Nderitu, licenciada en ingeniería aeronaútica de Kenia. «Quiero trasladar el conocimiento que adquiera en este curso y mi formación en drones a proyectos que están ligados al saneamiento de aguas. Me gustaría empoderar a las comunidades urbanas que sufren inundaciones con las imágenes que se puedan recoger de la zona a través de los drones para así tener más información de las condiciones en las que viven y cómo solucionar sus problemas», explica esta estudiante de 25 años, que también ve muy útil esta nueva tecnología para las comunidades nómadas y su acceso a los medicamentos.

Más de la mitad de los estudiantes son mujeres con títulos universitarios en ciencias, tecnología o ingeniería

El plan de estudios se ha desarrollado en colaboración con el Instituto Politécnico de Virginia y la Universidad Estatal (Virginia Tech), quienes vienen trabajando con éxito desde 2017 en Malawi, en la implementación de talleres de capacitación de este tipo. El curso combinará metodologías teóricas y prácticas en la fabricación, prueba y vuelo de drones.

Para 2022, está previsto que la Academia lleve a cabo una maestría en esta tecnología sin coste de matrícula, junto con la Universidad de Ciencia y Tecnología de Malawi (DEBE), asi como un Plan de Estudios para desarrollar la capacidad local y un ecosistema favorable para el surgimiento de modelos comerciales sostenibles para el uso de drones para misiones humanitarias y para el desarrollo.

«El ADDA refleja nuestro compromiso continuo con la aplicación innovadora de tecnología y educación de drones en Malawi y la región de África», asegura Kevin Kochersberger, profesor asociado de Virginia Tech, quien dirigirá el proyecto. «Brindará a los graduados las habilidades necesarias para desarrollar su actividad laboral utilizando aplicaciones de drones en ámbitos que van desde la agricultura y la salud hasta la supervisión de los recursos naturales».

La clase inaugural ha incluido a 16 estudiantes de Malawi y 10 de toda África. Más de la mitad de los estudiantes son mujeres con títulos universitarios en ciencias, tecnología o ingeniería. La segunda promoción comenzará su formación a mediados de abril de 2020. La convocatoria de solicitudes estará abierta hasta el 26 de enero.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/01/15/planeta_futuro/1579092782_199996.html

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Una joven española lleva a la ONU sus soluciones para la educación en África

Europa/España/eldiario.es/

Marta Borrell, una joven española de 16 años, intervendrá este viernes en un foro organizado por Naciones Unidas con motivo del Día Internacional de la Educación para explicar su visión sobre los problemas de la enseñanza en África y las posibles soluciones.

Borrell ha sido invitada a participar en el acto por ser la conductora del documental «Una luz en la oscuridad», una cinta en la que con la ayuda de sus padres analiza el por qué del fracaso escolar en muchas escuelas africanas y que se estrenará el próximo octubre en España.

En declaraciones a Efe, la joven explica que la idea de la película surgió de un viaje a Marruecos que hizo con su instituto.

«Me chocó muchísimo el hecho de que siga habiendo pueblos y lugares en los que la educación y los niños sigan sufriendo tanto a diario», apunta Borrell.

A su regreso a España, la estudiante estaba decidida a hacer algo y ese algo terminó por ser un documental, para el que viajó durante sus vacaciones de verano a Mozambique con el fin de conocer de primera mano la situación en escuelas rurales de ese país, uno de los más pobres del mundo.

Allí, recuerda, una de las cosas que más le llamó la atención fue la «cantidad de niños escolarizados pero sin saber realmente dónde van o por qué van al colegio», la ausencia de una educación que pueda tener un futuro y el caso de adolescentes de su edad que habían sido violadas o maltratadas por sus profesores.

Después, pasó casi dos años entrevistando a personalidades del ámbito de la educación, todo con la idea de buscar soluciones a los problemas educativos que se dan en muchas zonas de África.

Su conclusión es que hacen falta cambios en varias áreas importantes, empezando por la necesidad de formar a los profesores para que sean capaces de ayudar a los niños y prepararlos realmente para sus vidas.

Borrell también ve fundamental tener en cuenta los contenidos que se enseñan y que se adapten a la realidad social, atajar la corrupción en el ámbito de las ayudas internacionales para la enseñanza y que se creen organismos que hagan que se cumplan estos objetivos.

Además, insiste en que es clave «ayudar en lugar de imponer», pues reconoce que a veces es difícil tratar de colaborar desde fuera sin imponer la cultura de uno mismo.

«Creo que lo más importante es aprender a escuchar a toda esta gente, porque nadie puede cambiar mejor su zona que ellos mismos», opina.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/espanola-ONU-soluciones-educacion-Africa_0_987952313.html

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SUDAFRICA: Defender la idea y las funciones de la universidad desde las ideas de Manuel Castell

Un artículo publicado la semana pasada por Times Higher Education anunció que el nuevo gobierno de coalición de izquierda de España planeaba restaurar el financiamiento universitario después de la austeridad e introducir reformas sectoriales de gran alcance, con el «gigante intelectual» y crítico de la «uniformidad estatista» Manuel Castells como universidades ministro.

Esta no es la primera vez que se otorgan títulos ‘extravagantes’ a Castells. Durante su primera visita a Sudáfrica en 2000, el ex presidente Thabo Mbeki lo llamó «el Karl Marx del siglo XXI» y cuando recibió el Premio Holberg 2012 (el equivalente al Nobel de ciencias sociales) de la Reina de Noruega, ella lo describió como «el sociólogo líder mundial de la ciudad y las nuevas tecnologías de los medios». Lo que es menos conocido es que Castells también es un destacado sociólogo de la educación superior.

En un seminario del Banco Mundial sobre educación superior y desarrollo en Kuala Lumpur, Malasia, en junio de 1991, Castells presentó un documento sobre «El sistema universitario: motor del desarrollo en la nueva economía mundial», que tuvo una gran influencia en cómo el Banco Mundial y, posteriormente, muchas otras agencias de financiación internacionales, cambiaron sus puntos de vista y la financiación de la educación superior, particularmente en África.

En el artículo de 1991 y en conferencias posteriores, Castells afirma que las instituciones de educación superior son esenciales tanto para el crecimiento económico como para la justicia social. Si olvidamos que la necesidad de igualdad social, de género y racial es tan importante como la innovación y el crecimiento, entonces la educación superior agudizará la fragmentación social, en última instancia, deshabilitará la capacidad institucional para administrar universidades y países en general.

Funciones o roles de las universidades.

Según Castells, las universidades tienen cuatro funciones o roles: como aparatos ideológicos; la selección y socialización de la élite dominante; capacitación para la fuerza laboral de alto nivel; y la producción de conocimiento científico. El foco aquí está en la primera función.

Históricamente, las universidades desempeñaron un papel importante como aparatos ideológicos; es decir, como productores de valores y legitimación social. Estas instituciones estaban arraigadas en la tradición europea de las escuelas de teología basadas en la iglesia (Bolonia, Cambridge, Oxford, Harvard y Salamanca). Otras universidades no religiosas desempeñaron un papel similar en la producción, por ejemplo, de valores imperiales en el caso de algunas de las principales universidades, y en la justificación de la dominación y la superioridad occidental en el mundo colonial.

Sin embargo, a medida que los tiempos cambiaron, una tarea clave de estas instituciones se convirtió en la configuración de valores cívicos y ‘personalidades flexibles’ en el desarrollo de identidades prospectivas (centradas), que utilizan narrativas orientadas al futuro para construir una nueva base para la pertenencia social y ciudadanía. Hasta el día de hoy, la formación y difusión de la ideología sigue siendo un papel fundamental de las universidades, a pesar de las afirmaciones de no ser ideológicas .

En publicaciones posteriores, y durante una interacción de casi 20 años con el Centro para la Transformación de la Educación Superior (CHET) y el Instituto Stellenbosch para Estudios Avanzados (STIAS), Castells argumentó que en África y América Latina la educación superior tuvo un desempeño relativamente bueno en la selección de las élites. (en realidad tan bien que se ha convertido en un importante contribuyente a la desigualdad) y la capacitación de la fuerza laboral. Sin embargo, a las universidades no les ha ido bien como aparatos ideológicos en términos de formación ciudadana y en la producción de nuevos conocimientos.

Es particularmente en el área de forjar una nueva ciudadanía que apoya el desarrollo de las identidades poscoloniales, pero que también critica al gobierno de la época, que las universidades han fallado.

La idea de la universidad

En su discurso de aceptación para un doctorado honorario en la Universidad de Ciudad del Cabo (UCT) en Sudáfrica a fines del año pasado, el profesor Jonathan Jansen, posiblemente el educador más destacado de Sudáfrica, comenzó relatando cómo él, como persona de color, fue rechazado. de UCT durante una consulta de admisión y le dijeron que fuera a la Universidad de Western Cape, que en ese momento era una universidad designada para «no blancos».

Jansen elogia a UCT por su transformación en la nueva Sudáfrica, pero luego advierte a la universidad sobre nuevas amenazas posteriores al apartheid a las universidades al reflexionar sobre el comportamiento de liderazgo de estudiantes y universidades durante la descolonización y las campañas #FeesMustFall. Los problemas que plantea Jansen se aplican a todas las universidades de África y del mundo y se refieren a los valores fundamentales de las universidades. Expongo a continuación un extracto ligeramente editado de este importante discurso.

“En términos de su transformación social, es bien sabido que la universidad a menudo actuó injustamente durante los años del apartheid y sí, todavía lucha con su legado colonial en los años posteriores al apartheid. Pequeños pasos, tal vez, pero hoy las cámaras del Senado se llaman Sala Archie Mafeje; Esta sala de graduación lleva el nombre de Sara Baartman, y Cecil John Rhodes no se ve por ningún lado. Por esto, el campus y el país le deben a la comunidad activista de UCT una deuda de gratitud. Y sin embargo, a lo largo de todas estas luchas y éxitos, UCT siguió siendo una universidad. Lo que plantea una pregunta importante: ¿qué es esto que llamamos universidad?

“Una universidad, en esencia, es un lugar donde la razón triunfa sobre la ira. Es un lugar donde nuestra humanidad común importa más que nuestros apodos raciales. Es el único lugar donde cualquiera y todos pueden hablar sin temor a quedarse callados. Esto es lo que hace que una universidad sea diferente de una iglesia, un partido político o un club. Su membresía no depende de creencias compartidas. No hay látigo de fiesta para mantenerte en línea. No hay un juramento secreto que une a los miembros a una causa común.

“Sería negligente en esta gran ocasión si no te advirtiera que en Sudáfrica hoy, ese ideal de la universidad está bajo amenaza.

“Cuando quemas cosas en una universidad porque estás enojado, minas para qué sirve una universidad. Cuando ocultas y ocultas obras de arte que no te gustan, amenazas la idea de una universidad. Cuando les dices a los estudiantes y colegas blancos que no pueden hablar en los espacios comunes de aprendizaje, te burlas de lo que representa una universidad.

“Cuando cuestionas una cita académica porque el colega no es un verdadero sudafricano (lo que sea que eso signifique), estás acelerando la desaparición de la universidad. Cuando se niega a reunirse con sus colegas académicos y comprometerse con ellos porque tienen opiniones diferentes de usted, o incluso pueden ser críticos con su trabajo, entonces disminuye la idea misma de una universidad.

“No se equivoquen, cuando defiendan la idea de una universidad como un espacio democrático en el que las ideas importan y no la fuerza de los números o la membresía de la raza o el atractivo del dinero o la bendición del gobierno, serán excluidos y marginados. Serás marginado. La idea de una universidad nunca fue simplemente darles a los estudiantes un título después de tres a cinco años o que los académicos obtuvieran ‘resultados de investigación’ como si fuera una fábrica de conservas.

“No, la idea de una universidad es también producir líderes que defiendan algo y que estén preparados para estar solos. La Universidad de Ciudad del Cabo, con su reputación estelar, solo puede elevarse cuando se puede decir de cada graduado que, a través de su liderazgo y deber público, usted permanece, en palabras de Cornel West, ‘sin comprar, sin consolidar, sin miedo y sin temor a decir la verdad’ . «

Liderazgo universitario, estudiantes y gobierno.

Aparentemente, la presentación de Jansen no fue recibida con entusiasmo ni por el liderazgo de la universidad ni por sus estudiantes. Una lectura superficial de su presentación culpa mucho a los estudiantes, pero para muchos académicos, dentro y fuera de UCT, la universidad como institución tampoco salió bien.

El informe sobre el caos en una reunión de convocatoria de la UCT es solo un ejemplo de mal comportamiento en ambos lados.

Durante estas protestas, diferentes líderes universitarios tomaron diferentes posturas, algunos tomaron posiciones duras o duras relacionadas con la seguridad, mientras que UCT, entre otros, fue acusado de apaciguamiento sin fin .

Lo que no ha sucedido es la emisión de pautas para el liderazgo universitario por, por ejemplo, las universidades de Sudáfrica o por el gobierno, donde en la disputa por los honorarios el presidente omitió su propio departamento de educación superior e ignoró el liderazgo universitario.

Si bien es importante defender los «ideales fundadores» de la universidad, no solo en África sino en todo el mundo durante el auge de los regímenes populistas y autocráticos (particularmente en los Estados Unidos), es más importante reflexionar y actuar de manera más decisiva sobre La contribución de la universidad a la ciudadanía y la formación del Estado.

Para concluir con Castells , “para que los gobiernos desempeñen un papel legítimo en la transformación de la educación superior, tienen que ser legítimos ellos mismos. Y no lo son. Pero esto no es una trampa 22. Hay una forma de restablecer la legitimidad: diseñar e implementar políticas que tengan en mente el interés público.

“Si los gobiernos continúan saqueando recursos públicos en interés de los políticos, entonces los demagogos, como [Donald] Trump, aumentarán su atractivo popular. Y los demagogos populistas odian a las universidades porque, después de todo, son los bastiones del pensamiento crítico y la resistencia legítima a los abusos y la idiotez.

“Pero las universidades no pueden simplemente movilizarse contra la política destructiva; También tienen que proteger su misión como faros de innovación, ideas e igualdad, sin entregar todo al activismo. En última instancia, la convergencia entre el cambio a una nueva forma de organización económica, la aceleración de la revolución tecnológica y la relegitimación de las instituciones políticas tiene un sitio en la sociedad: la educación superior.

«Es por eso que la universidad es simultáneamente un campo de batalla decisivo y nuestra esperanza de un futuro mejor en medio de la oscuridad actual».

El profesor Nico Cloete es profesor de investigación de educación superior en el Centro de Excelencia DST-NRF en Política de Scientometrics y Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad de Stellenbosch, Sudáfrica; profesor invitado, Universidad de Oslo, Noruega; y asesor especial del Centro de Investigación para la Cooperación China-África, Instituto de Estudios Africanos, Universidad Normal de Zhejiang, China. También es presidente de la junta directiva de la edición University World News Africa.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20200120064505113

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África se moviliza contra los medicamentos falsos

África/Togo/23 enero 2020/elpais.com

Cada año unas 100.000 personas mueren en el continente por tomar fármacos falsificados. Siete países han firmado un acuerdo histórico para penalizar su fabricación, importación y distribución

Cuando contrajo la malaria y el tifus, el sastre togolés Ayawo Hievi, de 52 años, pensó que con la ingesta de medicamentos prescritos por su doctor iba a mejorar rápidamente. «Tras cuatro días tomándolos, no solo no hubo mejoría, sino que empecé a sufrir dolores de barriga», sigue Hievi. Lejos de curarle, empeoró su estado y acabó perdiendo un riñón. Eran fármacos falsificados.

«Mis riñones habían resultado dañados. La quinina y los antibióticos para tratarme estaban adulterados», comentaba a la agencia AFP. Ahora, cuatro años después, tiene que someterse a diálisis regularmente. La historia de Hievi está lejos de ser aislada en un continente inundado por este tipo de remedios falsos que se pueden comprar, además en cualquier esquina o mercado. Un negocio millonario en el continente africano: entre el 40 y el 60% de los fármacos vendidos son falsificados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto significa que no han sido sometidos a las evaluaciones normales de calidad, seguridad y eficacia.

Dos semanas después de iniciado el tratamiento Hievi no podía caminar y acabó en urgencias del hospital universitario de Lomé, la capital togoleña, la misma ciudad en que jefes de Estado y ministros de siete países africanos han firmado este sábado pasado un acuerdo como primer paso para penalizar la fabricación, importación y distribución de este tipo de productos falsos terriblemente peligrosos para la salud. Su contrabando no solo aumenta sino que usa métodos similares al de armas o drogas.

La OMS estima que cada año unas 100.000 personas mueren en África por tomar medicamentos «falsos, de baja calidad o que no cumplen los estándares mínimos». Aquellos con mayor probabilidad de estar caducados o de ser deficientes son los antibióticos y los antimaláricos. Para ayudar a identificar estos últimos, tarea nada fácil, existe desde hace años una herramienta llamada AQSurveyor, una suerte de base de datos global. Desde 2013, África responde por el 42% de los fármacos adulterados incautados en el mundo. Y la Sociedad Estadounidense de Medicina Tropical e Higiene informaba ya en 2015 que unos 122.000 menores de cinco años morían por mala calidad de antimaláricos en el África Subsahariana.

Los medicamentos fraudulentos no solo suponen un riesgo para el paciente, también juegan un papel preocupante en la generación de resistencia a otros que son vitales para la salud. La legislación deficiente, los sistemas sanitarios precarios y la pobreza generalizada han facilitado el crecimiento de este mercado paralelo y letal.

En la citada reunión de Lomé, el presidente de Senegal, Macky Sall; el de Togo, Faure Gnassingbe y el de Uganda, Yoweri Museveni; junto a los ministros de Salud de Congo, Níger, Ghana y Gambia firmaron la llamada Iniciativa de Lomé en la que se comprometieron a crear un marco legislativo panafricano con el fin de frenar este tráfico ilícito. Durante su discurso, el presidente togolés pidió a África una «lucha decidida» contra esta crisis y señaló como posibles causas -entre otras- la no ratificación de las convenciones internacionales existentes, la flagrante corrupción o la poca conciencia de los ciudadanos.

«Por primera vez, la iniciativa está siendo llevada a cabo por Estados africanos. (…) Sigo convencido de su resultado exitoso», expresó Gnassingbe, quien describió la situación actual como una emergencia de salud pública. «Tenemos la voluntad de luchar contra este drama humanitario que se desarrolla ante nuestros ojos con indiferencia general. ¡Es hora de actuar!», reiteró el líder togolés a través de su cuenta de Twitter. «Estoy de acuerdo en que los países africanos pueden hacer mucho para ayudarse mutuamente a luchar contra los medicamentos falsificados y de baja calidad a fin de garantizar que todas las personas tengan acceso a medicamentos seguros», añadió también por esa red social el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también presente en Lomé.

Fronteras demasiado porosas al contrabando

Además de un marco legislativo común, esta iniciativa busca también aumentar la cooperación y el intercambio de inteligencia entre estos siete países, fortalecer la seguridad en unas fronteras hasta ahora demasiado porosas y animar a otros Estados africanos a sumarse a la campaña.

Pero la tarea de poner fin a esta avalancha de medicamentos falsificados parece imposible. Se expenden en cualquier mercado del África occidental. Los que se ofrecen en las calles suelen costar una fracción del precio en farmacia, donde los controles son más estrictos y el suministro suele proceder de canales oficiales. «Es muy difícil saber de dónde vienen los falsificados», dice Innocent Kounde Kpeto, presidente de la asociación de farmacéuticos de Togo.

«Los países mencionados en las cajas no suelen ser los países de origen o fabricación» dice, antes de agregar que «los fabricantes esconden las pistas para no ser identificados». Se estima que entre el 30% y el 60% de los medicamentos que se venden en África son falsos y Kpeto asegura que la mayoría proceden de China o India, algo que afirma también la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). Ambas son naciones con dos de las industrias farmacéuticas de más rápido crecimiento del mundo.

Los esfuerzos para contener este torrente de falsificaciones han surtido algún efecto. Algunos centros de tráfico han sido desmantelados, como el mercado de Adjegounle, en Cotonou, que servía de puerta de entrada para medicamentos falsos con dirección a Nigeria. A mediados de noviembre pasado, la policía de Costa de Marfil se incautó de 200 toneladas en Abidyán y detuvo a cuatro sospechosos, incluido un chino. Togo es uno de los países pioneros en tratar de contener este flagelo. Cambió la ley en 2015 y los traficantes pueden pasarse 20 años en la cárcel y pagar de hasta 85.000 dólares (75.000 euros). En julio pasado, las autoridades quemaron 67 toneladas de medicamentos falsificados.

Pese a estos logros recientes, la gente en la industria como Kpeto insisten en que la amenaza es grande porque se trata de «redes criminales altamente organizadas». Las traficantes pueden sacar un beneficio de hasta 500.000 dólares con una inversión de 1.000, sostiene.

Nigeria, el principal destino

Nigeria, el país africano más poblado con un mercado de 200 millones de personas, es el principal destino en el continente de medicamentos falsificados y una muestra de las dificultades a las que se enfrentan las autoridades. En septiembre de 2016, la Organización Mundial de Aduanas confiscó decenas de millones de pastillas y medicamentos falsificados en 18 puertos en África: el 35% estaban destinadas a Nigeria. La competencia entre traficantes es feroz y la agencia oficial destinada a combatir el problema esta lacra está sobrepasada.

En un intento de mejorar la situación, Vivian Nwakah, fundó en 2017 la empresa Medsaf y consiguió 1,4 millones de dólares para ayudar a los nigerianos a seguir el recorrido de la medicación desde el fabricante hasta el paciente. «El país carece de una red de distribución centralizada y segura», aduce.

Como resultado, medicamentos falsos o de mala calidad no solo ha invadido los mercados sino también las farmacias y los hospitales, tanto públicos como privados. Medsaf trabaja para garantizar el control de calidad de miles de productos de más de 130 centros de salud en Nigeria. Y espera expandirse a Nigeria, Costa de Marfil y Senegal. La compañía utiliza tecnología, informática y análisis para monitorear el movimiento de medicamentos y verificar su número oficial de registro, las fechas de expiración y las condiciones de almacenamiento. «La tecnología que utilizamos puede resolver la mayoría de los aspectos relacionados con la falsificación de medicamentos», dice Nwakah. «La gente muere para nada. Podemos cambiarlo».

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/01/21/planeta_futuro/1579627190_146188.html

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