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Estados Unidos: Escuelas de Broward desafían a la reforma escolar

Estados Unidos/10 julio 2017/Fuente: El Nuevo Herald

La batalla sobre las nuevas reformas a las escuelas públicas de niveles K-12 que la Legislatura dominada por los republicanos aprobó esta primavera, entró esta semana en una nueva etapa cuando la Junta Escolar del Condado Broward votó unánimemente a favor de presentar una demanda ante los tribunales por considerar que la ley es inconstitucional.

Broward es el primer distrito escolar en presentar una demanda judicial contra la aprobación del proyecto de ley de la Cámara 7069, el cual se hizo ley el sábado pasado en contra de las apasionadas objeciones de administradores escolares, sindicatos de maestros y grupos de padres en todo el estado por sus muchas cláusulas favorables a las escuelas chárter y que, en algunos casos, lo son a expensas de las escuelas públicas tradicionales.

“Yo estoy a favor de tomar medidas enérgicas tan pronto como nos sea posible”, dijo la miembro de la Junta Escolar de Broward Rosalind Osgood durante una reunión especial de la junta convocada únicamente para autorizar al superintendente Robert Runcie a que presente la demanda legal y que gaste hasta $25,000 en costos legales iniciales.

“En estos momentos estamos prácticamente en un respirador, y tenemos que luchar literalmente por la vida de la educación pública en este estado”, dijo Osgood. “Si no nos ponemos firmes ahora, si perdemos esta oportunidad, nunca nos recuperaremos de esto”.

Las alegaciones de inconstitucionalidad planteadas por el Condado Broward tienen que ver ante todo con la manera en que el proyecto de ley HB 7069 brinda a las escuelas chárter ventajas sobre las escuelas públicas tradicionales por medio de regulaciones menos restrictivas y de fondos adicionales de los contribuyentes que les hace más fácil expandirse.

Lo que resulta más problemático para Broward y otros distritos escolares es una cláusula que los obliga a compartir con las escuelas chárter administradas de forma privada millones en fondos locales de los contribuyentes designados para la construcción y el mantenimiento.

Solamente en el curso escolar 2017-18, Broward tendría que compartir hasta $12 millones con sus escuelas chárter, mientras que las Escuelas Públicas del Condado Miami-Dade tendrán que compartir hasta $23.2 millones, de acuerdo con datos compilados por la Cámara de Representantes de la Florida.

El distrito escolar de Broward alega que esa cláusula y varias otras en el HB 7069 violan varias secciones de la Constitución de la Florida, la cual requiere que el estado brinde “un sistema uniforme, eficiente, seguro, protegido y de alta calidad de escuelas públicas gratuitas”.

En un memorándum enviado esta semana a los miembros de la junta escolar, la asesora legal general de las Escuelas Públicas de Broward, Barbara Myrick, expuso el argumento legal inicial del distrito, incluyendo el hecho de que el HB 7069 impone restricciones inconstitucionales a la autoridad de las Juntas Escolares locales de “operar, controlar y supervisar” las escuelas dentro del ámbito de su distrito.

Las Escuelas Públicas de Broward también se oponen directamente al establecimiento del nuevo programa “Schools of Hope” (Escuelas de Esperanza) bajo el proyecto de ley HB 7069, programa que se propone resolver el problema de las escuelas públicas que tienen malos resultados todo el tiempo por medio de ofrecer incentivos financieros a los operadores de las escuelas chárter para que ellos puedan competir directamente con las escuelas tradicionales con problemas.

El programa “Schools of Hope” solamente ofrece a 25 de más de 100 escuelas tradicionales que tienen malos resultados todo el tiempo la oportunidad de recibir hasta $2,000 por estudiante para pagar por servicios colaborativos, tales como programas extracurriculares. Como máximo, esa ayuda llegará a un total de alrededor de $44.5 millones, concluyó un análisis anterior del Herald/Times.

En un comunicado entregado al Herald/Times, el presidente de la Cámara de Representantes Richard Corcoran, republicano de Land O’Lakes, criticó duramente a la Junta Escolar de Broward por su decisión. Conseguir que se aprobara el programa “Schools of Hope” fue una de sus prioridades principales, como lo fue elaborar el proyecto de ley HB 7069 tal y como estaba en los días finales de la temporada de sesiones legislativas.

“Este es otro ejemplo en que la burocracia educacional está poniendo a los adultos que administran las escuelas por encima de los niños que estudian en esas escuelas”, dijo Corcoran.

En lo que los administradores de Broward se preparan para presentar la demanda judicial, el distrito escolar planea buscar el apoyo de otros distritos escolares que tal vez se les quieran unir, dijo la portavoz del distrito Tracy Clark.

El superintendente Alberto Carvalho dijo que él quiere hablar al mismo tiempo con funcionarios y legisladores estatales para ver si se puede resolver las preocupaciones del distrito, y cómo se pueden resolver.

“Nosotros vamos a dedicarnos a tener conversaciones muy, pero que muy enérgicas con entidades del Departamento de Educación y también con líderes legislativos para hacerles entender el verdadero impacto de la ley –el cual, en ciertas instancias, podría exceder lo que se calculó originalmente– y tratar de explorar esa vía antes de que se tengan en cuenta cualesquiera otras opciones posibles”, dijo Carvalho. “Esta no sería la primera vez que se toman decisiones en Tallahassee y que luego el diálogo subsiguiente… tenga como resultado conversaciones con los legisladores, y que se lleve a cabo cierta mitigación de las decisiones políticas que se habían tomado”.

Fuente: http://www.elnuevoherald.com/noticias/sur-de-la-florida/article160299094.html

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Estados Unidos: Plan Internacional considera «crucial» una financiación adicional del G20 para cerrar la brecha de género en educación

Estados Unidos/10 de Julio de 2017/La Información

Plan Internacional ha solicitado a los líderes mundiales del G20 que aumenten la financiación destinada a la educación en los países de desarrollo, algo que considera «crucial» para cerrar la brecha de género en el acceso a la educación primaria y secundaria.

La organización, con motivo de la cumbre del G20 en Hamburgo que ha comenzado este viernes 7 de julio, ha lanzado la campaña global ‘We Are The Next’, para pedir a los líderes mundiales que aseguren que la financiación internacional para la educación en países de ingresos bajos y medios pase de un gasto anual de 16.000 millones de dólares a 89.000 millones en el año 2030.

Esta financiación adicional, serviría para asegurar que «cientos de millones de niñas» no pierdan su derecho a una educación primaria y secundaria de calidad, obligatoria, universal y gratuita.

Plan Internacional asegura que un total de 130 millones de niñas carecen de acceso a la educación en el mundo, algo que, a su juicio, es uno de los «principales factores que perpetúa el ciclo de pobreza».

 La CEO de la ONG, Anne-Birgitte Albrectsen, ha solicitado al G20 que reconozcan la «importancia» de la educación, pongan «sus manos en los bolsillos» y «acaben con la brecha de la financiación» en materia de educación.

«Al cerrar la brecha de financiación en la educación y hacer frente a las barreras que impiden a las niñas participar en igualdad de condiciones en la escuela, podemos contribuir al desarrollo de la próxima generación de mujeres líderes y garantizar un futuro mejor para todos», ha defendido Albrectsen.

Por su parte, la directora general en España, Concha López, ha señalado que es «fundamental» que las voces de las niñas se escuchen en ese foro «tan influyente».

«Los líderes del G20 no deben ignorar el hecho de que la educación es absolutamente esencial para lograr la igualdad y la justicia para millones de niñas. A través de una educación de calidad, las niñas realmente pueden transformar sus vidas y sus comunidades», ha añadido López.

Según Plan Internacional, las niñas tienen 1,5 veces «más posibilidades» de permanecer «completamente excluidas» de la educación primaria y ,»si no se toman medidas», más de 400 millones de niñas «no obtendrán conocimientos de nivel secundario antes de 2030».

Además, apunta que asegurar una educación «inclusiva» y de «calidad» para todos los niños y niñas, es «una de las Metas Globales» que acordaron los líderes mundiales en 2015 para transformar el mundo en 2030. Por ello, advierte que este objetivo «no podrá cumplirse» en 2030 a menos que los países del G20 «tomen medidas urgentes».

Por estos motivos, Plan Internacional insta al G20 a comprometerse a gastar el 0,7% de su Ingreso Nacional Bruto en ayuda internacional, asignar «al menos» el 15% de su gasto de ayuda a la educación y aumentar la cuota destinada a la educación básica, incrementar la financiación de la Alianza Global para la Educación a dos mil millones de dólares anuales para 2020 y financiar «completamente» el fondo de la ‘Educación No Puede Esperar’.

Fuente: http://www.lainformacion.com/politica/ayuda-internacional/Plan-Internacional-considera-financiacion-G20_0_1042397159.html

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Los bebés descubren desde 1 año lo que interesa a los adultos

Por: Tendencias 21

Los bebés son capaces de comprender desde que tienen un año de edad el interés que presta un adulto a un objeto, ha descubierto un estudio de la Universidad de Neuchâtel (UniNE), en Suiza.

Para el autor de esta investigación, Fabrice Clément, el proceso de socialización es todavía una caja negra. Y para profundizar en este misterio ideó el concepto de Babylab. Consiste en observar a bebés en interacción con diferentes objetos. Unos les resultan interesantes y otros no, en función de lo que un niño ha aprendido previamente sobre la importancia o desinterés de estos objetos.

En uno de los experimentos desarrollados en el seno de Babylab, un adulto entra en una habitación en la que un bebé será testigo de una escena, sin que se le den indicaciones de ningún tipo.

El adulto tiene delante de sí dos juguetes.  Toma el primero, lo observa detenidamente con interés. Al segundo juguete deliberadamente no le presta mayor atención. Cuando abandona la habitación, pone los dos juguetes en una caja delante del bebé.

Lo que descubrió esta investigación es que, antes de los nueve meses de edad, el bebé toma indistintamente uno de los dos juguetes. Sin embargo, si tiene un año cumplido, el bebé va a optar por el juguete que llamó la atención del adulto.

Esta constatación permite descubrir la edad a partir de la cual un bebé es capaz de comprender que un objeto es más importante que otro. La conciencia por el interés que despiertan los objetos en las personas aparece a los 12 meses de edad.

Pero unas semanas más tarde, surge la sorpresa. A los 15 meses, el bebé invierte completamente su comportamiento. Toma directamente el juguete que ha descartado el adulto, pero no se sabe la razón de este comportamiento.

Puede ser que el bebé interprete que el objeto preferido por el adulto no le pertenece, o bien intenta comprender las razones por las que el juguete no ha interesado al adulto.

Fuente: http://www.tendencias21.net/notes/Los-bebes-descubren-desde-1-ano-lo-que-interesa-a-los-adultos_b15129644.html

 

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Ahora las universidades también enseñan a fracasar

Por: Revista Semana Educación

Algunas de las instituciones educativas más reconocidas del mundo ofrecen talleres y proyectos pensados para una generación más frágil y estresada, que no sabe cómo enfrentarse con el fracaso.

Cualquiera diría que a perder se aprende solo, que es de esas cosas que la vida se encarga de enseñar. Pero por algo será que hoy en día las universidades están enseñando a sus estudiantes cómo fracasar sin que pierdan la cabeza.

Y es que el grado de estrés entre los jóvenes universitarios, las presiones académicas, las nuevas vivencias emocionales y la incapacidad para manejarlas han vuelto necesario que muchas instituciones de educación superior en Estados Unidos creen talleres, programas y proyectos para enseñarles una lección de vida fundamental a sus estudiantes: cómo fracasar.

En Harvard, por ejemplo, con los egresados más exitosos (económicamente) del mundo, invitan regularmente algunos exalumnos para que hablen de sus mayores fracasos. Esta iniciativa, llamada Success-Failure Project, además de recopilar testimonios sobre los logros y fracasos, recoge análisis sobre el paradigma del éxito y los grandes rechazos profesionales de profesores y directivos

En Princeton se inventaron el Perspective Project para que los propios estudiantes compartan, por medio del formato video, sus mayores fracasos (y qué aprendieron de ellos) en su vida universitaria. Algo similar a lo que hace el Resilience Project de Stanford y la Universidad de Pensilvania con el Proyecto Penn Faces.

El  Davidson College de Carolina del Norte incluso ofrece un “Fondo para el Fracaso” con el que alienta a los estudiantes a desarrollar una idea innovadora y a fracasar en el intento, sí tienen que hacerlo. No hay ninguna presión porque el proyecto sea viable o exitoso. De hecho, les dan entre 150 y 1000 dólares (lo que equivale a entre 465.000 y 3’095.000 pesos colombianos) para hacerlo. “Thomas Edison fracasó cientos de veces antes de crear la bombilla. Queremos que ese seas tú”, reza la descripción del proyecto.

“En nuestro campus, todo se puede sentir muy competitivo. Creo que nos dejamos llevar por la idea de mostrar una imagen de perfección. Pero ver que se habla abiertamente de estos fracasos, para mí, hace que sientas que está bien, que todo el mundo tiene problemas”, explicó Carrie Lee Lancaster, estudiante de primer semestre en el Smith College al New York Times.

En esta universidad femenina privada crearon el programa Fracasando Bien, que también prendente desestigmatizar el fracaso. Las estudiantes pueden asistir a charlas sobre cómo lidiar con estas experiencias aparentemente negativas y sacarles provecho.

Fracasando Bien incluye talleres como “Por qué muchos e

xitosos piensan que son un fraude”, “Liderazgo para rebeldes” o “Fiesta del té sobre el perfeccionismo y la cultura del estrés”.

 Estos programas surgen de la idea de que los jóvenes estudiantes están entrando a la universidad sin las habilidades necesarias para lidiar con sus dificultades. Además, las instituciones educativas se han apoyado en la teoría, cada vez más popular, de “fracasar hacia arriba”, según la cual los fracasos son un paso más en el camino al éxito.

Los casos sobre fracasos impregnan la cultura popular. Steve Jobs fue expulsado de su propia empresa, J. K. Rowling fue rechazada en varias editoriales antes de publicar Harry Potter, a Elvis Presley le dijeron que no podía cantar, a Harrison Ford que nunca triunfaría en el ‘showbiz’ y Albert Einstein tuvo que trabajar en una empresa de patentes porque nadie lo quería como profesor.

“Los fracasos, los contratiempos y las dificultades son parte normal de la experiencia universitaria y de una vida exitosa […] Alentamos a los estudiantes a que reconozcan el potencial que existe en los fracasos”, recoge la página web del Princeton Perspective Project.

Jóvenes hiper estresados

En su libro ‘El regalo del fracaso’, la escritora y educadora Jessica Lahey explica que las nuevas generaciones de padres sobreprotegen y privan a sus hijos de la experiencia del fracaso. Entonces, estos colapsan cuando se enfrentan a los “diferentes causantes de estrés propios de la pubertad, las expectativas académicas exacerbadas y la creciente carga de trabajo” típicos de la universidad.

“El fracaso -desde pequeños errores a sonoros fallos de juicio- es un aspecto necesario y fundamental del desarrollo de nuestros hijos […] Sin embargo, cada decepción, cada rechazó, cara corrección y cada crítica son pequeños fracasos, oportunidades disfrazadas, valiosos regalos identificados erróneamente como una tragedia. Lamentablemente, cuando evitamos o desestimamos el valor de estas oportunidades con el fin de preservar la sensación de despreocupación y felicidad a corto plazo de nuestros hijos les estamos privando de experiencias que es necesario que vivan para poder llegar a ser adultos capaces y competentes”, opina Lahey.

Estos jóvenes “privados del fracaso”, como los llama la autora,, tienden a ser más depresivos y necesitar más ayuda psicológica. Según varios estudios publicados por la American College Health Association, en los últimos siete años ha habido un incremento continuo en los niveles de ansiedad entre universitarios y la de demanda de servicios de consejería estudiantil.

Por esta razón, las instituciones educativas se han volcado a estos talleres que pretender reducir los niveles de estrés y desestigmatizar el fracaso.

Por mucho tiempo asumimos que estas eran cosas que se aprendían automáticamente en la niñez”, le dijo Donna Lisker, rectora del Smith College al New York Times. “La idea de que un joven de 18 años no sepa perder suena absurdo. Pero creo que en muchos sentidos hemos arrancado a los niños de vivir esas experiencias de forma natural”, concluyó.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/universitarios-necesitan-que-les-ensenen-a-fracasar/531594

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EEUU: Education expert warns Washington state’s budget controversy isn’t over

08/07/2017.  By http://education.einnews.com
Erin Jones faced fellow Democrat Chris Reykdal for the role of superintendent for the Office of Public instruction. Reykdal won the 2016 election. (AP)
LISTEN: Education expert says the state budget controversy is not over

When Erin Jones saw Governor Jay Inslee’s proposed budget she made a prediction — the budget process was going to be lengthy.

In fact, she thought if any budget was going to pass, it would happen at the 11th hour. That’s exactly what happened as Washington lawmakers narrowly avoided a government shutdown during a third special session.

“His budget was so big D, big Democrat, that the Republicans would not be able to (work with) his budget,” Jones told KIRO Radio’s Dave Ross. “He had already put himself out there very clearly, this is a Democratic budget. And I know with the Senate being Republican that there’s way too much space between the two.”

RELATED: Erin Jones says Inslee’s budget is ‘dead on arrival’

Jones is a former candidate for state superintendent of public instruction and an education consultant. She has a new prediction: The Supreme Court isn’t going to like the budget that was passed in the nick of time. More specifically, she feels that the Legislature was strategic. It passed a budget that would keep the state running, but would place the controversial decision about education funding on the steps of the Supreme Court.

“I feel like that played itself out last week,” Jones said.

State lawmakers were tasked with adequately funding K-12 education after a landmark Supreme Court decision — the Legislature was basically ordered to do it. For years, Republicans and Democrats in Olympia have wrestled with how to accomplish it. The latest budget adds $7.3 billion to fund public education, paid for through a property tax. But Jones says it’s not that straightforward.

“What they’ve done is take money that was already in the system, the levies that are typically used in districts — it’s a swap,” Jones said. “That money was already out there, it’s not new revenue. I think a lot of Democrats are going to say, ‘We didn’t create any new revenue, we’re taking money that districts had already raised with levies and are now calling it ‘state money.’”

“In our Constitution, it says the paramount duty is to amply fund education,” she said. “But also, there is a clause that says it has to be a sustainable source of revenue. And I don’t think the source of revenue is regular and sustainable. I worry we are relying on levies, which are not sustainable, they are not predictable … my concern is that (the Supreme Court) will look at the funding source and say it’s not predictable enough.”

Jones said she doesn’t ultimately know how the Supreme Court will react to the new budget. The last time it fined the Legislature for not doing a good enough job of funding education. Beyond the court, Jones said there are still issues waiting to be addressed in Washington classrooms.

“I don’t think money is always the answer, but how we spend our money is really important,” Jones said. “Are we making sure we are training up teachers well? That’s something we haven’t had a conversation about. Are teachers prepared to teach? Are we preparing teachers for 2017 or are we preparing them for 1995?”

“They need to be able to use technology, they need to be able to navigate social media,” she said. “Not every kid is going to become a STEM kid, but they need to at least be exposed to that.”

From: http://education.einnews.com/article/391082127/5g-pXVh87OHcBsKP?lcf=ZdFIsVy5FNL1d6BCqG9muZ1ThG_8NrDelJyazu0BSuo%3D

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Niños y adolescentes de EE.UU: bajo el peligro de las balas

Por: Martha Andrés Román

Con preocupante frecuencia se leen en la prensa estadounidense historias como la de un niño pequeño que mató a su hermano con la pistola de su padre, o la de dos muchachas alcanzadas por el fuego cruzado de un tiroteo.
La alarma ante esos casos, que a veces aparecen como sucesos aislados en diarios y televisoras, se encendió mucho más con la reciente publicación de un informe en el cual se concluyó que el país registra anualmente unos mil 300 fallecimientos por armas de fuego entre menores de 17 años.

El estudio, publicado el 19 de junio en la revista Pediatrics, arrojó además que unos cinco mil 790 infantes y adolescentes son atendidos cada año por heridas de bala.

Tales cifras significan que diariamente pierden la vida poco más de tres menores, mientras otros 15 son tratados de emergencia a causa de alguna lesión de ese tipo.

TRAGEDIAS EN CIFRAS

Para realizar ese reporte, los investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades analizaron datos sobre lesiones y muertes por disparos en niños de 0 a 17 años.

En ese estudio recopilaron información de tres bases de datos nacionales que rastrean detalles tales como lesiones no fatales, certificados relacionados con la violencia armada, registros de médicos forenses, informes de cumplimiento de la ley, entre otros aspectos.

De ese modo, concluyeron que de 2012 a 2014 murieron como promedio mil 287 niños y adolescentes cada año, lo cual coloca a Estados Unidos como el lugar donde ocurren nueve de cada 10 decesos de ese tipo que se reportan en los países desarrollados del orbe.

Los hechos vinculados con armas de fuego provocan más fallecimientos entre esos grupos etarios que los casos de anomalías congénitas pediátricas, las enfermedades cardíacas, la influenza o la neumonía.

Según la investigación, la mayoría de las muertes corresponde a niños de 13 a 15 años, y los homicidios representan el 53 por ciento de los eventos reportados, con la mayor cantidad de víctimas entre infantes afronorteamericanos.

Los estados con las tasas más altas de asesinatos por armas de fuego en esas edades se concentraron en gran parte del sur (Alabama, Florida, Georgia, Luisiana, Mississippi, Carolina del Sur y Tennessee).

También hubo números elevados en territorios del medio oeste (Illinois, Missouri, Michigan y Ohio), dos del oeste (California y Nevada), y tres del noreste (Connecticut, Maryland y Pensilvania).

La investigación detectó un aumento alarmante en los suicidios, que de 2012 a 2014 representaron el 38 por ciento de las muertes, con los índices más altos en Montana, Idaho y Alaska.

En alrededor de un tercio de esos casos, el niño sufría de un estado de ánimo deprimido, y aproximadamente un cuarto tenía un problema de salud mental diagnosticado clínicamente, mientras el 26 por ciento le dijo a alguien con anticipación su intención de quitarse la vida.

Los análisis del presente informe confirman que los suicidios suelen ocurrir en respuesta a crisis de corto plazo. La disponibilidad de un arma de fuego puede ser especialmente crítica para un adolescente impulsivo en esos momentos, escribió el doctor Eliot W. Nelson, del Hospital Infantil de la Universidad de Vermont.

LA PELIGROSA CERCANÍA DE LAS ARMAS

El 26 de junio un niño de 9 años de edad falleció de un disparo cuando él y un amigo estaban jugando con una pistola, según dio a conocer la policía del condado de Marion, en el estado de Indiana.

Días antes, Bentley Thomas Koch, de cuatro años, se disparó fatalmente en el rostro en el estado de Pensilvania; y Harmony Warfield, de siete años, fue baleada por su primo de dos años en Tennessee.

Sucesos de esa índole hacen aún más controversial el tema de la portación de armas, al cuestionar las medidas de seguridad que se toman para mantenerlas alejadas del alcance de los menores.

Datos de la organización sin fines de lucro Law Center to Prevent Gun Violence indican que aproximadamente una de cada tres pistolas se mantiene cargada y desbloqueada en Estados Unidos, al tiempo que la mayoría de los niños saben dónde sus padres las guardan.

En julio de 2004, el Servicio Secreto y el Departamento de Educación publicaron un estudio que examinó 37 tiroteos ocurridos en escuelas desde 1974 hasta 2000, y de acuerdo con ese análisis, en más del 65 por ciento de los casos el atacante obtuvo el arma en su propia casa o en la de un pariente.

A decir del Law Center to Prevent Gun Violence, a nivel federal no existen en esta nación las llamadas leyes de prevención del acceso de los niños, las cuales imponen responsabilidad penal a los adultos que dan a los niños acceso sin supervisión a las armas de fuego.

El mayor o menor control sobre este tema recae entonces en las normas específicas de cada estado.

La cuestión es muy compleja en un país de 321 millones de habitantes, donde se calcula que existen más de 300 millones de esos artefactos y su portación es un derecho constitucional que usan como escudo los grupos de presión a favor de las armas de fuego.

Para la doctora Ruth Abaya, profesora asistente de pediatría en la división de Medicina de Emergencia del Hospital Infantil de Filadelfia, los hallazgos sobre la incidencia en los infantes sugieren que se necesitan iniciativas comunitarias para abordar el problema.

Creo que vamos a necesitar un enfoque multifacético para hacer que la prevención de la violencia armada en este país sea efectiva, manifestó a la cadena CBS.

A su vez, David Wesson, cirujano pediátrico del Hospital Infantil de Texas, indicó a la misma televisora que esta cuestión está llena de connotaciones políticas que pueden hacer difícil abordarla.

Sin embargo, sugirió como posibles enfoques la promoción de leyes de seguridad de armas y el uso más extendido de dispositivos de almacenamiento que las alejen del alcance de los menores.

Más allá de esas sugerencias, advirtió sobre el principal problema: ‘cuantas más armas hay, más mueren las personas por heridas de balas’.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=97067&SEO=ninos-y-adolescentes-de-ee.uu-bajo-el-peligro-de-las-balas
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EEUU: From public good to personal pursuit: Historical roots of the student debt crisis

América del Norte/Estados Unidos/Julio 2017/Noticias/https://theconversation.com

 

The promise of free college education helped propel Bernie Sanders’ 2016 bid for the Democratic nomination to national prominence. It reverberated during the confirmation hearings for Betsy DeVos as Secretary of Education and Sanders continues to push the issue.

In conversations among politicians, college administrators, educators, parents and students, college affordability seems to be seen as a purely financial issue – it’s all about money.

My research into the historical cost of college shows that the roots of the current student debt crisis are neither economic nor financial in origin, but predominantly social. Tuition fees and student loans became an essential part of the equation only as Americans came to believe in an entirely different purpose for higher education.

Students took to the streets to protest their debt burdens as part of Occupy Boston in 2011. CampusGrotto/flickrCC BY-NC

Cost of a college degree today

For many students, graduation means debt. In 2012, more than 44 million Americans (14 percent of the total population) were still paying off student loans. And the average graduate in 2016 left college with more than $37,000 in student loan debt.

Student loan debt has become the second-largest type of personal debt among Americans. Besides leading to depression and anxiety, student loan debt slows down economic growth: It prevents young Americans from buying houses and cars and starting a family. Economist Alvaro Mezza, among others, has shown that there is a negative correlation between increasing student loan debt and homeownership.

The increase in student loan debt should come as no surprise given the increasing cost of college and the share that students are asked to shoulder. Decreasing state support for colleges over the last two decades caused colleges to raise tuition fees significantly. From 1995 to 2015, tuition and fees at 310 national universities ranked by U.S. News rose considerably, increasing by nearly 180 percent at private schools and over 225 percent at public schools.

Whatever the reason, tuition has gone up. And students are paying that higher tuition with student loans. These loans can influence students’ decisions about which majors to pick and whether to pursue graduate studies.

Early higher education: a public good

The Stanford University crew team, between 1910-1915. Stanford was founded on the principle of providing a free education. The university did not start charging students tuition until 1920. Library of Congress

During the 19th century, college education in the United States was offered largely for free. Colleges trained students from middle-class backgrounds as high school teachers, ministers and community leaders who, after graduation, were to serve public needs.

This free tuition model had to do with perceptions about the role of higher education: College education was considered a public good. Students who received such an education would put it to use in the betterment of society. Everyone benefited when people chose to go to college. And because it was considered a public good, society was willing to pay for it – either by offering college education free of charge or by providing tuition scholarships to individual students.

Stanford University, which was founded on the premise of offering college education free of charge to California residents, was an example of the former. Stanford did not charge tuition for almost three decades from its opening in 1891 until 1920.

Other colleges, such as the College of William and Mary, offered comprehensive tuition scholarship programs, which covered tuition in exchange for a pledge of the student to engage in some kind of service after graduation. Beginning in 1888, William and Mary provided full tuition scholarships to about one third of its students. In exchange, students receiving this scholarship pledged to teach for two years at a Virginia public school.

And even though the cost for educating students rose significantly in the second half of the 19th century, college administrators such as Harvard President Charles W. Eliot insisted that these costs should not be passed on to students. In a letter to Charles Francis Adams dated June 9, 1904, Eliot wrote, “I want to have the College open equally to men with much money, little money, or no money, provided they all have brains.”

College education becomes a private pursuit

The perception of higher education changed dramatically around 1910. Private colleges began to attract more students from upper-class families – students who went to college for the social experience and not necessarily for learning.

This social and cultural change led to a fundamental shift in the defined purpose of a college education. What was once a public good designed to advance the welfare of society was becoming a private pursuit for self-aggrandizement. Young people entering college were no longer seen as doing so for the betterment of society, but rather as pursuing personal goals: in particular, enjoying the social setting of private colleges and obtaining a respected professional position upon graduation.

John D. Rockefeller was instrumental in bringing about the modern day reality of college tuition and student loans. The Rockefeller Archive Center

In 1927, John D. Rockefeller began campaigning for charging students the full cost it took to educate them. Further, he suggested that students could shoulder such costs through student loans. Rockefeller and like-minded donors (in particular, William E. Harmon, the wealthy real estate magnate) were quite successful in their campaign. They convinced donors, educators and college administrators that students should pay for their own education because going to college was considered a deeply personal affair. Tuition – and student loans – thus became commonly accepted aspects of the economics of higher education.

The shift in attitude regarding college has also become commonly accepted. Altruistic notions about the advancement of society have generally been pushed aside in favor of the image of college as a vehicle for individual enrichment.

Dartmouth College students carving canes on campus in the early 1920s. In the early 20th century, as more students from upper-class families began attending college for the social – rather than educational – experience, many colleges began the practice of charging tuition. Council of the Alumni of Dartmouth College

A new social contract

If the United States is looking for alternatives to what some would call a failing funding model for college affordability, the solution may lie in looking further back than the current system, which has been in place since the 1930s.

In the 19th century, communities and the state would foot the bill for college tuition because students were contributing to society. They served the common good by teaching high school for a certain number of years or by taking leadership positions within local communities. A few marginal programs with similar missions (ROTC and Teach for America) still exist today, but students participating in these programs are very much in the minority.

Instead, higher education today seems to be about what college can do for you. It’s not about what college students can do for society.

I believe that tuition-free education can only be realized if college education is again reframed as a public good. For this, students, communities, donors and politicians would have to enter into a new social contract that exchanges tuition-free education for public services.

Fuente:

https://theconversation.com/from-public-good-to-personal-pursuit-historical-roots-of-the-student-debt-crisis-79475

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/rwTCWZGYZNrG-MeAdq7_0UzMkgAS_5UBcZ-GROxCnqUjfi3ZoRRQmKokeav0KfX5KlMPOg=s

 

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