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Fidget Spinners, el juguete que amenaza la paz escolar en Estados Unidos

Estados Unidos/08 de Mayo de 2017/El Progreso

Este artilugio, la sensación del momento, es recomendado para niños con déficit de atención, y los escolares se escudan en ello para llevarlo a clase.  En España se están propagando a gran velocidad. Cabe en la palma de la mano y consta de 3 aros unidos entre sí. En el centro, otro círculo hace las veces de eje giratorio. La gracia, hacerlo girar y girar.

Los Fidget Spinners son la sensación del momento entre los niños de Estados Unidos. Este juguete que gira y gira tiene a los maestros dando vueltas a cómo sacarlo de las aulas, pero no es fácil pues se vende como utensilio de ayuda para los millones de pacientes con déficit de atención. En un concepto básico, este artilugio cabe en la palma de la mano y consta de 3 aros unidos entre sí. En el centro, otro círculo hace las veces de eje giratorio. En principio esa es precisamente la gracia, hacerlo girar, girar y girar. ¿Suena divertido? Pues para muchos lo es y por eso hoy inundan las paradas de autobús, los parques y, por supuesto, las escuelas.

Este sencillo artículo fue concebido en su momento, hace más de dos décadas, por una mujer que pretendía crear un juguete que, de alguna forma, simbolizara la paz. Sin embargo, hoy se ha convertido en un juguete popular y, más que eso, en el eje de una controversia que involucra a estudiantes, maestros y administradores escolares.

Este sencillo artículo fue concebido en su momento, hace más de dos décadas, por una mujer que pretendía crear un juguete que, de alguna forma, simbolizara la paz

Los padres de familia de una escuela de Henderson, en el sur de Nevada, recibieron esta semana una carta en la que se invocaba a la conciencia de todos aquellos que hasta ahora permitían que sus hijos llevaran a la escuela los famosos juguetes. «Se han convertido en una gran distracción y molestia en los salones de clase», advierte la misiva, que asegura que de ahora en adelante cualquier ingenio como ese será confiscado y devuelto a los padres del propietario o, en su defecto, al mismo dueño, aunque al final del año escolar.

No habría nada de extraordinario en esta comunicación, si no fuera porque se trata de una de las muchas que a diario se envían a lo largo y ancho del país en diferentes escuelas. Y el verdadero origen de la controversia radica en el porqué de la súbita explosión de Spinners en las aulas escolares.

AYUDA PARA PACIENTES. La razón es que muchos de estos aparatos se comercializan como herramientas de ayuda para pacientes con autismo, déficit de atención, estrés, ansiedad y hasta depresión, pues se venden para, presuntamente, aumentar la capacidad de enfoque. Por esa razón, no es raro que cuando un maestro enfrenta a su alumno y le pide guardar su juguete este le responda: «Lo siento, me lo recetó el doctor».

El número de casos de déficit de atención en Estados Unidos se disparó un 43% entre 2003 y 2011, hasta alcanzar casi seis millones de menores diagnosticados

El número de casos de déficit de atención en Estados Unidos se disparó un 43% entre 2003 y 2011, hasta alcanzar casi seis millones de menores diagnosticados, según datos de 2015 de las autoridades sanitarias del país, que indican que el 11% de los niños entre 4 y 17 años padecen esta condición. Tanto educadores como administradores están al tanto de la tendencia. Reconocen que efectivamente hay especialistas que lo recomiendan como terapia de ayuda para algunos de sus pacientes, pero aseguran que no pueden sacrificar el orden y la disciplina de un plantel entero por su causa.

CON NOTA MÉDICA. Bill Mitchell, maestro y especialista en administración educativa, afirma que lo cierto del caso es que en su escuela del sur de Nevada ha visto menos casos de niños que se meten en problemas por arrojar lápices o esconder cosas a sus compañeros, desde que usan los famosos giradores. «Entiendo la preocupación de muchos maestros y el hecho de que se les prohíba, pero hay que ver el otro lado. Yo tengo menos incidentes con estudiantes que usualmente se meten en problemas y que tienen demasiada energía, desde que usan el Spinner. Es cuestión de balance y de establecer reglas claras», opina. Reglas que planteles educativos de estados como Illinois, Massachusetts, Minesota, Florida y ahora Nevada están empezando a implementar para contrarrestar la invasión de estos juguetes.

Jerónimo Guerra, estudiante de séptimo grado en una escuela de Henderson, asegura que en su escuela la única forma de llevar uno de estos populares juguetes ahora es con una nota médica.

Fuente: http://elprogreso.galiciae.com/noticia/698450/fidget-spinners-el-juguete-que-amenaza-la-paz-escolar-en-estados-unidos

 

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Los cerebros de los alumnos se sincronizan durante una clase

Por: Tendencia 21

Sus ondas cerebrales presentan modelos similares que son más intensos cuanto mayor es la concentración.

Los cerebros de los alumnos se sincronizan durante una clase, ha descubierto un estudio, ya que sus ondas cerebrales presentan modelos similares. La sincronización es mayor cuanta más concentración tienen los alumnos. La investigación, basada en EEG, servirá para determinar cómo la audiencia de un espectáculo puede influir sobre lo que se produce en el escenario.

uando las personas de un grupo están concentradas unas con otras y con el entorno, sus ondas cerebrales presentan modelos similares. Lo ha descubierto un estudio que utilizó electroencefalografía (EEG) portátil para registrar simultáneamente la actividad cerebral de una clase de alumnos de secundaria durante un semestre.

El estudio midió las interacciones entre parejas de estudiantes, las interacciones entre todo el grupo como un todo y las interacciones entre estudiantes individuales y el resto del grupo.

El grado en que las ondas cerebrales de los estudiantes se alinearon anticipó tanto sus niveles de participación en la actividad de la clase como su conexión social.

El estudio constató que las ondas cerebrales de los estudiantes estaban alineadas con los otros cuando estaban más concentrados durante la clase. La sincronización entre un cerebro y otro ha identificado asimismo a los estudiantes realmente interesados en el aprendizaje.

La interacción entre cerebros también descubre la interacción social entre alumnos y las personalidades de los estudiantes. Los investigadores consideran que estos efectos se pueden explicar por los mecanismos de concentración compartidos que se producen durante las interacciones dinámicas de los grupos.

Los investigadores, dirigidos por David Poeppel, de la Universidad de Nueva York y del Instituto Max Planck, utilizaron un EEG portátil para registrar simultáneamente la actividad cerebral de los alumnos durante una clase.

Sincronización de ondas cerebrales

A continuación utilizaron nuevas técnicas de análisis para evaluar en qué medida esta actividad cerebral estaba sincronizada entre los estudiantes y la manera en que el nivel de sincronización variaba según la concentración de los alumnos en diferentes momentos de la clase y de la dinámica social.

Los investigadores consideran que el nivel de sincronización procede de un fenómeno que se conoce como sincronización de las ondas cerebrales. Los millones de neuronas producen, cada una, sus propias señales eléctricas. Estas señales, combinadas, generan oscilaciones conocidas como ondas cerebrales, que pueden ser medidas mediante electroencefalografía (EEG).

Las ondas cerebrales se solapan con las ondas sonoras o los patrones de luz del mundo exterior. Cuanto más se concentra el cerebro sobre estos modelos cerebrales, más se va a confundir con estos modelos, señalan los investigadores.

En consecuencia, si las personas de un grupo están concentradas en un mismo punto de atención, las ondas cerebrales son similares porque se confunden con la misma información compartida por los miembros del grupo.

La sincronización cerebral es igualmente necesaria para un comportamiento sincronizado de la interacción humana, explican los investigadores. Por ejemplo, una sincronización es necesaria entre dos personas que mantienen una conversación, que bailan o trasladan el mismo mueble.

Los resultados de esta investigación sugieren que la dinámica social es importante, incluso cuando las personas ven el mismo video o asisten a una conferencia.

Implicaciones y perspectivas

“Estos hallazgos tienen implicaciones para los investigadores de la educación que podrían querer saber qué técnicas de enseñanza aumentan el compromiso de los alumnos y para los neurocientíficos básicos que quieren descubrir los procesos neuronales, psicológicos y sociales subyacentes al aprendizaje», explica David Poeppel, profesor de psicología en la Universidad de Nueva York Y director del Instituto Max Planck de Estética Empírica en Frankfurt, en un comunicado de la NSF.

Para profundizar en estos procesos, los investigadores se proponen ahora ampliar el análisis simultáneo de cerebros a 45 personas en un auditorio.

De esta forma, esperan determinar cuáles son las condiciones óptimas para que un público pueda apreciar mejor un espectáculo o una película, y si existe un tamaño ideal de un grupo para que la sincronización entre cerebros sea óptima.

También se proponen descubrir si una interacción conjunta ante una tarea mejoraría la sincronización entre cerebros y cómo la audiencia de un espectáculo puede influir sobre lo que se produce en el escenario.

Fuente: http://www.tendencias21.net/Los-cerebros-de-los-alumnos-se-sincronizan-durante-una-clase_a43908.html

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EEUU: Niagara Falls students seek better sex education than ‘abstinence only’

EEUU/06 May 2017/By

The rates of teens getting pregnant or contracting sexually transmitted diseases are far higher in Niagara Falls than the state average.

And that has one group particularly worried: Niagara Falls teenagers.

They have identified a place where they can go to help curb those high rates – their classrooms. But they’re not satisfied with what they have been hearing there.

So the Niagara Falls Youth City Council, a 10-member group, addressed the Board of Education last week and asked for better sex education in the high school’s mandatory health courses.

«I’m a ninth grader, and all my friends are participating in sex, and they have no idea what they’re doing,» said Mia Maye, a freshman Youth City Council member. «They’re not being safe about it. They’re always scared there’s going to be a pregnancy scare or an STD. And they have no one to talk to about it.»

They found at least one sympathetic listener.

Superintendent Mark R. Laurrie says the students are right.

He promised to work with the board to deliver plans for a more informative sex education course by October.

«For quite a long time, we haven’t paid enough attention to it,» Laurrie said. «I think their advocacy was right on, a topic that needed to be addressed.»

Laurrie said the high school’s current sex ed program «is based around abstinence, and abstinence only.»

The students question how effective the program is, given that one of every 10 teenage girls in the 14301 and 14303 ZIP codes in Niagara Falls become pregnant, according to state Health Department data.

«We can’t hide our heads in the sand on this,» Laurrie said.

Nowhere close to average

Teen pregnancy rates have fallen in Niagara Falls, as they have in the rest of the country, but the decrease in the Falls has not kept pace with the national average.

The teen pregnancy rate in Niagara Falls’ poorer neighborhoods is about three times higher than the state average.

The percentage of teenagers with sexually transmitted diseases in Niagara County is well above statewide averages, too, and it is rising.

From 2007 to 2009, the pregnancy rate for 15- to 19-year-olds was 16 percent for the 14301 ZIP code, and 13 percent in the 14303 and 14305 ZIP codes.

In 2014, the most recent Health Department data available, the teen pregnancy rates were 9.7 percent in 14301, 9.5 percent in 14303, 6.3 percent in 14305.

The 14301 and 14303 ZIP codes cover an area generally bounded by the Niagara River, Pierce Avenue and 47th Street. Those are the southern and western parts of Niagara Falls. The 14305 ZIP code covers most of the northern part of the city, along with parts of the Town of Niagara and southern Lewiston.

Meanwhile, the U.S. Centers for Disease Control said the national teen birth rate for 2015 was 2.2 percent, the lowest since the agency has been keeping track. It’s been dropping steadily for 25 years. But CDC reports say the pregnancy rate tends to be higher in areas with lower incomes, and that would include parts of Niagara Falls.

«They’ve seen some decrease, but nowhere close to the national average,» said Christopher Spicer, vice president of programs for Planned Parenthood of Western and Central New York. «It’s pretty clear that there’s things going on in Niagara Falls that are separate and apart from the rest of the country.»

Laurrie said the district’s staff needs to discuss what content is appropriate for which grade level, while holding parent information nights on the topic and allowing them to opt their children out of the sex education curriculum.

«We really have to pull up our socks on this curriculum,» Laurrie said.

Sex ed that comes ‘way too late’

The state Education Department mandates some form of sex education, but leaves the details up to local districts.

The department «encourages districts to partner with their students, families and communities to make decisions about sexuality education that are developmentally appropriate and consistent with identified needs and values,» a department spokeswoman said. «The Education Department allows and encourages districts to adopt developmentally appropriate evidence-based curriculum supporting the needs of their students and communities, thereby providing the district flexibility to prioritize and tailor curriculum.»

The key phrase is «evidence-based,» said Spicer of Planned Parenthood.

That means a program should show it has reduced pregnancy rates.

In 2010 the state Health Department started supporting only evidence-based sex education programming. The statewide teenage pregnancy rate fell 31 percent in the ensuing four years.

«We want more education on how to avoid pregnancy,» Niagara Falls senior Adam Hamilton said.

He said sex education is discussed only for a couple of 45-minute class periods in the health course.

Laurrie said that class normally is taken in 11th grade.

«It’s way too late,» said Maye, the ninth grader.

She said she knows more than 10 teens who have become pregnant.

Niagara Falls also requires a health course in seventh grade, which discusses the physical changes students experience during puberty.

«There was nothing really about sex,» Maye said.

She said the detailed sex information should be presented at least by ninth grade.

«We’re still using the same material that was discovered in the 1960s,» Hamilton said. «We know a lot of districts in other places have Planned Parenthood come in and give demonstrations.»

Few Planned Parenthood opt outs

Planned Parenthood sends representatives to 134 schools between Buffalo and Syracuse to talk to classes and present demonstrations of contraceptive use, such as how to apply a condom or insert an intrauterine device, Spicer said.

Parents can keep their children out of those classes.

If Planned Parenthood or another organization with similar information comes into Niagara Falls schools, a parental opt-out will be allowed, Laurrie said.

Planned Parenthood has found that very few parents opt out, said Spicer, the organization’s local vice president of programs. And that is good for the students, he said.

«They are living lives so far removed from what we lived,» Spicer said.

«I think we need to open up more accessibility for outside agencies,» Laurrie said.

Besides Planned Parenthood, sex education assistance also is offered by Native American Community Services and the Buffalo Federation of Neighborhood Centers.

«The age people start having sex has lowered so much, and people don’t know what they’re talking about,» Maye said. «We need a lot of information about healthy relationships, and what to do if you’re put in that position, birth control, how to make sure you are taking your safe precautions, how to know when you’re giving consent and when you’re not. No one should be pressured on something so serious.»

What should we tell the kids?

Sex education was an early battleground in the culture wars, with fights over whether the courses should go beyond telling kids not to have sex.

«Some of the abstinence-only-until-marriage programs were ideologically based, they weren’t very practical, they didn’t consider the communities that they were going to be implemented in, so ultimately they didn’t resonate,» Spicer said.

He said newer sex education programs, such as the «Be Proud, Be Responsible» program created by ETR, a California company, continue to include abstinence «as an option that’s front and center.»

«However, this focus on repeatedly saying ‘no’ can give the impression that sexual pressure is an expected norm in relationships,» an ETR news release said. «Many educators now want to reframe instructional activities in ways that emphasize mutual respect and affirmative consent.»

In New York, the Education Department said it «requires districts to have advisory councils to include parents, school board members, school staff, community representatives, and members of local faith-based organizations to provide recommendations concerning the depth and breadth of such topics in health education.»

Of course, teens are aware that sex leads to babies and that a child having a child is a recipe for problems, but the message needs to be reinforced, Maye said.

«Teens think it will never happen to them, but it always happens,» said Maye, a freshman. «When you’re not pregnant, you don’t think you’re ever going to get pregnant.»

The ninth grader added that «information about condoms and how to check them would be very helpful at our age.»

Handing out condoms

Since last year, condoms have been available in Buffalo public schools. Students whose parents haven’t forbidden them from getting the condoms may ask their school nurse for condoms. The nurses have been trained in demonstrating their use, said Assunta Ventresca, director of health-related services for the Buffalo Public Schools.

But Laurrie opposes doing that in Niagara Falls.

«I’m not going that far,» Laurrie said. «I’m not going to distribute condoms in school. I don’t think that’s our role.»

Buffalo schools also updated their sex education materials and gave teachers new professional training on the topic, Ventresca said.

A 2015 survey of Buffalo students showed 38 percent had lost their virginity, but that number was 51 percent in 2011, Ventresca said.

She said the 2015 teen pregnancy rate in Buffalo’s nine highest reporting ZIP codes was 6.1 percent, and for the city as a whole, it was 4.95 percent. That’s still better than the rates in Niagara Falls.

Sexually transmitted diseases are also are a growing problem for local teens.

In 2015, the gonorrhea rate among those 15 to 19 in Niagara Falls was 66 percent higher than the average for the state outside of New York City. Erie County’s teenage gonorrhea rate is three times the upstate average. The numbers in both counties have risen since 2013.

The Niagara County Health Department says teenagers account for 20 percent of the known gonorrhea cases. The county reported 48 patients 15 to 19 with confirmed cases of gonorrhea in 2015.

Boys 15 to 19 account for 22 percent of Niagara County’s male chlamydia cases, and teenage girls account for 36 percent of the female chlamydia cases.

Laurrie said if Niagara Falls’ budget permitted it, he would like to have a health educator travel from school to school in the district, as early as fifth grade, talking to students about their challenges and questions on all health issues. He also said if he had enough funds, he’d like an on-campus health clinic.

«If you were given the opportunity to have a health guide who would talk about and let you know how to protect yourself, it would be a lot more helpful for us teens,» Maye said.

Source:

http://buffalonews.com/2017/05/05/niagara-falls-students-want-better-sex-education/

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Educación cerrará 184 escuelas en Puerto Rico

Puerto Rico/06 de mayo de 2017/Fuente: http://www.telemundo47.com

Cerca de 27,000 estudiantes se verían afectados.

El Departamento de Educación anunció este viernes el cierre de 184 escuelas públicas, en una medida esperada con la que el gobierno busca ahorrar millones de dólares en medio de una profunda crisis económica que en la última década ha provocado un éxodo de sus residentes al suelo continental de Estados Unidos.

La portavoz del Departamento de Educación, Yolanda Rosaly, dijo a The Associated Press que las autoridades reubicarán a 27,000 estudiantes a otras escuelas. Los cierres ocurrirán una vez que termine el año escolar este mes.

Es el cierre de escuelas más grande que se haya anunciado en la historia del territorio estadounidense. Las autoridades cerraron 150 escuelas entre 2010 y 2015.

Según los detractores de la medida, no se tuvieron en cuenta la logística del transporte ni las necesidades de los que requieren educación especial. Un 30% de los estudiantes puertorriqueños tienen necesidades especiales, el doble del promedio en el continente.

La isla tiene un total de 1,292 escuelas públicas a las que asisten 365,000 estudiantes. La matrícula escolar ha caído en un 42% en las últimas tres décadas y se prevé una caída adicional de 22% en los próximos años, según un informe del Grupo Consultivo de Boston al gobierno anterior para ayudar a reestructurar el sistema escolar de la isla.

La caída se debe en buena medida a que los mayores se trasladan a Estados Unidos continental en busca de empleo y una vida mejor. Los docentes de la isla están en gran demanda debido a que son bilingües.

La baja tasa de natalidad también contribuye a reducir la matrícula.

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“A los gobiernos les cuesta medir cuáles son los problemas tecnológicos de las escuelas” Entrevista a Steven Hodas

Europa/España/6 Mayo 2017/Autor: Pau Rodríguez/Fuente: El diario la Educación

Steven Hodas fue el responsable durante 8 años de iZone, una iniciativa de la ciudad de Nueva York para conectar escuelas y empresas tecnológicas para que desarrollasen juntas las herramientas que compraría la Administración.

De la aplicación de las nuevas tecnologías en las aulas, de sus beneficios y perjuicios, se ha hablado ampliamente. Pero ¿quién es el encargado de comprar estas herramientas? ¿Quién debe decidir qué marca de tabletas necesita una escuela? ¿O cuál es el software más adecuado? La avalancha de nuevas empresas, a menudo start-ups, que ofrecen productos a los centros educativos es cada vez más voluminosa, pero pocos se han parado a pensar cuál es el mejor procedimiento para incorporar, si es que hay. Las concertadas tienen más margen para valorar qué se adapta mejor a sus escuelas, pero las públicas están a menudo a merced de compras a gran escala de la Administración. Ante este panorama, en Nueva York pusieron en marcha el iZone, un proyecto de innovación que pone en contacto escuelas y empresas desarrolladoras de programas para diagnosticar cuáles son sus necesidades en el ámbito tecnológico y adaptar las soluciones. Esta iniciativa la dirigió durante ocho años Steven Hodas, que dio todos los detalles en el acto Debates de Educación, organizado por la UOC y la Fundación Jaume Bofill.

¿Por qué el Departamento de Educación de Nueva York decidió que debía crear un espacio de colaboración entre maestros y start-up con respecto a la innovación relacionada con las nuevas tecnologías?

Antes de participar en esta iniciativa, yo había trabajado en empresas de software, y me había dado cuenta de que las escuelas en general son compradores muy malos. Me explico: se gastaban mucho dinero sin conseguir todo el valor que sus vendedores y los respectivos productos pueden ofrecer. A la administración pública, que es quien compra, le cuesta diagnosticar los problemas reales de las escuelas en este sentido. A la vez, muchas empresas innovadoras eran reacias a trabajar con las escuelas porque para ellas es difícil y desagradable, porque los lleva a procesos muy lentos.

Hasta ahora no son las escuelas las que deciden qué se compra y qué no, sino sus titulares. A menudo, pues, el Gobierno.

Y el Gobierno suele ser un mal consumidor porque no tiene formas precisas de medir cuáles son los problemas tecnológicos de las escuelas. Además, tarda meses o años a comprar lo que cree que puede ir bien y, entonces, encima, el mundo ha cambiado y ya hay productos mejores en el mercado. Deben ir más rápido.

Entonces ¿Quién sabe qué tecnologías necesita una escuela?

Depende del problema que tengan. Si hablamos de tecnología relacionada con el aprendizaje, seguramente los maestros son quienes más pueden saber. Ellos saben cómo hacer clase, cómo aprenden sus alumnos, así que deben formar parte de la definición del reto. En Estados Unidos -en otros países no lo sé- los maestros nunca han formado parte de este proceso. Suele ser alguien en una oficina sin contacto con los maestros, que no ha pisado un aula desde hace años, sin herramientas para evaluar el producto, el que toma la decisión de comprar. Y se gastará muchísimo dinero en colocar una herramienta en todas las escuelas que luego le sorprenderá que nadie utiliza.

Hay muchos ejemplos de estas compras al por mayor. En España hubo un caso con la compra masiva de ordenadores. En Los Ángeles hay un juicio abierto entre la Administración y Apple y Pearson por la adquisición millonaria de tabletas para todos sus alumnos.

Esto ocurre porque no se paran a pensar despacio. Alguien en Los Ángeles decidió que repartirían tabletas en todo el mundo sin preguntar a los maestros. ¡Nadie con dos dedos de frente daría un proyecto de esta envergadura sin haberlo probado antes! Hacer un piloto con cinco escuelas, ver cómo funciona, qué cambiarían …

¿Es esto lo que hacen en iZone? ¿Valorar la tecnología antes de aplicarla?

Usamos los principios básicos del diseño centrado en el usuario. Es decir, que se va a la persona que tiene el problema, es decir, al maestro: se lo observa, se le escucha, se le deja diseñar el propio problema… Y entonces los diferentes desarrolladores tratan de dar respuesta, la devuelven al docente, que prueba las diferentes opciones, las elige… Fíjate que hasta aquí aún no se ha comprado nada. La prueba puede durar tres o seis meses, trabajando codo a codo los maestros y los desarrolladores, que adaptan el producto en función de ello. Al cabo de unos meses, tienes una herramienta mucho mejor para las escuelas, y la próxima que desarrollen seguro que será más cuidadosa.

Las empresas tienen ánimo de lucro, claro. ¿Cómo saben que tienen un interés real para hacer buenos productos educativos?

Deben tener ánimo de lucro, sino no durarán mucho en el mundo de la empresa. Les interesa hacer productos útiles para las escuelas aunque solo sea para garantizar que crecen como empresa. Tienen un interés real por hacer las cosas mejor. Y créeme, la gente que funda pequeñas empresas o start-up que ofrecen servicios a escuelas saben que no harán mucho dinero rápidamente. Si buscaran eso se dedicarían a otra cosa.

Fotografía: Robert Bonet

Pero me refiero a que ustedes dan una información con un potencial de explotación muy valioso -por ejemplo: qué necesitan los docentes- a unas compañías determinadas. ¿Cómo las seleccionan?

Esto es cierto, tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de conectar las empresas con los maestros. Nos aseguramos de que se tomen el proyecto serio y que su compromiso se mantenga en el tiempo. Hacemos un proceso de evaluación severo. También con los maestros, porque las startup están invirtiendo su tiempo sin asegurarse de que venderán el producto, lo hacen de forma gratuita. El compromiso y el nivel han de ser en ambos, porque es una relación que no tiene nada que ver con una transacción.

Y al final, ¿quién decide qué se compra? ¿La escuela o la Administración?

En Estados Unidos depende de la ciudad. A veces uno, a veces otro, dependiendo del coste y, sobre todo, de si es o no para todos los centros.

Póngame un ejemplo de iZone de colaboración entre maestros y empresas emergentes que haya llegado a buen puerto.

Quizá el más conocido es el Gap App Challenge, pensado para solucionar un problema de bajos resultados de matemáticas en Primaria. Abrimos un concurso donde se presentaron 200 empresas y particulares. Los maestros evaluaron las propuestas, y escogieron 40 de finalistas. Estas se adjudicaron a diferentes clases que también se habían presentado al concurso. Los juntamos de forma cuidadosa y trabajaron conjuntamente para mejorar los programas. El proceso duró 9 meses.

¿Y ustedes subvencionan a las empresas?

No, nunca. Estos experimentos no comportan darles dinero. A excepción de los que se llevan premios en casos como el del ejemplo anterior. El compromiso consiste en invertir su tiempo y recursos para tener estas reuniones con los maestros. Y lo hacen con gusto, algunas veces volando a Nueva York desde la otra punta del país.

Las nuevas tecnologías ¿pueden ser una herramienta que ayude a personalizar el aprendizaje? ¿O aún están lejos de este objetivo?

De entrada, sabemos que la tecnología en sí misma no conduce a la personalización. Es una herramienta que nos sirve para un objetivo, y gracias a dios es el objetivo el que debemos definir primero, y luego pensar cómo adaptamos la herramienta. En iZone no sólo desarrollábamos tecnologías, también a veces repensábamos cuestiones del día a día en el aula, como los espacios o los tiempos. Para personalizar los aprendizajes, si me lo permites, no necesitas ni electricidad: te basta personas conversando y un maestro hábil que aprovecha lo que sabe cada alumno. Con o sin iPad.

Las escuelas cada vez reciben más mensajes sobre la incoporación de tecnologías. Empresas que los venden su producto, familias que recomiendan aplicaciones, maestros informados que proponen otras… ¿Cómo debe proceder un centro ante esto?

Todo ha cambiado mucho en los últimos años, es cierto. Pero antes también pasaba. Los directores, o las administraciones, siempre han tenido vendedores llamando a su puerta constantemente. Con los libros de texto, por ejemplo. Con el actual bombardeo de recursos por parte de startup, no hay forma de evaluarlo todo. La pregunta que se hace un centro es: “¿Como sé qué hay en el mercado y qué es bueno o malo?”. Y la cuestión es que no hay un producto bueno, sino que depende del ecosistema o del currículo donde se aplique. Sabemos que aprender es complejo y que no hay ningún factor mágico. Para ello se ha de implicar a las escuelas en el proceso de selección de los productos.

¿Y cómo los evalúan?

Probando el producto sin pagar, o pagando poco. Y entonces la clave es habilitar webs donde los profesionales puedan ir compartiendo sus comentarios sobre los productos y los contextos en los que los han utilizado. Al estilo de webs como Tripadvisor.

Una última pregunta. Las nuevas tecnologías cada vez tardan menos en quedar obsoletas o superadas. ¿Esto significará que el sistema educativo tiene que gastar cada vez más? ¿Se puede evitar?

Pues no lo sé… Es algo que tendremos que resolver. Lo que es evidente es que tenemos que aceptar que la forma como adquirimos ahora tecnología no es la mejor ni es la que debería ser.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/01/a-los-gobiernos-les-cuesta-medir-cuales-son-los-problemas-tecnologicos-de-las-escuelas/

Fuente de la imagen: https://leaders.edweek.org/wp-content/uploads/2014/02/LTLF-Steven-Hodas-Emile-Wamsteker-940.jpg

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EEUU: What was the protest group Students for a Democratic Society? Five questions answered

América del Norte/EEUU/Mayo del 2017/Noticias/https://theconversation.com

Editor’s note: The 2016 election brought student activism back into the spotlight. No student activist organization in U.S. history has matched the scope and influence of Students for a Democratic Society (SDS), the national movement of the 1960s. We asked Todd Gitlin, former president of SDS (1963-1964), professor of journalism and sociology at Columbia University, and author of The Sixties: Years of Hope, Days of Rage for his perspective on this renowned organization and the state of student protest today.

1. What were the goals of Students for a Democratic Society (SDS) when it started?

SDS wanted participatory democracy – a public committed to making the decisions that affect their own lives, with institutions to make this possible. Its members saw an American citizenry with no influence over the nuclear arms race or, closer to home, authoritarian university administrations.

The organization favored direct action to oppose “white supremacy” and “imperial war,” and to achieve civil rights and the radical reconstruction of economic life (i.e., the redistribution of money into the hands of African-Americans in order to fight racism). SDS was increasingly suspicious of established authorities and looked askance at corporate power. But there was no single political doctrine; for most of its existence (1962-69), SDS was an amalgam of left-liberal, socialist, anarchist and increasingly Marxist currents and tendencies.

Several hundred people affiliated with the SDS race through the Los Angeles Civic Center in a 1968 demonstration against the Vietnam war. AP Photo/Harold Filan

From 1965 on, it was focused chiefly on opposing the Vietnam war. After 1967, SDS became partial to confrontational tactics and increasingly sympathetic to one or another idea of a Marxist-Leninist revolution.

2. How did SDS grow so quickly, from fewer than 1,000 members in 1962 to as many as 100,000 in 1969?

Tom Hayden, president of SDS from 1962 to 1963. AP Photo

The organization was launched with a stirring manifesto, the Port Huron Statement, and a leadership that was passionate, visionary, energetic, stylish and thoughtful.

Unlike most left-wing radicals and manifestos of the time, the Port Huron Statement was forthright and not riddled with jargon, thus its opening sentence:

“We are people of this generation, bred in at least modest comfort, housed now in universities, looking uncomfortably to the world we inherit.”

SDS, in language and spirit, spoke to a widely felt need for a New Left that was free of the dogmas about “class struggle” and a “vanguard party” that prevailed in the 1930s, 1940s and 1950s.

Its growth was helped along by a structure that, for many years, was flexible enough to encompass diverse orientations and styles of activism. Its volcanic growth after the 1965 escalation of the Vietnam War was made possible by its combination of zealous idealism and pragmatic activity that made sense to students – protests, demonstrations, sit-ins and marches.

3. Why did the SDS effectively dissolve in 1969? Were the Weathermen (the militant radical faction of SDS) to blame?

Poster from the 1969 Days of Rage demonstrations, organized by the Weathermen faction of SDS. SDS-1960s.org

Under the pressure of the Vietnam War and black militancy in the wake of Martin Luther King Jr.‘s assassination, SDS’ leadership factions adopted fantastical ideas, believing they were living in a revolutionary moment. The Weathermen were the most ferocious, dogmatic and reckless of the factions. Inspired by Latin American, Southeast Asian and Chinese revolutionaries, but heedless of American realities, they thought that by stoking up violent confrontations, they could “bring the war home” – force the U.S. government out of Vietnam to deal with a violent domestic revolt.

On March 6, 1970, a dynamite bomb they were building in New York City – intended to blow up hundreds of soldiers and their dates at a dance that evening – went off in their own hands, killing three of their own number. The Weather Underground (as the faction now called itself) went on to bomb dozens of government and corporate targets over the next few years, but the group was incapable of leading a larger movement: Though there were no further casualties after the 1970 explosion, the vast majority of SDS’ members were put off by the Weatherman violence. As the Vietnam War came to an end, no student radical organization remained.

4. What is the chief legacy of SDS?

SDS tried many tactics in its effort to catalyze a national radical movement. It was multi-issue in a time when single-issue movements had proliferated: hence, the SDS slogan “the issues are interrelated.” With community organizing projects, it tried to create an interracial coalition of the poor; it launched civil disobedience against corporations like the Chase Manhattan Bank, which was seen to be supporting the South African apartheid regime; it helped launch the most effective antiwar movement in history; it incarnated a generational spirit that was both visionary and practical.

SDS also engendered second-wave feminism, though sometimes in a paradoxical fashion. Many female members felt both empowered and thwarted – they gained skills and experience in organizing, but were angered by their second-class status in the organization.

But SDS’s confrontational tendencies from 1967 onward bitterly alienated much of its potential political base. In my view, the group’s romanticism toward the Cuban, Vietnamese, and Chinese revolutions – and its infatuation with the paramilitary Black Panther party – flooded out its common sense and intellectual integrity.

5. How has campus protest changed since the days of SDS?

Many changes that SDS campaigned for came to pass. Student life loosened up and became less authoritarian. In the decades since, students have taken on issues that were not raised – or even recognized – 50 years ago: climate change, sexual violence and racial subordination through the criminal justice system. On the other hand, campus protest is dominated by single issues again, as it was in the period before SDS. Much of the current issue-politics rests on an assumption that racial, gender or sexual identity automatically dictates the goals of student activism.

I also believe that student protest has become far more modest in its ambitions. It has abandoned extreme revolutionary delusions, but at some expense. It has failed to build a tradition that’s serious about winning power: Students are content to protest rather than work toward building political majorities and trying to win concrete results.

I feel that student protest today often confines itself within the campus and fails to sustain organizing outside. As the right threw itself into electoral politics, student activists largely dismissed the need to compete. As a result, students of the left face the most hostile political environment in modern times.

Fuente:

https://theconversation.com/what-was-the-protest-group-students-for-a-democratic-society-five-questions-answered-76849

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/XaFf0x4_789O3sP3nIiQ1ZP5WHvHlEedBKn0S4zSMpzCWUnu_ird5f75-FozeBkwbkuQ=s85

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En EEUU: Experts gather at MIT to explore new research in education technology

Researchers, policymakers, and education company leaders discuss innovative technologies to improve education for disadvantaged learners.

América del Norte/EEUU/MITPrensa

Resumen: Expertos se reúnen en el MIT para explorar una nueva investigación en tecnología de la educación Los investigadores, legisladores y líderes de la compañía educación discuten tecnologías innovadoras para mejorar la educación de los alumnos desfavorecidos. J-PAL América del Norte  28 de de abril de, 2017 Preguntas de la prensa La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, y se está cambiando fundamentalmente la forma en que los maestros, los políticos y los investigadores piensan acerca de la educación. El 31 de marzo, J-PAL América del Norte organizó una conferencia en el MIT para discutir el papel de la investigación y la evidencia en la tecnología de la educación, que reúne a un grupo diverso de líderes de todo el mundo académico, las empresas de educación, la práctica de la educación y la administración, y la filantropía para compartir sus experiencias implementación y evaluación de la tecnología, tanto dentro como fuera del aula. A lo largo de la conferencia, los oradores y participantes abogaron por una evaluación rigurosa para avanzar en nuestra comprensión de cómo la tecnología puede ayudar a los estudiantes, independientemente del nivel de ingreso y aprender.

Technology is developing at a breathtaking pace, and it’s fundamentally changing the way teachers, policymakers, and researchers think about education. On March 31, J-PAL North America hosted a conference at MIT to discuss the role of research and evidence in education technology, bringing together a diverse group of leaders across academia, education companies, education practice and administration, and philanthropy to share their experiences implementing and evaluating technology both in and out of the classroom. Throughout the conference, speakers and participants advocated for rigorous evaluation to advance our understanding of how technology can help students, regardless of income level, learn.

Technology: An opportunity, a challenge, and the need for research

Quentin Palfrey, executive director of J-PAL North America, and Phil Oreopoulos, J-PAL Education co-chair and professor of economics and public policy at the University of Toronto, discussed the transformative promise of education technology and some of its most exciting uses, including approaches to personalize learning and scale instruction to learners across different contexts. However, they warned that rapid advances in education technology create the risk of leaving those without access behind, exacerbating already stark inequalities between affluent and low-income students — a public policy problem known as the “digital divide.”

“Emerging fields like machine learning, big data, and artificial intelligence will likely compound the influence of technology even further, increasing the range of tools that ed-tech can draw on and speeding up cycles of learning and adjustment…[but] these technologies are arising in a context of persistent inequality,” Oreopoulos said. “Despite expanding access, the digital divide remains very real and very big. If ed-tech practitioners and researchers don’t pay close attention to equity of access and tailoring programs to the needs of those at the lower end of the income spectrum, there’s a risk that the growing influence of technology will aggravate the educational inequalities that already exist.”

Oreopoulos set the stage with a review of the current evidence on what in education technology works, what works best, and why, drawing on over 90 studies across economics, education, and social psychology. Technology-assisted personalized learning programs emerged as an especially effective approach from the review, which stems from an upcoming education technology literature review. However, many open questions remain about how to leverage technology to help disadvantaged learners, which technologies are the most cost-effective, and why successful approaches work.

Kumar Garg, a former White House advisor who spearheaded President Obama’s efforts to improve STEM education, underscored the tremendous need for investment in education research to help us answer these questions. In 2015, only 0.4 percent of the federal education budget was spent on research, compared to 6.3 percent in health and 12.3 percent in defense. By increasing investments in rigorous research, we can better understand how to use technology to truly transform education, Garg stated.

Not a silver bullet for education

Despite the excitement around education technology, a consistent theme throughout the conference was how technology alone will not serve as a panacea. Rather, it’s best used as a complement to good pedagogy.

«Technology is not a silver bullet, but education is,» said Karen Cator, CEO of Digital Promise and former director of the Office of Educational Technology for the U.S. Department of Education. During her keynote address, Cator highlighted the need to produce and use evidence to understand how we can make the most of technology both within and outside of the classroom. She went on to discuss educational equity, technology, and the profound impact of education on social justice and economic development.

Ken Eastwood, superintendent of the Middletown City School District in New York, shared his personal experience with innovative approaches to improving high-poverty schools in his home district. In his experience, “pedagogy and the art of teaching trumps technology every time,” and emphasizing complementary professional development is key to optimizing technology in the classroom.

Working at the intersection of policy, research, and philanthropy

Alongside practitioners and researchers, the conference featured philanthropic leaders like Emary Aronson, the interim chief program officer of the Robin Hood Foundation. Aronson spoke as part of a panel focused on improving access to education in the 21st century. “Technology enables access to information, and access to information is a poverty issue,» Aronson said of the foundation’s role in the education technology space.

Speakers also addressed the challenge of translating research into policy action. Tom Kane, a leading education scholar at the Harvard Graduate School of Education, discussed how he aims to keep the research process and results localized and timely in order for evidence to be actionable. Former U.S. Chief Technology Office Aneesh Chopra and former White House advisor R. David Edelman shared their perspective on how research can impact large-scale federal policies.

Additional speakers from academia and education companies discussed diverse strategies to embed rigorous evaluation in the rollout of new education programs — such as former First Lady Michelle Obama’s Reach Higher Initiative — to better understand how real-world policies affect student outcomes. Building off the lessons from the conference, J-PAL North America plans to catalyze new research and promote evidence-based policymaking in the education technology space.

Fuente: http://news.mit.edu/2017/experts-explore-new-education-technology-research-0428

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