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La evolución del lenguaje: una perspectiva biolingüística. Entrevista a Noam Chomsky

América del Norte/Estados Unidos/22 Octubre 2016/Autor: C.J Polychroniou/Fuente: Truthout

En la búsqueda científica hacia la comprensión del ser humano, el lenguaje resulta crucial, y lo es por tanto para desvelar los misterios de la naturaleza humana. En la siguiente entrevista a Noam Chomsky, el académico que por sí solo revolucionó la lingüística moderna, se trata la evolución del lenguaje y se expone una perspectiva biolingüística (la idea de que el lenguaje humano representa el estadio del algún componente de la mente). Este es un planteamiento que todavía desconcierta a muchos no expertos, muchos de los cuales han intentado refutar la teoría sobre el lenguaje desarrollada por Chomsky sin comprenderla realmente.

El periodista y escritor reaccionario Tom Wolfe ha sido el último en hacerlo con la publicación de su nuevo y ridículo libro The Kingdom of Speech (El reino del habla), en el que intenta desmontar las teorías de Charles Darwin y Noam Chomsky con comentarios sarcásticos e ignorantes, atacando sus personalidades y expresando un profundo odio a la izquierda. De hecho, este libro tan publicitado no solo demuestra una ignorancia tremenda sobre la evolución en general y el campo de la lingüística en particular, sino que también pretende dar una imagen maléfica de Noam Chomsky (por motivo de sus constantes e implacables denuncias sobre los crímenes de los EE. UU. en el ejercicio de su política exterior y otros desafíos al statu quo). [La entrevista la realizó C. J. Polychroniou, un politólogo y economista que ha enseñado y trabajado en universidades y centros de estudio de Europa y los EE. UU.]

C. J. Polychroniou: Noam, en un libro publicado recientemente junto con Robert C. Berwick [¿Por qué solo nosotros?: Evolución y lenguaje, Kairós (2016)], abordas la cuestión de la evolución del lenguaje desde una perspectiva que sitúa a la misma en tanto que parte del mundo biológico. Ese fue también el tema de tu discurso en la conferencia internacional de Física celebrada este mes en Italia, y parece que la comunidad científica muestra un mayor reconocimiento y una comprensión más sutil de tu teoría sobre la adquisición del lenguaje que la mayor parte de los investigadores sociales, los cuales parecen tener importantes reservas en relación a la biología y la idea de la naturaleza humana en general. En realidad, ¿no es cierto que la cuestión de la habilidad específica del ser humano para adquirir cualquier idioma ha sido un asunto de especial interés para la comunidad científica moderna desde los tiempos de Galileo?

Noam Chomsky: Sí que es cierto. Al término de la revolución científica moderna, Galileo y los científicos y filósofos del monasterio de Port-Royal plantearon un desafío para aquellos que se hacen preguntas sobre la naturaleza del lenguaje humano; un desafío que tan solo había sido reconocido hasta que se retomó a mediados del siglo XX para convertirse en la principal preocupación de buena parte del estudio sobre el lenguaje. Para resumir, me referiré a él como el Desafío de Galileo. A estos grandes padres de la ciencia moderna les asombraba que el lenguaje permitiese al ser humano (cito textualmente) construir “con 25 o 30 sonidos, una variedad infinita de expresiones que, a pesar de que no se parezcan en absoluto a lo que pasa por nuestro pensamiento, consiguen desvelar todos los secretos de nuestras mentes y hace inteligible para los demás lo que imaginamos y todos los diversos movimientos de nuestra alma”.

Podemos ver ya que el Desafío de Galileo requiere ciertas reservas, pero es algo muy real y debería, en mi opinión, ser reconocido como uno de las perspectivas más profundas en la rica historia de la investigación científica sobre el lenguaje y la mente de los últimos 2.500 años.

Pero el Desafío no se había abandonado totalmente. Para Descartes, en torno a la misma época, la capacidad humana para usar el lenguaje de manera ilimitada y apropiada constituía el fundamento primario de su postulado que concibe la mente como un principio creativo. Años más tarde, se da cierto reconocimiento del lenguaje como actividad creativa que implica “un uso infinito de unos medios finitos”, según lo formuló Wilhelm von Humboldt, y proporciona “señales audibles para el pensamiento”, en las palabras del lingüista William Dwight Whitney, hace un siglo. También ha habido cierta conciencia sobre el carácter único y propio de esta capacidad humana (la característica más sorprendente de este curioso organismo y la base de sus notables hazañas). Pero, al respecto, poco era lo que se decía.

Pero, ¿por qué motivo no es hasta bien entrado el siglo XX que se retoma la perspectiva del lenguaje como una capacidad propia de la especie humana?

Hay una buena razón por la que este planteamiento se debilita hasta mediados del siglo XX: no había las herramientas intelectuales que permitiesen formular el problema de manera suficientemente clara como para abordarlo con seriedad. Esta situación cambia con el trabajo de Alan Turing y otros grandes matemáticos que establecieron la teoría general de la computabilidad sobre una base sólida, mostrando cómo un objeto finito como el cerebro puede generar una variedad infinita de expresiones. Después, se hizo posible, por primera vez, tratar al menos parte del Desafío de Galileo de manera directa (a pesar de que, desgraciadamente, toda la historia anterior, como los avances de Galileo y Descartes en el campo de la filosofía del lenguaje o la Gramática de Port-Royal de Antoine Arnauld y Claude Lancelot, les era desconocida).

Con estas herramientas intelectuales al alcance, se hace posible formular lo que podríamos llamar la Propiedad básica del ser humano: la facultad del lenguaje proporciona medios para construir una variedad infinita de expresiones estructuradas, cada una de las cuales posee una interpretación semántica que expresa un pensamiento y se puede exteriorizar de modo sensorial. El conjunto infinito de objetos interpretados semánticamente constituye lo que se ha dado en llamar el “lenguaje del pensamiento”: el sistema cognitivo que recibe expresiones lingüísticas que pasan al razonamiento, la deducción, la previsión y otros procesos mentales y que, al exteriorizarse, pueden ser empleadas para la comunicación y otras interacciones sociales. En mayor medida, el uso del lenguaje es interno (pensar en lenguaje).

¿Podrías desarrollar el concepto de lenguaje interno?

Ahora sabemos que, aunque el habla es la forma común de exteriorización senso-motriz, también puede ser un símbolo o una sensación física, lo cual implica reformular ligeramente el Desafío de Galileo. Este requisito fundamental tiene que ver con el modo en que el desafío está expuesto, que es en términos de producción de expresiones. Formulado así, el Desafío pasa por alto algunos conceptos básicos. La producción, como la percepción, accede al lenguaje interno, pero no se puede identificar con él. Debemos distinguir el sistema interno de conocimiento de las acciones que acceden a él. La teoría de la computabilidad nos permite establecer esa distinción, que es sustancial y común en otros ámbitos.

Piensa, por ejemplo, en la competencia aritmética humana. Cuando se trata de estudiarla, se distingue normalmente ente el sistema interno de razonamiento y las acciones que acceden a él, como la multiplicación de números en nuestra mente, una acción que implica diversos factores que van más allá del pensamiento intrínseco, como los límites de la memoria. Lo mismo sucede con el lenguaje. La producción y la percepción acceden al lenguaje interno pero conllevan otros factores, como la memoria a corto plazo. Estas ideas empezaron a estudiarse con atención en los primeros momentos en que se tomó el Desafío de Galileo, ahora reformulado con el lenguaje interno en el centro de la cuestión, en tanto que sistema cognitivo al que acceden la producción y percepción reales.

¿Significa esto que hemos resuelto el misterio del lenguaje interno? El propio concepto todavía es cuestionado en algunos ámbitos, a pesar de que, aparentemente, haya una amplia aprobación por parte de la mayoría de la comunidad científica.

Se han dado importantes progresos en entender la naturaleza del lenguaje interno, pero su uso libremente creativo todavía es un misterio. Y ello no sorprende. En un estudio reciente y vanguardista que trata casos más simples de acción voluntaria, dos grandes estudiosos de la neurociencia, Emilio Bizzi y Robert Ajemian, mantienen que hemos empezado a conocer algunas cosas sobre la marioneta y los hilos, pero el titiritero permanece envuelto en misterio. Esto es todavía más cierto cuando se trata de actos tan creativos y de uso diario como el lenguaje; la única capacidad humana que ha asombrado a los fundadores de la ciencia moderna.

A la hora de formular la Propiedad Básica, asumimos que la facultad del lenguaje es compartida entre los humanos. Esta es una idea que parece estar sólidamente asentada. No se conocen diferentes grupos en la capacidad lingüística y las variaciones a nivel individual son marginales. De manera general, las variaciones genéticas entre humanos son bastante escasas, lo cual no resulta sorprendente si tenemos en cuenta los recientes y comunes orígenes de los mismos.

La tarea fundamental del estudio sobre el lenguaje es determinar la naturaleza de la Propiedad Básica: el legado genético que subyace a la capacidad lingüística. En la medida en que se consiga comprender sus propiedades, podremos investigar los lenguajes internos particulares, todos ellos ejemplos de la Propiedad Básica, del mismo modo que cada sistema visual individual es un ejemplo de la facultad humana de la visión. Podemos estudiar cómo se adquieren y se emplean los lenguajes internos, cómo se desarrolla el lenguaje, sus fundamentos genéticos y los modos en que operan en el cerebro humano. Este programa general de investigación se ha llamado Programa biolingüístico. La teoría de la facultad lingüística sobre base genética se llama Gramática Universal y la teoría del lenguaje individual se llama Gramática Generativa.

Pero los idiomas varían enormemente de unos a otros. ¿Cuál es la relación entre la Gramática Generativa y la Gramática Universal?

Las lenguas parecen extremadamente complejas y radicalmente diferentes entre ellas. De hecho, hace 60 años, existía la creencia entre lingüistas profesionales de que los idiomas podrían variar de manera arbitraria y cada uno debe ser estudiado sin prejuicios. La misma visión se tenía en aquella época sobre los organismos en general. Muchos biólogos estarían de acuerdo con la conclusión del biólogo molecular Gunther Stent de que la variabilidad de organismos es tan libre como para constituir casi “una infinitud de particulares que deben tratarse caso por caso”. Cuando la comprensión es mínima, tendemos a ver una variedad y complejidad extremas.

No obstante, se ha aprendido mucho desde entonces. Desde el punto de vista de la biología, se reconoce ahora que la variedad de formas de vida es limitada, tanto que la hipótesis de un “genoma universal” ya ha dado serios avances. Mi impresión es que la lingüística ha seguido un camino similar, y defenderé esa postura científica con respecto al estudio del lenguaje en nuestros días.

La Propiedad Básica concibe el idioma como un sistema computacional, por lo que cabe esperar que se observen las condiciones generales para la eficiencia computacional. Un sistema así consiste en una serie de elementos atómicos y reglas para la creación de elementos más complejos. Para la creación del lenguaje del pensamiento, los elementos atómicos son como las palabras, pero no son palabras; para cada idioma, este elemento es el léxico. Comúnmente, las unidades léxicas son percibidas como productos culturales, que varían enormemente con la experiencia y que se vinculan con entidades exteriores a la mente (objetos que están completamente fuera de nuestro cerebro, como un árbol al otro lado de una ventana). Esta premisa se puede observar en el título de algunas obras básicas, como el influyente estudio de W. V. Quine Palabra y objeto. Si lo examinamos con mayor cuidado, descubriremos una imagen muy diferente y que plantea numerosos misterios. Pero dejemos eso por un momento, y hablemos del proceso computacional.

Evidentemente, trataremos de encontrar el proceso computacional más simple y coherente con la información relativa al lenguaje, por motivos que son implícitos dado el objetivo fundamental de la investigación científica. Hace tiempo que se reconoce que la simplicidad en la teoría conduce directamente a una mayor profundidad explicativa. Una versión más concreta de esta búsqueda de la comprensión la encontramos gracias a una conocida máxima de Galileo que ha servido de guía para la ciencia desde los tiempos modernos: la naturaleza es simple y es tarea de los científicos demostrarlo, desde el movimiento de los planetas, hasta el vuelo de un águila, el funcionamiento interno de una célula o el desarrollo del lenguaje en el cerebro de un niño. Pero la lingüística posee una motivación adicional propia para tratar de buscar la teoría más simple. Esta ciencia debe enfrentarse al problema de la adaptabilidad evolutiva. No se sabe mucho sobre la evolución del humano moderno, pero los pocos hechos que están consolidados, y otros que se han dado a conocer recientemente, son muy sugerentes y se ajustan a la conclusión de que la facultad del lenguaje es casi óptima para un sistema computacional, lo cual es el objetivo al que deberíamos aspirar, sobre la base de fundamentos puramente metodológicos.

¿Existía el lenguaje antes de la aparición del Homo sapiens?

Una realidad que parece completamente consolidada es, como ya he dicho, que la facultad del lenguaje es una capacidad propia de la especie humana que se muestra invariable en diferentes grupos humanos (y, además, atendiendo a sus características esenciales, única en el ser humano). Se desprende de ello que esta facultad apenas ha evolucionado desde que los grupos humanos se separaron unos de otros. Estudios en torno a la genómica publicados recientemente sitúan ese momento no mucho después de la aparición del humano anatómicamente moderno, hace 200.000 años aproximadamente, quizás 50.000 años más tarde, cuando el grupo San de África se separó de otros humanos. Algunas pruebas indican que podría incluso haber sido algo antes. No existe indicio de algo similar al lenguaje humano o de actividades simbólicas antes de la aparición de los seres humanos modernos, el Homo sapiens sapiens. Esto nos lleva a pensar que la facultad del lenguaje aparece junto con el ser humano moderno, o no mucho después (un momento muy breve en la historia de la evolución). Y por consiguiente, la Propiedad Básica debería ser de gran sencillez. Esta conclusión se adapta a los descubrimientos llevados a cabo en los últimos años en torno a la naturaleza del lenguaje, lo cual supone una convergencia bien recibida.

Los descubrimientos sobre la temprana separación de los pueblos San son altamente sugerentes, ya que estos poseen lenguajes exteriorizados que son significativamente diferentes. A pesar de las pequeñas excepciones, sus idiomas son el mismo lenguaje con chasquidos fonéticos y correspondientes adaptaciones en el tracto vocal. La explicación más plausible para estos hechos, tal como ha sido expuesta y desarrollada por el lingüista holandés Riny Huijbregts, es que la tenencia del lenguaje interno es anterior a la separación de estos grupos, que a su vez precedió a la exteriorización, la cual se dio de manera diferente en los distintos grupos. La exteriorización parece estar asociada a las primeras señales de comportamiento simbólico, según los estudios arqueológicos, tras la separación. Si tenemos en cuenta todas estas observaciones, parece que nos acercamos a un punto en la búsqueda de la comprensión en el que las razones de la evolución del lenguaje se puedan exponer de maneras que hasta hace poco tiempo eran inimaginables.

¿Cuándo se hacen evidentes las propiedades universales del lenguaje?

Las propiedades universales del lenguaje comenzaron a evidenciarse tan pronto como se empezó a avanzar en la construcción de las gramáticas generativas, incluidas aquellas que eran muy simples pero nunca se habían advertido y que son bastante sorprendentes (un fenómeno común en la historia de las ciencias naturales). Una de estas propiedades es su dependencia estructural: las reglas que producen el lenguaje del pensamiento atienden solamente a propiedades estructurales y no adopta propiedades de la señal exteriorizada, ni siquiera propiedades muy sencillas como el orden lineal.

Para mostrarlo, pensemos en la oración “los pájaros que vuelan instintivamente nadan”. Tiene un significado ambiguo: el adverbio instintivamente puede estar vinculado al verbo anterior (vuelan instintivamente) o al siguiente (instintivamente nadan). Supongamos ahora que extraemos el adverbio de la frase y formamos la oración “instintivamente, los pájaros que vuelan nadan”. Así se resuelve la ambigüedad: el adverbio se interpreta vinculándolo con el verbo nadar, más lejano teniendo en cuenta el orden lineal, pero más cercano estructuralmente, y no con el verbo volar, que es más cercano según el orden lineal pero más lejano en términos de estructura. La única interpretación posible (los pájaros nadan) es la antinatural, pero no importa. Las normas se aplican necesariamente, independientemente del significado o del hecho. Lo que resulta asombroso es que las normas pasan por encima del simple cálculo de distancia lineal y siguen un cálculo mucho más complejo de distancia estructural.

La dependencia estructural está presente en todos los idiomas, lo cual es algo muy sorprendente. Además, se sabe sin necesidad de pruebas de peso, ya que se muestra evidente como en el caso que acabo de emplear y muchos otros. Algunos experimentos muestran que los niños pueden entender el carácter estructuralmente dependiente del lenguaje tan pronto como se puede comprobar, en torno a los tres años de edad, y no cometer errores (sin, por supuesto, que se les haya enseñado). Podemos estar seguros, por lo tanto, de que la dependencia estructural se deriva de los principios de la Gramática Universal que se encuentran en las propias raíces de la facultad humana del lenguaje. Existen indicios que soportan la teoría de que la dependencia estructural es un verdadero universal lingüístico, primariamente vinculado al diseño del lenguaje. Un estudio realizado en Milán hace una década por Andrea Moro mostró que los idiomas inventados que observan el principio de la dependencia estructural provocan la activación normal de las áreas del cerebro relacionadas con el lenguaje, mientras que otros sistemas más simples que emplean el orden lineal, sin mantener el principio estructural, causan una activación más difusa, lo cual indica que los sujetos de estudio trataban esos idiomas como rompecabezas y no como lenguaje. Resultados similares se desprendieron del estudio realizado por Neil Smith y Ianthi Tsimpli en torno a un sujeto deficiente a nivel cognitivo pero especialmente dotado a nivel lingüístico. También dieron en señalar una interesante observación que supone que las personas con capacidades cognitivas medias pueden resolver un problema si se les presenta como un rompecabezas, pero no si se les presenta como un idioma, presumiblemente activando la facultad del lenguaje.

La única conclusión posible, por lo tanto, es que la dependencia estructural es una característica propia de la facultad del lenguaje; un elemento de la Propiedad Básica. ¿Pero por qué es así? Solo hay una respuesta posible y, afortunadamente, es la respuesta que buscamos por razones generales: las operaciones computacionales del lenguaje son las más simples posible. De nuevo, ese es el resultado que esperamos obtener sobre una base metodológica y a la luz de las pruebas sobre la evolución del lenguaje que ya hemos mencionado.

¿Qué sucede con la llamada doctrina representacional del lenguaje? ¿Qué la hace una mala idea para aplicarla al lenguaje humano?

Como ya he dicho, el punto de vista convencional es que los elementos atómicos del lenguaje son productos culturales y que los más básicos (aquellos que se emplean para referirse al mundo) están asociados a entidades exteriores a la mente. Esta doctrina representacional fue adoptada casi universalmente en los tiempos modernos y parece servir asimismo para la comunicación animal: la llamada de un mono, por ejemplo, está asociada a eventos físicos específicos. Pero es rotundamente falsa para el caso del lenguaje humano, tal como se reconoció ya en la Grecia clásica.

Para mostrarlo, tomemos el primer caso de discusión en la filosofía pre-socrática, el problema de Heráclito: ¿Cómo se puede cruzar dos veces el mismo río? En otras palabras, ¿por qué dos apariencias se entienden como dos estadios del mismo río? Los filósofos contemporáneos sugirieron que el problema se soluciona si entendemos el río como un objeto de cuatro dimensiones. Pero así, sólo se conseguía reformular el problema: ¿por qué este objeto y no otro diferente, o ninguno?

Cuando atendemos a esta cuestión, abundan los enigmas. Supongamos que invertimos el curso del río. Todavía es el mismo río. Imaginemos que el producto que fluye es un 95% arsénico por culpa de las fugas de una empresa situada río arriba. Todavía es el mismo río. Lo mismo contestaríamos si imaginásemos otros cambios radicales del objeto. Por otro lado, con cambios sutiles ya dejaría de ser un río. Si en sus márgenes se construyen unas barreras y se emplea para el tránsito de petroleros, ya no es un río, sino un canal. Si su superficie sufriese un cambio y se endureciese, si se pintase una línea en medio y se emplease para ir a la ciudad cada día, entonces sería una autovía y no un río. Bien pensado, descubrimos que lo que constituye un río depende de construcciones y acciones mentales. Lo mismo sucede incluso, de forma general, con los conceptos más elementales: árbol, agua, casa, persona, Londres… o, de hecho, cualquier de las palabras básicas del lenguaje humano. Radicalmente, y a diferencia de los animales, los elementos del lenguaje y el pensamiento humano contradicen la doctrina representacional.

Además, el intricado conocimiento de los medios de, incluso, las palabras más simples (dejemos otras aparte) se adquieren prácticamente sin experiencia. En los periodos álgidos de la adquisición del lenguaje, los niños aprenden sobre una palabra cada hora, esto es, una representación. Debe ser, por lo tanto, que el rico significado de incluso las palabras más elementales es substancialmente innato. El origen evolutivo de tales conceptos es un completo misterio, uno que quizás no se pueda resolver con los medios disponibles hoy en día.

Por lo tanto, debemos diferenciar el habla del lenguaje, ¿no es cierto?

Volviendo al Desafío de Galileo, debe reformularse para distinguir lenguaje y habla, para distinguir la producción del conocimiento interno (este, siendo un sistema computacional interno que produce un lenguaje del pensamiento; un sistema que puede ser sorprendentemente simple y confirmaría lo que sugieren los estudios evolutivos). Un segundo proceso elaboraría las estructuras del lenguaje a uno u otro sistema sensorial o motor para su exteriorización. Estos procesos parecen ser el centro de gravedad de la complejidad y variedad del comportamiento lingüístico y su mutabilidad a lo largo del tiempo.

Existen ideas recientes muy sugerentes sobre el fundamento neuronal de las operaciones del sistema computacional y sus posibles orígenes evolutivos. El origen de los átomos de la computación, no obstante, es todavía un misterio, al igual que una cuestión principal que ocupó a aquellos que formularon el Desafío de Galileo: la cuestión cartesiana de cómo el lenguaje puede ser empleado de su forma creativa normal, de un modo apropiado para determinadas situaciones pero no provocado por ellas, de formas que se incitan pero no se imponen, en términos cartesianos. Este misterio se aplicaría incluso para las formas más simples de movimiento voluntario, como hemos dicho anteriormente.

Han sido muchos los avances en el estudio del lenguaje desde que empezó el programa biolingüístico. Es justo decir, en mi opinión, que se ha avanzado más en el estudio de la naturaleza del lenguaje y de una variedad muy amplia de lenguajes tipológicamente distintos, que en los 2.500 años de historia de estudio sobre el lenguaje. Pero, como sucede a menudo con las ciencias, cuanto más aprendemos, más descubrimos lo que ignoramos. Y más desconcertante parece.

Traducción: José Manuel Sío Docampo

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217797&titular=la-evoluci%F3n-del-lenguaje:-una-perspectiva-bioling%FC%EDstica-

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Entrevista a Derrick Gay: «Mayor diversidad en la educación privada»

23 Octubre 2016/Fuente: eltiempolatino/Autor: Miguel Guilarte

El doctor Derrick Gay habla sobre la mayor inclusión y nuevas oportunidades para los latinos

La diversidad, inclusión e igualdad de los estudiantes latinos en la educación privada es una realidad inminente en Estados Unidos, un país de inmigrantes y de características únicas en cuanto a su riqueza geográfica, racial, étnica y cultural.

Ofrecer una educación de calidad, sin discriminación y con un enfoque que considere la diversidad de identidades, necesidades y capacidades de las personas es hoy una meta de creciente importancia para administradores, profesores y padres en las escuelas privadas e independientes.

Y los latinos son un grupo clave por ser esa comunidad la minoría más grande del país.

“Sin dudas las escuelas privadas se están dando cuenta de la importancia de aumentar la diversidad, inclusión e igualdad y los estudiantes latinos son un grupo importante para ellos porque esa comunidad representará aproximadamente el 25 por ciento de la población para el año 2020”, dijo a El Tiempo Latino el doctor Derrick Gay, experto en educación y consultor, en una visita a la redacción en el edificio de The Washington Post, el lunes 17 de octubre de 2016.

Nacido en Chicago, Illinois, y residenciado en Nueva York, Gay es músico, doctor en educación, con 20 años de experiencia como maestro, administrador y consultor.

En los últimos seis años se ha dedicado a asesorar a escuelas privadas, católicas, públicas, chárter e independientes en Estados Unidos y en varios países en los que ha vivido y trabajado. “Tengo 20 años en el área de la educación. Empecé como maestro en la escuela independiente. Fui maestro de español, francés y música”, destacó.

En su dilatada experiencia, Gay ha profundizado en sus estudios sobre diversidad, igualdad e inclusión y sobre la necesidad de entender que aunque todas las personas son iguales, hay valores que las diferencian según el origen de la familia, las costumbres y la sociedad de la que forman parte.

“Hace unos seis años entendí cómo el tema de la diversidad era algo importante para las escuelas, aunque no había mucha programación que de alguna manera incluyera a toda la comunidad. Desde entonces estoy trabajando con estas organizaciones sobre cómo desarrollar un currículum que cubra todas las identidades para que más gente tenga acceso a una mejor educación”, expresó Gay, evidentemente convencido de que el respeto a lo diverso, las culturas y razas, son parte esencial de la educación y enseñanza que se deben inculcar a los estudiantes desde que son muy pequeños.

Gay admite que en la actualidad administradores, profesores, padres y estudiantes de la comunidad anglo están mostrando una mayor disposición para aceptar más a los hispanos.

“Creo que eso es así porque los latinos van a representar el 25 por ciento de la población para el 2020. Es por eso que se les está reconociendo cada vez más”, puntualizó. “Las escuelas están reconociendo que tener una comunidad con gente de todas las razas, grupos, religiones y clases sociales es algo que va a beneficiar a todos”, continuó.

Consultado sobre los aspectos más importantes en los que se debe enfatizar para un mayor acceso a la educación en estas escuelas, Gay asegura que hay que definir qué es diversidad.

Fuente de la entrevista: http://eltiempolatino.com/news/2016/oct/21/diversidad-inclusion-e-igualdad-en-la-educacion/

Fuente de la imagen: http://epmghispanic.media.clients.ellingtoncms.com/img/photos/2016/10/20/Derrick_Gayprincipal_t670x470.jpg?23a6cf1936a4889561e6226c97c290c4239edcb

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EE.UU: Los estudiantes prefieren a los maestros de minorías sobre los maestros blancos

América del Norte/EE.UU/23 Octubre 2016/Fuente y Autor:univision

Un nuevo estudio halló que los escolares de intermedia y secundaria sienten que los maestros hispanos y negros se explican mejor y tienen una sensibilidad multicultural que los hace identificarse con ellos de una manera en que los blancos no pueden.

Los estudiantes de escuela intermedia y secundaria en EEUU prefieren a los maestros hispanos y negros antes que a los blancos, según un nuevo estudio llevado a cabo entre 50,000 escolares del país.

El estudio, publicado este mes en la revista científica Educational Researcher, halló que todos los estudiantes, independientemente de su origen étnico, «perciben más favorablemente a los maestros de minorías que a los maestros blancos».

«Puede que los maestros de minorías sean percibidos de manera más favorable por los estudiantes de minorías porque pueden servir como modelos a seguir y son particularmente sensibles a las necesidades culturales de sus estudiantes», dijo Hua-Yu Sebastian Cherng, autor del estudio y profesor adjunto de Educación Internacional de la Universidad de Nueva York (NYU).

«Sin embargo, en nuestro estudio lo que nos sorprendió fue hallar que no solo los estudiantes de minorías tienen más aprecio por los maestros de minorías que por los maestros blancos, sino que los estudiantes blancos también», agregó.

La necesidad de diversidad en las escuelas es importante porque estudios sobre el tema indican que los estudiantes que comparten experiencias, cultura o idioma con sus maestros se sienten más cómodos y los educadores tienen un impacto positivo en su desarrollo académico.

Sin embargo, esa diversidad no existe en las escuelas públicas del país, en donde solo el 18% del cuerpo docente proviene de minorías y la mitad de los estudiantes también, según cifras del Departamento de Educación.

Para su estudio los investigadores utilizaron una serie de encuestas llamadas Measure of Effective Teaching(MET) llevadas a cabo entre 1,680 maestros y 50,000 estudiantes en 200 escuelas urbanas del país, que les preguntaban a los alumnos sobre la percepción que tenían de los maestros y sus métodos lectivos.

La mayoría de los alumnos dio mejores calificaciones a los maestros latinos y afroestadounidenses que a los blancos en varios indicadores como la motivación, el control que mantienen sobre sus clases, la preocupación que demuestran hacia los estudiantes, la manera en que explican los conceptos y los relacionan unos con otros y la manera en que están abiertos a las opiniones de los chicos.

Los alumnos, por ejemplo, consideraron que los maestros latinos y negros eran más claros explicándose que sus colegas blancos.

Los maestros afroamericanos, según los estudiantes, también demuestran tener mayores expectativas para sus estudiantes que los maestros blancos, tienden a apoyarlos más y a proveerles mejores críticas constructivas.

«También hallamos pruebas mixtas en el sentido de que las percepciones de los estudiantes de minorías dependen de la raza/origen étnico de su maestro», agrega el estudio.

«Los estudiantes negros tienen percepciones particularmente favorables sobre los maestros negros, pero no ocurre lo mismo con los estudiantes latinos y los maestros latinos. Es más, hallamos que los estudiantes asiáticos también tienen percepciones particularmente favorables de los maestros negros», agrega el reporte.

Los investigadores creen que estas preferencias que demuestran los estudiantes por los maestros de minorías se deben en parte a que pueden relacionarse mejor con los chicos debido a sus experiencias multiculturales que muchos maestros blancos no tienen.

«Los maestros de minorías pueden usar sus experiencias e identidades para compenetrarse con los estudiantes que no comparten su misma raza o identidad étnica», dice el estudio.

Según Cherng, los hallazgos del estudio «subrayan la importancia de reclutar y retener a maestros de minorías» en las escuelas.

 Sin embargo, la tendencia a tener cada vez más maestros y administradores blancos no da indicios de revertirse en un futuro inmediato.

De acuerdo con un informe sobre diversidad publicado por el Departamento de Educación este año, los estudiantes que se están graduando con licenciaturas en educación y que probablemente se integren a la fuerza laboral como maestros son en su mayoría blancos (73%), mientras que los hispanos representan el 49% de ellos y los afroamericanos son el 42% de dicha población.

Fuente de la noticia: http://www.univision.com/noticias/docencia/los-estudiantes-prefieren-a-los-maestros-de-minorias-antes-que-a-los-blancos

Fuente de la imagen: http://cdn4.uvnimg.com/dims4/default/7205d96/2147483647/thumbnail/1240×698/quality/75/?url=http%3A%2F%2Fcdn1.uvnimg.com%2F9f%2F5b%2Ff91eecde4bcbadcb23cf90fc9804%2Fmanhattan-explosion-niev.jp

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Estados Unidos: 2,000 Seattle Teachers Wear Black Lives Matter Shirts at School

América del Norte/Estados Unidos/Octubre de 2016/Fuente: Telesur

RESUMEN: Al menos 2.000 profesores de Seattle lucían camisas negras en las escuelas de toda la ciudad, el miércoles como parte de varias manifestaciones bajo la bandera de“Black Lives Matter at School” con el fin de presionar por la justicia racial en la educación en los Estados Unidos. El objetivo de la jornada fue para afirmar que «El Negro importa en las escuelas públicas», según los organizadores, que son educadores miembros de la igualdad social, un grupo de educadores dentro del sindicato de maestros de Seattle, informaron a The Seattle Times. La Profesora Diana Romero dijo al diario que decidió usar una camisa «para apoyar a nuestros hermanos y hermanas negros en apoyo a la justicia.» Añadió que como latina, que ella misma había sido testigo de un trato injusto y abuso contra los miembros de su comunidad por parte de la policía.

At least 2,000 Seattle teachers sported Black Lives Matter shirts at schools across the city Wednesday as part of several rallies under the banner of “Black Lives Matter at School” in order to push for racial justice in education in the United States.

The purpose of the day was to affirm that “Black lives matter in the public schools,” according to organizers, who are members of Social Equality Educators, a group of educators within the Seattle teachers union, The Seattle Times reported.

Teacher Diana Romero told the newspaper she decided to wear a shirt “to support our Black brothers and sisters in support for justice.” She added that as a Latina she had herself witnessed unfair treatment and abuse against members of her community by the police.

In addition to saying “Black Lives Matter” the shirts also made reference to Sandra Bland, the Black activist who was killed in police custody in Texas last year, by saying “#sayhername” which people used on social media to protest her death.

Other teachers wore said “Black Lives Matter” and “We Stand Together” T-shirts with an image of a tree. Rallies in some schools saw students and teachers as well as other staff holding banners and signs against police brutality and calling for racial justice in the country.

The rallies were not organized by the official school district. However, the rally coincided with Seattle Public Schools’ “day of unity,” also aimed at bringing more attention to racial equity in education.

The district said in a statement that it had asked students, family, staff and community members to “engage and join the conversation in our united efforts to eliminate opportunity gaps.”

Black Student Union was also part of the organizers of the rallies and its president, Precious Manning, said the gatherings and shirts represented several schools coming together in solidarity, according to The Seattle Times. “Black Lives Matter means making sure everyone is included,” she was quoted as saying by the newspaper.

The news comes amid a national debate in the country about racial injustice, racism and police brutality following several high-profile killings of Black people at the hands of white officers.

Fuente: http://www.telesurtv.net/english/news/2000-Seattle-Teachers-Wear-Black-Lives-Matter-Shirts-at-School-20161019-0026.html

Foto de archivo

 

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Should you vote for Opportunity School District? Depends on how much you trust state’s charter school record.

By Maureen Downey

In this new essay from his blog, Apperson discusses reasons to vote for and against Amendment 1, the Opportunity School District.

Apperson graduated from New York University with a B.S. in finance and accounting and is pursuing a Ph.D. in economics from Georgia State University. I think both opponents and proponents of the Opportunity School District will consider this a fair analysis. Please note I could not reproduce the cool interactive charts Apperson created so I have repeated the link to his blog whenever he cites the charts. Go to Grading Atlanta to check out his charts.

In alerting me to his analysis, Apperson said, “I’m sure you are probably suffering from OSD fatigue at this point.”

While I’ve been hearing about the OSD from advocates and opponents on the front lines, I haven’t heard many “regular” Georgians raise the issue until this weekend when a half-dozen people asked me about it. I believe the blitz of pro and con TV commercials has increased awareness.  I even saw several yard signs around metro Atlanta.

With that, here is Apperson’s commentary:

By Jarod Apperson

Depending on which ad you’ve seen, Gov. Nathan Deal’s Opportunity School District is either a white knight coming to save public education or a headless horseman coming to pillage the state’s most vulnerable communities.

Such simplistic appeals are inevitable when the general population is asked to vote on an issue that is complicated and requires a great deal of background knowledge to engage with substantively.

As someone with expertise in this area, I feel comfortable saying that frankly we don’t know how this endeavor might turn out if it is approved. There is a real possibility the OSD will improve education, there is a real possibility it will have little impact, and there is a real possibility it will do harm.  An informed vote for or against the OSD depends on which of those possibilities you think is most likely and the extent to which you believe the state should take a risk.  Below I give my take on several key questions and lay out the best available evidence.  I will leave it to readers to weigh the evidence, which points in different directions, and reach their own conclusions about the OSD’s prospects.

What will the OSD do?

The gist: Turn over the management of selected schools from the local school district’s central office to a charter operator selected by an appointee of the Governor.

The detail: Voters will approve or deny the OSD by voting on Amendment 1, appearing on ballots statewide with the following language:

Provides greater flexibility and state accountability to fix failing schools through increasing community involvement. Shall the Constitution of Georgia be amended to allow the state to intervene in chronically failing public schools in order to improve student performance?

Anyone with knowledge of the OSD will recognize this statement fails to paint a clear picture of what the initiative hopes to do.  Based on this description, one could be forgiven for believing Amendment 1 hoped to raise student achievement by encouraging more community bake sales.  That’s not the plan.  But the overly genial language alone doesn’t mean it is a bad idea.

The authorizing legislation spells out more clearly the tools the state will have at its disposal when intervening in schools. They include managing the school directly, stipulating changes the local school district must make, shutting the school down, and selecting a charter organization to operate the school.  It is clear the governor’s preferred course is to select charter organizations to operate the schools, a model used in Louisiana and Tennessee, states that inspired the proposal.

Now that we are clear on what the OSD hopes to do, the most pressing question comes down to whether OSD-eligible schools will be better off or worse off managed by charter organizations. I’ll come back to that discussion in a moment, but first I want to talk a bit about the identification of OSD-eligible schools.

Does the OSD do a good job of identifying low-quality schools?

The gist: Sort of, but it more consistently picks up high-poverty schools than low-quality schools.

The detail: Each year, the state puts out a score it calls College and Career Ready Performance Index (“CCRPI”), which is mostly based on crunching standardized test scores different ways.  This metric forms the basis for schools being selected for the OSD. Any school that scores below a 60 for three years in a row becomes eligible.  One reasonable critique of CCRPI is it doesn’t do a very good job of comparing schools to their peers — other Georgia schools that serve similar students.

Instead, it systematically ranks schools with poor students low and schools with relatively rich students high.  In reality, there are low-quality and high-quality schools at all income levels. (See Apperson’s interactive chart here that presents a better measure of school quality and poverty for all schools in the state.  Highlighted schools are schools that rank in the bottom 6% (the share of Georgia schools that are OSD-eligible) of student growth relative to peer schools.

It is clear the variation in quality at the high-income end is just as wide as the variation at the low-income end. Because the OSD relies on CCRPI rather than the school quality measure presented above, schools deemed eligible tend to systematically be poor schools, rather than schools that have achieved the lowest academic gains relative to their peers. I have created the same chart of quality and poverty, but highlighted the OSD-eligible schools rather than the schools in the bottom 6%.

There is no school without at least 35% of students in poverty that qualifies for the OSD. In contrast, one out of every three schools with more than 60% of students in poverty is on the OSD list. So having a sizable share of poor students is essentially a prerequisite for being selected.  Still, the schools chosen do tend to be below average quality. They may not be the worst schools in the state (and some even have high growth!), but they average around the 28th percentile.

This discussion so far about school quality – as measured by both the CCRPI and my own approach – relies on test scores.  But we ultimately care about whether schools prepare students for successful lives, not whether they can score well on a bubble test at the end of third grade. That brings me to the next question.

Are standardized test scores good metrics for measuring school quality?

The gist: Generally yes, but not always.

The detail: Over the past five years, the relationship between test score gains and long run outcomes has been a topic of great academic interest.  The most compelling evidence suggests teachers and schools that are able to achieve high growth on test scores cause their students to succeed later in life. However, it is also possible for schools to raise test scores using means that do not impart the skills necessary for later success.

There have been three major papers presenting high-quality evidence that schools and/or teachers who are able to raise test scores ultimately cause their students to have better long run outcomes.  Chetty et al. (2014) shows that high-growth New York City teachers reduce teen childbearing, increase college going, and increase earnings at age 28. Dobbie &Fryer (2016) shows that a high-scoring Harlem school reduces teen pregnancy and incarceration rates. Argrist et al. (2016) finds that Boston charters able to raise test scores also increase four-year college going.

A fourth study finds more mixed evidence.  Dobbie &Fryer (2016) analyze Texas charter schools.  They find schools that negatively affect test scores also negatively affect four-year college enrollment and earnings (consistent with findings from the studies above). However, in contrast to the other evidence, schools that are able to raise test scores do not improve long-run outcomes.  One possible explanation the authors provide is that the high-scoring schools in the study may have focused too narrowly on tested skills, taking time away from the development of non-tested skills important for long-run success.

Collectively, these papers suggest test scores are a good proxy for whether schools and teachers are imparting the skills students will need to succeed; however, they also suggest it is possible for schools to achieve high scores without developing those skills.

If test scores are a meaningful measure of skill development and OSD-eligible schools do not now succeed at raising test scores (recall that they on average rank at the 28th percentile in quality), the logical next question is should we expect the schools to do any better if they were taken over by the OSD. Since the governor’s preferred intervention is to select charter operators, the answer hinges on the quality of those operators.

What is the evidence on how charter schools currently operating in Georgia affect standardized test scores?

The gist: Local charters are slightly above average, state charters are significantly below average, and within both groups there is a great deal of variation from school to school.

The detail: Georgia now has about 60 start-up charter schools that operate in grades tested annually (grades 3-8 take Milestones End of Grade Tests).  Before they opened, those schools were reviewed and approved by either the local school board (“Local Charters”) or the State Charter School Commission (“State Charters”).

On average, the charter schools now operating in Georgia are lower quality than traditional public schools. Much like traditional schools, the quality varies a great deal.  Some of the best schools in the state are charters.  Some of the worst schools in the state are charters. Go here to see the same chart of school quality and poverty we looked at before, but now local and state charters are highlighted.

If the OSD could ensure the charter operators it partnered with would achieve results similar to the four KIPP schools (all are 98 or above on the quality measure, compared to 28 for the OSD schools), voting for the amendment would be a no brainer.  But that is probably optimistic to say the least. Most charter applicants don’t come with a proven track record, making it tough for authorizers to ensure quality at the time charters are approved.

If instead, the OSD were to partner with schools similar to the average state-approved charter, schools taken over would likely end up achieving at even lower levels than they are today (State charters’ average quality is 12, even lower than the 28 for OSD schools).  For me, this uncertainty about quality is what causes the most skepticism of Amendment 1’s prospects.

Will the OSD charter operators be like the shining examples of what is possible (KIPP) or will they be subpar (like the average state charter)?

There are some reasons to believe the OSD charter partners will be more successful than state-approved charter schools. First, the funding will be higher. State approved charters are funded at a rate lower than most nearby traditional public schools, and they have to spend part of their funding on facilities. The OSD will fund schools like locally approved charters and give them facilities. Second, the OSD will be tasked with seeking out high-quality charter operators. Depending on how savvy the OSD leader is, he or she may find partners with proven track records elsewhere in the country.

On the other hand, there are reasons to believe the OSD charter partners will be of similar quality to the state-approved charter schools (i.e. worse than the OSD schools themselves). First, there is a limited pool of people capable of starting a high-quality charter.

If anything can be learned from the gap between the results from locally approved charters and state charters, it is probably that good charters tend to get approved locally. It takes an incredible amount of time and dedication to run a successful charter school.

My sense is the size of the high-quality charter school community is more constrained by the number of leaders capable of developing and implementing a strong plan than it is by local districts unfairly rejecting great proposals. If that’s indeed the case, the OSD will likely struggle to find great operators. Those out there are already opening local charter schools.  Second, it appears the OSD may be biting off more than it can chew.

The proposal would allow the OSD to take over up to 20 schools a year (the agency could elect to take over fewer schools). The scope of that potential undertaking is striking given there are only about 20 good charter schools in the whole state today and it took almost two decades to get here. The notion the OSD could open 20 schools of good quality in a single year seems tenuous. I would feel more comfortable if the plan was two per year, rather than 20.

At the end of the day, I think the governor has good intentions and wants to see the OSD-eligible schools improve for the kids who attend them. I don’t buy the narrative he is looking to exploit children to profit his friends (though I do think there are organizations out there who would like to profit from the initiative). I also believe there is plenty of room for improvement at OSD schools.

But I am less confident the OSD will partner with charter organizations capable of delivering that improvement.

If Georgia had a history of holding its charter schools to a high standard, I would feel more comfortable supporting Amendment 1. But with the mixed reality that exists today, supporting the amendment would require me to trust Georgia will raise the charter quality bar in the future, partnering with high-quality organizations.

If that is a risk you are willing to take, vote yes.

If instead you believe the state needs to demonstrate more consistent results from the charters already operating before taking on a new initiative, vote no.

This measure of school quality is the three-year average Student Growth Percentile, with controls for observable characteristics of the students at the school. School performance on this measure is then used to rank schools by percentile. Percentile ranks are helpful for intuitively discussing one school relative to others; however, they may overstate differences around the center of the distribution. Schools between the 40th and th 60th percentile in the state probably differ from each other in less dramatic ways than schools between the 80th and 100th percentile.  If you want to see more about how this is calculated, you can access the data and the STATA code here.

Tomado de: http://getschooled.blog.myajc.com/2016/10/16/should-you-vote-for-opportunity-school-district-depends-on-how-much-you-trust-states-charter-school-record/

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EE.UU: ¿De dónde provienen los graduados más capacitados?

América del Norte/EE.UU./21 de octubre de 2016/mundo.sputniknews.com

Los graduados japoneses parecen ser los más capacitados, según ha puesto de manifiesto un reciente estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

La nación asiática es seguida por Finlandia y Países Bajos. Esa información sugiere que la reputación de la universidad no necesariamente refleja la capacidad de sus alumnos. Y es que el ranking QS World Universidad de 2016-17 nombra al Instituto de Tecnología de Massachusetts, Stanford y Harvard, como las mejores instituciones del mundo.

Andreas Schleicher, director de educación de la OCDE, asegura que a pesar de que los estudiantes de diferentes países cuentan con títulos similares, sus habilidades pueden variar enormemente.

«Cuando se trata de la educación avanzada, podría ser más útil alcanzar un grado de secundaria en Japón, Finlandia o Países Bajos que obtener un título de enseñanza media superior en Italia, España o Grecia», dijo Schleicher a la BBC.

Finlandia y Japón, de hecho, lideran el ranking PISA de la OCDE, en donde se comparan las normas de secundaria de todo el mundo.

Los países con los graduados más capacitados según la OCDE:

1. Japón

2. Finlandia

3. Los Países Bajos

4. Australia

5. Noruega

6. Bélgica

7. Nueva Zelanda

8. Inglaterra

9. Estados Unidos

10. República Checa

Tomado de: https://mundo.sputniknews.com/sociedad/201610201064256908-universidad-enseanza-educacion/

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Latinos y chicanos rechazan a Colón rescatando sus raíces indígenas

En años recientes ha habido una creciente atención por la celebración de los pueblos indígenas, Vermont y la ciudad de Phoenix se han unido a la iniciativa de otros lugares para celebrar la diversidad de culturas que reinaba en el continente antes de la llegada de Cristóbal Colón.

«El liderazgo de la comunidad latina tiene una oportunidad única de descolonizarse con la celebración del día de los pueblos indígenas», escribe Adriana Maestas.

El día del descubrimiento o de Colón se celebra el segundo lunes de octubre cada año en Estados Unidos. Fue nombrado efeméride federal en 1937, por tanto una gran cantidad de oficinas gubernamentales no trabajan este día. Sin embargo, la conmemoración de feriados varía de un estado a otro y entre regiones, de hecho un par de estados no reconocen este feriado. Algunos estados y municipios han decidido conmemorar el segundo lunes de octubre como el día de los pueblos indígenas, con el fin de honrar a quienes habitaban el continente previo a la llegada de los europeos.

En años recientes ha habido una creciente atención por la celebración de los pueblos indígenas, Vermont y la ciudad de Phoenix se han unido a la iniciativa de otros lugares para celebrar la diversidad de culturas que reinaba en el continente antes de la llegada de Cristóbal Colón.

Los chicanos políticamente conscientes de ser mexicano-estadounidenses y los latinos que han sido instrumentales en el avance del reconocimiento de este día, en solidaridad con sus hermanos y hermanas nativos americanos, el cual cobra gran importancia cuando el gobierno pretende «hispanizar» a una comunidad de gran herencia nativa americana, a través de iniciativas como el mes de la herencia hispana.

El gobierno de la ciudad de Denver en Colorado nunca reconoció oficialmente la celebración, pero este año la ciudad propuso un reconocimiento permanente del día de los pueblos indígenas. Sin embargo, el estado de Colorado designa el día del descubrimiento como feriado oficial. Pude conversar con Paul López, un chicano concejal de Denver quien representa a 3 distritos. López nos habló acerca del día de los pueblos indígenas en el contexto del liderazgo chicano y latino.

«Denver no tiene el día del descubrimiento en sus libros. He trabajado con la comisión indoamericana de Denver sobre este asunto. Los chicanos y los mexicanos de Denver consideran que este es un tema importante, pues tiene que ver con nuestra identidad. Solo porque tengamos apellidos españoles o porque hablamos otro idioma no nos hace menos indígenas. Existe un honor inherente y un respeto por nuestras raíces. La historia indígena de Denver comienza con los Arapahoes y los Cheyenes en el río Platte”, afirmó López.

Asimismo, añadió que no ha recibido ningún pushback por su trabajo en el día de los pueblos indígenas y que la celebración de la herencia indígena no ofende a otros pueblos. En Los Angeles, Felicia “Fe” Montes, una artista y activista chicana, cofundadora del colectivo artístico «Mujeres de maíz», estuvo el pasado sábado en una celebración de los pueblos indígenas.

«Los chicanos y de la raza o aquellos de lo que conocemos como isla Tortuga (norte, sur y centroamérica), para nosotros es vital reconectarnos, reaprender y honrar nuestra herencia indígena, para que estemos más en sintonía con la madre Tierra y los elementos. En estos momentos, cuando el agua está en peligro, el cambio climático es inminente y los pueblos indígenas de todo el mundo están luchando por sus derechos humanos y sus sagradas tierras, debemos ser solidarios con ellos. Es momento de convertirnos en protectores de la tierra y de hacer un llamado a la verdad en todos los ámbitos», aseveró Montes.

«No queremos más la visión distorsionada de la Misión de California, no mas día del descubrimiento, no más mes de la hispanidad, en vez un mes de las Américas. Deberíamos honrar a los pueblos indígenas cada día, y la diversidad de la historia de todos y todas las naciones y culturas de las Américas».

El liderazgo de la comunidad latina tiene una oportunidad única de descolonizarse con la celebración del día de los pueblos indígenas. Aquellos que se reconocen como chicanos, ya tienden a reconocer su herencia indígena, pero el gobierno, los medios de comunicación tradicionales y los jugadores políticos continúan hablando del «voto bloque hispano», «la comunidad hispana», «los hispanos», etc., sin mencionar los arraigos profundos que tiene esta comunidad con las Américas.

La celebración del día de los pueblos indígenas, en lugar del día del descubrimiento, o del día de Colón, que solo fue un invasor agresivo y quien no fue el primero en descubrir las Américas, quien esclavizó a los nativos de las islas caribeñas, eso sería señal de que no estamos negando nuestra rica herencia indígena. También ayudaría a distinguir a los latinos indígenas de los latinos eurocentristas que son quienes frecuentemente hablan en nuestro nombre en los medios y en la escena política convencional.

Tomado de: http://www.telesurtv.net/opinion/Latinos-y-chicanos-rechazan-a-Colon-rescatando-sus-raices-indigenas-20161011-0043.html

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