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Éxodo forzado

Ilka Oliva Corado.

Mayo 06 de 2016.

¿Por qué migran niñas, adolescentes y mujeres? ¿Cuál es la razón de dejar el país de origen y lanzarse a la desventura de una travesía indocumentada con la seguridad que serán transgredidas y si bien les va podrán sobrevivir y tratar de lidiar con el averno de la post frontera; eso si llegan a su destino, sino serán un número más de las estadísticas de desparecidas y fallecidas en el tránsito migratorio en tierra de nadie. Sin ninguna autoridad que las busque y que las dignifique llamándolas por su nombre y reconociéndolas en su identidad.

Una tragedia el solo imaginarla pero es una realidad y Guatemala está forzando a miles de niñas, adolescentes y mujeres a buscar salvar sus vidas en otro país, Estados Unidos parece ser la mano más próxima en prestar ayuda, pero es solo una fantasía en la desesperación. Bien es sabido que su política migratoria irrespeta los derechos humanos y laborales de las personas indocumentadas. El abuso por parte de coyotes, autoridades mexicanas y de la Patrulla Fronteriza hacen de la travesía el peor de los infiernos para cualquier ser humano y, la saña con la que transgreden a las niñas, adolescentes y mujeres es atroz. ¿Por qué sigue siendo invisibilizada y solapara la migración forzada y estos abusos? ¿En qué se benefician los gobiernos involucrados?

Buscan salvar sus vidas, huyen de un sistema patriarcal que las violenta y las excluye. Huyen de la miseria, de la pobreza, de la hambruna. De la violencia de género, de la violencia intrafamiliar, de los feminicidios. Huyen de las limpiezas sociales. Huyen de la decadencia de un sistema que las victimiza. De una sociedad ajena a la atrocidad por su indiferencia. Huyen del clasismo, del racismo, del abandono y del olvido.

Huyen porque han perdido hasta la última esperanza que perecer en la travesía es lo de menos. Madres solteras, niñas y adolescentes a las que las bandas delictivas han abusado y han puesto precio a sus cabezas. Abusadas también en el propio seno familiar, por sus padres o familiares cercanos. Por sus cónyuges. La migración es forzada, nadie va a arriesgar su vida así por así y a aventurarse en una travesía por ambición.

Ese esfuerzo, esa psicosis, ese dolor y esa angustia. Esa desolación y esa añoranza regresan al país de origen convertidos en remesas. La ilusión de un hogar, un plato de comida para los suyos sobre la mesa, calzado y estudio para los hijos que se quedaron. Para los padres que se quedaron. Para los hermanos y los abuelos.

¿Cuándo cambiará esta situación? ¿Cuándo el estado guatemalteco dejará de exportar niñas, adolescentes y mujeres para las redes de tráfico para fines de explotación sexual, laboral y tráfico de órganos que pupulan en la travesía indocumentada entre México y Estados Unidos? ¿Cuándo la sociedad guatemalteca dejará de ser indiferente ante los más golpeados del sistema? ¿Cuándo será un país de política integral que le apuesto al desarrollo, a la justicia social y a la equidad de género?

Mientras tanto, serán miles las que seguirán migrando en esas peregrinaciones buscando en otro suelo lo que no les ofreció el propio.

Fuente del artículo: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/05/06/exodo-forzado/

Fuente de la imagen: https://i.ytimg.com/vi/T3fFeiQCa-s/maxresdefault.jpg

 

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Cuando la campaña de Bernie Sanders desencadena una cosmogonía social y política norteamericana

El espectáculo de un candidato a la investidura del Partido Demócrata que se planta delante de un piquete de huelga y toma la palabra para apoyar la lucha de los huelguistas es lo suficientemente raro como para que no pase inadvertido incluso por los medios de Estados Unidos. Esto pasó el lunes 11 de abril en Times Square, Nueva York, el piquete de huelga era de 40.000 trabajadores del gigante de las telecomunicaciones Verizon, en huelga para obtener el convenio colectivo rechazado obstinadamente por la patronal y el candidato era -evidentemente- Bernie Sanders. ¿Golpe de propaganda electoral? ¿demagogia? ¿”populismo”? Nada de eso, simplemente coherencia y continuidad con una vida pasada al lado de los trabajadores. Por cierto, la última vez que Sanders había hecho exactamente lo mismo fue hace solamente unos meses, el pasado mes de octubre en otro piquete de huelga, también en Manhattan…

Pasa que la izquierda europea -que brilla por su indiferencia hacia lo que pasa en EEUU- ignora estos hechos, sin embargo tanto los trabajadores como la patronal norteamericanos los conocen muy bien. Por eso el presidente de Verizon, Lowell McAdam, se apresuró a atacar violentamente a Bernie Sanders, calificándole de “ignorante”, de estar “fuera de la realidad” y de “ despreciable“. Por el contrario, los huelguistas de Verizon aclamaron a Bernie y su gran sindicato CWA decidió apoyar su candidatura calificándole incluso de… “¡campeón de los intereses de la clase obrera”! De hecho, no por casualidad Bernie Sanders terminó su discurso a los huelguistas con esta frase lapidaria: “De parte de cada obrero en América, en nombre de todos aquellos que sufren las mismas presiones, os doy las gracias por lo que estáis haciendo. ¡Venceremos!” .

El mismo día, otro gran sindicato, local esta vez, el de los trabajadores de los transportes de Nueva York (Transit Workers Union-Local 100), decidía apoyar a Bernie Sanders, para disgusto del Partido Demócrata de Nueva York, que consideraba a este sindicato su feudo. La decisión de los líderes sindicales fue prácticamente unánime (42-1) y es sintomática de los grandes cambios que la campaña de Sanders está produciendo en el seno de la clase obrera norteamericana y de su movimiento sindical . Pero la adhesión de 40.000 miembros del TWU al campo de Sanders adquiere una importancia aún mayor si pensamos que se trata, en su gran mayoría, de trabajadores afroamericanos y latinos, de los que se esperaba que siguieran casi ciegamente las directrices del Partido Demócrata y… del clan de los Clinton.

Diez días antes, el tono del encuentro organizado en Chicago por la red sindical Labor for Bernie , que reivindica más de 12.000 miembros, entre ellos cinco grandes sindicatos nacionales y 90 uniones sindicales locales, lo daba la declaración introductoria siguiente: “Trabajamos para ver a Sanders conseguir la investidura del Partido Demócrata. Pero no nos quedamos ahí. Vamos más lejos construyendo un movimiento de democracia en este país” . La frase, clara, fue pronunciada por Larry Cohen, antiguo presidente del sindicato (600.000 miembros) Communications Workers of America, el mayor sindicato de los trabajadores de las comunicaciones y los medios de EEUU. Detalle muy significativo: Larry Cohen también es “Consejero Superior” de Bernie Sanders.

Este encuentro sindical de Chicago |1| nunca ha escondido que más allá de su contribución a la campaña de Bernie Sanders, su objetivo era construir un movimiento obrero independiente capaz de regenerar si no de refundar el movimiento obrero norteamericano sobre las bases de clase. No es casualidad entonces que se titulara “Labor for Bernie and Beyond”, es decir “Trabajadores por Bernie y más allá”. Por cierto, dice mucho de su orientación política y social la propuesta que se debatió sobre los “cinco principios” en torno a los cuales debería construirse esta “nueva fuerza por una economía democrática” :
- La lucha contra la desigualdad económica
- El combate contra las discriminaciones de raza, género y orientación sexual
- La oposición a la economía de guerra permanente y a la política exterior militarizada
- La lucha contra el cambio climático global
- La defensa del derecho de organizar con el movimiento obrero protagonista en la promoción de los intereses de la clase obrera

Merece la pena destacar también el hecho de que la red Labor for Bernie decidiera organizar, junto con otras organizaciones y movimiento sociales, una gran Asamblea Popular en Chicago el 17 de junio, mientras que su ponente Larry Cohen anunció que la batalla final por la investidura en la Convención del Partido Demócrata en julio, se libraría tanto en el interior como en el exterior de la sala del congreso, ya que ¡la Convención estaría “asediada” por el mayor número posible de partidarios de Sanders!

El hecho es que no se trata ya de una intención sino más bien de una decisión de transformar la campaña electoral del senador de Vermont en un proceso de construcción de un movimiento obrero independiente y de masas. Manifiestamente, se trata aquí de un desarrollo extraordinario de importancia histórica . Pero eso no es todo, porque nos encontramos ahora ante la multiplicación de iniciativas similares que vienen del interior de la campaña de Sanders y la puesta en marcha de procesos de construcción de movimientos independientes sectoriales o incluso del tan esperado “tercer partido” que romperá el bipartidismo tradicional americano. Como por ejemplo, la iniciativa de la red de los Berniecrats de lanzar un proceso de construcción de una enorme lista de candidatos alternativos e independientes a todas las elecciones, con la condición de que esos candidatos se comprometan a apoyar y defender públicamente el programa de Bernie Sanders. Este proceso parece progresar sensiblemente y evidentemente, entra ya en colisión con el bipartidismo tradicional, y más inmediatamente con el Partido Demócrata, puesto que ¡su dinámica le empuja hacia la construcción de un (tercer) gran partido que presentará a sus propios candidatos a todas las escalas de la vida pública norteamericana!…

Dado que esta marcha hacia el movimiento de masas independiente y radical se combina con la reciente serie de victorias aplastantes de Bernie Sanders y que el despegue de su popularidad sobre el fondo de inmensas multitudes que participan en sus mítines electorales acalorados, no podemos extrañarnos ni de la gran inquietud -incluso del pánico- del establishment americano, ni de la irritación manifiesta de una Hillary Clinton que endurece brutalmente sus ataques a Bernie Sanders.

Como se puede esperar, esta situación agudiza ulteriormente la cólera de los millones de partidarios de Sanders, acelera ulteriormente su liberación de la trampa del bipartidismo y evidentemente, contribuye ulteriormente a su radicalización. Una de sus consecuencias es que los “consensos” interclasistas tradicionales así como sus célebres representantes más o menos “progresistas” se llevan a cabo rápidamente y ven caer sus máscaras en tiempo récord. He ahí por qué el premio Nobel de economía Paul Krugman, conocido en Grecia como gran defensor del pueblo griego frente a sus verdugos, es en USA un adversario encarnizado de Sanders y uno de los principales apoyos de Hillary Clinton, utilizando incluso una argumentación que no difiere gran cosa de la de… los acreedores de Grecia. Y he ahí también por qué los grandes medios americanos por excelencia liberales como el Times de Nueva York, el Washington Post o la CNN abandonan sus buenas maneras y utilizan todos los medios, incluso los más innobles, para neutralizar la amenaza mortal llamada Bernie Sanders.

Frente a esos desarrollos que consideramos sin duda históricos, se esperaría que toda la izquierda internacional echara las campanas al vuelo y se movilizara para expresar con actos su solidaridad y su apoyo. Sin embargo, ¡no pasa absolutamente nada! Salvo algunas excepciones, que no por casualidad se encuentran todas en esta América Latina que sabe mucho del imperialismo norteamericano, la izquierda europea sigue totalmente pasiva e indiferente, mostrándose incapaz de tomar la medida tanto de la dinámica del “fenómeno” como de sus consecuencias políticas y sociales. Y sin embargo, aunque muy importante y prometedor, ni el gran y tan radical movimiento de la juventud y de los asalariados que se está desarrollando estas últimas semanas en Francia, ni la gran y muy prometedora crisis que tiene como epicentro a esta Cataluña cada vez más radicalizada, no se pueden comparar con los eventos que están teniendo lugar actualmente en el corazón de la superpotencia mundial. Eventos que, como hemos escrito hace un mes, ¡pueden cambiar el curso de la historia! |2|

Nuestra conclusión es inapelable: la izquierda europea tiene hoy el deber de movilizarse para apoyar con actos y con todas sus fuerzas el movimiento de masas sin precedentes que se está construyendo en EEUU. |3| Tanto porque, en estos tiempos tan adversos, este movimiento representa la mayor esperanza para los de abajo, para la humanidad y para el planeta, como porque la izquierda europea tiene mucho que aprender y todo que ganar aliándose a él.


TRADUCCION: Fátima Martín

 

Notas

|1| Para más informaciones sobre este encuentro sindical de Chicago, leer el excelente artículo de Dan La Botz:http://newpol.org/content/labor-ber…

|2| http://cadtm.org/Bernie-Sanders-Hacia-un-movimiento

|3| Para mas informaciones sobre el reciente lanzamiento de la Iniciativa « Griegos por el movimiento de masas de Bernie Sanders », pinchar : http://tratarde.org/iniciativa-grie…

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EE.UU-Israel: Obama pidió solidaridad con los judíos europeos y los estudiantes judíos en Iom HaShoá

DiarioJudio/05 de Mayo de 2016/Por: Central de Noticias Diario Judío

En un discurso dado por Iom HaShoá, el presidente Barack Obama, pidió solidaridad con los judíos que se enfrentan al antisemitismo en Europa y en los campuses universitarios.

“Hoy, como cada día, nos solidarizamos con la comunidad judía tanto en casa como en el exterior”, expresó Obama en un comunicado publicado el miércoles por la tarde, en la noche de conmemoración.
“Acompañamos a aquellos que están abandonando las ciudades europeas donde han vivido por generaciones porque ya no se sienten a salvo, con los miembros de las instituciones que han sido atacadas por sus afiliaciones judías, y con los estudiantes universitarios que se encuentran con cruces esvásticas en los campuses”, aclamó. “Llamamos a las personas de buena voluntad a vigilar y expresarse contra toda forma de manifestación de intolerancia”, agregó.

El presidente de los Estados Unidos además recordó y honró a los seis millones de judíos que perecieron durante la Segunda Guerra Mundial y a aquellos que sobrevivieron, en un mensaje a la comunidad internacional.

“Cuando reconocemos nuestra interconexión y dignidad e igualdad fundamental de cada ser humano, ayudamos a construir un mundo más abierto, seguro y libre”, remarcó.

Fuente: http://diariojudio.com/noticias/obama-pidio-solidaridad-con-los-judios-europeos-y-los-estudiantes-judios-en-iom-hashoa/176408/

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Puerto Rico: Estudiantes en cabildeo contra la reducción en el salario mínimo federal

Fuente: .noticel.com / 6 de Mayo de 2016

En momentos en que en el Comité de Recursos Naturales de la Cámara Federal se han presentado dos borradores para establecer una Junta de Control Fiscal en la isla y reducir el salario mínimo federal a menores de 25 años, miembros del Consejo General de Estudiantes (CGE) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) comenzaron un proceso de visita a los legisladores puertorriqueños para que se expresen sobre la medida.

“Iniciamos la primera ronda de reuniones con representantes y senadores para que se expresen contra la reducción en el salario mínimo federal a menores de 25 años, visitando las oficinas de 10 miembros del Senado de Puerto Rico y 6 representantes. Uno de nuestros objetivos es que tanto la Cámara de Representantes como el Senado de Puerto Rico hagan una expresión clara de que rechazan una reducción en el salario mínimo a menores de 25 años”, indicó Guillermo Guasp Pérez, presidente del CGE del Recinto de Río Piedras en un comunicado.

Detalló que esta primera ronda de visitas comenzará con reuniones con los senadores populares Ramón Luis Nieves, José Nadal Power, Antonio Fas Alzamora, Cirilo Tirado, Jorge Suárez y Ángel Rodríguez; así como con los penepés Itzamar Peña, Ángel “Chayanne” Martínez Santiago y Larry Seilhamer. También se reunirán con la senadora independentista María de Lourdes Santiago Negrón. Por otra parte, en la Cámara de Representantes tendrán reuniones con los miembros de la delegación popular, José Báez,  Ángel Matos, Rafael “Tatito” Hernández, Luis “Narmito” Ortiz, Roberto Ruiz de Porras y Manuel Natal Albelo.

“La pasada semana le solicitamos reunión a los 51 representantes y 27 senadores y agradecemos a quienes nos confirmaron para este jueves. Tenemos programadas una serie de visitas durante la próxima semana, de manera que se logre gestar una posición unánime en contra de esta medida que abonaría a continuar el éxodo de jóvenes del país que anunció esta semana el Instituto de Estadísticas”, puntualizó Guasp Pérez, también estudiante de economía.

Por su parte, el representante alterno ante la Junta Administrativa del Recinto de Río Piedras, Aníbal Y. López Correa, señaló que el éxodo de jóvenes debe alertar a toda la población debido a que el 50 por ciento de las personas que se están yendo del país tienen 29 años o menos. El estudiante de maestría destacó que el efecto que puede tener este éxodo afectaría significativamente al país.

De igual forma, indicaron que el grupo de estudiantes abogará por la aprobación del Proyecto de la Cámara 2883 que propone que cuando el Gobierno requiera contratar servicios, se le otorgue prioridad a la UPR a la hora brindar el servicio. Esta medida radicada por petición del Consejo General de Estudiantes pondría los conocimientos que tiene el profesorado y los estudiantes de la UPR al servicio del país.

“Tenemos una gran cantidad de profesores y estudiantes en las áreas de economía, ingeniería industrial, administración de empresas, psicología industrial que pudieran ayudar en brindar los servicios que le cuestan al país mil millones de dólares anuales. Promovemos el Proyecto de la Cámara 2883 porque entendemos que la UPR, especialmente en estos momentos de crisis económica, pudiera colaborar con el Gobierno y convertirse en el principal asesor de las agencias y municipios”, explicó López Correa.

Finalmente, señalaron que el grupo espera que las expresiones en contra de la reducción en el salario mínimo federal, como el Proyecto de la Cámara 2883 se apruebe en esta última sesión ordinaria con el consenso unánime de los miembros de las tres delegaciones del Senado y las dos delegaciones de la Cámara de Representantes.

El enlace original: http://www.noticel.com/noticia/189898/estudiantes-en-cabildeo-contra-la-reduccion-en-el-salario-minimo-federal.html

 

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Is East Nashville following New Orleans’ lead on schools?

The proposal to create an all-choice zone in East Nashville is concerning. For the past decade, I have studied New Orleans, the nation’s first all-charter school district. The attempt to turn around neighborhood schools by closing them and opening charters caused greater harm than Hurricane Katrina. I fear the same destructive «reforms» will strike Nashville.

In 2005, Louisiana’s state-run Recovery School District (RSD) assumed control of most public schools in New Orleans and handed them over forprivate management and profit making by «nonprofit» charter school operators.

Experienced veteran teachers in New Orleans were unlawfully fired and replaced by transient, inexperienced recruits from beyond the city, with most departing after two years. Teach For America stood ready to supply new teachers. Most of all, it stood to profit.

Neighborhood schools were closed without genuine community input. Meanwhile, charter school operators have paid themselves six-figure salaries, used public money without transparency and appointed unelected boards to govern the schools.

Community members have filed civil rights lawsuits, including one by Southern Poverty Law Center alleging thousands of disabled children were denied access to schools and federally mandated services in violation of the Individuals with Disabilities Education Act. Moreover, there are charter schools in New Orleans with out-of-school suspension rates approximating 70 percent.

Charter school operators in New Orleans do not care about children — they care about making money. They do not want to serve children who are «expensive» or may compromise the business venture.

The plan developing in Nashville follows the New Orleans model.

In 2010, New Schools for New Orleans (NSNO), the city’s leading charter school incubator, received a $28 million federal grant to expand charters in New Orleans as well as Nashville and Memphis. NSNO worked with Louisiana’s RSD and Tennessee’s Achievement School District (ASD), designed after the RSD, to «scale» the model in urban areas beyond New Orleans.

Around this same time, Mayor Karl Dean and Director of Schools Jesse Register welcomed the newly formed Tennessee Charter School Incubator (TCSI). TCSI was led initially by Matt Candler, NSNO’s former CEO, and planned to launch 20 new charter schools in Nashville and Memphis within five years.

In 2012, NSNO published the report «New Orleans-Style Education Reform: A Guide for Cities» to disseminate advice on replicating New Orleans’ all-charter model. ASD superintendent Chris Barbic contributed insights to NSNO’s guide with TCSI’s Justin Testerman and Greg Thompson. Louisiana Sen. Mary Landrieu, NSNO’s ally, hosted a forum in Washington, D.C., on the guide. Landrieu co-chairs the Senate Public Charter School Caucus with Tennessee Sen. Lamar Alexander.

Register also signed the District-Charter Collaboration Compact, an agreement between traditional district schools and charter schools to work together. New Orleans is a key contributor to this Gates Foundation-supported collaboration.

Register’s open letter says education officials are «coming up with new ideas» to solve Nashville’s problems. The ideas are not new; they were incubated in New Orleans. The plan is not in «early stages of development»; charter school entrepreneurs have been laying groundwork for years. The task force formed and «big news» dropped before community input was invited. In New Orleans, schools were seized and chartered before communities returned to the city.

«Charter Schools, Race, and Urban Space: Where the Market Meets Grassroots Resistance» chronicles the injustices resulting from charter expansion in New Orleans. Citizens concerned about the future of Nashville’s public schools may find the book illuminating.

We need to address the root causes of struggling urban schools: ongoing state disinvestment in black and brown children. Privatizing public schools will never do this.

 

El link original es: http://www.tennessean.com/story/opinion/2014/10/01/east-nashville-following-new-orleans-lead-schools/16487057/

 

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Honduras: Misión Comercial de Educación 2016 de EEUU imparte información sobre programas de educación

La Misión conformada por 22 instituciones académicas es organizada por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América, con el apoyo de EDUCATION USA; y forma parte de una gira por Centro América que incluye también visitas a Panamá y Guatemala.

Una Misión Comercial de Educación está en Honduras, ofrece este miércoles información sobre programas de licenciaturas, maestrías, cursos de verano, programas de inglés, posgrados e información sobre becas, que ofrecen veinte y dos (22) instituciones educativas de los Estados Unidos de América.

Estas instituciones educativas no estarán ofreciendo estudios gratuitos, su objetivo es dar a conocer la oferta de estudios que tienen en sus diferentes instituciones educativas.

La Misión conformada por 22 instituciones académicas es organizada por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América, con el apoyo de EDUCATION USA; y forma parte de una gira por Centro América que incluye también visitas a Panamá y Guatemala.

Durante la Feria de Educación, los representantes de las universidades sostendrán reuniones con los consejeros y/o administradores de colegios, universidades, padres de familia y estudiantes. Además, se ofrecerán charlas sobre el debido proceso de solicitud para visa de estudiante, y sobre los pasos a seguir para ingresar a una institución de educación superior en los Estados Unidos.

La Misión Comercial de Educación es un compromiso del Gobierno de los Estados Unidos para apoyar la educación en el país, fomentar las alianzas, intercambios y programas de acreditación conjunta entre las instituciones de Educación Superior de Honduras y los Estados Unidos. Desde el año 2006, los Estados Unidos ha visto un incremento de estudiantes Centroamericanos en sus campus. A la fecha, existen 5,961 estudiantes de Centro América en los Estados Unidos, de los cuales 1,760 son hondureños.

Estudiar en los Estados Unidos representa una ventana de oportunidades para jóvenes hondureños ya que les permite fortalecer y desarrollar sus habilidades, tener experiencias multiculturales y aprender el idioma inglés; optando así a mejores empleos en el futuro.

Las 22 instituciones que estarán en la Feria de Educación son: Augsburg College; California State University, Monterey Bay; Central New Mexico Community College; Central Washington University, Coastal Carolina University, Duquesne University, English Language Institute, University of Utah; Florida Keys Community College; Florida State University; Full Sail University; Lane Community College; Mohawk Valley Community College; St. Cloud State University; Saint Martin’s University; Schiller International University; Stony Brook University; Tallahassee Community College; Truman State University; University of Delaware; University of North Carolina, Wilmington; Virginia Tech Language and Culture Institute; y Weber State University.

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EEUU: The Armed Campus in the Anxiety Age

Fuente: http://www.theatlantic.com/ 5 de Mayo de 2016

Campus-carry laws add unnecessary worry to communities already overwhelmed by unease.

ATLANTA, Ga.—A while back, a student at Georgia Tech, where I teach, showed me a series of anonymized “threats” that students in a notoriously difficult class of mine had posted in an online discussion forum. I’d just returned grades, and nobody was happy. “Does he have kids?” one asked. “I’m going to steal them and blackmail him,” answered another.” “Had kids,” added a third.

They’re the kind of comments you wouldn’t think twice about—just typical college students communing over a tough professor. Unless, that is, you also knew that those students might be permitted to carry concealed firearms on campus. Then their words might take on a different tenor, even if just hypothetically.

Eight states already allow gun possession on college campuses. Texas was the latest to adopt a campus-carry law, which will take effect August 1. Andlegislation allowing licensed gun holders over 21 to carry concealed handguns on college campuses set to reach the Georgia Senate floor as early as this week might make my state the ninth. (Of the remaining states, 19 currently ban concealed carry on campuses, and 23 leave the decision up to individual campuses.)

Texas’s law has incited a spate of recent distress among educators. Fritz Steiner, UT Austin’s dean of architecture, cited the law as a catalyst for seeking another position—he is leaving UT to become the dean of the University of Pennsylvania School of Design. The University of Virginia media studies professor Siva Vaidhyanathan, who is a UT Austin alumnus, withdrew his candidacy as a finalist for dean of that school’s Moody College of Communication due to his concerns about the new gun law. And faculty everywhere spurned a University of Houston Faculty Senate presentation on teaching after the law’s enactment. The tips it offers to faculty in the campus-carry era include “Drop certain topics from your curriculum” and “limit student access off-hours.”

University administrators don’t particularly like such policies either. Among those testifying against campus carry before the Georgia Senate Judiciary Committee last week was the University System of Georgia chancellor Hank Huckaby. His office, along with the presidents and campus police chiefs of all 29 University System of Georgia institutions, including the University of Georgia and the Georgia Institute of Technology, all oppose concealed carry on campus. And it’s not just the administrators and faculty who are concerned. A survey conducted by Georgia Tech’s Student Government Association two weeks ago revealed that a majority of students oppose concealed handguns on campus.

College students’ whole lives have been lived bathed in vague and constant threat.
Like elsewhere, critics of campus carry in Georgia make appeals to the safety of students and faculty. Concessions in the current bill would still prohibit guns in dormitories, fraternities and sororities, and athletic facilities—an exclusion justified by the possible presence of alcohol in these areas. Last weekend, the gun control advocacy nonprofit Everytown for Gun Safety aired a television ad opposing campus carry, which also cites alcohol’s impact on gun safety as a primary concern.
Meanwhile, Governor Nathan Deal, who had been swayed to oppose campus carry in a bill two years ago that expanded Georgia gun laws, has indicated his support for the measure this time around—partly because the “Wild West scenario” predicted after 2014’s so-called “Guns Everywhere” bill has not come to pass.

Apart from the discharge of firearms themselves, another case against guns on campus appeals to the chilling effects it might have on free speech. Writing last week for The Atlantic, Firmin DeBrabander cited the University of Houston presentation as evidence that campus carry could censor college classrooms. If faculty and students cannot discuss contentious issues in the open without “fear of inciting angry students to draw their guns,” Debrander reasons, then democracy itself could be undermined.


But both the appeals to safety and to free speech only superficially address the problem with guns on campus, and they do so by taking positions that many gun-rights proponents don’t share anyway. Safety cuts both ways, and appeals to security have long justified support for expanded gun rights in America. If college campuses are among the few venues where guns are prohibited, argue gun advocates, then they will become targets for attacks. And when it comes to free speech, supporters of expanded gun rights will happily pit their Second Amendment against their opponents’ First. These arguments lead nowhere—particularly in states like Texas and Georgia with strong and proud cultures of firearms ownership.

A better case against guns on campus appeals to anxiety rather than safety or speech. Deep and pervasive unease already pervades college campuses, and safety and speech worries are just instances of a more general and more universal anxiety.

Today’s college students are beset by unease. And it’s no wonder why—their whole lives have been lived bathed in vague and constant threat. Today’s 21-year-old students were born in 1995. They were kindergarteners on 9/11, and their whole childhoods were backgrounded by forever war. Their primary and secondary schooling took place under the supposed reforms of No Child Left Behind, which meant an education designed around lots of high-stakes testing and the preparation necessary to conduct it.
They entered high school just after the 2008 global financial crisis, after which declines in the tax base led to billions of dollars of funding cuts to primary, secondary, and postsecondary public education. Here in Georgia, the lottery-funded HOPE Scholarship, which had paid full college tuition for students who kept a 3.0 average, increased its achievement requirements for full tuition and eliminated support for books and fees. Meanwhile, tuition rose precipitously—35 percent over the last five years at Georgia Tech—as funding declined. And as state funding has waned, flagships like UGA and Georgia Tech have increasingly pursued more lucrative out-of-state enrollments, while increasingly relying on gifts, endowments, grants, and contracts as state funding has become a minority contributor to institutional budgets.

Getting into college also became harder. In the arms race to raise test scores and thereby rankings, admissions have pushed average SAT scores at Georgia Tech up from 1420 in 2013 to 1449 in 2015, only adding to the anxiety of admission. Twenty-five points doesn’t sound like much, but because of the way the SAT is scored, it might amount to a difference of as few as one or two incorrect answers on the exam. A couple answers might measure a differential in academic performance and potential, but it might also represent the accident of a cold testing facility or a stressful commute into the exam. Every aspect of these kids’ lives are drawn taut. One badly timed sneeze can spell disaster.

Once enrolled, college campuses are brimming with new anxieties, and newly trenchant versions of old ones. The issues of preparation, access, and affordability to create an environment in which mere survival overwhelms learning—let alone indulgences like free speech. Then someone like me comes along and teaches the same class I would have taught five or 10 or 15 years ago, only to find that students are falling apart from the stress rather than from the materials. No wonder they fantasize about kidnapping my family.

A concealed-carry campus becomes a campus in which everyone carries a potential gun.
Even the successful students still must contend with a much worse economic lot than their cohorts did in the past. At Georgia Tech, even students who pursue “practical” degrees in areas of supposed economic growth, like computing, still face massive competition and pressure for jobs. I have students who have filed hundreds of applications and endured five or 10 separate interviews for a single entry-level job, including time-consuming cross-country trips to all-day interviews, before finally receiving an offer. The only greater motivator than fear is debt.


Guns arrive on campus today in this context of massive, wholesale collegiate anxiety. DeBrabander is right to worry that they might have a chilling effect on speech, but the chill goes so much deeper, straight to the bone. A concealed-carry campus becomes a campus in which everyone carries a potential gun. And the potential gun is far more powerful than the real gun, because it both issues and revokes a threat all at once. Made habitual and spread atop an already apprehensive base, that sort of mental anguish is nothing short of terrorism.

Think back to those online comments from my students. Even if they were merely playful—which really is all that they were—they suddenly seem threatening once firearms are in the picture. You don’t even need a gun to make it happen. The idea of a gun is sufficient. And that’s just me! I’m the one with the tenured professorship! Now imagine the students, all trying to make it through my class and everything else with all those ideas of guns in the room and on the quad.

An unspoken secret about firearms is that both proponents and opponents of gun laws share a common position: that guns ascribe a feeling of power and control to their bearers. Gun detractors are foolish not to acknowledge this truth of firearms, and they are reckless for sneering at gun owners who seek (legal) refuge in this feature of the weapons. Yes, we pay a dear price, measured in mortal lives, for that feeling of control and power when firearms are used improperly. And yes, as a nation, we seem to have decided that this price is acceptable. But not just from insanity or evil. When violence does erupt, it finds its source in fear and anger and hopelessness more than it does in mental instability. Absent other comforts and certainties, is it any wonder that firearms become such a tempting salve?

Yet in giving in to that temptation, we pay another price, too. It’s harder to see but even more pervasive. It is the quiet, constant apprehension of the idea of the gun in the room, the truly silenced barrel of the firearm that probably doesn’t exist but might, and whose possible existence alters the way we think and behave.

That guns on campus are having their moment right now is no accident. The entire college experience, along with the supposedly prosperous young adulthood into which college spills out, is imploding under the weight of unprecedented apprehension. And worst of all: That apprehension isn’t even neurotic and overzealous. It’s entirely reasonable for young people to fear a future that has never been more tenuous.

There are reasons to fear on college campuses. But those fears are misdirected at hypothetical bad guys with guns against whom good guys with guns would prevail. We’d better spend our worry—and our legislative effort—de-escalating the massive anxiety among college students today. We can do that by providing the resources to teach them well as kids, to give them affordable opportunities to pursue higher education, and to help them secure productive places in society matched to their talents and capacities. The great tragedy and sorrow of the push to extend gun rights to every nook and cranny of American life is not that firearms make people feel greater power and greater control in those contexts. It’s that they are so stripped of that power and control that they should need to seek solace in guns in the first place.

IAN BOGOST is a writer, game designer, and contributing editor atThe Atlantic. He is the Ivan Allen College Distinguished Chair in media studies and a professor of interactive computing at the Georgia Institute of Technology.

El link original: http://www.theatlantic.com/education/archive/2016/03/campus-carry-anxiety-age/472920/

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