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México: Asesinan al activista José Artemio López en Chiapas

Por: Elio Henríquez/La Jornada

El también docente coordinó la Marcha por la Paz el 12 de octubre para exigir el cese de la violencia de bandas criminales.

El profesor José Artemio López Aguilar, uno de los activistas que acompañaba la lucha de los pobladores de Chicomuselo contra la violencia generada por el crimen organizado en la sierra y la frontera de la entidad, fue torturado y asesinado la madrugada de ayer en su domicilio, ubicado en dicho municipio.

Vecinos informaron que alrededor de las 3 de la madrugada sujetos armados irrumpieron en la casa del maestro, en el barrio Las Salinas, amarraron a la esposa del docente, le quitaron su celular, lo apalearon, le cortaron el cuello y después le dispararon en la frente.

López Aguilar, de 50 años, coordinó la Marcha por la Paz que realizaron miles de habitantes de Chicomuselo el pasado 12 de octubre para exigir el cese de la violencia provocada por grupos delincuenciales que se disputan el territorio en la zona limítrofe con Guatemala.

El docente, quien era militante de Morena, daba clases en la telesecundaria del ejido Josefa Ortiz, y era secretario de la delegación D-II-78, sección 40, de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

Lo ultimaron en su casa frente a su esposa e hijos

Los asesinos llegaron como lo hacen los cobardes: refugiados en la oscuridad, con alevosía torturaron a nuestro compañero frente a su esposa y sus dos hijos, externaron los lugareños en un comunicado.

Agregaron que “sin duda, esta es una reacción a la protesta de miles de almas que, hartas de la violencia del crimen organizado y de la indiferencia del gobierno, decidieron salir a manifestarse hace 10 días.

A últimas fechas estaba muy invo-lucrado en la lucha, la gente empezó a confiar en él porque estaba muy interesado en que hubiera paz en el municipio. No esperábamos este crimen, lamentó un poblador.

Explicó que en los últimos documentos que López Aguilar redactó, pedía al gobierno federal aumentar la presencia de uniformados en el área y organizar una reunión entre las autoridades y los afectados por la inseguridad en la región.

Personal de Protección Civil y del Ejército Mexicano acudió al domicilio del maestro para levantar el cuerpo, el cual, más tarde fue velado en la casa de su padre, Artemio López, en la cabecera municipal.

El comité ejecutivo de la asamblea estatal democrática de la sección 40 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, condenó “enérgicamente la ejecución extrajudicial” de José Artemio López.

En el gremio magisterial, la violencia de Chiapas ha ocasionado que varias escuelas se mantengan cerradas y ha cobrado la vida de dos docentes, que se suman a las múltiples víctimas de crímenes de lesa humanidad, agregó. La disputa por el territorio en Chicomuselo, Frontera Comalapa y otros municipios localizados en la sierra y en los límites con Guatemala, se agravó hace más de dos años cuando miembros del cártel de Sinaloa se dividieron y algunos se integraron al de Jalisco Nueva Generación, lo que ha ocasionado enfrentamientos, asesinatos, desapariciones y cobro de derecho de piso.

Fuente de la información e imagen:  https://www.jornada.com.mx

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México: Recobrar en la UNAM el sentido comunitario, propone Laura Acosta

Por: Lilian Hernández Osorio

 

Ante las situaciones de violencia que enfrentan docentes, alumnos y personal administrativo dentro y fuera de la UNAM, la meta para Laura Acosta es lograr una institución «que viva con paz, sin violencia y con elementos de colaboración que permitan tejer de nuevo el sentido comunitario». Foto ‘La Jornada’

Ciudad de México. Ante las situaciones de violencia que enfrentan docentes, alumnos y personal administrativo dentro y fuera de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la meta para Laura Acosta Torres es lograr una institución que viva con paz, sin violencia y con elementos de colaboración que permitan tejer de nuevo el sentido comunitario, mismo que, considera, se ha perdido.

La directora de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), unidad León, fue la primera de los 10 aspirantes a la Rectoría en presentar su proyecto en Tv UNAM, donde tuvo un espacio de 12 minutos para dar a conocer lo que haría en caso de llegar a ser la primera rectora de esa institución.

En su presentación hizo énfasis en defender la autonomía, ejercer la democracia universitaria transversal, brindar atención sicoemocional a los estudiantes y atender la violencia de género de manera urgente, así como renovar los modelos educativos en todos los niveles académicos para formar jóvenes líderes.

Me comprometo a ejercer una gestión cercana con la comunidad, con apertura al diálogo, con escucha activa y empatía, y tener un manejo de los recursos con transparencia y rendición de cuentas, a trabajar con un modelo de educación inclusiva que permita equidad, que impulse la movilidad y la permeabilidad social para contribuir con el desarrollo de nuestro país, puntualizó la doctora en ciencias, quien también fue la primera entrevistada en el noticiero matutino de Radio UNAM.

Acosta Torres es la más joven de las tres mujeres aspirantes que entrevistará la Junta de Gobierno de esta casa de estudios y ayer presentó su proyecto en los medios oficiales de la universidad por-que los 10 aspirantes pasarán en orden alfabético.

El segundo en la lista fue Sergio Alcocer Martínez de Castro, quien asegura que la casa de estudios requiere ponerse al día para enfrentar los retos que se avecinan, evolucionar y construir la universidad del futuro.

En el espacio televisivo, también de 12 minutos continuos, Alcocer aseguró que la autono-mía no se negocia, pero es necesario mantener una estrecha relación con los tres poderes de la unión, especialmente con el Ejecutivo y los gobernadores de las entidades donde la UNAM tiene sedes.

Necesitamos construir la universidad del futuro. Que nos permita ponerla al día, lograr que la UNAM de hoy sea mejor que la de ayer y sea mejor mañana, pero todo esto empezando con la solución de los problemas del presente, subrayó el ex director del Instituto de Ingeniería.

Es la segunda ocasión en la que Sergio Alcocer se registra en el proceso de sucesión para la Rectoría de la UNAM. Hace ocho años también estuvo entre los 10 finalistas seleccionados por la Junta de Gobierno, pero fue designado Enrique Graue, quien en ese momento era el director de la Facultad de Medicina.

En esta ocasión, Alcocer afirmó que cuenta con una amplia trayectoria dentro de la universidad que le permite conocer lo que se requiere y cómo hacer ajustes en los aspectos que están fallando.

Fuente de la información e imagen: https://www.jornada.com.mx

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Aprendizaje y violencia vicaria

Concientizar sobre la violencia vicaria, sus causas y consecuencias, puede contribuir a cambiar paradigmas…

“El abuso emocional es como el aire en una habitación cerrada. No se puede ver, pero lo sientes todo el tiempo”. – Beverly Engel

La violencia vicaria, un término que hace referencia a la ejercida contra una persona con el objetivo principal de causar daño a otra, como es el caso de la infligida a través de los hijos como medio de daño hacia la madre o hacia el padre, ha emergido como una problemática profunda que no solo atañe al ámbito doméstico, sino que también tiene ramificaciones significativas en otros aspectos de la sociedad.

Este tipo de violencia, que puede manifestarse desde la manipulación emocional hasta acciones tan extremas como el homicidio, es una alarma que no podemos ignorar. Va más allá del daño físico; desgarra el tejido emocional y psicológico de los niños, dejando heridas que pueden persistir a lo largo de sus vidas. Estos daños no solo se reflejan en la dinámica familiar, sino que también se manifiestan en el entorno escolar, afectando el aprendizaje, el comportamiento y las relaciones interpersonales.

La exposición a la violencia vicaria puede tener múltiples efectos negativos en la escuela, como puede ser falta de concentración, menor rendimiento académico, problemas de memoria, ausentismo, desinterés, dificultades en las relaciones sociales o comportamiento, baja autoestima, desmotivación, trastornos del sueño, ansiedad, depresión entre otros.

La preocupación sigue cuando consideramos el impacto en el entorno escolar. Los daños psicológicos que los niños experimentan en sus hogares se manifiestan en el aula de manera silenciosa pero devastadora. Los menores pueden llevar consigo el dolor y la confusión que les ha sido impuesto, lo que afecta su capacidad para relacionarse con sus compañeros y docentes. La violencia escolar puede ser una consecuencia directa de la violencia vicaria.

Las relaciones interpersonales también se ven afectadas. Los niños pueden desarrollar patrones de conducta que dificultan la formación de amistades sólidas y relaciones saludables. La confianza en las figuras de autoridad, como directivos y docentes, puede verse erosionada debido a la traición que han experimentado en el hogar.

En este contexto, la escuela juega un papel crucial. Reconocer las señales de trauma y ofrecer un ambiente seguro y comprensivo puede marcar la diferencia en una vida. La educación emocional y la promoción de relaciones respetuosas son esenciales para contrarrestar los efectos negativos de este tipo de violencia.

Por otro lado, las familias también tienen un papel fundamental en la prevención y abordaje de esta problemática. Fomentar la comunicación abierta y el apoyo emocional en el hogar puede ayudar a los niños a sanar y a construir una base emocional sólida. La educación sobre la importancia del respeto y la igualdad en las relaciones familiares puede contribuir a romper el ciclo de violencia.

Es esencial que como sociedad nos informemos y tomemos acción. Concientizar sobre la violencia vicaria, sus causas y consecuencias, puede contribuir a cambiar paradigmas y fomentar un ambiente en el que los niños puedan crecer sin ser víctimas de la crueldad y el control. Porque la educación es el camino…

Fuente de la información e imagen:  https://profelandia.com

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Las Escuelas Normales Rurales, patrimonio del pueblo de México

Las Escuelas Normales Rurales, patrimonio del pueblo de México

Luis Hernández Navarro es sobre todas las cosas un rescatador de historias de lucha del México profundo. Una pluma comprometida con el poder de encontrar aquellas anécdotas que logran captar esencias.

En La pintura en la pared (Fondo de Cultura Económica, 2023) por medio de historias heroicas de algunos normalistas rurales, nos acerca a la comprensión de las Normales y los normalistas rurales como sujetos históricos.

La pintura en la pared es un libro que viene a dar la batalla cultural en defensa de los normalistas y las Normales Rurales. A través del rescate de historias brillantes del normalísimo rural combate a las campañas negras en su contra. Mostrando la actualidad y urgencia de estas escuelas como formadoras de los profesores de las comunidades campesinas de nuestro país. Profesores y profesoras de una madera especial, forjados en la vida de Normales Rurales, en sus aulas, sus comedores y sus internados. Conocedores de las comunidades campesinas e indígenas a las que pertenecen. Formados en el saber necesario para dar clases, pero también en hábitos de vida, en las tareas del campo, en capacidades de organización y en las artes.

Pero el aporte de las Normales Rurales no solamente se centran en lo educativo, sino que han sido desde su nacimiento semilleros de líderes y luchadores sociales. Participes en los movimientos sociales más importantes de nuestro país. De esta faceta da cuenta Luis Hernández Navarro, recorriendo biografías de profesores rurales que han hecho de la lucha social, una forma de vida. Algunos de ellos perdiendo la vida en la lucha.

Son ya más de 100 años de existencia de las Normales Rurales y son también cien años de resistencia. Ya que las características de los normalistas rurales los hace que sean perseguidos y reprimidos. La violencia en su contra es una constante a lo largo de su historia, desde la primera normal rural, pasando por 1968 a Ayotzinapa y hasta nuestros días.

Luis Hernández Navarro presenta una constelación de puntos brillantes que permite acercarse a las Normales y normalistas rurales. Historias, anécdotas y biografías que permiten observar cómo en esas escuelas, hombres y mujeres se cargan de futuro y abren horizontes para un mejor país, igualitario, justo y democrático. Resistiendo y persistiendo en su papel como sujetos históricos. La pintura en la pared logra el cometido de adentrarnos en la comprensión y en la valoración de esta experiencia heroica que es ya patrimonio del pueblo mexicano.  ¡Gracias compañero!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-normales-rural-patrimonio-del-pueblo-de-mexico/

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México – Necesaria reforma a pensiones para subsanar crisis financiera de la UMSNH: DGESUI

Necesaria reforma a pensiones para subsanar crisis financiera de la UMSNH: DGESUI

La directora de Educación Superior Universitaria resaltó que, pese a que hay avances, la Michoacana recibe cada final de año un recurso extraordinario de 100 millones de pesos

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- Carmen Enedina Rodríguez Armenta, directora general de Educación Superior Universitaria e Intercultural (DGESUI) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), aseguró que a la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) tiene que reformar el sistema de pensiones de sus trabajadores administrativos para salir de la crisis financiera que por varios años ha atravesado.

En el marco de su visita a la capital del estado para la conmemoración del 106 aniversario de la Casa de Hidalgo, Rodríguez Armenta recordó que en 2018 eran 11 las universidades a nivel nacional que atravesaban una crisis de las cuales, al día de hoy permanecen en la misma situación, 5, entre ellas, la Universidad Michoacana.

En ese sentido, mencionó que los trabajadores académicos ya hicieron su proceso de reforma, sin embargo, aún está pendiente la reforma para los trabajadores administrativos, la cual, dijo, es natural, ante el aumento de la esperanza de vida, toda vez que los trabajadores se jubilan a los 25 años de servicio, con 50 a 60 años de edad, mientras que la esperanza de vida es de más de 80 años.

“Es nada más volver a revisar el estudio actuarial, ponerse de acuerdo, creo que la rectora ha hecho una excelente gestión en el sentido del acercamiento que tiene con los sindicatos, eso nos da mucho gusto y mientras sigan cumpliendo, mientras siga estando la universidad estable podrá contar con el apoyo”, sentenció.

Por otro lado, la funcionaria federal resaltó el trabajo de la actual administración nicolaíta en la optimización de recursos, lo que ha permitido que este año no tengan preocupación por cumplir con sus obligaciones financieras como en otros años.

Adelantó que cada final de año, la federación y el estado entregan a la Máxima Casa de Estudios en la entidad cerca de 100 millones de pesos extraordinarios para que puedan cerrar sus compromisos, por lo que este año no será la excepción, siempre y cuando, dijo, la universidad cumpla con lo que se le solicite.

La titular de la DGESUI dejó en claro que la federación apoyará y acompañará a la universidad siempre que se necesite dinero para ampliar la cobertura, toda vez que en ese tema sí hay una clara justificación de un ejercicio presupuestal mayor y no para mantener el régimen actual de pensiones.

“Es un dinero para ampliar la cobertura y Michoacán se lo merece. Estoy segura que muchos jóvenes que no pueden alcanzar el dictamen de admisión porque no alcanzaron cupo y lo que necesitamos es que cada vez más jóvenes puedan acceder a las aulas universitarias».

La educación te da movilidad social, te permite una mejor condición de vida, entonces sí se requiere dinero para eso, no va a ser específicamente de esta parte y vamos a acompañar a la universidad en estos proyectos de expansión que tiene”.

Finalmente, la funcionaria federal detalló que además de la Michoacana, las universidades que también atraviesan por una crisis son la de Morelos, la de Nayarit, la de Durango y la de Zacatecas, algunas tienen que ver por cuestiones de las prestaciones, el incremento de profesores o, como en el caso de la Universidad Michoacana, por el tema de las jubilaciones.

Fuente de la Información: https://mimorelia.com/noticias/educacion/necesaria-reforma-a-pensiones-para-subsanar-crisis-financiera-de-la-umsnh-dgesui

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México: Audelia Pastrana, la cuentacuentos que revitaliza su lengua zapoteca

Por: Diana Manzo

 

Unión Hidalgo, Oaxaca. Es de noche y en la galería Gubidxa, un espacio cultural e independiente de esta comunidad zapoteca, una mujer con voz grave, fuerte y hablando en zapoteco comienza a narrar su niñez. Su nombre es Audelia Pastrana Vera, tiene 48 años de edad y es una cuentacuentos zapoteca que revitaliza su lengua como resistencia.

Rodeada de asistentes y vestida con su enagua y huipil, Audelia habla de sus experiencias de cuando era niña en la séptima sección de Juchitán, Oaxaca, de donde es originaria y lo hace hablando su lengua materna. Posteriormente habla de los árboles, del valor de este ser natural y su relación con los seres humanos y la vida. Con esta temática, habla de Damián y su padre, y envuelve a los espectadores y los lleva a pensar sobre los diversos árboles con los que se han relacionado a lo largo de su vida.

A esta charla, a la que fue invitada por el maestro jubilado Víctor Fuentes, quien además es activista ambiental y defensor cultural, Audelia habla para todo tipo de público, desde menores de edad hasta adultos mayores, así como hombres, mujeres y personas de la diversidad sexual.

Tras recibir aplausos por su cuento, Audelia escucha con atención cada una de las narraciones orales- en español y zapoteco- de los asistentes y reitera que narrar cuentos es una de sus pasiones.

Entrevistada para Desinformémonos al término de su narración, explica cómo fue su contacto con el mundo literario, en el cual se ha destacado como una cuentista tradicional que donde quiera que va, lleva su lengua.

“Fomento la lectura, porque pienso que los libros son un recurso maravilloso, que es un lugar seguro, incluso salvavidas, y lo hago en mi lengua zapoteca porque es una forma de enseñarles lo maravilloso que es leer”, dijo.

Para ella, dialogar en zapoteco es una forma de preservar una lengua y que siga viva. Audelia lleva 12 años de narrar historias. Su primera vez fue cuando la maestra de preescolar de su hijo la invitó, y ahí pudo darse cuenta de que podía, que hubo conexión con las niñas y niños, que le ponían atención, y eso la motivó.

Confesó que sus primeros cuentos fueron en español, y así recorrió muchas escuelas. Finalmente cuando llegó con escuelas que sólo hablan el zapoteco, lo pensó muy bien, pues durante 18 años migró a la Ciudad de México y su memoria “estuvo dormida”. Sin embargo, al regresar se integró a la comunidad y sintió la necesidad de hacerlo en su lengua.

“Quiero que el despertar de todos los que me escuchan sea a tiempo, porque considero que soy útil para mi comunidad, que es un complemento en este transitar de vida”, señaló durante la entrevista.

Contenta y feliz de compartir lo que sabe hacer, Audelia es madre de tres hijos, y lo mejor para ella en estos momentos es que los niños y jóvenes aprendan su lengua materna, porque es parte de su identidad.

“Cuento cuentos porque me gustaba contar las historias desde siempre, escucharlas y leerlas, siento que me transporto y que he viajado mucho con los libros”, reiteró.

Audelia tiene una larga trayectoria que comenzó desde el 2011, ha participado en diversas ferias de libro llevando la lengua de sus ancestras y asegura que seguirá haciéndolo porque representan lo suyo, lo que de la raíz recibe, como una forma de resistir ante el mundo globalizado.

“El zapoteco es identidad, y tengo la fortuna de que más niños lo aprendan, entonces con los cuentos muchos se han identificado, y eso es más que satisfactorio, porque de eso se trata, de revitalizar, de darle vida a lo nuestro, a lo que somos todas y todos”, concluyó.

Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org
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Opinión | ¿El poder de las palabras o las palabras del poder?

Por: Andrés García Barrios

No aprendemos a escribir para emprender un viaje de descubrimiento. Nos enseñaron la letra escrita para que aprendiéramos a leer: a leer lo que otros escriben, y a escribir lo que otros nos dictan.

Desde que empecé a publicar en este Observatorio, me dio por agrupar mis escritos en series, bajo distintos títulos: El ritual escolarLa educación que queremos, Los expertos como discípulos… Ahora se me ha ocurrido una nueva categoría, inspirado por el comentario de una amiga, quien para referirse a mis textos dijo que éstos la motivan a “hacer comunidad”. Tal halago me gustó muchísimo, y me dio ganas de concentrarme en ese tema: hacer comunidad es, en efecto, uno de los esfuerzos que me parecen más importantes en el contexto actual y por supuesto en la pedagogía de todos los tiempos.

Sin embargo, como siempre en mi caso, apenas me surge una idea, aparece detrás de ella su estela de duda. En este caso, la siguiente: ¿se puede hacer comunidad a través de la escritura? Es decir, ¿es posible comunicarse por este medio? Comunicarse realmente, en el sentido de un ir y venir; no solo de emitir un mensaje sino de tener una réplica a éste (sin esa replica, la comunicación se convierte más bien en pura emisión de información; tal es la crítica que se ha hecho a los medios de comunicación, diciendo que en realidad son sólo canales informativos).

Pero, bueno, ¿escribir no es también una actividad unilateral? Esta pregunta no es banal en un espacio como el del Observatorio, donde entre otras cosas se escribe sobre educación; ni lo es para quienes al parecer no sabemos hacer otra cosa que escribir (éstos, si de verdad queremos hacer comunidad, tenemos que recurrir a ello, o de lo contrario conformarnos con que nuestra comunidad se limite a aquellos con los que convivimos a diario).

Saber si uno puede hacer comunidad por escrito es pues una preocupación en la que vale la pena detenerse. San Pablo ─que solía comunicarse con su comunidad por carta─ afirmaba que “la letra mata”, refiriéndose a que lo escrito estrangula ese espíritu que la palabra hablada ─la voz, el aliento─ sí puede transmitir. ¿Será verdad? Para responder habrá que dar un rodeo y empezar por aclarar si de verdad las letras no existen en el lenguaje hablado y son solo materiales para la escritura.

Una importante hipótesis lingüística dice que nuestro discurso hablado constituye un continuo sin divisiones, de tal suerte que en él es irrelevante el que las cosas se llamen o deban decirse de una forma o de otra; tales separaciones solo aparecen cuando nos detenemos a analizar lo dicho. Así, las abstracciones que conocemos como letraspalabras y oraciones son resultado de un proceso paulatino que empieza ─inventemos un poco de historia─ cuando a un ser humano se le ocurre que así como un palo clavado a la mitad del camino puede significar “pasé por aquí”, un garabato puede representar un fragmento de habla. Acto seguido (es decir, siglos después), mientras afina su garabateo (su escritura), ese ser humano se da cuenta de que las cosas que enuncia, por diferentes que sean (palopasoslejos), tienen elementos comunes (aaaaa… ppppp… sssss…) y que también éstos se pueden representar con garabatos distintos.

Son las letras.

Sí, las letras, unidades mínimas a las que llega la ciencia de la enunciación, elementos formales de incalculable meticulosidad y rigor, tanto que en un lejano futuro, un genial compositor musical descubrirá su básica y poderosa marcialidad y las pondrá a desfilar como un ejército (estoy hablando por supuesto de Cri-Cri, el Grillito Cantor mexicano, que en su maravillosa Marcha de las Letras, dirá):

Primero verán
que pasa la A…

Parece que estoy jugando, pero los pequeños que empiezan la primaria saben muy bien la seriedad con la que hablo. El poder de la letra es tal que en cuanto dejamos de escribir, la palabra recobra el aliento y retorna a ese fluir suyo en que no se distinguen vocales de consonantes, ni palabras de frases,ni frases de oraciones (¿recuerdan esos textos antiguos en que no existían todavía los signos de puntuación? Sí, se parecen a los de muchos de nuestros alumnos).

Hablar y escribir son funciones del lenguaje completamente distintas, casi opuestas.

Y es que, fíjense: en el hablar, la continuidad no existe sólo dentro de lo que uno dice sino también en lo que el otro responde. Por eso es posible comparar una mesa de discusión con una de ping pong, en la que la contestación se espera como un eco, como algo que es natural que vuelva (cada vez que no hay respuesta, el encuentro se acerca tristemente a su fin).

Yuval N. Harari, el historiador israelí, nos dice que ese ir y venir del habla, ese fluir de aquí para allá y de una persona a otra, es el factor que permitió sobrevivir a nuestra especie: según él, las comunidades humanas prosperaron gracias al chismorreo, mediante el cual los incipientes humanos hablaban entre sí acerca de sus semejantes y gracias a ello pudieron constituir colectivos más grandes que sus antepasados simios, quienes para conocerse entre sí (y cuidarse unos de otros o formar alianzas) sólo contaban con la experiencia directa. El lenguaje permitió a los humanos justamente comunicar ya no sólo hechos presentes (“¡Ahí viene el león!”) sino también experiencias pasadas y expectativas a futuro:

─ ¿Por qué vienes herido?
─ ¡Porque ese hombre me golpeó!
─ ¿Y por qué te golpeó?
─ Para quitarme mi comida.
─ Tendré cuidado con él.

Pues bien, en la escritura el flujo natural del habla parece en riesgo.

En una aseveración perfectamente iconoclasta, Paul Valery, el gran poeta francés, decía que leer poesía es un acto solipsista (o sea, individual hasta el hermetismo) disfrazado de comunicación, de convivencia. O sea, quien lee poesía cree que se está comunicando con alguien pero en realidad sólo está en contacto consigo mismo; igual le pasa al poeta, que cree que habla en presencia de otro y está solo, solo y su alma.

─ ¿Eso decía Paul Válery?
─ Sí.
─ Tendré cuidado con él.

Sí, tendré cuidado con él, y es que al menos yo, mientras escribo esto, no puedo quitarme de encima la radical certidumbre de que estoy en contacto con alguien, específicamente con usted, estimada lectora, estimado lector (suelo decir “querido lector”, pero ahora reduzco el término a “estimada(o)” para que ─si Valery tiene razón y usted no existe─ no me duela tanto; es decir ─fuera de bromas─, no estoy seguro de que usted exista, pero al mismo tiempo tengo una radical certidumbre de que sí está ahí).

Ahora veamos cómo este optimismo mío casi de inmediato se topa de frente con otra de las formas en que la letra mata.

En estos tiempos en que el Observatorio me publica de forma regular, se me han abierto también las puertas a esa casta que desde los anales de la historia forman quienes gozan de un público que los lea. A esta casta ─a la que algún día se le llamó de escribas─ ahora le llamamos de intelectuales. Durante siglos, sus miembros formaron un grupo pequeño, aunque muy poderoso (quizás la escritura misma surgió como un arma de poder), que fue extendiendo su influencia hasta que un día se apropió de la enseñanza entera (y con ello de las escuelas) y finalmente ─con la llegada de la modernidad y la democracia─ se impuso al mundo entero.

Su arma principal se llama alfabetización.

La alfabetización ─ese bien tan preciado que incluso se le ha considerado condición para la libertad─ sólo en muy pocos casos ha tenido la intención de que todos aprendamos a hacer comunidad por escrito. No nos engañemos, la verdad es que no busca que expandamos nuestro espíritu, como quería San Pablo, ni quiere darnos la oportunidad de entendernos a nosotros mismos y a los demás a través de la expresión escrita de nuestras ideas y emociones. No aprendemos a escribir para saber qué hemos estado pensando, ni para emprender un viaje de descubrimiento ni para poner en práctica todas esas hermosas y profundas máximas que se pueden encontrar si se googlea: “Frases sobre escribir”.

Si nos enseñaron la letra escrita fue para que aprendiéramos a leer: a leer lo que otros escriben, y a escribir lo que otros nos dictan. Enfocados en lo escolar, ¿no es cierto que tomar apuntes y repetir lo apuntado en un examen, sigue siendo en la mayoría de los casos el punto culminante de la experiencia de aprendizaje, el hecho por el que más vale la pena estudiar? Claro que algunos audaces se atreven de vez en cuando a escribir cartas personales y que hay quien, osado, llega a redactar alguna experiencia propia (redactar, es decir, reducir a unas cuantas palabras el turbulento flujo de impresiones, vivencias y conocimientos que compone su vida). Pero escribir para comunicarnos de verdad, para hacer comunidad, para expresarnos públicamente y compartir algo… ¡Aaahhh, no, eso les está reservado a unos cuantos! No dudo de que si se pudiera enseñar a leer sin que se aprendiera a escribir, así se haría. A nadie o a muy pocos les interesa lo que escriban los no intelectuales: es triste pero la palabra escrita de esa mayoría está destinada a morir sin trascender o, en el mejor de los casos, a bogar como un mensaje en una botella en busca de un muy poco probable destinatario (baja probabilidad a la que por fortuna aún valoramos y a la que llamamos esperanza).

Y así entramos a la tercera forma en que la letra mata, es decir, al hecho de que la única manera que hay de aprender a expresarse por escrito, es haciéndolo. Como con todas las herramientas, sólo el ejercicio constante redunda en un cierto dominio. Esto es verdad tanto para el lenguaje hablado como para el escrito: si nadie te escucha, pierdes motivación para hablar; si nadie te lee, lo mismo. Los privilegiados por los medios nos vamos haciendo de más y más recursos, mientras que los que no son leídos, se quedan rezagados.

¿Es esto hacer comunidad? ¿Comunidad es que unos tengan recursos y otros no? La pregunta me recuerda algo que leí hace poco en un artículo del periódico El País, donde se mencionaba que la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) nunca ha tenido una rectora mujer, y se hacía la pregunta: “¿Se puede hablar de autonomía sin que exista igualdad de oportunidades?” Así también, ¿puede existir una comunidad ahí dónde unos escriben y otros tienen que conformarse con leer, o a lo sumo con correr el rumor?

A pesar de todas las críticas que se pueden hacer contra las redes sociales, muchos vemos en ellas un sitio en el que la población general empieza a ejercer su derecho a la expresión escrita. A los intelectuales y académicos nos causa escozor que los demás cuenten con ese recurso y que escriban en ellas con la misma asiduidad, concentración y autoridad con que lo hacemos nosotros en nuestros medios. Aunque considero legítima la preocupación por el aislamiento y la obsesión que pueden provocar, puedo decir que el empeño que los intelectuales ponemos en criticar las redes sociales más bien hace parecer que no soportamos perder el dominio de lo escrito. ¿Por qué creemos que nosotros podemos estar horas escribiendo, leyendo y contestando textos importantes, pero el resto de los mortales no? Según nosotros, los que no saben escribir y no tienen hábitos claros de creación y pensamiento, deberían dejar esas particularidades que tanto los ocupan y voltear a vernos, escucharnos y leernos (¡sin embargo, en vez de hacerlo, hasta se atreven a inventar su propia ortografía y gramática!).

Devolver a otros los recursos que hemos acaparado, no es fácil. Sin embargo, hay que tener claro que en el mundo actual no hay manera de pensar en una verdadera democracia sin crear una comunidad por escrito. La comunicación no está en los medios de comunicación sino en los fines de la comunicación (que somos las personas); no está en los intelectuales que saben y conocen, sino en los sentimentales ─los inteligentes emocionales─ que somos mayoría.

Abajo ─en este mismo espacio─ hay una sección de comentarios. Siempre voy a ella con la esperanza de escuchar lo que tengas que decirme, querida lectora o lector sí existente.  Estoy seguro de que lo mismo les pasa a todos mis colegas del Observatorio. Quiero creer que los recursos están dados para empezar a hacer de este espacioun lugar de encuentro.

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx

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