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Posición de la UTLA EEUU sobre el conflicto Palestino-Israeli

Declaración sobre el conflicto de Oriente Medio

Han surgido preocupaciones sobre las mociones sobre el conflicto israelí-palestino planteadas en algunas de las ocho reuniones del Área UTLA de este mes. Las mociones fueron debatidas y discutidas, y fueron aprobadas en algunas de las reuniones de Área. No aprobaron en todas las reuniones.

Esto es parte de nuestro proceso democrático como sindicato. Cualquier miembro de UTLA puede traer un tema a nuestras reuniones de Área para ser discutido y debatido. Las mociones que se aprueban luego se trasladan a la Cámara de Representantes de UTLA, nuestro órgano más alto de toma de decisiones, cuya próxima reunión tiene lugar en septiembre. Las mociones presentadas por los miembros de UTLA en las reuniones regionales del Área no son opiniones oficiales expresadas por UTLA o sus líderes electos.

El debate y el desacuerdo son esenciales para la democracia y para nuestra unión, incluso cuando hay emociones profundas y conflictivas en ambos lados.

Como educadores, nuestro trabajo es crear entornos enriquecedores y seguros para todos nuestros estudiantes. UTLA se opone al racismo, sexismo, antisemitismo, xenofobia, homofobia, islamofobia y opresión en todas sus formas. Nos oponemos tanto al odio y la violencia antijudíos como al odio y la violencia antiárabes dondequiera que ocurran, y denunciamos los recientes ataques contra el pueblo judío en Los Ángeles.

Lamentamos la pérdida de todos los niños inocentes que se han visto atrapados en medio de este conflicto. Deploramos la destrucción de escuelas en ambos lados y la necesidad de convertir los lugares de aprendizaje en refugios de emergencia para albergar a las personas desplazadas. Obtener una excelente educación pública es y sigue siendo un derecho humano sin importar en qué país o territorio resida. Este principio debería unirnos a todos como una comunidad global de educación pública.

https://www.utla.net/news/statement-middle-east-conflict

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México: Hibridación de la docencia

Hibridación de la docencia

Alberto Ramírez Martinell

Publicado por Pluma Invitada

En una reflexión anterior sugerí la construcción de un plan general para la hibridación de la educación superior en el que se contemplara la combinación de las modalidades educativas presencial y no presencial no solamente para dar certeza a las comunidades  académicas ante un latente regreso a las aulas sino para sentar una base para la actualización de la manera de operar de las instituciones de educación superior (https://www.educacionfutura.org/plan-general-para-la-hibridacion-de-la-educacion-superior/).

En esta entrega ahondaré en la propuesta de hibridación de la docencia, función de gran alcance e impacto para las comunidades académicas, distinguiendo una serie de beneficios y actividades que son sensibles a cada una de las modalidades educativas consideradas.

Con la premisa de que la docencia superior no se limita al discurso elaborado de los docentes, a la asignación de lecturas meticulosamente seleccionadas y a la resolución experta de situaciones problemáticas que bien pueden ser trasladadas al espacio virtual; debemos reconocer que a través de esta función sustantiva de la educación superior, los docentes en sus aulas transmiten actitudes, valoraciones y formas de ver el mundo, que resultan ser aspectos culturales necesarios para forjar a los estudiantes en cuestiones disciplinarias.

La presencia del docente orienta el eidos, hexis, ethos y aisthesis de los estudiantes, dimensiones bourdieunas que refieren, respectivamente, al sistema de estructuras cognitivas propias de una disciplina dada para organizar las visiones del mundo; las posturas, gestos y maneras de ser del cuerpo y para orientar al conjunto de valoraciones y disposiciones morales y estéticas propias del campo disciplinario de adscripción. El estudiante que al concluir su bachillerato ingresa a una carrera del área de ciencias de la salud, por ejemplo, con el tiempo adquiere no solamente conocimientos de medicina, sino que eventualmente se vestirá como doctor, percibirá a su entorno con los ojos de un profesional de la salud, escribirá como tal y eventualmente su cuerpo adquirirá la postura propia de un profesionista de la medicina.
En la modalidad presencial los docentes se cercioran de que los estudiantes hayan comprendido la lección, ejecutan ritos de docencia y de corrección de errores, además de transferir, a través de sus actos y conductas, la cultura propia del campo disciplinario. En la mayoría de las veces, las sesiones prácticas resultan intransferibles a la virtualidad, ya que el acompañamiento del docente, el entorno de la experiencia práctica, su contexto, maquinaria, equipamiento y acceso a materiales son parte de un entorno de representación física insustituible.

Por su parte, en la modalidad virtual de interacción sincrónica, los docentes pueden compartir con estudiantes y colegas sus discursos a través de sistemas de videoconferencias de duración limitada, enviar y recibir mensajes de voz o texto; y colaborar en la construcción de documentos compartidos. Asincrónicamente, la búsqueda de información en bibliotecas virtuales y bases de datos especializadas, la asignación de lecturas guiadas, el trabajo en plataformas digitales, la revisión de objetos de aprendizaje, el empleo de apps o software especializado para el procesamiento y análisis de datos, la producción multimedia y la redacción de textos, ensayos, reportes o tesis son recursos y actividades que el docente asigna para complementar la transmisión del discurso sincrónico y que además se puede enriquecer con actividades complementarias como la internacionalización en casa, la revisión de cursos abiertos masivos y en línea o MOOC o la conexión a conferencias de relevancia temática.

Adicionalmente, el estudio en la educación superior requiere de un trabajo fuera del aula y fuer de línea u offline en los que los estudiantes, desde sus casas, estudios o bibliotecas locales, estudian, realizan sus deberes, actividades de reflexión, lecturas, preparación de discursos, análisis de datos o ensayan sus prácticas performativas.

La docencia híbrida en este nivel educativo es mucho más que el e-reading con retroalimentación presencial o la combinación del discurso áulico con el trabajo en foros virtuales de discusión. Para hibridar esta función sustantiva de la educación superior debemos partir de cuatro premisas que nos permite dosificar el componente presencial con las actividades en línea o autónomas. Las premisas son:

1) La enseñanza práctica es una actividad propia del entorno presencial, aun cuando se pueda enriquecer por tecnologías digitales.
2) Lo experimental, el trabajo práctico profesional y la actuación en escenarios, talleres, laboratorios o espacios con equipamiento experto deben darse en los lugares adecuados; y de requerirse un regreso abrupto a las aulas, este tipo de actividad tendría que ser la que encabezara la lista de tareas por realizar.
3) Es necesario un sistema de corrección y de acompañamiento de estudiantes que es usualmente posible gracias a la actividad de geografía compartida.
4) Los ritos presenciales propios de la interacción que se da en el establecimiento escolar para la transferencia de la cultura disciplinaria son fundamentales para la formación profesional de los estudiantes de la educación superior.

Por su parte, el componente no presencial del modelo híbrido debe considerar como entorno de trabajo tanto al virtual como al del trabajo autónomo de los estudiantes, sea éste mediado por TIC o no.

En la virtualidad, el docente se encargará de presentar la teoría, el discurso temático o la asignación de deberes, ayudado por videoconferencias, videos asincrónicos, asignación de lecturas, consulta en bibliotecas virtuales, redacción individual o colaborativa de reportes, trabajo en la plataforma, revisión de presentaciones electrónicas, recursos interactivos o con servicios de web, apps o simuladores.

En la educación superior de financiamiento público, lo asincrónico resulta más democrático y accesible para los estudiantes. Por lo que resulta importante considerarlo como componente principal de lo virtual y en caso de recurrir a la videoconferencia como modo de interacción de la clase, vale la pena considerar una duración no mayor a 50 minutos para los discursos docentes. Esto servirá para organizar, de ser necesario, la rotación de la asistencia al aula, el acceso escalonado al recurso, su repetición o la generación de una versión asincrónica de la clase que sea empática, más manejable y que además considere que el trabajo prolongado frente a la computadora puede ser desgastante.

Con estas consideraciones, las IES podrán diseñar modelos de interacción híbrida en los que los estudiantes se beneficien tanto del valor de lo presencial como de la flexibilidad de lo virtual.

Alberto Ramírez Martinell, doctor en investigación educativa, es Investigador del Centro de Investigación e Innovación en Educación Superior de la Universidad Veracruzana | @armartinell

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/hibridacion-de-la-docencia/

 

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México: La izquierda es la oposición, no la derecha

La izquierda es la oposición, no la derecha

Los mexicanos y las mexicanas están a punto de celebrar una de las elecciones intermedias más grandes en la historia reciente del país. Unos comicios, en ese sentido, históricos, en términos cuantitativos, debido a que, en los últimos años, el andamiaje y la normatividad electoral trabajaron por hacer concurrir en las mismas fechas al grueso de las elecciones locales en el territorio nacional con las respectivas a la renovación de la Cámara de Diputados.

Pero unas votaciones históricas, asimismo, por todo lo que se juega en ellas para definir el rumbo que habrá de tomar la política nacional no sólo en lo concerniente a los siguientes tres años, cuando de nuevo, en 2024, se deba renovar la presidencia, el Senado, la Cámara, una decena de gubernaturas y congresos locales, así como un millar de presidencias municipales, sino, sobre todo, porque es a partir de este momento que, por lo menos para la izquierda mexicana, debe comenzar a tomar cuerpo un proyecto de carácter transexenal que ahonde en los logros hasta ahora alcanzados.

Y es que, en efecto, si bien es verdad que todas las elecciones que se celebran en el marco de la política nacional son cruciales, en cierto sentido, debido a que cada uno de los comicios ganados o perdidos por determinadas plataformas e intereses suponen una derrota de múltiples y diversas alternativas económicas, políticas, culturales, históricas, etc.; lo que es particularmente relevante y esencial de las que se celebrarán el domingo seis de junio es que en ellas lo que se disputa de fondo no es únicamente una redistribución de partidos en municipios, gubernaturas y legislaturas: los reacomodos partidistas en puestos de elección popular, después de todo, no son sólo eso: reacomodos, refrendos o renovación de perfiles personales tendientes a impactar en la aritmética electoral.

Por lo contrario, aquí y ahora, en los próximos comicios, hay, por lo menos, tres grandes apuestas que están en juego: la de escala continental y hemisférica, la nacional, vista desde las necesidades del presente; y, por último, la nacional, pero apreciada desde el punto de vista de las exigencias del futuro. Hay, por supuesto, muchas más cosas implicadas en diversas y múltiples escalas espaciales y temporales, pero, en términos generales, es en estos tres frentes de la disputa política en los que se articulan todas esas variaciones o particularidades.

Así, por ejemplo, en lo concerniente al plano continental y hemisférico, lo que es un hecho es que las votaciones en México no son unas elecciones más si se toma en consideración, por principio de cuentas, la potencia que en toda América y en el resto de Occidente comienzan a tener las plataformas políticas y las apuestas partidistas de la extrema derecha, en sus distintas variaciones (conservadora, liberal, neoliberal, oligárquica, etc.). Ya sea que en la actualidad se encuentren en funciones de gobierno, (como en Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y Ecuador, en la región; Portugal, Hungría, Polonia e Italia, en Europa); o que, por lo contrario, se hallen en la posición de la fuerza política más pujante y con mejores perspectivas a futuro de conformar gobiernos nacionales (como en Alemania, Estados Unidos, Francia o España, por un lado; México, Bolivia, Perú, la mayor parte de Centroamérica y Venezuela, por el otro), lo que es innegable es que hay una tendencia más o menos generalizada en todo Occidente que apunta a incrementar la presencia, el alcance y la profundidad de las agendas promovidas desde esos espectros políticos-ideológicos.

Agendas, no sobra señalarlo, que además de tener en común notas como el clasismo, el sexismo y el racismo más abiertos y perniciosos, coinciden en tener por mantra que guía su actuar el de agotar, hasta sus últimas consecuencias, los efectos de las múltiples y diversas crisis por las cuales atraviesan todas las sociedades alrededor del mundo, como lo es la climática: vía su negación y el apelar a la intensificación de la explotación de recursos naturales al redor del planeta. Es decir, votar por estas derechas no tiene un impacto sólo en los distintos sistemas de pesos y contrapesos políticos-partidistas en los Estados nacionales en los que ganan cada vez más posiciones privilegiadas de poder o de toma de decisiones: el riesgo que se corre con estas pretendidas oposiciones es que las agendas que promueven, en muchas de sus aristas, son un atentado abierto en contra de las condiciones de posibilidad de subsistencia de toda la especie humana, como ocurre cuando promueven iniciativas para privatizar recursos vitales, como el agua (o, igual de grave que ello, cuando la convierten en un valor del mercado bursátil, para especular con ella).

De ahí que, lo que para sendos sectores de la sociedad civil constituye apenas un cambio de partidos dominantes sin mayor trascendencia que un reparto distinto de los recursos públicos sea, en realidad, un voto de confianza por posturas políticas que deciden sobre la vida y la muerte de millones de personas, en los términos más directos o a través de la intensificación de la explotación capitalista de los seres humanos y de otras especies de animales.

El Estado mexicano, al contar con uno de los territorios más ricos en diversidad natural, se coloca, así, en la primera línea de disputa de las grandes potencias y de las corporaciones transnacionales en la medida en que es objeto de apropiación de esas potencias y de esas corporaciones no únicamente para incrementar sus márgenes de acumulación, concentración y centralización de capital, sino, asimismo, en la medida en que constituye uno de los cada vez más escasos territorios cuya vastedad de recursos permitiría, a quien se los apropie y explote, hacer frente a los estragos de la crisis climática que hoy amenaza con exterminar a la totalidad de la humanidad si no se revierte el rumbo hasta ahora seguido por el capitalismo.

Una victoria electoral de las derechas unidas en la plataforma Va por México, en esa línea de ideas, implicaría no únicamente regresar a un modelo de explotación de la riqueza natural y social del tipo neoliberal (en la medida en que la versión dominante de la extrema derecha en México es, precisamente, la de tipo neoliberal, hoy personificada, en primera instancia, por el panismo y por eso que se ha dado a conocer, desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, como el nuevo priísmo). Significaría, por lo contrario, acelerar, agudizar e intensificar: radicalizar, en toda la extensión del término, las lógicas que determinaban a ese modelo de dominación respecto de la manera en que operaba con anterioridad a la victoria de López Obrador en los comicios de 2018. Es, de hecho, en esta coyuntura en la que debe de leerse la tentativa del gobierno actual por disputar la soberanía energética y la rectoría gubernamental en el aprovechamiento de los recursos naturales que ha defendido en los últimos dos años, pues de lo que se trata no es simplemente de dejar de explotar esos recursos, sino, en primera instancia, de recuperarlos para la nación y, en seguida, de darles un uso social que permita construir las condiciones necesarias de subsistencia de la sociedad a la catástrofe que se avecina.

Visto lo anterior desde el punto de vista de lo que una victoria de las derechas mexicanas significaría, en el plano nacional, de cara a las necesidades del presente en este país, lo primero que se aprecia es que, evidentemente, estos primeros tres años de gobierno del proyecto político de López Obrador no han sido suficientes para romper las amarras que durante décadas tejieron los intereses de las grandes corporaciones, nacionales y extranjeras, para ser ellas y una élite reducida quienes disfruten de los beneficios que les provee el modo de explotación neoliberal de la riqueza natural del territorio (pero también del trabajo humano, de la riqueza social basada en el tiempo de trabajo del grueso de la población). Lograr avanzar en esa dirección, en la que se consiga asegurar mejores condiciones de vida para los sectores que tradicionalmente han sido los más expoliados por la política y la economía nacionales depende, sí o sí, de que en los gobiernos municipales, en las gubernaturas, en los congresos locales y en el Congreso federal no se instauren intereses políticos y empresariales adversos a ese proyecto de nación.

Así pues, la consigna de votar TODO POR MORENA, no es, de ninguna manera, una bandera dogmática popularizada por el núcleo duro de la militancia de ese partido político. Por lo contrario, la utilidad de ese voto unificado hacia el partido y el proyecto del actual presidente de México radica en que un cambio en la correlación de fuerzas que ahora existe modificaría de manera radical las capacidades de control y de dirección del Estado y de su andamiaje gubernamental por parte del presidente y sus colaboradores y colaboradoras más leales a la visión de país y de nación que tiene el jefe del ejecutivo.

Nunca, como ahora, ha sido tan importante que la sociedad civil mexicana comprenda que la existencia de poderes fácticos, por fuera de las instituciones del Estado, es una realidad palpable y que, en ese sentido, el hecho de que el partido del presidente cuente con mayorías aplastantes en el Congreso federal, en algunos congresos locales, en presidencias municipales y gubernaturas, no necesariamente significa que el gobierno federal en funciones no tiene contrapesos o no se enfrenta a intereses con todas las capacidades necesarias para frenar los avances que se proponen para contar con una sociedad más justa, democrática y libre. Una parte importante de la prensa y de los medios de comunicación, de la sociedad civil organizada y del empresariado se halla en ese frente de batalla: instaurando sentidos comunes que buscan deslegitimar las decisiones que se toman, frenando las decisiones gubernamentales a través de bloqueos empresariales y, por supuesto, constituyendo frentes electorales pretendidamente democráticos, pero sin realmente serlo.

No hace falta más que echar un pequeño vistazo a la historia de las izquierdas que se hicieron gobierno en América, a lo largo de las últimas dos décadas, para alcanzar a comprender que, cuando la correlación de fuerzas se modifica para otorgarle mayor peso a la oposición de derecha y restarle incidencia a la izquierda gobernante lo que sucede es una parálisis absoluta cuyo impacto principal se deja sentir en la descomposición de la vida civil y en el empeoramiento de las condiciones materiales de vida de las capas medias y, sobre todo, las más empobrecidas de la sociedad. Y es que, por mucho que a la teoría política liberal le guste defender la instauración de gobiernos divididos (un partido dominante en el poder ejecutivo y otro en el legislativo), la realidad oculta de esa defensa es que, cuando la izquierda tiene que gobernar desde una posición de debilidad, por no contar con mayorías en otros poderes o en otras escalas territoriales de la política nacional, eso, históricamente, siempre se traduce en un bloqueo total de las capacidades de la izquierda de hacer valer su agenda.

Parálisis total y no sólo retroceso es lo que se avecina en la escena política mexicana si el proyecto de López Obrador comienza a perder terreno, posiciones de fuerza, espacios de toma de decisiones, etcétera. ¿Significa esto, entonces, que la opción en el presente es concederle poderes absolutos al presidente y su partido, para que gobiernen sin oposición? No, significa, antes bien, comprender que la principal oposición de la izquierda en funciones de gobierno no debe de ser la derecha, sino la propia izquierda en la sociedad civil: esa izquierda que se moviliza, que se organiza, que se sindicaliza, que ejerce sus derechos para controlar que el gobierno sea sólo un fiduciario de la sociedad y no un detentor, en potestad, del poder público. De lo contrario, y si se consiente que la oposición real y efectiva a la izquierda sólo puede ser la que provenga desde la derecha del espectro ideológico, en lo que se consiente es en que, en verdad, no fue un error hacer del nacionalsocialismo, del franquismo y del fascismo las oposiciones efectivas de los movimientos obreros de principios del siglo XX.

O, para ponerlo en las coordenadas políticas de América, se consentiría, en esa línea de ideas, que en verdad fue lo correcto oponer a Salvador Allende la oposición de la atroz dictadura pinochetista. El ejemplo es extrapolable a todas las dictaduras cívico-militares de la región a lo largo de todo el siglo XX. La derecha nunca es oposición, es contrarrevolución y contrarreforma ahí en donde se plantea una revolución o una reforma del Estado y de sus contenidos políticos, económicos, culturales, históricos, etc.

¿Qué sucede, entonces, en la disputa nacional que se plantea en estos comicios, pero apreciada desde el punto de vista de las exigencias del futuro? Quizá lo más importante y valioso que se juega es la posibilidad de que la agenda política actual no sea, al final del sexenio, sólo eso: una experiencia de seis años sin capacidades de darse en continuidad luego de que el personaje que la encabeza abandone la titularidad del poder ejecutivo federal. Y es que si al final del periodo por el cual fue electo López Obrador no existe ya una alternativa para sucederle que no sea fabricada de la noche a la mañana o, como suele suceder por tradición en la cultura política mexicana (herencia del priísmo), en el transcurso del año electoral, lo que se prevé es un escenario en el que el reflujo de la derecha será brutal.

¿No han aprendido las sociedades americanas, en este sentido, que luego de que la izquierda se hace con el control y la dirección del Estado la derecha regresa más vil e implacable para garantizarse a sí misma que nunca más volverá a perder posiciones de poder ante la izquierda? ¿No son esas, precisamente, las experiencias de Bolsonaro, en Brasil; y Macri, en Argentina? ¿No es la radicalización del golpismo en Venezuela, Chile y Ecuador parte de la misma trama histórica y de la misma lógica de operar de esa derecha que se siente potentada por derecho natural de controlar y dirigir al Estado?

Los costos de que el actual gobierno sea apenas una experiencia sexenal, sin perspectivas de trascender a lo que se llegue a hacer en estos seis años, son enormes y en cada escenario posible de reorganización de la derecha lo que se aprecia son regímenes como los dos previos a la 4T: una guerra sin cuartel, como la inaugurada por el panismo en el 2000, pero radicalizada por Felipe Calderón, por un lado; y un régimen de podredumbre política y descomposición social, como lo fue con el priísmo personalizado en Enrique Peña Nieto, por el otro.

De ahí que la apuesta no sea, en efecto, menor: alternativas como la encabezada por Marcelo Ebrard no pueden ser, de ninguna manera, lo mejor que Morena y la 4T tengan para ofrecer en el poslopezobradorismo, siendo, precisamente, Marcelo Ebrard uno de los representantes del núcleo duro más de derecha en el interior de la 4T. Por ahora, y debido a cálculos estratégicos y pragmáticos, es aún viable votar hasta por las figuras más nefastas, impresentables y pedestres de Morena porque las posibilidades de que la izquierda misma y su sociedad civil organizada y movilizada ejerzan un control democrático de los actos que se deriven de los resultados electorales aún son múltiples, diversas y abiertas. Sin embargo, el escenario no será el mismo mientras más próximas estén las votaciones del 2024, y, para ese entonces, quizá sea demasiado tarde el pensar en cualquier posibilidad de continuidad transexenal.

Ricardo Orozco, internacionalista por la Universidad Nacional Autónoma de México

@r_zco

razonypolitica.org

 

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«Aún no tenemos teorías»: investigan un síndrome neurológico desconocido que afectó a 48 personas y provocó 6 muertes en Canadá

«Aún no tenemos teorías»: investigan un síndrome neurológico desconocido que afectó a 48 personas y provocó 6 muertes en Canadá

Los síntomas de la nueva enfermedad, diagnosticada en pacientes de entre 18 y 85 años, incluyen problemas de memoria, espasmos musculares, visión borrosa o alucinaciones visuales, entre otros.

El Gobierno de la provincia canadiense de Nuevo Brunswick creó un comité de supervisión para investigar un síndrome neurológico de causa desconocida que afectó a al menos 48 residentes locales y provocó seis muertes, según informó este jueves CBC.

«El descubrimiento de un síndrome potencialmente nuevo y desconocido da miedo«, señaló la ministra de Salud de Canadá, Dorothy Shephard, durante una rueda de prensa. «Sé que los habitantes de Nuevo Brunswick están preocupados y confundidos acerca de este posible síndrome neurológico. Comparto esa preocupación«, agregó.

¿Cómo es esta nueva enfermedad y que síntomas presenta?

A mediados de marzo CBC filtró un memorando interno de las autoridades sanitarias de Nuevo Brunswick, en el cual se señala que el primer caso conocido de la nueva enfermedad cerebral fue diagnosticado en 2015. Once casos más salieron a la luz en 2018, seguidos de otros 24 en 2020. Los demás casos fueron reportados en el transcurso de este año. La enfermedad se ha detectado en pacientes de entre 18 y 85 años, y se distribuye casi por igual entre hombres y mujeres.

Los síntomas del nuevo síndrome incluyen: problemas de memoria, espasmos musculares, problemas de equilibrio, dificultad para caminar o caídas, visión borrosa o alucinaciones visuales, pérdida de peso significativa e inexplicable, cambios de comportamiento y dolor en las extremidades superiores o inferiores.

El síndrome tiene varias similitudes con la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (ECJ), la forma más común de enfermedad priónica humana, que progresa rápidamente y es siempre fatal. No obstante, todas las pruebas para las formas conocidas de enfermedad priónica han resultado negativas, recoge Global News.

La mayoría de las personas investigadas con síntomas del nuevo síndrome viven en las regiones sureste y noreste de Nuevo Brunswick, aunque las autoridades locales aseguraron que no han encontrado evidencia de que los residentes de esas regiones estén expuestos a un mayor riesgo que los que viven en otras partes de la provincia.

«Aún no tenemos teorías»

En abril, la Salud Pública de Nuevo Brunswick comenzó a contactar a las personas que habían mostrado síntomas para pedirles, tanto a ellas como a sus familiares, que contestaran un extenso cuestionario, un documento que puede tardar hasta cuatro horas en completarse. Hasta el momento se han realizado cinco cuestionarios, y otros cinco se llevarán a cabo esta semana.

El nuevo comité de supervisión, compuesto por nueve especialistas, tiene como objetivo revisar todos los casos durante los próximos cuatro meses, más un periodo de entre seis y ocho semanas para entrevistar a todos los pacientes y a sus familias. También se ha abierto una clínica especial para diagnosticar y tratar a pacientes sospechosos de tener el síndrome.

La Salud Pública está trabajando con ambas redes de salud de la provincia, así como con el Sistema de Vigilancia de Enfermedades de Creutzfeldt-Jakob, la Agencia de Salud Pública de Canadá y la división de zoonótica de la Agencia de Inspección de Alimentos canadiense, entre otros organismos.

«En este momento, no sabemos [qué es]. Todo está sobre la mesa. Vamos a analizar todas las posibilidades y, con suerte, intentaremos desarrollar una buena comprensión de la enfermedad», declaró Edouard Hendriks, el copresidente del comité y vicepresidente de Asuntos Médicos, Académicos y de Investigación de la red de salud Horizon.

«Aún no tenemos teorías», dijo por su parte Natalie Banville, la también copresidenta del comité y vicepresidenta de Asuntos Médicos de la red de salud Vitalité. «Estamos investigando. No tenemos causas ambientales, no tenemos causas genéticas, no tenemos causas de medicamentos, no tenemos una causa establecida», lamenta.

 

Fuente de la Información: https://actualidad.rt.com/actualidad/394213-canada-sindrome-neurologico-desconocido-afectar-personas

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Canadá: Pope Francis, Canadian cardinals meet after remains found at former residential school

Pope Francis, Canadian cardinals meet after remains found at former residential school

Warning: Some of the details in this story may be disturbing to some readers. Discretion is advised. 

Pope Francis met with both Vatican-based Canadian cardinals on Saturday as their country reels from the discovery of the remains of 215 children at a former school for Indigenous students run by the Catholic Church.

The pope met separately with Cardinal Michael Czerny and Cardinal Marc Ouellet, the Vatican said in its daily announcement of papal appointments.

Ouellet meets with the pope every Saturday in his capacity as head of the Vatican department that oversees bishops.

Czerny, the Vatican’s expert on migrants and refugees, does not have a regular weekly meeting with the pope. He is a Czech-born Canadian national whose family emigrated to Montreal when he was two years old.

While the Vatican did not say what was discussed in the private audiences, diplomats said it would be highly unusual if the recent events in Canada did not come up.

Many Canadians have called on the pope to make a formal apology for the Catholic Church’s role in the residential schools, which operated between 1831 and 1996 and were run by a number of Christian denominations on behalf of the government.

Francis, who was elected pope in 2013, has already apologized for the Church’s role in colonialism in the Americas but he has mostly chosen to make such apologies while visiting countries. No papal visit to Canada is scheduled.

Visiting Bolivia in 2015, Francis apologized for the “many grave sins were committed against the native people of America in the name of God.”

Canadian Prime Minister Justin Trudeau said on Friday the Catholic Church must take responsibility for its role in running many of the schools.

The residential school system forcibly separated about 150,000 children from their homes. Many were subjected to abuse, rape and malnutrition in what the Truth and Reconciliation Commission in 2015 called “cultural genocide.”

Run by the government and various Christian Churches, their stated aim was to assimilate Indigenous children.

The discovery last month of the remains of the children at the Kamloops Indian Residential School in British Columbia, which closed in 1978, has reopened old wounds and is fueling outrage in Canada about the lack of information and accountability.

In 2008, the Canadian government formally apologized for the system. Trudeau said on Friday many are “wondering why the Catholic Church in Canada is silent, is not stepping up.”

Anyone experiencing pain or distress as a result of their residential school experience can access this 24-hour, toll-free and confidential National Indian Residential School Crisis Line at 1-866-925-4419.

Fuente de la Información: https://globalnews.ca/news/7924220/pope-francis-canadian-cardinals-residential-schools/
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Estados Unidos: The pervasive problem of ‘linguistic racism’

The pervasive problem of ‘linguistic racism’
Not everyone who speaks English is treated the same way. What happens when accent discrimination creeps in to our conscious and unconscious – and what do we do about our biases?

Last summer, Triangle Investigations, a New York-based HR consultancy, examined allegations of accent discrimination at a global non-profit organisation. An Ethiopian-accented staff member had reported that his colleagues frequently interrupted him during Zoom calls, commented on the unintelligibility of his English and excluded him from meetings. He became self-conscious during the meetings that he was able to attend, and ended up using the chat feature instead of speaking up, says Kia Roberts, Triangle’s founder and principal.

When Roberts and her team looked into the matter, they found that the allegations had substance, and that employees of colour had been treated differently; they were being spoken to disrespectfully, as if they weren’t competent to hold their positions, and their opinions and suggestions weren’t being taken seriously. The investigation ultimately led the non-profit to introduce employee training and periodic HR check-ins to try and remedy the issue.

Of course, this case of linguistic discrimination wasn’t an isolated episode. Globally, more people are using English than ever, and it’s a dominant language in businessscience and government. English is constantly evolving, because of the diverse ways different nations and groups use it. Yet instead of embracing this linguistic diversity, we still rank particular types of English higher than others – which means that both native and non-native speakers who differ from what’s considered ‘standard’ can find themselves judged, marginalised and even penalised for the way their English sounds.

Not every type of linguistic discrimination is intentional; many people who think they’re being inclusive don’t understand that their inherent biases are pushing them to make judgements they don’t even know they’re making. Yet no matter what’s driving these kinds of incidents, workers feel lasting, often demoralising, effects. And, as these kinds of situations continue – especially when companies don’t recognise or stop them – things can get worse for workers, as they’re side-lined or flat-out excluded in the workplace.

As the globe becomes even more connected in a remote-work world, the ability for workers to be able to speak to each other effectively and respectfully is imperative. So, how do we end linguistic discrimination – and create a more inclusive, functional use of language to benefit native and non-native speakers alike?

Speakers from some multilingual countries are thought to use less 'legitimate' forms of English than others (Credit: Getty Images)

Covert or overt

Globally, non-native speakers of English outnumber native speakers three to one, although defining the term ‘native English speaker’ is complicated. The term usually refers to anyone who speaks English from early childhood, as their first language. But many children grow up learning multiple languages simultaneously – for instance, if their parents are from different places, or if a nation has several official languages.

A particular status is attached to English that sounds as if it comes from countries that are wealthy, majority white and mostly monolingual. According to this limited view, multilingual countries like Nigeria and Singapore have less ‘legitimate’ and desirable forms of English (even though English is an official language in both). Globally, the most respected types of English are varieties such as British, American and Australian, says Sender Dovchin, a sociolinguist at Curtin University in Perth, Australia.

Within any country, certain forms of English bring fewer benefits. To give just one example from the US, African-American English remains misunderstood and discriminated against. And on an international level, certain types of speakers face judgements based on perceptions of their nationality or race, rather than their actual communication skills. “When English is spoken by some Europeans, including for example French-, German-, Italian-accented English, they can be considered really cute, sophisticated, stylish and so forth,” explains Dovchin. But, she adds, English spoken by Asians, Africans or Middle Easterners may be viewed as challenging and unpleasant.

English spoken by Asians, Africans or Middle Easterners may be viewed as challenging and unpleasant

This linguistic stereotyping applies even when those Asians, Africans or Middle Easterners are in fact native speakers of English. Just seeing an Asian face makes some Americans consider that speaker’s English to be hard to understand, regardless of how they actually speak or where they were born. I was born in the US, hold a UK passport and have an English degree, but like many other people of Asian descent, I’ve had the surreal experience of people complimenting my English fluency.

These perceptions feed into linguistic racism, or racism based on accent, dialect and speech patterns. The overt form of linguistic racism can involve deliberate belittling or shaming, such as “ethnic-accent bullying” that occurs despite someone’s actual English proficiency. Or it can be more covert, like the unwitting social exclusion of people with foreign-accented English, or a seemingly well-intended compliment toward an Asian American’s English.

These examples show that it may not be obvious to the perpetrators what they’re doing, because there are a number of subtle psychological mechanisms at play. Cognitively, it takes more work to understand a less familiar accent. The extra brainpower involved, as well as warmer feelings toward members of one’s own group, can lead to negative attitudes toward a person speaking a different type of English. Overall, it’s common to assume that non-native speakers are less truthful, less intelligent and less competent; psychology studies suggest that people attach less credibility to statements spoken in a foreign accent.

These subtle mechanisms feed into behaviours that can impact negatively on people speaking different forms of English. I’ve been guilty of this in practice. I’ve found myself gravitating to colleagues I can easily banter with (so that I don’t have to explain or replace Americanisms like ‘inside baseball’ or British terms like ‘take the piss’). I’ve edited away Indian English expressions in reports, like ‘upgradation’, without wondering why I treat ‘upgrading’ as the better term. And in bouts of impatience during work conversations, I’ve spoken over or finished the sentences of colleagues who are more hesitant.

Not every type of linguistic racism is intentional, but judgements are pervasive due to our inherent biases (Credit: Getty Images)

This type of bias can take a significant psychological toll. Dovchin’s research shows that many people who are shamed or excluded because of their language develop inferiority complexes, and start to believe that they’re actually less intelligent. Lots of multilingual people report being fairly confident in their English-language skills in their home countries, then losing their confidence due to the way they’re treated in English-first countries.

At worst, linguistic racism can lead to deprivation in education, employment, health and housing. In the workplace, people with certain accents can be openly harassed (like a Puerto Rican call centre worker who was told by a customer, “your stupid accent makes me sick”), or excluded from specific opportunities (like a Pakistani transport worker in London whose manager kept him out of conference calls).

The discrimination might also mean that certain people don’t even get through the door. For instance, Paul Graham, the founder of Y Combinator, which directs seed funding to start-ups, has openly admitted that the programme is biased against applicants with strong foreign accents. In an interview with business publication Inc., he speculated that “it could be that anyone with half a brain would realise you’re going to be more successful if you speak idiomatic English, so they must just be clueless if they haven’t gotten rid of their strong accent”. An outcry followed these comments, but Graham was unrepentant, writing “you can’t make it be work to understand you”. This is a classic expression of native-speaker privilege: the minority of global English speakers demanding that the majority change.

How to chip away at linguistic racism

Linguistic racism needs to be tackled head on, both at a corporate and individual level. “If we wait for it to happen organically, it will never happen,” believes Dovchin.

First, organisations need to be strategic about having ongoing conversations about linguistic diversity as a type of diversity, educating staff about how language-related biases affect communications and opportunities and incorporating this into policies.

But, on an individual level, speakers of English as a first language can make their English more accessible. They can slow down, and avoid inside jokes and idioms, for instance. They can talk less in meetings to give more space to non-native speakers, while also allowing non-native speakers to chair meetings and set the tone for communications. They can also pay attention to body language and improve their listening skills – for instance, by seeking out popular culture featuring varied groups of people, and thus varied ways of communicating. With greater exposure, the brain becomes better at understanding differently accented speech. Overall, everyone can become more aware of language-related biases.

Research shows that many people who are shamed or excluded because of their language develop inferiority complexes

Suresh Canagarajah, a linguist at Pennsylvania State University, US, says that given how transnational work has become, we all need to get better at communicating with people speaking all kinds of English. “You can’t afford to say ‘I don’t understand Chinglish or I don’t understand Indian English’, because you’re going to lose out on that market.” This certainly applies to hiring decisions; highly qualified candidates may be overlooked if they trigger a hiring manager’s biases about less prestigious types of English. There, says Canagarajah, “You’re focusing on the wrong thing, and maybe losing on a lot of expertise.”

Yet even if companies and individuals do what they can to level the playing field, another option is to change our ideas about what constitutes ‘good’ English. In many workplace settings, it would make more sense to focus on effective communication rather than flowery prose or slangy chat. In functional settings, someone who is adept at understanding varied types of English is actually a better communicator than a person who can only understand their own form, whether it’s considered native or not.

I’ve been reflecting a lot on the extent to which my career depends on my privilege as a so-called native English speaker. To teach English in Romania, I wasn’t required to have any teaching qualifications; simply being American was enough. To be hired to write and edit publications, my primary asset has been my familiarity with the kind of English that carries global cachet.

The very least that I, and others like me, can do with this privilege is to become aware of its effects and reduce the ways that we contribute to it. Individual acts of thoughtfulness can’t dismantle the structures of power that keep North American and Western European English dominant. But they can help cultivate an appreciation of English in all its diversity.

Fuente de la Información:    https://www.bbc.com/worklife/article/20210528-the-pervasive-problem-of-linguistic-racism

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México: Madres de víctimas de feminicidio «clausuran» Fiscalía General de Justicia, denuncian violencia institucional

Por: Erika Lozano

Madres de víctimas de feminicidio y sobrevivientes de violencia de género clausuraron simbólicamente la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México la tarde de este viernes. Las mujeres demandaron una audiencia con la Fiscal General, Ernestina Godoy, a quien acusaron de obstaculizar el acceso a la justicia para las víctimas.

«Hay una indolencia por parte de quienes deberían proporcionarnos seguridad y atender nuestros casos», denunció Carolina Ramírez, sobreviviente de feminicidio proveniente del estado de Veracruz, quien señaló que se han organizado en un grupo víctimas a nivel nacional. «Exigimos justicia para no morir, no queremos ser una estadística y cuando las autoridades no nos atienden nos ponen en riesgo», denunció.

Mujeres víctimas de ataques con ácido, sobrevivientes de feminicidio, madres de víctimas de las alcaldías Coyoacán, Iztapalapa, Tláhuac, Milpa Alta, Azcapotzalco, de la Ciudad de México, así como provenientes de estados como Morelos y Veracruz, se sumaron a la protesta para exigir un «alto a la violencia feminicida», además, demandaron a las autoridades que investiguen los casos de «violencia intrafamiliar» como tentativas de feminicidio.

Araceli Osorio, madre de Lesvy Berlín Rivera Osorio, denunció la inacción de las Fiscalías especializadas en violencia de género, y agregó «hoy decidimos clausurar de manera simbólica este lugar que nos es ajeno a las víctimas, porque no encontramos el acompañamiento que debería brindar una institución como esta a las personas que hemos sufrido una violencia».

Osorio recordó que las autoridades deberían investigar con la «debida diligencia» todas las muertes violentas de mujeres, como lo señala la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación «Mariana Lima Buendía. «Nosotras nos hemos vuelto fuertes, y la fuerza que tenemos es porque hemos aprendido a acompañarnos», dijo.

«Nosotras no quisiéramos estar aquí hoy, quisiéramos estar viviendo tranquilamente sin los agresores», explicó la activista y exigió una respuesta por parte de las autoridades, quienes, insistió, «están en deuda con las víctimas».

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org

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