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¡Bajar el ritmo en el receso de primavera!

América/Estados Unidos/08/04/2020/Autor y fuente: morecaucusnyc.org

El Movimiento de Educadores de Rango y Archivo pide una ralentización en las vacaciones de primavera.

La semana pasada, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ordenó a todos los distritos que cancelaran sus vacaciones de primavera programadas regularmente y que continuaran sin pausa con la instrucción obligatoria. En la ciudad de Nueva York, siete días no laborables que abarcan del 9 al 17 de abril han sido eliminados, incluyendo días de importantes festividades religiosas para muchos neoyorquinos. A cambio de eso hasta el momento sólo se han acordado cuatro días adicionales de CAR. Se espera que los miembros de la UFT brindemos instrucción regular durante lo que eran nuestras vacaciones de primavera. Esta es una decisión imprudente del gobernador Cuomo que daña a estudiantes, familias, educadores y otros trabajadores escolares. Y es una decisión que exige una fuerte respuesta de los miembros y el liderazgo de la UFT.

Los educadores (muchos de los cuales son padres), junto con nuestros estudiantes y sus familias, estamos experimentando importantes interrupciones en nuestras vidas, en una escala que incluye desde la muerte de familiares, hasta la falta de tecnología o acceso a Internet, a hacer malabares con la enseñanza y el cuidado de los niños simultáneamente, a las dificultades en adaptarse al aprendizaje remoto (especialmente para los estudiantes que están aprendiendo inglés y los estudiantes con discapacidades). A todo esto, se suma la masiva pérdida de empleos e ingresos entre todas las familias de Nueva York. En medio de estos enormes desafíos, los educadores, los padres y los estudiantes merecen un descanso. Continuar apilando más instrucción obligatoria sólo añade estrés a lo que ya es una situación enormemente estresante, a menudo traumática.

En cambio, este debería ser un momento en el que los educadores están priorizando la salud y el bienestar socioemocional de los estudiantes y las familias, en contraposición a la instrucción tradicional. Esto podría tomar la forma de contactar individualmente a los estudiantes y sus familias para garantizar que estén seguros y saludables, discutir sobre la adaptación de los estudiantes al aprendizaje remoto y el progreso académico general, y coordinar con el personal relacionado con la escuela que pueda proporcionar asistencia adicional.

Tanto el gobierno de la ciudad como los líderes de la UFT han argumentado que, si la enseñanza no continúa, es más probable que los estudiantes violen las pautas de distanciamiento social. Rechazamos esta premisa. Existen formas de mantener a las familias seguras sin aplastarlas bajo el peso del rigor académico. El Departamento de Salud de la Ciudad y el Departamento de Parques deben, durante este tiempo, ser más activos en la aplicación de las pautas de distanciamiento social en parques y espacios públicos para mantener a los estudiantes seguros. Estos departamentos pueden solicitar maestros como voluntarios si están tan dispuestos, como se hizo para los Regional Enrichment Centers. Hay un sesgo implícito inherente a la idea de que algunas familias no entienden el papel que deben desempeñar para aplanar la curva permaneciendo dentro.

Sin embargo, en lugar de organizar a los miembros para luchar contra este drástico exceso por parte del gobernador Cuomo, nuestra dirección sindical lo ha aplaudido, expresando un desacuerdo educado o dirigiendo la culpa al alcalde que, de hecho, sólo está siguiendo las órdenes de Cuomo. Todos merecemos un descanso y nos lo están quitando. Nosotros, como miembros del sindicato, tendremos que defendernos.

Por lo tanto, hacemos un llamamiento a todos los miembros de la UFT para que formen parte de una reducción del ritmo de trabajo desde el jueves 9 de abril hasta el viernes 17 de abril, el periodo de nuestro descanso originalmente programado, en beneficio de estudiantes, familias y educadores de toda la ciudad.

¿Qué significa reducir el ritmo de trabajo?

En resumen, significa eliminar o reducir drásticamente la cantidad de instrucción obligatoria para los estudiantes. Por supuesto, los miembros de la UFT se encuentran en contextos diferentes en función de su filial y administración. No todas las filiales o miembros individuales se sentirán cómodos haciendo esto. Así que aquí hay algunas opciones que los miembros de la UFT pueden seguir con sus colegas.

  • En primer lugar, alentamos a todas las filiales de la UFT a reunirse a principios de la semana del 6 de abril y discutir cómo podría ser un plan sostenible para la enseñanza y el aprendizaje durante el tiempo que debería haber sido nuestro descanso. Este debate también debería incluir la cuestión de cancelar todas las reuniones obligatorias del personal durante lo que era nuestro descanso programado regularmente.
  • En segundo lugar, si esto es posible para su escuela, no envíe ningún trabajo obligatorio para los estudiantes. Puede tomar este tiempo como una oportunidad para que los estudiantes se pongan al día con el trabajo en el que se han retrasado. Algunos estudiantes y familias sin duda querrán actividades de enriquecimiento adicionales para sus hijos, y los maestros pueden proporcionar las mismas como opcionales para aquellos que los desean.
  • Si no es posible una eliminación total del trabajo obligatorio en su escuela, implemente una reducción importante en el trabajo asignado. Piense en asignar el 20% o el 10% o el 5% de lo que normalmente pide a los alumnos que hagan.

Por último, pedimos a los dirigentes de la UFT que negocien un paquete de compensación para todos los empleados afectados equivalente a siete días hábiles. Sin duda, muchos miembros de la UFT se verán obligados por los administradores a trabajar un horario normal durante este tiempo (y como muchos educadores han observado durante el aprendizaje remoto, ahora estamos trabajando mucho más de lo normal).

Como esta transición al aprendizaje remoto ha dejado muy claro, los educadores hemos estado dispuestos a superar limites por nuestros estudiantes. Pero exigir una instrucción continua es contraproducente para todos los involucrados. Necesitamos un descanso.

Traducido por Luis Meiners.

Fuente: https://morecaucusnyc.org/2020/04/08/bajar-el-ritmo-en-el-receso-de-primavera/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/businesswoman-works-multiple-devices-smartphone-calculator-1653245620

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¿Me pueden despedir o reducir el salario por la crisis del COVID-19? La Ley abre huecos a la injusticia

América/México/08/04/2020/Autora: Daniela Barragán/Fuente: sinembargo.mx

Con información de Efrén Flores

Luego de la declaración de Emergencia Nacional Sanitaria por coronavirus, una de las principales preocupaciones que surgieron fue sobre la situación laboral.

El pasado lunes 30, el Consejo de Salubridad General decretó Emergencia Nacional Sanitaria por COVID-19 en la que se estableció el paro de labores no esenciales hasta el 30 de abril de este año. Ese anunció generó dudas sobre la situación de las empresas y los trabajadores, sobre todo por la certeza de conservar el empleo y el mismo salario.

En la misma conferencia en la que se anunció la Emergencia Nacional, el Canciller Marcelo Ebrard Casaubón explicó que de parte del sector privado hay un entendimiento de que se debe parar por este periodo para poder salir más rápido de la crisis por coronavirus, por lo que consideró que estaba “claro” la obligación de las empresas de pagar este periodo.

También dijo que quien se opusiera a lo contrario, podría hacerse acreedor a multas y, en casos en los que se demuestre negligencia, hasta responsabilidades penales.

El pasado lunes 30, el Consejo de Salubridad General decretó Emergencia Nacional Sanitaria por COVID-19 en la que se estableció el paro de labores no esenciales. Foto: Cuartoscuro.

En los días recientes, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), también tuvo que explicar puntos al respecto. La titular, Luisa María Alcalde aseguró que no hay fundamento legal para despedir o dejar de pagar salarios a los trabajadores. De acuerdo con la Ley de Federal del Trabajo (LFT), las empresas y patrones deberán pagar el salario íntegro a sus empleados.

De acuerdo con especialistas en derecho laboral consultados por SinEmbargo, la declaratoria de emergencia sanitaria es una medida que no está contemplada en la LFT. Como consecuencia, dicha declaración “no suspende las relaciones laborales”, como sucede cuando el Gobierno federal declara una contingencia sanitaria.

La LFT señala en sus artículos 42 Bis, 427 fracción VII y 429 fracción IV, que en caso de que las autoridades competentes emitan una declaratoria de contingencia sanitaria que implique la suspensión de las labores o trabajos, el patrón “estará obligado a pagar a sus trabajadores una indemnización equivalente a un día de salario mínimo general vigente, por cada día que dure la suspensión, sin que pueda exceder de un mes”.

Estos supuestos legales no podrán ser aplicados por las empresas hasta que el Gobierno declare la contingencia. Lo anterior implica que bajo ningún motivo, un patrón puede dejar de pagar las aportaciones sociales, negar o reducir el salario de los empleadores, o despedirlos sin justificación alguna.

Si un empleado fuera despedido sin justificación o por cuestiones de COVID-19, éste deberá de acudir a denunciar a las procuradurías locales en un plazo no mayor a dos meses a partir del día del despido, ya que las acciones en contra prescriben en ese tiempo (Artículo 518 de la LFT).

¿CONTINGENCIA O EMERGENCIA SANITARIA?

El abogado laborista José Alfonso Aparicio Velázquez explicó a SinEmbargo que los conceptos de “contingencia” y “emergencia” sanitarias pueden parecer sinónimos, pero en realidad y a partir de su reforma de 2012 a la LFT, tienen diferentes funciones.

Por un lado, la contingencia sanitaria –regulada en los artículos 42 Bis, 168, 175, 427 fracción VII y 429 fracción IV de la LFT– “se concibe como una causal válida para suspender provisionalmente el trabajo, imponiendo el pago de tan sólo un mes de salario mínimo, con la excepción de mujeres en periodo de gestación o lactancia, a quienes se les deberá pagar su salario íntegro y las cuales no podrán laborar por ninguna circunstancia; ésta última prohibición de laborar, también aplica a los menores de 16 años”.

Por otro lado, dijo el litigante, la emergencia sanitaria –prevista en el Artículo 132 fracción XIX BIS de la LFT– “sólo refiere que el empleador tendrá que cumplir con las disposiciones que fije la autoridad sanitaria competente”.

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Si un empleado fuera despedido sin justificación o por cuestiones de COVID-19, éste deberá de acudir a denunciar a las procuradurías locales. Foto: Moisés Pablo, Cuartoscuro.

Para Aparicio Velázquez, los vacíos de ley o las áreas grises generan confusión al momento de aplicar las medidas legales en el ámbito laboral.

“En una interpretación muy amplia cualquier declaración que emita una autoridad sanitaria podría, por sí misma, más allá de la denominación que se le dé, constituir una declaratoria de contingencia y/o de emergencia sanitaria”, explicó.

No obstante, el especialista en derecho laboral mencionó que en todo caso, el Gobierno federal deberá garantizar la aplicación del principio laboral “pro operario”, que prevé que ante cualquier duda en la interpretación de las normas del trabajo, siempre prevalecerá la más favorable para el trabajador (Artículo 18 de la LFT).

Por su parte, el abogado Job Noel Romero, comentó que de manera inicial, la ley permite la posibilidad de que quien se vea amenazado o imposibilitado para trabajar, pueda tener protección, ya sea económica o porque es lo mejor para su negocio.

“En Estados Unidos están en una situación en la que las cadenas comerciales están mandando a descansar a sus trabajadores sin goce de sueldo. En México la ley contempla la suspensión en la relación laboral, pero los trabajadores tienen derecho a recibir su compensación, hasta 30 días de salario mínimo”, señaló.

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De acuerdo con especialistas en derecho laboral, la declaratoria de emergencia sanitaria es una medida que no está contemplada en la LFT. Foto: Cuartoscuro.

Sin embargo, precisó que la ley prevé que los derechos de los trabajadores sean irrenunciables, pero no quita que se use al trabajador para palear la crisis y que exista el mecanismo de la compensación, “es un escenario posible, decir abiertamente que no se puede pagar el salario completo y pago una parte”.

Y por otro lado está el cierre de los tribunales están suspendidos, por lo que pareciera que los trabajadores que hoy quedaran privados de su fuente de trabajo no tienen realmente donde poner la queja porque el lugar está cerrado, “se abre esa posibilidad de que exista este campo de inacción de la autoridad. Y que después los trabajadores no puedan acceder a sus derechos de justicia”, añadió.

SISTEMA LABORAL FRÁGIL

“En materia laboral existe un vacío legislativo, jurisprudencial y también, hay que decirlo, en la doctrina, sobre las implicaciones de situaciones epidemeológicas de la gravedad como las que estamos viviendo, y que en años pasados se vivió de alguna manera con el AH1N1 o Influenza”, dijo Aparicio.

Para el abogado, entre las tres principales consecuencias del decreto de emergencia sanitaria está el paro o disminución de la actividad empresarial. Esto, que se conoce como “paros técnicos” laborales, podría implicar la suspensión de las relaciones de trabajo, o bien, que los derechos y obligaciones laborales también se suspendieran; merma en la producción de muchas empresas y el despido de personal como la “consecuencia más drástica e inconveniente para las fuentes de empleo”.

El litigante dijo que “desgraciadamente estas coyunturas permiten dejar de manifiesto la debilidad de la economía laboral de los países, que en gran volumen se basa en empleos precarios, con salarios pobres, incorrectas aportaciones patronales de seguridad social, baja taza de sindicalización, trabajadores simulados mediante esquemas de subcontratación y honorarios, así como empleos informales”.

Por último, Aparicio indicó que la pandemia podría causar más que un aumento en la tasa de desempleo y generar un reordenamiento de la fuerza de trabajo, que por necesidad, podría trasladarse a otras ocupaciones laborales.

“Hay evidencia científica que muestra que los países con mayores impactos económicos [por el COVID-19] son aquellos cuya economía se sostiene en la industria manufacturera, que al parar la fábrica, no logran trasladar su actividad a los hogares de sus trabajadores y por ello reportan mayores pérdidas; en cambio, irónicamente las industrias basadas en tecnología, entretenimiento y servicios a domicilio en plataformas (como Uber, Rappi, Amazon) resultan beneficiadas en estos picos de decrecimiento económico mundial, lo que provoca, incluso que tengan un aumento de demanda en sus ventas y servicios, que genera ampliar la contratación de personal emergente en su industria”, mencionó el litigante.

Otro escenario posible, de acuerdo con Noel Romero, es que la contingencia no dure solo un mes, “si el problema se extiende más de un mes, ahí se pierde el derecho  y los trabajadores no solo pueden demandar el pago de los 30 días de salario, sino que pueden perder sus derechos de manera total […] en una cuestión emergente puede decir que si los 30 días no son suficientes porque la pandemia y la curva sigue creciendo, se vence el plazo, en ese momento las condiciones de la LFT quedarían cortas. Se necesitaría un decreto con cuestiones específicas para la protección laboral de los trabajadores”.

Fuente e imagen: https://www.sinembargo.mx/03-04-2020/3760246

 

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Apuntes sobre el artículo tercero

Por: Carlos Ornelas

En muchas constituciones del mundo existe una norma que estipula principios y fines de la educación. Casi siempre de manera sintética, deja las partes de estructura y procedimiento a leyes y reglamentos.

En la Constitución de 2017, el artículo 3º cumplía con tal veredicto. En 71 palabras y cuatro pequeños párrafos prescribió que la educación sería libre, laica y gratuita; prohibió la intervención de las iglesias y ministros de cualquier culto en la educación primaria.

El texto del artículo vigente, a partir del 15 de mayo de 2019, contiene más de dos mil palabras, propósitos y fines se desdibujan entre tanto detalle de organización, método y hasta listas de materias.

Las mudanzas de este artículo se dieron en plazos irregulares, cada vez más breves. Los gobernantes en turno impulsaron giros radicales en dos momentos contrastantes. En 1934, para establecer la educación socialista, y en 1946, para instituir la educación democrática. Tremendos debates enmarcaron ambas enmiendas. El texto creció en cada etapa.

Las reformas subsecuentes al artículo 3º ratificaron los principios de 1946: el criterio democrático de la educación, el fin de desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y el principio del Estado secular, ajeno a cualquier doctrina religiosa. Cada una propone uno o más elementos simbólicos que se exhibieron en acciones políticas.

La de 1980 tiene valor emblemático para las universidades públicas, pues coronó luchas intermitentes desde los 1920 por la autonomía universitaria. Quedó consagrada en la fracción VIII, hoy es la VII.

La de enero de 1992 se dio en consonancia con la reforma al artículo 130 y replanteó la relación con las iglesias; reconoció en el texto a las escuelas confesionales, que existían en la práctica, no clandestinas, toleradas. Al mismo tiempo recuperó el principio de 1917: educación laica.

La de 1993 fue producto del Acuerdo para la Modernización de la Educación Básica, de mayo de 1992. La paradoja: con tal pacto, el gobierno federal transmitió porciones de autoridad a los gobernadores, pero centralizó el poder. En el plano curricular fue patente. La fracción II estableció: “el Ejecutivo Federal determinará los planes y programas de estudio en la educación primaria, secundaria y normal para toda la República”.

La del 2002 hizo obligatorio el preescolar que, junto con la primaria y la secundaria, conforman la educación básica.

La enmienda de 2011 puso a tono a México con la tendencia mundial democrática de que la educación deberá fomentar el respeto a los derechos humanos.

El 3º volvió a cambiar en 2012, para incluir un nuevo principio en favor del aprecio y respeto por la diversidad cultural; e hizo obligatoria la educación media.

La reforma de 2013 causó más debates, antes y tras su promulgación. Ratificó los principios de democracia y solidaridad; además, amplió la obligación del Estado para impartir (garantizar fue la palabra) educación de calidad. Para ello instituyó el Sistema Nacional de Evaluación Educativa y otorgó autonomía constitucional al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

El punto álgido de los debates fue la instauración del Servicio Profesional Docente, con mecanismos de evaluación a los maestros para su ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia en el sistema educativo. Un atentado contra la tradición. En contraste, el gobierno debía tomar en cuenta su opinión —y de padres de familia— para determinar planes y programas de estudio.

Con instrumentos jurídicos, el gobierno intentaba cumplir un designio político: recuperar la rectoría de la educación. Regencia que el Estado extravió porque los gobernantes permitieron que los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación colonizaran el gobierno de la educación básica.

El texto de 2019 entierra la porción más debatida en 2013, pero recupera, con otra retórica, elementos de ésta y otras anteriores. De su análisis me encargaré el próximo miércoles.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/apuntes-sobre-el-articulo-tercero/

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/declaration-independence-eyeglasses-quill-pen-574790248?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fconstituci%25C3%25B3n%2520pol%25C3%25ADtica%2F

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¿Cómo encontrar cursos en línea de calidad?

Por: Sofía García-Bullé

El sentido crítico al evaluar los aspectos que hacen de un curso en línea un producto educativo de calidad, es crucial para un aprendizaje efectivo.

La educación en línea se ha vuelto uno de los temas centrales ante la contingencia de salud que vivimos hoy en día. En artículos anteriores, hemos hablado tanto de recursos didácticos como culturales para mantenerse ocupados y aprendiendo durante la cuarentena, pero en el caso de los cursos online e instancias de aprendizaje en línea, ¿cómo aseguramos su calidad como productos educativos?

La democratización de contenidos ha hecho más fácil que más y mejores productos educativos lleguen a nuestras manos, pero también ha aumentado el volumen de los mismos. Si quieres tomar cursos que tengan un estándar satisfactorio es importante ser consciente de los elementos que construyen un buen curso, y de aquellos que podrían demeritarlo, a continuación te compartimos algunas indicaciones a seguir para constatar el valor educativo de los cursos en línea.

1. Interacción y tiempo de respuesta

El primer indicador de calidad de un curso en línea es su capacidad de habilitar la comunicación a distancia. Además del material didáctico y las sesiones para impartir clases, el curso online debe contar con una plataforma y un docente o guía para ofrecer retroalimentación detallada, ya sea vía e-mail, mensajes escritos, de voz o video, además de chat en vivo cuando se requiera.

El tiempo de respuesta entre maestros y estudiantes es clave para aprovechar las herramientas técnicas. Es necesario establecer horarios de atención para el seguimiento de la misma forma que se haría con una clase presencial. Por ejemplo, un rango de tiempo para responder un correo sobre alguna duda relacionada con la clase debería ser de horas, no de días, para mantener un ritmo ágil y útil para el aprendizaje.

2. Instituciones y material didáctico

Al momento de buscar un curso en línea, se recomienda que el primer paso sea constatar la calidad y estándares de la institución o plataforma que los imparte. Si la universidad o proveedor digital tiene un alto nivel de credibilidad, es más seguro que los cursos que ofrecen en línea sean de calidad también.

Una vez que el alumno decida qué institución o plataforma elegirá, es recomendable revisar que los contenidos de los cursos en línea o MOOC sean los mismos que se ofrecerían en una versión presencial, con currículum de grado universitario o profesional.

3. Las ventajas exclusivas del modelo en línea

Los cursos en línea proveen una flexibilidad que los diferencian de los cursos presenciales. Las plataformas que usan habilitan varias conversaciones al mismo tiempo sobre temas relacionados con la clase y aumentan la capacidad de administrar y compartir contenidos.

Estos recursos, combinados con una estrategia creativa que resalte los aspectos comunicativos de la clase e incluya a los estudiantes en el proceso de aprendizaje, resultan en un producto educativo no solo competitivo, sino uno que abre nuevas rutas en materia de didáctica y aprendizaje.

4. Comunidad en línea

Ante la ausencia de una interacción presencial en un curso en línea es necesario un esfuerzo extra, tanto de maestros como estudiantes, para crear una comunidad de aprendizaje que facilite la comunicación, la empatía y la buena disposición para el trabajo en equipo.

Aún si un curso tiene todos los recursos tecnológicos existentes a la mano y un excelente material didáctico, la experiencia educativa no será satisfactoria si las personas involucradas dentro del curso no hacen el trabajo para crear un sentido de comunidad y cooperación dentro y fuera de las sesiones.

Una sugerencia para incentivar la creación y el desarrollo de una comunidad en línea es dedicar algo de tiempo dentro del programa a presentarse y hablar un poco de sus intereses relacionados con la clase, además de fomentar el trabajo en equipo y la discusión de temas fuera de las sesiones.

La oferta de cursos online gratuitos ha aumentado considerablemente como una forma de mitigar la carga psicológica del aislamiento para responder la creciente crisis de salud, y si bien es recomendable aprovechar la oportunidad de seguir aprendiendo, también lo es desarrollar un sentido crítico hacia los productos educativos que elegimos. ¿Qué cursos llevarás durante este periodo de cuarentena? ¿Cumplen con los criterios mencionados en este texto? Déjanos saber en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/cursos-online-formacion-cuarentena

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En busca del equilibrio

Por: Pedro Flores Crespo

La reflexión ha sido aguijoneada por la pérdida de la normalidad. Si algo positivo tienen estos aciagos días es forzarnos a pensar en cosas que dábamos por sentado o que simplemente, no mirábamos.

Dentro de esta incertidumbrealgunos nos hemos preguntado cómo funcionaban los sistemas educativos nacionales antes del “frenón escolar”, qué vamos a perder a consecuencia de éste y cómo se podrían transformar luego de esta terrible emergencia“Nunca antes habíamos sido testigo de un trastorno educativo de tal magnitud”, asegura la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura). Esta organización internacional calcula que “87 por ciento de la población estudiantil se vio afectada por el cierre de las escuelas debido al Covid-19”. Esto representa alrededor de 1,500 millones de personas de 165 países.

Si la economía se mantiene en equilibrio por factores como el consumo y sus relaciones subyacentes muchas de éstas se quebraron de manera general y estrepitosa a consecuencia del confinamiento, ¿qué cosas se están rompiendo dentro del sector educativo? En un primer plano y a simple vistaes claro que se interrumpieron trayectorias académicas y escolares que, sin una respuesta imaginativa y no burocrática, podría generar un mayor desequilibrio. Moverse a clases en línea o con apoyo de alguna herramienta de la Tecnología de la Información (TIC) fue un primer y valioso paso ante la emergencia pero no bastará. Aprender es también producto de una acción social. Además, este “capullo” escolar basado en las distintas interacciones sociales tiene mayor peso y sentido, según algunas investigaciones, para las niñas, niños y jóvenes más pobres.

La escuela, y más específicamente, lo que hacemos maestros, estudiantes, prefectos y directivos dentro de ella importa y esta súbita interrupción nos lo ha recordado reiteradamente. Los factores externos como la riqueza familiar y la cultura tienen un peso importante sobre nuestro desarrollo académico, pero también la vida escolar que cotidianamente construimos. Reconocerlo es un paso para reflexionar sobre nuestra práctica y una condición esencial para darle espacio de análisis a nuestra acción y libertad para formar seres humanos. Si la escuela no importaseentonces no sabríamos que al tener recesos prolongados, se pierden ciertas habilidades y conocimientos disciplinares en áreas como matemáticas y lectura. Así lo explica Jennifer McCombs, especialista del influyente think tank Randquien ha estudiado el impacto que tiene sobre el aprendizaje las interrupciones escolares durante el verano en Estados Unidos. La literatura en el tema, según McCombs, ha mostrado además que aunque hay variaciones de estos efectos, es evidente que los más afectados por estos breaks son los estudiantes de hogares más desfavorecidos económicamente hablando. Gracias a sus estudios, McCombs también señala que una vez que aprendemos algo, podemos reaprenderlo de manera relativamente fácil https://www.gse.harvard.edu/edcast

Si la cancelación se prolonga por más tiempo y alcanzamos el mes de junio sin clases, parece que reaprender y reeducarse van a tener que ser parte de un plan estratégico de los sistemas educativos nacionales. La pregunta para México es si la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación ya han pensado en medir los efectos que tendrá la cancelación de clasepara el sistema educativo nacionalEn este sentido, la ciudadanía esperaría saber: (1) si efectivamente se registraron pérdidas en el aprendizaje, (2) en qué poblaciones se acentuarán tales déficits, (3) en qué momento se inició un declive significativo de los aprendizajes, (4qué atrasos por áreas del conocimiento fueron más fáciles de compensar con el trabajo en casa y el respaldo de las madres y padres de familia, y sobre todo, (5) qué estrategias de aprendizaje van a diseñar y proponer para tratar de volver a la normalidad. Será necesario que todas estas medidas – al igual que las que se están poniendo en marcha en el sector salud –se basen en la evidencia científica y en el conocimiento acumulado. Si la ocurrencia y la improvisación pueden costar vidas humanas a raíz del brote del Covid-19, ¿qué más se podría romper en el sector educativo ante la pandemia?

No hay que olvidar, siguiendo a Jean Paul Sartre, que “no amamos al hombre por lo que es, sino por lo que puede ser”De este tamaño es el reto. Busquemos entonces con afán e inteligencia el equilibrio.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/en-busca-del-equilibrio/

Imagen: https://pixabay.com/photos/coins-calculator-budget-1015125/

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En la mira de la reacción

Por: Pedro Miguel

Esta vez la adversidad no ha abierto oportunidades de negocio a los especuladores, embaucadores y logreros de siempre: el sector salud se atiene a lineamientos científicos y a una estrategia planificada y no cede a las presiones para adquirir cualquier producto o servicio dudoso ni para otorgar contratos fraudulentos al amparo de la emergencia. Eso es un motivo adicional de enojo para la mafia desplazada del poder, pero no el central. La reacción mediática, política y empresarial espera que en México la epidemia de Covid-19 sea lo más desastrosa posible. Razona así: a más cantidad de muertos, a mayor desbordamiento del sistema hospitalario, a más cuantiosos daños a la economía, mayor será el descontento en contra del gobierno de la Cuarta Transformación y mayores, por tanto, las posibilidades de la corrupción derrotada de volver a hacerse con el poder presidencial y, a corto plazo, de propinar en 2021 una derrota electoral a los partidarios del Presidente.

Opinadores de credibilidad en extinción, líderes empresariales, ex funcionarios del régimen anterior, gobernadores y alcaldes opositores y antiguos operadores de la corrupción hospitalaria, médica y farmacéutica, comparecen a toda hora en medios convencionales y en redes sociales con la pretensión de dirigir las acciones del gobierno federal en lo sanitario y en lo económico y con exigencias que van de lo improcedente a lo sórdido, como la dirigida al subsecretario Hugo López-Gatell para que dé a conocer una estimación oficial del número de defunciones que provocará la epidemia. El grupo de especialistas, al que el presidente Andrés Manuel López Obrador confió el manejo de la crisis, no toma una sola decisión que no sea impugnada de inmediato por abogados o politólogos, ni hay razón que le sea concedida por eminencias súbitas que hasta hace dos semanas eran periodistas o diputados.

Y de todo echan mano en el acoso a los expertos gubernamentales: desde descubrirles errores inexistentes, hasta dar por hecho que son mentirosos; desde asegurar o insinuar que han estado haciendo pasar muertes por Covid-19 como resultado de neumonías atípicas, hasta fabricar una supuesta contraposición entre ellos y el Presidente; desde afirmar que no están al tanto, hasta frivolizarlos o inventarles proyecciones políticas a todas luces fantasiosas.

Desde que se tuvo noticia del brote epidémico en Wuhan, la 4T inició sus preparativos para hacerle frente y diseñó una estrategia que no era la de negar la situación sanitaria, como lo hizo Trump, pero tampoco la de aplicar medidas coercitivas tempranas o tardías, como otros gobiernos; se decidió un plan de acción gradual, cuyo desarrollo iba a depender del de la propia epidemia, en el que la comunicación y la información a la sociedad ha desempeñado un papel central: se requiere que los mismos que diseñaron y que están a cargo de la ejecución de la estrategia hablen a la sociedad con autoridad y conocimiento.

Y como resulta inocultablemente superfluo y bobo criticar a AMLO por delegar el manejo epidémico en el grupo de crisis, o al secretario Jorge Alcocer por mantener un bajo perfil declarativo, la línea de ataque de la reacción ha tenido el propósito claro de destruir la credibilidad del equipo de especialistas y la de su vocero principal, el subsecretario López-Gatell, para dejar al gobierno sin el principal instrumento de acción ante la expansión viral; de esa forma calculan agravar los efectos de la pandemia en la salud, la economía y el tejido social, de tal manera que pueda responsabilizarse al titular del Ejecutivo federal de un desastre mayúsculo y romper el respaldo que mantiene, 15 meses después de haber iniciado el gobierno, de la mayoría de la población.

No lo conseguirán. El equipo de crisis que encabeza el secretario Alcocer está compuesto por científicos, académicos y funcionarios de primer nivel. José Luis Alomía Zegarra, Víctor Hugo Borja Aburto, Ricardo Cortés Alcalá, Ana Lucía de la Garza, Freddy Rafael Domínguez Sosa, Guadalupe Espitia Hernández, Víctor Gómez Bocanegra, Mauricio Hernández Ávila, Oliva López Arellano, Ruy López Ridaura, Luis Felipe Madrigal Mendoza, Gustavo Reyes Terán, Lorena Rodríguez Bores y Alethse De la Torre Rosas son hombres y mujeres, civiles y militares, comprometidos con el país, muy bien preparados para hacer frente a la epidemia y aptos para coordinar el trabajo del sector salud, en el cual abundan los buenos cuadros.

De López-Gatell, que coordina los trabajos y que funge como vocero principal del grupo, debe decirse que, además de científico destacadísimo, académico reconocido y funcionario con amplia experiencia, es un ser humano sensible y progresista que en sus tiempos de estudiante participó en el movimiento del CEU de 1986-1987 y en el Congreso Universitario de 1990. Y a contrapelo de lo que desearían los insidiosos y calumniadores, su lealtad al Presidente y su rigor como hombre de ciencia están en plena armonía.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/03/opinion/019a2pol

Imagen: https://www.shutterstock.com/image-photo/concept-national-healthcare-system-mexico-216365389?irgwc=1&utm_medium=Affiliate&utm_campaign=Pixabay+GmbH&utm_source=44814&utm_term=https%3A%2F%2Fpixabay.com%2Fimages%2Fsearch%2Fsalud%2520m%25c3%25a9xico%2F

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Capitales sin patria

Por: La Jornada

De acuerdo con información revelada por la Reserva Federal (Fed, banco central) de Estados Unidos, ningún país latinoamericano supera a México en la cantidad de dinero transferido por sus ciudadanos y empresas al sistema bancario estadunidense: a enero de este año, el monto de los recursos remitidos por mexicanos a cuentas bancarias de la nación vecina sumó 76 mil 166 millones de dólares, 31 por ciento de los 246 mil millones depositados por el conjunto de Latinoamérica. En el podio de la expatriación de divisas le siguen Brasil, con 29 mil 239 millones; Chile, 29 mil 41 millones; Argentina, 22 mil 277 millones; Panamá, 17 mil 199 millones, y Perú, 17 mil 136 millones de dólares.

A fin de dimensionar el significado del monto llevado a Estados Unidos por consorcios y por millonarios personales mexicanos, cabe señalar que duplica el ingreso de divisas por remesas a lo largo de 2019, y multiplica por 3.3 la inversión extranjera directa captada por el país en el mismo año. Además, debe destacarse que sólo en el mes transcurrido entre diciembre de 2019 y enero de este año los recursos enviados al norte de la frontera ascendieron a 4 mil 286 millones de dólares.

La cuantía de esos recursos y la velocidad con que se incrementan deja al descubierto que el compromiso de los dueños del dinero con el desarrollo nacional, expresado a título personal o por medio de sus organismos cupulares a lo largo del pasado año, es para muchos de ellos una mera estrategia propagandística para presentarse ante la opinión pública como aliados de la sociedad en el cumplimiento de los grandes pendientes nacionales, mientras en los hechos practican una brutal descapitalización del país que lastra los esfuerzos de mejora para las mayorías.

Pese a lo que alegan algunos de los mayores críticos empresariales, esta fuga de capitales no necesariamente responde a una supuesta falta de condiciones para invertir en el país, sino que parece un ataque deliberado a la economía nacional, destinado a obligar a las autoridades a recular en su empeño por poner fin a la corrupción y los negocios privados a expensas de las arcas públicas. Así lo demuestra que, mientras la inversión realizada por el sector privado local se contrajo a lo largo de 2019, ese mismo año la inversión extranjera aumentó en 4.2 por ciento.

La cantidad de dinero llevada a Estados Unidos contrasta con los llamados de algunos empresarios y de sus personeros para que el gobierno federal les realice transferencias de recursos públicos, ya sea de manera directa o por la vía de condonaciones, exenciones o créditos fiscales, como única manera de evitar una quiebra masiva en el contexto de la pandemia del Covid-19. Como se ve, hay en el ámbito corporativo nacional una liquidez más que sobrada para afrontar la crisis y, si su compromiso con México fuera real, más que exigir el uso de recursos públicos para procurarse un alivio que no necesitan, deberían echar mano de sus capitales para impulsar la reactivación económica, que será la primera urgencia nacional tras la emergencia sanitaria.

De no darse una reorientación en el uso y destino de la riqueza acumulada por un diminuto sector de mexicanos quedará clara de nueva cuenta la veracidad de uno de los axiomas fundamentales del sistema económico vigente: el capital no tiene patria.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/04/03/opinion/002a1edi
Imagen: https://pixabay.com/photos/conclusion-of-the-contract-handshake-3100563/
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