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Argentina: Estimulación temprana: tú eres una parte fundamental para su desarrollo

Argentina/8 de mayo de 2016/ Fuente: Diario democracia

La estimulación en muy importante en la evolución de un recién nacido. Esto ayuda a su desarrollo creativo y cognitivo ofreciendo una gran cantidad de beneficios. Además de hacerle un niño más despierto le ayudará a aumentar su autoestima, su personalidad y su capacidad para solucionar situaciones relevantes.

Aunque cada bebé lleva su ritmo de desarrollo existe una pauta que se va cumpliendo en todos los niños pero sobre todo y según afirman los expertos, hay que dedicarles tiempo, disfrutarlo y confiar en sus capacidades de desarrollo desde el primer día ya que los bebés nos entienden, está en nuestras manos cubrir sus necesidades de aprendizaje.
La estimulación se trabaja en varios aspectos como: la cognición, el lenguaje, la creatividad, la motricidad y la inteligencia socioemocional. Por ello, según su edad, los niños van desarrollando una u otra capacidad y por tanto, debemos estar ahí para ayudarles y estimularlos. «Con un buen programa de estimulación conseguimos potenciar al máximo las capacidades del bebé. Además compartimos tiempo y objetivos que potencian el vínculo afectivo.
Si existe una forma infalible de estimular a los bebés esa es a través de los juegos infantiles. «Cualquier juego que cumpla unas reglas de oro es válido para potenciar el desarrollo. En primer lugar, debemos tener en cuenta el ritmo del niño y su estado de ánimo. No siempre es un buen momento para jugar con él. Debemos preguntarle y respetarlo. Las actividades de estimulación siempre deben ser positivas y llevadas con alegría y entusiasmo. Debemos tener en cuenta que hay una intención de transmitir ya sea a nivel intelectual como físico y por eso debemos marcar unos objetivos que se irán ampliando con el tiempo. La constancia es la clave para conseguir unos buenos resultados. Y el método elegido es crucial», añade.

¡Con los 5 sentidos!
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el entorno en el que crece un bebé determina de forma decisiva su desarrollo cerebral y según diversas evidencias científicas recopiladas por Johnson’s ponen de manifiesto que la estimulación multisensorial aporta múltiples beneficios al desarrollo social, emocional, cognitivo y físico del bebé. Dicha estimulación es percibida por el bebé a través de sus sentidos. El tacto es el más desarrollado y la OMS recomienda el tacto piel con piel desde el primer día.
Por otro lado, el contacto ocular directo es una forma de comunicación que muestra una mejora cuando los papás los miran directamente. Es fundamental desde el nacimiento hasta los 3 años y sienta las bases del desarrollo de las habilidades sociales.
Por su parte, el sentido del oído crea recuerdos en el área del lenguaje de la corteza cerebral. Y es que «los bebés son capaces de distinguir la voz de sus padres desde que están en el útero materno», afirma la doctora Ares. El olfato se convierte en otra pieza clave para la estimulación del bebé y es que son capaces de recordar un olor desde los primeros días de su nacimiento. Una fragancia relajante será eficaz para conseguir este mismo efecto en los pequeños. Y el gusto también será importante y es algo que sobre todo desarrollan «los bebés que son alimentados por lactancia materna ya que según la dieta de la madre, el sabor de la leche será distinto – ya que si toman leche de fórmula siempre es el mismo», explica la doctora.

El ritual del baño
El ritual del baño por lo tanto se convierte en uno de los momentos más importantes tanto para el bebé como para los padres. Las situaciones cotidianas pueden resultar de lo más enriquecedoras para los pequeños, por ejemplo el ritual del baño y el posterior masaje son imprescindibles para que el bebé tenga un momento de calma y relax (y los papás también) durante el día. Las experiencias multisensoriales que se crean son: el suave contacto de las manos proporciona un contacto piel con piel necesario, como decíamos antes, permite un contacto visual directo con el bebé y es el momento de controlar que todo está bien (respecto a posibles manchitas, eccemas…), también es una oportunidad ideal para introducir nuevos sonidos como el agua salpicando, las voces de los papás… y de que descubran nuevos olores y podrán jugar con sus juguetitos especiales para el agua. ¡Todo son ventajas!

De 0 a 6 meses
Entorno a su primer mes de vida, el bebé ya podrá fijar la vista durante unos instantes en rostros u objetos situados a unos 30 centímetros de distancia. Para motivarle, lo idóneo es enseñarle imágenes, sonajeros o libros adaptados a su edad.
Al finalizar su tercer mes, el bebé deseará conocer el mundo y, para ello, comenzará a llevarse todo a la boca. Es el momento de que sostenga ciertos objetos con las manos y que los muerda.
Durante el siguiente trimestre, hasta llegar a los seis meses, las manos del bebé irán agilizándose, aumentará su capacidad visual, comenzará a vocalizar.

De 6 a 12 meses
Al término del sexto mes, el bebé podrá mantenerse sentado apoyado entre almohadas, empezará a parlotear y tomará solo la cuchara. Comienza entonces su independencia.
A los 9 meses aparecen los primeros dientes por lo que el bebé descubrirá la sensación de morder. Además, aprenderá a girarse, comenzarán a llamarle la atención los sonidos y la música e incluso, ya será capaz de elegir sus juguetes. De hecho, es en esta etapa cuando el niño suele desarrollar un afecto particular hacia un peluche o juguete.
De los 9 a los 12 meses, el bebé evolucionará de manera exponencial. Comenzará a gatear hacia delante, a perfeccionar el lenguaje hablado e intentará ponerse de pie apoyado en algún sitio. Asimismo, comprenderá conceptos como «dentro» y «fuera» y querrá jugar a meter y sacar cosas. Además, será capaz de devolver la pelota cuando alguien juegue con él y aprenderá a despedirse.

De 13 a 18 meses
A partir de los 13 meses el bebé podrá levantarse, caminar, detenerse, ponerse de rodillas… Estas posibilidades harán que al niño le guste cada vez más ir por su cuenta por lo que se revelará con frecuencia. En este momento, hay que marcarle unos límites claros.
Durante estos meses, el niño también comenzará a empujar objetos: sillas, mesas pequeñas… Lo recomendable es fomentar este ejercicio ya que le ayudará a desarrollar el tono muscular.
En esta etapa, gracias al control de la motricidad fina, el niño ya podrá tomar el lápiz y realizar sus primeros trazos. Además, será capaz de identificar y recordar las ilustraciones de los libros. De hecho, si le enseñas a nombrar los personajes de los cuentos, sobre todo de animales, los empezará a nombrar y los reconocerá.

De 18 a 24 meses
Al niño le gustará probar sus capacidades motrices como bailar, saltar sobre ambos pies, hacer giros y jugar con pelotas. Estos adelantos en la coordinación motriz le llevarán a tener además una mayor destreza manual.
Es el momento de comenzar a abrir y cerrar puertas, de empezar a vestirse él solito y de pasar las páginas de los libros.
En este período, el niño podrá comenzar a desarrollar la motricidad fina con actividades como puzles de formas grandes y sencillas así como juegos de armar o de pequeñas construcciones, podrá experimentar con sus propios garabatos y manipular plastilina (siempre con la supervisión de un adulto).
Asimismo, el niño tendrá más desarrollada su faceta intelectual ya que será capaz de identificar y nombrar las partes de su cuerpo, sus juguetes cotidianos, los objetos familiares y los personajes de sus cuentos. Cabe destacar que, generalmente en esta edad, los niños se comportan de forma diferente en casa y en la guardería. Es normal, aún no sabe cómo jugar con otros niños, no sabe compartir… Es la época del «mío». «Los padres deben dedicar tiempo a sus hijos, escucharlos y responderles de la forma más sincera y detallada posible todas sus dudas. Por otro lado debemos impulsar a que los niños se muevan libremente, en cada etapa hay que potenciar el movimiento al máximo, arrastre, gateo, caminar, correr, etc..
Los padres deben dedicar tiempo a sus hijos, escucharlos y responderles de la forma más sincera y detallada posible todas sus dudas.

De 2 a 3 años
En esta edad, los niños aprenden a subir y bajar cremalleras y comprenden el uso de los botones. También son capaces de ponerse los zapatos, eso sí, sin cordones. Y es que su nivel de comprensión es tan elevado que pueden conocer el significado de las imágenes de los cuentos, reconocer y nombrar colores, y aprender y conocer las canciones infantiles que más les gustan. ¡Incluso son capaces de contar hasta 10!
Durante este año, siguen perfeccionando sus trazos y la pintura les ayuda en el desarrollo de sus habilidades manuales y en su coordinación visual-motriz.
Por último, en esta etapa del desarrollo cognitivo, el niño aprende a controlar los esfínteres, por lo que avisan a la madre siempre que tengan la necesidad de ir al baño.
«Existen múltiples técnicas pero hay tres puntos comunes que son el secreto del éxito: tiempo, constancia y sobretodo entusiasmo», añade el experto.

Fuente: http://www.diariodemocracia.com/notas/2016/5/8/estimulacion-temprana-eres-parte-fundamental-para-desarrollo-133433.asp

Imagen: http://www.bbmundo.com/wp-content/uploads/2015/02/estimulaci%C3%B3n_temprana.jpg

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Argentina: Para unos será un sistema más claro y para otros, un retroceso

Argentina/09 de mayo de 2016/Fuente: Entorno inteligente

El Clarín / Aplazar o no aplazar. Esa es la cuestión. La Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires acaba de reinstalar los «insuficiente», los «sobresaliente» y los aplazos en sus escuelas primarias. Esta forma de evaluación había desaparecido de los boletines a principio de 2015, cuando la provincia era gobernada por Daniel Scioli. Ahora, bajo la gestión de María Eugenia Vidal, se dio marcha atrás con la medida y desde junio los docentes volverán a esas escalas de calificación.

«Es una medida que devuelve sentido común al sistema educativo: fija un patrón claro respecto de lo que está bien y lo que está mal, y eso ayuda al sistema y a los chicos», dijo Gustavo Iaies, especialista en Educación y director del Centro de Estudios de Políticas Públicas (CEPP). Para él, «ahora hay que trabajar en que los chicos aprendan y puedan cumplir con el patrón de aprobar».

Silvina Gvirtz, que estuvo a cargo de la Dirección General de Cultura y Educación provincial entre 2011 y 2012, sostuvo: «Hay un sector que veía un problema en que no hubiera aplazos; se enteró y dijo ‘¡Qué barbaridad!’. Reinstalar los aplazos, creo, es una respuesta más política que técnica hacia esos sectores, pero no transforma el sistema educativo». Según la pedagoga, «los estudios internacionales demuestran que la repitencia genera baja autoestima y menor rendimiento, y no genera que el chico aprenda más. Medidas así no resuelven el problema de la repitencia sino que sólo le cambian el nombre a las cosas».

Andrea Alliaud, doctora en Educación, explicó: «El sistema de evaluación que desmantelan hacía hincapié en la trayectoria del estudiante, más que en su rendimiento en un momento preciso. Su virtud era evaluar el recorrido, y creo que tenía buenas intenciones porque no todos los alumnos aprenden al mismo ritmo». Para la especialista «el desafío es que el sistema de evaluación de las escuelas contemple esos tiempos de aprendizaje diferentes». En coincidencia con Gvirtz, Alliaud consideró: «Una mala nota puede desestimular el proceso de aprendizaje».

En la vereda de enfrente se para Alieto Guadagni, director del Centro de Estudios de la Educación Argentina, que evaluó: «La calidad educativa de la Provincia está en franco retroceso, y esta medida contribuye a mejorar el rendimiento de los chicos. El argumento de que una mala calificación estigmatiza es muy flojo: la única estigmatización es la ignorancia».

Consultado por Clarín sobre el argumento de que en los últimos años las escuelas se centraron en su rol de contención social y eso, en algunos casos, llevó a apoyar el fin de las «malas notas», Iaies señaló: «La escuela contiene cuando enseña». Algo similar aseguró Guadagni: «Esto puede contribuir en el nexo entre los chicos y la escuela porque restaura el valor del esfuerzo del estudio».

Habrá que ver cómo funcionan estas viejas nuevas calificaciones en las evaluaciones internacionales de Educación.

Con Información de El Clarín

http://entornointeligente.com/articulo/8371644/Para-unos-seraacute;-un-sistema-maacute;s-claro-y-para-otros-un-retroceso-09052016

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La sociología se reinventa para repensar el siglo XXI

Con referentes como Pierre Bourdieu y Zygmunt Bauman, la carrera emblema de las ciencias sociales se actualiza, a la vez que se expanden sus áreas de trabajo. Articulación entre mundo académico y salida laboral. Construcción de políticas públicas y “sentido común”.

Por Cecilia Arizaga |08/05/2016 | 00:58

La sociología surge en el siglo XIX como parte de un proceso de emergencia de las ciencias que estudian el mundo que los hombres construyen. Sigue el curso iniciado por las ciencias políticas y la economía política. Se define como un campo específico del conocimiento cuando el orden capitalista ha madurado lo suficiente como para atravesar las diversas áreas sociales, culturales, políticas y económicas del mundo público y privado. Es en ese momento histórico, mediado por la Revolución Industrial, donde se impone la pregunta por lo social. Cuando las transformaciones van horadando el orden social hasta entonces conocido, vivido, se impone contar con un corpus particular de saberes y prácticas que se pregunten cómo restablecer o crear un nuevo orden.

Interrogantes. ¿Qué es hoy la sociología en la sociedad del capitalismo global, cambiante e incierto que nos rige? ¿Qué nos hace sociólogos a los sociólogos? ¿Qué saberes, prácticas y enfoques nos diferencian de quienes estudian otras carreras diferentes a las llamadas ciencias sociales?

 En los años que llevo como socióloga, en la investigación, la docencia universitaria y dirigiendo una carrera de sociología, hay un concepto que la sociología toma de la filosofía que me repito y comparto cuando surgen estas preguntas: desvelamiento. El sociólogo francés Pierre Bourdieu definía a la sociología como un tipo de conocimiento que desvela los ocultos mecanismos del orden social vigente. La figura del desvelamiento alude a correr el velo, des-velar, lo que hasta ese momento permanecía invisible tras el velo de lo que se presenta socialmente como “natural” y de “sentido común” fijando, inmovilizando ideas, prácticas y formas de ser y pensar el mundo. Desvelar resulta la acción, y más aún la actitud, sensibilizadora, movilizadora, inquietante, incluso incómoda y altamente atrapante que experimentamos, en algunos grandes momentos, quienes estudiamos y trabajamos en sociología. La sociología es una ciencia que desnaturaliza y al hacerlo historiza: “Descubre lo arbitrario donde se quiere ver la necesidad o la naturaleza; y descubre la coacción social donde se quiere ver la elección”, dice Bourdieu.

Cada año, cuando me encuentro con un nuevo grupo de alumnos los invito a lo que llamo “el desafío del punto de vista sociológico” que exige correrse de un modo de ver y pensar el mundo y sus problemas desde el sentido común. El sentido común, como conocimiento práctico, impresionista, autoexplicativo y fijador de ideas que las personas compartimos para movernos en el mundo social, goza de muy buena prensa. Se escucha en la calle, en reuniones sociales y medios de comunicación que “lo que falta es sentido común” cuando algo no satisface las expectativas, o por el contrario, “es de puro sentido común” cuando estamos de acuerdo con alguna idea o acción.

Esta apelación al sentido común no repara en quién dice que sea eso y no otra cosa lo que detenta esa categoría: ¿quién lo instituye como sentido común? Tampoco pone el foco en el poder cancelatorio que ostenta en toda discusión: al decir “es de sentido común” se cierra toda argumentación, es el punto cero de todo debate de ideas porque quien lo cuestiona aparece como carente de ese sentido tan bien preciado. Bajo la naturalización del sentido común se reproduce la visión del mundo de los sectores más dominantes.

Por el contrario, el punto de vista sociológico, el pensar sociológicamente como dice Zygmunt Bauman, exige que los procesos sociales sean comprendidos, interpretados como construcciones sociales. Lo que equivale a decir que lo que aparece como sentido común podría haber sido, puede ser de otra forma porque ha sido construido por los hombres. Al ser construido socialmente, también puede ser transformado socialmente. Ahí reside el poder transformador de la sociología y también su incomodidad.

Uno podría pensar que un argumento como el que estoy desarrollando sólo es válido para la sociología desde el campo académico. Sin embargo, esta perspectiva sociológica atraviesa los distintos campos y ámbitos de acción en los que hoy se desarrolla un sociólogo o socióloga. ¿De qué modo es posible plantear cambios dentro de una sociedad, empresa o proyecto de trabajo si no ponemos en cuestión lo establecido? , ¿cómo elaboramos diagnósticos y diseños de planificación sobre algún problema de la agenda pública si nos enfocamos en que el sentido común nos marca que esto es así porque es así y no hay otro modo posible?

La sociología nos abre la posibilidad de comprender el modo en que el orden social, como poder establecido e incorporado, impacta en nuestras vidas y al hacerlo nos habilita al cambio en aspectos concretos: conocer el modo en que la escuela reproduce desigualdades ligadas al género o la clase social resulta fundamental para planificar políticas educativas que promuevan una sociedad más igualitaria.

Miradas. El campo de trabajo de la sociología no se limita al campo académico, donde tradicionalmente se constituyó el imaginario social del “ser sociólogo”. Hoy el perfil profesional del sociólogo se expande al campo del diagnóstico, el diseño y la planificación de políticas públicas, al campo empresario, a los organismos internacionales, a las ONG, a los medios de comunicación. Comprende un amplio abanico de áreas: el trabajo, la educación, el urbanismo, la salud y la cultura se cuentan entre las tradicionales, al tiempo que se viene desarrollando en forma progresiva en espacios más novedosos que nos van mostrando nuestros propios egresados de la carrera de Sociología de la UCES, como las TIC (tecnologías de información y comunicación), el medio ambiente, el diseño y la criminología, entre otros.

Esta ampliación del campo de trabajo sociológico requiere una formación donde los saberes que apuntan al perfil profesional sean vistos como parte sustancial y no como un conocimiento de segunda instancia. Los que tenemos a cargo la tarea de formar sociólogos para un mundo que se define por el cambio constante y la incertidumbre como es el que nos toca vivir nos vemos llamados a repensar planes y programas que apunten a una formación académica-profesional que estimule y promueva estudiantes y graduados con una mirada crítica, curiosos, sensibles a lo emergente y comprometidos con la sociedad en los distintos ámbitos en los que les toque actuar.

En este sentido, se vuelve un desafío implementar diversas acciones que confluyan en un plan de estudios y una vida universitaria orientada a la apertura del perfil de los graduados, donde el campo académico, la producción de conocimiento a partir de la investigación y el desarrollo de competencias y habilidades profesionales para el mundo del trabajo no sean veredas opuestas sino compatibles y sinérgicas

Fuente del artículo: http://www.perfil.com/contenidos/2016/05/08/noticia_0011.html

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¿Puede la Agroecología alimentar al mundo?

Argentina/ 06 de Mayo d 2016

Por: Miguel Altieri

Miguel Altieri un referente  en Agroecología, quien fuera invitado por la Facultad de Agronomía de la UBA a disertar sobre las bases para una transición desde una agricultura industrial (producción con agrotóxicos) a otra más ecológica, dijo, entre otras cosas: “Existen aproximadamente 1500 millones de hectáreas de tierra agrícola en el mundo. El 80% está bajo agricultura industrial, que en promedio sólo produce 30% de lo que come la humanidad (sólo le interesa generar biomasa). Por su parte, los campesinos, que son 380 millones de fincas en el mundo, trabajan el 20% restante y producen en promedio el 60% de los alimentos que consumen los habitantes del planeta. Entonces, ¿quiénes son los principales productores? Los campesinos. La Agroecología ha tomado como prioridad ese sector porque puede solucionar efectivamente el problema del hambre en el mundo”. DIARIOJUNIO presenta una entrevista a Altieri.

La Agroecología nace como una respuesta a las falencias de la agricultura industrial. Al combinar conocimientos tradicionales campesinos indígenas de América Latina con ciencias como la Ecología, la Agronomía y la Sociología, resulta una alternativa socialmente más justa, económicamente más viable, culturalmente aceptable y ecológicamente más diversa.

Así lo entiende Miguel Altieri, profesor de Agroecología en la Universidad de California (UC), quien fue invitado por la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) para disertar sobre las bases de esta disciplina. Entrevistado por el sitio de divulgación científica Sobre La Tierra, explicó cómo considera que su difusión masiva solucionaría el problema del hambre en el mundo.

“Existen etnias que han practicado la agricultura por cientos de años, absorbiendo los cambios y permaneciendo estables en el tiempo. Los principios de la Agroecología incluyen esos saberes, que al combinarse con otros provenientes de la Ecología, por ejemplo, permiten cultivar la tierra de una forma más biodiversa, resiliente y productiva.

Por otra parte, los supuestos que guían a la agricultura industrial ya no son válidos: el clima está cambiando, la energía del petróleo es cara y finita, y el agua no es abundante. Además, la naturaleza no se puede controlar con tecnología: los agroquímicos, fertilizantes, transgénicos y demás subsidios que supuestamente iban a aumentar la producción y reducir el hambre, tuvieron una serie de efectos ecológicos indeseables sobre la salud humana y el ambiente, y no resolvieron el problema de la alimentación.”

Altieri, quien también es Presidente Honorario de la Sociedad Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), le explicó a Sobre La Tierra por qué la propuesta agroecológica apoya principalmente a los campesinos. “Existen aproximadamente 1500 millones de hectáreas de tierra agrícola en el mundo. El 80% está bajo agricultura industrial, que en promedio sólo produce 30% de lo que come la humanidad (sólo le interesa generar biomasa). Por su parte, los campesinos, que son 380 millones de fincas en el mundo, trabajan el 20% restante y producen en promedio el 60% de los alimentos que consumen los habitantes del planeta. Entonces, ¿quiénes son los principales productores? Los campesinos. La Agroecología ha tomado como prioridad ese sector porque puede solucionar efectivamente el problema del hambre en el mundo”.

No obstante, los grandes productores también son tenidos en cuenta dentro del movimiento agroecológico, tal cual lo señaló Clara Nicholls, docente y colega de Altieri en la UC: “Nos interesa que vaya desapareciendo ese mito de que la Agroecología es sólo para campesinos. Los grandes productores, aquellos que tienen entre 200 y 500 hectáreas, también pueden aplicar estos principios. Obviamente, las formas tecnológicas que deben adoptar son diferentes a las de la pequeña escala, pero las bases son las mismas. Por eso, para nosotros es clave venir a la Argentina a mostrar ejemplos de grandes productores agroecológicos de países como Colombia y Chile, incluso de Estados Unidos”.

Un futuro sano

Para que la ciencia de la Agroecología pueda llegar a alimentar al mundo será necesario fortalecer aspectos educativos, legislativos y económicos, además de mejorar su divulgación hacia la sociedad en general, y a los productores en particular. “Necesitamos políticas públicas que incluyan la educación y la extensión de grado y posgrado en esta disciplina, con profesores capaces de brindar una visión más amplia. Así es el pensamiento agroecológico, más holístico y sistémico; requiere otra pedagogía.

Por ejemplo, para nosotros, las plagas no son problemas que aparecen porque sí; hay condiciones, desbalances, causas que permiten que se expresen. En vez de ir al síntoma, como la agricultura convencional, que aplica insecticidas, la Agroecología hace foco en las causas fundamentales. Esto diferencia mucho nuestros diagnósticos de los problemas”, comentó Clara.

Una de las formas más eficientes en las que esta disciplina se está difundiendo en el continente es a través de los movimientos sociales. Tanto Altieri como Nicholls destacaron el ejemplo de Brasil, donde muchas fuerzas sociales rurales empujaron al gobierno a elaborar una ley nacional de agroecología. “Nosotros trabajamos con una metodología llamada campesino a campesino, que funciona de manera horizontal: cuando un campesino ve que a su vecino le funcionó una determinada práctica, hay alta probabilidad de que la adopte. La divulgación debe ser simple para que el mensaje llegue con claridad a la gente”.

Tanto Altieri como Nicholls destacaron la importancia de que las sociedades y los gobiernos tomen conciencia de la importancia que tiene una alimentación sana. “Es necesario que la sociedad esté alerta de la procedencia de los alimentos que consume. Hoy se sabe, por ejemplo, que la buena salud de los niños depende en gran medida de la calidad de su dieta: existen enfermedades directamente vinculadas al sistema de producción industrial. Una vez entendido esto, la demanda de alimentos sanos, abundantes y accesibles vendrá de los pueblos. Y si los gobiernos analizaran la problemática en profundidad, no dudarían en apoyar la agricultura sana. La salud pública representa una proporción considerable de los presupuestos, y ciertas enfermedades, evitables a partir de una dieta saludable, salen caras”.

Agricultura ecológica y cambio climático

Para Clara Nicholls, desde el punto de vista agroecológico el cambio climático es una preocupación y también una oportunidad: “Muchos pequeños agricultores ya no pueden predecir los cambios climáticos.

Ellos, que nada tuvieron que ver con este cambio, son quienes más lo sufren. Sin embargo, desde hace 5 años, investigadores en agroecología nucleados en la red REDAGRES, perteneciente a la SOCLA, vienen comparando la resiliencia de fincas agroecológicas vs. convencionales en Colombia. Ellos encontraron que en años Niño o Niña, mientras las primeras mantienen su producción agrícola o la lechera, las segundas experimentan caídas de hasta el 70% en sus rendimientos. Además, las agroecológicas se recuperan más rápido de esos eventos. Este puede ser ese el punto de quiebre para que los productores cambien y entren en una transición hacia prácticas agroecológicas.

“Casi siempre se piensa que la ciencia, la academia o la tecnología tiene las mejores respuestas. Nosotros, en las universidades, no nos damos cuenta de que muchas de las soluciones que buscamos están en el campo. Hay agricultores que son muy innovadores, experimentaron mucho por prueba y error, y fueron exitosos en ajustar sus sistemas. Por ejemplo, los campesinos de Los Andes, que supieron ajustar sus prácticas milenarias de manejo del agua, del suelo y de la biodiversidad. Podemos incorporar esos aprendizajes a los principios agroecológicos para rediseñar las fincas y hacerlas más resilientes al cambio climático”, sostuvo Altieri.

Fuente: http://www.diariojunio.com.ar/noticia.php?noticia=76320

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Argentina: Avanzan acciones para articular oferta educativa con demandas de sectores socio-productivos

Argentina/ 09 de Mayo de 2016/Jujuy al Día

En la búsqueda de alinear la oferta educativa a las demandas y necesidades de los contextos socio-productivos de la Provincia, el Ministerio de Educación culminó esta semana una instancia de trabajo interministerial en la que se trató el involucramiento de las áreas del Gobierno a fin de agilizar los convenios para las prácticas profesionalizantes, la empleabilidad de los futuros egresados y el fortalecimiento de las ofertas educativas desarrolladas por su zona de origen, entre otros aspectos.

La labor se llevó a cabo mediante encuentros organizados por la Dirección de Educación Superior y la Dirección de Educación Técnica Profesional  con referentes de ministerios.

El análisis de los perfiles profesionales permitió determinar por región o localidad las características de los recursos humanos y materiales  necesarios para el desarrollo de las ofertas formativas de los institutos, respondiendo siempre a la demanda territorial con criterios tanto de equidad social como de pertenencia y significatividad de la oferta, explicó la directora de Educación Superior, Natalia García Goyena.

La iniciativa –destacó la funcionaria- posibilitó generar un espacio entre referentes del mundo del trabajo y los referentes educativos con el desafío articular la oferta educativa a las demandas y necesidades de los contextos socio-productivos.

En las mesas de trabajo iniciadas el pasado lunes 2 del corriente, se trató la necesidad del involucramiento de diversas áreas del Gobierno a los fines de agilizar los convenios para las prácticas profesionalizantes, la empleabilidad de los futuros egresados, el fortalecimiento de las ofertas educativas desarrolladas por su zona de origen, la especificidad de los técnicos superiores en función de la demanda regional y la posibilidad de estudiar en su lugar de residencia.

García Goyena señaló que la vinculación entre las áreas dio lugar al planteamiento de las nuevas ofertas educativas, dentro de los marcos de homologación nacional y el desarrollo de las prácticas profesionalizantes, estableciendo el acompañamiento y apoyo de los diferentes ministerios presentes en las mesas de trabajo.

De los encuentros, que hicieron posible fortalecer vínculos, participaron los ministerios de Trabajo, Salud, Producción, Turismo y Cultura, Gobierno, Desarrollo Humano y los Institutos de Educación Superior del sector público, privado y de gestión social que ofertan a la comunidad jujeña en Educación Técnica Superior.

Fuente: http://www.jujuyaldia.com.ar/2016/05/09/avanzan-acciones-para-articular-oferta-educativa-con-demandas-de-sectores-socio-productivos/

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Universidad, igualdad y desarrollo

Argentina/07 de mayo de 2016

 Por Julián Dércoli

Durante el último tiempo, los diarios de mayor tirada dedicaron una serie de notas a la problemática universitaria. Podemos agrupar esos artículos en dos bloques. El primero contiene notas que denuncian favoritismo y desmanejos fruto de la intervención de “la política”. El segundo bloque se caracteriza por cuestionar principios básicos de nuestro sistema, tales como la gratuidad y la capacidad de la universidad para garantizar la inserción laboral y el desarrollo. Ambos bloques comparten una misma cosmovisión: la universidad ya no es lo que era, ya sea porque la política se entrometió en los claustros y esto la pervirtió, o porque el sistema universitario se presenta como anquilosado ante un mundo nuevo “más dinámico”.

Los argumentos que esgrimen las notas del primer bloque son fácilmente rebatibles. La denuncia de la intromisión de la política como elemento perverso en la vida universitaria ha sido un elemento constitutivo de las interpretaciones hegemónicas de nuestra historia, contra el cual es necesario discutir, ya que afirma una perspectiva en la cual los mayores “éxitos” de la universidad se produjeron cuando no se metió en el medio “la política”. Estas interpretaciones están sostenidas sobre el pretendido ascetismo de la ciencia y la universidad, que concluye en una falsa dicotomía entre política y calidad educativa, una de las aristas de la dicotomía fundante del liberalismo criollo: civilización o barbarie.

El rasgo destacable de los artículos enmarcados en el segundo bloque es que plantean la necesidad de una modernización de las universidades. El cinismo de sus argumentos radica en que proponen elementos de individualización y privatización del sistema como claves para avanzar hacia una mayor igualdad y efectividad. Un ejemplo de esto es el artículo “¿Gratuidad es sinónimo de igualdad?”, publicado por La Nación. Su punto de partida es que la ausencia de un arancel implica una “gratuidad indiscriminada” que no “asegura la permanencia y la graduación”, razón por la que la inversión del Estado en educación superior finaliza en la apropiación de este beneficio por una minoría que se gradúa. Por eso, concluye que el desarancelamiento es un gasto ineficiente por parte del Estado, y propone que “paguen los que puedan” o “cobrarles a los graduados”. En otros casos se proponen “rigurosos” exámenes de ingreso, que descartan la posibilidad de la igualación social por intermedio del proceso educativo.

Es menester aclarar que nuestras universidades son desaranceladas, desde 1949, porque el Estado comprendía a la educación superior como una herramienta para contribuir al desarrollo del país, y para esto era necesario que accedieran las mayorías sin distinción económica. De esta forma se ampliaría la cantidad de cuadros profesionales y técnicos necesarios para el desarrollo nacional. En esta concepción, el beneficiario de la educación superior no es el individuo, sino el conjunto de la sociedad.

Ahora bien, el desarancelamiento no es sinónimo de permanencia y graduación en sí mismo, por eso el anterior gobierno promovió una mayor inversión en materia de becas y distintos programas de inclusión educativa, que, junto con el esfuerzo de las universidades nacionales, permitió el incremento del número de graduados, así como un cambio positivo en la tasa graduados-ingresantes (ver los anuarios estadísticos de la SPU y los informes del CEA 5 y 12).

Por otro lado, podemos coincidir al menos parcialmente, en que nuestra formación universitaria se encuentra desfasada con respecto a las demandas sociales y económicas. Esto se vincula con la cultura del aislamiento entre universidad, Estado y sociedad predominante en nuestra historia. Entendemos que es una relación a modificar en base a una estrategia de desarrollo nacional y no en función de las propuestas del mundo privado, ya que si esta demanda es resuelta por el mercado lo que se logrará es una segmentación de los circuitos educativos, perpetuando las diferencias de clase existentes en la sociedad.

Quienes queremos una Argentina desarrollada y socialmente justa, entendemos a la universidad como una de las herramientas para construir ese desarrollo. Otros proyectos políticos desestiman el papel del Estado y de la universidad, por eso buscan atacarlo esgrimiendo móviles de “eficacia y efectividad”. Desde esta supuesta racionalidad universal pretenden impugnar a las universidades nacionales, cuando un análisis de nuestro pasado reciente muestra que, con políticas activas, las universidades pueden corregir las tendencias negativas que las atraviesan. En otras palabras, aquello que se presenta como racionalidad universal no es más que el fruto de intereses de los negocios educativos privados por quebrar la hegemonía que tienen nuestras universidades en la formación superior.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/universidad/10-298620-2016-05-07.html

Fuente de la imagen: https://www.google.co.ve/search?biw=1024&bih=489&noj=1&tbm=isch&q=universidades+argentinas&spell=1&sa=X&ved=0ahUKEwi04YCIqcnMAhWMHh4KHRoYAVsQvwUILSgA#imgrc=2PHnHrXGAv-J1M%3A

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Unicef denuncia que el 30 % de los menores en Argentina son pobres

UNICEF/ 06 de Mayo de 2016

Cerca de 1,5 millones de niños están excluidos de los programas sociales para los más desfavorecidos

Cerca de cuatro millones de menores de edad en Argentina, el 30% del total, son pobres y un 8,5% de ellos vive en condiciones de extrema pobreza. Así lo revela un estudio de Unicef que mide la pobreza multidimensional a partir de 28 indicadores de privación, como la nutrición infantil, el acceso a la sanidad, a la educación y la exposición a la violencia, entre otros. De los datos, actualizados a 2015, surge un retrato-robot de la pobreza extrema en Argentina: en su mayoría se trata de niños nacidos en hogares con cinco hijos o más, con progenitores con estudios primarios incompletos y con trabajo en negro. Si viven en el norte de Argentina tienen también hasta seis veces más posibilidades de sufrir carencias básicas que los residentes en la capital. Ser niña en vez de varón y/o tener como cabeza de familia a una mujer también son factores que juegan en contra.

«Son características que un chico no elige, le vienen dadas», detalla en rueda de prensa Sebastián Waisgrais, especialista en monitoreo y evaluación de programas de Unicef. Según el informe, en los hogares en los que los padres no finalizaron los estudios primarios, las posibilidades de que los hijos padezcan privaciones se multiplican por 10 frente a los que están encabezados por progenitores con estudios universitarios. «Invertir en educación es una forma de romper con el círculo virtuoso de la pobreza», señala Florence Bauer, representante de Unicef en Argentina. El organismo destaca también la necesidad de llevar adelante políticas públicas que reduzcan la informalidad laboral, que ronda el 40 % en el país suramericano, por su fuerte correlación con la pobreza infantil.

Al menos uno de cada cinco niños en Argentina sufre violencia verbal, según el informe

El mayor factor de desigualdad es el económico: los menores de familias que están en la base de la pirámide por ingresos tienen 13 veces más posibilidades de sufrir privaciones que los que están en la cúspide. El indicador por nivel de ingresos es la base de los estudios clásicos de pobreza, que establecen si las familias tienen la capacidad de satisfacer necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales, como la vestimenta y el transporte. Sin embargo, el informe de Unicef advierte que casi uno de cada cinco niños que no son considerados pobres por el nivel de ingresos familiar sí lo son por otros indicadores.

«El ingreso monetario sólo contabiliza a los niños cuyos padres tienen la billetera vacía, y deja fuera de la estadística a las familias que técnicamente cubren las necesidades monetarias básicas y aún así son pobres si se consideran otras dimensiones», afirma Waisgrais. Los planes sociales vigentes, como la Asignación Universal por Hijo, dejan fuera a cerca de 1,5 millones de niños en situación de vulnerabilidad. Por ese motivo, el organismo pide, en primer lugar, la elaboración de estadísticas públicas confiables en este ámbito y, a continuación, un cambio de enfoque en las políticas públicas destinadas a combatir la pobreza que contemple un abanico de indicadores.

Entre las privaciones más extendidas que sufren los menores argentinos, Unicef destaca la falta de acceso a las tecnologías de la información, que afectan a casi el 21 % de los niños, la violencia verbal que padece al menos uno de cada cinco menores y la ausencia de tiempo para jugar.

La lista de carencias es mucho más larga y evalúa también aspectos como la salud, la nutrición y las condiciones de la vivienda. La mortalidad infantil en Argentina ronda el 10 por mil, pero alrededor del 70% de los fallecimientos «son por causas evitables», según Waisgrais. Por ejemplo, los cuadros severos de diarreas y de enfermedades respiratorias, más preponderantes en casas pobres con falta de acceso a agua potable, condiciones de hacinamiento y situadas en entornos muy vulnerables, como zonas de basurales y terrenos inundables o contaminados.

Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2016/05/05/argentina/1462474808_562788.html

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