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Autoridades ministeriales de América Latina ratifican estrategia hacia la Educación 2030 del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO

UNESCO/16 de agosto de 2016/

En el marco del evento “Aprendizaje y Docencia en la Agenda de Educación 2030. Debate de Política”, organizado por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), las autoridades regionales destacaron la relevancia estratégica del LLECE, organismo que agrupa a 19 países de América Latina en torno a la evaluación de la educación. El consenso se alcanzó en el marco de una reunión realizada el 9 de agosto, en Santiago de Chile, en la que también participaron autoridades del Caribe anglosajón.

Con la presencia del ministro de Educación de Honduras, Marlon Escoto; la secretaria de Evaluación Educativa de Argentina, Elena Duro; el viceministro de Educación de Ecuador, Freddy Peñafiel; el viceministro académico de Educación de Panamá, Carlos Staff; el viceministro de Educación de República Dominicana, Saturnino de los Santos y la viceministra de Educación y Cultura de Uruguay, Edith Moraes, además del secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad del Ministerio de Educación de Chile, se adoptó por consenso el Acuerdo de Trabajo y Estrategia de Acción del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE).

Este organismo, coordinado por la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), reúne a los 19 países de habla hispana de la región, y se encuentra negociando la incorporación de los países del Caribe anglófono. El LLECE constituye un referente y marco regional de concertación y cooperación para el desarrollo de conceptos teóricos sobre la calidad de la educación y el diseño de mecanismos para evaluarla, y tiene como objetivo principal aportar a los propósitos de la UNESCO y de sus países miembros, en sus esfuerzos por mejorar la calidad de la educación basados en evidencia rigurosa.

Según el Acuerdo de Trabajo y Estrategia de Acción, los países reafirmaron “la importancia del LLECE para esta región, el que fue ratificado como uno de los mecanismos clave para el monitoreo y seguimiento del Marco de Acción de la Agenda de Educación 2030 que guiará los esfuerzos de los países para el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible nº 4 y sus metas, aprobado durante la 38ª Conferencia General de la UNESCO en noviembre de 2015. Por esta razón, [los países] también se comprometen a incorporar al LLECE como parte de los espacios subregionales de discusión, como el CECC/SICA, CARICOM, UNASUR y MERCOSUR, entre otros”.

Las autoridades confirmaron, asimismo, apoyar y continuar trabajando en conjunto de manera permanente para contribuir a que el LLECE realice las siguientes líneas de acción: continuar desarrollando la estrategia de uso y difusión de los resultados del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE); diseñar y desarrollar el Cuarto Estudio (ERCE), a lo largo del período 2016-2020, asegurando la periodicidad de los siguientes estudios; mantener el nivel primario como eje central considerando su importancia dentro del proceso educativo para hacer las intervenciones necesarias que permitan a los estudiantes mejorar sus aprendizajes; contribuir al fortalecimiento de las capacidades nacionales y colectivas en la región, proveyendo capacitación, desarrollo y perfeccionamiento a los equipos técnicos de medición y evaluación a través de diversas actividades. Por último, se desarrollarán actividades de investigación y debate para abordar los desafíos que impone la Agenda de Educación 2030, en particular, en materia de aprendizajes relevantes para los sistemas educativos de la región.

Opinión de las autoridades

“Entramos en el ciclo 2015-2030, a través de la ejecución de la Agenda de Educación 2030, y uno de los énfasis principales es la calidad de la educación, que es el desafío pendiente y tema crítico más importante de la región. La UNESCO ya tiene un instrumento para abordar este tema, el LLECE, el cual posee reconocimiento internacional, y este Acuerdo de Trabajo Estratégico que hoy suscribimos es un documento que plasma la idea de trabajar con los países y abordar la calidad en todas sus dimensiones, no solamente la eficacia”, declaró Jorge Sequeira, director de la OREALC/UNESCO Santiago.

“Con beneplácito acojo la continuidad del LLECE, que además ahora ha reincorporado a cuatro países (Bolivia, Cuba, El Salvador, Venezuela) y lo hará sucesivamente con los países del Caribe anglosajón. La evaluación para nosotros ha sido una herramienta de gobernabilidad, contar con este tipo de información que genera el LLECE permite que haya interlocuciones más honestas entre los agentes del mundo de la educación. En Honduras, después de dos décadas críticas, hemos vuelto a poner en el centro el Derecho a la Educación y estamos invirtiendo para que nuestras políticas tengan incidencia en el largo plazo. De ahí que también sea importante la realización del Cuarto Estudio del LLECE, que nos ayude a tener una mirada de más largo aliento de lo que ocurre en nuestros sistemas educativos”, indicó Marlon Escoto, ministro de Educación de Honduras.

“Esta iniciativa tiene lógica y es necesaria para aunar esfuerzos y ajustar agendas entre los distintos mecanismos regionales y subregionales, hacia el 2030. También es pertinente que el LLECE tenga una periodicidad previsible y un plan que acompañe nuestras evaluaciones nacionales. A la educación no solo le compete el ODS-4 [Objetivo de Desarrollo Sostenible n°4, Educación], sino otros también, en la lógica de mirar cómo la educación está ayudando todos los ODS”. Elena Duro, secretaria de Evaluación Educativa, Argentina.

“Como región ya hemos ganado bastante con el LLECE, continuarlo es aconsejable. Estamos ganando al ir aprendiendo con el laboratorio y su enfoque de ir mejorando progresivamente e incorporando otras dimensiones, como las habilidades socio-emocionales y temas como la ciudadanía. Los sistemas nacionales de evaluación también se benefician al tener en el laboratorio un referente que les ayuda para diseñar y realizar mejores evaluaciones”. Saturnino de los Santos, viceministro de Educación, República Dominicana.

“Este acuerdo de trabajo se recibe con satisfacción porque se amplía la evaluación, la que tiende a convertirse en algo más integral y más relacionado con cada uno de los países, especialmente en lo que viene después de la evaluación: el para qué. Quiero alentar a que sigan buscando el equilibrio y conocimiento, experiencias valiosas del LLECE, además de emprender nuevos desafíos como el indicado”. Edith Moraes, viceministra de Educación y Cultura, Uruguay.

“Una cultura de evaluación debe escapar de la suspicacia de los rankings, y por lo mismo celebro que este sea el enfoque con el que trabaja el LLECE. Asimismo, debemos buscar actores externos al mundo del “aula”, que puedan participar en los procesos de evaluación de la educación, que nos permitan construir una educación como política de Estado, una política como sociedad. Por lo mismo, la mirada de largo plazo que nos permite tener los estudios del LLECE, que se desarrollan desde los años 90, es parte de esa cultura de evaluación, un proceso evolutivo, que no puede desaparecer”. Carlos Staff, viceministro académico de Educación, Panamá.

“Concuerdo con lo planteado, respecto a la importancia de las evaluaciones para nuestros sistemas educativos, y también sobre la continuidad y proyección del LLECE, pues sus estudios nos permiten tener una “película” de lo que ocurre, la que debemos incorporar a los responsables de la formación inicial de los docentes. Me gustaría que pudiéramos hacer crecer el laboratorio en esa dirección, y armar una red interuniversitaria de facultades y universidades de educación”. Freddy Peñafiel, viceministro de Educación, Ecuador.

“Para nosotros es fundamental el apoyo que nos brindan los países a través de este acuerdo estratégico, pues esto es sinónimo de creación de sinergias, objetivo fundamental del LLECE. Es decir, es una red con más de 20 años de existencia, que ha aunado esfuerzos de la región en materia de evaluación de la calidad, y eso es algo que debe verse como una ventaja significativa, sobre todo ahora que el laboratorio ha sido ratificado como mecanismo regional de monitoreo y seguimiento de la Agenda de Educación 2030” puntualizó Atilio Pizarro, jefe de la sección de Planificación, Gestión, Monitoreo y Evaluación de la OREALC/UNESCO Santiago y coordinador general del LLECE.

Descargue:

Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/autoridades_ministeriales_de_america_latina_ratifican_estra/#.V7JpOlvhDIU

Imagen: http://www.lr21.com.uy/wp-content/uploads/2016/08/UNESCO-322×199.jpg

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Libro: Podemos cambiar el mundo

América del Sur /Chile/ Agosto del 2016/ Reseña/www.contrainjerencia.com

Podemos cambiar el mundo de Camila Vallejos Dowlig

Resumen:

Ofrece información de primera mano sobre las épicas jornadas protagonizadas por la juventud chilena, que trascienden el ámbito de la educación y las fronteras nacionales, y se convierten en un símbolo de rebeldía contra las fuerzas de la derecha latinoamericana que tratan de iniciar un nuevo ciclo de concentración de la riqueza y aumento de la exclusión social.

Camila Antonia Amaranta Vallejo Dowling dice, en la a presentación del libro: “Vengo de aquellos lugares de los cuales poco y nada se dice, porque poco y nada se sabe. Y vengo a luchar. Basta de aplicar mecanismos de ingreso a la educación superior que segregan a los pobres; basta de subestimar disciplinas o de erigir a la universidad en una empresa lucrativa que desangra las economías familiares; basta de promover la apatía, el individualismo y la competencia profesional. Exigimos que la educación se reconozca como derecho social universal ante el cual el Estado debe responsabilizarse y aumentar el financiamiento público a las universidades estatales. Buscamos la democratización del conocimiento al servicio de la comunidad y no de la rentabilidad privada. Nuestro reclamo no se queda en las aulas. Trasciende sus ventanas para transformar el mundo”.

Fuente : http://www.contrainjerencia.com/?p=77590

Fuente imagen : http://www.contrainjerencia.com/wp-content/uploads/2013/11/vallejo.jpg

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Entrevista A Camila Vallejo Dowling

América del Sur / Chile/Agosto del 2016/Carmina Vallejo Dowling/biblioteca.clacso.edu.ar

En respuesta a  ¿ Qué paso con esa generación que perdió el miedo en Nuestra América latina  y el Caribe ? puntualmente en Chile, con aquellos lideres y lideresas desde las bases estudiantiles que  llevaban La bandera de la libertad en el reconocimiento de la patria, en los movimientos estudiantiles  se hace mención en esta entrevista a  la actual Diputada del parlamento Chileno  del partido Comunista Camila Vallejo Dowling.

por: Hernán Ouviña

El investigador y académico argentino Hernán Ouviña entrevista a la ex presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo Dowling, a propósito del movimiento estudiantil que sacudió a la sociedad y al sistema político chilenos durante el año 2011. Camila Vallejo –una de las principales voceras de este movimiento, que impactó por haber trascendido el ámbito de las demandas particularistas e instalado un debate en la sociedad chilena en torno al modelo económico y político heredado de la dictadura–, habla de los antecedentes, la génesis y los logros del movimiento estudiantil, pero también de los desafíos y las tareas pendientes de este esfuerzo transformador en curso. Destacando la transversalidad de las demandas enarboladas por el movimiento estudiantil y las características novedosas de los protagonistas de esta lucha respecto a ciclos de protesta anteriores, Vallejo analiza las perspectivas del movimiento en un escenario político sustancialmente distinto al de los últimos años, donde el bloque hegemónico no se ha roto, pero comienza a mostrar sus fisuras.

¿Podrías contarnos cuándo y cómo se inicia el conflicto estudiantil en Chile?

Esto es parte de un proceso de acumulación, tanto de discusiones como de fortalecimiento de distintas organizaciones dentro del movimiento estudiantil, o sea que no es algo espontáneo, aunque se trate de mostrar como un estallido social que sale de la nada. El movimiento estudiantil siempre ha existido en Chile y ha tenido diferentes expresiones desde la dictadura en adelante.

Si uno analiza las demandas más fuertes que han sostenido estos movimientos han sido un poco lo que hemos levantado hoy día. A comienzos de año se levantan desde la universidad, impulsadas por la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), tres demandas históricas: el financiamiento a las instituciones públicas, para que se fortalezcan y se termine así con el autofinanciamiento impuesto con la dictadura; la democratización, que viene de la reforma de 1968 y refiere al cogobierno y a generar instancias más participativas dentro de los estamentos; y la eliminación de las restricciones al acceso, que es algo impuesto por los gobiernos de la concertación en adelante.

Con esto último me refiero a la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y a los mecanismos estandarizados de evaluación, que han reproducido la desigualdad y han profundizado un filtro de clase para el ingreso al sistema terciario y de educación superior. A esto se suman las demandas que levantaron los estudiantes secundarios con la “revolución pingüina”, que atacaron los problemas más estructurales, que tienen que ver con cambios constitucionales, con que el Estado sea garante y responsable de la educación pública y por lo tanto se vea obligado a financiarla; con la exigencia de la desmunicipalización, que es algo que se instaló también bajo la dictadura, y además de esto, el fin al lucro.

Todas estas movilizaciones que se han levantado han sido movilizaciones frustradas por la falta de respuesta, porque tampoco lograban constituir una correlación de fuerzas más favorable, es decir, pasar de lo estudiantil a lo más social. Hoy se devela que en respuesta al pronunciamiento del gobierno de derecha, de las reformas que quedaron pendientes de la “revolución pingüina” en educación superior, estalla este movimiento a partir de las universidades, con una movilización inicial que tuvo lugar en la Universidad Central de Chile, una universidad privada, y que fue algo histórico.

 Con esta iniciación del movimiento se empiezan a sumar distintos actores, que ya tenían mucha frustración acumulada de los procesos anteriores y vuelven a levantar esas mismas banderas de lucha y de a poco se empiezan a sumar más organizaciones, estudiantes universitarios del consejo de rectores, con instituciones privadas que comienzan a involucrarse en discusiones de la CONFECH, los estudiantes secundarios, los profesores, y de a poco empiezan a sumarse también los trabajadores.

 Las movilizaciones, además, responden a un proceso de acumulación y frustración de los movimientos estudiantiles, y se suma un factor determinante que es el descontento general de la población frente a un modelo que ya no le hace sentido. Es decir, la crisis de la educación es parte de la crisis de un modelo general, neoliberal, que repercute en la educación pero que en general reproduce la desigualdad, no solamente a través de la educación sino también del sistema económico y el sistema político.

¿Qué enseñanzas sacaron del proceso de la “revolución pingüina?

Yo creo que se reafirma un poco la desconfianza hacia la clase política. Durante la “revolución pingüina” no diría que se cometió el error de entrar a un proceso de negociaciones, o una mesa de trabajo, porque eso en sí mismo como forma no es malo, el problema está en que no se generaron las condiciones necesarias, dentro de ese espacio, de la correlación de fuerzas y de preparación para poder disputar en el fondo la batalla de las ideas e instalar con más fuerza las demandas.

Y además, porque se bajaron las movilizaciones cuando se tuvo que negociar, entonces cuando uno no está movilizado deja de ser un negociador con capacidad de negociar. Eso dejó una marca en el movimiento estudiantil que permitió que nosotros, hoy, no caigamos tan fácil en instancias de cooptación de la clase política y estemos más preparados para una posible instancia de mesa de trabajo o de negociación con el gobierno.

Es decir, una movilización más fuerte, que no sea solamente estudiantil sino que involucre a la sociedad en su conjunto, y además, estar más preparados en momentos de plantear las ideas. En todo este proceso de movilización hemos logrado madurar nuestras propuestas, reafirmarlas en cuanto argumento, y además ganar la legitimidad de la sociedad en su conjunto. Resumiendo, la experiencia de la “revolución pingüina” nos ha ayudado mucho a no ceder tan rápidamente, y a generar el espacio suficiente para concitar el apoyo ciudadano y la articulación de fuerzas dentro de movimiento social.

¿Cómo ves la posibilidad de que el gobierno apele a la desactivación del movimiento, sobre la base de la apertura de una “mesa de diálogo” o de comisiones que, probablemente, se prolonguen en el tiempo de manera indefinida?

Evidentemente el gobierno va a intentar eso, y lo ha intentado desde hace mucho tiempo con una primera acción clave, una estrategia que se usa siempre, que es la de generar divisiones. Esto de invitar a uno y no a los otros, o de marcar diferencias de posturas al interior de las organizaciones, hacer mecanismos de persuasión, hacer voladores de luces [realizar maniobras de distracción] respecto a las opiniones del gobierno, muy distintas unas de otras para generar confusiones, y esta instancia de apertura al diálogo, muy distinta a lo que venían planteando los ministros, diciendo que va a dialogar cuando el diálogo se iba a centrar en el Congreso y no con los actores.

Entonces, genera un panorama de confusión, pero que de alguna manera también es una oportunidad. Hay que aprovechar esta instancia y tener iniciativa política también. Lo que se espera es generar el espacio, que en el fondo constituye una oportunidad para el movimiento, y para eso se necesitan ciertas garantías: primero, que se mantenga esta unidad del movimiento que es a lo que todos apuestan.

 La gente en la calle dice que lo importante, mas allá de las reivindicaciones particulares, es que se mantenga unido el movimiento, y mucha gente dice que ya hemos ganado demasiado con este proceso. Es como engendrar, como un embarazo. Estamos desesperados por ver que salga a luz, pero esto recién se está engendrando.

 Ahora, concientes de eso, nosotros creemos que hay que poder diferenciar los avances concretos de nuestras demandas dentro del marco de lo posible, con un gobierno de derecha; y saber también, con la maduración suficiente, proyectar el movimiento en lo político y en lo más estructural de fondo. Es decir, entender que es necesario un movimiento organizado que tenga vocación de poder para lograr los cambios estructurales, porque con la clase política que tenemos no se logran.

En este escenario, este espacio de diálogo puede ser una oportunidad para recoger ciertos triunfos para el movimiento, de modo que no constituya algo testimonial y pueda volver el próximo año a disputar con mayor fortaleza aún. Pero para todo esto, se necesitan garantías mínimas: que el gobierno ceda y el proceso de diálogo sea lo más transparente posible –para que no pase lo que pasó en 2006–, y que además se garantice la unidad del movimiento y nosotros logremos generar consenso, porque la gente está muy expectante de todo lo que está ocurriendo, no solamente los estudiantes sino la sociedad en su conjunto, y por lo tanto tiene que estar en conocimiento de lo que se discute.

Teniendo en cuenta estas garantías, el proceso puede ser provechoso, tanto si hay una respuesta positiva, como si hay una negativa, porque esto último pondría en evidencia que el gobierno no tiene la voluntad política para avanzar en la resolución del conflicto, sino que mantiene una posición de intransigencia y de aislamiento, porque no es representativo de la gran mayoría de la población.

En términos reivindicativos se comenzó planteando algunas cuestiones que tenían que ver con temas más de fondo, que si bien resultaban estructurales, remitían al plano educativo. Hoy en día, con el nivel de masividad y la extensión de la conflictividad a otros sectores sociales y políticos, ¿cuál es el salto, en términos de exigencias y reivindicaciones, de planteamientos que a la vez logren incorporar a esos otros actores en lucha?

¿Se han levantado demandas transversales que rompan con la dinámica meramente sectorial y estudiantil?

Hay demandas transversales que han surgido, pero consecuentes con lo que se plantea con la educación, por lo que no son mecánicamente separables sino muy coherentes entre sí. Se plantea la reforma tributaria como solución al financiamiento de la educación, pero entendiendo que la educación no es solamente un derecho universal sino que es una inversión social.

Toda la sociedad, toda la gente invierte en la educación a través del Estado, que recauda impuestos, para el desarrollo cultural, social y material que requiere el país. Entonces hay una demanda política que va con una reforma económica estructural de la redistribución del ingreso y de la riqueza, y ¿quién paga esto? Pues a través de una mayor carga hacia las grandes empresas, que están teniendo un nivel de utilidades impresionante y eso no va a parar al desarrollo del país, se va para afuera o para el bolsillo de unos pocos.

 Está también la demanda de la Constitución Política, porque para nosotros Pinochet sigue vivo, debido a que todavía su legado perdura en una Constitución nunca se cambió. Y esa reivindicación, finalmente, abarca todo: el cuestionamiento a la institucionalidad política, a la reforma de carácter democratizador que requiere el funcionamiento político de nuestro país, y que además implica un nuevo rol de Estado en el ámbito político, cultural y productivo, para que exista mayor igualdad.

Todo esto implica mayor distribución de la riqueza, mejor distribución del poder, una reforma en los medios de comunicación, etc. Y esa reivindicación es la que le da mayor proyección política al movimiento, y es transversal porque involucra a los ambientalistas, a los trabajadores, a los empleados públicos, a las familias, a los abuelos con el tema de la previsión, etc.

Se trata de un proceso incipiente en el despertar de la sociedad chilena, aunque falta mucho por avanzar en el fortalecimiento de la participación, la organización y la discusión para que realmente se genere un poder constituyente, porque demandarlo en Chile hoy es muy apresurado para la maduración del movimiento, es regalarse a la clase política para que, si se arma una constituyente, sean ellos mismos quienes terminen decidiendo todo.

Entonces, el desafío del movimiento es que se vaya esparciendo a otros sectores donde no ha llegado. Aquí en Chile, por ejemplo, el nivel de sindicalización es muy bajo, de un 7%. La organización estudiantil, que hoy día se está creando con este movimiento en el ámbito privado, recién en dos o tres años será realidad, se verán sus frutos. Hace falta por lo tanto generar espacios de organización y de fortalecimiento, para que desde las bases de la sociedad chilena surja una propuesta, una nueva Constitución Política. Eso, hoy día no está, falta ese trtabajo que es un trabajo profundo y que va a hacer que la gente tome conciencia de que es necesaria una disputa al poder.

No basta con plantear una propuesta programática alternativa a la Concertación, a la derecha, sino que eso debe expresarse en gente que esté dispuesta a llevarlo a cabo. Todo esto es un gran desafío ya que la juventud ve como negativa la participación directa en política, ser candidato, hacer una renovación generacional de la política todavía no está muy en el inconsciente colectivo, entonces creo que es la reivindicación más importante y transversal de este movimiento.

Llama mucho la atención una las mantas colgadas en un liceo tomado que dice “Somos la generación que nació sin miedo”. ¿Cómo ves el despertar también de los jóvenes en este sentido, de romper con esa parálisis en el plano subjetivo, es decir, de dejar de tener miedo a la participación y a la represión política? Somos una generación que no vivió directamente las consecuencias del golpe militar, porque si uno se fija, por ejemplo, en los padres, en las madres o incluso las abuelas que salen a las calles, que plantean lo mismo que estamos planteando, como el tema de la renacionalización de los recursos naturales, pero no lo decían por el miedo a revivir el período de la Unidad Popular y que esto se vuelva a tener que enfrentar a una nueva dictadura militar.

Nosotros no, no tenemos ese miedo en el gen, y además, somos jóvenes y los jóvenes somos la levadura, como dice la canción. De alguna forma somos la generación que perdió el miedo, que sabe de la represión pero sabe también cómo enfrentarla, que se cree con el poder suficiente para plantarse políticamente, que es algo que no se veía el año pasado o el año antepasado.

La gente decía que los jóvenes somos apolíticos, pero confundían el apoliticismo con el apartidismo, o con el manejo de ciertos partidos de la política. Y un fenómeno particular que se da actualmente es que hay una mayor cantidad de inscripciones en partidos o en colectivos. Esto demuestra un salto cualitativo en esta generación que pierde el miedo, y que quiere tomar estas armas en sus manos para ser constructor del futuro.

Como dirigente estudiantil, pero además como militante comunista, ¿cuáles consideras que son los desafíos de una izquierda anticapitalista renovada? Y, ¿qué autocrítica harías al respecto, y qué habría que replantearse como organización política?

Es cierto que se hacen muchas críticas a los partidos tradicionales, sin embargo ese cuestionamiento es muchas veces muy simplista, porque, por lo mismo, por lo tradicionalista, uno tendría que cuestionar nuestras propias instituciones representativas, como la Federación de Estudiantes de Chile (FECH), que tiene más de cien años de historia y es una institución tradicional. Pero eso no significa que haya que eliminarla, destruirla, o plantear algo nuevo, sino que hay que mejorarlas internamente, porque son nuestras herramientas.

 El Partido Comunista efectivamente tiene que replantearse muchas cosas. Y seguramente, por los años de vida que tiene ha cometido errores, pero también ha sabido enfrentarse a los desafíos de la historia y volver a resurgir. No olvidemos que después de la dictadura direcciones políticas enteras fueron eliminadas.

Entonces, es un partido que tuvo que reconstituirse no solamente en la militancia, en lo orgánico, sino también en lo político. A pesar de eso, creo que ha sido el único partido, o herramienta de la izquierda, que ha tenido una proyección política clara: táctica, estratégica y de programa político. Y, nos guste o no, creo que ha sido un referente para la izquierda, para ella misma plantearse positiva o negativamente, y esa es la crítica que yo también hago a los otros sectores de la izquierda: la poca consolidación entre ellos mismos, o sea, las divisiones que se van produciendo en su seno.

En períodos cortos de la historia, desde algunos de estos sectores de la izquierda, ciertos procesos o luchas se han planteado muy en función del accionar del Partido Comunista, de lo que hace o no hace. Es decir, cualquier cosa que pase, si ellos son parte de un proceso, y algo sale mal, se dice que es culpa del Partido, porque obviamente se encuentra en una posición más de conducción que el resto.

Por otro lado, yo creo que el error del Partido, es no haberse volcado –más allá de los movimientos sociales, en esta política de viraje que ha tenido el Partido de acercarse a ellos– a dialogar de mejor forma con esos sectores que cuestionan, muchos con críticas destructivas, pero otros con críticas constructivas. Entonces, de lo que se trata es de encontrarse con estos espacios para realmente generar una alternativa.

 Además, si bien en el Partido se dice que a un sector de la Concertación hay que tensionarlo, se tiene claro que la tensión no debe ser de nosotros hacia allá, sino de ellos hacia acá. Que efectivamente construyamos un polo que permita un acercamiento de sectores de la Concertación, que atraiga a los sectores más simpatizantes de la postura antineoliberal, que ya se están evidenciando de alguna forma con este conflicto.

 Ese es uno de los desafíos que tiene que asumir el Partido Comunista, justamente en un momento donde la Concertación está siendo fuertemente cuestionada. Nosotros no queremos ser parte de eso, nunca lo hemos querido ser, y esto muchas veces se ha malentendido. Entonces, el desafío es cómo hacemos para construir una tercera alternativa, que no sea algo testimonial y la gente termine votando por el mal menor dentro de los dos bloques mayoritarios.

Por último, ¿qué opinión te merecen los recientes levantamientos populares en África y Europa, así como la actual coyuntura latinoamericana, una coyuntura que hasta hace muy poco tiempo, y en buena medida, parecía tan contrastante con respecto a la realidad neoliberal chilena?

Yo creo que en el concierto internacional uno siempre puede ver estos conflictos en su carácter sistémico, que plantea una crisis del capitalismo global. En todas las sociedades se están cuestionando los modelos imperantes y las formas tradicionales de hacer política, de tomar decisiones principalmente, cuyos abusos históricos ya son insostenibles. Sí, creo que hay diferencias, ya que todos los procesos tienen sus particularidades y en Chile, evidentemente, no se levanta un movimiento de inmediato planteando un problema estructural, un cuestionamiento directo al sistema en general. En Chile se partió de algo muy particular que luego fue extendiéndose, y eso creo que fue lo positivo, esa capacidad táctica estratégica de plantear los temas. Entonces, no se pierde el foco de la demanda educacional, pero el movimiento logra ampliarse y hacer entender a la gente que este problema particular corresponde a un problema estructural.

En Latinoamérica esto fue muy diferente, porque Chile es el país más neoliberal del mundo y la contradicción es mucho más grande. Sin contar a países, como por ejemplo Colombia, Puerto Yo creo que en el concierto internacional uno siempre puede ver estos conflictos en su carácter sistémico, que plantea una crisis del capitalismo global.

En todas las sociedades se están cuestionando los modelos imperantes y las formas tradicionales de hacer política, de tomar decisiones principalmente, cuyos abusos históricos ya son insostenibles. Sí, creo que hay diferencias, ya que todos los procesos tienen sus particularidades y en Chile, evidentemente, no se levanta un movimiento de inmediato planteando un problema estructural, un cuestionamiento directo al sistema en general. En Chile se partió de algo muy particular que luego fue extendiéndose, y eso creo que fue lo positivo, esa capacidad táctica estratégica de plantear los temas.

 Entonces, no se pierde el foco de la demanda educacional, pero el movimiento logra ampliarse y hacer entender a la gente que este problema particular corresponde a un problema estructural. En Latinoamérica esto fue muy diferente, porque Chile es el país más neoliberal del mundo y la contradicción es mucho más grande. Sin contar a países, como por ejemplo Colombia, Puerto Rico, etc., el resto de los países de Latinoamérica, sin ser revolucionarios, tienen gobiernos progresistas o socialdemócratas. Y en Chile nunca pasamos a esa etapa con los gobiernos de la Concertación, nunca tuvimos gobiernos socialdemócratas.

 En ese escenario, los movimientos estudiantiles, y en general los movimientos sociales, han podido tener un mejor diálogo con los gobiernos. Yo he estado por ejemplo en Brasil, y obviamente los movimientos tienen cuestionamientos a los distintos programas y a las políticas que han tenido tanto Lula anteriormente como ahora Dilma, pero uno se da cuenta que hay una mayor facilidad para el diálogo y la participación desde los movimientos sociales; en los últimos años hay una instancia de diálogo que antes no existía y que ha permitido avanzar al menos un poco en ciertas conquistas parciales.

En cambio en Chile eso no se evidencia, porque quedó un legado de la dictadura muy fuerte y que no se ha derrumbado. Tuvo que haber un proceso tan fuerte y tan masivo como éste que protagonizamos los estudiantes, para que se volviera a plantear la necesidad de democratización del país, que se había planteado con la vuelta de la democracia, pero que nunca se cumplió.

En nuestro país, recién después de casi treinta años, se ha podido volver a plantear –sobre todo por el impulso de la juventud que logró que se pierda el temor– que era lógico que, para volver a la democracia, teníamos que cambiar la Constitución que había sido implementada por la fuerza y que se discutió y redactó por cuatro personas de la junta militar, y además con ideas venidas desde afuera. Este fue un experimento que ya no resulta, y ha quedado en evidencia que es preciso desmantelarlo y construir algo nuevo. Entonces, creo que hay algo general que tiene que ver con el modelo neoliberal y con el capitalismo global, que está siendo profundamente cuestionado por nuestras sociedades, pero atendiendo en el análisis a las particularidades históricas que tiene cada país.

Fuente: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/osal/20120417105250/OSAL31.pdf

Fuente imagen:http://camilavallejodiputada.cl/wp-content/uploads/2014/10/camilita.jpg

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Autoeducarse asambleariamente y reeducar severamente al Estado con Autogestión y lucha antisistémica

Autoeducarse asambleariamente y reeducar severamente al Estado con Autogestión y lucha antisistémica

Autores: Ignacio Muñoz Cristi y Roberto Cofré Pinto/Fuente: Rebelion.org

 

Es nuestra convicción y nuestra práctica que para rebelarse y luchar

no son necesarios líderes, ni caudillos, ni mesías, ni salvadores. Para luchar

sólo se necesita un poco de vergüenza, un tanto de dignidad y mucha organización.

Subcomandante Galeano EZLN

Eso de educación popular a cargo del Estado es absolutamente inadmisible. Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas, y otra cosa, completamente distinta, es nombrar al Estado educador del pueblo! Por el contrario, es el Estado el que necesita recibir del pueblo una educación muy severa.

Karl Marx  

Sin un embrión de poder popular no hay educación popular,

y sin semillas de educación popular, no hay ni habrá poder popular

Movimiento de Pobladores en Lucha – MPL  

Sobre el MPL y su Proyecto Histórico (1):  

Respecto a la educación popular y la autogestión de ella, en el MPL hemos entendiendo primeramente, que en el proceso mismo de involucrarnos en las luchas por la soberana producción del hábitat, estamos ya inmersos en un proceso educativo de enorme magnitud e importancia, transformándonos mutuamente en la convivencia social, descubriendo las realidades en que habitamos, compartidas por las grandes mayorías, en torno al mal vivir de la pobreza capitalista, con la consiguiente destrucción personal, social y medioambiental, siempre, para los nunca, para los sin, los nadie. Incluso pensamos, que el enfoque de educación popular autogestionario y antisistémico en torno a la constituyente producción social del hábitat, es uno de los más importantes y urgentes tipos de aprendizaje que pudiese tener por delante el mundo entero, especialmente las grandes mayorías, sean urbanas, campesinas o indígenas. En este proceso nosotras y nosotros nos hemos ido autoeducando en lo fundamental, desde los territorios, como pueblo, como clase popular oprimida y explotada, pero también como persona digna y comunidad repleta de riquezas humanas, cultura, saberes y prácticas populares. Persona y comunidad popular también auto asumida como necesario agente potencial de transformaciones democratizantes en el espacio público, plagado de opresión, explotación y discriminación.

El Movimiento de Pobladores y Pobladoras en Lucha es un movimiento urbano popular, que a través de la producción autogestionaria de ciudad y poder popular constituyente, va levantando y resguardando la semilla de un proyecto de civilización otra, no patriarcal ni capitalista, y por ahí va autoeducándose, va luchando, resistiendo y avanzando, desde, contra y sin el Estado, por abajo a la izquierda, contra los malos gobiernos y los dueños del capital transnacional, en el sendero del buen vivir hacia la vida digna, vía igualitaria, libertaria y fraternaria, abierta y orientada a las grandes mayorías y los pueblos del mundo, con sabiduría ancestral y popular.

Este 18 de julio de 2016, el MPL esté cumpliendo ya 10 años de existencia, y su proyecto revolucionario, aun teniendo que sobrevivir en la ultra periferia del sistema mundial, en la parrilla ardiente del neoliberalismo chileno, con todo en contra, incluso nuestras propias contradicciones, sigue sano, renovándose y creciendo. Para nosotras y nosotros esto significa 10 años de autogestión comunitaria y pública, 10 de educación popular y lucha de liberación, en un camino que es a la vez anti patriarcal, contra capitalista y descolonializante, que empieza por casa, comunidad, en los territorios, pero aspira a la emancipación nacional, latinoamericana y mundial. Camino de trabajadores-militantes intentando sin mapa, ir produciendo y reproduciendo otro modo de vida, una cultura y mentalidad autogestionaria, que permita cosechar autorrealización mutua y mutua emancipación social, política y económica.

En Chile, una de las sociedades más desiguales de Nuestra América, lo único que parece importar es asegurar la gobernabilidad suficiente para que el empresariado, tanto nacional y transnacional, se sienta seguro para invertir y obtener sus usuales altas tasas de ganancia. Así, la práctica cotidiana, es reprimir, cooptar e invisibilizar todo lo que vaya a contra pelo del sistema. Y si hay un movimiento social que ha sido invisibilizado y ninguneado en la historia nacional, es el de pobladores. Este libro abre una ventana a ese Chile profundo e invisible, el de las bases populares y de las y los militantes que son también productores autogestionarios de un hábitat otro. E invita a vincular estas propuestas y luchas educativas con las luchas históricas de los pobladores, tanto las de los sesentas y setentas con su construcciones de poder popular, como las vinculadas a la fuerza de los ochentas contra la dictadura.

Como es sabido, los movimientos populares se mueven, crecen y articulan en los tiempos largos de la historia, según ciclos y tendencias, a veces rápidas y visibles, otras lentas y difíciles de distinguir al mirar la esfera pública. La temporalidad histórica del movimiento de pobladores se remonta, como actor colectivo, a las luchas arrendatarias y conventilleras de comienzos de siglo XX, alcanzando su mayor desarrollo autogestionario en el periodo que va entre la toma de la victoria (1957) y la caída de la Unidad Popular (1973). Fin de ciclo, marcado por la brutalidad dictatorial que buscó desarticular a sangre y fuego el movimiento de pobladores, pero que sin embargo consiguió lo contrario, su radicalización, así, cuando comenzaron las Jornadas de Protesta Nacional de los años ochenta, que dieron al traste con la gobernabilidad que necesitaba el dictador para retener a sus inversores trasnacionales, fueron pobladores, en particular jóvenes y mujeres, quienes más audazmente se movilizaron y supieron encarar, con dolor y muchas bajas, la represión descarnada que antecedió la, nunca acabada, transición democrática. Sin embargo lo que no pudo la dictadura, lo pudieron los gobiernos de la Concertación, que entre gallos y medianoche pactaron con el diablo vendiendo el alma colectiva a las fuerzas de la derecha civil y militar, abriéndose con ello un ciclo de neoliberalismo salvaje que logró en buena medida, transformar el país, y embrutecer la conciencia de la clase popular a punta de fomentar y recompensar el individualismo , el clientelismo y el exitismo, consiguiendo, entre represión, abandono y lavado de cerebro, desintegrar hasta casi la medula el tejido social del pueblo pobre y trabajador.

Pero ahí, en la ultra periferia, la solidaridad, la alegre rebeldía y la esperanza, nunca fueron muertas, por el contrario, eran fuerzas altamente contagiosas esparciéndose por doquier, madurando, aprendiendo las lecciones de la historia, en particular la importancia de autogobernarse y autoeducarse con miras a la libración.

La Toma de Nazur (Peñalolén), en 1999, marcó la apertura de un nuevo ciclo del movimiento de pobladores, y siete años después, el 2006, nacía el MPL, que junto a la Federación Nacional de Pobladoras y Pobladores (FENAPO), fundada el fatídico día del terremoto de febrero del 2010, se han convertido hoy en día en dos de las organizaciones de pobladores más antiguas existentes. Y que al aprender de la historia y reconfigurar sus tácticas y estrategias, y a pesar del ninguneo de siempre, han devenido en una fuerza política y social que ha sabido marcar tendencia en el seno del movimiento popular.

El año 2006, cuando las fisuras del neoliberalismo chileno estaban dibujándose con cada vez más claridad, fue cuando resurge con fuerza el movimiento estudiantil en su “revolución pingüina”, y junto a ello la ingobernabilidad de las y los trabajadores, las y los pobladores y asambleas regionales. Fue el año en que con alegre rebeldía volvieron a alzar en alto el puño los sujetos populares, año en que se desafió la lógica del lucro, año en que el Partido Comunista pactó con la Concertación un contrato social cooptado y cupular, año en que, como año tras año, el capital transancional venía privatizándolo todo, y se sobrevive a pulso de crédito hasta para el pan.

2006, dos años antes que explotara una gigantesca y aún rodante recesión en la economía capitalista mundial, jóvenes pobladoras y pobladores organizados en los territorios dieron cara ante la gentrificadora retirada del Estado en la gestión de la vivienda social, decidiendo organizarse como movimiento social apuestan por la autogestión y construcción de las viviendas de sus vecinos, pero también, y más allá incluso del derecho a la ciudad, apuestan por la completa producción social del hábitat, es decir, por la construcción asamblearia de autonomía territorial, sectorial, comunitaria y nacional, que incluye la educación, la salud, el trabajo y todas las dimensiones del habitar humano, así como el uso de las herramientas de materialización política de su proyecto histórico, abriendo espacios para que la clase popular pueda ir autogobernando sus territorios asamblearia y constituyentemente según sus capacidades y necesidades.

Así nació el MPL, en Peñalolen, pero hoy, ha ido creciendo en Santiago, por San Joaquín, Renca y Pudahuel, y a comunas en otras dos regiones (Arica y Antofagasta), y como siempre, realizando constantemente proyectos comunes y ayuda mutua por diversos territorios de la periferia. En su seno, el MPL grupa alrededor de 900 familias organizadas en asambleas en torno a comités de vivienda, y a un núcleo de 50 militantes, donde todo lo realizado hasta la fecha, conjuntos habitacionales, centros educativos, cooperativas, etc., ha sido posible en un proceso de convergencia de miembros de asambleas, militantes, y colaboradores, quienes se integran diferencialmente a un proyecto común que funda y conserva la matriz identitaria del movimiento, la del Nuevo Poblador, quien construye la Nueva Población y la Nueva Ciudad, como realización actual y futura de la Vida Digna, la cual concebimos como el horizonte histórico de nuestro movimiento, un mundo de buen vivir sin patriarcado ni capitalismo.

En nuestro caminar, autoeducándonos, hemos descubierto, por un lado, la necesidad de dejar de pensar en términos de oposición reforma v/s revolución, para entender que usadas a largo plazo ambas estrategias pueden y deben ser mecanismos complementarios, y que la dinámica constituyente de poder popular levantado por los territorios se fortalece y defiende eficazmente si se lo puede articular con una herramienta de lucha estatal, en tanto esto se haga conservando la soberanía de los movimientos y asambleas, su autonomía y bienestar para las personas, comunidades, pueblos y la biosfera.

Para nosotras y nosotros la autogestión no es solo administrar recursos o producir riqueza, esa es sólo una de sus dimensiones. La autogestión es un proyecto de vida y de lucha para los que creemos que la respuesta a la crisis de la sociedad capitalista está en la población organizada. La autogestión es la manera emancipadora que tiene a la mano una comunidad organizada, para definir los asuntos vitales de su vida social, y para producir las condiciones materiales que posibiliten su existencia.

Como hemos señalado en diversas ocasiones, según el MPL la autogestión implica cuatro grandes dimensiones:

  1. El autogobierno asambleario en lo político, tanto territorial, gremial como electoral.
  2. El control económico sobre la riqueza socialmente producida.
  3. La soberanía cultural de los propios procesos de vida.
  4. La solidaridad y activo involucramiento mutuo del pueblo y entre los pueblos.

Esto implica un quiebre incluso en la manera que pensamos al ser humano, de cómo nos vemos a nosotros y nosotras mismas. Con la autogestión pasamos de una mirada sobre nuestras pobrezas y precariedades, hacia una mirada donde se resalten nuestras riquezas y potencialidades. No somos víctimas, somos luchadores/as de una nueva sociedad. Desde nuestra perspectiva la autogestión no es solo una cuestión económica, por ello ejercerla y defender su reconocimiento no es sólo para abaratar costos o construir mejores casas, sino más importante aún, la autogestión es para construir barrios organizados colectivamente, comunidades que avancen en la gestión de su hábitat de modo cooperativista, territorios donde vivamos en tiempo presente el socialismo. Desde nuestra visión, consideramos que la autogestión orientada a la realización de un socialismo autogestionario, ha de ser entendida en toda su complejidad y potencialidad, e implica la recuperación y gestión de los recursos estatales, aportados en último término por los ingresos del pueblo chileno.

De este modo el MPL ha ido complejizando la praxis autogestionaria en torno a una táctica-estrategia triple, que opera; sin, contra y desde el Estado, recuperando recursos fiscales (subsidios y subvenciones), pero también espacios decisionales desde la herramienta política que junto a otros movimientos y fuerzas de izquierda hemos implementado, el Partido Igualdad, abriendo así un sendero constituyente por abajo, que habrá de llevar décadas, trabajando en todos los frentes, buscando en último término, la desintegración del Estado burgués, de un modo paulatino, pero total. Mientras tanto hay que ir posibilitando dar a luz el embrión de un mundo otro, que habremos de ir amamantando cotidianamente contra viento y marea en un camino emancipatrorio transicional, cuyos resultados quizás ni siquiera lleguemos a vislumbrar, pero si nuestras hijas, hijos y nietos.

Toda esta praxis ha venido cristalizándose en una línea política que superó los bordes del MPL para hacerse parte de la política constitutiva de la Federación Nacional de Pobladores (FENAPO), Igualdad y La Vía Popular y de los Pueblos a la Constituyente Social. Se trata en último término, de la creación y ampliación de una Área Social (el desde), una Mesa Social (el sin), y una Constituyente Social (el contra).

En el MPL y sus coaliciones de alianza popular, todas las fuerzas anticapitalistas congregadas están luchando por expandir de facto el Área Social que arrebatan al mercado y al Estado, la cual se expresa en el conjunto de conquistas populares de vivienda, ciudad, educación, salud, trabajo, etc. Y en el camino del control social de todos los bienes comunes de un modo asambleario. La Mesa Social se activó con ocasión del acampe de la FENAPO en el Mapocho (2014), en que participaron diversos actores colectivos, como movimientos estudiantiles, sindicatos y organizaciones culturales y políticas de diversa clase, junto, por supuesto, a las y los pobladores federados. La Mesa Social llama, no al mero solidarizar sino, a unir las luchas y crear un consenso popular con dialogo e involucramiento mutuo, el cual se defiende en la Mesa y en la calle. Finalmente la Constituyente Social es el llamado a instaurar una vía popular y de los pueblos para la soberana deliberación constituyente, desde abajo, desde todas las asambleas para que “el pueblo mande”. Esta es la dimensión táctica contra el Estado, la cual no se orienta a crear meramente una nueva legislación, sino a unir las luchas populares y sus construcciones, para cambiar la correlación de fuerzas a nivel nacional, desde abajo a la izquierda.

Sobre la Política Pedagógica Autogestionaria del MPL:

La política pedagógica del MPL tiene tres dimensiones, dos informales y una formal. El primer espacio informal es el centro o fundamento desde el que se fundaron históricamente las otras dos, y consiste en concebir el proceso de producción social del hábitat, partiendo con la vivienda, como un proceso de educación permanente, el que se da en torno tanto a los requerimientos técnicos como a los cívico-asamblearios, propios del trabajo para la producción social de la vivienda, así como en torno a las luchas políticas que con el mismo fin han de librarse para lograrlo, y esto implica todo el tiempo involucrarse en las luchas de otras organizaciones hermanas, creando redes de apoyo y construcción conjunta, sean de vivienda o no, pero siempre populares y anticapitalistas. Como señala Guillermo González, militante histórico del MPL: “Aquí no se trata de entregarle a las personas la famosa llave en mano, esta es una invitación a luchar, autoeducarse y a autogestionar, invitación en torno a la cual las familias van llegando a descubrir las discriminaciones y trabas burocráticas que implica en Chile el acceso a la vivienda social, y así van llegando a ubicar también a los concretos enemigos políticos de la clase, tras esas dificultades, pero también descubren el gran potencial creativo y social que tenemos y que se potencia en la unidad de las y los que luchan. Por eso que se trata de lucha y autogestión.” En este proceso la EaGis (Entidad de Autogestión Inmobiliaria Social) del MPL, ha sido fundamental, constituyéndose no como una mera empresa o ONG, sino como una novedosa plataforma social de autoproducción y autoeducación de las asambleas del movimiento, quienes se involucran a lo largo de todo el proceso, en conjunto con los profesionales rebeldes que apoyan el trabajo de vivienda y formación.

El segundo espacio informal, también omnipresente, es aquel que concibe el horizonte vital del MPL, la Vida Digna, también como un camino de aprendizaje, en torno a la construcción relacional de la identidad del Nuevo Poblador y la militancia de nuevo tipo. Hay una forma de ser, una mentalidad y cultura autogestionaria que se espera sea aprendida en la convivencia, y que implica solidaridad, compañerismo, honestidad, responsabilidad, disciplina, autoeducación constante, y creatividad para lograr llegar a sobrevivir produciendo fuera del circuito de la mercantilización, y fuera de toda relación patriarcal de dominación, prefigurando así, hoy, utopísticamente, el horizonte del mañana. Como lo evocó acertadamente una vecina de nuestras asambleas: “El MPL para mí es un frente de lucha que representa todas mis necesidades de vida digna para todos y todas, no tan solo algo una cuestión de realización personal, que en algún minuto fue, al entrar en la organización. Fue un cambio total en mi vida po, un cambio total de conducta, de pensar, de ver las cosas, cambió todo. A como yo era antes, una persona más egoísta yo creo, una persona más no sé… conformista quizás tal vez, y ya entrando a la organización, compartiendo visiones con los compañeros y aprendiendo, porque para mí todo esto ha sido un aprendizaje constante”

Finalmente, el espacio de educación formal del MPL implica dos ámbitos, por un lado, donde se da un ejercicio continuo de ir abriendo diversos talleres, cursos y capacitaciones en los distintos territorios, y por otro, la orientación a la progresiva creación de unidades educativas permanentes (Jardín, Colegio, Diplomado, etc.), la primera de las cuales, y que funciona como herramienta jurídica de las demás es, la Corporación Educacional Poblar, a la que hoy se suma la Fundación Educacional para el Buen Vivir. Uno de los textos escritos para esta antología nos contará sobre nuestra herramienta Poblar, así que aquí no abundaremos en ello, pero enfatizaremos que a través de conjuntar el aprendizaje desde la praxis, arriba mencionado, y la creación de ciencia social popular, al servicio de los procesos de transformación y emancipación social, logramos dialécticamente “politizar la teoría y teorizar la lucha”.

Directamente vinculado a Poblar estuvieron tanto el Taller de Oficios, como el Diplomado en Movimientos Sociales Latinoamericanos y Autogestión Comunitaria. El primero ha sembrado espacios educativos que buscan capacitar y propiciar cooperativas de jóvenes y mujeres, y ha desarrollado a la fecha capacitaciones en albañilería, electricidad, diseño y producción de muebles. Por su parte el Diplomado es un ámbito formativo de corte teórico-político, el que ya va en su 6ta. versión, donde han participado más de 50 educadores nacionales e internacionales , y en el que han participado más de 250 estudiantes de los cuales 150 han sido dirigentes, delegados y o militantes de diversas organizaciones y movimientos de Chile y algunos de América Latina. Espacio el cual ha funcionado de modo completamente autónomo, autogestionado por el MPL y con el apoyo de los educadores, en parte militantes del MPL y en parte profesores universitarios con una trayectoria de investigación crítica.

También el MPL ha desarrollado una línea de educación temprana, la cual se está implementando aprovechando un nuevo tipo de establecimiento de educación comunitaria abierto por la JUNJI, los C.E.C.I. (Centro Educativo Cultural de la Infancia). Una vez más, aprovechando que el Estado abre un ámbito orientado a la empresa privada, pero en el cual el movimiento social puede insertarse y seguir construyendo poder popular, el MPL da un paso al frente y asumiendo las tensiones y contradicciones posibles, apuesta por la reformulación de la estructura institucional, abriendo posibilidades para una educación rebelde. El C.E.C.I. Epuwen (Dignidad en mapudungun), es un establecimiento, abierto a principios del 2013, bajo control del movimiento social, específicamente de las familias que habitan en la Comunidad las Araucarias (Peñalolen), primer conjunto habitacional del MPL en el que ya conviven 120 familias, y donde se construyó Epuwen. Las personas que lo dirigen y atienden son militantes del MPL y miembros de la asamblea de la comunidad.

El sentido profundo de este proyecto educativo tiene que ver tanto con brindar un espacio de educación para las nuevas generaciones del movimiento desde su más tierna infancia, centrado en las realidades culturales y políticas populares en que habitan las y los infantes, así como posibilitar espacios educativos que construyen y reconstruyan comunidad, desde el trabajo con las madres-padres, las familias y vecinos de quienes habitan en Las Araucarias, conjunto habitacional autogestionado por el MPL.

Otro espacio educativo de importancia fue el Colegio Paulo Freire del MPL, sobre el que no incluiremos un texto descriptivo, pero del que aquí hablaremos un poco y en el apéndice del libro se agregó un comunicado del 2015 sobre su lamentable situación actual. En su camino el MPL soñó tempranamente con levantar un colegio, como en Peñalolen nos fue imposible conseguir, hasta ahora, un terreno, buscamos en otras comunas hasta dar con el lugar indicado en San Miguel, donde el año 2013, el Colegio Paulo Freire del MPL, un C.E.I.A. (Centro de Educación Integral de Adultos), inició sus actividades. El MPL, siguiendo su lógica dialéctica, aceptó el reto de tomar una de las estructuras más usada en Chile para lucrar con la educación, la de colegio particular-subvencionado, y la transformó en una herramienta de educación popular autogestionaria. La primera gran diferencia es que ahí donde los privados cobran al estudiante, el colegio del MPL fue siempre gratuito. En segundo lugar, fue pensado como un establecimiento de corte cooperativista, al mismo tiempo bajo control obrero y del movimiento social, en que cada trabajador, recibía el mismo sueldo base (por hora trabajada), y las decisiones se tomaban en conjunto entre la asamblea de trabajadores (que incluía militantes del MPL) pero en línea con la política pedagógica de la comisión de educación del MPL. Se esperaba llegar a operar sin director, o hacerlo rotativamente, de modo que la asamblea de trabajadores fuera la que tomara las decisiones cotidianas en conjunto con la asamblea de estudiantes.

Nuestro Colegio nació orientado por la mencionada táctica-estrategia triple, la que subyace a la constitución de todas las unidades productivas y de servicio del MPL y a aquellas políticas, como la Concejalía Popular y el Partido Igualdad. Ahora bien, evidentemente no se pueden separar artificialmente las dinámicas sin, contra y desde, ya que en cada espacio operan las tres, solo que en cada una hay tendencias más marcadas en una u otra dirección.

En el Colegio del MPL se operó desde el Estado satisfaciendo la normatividad que este exige y aceptando de este el subsidio que le permite funcionar, operó sin el Estado en la autonomía desde la que pudo plantear su propia política pedagógica desde los vacíos en la red de poder que establece este, así como en todo lo que fueron y son las dinámicas que permitieron levantarlo sin mayores recursos económicos, y en todas las actividades autogestionarias (fiestas, peñas, etc.) que permitieron generar recursos para sostenerlo por sí mismo. Y operó contra el Estado, tanto al brindar una educación reflexiva y crítica que cuestiona los fundamentos del Estado y el sistema capitalista en general, así como abriendo espacios de formación y lucha política para sus estudiantes, como la Asamblea de Estudiantes, que en el periodo de dos años (en que se graduaron dos generaciones), bien pudo hacer gala de una autonomía poco común en los establecimientos educativos del país. Y también funcionó contra el Estado abriendo espacios que permitieron a trabajadores y estudiantes involucrarse en el devenir de las luchas populares anticapitalistas.

Como se señalaba en una presentación expositiva del Colegio, las orientaciones básicas eran: “Creemos en una educación liberadora, dirigida a re-pensar y transformar la realidad de las y los oprimidos. Una educación al servicio y de utilidad para la revolución política y social, para la emancipación de la clase y del género humano. Al mismo tiempo queremos una educación popular urbana, es decir que esté situada en la realidad de la gente, en sus condiciones territoriales y que piense su posibilidad de superación. Trabajamos desde una didáctica que apunte a: Politizar el acto educativo. Re-significar los contenidos. Situar los conocimientos y saberes en la realidad concreta de las/os estudiantes. Prefigurar nuevas relaciones sociales y formas de producción entre educadores/as y educandos/as.”

En Chile, el movimiento estudiantil ha estado luchando para conseguir educación pública gratuita y de calidad para todos. Logró instalar en la opinión pública el tema del lucro y desencadenar un proceso de politización general de diversos sectores del país. Estos grandes logros sin embargo no han derivado en la configuración de un movimiento estudiantil capaz de realizar por sí mismo las demandas que alza peticionistamente al Estado, y tampoco se lo puede considerar un movimiento antisistémico, ya que hasta hoy ha operado buscando reivindicaciones de mera reforma del sistema, no de superación dialéctica del mismo. Paradójicamente, el movimiento social más ninguneado en la historia chilena ha sido el que, precozmente, ya atravesó esa frontera, el movimiento de pobladores encarnado en el MPL, ya que de hecho logró, atravesando muchas dificultades y afrontando gran precariedad, realizar, a través de su Colegio, una propuesta educacional pública, gratuita y de calidad, de un modo autogestionario.

Como señalábamos ya en nuestro comunicado número 32, de agosto del 2012: “Hemos construido desde el seno del movimiento social, un espacio para su formación, para su reflexión, para su fortalecimiento. Importante ha sido el demostrarnos que sí se puede. Que es posible la creación de un mundo otro aquí y ahora, de impulsar una política prefigurativa que dibuje en el presente el embrión de la sociedad del mañana. Que el movimiento social puede ser una alternativa, en este caso educativa, para los pueblos. Somos capaces de lograr autonomía en nuestro saber, en nuestra producción de conocimiento. (…) Por ello, ante la situación de la educación en Chile tenemos la convicción que recuperando la confianza en nuestras propias fuerzas, la autonomía educacional desde abajo es posible. A diferencia de las derechas que afirman todo al mercado, y la izquierda tradicional que reivindica todo al Estado, nosotros gritamos todo para el pueblo. Ni Privatización, Ni Estatización: Autogestión.”

Ya el 2014, pensando la educación autogestionaria a nivel macro, propusimos siete principios generales y cinco elementos para un marco de acción en nuestro texto: “Incorporación al Nuevo Sistema Educativo Nacional de la Educación Autogestionaria”.

 Principios Generales

  1. La educación autogestionaria no es privada ni estatal, corresponde al área social de producción, es decir aquellas actividades que desarrollan los sectores populares para dar respuesta a sus necesidades negadas, donde el Estado no puede y Mercado no quiere.
  2. La educación autogestionaria si bien no es estatal, sí corresponde al área de lo público, por cual su fomento hace parte coherente de la necesidad de fortalecer la educación pública.
  3. La educación autogestionaria corresponde a los distintos centros educativos, de infantes, primaria y secundaria, permanente y flexible para jóvenes y adultos, e incluso de especialización universitaria que han debido mantenerse en los márgenes de la gestión estatal, o se han incorporado en ella bajo figuras institucionales privadas.
  4. La educación autogestionaria es emprendida por organizaciones populares y solidarias, de demostrada capacidad autogestionaria, tales como cooperativas, territoriales o funcionales que, sin fines de lucro, desarrollan acciones educativas concretas para suplir, y en los mejores casos superar, el deficiente sistema escolar actual.
  5. La educación autogestionaria necesariamente debe poder llegar a cumplir con formas de control directo en todos los niveles de su gestión, ya sea hacia dentro, trabajadores, apoderados y estudiantes y/o hacia fuera, las organizaciones y vecindad de la comunidad adyacente.
  6. La educación autogestionaria posee una estructura solidaria en su proceso productivo, no existen utilidades directas o pago a personal ajeno a la tarea propia del centro educativo. En caso de existir utilidades estas son redistribuidas entre los trabajadores y trabajadoras, inversiones en el centro mismo, o a través de fondos para la comunidad y/o los estudiantes.
  7. La educación autogestionaria apunta a la emancipación del género humano mediante la generación de una conciencia crítica de la realidad y el incentivo de su compromiso por transformarla. En efecto opera a contrapelo del currículo formal como de las metodologías tradicionales de transmisión de conocimiento.

Marco de acción

  1. El Estado debe garantizar los recursos para todas y todos los estudiantes participantes de los centros educativos autogestionarios, sin verse discriminados por su elección. En este sentido se propone un aporte basal universal destinado al sistema escolar estatal pero a su vez, a cada niño, niña, joven y adulto participante del área social.
  2. La defensa de la gratuidad de la educación autogestionaria necesita de un aumento sostenido de su inversión social evitando así toda forma de copago.
  3. El Estado debe facilitar, a través del Ministerio de Bienes Nacionales el acceso para los centros educativos autogestionarios a los inmuebles de propiedad fiscal, distribuyendo dentro del área de producción social el suelo público.
  4. Se debe crear una figura legal propia, que no sean ONG`s, Corporación o Fundación, sino propiamente como Centros de Educación Autogestionaria (CEA).
  5. Los espacios autogestionarios puede acceder a todos los recursos multisectoriales existentes, promoviendo el Estado a través del Ministerio de Educación su articulación. Estos recursos son de administración directa del CEA y de su competencia y responsabilidad ante la autoridad competente.
  6. Asimismo se requeriría que, dentro del MINEDUC se creara una Unidad de Gestión dedicada a la educación autogestionaria, tanto a su registro y certificación como su financiamiento y seguimiento.

De este modo, como centros educativos autogestionarios organizados en el MPL propusimos que: “El sistema educativo nacional es el conjunto organizado de acciones educativas reguladas y garantizadas por el Estado que hacen posible el derecho a la educación. Esto integrado por la gestión estatal, privada y [autogestionaria] que abarcan distintos niveles, ciclos y modalidades de la educación. Esta última corresponde a aquellas acciones que emprenden grupos organizados desde los mismos territorios con el objetivo de dar respuesta, sin fines lucrativos, al acceso a una educación gratuita, bajo control de la comunidad, y de calidad integral. Estas son modalidades solidarias de producción social orientadas a la emancipación cultural de los sectores más empobrecidos materialmente por este sistema”.

Lo que despertó abajo a la izquierda el 2006 por los territorios y que el 2011se hiso parte de una revolución mundial, no duerme y no dormirá, ni lo apaciguarán mañosas reformas ni pérfidas represiones. Con la temporalidad larga de los ríos subterráneos de la historia, la familia de los movimientos antisistémicos que luchan contra el patriarcal-capitalismo y por la Vida y Dignidad, está, a pesar de todo, reuniéndose, mirándose a los ojos, reconociéndose, involucrándose mutuamente en su producción de hábitat y en sus luchas y resistencias, en un proceso informal y permanente de autoeducación emancipatoria mundialista, que avanza dentro de la que llegará a ser, en medio de la crisis capitalista, la próxima gran épica popular en la historia de las civilizaciones, aquí, planeta tierra, donde está todo por comenzar.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215403

Fuente de la imagen: http://sexta-azcapotzalco.blogspot.com/2014/05/chile-pronunciamiento-del-movimiento-de.html

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Entrevista a Bárbara Villalba: “El estado chileno está cometiendo un genocidio camuflado”

14 Agosto 2016/Fuente: APL/Autor:Por Oscar Castelnovo

“Yo siento que el estado chileno está cometiendo un genocidio camuflado, se trata de un estado terrorista y de un genocidio como el de hace quinientos años, pero solapado, donde los medios de comunicación lo ocultan y la comunidad en general no advierte lo que sucede”.
Así lo expresó Bárbara Villalba, docente, y miembro de Coordinadora por la Defensa del Pueblo Mapuche que agrupa a una diversidad de organizaciones autónomas e independientes. En esta conversación en la APL, la compañera refiere a las principales demandas mapuches, habla de las leyes antiterroristas, la cárcel, la muerte, el despojo que sufren los vulnerados y de los beneficios que esta represion reporta a las empresas forestales chilenas y a las multinacionales. De ese modo, las acciones de una lucha legítima son encuadradas en figuras del código penal. Por caso, treinta comuneros hoy tras las rejas y los nombres Alex, Matías y Jaime, tres jóvenes asesinados en la “democracia” chilena, dan cuenta de esta política de exterminio.
-¿Cuándo comenzó esta nueva etapa de despojo y cuáles son sus características?
– El pueblo mapuche, desde siempre, ha reivindicado y tratado de recuperar territorio que fue despojado desde el estado chileno. En la últimas décadas se han establecido empresas forestales particulares y multinacionales, con la venia del estado y sin respetar el convenio de la Ley Indígena, a usurpar estas tierras con mayor fuerza. El inicio de esto fue en el año 1978, en plena dictadura de Pinochet, cuando el Chile decidió ser un país en desarrollo, a sangre y fuego, a través de las empresas forestales. Eso se cobró muchas muertes en las comunidades mapuches de todo el país. En los años 90 – ya en la llamada democracia- comienzan con mayor fuerza aún los particulares, principalmente colonos alemanes, a intervenir en las tierras mapuches. A su vez, los mapuches tratan de recuperar sus territorios perdidos y por eso el Estado desata con más fuerza la represión en las comunidades.
-¿Quiénes ahora son los “dueños” de las tierras?
– Hay particulares, que son descendientes de colonos alemanes; hay transnacionales y hay empresas forestales, como Forestal Mininco – principalmente-, que es la que está en ese territorio. Son particulares que se enriquecen y envían su dinero afuera mientras las comunidades empobrecen cada día.
-Te escuchamos referir a cómo se vulnera la Ley Indígena
-Sí, porque se supone que la Ley Indígena sobrepasa a toda otra ley, pues dice que los territorios mapuches no se pueden enajenar, vender ni expropiar. Pero por intereses particulares muy poderosos el Estado ignora la ley indígena y aplica la Ley Antiterrorista y la Ley Interior del Estado.
-¿Qué establecen esas leyes?
Son leyes que vienen desde la dictadura, son leyes de guerra. Dice, por ejemplo, que si alguien atenta contra propiedad particular o estatal es pasible de penas de años de cárcel, de presidio. Hay comuneros a los que les han dado cuarenta años de cárcel en primera instancia y están peleando esas condenas en la cárcel. La represión opera en el intento de desarticular las comunidades. Para esto comenzaron a apresar a las máximas autoridades ancestrales mapuches. Estos son los lonkos y las machis. (Las machis, que pueden ser mujeres y también hombres, son la fuerza femenina que hace la sanación y las encargadas de buscarlas yerbas medicinales para curar a los enfermos. Los lonkos son las máximas autoridades ancestrales de cada territorio).
-Estas comunidades que van por la recuperación de las tierras ¿en qué momento fueron desalojadas?
-Es todo un proceso que viene desde el año dos mil. Distintas comunidades y sectores territoriales del sur de Chile han comenzado sus procesos de recuperación territorial. Una de las principales recuperaciones, y donde ha habido más muertes, es en la región de La Araucanía, estamos hablando de la Novena Región. ¿Cuál es la problemática que tiene el Estado con las comunidades? Primero, que las comunidades, los mapuches, están metiéndose con grandes empresas transnacionales que tienen mucho poder en su relación con el Estado. Entonces eso es un problema para el Estado. En segundo lugar, la conciencia y la capacidad que tiene el pueblo mapuche de sus propias reivindicaciones y por lo cual el estado chileno no tiene cómo hacerles el peso o sea cómo contra argumentar, porque son completamente legítimas y totalmente legales. Y el estado incrementa el ritmo de la ferocidad represiva porque los inversores extranjeros empiezan a temer por sus intereses en territorios que están en conflicto.
-El Estado no tiene argumentación, pero tiene la fuerza…
Claro. Tiene la fuerza. Es lo que pasa con el Estado terrorista. Por otro lado para el estado chileno (más allá del gobierno de turno porque lo hemos visto con Frei, Lagos, Piñera, Bachelet y todos.) esto ha dejado de ser un problema local pasando a ser un problema a nivel nacional.
– ¿Además de la tierra, cuáles son las principales demandas?
– Los movimientos mapuches plantean la necesidad de ser reconocidos constitucionalmente, lo cual está aún pendiente. Esto significaría que por imperio de la Constitución (que hoy está pensada desde Chile y no desde el pueblo mapuche) ellos puedan decidir frente a las situaciones que los afectan y que puedan ser reconocidos en la diferencia, en cuanto a su propio desarrollo económico, político y cultural.
O sea, que sus reivindicaciones sean escuchados como pueblo y no como grupos campesinos desarticulados.
Exacto. Otra cuestión, que es la que me preocupa difundir principalmente, es que el estado chileno muestra hacia afuera este conflicto como un “tema mapuche”, cuando en realidad es un conflicto que viene originado por el poder, desde el mismo estado. A la vez, presenta al mapuche como al delincuente violento que atenta contra los pobrecitos particulares, ya sea colonos o empresas forestales. De este modo oculta la situación de que los mapuches tienen su propio derecho de reivindicación territorial y por querer ejercerlo están siendo reprimidos y encarcelados.
-¿Cuáles son los efectos que tiene sobre la población la actividad de las empresas forestales?
En todo este tema, aparte de ocupar los territorios ancestrales mapuches, las forestales contaminan y devastan el territorio. Se ha talado todo el bosque nativo plantando eucaliptus, con lo cual también se ha reducido el agua porque cada eucaliptus chupa diariamente doscientos litros de agua y entonces los ríos y las napas subterráneas se han secado completamente. Así, no queda agua para el pastoreo ni para la agricultura mapuche. Además, las forestales están continuamente rociando con aviones pesticidas altamente contaminantes para el agua y las siembras de los mapuches.
-¿De qué lugares estamos hablando?
– Las regiones del Bío Bío, Araucanía y Los Ríos, principalmente. En esta última recién ahora se están recuperando ciertos territorios. Entre muchas otras, Temuco, Concepción y Valdivia son ciudades con zona rural, totalmente aisladas y encajonadas por estas forestales de las que hablamos. Hay que considerar que las comunidades son aledañas a las ciudades como referencia geográfica para que se entienda un poco la ubicación. Las comunidades suelen tener un gran número de familias reducidas en sectores muy pequeños territorialmente, que es el espacio que les ha quedado. Entonces están tratando de recuperar el territorio usurpado por las forestales. En esas zonas hay campesinos pobres que son criollos, como les llaman ustedes, o mezcla con mapuches, está la gente de las comunidades mapuches de los cuales muchos se desplazan a la ciudad a trabajar justamente por esta reducción territorial que han sufrido, y está la gente que viene con ascendencia de colonos alemanes o suizos, y que son quienes tienen el latifundio de las tierras dado por el Estado.
-¿Cuántxs comunerxs están en prisión o fueron asesinados por esta lucha?
– En esta situación de represión, son treinta y dos comuneros mapuches presos en distintas cárceles de Chile, en las comunidades están quedando los niños menores de edad – así como los ancianos- siendo reprimidos constantemente con allanamientos violentos, amedrentados a cualquier hora del día. Hay niños con perdigones en su cuerpo y esto no lo dicen los medios de comunicación de Chile. Hay niños que han sido secuestrados por organismos desconocidos de particulares y abandonados lejos de sus comunidades.
Y, dentro del contexto de represión y encarcelamientos, durante el gobierno de Lagos, en el año 2002, el primer comunero mapuche asesinado fue Alex Lemun, un chico de 17 años que estaba en un proceso de recuperación de tierras. Le llegó el balazo de un carabinero por la espalda y murió en el hospital. El carabinero hasta el día de hoy está en servicio. Otro chico fue Matías Catrileo, ultimado por un carabinero, en 2008, en el gobierno de Bachelet, en un proceso de recuperación territorial. También Jaime Mendoza Collio muerto por la espalda por un disparo del cabo de Carabineros Patricio Jara Muñoz durante la recuperación del Fundo Santa Alicia, reivindicado por las comunidades mapuche del sector como territorio ancestral; su asesinato fue en 2009, durante la gestión de Bachelet. No hay ningún responsable juzgado por estos crímenes.
Fuente de la entrevista: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/06/13/entrevista-con-barbara-villalba-coordinadora-por-la-defensa-del-pueblo-mapuche-el-estado-chileno-esta-cometiendo-un-genocidio-camuflado/
Fuente de la imagen:http://www.resumenlatinoamericano.org/wp-content/uploads/2016/06/chile-genocidio-620×400.jpg
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Para una Pedagogía del Hacer

Facundo Ferreirós

Partiré sosteniendo que no es posible distinguir o separar entre el cuerpo, las emociones y los pensamientos críticos, si nos interesa construir una propuesta educativa liberadora. Concibo que en la práctica educativa, los diferentes aspectos que componen la subjetividad se expresan de forma unificada, por lo que no se puede divorciar uno de otro a la hora de pensar y echar a andar una propuesta educativa. Sabemos, porque lo hemos padecido, que la educación tradicional posiciona los aspectos cognitivos por sobre la corporalidad y los aspectos emocionales. Cómo veremos en capítulos siguientes, para la pedagogía tradicional, el cuerpo es la cárcel del alma -y de la mente- y por esto, es necesario apresarlo en un aula, en un pupitre, controlar sus movimientos (cuándo se puede uno levantar, cómo sentarse) y domesticado desde la Educación Física. Con respecto a las emociones, ocurre algo similar. A las emociones “hay que aprender a controlarlas con la razón”, porque “entorpecen el camino al conocimiento”.

La corporalidad y las emociones son un tema tratado en varias oportunidades por Paulo Freire. Particularmente la experiencia que el pedagogo brasileño vivió en Guinea Bissau, lo llevó a reflexionar acerca de los modos de conocer con el cuerpo. En un libro que recoge reflexiones que nacen a partir de su experiencia como Secretario de Educación de San Pablo, nos dice: Estudiamos, aprendemos, enseñamos y conocemos con nuestro cuerpo entero. Con los sentimientos, con las emociones, con los deseos, con los miedos, con las dudas, con la pasión y también con la razón crítica. Jamás sólo con esta última. Es preciso atreverse para jamás dicotomizar lo cognitivo de lo emocional[1]”.

Entonces, volviendo al inicio, el sujeto no es desarmable. Tanto las y los educadores como las y los educandos se hacen presentes en un espacio educativo con sus cuerpos, sus emociones y sus razones. Más aún, posicionado desde una perspectiva contextual, sostengo que los sujetos y los procesos educativos que atraviesan los sujetos no están escindidos del contexto socio-cultural en el que se da dicho proceso y en el que los sujetos construyen su subjetividad. Por esto, no podemos escindir entre: a)lo que constituye al sujeto como tal en su corporalidad, su emocionar y su razonar; b) los modos en los que el sujeto conoce y las relaciones de conocimiento que establece consigo mismo, con los otros y con el mundo a partir de un proceso educativo; c) el contexto cotidiano donde se desenvuelve como sujeto;d) el contexto que nosotros y nosotras, educadores y educadoras, generamos y ofrecemos para su educación; y e) el contexto que finalmente surge a partir del grupo que se conforma para dicho proceso educativo.

La propuesta de Educación Popular que vengo sosteniendo en estas páginas surge de experiencias concretas, experiencias que centran su práctica educativa en el “hacer”. El hacer promueve una normatividad tácita[2] a partir del cual se constituye toda una propuesta micropolítica que entrelaza los pensamientos, las emociones –y el co-emocionar-, generando una ética del trabajo colectivo que busca formar unas “otras” subjetividades en el hacer. Subjetividades “otras” no sujetadas a las matrices coloniales, patriarcales y capitalistas que nos fueron impuestas desde la conquista para acá.

Una propuesta de Educación Popular con niños y niñas debe ser una educación unificadora frente a la constante fragmentación de la subjetividad que padecemos en el estado de situación actual. Una propuesta educativa crítica será aquella que se enfrente a la compartimentación del conocimiento tal como es concebida en la educación tradicional, que separa el cuerpo de la mente, la razón de la emoción, el trabajo del estudio, la matemática de la geografía, etc.

Baste algunos ejemplos para comprender esto. En mi experiencia personal, me propuse para el trabajo con grupos conformados por niños y niñas, desplegar dispositivos didácticos desde el hacer, como la creación de una cooperativa autogestionada y la puesta en marcha de una huerta. Estos dispositivos me han permitido, entre otras propuestas, poner en práctica unos “otros” modos de vincularnos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo. De generar otro tipo de relaciones entre nosotros como colectivo, de producir y trabajar de unos otros modos, de relacionarnos con la naturaleza, con nuestros cuerpos –y con la alimentación, la salud, la sexualidad, el movimiento- con nuestras manos, con los materiales, con el tiempo y con el espacio.

En primer lugar, me referiré a la cooperativa. Nos reunimos el educador y una veintena de niños y niñas. Tenemos que producir fideos para vender en el barrio. Mientras desayunamos conversamos acerca de lo que tenemos que hacer durante esa mañana. Al terminar, un grupo de 4 niños y niñas levanta las tazas y las paneras, pasa un trapo sobre las mesas y barre el suelo. Mientras, el resto se va a lavar las manos. Alguno pone música. Luego abrimos el armario, sacamos las cajas donde guardamos las 5 Pastalinda y las armamos. Las fijamos a las mesas (son 2 mesas grandes, de 2,5m x 0,80cm). Extraemos los utensilios y la materia prima. En un tacho hermético guardamos la harina.  Lo abrimos y extraemos con una taza medidora los 5 kilos. Nos ponemos a producir. Hacemos la masa. Luego, dividimos la masa en 5 partes y, en grupos, comienzan a estirarla y a pasarla por la Pastalinda. Finalmente, procedemos al corte de las cintas y los colgamos prolijamente de un secadero artesanal que armamos con palos de escoba en un rincón.

Dos días después, ya secos los fideos, los extraeremos del secadero, los cortaremos para tengan el mismo largo, y los empaquetaremos. Finalmente, en grupos, saldremos a venderlos en el barrio. Entre el día de producción y el día de comercialización, un grupo anotó en el libro diario el costeo de lo producido. La cantidad de harina, aceite, sal, huevos. Para esto hubo que hacer la cuenta de lo gastado en ese día ya que utilizamos 5 kg. de harina pero habíamos comprado un bolsón de harina de 50kg, lo mismo con las proporciones del resto de los ingredientes, ya que disponíamos de un bidón de aceite, un maple de huevos y un paquete de sal de kilo y sólo usamos una parte.

Al finalizar la venta, contábamos el dinero y anotábamos en el libro diario los ingresos. Durante el almuerzo, conversamos sobre la producción, si va a hacer falta comprar materia prima, si trabajamos parejo, si surgió algún inconveniente y cómo lo resolvimos o lo podríamos resolver. Conversamos acerca de la satisfacción de producir con nuestras manos. Conversamos acerca de lo diferente que saben los fideos caseros de los de paquete. Conversamos acerca de la venta, qué funcionó, qué fallo, qué podemos mejorar. Hablamos de la timidez o vergüenza de algunos niños para vender. Hablamos también de la dignidad de producir con nuestras manos y de la convicción de que estamos entregando un producto valioso. Tiramos algunas ideas acerca de qué queremos hacer con el dinero. La compañera delegada del grupo propone charlar sobre eso más profundamente en la próxima asamblea.

Otro día de la semana lo dedicaremos a trabajar en la huerta. Si bien diariamente, un grupo rotativo se encarga de regar, extraer maleza, agregar restos orgánicos a la compostera, apuntalar algún tutor o alertar sobre la presencia de algún bicho, ese día necesitamos dedicarlo entero al trabajo de la huerta ya que tenemos que armar plantines de lechuga, cosechar arvejas y acelga, y preparar la tierra en un nuevo sector para sembrar. Ese día, cada niño y niña se llevará un bolsón con acelga, arvejas y un ramito de perejil. Un niño extrae una hoja de lechuga y la prueba. “Qué sabor diferente, está re-piola”, dice. Convida a los demás. Se miran con las cejas levantadas en expresión de sorpresa, sonríen, asienten. En grupos armados espontáneamente, algunos se dedican a la cosecha, otros trabajan con los plantines sobre una mesa y otro remueve la tierra en el nuevo sector. Al terminar, alguno propone jugar un poli-ladron hasta que esté listo el almuerzo. Antes de almorzar, para bajar un poco los decibeles, dibujamos en los cuadernos lo cosechado y escribimos acerca de lo que hicimos en el día. Los niños tienen entre 6 y 8 años.

Desde el hacer, hemos problematizado cuestiones como las diferencias de género y la división sexual del trabajo, la división étnica, social e internacional del trabajo, las características del trabajo asalariado y las alternativas que los pueblos vienen poniendo en marcha, la soberanía alimentaria, la distribución de la tierra, el agronegocio y la agroecología, la diferencia entre alimento y producto alimenticio ultraprocesado, el desarrollo y sus alternativas, etc. Quizás sin ponerles estos nombres pomposos, pero sí comprendiendo cómo operan en nuestras vidas, las de nuestras familias y en la vida del barrio. Es decir, creamos una “otra cotidianeidad” prefigurando otros modos de ser y de hacer, a partir de lo cual pudimos problematizar la cotidianeidad propia y las matrices que nos constituyen, y ponerle nombre a las dificultades que atravesamos en el diario vivir. La pedagogía del hacer se constituye en “espacio de buen gobierno” y de “buen vivir”, desde el estar juntos, hacia otros “estares”, ensayando otras opciones educativas, éticas y políticas.

Cabe mencionar que estas experiencias no son “proyectos”, ni se corresponden con los denominados“métodos activos” o el “aprendizaje social-colaborativo”, ni nada por el estilo. Se trata de una pedagogía del hacer, una pedagogía para la vida y desde la vida, donde cada uno y cada una, a su ritmo y ánimo, junto con el resto, va estableciendo relaciones de conocimiento consigo mismo, con los otros y otras, y con el mundo, y así, construyendo conocimiento colectivamente. Pedagogía del hacer que ensaya una“otra” cotidianeidad prefigurativa en la que los sujetos nos asociamos libremente, dando lugar a una práctica colectiva basada en una nueva ética y una nueva política colectivista; donde conocer es un ejercicio de las razones, de las emociones y de los cuerpos; donde se hacen públicos los deseos de conocer y transformar-nos; donde, desde de la conspiración (inspiración mutua), se van construyendo nuevos conocimientos poblados de sentido y potencia transformativa.

[1] Freire, P. Cartas a quien pretende enseñar. Editorial Siglo XXI, 1994.

[2] Cusicanqui, S. Sociología de la Imagen. Miradas ch’ixi desde la historia andina. Tinta Limón Ediciones. Buenos Aires, 2015. Pág. 302.

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Fuente del articulo: http://www.blogger.com/profile/09305110495444069771

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Feria de idiomas Globalízate reunirá en Chile a más de 20 expositores

Chile/ Agosto de 2016/América Economía

La entrada será gratuita para todos los que visiten la feria el próximo 20 de agosto, previa inscripción en www.globalizate.cl.

Saber inglés u otros idiomas se ha convertido en una de las habilidades imprescindibles para tener mayor competitividad en el mercado laboral o como beneficio personal para expandir los conocimientos y participar de otras culturas.

Es cada vez más importante, tanto para estudiantes como para profesionales, hablar un segundo idioma, especialmente el inglés, en línea con la Estrategia Nacional de Inglés 2014-2030 del Ministerio de Educación, que busca alcanzar un nivel de “habilidad moderada” al año 2020 y de “habilidad alta” al 2030.

Y justamente por lo primordial de adquirir estas capacidades, este 20 de agosto se realizará en Santiago, simultáneamente con Concepción, la décima versión de la feria de estudios e idiomas en el extranjero “Globalízate”.

Sobre la feria, la gerente general de Education First, María José Barreda, señaló que la idea es mostrar a jóvenes y adultos “las alternativas disponibles para estudiar inglés y otros idiomas en el extranjero. En la feria Globalízate los asistentes podrán conocer los planes de estudios y los lugares donde hacerlo”.

La feria además, se realizará en dos versiones posteriores regionales el 27 de agosto en Antofagasta y Viña del Mar.

Para todos

La feria está dirigida a todo tipo de personas, tales como escolares, universitarios, profesionales que buscan mejorar su inglés, e incluso aquellos que quieren realizar unas vacaciones inteligentes o smart vacations en las que puede aprovechar para aprender o mejorar su inglés.

Barreda dijo que cuentan “con alumnos que prefieren sitios tradicionales como Nueva York, Oxford o Londres pero algunos que escogen y se enamoran de lugares más exóticos como Hawaii, Sudáfrica o Singapur”. Explicó que mientras algunos van a estudiar idiomas, otros viajan para realizar su práctica profesional, voluntariados o para preparar exámenes como el TOEFL.

Añadió además que “las oportunidades y opciones son infinitas. Aprender un nuevo idioma en el extranjero abre las fronteras idiomáticas del mundo, mejora las posibilidades laborales y permite acceder a nuevas culturas”.

Durante la feria los asistentes podrán participar de charlas educativas: Estudiar e Investigar en Alemania, Gap Year: Viaja y Vuélvete Bilingüe, Programas de Idiomas Para Profesionales y  Tu Hijo Globalizado y Bilingüe, entre otras.

También habrá una obra de teatro en inglés: «Shakespeare in Love» y una cuenta cuentos detallando historias de Pokémon GO en inglés para los más pequeños.

Según el Índice del Nivel de Inglés Education First EPI de 2015, Chile se ubica en el lugar N° 36 de 70 países. Un puesto arriba está Perú y abajo Francia. Los primeros tres lugares de este ranking los ocupan Suecia, Países Bajos y Dinamarca, respectivamente.

Expositores

Las universidades que participarán en la feria de Santiago son: Pontificia Universidad Católica de Chile, English UC, Kansas State University, Andrés Bello y Universidad Mayor.

Colaboran, asimismo, las siguientes embajadas e instituciones: AIESEC, British Council, Ceija, Chile Oriental, DAAD (Alemania), Education USA, Embajada de Francia/Campus France, Fundación Posgrados Para Chile, Hult, Instituto Confucio UC, Seminarium Certificación Santiago, Tronwell Antofagasta y VNU Programa de Voluntariado de las Naciones Unidas.

Todos los mencionados tendrán su stand en “Globalízate”, donde responderán preguntas acerca de lo que significa estudiar en el exterior, las diferentes áreas de estudio en que se puede participar, los destinos y los programas – que abarcan múltiples ciudades del mundo-, entre otras inquietudes.

Para visitar la Feria “Globalízate” debes registrarte en la página web www.globalizate.cl e imprimir la invitación o llevarla en el celular, y presentarla en la recepción. Los padres que acompañen a sus hijos a la feria también tienen que anotar sus datos en el sitio web.

Organizada por EF Education First, tendrá lugar en CasaPiedra, entre las 10:00 y las 19:30 horas. La entrada es gratuita; basta con registrarse con antelación en www.globalizate.cl.

Fuente: http://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/feria-de-idiomas-globalizate-reunira-en-chile-mas-de-20-expositores

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