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Compartir no es colaborar

compartir

Si quieres ir rápido, camina solo, si quieres llegar lejos, camina acompañado (Dicho Masai).

Cada vez que doy una conferencia sobre colaboración, proyecto este video para ilustrar el concepto. La mayoría del público no puede evitar emocionarse y a bastantes personas se les llenan los ojos de lágrimas. Colaborar consiste en “ayudar y pedir ayuda”, o lo que es lo mismo, ofrecer tu conocimiento a quien lo necesita y también atreverte a reconocer cuando no sabes algo y pedir apoyo a quienes saben más. Y claro, si tú has llegado hasta donde estás es gracias a que otros, empezando por tu familia, y en distintos órdenes de la vida, te ayudaron desinteresadamente. Cada vez que un cliente nos plantea un desafío novedoso, lo primero que hacemos es acudir a la red Knoco y preguntar. Puedo estar seguro que en 24 horas, recibiré jugosas respuestas de distintos miembros ofreciendo su experiencia y compartiendo los documentos que tienen al respecto. La red funciona gracias al compromiso tácito (no existe obligación) asumido por todos: cuando alguien plantea una duda, quienes tienen conocimiento contribuyen poniéndolo a disposición del grupo. Como alguna vez escuché, “el problema no es fracasar, sino fallar en ayudar o en pedir ayuda”.
El sábado 4 de julio, Chile ganó por primera vez en su historia la Copa América de futbol en una infartante final contra la Argentina de Messi. Un periódico publicó ese mismo día está comparativaentre ambos equipos. Las individualidades de Argentina aventajaban con claridad a las del equipo Chileno. ¿Cómo se explica que Chile fuese tan superior y ganase merecidamente el torneo? Porque sus jugadores mostraron mayor rigor para cumplir a rajatabla el plan trazado, se sacrificaron por alcanzar un objetivo anhelado durante décadas, pusieron el colectivo por encima de las individualidades y jugaron con una solidaridad admirable.

La gestión del conocimiento solo te importa cuando tu conocimiento personal no es suficiente para resolver los desafíos que enfrentas. Existen 2 palabras mágicas en gestión del conocimiento: Anticipar y Reutilizar. Anticipar significa que antes de empezar cualquier tarea, lo primero que debes hacer es buscar qué conocimiento existe en tu organización que te facilite resolverla, identificar a quien ya la solucionó previamente para averiguar cómo le fue. Es obvio que para que tú puedas beneficiarte de ese conocimiento y ahorrarte tiempo, evitarte repetir errores y aprovechar buenas prácticas, alguien se tomó la “molestia” de capturarlo, sistematizarlo, organizarlo y disponibilizarlo.Reutilizar significa que después de terminar dicha tarea, tu obligación es reflexionar sobre lo que aprendiste, específicamente sobre lo que repetirías porque te dio buen resultado y lo que harías distinto porque no te funcionó. Y ese conocimiento, una vez destilado, lo tienes que inyectar de nuevo al sistema para que otro lo pueda reutilizar cuando lo necesite. No es posible gestionar el conocimiento de una empresa sin la colaboración de sus integrantes. Colaborar es una actitud y como tal, depende de la voluntad, de querer cooperar simplemente por el hecho de que es lo correcto. Colaborar es un ejercicio de generosidad que requiere estar dispuesto a entregar conocimiento sin esperar nada a cambio. Siempre que hacemos el taller de la Isla de los Pájaros, todos los participantes sin excepción llegan a idéntica conclusión: la única manera de mejorar los resultados es colaborando con otros equipos en lugar de guardarse el conocimiento para sí mismos. Mi mujer es la productora ejecutiva del programa de televisión Y tú, qué harías? que muestra  la disposición de los ciudadanos de a pie a colaborar con un semejante que atraviesa una situación incómoda. Por regla general, es la gente humilde, la que menos tiene, la más inclinada a colaborar con otros.

Sin embargo, aunque está de moda hablar de consumo colaborativo, de la economía del bien común y mientras aparecen modelos de negocio basados en la colaboración (Uber, Airbnb, etc), todavía seguimos presos de una sociedad orientada al beneficio propio. ¿Por qué la principal queja que se escucha en las organizaciones es la dificultad para comunicarse, coordinarse y colaborar con otras áreas? ¿Por qué el curso más demandado por las empresas es “trabajo en equipo”? ¿Por qué cuesta tanto compartir el conocimiento? La respuesta es sencilla: porque seguimos presos del paradigma del mundo físico. El sistema económico capitalista está organizado a partir del concepto de la propiedad privada. En este escenario, cada vez que compartes un bien material, necesariamente lo pierdes o al menos debes desprenderte de una parte. Si yo comparto contigo un sándwich, tengo que renunciar a la mitad del mismo. Si compartimos un automóvil, significa que cuando tú te lo llevas, yo no lo puedo usar. Y si te entrego mi reloj, simplemente pierdo la propiedad ya que ahora es tuyo. Es decir, compartir un bien físico implica estar dispuesto a cederlo y desembarazarte de él. La dramática situación de las oleadas de inmigrantes que tratan de llegar a Europa esconde en realidad, el miedo y la enorme resistencia del viejo continente a compartir sus bienes físicos, facilitar el acceso a su nivel de progreso y bienestar a otros colectivos humanos más desfavorecidos. Sin embargo, en el mundo de los intangibles, el paradigma imperante es justamente el opuesto. En la economía del conocimiento y la innovación, los bienes intangibles tienen una característica que los hace inigualables: se pueden compartir sin que su propietario pierda la posesión de los mismos. Si yo comparto mi conocimiento sobre cocina o sobre cómo escribir artículos, sigo manteniéndolo intacto mientras quienes lo adquieren incrementan su patrimonio intelectual. Si me preguntas qué hora es, el hecho de que yo te diga la hora no implica que yo la pierda sino que ahora ambos la disfrutamos. Y por si eso no fuera suficiente, los intangibles, de forma “milagrosa” se enriquecen cuando más se usan y no sufren deterioro alguno. Cada vez que compartimos conocimiento colectivamente, aprendemos e incrementamos nuestro stock de conocimiento personal. La conclusión es que estamos gestionando la sociedad digital con la antigua mentalidad del mundo físico, temiendo que si compartimos el conocimiento, lo vamos a perder.
No podemos sorprendernos de esta circunstancia porque nuestra civilización (empezando por el sistema educativo y siguiendo por el mundo laboral) se sustenta sobre la antítesis de la colaboración: la competencia. El colegio es una competición individual donde tu principal objetivo es sacar la mejor nota posible para estudiar la carrera que quieres, en la universidad que deseas y todo ello solo es posible si obtienes mejores notas que es resto. Por eso, ayudar a que otros aprendan, cooperar en el desarrollo de tus compañeros no solo no es una conducta que se fomenta ni se premia sino que juega en tu contra porque estarías ayudando a quienes compiten contigo por la misma recompensa. Las aulas están diseñadas para sabotear la colaboración: no puedes hablar con los demás, te sientas solo mirando al frente y te evalúan y califican por tus respuestas en exámenes individuales. Cuando llegamos al mundo laboral, el mecanismo no es muy diferente: nos contratan individualmente, nos pagan en función de nuestro desempeño particular y el desarrollo de nuestra carrera, la capacitación, promoción y desde luego el despido son procesos individuales. Toda organización es un entorno colaborativo y es factible medir su salud por la capacidad de colaborar de sus integrantes y también de sus clientes. Si en una empresa, cada persona o cada cliente hacen lo que les parece y siguen sus propios intereses, es imposible que nada funcione. Si los clientes del Metro deciden no bajarse en las estaciones o impedir el cierre de las puertas y los empleados optan por no cobrar los billetes, el sistema colapsa. Lamentablemente, la mayoría de empresas son más una suma de individuos competentes que un equipo alineado y comprometido. La frase que más escucho es: “trabajamos en silos, en compartimentos estanco, somos como islas…”.

¿Por qué nos empeñamos en llevar la contraria a nuestra naturaleza colaborativa? El ser humano es el animal con mayor capacidad de colaborar de todo el planeta y está demostrado que nace colaborativo. Nuestra civilización moderna solo se explica desde la colaboración entre nuestros antepasados. Parafraseando a Newton, siempre hemos estado subidos sobre los hombros de gigantes. El cuerpo humano es el resultado de la colaboración de millones de células. El lenguaje es la colaboración perfecta de las letras para formar palabras y de palabras para formar frases y textos. Gracias a la tecnología, la facilidad para colaborar se ha multiplicado exponencialmente pero como explica el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg “para progresar hay que conectar personas, no aparatos”. Se dice que el 70% del cerebro humano está configurado para lo social. No podemos vivir sin interactuar con nuestros semejantes. Si castigamos a una persona a vivir aislada, no tarda en enloquecer. Las personas colaboramos no solo por una necesidad biológica sino por un asunto de practicidad: colaborar con otros es la mejor manera de alcanzar tus metas, hacer las cosas de manera más eficiente y es la única forma de abordar los problemas complejos que amenazan a la humanidad y que son imposibles de enfrentar sin la colaboración entre distintos conocimientos y disciplinas. La mayor diferencia entre los países desarrollados y el resto no radica en la inteligencia de sus individuos sino en su capacidad de colaborar, de fijarse objetivos comunes y respetar ese acuerdo. Claro que los fines de la colaboración no son siempre nobles: en Chile se acaba de destapar una colusión entre los 2 principales productores duopólicos del mercado del papel higiénico para manipular precios y mantenerlos altos (igual que antes sucedió en la industria de la carne de pollo o de las farmacias). Colaborar es un valor que a menudo entra en conflicto con otro de los grandes motivadores de sistema capitalista: el ansia de poder, la avaricia y el deseo de acumular que acompaña a la raza humana desde su origen pero que se ha ido extremando en una sociedad cada vez más consumista.

Como la colaboración debe superar serios obstáculos, cada vez es más común encontrarse en las empresas con profesionales con el cargo de “responsable de gestión del conocimiento y trabajo colaborativo”. Ahora bien, es un grave error asumir que compartir es sinónimo de colaborar. Para colaborar hay que compartir pero para compartir, no es imprescindible colaborar. En la economía de los intangibles, compartir es la conducta mínima esperable de cualquier profesional. Compartir información es una tarea que exige el mínimo esfuerzo posible. Si quiero compartir un documento contigo, tan solo tengo que hacer un par de clicks y en pocos segundos el documento está a tu disposición sin que yo lo pierda. Por tanto, compartir no tiene riesgos para quien comparte y en realidad, no tiene ningún mérito. Colaborar es otra cosa. El diccionario define colaborar como “trabajar con otra persona en la realización de una obra”. La colaboración si exige una actitud dinámica para sumar nuestros conocimientos personales y construir algo distinto y mejor. En este caso, el esfuerzo es mucho mayor y el riesgo de no alcanzar el resultado deseado es real. Innovar solo es posible desde la colaboración entre personas diversas. Cuando colaboramos, te ofrezco mi conocimiento y me implico en la consecución de un objetivo. Mientras compartir es un proceso pasivo (te envío un documento), colaborar es proceso activo y creativo que demanda que aportemos tiempo, energía y sobre todo conocimiento. La colaboración mira hacia el futuro, hacia la construcción de algo que todavía no tenemos, para lo que se necesita:
1. Confianza entre los actores (“sé que no te vas a aprovechar de mí y vas a poner todo el conocimiento que tienes de tu parte para que tengamos éxito”). En Chile, existe un grave déficit de confianza entre sus ciudadanos como muestra este gráfico de la OCDE donde el país aparece destacado en último lugar. Si desconfío de mi vecino o de mi compañero de trabajo, colaborar no estará nunca entre las conductas prioritarias.
2. Justicia (“recibiré la recompensa y el reconocimiento que merezco y que está en relación directa con mi contribución, lo que me obliga a ser honesto y consciente de mis fortalezas y debilidades”).

La capacidad de colaborar es una cualidad esencial para cualquier ciudadano. Vales tanto como vale tu red de conocimiento y solo puedes generar una red potente cuando primero provees conocimiento a los demás, lo que te convierte en un actor valioso, confiable y solicitado. Dado que no puedes ser experto en todo, necesitas acceder a otros que saben lo que no tú sabes y viceversa. Si pides conocimiento pero nunca lo regalas, rápidamente quedarás excluido de la red. No colaborar ya no es una opción, los egoístas se van a extinguir.
¿Qué hacemos para favorecer la colaboración? ¿Cómo conseguimos que a las personas les merezca más la pena compartir lo que saben que guardárselo, ayudar y colaborar con otros que preocuparse por su propio desempeño? Este refrán lo explica a la perfección: “Dime cómo me vas a medir y te diré como me voy a comporta”. Tenemos por delante un arduo trabajo para demoler las reglas y los mecanismos por los que se rigen nuestras organizaciones decimonónicas.

“¿De qué sirve saber algo si usted no comparte lo que sabe?” (Ruben Blades). A tu empresa le resultas mucho más valioso cuando compartes lo que sabes y potencias a otros. No podemos seguir manejando los intangibles con la misma mentalidad primitiva que gobierna el mundo de los activos físicos. Si tenemos que insistir tanto en la bondad de colaborar, significa que todavía impera el beneficio personal como valor supremo. Ahora bien, pedir a los adultos que desaprendan sus hábitos “egoístas” y aprendan a colaborar no es sencillo. El “Yo” es todavía mucho más fuerte que el “Nosotros”. Por eso debemos empezar por el sistema educativo que incomprensiblemente sigue educando para competir. El colegio es una sádica competición para acceder a la universidad y la universidad es otra despiadada carrera para llegar a la empresa. Dado que eres el resultado de todos los que vivieron antes que tú ¿Qué vas a dejar para tus descendientes? ¿En qué estás dispuesto a colaborar? Nadie es tan tonto como para no tener nada que enseñar ni tan listo como para no tener nada que aprender.

Javier Martínez Aldanondo
Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria

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Proselitismo político de Ricardo Ezzati: “El Estado no puede, ni debe convertirse en el dueño de la educación»

http://angelabarrazarisso.blogspot.com/Chile/07-03-2016/
El Cardenal Ezzati señala que la reforma educacional que está llevando a cabo el gobierno de Michelle Bachelet “tiene el peligro de caer en uniformarlo todo, teniendo como modelo proyectos estatistas caducos».
 
 
A pesar de que nuestro país es un Estado Laico y que las intervenciones de la iglesia, en materia legislativa están de más, el cardenal Ezzati insiste en utilizar sus espacios de poder, para intervenir en la contingencia política nacional, a favor de los intereses de unos pocos, refiriéndose de esta manera a la discusión pública que se está dando en materia de la reforma educacional.
Lamentablemente, los ribetes políticos de sus declaraciones caen en las mismas barbaridades de las campañas del terror impulsadas por la derecha, al vincular la reforma educacional con “proyectos estatistas caducos”, como si fueran a resucitar Stalin o Mao, para venir a implementar una reforma estilo Gulag.
Hablando de la gratuidad de la educación, señaló lo siguiente: “Eso puede parecer como una cosa excelente, pero a qué cosa conduce finalmente: a que el Estado sea el dueño de la educación”, enfatizó. “Y por tanto, puede imponer algo diferente a lo que las personas y la comunidad natural, que es la familia, tienen derecho a escoger”.
Lamentablemente, señor Ezzati, ese “derecho a escoger”, en el sistema actual, es un privilegio de muy pocos en nuestra sociedad y sorprende que un representante de la iglesia, que sigue la palabra de Cristo, quien velaba por los pobres y desventurados insista, de manera recalcitrante en defender las prácticas de un sistema que perpetua las brechas sociales y que las abre en materia de desigualdad.
Esto se ha dado en el marco previo a una reunión del Ministerio de Educación para definir las sanciones del lucro con recursos estatales ya que aún no está completamente claro, en el oficialismo, la forma y el procedimiento de penalizar el lucro, copago y selección en los establecimientos educacionales. En este escenario, Ricardo Ezzati señaló que las fiscalizaciones en esta materia no deben intervenir en los colegios al extremo de que el Estado “sea el dueño de la educación”.
“El Estado no puede, ni debe ni debe convertirse en el dueño de la educación y, por consiguiente, que la quiera dirigir a su antojo de acuerdo a la ideología de turno. Eso es inaceptable.”
La anterior es otra de las desafortunadas declaraciones del cardenal, quien parece olvidar que el actual sistema educacional fue implementado en dictadura, ideología (a la fuerza) de turno, que convirtió a algunos privilegiados en los dueños de la educación y que, efectivamente, la dirigieron a su antojo, cosa que se pretende combatir gracias a la implementación de esta reforma.
Tampoco podemos olvidar el nivel de segregación y discriminación que caracteriza a muchas de las instituciones educacionales que pertenecen al clero, que además, establecen proyectos educacionales que apuntan a seguir creando ghettos de élites, en donde, para acceder a una matrícula, te piden “cartas de recomendación de personas conocidas por el establecimiento”, a parte de aranceles que superan los 300 mil pesos mensuales y los correspondientes certificados de bautismo y de matrimonio, los que garantizan que las familias que acceden a estos proyectos educativos, cumplen con los requerimientos básicos para acceder a una educación que va más allá de la calidad. Y eso es lo que está defendiendo Ezzati, lo que evidentemente tiene un sesgo político marcado a fuego.
Desde el oficialismo han manifestado que el establecimiento de sanciones se debe limitar, sin que exista una injerencia directa en la administración de planteles educativos. Sencillamente, se trataría de aplicar castigos en el caso puntual de que se presenten irregularidades.
Por su parte, el senador Jorge Pizarro (DC) señaló que la sanción del lucro con cárcel no debe ser la única forma, pues resulta necesario que las sanciones sean progresivas y proporcionales a gravedad de la falta detectada.
En el mismo contexto, Ricardo Lagos Weber (senador del PPD) señaló que el fin último no es castigar el lucro en sí mismo, sino la mala utilización de recursos públicos, ya sea cometido por instituciones públicas o privadas.
Se espera que el día domingo, los senadores oficialistas, puedan discutir los alcances de la reunión de hoy en el Ministerio de Educación, para agilizar el despacho de este proyecto.
En Twitter: @AngelaBarraza
Angela Barraza Risso
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Crisis de la develación del Abuso Sexual Infantil: Madre como víctima secundaria e impacto familiar

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El impacto que genera el Abuso Sexual Infantil (en adelante ASI) en los niños, niñas y adolescentes (en adelante NNA) que lo viven y sus familias, cobra ribetes importantes en torno a las consecuencias de esta grave vulneración que, de no mediar la posibilidad de una intervención especializada, podría dejar huellas indelebles, que marcarán la vida de éstos, para siempre. Como refieren Perrone y Nanini (2010), el fin de la relación abusiva no implica el fin del hechizo, cuando el ASI ha conformado este tipo de extrema relación  de violencia, por lo que más sentido cobra el hecho de que las víctimas y sus familias cuenten con la posibilidad y por ende se les garantice el derecho a resignificar el daño.


La intervención centrada en la responsabilización y no en la culpabilización, concepto este último que solo inmoviliza y que por cierto no es lo que los NNA necesitan, es lo que debe primar siempre en la intervención.

La develación de un ASI de un NNA, ya sea que se haya dado de manera premeditada o accidental, trae aparejado una serie de movimientos necesarios de realizar que se esperaría comenzaran al interior de las familias. En nuestro país, quienes mayoritariamente “deben proteger” a los NNA, luego de develado el “secreto” y el comienzo del final de la “la ley del silencio”, son las madres de dichos NNA. Estas, a lo largo de una serie de investigaciones y de relatos de quienes intervienen con dichas mujeres madres, las han situado muchas veces, en el lugar de posibles “culpables” de la ocurrencia y de la mantención de la vulneración, como si el ser parte de dinámicas e interacciones altamente abusivas, fuese lo que cualquier figura materna quisiera experimentar y por ende vivir.

Si bien la teoría y los autores expertos en la temática del ASI y su dinámica específica (léase por ejemplo a Perrone y Nannini, Barudy, Intebi, Ravazzola, Summit, entre otros), han estudiado ampliamente las características particulares de estas familias y de las figuras maternas donde se genera el ASI, no es menos cierto que la responsabilidad de la ocurrencia y mantención de esta dinámica, es de única responsabilidad de quien ejerce la violencia en la esfera sexual de los NNA, por ende, del agresor. Éste, como claramente señalan Perrone y Nannini (2010), “es un adulto, que ha alcanzado completamente el desarrollo sexual, así como la capacidad de discernimiento, de alerta, de discriminación con respecto a la ley, la sociedad y la responsabilidad por lo que los abusos forman parte de una construcción voluntaria y consciente”. Es así que, este agresor sexual adulto, valiéndose de su posición de poder que ha detentado por años, entrampa no solo al NNA víctima, sino que a todos los integrantes del grupo familiar.

La diferencia claramente está en las diversas reacciones que pueden demostrar las madres ante una develación, y como bien refiere Barudy (1998), existirán las que: a) les es imposible creer que algo así haya sucedido al interior de su familia, son ambivalentes; b) otras que sabían de la ocurrencia del ASI pero, estaban imposibilitadas de generar mecanismos protectivos y un tercer grupo que; c) en algún grado actúan como cómplices y privilegiarían al adulto agresor por sobre el NNA víctima. Este último grupo, sería pequeño y por ende estadísticamente no representativo, en palabras del autor referido.

Lo importante en este camino a la re significación de la experiencia traumática, puesto que ningún NNA está preparado como refiere Summit (1983), “para ser molestado por un adulto de confianza, por lo que el niño queda enteramente dependiente del intruso ante cualquier realidad que sea asignada a la experiencia”, es como bien han referido dos psicólogas chilenas Martínez y Sinclair (2006) en cuanto a la necesidad de rescatar a estas figuras (las madres), dado que estaría demostrado que la credibilidad de éstas, el apoyo y protección (todos temas que en los dos primeros grupos de madres definidos por Barudy, es posible de trabajar), conforman el ingrediente trascendental en el proceso de superación de las secuelas del ASI en la vida de cualquier NNA.

Agregan las autoras mencionadas algo que sin duda quienes hemos intervenido en la temática de re significación del daño, sabemos  y vemos con claridad en cuanto a que, “una perspectiva culpabilizadora de la madre contribuye a la impunidad del abusador ya que justifica o, al menos minimiza su responsabilidad a su vez que favorece la descalificación a priori de la madre como figura protectora”. Por ende, si bien el proceso sociofamiliar que llevamos a cabo las trabajadoras sociales en los centros especializados con estas importantes figuras, en un inicio busca que éstas puedan “ver” lo que en algún momento se les negó o se negaron a ver por el impacto de la situación y el entrampamiento en el que también las mantenía el adulto agresor, se transforme en la evitación permanente de volver a convertirse como refieren Perrone y Nannini (2010) en madres fantasmales y por ende, madres que, “se caracterizan por estar ausentes, disminuir sus percepciones, escudarse en la auto justificación y darle prioridad a la  cohesión familiar formal”.

Por ello, la intervención centrada en como señalan Martínez y Sinclair (2006), en la responsabilización y no en la culpabilizaciòn, concepto este último que solo inmoviliza y que por cierto no es lo que los NNA necesitan, es lo que debe primar siempre en la intervención. Si bien, señalan las autoras es posible reconocer falencias en estas madres, se debe priorizar trabajar desde los recursos y no enfatizar el proceso en dichas falencias, dado que lo que se requiere es garantizar la protección en el presente y el futuro.

Por ende, es necesario comprender que la crisis que conlleva un ASI en la vida de un NNA víctima, también se genera en estas mujeres madres, siendo muchas veces de proporciones, lo que debe quedar plenamente identificado en los diagnósticos especializados que se realicen, de manera que esta situación se vea reflejada a cabalidad en un plan de intervención, con objetivos claros y medibles, como asimismo, con acciones acordes y coherentes a dicha situación valorada. De allí la relevancia de llevar a cabo evaluaciones atingentes, rigurosas, basadas en la teoría al respecto de este tipo de problemáticas, donde la participación no solo del NNA en su proceso terapéutico individual es lo que se requiere, sino que la participación activa y permanente de su progenitora y demás miembros de la familia, de forma tal que todo NNA se sienta respaldado, creído, protegido y cuidado, asegurándonos que una vivencia como la sufrida, no vuelva a formar parte de la dinámica de su familia y por lo tanto no vuelva a repetirse en su vida.

De esta manera estaremos no sólo resignificando el daño de este grupo familiar, sino que además estaremos generando acciones concretas en torno a la prevención de futuras vulneraciones en dicho grupo como en otros, al ser procesos que una vez que las familias lo aprehenden, como refiere el gran pedagogo Freire, es decir les hace sentido y efectivamente logran una internalización de aquello, podrán replicarla en lo cotidiano, a otros adultos de su círculo cercano, lo que sin lugar a dudas puede ser un aporte a la prevención de este tipo de graves vulneraciones de NNA.

Jeannette Hernández Araneda
Trabajadora Social
Gendarmería de Chile

 

publicado en elquintopoder http://www.elquintopoder.cl/sociedad/crisis-de-la-develacion-del-abuso-sexual-infantil-madre-como-victima-secundaria-e-impacto-familiar/

 

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Entrevista a Marco Álvarez: «Hoy en día la principal tarea de los revolucionarios es ser un educador popular»

28 mayo 2014/ La Otra Mirada

En el marco de las entrevistas realizadas por Luis Bonilla (LB) en su programa “La otra Mirada” a propósito de la consulta internacional sobre la Calidad de la Educación realizada en Venezuela, durante el 2014, se presenta a continuación la reseña del encuentro con el maestro Marco Álvarez Bergara (MA), coordinador de las escuelas libres de Chile. Bienvenido Marco a este contacto internacional en materia educativa.

M. A: Gracias ustedes por invitarme

L. B-M: Marco, ¿Qué es eso de las Escuelas Libres de Chile?

M. A: Las Escuelas Libres de Chile es un proyecto que hoy día impulsa la alternativa de la otra educación. ¿Que quiere decir?: Es un proyecto que está apostando a construir paradigmas nuevos en materia educativa. Nuestro objetivo es contraponer a la educación formal, un proyecto de carácter popular, un proyecto que dé las posibilidades de hacer un aporte en el camino emancipatorio que nos hemos propuesto. Eso es en grandes rasgos, el proyecto de las Escuelas Libres de Chile.

L. B-M: ¿Son escuelas financiadas por el gobierno central o que trabajan de manera autónoma?

M. A: No, Las Escuelas Libres son trabajo 100% autogestionado, de educación alternativa, y en este momento no tienen ningún tipo de vinculación, ni con la educación formal ni con el gobierno central ni descentralizado.

L. B-M: ¿Son experiencias fundamentalmente con adultos o con niños? ¿En qué niveles de educación trabajan?

M. A: Tenemos pequeñas experiencias en este momento con adultos, pero nuestro trabajo está enfocado principalmente a la niñez popular: a la niñez que proviene de los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Es ahí donde nosotros hemos encontrado espacio y creemos que es estratégico, en el sentido que de ahí también se pueden generar las grandes transformaciones hacia el futuro.

L. B-M: ¿Dónde están ubicadas las Escuelas Libres?

M. A: Hoy, las Escuelas Libres se encuentran en varias regiones del país. Todavía es un proyecto muy pequeño pero hemos tenido la posibilidad de expandir a otros lugares y otras comunas de Santiago. La primera comuna en la que estuvo el proyecto fue la comuna de La cisterna, ubicada al sur de Santiago, pero hoy nos encontramos en otras comunas; como en Pedro Aguirre Cerda. Nos expandimos además a regiones del sur, Valdivia, Osorno, Puerto Montt, San Vicente de Tagua Tagua, que está en la sexta región, y en otros lugares en donde también se están construyendo Escuelas Libres. Nos tiene muy contentos la expansión que ha tenido el proyecto a cinco años de su fundación, en parte importante del país, sobre todo porque ha sido de forma autogestionada y eso cuesta bastante.

L. B-M: Ustedes en Chile vivieron durante décadas todo una ofensiva neoliberal por la privatización de la educación, por la mercantilización de la educación, ¿Cómo cuadra el tema de las Escuela Libres en un contexto que, a pesar de que se está frenando, tiene rezagos de una onda privatizadora importante en el continente?

M.A: Es muy complejo. Como ustedes lo saben muy bien, Chile es un experimento neoliberal y uno de sus principales pilares es un modelo educativo que es funcional en todas sus formas al modelo capitalista. En ese sentido, el proyecto de las Escuelas Libres nace en esta confrontación ente el proyecto de educación formal, de la educación imperante. Desde diferentes ópticas, como por ejemplo, desde la óptica de los valores. Sin duda el neoliberalismo levanta sus propios valores, como la competencia (y esto se refleja en el sistema educativo), el egoísmo, entre otros. Esos valores nosotros intentamos confrontarlos directamente a través de lo que consideramos un combate axiológico, reconstruyendo los valores populares que el neoliberalismo reemplazó: los valores de la sociedad, del amor, de la autogestión, del respeto mutuo, son los valores que forman parte de nuestra cultura pero que el neoliberalismo ha ido quitando a través de los procesos que vivimos hace un par de décadas. Esa es la óptica que nosotros tenemos para enfrentarnos con la educación formal. Aunque también tenemos otras ópticas, porque en una educación de mercado, en una educación que está hecha para ser funcional al modelo neoliberal y hay algunas cuestiones que nos parecen fundamentales de transformar. ¿Qué quiere decir esto? En Chile desde el año 2011 viene una gran movilización a través del movimiento estudiantil que reivindica ciertas cuestiones que son fundamentales y que nosotros apoyamos por completo: el derecho a una educación gratuita, el derecho a una educación de calidad, el derecho a un mejor acceso a la educación. Pero como Escuelas Libres nosotros creemos que esas son reivindicaciones que no van a la estructura del modelo, es decir, que son reivindicaciones de corte economicista. Nosotros creemos que lo que debemos hacer (y la razón por la cual impulsamos las Escuelas Libres en todo el país) es constituir nuevos contenidos y metodologías enfrentándose a la educación formal. ¿Por qué yo planteo esto? Esta es una de las confrontaciones que nosotros tenemos: ¿Qué sacamos nosotros en Chile con tener una educación gratuita o si le damos mayor acceso a los sectores populares, si la educación seguirá siendo funcional al mismo sistema neoliberal? ¿Qué sacamos de la gratuidad de la educación si seguirán enseñándonos los mismos héroes patrios, si nos enseñarán cosas que hagan que sigamos reproduciendo el mismo sistema imperante? Para eso consideramos fundamental poder cambiar radicalmente los paradigmas en torno a las metodologías y los contenidos que tiene la educación formal. A eso le llamamos la «otra educación». Es esto lo que estamos haciendo, un proyecto de acumulación de experiencias de la educación alternativa hasta el día de hoy, que nos dé la posibilidad en algún momento de poder constituir una gran alternativa educativa que se nivele en correlación de fuerzas con la educación formal, para, en algún momento, se pueda constituir no la «otra educación», sino la educación socialista o de proyecto emancipatorio.

L. B-M: Desde la perspectiva de esa «otra educación», ¿cuáles son los mayores retos que tiene la educación en la región? Hablando ya no solo de Chile, sino de toda la región latinoamericana.

M. A: Para los que trabajamos en este proyecto, quienes podrían considerarse como monitores, nos autodenominamos trabajadores y trabajadoras de la «otra educación». En ese sentido creemos que la «otra educación» no debe ser un proyecto que solo prime en nuestro país. Nosotros nos convertimos en trabajadoras y trabajadores de la «otra educación» porque, si en los años 60 y los 70, era un imperante revolucionario, estar ahí en la primera fila para poder combatir a las dictaduras militares, de todas las formas posibles, y con la lucha más radical, nosotros creemos que hoy en día la principal tarea de los revolucionarios es ser un educador popular, es generar conciencia del trabajo, en espacios democráticos, y eso se hace a través de un proceso educativo. Creemos que una de las principales tareas que debemos tener en Latinoamérica para poder recuperar nuestra propia historia, nuestros propios conocimientos, e ir construyendo una alternativa hacia futuro, todo esto se logrará principalmente desde los espacios democratizadores de la educación. En países como los nuestros, a diferencia de Venezuela, por ejemplo, solo lo podemos hacer desde otra alternativa de poder, podemos hacer una estrategia del poder popular autónomo, sin ningún tipo de vinculación al Estado, porque nosotros tenemos ahorita un gobierno de corte, no digamos «reaccionario», pero es un gobierno que todavía abraza las políticas neoliberales. En ese sentido, es prácticamente imposible que podamos tener alguna vinculación con ellos. Pero la «otra educación» es importante en el continente ya que desde ahí se pueden encontrar las principales herramientas para poder llevar adelante un proceso emancipatorio. Hay que entender que los que creemos que las transformaciones radicales se deben hacer desde abajo: no desde arriba hacia abajo sino al contrario, así que generar la conciencia, la autogestión, los conocimientos que puedan mantener cualquier proceso de transformación. Ustedes más que nadie saben cómo mantener un proceso de transformación paulatino y radical a la vez como es el caso dela Revolución Bolivariana. Solo a través del protagonismo popular, de la gente, del empoderamientos popular y de la democracia de base, se pueden mantener estos procesos de cambios; y, además, la «otra educación» es también fundamental para que eso pueda ocurrir.

L. B-M: A pesar de que tú señalas que es una consigna economicista, es importante que los estudiantes chilenos, en sus manifestaciones, recuperen la noción de la «calidad» desde la perspectiva de la rebeldía, porque en las últimas dos décadas, el término fue resemantizado, apropiado por los organismos económicos internacionales, en Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el FMI, para colocar la calidad educativa asociada al modelo de calidad ISO. ¿Cuál es la relación de las Escuelas Libres con esa otra concepción de la «calidad»?

M. A: La reivindicación de la calidad es una de las reivindicaciones más sentidas a través de la lucha del movimiento estudiantil, o de gran parte de la sociedad chilena, porque si nosotros analizamos hasta las mejores encuestas burguesas, si lo podemos denominar así, el 89% de la sociedad está de acuerdo con una educación de mejor calidad, gratuita y para todos y todas. La sociedad está exigiendo una mejor calidad en la educación. Planteemos, ahora, el problema de la calidad en la educación formal: no es que no exista calidad en la educación en Chile, lo que existe en Chile es una educación para pobres y otra para ricos. Encontramos por un lado, que no hay otra expresión que la lucha de clases, por un lado encontramos los colegios particulares que son de una alta calidad y que están hechos para producir a los gerentes de las empresas, y están las escuelas públicas, de baja calidad, a lo cual el Estado no le toma mayor atención, y que son reproductoras de mano de obra barata. Por lo tanto, en Chile sí existe calidad, pero solo para unos pocos, el porcentaje más bajo de la sociedad, que tienen mayor nivel de ingresos. Por otro lado, la mayoría de la sociedad, es decir, los sectores populares o de clase media empobrecida, son los que tienen una educación de pésima calidad. En primera línea, una mejor calidad ha sido una de las reivindicaciones que ha tenido el movimiento estudiantil y por tanto es fundamental. Porque eso lleva también, a que de alguna manera se cree un país más justo, más democrático, con mejor posibilidades, que rompa con la asimetría gigantesca que existe entre los ricos y los pobres. Ahora, ¿cómo nos vinculamos nosotros a una educación alternativa? Primero que todo, nosotros somos una organización autogestionada por tanto el tema de la calidad es cuestionar muchos aspectos, por ejemplo, como no tenemos recursos, pero nuestro principal objetivo es que esta «otra educación», esta que estamos construyendo, sea de alta calidad. No podemos creer que esta educación por ser alternativa o popular sea mediocre, tiene que ser de alta calidad porque de ahí también van a salir los profesionales, los liderazgos que en algún momento puedan competir con estos liderazgos que estudian en Harvard, en Estados Unidos, en Europa., y que han dominado en nuestros pueblos durante siglos. La calidad es fundamental y siempre debe ser la primera línea, es a lo que debemos aspirar.

Cuando yo hablo de esta educación formal y su lucha interna por una mejor calidad, y de las Escuelas Libres como un poder alternativo, que también están generando luchas para tener un espacio de mejor calidad, esto en algún momento tendrá sus puntos de comunión y se van a encontrar. Nosotros como la «otra educación» vamos a ocupar las instancias de la educación formal, y los conocimientos de la educación formal. No quiere decir que neguemos la educación formal pero si creemos que se deben dar procesos autónomos e independientes, o si no, seguiremos siendo funcionales al mismo sistema. Por esa razón también a través de la educación formal hay que luchar por la democratización y esta reivindicación de los sectores más radicales por la triestamentalidad, por la participación de los diferentes segmentos de la comunidad universitaria, y en ese camino es fundamental también dar la lucha en ese espacio.

L. B-M: Marco, tú eres un trabajador de la educación, de esa «otra educación», joven, hay una brecha generacional hoy que se expresa también en el sistema educativo. Buena parte de los docentes que están hoy en los sistemas educativos en nuestra región son docentes nacidos en la década de los cincuenta, sesenta, setenta y ochenta, y por otra parte, los estudiantes que ingresan al sistema educativo desde el maternal hasta el pregrado universitario, nacieron a partir de los noventa con una revolución tecnológica, con las redes sociales, internet, la música que se puede digitalizar, que se puede cargar en un dispositivo móvil, es decir, en una realidad distinta y un imaginario distinto al que configuró a las generaciones que son hoy docentes. ¿Cómo se presenta ese encuentro generación desde la «otra educación»?

M.A: Primero, el proyecto de la otra educación está constituido principalmente por profesionales jóvenes o por gente universitaria. Tenemos muy pocos compañeros y compañeras que vienen de generaciones mayores. Siento que en Chile hay una cierta desesperanza por la gente mayor que se aboca casi siempre a la educación formal y entendiendo un poco cuál es el campo de la pedagogía en la actualidad hay una gran diferencia entre los profesionales adultos o mayores y los profesionales jóvenes. En los profesores jóvenes hay mayores niveles de vocación y te lo voy a explicar en pocas palabras: Hay más nivel de educación para ser pedagogo en Chile porque la pedagogía en Chile es uno de los sueldos peores pagados del país, y para poder estudiar pedagogía hay que tener un compromiso real con la sociedad. Lo que está ocurriendo es que hoy hay una nueva generación de jóvenes que está sacando su carrera profesional a la vez que está sacando su pedagogía, o sea, que han encontrado su vocación en la docencia. Y así, hay que ir optimizando las nuevas herramientas que nos entrega la tecnología para poder socializar o llevar adelante la lucha de clase de mejor forma. Hay un montón de herramientas que la gente joven ha usado bastante bien y que se ha venido adaptando. Si me preguntaran si hay una diferencia muy drástica yo diría que sí. Creo que no hay que desmerecer a todos los profesores que durante años han tenido que vivir en las malas condiciones alentados solo por una gran vocación, pero sin duda quienes pertenecen a la generación pasada son víctimas de que el tiempo corra muy rápido y sucedan estos grandes acontecimientos de grandes transformaciones tecnológicas

L. B-M: Marco, para ir cerrando este primer encuentro internacional en el tema de la consulta sobre la calidad educativa, nos gustaría que le dirigieras un mensaje a los docentes venezolanos, a los maestros, maestras, profesores y profesoras venezolanas, que en distintas aulas, en sus planteles, con sus comunidades y sus estudiantes, de manera muy emotiva y muy comprometida están participando hoy en la consulta por la calidad educativa, para transformar o seguir transformando nuestro sistema educativo garantizando una educación de calidad.

M. A: Primero quiero felicitarlos porque sin duda la Revolución Bolivariana ha realizado un gran impulso en materia educativa. Nos consta a nosotros que seguimos el proceso bolivariano y la revolución encabezada por el Comandante Chávez que han avanzado en materia educativa de forma gigantesca. Mi mensaje, en ese sentido, es que sigan en ese mismo camino, de saber que el proceso educativo, y la transformación en materia educativa es constante y nunca llega a un punto final, siempre tiene que ir replanteándose, perfeccionándose para poder lograr el mejor proyecto educativo posible. Les mando un mensaje rebelde y que su esfuerzo ha sido fabuloso y ha sido un ejemplo para todos los pedagogos y pedagogas del continente.

L. B-M: Gracias a Marco Álvarez Bergara coordinador de las Escuelas Libres de Chile, una experiencia alternativa al sistema de educación formal, quien nos expresó su visión y su compresión sobre el debate de la calidad educativa. Gracias, Marcos.

M. A: Hasta pronto. Un fuerte abrazo.

Para ver y oir:

Producción de la Otra Mirada: Luis Bonilla Molina

Equipo de producción y post producción digital: Dilanci May Sierra

Transcripción de la entrevista: Marianicer Figueroa

Edición: Gloria Carrasco

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Chile: La necesidad de “desprincesar”

http://brecha.com.uy/febrero,20167chile/noticia/

Al norte de Chile, surgió un taller de “desprincesamiento” de seis módulos, iniciativa por la cual se busca que las niñas de 9 a 15 años que allí asistan crezcan libres de los estereotipos dominantes ligados al género femenino.

Nueva imagen (8)Todo surgió a partir de un taller que impulsó en octubre del año pasado en Maipú, Santiago de Chile, la ex chica Mekano (programa de televisión juvenil chileno) y actual consejera regional Kathy Barriga. Allí se les enseñaba a las niñas la forma de reproducir “toda esa femineidad” propia de las princesas, además de “aprender a caminar, aprender a sentarse. Enseñar un poco de protocolo (…) cómo usar los cubiertos y potenciar aquellos talentos que todas tienen, pero que lamentablemente no los manifiestan por miedo, por vergüenza”, según señalaba Barriga al ser entrevistada en el matinal de Chilevisión. El taller encendió la bronca furibunda de muchos internautas y se ganó un aluvión de cuestionamientos e insultos desde las redes sociales.

Fue precisamente como contrapartida que en la municipalidad de Iquique, al norte de Chile, surgió estos días un taller impartido por dos psicólogas de la Oficina de Protección de Derechos de la Infancia (Opd), que ya ha comenzado a despertar cierto interés internacional. Se trata de un taller de “desprincesamiento” de seis módulos, iniciativa por la cual se busca que las niñas de 9 a 15 años que allí asistan crezcan libres de los estereotipos dominantes ligados al género femenino.

En esta nueva iniciativa se proponen actividades como el análisis de canciones y videos, los debates entre las asistentes, talleres de autodefensa y actividades manuales que escapan a los oficios comúnmente reservados para las mujeres. La idea es minar las nociones dominantes sobre los ideales de belleza, la construcción social del amor romántico, la división sexista del trabajo y los frenos impuestos a las niñas en relación con sus propios deseos. Asimismo, se procura dar herramientas para saber manejarse ante el acoso callejero y cómo plantarse en la sociedad, dejando que afloren rasgos de la personalidad sin que nadie pueda sentirse con derecho a censurarlas. Yuri Bustamante, coordinador de la Opd, dijo a Radio Dínamo: “Buscamos entregarles herramientas para que crezcan como niñas libres de prejuicios, empoderadas, con la convicción de que son capaces de cambiar el mundo y que no necesitan tener a un hombre al lado para ello”.

Fuente de la imagen: https://desprincesamientoactivo.wordpress.com

imagen destacada:  nathalybonilla.tumblr.com

 

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Dinámicas políticas para 2016: Gobernanza y élite 

Concentradas en sus temas internos –renovación generacional, lucha de contendientes contra incumbentes, procesamiento de la crítica social y mediática, gestación de nuevas identidades–, las élites centrales del sistema no encontrarán condiciones favorables para asumir sus responsabilidades en la parte de la gobernanza que les corresponde.
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José Joaquín Brunner

¿Dónde está hoy el centro dinámico del sistema político chileno, capaz de producir decisiones, soluciones y acciones para los variados problemas que enfrenta la sociedad y encauzar así el desarrollo del país? Si existe, como quedó claro a lo largo de 2015, una crisis de conducción gubernamental, ¿de dónde provendrán las fuerzas y la dirección para superarla?

Estas preguntas se refieren a la gobernanza, su estado actual y cómo podría uno imaginar su mejoramiento a lo largo de 2016. Durante el mes de febrero, esta columna ensayará algunas respuestas para dichas preguntas.

I

Gobernanza refiere al modo contemporáneo de entender el gobierno de las naciones; es un cambio de sentido en –y un enriquecimiento del– concepto de gobierno. Significa al mismo tiempo la autoridad formal del gobierno, los cambiantes roles que asume el Estado y las redes de poder informales que contribuyen a hacer posible la gobernabilidad de sociedades complejas, como son las sociedades capitalistas democráticas. Traducido del término inglés governance, significa una manera de gobernar, esto es, de dirigir, guiar y regular –en su conducta o acción– a individuos, organizaciones, naciones y asociaciones multinacionales, tanto públicas como privadas o mixtas.

En el campo académico, la gobernanza se define simplemente como “ejercicio general de la autoridad”,  trátese de instituciones públicas o privadas, de reglas formales o informales, en distintos niveles del Estado y la sociedad, en las esferas de la polis, la economía, las redes sociales o la cultura.

Según muestra el volumen editado por David Levi-Faur para la serie de los Oxford Handbooks, aquel dedicado a la governancedel año 2012, apunta a una modalidad de conducción caracterizada por: (i) creciente participación por actores no-estatales; (ii) colaboración público-privada; (iii) diversidad y competencia en los mercados; (iv) descentralización; (v) integración de dominios legales de la política pública antes separados, como regulación de muy distintos sectores mediante órganos de tipo superintendencia; (vi) multiplicación de instancias no-coercitivas (soft law soft power); (vii) adaptación y aprendizaje constantes, y (viii) métodos de coordinación abierta y basada en una pluralidad de actores y formas de conocimiento (Orly Lobel).

Estamos pues frente a un concepto que se hace cargo de las múltiples interacciones, dimensiones y esferas de las sociedades capitalistas democráticas. No reduce el gobierno a un asunto del Estado exclusivamente, solo a los aspectos públicos de la conducción, a la política, la fiscalidad, la administración funcionaria y la racionalidad burocrática, sino que incluye bajo la noción de gobernanza una serie de otros factores. Así, al lado de la dirección y coordinación mediante comandos administrativos, aparecen el funcionamiento regulado de los mercados, la autorregulación (confianza) como base de operación de diversos sistemas, la participación de diversas partes interesadas de la sociedad civil y la gestión del conocimiento a través de redes de política pública. En esta visión ampliada de la gobernabilidad, la información y la comunicación juegan un papel fundamental asimismo. Igual como el conocimiento, las ideas e ideologías; es decir, la dirección ideal de la sociedad, el momento hegemónico o gramsciano  del orden. En breve, la creación, transmisión y recepción de sentidos mediante los cuales se constituyen e interactúan los mundos de vida de las personas.

Mi pregunta, entonces, en esta columna y las próximas, es hasta dónde el sistema político chileno –el encargado de proveer la gobernanza y cautelar y mejorar su calidad– está en condiciones de llevar adelante, adecuada y efectivamente, esta que es su función principal. Cuestión esencial si se considera que, por un lado, la sociedad experimenta una crisis de conducción (y de sentidos) y, por el otro, está a punto de ingresar en la segunda mitad del periodo de la administración Bachelet, y la tensión comienza a trasladarse hacia la próxima elección presidencial.

No se trata aquí por tanto, claro está, de abordar las preguntas sobre la gobernanza de una forma puramente conceptual y abstracta, sino de hacerlo a la luz de las actuales circunstancias chilenas, del gobierno Bachelet y su baja popularidad, en la mitad de su mandato, de cara al año que comenzará al regreso de las vacaciones, con la actividad económica encogida y una opinión pública encuestada insatisfecha, insegura frente al porvenir.

Queremos explorar –sobre ese trasfondo– dónde se hallan situadas y cuáles son y cómo funcionan las más importantes palancas de la gobernanza. Qué actores e instituciones son claves para el dinamismo y adaptabilidad del sistema político. Qué podemos esperar de la administración Bachelet y la Nueva Mayoría durante la segunda mitad del actual periodo presidencial. Cómo se desenvolverán las demás fuerzas políticas. Cuáles dinámicas moverán la macro y la microhistoria en que nos toca participar.

Es ésta una exploración que se construye sobre la base del diagnóstico de crisis de conducción desarrollado el año pasado en este mismo espacio. A lo largo de las semanas y meses venideros, las cuestiones de fondo irán concretándose y siendo abordadas desde distintos ángulos según las cambiantes circunstancias del entorno político-cultural chileno.

¿Hacia dónde nos conduce  la crisis de conducción? ¿Cómo busca el gobierno administrarla o superarla? ¿Qué actores ganan y pierden poder? ¿Cuáles son las interpretaciones dominantes que contribuirán a orientar a los actores en la nueva etapa? ¿Qué ideologías van configurándose y cómo evolucionan al compás de la situación política, económica y cultural de la nación? ¿Cómo actúan e interactúan las élites y los partidos y se relacionan con la sociedad? ¿Qué liderazgos emergen en perspectiva de la elección presidencial de 2018? ¿Cuál será el impacto del constreñimiento de la economía? ¿En qué direcciones irán moviéndose la NM y la alianza de la derecha? ¿Cuáles serán las secuelas de los escándalos? ¿Qué significado podría tener el próximo cambio de gabinete? ¿Cuál será el discurso con que la administración Bachelet intentará crear una narrativa que dé cuenta de su gobierno y comience a proyectarlo hacia la memoria histórica? Y, en medio de todas estas circunstancias, ¿cuál será el comportamiento de Fortuna, con su volátil voluntad que suele cambiar el destino de los humanos y las comunidades?

II

Partiremos por lo más general. ¿Cómo puede describirse el cuadro actual de la gobernanza del país?

Hay una crisis de conducción de la gobernanza. Un ciclo de escándalos envuelve a las principales élites debilitando su autoridad y legitimidad. Existe consenso respecto de una  pobre gestión política del gobierno y sus reformas. Como coalición gobernante y a pesar de no tener una real oposición al frente, la NM revela ostensibles contradicciones, tensiones y fallas. Producto de todo esto, se ha creado un clima de desconcierto e incertidumbre. Hay una baja adhesión de la gente a las instituciones. Y una escasa confianza en los grupos de conducción. Circulan unos malestares difusos frente a la administración Bachelet pero, además, con la democracia, el capitalismo y la modernidad. Más encima, el país se encuentra en un ciclo bajo de su crecimiento, aunque no recesivo al momento. Se constata una menguada energía productiva. Existe una  percepción de relativo estancamiento, en medio de una etapa de escaso dinamismo de la mayoría de las economías emergentes, particularmente en América Latina. Vuelve a cundir el temor por la falta de diversificación de nuestra economía y sus reducidos  ingredientes tecnológicos, lo cual hace en extremo dependiente del ciclo de los commodities.

En suma, el futuro se ve confuso e incierto, el gobierno débil, las élites empequeñecidas, la opinión pública encuestada desconfiada y algo deprimida y el país carece de una perspectiva clara de cómo salir de la crisis de conducción y restituir una gobernanza a la altura de los desafíos que enfrenta.

¿Qué mueve a nuestro sistema político y de dónde podrían venir las energías de superación de la crisis y la configuración de una nueva gobernanza? ¿Cuáles son los centros dinámicos de donde emanan las tuerzas para una recuperación y renovación?

Seguiremos un sencillo esquema conceptual para identificar y visitar –casi telegráficamente, por el carácter exploratorio y topográfico de este ejercicio– los lugares socio-institucionales desde los cuales, según la experiencia histórica y a la luz de la sociología política, podrían surgir esas energías para fijar una dirección y un rumbo de la sociedad. Sostendremos aquí que esos lugares –centros dinámicos los llamamos– son respectivamente: las élites, el Estado en sus principales poderes representativos (ejecutivo y legislativo), los partidos políticos, la esfera ideacional generadora de ideologías y programas, la sociedad civil y sus propias expresiones dinámicas desde la calle a los mercados, y la opinión pública encuestada con sus oscilaciones que proporciona el trasfondo permanente de la gobernanza democrática. En sucesivas entregas semanales exploraremos estos distintos lugares institucionales y sus interconexiones, como fuerzas dinámicas (¡o no!) para recomponer la gobernanza del país.

Ante todo, necesitamos referirnos a las élites centrales –política y económica, en primer lugar– y, en un segundo plano, a la élite estamental (o de los apellidos) y a las élites culturales: mediática, religiosa (el alto clero), intelectual (intelectuales públicos), académica (technopols), científica, artística, etc.

En efecto, las élites son una pieza fundamental de la gobernanza. No solo componen las redes que dan sustento informal al poder formal de la democracia y un sentido de orientación político-cultural a la sociedad, sino que, además, la élite política compite por las posiciones electivas claves dentro del régimen democrático. Puede no gustar que se hable de élites en sociedades de masas que aspiran a la máxima igualdad, tal como en sociedades aristocráticas chocaban las referencias a unas élites burguesas y comerciales.

Mas el hecho es que la democracia genera necesariamente sus propias élites, así como el capitalismo las suyas en el plano de la propiedad, el mercado y la riqueza. Y en cada una de las demás esferas de valor que conviven dentro de las sociedades modernas –desde las ciencias hasta el arte, los medios de comunicación hasta las iglesias, los deportes hasta el show business– surgen las propias élites de acuerdo a los correspondientes principios de estratificación que organizan a cada uno de sus campos. En una medida importante, aunque variable en cada sociedad, la gobernanza está conformada en parte por la interacción de esas élites, sus interacciones y alineamientos, sus disputas y conjugaciones, sus creencias, circulación y movilidad. Algunos clásicos de la sociología –como Mosca, Pareto y Weber– descubrieron tempranamente la importancia de las élites, sin dejar de reconocer la existencia de otros principios de estratificación, como clases sociales, grupos de status, castas y las variadas formas de jerarquización de las sociedades contemporáneas.

En el caso de Chile es fácil constatar que la esfera de las élites, cuyo entramado se entreteje parcialmente con el del Estado, alimenta y reproduce la gobernanza; facilita (o puede entorpecer y obstaculizar) la conducción y gobernabilidad de la sociedad, y articula las estructuras de autoridad de la democracia. A veces, algunas de estas élites son designadas como ‘poderes fácticos’; en otras oportunidades operan casi invisiblemente y sin ser reconocidas. No siempre gozan de prestigio, pero sí ejercen, invariablemente, cuotas de poder.

Son por lo mismo un ingrediente de las redes de gobernanza de una sociedad, sea a través de  organizaciones formales o de clubes informales, en oficinas o salones, mediante la academia o la bolsa de comercio, en términos persuasivos o coercitivos, recurriendo al mercado o al Estado, a la confianza o la solidaridad. En sociedades abiertas, como la nuestra, las élites se hallan sujetas crecientemente al escrutinio de los media, al favor o disfavor de la opinión pública encuestada, a las demandas del igualitarismo por una mayor (o total) transparencia y por lo mismo dependen, cada vez más, de la legitimidad, credibilidad y confianza que les otorgan (o retiran) las no-élites de la sociedad.

Hoy, esta esfera –en sus dos centros vitales, político y económico— atraviesa una severa crisis de la cual no ha logrado salir desde hace más de un año. Su núcleo político-económico más visible –grandes empresarios, banqueros, gerentes, senadores, diputados, funcionarios de confianza política o dirigentes partidistas– se ha visto envuelto en un ciclo de escándalos nacido en la zona de encuentro entre mercado y política. Ha sido un movimiento telúrico de intensidad cuyos daños están a la vista.

Los escándalos han tenido cada uno sus propias lógicas. En el caso de los mercados, provocados por arreglos monopólicos y de colusión de grandes empresas que de paso han involucrado a personas o familias de la élite tradicional (apellidos), y por el pago para obtener influencia política. En el caso de la política, provocados por tráfico de influencias y la enajenación del rol  representativo, con daño colateral en las instituciones donde participan o se hallan vinculados (parlamento, gobierno, partidos).

¿Qué dinámicas emanan de estos hechos, en lo tocante al régimen de la gobernabilidad? Solo negativas, destructivas, deslegitimadoras, contaminantes del clima nacional.

Los escándalos son corrosivos para el gobierno y la conducción política. Dañan al empresariado y restan confianza a las empresas y los mercados. Debilitan la gobernanza y reducen la reputación de actores colectivos e individuales de las élites. Durante el año que comienza seguirán causando efectos deletéreos. Probablemente mantengan en jaque a la figura presidencial y a los dirigentes y parlamentarios oficialistas y de oposición envueltos en el drama y la trama pública de escándalos y formalizaciones.

La crisis afecta principalmente el ambiente comunicativo-cultural de la gobernanza democrática. Produce y mantiene una atmósfera enervada, de acusaciones y recusaciones, de revelaciones y confesiones, de inquisición ética y caza de brujas, de puritanismo anti-elitario y populismo moral. Vivimos en un ambiente que causa una perversa polución de las confianzas y los tácitos acuerdos intersubjetivos que hacen posible la amistad cívica y una cultura de deliberación racional. Al contrario, los actores de la polis viven bajo sospecha, rigurosamente escrutados por los media y emocionalmente anulados para ejercer sus responsabilidades como miembros de las élites.

Como subproducto de la anterior crisis, ha disminuido también el poder simbólico y la proyección ético-cultural de empresarios y políticos. En general, se ven afectados todos quienes aparecen identificados con el establishment del poder mientras que aumenta el peso relativo y visibilidad de otros dos grupos de élite –podemos llamarlos ‘grupos enjuiciadores’– como son: (i) aquel compuesto por las figuras de la denuncia, el periodismo investigativo, los medios electrónicos-alternativos y en general quienes se suben al púlpito para ejercer el rol de exhortación moral y (ii) el grupo de los fiscales que ejerce la función persecutoria  en los casos de escándalo que tocan a esas élites.

Entre ambos grupos hay una afinidad selectiva; se potencian mutuamente y complementan al interior de las dinámicas de los escándalos. El juego de filtraciones y consiguiente presión pública sobre los acusados es una instancia donde se expresa esa mutua potenciación y complementariedad. Las ganancias son compartidas: en mayor poder y prestigio. Por eso mismo, estos grupos ascendentes han sido objeto de críticas; precisamente por tener el potencial (y a ratos la actualidad) de convertirse en nuevos segmentos de élite, con poder de atacar y restar prestigio a las élites tradicionales de la política, la economía y la cultura.

Miradas las cosas en perspectiva, las élites centrales, y otras de segundo orden como las élites de iglesia, del deporte, de los militares y tecnocrática –sobre las que volaremos más adelante– han perdido capacidad de contribuir a una reconfiguración de la gobernanza nacional. Deben, en primer lugar, renovarse y recomponerse a sí mismas. En eso están, aunque no sabemos con cuánto éxito.

La élite política ha tratado de articular un discurso autocrítico y se ha visto forzada –por la opinión pública, los media y la Comisión Engel– a endurecer las leyes y reglas que rigen sus comportamientos públicos y privados, especialmente en materias de transparencia, tráfico de influencia y financiamiento de su actividad. Por su lado, la élite empresarial ha debido reconocer sus faltas y algunos de sus miembros enfrentan juicios públicos en la prensa y los tribunales, han debido devolver impuestos eludidos o no-pagados y han sido removidos de sus cargos. A su turno, los propios gremios empresariales parecen estar preocupados de renovar su imagen y personal directivo.

2016 será un año decisivo para ambas élites. La dirección empresarial deberá hacer frente a la ralentización de la economía, la diversifican de más exportaciones y, en el frente legislativo, a una reforma que busca incrementar el poder de los trabajadores frente a los dueños del capital y la gerencia. La clase política, en tanto, se enfrenta a un año de elecciones (municipales), de definición de alianzas en ambos sectores –gobiernista y oficialista– y de recomposición de sus perspectivas ideológicas con vistas al año electoral de 2017. También para los nuevos colectivos partidarios existentes el periodo que viene será definitivo en cuanto a ser o no ser.

Publicado en El Líber, Chile

 

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Com bom professor, alunos permanecem na escola

capaRésumen: Hablamos con los autores del libro Juventudes na escola, sentidos e buscas: Por que frequentam?, los investigadores de FLACSO Brasil Miriam Abramovay y María García Castro, que publican el trabajo co-escrito por el sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz, también la institución. El proyecto, iniciado en noviembre en asociación con la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y el Ministerio de Educación (MEC) de Brasil, señala que una buena relación con los maestros ayuda a los estudiantes a permanecer en la escuela y puede influir en su elección de carrera. El estudio completo está disponible en la biblioteca virtual de la FLACSO.

Conversamos com as autoras do livro Juventudes na escola, sentidos e buscas: Por que frequentam?, as pesquisadoras da Flacso Brasil Miriam Abramovay e Mary Garcia Castro, que publicaram a obra em coautoria com o sociólogo Julio Jacobo Waiselfisz, também da instituição.  A obra, lançada em novembro em parceria com a Organização dos Estados Ibero-americanos (OEI) e o Ministério da Educação (MEC), aponta que uma boa relação com professores contribui para que os estudantes permaneçam na escola e pode influenciar suas escolhas profissionais. O estudo completo está disponível na biblioteca virtual da Flacso.

A pesquisa apresenta motivos que levam alguns estudantes a permanecerem na escola e outros, a abandonarem. A metodologia utilizada buscou escutar essas narrativas e olhares sobre o contexto escolar e o que os jovens pensam em relação às políticas públicas relacionadas à educação. O objetivo é conhecer quem são as pessoas que frequentam a escola e assim identificar o lugar da escola na produção do conhecimento, o clima escolar, as relações com os professores e entre os alunos.

As entrevistas foram realizadas com estudantes do Ensino Médio, do Programa Nacional de Inclusão de Jovens (ProJovem Urbano) e do projeto de Educação de Jovens e Adultos (EJA), em escolas públicas. A maioria dos entrevistados vem de famílias com rendimento médio mensal de até três salários mínimos.

A partir do conceito de juventudes, no plural mesmo, Miriam Abramovay explica que “‘juventude” é “um conjunto muito diferente de pessoas, com dificuldades, facilidades e nível de estudo variados”. Segundo ela, é preciso considerar questões como classe social, gênero, raça-cor e contexto histórico. “As juventudes são um conjunto social muito diverso”, diz.

Para Mary Garcia Casto, a escola “é ou deveria ser um dos principais lugares de socialização para a vida em sociedade, para cultivo da solidariedade, para o saber viver de forma gregária e com respeito ao outro e a outra”, estimulando o pensamento crítico e o gosto por conhecimento “além da comum busca por formação, informação e um diploma”, uma exigência do mercado de trabalho. Mas para ela, a escola pode também “colaborar para um bem viver consigo e identificar como o conhecimento pode significar prazer”.

O estudo buscou explicar, justamente, o que leva alunos e alunas a continuarem frequentando as salas de aula. Os três autores têm um histórico de produções críticas à escola, como explica Garcia Castro, “mas acreditamos que outra escola é possível”. Defendem que o ambiente escolar e os estudos são importantes para o combate às violências destes tempos e também para uma boa convivência pessoal e com outras pessoas, além da importância de se descobrir “as potencialidades do saber” como uma motivação para estudar: “os jovens que permanecem na escola o fazem por obrigação, por imposição e muitos outros deixam a escola”, comenta Garcia Castro.

Para Abramovay, diversas causas estão relacionadas ao abandono da escola, como a necessidade de ingressar no mercado de trabalho, alunas que vivenciam uma gravidez e questões de violência, principalmente entre homens. “Os jovens que continuam frequentando as aulas “têm consciência que permanecer na escola é fundamental para seu futuro”, explica. São estudantes que “querem alguma estabilidade e têm muita consciência que isso se dá através do estudo. Muitos querem fazer universidade, e estudantes mais pobres e com menor escolaridade sabem do esforço que fazem para isso. Isso é muito importante na relação juventude-escola, porque por muitos anos se acreditava que os jovens não davam importância para a escolaridade”, avalia.

As entrevistas mostram que jovens que abandonaram a escola, quando voltam, são alguns dos que mais se referem a ela de forma positiva, indicando que perceberam que ela é necessária “quer para fins pragmáticos, instrumentais – como ter um emprego – quer pelo clima de sociabilidade e de socialização que ela pode possibilitar” diz Garcia Castro.

Preconceitos e Senso-Comum

Uma das perguntas elaboradas foi: “Quem você não gostaria de ter como colega de classe?”. No topo dos grupos de identidade apontados como preteridos estão travestis (7,1%), e homossexuais (5,3%). “Temos que pensar o que as escolas estão fazendo e porque elas não dão conta da questão da homofobia, que é tão forte na nossa sociedade e que a escola não consegue trabalhar”, avalia Abramovay. Ela conta que a tendência é de que não se fale de temas considerados “tabus” na nossa sociedade como questões relacionadas a gênero e sexualidade.

Garcia Castro aponta que não faz parte do projeto da escola a construção de um conhecimento para pensar por si e questionar o conteúdo disseminado pela mídia, redes sociais e outros meios de comunicação. Embora na pesquisa a maioria dos jovens indique que a escola deveria discutir sobre preconceitos, “nos debates sobre temas polêmicos relacionados às identidades e reconhecimentos de direitos – como cotas, racismo, homofobia, aborto, maioridade penal e outros – predomina a reprodução de valores de senso comum, por achismos e preconceitos”.

Relação com Professores

As autoras apontam a importância da relação dos estudantes com os professores como uma das principais descobertas.  “Se eles têm um professor de alguma matéria que ensina bem e que, além disso, escuta e tem uma boa relação com os alunos, eles permanecem na escola”, diz Abramovay. A descoberta demonstra que os alunos “querem aprender e precisam de uma boa relação com os adultos nas escolas para isso”.

E para Garcia Castro, os professores “não se dão conta do seu poder na história de vida de jovens”. Outra questão importante levantada é que muitos alunos e alunas escolhem uma carreira porque o professor daquela disciplina “é ‘maneiro’, ou ‘me despertou para a sociologia, mas mudaram o professor e não quero mais saber de ser professor disso não, é muito chato’”, relembra a pesquisadora sobre os discursos coletados durante o estudo.

Gênero

Gravidez, responsabilidade de cuidar da família, orientação sexual, sexismo e sensação de insegurança no trajeto até a escola são dimensões presentes em testemunhos de jovens mulheres, em especial do ProJovem Urbano, para um dia ou várias vezes terem que ter deixado a escola.

A divisão sexual do trabalho que leva muitos homens a serem considerados como provedores e as mulheres as cuidadoras no doméstico está presente também nos discursos de jovens homens, que deixaram de estudar para “sustentar” a família. Garcia Castro afirma que, apesar disso, a questão de gênero vem deixando “uma outra sutil marca”: “a determinação de muitas jovens mulheres em enfrentar aquelas barreiras e voltar a estudar”.

Ela destaca também que convivências hostis que têm como base preconceitos gênero, como a discriminação a estudantes LGBT, são um dos fatores que “podem levar o/a jovem a abandonar a escola”.

Trabalho

A pesquisa mostra que o trabalho é um impulsor básico nas trajetórias escolares, tanto para continuar ou voltar a estudar, como para abandonar a escola. Garcia Castro ressalta que, em muitas sociedades, exercer uma atividade profissional não compete com a continuidade da educação formal. O trabalho “se equaciona com os estudos, por meio de estágios e atividades de meio tempo não muito cansativas, possibilitando uma integração entre aprender na escola e aprender com o trabalho”, diz. No Brasil, especialmente em camadas pobres da população, ele se torna “um empecilho ao bem estudar”. “Jovens que estudam e trabalham chegam à escola, em especial se estudam à noite, cansados. Não podem continuar os estudos e fazer tarefas depois do turno escolar”, explica.

Hoje, uma outra incompatibilidade na combinação bem estudar e trabalhar é o tempo gasto em deslocamentos casa – trabalho – escola, destaca a autora. O aluno chega na escola cansado e “faz de conta que se estuda”, diz. “Os professores, até por sensibilidade com as dificuldades de vida dos alunos que trabalham, fazem de conta que ensinam, limitando-se a transmitir um conhecimento que não exija pesquisas e atividades além das classes”, conclui.

Por Marina Baldoni Amaral – Flacso Brasil

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