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El rostro del descontento en Chile: quiénes protestan y cuáles son sus demandas

Redacción: France 24

El deseo de un cambio radical se expresa con fuerza en las calles chilenas, una vorágine que acorrala aún más al presidente Sebastián Piñera. Este es el rostro del descontento social en un agobiado Chile.

Arengas exigiendo el fin del sistema de fondos de pensiones o cánticos reclamando nuevamente educación gratuita y de calidad evidencian el descontento en las calles chilenas e involucran a varios sectores. Si bien las movilizaciones comenzaron el pasado 18 de octubre en la noche en Santiago de Chile, impulsadas por los estudiantes secundarios, con el paso de los días se han ido sumando diferentes ciudades y actores sociales, quienes han puesto sobre la mesa una serie de demandas.

El viernes 18 de octubre, una evasión masiva en la estación Los Héroes del metro de Santiago fue la primera señal del estallido social que comenzaba a ocurrir en la nación sudamericana. Ese día, jóvenes, trabajadores y adultos mayores manifestaron su molestia por el aumento del pasaje del transporte público. El inconformismo, entonces, empezó a apoderarse de los habitantes de la capital chilena.

La respuesta del Gobierno fue declarar estado de emergencia y sacar el Ejército a las calles; a lo que los ciudadanos respondieron con cacerolas para exigir el fin de ambas medidas. La voz de los manifestantes se escuchaba en los sectores más vulnerables y también en los barrios más acomodados.

Chile: ¿por qué protestan en una de las economías más prósperas de la región?

Para Tania Vallejo, una joven entre los miles que salieron a protestar, el asunto de fondo es la desigualdad: «La gente no está protestando solo por los pasajes del metro, esa fue la gota que rebosó la copa, la gente está enojada y lleva mucho tiempo enojada. Estamos alegando por muchas cosas, porque nos han pisoteado por muchos años y nunca se había dicho nada y colapsó la cosa», dijo a France 24.

Las pensiones: un tema prioritario para los chilenos

Los adultos mayores también han sido protagonistas en las manifestaciones. Cientos de pensionados se han sumado a las protestas pacíficas para reclamar por una jubilación digna. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas del año pasado, 10.198 personas entraron en la categoría de nuevos pensionados, con un ingreso mensual de menos del 50 por ciento del salario mínimo.

De ahí que en las calles de Chile durante las jornadas de protestas se haya escuchado también este reclamo: «Son muy bajas las jubilaciones, no nos alcanza el dinero ni para pagar el transporte para ir a buscar los medicamentos». Son palabras de Carlos Rodríguez, pensionado chileno.

 

Una educación gratuita y de calidad, en el centro de los reclamos

Universitarios y estudiantes secundarios se han movilizado desde el primer día de las manifestaciones. Los jóvenes insisten en que no se ha cumplido su principal petición: educación gratuita y de calidad. Desde 2006, los estudiantes chilenos han realizado este reclamo sin obtener una respuesta concreta del estado.

Durante el pasado gobierno de la presidenta Michelle Bachelet se avanzó en la materia, pero solo se logró la gratuidad para un sector de la población y, en medio de la convulsión social en las calles de Chile, reapareció esta problemática.

Natalia Acevedo, estudiante chilena, aseguró a France24 que «este es un reclamo justo, necesario y que se debe solucionar cuanto antes».

Acevedo agregó: «Primero fue en 2006, luego en 2011 y ahora los estudiantes estamos señalando todos los problemas que hay en la educación pública. La educación pública frente a la educación privada tiene muchas diferencias y eso ya no lo queremos más».

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Un manifestante alista una cauchera en medio de la protesta contra las medidas económicas del Gobierno chileno el pasado 23 de octubre de 2019.

Un manifestante alista una cauchera en medio de la protesta contra las medidas económicas del Gobierno chileno el pasado 23 de octubre de 2019.© Pablo Sanhueza / Reuters

Otro actor fundamental ha sido el magisterio chileno. Los profesores decidieron abandonar las aulas por estos días para reclamar en las calles demandas históricas como la titularidad en las horas de extensión, pues solo reciben una remuneración por honorarios.

Desigualdad y garantías laborales: los trabajadores se suman

En las jornadas de protesta se ha escuchado la voz de los trabajadores. Dirigentes sindicales aseguran que la crisis que padece la nación sudamericana obedece al descontento social por políticas impulsadas durante las últimas décadas, como el alza permanente de los servicios básicos, el estancamiento en el aumento de los salarios y la «mercantilización de los derechos sociales como la salud».

Para la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el actual sistema económico en Chile no ofrece las mismas oportunidades a todos los ciudadanos y, por el contrario promueve la desigualdad. Fue por eso que, desde esta organización, sus dirigentes convocaron a una huelga nacional de dos días que paralizó a la nación el 23 y 24 de octubre.

https://twitter.com/i/status/1186740745056731137

 

«Es una medida dictatorial que nos recuerda los peores momentos de nuestro paso en esa noche oscura, donde muchos compañeros y compañeras perdieron hasta la vida en situaciones de malas prácticas en ese estado de excepción. Con este tipo de decisiones se demuestra la incapacidad que tiene el presidente de la República para dialogar», afirmó el dirigente.

Así, jóvenes, trabajadores y pensionados de todas las clases sociales en Chile continúan manifestándose en las calles de las 16 regiones que conforman este extenso país. Su exigencia es, básicamente, una sola: cambios de fondo para construir un nuevo pacto social.

Fuente: https://www.france24.com/es/20191026-quienes-demandas-protestas-chile-radiografia

 

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CHILE Las protestas contra la desigualdad ponen a las universidades en crisis

América del Sur/Chile/universityworldnews.com

Las universidades en Chile están considerando tomar la acción drástica de extender el semestre actual de diciembre a marzo para hacer frente al impacto de las protestas masivas en curso en Chile, que ya han visto a muchos académicos perder sus empleos, y numerosos manifestantes han perdido la vida.

Al 2 de noviembre, el 75% de los 29 miembros de universidades públicas y privadas del Consejo de Rectores de las Universidades chilenas (CRUCH) estaban en huelga. Actualmente, más personas también están votando si se deben detener las clases. Otros han sido cerrados por temor a disturbios hasta nuevo aviso.

La extensión del semestre se está discutiendo en la mayoría de las universidades, ya que muchas no han abierto sus puertas desde el 18 de octubre, el inicio de la llamada «revuelta de octubre» en la que casi dos docenas de manifestantes han muerto y miles han resultado heridos durante la violencia por la policía que intenta controlar las protestas.

Mientras tanto, los estudiantes y académicos han quedado inseguros sobre el futuro de sus cursos y trabajos.

El 4 de noviembre, policías armados dispersaron una protesta en el gran campus de San Joaquín de la PUC en Santiago utilizando botes de gas lacrimógeno, un cañón de agua y balas de goma. Tres estudiantes resultaron heridos en lo que la policía etiquetó al Rector Ignacio Sánchez como «violencia desproporcionada».

Los estudiantes de la Universidad de Chile, la universidad más grande de Chile, votaron por una huelga indefinida. Nicole Martínez, vicepresidenta de la asociación de estudiantes de la Universidad de Chile, dijo que su universidad y otras universidades estatales «no deberían volver a clases hasta que el gobierno elimine efectivamente las violaciones de derechos humanos y dé una clara señal política para una nueva Constitución ”, según un informe del diario El Mercurio .

Cambiar la Constitución, aprobada bajo la dictadura de Augusto Pinochet y luego enmendada, se está convirtiendo rápidamente en la demanda más popular de los manifestantes callejeros en todo Chile.

Declaración de problema académico

Académicos, estudiantes y personal de universidades que no están en huelga o cerradas están manteniendo conversaciones conjuntas sobre la situación social y política en el país. Dos mil estudiantes, docentes y personal de la Universidad Técnica Federico Santa María participaron en diálogos el 5 de noviembre, por ejemplo.

Al mismo tiempo, muchos académicos han emitido declaraciones sobre la crisis actual, que casi ha detenido a Chile.

El 22 de octubre, los científicos políticos y sociales enviaron una carta al presidente de Chile, Sebastián Piñera, en la que pedían un acuerdo social, político y económico de gran alcance entre políticos, académicos, actores económicos y políticos.

Afirman que durante mucho tiempo «han estado trabajando e incluso advirtiendo sobre las tensiones en el tejido sociopolítico y [sugiriendo] posibles formas de recomponerlo». Terminan ofreciéndose contribuir, desde sus puntos fuertes, a «construir un país más justo, más inclusivo y democrático».

Cincuenta docentes de la facultad de educación de la PUC propusieron una «agenda educativa para el nuevo Chile». Critican el sistema de educación superior de la nación por la «proliferación desproporcionada de títulos docentes y universidades privadas que están mal reguladas, son masivas y están destinadas a los estudiantes más pobres que están excluidos de universidades selectas que reclutan grupos de mayores ingresos».

Piden un diálogo para desarrollar una nueva agenda. Dicen que las comunidades y actores educativos, la comunidad académica, las autoridades educativas y los líderes políticos deberían participar en el diálogo.

Por su parte, los académicos de las universidades estatales abogaron en su declaración pública, entre otras cosas, por la implementación de cambios constitucionales que devuelvan al estado su responsabilidad de «educación pública para todos», modificando el sistema de cupones que el gobierno proporciona para cada estudiante registrado. , así como sistemas de evaluación cambiantes para estudiantes y profesores. La declaración fue firmada por 100 académicos de una gran cantidad de universidades nacionales y departamentos universitarios.

Estudiantes de secundaria provocan protestas

Fueron estudiantes de secundaria, un grupo muy politizado y vocal en Chile, quienes encendieron el partido que inició la ola interminable de protestas. Enfurecidos por el aumento del boleto de metro en las horas pico en un 3.75%, que asciende a CLP30 (US $ 0.04), organizaron una evasión masiva de tarifas de metro en la que se abrieron paso con fuerza en las estaciones de metro. Los vándalos aprovecharon la agitación para destruir y prender fuego a varias estaciones.

La demostración de evasión de tarifas evolucionó rápidamente en protestas masivas, la más grande que Chile ha presenciado desde el gobierno de 17 años del dictador Pinochet que terminó en diciembre de 1990. Una de las marchas en la capital, Santiago, fue de 1,2 millones, según cifras de Ayuntamiento de Santiago.

Se han organizado grandes marchas de protesta desde la ciudad más septentrional de Arica hasta la ciudad más meridional de Punta Arenas en los centros y municipios del centro. La mayoría de ellos han sido pacíficos, pero también ha habido muchos incendios provocados y saqueos, principalmente de supermercados.

La respuesta del gobierno a los estragos fue llevar a los militares a las calles e instalar toques de queda, que agregaron combustible al fuego. Para amortiguar la ira de la gente, el gobierno revocó estas medidas.

«Las protestas no son por el precio del metro, sino porque el sistema nos está exprimiendo como limones», dijo Bessy Gallardo, una estudiante de derecho de 34 años que se unió a las protestas.

“Esto está sucediendo debido a décadas de injusticia, abuso y desigualdad. No hay seguridad social en este país. La gente gana poco y trabaja mucho y los salarios no son suficientes para llegar a fin de mes ”.

Hasta ahora, Chile fue aclamado en América Latina como un éxito económico, incluso atrayendo inmigrantes de lugares como Haití, Colombia, Perú y Venezuela. Tiene el número más bajo de personas en América Latina bajo la línea de pobreza (alrededor del 14%) y la esperanza de vida más alta (79 años). La matrícula terciaria bruta en Chile es del 88,46% (2017), más del doble que la de México con el 40,23% (2017), según el Instituto de Estadística de la UNESCO.

Pero el problema son las enormes desigualdades sociales y económicas del país que incluyen una fuerte división de clases que distingue a los ricos de los pobres y causa grandes quejas para estos últimos.

Ningún grupo o partido político ha liderado las protestas; solo los chilenos enojados han salido a las calles. La gente exige una mejor salud, pensiones más altas, educación más barata y mejor, un aumento del salario mínimo, impuestos más altos para los ricos, transporte mejor y más barato e incluso un cambio constitucional.

Impacto de la expansión de la educación superior.

Curiosamente, el gran aumento en el acceso a la educación superior ha jugado un papel importante en la ira expresada por los chilenos en las calles. El número de personas de 18 a 24 años en la educación superior pasó del 8% al 53% entre los años 1980 y 2018. Sin embargo, aunque muchos graduados han subido en la escala social, descubrieron que un título universitario a menudo no conduce a un trabajo bueno o seguro.

Por lo tanto, una gran mayoría de la población chilena, en su mayoría jóvenes, está constantemente expuesta a la incertidumbre e inestabilidad económica. El endeudamiento es la norma para ellos. Peor aún, ya no califican para los beneficios de la seguridad social, por lo que quedan en tierra de nadie.

Los jóvenes chilenos menores de 35 años, que representan el 27% de la población de 4.664.902 de Santiago, han sido el rostro visible de las protestas de los ciudadanos. Un estudio, «El Chile que está amaneciendo», del grupo consultor Cadem, reveló que el 57% de este grupo admite haber participado en marchas o en golpear ollas y sartenes, una forma típica de mostrar descontento, en comparación con el 34% de esos Entre 35 y 54 años.

Alrededor del 81% de los jóvenes comparte la opinión de que la crisis actual se debe a un descontento generalizado y constituye el 66% de los que califican mal la agenda social propuesta por el gobierno.

Si bien el presidente Piñera revirtió el aumento de las tarifas del metro y anunció otras medidas, como una reforma de las pensiones y un aumento del salario mínimo, la agitación nacional se prolongó hasta la tercera semana.

En el período transcurrido desde que comenzaron las protestas del 18 de octubre hasta el 3 de noviembre, 23 personas fueron asesinadas, 2.500 heridas, 4.400 detenidas y decenas parcialmente cegadas por proyectiles de goma y gases lacrimógenos disparados por la policía y los soldados.

Las protestas en curso obligaron al presidente Piñera a cancelar la cumbre de naciones de Cooperación Económica Asia-Pacífico, que Chile estaba organizando en noviembre, así como la reunión sobre cambio climático conocida como COP25 en diciembre. Aunque las cancelaciones empañaron la imagen internacional de Chile, Piñera explicó que su deber era atender la situación sociopolítica del país.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=2019110708463148

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Chile rechaza constituyente chimba de Sebastián Piñera

Chile rechaza constituyente chimba de Sebastián Piñera

Luego de tres semanas continuas de intensas protestas, Chile amaneció ayer con un paro educativo que se prolongará hasta este martes.

La paralización es la primera acción de protesta tras el anuncio del ministro de Interior chileno, Gonzalo Blumel, del inicio de un proceso constituyente en esa nación austral.

Blumel informó el pasado domingo que el gobierno de Piñera iniciará el camino hacia una nueva Carta Magna, como el mecanismo que necesita la nación para cesar las masivas movilizaciones.

“Tengo la impresión de que es una consulta que está bastante respondida (…) creo que estamos disponibles para ir a un paso más allá. Un pacto constitucional requiere un amplio acuerdo de dos tercios de los parlamentarios”, indicó.

Sin embargo, dejó claro que la redacción de la Constitución que sustituirá a la de 1980, redactada en plena dictadura de Augusto Pinochet, contará sólo con los mismos parlamentarios del Congreso de mayoría aliada del presidente Piñera, a los que rechazan los manifestantes.

Rechazo popular. El anuncio fue repudiado por los sectores populares, quienes exigen justicia tras la violencia del Estado, así como participación en el proceso constituyente, más allá de un plebiscito para retirar o ratificar un texto que perpetúe el modelo neoliberal.

Por su parte, este lunes el Partido Comunista de Chile (PCC) rechazó la propuesta “engañosa” de Piñera al convocar un “Congreso Constituyente” solamente con miembros del actual Parlamento que lo apoya y sin participación de los sectores populares.

Fuente de la Información: https://diariodelosandes.com/site/chile-rechaza-constituyente-chimba-de-sebastian-pinera/

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Estallido social en Chile: una nueva huelga general marca la cuarta semana de protestas

Piñera enfrenta el paro productivo que promete ser el más grande desde el inicio del estallido social

Más de cien organizaciones adhirieron a la huelga general que está convocada para este martes en el país. Se espera la paralización de los sectores portuario, agro-industrial, comercial, bancario, de la salud y los servicios públicos, entre otros. Los dirigentes apuestan a que esta convocatoria marque un “hito” en las manifestaciones, enfocando el petitorio en cambios estructurales que pasen por una Asamblea Constituyente.

Tras el inicio de la cuarta semana de manifestaciones, el mundo social apuesta a un paro de actividades que tenga presencia en todas las regiones del país. Hasta la noche de este lunes, 129 organizaciones adherían a la convocatoria, según una declaración pública que dio a conocer la plataforma Unidad Social. Los dirigentes de esta coordinación esperan que se instale como un verdadero “hito en democracia”.

“Es el conjunto del funcionamiento del país que va a paralizar. Esto, en el contexto de exigir una Asamblea Constituyente, que es un nuevo Chile que está reclamándose en las calles”, sostiene el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, a El Desconcierto.

El primer llamado a huelga general de esta plataforma social fue el 23 de octubre pasado, mientras el país se encontraba bajo Estado de Emergencia. En esa ocasión, las organizaciones firmaron una declaración reconociendo que la situación política del país enfrentaba la mayor crisis desde la salida de la dictadura militar. Apuntaron también a la tesis del “autogolpe” del gobierno, considerando que recurrieron a las Fuerzas Armadas para imponer el “orden social”.

El presidente Sebastián Piñera terminó con el Estado de Excepción constitucional y ordenó el retiro de los militares de las calles. Pero las denuncias y querellas por vulneraciones a los derechos humanos han ido en aumento. Esto se ha evidenciado con el peak histórico de lesiones oculares, con más de 150 pacientes que han sufrido la pérdida de visión en uno de sus ojos por disparos de perdigones. Por lo mismo, sumándose a la petición del Colegio Médico, se ha instado a que las autoridades prohíban el uso de estos proyectiles.

Sumado a esto, el petitorio del mundo social pasa por iniciar una Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución de 1980. Es decir, difiere de la propuesta de un “Congreso Constituyente” que salió a plantear este domingo el gobierno, tras una reunión de los partidos de Chile Vamos en la casa del Presidente. A juicio de las organizaciones que convocan a este paro general, la toma de decisiones no puede residir en una institución que no tiene la legitimidad suficiente para la ciudadanía.

A la vez, se ha hecho el llamado a que los trabajadores del mundo privado se sumen a este paro general. Ya han confirmado su adhesión trabajadores de la banca, del comercio y de empresas contratistas, como la Federación Contratista Anglo American Minas, la Federación de Trabajadores Contratistas de Los Bronces y el Sindicato Profesionales y Técnicos Aguas Andinas.

Los portuarios en huelga

Este martes el sector portuario amanecerá paralizado. Dentro de sus razones, sostienen que la agenda que ha presentado el gobierno propone medidas asistencialistas e inconsultas. “No muestran interés en dar una respuesta a la mala administración de los recursos”, manifiestan en una declaración pública firmada por el Consejo Nacional por la Defensa del Patrimonio Pesquero (Condepp), la Federación Nacional de Sindicatos de Pescadores Artesanales de Chile (Fenaspar), y la Red Nacional de Mujeres de la Pesca Artesanal, entre otras organizaciones.

Los dirigentes han dado a conocer datos que revelan el escenario que enfrenta el sector: el 69% de las principales pesquerías son concentradas por cuatro empresas pertenecientes a siete familias más ricas del país; el 31% de la cuota de pesca esté en manos del sector artesanal, que corresponden a cerca de 100 mil pescadores; y, como consecuencia de la depredación industrial, el 70% de las pesquerías estén sobreexplotadas o colapsadas según los reportes del gobierno.

Los trabajadores del puerto de San Antonio se mantendrán paralizados durante esta jornada, según informó el presidente del Sindicato de Estibadores Portuarios Contratados de Puerto Central (Sitramcen) de San Antonio, Miguel Lillo. Durante estas semanas, el gremio ya ha interrumpido de manera intermitente sus faenas.

A esto se suma la advertencia de Internacional Dockworkers Council (IDC o Consejo Internacional de Trabajadores por su sigla en español), que integra a organizaciones de trabajadores portuarios a nivel mundial, de no dejar ingresar las naves zarpadas desde Chile en los puertos donde tienen representación sindical, si se mantiene la represión policial, según lo advirtió el coordinador para Latinoamérica Caribe, César Luna.

Aeropuerto y aduanas, también

Los funcionarios que trabajan en los servicios fronterizos también se plegaron a la paralización. La Asociación Nacional de Funcionarios de Aduanas (Anfach), aclaró que no afectará la atención de usuarios y que no se despachará ningún tipo de carga, a excepción de aquellas que sean estrictamente necesarias por razones de salud u otra.

A esto también se suman los trabajadores del Aeropuerto de Santiago. Según informó el presidente de la Asociación de Empleados Fiscales (ANEF), José Pérez, durante la tarde de este lunes, hay grupos que no se van a sumar a la paralización completamente, pero los servicios funcionarían más lentos: “Aduana va a tener sólo restricción, la DGAC también, con algunos espacios de movilidad, Sernapesca y el SAG también”, advirtió el dirigente.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2019/11/estallido-social-en-chile-una-nueva-huelga-general-marca-la-cuarta-semana-de-protestas/

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Continua el Alzamiento Popular

Por: Asociación Intersindical de Trabajadoras y Trabajadores Clasistas.

 

Los días posteriores al alzamiento popular ocurrido en Chile el 18 de octubre, han sido de permanente lucha y protesta, donde se han evidenciado grandes avances en los niveles de conciencia de la clase trabajadora que han dejado con poca capacidad de respuesta al gobierno reaccionario. Hemos presenciado el burdo intento del gobierno de mostrarse cercano al movimiento social, posterior a la masiva marcha del 25 de octubre que sólo en Santiago movilizó a más de un millón de personas, y a miles en las distintas regiones del país. Piñera destacó el carácter pacífico de la movilización y se atrevió a señalar que habían escuchado y entendido las demandas del pueblo y que trabajarían en dar solución a ellas por medio de la aprobación de la agenda social impuesta la semana pasada. Posteriormente, hace un llamado a retomar la “normalidad” mediante gestos como el retirar a las fuerzas militares de las calles y levantar el estado de emergencia, reafirmando que no renunciará a su cargo, y cumplirá su mandato hasta que culmine su periodo de gobierno.

Sin embargo, las medidas presentadas por el oficialismo han sido insuficientes, e incluso podemos considerarlas burlescas para el conjunto del pueblo, no fue suficiente el congelamiento de tarifas de la luz hasta el próximo año, tampoco el aumento del sueldo mínimo a $350.000 mensuales, sobre todo si es sin tocar un pelo al empresariado, potenciando el subsidio estatal con dinero que, en definitiva, sale de los bolsillos del mismo pueblo. Estas medidas no hicieron más que provocar que se encienda aún más la rabia de las y los organizados, que han respondido con más fuerza, manteniendo la protesta popular en las calles de los principales territorios del país. No obstante, donde continúa la protesta, continúa también la represión del Estado, y todos los días nos vemos enfrentados a escenarios de violencia desmedida por parte de las fuerzas policiales de carabineros, reflejado en un aumento sostenido el número de heridos/as en las distintas manifestaciones callejeras que se han convocado, preocupa, por sobre todo, la gran cantidad de personas con lesiones oculares. Por otro lado, también nos hemos enfrentado a violentas detenciones en casas de dirigentes sociales, y a complejas situaciones de abuso propinadas, tanto por militares como por carabineros, a compañeras y compañeros que han sido detenidos y llevados a comisarias, sitios que se han convertido en verdaderos centros de tortura. Por suerte se ha podido romper el cerco comunicacional, y diversos medios de información populares y alternativos han logrado dar a conocer masivamente estas situaciones, lo que ha permitido que el pueblo y la clase trabajadora identifiquen claramente y sin medias tintas cuál es su enemigo y los intereses que este defiende. Esto ha contribuido a debilitar a los sectores vacilantes y abraza-pacos que emergen en medio de los estallidos sociales, empujando a los distintos sectores del pueblo a tomar una clara posición de clase, lo que implica un claro avance en los niveles de conciencia de clase.

Comprendiendo lo anterior, consideramos que esta reciente semana de movilizaciones se ha caracterizado por la organización de esfuerzos más conscientes en torno a avanzar desde el espontaneísmo e improvisación de los primeros días del alzamiento popular, a acciones de protesta más elaboradas y planificadas, mediante mecanismos de autodefensa y ofensiva popular más complejos, como por ejemplo las acciones de sabotaje menor a AFPs, farmacias y/o bancos. Pero también han proliferado instancias donde la clase trabajadora y el pueblo se vuelven a reunir para discutir acerca de sus necesidades e intereses, volvemos a ver las ollas comunes en las poblaciones, iniciativas similares a los “comprando juntos” y una serie de actos culturales convocados por organizaciones sociales, sindicales y políticas en los distintos territorios, lo que ha permitido el levantamiento de distintos pliegos de demandas reivindicativas y políticas como poner fin al sistema de AFPs e instalar la demanda de pensión básica igual al ingreso mínimo, un sueldo mínimo de $500.000, una jornada de trabajo de 40 hrs., sin flexibilidad laboral, el fin a los honorarios en el Estado, terminar con el lucro en la salud y la educación, protección a la maternidad y sala cuna universal sin discriminación y para todas las trabajadoras, un aborto seguro, libre y gratuito, entre otras reivindicaciones del pueblo que se han escuchado con fuerza durante estos días.

Sin embargo, ante estos avances de la clase trabajadora y el pueblo en su conjunto, el gobierno ha respondido no sólo con una política del terror en las calles, sino también con una serie de estrategias institucionales que buscan poner paños fríos al alzamiento popular. Dentro de estas medidas se enmarca el tan bullado cambio de gabinete que se llevó a cabo el día lunes 28 de octubre, el que se da en un ambiente más bien festivo, en medio de abrazos y agradecimientos a las y los personeros del gobierno que serían removidos de sus puestos como consecuencia de la crisis desatada, pero que sin embargo, no logró generar mayor eco en el pueblo organizado. Este cambio de gabinete, más bien cosmético, fue casi una sillita musical ministerial debido a que se trato más de reubicaciones que de cambios reales en las carteras, al punto que las remociones más esperadas no sucedieron, y el presidente decidió blindar a los cuestionados ministros de transporte y salud que continúan en sus puestos, al igual que la displicente ministra de educación.

En el caso del Ministerio del Trabajo, se instala quien fuera la subsecretaria de Previsión Social, María José Zaldívar, licenciada en historia y abogada, sin militancia partidaria pero con herencia DC, especialista en el área previsional y en seguridad y salud laboral. Su perfil independiente le ha permitido desempeñarse en la Superintendencia de Seguridad Social desde el 2005 al 2014, sobreviviendo al paso de los distintos gobiernos de turno, hasta que se convierte en subsecretaria de previsión social durante el actual gobierno de Piñera. En su rol como subsecretaria encabezó el proyecto de reforma a las pensiones, haciendo permanentes llamados a su aprobación, e insistiendo en la urgencia del proyecto para que el 2020 ya se comience a pagar el pilar solidario propuesto. Además, la actual ministra ha expresado una clara postura en contra del retiro de los ahorros previsionales que ha sido impulsado por parte del pueblo movilizado y es la responsable de la Ley de Cotización Obligatoria que hoy perjudica a miles de trabajadoras y trabajadores que se desempeñan a honorarios, tanto en el sector público como en el sector privado. Por otro lado, la definen con un perfil dialogante y con buen muñequeo político, en ese sentido asumirá un importante rol en el desarrollo del proyecto de las 40 horas, una tarea que su predecesor, Nicolás Monckeberg, no logró resolver ya que se vio envuelto en una seria de polémicas producto de sus equivocas declaraciones públicas , como “la rebaja de las cuarenta horas afectaría a las jornadas especiales de trabajo, por lo que los futbolistas chilenos no podrían haber jugado la copa América debido a su régimen laboral”, o “si un trabajador en vez de las 9 de la mañana, llega a las 7.30, se va a demorar 20 minutos a la pega y va a llegar a su casa por lo menos, una hora y media antes, porque no se va a ir a la hora del taco”, por lo que fue generando un rechazo generalizado en la población, provocando su salida de la cartera del trabajo. Según las últimas declaraciones de la nueva ministra, su centralidad estará en la agenda social presentada por el presidente por lo que sus prioridades serán las pensiones y el ingreso mínimo garantizado.

En el caso de Hacienda, el ingeniero Ignacio Briones es quien toma la conducción del ministerio. Este militante de Evopoli formó parte del primer gobierno de Piñera en el año 2010, desempeñándose como coordinador de finanzas internacionales. Sin lugar a dudas su perfil académico y tecnocrático lo llevaron a ser considerado el reemplazante de Felipe Larraín (quien fuera su profesor en la Universidad Católica) en esta estratégica cartera de gobierno. Briones se caracteriza por ser un acérrimo defensor del sistema neoliberal, planteando cuestiones tales como que la automatización es una oportunidad para el empleo o que “no toda desigualdad es injusta”, defendiendo los intereses y privilegios de los ricos y poderosos.

Con respecto al Ministerio de Economía, el ingeniero Lucas Palacios (UDI) toma la cartera, reemplazando a Juan Andrés Fontaine, quien permaneció solo 4 meses en el cargo. Palacios cuenta con una vasta carrera política, se desempeño como Concejal de la comuna de Puente Alto, además de ser subsecretario de Obras Públicas en los 2 mandatos de Piñera. Con respecto al nuevo rol que desempeñará como ministro, ha expresado que hará todos los esfuerzos para restablecer el sistema económico del país, centrando su discurso en los daños sufridos por las pequeñas y medianas empresas en estos días de movilizaciones, señalando que esto tendrá un efecto en el aumento del desempleo en el país, por lo que el gobierno ya anuncio, dentro de su agenda social, un proyecto de ayuda a las pymes al que denominaron “Levantemos tu pyme”. Sin embargo, no debemos olvidar, que la tasa de desempleo en el país iba en aumento previo al alzamiento popular, del mismo modo que la tasa de consumo iba a la baja.

Con respecto a los otros ministerios, se puede señalar que el protagonismo adquirido por la ex Intendenta de Santiago, Karla Rubilar, quien durante el estallido social apareció permanentemente en televisión criminalizando la protesta, destacando las acciones pacifistas y respaldando las diferentes medidas impulsadas por el gobierno, mostrándose empática y cercana a la ciudadanía, le permitió alcanzar el puesto de la Vocería de gobierno. Del mismo modo, quien también logró posicionarse en medio de la crisis fue Gonzalo Blumel que fue removido desde la Segpres hacia el Ministerio del Interior, donde reemplazará al primo del presidente, Andrés Chadwick (una evidente jugada para protegerlo de una posible acusación constitucional), y quien reemplaza a Blumel en Segpres es Felipe Ward, que se desempeñaba como ministro de Bienes Nacionales. Por otro lado, una vez más, Cecilia Pérez sobrevive a la crisis, y al ser removida como vocera de gobierno es designada como la nueva ministra de Deportes, por último quién reemplaza a Felipe Ward en Bienes Nacionales, es el falso y traicionero líder estudiantil, Julio Isamit, quién además cuenta con un historial moroso que ha tratado de mantener oculto.

Lo cierto es que hasta ahora el gobierno se ha mostrado absolutamente incapaz de contener o dar respuesta a la movilización, y ante la nula capacidad de retornar a la normalidad y la creciente presión internacional, se vio obligado a suspender la Cumbre APEC y la COP25 que se iban a realizar en nuestro país durante los meses de noviembre y diciembre respectivamente, donde se reunirían los principales líderes imperialistas para decidir una vez más sobre el futuro de nuestros países. Sin embargo, no debemos perder de vista que el Senado está discutiendo la aprobación del TPP11, otro acuerdo interempresarial que limita la autonomía de los países que adscriban a dicho tratado, en ese sentido, y a pesar de que la no realización de la APEC y la COP25 en nuestro país implico una derrota para el gobierno, ya que ve fuertemente afectada su imagen hacia el exterior, sabemos que las discusiones de estos encuentros impactarán de todas formas en la política nacional, repercutiendo directamente en las condiciones de vida de toda la clase trabajadora.

Respecto de las posibles salidas a este conflicto, han emergido una serie de propuestas e iniciativas que buscan descomprimir el movimiento social Por un lado la oposición ha buscado alternativas que le permitan capitalizar el descontento popular expresado en las calles y dentro de estos podemos identificar a los sectores que tienen representación en el Congreso, y que oportunistamente, resucitaron propuestas de reformas constitucionales de antaño, intentando así poner al Congreso como espacio para encausar la demanda por una nueva constitución. El “proceso constituyente” impulsado en el congreso inicia el día martes 29 de octubre, siendo encabezado por el presidente del senado, Jaime Quintana (PPD) y el presidente de la cámara de diputados, Iván Flores (DC), que en términos concretos lo que han hecho es recoger distintas propuestas para la nueva constitución, las que serán discutidas mañana durante todo el día definiendo el seguir en la Cámara de Diputados.

No obstante, el oficialismo se desmarcó del proceso impulsado por el poder legislativo, haciendo un llamado a los diputados/as y senadores/as a escuchar las demandas de la ciudadanía y dejar de conversar entre ellos, a pesar de que no descartan la posibilidad de implementar en algún momento una asamblea constituyente o un proceso para levantar una nueva constitución. En ese sentido, el gobierno se ha comprometido a convocar a un “dialogo inicial” en el corto plazo (en unos 60 o 90 días), además de presentar un mecanismo para incorporar a este proceso los cabildos que ya se están implementando en algunas comunas del país. Esto ha generado rencillas al interior de los poderes del Estado y los partidos del Bloque en el Poder, que se muestran erráticos en cuanto al mecanismo a implementar para un proceso de reforma constitucional que ya se ve como inevitable para responder al descontento popular.

Sin embargo, al interior de la oposición se despliegan otras estrategias, como la que presenta el ala más progresista, expresada en el PC y algunos sectores del Frente Amplio, que han levantado la denominada “Mesa de Unidad Social”, desde donde están impulsando el levantamiento de “cabildos” ciudadanos que tienen como objetivo validar las propuestas programáticas que ya fueron elaboradas por los partidos, posicionando la necesidad de un cambio constitucional mediante la Asamblea Constituyente. Junto con ello, este sector apuesta por la instalación de interlocutores/as y voceros/as del movimiento social, político y sindical, pretendiendo posicionar distintas organizaciones sociales y sindicales de conocido historial burocrático y una larga experiencia traicionando los intereses de la clase trabajadora y demandas del pueblo, tales como la CUT, la ANEF, el Colegio de Profesores, la Coordinadora No + AFP, la CONFUSAM, la CONFECH (y en particular la Fech), que arrastran problemas de legitimidad producto de sus estrategias de conciliación de clases durante estos 30 años de pseudodemocracia. En definitiva, los oportunistas de siempre están instalando la asamblea constituyente como estrategia de posicionamiento de las principales figuras de sus organizaciones burocráticas, entreguistas y traidoras del pueblo, buscando la cooptación de las demandas sociales en miras a fortalecer posiciones institucionales, como lo han venido haciendo hace años en los distintos espacios de conducción que han ocupado.

Ahora bien, a esta propuesta de asamblea constituyente se han sumado también algunas organizaciones sociales, sindicales y políticas de carácter más crítico, e incluso algunas con perspectivas clasistas, que aseguran que hoy existirían las condiciones necesarias para plasmar los intereses de la clase trabajadora y el pueblo en una nueva constitución. En ese sentido, han emergido algunas posiciones tales como que las asambleas territoriales y cabildos convocados serían el primer paso para la articulación de la clase trabajadora, y que posteriormente se encontrarían en condiciones de llevar adelante una asamblea constituyente en igualdad de condiciones con el Bloque en el Poder.

Sin embargo, como Asociación Intersindical de Trabajadores y Trabajadoras Clasistas AIT, a pesar de reconocer la importancia del despertar de las conciencias de los miles de trabajadores y trabajadoras, que ya cansados de los abusos salieron a las calles a exigir condiciones de dignidad, creemos que la actual coyuntura no puede llevarnos a pensar que han cambiado las condiciones del periodo, por lo tanto no existen condiciones para disputarle, al reformismo y al Bloque en el Poder, las definiciones fundamentales de una nueva constitución para Chile, menos aún si esto se lleva a cabo mediante mecanismos creados por aquellos que ocupan los sillones del poder. En ese sentido, consideramos que este proceso constituyente apuntará más bien a un reacomodo de los dueños de la riqueza y el poder, permitiendo darle una nueva legitimidad a sus formas de dominación, explotación y opresión, fortaleciendo el modelo económico capitalista-neoliberal chileno, sin cambiarlo radicalmente, ya que el principal objetivo que persigue el cambio constitucional hoy, no es mejorar las condiciones de vida del pueblo, sino que se ha convertido en un intento desesperado por descomprimir el movimiento social en pie de lucha. La historia nos ha demostrado que la clase trabajadora no tiene nada que ganar en los espacios institucionales creados por el Bloque en el Poder, y por lo tanto se vuelve una tarea urgente que la clase trabajadora y el conjunto del pueblo, levanten sus propios espacios de construcción política, en ese sentido nuestro llamado es a formar parte del polo social anticapitalista convocado por la Central Clasista de Trabajadoras y Trabajadores, que apunta a la articulación de las distintas organizaciones populares, sociales y sindicales que comprenden que la causa principal de nuestras precarias condiciones de vida es el capitalismo, y que debemos combatirlo con todas nuestras fuerzas.

Por otro lado, consideramos que en el mundo sindical, una tarea urgente es el fortalecimiento de los sindicatos desde las bases y el levantamiento de nuevos sindicatos clasistas y combativos en los sectores donde no exista organización, apuntando a una necesaria articulación en la Central Clasista de Trabajadores y Trabajadoras. Del mismo modo se vuelve necesaria la formación y autoformación de dirigentes y dirigentas clasistas que disputen al sindicalismo burocrático y conciliador que es hegemónico en el país, trabajando siempre bajo los principios del anticapitalismo, la solidaridad efectiva de clase, la democracia sindical desde las bases, la independencia de clase, la autonomía sindical y el antipatriarcado. Esto debe reflejarse en acciones concretas, como la realización de asambleas sindicales periódicas, donde se den discusiones abiertas respecto de la situación de movilización del país, donde se puedan debatir y difundir pliegos de demandas propias de la clase trabajadora, tales como el sueldo mínimo de $500.000, la derogación del Código Laboral de Pinochet, el fin al sistema de AFP, la jornada de 40 hrs., sin flexibilidad laboral (que fue recientemente discutida en la comisión de trabajo, aprobando su implementación con una gradualidad de 5 años para las pymes y de 1 año para las grandes empresas), el contrato único en el Estado, el rechazo a la reforma laboral Piñera-Bachelet, entre otras. Además de instalar la necesidad de sumarse a las jornadas de paralización nacional autoconvocadas y articularse con las organizaciones sociales y populares de los territorios donde estén instaladas las empresas o lugares de trabajo.

A levantar las demandas de la clase trabajadora y el pueblo

A conformar el Polo Social Anticapitalista

Por un sindicalismo clasista y combativo

Asociación Intersindical de Trabajadoras y Trabajadores Clasistas AIT

Fuente del artículo: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=262295

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Marcha en Chile para pedir que la educación deje de ser un «bien de consumo»

América del Sur/ Chile/ 12.11.2019/ Fuente: www.efe.com.

Miles docentes y estudiantes marcharon este lunes por el centro de la capital chilena para pedir que la educación deje de ser un «bien de consumo» y se convierta en un servicio «gratuito y de calidad», cuando el estallido social que vive el país suramericano entra en su cuarta semana.

«En este despertar del país, la educación ha estado en el centro de las demandas. La gente reclama que deje de ser un bien de consumo, de mercado, y que sea un derecho social», afirmó el presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, quien aseguró que las protestas «no se van a detener hasta que en Chile haya un cambio real».

Fuente de la noticia: https://www.efe.com/efe/america/sociedad/marcha-en-chile-para-pedir-que-la-educacion-deje-de-ser-un-bien-consumo/20000013-4108549

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Huelga general en Chile: 24 días de la revuelta popular en Chile

América del Sur/ Chile/ 11.11.2019/ Fuente: Eduardo  González  corresponsal OVE

 Se cumplen ya 24 días de la revuelta popular en Chile; revuelta que ha generado la mayor crisis política social del país y que ha cuestionado las raíces mismas del proyecto societal neoliberal  instaurado por la dictadura y administrado por los gobiernos de la socialdemocracia (Concertación y Nueva Mayoría). Las demandas del pueblo movilizado son exigir la renuncia de Piñera, verdad y justicia para los mutilados y asesinados y Asamblea Constituyente como vía para la creación de una nueva constitución (la actual fue impuesta por la dictadura en los años 80’).
La táctica anunciada el día de ayer, 10 de noviembre, por el gobierno de Sebastián Piñera apunta a buscar una salida gatopardista intra sistema, cuestión que operaría por su disposición (arrancada por la movilización) de abrirse a la posibilidad de crear una nueva constitución, pero descartando totalmente que ella sea bajo el mecanismo de una Asamblea Constituyente, proponiendo como alternativa un “Congreso Constituyente” que, en lo sustantivo implica que la misma clase política parlamentaria, responsable también de la crisis, defina la nueva carta magna.
Por su parte, el pueblo movilizado rechazando esta propuesta, se alista para desarrollar el día martes 12 una HUELGA GENERAL PRODUCTIVA a la cual se han plegado todos los sindicatos y gremios del aparato público del Estado, sectores de trabajadores de la minería, portuarios, de la construcción, transporte etc. Del éxito de esta huelga dependerá en gran medida cómo se ordena el escenario durante esta semana en una coyuntura que aun sigue abierta.
 En lo inmediato, la tarea es una: mantener la movilización y seguir empujando por una Asamblea Constituyente.
Eduardo González
Dirigente Nacional Colegio de Profesores y Profesoras
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