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La generación de jóvenes que despertó a Chile

Por: Meritxell Freixas Martorell

Los chilenos y chilenas han reventado, hartos de tanta desigualdad y de vivir bajo un modelo neoliberal que no les garantiza el acceso a sus derechos más básicos como la educación, salud o las pensiones. De la mano de los más jóvenes, tratan de dar respuesta a lo que la política, por ahora, está dejando al aire.

“El malestar llegó a los estudiantes, que veíamos que la gente mayor no hacía nada, pero de repente comenzamos a ver que mucha gente quería hacer algo”. Lo explica a través de un podcast uno de los tres jóvenes que puso en marcha la cuenta de Instagram @cursedin, a través de la cual se viralizaron las evasiones masivas en el metro de Santiago que fueron el punto de partida de las movilizaciones más multitudinaria desde el retorno de la democracia en Chile. Una generación que impulsó el despertar de un país que se creía dormido.

El gobierno de Sebastián Piñera decidió aplacar los llamados de los adolescentes a la evasión masiva con mano dura. Envió a la policía a intervenir a las estaciones afectadas, lo que desató una ola de protestas, saqueos y altercados mucho mayor: 118 estaciones de las 136 que conforman la red de metro quedaron dañadas, 25 de ellas incendiadas. La noche del viernes 18 de octubre, casi de madrugada, el mandatario chileno decidió decretar el Estado de Emergencia, desplegar los militares en la calle e imponer un toque de queda durante una semana. La respuesta ciudadana, articulada sin líderes ni portavoces, fue, entonces, masiva: “Ahora ni cagando pueden decir que son sólo los estudiantes quienes protestan”, decía una de las jóvenes que participaba en uno de los tantos cacerolazos que se autoconvocaron en las calles durante todo el fin de semana.

Lo que partió como una protesta de los secundarios en contra del alza del precio del transporte público se ha convertido en el estallido de la mayor crisis política y social desde 1990. Ni la revocación del alza del transporte público, ni tampoco la llamada a diálogo con la oposición, ni el anuncio de una “nueva agenda social” –considerada insuficiente desde el inicio–, ni mucho menos el “profundo” cambio de gabinete que llevó a cabo el presidente han servido para convencer a los manifestantes y rebajar la movilización. Las protestas –mayoritariamente pacíficas– se mantienen hasta hoy. Con más de 15 días en las calles, los manifestantes han perdido el miedo y ya no se conforman con medidas parche, sino que reclaman cambios profundos y estructurales al modelo bajo el que (sobre)viven desde hace 30 años.

En la agenda se ha instalado la demanda por una nueva Constitución, que sustituya la diseñada e implementada en 1980, bajo la dictadura de Pinochet, y que acabe con el actual modelo. Ese es el principal objetivo al que hoy apuntan los manifestantes y pasaría por convocar un plebiscito que confirmara que ese es un clamor mayoritario. «No descarto ninguna solución, ninguna reforma estructural», afirmó la semana pasada Piñera, cuando empezó a tomar fuerza la posibilidad de abrir un proceso constituyente.

Foto: Meritxel Freixas

El torpe manejo político de la crisis ha tenido costos importantes para Sebastián Piñera y su gobierno. La cancelación del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) y la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25), ambos eventos internacionales previstos para las próximas semanas, representa un duro golpe al liderazgo regional del presidente, un objetivo que quería consolidar y para el que venía trabajando desde su llegada al poder.

Jóvenes reprimidos

La Fiscalía investiga la muerte de 23 personas bajo el Estado de Emergencia, cinco de ellas a manos de policías o militares, además de 840 denuncias por presuntas violaciones de derechos humanos. La última actualización de las cifras del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) asegura que hay más de 4.300 personas detenidas, casi 500 de ellas menores de edad, además de 1.574 heridos por balas, balines, perdigones o armas de fuego no identificadas. El organismo ha presentado hasta la fecha un total de 179 acciones judiciales, la mayoría de ellas por torturas y una veintena por violencia sexual.

Una de ellas recoge el caso de Josué Maureira, estudiante homosexual de Medicina que declaró haber recibido golpes, amenazas y vejaciones de parte de varios agentes de policía. «Fue desnudado y abusado sexualmente en el contexto de tortura que estaba sufriendo […]. Lo obligaron a gritar su identidad sexual, mientras los uniformados proseguían con los golpes», aseguraron desde el INDH. “Estoy amenazado por la policía y nos han intimidado a mi familia y amigos. Mi vida cambió radicalmente desde ese día. Chile ya no es un país seguro para mí, por eso decidí irme a España para acabar mis estudios de especialización”, explica el joven.

Otro caso es el de Jennifer Abarca, estudiante de Quillota, municipio ubicado en la región de Valparaíso, al centro del país. Fue detenida alrededor de las 6 de la tarde, cuando entraba en vigor el toque de queda de la primera semana. “La marcha casi había terminado y había sido pacífica. Iba llegando a casa y la policía empezó a disparar perdigones y a tirar bombas lacrimógenas. Corrí para refugiarme en un edificio, pero llegaron los policías y nos golpearon con las lumas. Estaba con otras dos chicas, menores de edad”. La estudiante cuenta que fue arrastrada por las escaleras de tal forma que “le saltó la ortodoncia de la boca” y que, una vez en comisaría, “fueron obligadas a desnudarse y a hacer sentadillas”. Dice que no la autorizaron a ir al baño hasta el día siguiente a las 10 de la mañana, cuando fue llamada a declarar ante el juez.

Foto: Meritxel Freixas

La semana pasada el ministro de Justicia, Hernán Larraín, reconoció por primera vez la veracidad de las denuncias: «Estamos muy complicados porque se han producido situaciones que, efectivamente, aparentemente, parecen ser violaciones a los derechos humanos», asumió. El Ministerio de Interior, por su parte, dio a conocer que hay 983 personas de Fuerzas Armadas, Carabineros y Policía de Investigaciones que también han sido lesionadas en los múltiples enfrentamientos con los manifestantes.

Entre la incertidumbre y la esperanza

Está previsto que durante esta semana se retome la actividad en la mayoría de las universidades e institutos. Sin embargo, algunos centros ya han anticipado el cierre del año escolar, que normalmente se da antes de las vacaciones de Navidad, por falta de condiciones que garanticen la seguridad de la comunidad escolar.

Chile vive al día, sumido en la incertidumbre y sin muchas certezas ni claridades de cómo van a avanzar los acontecimientos. Sin embargo, hay una cierta sensación de esperanza y muchas expectativas puestas en la posibilidad de lograr un cambio real. La semana comienza con convocatorias de nuevas manifestaciones, cacerolazos y caravanas de vehículos, además de las múltiples asambleas y cabildos abiertos que se siguen celebrando en pueblos y ciudades para que la ciudadanía decida sobre el futuro de su propio país.

Los chilenos y chilenas han reventado, hartos de tanta desigualdad y de vivir bajo un modelo neoliberal que no les garantiza el acceso a sus derechos más básicos como la educación, salud o las pensiones. De la mano de los más jóvenes, tratan de dar respuesta a lo que la política, por ahora, está dejando al aire.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/11/04/la-generacion-de-jovenes-que-desperto-a-chile/
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Chile: El crimen imperfecto

El crimen imperfecto
La estrategia de terror impulsada por Piñera solo añade más carbón a la hoguera
Cuando un pueblo pierde el miedo es cuando los gobernantes –demócratas o no- deben empezar a reflexionar sobre las causas e iniciar un proceso de cambio. Todo lo contrario hacen los dictadores: refuerzan sus dispositivos de represión, siembran el terror entre los manifestantes, asesinan, torturan y violan como modo de dejar bien establecido su poder y, finalmente, terminan por transformarse en aquello que eran desde un principio detrás de la máscara de la democracia y la institucionalidad. Esto ha sucedido con el régimen neoliberal de Chile, un sistema impuesto desde el corazón del imperio y el cual ha dejado en la miseria a millones de seres humanos alrededor del mundo.La juventud chilena, con una trasgresión transformada en símbolo –la evasión del pago del Metro de Santiago- rompió los diques de una sociedad que se ha visto arrinconada tras decenios de abuso y marginación, empobrecimiento de sus capas medias, pauperismo en sus segmentos más pobres y el enriquecimiento ilícito –aunque legalizado- de un mínimo porcentaje de privilegiados que observan desde sus trincheras económicas cómo se hunde el país. Esa juventud, que no vivió la dictadura en carne propia, comprendió bien que la subordinación a un sistema depredador e injusto no es la vía para acceder a un futuro de bienestar y desarrollo.

Lo sucedido desde entonces, ya es historia y ha provocado una avalancha de reacciones a nivel mundial: millones de personas se congregan en inmensas manifestaciones exigiendo, por fin, el cambio necesario. Entre otras demandas, además de la renuncia del presidente y sus ministros, exige una nueva constitución para derogar los lineamientos impuestos por la dictadura, y cambios sustanciales en la administración pública, entre otros: los servicios de salud; el sistema de pensiones; el acceso al agua; al mar; la nacionalización de recursos nacionales que hoy alimentan fortunas privadas; la educación pública y, por encima de todo, la erradicación de toda clase de violencia ejercida desde el Estado contra la población.

Los muertos y heridos como consecuencia de la represión militar y de carabineros habla claro sobre el miedo del gobernante y sus huestes económicas. Temen perder los privilegios mal habidos y demuestran tal pánico a la fuerza popular que han traspasado todos los límites, convirtiendo al país en un campo de batalla en donde predominan el abuso y la violencia estatal. La presión hacia los medios de comunicación afines al régimen es solo una de sus tácticas más perversas, también han intentado satanizar las protestas iniciando una serie de ataques planificados por sus cuerpos uniformados, con el propósito de instalar una imagen de terrorismo; han acusado a otros países de haberse infiltrado provocando el conflicto, han criminalizado a la juventud y han implementado toda clase de mecanismos fascistas, como las violaciones sexuales, la tortura y los ataques armados directos contra manifestantes desarmados y pacíficos.

El Estado chileno bajo el mando del presidente Piñera está cometiendo un crimen, pero un crimen imperfecto. La máscara les ha quedado pequeña y hoy, gracias a quienes han documentado los detalles de los ataques de carabineros y militares y también a las declaraciones de algunos funcionarios que han comenzado a revelar detalles sobre las ilegalidades cometidas por las autoridades, ya la pobre reputación del gobierno de Chile se revela de cuerpo entero. Chile ha dejado de ser ejemplo para el mundo; hoy se conoce en detalle y a todo color de qué males padece el sistema dorado de su neoliberalismo.

Blog de la autora: www.carolinavasquezaraya.com

Autor: Carolina Vásquez Araya

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Chile: Las demandas de l@s trabajador@s de la Educación y su rol en el actual estallido social

Por: kaosenlared.net

El sistema educativo chileno, desde los oscuros años de la dictadura militar hasta los gobiernos neoliberales de la Concertación, se ha posicionado como un caso extremo de la aplicación sistemática de políticas de mercado en la educación que tienden a la permanente privatización y a la instalación del enfoque por competencia.

Tras dos semanas de intensa protesta popular, a raíz del estallido social acontecido el pasado 18 de octubre,  donde el pueblo y la clase trabajadora han sido protagonistas de primer orden, elevando cada vez más sus niveles de organización y de conciencia, son varios los sectores del pueblo que han comenzado a posicionar sus demandas. Entre estos sectores están las y los trabajadores de la educación, quienes han sido participantes frecuentes en las masivas manifestaciones que se han realizado en los distintos centros cívicos del país y también actores activos en las asambleas que se han levantado en los territorios, en relación a lo mismo, han visto en esta coyuntura una posibilidad de levantar sus históricas demandas contra el sistema educativo chileno y por el mejoramiento de sus condiciones laborales.

El sistema educativo chileno, desde los oscuros años de la dictadura militar hasta los gobiernos neoliberales de la Concertación, se ha posicionado como un caso extremo de la aplicación sistemática de políticas de mercado en la educación que tienden a la permanente privatización y a la instalación del enfoque por competencia. Es por ello que surge la necesidad de levantar una alternativa que barra con aquellos preceptos que fundamentan el quehacer pedagógico nacional, y que sea un aporte a las experiencias históricas de aquellos sectores que han combatido la bestialidad del capitalismo en la educación.

Lo que persigue este proyecto educativo -en sintonía y al ritmo de las políticas capitalistas a nivel mundial-, es la formación de estudiantes sin un carácter crítico, despolitizados/as, sin conocimiento histórico y de nula formación integral. Junto a esto, el sistema educativo se caracteriza por tener una alta participación del sector privado, el cual recibe un financiamiento estatal y privado, que le permite lucrar de diversas formas, además el currículum nacional se configura como un dispositivo de poder de la clase burguesa para mantener el control económico, político y social. En ese sentido, el sistema educativo chileno produce mano de obra barata, estudiantes endeudados/as que en un futuro serán trabajadores/as precarizados/as, carentes de derechos y oportunidades.

Creemos que el principal problema que enfrenta el sector es la privatización y mercantilización de la educación. La educación no está centrada en las y los estudiantes, sino que está centrada en los resultados establecidos por parámetros estatales e internacionales y estaría mediada por la competencia. Para nosotros/as como trabajadores/as de la educación es necesario plantear una reconstrucción del sistema educativo a nivel general, donde los recursos del Estado tengan una distribución equitativa e integral, aportando a la implementación de nuevos estudios pedagógicos, cursos que desarrollen habilidades educativas, entre otros. Exigimos que todas las escuelas pasen al Estado y que la educación privada no exista. Es tarea de cada uno/a de los/as participantes de los centros educativos, aspirar a derribar aquellos fenómenos nefastos del sistema educativo hegemónico, apuntando a la horizontalidad de la práctica educativa y a la democratización en la toma de decisiones. En ese sentido, debemos ser críticos del cúmulo histórico de la docencia en nuestro país y de sus prácticas cotidianas, apuntando a una educación al servicio del pueblo y liberadora.

Para mantener la educación de mercado, los poderosos se han dotado de leyes represivas y que atentan contra la formación integral de las y los estudiantes del pueblo. Una de las políticas represivas más fuertes en contra de la educación pública, y en especial contra los/as estudiantes secundarios/as, ha sido la promulgación de la Ley de “Aula Segura” implementada por el gobierno empresarial de Sebastián Piñera, esta normativa brinda mayores facultades a los/as directores/as de los establecimientos educacionales para expulsar de manera expresa o realizar la cancelación de matrículas a estudiantes que se vean involucrados/as en hecho “graves” de violencia. De esta manera, este gobierno de derecha, que históricamente ha criminalizado la protesta popular, busca frenar las crecientes manifestaciones y acciones directas que involucran el uso de artefactos incendiarios por parte de estudiantes de liceos emblemáticos del centro de Santiago, y dar una muestra de la supuesta mano dura del presidente contra la delincuencia y de su falso compromiso con la educación pública chilena.

Otra medida tomada durante este gobierno y que causó gran rechazo en el sector, fue la decisión del Consejo Nacional de Educación (CNE) de eliminar la obligatoriedad de enseñar las asignaturas de Historia, Educación Física y Artes en los niveles de tercero y cuarto medio (salvo los servicios locales de la educación), lo que se concretaría a partir del año 2020, profundizando el carácter mecanicista, acrítico y ahistórico del currículum nacional, perpetuando el sistema de explotación capitalista a través de la formación de alumnos/as cada vez menos críticos/as y con menos conciencia social.

Por lo tanto, rechazamos de manera absoluta la promulgación de leyes que atentan contra las y los estudiantes como lo es la Ley de Aula Segura y el Cambio Curricular, y en consecuencia, exigimos su retiro de manera inmediata. Estas leyes no responderán jamás a las necesidades reales de los colegios de la periferia y otros establecimientos que no son “emblemáticos”, donde la violencia es cotidiana y las redes de narcotráfico operan a diario, donde las y los trabajadores de la educación sufren violencia y agresiones, y donde se espera mantener el control sobre el estudiantado, sometiéndolos a través de la ignorancia y apatía social, y en caso de que se rebelen, se aplica mano dura. Este tipo de leyes no es más que un voladero de luces para que el Estado siga abandonando la educación pública, olvidando su carácter pedagógico y formativo.

Por otro lado, el sistema educativo capitalista tiene dentro de sus pilares más relevantes el establecimiento de pruebas estandarizadas en los distintos niveles educativos. Lo que ha traído como consecuencia que la centralidad de los establecimientos educacionales sean los resultados de estas pruebas, transformándose en un eslabón primordial al momento de estructurar las lógicas enseñanza-aprendizaje y de producir y reproducir el currículum nacional. Es por ello que los centros educativos se han concentrado en enseñar solamente lo que se evalúa, fragmentando y reduciendo el quehacer curricular a la lógica mecánica y de resultados, imposibilitando con ello la formación de sujetos con una formación holística, que desarrollen habilidades de pensamiento social, reflexión y crítica. Esto se suma directamente con la presión que tienen los y las docentes a la hora de evaluar y ser evaluados, por lo que ven aumentada su carga de trabajo en el hogar para alcanzar las metas propuestas por el sistema.

Como trabajadores de la educación con perspectiva clasista, rechazamos rotundamente la formulación de pruebas estandarizadas como la PSU, SIMCE, PISA e INICIA. Se debe avanzar hacia una educación donde se evalué a partir de un currículum pertinente al contexto, a los intereses de clase de los sujetos populares. En ese sentido no pueden ser evaluaciones estandarizadas, sino apropiadas a cada contexto y currículum, donde las y los trabajadores de la educación deban ser actores de primer orden en la estructuración de dichas evaluaciones y su carácter.

Sin lugar a dudas, una de las principales demandas que han agitado los y las profesoras en las últimas décadas es el pago de la “deuda histórica” originada en el año 1981 a raíz del proceso de municipalización impuesta por la dictadura militar, donde se desconoció por parte de los municipios el reajuste al sueldo base al sector público que establecía una asignación especial no imponible para el personal docente que dependía del Ministerio de Educación. Esta asignación no fue alcanzada en un 100% por los profesores/as. Exigimos el pago inmediato de la deuda histórica para estos profesores/as, en su mayoría jubilados, que se encuentran viviendo con pensiones de miseria luego de una vida dedicada a la enseñanza.

También se ha posicionado durante el último tiempo la demanda por el pago de menciones, que ha sido levantada por las y los educadores diferenciales y de párvulos. Esto hace referencia a la modificación de la ley 20.158 para incorporar las especialidades de su área para el respectivo pago de mención que reciben las y los docentes. El gobierno a través de la displicente Ministra Marcela Cubillos ignoró esta demanda durante el extenso paro de profesores de este año y no hizo nada en relación al reconocimiento de las menciones de las educadoras de párvulo y con respecto a las educadoras diferenciales solo se comprometió a entregar una “asignación especial” que es un bono trimestral que se asocia a la especialización en inclusión educativa mediante cursos impartidos por el ministerio. Exigimos el pago de las menciones a las y los educadores diferenciales y de párvulos. 

Otra de las demandas hace referencia a la falsa “desmunicpalización” que se inició durante el gobierno de la nueva mayoría, ya que este ha traído  consigo una serie de conflictos para las y los trabajadores de la educación de las comunas donde se ha implementado, ya que a pesar de que la Ley señalaba que no se producirían los traspasos a los Servicios Locales de Educación (SLE) si las municipalidades no saldaban las deudas previsionales y salariales que arrastraban por años con sus trabajadores/as, esto no ha ocurrido, como en el caso de la comuna de Cerro Navia. Además de las deudas, se presenta otro conflicto, ya que los trabajadores del área de administración educacional de los municipios (regidos por el Código del Trabajo) no serían traspasados al SLE, sino que serían despedidos e indemnizados, absorbidos por los municipios en otros cargos o funciones o sometidos a Concurso Público para mantener sus cargos o postular a otros. Además, aquel sector de funcionarios que está regido por el Estatuto Municipal, también sería absorbido por los municipios. Este proceso dejaría fuera del sistema unos cuatro mil trabajadores y trabajadoras. Rechazamos completamente esta ley ya que viene a reacomodar el modelo de mercado e instala una lógica gerencial de administración, mantiene la lógica de competencia entre colegios, con el aporte monetario que se entrega por alumno/a, manteniendo el sistema Voucher además de perpetuar el hecho de que los sostenedores y alcaldes tengan injerencia sobre los fondos y la administración de la educación, exigimos una verdadera desmunicipalización que acabe con la competencia entre colegios, donde todos los colegios pasen al Estado.

Las educadoras y técnicas en atención de párvulos han centrado su lucha en contra de la ley de sala cuna universal, que en términos concretos, mantiene la lógica de privatización de la educación, por lo que restará recursos a una parte considerable de los trabajadores/as, generará un ahorro evidente a los empleadores, otorgará recursos fiscales al sector privado de la educación preescolar y desligará aún más al Estado de su responsabilidad como garante de derechos.

Hacemos un llamado a los cientos de miles de trabajadores y trabajadoras de la educación repartidos en los diversos y recónditos lugares del país, a que se sumen activamente a las movilizaciones y protestas que se levantan día tras día. Debemos partícipes activos en las asambleas autoconvocadas en nuestros territorios, poniendo a disposición las sedes sindicales para la organización popular. Además, debemos sostener una actitud de defensa absoluta a los ataques del gobierno y los empresarios, especialmente hacia estudiantes y profesores que hayan participado en las protestas, en ese sentido repudiamos la detención del profesor Roberto Campos, rechazamos categóricamente los abusos cometidos contra estudiantes por parte de carabineros y militares y condenamos la persecución política a dirigentes estudiantiles y sindicales por parte de los aparatos represivos del Estado. Solo estando junto al pueblo, en sus luchas concretas, es como la perspectiva de una educación liberadora, se dota de sentido y se vuelve una posibilidad real.

Por una Educación al servicio del pueblo

Fin a la educación de mercado

Libertad inmediata al Profesor Roberto Campos Weiss

Por un Sindicalismo Clasista y Combativo

Asociación Intersindical de Trabajadoras y Trabajadores clasistas AIT

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/chile-las-demandas-de-ls-trabajadors-de-la-educacion-y-su-rol-en-el-actual-estallido-social/

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La educación es foco de conflicto social en Chile

América del Sur/ Chile/ 05.11.2019/ Fuente: www.laopinion.com.co.

Créditos equivalentes a préstamos inmobiliarios, matrículas exorbitantes y un sistema de endeudamiento organizado por el Estado: la educación ha estado en el centro de los conflictos sociales que se han sucedido en Chile a lo largo de los últimos 30 años.

“Actualmente yo no sé cuánto debo, porque con los intereses debo más del monto total que costaba la carrera. Va sumando y sumando y tuve que contratar un crédito para pagar los intereses de mi primer crédito”, dijo Paulina Gómez, periodista de 34 años.

Dos semanas después del comienzo de las protestas en el país, durante una reunión ciudadana -como tantas que tienen lugar todos los días en Santiago- sobre el tema del endeudamiento estudiantil, los testimonios se suceden y pintan el mismo cuadro: relatos de deudas de varias decenas de miles de dólares que crecen como consecuencia de tasas de interés que asfixian.

Aval del estado

“A finales de los 90 los recursos del Estado eran insuficientes para los estudios, lo que generó este endeudamiento”, explicó Gonzalo Muñoz, especialista en educación y profesor en la Universidad Diego Portales.

Fue en esa época en la que nació el CAE (Crédito con Aval del Estado), un dispositivo financiero que calza perfectamente con el modelo neoliberal instalado en Chile y que es el centro de la ira de los manifestantes.

Guillermo Jobia, un jurista de 24 años recientemente recibido, dijo a la AFP que pagó por estudiar el equivalente a una casa, y eso siendo becario. “Estoy endeudado hasta 20 millones (unos 27.000 dólares) y creo que no voy a terminar de reembolsarlo, al menos que gane, no sé, una cosa imposible aquí”.

La mayoría de los jóvenes chilenos trabajan durante su formación, pero en empleos precarios de baja remuneración en un país en el que el salario mínimo es de unos 420 dólares.

A Paulina la agencia encargada del cobro de las deudas la acosa con cartas y llamados telefónicos, incluso en su lugar de trabajo. “Los políticos de este país que se pongan los pantalones y que nos den una solución definitiva para acabar con esta angustia”, reclama.

Hoy, Paulina, está preocupada por los estudios de su hijo de 10 años. “En Chile la enseñanza pública es horrible: 40 alumnos por clase con una sola maestra”.

La educación en Chile es como una serpiente de mar que reaparece con cada movimiento social desde el fin de la dictadura, en 1990, como sucedió en 2006, con la rebelión de los pingüinos.

Fuente de la noticia: https://www.laopinion.com.co/mundo/la-educacion-es-foco-de-conflicto-social-en-chile-186540#OP

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Los sentidos de lo público y lo comunitario en las prácticas de Educación Popular en el Chile postdictatorial (1999-2016)

Por: Daniel Fauré y Diego Cabezas.

Resumen

En el presente artículo, se caracterizan y analizan las nociones de lo público y de lo comunitario que maneja una muestra de organizaciones de educación popular de las ciudades de Santiago y Valparaíso (Chile) que desarrollan proyectos educativos de nivelación de estudios y reinserción escolar. Para ello, en primer lugar, se describe el surgimiento del ‘nuevo movimiento de educación popular’ en el Chile postdictatorial desde fines de la década de los 90, en un contexto de profundización de las políticas neoliberales en el campo educativo; en segundo lugar, se caracterizan los proyectos educativos de las organizaciones estudiadas -todas partes de este nuevo movimiento-; y, en tercer lugar, se analiza su discurso en base a documentos internos, sistematizaciones y entrevistas -tanto individuales como colectivas-.

Palabras claves: educación popular, Chile, postdictadura, público, comunitario.

Link para leer el artículo: http://revista.trenzar.cl/index.php/trenzar/article/view/46/30

Fuente del artículo: http://revista.trenzar.cl/index.php/trenzar/article/view/46

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Cara, elitista y “angustiante”: la educación, centro de los conflictos sociales en Chile

América del Sur/ Chile/ 05.11.2o19/ Fuente: gestion.pe.

El Crédito con Aval del Estado es un dispositivo financiero que calza perfectamente con el modelo neoliberal instalado en Chile, y es el centro de la ira de los manifestantes

Créditos equivalentes a préstamos inmobiliarios, matrículas exorbitantes y un sistema de endeudamiento organizado por el Estado: la educación ha estado en el centro de los conflictos sociales que se han sucedido en Chile a lo largo de los últimos 30 años.

“Actualmente yo no sé cuánto debo, porque con los intereses debo más del monto total que costaba la carrera. Va sumando y sumando y tuve que contratar un crédito para pagar los intereses de mi primer crédito”, dijo a la AFP Paulina Gómez, una periodista de 34 años.

Dos semanas después del comienzo de las protestas en el país, durante una reunión ciudadana —como tantas que tienen lugar todos los días en Santiago— sobre el tema del endeudamiento estudiantil, los testimonios se suceden y pintan el mismo cuadro: relatos de deudas de varias decenas de miles de dólares que crecen como consecuencia de tasas de interés que asfixian a los jóvenes.

Aval del Estado

“A finales de los años 90, los recursos del Estado eran insuficientes para los estudios, lo que generó este endeudamiento”, explica Gonzalo Muñoz, especialista en educación y profesor en la Universidad Diego Portales.

Fue en esa época en la que nació el CAE (Crédito con Aval del Estado), un dispositivo financiero que calza perfectamente con el modelo neoliberal instalado en Chile y que es el centro de la ira de los manifestantes.

Guillermo Jobia, un jurista de 24 años recientemente recibido, dijo a la AFP que pagó por estudiar el equivalente a “una casa”, y eso siendo becario. “Estoy endeudado hasta 20 millones de pesos (unos US$ 27,000) y creo que no voy a terminar de reembolsarlo, a menos que gane… no sé, una cosa imposible aquí”.

La mayoría de los jóvenes chilenos trabajan durante su formación, pero en empleos precarios de baja remuneración en un país en el que el salario mínimo es de unos US$ 420.

Gunther Birchmeier, de 30 años, no conseguía, con sus trabajos como camarero o empleado de supermercado “por las noches o los fines de semana”, reunir los 500 euros mensuales que costaba su facultad. “La universidad me bloqueó y no podía seguir estudiando”, cuenta.

Hace cinco años que rembolsa los préstamos que recibió, y le “quedan 15”. Y además, “tienes que ver el tema de los intereses, porque una cosa es lo que te prestaron y otra es con el interés. Me prestaron 10 millones (unos US$ 13,300) y estoy pagando como 20 millones, 100% más”, calcula. Como empleado en una empresa de ciberseguridad, Gunther carece de todo ahorro. “Estoy atrapado. Si me despiden, no tengo nada”.

Angustia

A Paulina la agencia encargada del cobro de las deudas la “acosa” con cartas y llamados telefónicos, incluso en su lugar de trabajo. “Actualmente no pago, porque no tengo la liquidez y si pagara tendría que pagar solo los intereses, que son más o menos 5 millones de pesos”, unos US$ 6,700.

“Los políticos de este país que se pongan los pantalones y que nos den una solución definitiva para acabar con esta angustia, porque es una angustia el tener que privarte de otras cosas para poder pagar esto, una cuestión de nunca acabar”, reclama.

Hoy Paulina está preocupada por los estudios de su hijo de 10 años. “En Chile la enseñanza pública es horrible: 40 alumnos por clase con una sola maestra. Vamos a apretarnos el cinturón para que pueda ir a una escuela privada…”.

La educación en Chile es como una serpiente de mar que reaparece con cada movimiento social desde el fin de la dictadura, en 1990, como sucedió en 2006 con la “rebelión de los pingüinos”, así llamada por la corbata azul y la camisa blanca del uniforme de los liceos.

“Los más jóvenes tendrán otras condiciones”, piensa Muñoz. “Estas dificultades afectan a quienes terminaron sus estudios en los últimos 15 años. El sistema Bachelet cambió las cosas”.

En 2015, durante su segundo mandato presidencial (2014-2018), Michelle Bachelet permitió a los jóvenes más pobres (el 60% más modesto) acceder gratuitamente a los estudios universitarios. La ley acabó además con un sistema de selección impuesto para poder ingresar a los colegios públicos.

Fuente de la noticia: https://gestion.pe/mundo/chile-cara-elitista-y-angustiante-la-educacion-centro-de-los-conflictos-sociales-en-chile-noticia/

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Revista: Núm. 3 (2019): Trenzar. Revista de Educación Popular, Pedagogía Crítica e Investigación Militante

Por: revista.trenzar.

Artículos de Reflexión

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