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Docentes colombianos anuncian paro de 48 horas

América/Colombia/12/02/2020/Autor y fuente: telesurtv

Los educadores de Colombia denuncian ataques y amenazas. La más reciente víctima fue el expresidente y ejecutivo de la Fecode.

La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) convocó este lunes un paro de 48 horas, entre el 20 y 21 de febrero, para denunciar los ataques y amenazas contra los maestros.

La medida anunciada por el sindicato se da luego del atentado contra su expresidente y ejecutivo Carlos Enrique Rivas Segura, perpetrado el sábado en la noche, en el municipio del Guamo, Tomila.

Rivas Segura salió ileso del ataque en su contra, sin embargo, la camioneta en la que se desplazaban sus agentes de seguridad quedó con cuatro proyectiles de arma de fuego.

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El sindicato de educadores colombianos denuncia que el Gobierno de Iván Duque guarda silencio «ante la gravedad de los hechos».
La Fecode asegura que pese a estas agresiones y amenazas seguirán luchando por la paz de Colombia.

«Seguiremos luchando porque nuestras escuelas se conviertan en territorios de paz. No a la barbarie y a la estigmatización orquestada desde sectores que cimentaron su proyecto político en el odio y la guerra», agrega la organización.

Fuente e imagen: https://www.telesurtv.net/news/docentes-colombianos-anuncian-paro-amenazas–20200210-0018.html

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Maestros sindicalizados de Colombia anuncian paro nacional para el 20 y 21 de febrero

América del Sur/ Colombia/ 11.02.2020/ Fuente: www.elpais.cr.

La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode) anunció el lunes que realizará un paro de 48 horas en todas las instituciones educativas del país en defensa de la vida, la paz y la democracia la semana próxima.

«El Comité Ejecutivo de Fecode define un paro de 48 horas que iniciará del 20 al 21 de febrero en respuesta a los ataques y amenazas que han sufrido los maestros. ¡A parar para avanzar! ¡Viva el paro nacional!», anunció Fecode a través de Twitter.

Durante los dos días de paro los maestros realizarán diferentes actividades como marchas, protestas y cacerolazos.

Por su parte, el presidente de Fecode, Nelson Alarcón, confirmó que la decisión se tomó luego de una reunión de la Junta Directiva, cuyos integrantes también han sido víctimas de amenazas.

«En los últimos 30 años nos han asesinado más de 1.100 maestros en el territorio colombiano. El año anterior, en el 2019, nos asesinaron 14 profesores y este año asesinaron a una docente en el departamento Arauca (nordeste), hoy nos están amenazando, haciendo atentados a los dirigentes sindicales», dijo Alarcón en declaraciones a la prensa transmitidas en Twitter.

Según Alarcón, en el municipio de Soledad (Atlántico, norte) 40 profesores han sido amenazados, mientras que en Tarazá (Antioquia, noroeste) 12 maestros fueron desplazados, y en la región del Catatumbo (Norte de Santander, nordeste), «los profesores están en medio de los enfrentamientos de los grupos al margen de la ley».

A su vez destacó que en Tumaco (suroeste), Córdoba, Bolívar, La Guajira (norte), Chocó (noroeste) y Putumayo (sur), entre otras regiones, también hubieron informes de amenazas a los profesores.

El paro de maestros de Fecode se realizará en el marco de una huelga nacional que desde noviembre pasado impulsan sindicatos, defensores de derechos humanos, estudiantes e indígenas, entre otros, para pedirle al Gobierno central un mayor presupuesto para estudios, implementación de la paz con la exguerrilla de las FARC y mayor seguridad para los líderes sociales, entre otros. (Sputnik)

Fuente de la noticia: https://www.elpais.cr/2020/02/10/maestros-sindicalizados-de-colombia-anuncian-paro-nacional-para-el-20-y-21-de-febrero/

 

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Jornada única o cómo improvisar en política educativa

Por: Ángel Pérez. 

 

La jornada única, proyectada como una posibilidad para mejorar la calidad y las condiciones materiales en las que estudian los niños pobres en Colombia, se desarrolla de manera improvisada, con obstáculos normativos y financieros, y lo peor con enfrentamientos permanentes entre rectores y maestros que dañan el clima laboral y escolar de los colegios públicos.

La propuesta de avanzar de la media jornada a la jornada única surgió como una posibilidad para mejorar la educación pública. El sistema educativo en Colombia segrega entre colegios privados de buena calidad para los niños de familias ricas y colegios públicos para niños pobres. También, el sistema discrimina entre niños y colegios por el tipo de jornada escolar que tienen unos y otros, por los días al año que asisten a clases, por la calidad de los aprendizajes, por ser o no bilingüe y por las acciones de formación cultural, recreativa, física y hasta de apoyo emocional y de orientación que brindan unos colegios y otros no.

El investigador Eduardo Lora en Revista Dinero señalaba que: “Como los colegios segregan socialmente y además la movilidad social entre generaciones es casi nula, la mayoría de los colombianos pueden pasar toda la vida sin haber conocido de cerca a nadie de una clase social distinta a la de su propia familia”. Él reconoció que, aunque la segregación social es indeseable, tiene la ventaja de lograr que el gasto público en educación básica sea muy redistributivo, pues todo el gasto que se realiza en los colegios públicos se concentra en los pobres.

Los colegios a donde asisten los niños de estrato 0 o 1, ofrecen media jornada escolar, están ubicados en los barrios más pobres o en las zonas rurales más alejadas y abandonadas por la acción del Estado;  el resto de los colegios oficiales atiende una combinación de estudiantes que provienen de familias de estratos 2 y 3; mientras los de estratos 4, 5 y 6 van a colegios privados, y en ciudades como Bogotá incluso parte del estrato 3 asiste a estos últimos, el 40% de la educación básica y media de Bogotá es privada y cuenta con jornada única.

Con la media jornada escolar, los profesores de preescolar tienen la obligación de trabajar con los estudiantes 20 horas a la semana; conclusión, en la mayoría de colegios públicos los niños entre 3 y 5 años ingresan a las 7 a.m. y los adultos responsables los deben recoger a las 11 a.m. Imaginen una madre cabeza de hogar que trabaja (según Dane el porcentaje de hogares con jefatura femenina, en cabeceras alcanza el 40 %), no puede recoger a su hijo, ella debe buscar otra opción para su hijo, dejarlo con una vecina o un familiar. Igual sucede en primaria, los profesores están obligados a trabajar con los estudiantes solo cinco horas diarias. Según la encuesta de calidad de vida del Dane 2018, solo el 39,9% de los niños entre 0 y 5 años son atendidos en establecimientos tales como hogares comunitarios, jardines, centros de desarrollo infantil o colegios, el 14,4% de los niños queda al cuidado de personas diferentes a los padres.

Conocemos que en condiciones normales mientras más disfuncional es la familia y existe mayor pobreza y problemas tales como embarazo juvenil, violencia y otros desafíos sociales, los padres de familia colaboran menos con los colegios y los maestros; al contrario, los colegios se desgastan enfrentando entornos violentos, padres o cuidadores maltratadores y en mejorar el clima escolar. El efecto familia y entorno social es muy negativo para los niños y adolescentes, ellos necesitan más colegio, mejor educación, mejores maestros, eso lo sabemos desde el siglo pasado, por eso bienvenida la jornada única.

Con la jornada única el Gobierno pretende que los docentes pasen de seis a ocho horas diarias en los colegios e incrementen la cantidad de horas efectivas con los estudiantes en aula, sin embargo, no existe un acuerdo de salario, ni de prórroga del tiempo laboral en el colegio y en el aula con los 320.000 docentes de la educación oficial.

Para poder funcionar con la jornada única, algunas secretarías autorizan horas extras, otras tienen poder económico y contratan docentes provisionales, sin concursos, en algunos colegios los rectores negocian (o imponen)  con los docentes para que trabajen tres días seguidos ocho horas y un día seis, así completan las 30 horas a la semana, lo que significa que no van un día entre semana (todos se pelean el lunes o el martes); en otros colegios los docentes están trabajando en diferentes horarios durante el día hasta completar las 30 horas a la semana y a otros docentes, de manera especial los provisionales, los obligan a permanecer hasta 40 horas a la semana. Esta falta de normatividad y de recursos para la jornada única conlleva a la guerra entre docentes y rectores y explica por qué la mayoría de los directivos de los colegios no quieren comprometerse con la jornada única y los que ya están funcionando en jornada única, cerca del 15% del total de la matrícula, exigen su revisión o devolverse a la media jornada escolar.

Al final de estas lamentables discusiones y desencuentros entre adultos, están los 7,5 millones de niños de Colombia que requieren una mejor educación, pero que no tienen a nadie para que luche por ellos, a las familias más pobres no les interesa la calidad, por eso no protestan para mejorar la calidad, con el hecho de que exista colegio y puedan matricular a sus hijos basta.

Fecode no se opone, existe un acuerdo con el MEN para que la jornada única avance, previo cumplimiento de requisitos (condiciones de infraestructura, bienestar de los estudiantes y aprobación del nuevo plan de estudios por parte de los consejos directivos) y respeto por la jornada laboral de los docentes. En el fondo el problema es de recursos, por qué no lograr un acuerdo para que el incremento de los recursos del Sistema General de Participaciones acordado con Fecode, por este gobierno, se destine de manera exclusiva a hacer viable, con gradualidad, la jornada única.

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/jornada-unica-en-colombia-o-como-improvisar-en-politica-educativa-por-angel-perez/281610

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“Ser maestro es la profesión del siglo XXI”: Alex Beard

Por: Valeria Murcia Váldez. 

Esta es la historia de un muchacho apasionado por la literatura. Cuando niño tuvo la fortuna de formarse en buenos colegios de Inglaterra, se había ganado una beca, y cuando creció decidió aventurarse a compartir eso que había aprendido. Se volvió maestro y su primera experiencia fue en uno de los barrios más pobres de Londres, Elephant and Castle.

Creía que sería algo sencillo, pero se topó con unas primeras clases en las que se sintió fuera de control. Desde su visión, no lograba lo suficiente para ayudar a sus alumnos a aprender más y mejor. Le interesaba la manera casi tan similar en la que la educación se había venido manejando desde milenios y quería aventurarse a revisar cómo se aprendía en el mundo y cómo debería ser en la actualidad.

El resultado fue un libro llamado Otras formas de aprender (Natural Born Learners, en inglés), que publicó en español en 2019. Allí narra las historias y modelos de aprendizaje con los que se encontró viajando por los cinco continentes y pasando por lugares tan distintos como Hong Kong, Finlandia, Silicon Valley y Seúl.

EL COLOMBIANO charló con Beard, quien se toma su tiempo antes de contestar cada pregunta. El profesor estuvo participando en el Hay Festival de Jericó, Medellín y Cartagena. Charló sobre los hallazgos en su libro y su visión frente a lo que significa buscar la mejor experiencia educativa posible en el siglo XXI.

De acuerdo con lo que encontró, ¿para usted qué es la educación del siglo XXI?

“Primero, cuando pensamos en la educación tiene que ser una mezcla entre lo local y lo global. El contexto cumple un rol en definir qué es, pero también las presiones globales. La educación del siglo XXI no es una sola cosa, es lo que sea que una región, nación o comunidad decide que debe ser. Sin embargo, tiene una mezcla de cosas dentro. Lo primero es que ayuda a que los estudiantes aprendan a pensar: eso significa que los alumnos deben tener dominio sobre el conocimiento. Es muy importante que sepan de historia o matemáticas, que tengan un eje central que les permita acceder al mundo, pero se debe desarrollar ese conocimiento de manera que piensen de manera crítica y analicen el mundo a su alrededor y entiendan su rol en él.

Segundo, creo que aprenden a crear, a hacer y a tener habilidades. Eso involucra pensar de manera diversa, imaginar, tener ideas propias y convertirlas en algo que tenga un significado y valor en el mundo real, que signifique que tengan que colaborar con otros. Finalmente, hay que ejercer el cuidado, que son todos esos aspectos para desarrollar la inteligencia emocional para el bienestar: trabajar con otros, construir cohesión social, fortalecer lazos sociales. Eso se ve en los colegios de hoy, donde se aprenden matemáticas, ciencias o lenguaje, pero hay otros espacios o estructuras en las que emprenden diferentes proyectos que pueden demorarse algunos meses, o tienen momentos en el día para reflexionar sobre lo que sienten”.

Para desarrollar las habilidades para enseñar, ¿los profesores deberían especializarse en pedagogía?

“Habitamos en esta era en la que todo está escaseando, los recursos, la tierra. Lo único ilimitado que tenemos es el poder de nuestra mente. Los profesores son quienes desarrollan ese potencial y, para mí, enseñar es el trabajo definitivo del siglo XXI. Será el trabajo más importante que existirá, pero creo que podemos cambiar el rol de los profesores y cómo estructuramos sus carreras, cómo entrenamos a los profesores. Podemos cambiar cómo seleccionamos quién se vuelve un profesor, por ejemplo. No creo que tengas que hacer una carrera en pedagogía para ser maestro, creo que tenemos que pensar diferente frente a cómo elegimos a los maestros.

Claro que hay que tener habilidades académicas, pero hay que estar dispuesto a pasar tiempo con niños, sentirse motivado a trabajar con gente todos los días, tener un sentido de la alegría, de comunidad. Es pensar más a fondo en quién debería convertirse en maestro, qué significa volverse uno”.

¿Y cómo propone hacerlo?

“Desde mi perspectiva, los primeros tres años en los que una persona se forma para volverse maestro deberían ser una mezcla entre aprender la teoría y practicar la habilidad. La idea de pretender aprender a enseñar sin pisar un colegio es loca, creo que desde el primer día hay que tener cierta experiencia en un salón; tratando de ser maestro, de desarrollar una clase. Luego pasas los siguientes tres años volviéndote un buen maestro: aportando tu pasión por la clase, aprendiendo cómo desarrollar las lecciones, buscando cómo hacer que los estudiantes se conecten cada vez más, cómo motivarlos.

Después de seis años de este entrenamiento, tal vez seas un gran maestro. Luego de eso, creo que te puedes especializar para continuar entrenando”.

¿Cómo puede un maestro usar de la mejor manera los recursos que tiene a la mano?

“Lo más importante que hay que entender es que somos seres que tienden al aprendizaje desde el nacimiento. Un bebé entra el mundo desde el día uno con un cerebro que es el resultado de miles de años de evolución, para aprender del ambiente, de las herramientas que ha creado la cultura humana y especialmente para aprender de otras personas. Nacemos con un sentido social que solo podríamos aprender de otros seres humanos, ese es nuestro superpoder, esa habilidad de aprender los unos de los otros.

Es sencillo asumir que porque tienes un tablero interactivo o computadores portátiles para cada niño ellos van a aprender mejor, pero eso no es cierto. Sabemos por investigaciones internacionales que, en promedio, cuando los portátiles o tablets se introducen en los salones, el nivel de aprendizaje se reduce un poco. Eso sucede porque los portátiles, por sí mismos, no son el elemento que mejora los procesos de aprendizaje, siempre es el maestro el que marca la diferencia, no los recursos.

No quiero disminuir o menospreciar la dificultad que es ser un maestro en un ámbito de pocos recursos, es mucho más difícil que ser un maestro que está en un ambiente con muchos recursos. Sin embargo, lo que importa es el maestro y lo que es capaz de hacer para motivar a esos niños, para entender quiénes son ellos, para conocer qué es lo que saben, para activar en ellos la pasión por aprender, pero también para enseñarles cosas que necesitan saber. El aprendizaje es importante.

Creo que es posible darles a los niños una educación del siglo XXI de primer nivel sin ninguna herramienta tecnológica. Claro, es mucho más difícil, porque los niños todavía necesitan algo con qué escribir, libros qué leer, hay muchas cosas que son necesarias en la educación y son fundamentales, pero por otro lado, aprendemos los unos de los otros, de los maestros y es posible hacerlo sin la mayor cantidad de recursos”.

Usted habla de inteligencia emocional y el rol que eso juega en la educación, ¿por qué es tan importante para el desarrollo académico?

“En los sistemas educativos nos hemos enfocado mucho en cómo los niños se desarrollan académicamente, que les vaya bien en sus exámenes. Creo que todos, los padres, los niños, los maestros, sabemos que la educación es más que solo qué tan bien te va en los exámenes. Para mí, hay que tomarse más en serio y más a consciencia en desarrollar la inteligencia emocional. Hay varias razones: los niños viven en un mundo que cambia muy rápido, en el que será difícil encontrar trabajos y quizá necesitarán desarrollar su resiliencia. Aunque esta no es la manera más positiva de asumir la inteligencia emocional, así es como lo piensan mucho en Estados Unidos, por ejemplo. Otra de las razones que se asumen es pensar en cómo el mindfulness ayuda al bienestar y como es claro que hay crisis de enfermedades mentales entre los jóvenes, entonces ¿no sería bueno desarrollar la inteligencia emocional para poder manejar nuestro bienestar y estar más sanos, más felices? La que más me emociona es que vivimos en un mundo muy complejo en el que necesitamos colaborar los unos con los otros, entender cómo trabajar juntos, no solo en una escala pequeña, sino global. Para atacar problemas como el cambio climático, la iniquidad o la falta de trabajos, necesitamos niveles de cooperación que nunca antes hemos experimentado como especie y para eso sí que necesitamos la inteligencia emocional”.

Fuente de la entrevista: https://www.elcolombiano.com/colombia/educacion/entrevista-a-alex-beard-sobre-los-modelos-educativos-modernos-HF12423721

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¿Qué pueden hacer los alcaldes y los gobernadores para mejorar la calidad de la educación?

Por: Julián De Zubiría.

  • Diversos países han avanzado significativamente en la calidad de la educación durante las últimas décadas. Sin embargo, algunos siguen aferrados a modelos pedagógicos tradicionales y rutinarios. Colombia es uno de ellos. Con la llegada de los nuevos mandatarios regionales se abre una clara oportunidad para llevar adelante la transformación pedagógica que necesitamos.

Si se toman las medidas adecuadas, la calidad de la educación se puede mejorar, incluso en tiempos relativamente breves. Así lo han demostrado recientemente algunos países, regiones e instituciones. Polonia, por ejemplo, dio un salto significativo en la calidad de la educación ofrecida a sus estudiantes en menos de una década. Llevó a cabo una profunda reforma pedagógica en 1999 y ya para el 2006, alcanzaba resultados destacados en las pruebas PISA. Hoy está entre los diez primeros. Chile hizo una importante reforma curricular y pedagógica en 1998 y logró una ventaja notable frente a los demás países de América Latina, antes de cumplir la primera década de su implementación. Podría mencionar diversos ejemplos del sudeste asiático o del norte de Europa e incluso de algunos territorios y ciudades en nuestro país, pero me detendré en los dos señalados, ya que ejemplifican de manera clara y sencilla la tesis que quiero sustentar en esta columna.

¿Qué hizo Polonia -un país pobre y devastado a raíz del derrumbe del socialismo y la URSS-, para alcanzar uno de los lugares de privilegio en las pruebas de competencias en lectura, matemáticas y ciencias a nivel mundial?. Llevó a cabo una profunda transformación pedagógica durante la primera década del presente siglo: concentró su currículo en el desarrollo del pensamiento estratégico y fortaleció la autonomía de las instituciones educativas. Así mismo, cualificó la formación y la valoración social de los docentes. Las instituciones educativas gozaron de más libertad, pero el gobierno les exigió que cumplieran con el propósito de desarrollar el pensamiento de sus estudiantes y que asumieran mayor responsabilidad frente a sus resultados. Estas medidas produjeron efectos significativos en un tiempo breve.

En el mundo los países que han avanzado en la calidad de la educación llevaron a cabo profundas transformaciones curriculares y, sin excepción, se replantearon los procesos de formación de sus docentes así como aumentaron su valoración social. Chile, por ejemplo, designó como prioridades en la educación básica, el desarrollo del pensamiento y la lectura de sus estudiantes y orientó su reforma pedagógica a transformar los sistemas de formación docente e implementar un currículo que privilegió las competencias transversales.

En Colombia hemos hecho lo contrario: sectores ligados al partido de gobierno, lanzan todas las semanas una nueva campaña en redes para desprestigiar a los docentes. Uno de sus voceros presentó un proyecto de ley para impedir la reflexión y los debates políticos en las aulas de clase. Necesitamos exactamente lo contrario a lo que buscaba dicho proyecto de ley: “una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva”, como decía nuestro Nobel García Márquez y como han hecho la mayoría de países que han mejorado la calidad de su educación.

Como si lo anterior fuera poco, entre todos los profesionales las facultades de educación siguen alcanzando los niveles más bajos en las pruebas SABER PRO en lectura crítica, razonamiento matemático y competencias ciudadanas. A pesar de ello, ningún gobierno nacional ha iniciado ninguna reforma importante en los sistemas de formación de docentes. Esto quiere decir que, la calidad de la formación de docentes en Colombia es muy baja y que durante décadas no se ha tomado ninguna medida para mejorarla.

Colombia no será el país mejor educado de América Latina en el 2025 como previó el gobierno de Juan Manuel Santos. Países como Chile y Uruguay ya nos tomaron una ventaja muy alta y Perú y Ecuador, a quienes llevábamos ventajas significativas, muy seguramente pronto alcanzarán mejores resultados. Ellos han tomado medidas estructurales para mejorar la calidad de su educación básica. Nosotros, todavía no.

La gran oportunidad que tenemos en el país es que han llegado nuevos mandatarios a dirigir las ciudades y los departamentos y ellos podrían tomar algunas de las medidas que el gobierno nacional no ha querido ejecutar. ¿Cuáles son las principales medidas que deberían tomar los nuevos alcaldes y gobernadores para mejorar la calidad de la educación?

Primera.  Cualificar la formación de los docentes en el municipio creando regionalmente un sistema de reuniones, encuentros, lecturas colectivas y de reflexión, que ayuden a fortalecer la formación de los docentes. De manera muy especial, hay que cualificar las competencias comunicativas de los profesores, dado que quien lee y piensa mejor, mejorará la calidad de sus enseñanzas. Lo ideal es que un pequeño grupo de los mejores docentes en cada municipio, sean retirados del aula y se concentren en la formación y el acompañamiento de todos los docentes en las ciudades y departamentos. Estos docentes deberían constituir los Equipos de calidad que acompañen los procesos de transformación pedagógica en las instituciones educativas. Así mismo, crear las condiciones para que se lleven a cabo reuniones semanales de profesores en todas las instituciones educativas del país. De lo contrario, ¿quiénes, cuándo y cómo adelantarán la transformación pedagógica?

Gracias a múltiples estudios sabemos que las maestrías son muy costosas y que tienen impactos casi nulos en la calidad de la educación básica. Por el contrario, se generaría un mayor impacto, si los docentes universitarios acompañaran los procesos de los docentes en la educación básica y si dichos procesos fueran homologados por el gobierno nacional a maestrías. Sería más barato y más efectivo. De esta manera, pasaríamos de la formación individual, descontextualizada y externa, llevada a cabo en las universidades, a la formación contextualizada, grupal e in situ, llevada a cabo en la propia institución educativa y con el acompañamiento de las universidades y los equipos de calidad guiados por las secretarías de educación.

Segundo. La educación básica tiene que centrarse en la consolidación de las competencias básicas: pensar, comunicarse y convivir. Por eso es educación básica, su propio nombre lo indica. El concepto de competencia ha sido esencial en las transformaciones educativas llevadas a cabo en el mundo y sería muy útil para impulsarla en Colombia, en tanto orienta los maestros a llevar a cabo un trabajo integral, contextual, flexible y por niveles de desarrollo.  Por el contrario, los enfoques basados en la transmisión de información perpetúan los modelos pedagógicos tradicionales. En Colombia siguen dominando éstos últimos. Por eso seguimos creyendo que resolveremos los múltiples problemas sociales de los colombianos, mediante la creación de nuevas asignaturas. Hoy los estudiantes ven cada año cerca de quince asignaturas, completamente desligadas, descontextualizadas y que enfatizan informaciones específicas y fragmentadas. El MEN, el Congreso y los organismos sindicales de los docentes, en la práctica, han favorecido los modelos pedagógicos más tradicionales.

Lo que necesitamos es muy sencillo de lograr, y es viable aprovechando la autonomía que nos otorgó la Ley General de Educación, siempre y cuando fortalezcamos los sistemas de formación de docentes: que todas las asignaturas, de todos los grados y áreas, se concentren en consolidar el pensamiento, la comunicación y la convivencia de los estudiantes. Nada más, pero tampoco, nada menos. El éxito educativo en Chile, Polonia, Vietnam o China, no sería comprensible si esos países no hubieran concentrado su trabajo en las competencias transversales de pensar y el comunicar. En Colombia, adicionalmente, tenemos que asegurar que la educación nos ayude a construir la paz.

Un cambio esencial y relativamente sencillo, consiste en transformar el área de lenguaje -hoy concentrada en el estudio de la gramática, la ortografía y la literatura-, en el área de competencias comunicativas, orientada a consolidar las competencias para leer comprensivamente diversos discursos y escribir con cohesión y coherencia. Una condición para lograrlo, es convertir la lectura y la escritura, en competencias transversales. Estos cambios, sin embargo, serían imposibles sin que previamente consolidemos las competencias comunicativas de todos los docentes.

Tercero. Trabajo en equipo y ciclos. Todos sabemos lo que le pasaría a un vehículo que empujan cinco personas para lados diferentes. Eso mismo es lo que le pasa al sistema educativo. En educación, cada docente trabaja de manera individual y fragmentada. Los estudiantes no consolidan sus competencias porque lo que hace un docente es completamente diferente a lo que hacen los otros. Es más, la mayoría de los profesores no sabe qué hacen sus compañeros. Una estrategia muy sencilla para resolver esto, la han adoptado algunas innovaciones pedagógicas: trabajo por proyectos. Una estrategia más estructural se implementó con éxito cuando Abel Rodríguez fue secretario de educación en Bogotá, pero desafortunadamente se debilitó posteriormente. Se trató de organizar la estructura institucional no por grados que favorecen la fragmentación, sino por ciclos que fortalecen el trabajo en equipo y que articulan la educación con el desarrollo. Necesitamos iniciar la reorganización por ciclos en los municipios del país. Al hacerlo, favoreceremos el trabajo en equipo y, algo todavía más importante: convertiremos las escuelas en espacios para favorecer el desarrollo de los estudiantes.

Cuarto. En Colombia ni los ministros ni los secretarios de educación han liderado los procesos de transformación en las instituciones educativas. En general, no provienen del sector y no son reconocidos por los diversos actores de la educación. Su tarea, en el mejor de los casos, ha sido positiva para organizar la casa desde el punto de vista administrativo, pero no han logrado liderar transformaciones en los modelos pedagógicos, en los sistemas de formación, en evaluación o en los currículos. Un efecto perverso ha sido que las secretarías orienten de manera fragmentada a las instituciones educativas. El mismo problema se reproduce en los colegios y la gestión de los rectores se concentra en lo administrativo, abandonando por completo su tarea esencial: liderar los procesos pedagógicos. Necesitamos marineros dirigidos por capitanes de barco. La solución es muy sencilla: los rectores deben retornar a las reuniones de docentes, a los debates pedagógicos y a las aulas de clase. Hay que formarlos para ello. Es indispensable que los rectores tengan por lo menos 2 horas de clase a la semana, para que cambie la relación que tienen con los estudiantes, con los profesores y con las transformaciones pedagógicas.

Para mejorar la calidad de la educación sería esencial que el MEN transforme el sistema de selección, formación, evaluación y valoración social de los docentes y que mejore el derecho y la calidad de la educación inicial. Sin embargo, mientras el MEN inicia los cambios pedagógicos que necesitamos, es mucho lo que pueden hacer los municipios al priorizar unas pocas y esenciales competencias en el trabajo formativo con los estudiantes: pensar, comunicar y convivir. Así mismo, fortalecer el trabajo en equipo, la formación de los docentes y al asignarles mayor liderazgo pedagógico a los rectores. Si trabajamos sobre estas variables, sin duda, mejoraremos la calidad de la educación. Los alcaldes y los gobernadores tienen la palabra.

Fuente del artículo: https://www.semana.com//opinion/articulo/que-pueden-hacer-los-alcaldes-y-los-gobernadores-para-mejorar-la-calidad-de-la-educacion-julian-de-zubiria/650483

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Colombia otra vez se rajó en educación básica

Colombia otra vez se rajó en educación básica

Matemáticas en una de las áreas del conocimiento en que no mejora nuestro país, según lo evidencian los resultados de las Pruebas Pisa.

Nuestro país no mejora en las Pruebas Pisa y esos pobres indicativos en matemáticas, ciencias y lectura se reflejan en la deserción universitaria. 

El programa de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde, realiza cada tres años un examen mundial de las habilidades de los estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias. Son las pruebas conocidas como Pisa —Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes—, una de cuyas características, desde que se iniciaron, ha sido mostrar la fortaleza educativa de Finlandia, Singapur, Japón y  Corea del Sur. 

Con  ellas  se han pretendido medir las capacidades en comprensión de textos, captura de información clave y entendimiento y aplicación de conceptos matemáticos y científicos. Los resultados de los últimos años están indicando que Finlandia pierde protagonismo y empieza a destacarse China, y países que estaban mal, como Polonia y Estonia, están sobresaliendo. Sin embargo, América Latina no sale de los peores lugares, lo que se refleja en las condiciones económicas de estos países. 

Las Pruebas Pisa 2018 evaluaron a 600 mil estudiantes de 79 países, y así se clasificaron los 10 mejores. China ocupó el primer lugar en lectura, matemáticas y ciencias. El segundo puesto fue para Singapur y el tercero para Macao, también en esas tres áreas evaluadas. Hong Kong, tanto en lectura como en matemáticas, se ubicó de cuarto, mientras que Estonia, fue el cuarto en ciencias. El quinto fue para Estonia en lectura, Taiwán en matemáticas y Japón en ciencia.

Finlandia cede terreno

Finlandia pasó al 6 puesto en lectura y ciencias, compartiendo ese lugar con Japón en matemáticas. Canadá ocupó el séptimo lugar en lectura, donde se situó Corea del Sur, tanto en matemáticas, como en ciencias. El octavo lo ocupó Irlanda en lectura, Estonia en matemáticas y Canadá en ciencias. Corea del Sur, Países Bajos y Hong Kong estuvieron en el noveno lugar en lectura, matemáticas y ciencias, respectivamente. Finalmente, el décimo puesto fue para Polonia en lectura y matemáticas, y Taiwán en ciencias.

Como lo destaca la Revista Semana del 12/3/2019: “Colombia, el país de la Ocde con los resultados más bajos en las pruebas Pisa 2018”. Inicia la información expresando: “El país desmejoró en ciencias y lectura, mientras que en matemáticas hubo un avance apenas mínimo. Los resultados empeoraron comparados con el examen de 2015”.

Colombia pasó de 425 puntos en la prueba de lectura que obtuvo en 2015, a 412 en la del 2018, siendo el promedio de la Ocde de 487. En matemática subió un punto pasando de 390 de la prueba de 2015 a 391 en 2018, pero aún lejos del promedio de la Ocde de 489. En ciencias también bajó su calificación: En 2015 sacó 416, mientras que en 2018 logró 413, puntaje muy por debajo de la media de la Ocde que fue de 489. 

Afirma ese medio: “De los 8.500 estudiantes colombianos que presentaron la prueba, cerca de 35 por ciento alcanzaron el nivel 2 o superior en matemáticas —el promedio Ocde es de 76 por ciento—. Como mínimo, dichos estudiantes son capaces de interpretar y reconocer, sin instrucciones directas, cómo representar matemáticamente una situación simple, por ejemplo, comparar la distancia total entre dos rutas alternativas o convertir precios a una moneda diferente.

Estonia y Polonia en los primeros lugares

¿Por qué Colombia no mejora su educación básica? Creo que esa pregunta ya ha tenido respuestas. Veamos más bien las lecciones de Estonia y Polonia que han mejorado. La ministra de Educación e Investigación del Estonia, Mailis Reps, expresa que el éxito de la educación en su país se basa en tres pilares: la educación es valorada por la sociedad. El acceso es universal y gratuito. Hay amplia autonomía de profesores y estudiantes. Así lo dio conocer BBC News el 15 de octubre de 2018.

Por otra, Polonia con un pasado reciente de muchos problemas económicos y una educación básica muy regular, en pocos años tuvo un gran repunte y en el último reporte de Pisa se ubicó entre los 10 primeros del mundo en las tres evaluaciones, como lo reportó Paula Adamo Idoeta en BBC News Brasil el 18 de diciembre 2019.

Adamo, retomando el texto de Amanda Ripley, autora de Los niños más inteligentes del mundo, libro que analiza las experiencias de los sistemas educativos más exitosos del mundo, puntualiza que la educación al inicio del ingreso de Polonia a la Comunidad Económica estaba en ruinas y solamente la mitad de los adultos de las áreas rurales del país había concluido la enseñanza primaria.

En pocos años, Polonia obtuvo logros

Como lo formula Amanda Ripley, en 1999 inició una reforma de la educación que ella la llamó una especie de “terapia de choque”. En el curso de solo un año, Polonia implementó un currículo escolar más riguroso, pero con menos temas por abordar; las escuelas tuvieron más autonomía para escoger libros de textos entre centenares de opciones preaprobadas de didáctica y contenido.

“El nuevo programa ofrecía los objetivos fundamentales pero dejaba que la escuela se hiciera cargo de los detalles. Al mismo tiempo, el gobierno exigió que un 25 % de los profesores volviera a la facultad para perfeccionar su propia formación”, explica Amanda Ripley. A su turno, Adamo agrega que las evaluaciones no buscaban solamente que los estudiantes respondieran correctamente, sino también cómo pensaban estratégicamente y cómo entendían los problemas. Los resultados en la evaluación Pisa de Polonia son una muestra de los logros por los cambios en al campo educativo.

Fuente de la Información: https://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-colombia-otra-vez-se-rajo-en-educacion-basica-cronica-del-quindio-nota-136538.htm

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El ELN amenaza con un paro armado en toda Colombia del 14 al 17 de febrero

América del Sur/Colombia/09-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.elnacional.com

En los llamados «paros armados» la guerrilla suele restringir el desplazamiento de vehículos por carreteras y la movilidad de las personas, amenazando con ataques a quienes transiten por las vías, incluso si van en caravanas escoltadas por el Ejército.

La guerrilla ELN amenazó este sábado con hacer un «paro armado» de 72 horas en toda Colombia del 14 al 17 de este mes. Esta situación aleja aún más las posibilidades para reanudar las conversaciones de paz con el gobierno del presidente colombiano, Iván Duque.

El «paro armado» irá desde las 6:00 hora local (11:00 GMT) del viernes 14 de febrero hasta la misma hora del lunes 17, según panfletos distribuidos por esa guerrilla en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela y cuya autenticidad no ha sido confirmada por las autoridades.

En los llamados «paros armados» la guerrilla suele restringir el desplazamiento de vehículos por carreteras y la movilidad de las personas. También amenazan con ataques a quienes transiten por las vías, incluso si van en caravanas escoltadas por el Ejército.

«Durante el ‘paro armado’ se respetará el derecho de transportar por las vías a los enfermos que ameriten tratamiento hospitalario. También el movimiento de familiares para atender asuntos fúnebres», indica el panfleto.

Aniversario del cura guerrillero

Aunque las octavillas no lo dicen, esta acción se enmarca dentro de las actividades que desarrolla cada año el ELN para recordar la muerte del «cura guerrillero» Camilo Torres Restrepo.

Torres  murió el 15 de febrero de 1966 en un combate con el Ejército colombiano en la localidad de Patio Cemento, en el departamento de Santander. Su muerte se da cuatro meses después de dejar la sotana para unirse al entonces recién creado ELN.

Luego de su fallecimiento, Torres se convirtió en un ícono de esa guerrilla y de la izquierda latinoamericana. Este reconocimiento se debió gracias a la canción «Cruz de luz» que el cantautor chileno Víctor Jara compuso en su memoria.

Pese a que en el panfleto el ELN señala que sus miembros están orientados «para llevar un comportamiento respetuoso de los derechos de las gentes y las comunidades», amenaza a «los saboteadores» con darles «el trato de acuerdo con su comportamiento».

Diálogo paralizado

El ELN inició negociaciones de paz con el anterior gobierno colombiano que en mayo de 2018 fueron trasladadas a La Habana. En esta ciudad concluye la última ronda de diálogos, sin avances a principios de agosto.

Las negociaciones comenzaron en febrero de 2017 en Quito, Ecuador.

El proceso quedó en punto muerto luego del atentado terrorista cometido por el ELN el 17 de enero de 2019 contra una Escuela de la Policía en Bogotá. Este incidente causó 22 cadetes muertos, entre ellos una ecuatoriana, y 66 heridos.

A consecuencia de este atentado el gobierno de Colombia pidió a Cuba la entrega de los negociadores de la guerrilla que están en La Habana. Esta solicitud no ha sido respondida por el gobierno de la isla.

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/mundo/el-eln-amenaza-con-un-paro-armado-en-toda-colombia-del-14-al-17-de-febrero/

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