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Ecuador: ¿Qué implica el acuerdo entre el gobierno de Lenín Moreno y la CONAIE?

¿Qué implica el acuerdo entre el gobierno de Lenín Moreno y la CONAIE?

Lenín Moreno ha sido capaz no solo de mantenerse en el poder, sino que lo ha hecho desactivando la protesta social que lo había puesto en jaque durante cerca de dos semanas, en las que la represión hizo acto de presencia de manera inconstitucional, ya que se aplicó en un marco de suspensión de libertades, mediante el estado de excepción que no cumplía los requisitos de la Carta Magna para ser decretado.

Para ello se ha reunido con uno de los principales aliados de su gobierno, la Confederación de Nacionalidades de Indígenas del Ecuador (CONAIE), que se le puso enfrente durante las protestas, sufriendo el asesinato de varios de sus militantes, para frenar la última medida tomada por el gobierno de Lenín Moreno. Sin embargo, en el diálogo sostenido por ambas partes no se han tratado la gestión presidencial de los últimos dos años en los que ha habido persecución contra la izquierda, la vulneración de la constitución y el aumento de la pobreza.

>>La OEA como instrumento oligárquico en la construcción del relato neoliberal en Ecuador<<

Los manifestantes habían pasado de una protesta inicial en la que se pedía la derogación del Decreto 883, a exigir la renuncia de Lenín Moreno, la suspensión de sus políticas neoliberales y la investigación de los delitos perpetrados por su gobierno. La CONAIE se ha erigido como interlocutora de las protestas, obteniendo el reconocimiento inmediato del gobierno de Lenín Moreno, que buscaba pactar la sustitución del actual decreto por otro nuevo, para desactivar la protesta social y las nuevas reivindicaciones que iban asumiendo los manifestantes. El acuerdo con la entidad indígena ha servido para que el presidente haya conseguido ese objetivo.

La redacción del acuerdo entre ambas partes es por ahora abstracta, ya que no se ha revelado ninguna medida concreta que permita saber cuáles serán los límites del nuevo decreto, por lo que abre la puerta al gobierno imponer las mismas medidas con un lenguaje distinto, al menos en cuanto a lo que tiene que ver con el combustible, ya que la CONAIE no se ha referido en ningún momento al plano laboral del paquetazo del gobierno de Lenín Moreno, que no solo arrebataba la mitad de las vacaciones a los trabajadores del sector público, sino que establecía que los empresarios podían despedir para contratar después un 20% más barato, a la vez que obligaba a los trabajadores a renunciar a un día de trabajo al mes.

>>Paquetazo en Ecuador: desmontando el discurso neoliberal de Lenín Moreno<<

Pese a ello, la organización representante del movimiento indígena ha llamado a la desmovilización de la protesta social aunque todavía no ha empezado la redacción del decreto que sustituirá al 883, -sabiendo que una vez desmovilizado, levantar el movimiento surgido en los últimos días será imposible en el corto plazo-, lo que supone un balón de oxígeno para Lenín Moreno, que ha visto cómo la CONAIE no le ha impuesto condiciones difíciles de asumir para actuar en su favor, terminando con las manifestaciones.

La persecución política contra los líderes de la Revolución Ciudadana sigue después del acuerdo, una situación que tampoco ha sido abordada por la CONAIE, que ha abandonado en las negociaciones a los representantes de los que han compartido con ellos lucha en la calle durante los últimos días.

A causa al diálogo con la organización indígena, Lenín Moreno no solo no tendrá que hacer frente al juicio por la corrupción de INA INVESTMENT, sino que desarticula el incipiente movimiento social que se estaba creando en su contra sin verse obligado a dar marcha atrás a la mayoría de las medidas tomadas en los últimos dos años.

>>Rafael Correa: «ecuatorianos, ¡no acepten lo inaceptable!»<<

Entre las que están el montaje contra el vicepresidente constitucional Jorge Glas, el aumento de la pobreza en medio millón de personas, los 200 000 estudiantes que han quedado fuera del sistema público de salud, el desmantelamiento del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) electo por los ecuatorianos, el cierre de medios, la persecución contra Rafael Correa, la degradación de la institucionalidad con la purga en la justicia, permitir el robo de los bancos mediante el cobro de servicios no pedidos, y la persecución política contra dirigentes de izquierda entre otras cuestiones.

Fuente de la Información: https://elestado.net/lenin-moreno-conaie-limpiar-imagen-sostenerse-poder/

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Comunicado de ALAS sobre la situación en Ecuador

Comunicado de ALAS sobre la situación en Ecuador

Asociación Latinoamericana de Sociología – ALAS

COMUNICADO

LA MOVILIZACIÓN  ECUATORIANA DEROGÓ EL DECRETO 883

La Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS), se une al regocijo del pueblo ecuatoriano, que, desde sus múltiples orígenes y diferentes puntos geográficos de la república del Ecuador, hoy celebran el producto de una jornada de luchas de al menos once días: la derogatoria del nefasto  Decreto 883, origen de la más grande movilización de las masas ecuatorianas en los últimos años.

Sin embargo, seguimos con gran preocupación la grave situación generada por un innecesario estado de excepción decretado el pasado 3 de octubre por el gobierno del presidente Lenin Moreno, con el objetivo de aplacar las protestas populares en reacción a las medidas de austeridad económica de cuño neoliberal, previstas desde el último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en febrero de este año.

Desde ALAS denunciamos y repudiamos las prácticas abusivas y terroristas empleadas por el  estado de excepción, por parte del gobierno de Lenin Moreno,  típicas de los peores registros de regímenes dictatoriales en la  historia da América Latina.

Aborrecemos la restricción de la libertad de expresión y de prensa, la limitación y suspensión de los derechos, la militarización de los espacios públicos, la represión y la violencia extrema contra manifestantes e insurgentes indígenas, trabajadores campesinos y urbanos, líderes de movimientos sociales, políticos de toda la oposición, periodistas y estudiantes, hombres y mujeres. El número tan alto de ciudadanos ecuatorianos arrestados, heridos, asesinados y desaparecidos en su propio país, ¡es inaceptable!

Abogamos por las garantías democráticas para todo el pueblo el ecuatoriano, que salgan libres los detenidos, que entreguen a los desaparecidos, que el estado asuma la responsabilidad de la masacre perpetrada contra los manifestantes caídos en esta insurrección popular, y sean sepultados con honores

Que el diálogo iniciado el domingo 13 de octubre, liderado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) tenga  una agenda amplia, representativa y de base en el marco de un proceso que pueda ser útil para un proyecto de nación inclusivo, justo y emancipador que garantice la diversidad cultural y la preservación de la naturaleza y promueva la justicia social.

Instamos a los sociólogos y las sociólogas de América Latina a mantener la  solidaridad con el pueblo ecuatoriano, y a estar alerta hasta que se logre el restablecimiento del estado de derecho en Ecuador, las garantías democráticas y la libertad de pensamiento, expresión, movimiento y reunión.

14 de octubre de 2019

Fuente de la Información: http://sociologia-alas.org/comunicado-de-alas-sobre-la-situacion-en-ecuador/http://sociologia-alas.org/comunicado-de-alas-sobre-la-situacion-en-ecuador/?fbclid=IwAR1Hblxz2o_Th1g5UdBbBCUOatL6CK6VYrwwp0ex4DjEPHUjW4jugeQlpTw
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Ecuador: del centro al fin del mundo

Ecuador: del centro al fin del mundo

Boaventura de Sousa Santos

Traducción de Antoni Aguiló

Como su propio nombre indica, Ecuador está situado geográficamente en el centro del mundo. Todo lleva a creer que el neoliberalismo ha decidido llevar a cabo su agenda de fin del mundo en este país. Como es sabido, el neoliberalismo es la versión más antisocial del capitalismo global porque está estrictamente vinculada a los intereses del capital financiero. No reconoce otra libertad que la libertad económica, por lo que le resulta fácil sacrificar todas las demás. Por cierto, es bueno que los portugueses sepan esto con respecto al partido Iniciativa Liberal, la versión más tardía del liberalismo en forma de bancarrota. La especificidad de la libertad económica es que se ejerce en la medida exacta del poder económico que uno tiene para ejercerla y, por tanto, su ejercicio siempre implica una forma de imposición asimétrica sobre los grupos sociales que tienen menos poder y una forma de violencia brutal sobre los que no tienen poder, la gran mayoría de la población empobrecida del mundo. Tal imposición y violencia siempre se traduce en la transferencia de riqueza de los pobres (traducida en las magras políticas de protección social del Estado) a los ricos y en el saqueo de los recursos naturales, así como de los activos económicos, cuando los hay. El Fondo Monetario Internacional es el agente encargado de legalizar el robo en el que se traducen las políticas de austeridad impuestas por el capitalismo financiero.

El robo es tan evidente hasta el punto de que el montante de los préstamos casi siempre equivale a los beneficios públicamente contabilizados que se ofrecen a los acreedores internacionales y a las grandes corporaciones multinacionales que se articulan con ellos. Los casos más recientes de este proceso van desde Grecia hasta Portugal (2011-2015), desde Argentina hasta Brasil y muchos países africanos. Lo que está sucediendo en Ecuador representa el paroxismo, el momento de máxima intensidad de la voluntad destructiva del neoliberalismo. Con el fin de salvaguardar el derecho al robo legal por parte de los acreedores y las empresas multinacionales, el país se incendia socialmente, se declara un estado de excepción rápidamente legitimado por una Corte Constitucional cómplice, se movilizan las Fuerzas Armadas entrenadas por la infame Escuela de las Américas (hoy con un nombre diferente que borra la historia para mantener los propósitos) a fin de ejercitarse en la lucha contra los enemigos internos, es decir, las grandes mayorías empobrecidas, se asesina y hiere a los manifestantes y se provoca la desaparición de cientos de niños. Es una estrategia maximalista y de fin del mundo dispuesta a arrasar el país para hacer cumplir la voluntad imperial y de las élites locales a su servicio.

Lo más trágico de todo es que Ecuador fue el país de la esperanza en la primera década de este siglo. Tuve el placer de ser consultor en la elaboración de una de las constituciones más progresistas del mundo, la Constitución de 2008, la primera que en su articulado consagró los derechos de la naturaleza y ofreció una alternativa al desarrollo capitalista. Una alternativa que se basaba en los principios de armonía con la naturaleza y de reciprocidad que los pueblos indígenas siempre han practicado, un modelo de vida que, por resultar tan extraño a la lógica occidental, tuvo que consagrase en su versión original, en lengua quechua, el suma kawsay, traducido imperfectamente por buen vivir. Los años siguientes fueron años de experimentación innovadora y grandes expectativas, de manera especial para los pueblos indígenas que, sobre todo desde 1990, venían luchando por el reconocimiento de sus derechos, el respeto de sus formas de vida y la dignidad de su existencia como supervivientes del gran genocidio colonial moderno, perpetuado hoy por el nuevo colonialismo y el racismo que durante décadas caracterizó tanto a los partidos políticos de derecha como de izquierda.

La presidencia de la República la ocupaba Rafael Correa, un gran comunicador, sin gran arraigo en los movimientos sociales, con un discurso antimperialista, siempre polémico en sus posiciones y poco tolerante con las divergencias en su propio campo político. A pesar de ello, realizó un trabajo notable de renegociación de la deuda externa y de redistribución social, aunque erróneo y tal vez insostenible por dos razones principales. Por un lado, tenía dificultades para reconocer en los pueblos indígenas algo más que gente pobre; sus derechos colectivos, su cultura y su historia apenas contaban; la redistribución social implicaba centralismo de Estado y la liquidación de las autonomías territoriales del autogobierno indígena, garantizadas al menos desde la Constitución de 1998; pronto trabajó duro por demonizar a los líderes indígenas. Por otro lado, en contra de la Constitución e invocando dificultades financieras, adoptó el modelo de desarrollo capitalista neoextractivista (centrado en la extracción de recursos naturales, especialmente petróleo), aunque dando preferencia a los inversores chinos en detrimento de los inversores norteamericanos tradicionalmente presentes. En los últimos años, Correa fue abandonado por una buena parte de la izquierda ecuatoriana, no solo por su desarrollismo, sino por su virulencia contra los líderes indígenas. Yo mismo fui crítico con Correa, pero nunca compartí los excesos de cierta izquierda, ungida por la izquierda ecologista europea, que llegó a considerar a Correa como un líder autoritario de extrema derecha. Hoy deben estar experimentando un baño de realidad sobre lo que verdaderamente es la extrema derecha en Ecuador y en todo el subcontinente.

Rafael Correa estuvo en el poder entre 2007 y 2017 y fue relevado por su vicepresidente durante varios años, ahora presidente, Lenín Moreno. Inicialmente, dio la idea de que lo que cambiaría solo sería el estilo de gobierno, no la sustancia. Sin embargo, quien conocía los antecedentes de Moreno debería haber estado estar más atento. Nadie se dio cuenta de que la persecución judicial contra Correa por presunta corrupción, que Moreno patrocinó, no era más que otra versión de la nueva estrategia estadounidense para neutralizar a los gobernantes que pusieran en peligro los intereses de las empresas estadounidenses, especialmente en el sector petrolero: la supuesta lucha contra la corrupción. Fue así contra Lula da Silva y Cristina Kirchner, entre muchos otros. Poco a poco, Moreno fue mostrando su verdadero propósito: realinear Ecuador con los intereses de Estados Unidos. El acuerdo con el FMI culminó la celebración de esta alianza. El llamado «paquetazo» decretado el 1 de octubre, el paquete de medidas de austeridad, es de una violencia extrema para las familias de bajos ingresos, la gran mayoría de la población ecuatoriana.

La trágica trayectoria de las recetas del FMI es de sobra conocida. Nunca dan nada más que buenos negocios para sus inversores. Siempre resultan en el empobrecimiento de las grandes mayorías. A pesar de ello, o tal vez por ello, siguen aplicándose y, cada vez que se aplican, se anuncian como la única alternativa para salvar el país. Que el FMI sea indiferente a las desastrosas consecuencias sociales de sus recetas no resulta sorprendente, porque no se puede exigir que el capitalismo haga otra filantropía que la que redunda en su propio interés (y por tanto no es verdadera filantropía). Lo sorprendente es que Lenín Moreno parece no recordar que la resistencia de los pueblos indígenas, una resistencia aprendida a lo largo de los siglos, ya ha derribado a tres presidentes desde 1990, y es muy probable que él sea el próximo. Lo más trágico para el pueblo ecuatoriano es que los anteriores derrocamientos presidenciales (1997, 2000, 2005) fueron mucho menos violentos de lo que se anuncia para el siguiente. La tímida declaración de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, cuya incapacidad para defender con autonomía los derechos humanos es bien conocida, es una señal de los tiempos autoritarios en los que nos encontramos. La esperanza de Ecuador reside en la dignidad de su pueblo. Para estar a la altura de esta dignidad, la solidaridad de los demócratas del mundo con el noble pueblo ecuatoriano debe ser inequívoca y activa.

 

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Movimiento indígena de Ecuador espera la normalización de las tarifas de combustibles y pasajes para este martes

América del Sur/ Ecuador/ 15.10.2019/ Fuente: actualidad.rt.com.

La organización ha ofrecido una conferencia de prensa, donde, además, pidió la renuncia de los ministros de Defensa e Interior por la represión durante las protestas.

 

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIE) espera que desde este martes 15 de octubre se normalicen «todas las tarifas de la gasolina, diésel, pasajes» en el país, tras el acuerdo alcanzado este domingo con el Gobierno.

Este lunes, la CONAIE y las organizaciones regionales que la integran, ofrecieron una conferencia de prensa, donde ratificaron lo conseguido con la administración del presidente Lenín Moreno, que contempla la derogatoria del Decreto Ejecutivo 883; ese texto establecía la eliminación del subsidio estatal a los combustibles y fue el detonante de las fuertes manifestaciones en todo el país desde el pasado 3 de octubre.

Wambra@wambraEc

Jaime Vargas @CONAIE_Ecuador “queremos informar que se ha DEROGADO el Decreto 883, esperamos que en poco tiempo los precios de combustibles bajen nuevamente”

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Ese decreto, que fue publicado el 2 de octubre, provocó el alza de las gasolinas extra y ecopaís, que pasaron de costar 1,85 doláres a 2,39 por galón; además, el diésel subió de 1,03 dólares a 2,29, un aumento del 123 %. Con ello, también hubo incrementos de las tarifas de los pasajes provinciales y urbanos y, en muchos lugares, sin autorización estatal, subidas de precios de diferentes productos.

«Tal vez hubo alzas de productos de primera necesidad, eso se tiene que normalizar», dijo en la rueda de prensa Jaime Vargas, presidente de la CONAIE, y añadió: «eso quiere decir que la lucha no es solo para los hermanos indígenas sino para todos los ecuatorianos».

Hasta el momento no se ha hecho efectiva la derogatoria del decreto 883. El presidente Moreno dijo esta mañana que lo hará «en las próximas horas». Por ende, se mantienen los precios de los combustibles y de las tarifas de pasajes.

Vargas señaló que confían en que los mediadores, que son la oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Quito y la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, velen y garanticen el cumplimiento del acuerdo alcanzado.

Protestas contra las medidas de austeridad de Moreno, en Quito, Ecuador, 13 de octubre de 2019.

«Sin miedo»

Vargas rescató del diálogo, además de la derogatoria del decreto 883, la postura que tuvo la dirigencia indígena. Además de la CONAIE, en la reunión participaron representantes del Consejo de Pueblos y Organizaciones de Indígenas Evangélicos del Ecuador (FEINE) y la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas Indígenas y Negras del Ecuador (FENOCIN).

«Dijimos lo que teníamos que decir al señor presidente, sin miedo», señaló el dirigente, quien recalcó: «Ya no somos esos indígenas que nos dejábamos humillar de un Gobierno».

Luisa Lozano, de Mujeres de la CONAIE, resaltó el papel de las féminas en las manifestaciones: «como mujeres indígenas hemos puesto el cuerpo para la lucha, nos hemos enfrentado sin estar tapadas la cara. Le hemos dicho al gobierno aquí estamos las mujeres que luchamos por los derechos colectivos».

Los dirigentes indígenas agradecieron a los medios de comunicación comunitarios e internacionales por la cobertura brindada a las manifestaciones, ante el silencio y parcialidad de las televisoras y periódicos locales.

Renuncia de ministros

Durante los 11 días de protestas, que tuvieron su mayor concentración en Quito, la capital, según un balance de la Defensoría del Pueblo, se registraron siete muertos, 1340 heridos y 1152 detenidos.

Entre los fallecidos están Inocencio Tucumbi, dirigente de la CONAIE en la provincia de Cotopaxi, en la sierra central del país; y José Daniel Chaluisa, líder de la comunidad de Yanahurco en Pujilí.

Al respecto, Vargas señaló: «la sangre derramada de nuestros hermanos no va a quedar así».

Informó que el movimiento indígena iniciará «procesos legales» contra los ministros del Interior, María Paula Romo; y de Defensa, Oswaldo Jarrín, sobre quienes ha solicitado su salida del Gobierno. «Tienen que pagar por todo este crimen al pueblo ecuatoriano», enfatizó.

«Este diálogo debió suceder antes, no después de los muertos. Se tiene que gobernar el país también con los indígenas, también con los oprimidos», opinó, por su parte, Marlon Santi, del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik.

Amnistía para el movimiento indígena

Andrés Tapia, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), pidió la liberación inmediata de los miembros y dirigentes de los movimientos indígenas que fueron detenidos durante las manifestaciones antigubernamentales.

«Tenemos cerca de 100 detenidos, necesitamos amnistía inmediata. No es posible (esas detenciones), porque la violencia fue generada desde el Estado», señaló.

Señaló, además, que han conversado con la fiscal general del Estado, Diana Salazar, para que no se «criminalice» a los manifestantes. Desde la Fiscalía General se ha informado que procesarán por «terrorismo» a decenas de personas que fueron detenidas.

El movimiento, además, denunció que los dirigentes indígenas han recibido amenazas, desde el momento en que se anunció el acuerdo con el Gobierno.

Fuente de la noticia: https://actualidad.rt.com/actualidad/330254-movimiento-indigena-ecuador-pronunciamiento-acuerdo-gobierno

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Se reanudan las clases en todo el Ecuador el 15 de octubre del 2019

América del Sur/ Ecuador/ 15.10.2019/ Fuente: www.metroecuador.com.ec,

 

El Ministerio de Educación informó mediante un comunicado que el martes 15 de octubre de 2019 se retoman las clases en las instituciones educativas fiscales, particulares, municipales y fiscomisionales en todo el Ecuador.

La reanudación de las actividades educativas serán en las tres jornadas educativas: matutina, vespertina y nocturna, en todas las modalidades.

[COMUNICADO] El martes 15 de octubre, se reanudan las clases en todo el territorio nacional.

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Las clases escolares han sido suspendidas por siete días en el régimen Sierra y Amazonía debido a que no se ha podido garantizar la seguridad de los estudiantes, sobre todo en la capital ecuatoriana.

El Ministerio de Educación indicó que el retorno a clases será progresivo, pero debido a que la calma ha regresado al país, la institución anunció que las clases se reanudan en todo el país.

La noche del 13 de octubre, todo el Ecuador se mantuvo a la expectativa del diálogo entre el Gobierno y los representantes de los indígenas para cesar las manifestaciones y lograr un consenso sobre el Decreto 883. Ante este hecho, establecimientos públicos y privados esperaban una resolución oficial.

Pasadas las 21:30, el Gobierno de Lenín Moreno anunció que se deroga el Decreto 883 y ante eso el presidente de la Conaie, Jaime Vargas dio por terminado el paro nacional.

Durante el paro, planteles educativos se han organizado para mantenerse informados y también siguen en contacto a través de sus plataformas digitales donde han brindado clases y enviado tareas.

La ministra de Educación solicitó tomar en cuenta las recomendaciones se han hecho, en cuanto a realizar activiades en casa, mientras duraba el paro nacional.

Todavía no se ha mencionado cómo se recuperará el tiempo perdido. Solo se ha adelantado que no se hará que los alumnos asistan los sábados. La ministra adelantó que se extenderían los quimestres.

El año lectivo tiene dos quimestres, con un total de 200 días

 

Fuente de la noticia: https://www.metroecuador.com.ec/ec/noticias/2019/10/14/se-reanudan-las-clases-ecuador-desde-15-octubre-del-2019.html

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Ecuador levanta estado de excepción y toque de queda en Quito

América del Sur/ Ecuador/ 15.10.2019/ Fuente: www.telesurtv.net.

 

El jefe del Comando Conjunto de Ecuador, general Roque Moreira, confirmó el fin del estado de excepción en el país, impuesto por la protestas que sacudieron la semana pasada a la nación suramericana.

Ecuador levantó el estado de excepción a nivel nacional, y el toque de queda en Quito, informó este lunes el jefe del Comando Conjunto, Roque Moreira, después de que el movimiento indígena y el Gobierno del presidente, Lenín Moreno, llegaron a un acuerdo.

Moreira, confirmó el fin del estado de excepción en el país, impuesto por la protestas que sacudieron la semana pasada a la nación suramericana tras las medidas económicas decretadas por el Gobierno de Quito.

El toque de queda, también anulado este lunes, fue decretado solo para Quito el 12 de octubre.luego de las acciones represivas de las fuerzas del orden contra los miles de manifestantes reunidos en las inmediaciones del centro histórico de la capital.

Patricia Villegas Marin

@pvillegas_tlSUR

. Jefe del comando conjunto, general Roque Moreira, informó que terminó el Estado de Excepción y en consecuencia el ‘Toque de queda’.

Desde el 2 de octubre, Ecuador se vio convulsionado por una serie de protestas en contra de las medidas económicas anunciadas por el Gobierno.

En la noche del domingo, tras casi cinco horas de negociación, la dirigencia del movimiento indígena y el Gobierno de Moreno llegaron a un acuerdo para dejar sin efecto el decreto mediante el cual se eliminó el subsidio a los combustibles para reemplazarlo por otro.

Comisiones de las dos partes trabajan desde el domingo en el nuevo decreto, del que aún no se han dado detalles

Fuente de la noticia: https://www.telesurtv.net/news/Ecuador-levanta-estado-de-excepcion-y-toque-de-queda-en-Quito-20191014-0016.html

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Ecuador: ¿de la revuelta a la insurrección?

Por: Atilio Borón.

Ya van diez días del levantamiento plebeyo en Ecuador y la situación lejos de revertirse cobra nuevos bríos. La toma de edificios públicos se generaliza: masas movilizadas de indígenas, campesinos, capas medias empobrecidas y pobladores urbanos rodean el Palacio de Carondelet, sede del gobierno ecuatoriano. y el edificio de la Asamblea Nacional. Días pasados se tomaron la sede de la misión del FMI en Quito, ámbito donde reside “gobierno real” que tiene como su marioneta privilegiada a Moreno. El “estado de excepción” decretado por su gobierno, luego de su cobarde huída hacia Guayaquil, no logró desbaratar la ofensiva popular a la que se sumaron, en las últimas horas, indígenas amazónicos que nunca antes se habían incorporado activamente a las protestas que conmovieran al Ecuador en 1997, 2000 y 2005 y que culminaran con los derrocamientos de Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez. La única respuesta del régimen, de la dictadura de Moreno, ha sido declarar el “toque de queda” desde las 15 horas de este sábado.

La situación, al caer la tarde de hoy ha sido descripta de este modo por un testigo muy calificado instalado en el teatro mismo de los acontecimientos: “es una verdadera lucha de clases … Quito paralizada con “toque de queda” desde las 15h, sin hora límite. Indígenas rodeados en las zonas de sede. Bombas y disparos. Ciudad militarizada. En otras ciudades del país empiezan movilizaciones. Violencia brutal contra los protestantes. Varios muertos, centenares de heridos, mil y más apresados. Cortaron señal de Telesur. Imposible información porque nadie puede circular. Algo se informa en redes y ahí circulan videos, fotos, documentos. Lenin Moreno dice estar abierto al diálogo. La posición indígena: no negociar sino públicamente, con presencia de la televisión, ONU, derechos humanos, iglesia. No es solo movilización indígena sino también estudiantes, trabajadores, pobladores. Los indígenas son el centro y la fuerza popular más grande. Llegaron a Quito desde distintas regiones del país. El pedido fundamental: dejar insubsistente decreto de liberación de precios de combustibles. Cuestión de fondo: reacción contra las medidas anunciadas y acordadas con el FMI. Situación incierta. Sin salida por el momento. Para nosotros, quiteños, un ambiente de guerra con focos de enfrentamientos. Situación terrible.”

En toda crisis, como en las guerras, el papel de la prensa al informar o desinformar es de enorme importancia. De hecho, el conflicto se presenta como si fuera una reacción de los indígenas ecuatorianos, segmentando y subestimando la confrontación. En realidad el rechazo al “paquetazo” de Moreno atraviesa –como lo dice más arriba nuestro informante- casi toda la estructura social: comenzó primero en las ciudades: los transportistas y, de inmediato, estudiantes, maestros, la militancia política opositora, ciudadanas y ciudadanos de Quito y (en menor medida al principio) de otras ciudades. Pero esta revuelta  experimentó un “salto cualitativo” con la arrolladora incorporación de las comunidades indígenas y campesinas. Fueron éstas las que le otorgaron ese tono amenazantemente plebeyo a la insurgencia que el presidente fugitivo y sus compinches caracterizaron como la “revolución de los zánganos”, reflejando nítidamente el talante racista del bloque dominante.  Antes, los paniaguados de Lucio Gutiérrez también habían denigrado a las masas que, en el 2005, acabarían con ese otro traidor y que fueran anatemizadas como una “revolución de forajidos”.

Hay cuatro rasgos que distinguen a la actual coyuntura pre-revolucionaria de las revueltas anteriores: esta es muchísimo más masiva y multitudinaria; tiene presencia en casi todo el país mientras que sus predecesoras tenían lugar casi exclusivamente en Quito; su duración es mucho más prolongada; y la brutalidad de la represión oficial es muchísimo mayor, incluyendo el “toque de queda”. Según cifras oficiales había cinco muertos a manos de las fuerzas de seguridad al anochecer del viernes. Pero las organizaciones sociales ya hablan de un número bastante mayor y hay centenares de heridos -varios de ellos en grave estado- y más de mil personas detenidas.  Esto, antes del “toque de queda”. Además buena parte de los medios de comunicación están bajo control oficial y Telesur ha sido sacada del aire, al igual que un puñado de radios anatemizadas por el gobierno ecuatoriano como “correístas”. Además, los internautas están también siendo acosados y los que emiten noticias contrarias a los informes oficiales por las redes sociales están siendo bloqueados. Líderes y dirigentes opositores están detenidos o amenazados (por ejemplo, sobre Paola Pabón, prefecto de Pichincha, pesa una orden de captura por instigación a la violencia, sabotaje y terrorismo). Otros tuvieron que asilarse. Gabriela Rivadeneira buscó refugio en la embajada de México y a Ricardo Patiño se encuentra exiliado en ese país. Correa sigue en Bélgica y la persecución sobre otros dirigentes del correísmo es implacable.  El presidente prófugo sólo produjo como gesto de pacificación un mensaje por cadena nacional de 44 segundos (¡Sic!) diciendo que está dispuesto a dialogar con los revoltosos.

Parece harto improbable que Moreno pueda volver a gobernar. Técnicamente Ecuador se encuentra acéfalo; el presidente sólo cuenta con la oportunista obediencia de las fuerzas represivas y tiene el apoyo de algunos gobiernos -Trump y sus lacayos regionales: Macri, Bolsonaro, Piñera, Duque, etcétera- y la obscena complicidad de los medios hegemónicos. A ellos hay que sumar el incondicional respaldo de las oligarquías económico-financieras, que aprueban la “mano dura” de la respuesta oficial y la mayoría de la Asamblea Nacional, hegemonizada por la derecha. No es un dato menor la gran difusión que se le ha dado al relato de la derecha de que la actual crisis ha sido promovida por Rafael   Correa coludido para tales fines con el presidente Nicolás Maduro, como lo dejó entrever Mike Pompeo en recientes declaraciones. Pero esto no basta para normalizar a un país paralizado.  Acéfalo también porque la Asamblea Nacional no se reúne –pese a la exigencia de los manifestantes- y su presidente declaró que si lo hace, mañana, será para “aplacar los ánimos” y no para votar por la salida institucional que contempla la Constitución del 2008 en casos como el actual: la “muerte cruzada” de la presidencia y la Asamblea Nacional, y un llamado para elegir presidente y asambleístas. Aparte de esto, la revuelta plebeya exige, taxativamente, la derogación de las medidas adoptadas por Moreno bajo consejo del FMI y tal cosa sería la campanada de la muerte para su gobierno. En los próximos días la dualidad de poderes propia de toda acefalía deberá resolverse. Lo más probable, a costa de Moreno. En otras palabras, la revuelta podría convertirse en insurrección y abrir una nueva página en la historia ecuatoriana.

Pero para que esto suceda hay algunas condiciones que alguien que sabía de revoluciones, V. I. Lenin, estableció muy claramente. Primero, apoyarse en “el auge revolucionario del pueblo” y esto significa, concretamente, no cesar en la ofensiva contra el gobierno en todos los frentes;  y, segundo, hacerlo en un “momento de viraje de la historia”, cuando “los de abajo ya no quieren y los de arriba ya no pueden” seguir viviendo como antes. Da la impresión de que la coyuntura ecuatoriana estaría expresando, aún cuando de modo incipiente, la existencia de ese momento de viraje.  Claro está que situaciones como éstas –una dualidad de poderes en donde el pueblo movilizado desafía el orden vigente y, por otra parte, el poder constituido sólo puede preservar su dominio apelando a la fuerza pero sin controlar al país- son inevitablemente transitorias  y más pronto que tarde se resuelven para uno u otro lado. Si las fuerzas insurgentes representaran –por su conciencia y organización- una propuesta “avanzada” (y esta es otra de las condiciones a las que alude el revolucionario ruso) el desenlace de la crisis podría inclinarse a su favor y lograr la caída del gobierno de Moreno. En pocos días más sabremos si las masas populares ecuatorianas están en condiciones de lograr esa hazaña y luego trazar una ruta de reconstrucción nacional en un país destruido por la conjura entre el gobierno y el FMI, en medio de una corruptela rampante. Esto requeriría la conformación de una amplia alianza política en donde las masas indígenas y campesinas, los actores populares urbanos que también protagonizaron las protestas y las fuerzas políticas que se opusieron al gobierno -principalmente el correísmo, objetivo excluyente de los ataques de Moreno- coincidan en un programa común deponiendo viejas disputas y concentrándose en las inmensas tareas que les aguardan. De no ser así, si la ofensiva fuese demasiado débil y desarticulada las fuerzas de la reacción podrían  reagruparse con gran rapidez en torno a una sola bandera y un único liderazgo (como observara Antonio Gramsci en los orígenes del fascismo italiano), resolver las contradicciones y vacilaciones existentes en sus filas y lanzar un contraataque que podría infligir a los insurgentes una derrota de la cual tardarían muchos años en reponerse. Pese a su combatividad y militancia éstos enfrentan no pocos problemas pues el desbordante espontaneísmo y el heroísmo de su lucha no oculta el hecho de que no pareciera haber una dirección política firmemente establecida y en condiciones de conducir el complejo tránsito que va desde la revuelta a la insurrección. Más bien, la impresión que se proyecta es que hay una muy heterogénea base social que se lanzó a las calles rebasando a sus liderazgos tradicionales. Libradas a los avatares del combate callejero y sin una dirección política clara estas masas en rebelión podrían desmoralizarse, dispersarse y, por último, sucumbir ante el salvajismo de la represión, el chantaje del imperio y de la derecha y el terrorismo mediático que pondría a buena parte de la población ecuatoriana en contra de los insurgentes. Sería deplorable que tal cosa suceda, y por eso es bueno advertirlo a tiempo. De todos modos, se trata de cuestiones que no se resuelven desde un escrito o una teoría. Una vez más será la práctica concreta de las luchas de clases -y en especial la lucidez del liderazgo contestatario, el entusiasmo revolucionario de las fuerzas plebeyas y, también, los errores del enemigo-  los que determinarán el resultado final de la insurrección de octubre.

Fuente del artículo: http://atilioboron.com.ar/ecuador-de-la-revuelta-a-la-insurreccion/

 

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