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Los puntos claves para entender el acuerdo entre rectores y estudiantes

Por: Semana Educación

La ministra de Educación, María Victoria Angulo, catalogó la decisión como un “gran pacto por la educación”, y en efecto el acuerdo por las universidades es un avance “histórico”. ¿Qué representa este pacto? ¿Qué se quedó por fuera?

El 13 de diciembre el Gobierno Nacional y el movimiento estudiantil firmó, por fin, el tan esperado acuerdo por la educación superior pública. Luego de 64 días de paro nacional y más de un mes y medio de instaurada la mesa de diálogo entre los voceros estudiantiles y los delegados del gobierno, el presidente Iván Duque recibió a los universitarios en Palacio.

El encuentro permitió que las partes llegaran a un consenso final. La ministra de Educación, María Victoria Angulo, catalogó la decisión como “un gran pacto por la educación”. Mientras varios medios plantearon que el avance era un paso “histórico”. Hubo júbilo y satisfacción por parte de todos los implicados y el movimiento estudiantil, en boca de Jennifer Pedraza, una de las líderes de los jóvenes, envió un mensaje a Colombia: “La gran conclusión de este acuerdo es que luchar sí sirve”.

Sin embargo, luego de la emoción y tras conocer el acta completa que contiene los detalles de lo pactado, surgen más preguntas: ¿qué quedó por fuera?, ¿que representa este acuerdo? ¿toca o no el problema de fondo de la educación?

Las respuestas abarcan las claves para mirar con más claridad qué se logró en la mesa de diálogo. Estos son los principales puntos para entender “lo bueno, lo malo y lo feo”, como dijo Fabio Sánchez, uno de los expertos con los que habló Semana Educación.

¿ “Gran pacto por la educación” o un acuerdo financiero?

La mesa de diálogo logró adicionar a las universidades e instituciones técnicas y tecnológicas más de 4,5 billones de pesos durante el cuatrienio Duque. De eso, el centro del acuerdo y la mayor conquista en esta decisión fue el aumento de 1,34 billones de pesos a la base presupuestal de las universidades, y no los temas estructurales que aquejan a los centros de estudio y formación para el trabajo.

Por eso, Natalia Ariza, exviceministra de Educación Superior y economista de la Universidad Nacional, explicó que a sus ojos los problemas de este sector son mucho más profundos y no se solucionan meramente con recursos.

“El acuerdo empieza en un tema de principios, diciendo que es un ‘gran acuerdo’ por la educación superior. Pero no. Es un acuerdo en la parte financiera por las universidades públicas, porque lo que toca de las instituciones técnicas y tecnológicas (ITTU) es apenas algo para darles un contentillo”.

El pedazo del pastel para las ITTU

El acta oficial habla por sí misma. De los 15 puntos acordados, solo 2 hacen referencia directa y única a lo referente a las ITTU: los recursos de financiamiento de las ITTU públicas y el reconocimiento del 100% del descuento por votación.

En el primero, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) se compromete a construir en el Plan Nacional de Desarrollo un artículo que “permita la transferencia legal de los recursos del Presupuesto General de la Nación a las ITTU para funcionamiento”. Esto se hará con los voceros de la mesa de diálogo y los representantes de las ITTU.

El segundo trata del descuento por votación con el que el Estado reembolsa un monto de recursos cuando los estudiantes asisten a las urnas. “El MEN se compromete trabajar con el Congreso en un proyecto de ley que busque garantizar el reembolso del 100% del descuento que actualmente se entrega”. Sobre esto Ariza comentó, como dice el enunciado, que esto ya se hacía, pero “sin determinar un porcentaje”. Ahí estaría la novedad.

Sobre el mismo punto se pronunció Carlos Mario Lopera, director del Observatorio de la Universidad Colombiana: “El acuerdo baja la fiebre pero no soluciona la enfermedad. Fue la muestra de un sistema de educación superior público completamente parado más de dos meses para arreglar con dinero anunciado y sin soluciones de fondo”.

Los reparos sobre los recursos logrados en un acuerdo ‘poco histórico’

El logro en términos financieros es, a simple vista, monumental: un movimiento estudiantil que sobresalió con un discurso constante en el escenario público y que logró varios billones para la educación superior pública. Sin embargo, para algunos expertos no fue algo histórico porque en años anteriores ya se han adicionado recursos a las universidades públicas por encima del IPC.

“¿Ayuda a las finanzas o es histórico? Este no es el primer paro y no es la primera vez que se le inyecta capital adicional a las universidades. Al menos una vez cada dos años estas instituciones reciben más puntos por encima del IPC”, recordó la exviceministra Ariza. Es decir, si bien es un avance, no es algo nuevo.

De igual forma pasa con los recursos provenientes del ya mencionado descuento por votación y los 300.000 millones que vendrán de los excedentes de las cooperativas. Son acuerdos hechos encima de leyes ya existentes pero que por algún motivo o no se cumplían y esta vez se les hacen algunas variaciones.

El profesor de la facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Fabio Sánchez, dijo que eran positivos varios aspectos consignados en el acuerdo y que sí representan aumentos monetarios para las instituciones de educación superior, sin embargo encontró también reparos.

“El acuerdo solo contempló los recursos que iban a ser destinados a las universidades públicas, pero no se consignó ninguna obligación adicional por parte de estas o ningún acuerdo específico para trabajar en los temas donde hay grandes fallas. Por ejemplo, en el tema de deserción: solo el 50% de los estudiantes llegan a décimo semestre, lo cual constituye una pérdida de los recursos. Otro tema es la duración de las carreras porque por alguna razón los semestres en los claustros públicos duran masomenos 14 semestres y deberían ser de 12”.

Bajo la mirada de Sánchez, se podría decir que quizá el mayor inconveniente del presupuesto es que no estipula compromisos sentidos por parte de los centros de formación, que serán los que administren el caudaloso recurso.

La autonomía universitaria: ¿cruz o beneficio?

La falta de compromiso a la que hizo alusión Sánchez es un tema que puede recaer en uno de los asuntos más cuestionados pero del que no se habló en el acuerdo con el gobierno, la autonomía académica, financiera y administrativa que tienen las universidades públicas.

Natalia Ariza lo explicó con un ejemplo: “Esto es como decir que una persona vive en la casa de sus papás y a los 18 años nadie puede decirle nada acerca de su vida, ni pueden ponerle reglas y es quien toma las decisiones, a pesar de que los padres la siguen financiando”.

Para ella, eso pasa con las universidades. Entre los problemas estructurales está justamente el financiar sin contar con una instancia que vele porque las instituciones tengan regulaciones o parámetros para el uso de la plata.

“Las IES públicas al ser autónomas no reportan cuántos docentes tienen, ni cómo están sus programas. No hay planeación. Entre los problemas de fondo está saber ellas cómo definen sus gastos, inversiones y capacidad de cobertura. Y pese a eso, el Ministerio de Hacienda es el que debe garantizarles el presupuesto”, dijo Ariza.

Sobre esto también opinó el director del Observatorio de la Universidad Colombiana. Lopera cuestionó esta situación porque “nadie sabe si realmente lo que se dará es lo que se necesita, porque ni el sistema ni el gobierno se atreve a pedir rendición de cuentas de las universidades”.

Es decir, la distribución de los recursos no se ahonda de forma explícita en el acuerdo y es importante porque luego de conseguir los recursos el siguiente paso es decidir cuánto le va a llegar a cada institución.

“Esta sería una oportunidad para que el país empiece a equilibrar la asignación por estudiante, porque las universidades oficiales de mayor reconocimiento ganan hasta 3 veces más por estudiante que las pequeñas universidades regionales”, explicó Martínez.

¿Triunfo para Colciencias?

En la reuniones participó también Diego Fernando Hernández, director de la entidad. En un principio para Colciencias los estudiantes pedían adicionar a su presupuesto 700.000 millones. En este acuerdo se pactó la entrega de 500.000 millones: 250.000 para fomentar las becas de excelencia del programa “Doctoral del Bicentenario”, y el resto para proyectos de inversión para fortalecimiento institucional y de investigación de las instituciones de educación superior.

¿Con este acuerdo ganará la ciencia y la tecnología en el cuatrienio Duque? Es positivo tener una cartera más robusta, pero la destinación sigue siendo una piedra en el zapato.

Por un lado, esto le preocupa al profesor Sánchez porque “para ciencia y tecnología es demasiado grande y no creo que las universidades tengan la capacidad de desarrollar los recursos”.

Y por el otro, a Carlos Mario Lopera le preocupa la nueva inversión para becas. “La mayor parte del presupuesto de Colciencias se va para doctorados. Pero esto termina siendo un beneficio particular y no está amarrado a un proyecto concreto sobre cuál es la investigación que necesita el país y en qué áreas”.

***

La voz de los expertos habla de un análisis sobre lo pactado y del futuro que el nuevo presupuesto le augura a la educación superior. Sin embargo, el acuerdo no tocó los problemas profundos de la educación: la inequidad, la falta de acceso a la educación, el modelo educativo y una reforma completa a la ley 30 de 1992, temas que ni siquiera quedaron en el tintero.

Y los estudiantes lo saben. “Lo que entendemos es que en un paro se garantizan y son posibles ganar algunas cosas, incluso apostarle a apretar mucho más los artículos 86 y 87 de la ley 30. Pero tenemos claro que no tenemos la capacidad y las condiciones para establecer una reforma a la educación que sea como nosotros la queremos”, dijo Diego Cortés, asesor de los estudiantes y miembro de la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (Acrees).

Por ahora, 2019 será un año en el que —según el movimiento estudiantil— se pondrán en marcha el acuerdo y nuevas movilizaciones sociales, pues esta conquista es solo una que soluciona los problemas universitarios en mediano plazo.

Así mismo, en palabras de Cortés, no se quiere abrir la caja de pandora de las reformas que necesita la educación, pues “podemos correr el riesgo de abrir la puerta para hacer todas las reformas que este gobierno quiera y que sean en contravía de ese acuerdo de financiación que conseguimos y del concepto de educación que tenemos”.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/los-puntos-claves-para-entender-el-acuerdo-entre-rectores-y-estudiantes/595193

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La primera librería bogotana dedicada a la escritura femenina

América del sur/Colombia/23 Diciembre 2018/Fuente: Radionika

En el norte de la capital colombiana hay un pequeño espacio enfocado en saldar la deuda histórica que existe con las mujeres en el ámbito literario.

Hace algunos días hubo un gran revuelo en el mundo literario a causa de la aparente falta de espacios para visibilizar a las mujeres escritoras en el país. Bajo el intercambio cultural del año Colombia-Francia, el pasado 15 de noviembre se llevó a cabo en la Bibliothèque de l‘Arsenal de París la presentación de 12 escritores colombianos junto a sus obras. Los seleccionados fueron William Ospina, Juan Cárdenas, Sinar Alvarado, Pablo Montoya, Octavio Escobar Giraldo, Luis Noriega, Jorge Franco, José Zuleta Ortiz, Juan Álvarez Jorge Aristizábal Gáfaro.

Previo al evento, cuando apenas se conoció la selección de los representantes, la cual fue anunciada por el Ministerio de Cultura, se despertó cierto revuelo al considerarse excluyente con el género femenino. Las mujeres escritoras alzaron su voz para reflejar su estado de indignación por no encontrar ninguna representante femenina dentro del listado. Bajo el lema “Colombia tiene escritoras” se intentó hacer un llamado para mostrar que también hay obras relevantes y de calidad escritas por mujeres en el país, las cuales también merecen ser mostradas en el exterior.

No se trata de tornar el tema en una lucha en contra de los hombres, ni pasar a hablar de feminismo o machismo, NO. Se trata de entender el talento que existe en el país frente a la literatura o en general el mundo de las letras, que está lleno de matices y miradas diversas las cuales permiten entender la realidad desde distintos sujetos sin discriminar su género, pero es necesario decir que se deben visibilizar quizá en mayor medida esos talentos diversos para romper las barreras que han existido durante siglos frente a la igualdad de condiciones.

En el norte de Bogotá, exactamente en la Calle 56 # 6-33, hay una casa que resalta de las demás por su curiosa fachada muy al estilo inglés. En ella hay un pequeño espacio que se ha preocupado por la problemática de las mujeres en el ámbito de las letras: La librería de mujeres: El telar de las palabras, la cual funciona con la intención de visibilizar a las mujeres poetas, ensayistas, investigadoras, artistas y escritoras en general. María Isabel Martínez junto a otras mujeres decidieron fundar un espacio donde las mujeres pudieran encontrar y tejer sus propias palabras bajo el supuesto de que existe una deuda histórica con las mujeres en este campo.

“Históricamente las mujeres no eran reconocidas. En siglos anteriores a este, no existía un reconocimiento de las mujeres escritoras, los hombres eran los que ocupaban y tenían este oficio, que además era muy valorado. Se creaban espacios de análisis, reflexión y discusión entre ellos y eran muy pocas las mujeres que podían estar en el mundo literario. Muchas mujeres empezaron a escribir pero como no eran reconocidas para poder ser editadas y leídas debían publicar bajo seudónimos masculinos, tenían que usar ese método para tener realmente un lugar en la cultura”, afirma María Isabel Martínez.

Dentro de la librería se puede encontrar todo tipo de literatura, ensayos, poesía, cuentos y demás libros escritos por mujeres, la mayoría de ellas jóvenes y emergentes en el mundo literario. Con poco más de año y medio de creación, este espacio es el único en el país dedicado en específico a la visibilización de las mujeres y surge después de que María Isabel inició a leer libros escritos por mujeres y notó que dentro de las librerías tradicionales difícilmente estos ubican un papel relevante.

“La idea de la librería surge como producto de las varias lecturas que he hecho como feminista. Después de leer muchos autores comencé a leer autoras latinoamericanas, europeas y me empezó a fascinar la literatura, la poesía y los ensayos que hacían ellas, pero entonces me di cuenta que todas esas obras no estaban en primer plano en las librerías y allí vi la necesidad de resaltar eso, promocionar a las mujeres escritoras y de hacer el reconocimiento a las mismas”, expresa.

Aunque generalmente las librerías se dedican a la distribución de libros, El telar de las palabras adicionalmente ha abierto otro espacio para que se interactúe y se tejan las letras en círculo. Se trata de un grupo de lectoras que se desarrolla los viernes cada 15 días y allí los asistentes pueden discutir, analizar y meditar un libro en colectividad.

“A veces uno lee individualmente un libro y no tiene con quien dialogarlo, comentarlo, un libro te llena de preguntas y que te satisface cada vez que lo lees, entonces queda en el aire, el círculo de lectoras busca cumplir ese fin”, concluye Martínez.

Aunque actualmente sea difícil intentar mantener un proyecto como el de María Isabel, ya sea por la falta de apoyo, el costos de los libros, la falta de lectura y los libros virtuales, la librería se visualiza no solo como un espacio para adquirir libros sino también como un lugar para interactuar y conocer el mundo de las letras desde otros contextos y realidades.

Invitados a escaparse un día de la rutina y visitar La librería de mujeres: El telar de las palabras.

¿Cuál es su escritora colombiana favorita?

Fuente: https://www.radionica.rocks/comics-y-libros/la-primera-libreria-bogotana-dedicada-a-la-escritura-femenina?fbclid=IwAR35QQvIN49aUps292j1qO75-P4oVcCackeykKo1bRQo0I06lXZxpVr_I9A

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Mineduc aplicará siete programas para salvar colegios “insuficientes”

Por: Carlos Said. 


El Ministerio de Educación (Mineduc) comenzó a tomar medidas para salvar a los 396 colegios que quedaron en la categoría de “insuficiente”, según la clasificación de la Agencia de Calidad de la Educación, por lo que arriesgan cerrar si no mejoran su desempeño.

El plan de apoyo será definido este mes y contempla la aplicación interconectada de siete programas ministeriales, para entregar herramientas pedagógicas “con énfasis en aquellas escuelas que han permanecido en la categoría Insuficiente en los últimos años”.

Entre estos planes está “Primero Lee”, que incentivará la lectura en niños de primero básico de 190 colegios; el “Suma y Sigue”, que entregará capacidades a docentes para la enseñanza de Matemática, beneficiando a 150 escuelas, y la “Formación en lecto-escritura”, que es un curso de perfeccionamiento para mil profesores.

También están los programas “Araucanía Aprende”, que incentivará la lectura en niños de 300 colegios “insuficiente” o “medio-bajo” de esa región; un curso de especialización para 1.300 profesores de Ciencias Naturales; y un plan de formación de liderazgo en contextos vulnerables, que será impartido por centros educativos.

El Mineduc informó que la aplicación de estas iniciativas se hará en cuatro fases, comenzando con la caracterización de las escuelas en riesgo de cierre, a través de una ficha con resultados de aprendizaje y de convivencia escolar, que servirá para que los directores “puedan tener un diagnóstico integral de su escuela”.

Entre diciembre y enero, el ministerio elaborará una “trayectoria de mejoramiento escolar”, que será la hoja de ruta del plan y tendrá un foco “en aquellas áreas que requieren mayor trabajo”.

En enero, la cartera asignará una estrategia de apoyo a cada colegio, que combinará los siete programas, para desarrollar “habilidades y capacidades de los docentes y directivos”. Y luego habrá una fase de acompañamiento a las escuelas durante todo 2019.

La ministra de Educación, Marcela Cubillos, explica que “el trabajo se hará con cada escuela, dentro de las salas de clases, ayudando a profesores que trabajan en situaciones muy adversas y fortaleciendo el liderazgo de los directores. Más que hablar de un número de escuelas insuficientes, tenemos que pensar en niños, con nombre y apellido, que no se nos pueden seguir quedando atrás”.

Fuente del artículo: https://www.latercera.com/nacional/noticia/mineduc-aplicara-siete-programas-salvar-colegios-insuficientes/446599/
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El desafío de «reaprender»

Por: Jorge Grünberg.

La inteligencia artificial cambiará profundamente las formas de producción en los próximos años. Ningún país podrá mantenerse al margen de estos cambios globales cuyos efectos sociales son trascendentes.

Un antecedente de estos cambios es la revolución informática de fines del siglo pasado que combinada con la globalización produjo una reducción masiva de puestos de trabajo en la producción industrial. La disminución de la industria textil uruguaya, entre otras, es un ejemplo del costo y de la inevitabilidad de estos cambios sistémicos. Muchas personas que trabajaban en fábricas y talleres encontraron nuevos trabajos en el turismo, el comercio o en el sector público, entre otros. Pero muchos de esos puestos son menos estables o peor remunerados. También se crearon puestos de trabajo creativos y bien remunerados en el entretenimiento, la consultoría o la tecnología por ejemplo, pero con requerimientos de conocimientos inalcanzables para muchos de los que trabajaban en fábricas desempeñando tareas manuales y repetitivas.

Esta «brecha de destrezas» impidió a muchas personas reinsertarse en esos nuevos puestos de trabajo con mayores requisitos de conocimientos técnicos y habilidades interpersonales. Nuestro país no fue exitoso en proveer los mecanismos para brindar estos aprendizajes en tiempo y forma. La tasa de graduación de secundaria, la cantidad de graduados universitarios, la equidad de acceso a la educación superior, el rendimiento de los alumnos uruguayos en las pruebas internacionales, la reducida cantidad de posgraduados, entre otros indicadores, están estancados desde hace décadas en relación a los de países comparables al nuestro.

En los próximos años la inteligencia artificial permitirá automatizar cada vez más tareas. Algunos empleos desaparecerán, como sucedió con los conductores de carruajes, faroleros o ascensoristas y como puede suceder en el futuro con choferes, cajeros o telefonistas.

Muchas profesiones no desaparecerán pero cambiarán sus formas de trabajo regularmente y en períodos cada vez más cortos debido al continuo cambio tecnológico. Los profesionales tendrán que «reaprender» continuamente y de la velocidad y calidad con que reaprendan dependerán sus oportunidades laborales. El actual paradigma formativo («aprendo luego aplico») basado en aprender el 75% de lo necesario para la vida profesional en el 25% inicial de la vida ya no será funcional.

La actividad profesional y el aprendizaje se desarrollarán cada vez más en paralelo creando un nuevo paradigma formativo de «aprendo y aplico, aplico y aprendo». Crear, internalizar y aplicar conocimiento serán mecanismos integrados, inseparables y que se retroalimentarán mutuamente. Los ciudadanos que no puedan acceder a mecanismos de reaprendizaje constante estarán en serio riesgo de exclusión económica y social.

Crear estos mecanismos de reaprendizaje social es el gran desafío en el siglo XXI. Requiere diseñar sistemas dinámicos, capaces de renovar constantemente sus contenidos y que sean accesibles económica y logísticamente a ciudadanos de distintas edades y ocupaciones, que en su mayoría deberán reaprender mientras trabajan. En este nuevo mundo el conocimiento no residirá solo en universidades y bibliotecas. Los mecanismos sociales de reaprendizaje tendrán que brindar acceso a mentores, repositorios digitales, redes de pares, conocimiento experiencial en los lugares de trabajo, medios de comunicación y otras fuentes.

En el siglo XIX nuestro país adoptó como mecanismo principal de aprendizaje social la gratuidad. Este mecanismo cumplió un rol importante en la consolidación de la democracia uruguaya pero no será funcional por sí solo en la próxima etapa por varias razones.

Una de esas razones es que ni los posgrados ni la actualización profesional son gratuitos y son los componentes principales del reaprendizaje. Otra razón es que la gratuidad uruguaya se basa exclusivamente en la provisión estatal y ningún estado puede abarcar las innumerables fuentes de conocimiento de un mundo de innovaciones constantes. El conocimiento en esta nueva sociedad será un bien público pero no estatal. Los nuevos mecanismos de reaprendizaje social no podrán ser gratuitos en el sentido que conocemos pero tampoco restringidos a la capacidad de pago de cada ciudadano.

Las empresas deberán concebir el aprendizaje continuo como parte de la relación laboral brindando tiempo y oportunidades de reciclaje a sus funcionarios. Cada ciudadano podría tener una «cuenta de aprendizaje» como parte de su seguridad social con la cual podría financiar sus reaprendizajes a lo largo de su vida profesional.

En el largo plazo los procesos de reaprendizaje tendrán que ser cada vez más personalizados ya que cada ciudadano estará en una coyuntura diferente en cuanto a los conocimientos que dispone y aquellos que necesita. Deberán ser diseñados como «reaprendizajes de precisión» adaptados a cada individuo en sus estilos de aprendizaje, historial cognitivo, aspectos de personalidad, redes sociales de apoyo y quizás en el futuro características genéticas o neurológicas.

Imaginar un nuevo mecanismo social de aprendizaje y reaprendizaje requiere imaginación, una consciencia realista de los enormes costos de la omisión y un consenso social capaz de sacudir dogmas y atavismos. Ese es nuestro gran desafío para el futuro próximo.

Fuente del artículo: https://www.elpais.com.uy/opinion/columnistas/jorge-grunberg/desafio-reaprender.html

 

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Más allá de las denuncias “A todas nos pasó”: las mujeres empiezan a poder hablar de los distintos abusos sufridos por años

Por: Mariana Iglesias. 

Recuerdo que sonó el celular de la mujer que trabajaba en casa y que se largó a llorar. La llamaban de la escuela de su hija. La nena le había contado a la maestra un abuso de su tío. Le dije que fuera corriendo a buscar a su hija. Me abrazó y me contó que a ella le habían hecho lo mismo de chiquita, un tío también.

Recuerdo la puntada en el estómago cuando alguien muy cercano me contó en un bar que su hija, ya recibida en la facultad, le dijo que el abuelo la había abusado a los 8 años, y que lo decía ahora que su primita tenía 8 años: tenía miedo que el abuelo también la abusara.

Recuerdo a una maestra del colegio que llorando me contó que su ex marido había abusado de su hija. 

Recuerdo estar haciendo una nota con pibas de la calle y que me contaran que después de tantos abusos habían aprendido a cortarse el pelo y vestirse de varones para no pasarla tan mal.

Recuerdo otra nota con especialistas de abuso de organismos de niñez y del Ministerio de Justicia, y que al irme una mujer se apuró para bajar conmigo en el ascensor. En un par de pisos llegó a contarme los abusos de su abuelo cuando era pequeña. Yo tuve que subir apurada a un taxi. Ella quedó llorando en la vereda.

Recuerdo cuando cumplí veinte y una amiga me contó que a la hermana la habían violado unos tipos en la calle.

Recuerdo la noche en que otra amiga me contó que aquella enfermedad que devastaba su piel era consecuencia de los abusos que había sufrido en su niñez.

Recuerdo otra amiga contando la violación del padre de una amiga. Y a otra, que la violó el hermano de una amiga.

Recuerdo los sufrimientos de una de mis amigas más cercanas con cada abuso de su jefe, y cómo se enfermaba y lo que le costó salir de su perversa manipulación.

Hace no mucho tiempo recordé yo también que de chica, tendría 10, 11 años, un tipo me tocó. Estaría en quinto, sexto grado. Algunos fines de semana, una compañera me invitaba a su quinta de Del Viso. Era la época en la que las casas eran abiertas y las niñas andábamos en bicicleta por cualquier lado, durante horas, sin celulares y con mucha libertad. Recuerdo el pasto verde, muy crecido, y el tipo que apareció en su bicicleta. Nos dijo que se le había desajustado el asiento, y que si una de nosotras se sentaba en ese asiento él podía arreglarlo. Dijo que mejor yo porque mi amiga era muy bajita. Me senté como me indicó. Sentí que me tocaba, y no podía darme cuenta si era de casualidad o a propósito. No sabía si gritar. Creo que no pude. Tampoco recuerdo si mi amiga se daba cuenta. Nunca hablamos del tema. Lo borré. Pero cuando la escena apareció en mi cabeza tampoco la conté. Somos miles las mujeres que nunca le contamos a nadie. A todas nos pasó algo.

Esta semana, después del testimonio demoledor de Thelma Fardin, cientos de mujeres se largaron a compartir abusos sufridos en las redes sociales. La cantidad es impactante, los relatos también. Busco nuevos testimonios entre amigas, compañeras de trabajo, conocidas. La primera reacción es hablar de los roces en el subte, el colectivo, las palmadas en la cola de los bares, los boliches o las barbaridades que escuchamos en la calle. ¿Eso ni cuenta, no? Preguntan. Claro. Si nos pasó, nos pasa, a todas.

Una cuenta que un compañero de trabajo se le tiró encima, que la «apoyó», y que le mandó mensajes y mails por meses. Otra dice que un taxista se bajó el cierre y empezó a masturbarse delante de ella. Y una tercera que baila tango asegura que en la milonga lo más común es que los tipos te muevan el corpiño, pongan la mano donde quieren y hasta te toquen una teta.

En tetas estaba otra amiga cuando un mes atrás el cirujano mastólogo –que le había pedido que se sacara todo de la cintura para arriba- se le sentó bien cerquita, en una de esas sillas con ruedas y le empezó a tocar las piernas. “Te pusiste tensa”, le dijo él sonriendo. Ella, por dentro, se debatía: “decile, decile que pare, pero pensaba que si el control daba mal y me tenía que volver a operar él era el cirujano… Me quedé muda, y yo no soy muda, me callé por el poder qué él tenía”, cuenta, enojada.

“Tengo una historia para que lloremos una semana, pero no puedo…”, me dice una amiga. Otra dice lo mismo, que la abusó un compañero de trabajo, hace mucho. Pero no lo puede contar todavía. Me quedo helada porque yo lo desconocía.

Otra me dice que tiene tres situaciones para contar: “Cuando tenía 12 años mi cuerpo estaba más desarrollado que el de las nenas a esa edad… Un día caminaba por la calle y un taxista me pregunta algo desde el auto que no escucho, me pide que me acerque y cuando lo hago veo que se está haciendo una paja, salí corriendo, volví a mi casa, me quedé consternada. Nunca se lo conté a nadie… Otra vez, ya de adulta, en mi trabajo, uno de los empleados cerró la oficina y puso su pene arriba del escritorio. Yo le gritaba que se fuera y él quería que lo mirara, por suerte hubo ruidos y se tapó… También me acuerdo que a los 6 años estaba en la casa de mi abuela y un pariente mayor se tiró conmigo en la cama y me dijo que íbamos a tener sexo… Yo no entendía nada ¡tenía 6 años! Mi abuela entró y empezó a los gritos. Estuve muchos años sin pisar esa casa”.

Y otra: estaba parada frente a un local de sodas de la calle Soler cuando un tipo pasó y le metió las manos por debajo de su blusita. Tenía 3 años. Lo sabe porque algo recuerda y porque se lo contó su abuela, que en ese momento estaba con ella y se quedó inmóvil. La abuela hoy vuelve a contarle la escena y le suma otras situaciones que le pasaron a ella cuando era joven, como aquel día en que un mozo que les llevó café a la oficina la agarró y de prepo la besó por todos lados, y de la compañera que era acosada por “el ingeniero”.

Y otra amiga: “Cuando tenía 13 o 14 años un vecino del edificio subió al ascensor. Yo volvía de la escuela con mi delantal blanco, tableado. Estábamos los dos y nadie más. Pero él era una persona que me resultaba conocida, yo vivía desde siempre ahí, y él, que tendría unos 24, 25 años, también. Era de una familia conocida en el barrio, dueños de una farmacia importante, y tenía un aspecto formal, usaba camisa y sweater escote en v, anteojos y pelo prolijo. En un momento me preguntó ‘¿qué pasaría si ahora paro el ascensor y apago la luz?’. ‘Grito’, contesté. Llegó al quinto piso y se bajó, yo seguí hasta el séptimo, me bajé y no se lo conté a nadie. Desde ese momento dejé de ir a comprar a la farmacia donde él atendía, y nunca más subí al ascensor”.

Y una más: “Yo viví de chica una situación de abuso, que en ese momento no lo podía poner en palabras… Con el tiempo me di cuenta que era un abuso pero nunca lo pude decir por miedo a que mi papá lo mate… esa era mi fantasía. Fue el marido de la señora que trabajaba en casa, era pintor y estaba trabajando en casa. No sé qué hubiese pasado si mi mamá no hubiese llegado, cuando él escuchó la puerta me dejó de tocar. Mamá no se dio cuenta. No recuerdo todo pero sí recuerdo exactamente cómo estaba vestida, por eso sé que tenía 8 o 9 años. En mi adolescencia él estuvo detenido porque una mujer lo acusó de abusar de su hija. El día que me enteré de eso, y escuchaba cómo su mujer lloraba y decía que era imposible tampoco lo pude contar. Me aterró pero tampoco lo conté. Se lo dije a mi mamá el día que mi papá murió porque él se apareció en el velatorio. Después de hablarlo mucho en terapia pude decirlo y le pude preguntar alguna vez a mi hermana si a ella le había hecho algo, me alivió que me dijera que no”.

La edad, el poder desigual, el trauma, la negación. Son tantos los motivos que impiden hablar. La condena social también. La culpa y la vergüenza siempre fueron para la mujer. Ya no.

Fuente del artículo: https://www.clarin.com/sociedad/todas-paso-mujeres-empiezan-poder-hablar-distintos-abusos-sufridos-anos_0_HKTSPCC1l.html

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Cartas desde el frente

 Por: Rodrigo García y Virginia Capilla. 

Existe otra forma de enseñar Historia, que no es nueva, sustentada en métodos y estrategias bien conocidas por los historiadores y que, sin embargo, no han formado parte del bagaje de la enseñanza obligatoria.

El pasado 11 de noviembre el mundo conmemoraba en París el centenario del fin de la Primera Guerra Mundialteniendo al Presidente de Francia, Emmanuel Macron, y a la Canciller alemana, Angela Merkel, como representantes de las dos potencias enemigas.

El acto se celebró al pie del Arco del Triunfo y ante más de 70 jefes de Estado y de Gobierno y contó con la presencia de estudiantes de institutos del Departamento de Sena-Saint Denis, en el nordeste de París. Leyeron fragmentos de cartas de soldados de diversas nacionalidades, enviadas desde el frente de la gran guerra.

Ésta fue precisamente una tarea que, con la pretensión de ‘Aprender de la Historia’, fue abordada por estudiantes de1º de Bachillerato del Instituto Público de Educación Secundaria (IES) ‘Las Lagunas’ en Mijas-Costa (Málaga). En el curso 2017-18, Virginia Capilla, profesora de Historia del Mundo Contemporáneo, en colaboración con Geles Fernández del IES ‘Ifach’ de Calpe, dirigieron la actividad ‘Escribir cartas o postales de guerra’ denominada, en esta experiencia intercentros, como Cartas desde el frente.

La tarea pretendía ejercitar la actitud empática al conectar emocionalmente con la devastación moral, física y social que supone cualquier enfrentamiento bélico y, a la vez, aplicar los conocimientos adquiridos a una situación ficticia con suficientes referencias reales. De esta manera se creaban las condiciones de aprendizaje necesarias para trabajar competencias relacionadas con la redacción de textos, en varios idiomas (español, francés e inglés), exposiciones orales y  estudio y análisis de documentos historiográficos.

Virginia, comenta… “los estudiantes se identificaron con algunos de los protagonistas de la Primera Guerra y se convirtieron, por unas horas, en un personaje histórico conocido o en alguien anónimo: un soldado, un retenido en un campo de concentración, la mujer de un soldado, un oficial… Imaginaron y redactaron una carta o una postal que enviaban a un amigo, un familiar, a su novia…”

«La empatía histórica, es decir, ‘ponerse en lugar de’, es otro recurso que podemos emplear en la clase de Historia, diferente del estudio directo de los contenidos. Puede ser una oportunidad para que esta disciplina cobre vida y significado en nuestro alumnado, y se creen unas condiciones óptimas para que el proceso de enseñanza-aprendizaje tenga éxito. El hecho de trabajar de esta manera genera una empatía por los sujetos del pasado…”. (Empatía en clase de Historia. Pizarro, F. y Cruz, P.)

Recordemos de la entrada anterior, que nos hallamos insertos en un proyecto intercentros de enseñanza y aprendizaje de la Historia (Aulas EDIA: REadictas a la Historia), favorecido por la disponibilidad de materiales del repositorio de Recursos Educativos Abiertos (REA) del Proyecto EDIA (Educativo, Digital, Innovador y Abierto), del Centro Nacional de Desarrollo Curricular en Sistemas no Propietarios (CeDeC). En concreto trabajábamos la unidad temática: ‘La guerra que cambió el mundo’. Una de cuyas tareas consistía en…

«ESCRIBIR CARTAS O POSTALES DE GUERRA»

 BDCI Nanterre. Le rassemblement autour (CC BY) Miguel Ángel Pereira Baz. Proyecto EDIA. REA para Geografía e Historia. CeDeC
BDCI Nanterre. Le rassemblement autour (CC BY)
Miguel Ángel Pereira Baz. Proyecto EDIA. REA para Geografía e Historia. CeDeC

Queremos meternos ahora en la piel de algunos de los protagonistas de la Primera Guerra Mundial. Nuestro objetivo será crear en clase un panel con cartas o postales escritas por personas que vivieron este conflicto.

► Cada uno de nosotros elegirá un personaje. Puede tratarse de un personaje histórico conocido o de alguien anónimo: un soldado, una enfermera, la mujer de un soldado, un médico, un niño… Tendremos que imaginar y redactar una carta o una postal que esa persona envió a un amigo, un familiar, el familiar de un compañero muerto…

► En nuestro cuaderno escribiremos el texto indicando quién escribe la carta o postal, a quién la dirige y en qué fecha y lugar la escribe. Después de que las cartas sean corregidas, haremos una copia de todas y las colgaremos en un lugar visible de la clase bajo un cartel con el título «Correspondencia de guerra».

► Si nos decidimos por escribir una postal podemos ir un paso más allá y diseñar el dibujo o imagen que la acompañe.

Esta rúbrica de evaluación nos servirá de referencia para analizar y revisar nuestras cartas o postales.

Nuestras postales o cartas pueden estar hechas de manera tradicional y/o en soporte digital. Podemos utilizar herramientas como Thinglink.

¿Qué descubriremos de los personajes con esta actividad? ¿Serían muy diferentes las cartas según los países de sus protagonistas? ¿Podemos imaginar cuáles serían las reacciones y sentimientos de los que recibieran las cartas?

 

Fruto de esta actividad de reflexión y producción individual y colectiva los estudiantes escribieron sus textos, indicando quién escribía la carta o postal, a quién la dirigía y en qué fecha y lugar. Después, las subieron a las redes sociales para que sus compañeros destinatarios de las cartas (estudiantes del IES ‘Ifach’) pudieran tener constancia de que estaban en camino…

Virginia… “En algunos casos, le han echado imaginación, y han introducido hasta un mechón de cabello, tratando de replicar el tipo de emociones vividas por sus personajes.”

Los compañeros y compañeras del IES ‘Ifach’ también redactaron sus cartas para enviarlas… “pero tardaban y tardaban en llegar, ya casi creíamos que se habían perdido ¡la que formamos cuando por fin llegaron!”

Este tipo de tareas intercentros y de colaboración contribuye, dentro del propio instituto, a crear un escenario de aprendizaje a favor de asentar un sentimiento de identidad con el centro educativo y configurar ‘Comunidades profesionales de aprendizaje que reflexionan e investigan juntos sobre la enseñanza y su mejora. Las propuestas curriculares trasversales poseen la potencialidad de promover la colaboración entre docentes y entre estudiantes.

En “Cartas desde el frente”, además de Virginia, participaron otros docentes; por ejemplo, del IES ‘Las Lagunas’Ana Belén y Manuel del Departamento de Lengua y Literatura, y Rocío y José Manuel del Departamento de Inglés, que trabajaron con los estudiantes el lenguaje epistolar y guiaron en la redacción de las cartas. Una experiencia interdepartamental que seguirán reforzando en próximos proyectos, nos comenta Virginia, que añade “… Miguel Calvo, profesor de inglés que, en esos momentos estudiaba alemán, participó, poniéndose en la piel del capitán del torpedero alemán que hundió el Lusitania, escribiendo el diario de a bordo”.

Esta tarea —según Virginia— le ha permitido sentirse acompañada al contar y colaborar, a través de telegram casi siempre, con compañeros y compañeras de su especialidad, llegándose a conformar un claustro virtual que confía en construir una nueva escuela, en la que el protagonista de la reflexión pedagógica sea el estudiante y su proceso de aprendizaje. Otro recurso, sin el cual es impensable innovar en la enseñanza.

“Quizás una de las perspectivas más interesantes de esta didáctica de la historia sea la que pretende inmiscuir a los estudiantes en los procesos de análisis y de investigación propios de la disciplina (…) Ante una pregunta, un interrogante o un enigma se procede a intentar conocer, qué es aquello que otros han dicho o han respondido, si sus respuestas no son lo suficientemente satisfactorias, si hay que recurrir a las fuentes primarias existentes sobre el tema, si con ayuda de las fuentes es posible plantear hipótesis que intenten explicar o resolver las cuestiones planteadas, si para validar o probar las hipótesis hay que buscar nuevas fuentes (…) Naturalmente, esto es lo que la escuela debe enseñar de la historia; además del relato del pasado, la escuela ha de mostrar el sistema de razonamiento y el método mediante el cual se construyen estos relatos.” (¿Por qué y para qué enseñar historia? Joaquim Prats y Juan Santacana)

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La tarea, al igual que el resto, se reflejaba en los diarios de aprendizaje de cada estudiante y en los colectivos, que además de servir para mostrar las producciones conseguidas (algunos de ellos en soporte virtual), se conformaban como herramientas de reflexión sobre el propio aprendizaje, respondiendo a preguntas comentadas colectivamente, relacionadas con… ¿Qué nuevas ideas o conceptos he aprendido? ¿Qué nuevas fuentes de información conozco? ¿Qué destacaría de lo que he aprendido hasta ahora? ¿Qué dudas o dificultades creo que debería consultar? ¿Qué ha sido lo más difícil a la hora de preparar y llevar a cabo la tarea? ¿Cuál ha sido mi aportación a la tarea que se nos había encargado? ¿Cómo ha funcionado mi equipo?

Cuando acababan de anotar sus respuestas, se reunían en pequeño grupo para revisar el funcionamiento del equipo.

Fuente de la reseña: https://elpais.com/elpais/2018/11/14/escuelas_en_red/1542226418_560622.html

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