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Venezuela: Montos de prestaciones sociales a jubilados del ministerio de educación no llegan a 400 dólares

El gremio docente, administrativo y obrero de Venezuela rechazó el monto en los pagos de prestaciones sociales con motivo de jubilaciones de parte del Ministerio del Poder Popular para la Educación (Mppe): por 30 años de servicio, el pago no llega a los 400 dólares.

 

El pago, que gremialistas consideran “irrisorio” por la actual crisis inflacionaria que atraviesa el país, se realizó a unas 8582 personas de la plantilla ministerial de educación.

 

La profesora Carmen Teresa Márquez, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), resaltó en el programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias, que este escenario “es alarmante” para el sector educacional, porque hay docentes categoría seis que deberían tener un cálculo “más justo” sobre sus años en servicio y nivel académico.

 

“Los docentes, administrativos y obreros afectados deben acercarse a las oficinas regionales de jubilaciones para exigir revisión de esos faltantes”, aseveró Márquez.

 

Ante esta situación, la FVM va a orientar a los docentes desde los sindicatos para que puedan saber exactamente cuáles son los montos justos de jubilaciones, según la profesora Márquez.

 

Gremialistas rechazan que el salario permanezca congelado desde el 2022

La llamada desvalorización de las actuales prestaciones sociales del gremio docente, administrativo y obrero de la educación en el país es parte del reclamo perenne y la petición tanto al Gobierno nacional como al Mppe, para dignificar los ingresos de este sector profesional.

 

Márquez afirmó que desde el año 2022 el salario no incide sobre prestaciones sociales en Venezuela “y esto sin duda es una consecuencia de lo que pagaron a los jubilados desde el Mppe”.

 

Márquez lamentó que los pagos por concepto de Bono de Guerra Económica y cestaticket no son parte del salario, l que ha llevado a que prácticamente esté desapareciendo al igual que el pago de las vacaciones, aguinaldo y prestaciones sociales.

 

Sobre el artículo 91 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, “el salario mínimo debe ser suficiente para cubrir las necesidades del trabajador”. La docente entrevistada lamentó que, en contraste, el sueldo mínimo equivale a menos de un dólar en el país, mientras el costo de la canasta básica y alimentaria supera los 500 dólares.

 

Montos de prestaciones sociales a jubilados del ministerio de educación no llegan a 400 dólares

 

 

 

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Argentina: El presidente del CONICET apoyó una propuesta para que no ingresen más investigadores de Ciencias sociales al organismo

Durante una reunión del Directorio en la que se decidía el ingreso a la Carrera de Investigador del 2023, Daniel Salamone apoyó la propuesta presentada por uno de sus alfiles, que finalmente no fue aceptada.

El presidente del CONICET apoyó una propuesta para que no ingresen más investigadores de Ciencias sociales al organismo

Durante una reunión del Directorio en la que se decidía el ingreso a la Carrera de Investigador del 2023, Daniel Salamone apoyó la propuesta presentada por uno de sus alfiles, que finalmente no fue aceptada.

Daniel SAlamone votó a favor de una propuesta para cerrarle el ingreso al organismo a investigadores de Ciencias Sociales.

El presidente del CONICET, Daniel Salamone, apoyó una propuesta de uno de los ocho miembros del directorio del máximo organismo de ciencia y tecnología que proponía cerrar el cupo de ingreso a investigadores del área de las Ciencias Sociales, en una reunión en la que debían definirse el resultado del Concurso de ingresos a la Carrera de Investigador Científico (CIC) del 2023, que había quedado postergada con la asunción de Javier Milei.

 

De acuerdo con el informe presentado por el Doctor en Física e investigador integrante del directorio, Jorge Aliaga, la situación se dio cuando el presidente del CONICET, Daniel Salamone, anunció que si bien estaba prevista la apertura de 845 cargos, por decisión del Poder Ejecutivo se abrirían apenas 400 cupos para ese llamado, es decir un ajuste de más del 50%.

Preocupación en la comunidad científica

Por la situación un grupo de investigadores compartió un documento de firmas manifestando la preocupación por lo acontecido durante la reunión del directorio del organismo de ciencia y tecnología: https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfGznN85Cs7avmio-fcF07ey8WX7ytZ85WDO5pOy1f0_4iVXg/viewform

“Los/las abajo firmantes, investigadores/as del CONICET manifestamos nuestra profunda preocupación por lo acontecido en la reunión del Directorio del CONICET, realizada el día 12 de agosto, que resolvió la convocatoria a ingresos a Carrera del Investigador correspondiente al llamado 2023”, sostienen en el documento y denuncian que “al recorte general de financiamiento que sufre la ciencia argentina se le suma la reducción del cupo establecido en 845 nuevos ingresantes que ahora serán solo 400. Siguen demoradas las altas de ingresos de la convocatoria 2022 y tampoco se han abierto concursos CIC 2024 y 2025”.

“Además, resulta inaceptable desde todo criterio científico internacional que algunos miembros del Directorio hayan propuesto no otorgar vacantes al área de Ciencias Sociales y Humanidades, con el afán de destruir el equilibrio disciplinar histórico del CONICET. Esta iniciativa, discriminatoria y carente de toda justificación, atenta contra la calidad de nuestra institución”, cierran.

📢 INGRESOS CIC 2023: Alerta y movilización frente al intento de profundizar el ajuste pic.twitter.com/GRzA88Rim5

— ATE CONICET Capital (@ateconicet) August 13, 2025

¿Cero ingresos para las ciencias sociales en el CONICET?

La situación desencadenó una confrontación al interior del directorio, que se dirimió con la presentación de dos propuestas para dirimir la distribución de esos cupos entre las grandes áreas de investigación del organismo. Una de esas propuestas (que finalmente perdió y no se implementó) proponía que de esos 400 cargos no hubiese ninguno para investigadores que se postulasen a integrar el “gran área de Ciencias Sociales” del organismo.

El directorio del CONICET: https://www.conicet.gov.ar/conicet-autoridades

Lo increíble es que la propuesta, elaborada por José María Bruniard, un ingeniero agrónomo que fue designado como miembro del Directorio del CONICET en representación de las organizaciones del agro, fue apoyada por el propio presidente del organismo, Daniel Salamone.

Escándalo en el organismo

La situación puso sobre la mesa cuál es el pensamiento del presidente del organismo, que debería mediar para tomar decisiones equilibradas sobre los ingresos a la Carrera de Investigador (CIC) y de Personal de Apoyo (CPA), pero, lejos de eso, quedaron expuestos sus prejucios con respecto a las discplinas de las ciencias sociales, que tanto pregonan desde los ámbitos más militantes del espacio libertario.

 

José María Bruniard, el autor de la propuesta anti Ciencias Sociales.

La orden del ajuste en los ingresos vino directamente desde el Poder Ejecutivo y así lo consignó Jorge Aliaga, físico e investigador y representante de Ciencias Exactas y Naturales en el directorio del organismo de ciencia, y la idea de no otorgar ingresos a los investigadores de las ciencias sociales la apoyó también Walter Sione, otro integrante del directorio (en representación de las provincias y la CABA), además de Salamone y Bruniard.

Convocatoria de ingresos a la Carrera del Investigador Científico y Tecnológico 2023

Pero la situación no terminó allí, porque la propuesta (que finalmente se votó en minoría dentro del directorio) desencadenó el enojo del representante del Gran Área de las Ciencias Sociales en el CONICET, Mario Pecheny, quien se levantó y se fue de la votación por considerar “inaceptable” la presentación de la propuesta de Bruniard.

Finalmente, la iniciativa que ganó fue la de Claudia Capurro, vicepresidenta de Asuntos Científicos del CONICET, quien propuso una distribución equitativa de esos 400 cupos.

Los gremios rechazaron la propuesta y el ajuste

A la par, los gremios se hicieron eco de la situación y salieron a repudiar la propuesta apoyada por Daniel Salamone y sus alfiles libertarios en el organismo científico y volvieron a reclamar por los 1400 aspirantes que no ingresaron al organismo debido al ajuste del gobierno nacional.

“Tradicionalmente se reparte 25% para cada una de las 4 grandes áreas. Los libertarios en el Directorio proponen que den cero al gran área de cs sociales”, denunciaron desde ATE, en diálogo con Periferia.

El concurso de ingreso a la carrera de investigador del CONICET tiene dos instancias. La primera es cuando dan los resultados, y la otra es cuando los que ganan el concurso son efectivizados e ingresan a la planta.

“Acá se definía la primera instancia del concurso 2023, mientras aún queda pendiente la efectivización del concurso 2022 y todos los de CPA“, le explicó a Periferia Gonzalo Sanz Cerbino, Doctor en Historia, investigador del CONICET y Secretario General Adjunto de ATE CONICET Capital, quien advirtió que “aún están pendientes las altas de concursos anteriores” y que en total suman unos 1.400 cargos para científicos y científicas (doctores y doctoras que se forman y trabajan de ello) que esperan ingresar al organismo.

Daniel Salamone aseguró que las ciencias sociales serán foco del ajuste en CONICET

El CONICET

El CONICET está conducido por un Directorio integrado por ocho miembros y un Presidente, designados por el Poder Ejecutivo Nacional.

El Presidente es definido por el PEN y los ocho miembros restantes del Directorio surgen de ternas propuestas al Poder Ejecutivo Nacional y constituidas de la siguiente manera:

Cuatro ternas electas por los investigadores activos en cada una de las grandes áreas del conocimiento: Ciencias Sociales y Humanidades, Ciencias Biológicas y de la Salud, Ciencias Exactas y Naturales, y Ciencias Agrarias, Ingeniería y de Materiales.

Una terna propuesta por el Consejo de Universidades establecido por la Ley Nº 24.521.

Una terna propuesta por las organizaciones representativas de la industria.

Una terna propuesta por las organizaciones representativas del agro.

Una terna propuesta por los máximos organismos responsables de la ciencia y la tecnología de los Gobiernos Provinciales y el Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires. Los miembros del Directorio duran cuatro años en sus funciones siendo renovados por mitades cada dos años y sus cargos son ad honorem.

El Directorio elige entre sus miembros dos Vicepresidentes, uno de Asuntos Científicos y otro de Asuntos Tecnológicos. Tanto el Presidente como los Vicepresidentes duran en sus funciones dos años, pudiendo ser reelegidos por otro período consecutivo una sola vez.

El presidente del CONICET apoyó una propuesta para que no ingresen más investigadores de Ciencias sociales al organismo

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UCHILE abre convocatoria al 3° Congreso de Estudiantes de Postgrado

El Congreso de Estudiantes de Postgrado se realizará los días 29 y 30 de octubre y busca ser un espacio de encuentro, colaboración y difusión de investigaciones realizadas por estudiantes de postgrado de la U. de Chile. La instancia, que este año lleva por nombre Fronteras del conocimiento y transformación digital, incluye ponencias orales, pósteres y presentaciones de tesis en un minuto.

 

El Departamento de Postgrado y Postítulo (DPP) convoca a inscribirse al 3° Congreso de Estudiantes de Postgrado de la Universidad de Chile. Evento que se realizará el 29 y 30 de octubre de este año y que será un espacio para que el estudiantado, de este nivel de formación, pueda presentar sus proyectos de investigación, debatir ideas y establecer redes de colaboración con otros/as estudiantes de los postgrados de la universidad.

 

En esta tercera versión, el congreso llevará por nombre “Fronteras del conocimiento y transformación digital: Encuentro entre ciencia, tecnología, artes y humanidades». Y como los años anteriores, tendrá tres modalidades para que las y los estudiantes presenten sus investigaciones: tesis en un minuto, ponencia oral y póster.

 

“El Congreso de Estudiantes de Postgrado de la Universidad de Chile representa un espacio único y enriquecedor donde convergen diversas disciplinas que conforman el postgrado y postítulo de nuestra institución. Este encuentro fomenta un diálogo abierto y constructivo, promoviendo el intercambio de ideas, experiencias y conocimientos que son fundamentales para el avance de las ciencias, las tecnologías, las humanidades y las artes. El congreso no solo funciona como un punto de encuentro, sino también como una plataforma para establecer nuevas colaboraciones, fortalecer redes de contacto y potenciar el crecimiento personal y profesional de los/as participantes”, comenta el director del Departamento de Postgrado y Postítulo, profesor Osvaldo Salazar.

 

Así mismo, el director extendió una cordial invitación a “todos y todas los y los estudiantes de Postgrado y Postítulo a participar activamente en esta importante instancia: una oportunidad para ampliar horizontes, potenciar sus ideas y formar parte de una comunidad académica vibrante y comprometida con la innovación y el conocimiento. La participación de cada estudiante en este evento aporta una perspectiva única y valiosa”.

 

La convocatoria e inscripciones ya están disponibles y puedes revisarlas aquí.

 

El DPP deja a todas y todos invitados a participar y vivir esta enriquecedora experiencia académica. Más informaciones y detalles de este evento multidisciplinario estarán siendo publicados en el Instagram @congresopostgradouchile y @postgradouchile. Si tienes dudas, puedes escribir a congresopostgrado@uchile.cl.

 

Revisa más información al respecto aquí

https://forestal.uchile.cl/dam/jcr:c4cd2d5f-598b-41a7-8de2-ac17fb66e4ff/convocatoria-congreso2025-completo.pdf

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Argetina: Resistencias invisibles: desafíos para una escuela más inclusiva

Resistencias invisibles: desafíos para una escuela más inclusiva

En los últimos años, diversos colectivos han comenzado a debatir y reclamar la incorporación de prácticas más inclusivas en los sistemas educativos con el fin de garantizar el derecho a la educación de todos los estudiantes, especialmente aquellos que presentan discapacidades, neurodiversidades/neurodivergencias, condiciones de salud o situaciones de vulnerabilidad psico-social que requieren apoyos específicos, ajustes razonables y medidas de accesibilidad (1). Sin embargo, a pesar de los avances normativos y pedagógicos, todavía persiste una resistencia significativa por parte de algunos docentes y directivos escolares hacia la figura del Acompañante Terapéutico (AT) o Profesional de Apoyo (PA), y a la implementación de dispositivos que aseguren la inclusión y la accesibilidad.

En muchas escuelas, hablar de inclusión escolar todavía genera incomodidad. En otras las palabras “Inclusión”, “Diversidad”, “Convivencia” o “Diseño Universal” aparecen repetidas hasta el hartazgo en currículas, planes de trabajo y hasta en el nombre de la institución, pero a la hora de llevar adelante acciones reproducen prácticas de exclusión, discriminación y estigmatización. Aquí podemos utilizar el concepto de Skliar de Exclusión a través de la Inclusión, en donde la aproximación a la inclusión es sólo momentánea, cayendo en el asistencialismo e “inclusionismo” que no garantiza el derecho a una educación en igualdad de oportunidades (2).

Uno de los puntos más conflictivos es la presencia del AT o el PA en el aula. Estos profesionales no pertenecen al plantel docente, pero su rol es clave para sujetos pedagógicos que necesitan apoyo emocional, cognitivo y/o conductual. A pesar de eso, su participación muchas veces es vista con desconfianza o rechazo por parte de algunos docentes, como si supusiera una amenaza a su trabajo o pusieran en evidencia su desconocimiento en el tema. Esto también se da a nivel institucional, cuando directivos o miembros del gabinete los excluyen de actividades porque su presencia en vista como una confesión de que no cuentan con los conocimientos o las herramientas para llevar adelante una educación inclusiva, diversa y que fomente la convivencia, en lugar de verlos como una oportunidad de trabajo en equipo para mejorar a la institución y garantizar derechos de los estudiantes.

Tensiones y competitividad: cuando el AT se convierte en un “otro incómodo”

Quienes trabajamos en inclusión y acompañamiento educativo somos profesionales capacitados para asistir a estudiantes con necesidades específicas dentro del ámbito escolar, con el fin de favorecer su inclusión, autonomía, bienestar y acceso al conocimiento. Nuestro trabajo no consiste en controlar o evaluar la labor pedagógica de un docente, interferir en la diada que forma con el estudiante o invadir el trabajo que es exclusivamente su responsabilidad.

Esta resistencia, muchas veces inconsciente e incongruente, puede tener que ver con diversos factores: 1) la falta de formación específica en inclusión; 2) los prejuicios sobre la discapacidad, neurodiversidad/neurodivergencias, determinadas condiciones de salud o vulnerabilidad psico-social; 3) el desconocimiento sobre el rol específico de los profesionales de apoyo o los prejuicios a determinadas profesiones; 4) las propias inseguridades del docente respecto a su trabajo, que ve al profesional de inclusión como una amenaza en lugar de aprovechar esa oportunidad para ampliar sus conocimientos a través del trabajo inter-multi o transdisciplinar; y 5) por una bajada de línea institucional de evitar intromisiones de agentes externos que no forman parte de la planta laboral.

La escuela, por tradición, ha sido un territorio muy cerrado a la intervención de otros, incluso cuando su participación es necesaria para garantizar derechos. Lejos de comprender al acompañante como un recurso valioso que favorece el desarrollo integral del estudiante y alivia parte de la carga docente, se lo percibe como un «observador externo» o una amenaza a la autonomía del educador: “se entromete en el aula”, “me corrige constantemente”, “me reclama ver las planificaciones todo el tiempo”, “no me deja trabajar tranquilo” o “quiere decidir sobre el estudiante” son frases que suelen escucharse.

Este tipo de competitividad suele estar alimentada por una escuela muy centrada en el rol protagónico del docente, que históricamente ocupó un lugar jerárquico y unívoco en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En ese marco, los profesionales de inclusión aparecen como figuras difusas, sin autoridad formal o que pretenden ejercerla, pero con gran influencia sobre el estudiante, lo que puede generar inseguridades o celos profesionales.

Frente a esta situación, Norma Filidoro llama a cuestionar la obediencia y devolverle a la escuela algo de lo profano que supo tener en otros tiempos (3).

Muchos docentes e instituciones también desconocen el trabajo no visible que realizan los profesionales de apoyo a la inclusión: contener una crisis emocional, acompañar en la regulación de la conducta, anticipar una situación de frustración, mediar con otros actores sociales y escolares, interpretar señales de angustia, ansiedad, estrés o malestar emocional, proponer estrategias de acceso al contenido, realizar informes, mantener reuniones con las familias y equipos profesionales, estudiar minuciosamente los trabajos escolares o los Boletines de calificación para poder planificar mejor su trabajo, y también -como somos seres humanos emocionales y sintientes- trabajar nuestro propio malestar que se puede ver agravado cuando el ambiente de trabajo no es saludable. Esto es curioso ya que los mismos docentes también tienen mucho trabajo invisible que se hace fuera de su horario laboral pautado, lo que debería hacer que pudieran comprender y empatizar mejor con los profesionales con los que comparten el aula.

Esta invisibilidad se extiende también a las familias, que muchas veces subestiman o desconfían de nuestro trabajo, considerándonos simplemente un acompañante, cuidador o incluso un vigilante sin formación específica. Acá hay que aclarar sobre la formación que tenemos quienes desempeñamos este trabajo. Además de las formaciones específicas en Acompañamiento Terapéutico y en Inclusión Educativa, también hay otras carreras que cursamos quienes trabajamos en esta área: Ciencias de la Educación, Psicología, Psicomotricidad, Psicopedagogía, Estimulación Temprana o Formación Docente, para citar solo algunas. Por lo tanto contamos con los conocimientos y las certificaciones necesarias para ejercer de manera responsable este trabajo.

Otra cuestión que lleva a esta situación es que no siempre se logra un trabajo articulado entre los equipos de salud que tratan al niño o niña, la Supervisión del profesional (en caso que exista), la familia (que son quienes conocen mejor al niño o a la niña) y la escuela, lo que refuerza el aislamiento profesional que termina afectando el trabajo de inclusión.

En este contexto, resulta fundamental generar espacios de intercambio, reconocimiento y escucha entre docentes y profesionales de apoyo a la inclusión educativa. La mirada colaborativa no surge de la noche a la mañana: se construye con tiempo, confianza y formación mutua. Cuando se logran acuerdos y respeto recíproco, el trabajo conjunto puede potenciar las trayectorias escolares de estudiantes que, de otro modo, quedarían desamparados dentro del sistema. Además se beneficia a los demás estudiantes del aula o a los que vendrán con las obras de accesibilidad y ajustes razonables que surjan del trabajo en equipo, así como a la institución que se volverá cada vez más inclusiva para recibir a la diversidad.

Los Ajustes Razonables no son un favor: SON UN DERECHO HUMANO

Otro punto de fricción es la necesidad de implementar ajustes razonables, que son adaptaciones pedagógicas y metodológicas que permiten que todos los estudiantes puedan acceder a los contenidos y evaluaciones en igualdad de condiciones. No se trata de privilegios ni de bajar los estándares académicos, sino de garantizar el derecho a aprender desde la diversidad. No obstante, en muchas aulas se observa una resistencia a implementar estos ajustes.

Algunos docentes argumentan que “no es justo” hacer diferencias entre estudiantes o que «si se les facilita a unos, se perjudica a los otros«. Esto no es cierto, ya que los ajustes que realicemos para un estudiante también pueden ser de utilidad para otros, mostrando que existen formas diversas de acceder al conocimiento y al aprendizaje. Otros se sienten sobrepasados por la demanda que implica atender la diversidad sin contar con suficientes recursos, formación o acompañamiento institucional. Al decir de Skliar, la Diversidad se confunde con la Alteridad, viendo al otro como un “desconocido” (4). Esto se puede solucionar aceptando al profesional de apoyo como alguien especializado en estos temas que puede trabajar junto con el docente y la institución en el reconocimiento de esta diversidad.

Como señala un informe de 2017 de la UNESCO: «la educación inclusiva no es una estrategia para ayudar a unos pocos estudiantes a integrarse en el sistema educativo existente, sino un proceso que implica transformar el sistema para que responda a la diversidad de todos los estudiantes» (5).

Lo mismo sostienen Corredor y Romero Cruz cuando nos recuerdan que un ambiente educativo debería ser un medio físico y teórico estructurado y diseñado específicamente para adaptarse a las necesidades y características diversas de los estudiantes (6).

¿Qué se puede hacer ante esta resistencia?

Como sostenemos, la resistencia puede deberse a inseguridad, desconocimiento, prejuicios, sobrecarga laboral o presión institucional. Por eso, las estrategias para superarla deben ser colectivas y cuidadosas, realizadas desde un Modelo Social y de un Paradigma de la Inclusión, la Diversidad y la Convivencia. Algunas claves que podemos sugerir son:

  • Formación docente en inclusión continua y sensibilización. No se puede incluir lo que no se comprende. Es fundamental que los docentes reciban capacitación en educación inclusiva, neurodiversidad y derechos de las personas con discapacidad. La comprensión del marco legal y ético puede ayudar a cambiar representaciones erróneas. En ese sentido, quienes trabajamos en el área tenemos que impulsar Proyectos Legislativos que apunten a la formación permanente, continua y de base científica en discapacidad, neurodiversidad o condiciones de salud para todo el personal que trabaja en instituciones educativas (no solo los docentes), a fin de que puedan contar con las herramientas necesarias para trabajar la inclusión.
  • Trabajo Inter o Multidisciplinario real. No alcanza con aceptar a los profesionales de apoyo en el aula como un “visitante o asesor externo” sino como un actor necesario para construir una trayectoria educativa inclusiva. Es necesario construir canales de diálogo y articulación con equipos externos, docentes, equipos de orientación, familias y acompañantes para favorecer una mirada integral, compartida y que intercambien conocimientos.
  • Acompañar el trabajo de los docentes y profesionales de la inclusión. Incluir no es hacer más, sino hacerlo distinto, en equipo y con la intencionalidad de derribar las barreras físicas, mentales y actitudinales que excluyen y marginan. Muchas veces, la resistencia no surge por falta de voluntad, sino por agotamiento, miedo o inseguridad profesional. Brindar espacios de escucha, contención y formación puede marcar la diferencia. Pero para eso, los docentes y acompañantes necesitan tiempo, apoyo, reconocimiento y saber que no están solos.
  • Cambio cultural e institucionalLas instituciones educativas deben revisar sus propias lógicas de normalidad, promoviendo una cultura que valore la inclusión, la diversidad y la convivencia como una oportunidad de aprendizaje para toda la comunidad. Esto implica revisar prácticas, discursos y normas que perpetúan modelos excluyentes y avanzar hacia una cultura que abrace la diversidad y la convivencia. La inclusión con la que se pensó la escuela -como sostiene Aizencang- hoy es injusta, por lo que es necesario realizar el “giro contextualista” que proponen Terigi y Baquero (7). Esto no se puede llevar a cabo si no se escucha la voz de los profesionales formados en el tema.
  • Defender los derechos laborales de los trabajadores de la educación y de la salud. No puede haber verdadera inclusión si quienes se desempeñan en el área tienen que trabajar en jornadas extenuantes, debiendo hacer turnos dobles o triples para poder pagar el alquiler, los impuestos, el transporte y la canasta alimentaria. Sin salarios u honorarios dignos que se actualicen de acuerdo a la inflación, sin horarios de trabajo flexibles, sin reconocimiento de las horas extras o de los días de estudio (ya que señalamos la importancia de la formación continua) y sin vacaciones pagas no se pueden llevar adelante las reformas necesarias para asegurar la inclusión. Los derechos de los estudiantes a una educación inclusiva, diversa y en igualdad de oportunidades requiere previamente del reconocimiento de los derechos de los trabajadores del sector.
  • Luchar por una sociedad más inclusiva. No alcanza con que el estudiante cuente con ajustes razonables, obras de accesibilidad o diseño universal de aprendizaje dentro de la institución si puertas afuera la sociedad le sigue poniendo barreras. Si no hay rampas de acceso para personas que se movilizan en silla de rueda, bastones o tienen dificultades en la movilidad, señalizaciones en braille o semáforos sonoros para personas con discapacidad visual, traductores en Lengua de Señas, subtitulados o aros magnéticos para personas con discapacidades auditivas, carteles con lenguaje de pictogramas para personas neurodivergentes o con desafíos del lenguaje, o acceso a tratamientos, medicamentos e insumos necesarios, la exclusión seguirá existiendo, y los profesionales de la educación y de apoyo a la inclusión tendrán que contener dentro del aula las consecuencias que generan estas prácticas en la salud mental y emocional del estudiante y de sus familias. Como nos recuerda un informe de la Vicepresidencia y el Ministerio de Educación de la República del Ecuador, la inclusión educativa requiere de una cultura y de políticas inclusivas (8).

El camino a seguir…

Los ajustes razonables y la accesibilidad universal no son un acto de generosidad o de caridad que las escuelas pueden realizar de manera opcional, sino una obligación para asegurar derechos de acuerdo a legislaciones internacionales que en Argentina tienen rango constitucional, tales como la Convención Internacional de los Derechos del Niño (1989) o la Convención Internacional para la Protección de los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006). En este sentido los profesionales de apoyo a la inclusión cumplimos un rol fundamental que debe ser reconocido y acompañado en lugar de ser visto como una competencia profesional con el docente o como una intromisión al “proyecto institucional” de la escuela.

La inclusión es una obligación ética, pedagógica y legal, así como una oportunidad de repensar la escuela como un espacio de construcción, donde el saber docente no se pierde al ser compartido, sino que se enriquece con otras miradas y saberes. Docentes, familias, equipo de salud y profesionales de apoyo a la inclusión tenemos diferentes conocimientos que deben ser escuchados, difundidos y transformados mediante el intercambio respetuoso y abierto.

Como recuerda el pedagogo Philippe Meirieu: “educar es luchar contra la exclusión, es negarse a aceptar que algunos están condenados al fracaso desde el inicio” (9). Fracaso -que en realidad es expulsión- por el que luego se culpabiliza a las infancias, cuando en realidad los adultos que debían asegurar sus derechos no fueron capaces de coordinar un trabajo en conjunto.

Derribar estas barreras mentales y actitudinales es un acto de ética profesional y un compromiso político en defensa de la inclusión, la diversidad y la convivencia en una sociedad democrática que asegure la igualdad de oportunidades.

Bibliografía:

  1. Sobre este tema se pueden consultar los siguientes trabajos: Valencia, Luciano Andrés; “¿Qué son la Accesibilidad, el Diseño Universal y los Ajustes Razonables?”, en: Retazos de la diverso. Escritos sobre salud mental y discapacidad, Villa Constitución, Editorial Laia, 2025; y Gotusso, Noelia V. y Valencia, Luciano Andrés; “Educación Inclusiva: de las Adecuaciones Curriculares a los Ajustes Razonables y el Diseño Unviesal”, en: El Despertador de Lavalle, https://despertadorlavalle.com.ar/2024/08/educacion-inclusiva-de-las-adecuaciones-curriculares-a-los-ajustes-razonables-y-el-diseno-universal/, 14 de agosto de 2024.
  2. Skliar, Carlos; ¿Y si el otro no estuviera ahí? Notas para una pedagogía (improbable) de la diferencia, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2002, pp. 65-66.
  3. Filidoro, Norma; “Notas para un diálogo posible acerca de la educación inclusiva”, en: Rusler, Verónica y otras (comps); Miradas hacia la educación inclusiva: II Jornadas de Educación y Psicopedagogía, Buenos Aires, Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras (EFFIL), Universidad de Buenos Aires, 2024.
  4. Skliar, Carlos; “Acerca de la alteridad, la normalidad, la anormalidad, la diferencia, la diversidad, la discapacidad y la pronunciación de lo educativo. Gestos mínimos para una pedagogía de las diferencias”, en: Almeida, María Eugenia y Angelino, María Alfonsina (comps); Debates y perspectivas en torno a la discapacidad en América Latina, Paraná, Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de Entre Ríos, 2012.
  5. UNESCOGuía para asegurar la inclusión y la equidad en la educación, 2017.
  6. Corredor, Olga Lucía León y Romero Cruz, Jaime Humberto; Ambientes de aprendizaje accesibles que fomentan la afectividad en contextos universitarios, Bogotá, Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Serie Temas N° 3, 2020.
  7. Aizencang, Noemí; “Sobre las prácticas psicopedagógicas en el Nivel Inicial: ¿prácticas inclusivas?”, Rusler, Verónica y otras (comps); Miradas hacia la educación inclusiva…, op. cit.
  8. Vicepresidencia y Ministerio de Educación de la República del EcuadorMódulo I: Educación Inclusiva y Especial, Quito, 2011.
  9. Meirieu, Philippe; La opción de educar, Barcelona, Octaedro, 2008.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/resistencias-invisibles-desafios-para-una-escuela-mas-inclusiva/

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El sistema de resolución de conflictos wayuu y la toma de decisiones: liderazgo educativo intercultural

Autores: Johnny Alberto Alarcón Puentes y Zaidy Fernández Soto

Universidad del Zulia – Venezuela & Universidad del Norte – Colombia.

RESUMEN

Este trabajo tiene como propósito reflexionar sobre el liderazgo educativo intercultural y abordar la resolución de conflictos en la escuela desde la perspectiva de la normativa wayuu como alternativa. Se aborda lo relativo a la resolución de los conflictos en la escuela desde modelos alternativos, específicamente, la normativa wayuu. Con el fin, de que este liderazgo docente fomente la valoración de la diferencia, respeto y diálogo de saberes como mecanismo para fomentar la identidad cultural. El trabajo se realizó en el departamento de la Guajira, Colombia, en nuestra estancia allí para el dictado de cursos, talleres y seminarios sobre educación intercultural a maestros de distintas zonas del departamento entre el 2017-2022. La investigación se formaliza desde el paradigma cualitativo, fundamentada en el método etnográfico. Los datos recopilados para hacer la reflexión pertinente en este trabajo, son producto de las actividades realizadas y de nuestras vivencias con los maestros wayuu. Como conclusión tenemos que los docentes wayuu deben contribuir con la preservación de las normas de resolución de conflictos wayuu en el contexto educativo, entendiendo que una convivencia sana implica también tener que recurrir a normas incluyentes. Con esto se propiciará un liderazgo desde la matriz cultural étnica.

Palabras Clave: Identidad cultural, Interculturalidad, Liderazgo educativo, Resolución de conflitos Wayuu

El+sistema+de+resolución+de+conflictos+wayuu+y+la+toma+de+decisiones+Liderazgo+educativo+intercultural+(2)

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Venezuela – Profesora Yanett Cazorla: Más del 60% de instituciones educativas en Venezuela están en deterioro

Profesora Yanett Cazorla: Más del 60% de instituciones educativas en Venezuela están en deterioro

Radio Fe Y Alegría

15-08-25.-El deterioro progresivo de las instituciones escolares públicas en Venezuela denota la necesidad de destinar presupuesto y acondicionamiento con urgencia, según la profesora Yanett Cazorla, miembro directivo de la Federación de Sindicatos y Colegio de Licenciados en Educación de Venezuela.

En entrevista para el programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias, la entrevistada destacó que esto motivaría a los estudiantes a un mejor desempeño e incluso el de los docentes.

Cazorla mencionó que las vacaciones aun están iniciando y “los retoques que se están haciendo son poco significativos para el deterioro de las instituciones”.

Resaltó que gran parte de las instituciones presentan problemas importantes en sus plantas físicas y servicios básicos deficientes, como agua y electricidad. “Más del 60 de las instituciones tienen estos problemas de infraestructura”.

Los montos presupuestarios para arreglar estas áreas para el nuevo periodo escolar 2025-26 no son conocidos por el gremio docente. Cazorla dijo que las alcaldías son las encargadas de manejarlo.

“Por normas de ley y carácter supremo, las instancias gubernamentales deben brindar estas condiciones generales para que los estudiantes tengan las condiciones para recibir su educación”, dijo Cazorla.

La profesora citó el artículo 103 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que habla de dirigir los recursos “para la educación y tomar montos reales que garanticen las condiciones en las que deben formarse los niños y jóvenes”.

Preocupación por la situación de los docentes
La profesora Yanett Cazorla, magister en Gerencia Educativa y dirigente sindical de este gremio en Venezuela, lamentó la situación en la que se mantienen actualmente los docentes, pues al deterioro en la infraestructura escolar se suman salarios insuficientes frente a la realidad inflacionaria que se vive.

Mencionó la nobleza de muchos maestros y profesores del país que siguen empeñados en permanecer en las aulas, incluso bajo autogestión de algunas áreas propias de la dinámica académica en la que falta presupuesto.

Para ella, debe existir un cambio a corto, mediano y largo plazo, ya que sin motivaciones salariales el gremio está expuesto a continuar con escasez de generación de relevo para las enseñanzas de los niños niñas y jóvenes.

Fuente de la Información: https://www.aporrea.org/educacion/n408441.html

 

 

 

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Entrevista: ¿Hacia dónde va el movimiento estudiantil?. Argentina

Por: Huela del Sur

Entrevista a tres organizaciones universitarias

Desde la Reforma en 1918, los estudiantes han sido un factor de cambio y transformación de la Universidad en nuestro país. Al calor de los distintos ciclos políticos, el movimiento estudiantil protagonizó momentos de alzas de lucha e impugnación sistémica, que tiene como hito el Cordobazo en 1969.

Hoy las Universidades atraviesan una crisis que es resultado de un cambio estructural de la sociedad neoliberal y el capitalismo flexible de plataformas, pero en una coyuntura particular de ataque directo a la educación pública superior implementado por el gobierno nacional de Javier Milei y La Libertad Avanza.

Para conocer qué análisis tiene de esta situación el movimiento estudiantil argentino, desde Huella del Sur entrevistamos a tres organizaciones que componen un marco amplio de la vida universitaria: La Mella, que se inscribe dentro del campo nacional y popular cercano al peronismo; la Juventud del PTS, dentro de la izquierda trotskista; y estudiantes de Agite!, de la Facultad de Arquitectura de la UNLP, agrupados en el sector de la izquierda independiente.

En tan solo cuatro preguntas comunes buscamos dar cuenta de una mirada de largo plazo que aborde aspectos sociales, políticos e institucionales. Las respuestas, de conjunto, brindan una radiografía en la que se identifican caracterizaciones y posicionamientos en muchos aspectos diferenciados, pero que representan el estado actual de uno de los factores de cambio más relevantes de la Universidad.

HdS: ¿Para qué se forman hoy lxs estudiantes en las universidades argentinas? ¿Qué rol juega actualmente la Universidad en el modelo de país vigente*?

La Mella: Es uno de los debates que desde el movimiento estudiantil nos venimos dando algunas organizaciones, pero no está para nada saldado. De hecho, no es un debate reciente sino que tiene un trasfondo profundo de hace muchos años, desde el momento en que se pensaron las Universidades y a través de los distintos momentos de modificaciones de planes de estudio, todo el proceso de la LES en los 90. Es un discusión vigente si la Universidad tiene que formar profesionales para el mercado, desde una mirada individualista, y la perspectiva ‒y uno de los ideales por los que nosotros militamos‒ que es la construcción de un proyecto político universitario que esté vinculado con las demandas y las problemáticas que tiene el país y que piense las profesiones también vinculadas a cuál es el aporte en términos productivos que se le puede dar para un proyecto político nacional y popular en nuestro país.

Hoy en día podemos preguntarnos si las carreras están orientadas en ese sentido. Creo que hay algunas universidades (sobre todo en el proceso de creación de nuevas Universidades durante el gobierno de Cristina Kirchner) que retoman la importancia de la Universidad vinculada al territorio. Las Universidades de ese proceso de creación en el 2010, sobre todo en el conurbano bonaerense, tienen un arraigo mucho más profundo en las problemáticas del territorio, del municipio en el que se encuentran, de los estudiantes que forman parte y de los docentes que trabajan allí, muchas de esas carreras tienen materias obligatorias que trabajan la relación entre la historia argentina y los procesos productivos y políticos de nuestro país. Me parece que eso apunta a que uno como estudiante tenga como parte de su formación la conciencia social que implica que uno tiene un privilegio por acceder a la educación superior y que en función de ese privilegio es importante que después todo lo que aprendimos podamos ponerlo al servicio de las necesidades y las demandas de nuestro pueblo. Ahora, hay otras Universidades que lejos están de eso y si nos ponemos a ver los planes de estudio o las políticas que se llevan adelante, creo que falta mucho. Y más en esta etapa en la cual cada vez crece más el estudiante que busca una carrera que no le ocupe tanto tiempo o que no tarde tantos años en recibirse, pensando más en el desarrollo profesional individual, muy atravesado por una época en la que cada vez tenemos que trabajar más y lo que se busca es conseguir algo fácil que me garantice plata. Sobre todo en esta época, esa es una de las demandas por las que tenemos que seguir luchado, de romper con el individualismo desde las carreras y desde la formación, y volver a abonar a la producción de conocimiento colectivo y a pensar esta conciencia social de la importancia del aporte de nuestras carreras a la producción de un modelo de país que sea sustentable, que sea justo e inclusivo para todos.

Agite! Arquitectura: Las Universidades Nacionales y Públicas están hace décadas atravesadas directamente por los intereses privados y los mercados, forman profesionales acriticxs, sin responsabilidad política y bajo lógicas que expulsan a los sectores de bajos recursos.

El modelo de país actual pregona el achicamiento estatal y el desfinanciamiento de los sectores públicos. En este contexto, las universidades están bajo constante ataque, con desfinanciamiento presupuestario, bajísimos salarios docentes y un reducido plan de becas para lxs estudiantes.

Creemos que las universidades deben estar ligadas al modelo de país que queremos construir: soberano, justo, sin oprimidos ni opresores. Por eso, su rol dentro de este marco es el de luchar y defender, pero al mismo tiempo transformarse para reencontrar el sentido real de la Educación Pública.

Juventud PTS: Muchos estudiantes llegamos a la universidad haciendo grandes esfuerzos con el sueño de recibirnos, siendo muchos primera generación de universitarios en sus familias. En general uno entra con mucha ilusión, pensando en qué va a poder aportar con lo que estudia. Obvio también la esperanza de que tener un título te asegure un buen laburo. El problema es que es muy difícil, porque los jóvenes tenemos trabajos en negro, sobra mucho mes al final del sueldo, casi no hay becas, entonces es complicado recibirte. Y además recibirte en medio de la crisis económica tampoco te asegura conseguir trabajo de lo que estudiaste. Hace años que el mercado de trabajo en Argentina no busca gente calificada, sino que crece la precarización. Entonces hay una contradicción, que si se recibe mucha gente tampoco les sirve, porque es mano de obra que el sistema, como está planteado, no puede absorber.

Esto también pasa porque el rol que juega la universidad en el modelo de país que tenemos está, por un lado, al servicio de las empresas; por ejemplo del agro o la mega minería, cosas que benefician a un sector muy chico de la población. Por eso el gobierno de Milei también insistía tanto con la privatización y los vouchers, que sería una universidad totalmente al servicio del mercado, donde se estudiaría “lo que sirve”, que significa lo que le da ganancias a los ricos. Ahí la educación como derecho no existe.

Y por otro lado, un sector de la universidad apuesta a un desarrollo productivo muy ligado al Estado. El tema que tiene esto es que está muy limitado, porque con la deuda externa y el Fondo Monetario Internacional la política económica de nuestro país no se define acá, se define en Washington. Y la educación, pero también la salud, etc, son blanco de ajuste.

Nuestra perspectiva es que la universidad tendría que estar al servicio de dar respuestas a los grandes problemas sociales, al servicio de las mayorías populares, de terminar con la desigualdad. Por las peleas que se han dado en defensa de la educación tenemos universidades de primera calidad, todos esos conocimientos habría que ponerlos en función de esto.

HdS: ¿Qué impactos tuvo la cultura neoliberal en el devenir del movimiento estudiantil en la Argentina?

Agite! Arquitectura: La cultura neoliberal impacta desde distintos aspectos al movimiento estudiantil. Por un lado, la constante crisis económica que afecta en dos escalas: hace que lxs estudiantes tengamos que trabajar y dejar parcial o totalmente la carrera para subsistir, lo que acota la participación en otros espacios no-académicos; y también nos obliga a vivir bajo la idea de que “todo el tiempo necesitamos hacer plata”, cada actividad, cada minuto de nuestras vidas los tenemos que invertir y nos tienen que rendir monetariamente.

Por otro lado, la cultura neoliberal se relaciona directamente con el individualismo y este desapego hacia lxs otrxs. No nos interesa pensarnos en colectivo, ni esforzarnos en construir espacios porque “primero estoy yo”, “primero está mi problema”. Así no nos damos cuenta que la salida siempre es colectiva.

Por último, creo que hace varios años las lógicas de la política partidaria y vertical han roto la idea de la palabra “política” como verbo, es decir, la política como herramienta de transformación de la realidad y con eso la idea de sujetx políticx que conforma cada unx de nosotrxs.

Juventud PTS: El neoliberalismo pegó fuerte en todos los aspectos de la vida y la universidad no fue la excepción. En general se destaca mucho que fue un avance de las ideas del individualismo, de la meritocracia, en ese sentido también de la pregunta por lo cultural, que es real. Pero quizás se dice menos que fue un ataque contra los derechos de los trabajadores y las mayorías para beneficiar al capital financiero internacional, un retroceso en la estructura del país. En eso se apoya ese avance más cultural, por la pérdida de la noción de lo público con las privatizaciones, el individualismo con una lógica de la ganancia compitiendo con el de al lado porque todo era muy difícil, la exclusión porque un sector importante de la población no estaba contemplada en el modelo, para los de arriba estaba “de sobra”. Y efectivamente fue una derrota, entonces ahí también se cuestiona si sirve o no la organización colectiva. Encima, esa derrota fue de la mano del PJ y con el aval de las conducciones peronistas de los sindicatos, entonces peor.

Y en la universidad, en ese marco no solo se instaló una cosa de que vas a la facultad nada más a recibirte y salvarte solo, que es la idea que ahora agarran los libertarios, sino que hubo ataques. La universidad sigue siendo pública porque la defendieron, pero se desfinanció y se puso más al servicio del mercado. Surgieron instituciones para ligar más las carreras a las empresas, los títulos se desvalorizaron. Y también se cortó con los espacios de debate y habitar las facultades, que no sean solo lugares de paso sino que los estudiantes junto a los trabajadores nos los apropiamos. Justamente para debilitar la resistencia. Hubo ejemplos importantes de algo distinto como las luchas del 95 contra la privatización o de apoyo a conflictos obreros. Pero incluso los centros de estudiantes, ya sean dirigidos por la Franja Morada o el peronismo, se volvieron más de “servicios”. Es decir, que el centro estaba para gestionar el buffet, la fotocopiadora, una especie de ayuda al sector que sí llegaba a la universidad. Ahí se adaptaron al neoliberalismo, no lo cuestionaron. Incluso muchos de los ataques de esa época después no se revirtieron.

Igual quedó una tradición importante que más que de los 90’ viene de los 70’, que fue la generación del activismo, de la solidaridad, de la unidad obrero estudiantil. Eso trataron de borrarlo pero no pudieron, y es un poco lo que tratamos de retomar hoy en día. Sobre estos temas venimos reflexionando en distintos artículos publicados en nuestra revista digital “Armas de la Crítica” que sale mensualmente por La Izquierda Diario.

La Mella: Hay algo de la cultura neoliberal, no solo en el movimiento estudiantil, sino en el sujeto que decide estudiar en la Universidad que es muy notorio, sobre todo en los últimos años hay un cambio en el perfil de los estudiantes. Por supuesto había estudiantes que podían dedicarse a estudiar, formarse, y dedicarle las horas de su semana a la carrera, siempre hubo estudiantes que trabajan. Pero lo que viene pasando en el último tiempo es que el estudiante que elige una carrera universitaria, por un lado es un estudiante que tiene más de un trabajo (y que todos los trabajos que tiene son trabajos mal pagos), es un estudiante que está completamente atravesado por muchos de los efectos de la cultura neoliberal que no son simplemente en términos económicos sino esta idea de que uno vale por producir más, entonces estás pensando todo el tiempo en que tenés que hacer más cosas, todo el tiempo estás pensando en dedicarle más tiempo a estar produciendo, a estar trabajando, y menos tiempo al deseo, menos tiempo al disfrute, menos tiempo a la elección propia de otras cosas que no pasen meramente por lo mercantil; y todos los efectos que tiene la situación económica por las medidas neoliberales que se vienen profundizando y recrudeciendo en nuestro país en términos de la salud mental, que eso es algo que vemos constantemente, que afecta a la juventud en general y donde no hay una respuesta clara sobre qué hacer. De la pandemia en adelante, la situación de la salud mental de las pibas y de los pibes realmente es un tema que hay que abordar con urgencia y no hay respuestas claras sobre qué hacer (de hecho, la respuesta es desfinanciar la salud pública) y me parece que es un eje que no se puede dejar de lado porque habitar las universidades hoy en día también está atravesado por sujetos políticos y sociales que hoy en día su situación actual es esa, la de tener más de dos trabajos para poder sobrevivir, la de no saber si vas a llegar a pagar el alquiler a fin de mes y la de estar atravesando situaciones ligadas a la salud mental por la incertidumbre y la ansiedad que te genera toda esta situación. Creo que el movimiento estudiantil tiene un rol muy importante vinculado a ser un eje central de la lucha en contra de estas medidas del gobierno de Javier Milei y también en la defensa de la educación pública como pilar fundamental de la sociedad. En el 2024, con todo el desfinanciamiento al presupuesto universitario, al salario docente y no docente, a las becas de estudiantes, el movimiento estudiantil tuvo un rol central porque el gobierno nos eligió como principal enemigo, a nosotros y a todo lo que representa la universidad pública en sí misma, a los trabajadores de la universidad y al estudiante que elige una carrera que no entra dentro de los parámetros de lo que para ellos es estratégico -entonces hay un ataque sistemático a las ciencias sociales, a las ciencias humanas, como si no hubiera un aporte desde esas carreras a pensar un modelo de país-. Entonces nos eligieron como su enemigo y el movimiento estudiantil le viene dando batalla en las calles, en las aulas y pensando también política para sostener a los pibes, porque los centros de estudiantes y el movimiento estudiantil en su conjunto lo que hacen es sostener que los pibes sigan estudiando. Eso impacta de alguna manera en que los debates que se viene dando el movimiento estudiantil tenga que ver con una parte ciertamente más gremial, porque es responder a la demanda de los pibes para que sigan estudiando, pero con un sustento ideológico y político por detrás de eso sumamente profundo.

HdS: ¿Qué balances hacen de los procesos de lucha del movimiento estudiantil en los últimos años y su vínculo con los conflictos y resistencias socio-políticas?

Agite! Arquitectura: El mayor proceso a balancear de los últimos años (o década) es el de la institucionalización del movimiento estudiantil y de las propias organizaciones estudiantiles dentro de esa lógica, donde la mayoría ha perdido el signo político.

La burocratización de ese movimiento ha borrado su carácter disruptivo y jóven, pero sobre todo ya no se construye de manera horizontal. En este sentido el movimiento ya no convoca más allá de una marcha o una acción puntual, lxs estudiantes “de base” no participan en las tomas de decisiones por lo que se genera una desapropiación que se refleja en la merma del mismo.

Juventud PTS: La idea de que la juventud se había vuelto de derecha sufrió un revés importante con la lucha educativa del año pasado, en la que cientos de miles de jóvenes se sintieron interpelados por la necesidad de proteger y defender a la educación pública ante el miedo de que los anuncios del gobierno sean reales y peligre la continuidad de las universidades. Esto se hizo tan masivo y extendido que incluso tocó fibras sensibles de su propia base electoral, con la que se chocó.

Para muchos, las tomas fueron su primera experiencia política, se autoorganizaron y socializaron de otra manera con sus compañeros. Incluso muchos destacan que cambió el clima social en las universidades recuperando formas de socialización que se vieron trastocadas con la pandemia. En sus distintas etapas el conflicto “movió las aguas”, y comenzó una experiencia política que involucró tanto a sectores de vanguardia como de masas, lo cual dejó una experiencia acumulada y la incorporación de un know how de la lucha.

Las enormes marchas educativas del año pasado demostraron, contra el mito sostenido por sectores del peronismo de que “la relación de fuerzas no da”, que cuando hay convocatorias serias, preparadas y con motivos movilizantes, la gente se mueve, masivamente, con creatividad y capacidad de cambiar el ánimo social. Por eso también estuvo planteado que esa enorme fuerza social impulsase la movilización contra el conjunto del ajuste, activando y dando fuerza a otros sectores, cuestión a la que se negaron las burocracias sindicales y estudiantiles. Esto se debe a la política del radicalismo y sectores del peronismo que acompañaron de forma más o menos efusiva según el caso, al gobierno en la Ley Bases. Aunque hubo otros que se opusieron discursivamente, pero aportaron su granito de arena desmovilizando y desorganizando al movimiento estudiantil.

En términos más generales, el proceso de masificación universitaria en América Latina durante las últimas décadas, vuelve más urgente y posible la actualización del análisis del movimiento estudiantil, para pelear la perspectiva de la unidad obrera-estudiantil, que cada vez se muestra más natural por los múltiples lazos que unen a ambos sectores. Aprovechar esa potencialidad exige una intervención consciente, que inscriba las luchas educativas en la pelea más general por una universidad al servicio de ese horizonte uniendo nuestras peleas a las del resto de los sectores de trabajadores que resisten a los planes de ajuste.

En ese sentido, desde la juventud del PTS y nuestra red de agrupaciones En Clave Roja estamos impulsando en estos momentos grandes campañas de apoyo y solidaridad con los trabajadores en lucha del Hospital Garrahan, como también con trabajadores de empresas privadas que despiden y persiguen a sus laburantes, como son los casos de Georgalos y Secco.

HdS: ¿Cómo evalúan la relación de lxs estudiantes con los claustros de docentes y graduadxs, y su participación en los gobiernos de facultades y universidades?

La Mella: Creo que el movimiento estudiantil y el claustro estudiantil es el actor más dinámico de las universidades. Los avances y las políticas transformadoras que se fueron dando en los últimos años en las Universidades nacionales tienen que ver y surgen primero de una caracterización y de una demanda por parte de los estudiantes de todo lo vinculado a condiciones de cursada e infraestructura, hasta pensar, por ejemplo, políticas vinculadas a programas de abordaje a la salud mental de los estudiantes, de vinculación con guardias de salud mental o de hospitales. Todo esto surge primero de una demanda y una caracterización de estudiantes y podríamos dar muchos más ejemplos que muestran que el movimiento estudiantil es el actor más transformador y más dinámico en las Universidades nacionales, y que además lo viene haciendo desde hace muchísimos años y creo que ese legado también es el que nos pone en una responsabilidad de todo el tiempo estar pensando en cómo defender lo ya conquistado, pero también en cómo patear la pelota para adelante y pensar y rever incluso las cosas que hay que transformar y también las cosas que hay que ampliar. Y es en este sentido que la articulación con los docentes y los graduados es muy importante, lo fue el año pasado para lograr la Marcha Federal Universitaria, la marcha más grande de los últimos años, quizás comparable con lo que fue la que se hizo contra la LES en el año 95. Y en parte pudimos construir eso por una relación muy fluida entre todos los sectores que formamos parte de la Universidad pública, y logramos transmitirle eso a una sociedad que considera que las Universidades nacionales son de las mejores cosas que tiene nuestro país. Y también creo que eso tiene que verse reflejado en los gobiernos de las facultades y de las Universidades, por esto mismo de la capacidad transformadora que tiene el claustro estudiantil.

Me parece que este debate acerca de cuál es el rol del movimiento estudiantil en las gestiones de las Universidades creo que abre una puerta muy interesante que tiene que ver con poner en valor todo el aporte que realiza el claustro estudiantil para el sostenimiento y para las mejoras de las Universidades, para ser también el principal actor que muchas veces impulsa a dar ciertos debates. En el último tiempo viene pasando muchísimo. Por ejemplo el debate sobre el sistema de créditos, algo que está pasando por el costado en las Universidades, estamos siendo los estudiantes los que estamos poniendo sobre la mesa este debate, los que estamos hablando con los docentes, con los graduados, con los trabajadores no docentes, para construir y fomentar un debate más real sobre lo que está pasando por nuestras carreras. Así que bienvenida sea esa articulación y bienvenido sea pensar cada vez en mayor profundidad el aporte que el claustro estudiantil puede hacer en el modelo universitario que queremos construir.

Agite! Arquitectura: Desde nuestra posición, en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo es necesario separar el espacio de cogobierno de los autoconvocados.

Los primeros, no son representativos en relación al padrón estudiantil y no sirven como canalizadores de propuestas o reclamos, más bien son una puesta en escena de las gestiones que se alinean políticamente con la fuerza estudiantil que conduce en centro de estudiantes (la Franja Morada).

Los segundos, materializados en asambleas y movilizaciones, son los espacios que construimos y re-construimos constantemente desde abajo y de los cuales participamos distintas organizaciones estudiantiles (en nuestro caso estudiantil-graduadxs) y delegados docentes, y participan docentes y estudiantes no agrupadxs con los cuales se han coordinado distintas acciones y jornadas para visibilizar el conflicto universitario.

Juventud PTS: Partimos de la defensa de la universidad, pero cuestionamos que en esta sociedad necesariamente tiene un carácter de clase, que nos proponemos transformar. Y esto implica la necesidad de luchar por el gobierno universitario y el funcionamiento del conjunto de la universidad. Hoy las decisiones las toma la verdadera casta universitaria de rectores y decanos radicales y peronistas, que han pactado con los distintos gobiernos, que son parte del desfinanciamiento, que firman convenios con empresas privadas, que han traicionado nuestra lucha reiteradas veces estos años, y que son elegidos de formas completamente feudales, donde el mayor peso en la elección lo tienen solo los docentes titulares que son una ínfima minoría. Un primer paso para transformar la universidad es terminar con esto, peleando por la elección directa de las autoridades bajo el criterio de mayoría estudiantil, que hoy está subrepresentada, y el claustro único docente, para que sean parte los ayudantes, y también los docentes ad honorem, que se cuentan por miles. A su vez, peleamos para que las y los trabajadores no docentes también tengan representación en estos espacios con voz y voto. Esta democratización permitiría a su vez que seamos los estudiantes, docentes y no docentes quienes definamos a dónde se destinan los recursos con los que cuenta la universidad, cuestionar la orientación social de la educación, los planes de estudio de nuestras carreras, y al servicio de qué intereses están.

Por último, no queremos dejar de denunciar que el ahogo presupuestario a las universidades se siente con fuerza en la precarización de las condiciones laborales y salariales tanto de docentes y no docentes en las universidades a nivel nacional, que siguen luchando por la recomposición salarial.

Por eso, más que nunca necesitamos que se construya una nueva marcha federal educativa que unifique todos estos reclamos y se proponga enfrentar todo el plan de ajuste del gobierno de Milei y el FMI, porque con la salud, la educación y la ciencia no se negocia.

*Este artículo forma parte del Dossier: “La Universidad Pública en la encrucijada. Mercantilización, resistencias y alternativas”

 

¿Hacia dónde va el movimiento estudiantil?

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