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La deserción universitaria bordea el 40%

Por: Redacción Diario el Telégrafo Ecuador

La interrupción de los estudios universitarios, antes de llegar a su finalización, es un fenómeno generalizado. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) indica que el abandono de ese nivel de formación llega a 40%. Frente a esa realidad, académicos nacionales y extranjeros se reúnen  durante 3 días, en la Escuela Politécnica Nacional (EPN), para abordar las razones por las cuales los estudiantes no culminan su carrera. Lo harán dentro del marco de la Sexta Conferencia Latinoamericana sobre el Abandono en la Educación Superior. (VI Clabes). Ayer, durante la inauguración del encuentro, el catedrático Ulises Orestes advirtió que la deserción repercute negativamente en el avance económico y social de los países, especialmente, en los que se encuentran en vías de desarrollo. Uno de ellos es Ecuador. Tarquino Sánchez, rector subrogante de la EPN, indicó que en el país una de las principales razones que causan la renuncia es la falta de decisión de los jóvenes secundarios a la hora de escoger su carrera universitaria. “De un total de 9.800 jóvenes secundarios encuestados, el 40% dijo que no sabía qué estudiar en la universidad”. Esto -añadió- provoca que los estudiantes opten por una carrera incorrecta, repitan materias y dejen su formación de tercer nivel. Los índices son altos Según la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), en 2014 se inscribieron 400.000 estudiantes en las universidades y escuelas politécnicas públicas y privadas de  Ecuador. De esa cifra, el 26% abandonó sus estudios. En 2015, en la EPN, la tasa de deserción fue el 50%, indicó el rector encargado. El mismo año se inscribieron 5.200 estudiantes en el curso de nivelación de la Politécnica. De esa cantidad, el 33% aprobó, el 58% reprobó y el 10% se retiró. “Una cifra preocupante. Pues detrás de la deserción hay jóvenes   frustrados”.    Para enfrentar este fenómeno y aportar en su disminución se formó el proyecto ‘Gestión universitaria integral del abandono (Proyecto guía)’ en el que participan universidades de 16 países (12 latinoamericanos y 4 europeos). Entre los temas que se tratarán hasta este viernes están factores asociados al abandono (tipos y perfiles de abandono), articulación de la educación superior con las Enseñanzas Medias (secundaria), prácticas de integración universitaria para la reducción del abandono (Las tutorías y mentorías) y políticas nacionales y gestión institucional para la reducción del abandono. Jóvenes consultados atribuyen la deserción a problemas económicos, falta de tiempo o insatisfacción con la carrera. En la cita estudiantes de colegio, de nivelación y universitarios tratarán sobre los inconvenientes que hay en el momento de iniciar una carrera. Al final del encuentro se elaborará un documento guía. (I)

Fuente: www.eltelegrafo.com.ec

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Consejo del IESALC UNESCO inicia preparativos de la Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) en 2018 con motivo de los 100 años del grito de Córdoba

América latina/ www.aporrea.org / 16 de Noviembre de 2016

El Consejo Directivo del Instituto de Educación Superior para América Latina y el Caribe (IESALC) de la UNESCO, es el máximo órgano de dirección del Instituto. En esta oportunidad, sesionó bajo la Presidencia del Dr. Luis Bonilla-Molina, los días 14 y 15 de Noviembre de 2016 contando con la presencia de los consejeros delegados de Panamá, Argentina, Jamaica, Guatemala, San Vicente y las Granadinas, Brasil y Cuba. El tema central de esta reunión del Consejo fue la aprobación de la ruta de trabajo para la realización de la III Conferencia Regional de Educación Superior (CRES) el 12, 13 y 14 de Junio de 2018, iniciativa aprobada por la Unesco París. En esta oportunidad la CRES se realizará en Córdoba, Argentina en el marco de la celebración de los 100 años del Manifiesto Liminar que revolucionó la universidad mundial. La Universidad de Córdoba será la anfitriona de aproximadamente 3.500 delegados que participarán en mesas de trabajo, debates y deliberaciones locales, nacionales y regionales que se iniciarán en Enero de 2017 y culminarán en la misma Conferencia de Junio/18. A tal fin se establecieron comisiones internacionales de trabajo y se comunicará oficialmente a cada uno de los países miembros la ruta de la CRES 2018.

Asimismo, el Consejo Directivo del IESALC UNESCO aprobó el Rediseño Estratégico del Instituto el cual cuenta con el visto bueno de la sede central de la UNESCO en París. Por otra parte, se analizó el desarrollo, desafíos y tareas asociadas a la actualización del Convenio Regional (1974) de la UNESCO para el reconocimiento de Estudios, Diplomas y Grados de educación Superior en ALC.

Un punto especial de la agenda lo constituyó la revisión de los tres Observatorios Regionales del IESALC; el OBIRET especializado en Internacionalización de la educación Superior con sede central en México, el ORSALC orientado al seguimiento de la responsabilidad social en Educación Universitaria en ALC cuya sede está ubicada en Colombia y, finalmente el OIREPOD especializado en las reformas educativas y las políticas docentes en América Latina y el Caribe (ALC) cuyo núcleo central está ubicado en Caracas bajo la conducción del Prof. Bonilla-Molina.

Finalmente se revisó de manera exhaustiva la situación financiera-presupuestaria del Instituto y se analizó el programa presupuesto para el bienio 2017-2018. La conclusión del Consejo Directivo del IESALC UNESCO es que el instituto esta mucho más fortalecido y con la capacidad para liderar la más importante cita universitaria en lo que va del siglo XXI, la CRES de los 100 años del grito de Córdoba.

Fuente: http://www.aporrea.org/educacion/n300260.html

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Inclusión y educación Superior

Por: MARÍA THERESA VON FURSTENBERG

Señor Director:

El ambiente que genera la Teletón nos permite volver la mirada a la inclusión y a la rehabilitación, y nos hace reconocer su insuperable labor. Pero, en cuanto a la educación, aún hay tareas pendientes.

El II Estudio Nacional de Discapacidad (2015) muestra que en Chile hay un 20% de personas en situación de discapacidad. De ellos sólo el 9.1% acredita estudios superiores.

Asimismo, desde el año 2010 nos regimos por la Ley 20.422 que establece que “las instituciones de educación superior deberán contar con mecanismos que faciliten el acceso de las PcD, así como adaptar los materiales de estudio y medios de enseñanza para que puedan cursar las diferentes carreras”, a pesar de ello, Chile no pasó el examen en la Convención de Ginebra sobre los derechos de las PcD (ONU 2016).

Entre las muchas observaciones, se recomienda al Estado de Chile “la implementación de un plan para transicionar hacia la educación inclusiva, a todo nivel, hasta el superior….”

Algunas universidades, ya lo hacen, incorporando alumnos con discapacidad en sus aulas regulares, entregándoles los apoyos de accesibilidad al entorno y al conocimiento que requieren.

Entre ellas la Universidad Andrés Bello ha reconocido a la diversidad como un elemento constitutivo de la comunidad universitaria. Fue pionera hace 10 años en la implementación del Programa Diploma en Habilidades Laborales, orientado a la formación socio-laboral de jóvenes con discapacidad cognitiva. A la fecha 233 jóvenes han egresado y otros 135 lo están cursando, formándose en un ambiente inclusivo como es un Campus universitario.

Con una malla curricular diseñada para su ritmo y estilos de aprendizaje, los jóvenes logran desarrollar las habilidades laborales deseadas, potenciando en paralelo su autoestima, autonomía y habilidades sociales.
El año 2015 nace también en la UNAB la Unidad de Educación Inclusiva cuyo objetivo es otorgar condiciones de equidad en el acceso, permanencia, progreso y egreso de los estudiantes en situación de discapacidad que cursen carreras regulares de pregrado.

En inclusión e igualdad de oportunidades falta mucho por hacer, pero siento que como comunidad universitaria estamos respondiendo a nuestra misión.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/11/13/inclusion-y-educacion-superior/

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Educación para la ciudadanía

Por: Daniel Buzón

A decir verdad, apenas lo conocían. El tío Hernando, todavía con el zahón, los llevó a la alberca donde se abrevaban dos mulos: las manos venosas y calludas sobre el lomo eran más elocuentes que el gaznate fibroso y ríspido de los cuadrúpedos. Cruzaron el valle tras la cañada del riacho, que vadearon mojándose el calzado, y se acercaron al establo de las vacas pasiegas, a las que los tábanos martirizaban. Bosta entre pajas, más fresca que reseca, apestaba y dificultaba el pasaje. El tío Hernando pegó un manguerazo hercúleo contra el suelo y arrinconó la mezcolanza de inmundicia hacia una pared, cerca de un desagüe y un capazo.

Los dos muchachos caminaban junto a su tío con desigual porte. Uno, seguro de su ascendiente y méritos, hombreaba con gallardía, serenamente ávido de emulación respetuosa. El otro, conformado con su posición de segundón, de ningún modo intentaba ya presentar una figura resuelta, sino que evitaba ser al menos un lastre a causa de su ligera adiposidad. Sancho echaba de vez en cuando un vistazo ensoñador al horizonte punteado de olivares, mientras su primo Alfonso mantenía una presuntuosa conversación con aquel centauro fajado, quien a las duras penas contestaba directamente sin añadir algo incomprensible, que pasaba enseguida a explicar de modo también esquivo, por sobrentendidos. Si bien Alfonso departía ralamente y con dificultad con el tío de ambos, no desaprovechaba cualquier ocasión para animar a su primo a no quedarse atrás pensando en las musarañas. Sancho no respondía porque había amortiguado ya en el propio su carácter dominante.

Sancho fue ridiculizado por algunos de aquellos sujetos hasta el desahucio de su amor propio.

Tras el establo se desplazaron hasta la ribera del pantano, tupida de lentiscos, hojarasca, y jalonada de varios chopos. El tío Hernando se abrió camino, expeditivo, hasta una roca que a su modo flotaba sobre el agua y que le servía de espigón para pescar a menudo, en los hondos recodos de su jubilación sempiterna.

—Mañana nos traemos las cañas si queréis y echamos aquí el día.

—Si a este lo dejan los papás —añadió Alfonso a traición.

Tuvo Sancho la lejana debilidad, por un momento, de comparar a los padres de ambos, hermanos más jóvenes del tío Hernando, que habían medrado en la capital y que poco parecido guardaban con él. Su padre no era menos, pero su persona le infundía en el bazo el reconcomio de una deuda, sobre todo estos días de vacaciones en el pueblo junto a la familia, que pensó que serían distraídos, la deuda de haberle privado de una instrucción más funcional y tangible, menos afectuosa, que le desembarazara de la caries de cierto trato social. Nada, sin embargo, que su inteligencia no juzgara ya vano y previsible: en el instituto, un grupo dispar de muchachos de tercero y cuarto de la ESO amedrentaban y humillaban periódicamente a otros alumnos de segundo y tercero, entre los que se contaba Sancho. El singular placer que encontraban en privarle del recreo y en perseguirle por las calles aledañas al instituto (detalle este último inconfesado) lo había arrojado a la mudez y a la desmotivación, que alarmaron al tutor. El psicopedagogo, que dirigía el programa Tenunamigo, perfectamente encuadrado en el proyecto de centro, había hecho votar, entre los acosadores y las víctimas, un comité integrado por dos alumnos que organizaban bajo su supervisión charlas de reconciliación. La tranquilidad había vuelto, por tanto, al jefe de estudios, en cuyas clases de valores éticos, durante una exposición para las unidades de solidaridad y emprendeduría digital, Sancho fue ridiculizado por algunos de aquellos sujetos hasta el desahucio de su amor propio. Todo el entusiasmo que, en vaga relación con la materia y por inducción de su padre, había puesto por su cuenta en la lectura de algunos textos legales de carácter fundamental, fue pisoteado como una larva.

El tío miró de soslayo, suavemente, al más soturno de sus sobrinos, y se los llevó a los dos de vuelta al establo, en cuya parte trasera les mostró la porqueriza donde comía la piara hocicando tumultuosa en el pilón. Alfonso estaba encantado de ver la obscena voracidad de los cerdos, porque a él se le presentaba como un paradigma de torcida incivilidad, si bien no había sido educado en la violencia. Indeciblemente cariñoso con su hermana, podía concebir un mezquino afán de competencia acaso inculcado por (o contra) su padre, que sólo sabía desahogar, sin darse cuenta, mediante felones puyazos. Sancho en cambio dejaba flotar su ánimo desceñido sobre la franca corpulencia alborotada y rosácea de los animales, permitiendo que un relajo de súbita inocencia le invadiera.

Durante la comida, Sancho echó de menos a sus padres, que aún iban a tardar dos días en volver. Cuando la tía Marga, esposa de Hernando, quiso cocinarle otro segundo plato porque notó que el estofado de ternera no le apetecía, aprovechó Alfonso para zaherirle, ya por deporte, pero con tal sutileza que la madre de éste no se dio cuenta o no juzgó necesario amonestarle, mientras el padre miraba por la ventana con aire suficiente y desentendido. La prima jugaba en el sofá con la gata.

Más tarde, hacia el crepúsculo, el tío Hernando acompañó a los dos muchachos y al padre de Alfonso al cerro desolado, desde donde se avistaba, bajo torturados celajes, una hondonada formidable, frondosa de soto, que atravesaba el río brumoso frente a la hierática sierra enmantada de robles y pinos. Recordó a su hermano cómo, cuando él y el padre de Sancho apenas habían nacido, debía traer a pacer por esos andurriales, con diez años, las ovejas del abuelo. Si merodeaba algún lobo se quedaba lejos, pero cierta vez brotó del amanecer uno de entrecejo muy prieto, carnoso, con grandes ojos de vidrio amarillo. El hombre se entretuvo en los aderezos dramáticos de la anécdota, puede que para vanagloriarse. También para impresionar a los críos con cierta opaca aspiración. Si bien la manada no se acercaba al cortijo, lo cierto es que aquel ejemplar jugueteó con el perro pastor como lobo ojeador que hostiga al jabalí a la espera de que lleguen sus compañeros para perpetrar la carnicería. Al niño que era lo había hendido el terror, al rayar del alba, del inminente torbellino de predadores. Aunque no lo pareciera, en el cortijo era difícil que se oyeran voces de auxilio dadas desde aquella cima. Señaló entonces un otero de módica altura a la izquierda, donde descollaban una encina y una escuálida borda derruida que él reedificara después, junto a la cual habían asomado de pronto dos siluetas lobunas. Cuando Alfonso se protegía con una sonrisa incrédula y Sancho miraba de hito en hito a su tío, los lobos, súbitamente, desaparecieron de escena en el relato y el niño recogió el rebaño a la majada en relativa calma.

Alfonso suspendió sobre Sancho una sonrisa lánguida mientras envolvía en una frase inane el cintarazo de una alusión a su peso.

Las cuatro figuras descendieron también por la ladera suave, vestida de forraje, hasta el caserío, a tramos encalado de blanco y a trechos de obra vista, empenachado por una torre no muy airosa. El padre de Alfonso se golpeó en la espinilla contra el poyo de la entrada y profirió algún reniego que disparó la risa de su hijo. Por la noche, Sancho apenas pegó ojo: acechó desde la cama a las tinieblas, que dormían plácidas sobre la dehesa, la colina, el viento, los olivos. Se sentó en la salita del televisor cuando alboreaba. Durante el desayuno, el tío Hernando trajo tres cañas de pescar bajo un semblante dadivoso. El padre de Alfonso se entusiasmó con la idea, de la que no sabía nada. Tras calzarse todos unas botas quizá prescindibles y pertrecharse con cestos y fiambreras, alcanzaron la ribera, embalsamada en una luz radiante y tierna. Les acompañaba un lebrel todavía muy joven. Sancho se vio desplazado educadamente a la derecha del tío Hernando, que le cedió un buen rebaje de la roca. Se montaron ninfas y se pescaron dos nutrias y alguna trucha. Se convirtió en un espectáculo algo bochornoso el monopolio que Alfonso hacía de la sacadera, por lo que Sancho, poco interesado en competir, se llevó un resbalón en el bajío y caló en el agua media pierna, al mismo tiempo que se magullaba una mejilla con la tierra. Más que el tirón físico fue otra vez una bofetada la fresca altanería con que su primo, menos corpulento, infligía estos agravios.

Mientras se comían los bocadillos, si alguna avispa acudía, el tío Hernando la dejaba corretear tranquilamente por sus manos, hasta que, harto, mató dos de dos palmadas que acababan en una fricción rotunda. Tras el café en tetera, el padre de Alfonso tuvo que irse y se volvió al cortijo con algunos aperos, dejando de súbito a los dos muchachos en una suerte de tierra incierta, en la cual Sancho parecía abocado a una lóbrega expectativa de alevosías insospechadas de parte de su primo, puesto que el otro tío se alejó unos cuantos metros a lo largo de una poza adyacente. Alfonso suspendió sobre Sancho una sonrisa lánguida mientras envolvía en una frase inane el cintarazo de una alusión a su peso. Aun más, incitó al galgo, que por allí merodeaba, a morderle, no del todo en broma, recreándose en infundirle miedo. Las hojas de los álamos temblones chirriaron un movimiento convulso, un pájaro irreconocible cruzó el río como la sombra de una pedrada. Era el anverso del temor más que el temor mismo lo que en el fondo inquietaba a Sancho, como una parodia verde de cualquier intimidación que pudiera sufrir. Y eso le estaba empezando a hormiguear en la tráquea. No obstante, el horror a los aguijonazos seguía vivo en virtud de una estructura a la que se sentía encadenado y de la que su primo conocía todos los resortes.

Rompió una rama de tomillo y el aroma le alentó. El tío Hernando volvió zigzagueando por la orilla. Mientras el perro se le arrimaba a una pierna, Alfonso le pidió que los llevara a los dos de nuevo a la cima del monte, donde viera a los lobos. Aunque empezaba a atardecer, el tío finalmente transigió y Sancho no quiso negarse, acaso por vergüenza. Desde aquel apartadero del río, ascendieron por una senda flanqueada por monte bajo que tras varios escalones de piedra los llevaba a una especie de risco. Desde ahí pudieron avistar la choza. Eran todavía las cuatro de la tarde, el sol se desparramaba con majestad. Las chicharras, agarradas a la corteza de algunas encinas y robles, cantaban rabiosamente. El galgo se lanzó a la carrera por la otra falda de la montaña hasta perderse entre los arbustos que limitaban el campo. Los tres caminaron en dirección al cerrillo mientras Alfonso pedía más detalles sobre la experiencia de marras. El tío callaba, como si la historia hubiera sido una linda filfa o como si ahora ya no pudiera confundirse con el paisaje, es decir, como si la mirada sobre ella ya no fuera civilizada, ni siquiera natural, sino animada.

El tío Hernando se sentó en un rodillo de era, en desuso, mientras echaba la vista a los matorrales por donde correteaba el can. Al cabo de un rato, suspiró mientras apoyaba las manos sobre los muslos, en ademán de levantarse, y advirtió a los muchachos de que debía bajar junto a la casa a segar una de las últimas hazas de cebada, puesto que era la mejor hora. Alfonso insistió en quedarse un poco más, porque, al parecer, no podía dejar de rodear la barraca con un palo en la mano. El tío accedió, no sin reservas, siempre que bajaran ellos solos al cabo de un cuarto de hora. De todas maneras, se llevaba al galgo para que no se les extraviara. Sobre Sancho osciló el vislumbre de un dilema, entre acompañar sin más ambages a su tío, puesto que no le encontraba sentido a permanecer, o probar la comezón que le bullía en el pecho. Esto último le extrañaba, porque la sensación parecía arraigada en sus distantes fobias, esas que crecían a pesar de su personalidad circunspecta y cada vez más resistente. ¿Es que le gustaba que le humillaran, como había llegado a barruntar alguna vez?

Colocó una mano sobre el pecho de Alfonso, que tendido en el poyo pateaba con furia y braceaba queriendo golpearle la cara.

El perro acudió al silbo ronco y la faja salvó de un salto renco la pared de un bancal. Se perdieron ambos por otra trocha que pasaba tras de varias pitas hasta alcanzar más por lo derecho las cercanías del cortijo. Alfonso rodeó otra vez la choza y pareció vagamente sorprendido de la candidez de su primo, que volvía a darle campo ancho para alguna perrería. Sólo que ahora, en lo alto de la loma, acaso el mayor aliciente de sus envites, la presencia de otras personas que evidenciaran su superioridad sobre Sancho se había desvanecido. No había, pues, más estímulo que jugar con su pusilanimidad. Acercarse con el palo o recordarle los lobos podía servir. De todos modos, esa necesidad de asistentes le hizo sentir la importancia de una urdimbre social. Ahora estaban en los lindes. No podía entender muy bien el sentido de ese matiz pero en cualquier caso aún fue capaz de clavar una mirada de guasa sobre el otro.

Sancho respiraba tranquilo, perfectamente desahogado. Percibía que ahora no sólo no tenía el menor valor el afán de burla de Alfonso, pero es que se esfumaban de un soplo cuantos abusos hubiera experimentado. No habían sido nunca físicos, ni siquiera reales, sino meras convenciones en un medio artificial. Al resquebrajarse esa especie de velo, Sancho se vio caer en la misma cerrazón previa al alba en que se subieron al otero aquellos dos lobos. Devolvió entonces la mirada a su primo. Éste se detuvo desorientado. Estaba a unos cinco metros, con la vara. Durante unos segundos se comunicaron en silencio. Alfonso comprendió qué había entrevisto hacía poco. El semblante de Sancho se ensombreció, con decisión, como algo necesario. Su primo abrió los ojos con cierto espanto y corrió unos metros hacia atrás. Sancho se alzó rápidamente para alcanzarle. Ninguna palabra medió, persiguió uno y huyó el otro calladamente. La fragilidad súbita de esa escapada tropezó con una raíz y, quizá sin sentido, confió encontrar refugio en la choza, cuando el agro se extendía, acaso salvador. O quizá no. Sancho trepó el cerrillo pisando los talones a su primo y al entrar en la caseta vio caer a Alfonso, del todo indefenso, sobre un poyo desigual colocado junto a la pared derecha. Había dentro un trillo roto y una hoz, vieja, al parecer embotada y oxidada. Sólo una luz tenue, decadente e indecisa se colaba por la puerta y una abertura en el techo. Alfonso empezó, de pronto, a gritar bien fuerte, de puro terror. Sancho pensó un instante en el galgo. Le pareció oírlo llegar a todo correr, apostarse a la puerta y ladrar alborotado en su contra. De todos modos, colocó una mano sobre el pecho de Alfonso, que tendido en el poyo pateaba con furia y braceaba queriendo golpearle la cara, amarrándosele a la camiseta, arañándole los brazos. Agarró la hoz, que no tenía mango, y la soltó dos veces con un tiro macizo sobre su primo, quien chilló más allá de toda esperanza. El tercer golpe fue certero, sobre la sien, donde se clavó unos centímetros la punta algo roma de la curva cuchilla. La sangre salió apenas vigorosa, con un simple borbotón y cuatro regueros que les mancharon a ambos en la cara y en el tronco. A Sancho también en las manos. La última percusión le había tumbado sobre Alfonso, porque éste también, al final, le tiraba del brazo con que le sujetaba.

El cuerpo agonizante de su primo cayó definitivamente al suelo. Todavía no se había girado pero estaba convencido de que el lebrel le esperaba a la puerta, desafiante, aunque sin proferir un ladrido. Esto le devolvía ladera abajo y la antigua red de temores se anudaba de nuevo. Por fin se rodeó, pero no había absolutamente nada. Sólo se divisaba a lo lejos la vieja senda que conducía al soto de la ribera. Algunas ramas de la encina pendían intemporales sobre esa vista serena.

Fuente: http://letralia.com/letras/2016/11/12/educacion-para-la-ciudadania/

imagen: http://1.bp.blogspot.com/

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La educación es clave para construir un futuro más sostenible: UNESCO

México / www.cinu.mx.com / 16 de Novimbr de 2016

En su participación en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP22) que se lleva a cabo en Marrakech, Marruecos, la Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, afirmó que la educación es fundamental para construir un futuro más sostenible.

«El arraigo de la sostenibilidad comienza en los pupitres del colegio», dijo Bokova en el panel de alto nivel que tuvo lugar como parte de la jornada consagrada a la educación en el marco de la COP 22.

«Existe la convicción cada vez mayor de que la educación no es un ‘añadido’ sino una parte integrante de toda estrategia orientada a combatir el cambio climático y que es la clave para un futuro más respetuoso del medio ambiente», sostuvo.

«Por primera vez, disponemos de una meta consensuada por la comunidad internacional que menciona específicamente a la Educación para el Desarrollo Sostenible, en el ODS 4.7. Esta meta no sólo se centra en la tarea de escolarizar a todos los niños, sino también en el contenido del aprendizaje, las destrezas, las competencias para la ciudadanía mundial y el desarrollo sostenible», agregó.

La Directora General de la UNESCO hizo hincapié en que los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático deben considerarse como un programa único para la humanidad y el planeta, y que la educación es el nexo que los vincula.

«No lograremos aplicar el Acuerdo de París sobre el clima si no sensibilizamos, si no cambiamos las conductas y las mentalidades, si no movilizamos a los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado, si no mejoramos la situación de los docentes. Todo esto empieza con la educación. La economía ‘verde’ no funcionará si no hay una sociedad y unos ciudadanos conscientes de lo que nos jugamos en el cambio climático», expuso Bokova.

La Princesa Lalla Hasnaa de Marruecos yPresidenta de la Fundación Mohammed VI para la protección del medio ambiente, señaló que «es nuestro deber colaborar con la UNESCO y la CMNUCC para desarrollar y mejorar la educación relativa al medio ambiente, en especial, por lo tocante al clima».

A su vez, Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), declaró que ya era hora de poner en marcha el «monumental» Acuerdo de París, lo que exige «educación y personal capacitado y empoderado».

Espinoza y Bokova presentaron conjuntamente un nuevo documento de orientación para los encargados de formular políticas, elaborado por la UNESCO y la CMNUCC, titulado «Actividades de empoderamiento relativas al cambio climático: Directrices para lograr soluciones más rápidas mediante la educación, la formación y la sensibilización».

Las directrices proponen un plan nítido de 10 medidas para empoderar a los interesados a fin de que encuentren y apliquen soluciones para el cambio climático, mediante un enfoque estratégico de amplio espectro y basado en resultados.

«Estas directrices reflejan la esencia de nuestra función normativa común, consistente en ofrecer orientación a los Estados Miembros», dijo Irina Bokova.

«Todos y cada uno de los países deben redoblar sus esfuerzos, desde los pequeños y vulnerables Estados insulares en desarrollo hasta las naciones industrializadas más adelantadas», añadió.

La UNESCO presentó también una nueva edición de su Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo (GEM), titulado «El planeta: Educación para la sostenibilidad ambiental y el crecimiento ecológico», en el que se examina de qué manera la educación capacita a los individuos para afrontar mejor los riesgos vinculados al cambio climático y reducir su vulnerabilidad a sus peligros.

Al respecto, Manos Antoninis, Analista Principal de Políticas del GEM, comentó que en este número del informe se hace hincapié en la necesidad de que las escuelas y los docentes hagan algo más que una simple transferencia de conocimientos.

«Necesitamos que nuestros colegios y programas de aprendizaje a lo largo de toda la vida se centren en perspectivas económicas, medioambientales y sociales que contribuyan a formar ciudadanos empoderados, críticos y competentes», dijo.

Fuente: http://www.cinu.mx/noticias/la/la-educacion-es-clave-para-con/

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Venezuela: Pacientes diabéticos claman por educación sobre su condición

Venezuela / www.panorama.com / 16 de Noviembre de 2016.

El conocimiento sobre la Diabetes lo es todo. Un diabético consciente de su condición es un ser humano que puede vivir saludablemente; por eso urge en Venezuela una educación profunda sobre el tema que conlleve al paciente a una inmersión o entrenamiento profundo sobre su padecimiento.

Así lo consideró Cesar Márquez, afectado por la  Diabetes tipo 1, quien participó en un conversatorio con otros pacientes diabéticos ante la presencia de las doctoras Sara Brito, miembro de la  Federación Nacional de Asociaciones y Unidades de Diabetes (Fenadiabetes) e Ingrid Yépez, vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Endocrinología.

Márquez, y otros afectados por la enfermedad como Alicia Flores Vega, María Monsalve, Nerio Altuve, Gonzalo Durán, Ester Castillo y Mercedes De Andrade, coincidieron en decir que en el país se necesita más educación e información sobre la prevención, diagnóstico y tratamiento temprano de la diabetes.

Los diabéticos tipo 1 requieren de insulina pues su páncreas presenta un déficit absoluto o casi total en la secreción de dicha hormona.

“Las consultas suelen ser muy cortas para aclarar las dudas. Necesitamos centros de educación diabetológica, donde el paciente profundice y expanda sus conocimientos sobre la Diabetes”, señaló Márquez.            Explicó que los diabéticos venezolanos requieren bien sea de campamentos, internados o talleres formales para que aprendan cómo convivir con la Diabetes.

“Necesitamos cursos intensivos sobre pie diabético, corazón, riñones, autocontrol, nutrición para prepararte y arrancar tu vida con la Diabetes; eso falta acá pues las charlas son muy espaciadas”, agregó.

Esta aseveración la comparte Altuve, quien explicó que las personas a veces tienen muchas dudas sobre las dosis de insulina, alimentación y otros tópicos. “Los médicos deben colocarse en el lugar de uno. Que un médico me diga  parcamente que no puedo hacer esto o que no puedo comer aquello es fuerte para mí y  mi calidad de vida”,  indicó Márquez.

Todas estas inquietudes fueron escuchadas y respondidas por las doctoras Brito y Yépez. “Este conversatorio y otras actividades por el Día Internacional de la Diabetes, el cual se conmemora el 14 de noviembre, sirven para sensibilizar a las personas sobre la enfermedad y más en este momento difícil que vive el país. Todos debemos entender que la Diabetes es para toda la vida y tenemos que saber vivir con ella”, subrayó Brito.

Evitar las complicaciones

Desafortunadamente, cuando la Diabetes no es debidamente controlada puede ocasionar complicaciones en muchas áreas del organismo. La doctora Brito recalcó que lo “devastador de la Diabetes son sus complicaciones, por ejemplo, a nivel visual, está demostrado que la Diabetes es la primera causa de ceguera en el mundo. También a nivel renal, esta enfermedad es la primera causa de insuficiencia renal en el planeta; un diabético es un cardiópata y debe cuidar mucho su corazón”.

También la Diabetes es la principal causa de amputación de miembros inferiores, y por eso es crucial que un paciente se chequee los pies cada cierto tiempo. “La aparición de pie diabético puede llevar a la amputación”, alertaron las doctoras Brito y Yépez. En este sentido, las especialistas sugirieron que se requiere en Venezuela personal capacitado que trabaje en educación diabetológica y podología.

Fuente: http://www.panorama.com.ve/bellezaysalud/Pacientes-diabeticos-claman-por-educacion-sobre-su-condicion-20161115-0074.html

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Perú: Mejoras en Salud y Educación

Perú / www.larepublica.pe / 16 e Noviembre de 2016

Liliana Cabani, Decana del CR de Lima del CMP.

  • El estado actual de la salud en el Perú no es el mejor; casos de epidemias como el dengue siguen apareciendo y otros males que ya teníamos controlados han rebrotado, quizás por descuido o un poco de soberbia, por lo que se requiere retomar acciones preventivas. Sin embargo, la salud no solo es curar enfermedades, sino también prevenir y educar, y la educación empieza por casa. Hay que enseñar a los niños en el lavado de manos e instruir a los profesores para que eduquen a nuestros niños. Necesitamos trabajar en equipo, no solo los médicos sino todos los peruanos para que la salud de los peruanos mejore. Cuando pensemos en la salud deberíamos comenzar por las redes de agua potable que permitan a los niños a lavarse las manos y así se evitaría bacterias y parásitos, además se debe contar con energía eléctrica para que la gente pueda leer y adquirir conocimientos.

Gobierno debe dar ejemplo

Yonhy Lescano, congresista de la República.

  • Sectores ampliamente desfavorecidos en nuestro país como la educación y la salud deben ir de la mano para que nuestro país pueda avanzar. Nos caracterizamos por ser un pueblo que no toma las medidas necesarias para cuidar su salud en distintos aspectos como el cáncer. Carecemos de conciencia preventiva y esto responde a la falta de compromiso de ambos sectores en trabajar de manera articulada, conjunta, de implementación de planes complementarios. Si bien cada cartera tiene objetivos individuales el Gobierno debe entender que existen aspectos en la vida de cada ciudadano que no pueden separarse. Solicitamos más responsabilidad del Ejecutivo para un respaldo mayor en ambos sectores. Los políticos también debemos luchar para que esta situación pueda cambiar. Con salud y educación tendremos una nación próspera con individuos que contribuyan en su crecimiento.

Fuente: http://cdn7.larepublica.pe/impresa/opinion/821653-mejoras-en-salud-y-educacion

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