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Teletrabajo y Escuela en el siglo XXI: ¿revolución tecnológica o cambio en la organización del trabajo?

Por:  Jesús Zogbe y  Magali Paz


Introducción:

Muchas y calificadas encuestas, como diálogos cotidianos, revelan el “malestar docente” a partir de la instrumentación del Teletrabajo: insomnio, stress, depresión, desconcierto, problemas físicos, entre otros. Al mismo tiempo, diversos “cantos de sirena” en los medios hegemónicos de comunicación edulcoranlas “ventajas”que, en su criterio, proporcionarían las nuevas tecnologías y la organización del trabajo en el hogar: estar más tiempo con la familia, progreso a la altura del Primer Mundo, etc.Todo ello produce en la docencia sentimientos y visiones contradictorias de la cuales, irremediablemente, somos parte.

Desde este artículo, lejos estamos de querer representar los sentimientos de maestras y profesores ya que, sin dudas, muchos ensayos e investigaciones han realizadoobservaciones agudas y han aportado desde distintas dimensiones al problema. Si es la intención, incluso apoyándonos en algunos de dichos ensayos y en nuestra vivencia como docentes, formularnos preguntas con el objetivo de que éstas sean un punto de apoyo para interrogantes mas conducentes.

Cuando marzo fue atrapando a docentes y estudiantes en la red de Whats app, Gmail o Facebook, la secuencia fue de menos a más y nos llevó a un paisaje diferente, a un escenario distinto bajo el manto pendemico: aparecieron Zoom, Meet, programas y capacitaciones para la virtualidad. De tímidos y vacilantes (“lo importante es la comunicación y estar presentes”), lejos estábamos y estamos aun de comprender y dimensionar el proceso y su futuro desarrollo. Así, en este nuevopaisaje cambiante, se nos fueronapareciendo y desapareciendo instrumentaciones al modo de la visión que se tiene desde la ventanilla de un automóvil en movimiento, atrás fueron quedando las primeras vacilaciones, más atrás la presencialidad, para inmediatamente aparecer nuevos componentes del “paisaje virtual”. Lo que parecía episódico por la pandemia comenzó a tener características de permanencia. Lo que comprendíamos como un “aprendizaje digital” puntual adquirido, era reemplazando por un nuevo programa o dispositivo. Los programas computacionales se ajustaron, surgieron las famosas “planillas de seguimiento”, semblanzas, y nuevos plazos para el trabajo docente y del estudiante. Sutilmente, vimos deslizarse un control mayor de nuestro tiempo de trabajo y sobre nuestros alumnos. En este punto, nos comenzamos a encontrar con instrucciones de directivos a primera hora de cada mañana y a última hora nocturnal, edulcorada con un “Buenas noches” en medio de algún que otro whatsapp de estudiantes o llamados de padre y/o madres. Al mismo tiempo, muchas madrugadas, para los docentes, se vieron invadidas por todo tipo de dudas o deincertidumbres e insomnio. Por ello, si de algo no tenemos dudas, esque el cambio es cualitativo y que afecta no solo nuestra organización del trabajo sino al conjunto de nuestras vidas tanto en lo objetivo como en lo subjetivo. Y es que al decir del Hamlet:“The time isout of joint”(“el tiempo está fuera de quicio”).

El vinculo entre educación y la formación económico-social contemporánea

Latransformación educativa es parte de una estrategia que, de alguna manera, es consecuencia de la crisis de Estado de Bienestar, y a su vez, converge con estrategias empresariales hacia los docentes y, mediante ello, al conjunto de la población, en particular a la juvenil.Por estas razones, nos apoyamos en la consideración de que toda esta transformación tiene un marcado carácter de clase social y que desde este punto de vista el teletrabajo no tiene un carácter neutro, pues  ha venido para quedarse y formar parte de un nuevo “dispositivo de dominio” y de mayor explotación del trabajo. Veamos…

Hacia mediados de los años‘70, el modelo keynesiano- fordista se agotó. Atrapado por la creación de supropio monstruo y las luchas obreras (de las cuales en Argentina, el Cordobazo fue un reflejo), el capital huye intentando superar su crisis y disparando en procesos concurrentes. Aquello que dio en llamarse la “Globalización del Capital” implico, básicamente: 1- La primacía del capital financiero, 2- El endeudamiento, que en términos corrientes se tradujo en fabulosas deudas externas de los Estados y en las tarjetas de créditos a los asalariados del mundo,3-En los cambios del “Paradigma de Trabajo”, donde se destacó el“Paradigma Toyotista”; 4- En las Reformas del Estado y la modificación de los roles que ésteasumirá en adelante.Por cierto, endeudamiento y toyotismoinvolucran a la Revolución Tecnológica, es decir, y siguiendo la lógica de Holloway (1988), el capital huye hacia adelante,en general, con endeudamiento y, en particular, con métodos de trabajo que colocan a la Revolución Tecnológica y a la nueva Organización del Trabajo en el centro, pararomper su “dependencia maldita” del trabajo y de la lucha de los trabajadores.

Asimismo, y en reflexiones más actuales, el autor irlandés entiende que estamos frente a una crisis financiera cuya base es una “crisis del trabajo”, es decir, “de la abstracción y explotación de la actividad humana: la acumulación exige una subordinación cada vez mayor de la actividad humana al trabajo abstracto, pero el capital no la logra imponer” (Holloway, 2020).Esto significa que dicha reestructuración no es automática ya que implica una fuerte lucha para reordenar el proceso de producción y el conjunto de las relaciones sociales. Y ello es así porque nosotras/os no queremos y/o no somos capaces de subordinar nuestra actividad suficientemente a la lógica del capital.[1] En sus palabras: “esta falta de subordinación no depende de la organización consciente, aunque sí la organización puede jugar un papel importante. Las expectativas que tenemos de la vida (lo que Marx llama el elemento moral del salario, lo que también se podría entender como civilización) también juegan un papel”. Por estas razones, Holloway observa la situación actual del capitalismo como un “impasse” entre el capital y la humanidad. “Este impasse se expresa en el carácter cada vez más ficticio de la acumulación capitalista. La mayoría de los análisis del llamado neoliberalismo lo ven más bien como triunfo del capital. La idea de un impasse enfatiza nuestra fuerza, a pesar de las apariencias, mientras que la idea del neoliberalismo tiende a presentarnos como víctimas” (Holloway, 2020).

Ahora bien, de modo desigual y en tiempos muchas veces más lentos, queremos señalar que la educación intenta acoplarse y servir a los procesos históricos-sociales que le son contemporáneos, respondiendo a las fases más o menos estables de la formación Económico-Social. Sin dudas, la escuela fue asumiendo características que la vinculan a los procesos económicos y socio- culturales de principios del siglo XX tales como la idea de Progreso, de Civilización,de educar en el disciplinamiento de los estudiantes, articulando estas ideas a las necesidades del mercado laboral del neoliberalismo, hasta llegar a la situación en las que nos encontramos de “educar en la virtualidad”. En esta dirección, podríamos establecer la siguientes fases de la educación en Argentina: desde la “pedagogía del sometimiento” con “requerimiento de obediencia”, pasando por la “pedagogía fundante” y normalizadora hasta llegar al pasaje desde una colonialidad industrial a la actual financiera con su “pedagogía de los resultados” o “pedagogía instrumental”, que ya no habla de la calidad de la educación sino en términos de “calidad de la producción” y la estandarización” (Balvidares, 2019). Sin embargo, lo importante a visualizar es¿hacia dónde va la educación con las nuevas disposiciones del teletrabajo como  “caballo de Troya”, combinado con otras modalidades?

En ese sentido, Oscar Martínezy Federico Vocos(2004) puntualizan acerca del Teletrabajo: “es el desempeño de una actividad laboral sin la presencia física del trabajador en la sede de la empresa durante una parte importante de su jornada laboral. Supone el uso frecuente de métodos de procesamiento electrónico de información (informática), y el uso permanente de algún medio de telecomunicación para el contacto entre el teletrabajador y la empresa. Es una forma multiforme y diversa de realizar el trabajo de modo no presencial en la empresa. Afecta la noción de puesto físico de trabajo e incluso la percepción acerca de qué es trabajo”. En términos conceptuales, y siguiendo a los autores, se puede decir que el teletrabajo (considerando al teletrabajo en línea de operadores telefónicos), “es la sumatoria del trabajo domiciliario y el régimen fabril. Por medio de las nuevas tecnologías de información (NTI), el capital logró superar los límites que le imponía la necesidad de que los trabajadores tengan que trabajar en un mismo lugar para alcanzar la “cooperación”como requisito básico para garantizar cualquier organización colectiva de trabajo”.  De esta forma, a partir del teletrabajo se logran unir las formas de producción más antiguas –propias de los orígenes del capitalismo–, y las formas más desarrolladas, plenamente capitalistas, en las cuales la producción está organizada desde el equipamiento, y la subordinación del trabajador al capitalista es “objetiva”, la forma de trabajo y los ritmos están impuestos por la maquinaria, por lo que se logra desarrollar el régimen de la “gran industria” por fuera de la unidad productiva. “Es una de las muestras más claras de lo que significa la ofensiva del capital: combina todo aquello que le sea útil, y no utiliza las nuevas tecnologías informatizadas como herramienta de alivio y mejora en las condiciones de trabajo, sino como instrumento para oprimir y explotar aún más a los trabajadores (Martínez y Vocos, 2004: 7).

En relación a ello y a su alianza con los Estados, Naomi Klein (2020) señala lo siguiente, respecto de lo que da en llamar el New Deal de la pantalla: “Las primeras prioridades de lo que estamos tratando de hacer, dijo Schmidt(ex CEO de Google), se centran en telesalud, aprendizaje remoto y banda ancha… Necesitamos buscar soluciones que se puedan presentar ahora y acelerar la utilización de la tecnología para mejorar las cosas”. Justo un día antes, Cuomo (Gobernador de Nueva York), había anunciado una asociación similar con la Fundación Bill y Melinda Gates para desarrollar “un sistema educativo más inteligente”. Al llamar a Gates un “visionario”, Cuomo dijo que la pandemia ha creado “un momento en la historia en el que podemos incorporar y avanzar en las ideas [de Gates]… Todos estos edificios, todas estas aulas físicas, ¿para qué, con toda la tecnología que se tiene?” preguntó, aparentemente de modo retórico.De acuerdo a la autora, está comenzando a surgir algo parecido a una doctrina del shock pandémico que ella lo llama “screen New Deal” (el New Deal de la pantalla), y representa un acuerdo entre las mega-empresas de la tecnología y los Estados nacionales. En ese sentido,los acuerdos del Ministerio de Educación de la Nación con Open Society en Diciembre del 2019, la velocidad con que aparecen las capacitaciones en distintos sindicatos, entre otras situaciones, acaso ¿no avalarían dicha percepción? Y nos llevan a preguntarnos: ¿Qué relaciones podríamos establecer frente a esta ofensiva “maquinal”, frente al teletrabajo-telestudio en que estamos inmersos?; ¿es posible que docentes y estudiantes estemos transitando la pérdida de un “saber hacer” tal cual lo conocíamos?

La docencia en tiempos de COVID 19 (apuntes “casi” etnográficos)

Lo primero que se vivió en las escuelas apenas se decreto la cuarentena obligatoria y la suspensión de clases, fue la urgencia por utilizar herramientas digitales, y lo que sé evidencio muy rápidamente, fueron las diferencias (carencias), que teníamos los docentes, directivos y estudiantes a la hora de implementar herramientas de este tipo. Dichas carencias estuvieron asociadas a la falta de equipamiento (esto estuvo muy marcado, especialmente en las escuelas públicas, donde les estudiantes solo cuentan con un teléfono, y no en todos los casos), pero los profes también, en muchas circunstancias se vieron complicados porque algunos tienen computadoras obsoletas, igual los directivos. Por todo ello, lo que ocurrió en esos primeros meses fue la improvisación, dar clases con lo que había a mano, con lo que se podía, si se podía. Sin dudas, fue un “golpe fuerte” trasladar el ámbito laboral dentro de los hogares, situación que generó una serie de dificultades importantes, trastocando de suyo el sentido de nuestra tarea docente. En alguna medida, el hecho de vivir en una sociedad desigual, se nos hizo “carne” en la inequidad que se expresaba en las herramientas con las que contamos para poder trabajar (en el caso de los docentes) y para acceder a la educación (en el caso de los estudiantes).[2] Estas diferencias se agudizan y quedan a la vista, irremediablemente, entre los estudiantes de escuelas públicas y aquellos de escuelas privadas. La otra cuestión que debemos remarcar como “problemática” es la conectividad, que si bien llama la atención que debamos preocuparnos por ello en estos tiempos, la realidad es que aun en esta situación de necesidad urgente y generalizada, no existe una forma más difundida de imponerle a las empresas prestadoras del servicio de Internet la gratuidad para los sectores más vulnerables de la provincia.

Ahora bien, como docentes, el punto de mayor controversia y elucubraciones que se profundizaron en este contexto, tuvieron (y tienen) que ver con la didáctica. En pocas palabras, de una didáctica de la presencialidad, de hábitos, de rutinas,malas o buenas, más o menos eficaces, pero que respondían a la forma de trabajar que conocíamos, que existía, hubo que pasar de a la virtualidad, a la “escuela remota”, sin opción, tuvimos que adaptarnos a “los nuevos tiempos”. Da la impresión de que muchos de nosotros, en un comienzo, tuvimos intención de replicar lo que hacíamos en la presencialidad a través de medios virtuales, sin advertir del todo que una educación a distancia tiene otras características, otras especificidades. Sin embargo, no estábamos preparados, ni entrenados para dar una buena respuesta a esta forma de trabajar y por ello surgieron dificultades, cuestionamientos, miedos que, con el paso de los meses se intentaron (intentan) mejorar. Los docentes hemos ido ajustando las propuestas al formato virtual, y se puede decir que, en ese camino aun estamos…

En ese marco, una cuestión que generó mucho ruido fue lo que vino en el segundo momento de “la escuela remota”, cuando se evidenciaba que no volveríamos a las aulas ni aun después de las vacaciones de julio,y es la denominada “evaluación formativa”, acompañada del corrimiento o “desaparición” de la evaluación numérica para calificar las actividades de los estudiantes. La “evaluación formativa” generó muchísimas resistencias al interior del cuerpo docente, y la pregunta que corresponde hacernos es ¿por qué? A nuestro criterio, debido a que está muy instalado en los hábitos de la práctica docente el hecho de medir el aprendizaje en números y ello, sin dudas, se vincula con una visión meritocràtica de la educación, tanto a nivel grupal como individual: cada estudiante alcanza o no la acreditación de sus saberes según determinado número que obtiene en su calificación de las tareas realizadas. Y en relación a ello, los tiempos están segmentados de manera muy precisa, y el estudiante que no llega en determinado tiempo a desarrollar una actividad, o un aprendizaje, tiene que recuperar o repetir el año. El punto es que ese sistema de evaluación está tan instalado, es una práctica arraigada de tantos años, que cuando se plantea la oportunidad de que el estudiante puede revisar un contenido hasta aprenderlo, los esquemas habituales estallan por los aires. Así las cosas, algunos docentes planteaban: “yo les voy a poner nota, pero cuando tenga que dar una devolución les voy a decir la escala que están proponiendo desde la dirección; así un 8 va a equivaler a suficiente, y un 4 a insuficiente,por ejemplo”.En alguna medida, esto refleja lo mucho que nos cuesta pensar la forma de calificar los aprendizajes sino es con la escala numérica, y con una concepción meritocrática de la educación. Cambiar este sistema solo resultará posible si revisamos un conjunto de elementos de la enseñanza y el aprendizaje, y no solo la cuestión numérica, tan avalada en las escuelas.

De todas maneras, la pregunta urgente que resuena entre los docentes, en la actualidad, es: ¿Reemplazará el teletrabajo a la “vieja Escuela” y sus métodos?Lo más posible es que el “retorno”, por el momento, venga re-cargado en bimodalidad, es decir, una combinación de presencialidad y teletrabajo. Es probable que un sector de estudiantes y cursos permanezcan en situación de presencialidad y a otros debamos dictarles clases virtuales. Ello implicara, seguramente, una carga adicional a nuestro trabajo, sin modificaciones sustanciales en nuestro salario, tal como viene sucediendo.

Hacia una mayor democratización en nuestras comunidades educativas

Llegado el momento de apuntar algunas conclusiones no podemos dejar de afirmar que transitamos la Educación en un nuevo contexto y toda la ofensiva del capital que presenciamos intenta articularse a la Globalización del mercado financiero, las de cadenas de valor internacionalizadas junto a la creciente primacía de métodos de trabajo toyotistas, teletrabajo que, para algunos autores, dan nacimiento a lo que denominan “precariado”.

Más allá de la pandemia, junto a ella (o con la pandemia de pretexto), es importante señalar que nuestra “vieja Escuela” ya no se corresponde con el contexto llamado de globalización o mundializacion, porque para el capitalismo la Escuela está des-sincronizada. Se evidencia que el capital necesita otros docentes y otros alumnos acorde a sus necesidades;recordemos las palabras del ex Ministro de Educación Esteban Bullrich: “necesitamos jóvenes que se eduquen en lo imprevisible”,vale decir,un joven que debe acostumbrarse a la precarización en todos los sentidos. Por estas razones, no debiera resultarnos sorprendente que los cambios en la organización del trabajo docente y en la pedagogía sucedan con rápida velocidad, siendo el teletrabajo la llave maestra para implementarlos.

En esta dirección, no es novedoso que los dispositivos generados en el teletrabajo pretenden transformarnos en simples“ejecutantes de tareas”, o eufemísticamente, “facilitadores a merced” de… Junto a ello, existe toda una tendencia a reemplazar el vínculo social directo por lo impersonal de los dispositivos digitales que, en conjunto con el aislamiento del proceso de aprendizaje, de apropiación del conocimiento y la tendencia a la estandarización del mismo, derivan en un mayor aislamiento que quiebra la socialización y la organización, tornándonos individuos más vulnerables a las “ordenes” del Ministerio, Inspecciones, Direcciones, y donde nosotros mismos, como docentes, nos convertimos en victimas y ejecutantes hacia los estudiantes individuales (y también aislados).

Algo que nos inquieta en torno a lo que venimos reflexionando es si la “vieja Escuela” brindaba contención a los estudiantes y docentes, satisfacciones profesionales y de aprendizaje significativo, respectivamente. Es decir, ¿podemos defender la “vieja Escuela”, la de antes de la cuarentena? Creemos que era necesario modificar, reformular, varios elementos de la educación pre- COVID 19 y sin embargo, el punto oscuro del asunto es que nos están imponiendo esos cambios sin que ni docentes, ni estudiantes ni la comunidad de las escuelas, tome decisiones en torno a dicha trasmutación. En otras palabras: se nos está proponiendo una educación diferente en los hechos, pero sin cuestionar las relaciones socio-educativas que necesitan una modificación; no pasando a ser directamente digitales, conectivas, estandarizadas, algorítmicas y ¡de aislamiento! Sin dudas, con mayor vigilancia y control sobre los trabajadores de la educación y sin aprendizajes teóricos- prácticos- afectivos reales para nuestros estudiantes.

Tanto en la cuestión didáctica como en la de la evaluación, creemos que lo que puso en evidencia con mucha fuerza durante todo este tiempo es la contradicción existente entre las decisiones ministeriales y de la inspección, frente al trabajo que se lleva a cabo diariamente en las escuelas. Y esto refleja un problema del sistema educativo provincial (para no hablar de realidades que no conocemos bien), que es el de la verticalidad. Es decir, las decisiones en general se toman de arriba hacia abajo, y en consecuencia, muchos de los saberes que surgen de las practicas docentes son ninguneados, dejados a un lado, en esa toma de decisiones. A su vez, observamos un reforzamiento de dicha verticalidad por los dispositivos del teletrabajo, concentrados en frases del tipo: “solo los administradores pueden enviar mensajes”o “solo los administradores pueden editar archivos”, con lo cual se refuerza también la verticalidad en el vinculo Docente- Alumnos.

Finalmente, las dificultades que genera la verticalidad en el sistema educativo han llevado a que transitemos las escuelas secundarias en un permanente andar, y un fijar el camino “paso a paso”. A nuestro modo ver, este conjunto de contradicciones e incertidumbres que tanto malestar generan entre los trabajadores de la educación, máxime en los tiempos inéditos que atravesamos, deberían ser el punta pie parta construir /implementar mecanismos de participación tanto de docentes como de estudiantes (y las comunidades donde se hallan las escuelas), en las tomas de decisiones, y en la dirección que asumen las políticas educativas, paragenerar una cultura democrática mucho más fuerte que la que existe hasta el momento. Esto significa, dejar de hablar de la escuela democrática como objetivo, como proyecto, y comenzar a pensarla como situación presente. Ahora bien, conviene hacerse aquí la pregunta del cierre: ¿podremos a través de la crítica realizar la reforma de la escuela actual?

Referencias:

Balvidares, Dario (2019). La educación en la era corporativa. Buenos Aires: Ediciones Herramienta

Holloway, John (2020). “Es un momento privilegiado de terror y esperanza que hay que pensar”, en Comunizar. Disponible en: http://comunizar.com.ar/john-holloway-estamos-momento-privilegiado-terror-esperanza-pensar/

———————- (1988). La Rosa Roja de Nissan. Buenos Aires: Cuadernos del Sur Nº 6.

Klein, Naomi (2020). “Distopía de alta tecnología: la receta que se gesta en Nueva York para el post-coronavirus”, en Lavaca. Disponible en: https://www.lavaca.org/notas/la-distopia-de-alta-tecnologia-post-coronavirus/

Martínez, Oscar y Vocos, Federico (2004). “Nuevas estrategias empresarias y movimiento obrero. El caso del teletrabajo”, ponencia presentada en el 7º Congreso de Nacional de Estudios del Trabajo, Disponible en: https://www.aset.org.ar/congresos/7congreso.htm


[1]A propósito de la “subordinación al capital”, no podemos dejar de mencionar que el conjunto del empresariado nacional protestó, objetando ante el Gobierno de Alberto Fernández,  contra la  primer normativa que surgió del Congreso para regular el tele-trabajo: nuestra burguesía no quiere

regulación de ningún tipo, no quiere reversibilidad, en cambio, si quiere control absoluto del tiempo real de los trabajadores a partir del mayor disciplina miento que esta “nueva modalidad” supone. Véase: https://www.infobae.com/opinion/2020/08/15/teletrabajo-una-ley-innecesaria/.

[2] Agradecemos al profesor en Filosofía Noé Bondonequien compartió con nosotros algunas de las reflexiones que aquí se expresan, y con generosidad autorizo a que las hagamos públicas.

Fuente e magen:  contrahegemoniaweb.com.ar

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Argentina: La “vuelta a clases” en pandemia: un experimento que atenta contra nuestra salud

Mediante la Resolución 370/2020 del Consejo Federal de Educación, el ministro Trotta y sus pares de las carteras provinciales y de CABA apuestan al regreso progresivo a las aulas. Un intento de reapertura en plena ola de contagios que responde a los intereses de los grupos empresariales y atenta contra nuestra salud y la del alumnado.

Las prioridades, el calendario y una semana de sinceramiento

El pasado miércoles 7 de octubre, mientras se conocía un nuevo récord de contagios de covid-19 (16.447 reportados en un solo día), el Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, anticipaba a diversos medios de comunicación la intención de avanzar en una resolución favorable al regreso presencial a las aulas. El jueves 8 de octubre, en el marco de otra contundente cifra, en este caso de muertes (485 reportadas en un solo día), Trotta ratificaba los anuncios previos: el Consejo Federal de Educación (CFE) con representación de las 24 jurisdicciones planteaba por unanimidad un nuevo esquema para avanzar con el regreso a la presencialidad. En el peor momento de los contagios y fallecimientos, cuando el sistema sanitario cruje en muchas provincias, como Santa Fe, Córdoba y Neuquén, entre otras, el acuerdo de las autoridades educativas se encamina a volver a las escuelas. ¿Cuál es el criterio pedagógico para retornar la presencialidad a mediados de octubre y en una escalada de contagios? Ninguno. El argumento formal de la “revinculación” de estudiantes desconectadxs (nunca se los atendió desde Nación ni CABA, más allá de la controversia discursiva) fue cediendo lugar ante otros, como la necesidad de dar cierre al ciclo escolar de quienes concluyen la primaria o la secundaria. En ninguno de los casos se tomaron medidas concretas, como proveer equipos tecnológicos, o disponer medidas de continuidad realistas proyectadas para el ciclo lectivo 2021. ¿Cuál es el apremio por volver a las clases presenciales a dos meses para la finalización del año escolar, entonces? ¿Qué se está priorizando? Culminar el ciclo de aperturas de ámbitos laborales: el sistema educativo se concibe así desde los gobiernos, y fundamentalmente desde los grandes grupos empresarios, como mero auxiliar del aparato productivo. La escuela es, según esta concepción, el lugar donde albergar niñxs y jóvenes para que lxs adultxs responsables puedan concurrir a sus lugares de trabajo, y no más que eso.

En la misma semana en que nuestro país asume una nueva visita del FMI para auditar sus cuentas y recomendar más ajuste, la misma semana en que se aplica la baja de retenciones a las patronales del campo y mineras, cuando se aprueba el uso de trigo transgénico y se rubrica de manera vergonzosa y a pedido de EE.UU. la condena a Venezuela en la ONU, también el gobierno autoriza la apertura de escuelas en medio de un elevadísimo número de contagios. Lo que se dice una semana pareja.

¿Qué dice la Resolución 370/2020 del Consejo Federal?

La Resolución 370 del CFE que se formalizó este 8 de octubre muestra una endeblez argumental notoria. Cita entre los considerandos al DNU 754, que autoriza practicar “actividades deportivas y artísticas de menos de diez personas (…) lo que constituye una situación actualmente habilitada que puede resultar aplicable a ciertas actividades educativas no escolares por realizar”. La resolución complementa y en algunos casos modifica a la N° 364 dictada por el mismo órgano en julio de este año. Uno de los aspectos que la Res. N° 370 rectifica es el Artículo 8.5, inc. “b” de la citada norma previa. La enmienda no es nada inocente: el texto que se reemplaza sostenía como criterio para el regreso contar con “establecimientos urbanos y periurbanos donde haya una tasa regular mínima o nula de contagios, favorables al desarrollo de las actividades presenciales”. Esta resolución se emitía cuando la cifra de muertes en nuestro país era, prácticamente, 17 veces menor a la actual (2 de julio, 1.385 muertes por covid-19 registradas). Ahora, con un acumulado de unos 24.000 fallecimientos, el CFE elimina como requisito esa “tasa mínima o nula de contagios” para hablar, en cambio, de una “evaluación del nivel de riesgo epidemiológico que realicen las autoridades sanitarias y educativas jurisdiccionales competentes” en base a una serie de “orientaciones” que se anexan en la nueva normativa. Si se analizan las pautas que emanan de ese “semáforo epidemiológico” que forma parte del anexo a la resolución, puede observarse que se otorga la potestad de nuevas aperturas en jurisdicciones en base a mediciones altamente manipulables, como son la tasa de contagios o la ocupación de camas de cuidados intensivos locales (UTI) que cada territorio declare. Por otro lado, los parámetros establecidos son flexibles, y totalmente alejados de aquella definición de una tasa baja de circulación viral. El ejemplo más significativo es tal vez el uso del parámetro de las camas de UTI disponibles: la normativa mide la capacidad del sistema de salud para soportar un incremento brusco de contagios (ubica como requisito una tasa de ocupación del 80% al 60% de camas), a sabiendas de que ante la apertura escolar, la tasa de nuevas internaciones será una realidad inevitable. Basta recordar lo ocurrido no sólo en EE.UU., Israel o buena parte de Europa, sino también en las provincias de San Juan, Santiago del Estero y Catamarca, en términos de rebrotes ante la vuelta a clases presenciales. En las provincias mencionadas, luego de avanzar en el retorno, debieron dar marcha atrás en extensas zonas por el aumento de casos de coronavirus regresando incluso a la fase 1 de aislamiento en algunas de ellas.

En síntesis, las pautas de cuidado fueron flexibilizadas más aún que en lo dispuesto en la normativa previa. En la Resolución N° 364 del CFE del 2 de julio, que contó con el visto bueno de la central docente CTERA, se había establecido que ante la detección de casos positivos entre el alumnado, se consideraría como casos estrechos al resto de niños/as de cada subgrupo pero no al trabajador de la educación a cargo. “El/la docente que haya mantenido el distanciamiento adecuado con el grupo podrá seguir dando clases al otro grupo”, se señalaba. Lógicamente, esta omisión que descuida la salud de lxs trabajadorxs y lxs transforma en vectores de contagio, no fue enmendada.

El lobby empresarial y su presión para una apertura total de las actividades ha logrado su objetivo. Pese al crecimiento exponencial de los contagios, que ubica a Argentina entre los 6 países con mayor cantidad de casos en el mundo, se completa el ciclo aperturista avanzando sobre las instituciones y actividades escolares. Los requerimientos cada vez más explícitos del empresariado para que la escuela sea un mero accesorio del sistema productivo (y de las ganancias empresariales) en tanto lugar de contención de niñxs se ven materializados en la normativa. Así, se descuida la salud y se da la señal de largada para que gobiernos como el de Larreta avancen atropelladamente hacia un retorno irresponsable en las escuelas, en una ciudad de altísima circulación viral, donde ya 135.00 personas (1 de cada 21 habitantes) contrajeron covid.

Nuestra salud no debe negociarse

Mientras el gobierno nacional descentraliza la definición última de regresar a clases, la central docente CTERA también deja a cada jurisdicción dando pelea por su cuenta y se limita a ensayar tibias respuestas en sus redes sociales. En una comunicación posterior a la resolución del CFE sostienen que “CTERA expresa una genuina preocupación por la saturación de los sistemas de salud en el interior del país”, y convocan a un plenario de Secretarios Generales para la semana entrante. Ninguna medida de lucha nacional, ningún pronunciamiento claro sobre el enorme riesgo de esta apertura en un sistema educativo cuya infraestructura ya era deficitaria antes de la pandemia, ninguna crítica al gobierno nacional y, fundamentalmente, ninguna propuesta para deliberar y organizar el rechazo desde las escuelas.

Pese a la flagrante ausencia de iniciativa de la conducción de Alesso, Baradel y Eduardo López, muchas jurisdicciones plantean escenarios de lucha. En Mendoza, lxs docentes del SUTE lograron frenar el intento de reforma educativa del radical Rodolfo Suárez con una contundente movilización; en CABA la docencia de Ademys llamó a parar y movilizarse el martes 13 y miércoles 14 contra el regreso a clases en plena ola de contagios; en Neuquén, la oposición al TEP impulsa una caravana de manera unificada en el marco de la segunda semana de paro de 48 hs. definido por los Secretarios Generales; en Provincia de Buenos Aires, la oposición Multicolor rechaza el aumento escuálido otorgado por Kicillof y exige un plan de lucha, mientras que este 14 desde las seccionales opositoras se llama a Jornada de Lucha con paro.

El intento de regreso a las clases presenciales en condiciones como las actuales constituye un experimento cuyo resultado puede derivar en el contagio de miles de trabajadorxs, alumnxs y sus familias, además de la saturación de los castigados y desfinanciados sistemas de salud. Es indispensable rechazarlo, y promover la más amplia deliberación para organizar medidas que enfrenten una política aperturista irresponsable y criminal. La organización en cada lugar de trabajo y la coordinación nacional son una urgencia para enfrentar esta avanzada y oponerle todas las medidas de lucha que estén a nuestro alcance.

Fuente: venceremos-arg.org

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Bolivia: revolución al contragolpe.

Por: Daniel Seixo


«Podrán borrar fotos, símbolos e imágenes del gobierno de Evo, pero  no podrán eliminar la memoria histórica del pueblo»

Evo Morales

«La revolución no tiene términos medios: o triunfa plenamente o fracasa.»

Fidel Castro

13 años, esa es la cifra que Evo Morales deja hasta el momento inscrita inexorablemente en la historia de Bolivia. Trece años de gobierno, de gobierno del Movimiento al Socialismo (Mas) basado en la justicia social, la distribución equitativa de las riquezas del país, la defensa e inclusión de los sectores más vulnerables de la población boliviana y la soberanía nacional frente a la injerencia imperialista. Una cifra a la que le acompañan muchas otras, como la construcción de más de 34 hospitales, 1.061 nuevos establecimientos de salud, 1.206 unidades educativas, la extensión de las instalaciones de gas a domicilio a más de 8.000 hogares, la construcción de 5.000 kilómetros de carreteras, la disminución de la pobreza extrema –que se redujo más de la mitad pasando de 38 a 17 por ciento entre 2006 y 2017– el aumento del ingreso anual per cápita de 1.120 dólares a 3.130 en ese mismo período, el incremento de la esperanza de vida de 64 a 71 años, el aumento del salario mínimo de 440 bolivianos a 2.060 bolivianos, la disminución del desempleo del 8,1 a 4,2, el aumento del Producto Interno Bruto (PIB) en un 327 por ciento en los últimos 13 años, llegando a los 44.885 millones de dólares en 2018, la disminución de la enorme deuda heredada llegando en ese mismo año a ser el séptimo país menos endeudado de toda América Latina –con «solo» un 24% de deuda externa– la nacionalización de los recursos hidrocarburíferos y empresas del país para repercutir sus beneficios en diversos proyectos de cohesión y desarrollo social.

Sin embargo nada de todo esto le sirvió a Evo Morales o al Mas para evitar que el clima previo a las elecciones del pasado 20 de octubre de 2019 en Bolivia se enrareciera, encauzando un golpe de estado anhelado y propiciado por la derecha del país, pero en el que fueron diversos los actores que por acción u omisión facilitaron el camino de regreso al más profundo neoliberalismo, el autoritarismo y el arcaico racismo inherente a las élites del país. No debemos olvidar que el proceso previo a la fatídica cita electoral de octubre, había estado marcado por el debilitamiento y la marcada división en el seno de la izquierda boliviana. Una deriva política que lleva a que en las fechas previas a la contienda electoral se produzca una grave crisis de legitimidad sobre la figura de Evo Morales, a quien diversos colectivos acusaban de mostrarse incapaz a la hora de enfrenar la corrupción estatal y los abusos de poder en las instituciones, además de señalar la inacción de su gobierno ante las nefastas consecuencias de las marcadas políticas extractivistas sobre diferentes comunidades indígenas.

Las palabras de aprecio y agradecimiento a los hombres que asesinaron al eterno guerrillero cubano bajo protección y mandato de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) suponen el más fiel retrato de un sector de la población de Bolivia que ha vivido siempre de espaldas al sufrimiento y las miserias de su pueblo

Este profundo malestar y la ruptura entre diversos movimientos de base en la izquierda y el gobierno boliviano, se constataría definitivamente cuando Evo Morales decide ignorar el referéndum de 2016, en el que la mayoría de la población votó en contra de permitirle postularse de nuevo a la presidencia en 2019, para finalmente participar en los comicios previo paso por Tribunal Supremo Electoral de Bolivia (TSE) que le habilitaría para optar a un nuevo mandato. Una decisión que provoca una clara ruptura en la izquierda del país y que sería aprovechada por la derecha para asestar un golpe de estado inesperado e impensable apenas unos meses antes. El resto es una historia conocida por todos: a la victoria electoral de Morales y el Mas, le siguen las acusaciones de fraude, la manipulación mediática, las injerencias de diversos organismos supranacionales y la estocada final de EE. UU. y la OEA que dan pie a la violencia, la huida del presidente electo del país para lograr salvar su vida, las detenciones ilegales, la presencia masiva de militares en las calles, la represión contra la población civil y el regreso de la corrupción, el autoritarismo y la biblia al gobierno de un país que apenas unos días antes era gestionado y gobernado por un movimiento socialista y antiimperialista.

La facilidad con la que el golpe se lleva a cabo y el desparpajo y la soberbia con el que una figura tan mediocre y representativa de la antipolítica como Jeanine Áñez llega a la presidencia de Bolivia, es una clara muestra de la debilidad de todas las revoluciones democráticas que renuncian en última instancia a la consecución y profundización en la vía de la democracia revolucionaria, esa que no solo se encamina a una eficiente y mayor gestión de los recursos propios de las estructuras y el reparto de poder capitalista, sino que avanzan cara a la edificación de una sociedad nueva, definiendo en sus diversos procesos constituyentes una clara alternativa de cara a superar este sistema ineficiente y hostil para todos aquellos pueblos que aspiran a la verdadera y plena soberanía de sus recursos y su territorio.

Con un ejército que ha mostrado públicamente y sin cortapisas su clara faceta golpista y una derecha que difícilmente aceptará de buen agrado los resultados electorales obtenidos en las urnas por aplastantes que puedan llegar a ser, el MAS precisa no solo vencer en los comicios de este 18 de octubre, sino desde ese mismo momento comenzar a tejer alternativas reales, profundas y destinadas a cimentar una democracia revolucionaria

Las políticas de nacionalización, las expropiaciones, el uso de las riquezas de los recursos naturales de Bolivia de cara a destinarlos a programas sociales populares y el ejercicio de la soberanía económica y política frente al sistema capitalista y a los intereses comerciales del imperialismo estadounidense, supusieron un claro desafío y una grave ofrenda que difícilmente el gobierno de Evo Morales podría superar desde el parlamentarismo burgués tradicional, por ventajosos que fuesen sus acuerdos comerciales con diversas multinacionales, por insistentes que fueran sus esfuerzos a la hora de amansar a las clases propietarias de su país y por asombrosos y reconocidos que se proyectasen sus éxitos económicos de cara al exterior. Los mismos medios de comunicación que en su momento alabaron a Bolivia por su eficiente gestión económica y sus brillantes expectativas de futuro, se negaron firmemente a condenar un claro golpe de estado hasta que el tiempo había transcurrido inexorablemente haciendo de sus tardíos editoriales una mera constatación de los profundos y oscuros intereses que se ocultaban tras el cínico y profundo silencio generalizado del occidente capitalista. Los mismos países que pedían respeto para las reglas democráticas en Venezuela o Cuba, se apresuraban a reconocer y firmar oportunos contratos comerciales con Áñez y los militares golpistas en Bolivia.

Ciertamente en gran medida el fascismo del actual régimen boliviano no es el viejo fascismo de los tanques, las desfiles militares en las calles y la grandilocuencia represiva, el totalitarismo servicial al neoliberalismo se muestra ahora en América Latina con una cara más «amable», abierta a los comicios electorales –previa construcción de las condiciones adecuadas en forma de amenazas y amaños electorales– y proyectada en la prensa internacional bajo una profunda capa de hipocresía, propaganda e intercambio de favores con el entorno OTAN: ustedes nos entregan sus recursos naturales y nosotros les otorgamos legitimidad ante el mundo. Eso es de lo que se ha tratado todo este proceso golpista contra el gobierno de Evo Morales, así se ha logrado silenciar en Europa la presencia de policías y militares reprimiendo a manifestantes en Cochamaba, la implosión de la cultura de las privatizaciones y el saqueo generalizado de los recursos públicos y naturales del país, la negligente gestión de la pandemia sanitaria debida al coronavirus o el evidente racismo de unas élites económicas que una vez han ostentado el poder, no han tardado en dar sobradas muestras de su desprecio a la Wiphala como símbolo de los pueblos indígenas o a figuras representativas de la izquierda regional, como el reciente menosprecio por la figura del Che Guevara. Las palabras de aprecio y agradecimiento a los hombres que asesinaron al eterno guerrillero cubano bajo protección y mandato de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) suponen el más fiel retrato de un sector de la población de Bolivia que ha vivido siempre de espaldas al sufrimiento y las miserias de su pueblo, aceptando de ese modo la histórica subyugación de la burguesía parasitaria a los intereses del capitalismo estadounidense que en recompensa apenas les arroja por su traición las migajas de los inmensos beneficios adquiridos por la explotación imperialista de los recursos naturales de Bolivia.

La facilidad con la que el golpe se lleva a cabo y el desparpajo y la soberbia con el que una figura tan mediocre y representativa de la antipolítica como Jeanine Áñez llega a la presidencia de Bolivia, es una clara muestra de la debilidad de todas las revoluciones democráticas que renuncian en última instancia a la consecución y profundización en la vía de la democracia revolucionaria

Pese a la renuncia del el expresidente Jorge Quiroga y la propia Jeanine Áñez y a las numerosas encuestas que otorgan a Luis Arce, candidato del MAS, una amplia ventaja electoral a escasos días de medir el pulso político del país en las urnas, el alto porcentaje de indecisos, las seguras presiones ultraderechistas, el clima de violencia generado para evitar el voto de izquierda y los más que probables intentos destinados manipular los resultados electorales para evitar el triunfo del pueblo frente a la tiranía, hacen que a día de hoy no podamos dar nada por sentado de cara al futuro político del país. Suceda lo que suceda, los retos para Bolivia se han multiplicado desde la salida de Evo Morales del poder, el saqueo de las empresas estatales, las privatizaciones, el mayor endeudamiento, la polarización política y la depauperación de las condiciones materiales de gran parte de la población que han hecho florecer millones de nuevos pobres en todo el país, suponen alguna de las tareas que el nuevo presidente boliviano tendrá que encarar si dilación tras su llegada al poder. Haría bien Luis Arce, en caso de tener que encarar este cometido, en recordar que los marcos democráticos burgueses son limitados y promueven logros etéreos y difícilmente condensables en consecuciones duraderas en el tiempo para las masas populares de un país en vías de desarrollo como Bolivia.

Con un ejército que ha mostrado públicamente y sin cortapisas su clara faceta golpista y una derecha que difícilmente aceptará de buen agrado los resultados electorales obtenidos en las urnas por aplastantes que puedan llegar a ser, el MAS precisa no solo vencer en los comicios de este 18 de octubre, sino desde ese mismo momento comenzar a tejer alternativas reales, profundas y destinadas a cimentar una democracia revolucionaria que supone hoy, sin atisbo alguno de duda, la única vía posible de defensa para los pueblos que se enfrentan cara a cara a la injerencia imperialista y a sus lacayos representados en la burguesía y la ultraderecha local. En este sentido, Bolivia tiene la oportunidad de comenzar de nuevo a construir patria al contragolpe. El futuro debe dibujarse en la cohesión de su pueblo.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/bolivia-revolucion-al-contragolpe/

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El FMI impone más austeridad para Ecuador, aunque predica lo contrario

DEMOCRACIAABIERTA

El FMI que se presenta en las reuniones anuales no es el mismo FMI que el que organiza los programas de préstamos, como se demuestra en el caso de Ecuador.


En su discurso de apertura de las Reuniones Mundiales Anuales de este año, la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva, advirtió de los peligros de una recuperación desigual y de una creciente desigualdad, y habló de la necesidad de una recuperación inclusiva. De lo contrario, advirtió Georgieva, corremos el riesgo de recrear el mundo distópico de la novela de Charles Dickens «Historia de dos ciudades».

Apenas unos días antes de este discurso, el FMI publicó su último acuerdo de préstamo con Ecuador. En él, encontramos exactamente las mismas prescripciones políticas contra las que Georgieva advirtió.

La brecha entre la retórica del FMI y sus acciones no es nueva. Durante años, el departamento de investigación del FMI ha demostrado que la austeridad y muchas de las reformas impuestas por el FMI empeoran la desigualdad, mientras que los dirigentes hablaban de un FMI que ahora apoya el «crecimiento inclusivo».

El programa de préstamos para el Ecuador incluye las mismas políticas fallidas del pasado: austeridad, recortes en la inversión pública, supresión de salarios, privatizaciones y desregulación.

Mientras el mundo se encuentra en medio de la peor crisis en un siglo, Georgieva junto con el Economista Jefe del FMI elaboró un plan para una recuperación inclusiva que abogaba por políticas que apoyaran una recuperación inclusiva, rica en empleos y en contra de la austeridad. El FMI también publicó una investigación en la que se promocionaban los beneficios de la inversión pública.

Sin embargo, el programa de préstamos para el Ecuador incluye las mismas políticas fallidas del pasado: austeridad, recortes en la inversión pública, supresión de salarios, privatizaciones y desregulación. En los documentos se pueden encontrar frases como «proteger a los más vulnerables» junto con políticas que seguramente no lograrán ese objetivo.

Para empeorar las cosas, según la propia descripción del FMI, el programa pretende «avanzar en la agenda de reforma estructural iniciada bajo el [acuerdo] anterior». El acuerdo del año pasado se vino abajo después de sangrientas protestas y de ser rechazado por el pueblo de Ecuador.

La principal excepción en el nuevo préstamo es permitir algunos gastos adicionales temporales relacionados con la Covid-19, que es poco probable que compense los anteriores recortes en el gasto sanitario que se produjeron bajo la supervisión del FMI. No hay ningún reconocimiento del FMI sobre cómo esos recortes perjudicaron gravemente la capacidad de Ecuador para manejar la pandemia de la Covid-19.

La austeridad sigue siendo el núcleo del nuevo acuerdo, ya que el FMI exige una rápida consolidación fiscal, con aumentos de impuestos, principalmente en forma de mayores impuestos sobre las ventas, y recortes de gastos dirigidos directamente a la inversión pública y a los trabajadores del sector público.

El programa de reforma estructural consiste en la típica receta del Consenso de Washington de «eliminar las rigideces de los salarios y los precios, mejorar la fiabilidad y la eficiencia del sector energético y los mercados de capital». El acuerdo también ha impulsado a Ecuador a establecer una legislación que facilite las asociaciones entre los sectores público y privado, a pesar de que cada vez hay más pruebas de que éstas suelen dar lugar a servicios de menor calidad y más costosos.

El nuevo programa de préstamos está dirigido a los trabajadores ecuatorianos, con el objetivo explícito de bajarles los salarios. El FMI afirma que eso «impulsará la competitividad». Los trabajadores del sector público son el objetivo directo: el programa exige una «racionalización de los gastos salariales» que se llevará a cabo mediante despidos y recortes salariales. Para los trabajadores del sector privado, la «reforma laboral» apunta a poner a los trabajadores en una posición precaria, y a deprimir aún más sus salarios.

Se supone que estas medidas se mitigan mediante un aumento del gasto social. Sin embargo, los planes específicos que el FMI propone en colaboración con el Banco Mundial a menudo dejan fuera a los más vulnerables. Además, es poco probable que se mantengan a la par de los fuertes aumentos de la pobreza y el desempleo.

El programa afirma que estas medidas harán que Ecuador sea más atractivo para los inversores extranjeros que se lanzarán y ayudarán al país a recuperarse. Estos son los mismos supuestos que no se han materializado una y otra vez.

A pesar de que el FMI ha publicado recientemente una investigación en la que se destacan los beneficios de la inversión pública y el impacto positivo que puede tener, especialmente durante una crisis, tanto en el empleo como en el crecimiento, el FMI pide al Ecuador que reduzca su inversión pública y su gasto de capital.

El programa afirma que estas medidas harán que Ecuador sea más atractivo para los inversores extranjeros que se lanzarán y ayudarán al país a recuperarse. Estos son los mismos supuestos que no se han materializado una y otra vez, incluso antes de que el mundo entero estuviera en medio de una pandemia y una crisis económica.

El programa del FMI para Argentina en 2018 es un ejemplo reciente de cómo estas reformas se llevan a cabo en el mundo real: una economía aplastada y una pobreza creciente.

El programa para Ecuador es sólo un signo de lo que podemos esperar ver en otros programas de préstamos. El FMI ha dado un paso adelante para proporcionar préstamos de emergencia como respuesta a la crisis de la Covid-19. Esos préstamos, relativamente pequeños en alcance, no tenían condiciones.

Sin embargo, los documentos de préstamo pintan un cuadro claro de lo que los futuros programas pueden implicar y los planes de los gobiernos en colaboración con el FMI. Un informe detallado de Eurodad, documenta cómo el FMI proyecta que la consolidación fiscal se llevará a cabo en 72 de los 80 países que recibieron fondos de emergencia tan rápidamente como el próximo año, y que la totalidad de los 80 alcanzarán la consolidación fiscal dentro de tres años.

El FMI debería centrarse en evitar este escenario desastroso ayudando a los gobiernos a ampliar los impuestos progresivos y sobre las empresas y ayudando a todos los países a coordinar medidas de estímulo para el empleo y el desarrollo sostenible, y no seguir impulsando una austeridad perjudicial, que aumenta la desigualdad.

El FMI, tal como se presenta en las reuniones anuales, no es el mismo FMI que el que organiza los programas de préstamos.

Fuente e imagen: https://www.opendemocracy.net/es/fmi-austeridad-ecuador-predica-lo-contrario/
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Paraguay: detienen a militante feminista que se manifestó contra el asesinato de las niñas a manos del ejército

Paraguay: detienen a militante feminista que se manifestó contra el asesinato de las niñas a manos del ejército

El juez paraguayo Gustavo Amarilla ordenó la prisión preventiva para Paloma Chaparro, una de las militantes feministas que se manifestaron días atrás frente al Panteón Nacional de los Héroes luego del asesinato de dos niñas de 11 y 12 años por parte de las Fuerzas de Tarea Conjuntas que responden al gobierno de Paraguay.

La colectiva de la que forma parte Paloma Chaparro se movilizó tras la enorme indignación que significó el fusilamiento de María Carmen y Lilian Villalba, y que el gobierno de Mario Abdo Benítez buscó disfrazar de enfrentamiento entre las Fuerzas de Tarea Conjunta y el EPP.

Las primeras declaraciones oficiales intentaron instalar que las personas fusiladas eran mujeres adultas y no niñas, mientras que los organismos de derechos humanos y movimientos organizados del pueblo paraguayo tiraron abajo el relato, logrando una autopsia sobre los cuerpos, que determinó las edades de 11 y 12 años. Eran niñas.

Ayer la justicia paraguaya efectivizó la detención de Paloma. Asimismo el juez Amarilla también pidió la captura internacional de las jóvenes Mariangeles Abdala y Giselle Ferrer que participaron en la misma protesta y anunciaron a través de redes sociales que huyeron del país por “no contar con garantías por parte del Estado paraguayo que hoy está masacrando a sus hermanos”

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/paraguay-detienen-a-militante-feminista-que-se-manifesto-contra-el-asesinato-de-las-ninas-a-manos-del-ejercito/

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Chile: Un muerto y casi 600 detenidos durante disturbios en Chile

Un muerto y casi 600 detenidos durante disturbios en Chile

Santiago de Chile, 19 oct (Prensa Latina) Un muerto y 580 detenidos es el saldo de disturbios la víspera en esta capital y otras ciudades tras las manifestaciones pacíficas para conmemorar un año del estallido social del 18 de octubre de 2019.

 

Según informaron este lunes el subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli; y el director nacional de Orden y Seguridad de Carabineros, general Ricardo Yáñez, del total de detenidos durante el domingo y madrugada del lunes 287 fueron en la región Metropolitana.

La mayoría de los arrestos, 250, se debieron a infracciones por ‘poner en peligro la salud pública’, pero también 183 personas fueron apresadas por desórdenes públicos y 95 por saqueos a establecimientos, según las autoridades.

Asimismo se reportó la ocurrencia de 107 hechos violentos, más de la mitad en esta capital), de los cuales –dijeron- 15 fueron saqueos a establecimientos y ocho ataques a cuarteles policiales, seis de estos en distintos puntos de la región Metropolitana.

Aunque no hicieron referencia a los posible heridos entre los civiles, indicaron que 116 carabineros resultaron lesionados, así como dañados más de medio centenar de vehículos oficiales.

La persona fallecida fue reportada en la comuna de Pedro Aguirre Cerda, y ocurrió según dijo el subsecretario Galli, en medio de un ataque a un vehículo policial y se registró un intercambio de disparos con los uniformados, y el hombre ‘llegó fallecido al hospital’.

Según Galli la Policía permitió las manifestaciones sin incidentes, pero cuando comenzaron los hechos de violencia, ‘procedió conforme a lo que hemos aprendido durante este año. En primer lugar, resguardando los derechos de las personas’, dijo.

La versión del alto funcionario choca con lo expresado por muchos ciudadanos en lo referido a la ausencia casi total de carabineros en los lugares, donde ocurrían saqueos e incendios.

Coincidiendo con esto, la fiscal jefa en flagrancia de la Fiscalía Centro Norte, Macarena Cañas, en declaraciones a la prensa señaló la falta de arrestos como consecuencia del incendio y destrucción de dos iglesias.

La jurista detalló que ‘no hay detenidos por el momento, básicamente porque Carabineros detuvo ayer a una persona al interior de la iglesia de Carabineros, y resultó ser un fotógrafo, quien entregó los medios, lo que capturaba en sus cámaras, para facilitar la investigación’.

Asimismo indicó que 125 personas fueron detenidas bajo esa Fiscalía, por delitos comunes o por porte de bombas caseras o saqueos.

mgt/rc

Fuente de la Información: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=404885&SEO=un-muerto-y-casi-600-detenidos-durante-disturbios-en-chile

 

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Bolivia: El MAS y un triunfo arrollador

El MAS y un triunfo arrollador

Pablo Jofré Leal

Arce y Choquehuanca obtuvieron el 52,4% contra el 31,6% del derechista Mesa

A pesar de la intervención desvergonzada de la OEA, del Departamento de estado norteamericano, de una ultraderecha sometida a las órdenes de fuerzas externas. A pesar de ello el MAS y su binomio conformado por Luis Arce Cataroa como presidente y David Choquehuanca a la vicepresidencia, lograron una victoria furibunda e indiscutible en las elecciones a la que fueron convocados 7.3 millones de bolivianos.

Un 53% y una diferencia de 20 puntos sobre Carlos Mesa Gisbert (31,2%) y cuarenta puntos sobre Luis Fernando Camacho (14,1%), son cifras extraordinarias, que representan aire fresco para la lucha de los pueblos. Con esto se confirma, tal como se sostuvo, que hubo una operación destinada a impedir el triunfo del MAS, por parte de la derecha en las elecciones del año 2019. Avalado esto por los gobiernos derechistas latinoamericanos, el silencio cómplice de organismos internacionales. Hubo un golpe de estado orquestado por Washington y sus aliados incondicionales y que con el triunfo de este 18 de octubre permite al pueblo boliviano volver a Palacio Quemado y además controlando las dos cámaras del parlamento. Una victoria que traerá consigo un tremendo impacto regional e internacional, que da nuevos aires al progresismo en América Latina y que recupera la democracia para Bolivia y su pueblo, que sabiamente vuelve a confiar en aquellos que lo dignificaron, que le dice no al racismo, al robo, al sometimiento a Washington y le dice no a la corrupción.

Mientras más postergaba la derecha golpista el convocar a elecciones, con una estrategia política errada del gobierno de facto presidiso por Jeanine Añez, más debilitaban sus opciones. Esto, pues ante la política supremacista, racista, de corte fascista, de insulto al pueblo indígena a sus símbolos y cultura. En ese contexto, más y más la sociedad boliviana, los más humildes, tenían más tiempo de comparar lo que había sido un proceso revolucionario, que durante 14 años le cambio la cara y el organismo entero a esta Bolivia. Una revolución que nacionalizó los recursos naturales, que llevó a los indígenas a ocupar Palacio Quemado y decirle al mundo que Bolivia existía, que tenía una dignidad que necesitaba aflorar tras cientos de años de sometimiento y abusos. Cada día que pasaba el pueblo más ponía en la balanza a los golpistas con el MAS

El ministro de gobierno de la dictadura, el empresario Arturo Murillo estuvo en la noche del día 18, largas horas presionando a los medios de comunicación, al Tribunal Supremo Electoral y a las encuestadoras para que no dieran a conocer lo que ya se sabía a las 20:00 horas y que demoró cuatro horas en visibilizar: el triunfo del MAS era inobjetable triunfando por una mayoría abrumadora. Una maniobra que comenzó a cocinarse en la vista que hizo Murillo a la sede de la OEA a fines de septiembre y al Departamento de Estado dirigido por Mike Pompeo, que dieron las órdenes y los apoyos necesarios para impedir que el MAS volviera a presidir el gobierno. Un plan que mostró su fracaso absoluto, una derrota del imperio y de los gobiernos derechistas latinoamericanos coordinados por Almagro.

El resultado del recuento fue claro y planeadamente postergado. El propio ex presidente Evo Morales, en conferencia de prensa dada en Argentina sostuvo “Las empresas encuestadoras se niegan a publicar el resultado en boca de urna. Se sospecha que algo están ocultando”. Por su parte, Sebastián Michel, vocero del MAS señaló que existía una estrategia del gobierno de facto para lograr que no se entregara información y así generar un clima de violencia con el objetivo final de anular las elecciones. La enorme amplitud de cifras entre Arce y Mesa ha hecho imposible llevar a cabo lo que el departamento de estado norteamericano, junto a la OEA habían planeado junto al ultraderechista Ministro de Gobierno Arturo Murillo.

La parte más difícil viene ahora para recuperar una vida trastornada por una dictadura que ha violado los derechos humanos en todos los ámbitos en que pueden ser violados; sanitarios, integridad física, en el acceso al trabajo, a la educación, en derechos cívicos y políticos. Ahora viene justicia por los muertos, por los humillados sanar las heridas propiciadas por un gobierno de facto que cometió atropello a los derechos de millones de bolivianos y bolivianas.

En un interesante análisis de Mario Rodríguez, periodista y educador popular boliviano con especialidad en interculturalidad, los resultados de estas elecciones el 18 de octubre “han sido una victoria en el territorio del enemigo, en un campo conservador donde se aglutinó lo más fascista que puede tener la política. Articulado en los sectores más retrógrados que puede tener un país. Un triunfo sobre el dinero, el poder mediático, los poderes hegemónicos. Dicho marco permite evidenciar que En primer lugar es evidente que se trata de una victoria del pueblo boliviano, que supera la conformación partidaria y sumerge a la sociedad en la búsqueda de su futuro.

En segundo lugar, para el análisis interno de lo que ha sido una fortaleza en el masismo, se conformó el sujeto de lo plurinacional, con un abanico amplio de posibilidades, que hay que fortalecer. Un triunfo que se da contra viento y marea, que permite pensar en transformaciones profundas. Un tercer elemento es que se necesita una profunda reflexión y una crítica respecto a lo que fueron los gobiernos del MAS para recomponer elementos que fueron erosionados y que necesitan ser reconstituidos en la capacidad de participación popular. Y en cuarto lugar este triunfo es un tremendo impulso para las luchas populares en Latinoamérica, de la patria grande.

Claramente este es un laurel obtenido por el MAS, una conquista enorme, que representa la justeza de tres lustros de gobierno transformador en Bolivia, que caló hondo, que a la hora de la comparación le ganó por cientos de miles de votos a esa derecha recalcitrante. Una derrota del fascismo que le va a doler a la derecha, al grupo de Lima, al converso Luis Almagro que deberá responder de esta derrota ante sus amos estadounidenses, que gastó cientos de millones de dólares, para tratar de consolidar un gobierno de facto y darle posibilidades a la derecha boliviana, para tratar de volver a ejercer sus gobiernos nefastos, fracasando estrepitosamente en esta misión que los visibiliza como lo que son: oportunistas, racistas, soberbios y escasos de visión, para calar en plenitud el pensamiento y los anhelos de un pueblo que aprendió a defender su dignidad.

Para el triunfador de estas elecciones del 18 de octubre Luis Arce Catacora, el desafío es claro “Hemos recuperado la democracia y la esperanza, como también estamos recuperando la certidumbre para beneficiar a la pequeña, mediana, gran empresa, al sector público y a las familias bolivianas. Gobernaré para todos los bolivianos y trabajaré para reencaminar, sobre todo, la estabilidad económica del país” Luis Arce agradeció la confianza del pueblo boliviano, de los militantes del MAS, de la comunidad internacional y a los observadores que llegaron para supervigilar las elecciones.

El MAS logró una victoria inapelable, a pesar del Covid 19, las amenazas del gobierno y los intentos de impedir que se votara. El MAS arrasó en las grandes ciudades y en el mundo rural. No hubo lugar en Bolivia, donde el mundo masista no haya logrado hacer morder el polvo de la derrota a Carlos Mesa, Luis Fernando Camacho y los suyos. El MAS triunfó a pesar de la labor de desestabilización de la OEA y el títere Luis Almagro secretario general de esta organización, definida como el Ministerio de colonias de Estados Unidos. El MAS triunfó a pesar de fuerzas poderosas en su contra, porque la marcha justa no tiene freno posible.

El MAS triunfó porque el pueblo sabio de Bolivia entendió, que a pesar de todas las críticas que a su movimiento se le podían hacer, hizo un trabajo que tenía como centro a los más postergados de Bolivia, por la defensa de sus derechos y la construcción de aquellos negados, a los que por cientos de años fueron humillados, denigrados y que con el MAS comenzaron a andar con su marcha de gigantes. No hay freno posible cuando un pueblo defiende lo suyo

Cedido por www.segundopaso.es

Fuente de la Información: https://rebelion.org/el-mas-y-un-triunfo-arrollador/

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