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Chile: Feminismo y educación. Una oportunidad para detener la violencia en las escuelas

por Aschly Elgueda – Marcela Vargas – Irma Díaz

En Chile la crisis de la educación es evidente: La deserción de más de 40.000 estudiantes en 2021 y el déficit docente de casi el 19% de profesoras/es que se requerirán para el 2025 son síntoma de la deuda de la democracia con el derecho a la educación, con quienes nos desempeñamos en ella y con las comunidades educativas: estudiantes y sus familias. Para las familias también es evidente: Un 97,7% de los padres, madres y/o apoderados consideran que la violencia escolar en el sistema educativo en Chile es un problema grave o muy grave: No es viable ignorar estos problemas. Nosotras sostenemos que tampoco podemos resolverlos ni comprender las dificultades que tienen estudiantes, trabajadoras y familias, sin una perspectiva feminista y crítica de género. Así como no es posible avanzar en las demandas del movimiento feminista sin transformar la educación.

Según la ONG internacional Bullying Sin Fronteras, entre los años 2020 y 2021 hubo un aumento de un 40% de las denuncias por maltratos físicos y psicológicos en los establecimientos educacionales, pasando de 3.760 casos a 5.934. Las profesoras sabemos que la palabra “bullying” esconde temas como violencia de género, racismo o transfobia. Las tareas domésticas y de cuidado son una de las principales razones de la deserción escolar y las niñas y jóvenes más pobres son las que tienen mayor riesgo de abandonar sus estudios. Entre 2005 y 2015, más de 10 mil niñas menores de 15 años fueron madres. Sin embargo, la Educación Sexual en Chile comienza recién a los 14 o 15 años, cuando inicia la educación media y con un foco esencialmente preventivo-biologicista.

La conmemoración del 8 de marzo en las escuelas es una oportunidad para reflexionar sobre la desigualdad y las violencias que impactan a niñas, jóvenes y mujeres y sobre cuál es el compromiso de las escuelas frente a este problema. La escuela como institución tiende a ser un lugar de producción, pero también de reproducción de ciertas prácticas y saberes entendidos como establecidos y naturalizados en el espacio social y público y que, muchas veces, los espacios educativos reproducen. Ejemplo de esto es la violencia hacia las mujeres y disidencias sexuales y de género, reforzando un reflejo de lo social en la escuela, de cómo se relacionan los cuerpos en función de su sexo – género.

Detener la violencia en las escuelas, por lo tanto, no sólo es construir comunidades educativas más seguras, sino también una sociedad más justa. Para esto, es necesario que las familias se involucren en las relaciones de enseñanza y aprendizaje, no como árbitros, jueces o clientes, sino como miembros de la sociedad civil que confían y se comprometen con una educación que transforme el futuro de sus hijos e hijas. Una educación que ofrezca igualdad de oportunidades o que sea inclusiva, como demandan muchas familias, no puede ser sexista: Al contrario, una educación libre de sexismo es el camino hacia una real transformación y una oportunidad para intervenir y detener la violencia de los espacios escolares, arraigada en la diferencia sexual y de género. De esta manera, se pone de manifiesto la desigualdad al habitar el espacio social y público en general, y en particular, el espacio educativo, las aulas.

Tenemos la convicción de que una educación libre de violencias es posible y que una educación feminista no sólo es una herramienta que permite vidas libres de violencia en las salas de clase, sino que además reestructura, desde los cimientos, la sociedad en su totalidad. Para transformar la escuela no bastan hitos aislados o simbólicos. Hay maneras concretas que hemos propuesto hace años desde las luchas feministas: un currículum no sexista que visibilice el rol de las mujeres en las distintas áreas, la formación de docentes y de la comunidad educativa en temáticas de violencia sexual y de género, la elaboración de protocolos de género en todas las instituciones educativas y, por supuesto, una ley de Educación Sexual Integral (ESI), la cual podría integrar todas estas demandas.

Apelamos por una ESI que incorpore la afectividad como un elemento central, puesto que educar en relaciones respetuosas y seguras es condición para abordar la violencia. Hablar con y desde el consentimiento es urgente, para no volver a poner en duda la palabra de quien es víctima de la violencia sexual y/o de género. Una educación que comprenda la interacción estudiante-escuela con principios mínimos e internacionalmente aceptados, como son los Derechos Humanos, el derecho a la vida, el derecho a la dignidad.  Quienes se oponen a abordar estos temas son los mismos sectores que han empobrecido las escuelas y que hoy usan los problemas de familias, estudiantes y profesoras para sacar provecho político, diciendo que son problemáticas para abordar en lo privado y no en lo público.

Las escuelas como espacios de socialización secundaria, luego de la familia, se constituyen como núcleo de la reproducción de la violencia hacia mujeres y disidencias sexuales y de género. Pero también vemos las escuelas como espacios de resistencia, de revolución cotidiana, en donde cada día está en nuestras manos la posibilidad de cambiarlo todo. A 50 años del Golpe de Estado que permitió la privatización de la educación en Chile, no olvidamos a las profesoras, asistentes de la educación y estudiantes que lucharon y luchan contra los discursos y políticas que heredamos de la dictadura, y que persisten hasta el día de hoy como una deuda de la democracia con la educación.

Soñamos con desbordar los márgenes que condicionan los caminos de infancias y juventudes con identidades diversas, con orígenes e intereses diversos. En nuestras aulas como trinchera, deseamos nuevas generaciones sin sesgos de género, con foco en los derechos humanos, donde nos eduquemos permanentemente para abolir todo tipo de violencia, como un compromiso que atraviesa a todas las comunidades. Para que nunca más tengamos que lamentar que una estudiante no llegue sana y salva a su hogar o los suicidios de infancias y juventudes a quienes no se les reconoció el derecho a la identidad, el derecho a ser diferentes, a ser disidentes y existir.

Aschly Elgueda, Marcela Vargas, Irma Díaz
Red Docente Feminista (REDOFEM)

Feminismo y educación: Una oportunidad para detener la violencia en las escuelas

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Colombia: Petro se compromete con Fecode a reformar los recursos de la educación

El presidente Gustavo Petro se reunió este lunes 6 de marzo con los directivos de la Federación Colombiana de Trabajadores de Educación (Fecode), quienes le presentaron el pliego de peticiones del magisterio, el cual fue radicado la semana pasada el día de las marchas protagonizadas por los docentes del país.

Tras la reunión, la ministra de Educación designada, Aurora Vergara, y el presidente de Fecode, Carlos Rivas, presentaron las conclusiones de dicho encuentro.“Reflexionamos sobre la importancia de garantizar que mayor número de estudiantes ingresen en condiciones de calidad al sistema de educación, escuchamos sus preocupaciones, el apoyo que manifiestan al trabajo que estamos desarrollando y la importancia de generar espacios de diálogo y trabajo conjunto. Conversamos de la necesidad de proteger la vida de los profesores y profesoras que tanto lo requieren en distintos territorios del país”, dijo la jefe de la cartera educativa.

A propósito, Rivas mencionó las conclusiones de la conversación, destacando la decisión por parte del presidente Petro de radicar en el segundo semestre la reforma al Sistema General de Participaciones (SGP), el cual reúne el 58 por ciento de los recursos destinados a la educación. De ellos dependen, entre otras cosas, el salario y los ascensos del magisterio, la ampliación y creación de nuevas sedes educativas y el Programa de Alimentación Escolar.

“Le planteamos la necesidad de que en el Plan Nacional de Desarrollo apareciera la reforma al SGP, en especial las modificaciones a los artículos 356 y 357. Lo que él dice es que está de acuerdo con la reforma, pero pide que se radique en el segundo semestre del año para incluir los temas de agua potable, saneamiento básico y salud, en el entendido de que avance la reforma a la Salud”, señaló Rivas.

En cuanto a los ascensos y reubicaciones de maestros, se acordó abordar el tema en la mesa de negociación que inicia el 9 de marzo entre el magisterio y el Ministerio de Educación a propósito del pliego de peticiones.

En dichos encuentros también se tratarán otros temas como la nivelación salarial, la protección de los maestros que han sido objeto de amenazas y hostigamientos (de la mano de la Unidad Nacional de Protección – UNP), entre otros.

“Estamos complacidos de que al Ministerio de Educación llegue una mujer de las cualidades de Aurora Vergara. Con ella vamos a hacer una sinergia para ayudar a transformar la educación pública de calidad”, finalizó Rivas.

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UNICEF: Una crianza para la prevención de la violencia y la promoción del derecho #BuenTrato

Una crianza para la prevención de la violencia y la promoción del derecho #BuenTrato

Descubre sobre una herramienta de consulta en materia de crianza y prevención integral de la violencia

Puntos destacados

Esta publicación está dedicada a todos los cuidadores y cuidadoras que desde el hogar desean tener una herramienta de consulta en materia de crianza y prevención integral de la violencia. Aquí se consigue material que ayuda a cambiar conocimientos, actitudes y prácticas. Construyendo una nueva matriz de conceptos y las fortalezas.

Ser padre o madre no siempre es fácil. Cuando se trata de la no violencia y de sus hijos, usted probablemente suela cuestionarse a sí mismo. La intención de la creación de este manual es que su utilización sirva para orientar en la crianza basada en la promoción del derecho al buen trato, pasando por los puntos vitales que implican la práctica de la no violencia.

Es prioridad empezar desde que son pequeños, enseñándoles a cuidar su cuerpo, su persona, a valorarse, saber lo que está bien y lo que está mal. Sin embargo, aún en los hijos e hijas más grandes hay una misión muy importante, acompañarles y enseñarles estrategias para rechazar actitudes irresponsables, presión de grupo, y la formación de un autoconcepto sano para marcar el camino hacia su propio futuro.

El maltrato infantil se puede prevenir, para esto es importante que madres, padres, cuidadores (as), entiendan los procesos que viven sus hijos, de lo contrario es común interpretar algunas conductas de ellos como falta de cooperación o agresividad.

Autor: UNICEF VENEZUELA
Fuente de la Información: https://www.unicef.org/venezuela/media/501/file

 

 

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Perú: Formación profesional con responsabilidad social, un compromiso con el mundo

Formación profesional con responsabilidad social, un compromiso con el mundo

Silvia Campodonico

Más allá del éxito individual, un profesional socialmente responsable actúa éticamente y toma decisiones que beneficien a la sociedad en su conjunto. Ese es el tipo de líderes que necesitamos.

¿A qué tipo de personas nos gustaría entregar nuestras empresas, comunidades, países y mundo? Para responder a esta pregunta elaboré el perfil de un líder ideal. Le atribuí una carrera con gran influencia en el futuro, amplios conocimientos en temas políticos, económicos y sociales, excelentes capacidades de gestión, las mejores habilidades técnicas y blandas, talentos y mucho más. Sin embargo, advertí que había construido una criatura de Frankenstein que no terminaba de encajar. Finalmente, luego de mucha reflexión entendí que solo necesitaba cumplir una característica: ser socialmente responsable.

Por muchos años, y hasta hoy, la educación en nuestro país ha estado enfocada en formar profesionales con conocimientos y habilidades que les permitan ser más competitivos y eficientes en el mercado laboral, para alcanzar “éxito” económico como meta superior. Hasta cierto punto, este sistema ha impulsado nuestro progreso. No obstante, pienso que también ha automatizado nuestras vidas, haciéndonos más individualistas y desconectándonos de los problemas que nos rodean.

Por tanto —frente a todas las crisis políticas, económicas, sociales y ambientales que nos aquejan año tras año—, es evidente que necesitamos formar nuevos líderes que promuevan el bienestar común desde cualquier campo de acción. Para lograrlo, lo primero que debemos hacer es volver a conectar a los jóvenes con el mundo en el que se desarrollan, pues ellos guiarán los destinos de nuestra sociedad en el corto plazo. En ese sentido, es necesario incorporar la responsabilidad social en la formación de los profesionales, no solo para cumplir con los trámites de licenciamiento institucional, sino más bien para contribuir genuinamente a la construcción de una mejor sociedad para todos.

La responsabilidad social, como pilar en el proceso educativo, es importante porque compromete a los profesionales a actuar éticamente y a tomar decisiones que beneficien a la sociedad en su conjunto, considerando aspectos claves como la justicia social, la sostenibilidad, la diversidad, la inclusión, entre otros. Pero, sobre todo, la formación con responsabilidad social los predispone a utilizar sus habilidades y conocimientos para abordar y solucionar los problemas que afectan a su comunidad.

Pero, ¿cómo empezamos a educar con responsabilidad social? El Aprendizaje Basado en Problemas es una excelente alternativa, pues es una metodología mediante la cual los alumnos llevan a cabo un proceso de investigación y creación que culmina con la respuesta a una pregunta o la resolución de un problema. Asimismo, en la escuela de educación superior Toulouse Lautrec tenemos hace muchos años una metodología única denominada Toulouse Thinking, que permite resolver diferentes necesidades y problemas a través del pensamiento creativo y estratégico, para aplicarlos a situaciones reales. Así, formamos profesionales empáticos, preocupados por la sociedad y capaces de transformar realidades.

Finalmente, es preciso señalar que la expectativa por profesionales y empresas socialmente responsables no es un argumento de venta. De hecho, es una necesidad que compromete cada vez a más personas e industrias. Por ejemplo, un informe de Deloitte revela que 8 de cada 10 jóvenes valora más a las empresas sostenibles y, según GFK, 7 de cada 10 espera que las marcas se involucren en causas sociales. Por tanto, el mercado laboral también demanda más profesionales formados con una visión sostenible.

Creo, firmemente, que desde la academia debemos asumir un compromiso real con la sociedad y virar hacia la formación de profesionales con responsabilidad social para generar impacto positivo en la sociedad. ¡Asumamos el desafío con convicción!

NOTA: “Ni GRUPORPP ni sus directores, accionistas, representantes legales, gerentes y/o empleados serán responsables bajo ninguna circunstancia por las declaraciones, comentarios u opiniones vertidas en la presente columna, siendo el único responsable el autor de la misma”.

Fuente de la Información: https://rpp.pe/columnistas/silviacampodonico/formacion-profesional-con-responsabilidad-social-un-compromiso-con-el-mundo-noticia-1469763

 

 

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Argentina: Maestra, feminista, académica, militante de izquierda

Maestra, feminista, académica, militante de izquierda

A partir de 1919, Angélica Mendoza, como conductora de una huelga docente, esta dirigente mendocina desarrolló una vasta y cuestionadora labor en varios campos. A su prolongada trayectoria militante se aúna una destacada producción intelectual. Su vida y su obra merecen un amplio rescate.

En las primeras décadas del siglo XX fueron varias las mujeres militantes que se destacaron por su labor en pro de los derechos de la mujer, en muchos casos articulada con una perspectiva revolucionaria en alguna de las corrientes de la izquierda de la época.

En esa conjunción se sitúa esta dirigente sindical, militante con responsabilidades de dirección en distintas corrientes políticas y periodista en publicaciones militantes. Asimismo fue una intelectual destacada, autora de varios libros; los primeros en el campo de la ficción o del testimonio personal.

Luego se volcó a estudios filosóficos, pedagógicos y sociológicos, vinculados a la realización de estudios superiores y al ejercicio de la cátedra universitaria en esos campos de conocimiento.

Del gremialismo a la vida partidaria.

Su fecha probable de nacimiento fue en 1897, en la ciudad de Mendoza.

La trayectoria de activista tuvo inicio en su ciudad natal, donde trabajaba como maestra. Asumió un rol directriz en una vasta huelga docente en 1919, causada por un prolongado retraso en el pago de los sueldos por el gobierno provincial. A raíz del conflicto, y junto con Florencia Fossati fundan una entidad gremial, Maestros Unidos. Fossati ocupa la presidencia de la organización y Angélica la secretaría general. Sufrió sanciones y represalias en su trabajo docente, de resultas de su compromiso sindical.

A propósito de ese activismo estableció una relación con Rodolfo Ghioldi, dirigente del gremio de maestros a escala nacional. Una derivación de ese vínculo fue la incorporación al Partido Socialista Internacional, al poco tiempo de su ingreso convertido en Partido Comunista, sección argentina de la Internacional Comunista. Angélica participa de la fundación de ese partido en la provincia de Mendoza.

En un nuevo episodio huelguístico es despedida de su cargo de maestra, junto con la mencionada Fossati. Ambas son procesadas por desacato.

A fines de 1920 se instala en Buenos Aires, desde donde desenvolverá sus actividades por un largo tiempo. Allí se vuelca a su vocación por la escritura, con dos novelas cortas con temas vinculados a la liberación sexual de la mujer. La primera se titula El dilema y la segunda La venganza del sexo. Novela realista del amor en la naturaleza.

Al mismo tiempo se desenvuelve su actuación en el Partido Comunista. En estos primeros años de esa organización se producen con frecuencia disidencias y rupturas. En 1922 Mendoza se alinea con una corriente situada a la izquierda de la conducción oficial. Se entabla una dura lucha de fracciones.

La tendencia disidente capta una buena porción de dirigentes y militantes, en particular entre los que se desenvolvían en ámbitos obreros. Incluso logra convertirse en mayoritaria en algunos congresos partidarios, transcurridos entre 1922 y 1925. Cayetano Oriolo, Teófilo González y Héctor Raurich son algunos de los dirigentes que se desenvuelven en esa fracción.

Las discrepancias se centran en la elaboración del programa partidario, respecto al que estos últimos se inclinan por planteamientos más radicales.

La confrontación comienza a definirse cuando el sector encabezado por José F. Penelón, Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi obtiene el respaldo de la Internacional. Corría 1925 cuando Angélica y Cayetano Oriolo entre otros, son expulsados del P.C.

En enero de 1926 se constituye una nueva organización, denominada Partido Comunista Obrero. Inician la publicación de un periódico llamado La Chispa, tal como el periódico de los bolcheviques rusos orientado por Vladimir Lenin. Mendoza se desempeña como directora de esa publicación.

En julio de 1926 se celebra el primer congreso del nuevo partido y es elegida como miembro del Comité Central.

En ese mismo lapso ingresa en la Unión Latinoamericana, agrupación de carácter antiimperialista, que a esa altura era conducida por el comunismo ortodoxo. Rápidamente excluida de la misma junto con otros compañeros fundan la Liga Antiimperialista, en la que los “chispistas” integrarán el grupo situado más a la izquierda.

En esos años, y por muchos más, las mujeres no tenían acceso al sufragio, exclusivamente masculino. Pese a ello se consigue que personas del género femenino puedan ser postulantes a diversos cargos electorales. Ya había ocurrido años atrás con la pionera Julieta Lanteri.

Angélica Mendoza será candidata a concejal por la ciudad de Buenos Aires en los comicios de 1926.

Más llamativa es su postulación a la presidencia de la república en las elecciones de 1928. Era la primera vez que una mujer ocupaba tan alta candidatura en nuestro país, hecho que no se repetiría por mucho tiempo. En las boletas de votación se destacaba su condición de maestra.

Cuando en el terreno internacional comienza a delinearse la figura de León Trotsky como personalidad discrepante con la corriente que encabezada por José Stalin había prevalecido en la conducción de la Unión Soviética, quienes se agrupaban con La Chispa manifestaron afinidad con las ideas del fundador del Ejército Rojo.

Con Trotsky ya oficialmente condenado en la URSS y en vías de ser sometido a destierro, el Partido Comunista Obrero anunciaba que tenía a la venta en sus locales algunas de sus obras más importantes.

De todos modos intentaron todavía, durante 1929, disputar la representación argentina de la IC y produjeron algunas manifestaciones de alineación con la conducción oficial soviética y de la Internacional. Se trataba de un movimiento táctico, pues en cuanto se vio que el partido oficial seguía contando con el respaldo internacional continuaron con su deriva opositora.

Condenado el partido sin remisión por la ortodoxia, terminó disolviéndose. Sus miembros se acercarían enseguida a los primeros núcleos trotskistas formados en el país.

La labor intelectual y la cátedra.

Por ese entonces, Angélica decidió realizar estudios universitarios, ingresando a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, en la que seguiría estudios de filosofía y luego de pedagogía. Ello no la alejó de la actividad militante, que desplegó incluso en el Centro de Estudiantes de la mencionada Facultad.

Producido el golpe militar del 6 de septiembre de 1930 se destacó en las acciones contra la flamante dictadura. Fue oradora en un mitín en la Casa Suiza, organizado por la Unión Antifascista. Como consecuencia de ese discurso fue detenida y acusada de haber proferido graves injurias contra el dictador José Félix Uriburu. Condenada por esos cargos fue remitida al penal de mujeres conocido como Cárcel del Buen Pastor, regenteado por una orden de religiosas.

Permaneció unos meses allí. Fue una crítica observadora de la disciplina de esa prisión y de las actitudes de las mujeres que se hallaban detenidas por delitos comunes. Volcaría sus impresiones en un libro, titulado justamente Cárcel de Mujeres, publicado en 1933.

En la década de 1930 prosigue con su acción política. Forma parte de los incipientes núcleos trotskistas que actúan durante esos años. Entre ellos Izquierda Comunista Argentina, la Liga Comunista Internacionalista y la Liga Obrera Socialista. Sigue vinculada al periodismo en un períodico vinculado a esas corrientes, Inicial.

En los últimos años de la década emprende un camino de acercamiento a las mujeres que se desempeñaban en un ámbito más intelectual que político y sin los matices radicalizados que profesaba Angélica. A través de María Rosa Oliver, de tendencia de izquierda y cercana al PC, entra en relación con la revista Sur, dirigida por Victoria Ocampo.

Ya en 1941, por mediación de la misma Oliver, consigue una beca para perfeccionar sus estudios en los Estados Unidos, en la Universidad de Columbia, donde realiza estudios de doctorado. A partir de allí, su sendero principal pasa a ser la actividad académica.

Su especialidad pasará a ser la historia de la cultura y de las ideas, campo en el que tomará parte como docente e investigadora en varias entidades norteamericanas y en torno al cual publicará varios libros. En 1948 defiende su tesis de doctorado en Columbia.

Posteriormente pasa a desenvolver actividades en México, algunas de ellas en ámbito de la UNESCO.

En 1955 se produce su retorno definitivo a la ciudad de Mendoza. Allí continúa con la labor docente, en el campo de la filosofía y la ciencia política. Asimismo cumple un rol de dirección en la realización de investigaciones empíricas, guiadas a la indagación de la problemática social en Mendoza. Dicta la materia Sociología e impulsa la creación del instituto de esa disciplina en la Universidad Nacional de Cuyo.

Ya alcanzado un vasto reconocimiento por su esfuerzo intelectual, fallece en su ciudad en 1960.

Cabe señalar que su discrepancia y ruptura con el Partido Comunista se extendió a cierto maltrato, aún muchos años después de producido el enfrentamiento. En 1947, en la publicación titulada Esbozo de Historia del Partido Comunista de la Argentina, elaborada por la conducción de esa agrupación, se la tilda de “aventurera trotskizante de vida turbia”.

En esa elocuente frase se condensaba la condena a su orientación política con la estigmatización a causa de su vida independiente, alejada de los cauces que la estrecha moral de la época asignaba al género femenino.

Parte de la obra de Angélica Mendoza ha sido objeto de algunas reediciones en nuestro país. La Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación publicó en 2003 una selección de textos suyos.

Años más tarde, en 2012, la Biblioteca Nacional reeditó la mencionada Cárcel de Mujeres.

Sería deseable que se emprendiera una difusión más amplia de su obra, que ha quedado remitida a ediciones de limitada circulación.

Otro acercamiento a su trayectoria vital y su obra se produjo en 2018 en formato cinematográfico. Ese año fue estrenado un cortometraje documental titulado Memorias Desobedientes, que la tiene como protagonista.

De cualquier manera, una mujer luchadora, de orientación feminista y vasta producción escrita como ella merecería una difusión mucho más amplia, acorde con su verdadero lugar en la historia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/maestra-feminista-academica-militante-de-izquierda/

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Chávez y la emergencia del pensamiento emancipatorio latinoamericano

Chávez y la emergencia del pensamiento emancipatorio latinoamericano

Por Aram Aharonian*

A diez años de su muerte

Hugo Chávez, la locomotora que impulsó la construcción diaria de la Patria Grande, la de los pueblos, dejó hace 10 años una nación huérfana. Simbolizó (y simboliza) la emergencia del pensamiento regional emancipatorio del cambio de época, con críticas anticapitalistas de cuño marxista, con una concepción humanista. Y rescató la idea de socialismo como horizonte utópico.

Fueron 14 años que transformaron Venezuela pero también Nuestramérica, La pobre. Primero, considerando que nuestras grandes mayorías, los invisibilizados por las elites y los medios hegemónicos, no solo eran objeto sino que se transformaron en sujetos de política. La vida digna para todos. Atreviéndose a hacer lo que muchos consideraban (o creíamos) imposibles, como enfrentarse al imperialismo, o romper con las buenas costumbres de la democracia formal y liberal, institucional y declamativa, entendiendo que había que empoderar a los pobres, dándoles acceso a la educación, vivienda, salud, para todos. Comprendiendo que había que pasar de la etapa de más de 500 años de resistencia a una etapa de construcción de naciones soberanas, de una verdadera democracia participativa, de construcción de poder popular, mediante una revolución por medios pacíficos, avanzando hacia la integración y la unidad de nuestros pueblos –y no de nuestro comercio-, mediante la complementación, la cooperación y la solidaridad, lejos de los dictados del Consenso de Washington.

Los avances económicos y sociales experimentados por el pueblo venezolano, hoy atacados con feroz salvajismo por el desenfreno estadounidense y la incapacidad (por no usar otros adjetivos) de sus lugartenientes locales, son importantes pero no son lo esencial, que radica en que Chávez produjo una revolución en las conciencias, cambió la cabeza de nuestros pueblos. La inmensa popularidad de Chávez en toda la región y en el Tercer Mundo reveló la revolución de esos cambios en el imaginario popular.

Del “ALCa-rajo” marplatense –junto a sus “socios” Néstor Kirchner y Lula da Silva- que enterró la pretensión libre comercial estadounidense, al pensamiento boliviariano que da sustento a lo que denominó Socialismo del Siglo XXI. Leyó que Simón Rodríguez, el maestro de Bolívar, señalaba que era necesario crearse un símbolo ideológico propio. Y Chávez lo pensó basado en un Estado eficaz, que regule, impulse, promueva, el proceso económico; la necesidad de un mercado, pero que sea sano y no monopolizado ni oligopolizado y por sobre todo el hombre, el ser humano. En su propuesta de ruptura con el capitalismo hegemónico, aparece un modelo humanista con bases marxistas y esto responde a la pretensión y necesidad de construcción de un modelo ideológico propio, de verse con ojos venezolanos y latinoamericanos. “La democracia (formal) es como un mango, si estuviese verde hubiese madurado. Pero está podrida y lo que hay que hacer es tomarlo como semilla, que tiene el germen de la vida, sembrarla y entonces abonarla para que crezca una nueva planta y una nueva situación, en una Venezuela distinta”, solía decir.

Hace 10 años murió Hugo Chávez, el hombre que cambió el rumbo de Venezuela y América Latina, a quien le bastó con pronunciar dos palabras en 1992 para entrar en la historia de su país y convertirse en un nuevo referente político. Las imágenes televisivas, de apenas un minuto y 15 segundos, transmitidas a las 10:30 del 4 de febrero de 1992 dejaron a la posteridad su reconocimiento del fracaso de la intentona revolucionaria que coprotagonizaba: “por ahora”.

Una década después -siendo presidente- sería objeto de un golpe de Estado, el 11 de abril de 2002, que culminó con su restitución –con el pueblo en la calle exigiendo el retorno de su presidente constitucional- dos días después. Sobrevivió al sabotaje petrolero y al paro patronal de 62 días. El cáncer –dicen- terminó con su vida cuando iba a comenzar un nuevo mandato, y dio inicio al mito.

Algunos aseguraron que con su muerte el “ciclo progresista” había concluido. Desde Washington hicieron todo lo posible para finiquitarlo; sanciones económicas, bloqueo, invento de un presidente títere, invasiones, intentos de magnicidio contra su sucesor, Nicolás Maduro. Y desde Europa volvieron los vendedores de espejitos de colores, disfrazados de “asesores”, para cambiar el rumbo de la Revolución Bolivariana, pacífica, camino al socialismo. Mataron a Chávez, quisieron destruir al chavismo.

Las últimas instrucciones

La misma noche de su último triunfo electoral, el 8 de octubre de 2012, anunció desde el “balcón del pueblo” (en el palacio de Miraflores) el inicio de un nuevo ciclo en la construcción del socialismo venezolano, con un llamado a la crítica y la autocrítica, a multiplicar la eficiencia, terminar con el burocratismo -una nomenclatura que acata pero no cumple- y, sobre todo, fortalecer el poder comunal. Doce días después, el 20 de octubre, en el primer consejo de ministros del nuevo ciclo, Chávez dejó sus instrucciones -”el golpe de timón” lo llamó- para el período 2013-2019, donde insiste en la necesidad de un poder popular que desarticule la trama de opresión política, la explotación del trabajo y la dominación cultural. “La autocrítica es para rectificar, no para seguirla haciendo en el vacío, o lanzándola como al vacío. Es para actuar ya, señores ministros, señoras ministras”, señaló, instándolos a dar un golpe de timón

Antes de iniciar el nuevo ciclo, Chávez señaló la necesidad del debate de fondo para afrontar una lógica de la llamada institucionalización de la revolución y sus efectos de derechización y burocratización: «Alguien debe organizar un gran foro sobre la vía al Socialismo. Allí se discutirá, por ejemplo: ¿Se puede ir al Socialismo en conchupancia con el capitalismo? ¿Se puede separar la relación económica de la formación de la conciencia del Deber Social, fundamento del socialismo? ¿Se pueden construir nuevos empresarios capitalistas sin conciencia capitalista, como proponen algunos? La ausencia de discusión nos lleva al fracaso». Chávez era consciente de que en las bases -que exigían participación y debate- había malestar por un reforzamiento de sectores, prácticas e ideologías funcionales al capital en importantes voceros políticos (ministros, diputados, gobernadores, candidatos a alcaldes, cuadros de dirección partidista), orientados a sacarle el cuerpo a la teoría y práctica del socialismo. Habló de configurar una nueva socialidad desde la cotidianidad, con nuevos modos de planificar y producir la vida material, basada en la solidaridad, pulverizar el viejo Estado burgués, inventar nuevas formas de gestión pública, e insistió en la irreversibilidad de la transición socialista. Ya el Che Guevara había denunciado los vanos intentos de «construir el socialismo con las armas melladas del capitalismo: propiedad privada, mercado, dinero, mercancías, competitividad».

Chávez, en tono de autocrítica, puso en la mesa la posibilidad de perder el rumbo de un gobierno revolucionario. «La comuna, el poder popular, no es desde Miraflores ni es desde la sede del ministerio tal o cual desde los que vamos a solucionar los problemas. No creamos que porque vamos a inaugurar la fábrica de Cemento Cerro Azul o la fábrica de fábricas en Guanare, o la fábrica de computadoras, o la fábrica de satélites, o la fábrica ésta y aquella, o porque nacionalizamos cementos, ya estamos listos, no”. ¡Cuidado!, alertó a su equipo: “Si no nos damos cuenta de esto, estamos liquidados y no sólo estamos liquidados, seríamos nosotros los liquidadores de este proyecto. Nos cabe una gran responsabilidad ante la historia a los que aquí estamos. Véanse las caras, véanse los ojos en el espejo cada vez que vayan al baño o a donde haya un espejo. Yo de primero”.

¿Hasta qué grado las medidas y políticas adoptadas contribuyen activamente a la constitución y consolidación bien arraigada de un modo sustancialmente democrático, de control social y autogestión general?, planteaba, mientras repetía que la «máxima felicidad posible» pasaba por discutir el consumo alienado y las necesidades artificiales, superación del «tener» por el «ser».

El 30 de agosto de 1992, en la cárcel de Yare -donde estaba preso tras fallar el intento revolucionario del 4 de febrero- le dijo a José Vicente Rangel:  “Soy un subversivo amoroso, contumaz e impenitente, en pos de la felicidad de mi pueblo y en la plena concreción de la patria bolivariana y socialista”. El soñador, a veces ingenuo, perdonavidas, el guerrero, el que siempre quiso ser beisbolista, que sufrió también la soledad del poder, supo combinar el pensamiento político e ideológico con lo pragmático. Y hace diez años se nos fue de repente. Su pueblo repitió en las calles: “Todos somos Chávez”. Dejó su Plan de Gobierno 2013-2019: la senda estaba trazada. Lo difícil era recorrerla.

Hace una década vivimos el dolor de la partida. Inmenso dolor de todo un pueblo desolado en las calles. ¿Quién, chavista o escuálido (antichavista), podía imaginar a Venezuela sin Chávez, a Latinoamérica sin él? Pero, como decía Alí Primera, el cantautor revolucionario venezolano, a los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos. Dejó un país huérfano, una Patria Grande huérfana. “Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!”, diría César Vallejo. ¿Será que la muerte de Chávez cambió el devenir de la región? Hoy se recita chavismo, bolivarianismo, cuando el mundo ha cambiado y vuelve a estar en guerra, y cada vez se hace más difícil soñar con una América (Latina y del Caribe) unida. La muerte de Chávez fue una puñalada trapera al futuro posible, que se venía diseñando.

*  Aram Aharonian. Periodista y comunicólogo uruguayo. Magíster en Integración. Creador y fundador de Telesur. Preside la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) y dirige el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE).

 

Fuente: pressenza

 

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/chavez-y-la-emergencia-del-pensamiento-emancipatorio-latinoamericano/

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La misión de la OEA sobre la violencia política contra las mujeres en Argentina: «Hostigamiento, ataques e impunidad»

Por: Mariana Carbajal

«El ataque a Cristina Kirchner no vino del vacío»

La misión tuvo por objeto analizar los ataques sufridos por mujeres en su actividad política en el país. El grupo de expertas advirtió sobre los discursos de odio y cómo pavimentaron el atentado contra CFK.

 

“Los discursos de odio que se reflejan en redes sociales y portadas de medios” hacia la vicepresidenta Cristina Kirchner “pavimentan la situación” que desembocó “en el atentado contra su vida: el ataque no vino del vacío”, consideró en una entrevista con Página/12 la abogada peruana Marcela Huaita, presidenta del Comité de Expertas que integran el Mecanismo de Seguimiento de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Mecsevi) de la Organización de Estados Americanos (OEA), al finalizar este viernes la visita oficial al país, que se extendió por tres días, para investigar la problemática de la violencia contra las mujeres en la vida pública y política Argentina.

El intento de magnicidio contra CFK fue uno de los casos abordados. “El tipo de imágenes con las que la representan en portadas de medios y en redes sociales constituyen violencia política por razones de género y naturaliza este tipo de violencia contra las mujeres. Tenemos otro atentado más reciente contra la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, y a una concejala en Bolivia directamente la han asesinado. Esto es algo muy grave que le hace daño a la democracia y a la sociedad. Hay que frenarla”, advirtió la experta.

Por la tarde, durante una conferencia de prensa, en un hotel del centro porteño, Huaita leyó el comunicado elaborado por la delegación del Comité de Expertas, en el que destacaron que los casos de violencia política contra mujeres en el país “no son hechos aislados” y dejaron un extenso pliego de recomendaciones a los tres poderes y a los medios de comunicación.

La delegación pudo evidenciar –expresó Huaita– que “el discurso de odio contra las mujeres políticas, especialmente las máximas figuras como la vicepresidenta, la presidenta de la Cámara de Diputados o las líderes sociales y políticas de las provincias, como en los casos de Milagro Sala en Jujuy y las Ramonas en Catamarca, genera un desorden informativo de características violentas que busca mermar su influencia pública”.

Además subrayó que “estos hechos se agravan por una evidente tolerancia por parte de los órganos del Estado, que parece ser sistemática”. En este sentido, señaló las asimetrías a nivel nacional y provincial, en especial en los procesos de administración de justicia. “En algunos casos, los resortes de atención e investigación de estas violencias pueden ser menos o más eficientes, dependiendo del nivel de tolerancia, aceptación y desarrollo de los mecanismos institucionales para combatir la violencia”, apuntó.

El impacto de la impunidad

–¿Cómo analiza el rol de los medios de comunicación? –le preguntó luego este diario a Huaita.

–Los medios van naturalizando estos discursos de odio. Esta violencia es un reflejo de la discriminación hacia la mujer. Los medios deben mirarse a sí mismos.

–¿Con qué impresión se va?

–Hay dos frases que hemos escuchado en las distintas reuniones que hemos mantenido que me impactaron: las mujeres se sienten solas y tiene miedo. Es una cuestión bastante potente, porque más allá de que hay normas e instituciones, no están funcionando. Los partidos políticos no están apoyando a sus propias militantes y esto se da en las provincias y a nivel nacional. Las mujeres hemos ocupado espacios pero los sentimos propios. Siguen sintiendo que no tienen respaldo y esto le hace daño a la democracia y es un mensaje que va calando en las nuevas generaciones. Hemos conquistado espacios, hemos llegado para quedarnos, pero necesitamos que haya un cambio cultural, que todos tenemos que construir.

“No son hechos aislados”

“Autocensura, hostigamiento, miedo e impunidad”: con estas cuatro palabras la delegación resumió su visión de la problemática que encontró en el país. En los tres días que duró la misión técnica, realizada a pedido del Gobierno, mantuvieron diversas audiencia privadas, entre ellas con la vicepresidenta CFK, la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, y dos de las “Ramonas Atrevidas”, las dirigentas catamarqueñas del radicalismo, sancionadas por la propia UCR por impugnar a un candidato denunciado por acoso y abuso sexual en esa provincia norteña.

El Comité de Expertas advirtió que “la impunidad” que rodea a estos hechos “tiene un enorme impacto en las mujeres y en las instituciones democráticas, en tanto la violencia política no solo agrede a las mujeres, sino que agrede a la democracia y a sus instituciones”. Y consideró que, de acuerdo a los testimonios recogidos, los mecanismos institucionales existentes en el país “no se están utilizando por una profunda desconfianza en la independencia y autonomía de los órganos tanto judiciales como partidarios, que deberían responder para garantizar el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia en el ámbito político”.

La delegación constató que las manifestaciones de violencia contra las mujeres en la política “no son hechos aislados”, que se trata de “una práctica ampliamente tolerada y que esto ocurre en todos los ámbitos de la vida pública, afectando a mujeres que se desempeñan en la función pública, en lo interno de sus partidos políticos, en los sindicatos, en las organizaciones sociales y de derechos humanos, y en los medios de comunicación”, dijo Huaita, al encabezar la rueda de prensa.

“Los actos de violencia son facilitados y exacerbados por algunos medios de comunicación social y el uso de las redes sociales, a través de mensajes y comentarios sexistas, símbolos, amenazas de violencia, divulgación de gestos e imágenes de naturaleza sexista o sexualmente humillante, principalmente por parte de parlamentarios, líderes políticos, funcionarios o exfuncionarios con poder y representación en los partidos políticos y distintos órganos de gobierno nacional, provincial y local”, agregó la experta peruana.

Principales preocupaciones

A lo largo de las reuniones mantenidas con autoridades y representantes del Estado, mujeres víctimas de violencia en el ejercicio de sus derechos políticos, organizaciones de la sociedad civil, academia y medios de comunicación, el Comité de Expertas destacó que pudo recabar información que da cuenta de la existencia de instrumentos para abordar la violencia en el espacio político. Sin embargo, constató que, “a pesar de estos instrumentos, subyace un clima de hostigamiento, ataques e impunidad contra las mujeres que participan en la vida pública y política”.

También escucharon a una delegación del Comité por la Libertad de Milagro Sala que expuso la persecución judicial que viene sufriendo en Jujuy la militante social encarcelada.

Prácticamente la totalidad de las entrevistadas durante las diferentes audiencias que mantuvieron “coincidió en que los hechos de violencia pretendían tener un carácter disciplinador por ejercer sus derechos en espacios que tradicionalmente no les pertenecían”, dijo Huaita. Además, agregó, “los diferentes testimonios escuchados apuntaron a que la violencia política contra las mujeres se ha visto exacerbadas por medios de comunicación y a través de redes sociales”.

Especial preocupación generó también al Comité “la situación de periodistas y comunicadoras sociales, así como defensoras de derechos humanos y sindicalistas, quienes manifestaron un claro retroceso en los espacios logrados y un elevado costo personal que obligó a muchas de ellas a silenciar su voz para protegerse, dándose así un proceso amplio de inhibición y autocensura”.

La visita

La misión estuvo conformada además por las expertas Leila Linhares Barsted, de Brasil, Lourdes Montero Justiniano, de Bolivia, y Sylvia Mesa Peluffo, de Costa Rica, y por la Secretaria Técnica del Mesecvi, Luz Patricia Mejía Guerrero. Estuvo junto a la delegación la experta independiente argentina, la abogada rosarina Susana Charotti.

En los tres días que duró la visita, la delegación mantuvo reuniones con autoridades de los tres poderes del Estado: representantes de la Cancillería, el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, y el Ministerio del Interior; con la presidenta de la Cámara Federal de Casación Penal, Ana María Figueroa, con la defensora general de la Nación, Stella Maris Martínez, con la titular de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres, Mariela Labozetta, y con el presidente de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Vía; también con diputadas, senadoras y representantes de partidos políticos.

Además tuvo encuentro con representantes de la sociedad civil, la academia y mujeres periodistas víctimas de violencia en el ejercicio de su profesión.

“Los actos de agresión en línea dirigidos en contra de mujeres con un perfil público o que son activas en los debates digitales son un ataque directo a la visibilidad de las mujeres y su participación plena en la vida pública, lo cual debilita al sistema democrático”, destacó Huaita.

Al respecto, el Comité consideró “importante” recordar que “esta violencia causa daños y sufrimientos graves a las mujeres, incluyendo daños psicológicos, físicos, sexuales, laborales y perjuicios económicos, quienes a menudo son objeto de victimización ulterior debido a estereotipos de género perjudiciales y negativos, prohibidos por el derecho internacional de los derechos humanos”.

Silenciamiento, ausencia de condena pública e impunidad

 

El Comité llamó la atención sobre el hecho de que existe “un silenciamiento y una ausencia de condena pública de estos hechos que profundiza, facilita, reproduce y magnifica la violencia contra las mujeres en la política”.

También dijo que en los casos donde convergen diferentes interseccionalidades como las condiciones de mujeres indígenas o las representaciones de las militancias por los derechos de las mujeres lesbianas o trans, “se evidencia que el racismo o el desconocimiento de estos derechos facilitan la falta de esclarecimiento de las denuncias”.

Fragilidad institucional y desconfianza

A pesar de la percepción de que existe una legislación robusta de protección de derechos de las mujeres en el país, con leyes que han supuesto importantes avances, “según la información recibida por el Comité se desprende que hacen falta mecanismos para la implementación de dichas leyes, como reglamentos y protocolos de actuación frente a las situaciones de violencia”.

Por otro lado, a través de los diferentes testimonios recibidos, Huaita dijo que el Comité constató que los mecanismos existentes “no se están utilizando por una profunda desconfianza en la independencia y autonomía de los órganos tanto judiciales como partidarios, que deberían responder para garantizar el acceso a la justicia de las mujeres víctimas de violencia en el ámbito político”.

“La falta de reacción institucional, en especial en materia de acceso a la justicia, verdad y reparación de las víctimas, legitima el círculo de la violencia que se presenta como un síntoma profundamente preocupante de debilitamiento no sólo de la institucionalidad democrática, sino de la democracia como valor fundamental del estado de derecho y de justicia. En este contexto la característica casi común de los casos de violencia contra mujeres en la política es la impunidad”, dijo Huatia.

Recomendaciones

A la luz de las observaciones preliminares que punteó Huatia en la conferencia de prensa, el Comité de Expertas, en ejercicio de su mandato y en cumplimiento de las obligaciones y estándares de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do Pará” y de la Ley Modelo Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en la Vida Política, solicitó al Estado de Argentina implementar las siguientes recomendaciones iniciales:

Al Estado Argentino

1. Incluir a la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Convención de Belém do Pará” dentro del boque de constitucionalidad. No tiene rango constitucional todavía.

Poder Ejecutivo

El Comité destacó la creación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad y de las iniciativas que se están desarrollando para la atención de las violencias contra las mujeres. Pero frente a “la gravedad de los hechos de violencia política y simbólica contra las mujeres políticas y periodistas” consideró necesario “la implementación de medidas urgentes” tendientes a:

  1. Establecer un protocolo que coordine la actuación de los órganos competentes para la prevención, atención y erradicación de la violencia contra las mujeres en la vida política, así como para la efectiva resolución de los casos;
  2. Incorporar la violencia contra las mujeres en la vida política en los protocolos de atención e investigación de violencia contra las mujeres;
  3. Desarrollar acciones para la investigación y recopilación de estadísticas sobre las causas, consecuencias y frecuencia de la violencia contra las mujeres en la vida política, determinando los medios para su divulgación
  4. Adoptar una metodología que permita evaluar el riesgo particular que pueden enfrentar las mujeres de sufrir violencia en la vida política debido a múltiples factores de discriminación como sexo, edad, raza, etnia y posición económica, entre otros, y diseñar las medidas para prevenirlo;
  5. Generar una revisión en colaboración con el órgano electoral, y el órgano contra la discriminación mediante un escrutinio estricto, de todas las normas y prácticas relacionadas con el ejercicio de los derechos políticos de las mujeres, incluyendo los sistemas normativos y prácticas culturales, que puedan tener un impacto discriminatorio y violento contra las mujeres en la política.
  6. Desarrollar campañas de sensibilización sobre las implicaciones de la violencia contra las mujeres en la vida política, como un factor de debilitamiento de la democracia, así como de prevención e información sobre las rutas de atención y denuncia en casos de violencia en el ejercicio de los derechos políticos.
  7. Promover el cumplimiento efectivo de lo estipulado por la Ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en materia de violencia contra las mujeres en la vida política.

Al Órgano Electoral

  1. Establecer un protocolo de actuación de carácter interno que identifique las dependencias responsables, así como las medidas y sanciones aplicables ante los casos de violencia contra las mujeres en la vida política que conozcan;
  2. Fortalecer la capacidad de generar estadísticas sobre violencia contra las mujeres en la vida política en el ámbito electoral que permita diagnosticar el problema y diseñar acciones concretas;

Al Órgano Legislativo:

Incorporar dentro de su reglamento, tanto del Congreso de Diputados como del Senado, la obligación de prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en la vida política e incluir acciones disciplinarias entre pares para sancionar los actos de violencia contra las mujeres en el ejercicio de sus funciones.

  1. Implementar protocolos para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.
  2. Actuar de manera inmediata y con la debida diligencia contra actos y discursos violentos en el ejercicio de la actividad parlamentaria que menoscaban la participación política de las mujeres en igualdad de condiciones y sin discriminación.

A los Órganos Judiciales y Ministerio Público:

  1. Actuar con debida diligencia reforzada frente a casos de violencia contra las mujeres en la vida política para garantizar el efectivo acceso a la justicia a las víctimas, la investigación expedita de los actos de violencia, la sanción y reparación y no repetición.
  2. Garantizar a las mujeres víctimas de violencia en la vida política su derecho a todas las garantías establecidas en la legislación nacional de violencia contra las mujeres.

A los Medios de Comunicación:

  1. Promover que los medios de comunicación y las redes sociales no violenten los derechos de las mujeres, la imagen de las mujeres que participan en la vida pública y su privacidad, y combatan los contenidos que refuerzan, justifican o toleran la violencia contra las mujeres en la vida política;
  2. Generar políticas internas con los medios de comunicación y las empresas de redes, así como códigos de autorregulación dirigidos a desnaturalizar las agresiones en línea y sensibilizar entorno a sus impactos en las personas y la sociedad. En este sentido, las políticas deberán estar orientadas tanto a quienes habitan hoy el espacio digital, como a niños, niñas y jóvenes que lo harán en el futuro.
  3. Eliminar como parte de una política editorial interna toda expresión que desprestigie a las mujeres con base a estereotipos de género y asegurar el respeto a los derechos políticos de las mujeres y a la reputación de las mujeres que participan en la vida política.
  4. Prohibir toda propaganda en contra de los derechos políticos de las mujeres y toda apología del odio en base al género y/o sexo que constituya incitaciones a la violencia contra las mujeres en la vida política, o cualquier otra acción ilegal similar contra las mujeres o grupo de mujeres que participan en la vida política, por motivos de sexo y/o género.
  5. Promover el uso responsable y respetuoso de la comunicación, a través de las nuevas tecnologías de información y comunicación, en relación a los derechos de las mujeres y su participación política, con particular atención al periodo legal de campaña electoral.

Fuente de la información e imagen: https://www.pagina12.com.ar

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