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Docentes de Uruguay analizan la enseñanza de las ciencias naturales durante el Primer Foro Abierto de Ciencias en Latinoamérica y el Caribe (CILAC)

Uruguay/15 septiembre 2016/Fuente: Unesco

El evento “Debate sobre las Prácticas de Enseñanza de las Ciencias Naturales en el marco de la Agenda de Educación 2030” contó con la participación de la viceministra de Educación y Cultura de Uruguay, Edith Moraes y especialistas en educación.

Con un marco de 120 docentes provenientes de diversos departamentos de Uruguay, participantes de instituciones privadas y públicas, maestros del Programa de Escuelas Asociadas de la UNESCO y estudiantes del último año de la carrera magisterial de institutos de formación de docentes del interior de Uruguay, la Oficina Regional de Ciencia para América Latina y el Caribe (ORCYT/UNESCO Montevideo) y la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe, (OREALC/UNESCO Santiago), presentaron el libro “Aportes para la Enseñanza de las Ciencias Naturales”.

El evento, que contó también con el patrocinio del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, se llevó a cabo el 7 de septiembre de 2016, como actividad paralela dentro del Primer Foro Abierto de Ciencias en Latinoamérica y el Caribe (CILAC).

La inauguración del debate estuvo encabezada por la viceministra de Educación y Cultura de Uruguay, Edith Moraes, y el representante de la OREALC/UNESCO Santiago, Atilio Pizarro. Como panelistas, se contó con la participación del Gabriel Romero, docente y parte del equipo autor del texto; Patricio Felmer, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2001 de Chile; Marcela Armúa, coordinadora del Equipo de Ciencias Naturales del Departamento de Evaluación de Aprendizajes, Administración Nacional de Educación Pública de Uruguay, (ANEP); y Carlos Fernández, director de la Escuela N° 35 República de Guatemala de Montevideo.

El encuentro titulado Debate sobre las Prácticas de Enseñanza de las Ciencias Naturales en el marco de la Agenda de Educación 2030 tuvo como objetivo realizar un análisis de los hallazgos, contenidos y propuestas de la publicación de la UNESCO Aportes para la Enseñanza de las Ciencias Naturales, a fin de mejorar la practicas docentes, dando luces respecto de las áreas que aparecen como más problemáticas para los estudiantes y que requieren ser trabajadas con mayor énfasis, fuerza y dedicación.

Edith Moraes comentó que el libro presentado se leerá con entusiasmo, “porque uno siempre quiere entender cuál es el vínculo entre enseñanza y evaluación. Es un libro para leerlo y comentar, creo que ahí van a encontrar la riqueza”. Indicó, asimismo, que las actividades que se desarrollan en la clase tienen que estar claramente definidas, pues detrás de ellas está la intencionalidad educativa y que el texto Aportes para la Enseñanza de las Ciencias Naturales refleja claramente cuáles son las evidencias que demuestran que el docente va en dirección a lo que quiere que sus estudiantes aprendan. “Es muy grato ver esta amplia convocatoria. Los felicito por estar acá y eso refuerza que lo que evaluamos es para volcarlo en nuestra tarea y quehacer cotidiano”, aseguró.

Por su parte, Atilio Pizarro resaltó el trabajo que realiza el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), coordinado por la UNESCO, el cual se enfoca en el mejoramiento de la calidad de la educación. “Hay que entender las evaluaciones como un medio, y no como un fin. Las evaluaciones del LLECE tienen fines formativos y apuntan al núcleo pedagógico, es decir, a las relaciones entre docentes, currículum y estudiantes, y por tanto constituyen una herramienta para fortalecer los procesos de enseñanza-aprendizaje y para mejorar la calidad de la educación”, señaló. Es en este marco en el cual se ha producido la colección Aportes a la Enseñanza, una serie de cuatro volúmenes (lectura, escritura, ciencias y matemática) cuyo propósito fundamental es utilizar los resultados de Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo(TERCE), para acercar los resultados de la evaluación de logros de aprendizaje a los docentes y entregarles, así, una herramienta para trabajar en el aula.

Por su parte, Gabriel Romero, docente y parte del equipo autor del texto de Ciencias Naturales, lo presentó en extenso, resaltando su importancia para la mejora del trabajo docente en la escuela y en el aula. A su vez, Marcela Armúa coordinadora del equipo de Ciencias Naturales del Departamento de Evaluación de Aprendizajes de la Administración Nacional de Educación Pública de Uruguay (ANEP) se refirió al uso que se le puede dar a las evaluaciones para mejorar la práctica docente. Patricio Felmer, Premio Nacional de Ciencias Exactas 2001 (Chile), aseguró que la enseñanza de la ciencia tiene que hacer cosas que son familiares a los niños. “La capacidad de uso de equipamientos sencillos cambia el entusiasmo y usar elementos familiares facilita el interés de los niños”. Agregó que si hay personas y científicos que se emocionan a frente experimentos, los niños también pueden emocionarse y entusiasmarse.

De acuerdo a la Agenda de Educación 2030, la formación de los maestros es uno de los ejes centrales para alcanzar la meta de una educación de calidad para todos y todas a lo largo de la vida. Es así como se entrega Aportes para la Enseñanza de Ciencias Naturales como un texto de utilidad para el docente, al brindar elementos prácticos para la enseñanza de esta importante materia en un mundo en el cual la investigación científica se hace cada vez más pertinente para solucionar problemas de la vida cotidiana de las personas y los grandes desafíos que enfrenta nuestro planeta.

Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/docentes_de_uruguay_analizan_la_ensenanza_de_las_ciencias_n/#.V9kEAzX2rK4

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Uruguay: Este jueves paran todos los sindicatos de la educación en reclamo por el presupuesto

Montevideo / 14 de septiembre de 2016 / Fuente: http://www.elobservador.com.uy/

Docentes y funcionarios de la UdelaR, liceos, UTU y escuelas de Montevideo detendrán sus tareas por 24 horas. Los maestros del interior del país no se sumaron a la medida.

La Coordinadora de Sindicatos de la enseñanza del Uruguay (CSEU) convocó a la movilización que se hará este jueves 15 en rechazo a los recortes presupuestales en la educación y ese día parará durante 24 horas.
Los sindicatos de docentes y funcionarios de Secundaria, UTU, Hospital de Clínicas, Codicen, Educación Privada, funcionarios de la Universidad de la República y maestros de Montevideo se concentrarán a las 9 de la mañana en Eduardo Acevedo y 18 de Julio.
Si bien la Federación de Magisterio (FUM-TEP) adhiere y convoca a la movilización, no detendrá sus tareas a excepción del sindicato de maestros de Montevideo (Ademu), que sí parará.
La plataforma de reclamos de los docentes y funcionarios incluye además el rechazo a la «precarización laboral en la enseñanza privada», el reclamo de modernización del Hospital de Clínicas con financiamiento público, y el respeto a las libertades sindicales, entre otras cosas.
Fuente noticia: http://www.elobservador.com.uy/este-jueves-paran-todos-los-sindicatos-la-educacion-reclamo-el-presupuesto-n970336
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URUGUAY: Paro de sindicatos de la educación en reclamo por el presupuesto

Uruguay /entornointeligente.com / 14 de Septiembre de 2016

El Observador / La Coordinadora de Sindicatos de la enseñanza del Uruguay (CSEU) convocó a la movilización que se hará este jueves 15 en rechazo a los recortes presupuestales en la educación y ese día parará durante 24 horas.

Los sindicatos de docentes y funcionarios de Secundaria, UTU, Hospital de Clínicas, Codicen , Educación Privada, funcionarios de la Universidad de la República y maestros de Montevideo se concentrarán a las 9 de la mañana en Eduardo Acevedo y 18 de Julio.

Si bien la Federación de Magisterio (FUM-TEP) adhiere y convoca a la movilización, no detendrá sus tareas a excepción del sindicato de maestros de Montevideo ( Ademu ), que sí parará.

La plataforma de reclamos de los docentes y funcionarios incluye además el rechazo a la «precarización laboral en la enseñanza privada», el reclamo de modernización del Hospital de Clínicas con financiamiento público, y el respeto a las libertades sindicales, entre otras cosas.

Fuente:http://www.entornointeligente.com/articulo/8929509/URUGUAY-Paro-de-sindicatos-de-la-educacioacute;n-en-reclamo-por-el-presupuesto

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Uruguay: Paro general de 24 horas en la enseñanza para el próximo jueves.

La Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU) dio a conocer las reivindicaciones del gremio, convocando al paro general el próximo jueves 15.

América del sur/Uruguay/13.09.2016/Autor y Fuente:http://noticiasuruguayas.blogspot.com.uy/

La CSEU convoca a la concentración y movilización a desarrollarse el próximo jueves 15 de setiembre concentrándose frente a la Universidad.

Mediante un comunicado dieron a conocer la plataforma reivindicativa, la que se sustenta en varios puntos: no a los recortes propuestos en la Rendición de Cuentas para ANEP y Udelar; contra la precarización laboral en la Educación Privada; contra la mercantilización y privatización de la Educación Pública; por un proyecto de modernización del Hospital de Clínicas con financiamiento público y en defensa de las libertades sindicales.
La enseñanza privada también paraliza sus tareas. Magisterio sólo cumplirá la medida en Montevideo, mientras que en el resto del país adhiere pero no para.

Fuente:  http://noticiasuruguayas.blogspot.com.uy/2016/09/chile-43-anos-del-golpe-militar-del-11.html

Imagen: 

https://3.bp.blogspot.com/-QarxTTVihxk/V9DXmVcXEdI/AAAAAAAB8qE/reLnzxUHrd0XMpNH8UD01ETWLQRm_W5BACLcB/s1600/1.jpg

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Estudios culturales, acción intelectual y recuperación de lo político

América del Sur/Uruguay/ Septiembre 2016/Mabel Moraña/http://revista-iberoamericana.pitt.edu/

Resulta casi imposible no ver en la reciente clausura del Departamento de Estudios Culturales de la Universidad de Birmingham un alegórico signo de los tiempos que corren. Ese espacio académico, que fuera cuna de los Cultural Studies a mediados de los años sesenta, se cierra “en su forma presente”, según la información provista por el Guardian el 27 de junio de 2002, derivando sus componentes de sociología, comunicación, cultura y sociedad hacia otros institutos de estudios sociales aplicados.1 La medida responde, al parecer, a la baja clasificación que el departamento obtuviera, pese a su excelencia educativa, en los rankings anuales que estiman sobre todo el nivel de investigación realizada por los miembros del departamento en cuestión. Los rigores y restricciones de la institucionalización, que en tantos otros planos habría atentado ya, según muchos practicantes de los cultural studies, contra el espíritu mismo de esta orientación en la que convergen esfuerzos renovadores de distintas vertientes de la izquierda académica, pone punto si no final al menos suspensivo a las casi cuatro décadas de desarrollo institucional, en el ámbito británico, de esta modalidad de análisis e interpretación cultural que resiste aún el ser calificada como escuela, método o disciplina. El futuro de los cultural studies británicos enfrenta ahora, por lo menos en Birmingham, la realidad de una desterritorialización académica que exigirá nuevas formas de supervivencia y diseminación del conocimiento, nuevas estrategias y articulaciones transdisciplinarias —interdepartamentales—, nuevas políticas educativas dentro del campo de poder institucional.

No es la tarea de difusión académica ni el expansionismo transnacional de la buena nueva de los estudios culturales lo que estaría fallando, según algunos —y no sólo en el caso británico— sino quizá, podría especularse, su grado de exploración y productividad epistemológica, su rendimiento concreto y profundo en la aplicación misma de los principios del análisis, su cualidad revulsiva (o habría que decir, simplemente, política o —usando un arcaísmo— revolucionaria?). En otros contextos —en Estados Unidos.

Australia, América Latina— variantes de la versión británica continúan desarrollándose con un vitalismo en que la cantidad abrumadora de aportes parece exceder en mucho a su profundidad e innovación . En muchos casos, podría afirmarse que algunos de los mejores artículos producidos en el campo de los estudios culturales son aquellos en los que esa práctica reflexiona, en un gesto pesadamente autoreferencial, sobre sí misma: sus fundamentos epistemológicos, sus principios anti, pos o transdisciplinarios, su carencia de restricciones y definiciones metodológicas.

En un texto de 1997 Néstor García Canclini caracterizaba ya entonces el estado de los estudios culturales en el campo de las Humanidades con un término usado para describir crisis económicas: estanflación (“estancamiento con inflación”), indicando que

 

En los últimos años se multiplican los congresos, libros y revistas dedicados a estudios culturales, pero el torrente de artículos y ponencias casi nunca ofrece más audacias que ejercicios de aplicación de las preguntas habituales de un poeta del siglo XVII, un texto ajeno al canon o un movimiento de resistencia marginal que aún no habían sido reorganizados bajo este estilo indagatorio (45)

 

Citaba, sin embargo, algunos logros que habrían permitido, a su juicio, en el ámbito estadounidense, “pensar de otro modo los vínculos con la cultura y la sociedad” (46) modificando sustancialmente el análisis de los discursos dentro del espacio de las Humanidades, campo que acusó más ampliamente incluso que el de las ciencias sociales, el impacto renovador de los estudios culturales.2 Y resaltaba la importancia de esos estudios sobre todo para el asedio de los problemas vinculados con el multiculturalismo tanto dentro de América Latina como en las relaciones de contacto y flujo cultural que ésta mantiene con Estados Unidos.

En todo caso, es obvio que a pesar de las múltiples debilidades que muestra hoy en día la práctica culturalista, su rendimiento teórico frente a problemas como los que presenta la globalización, su propuesta ya no inter sino decididamente transdisciplinaria, su trabajo de erosión del proyecto ilustrado y modernizador, su crítica de las identidades entendidas ontológicamente como esencias ahistóricas y administradas a partir de las ideologías e instituciones dominantes, para citar sólo algunos de los planos a que se aboca el análisis cultural, resulta insoslayable.

Quizá la gran popularidad alcanzada por los estudios culturales —popularidad que en gran medida contribuye a que el balance resulte a veces desalentador— haya sido el signo más claro de que la apertura de las Humanidades hacia la orientación originada en Birmingham responde no solamente a un agotamiento de los recursos disciplinarios ante nuevos desafíos presentados por la cultura, entendida ahora más que nunca, en tiempos de globalización, como un campo de poder, sino asimismo a una transformación radical .

El espacio social transnacionalizado. Esta transformación requeriría instrumentos inéditos, o al menos innovadoramente combinados, de análisis e interpretación. Al hablar de esas transformaciones radicales me refiero no solamente a los cambios económicos profundos del tardocapitalismo y el diseño global empresarial, sino asimismo a la cancelación de muchas de las vías que permitieron durante la vigencia plena de los proyectos modernizadores organizar respuestas orgánicas a estrategias de poder e ideologías hegemónicas a diversos niveles. Abarco, asimismo, las modificaciones profundas del sistema educativo y su articulación cada vez más estrecha al mercado cultural, desde los niveles más básicos de instrucción hasta las capacitaciones técnico-profesionales y el desarrollo de espacios de competencia (expertise) que superan en mucho lo que podía ser abarcado desde las formas más establecidas de las ciencias sociales, la hermenéutica, la semiótica y las ciencias políticas.

En este sentido, los estudios culturales parecieron ofrecer una plataforma de acción intelectual, un espacio de convergencia y debate que enfocaba prioritariamente, como espacio de análisis, los campos de fuerza que tensan y atraviesan el espacio dialógico de la cultura y los actores, agendas y estrategias que los ponen en funcionamiento. Para lograrlo, gran parte de los esfuerzos teóricos se orientó hacia una crítica profunda de la modernidad como proyecto hegemónico de las burguesías nacionales, que trasladaron al campo de la cultura las luchas por la monopolización de los discursos que ordenaban el mapa cultural y social a todos los niveles: político, educativo, histórico, recreativo.

La noción de diferencia, que plantea en diversos niveles la contracara de los discursos identitarios, nacionalistas y liberales, pasa así a un primer plano, permitiendo dar cuenta de la diversidad y conflictividad (heterogeneidad, hibridez) de formaciones sociales que no responden a los principios de conciliación y consenso que auspiciaran los proyectos republicanos desde la Independencia, sino que manifiestan, en su constitución y funcionamiento, la tensión irresuelta derivada de su condición neocolonial. El rebasamiento de los modelos que dieron base a la historiografía liberal no sólo pone en abismo las bases conceptuales de las disciplinas que se consolidan con el positivismo, sino que al mismo tiempo potencia el campo cultural como el lugar en el que se dirimen las luchas representacionales entre fuerzas políticas y sociales que se asientan no ya en raíces de territorialidad inmediata y administrada por los proyectos nacionales, sino en dinámicas reales y virtuales que rebasan la noción misma de realidad (la temporalidad, la espacialidad) promovida por la razón ilustrada y por la lógica modernizadora. La subjetividad, a nivel individual y colectivo, sufre transformaciones que alteran los procesos de (re)conocimiento, interacción y proyección social, al ser interpelada desde lugares no previstos de producción y reproducción simbólica. Los sujetos que plantean programas alternativos antihegemónicos, activados como actores sociales ya no articulados desde las plataformas de la izquierda, el sindicato, el partido, etc., elaboran agendas sectoriales que permiten movilizaciones acotadas, más reivindicativas que políticas (para utilizar una distinción setentista que va cayendo en desuso) que responden a problemáticas puntuales, que desplazan lo político a lo social, lo ideológico a lo cultural, creando flujos e intercambios entre niveles que la modernidad había creado el hábito de separar asépticamente. Lo político aparece en muchos casos apenas como un excedente (un residuo, un resabio, un epifenómeno) de lo cultural y no como la trama misma de sus interacciones.

En este panorama, los estudios culturales se mueven no sólo efectuando un diagnóstico —analítico e interpretativo— de lo social, sino como un síntoma, ellos mismos, del “nuevo orden” político, económico y cultural globalizado. El problema es, entonces, cómo recapturar lo político, desde qué plataformas, con qué propuestas, a partir de qué bases filosóficas, éticas, conceptuales, y de acuerdo a qué objetivos. Cómo relocalizar, entonces, el lugar de la cultura, para evitar su reificación. Sin que esto haga necesaria una base consensual ni una recuperación de los universales que marcaron los proyectos de la modernidad, es evidente que el problema llama a una reagrupación, aunque sea estratégica, del pensamiento crítico y de las políticas alternativas a la globalización, y a una redefinición del lugar del intelectual en las escenas locales, regionales, nacionales y transnacionales.

En este sentido, los estudios culturales han ayudado, por un lado, a vislumbrar plataformas posibles para la reubicación del intelectual, tanto a nivel académico como en las instancias de actuación pública e independiente que abrirían lugares inéditos de acción y reflexión, desde las funciones educativas a las posiciones vinculadas a la administración del mercado de los bienes simbólicos, desde los puestos de trabajo de las ONGs hasta las capacitaciones tecnológicas avanzadas, desde el advisement en el terreno de las políticas culturales alternativas hasta las cercanías más peligrosas de asesoramiento al poder estatal.

Es evidente, en todo caso, que la función del intelectual moderno como vocero del nacionalismo o como humanista/político programáticamente “situado”, articulado o contrapuesto al Estado y sus instituciones, va dejando lugar —y esto varía según los contextos culturales— al intelectual como figura de negociación o mediación que existe en los intersticios entre disciplinas, espacios de poder, ideologías, territorios, cuyo valor se establece no sólo en gran parte en la medida en que los productos —saberes— que es capaz de colocar en el mercado de bienes simbólicos capturan las necesidades y la imaginación de un mercado omnipotente y omnipresente, local y al mismo tiempo globalizado.4

Por otro lado, los estudios culturales impulsaron también otras modalidades de acción intelectual que, marcadas por la voluntad de conquistar una “vanguardia” políticoideológico-cultural ante el vacío de propuestas antihegemónicas orgánicas, convirtieron la reflexión sobre la diferencia en una escena de autoreconocimiento, en la que el intelectual explora nuevas formas posibles para afirmar su centralidad y mesianismo frente a una otredad que sirve primariamente como confirmación del yo que piensa. En el artículo antes citado, García Canclini, llama la atención sobre la necesidad de “pasar del énfasis sobre la identidad a una política de reconocimiento” y sobre la conveniencia de distinguir, entonces, en la elaboración de políticas antihegemónicas, “entre conocimiento, acción y actuación; o sea entre ciencia, política y teatro”:

Un conocimiento descentrado de la propia perspectiva, que no quede subordinado a las posibilidades de actuar transformadoramente o de dramatizar la propia posición en los conflictos, puede ayudar a comprender mejor las múltiples perspectivas en cuya interacción se forma cada estructura intercultural. Los estudios culturales, entendidos como estudios científicos, puede ser ese modo de renunciar a la parcialidad del propio punto de vista para reivindicarlo como sujeto no delirante de la acción política. (60)

Creo que la tentación por reafirmar el protagonismo intelectual desde posiciones de centralidad y privilegio atenta principalmente contra una verdadera recuperación de lo político, entendido ya no sólo como el teatro en que se escenifican y dirimen las luchas de poder a nivel simbólico y representacional, sino como un espacio participativo y creativo de resistencia y movilización social.

En esta economía de acciones y principios, plataformas y parámetros conceptuales, los estudios culturales siguen constituyendo una arena importante y al mismo tiempo movediza e inestable de intercambio y elaboración, cuyo principal desafío quizá sea el de resistir los peligros de la cooptación institucional y aprender a desarrollar estrategias ya no sólo de supervivencia sino de autocuestionamiento y control de calidad .

Hasta ahora, el desmontaje de la ilustración y la modernidad ha sido mucho más efectivo que el del neoliberalismo y la globalización, y la crítica a la institucionalidad académica, la restricción disciplinaria y el exclusivismo humanístico mucho más productivos que las estrategias para reemplazarlos con proyectos verdaderamente democráticos en el interior de los cuales sobrevivan la independencia intelectual y las políticas de inclusión tanto como las posibilidades de conflicto, intercambio y pluralización. Si bien ya es evidente que los estudios culturales han triunfado en la tarea de colonizar el estatuto de las humanidades y las ciencias sociales, queda aún por probarse su verdadera capacidad de intervención y de interpelación política. Esto permitiría saber, una vez desmontada la modernidad, qué hacer con sus fantasmas.

BIBLIOGRAFÍA

Curtis, Polly. “Birmingham’ Cultural Studies Department Given the Chop”. http:// education.guardian.co.uk (7/16/2002)

García Canclini, Néstor. “El malestar en los estudios culturales”. Fractal 6 (otoño 1997): 45-60.

Moraña, Mabel. “Revistas culturales y mediación letrada en América Latina”. (en prensa).

Yúdice, George. “Estudios culturales y sociedad civil”. Revista de Crítica Cultural 8 (Mayo 1994): 43-53.

_____ “La reconfiguración de políticas culturales y mercados culturales en los noventa y siglo XXI en América Latina”. Número especial: Mercado, editoriales y difusión de discursos culturales en América Latina.

María Julia Daroqui y Eleonora Cróquer, eds. Revista Iberoamericana LXVII/197 (Octubre-Diciembre 2001): 639-60.

Fuente :

http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/viewFile/5668/5815

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/WcbPlGLmCw0f-pSurmWbPC4KOHS3Cq7JCvrxrNey4k81GeO_Wj-FOic-zfeI5ZPhOvZLvnA=s85

 

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Uruguay: Alto índice de embarazo adolescente se registra en algunos puntos del país

América del Sur/Uruguay/11 Septiembre 2016/Fuente y Autor: Teledoce

El MSP presentó una aplicación para brindar mayor información a los adolescentes y evitar embarazos no deseados.

Desempolvando un derecho. Jóvenes discutiendo la salud” es una iniciativa del ministerio y del INJU, que, a través de talleres, jóvenes de todo el país discuten sobre sus derechos. Este año participaron 140 personas. Tras el congreso, se presentó la aplicación “Gurú del sexo”, que da respuesta a todas las preguntas sobre las relaciones sexuales y métodos anticonceptivos.

“Ustedes que, por está acá ya es algo muy meritorio, tienen la capacidad de la comprensión en todo este tema, está bueno que sean los encargados de repartir a todos sus amigos y que ellos se motiven un poco más a motivar a otros. Y así formar una especie de cadena para que todo sea mejor”, afirmó el cantante y líder de la banda Márama, Agustín Casanova, invitado a presentar la aplicación.

Con esta aplicación, el Ministerio de Salud pretende atener a varios de los problemas que afectan a los adolescentes, como el embarazo a edades tempranas. Lo que más preocupa al ministerio es la cantidad de embarazos que se dan como el resultado de abusos.

De los 48.000 nacimientos que hay en Uruguay, 8.000 son de niñas y adolescentes menores de 19 años.

“Es un indicador de mucha inequidad y desigualdad social, porque cuando uno lo desagrega, esto está vinculado a los sectores de mayores vulnerabilidades. El 82 % estas niñas y adolescentes que optaron por el embarazo ya hace un año que estaban desvinculadas del sistema educativo. Más del 50 % de estas jóvenes hubiera declarado que les hubiera gustado posponer el inicio de su maternidad. Dentro de estos 8.000, estamos muy preocupados porque 169 nacimientos por año son de niñas menores de edad

Fuente de la noticia: http://www.teledoce.com/telemundo/nacionales/el-alto-indice-de-embarazo-adolescente-que-se-registra-en-algunos-puntos-del-pais-iguala-a-uruguay-con-algunas-regiones-de-africa/

Fuente de la imagen: http://3l1iad18k2t92kvydgixead1.wpengine.netdna-cdn.com/wp-content/uploads/2016/09/guru-sexo-702×395.j

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