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Evo Morales: «El mayor objetivo de la humanidad debería ser erradicar el capitalismo»

Por: RT. 24/09/2016 

El mandatario boliviano Evo Morales ha intervenido durante la 71.ª Asamblea General de la ONU sobre Refugiados y Migrantes. En su discurso se ha referido a temas como la migración, los sistemas políticos y económicos mundiales, los conflictos armados y la soberanía de los pueblos, entre otros.

Morales criticó duramente al sistema capitalista, señalando que “actúa contra la dignidad del ser humano” y “la soberanía de nuestros países”. Aseguró que “una de cada cien personas en el mundo es refugiado debido “al calentamiento global o por guerras e invasiones imperiales, como el caso de los desplazados de Siria, Libia e Irak”. Morales exhortó a la construcción de una “ciudadanía universal y una única Patria grande donde los pueblos vivamos en armonía y como parte de una familia común”.

Morales condenó “los ataques de Israel a la población civil de Palestina” y solicitó a la ONU el reconocimiento de Palestina como Estado. Volvió a expresar su rechazo al bloqueo económico de EE.UU. contra Cuba. “EE.UU. debe indemnizar a Cuba por el bloqueo económico y restituir Guantánamo a la soberanía del territorio cubano”. Felicitó además al gobierno de Colombia por el acuerdo de paz alcanzado recientemente.

Finalmente, habló acerca de la disputa marítima entre Bolivia y Chile. “Entendemos que estos son tiempos de diálogo, de trabajar de manera conjunta para buscar una solución de temas pendientes en forma pacífica”. Invitó una vez más a Chile a poner fin a “uno de los conflictos más largos de la historia latinoamericana”. “Estamos seguros de que encontraremos una solución en la que todos seremos ganadores, aseguró Morales.

Fuente: https://actualidad.rt.com/actualidad/219363-evo-morales-intervenir-discurso-asamblea-onu

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Números y educación

Por: Santiago Cardozo

Exaspera un poco ver cómo la reflexión sobre educación ha sido plenamente copada por el “virus” de los números: encuestas, porcentajes, indicadores, gráficas de barra o de torta o de líneas o de lo que sea, esta parece ser la lógica que asume hoy la reflexión sobre la educación; especie de zona dentro de la cual se puede reflexionar sobre lo educativo. Llegados a este punto, es como si la educación se identificara punto por punto con el aparato estadístico que procura “reflejarla”.

¿Por qué este aparato estadístico se ha vuelto la forma misma de la reflexión sobre la educación? ¿Por qué las autoridades educativas se mueven de acuerdo con esta lógica, situándola en el centro del debate y de sus decires, como si lo educativo no fuera más que un estado traducible a porcentajes, indicadores, expresable en intrincadas grillas de medición de la realidad misma? ¿Por qué esta necesidad de lo estadístico? Naturalmente, esta pregunta no apunta a por qué es necesario conocer cuántos alumnos repiten en primaria o en secundaria, cuántos tienen rezago escolar, cómo se correlaciona esto con factores socioeconómicos, etc. La pregunta se dirige hacia la instalación de una lógica, de una manera de concebir la educación y, por consiguiente, de plantear sus problemas y posibles soluciones.

Tal vez esta necesidad y el éxito de lo estadístico en la reflexión educativa no sean otra cosa que el signo más elocuente de la ausencia de reflexión sobre la educación; tal vez exhiban la vacuidad de los discursos de las autoridades educativas que, apoyadas en una masa de información producida por todo tipo de números, hacen pasar su discurso por científico, por un discurso serio y responsable que parte de un acertado diagnóstico de la realidad del sistema educativo uruguayo. Tres axiomas subyacen: 1) lo educativo puede ser medido / expresado en números, 2) los números no mienten y 3) entre el lenguaje y la realidad hay una relación de perfecta transparencia, de total ensamblaje.

Los términos generales de este debate no son nuevos. Clemente Estable, ya en la década del 40, sostenía la existencia de una oposición entre el homo sapiens y el homo economicus (se entenderá que el aparato estadístico es profundamente económico), entre los cuales se establecía una puja por dirigir el rumbo de la educación y de la cultura. Entonces, Estable argumentaba que el homo economicus (quién, si no) le llevaba la delantera al homo sapiens, y lo hacía sobre todo desde el momento en que imponía su lenguaje en las discusiones sobre educación. Decía Estable: “Cuando se habla de preparar para la vida, parecería que la vida es algo que va a sobrevenir… y a sobrevenir como una lucha de un cuerpo entre los cuerpos. Entonces, elhomo economicus toma la delantera al homo sapiens y pretende guiarlo, sin caer en la cuenta de que no hay mejor preparatorio para la vida, para todas las formas de vida humana, que lo que precisamente no es preparatorio, sino esencia espiritual de la vida misma y por tanto, valor en sí: la cultura” (en Carlos Real de Azúa, Antología del ensayo uruguayo contemporáneo, tomo I, 1964, p. 253). “Una lucha de un cuerpo entre los cuerpos”, algo del orden de la economía, del oikos.

Hoy, esa victoria está más que sellada: se habla de tomar decisiones de “bajo riesgo”, de “territorio”, de “sentido de pertenencia” en las “comunidades educativas”, de “monitorear” los aprendizajes, de “seguimiento” y “desafiliación” de los alumnos (los cuerpos), y la frutilla de la torta, de reciente confección: “seguimiento socio-sanitario pedagógico”. Se trata de todo un vocabulario, una ontología que impone una manera de pensar la educación.

Los discursos sobre la educación hablan el lenguaje de la sociología y de la medicina, y procuran articular un proyecto educativo a partir de los resultados de diferentes estudios, entre los que se incluyen, por ejemplo, investigaciones como la recientemente dada a luz “Trayectorias educativas en la educación media. PISA-L 2009-2014”, llevada a cabo por el Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales en convenio con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa. De esta investigación sólo quiero traer a cuento la Sección 2, en la que aparece una encuesta dedicada a la percepción de los estudiantes acerca de los aportes que la enseñanza media superior les ofreció para su vida (véase “Figura 2: Módulo sobre opiniones y valoraciones respecto a la educación media”, p. 18). Me centraré en las opciones de respuesta a la pregunta 65, que dice: Pensando en tu experiencia en ese centro educativo, ¿en qué medida estás de acuerdo o en desacuerdo con las siguientes afirmaciones?, y ofrece, textualmente:

Mi experiencia en ese centro educativo hizo poco para prepararme para la vida adulta luego del liceo o UTU.

Mi experiencia en ese centro educativo ha sido una pérdida de tiempo.

Mi experiencia en ese centro educativo me dio confianza para tomar decisiones.

Mi experiencia en ese centro educativo me enseñó cosas que podrían ser útiles en mi trabajo.

Mi experiencia en ese centro educativo me preparó bien para seguir estudiando después de terminar el liceo o UTU.

En primer lugar, solemos considerar que eso que llamamos opiniones es de factura personal, no algo que ya viene prefabricado para tildar en la opción que “más se ajuste” a lo que cada estudiante piensa / valora. En segundo lugar, en 65 se presupone que el lenguaje es capaz de dar cuenta de un estado de cosas en cuanto tal, como si la realidad pudiera ser señalada con total transparencia, como si el lenguaje no pusiera en escena una manera prefigurada de interpretar las respuestas y de hacer aceptar la “realidad” que dichas respuestas “describen”: “hizo poco”, “ha sido una pérdida de tiempo”, “me dio confianza para tomar decisiones”, “me enseñó cosas que podrían ser útiles en mi trabajo”.

¿Qué dicen estas opciones de respuestas? Más que decir, instalan como “naturales” las categorías de percepción que proponen a partir de las cuales el propio sistema configura algunos de los discursos sobre la situación educativa actual (¿especie de profecía autocumplida?). Naturalmente, se presupone que los estudiantes que responden la pregunta 65 entienden el sentido de cada opción, así como el hecho de que emisor y receptor coinciden en un punto en el que el lenguaje se borra como lenguaje y se transforma en un etiquetaje del mundo, en un montón de palabras para pegarle a la realidad, como si fuera capaz, mediante ciertas contorsiones hechas por la encuesta, de dar con ese sentimiento o esa opinión más o menos ocultos que poseen los estudiantes y que les permiten reflexionar rápidamente sobre su vínculo con las instituciones educativas.

¿Qué significan, pues, “hizo poco”, “tomar decisiones”, “enseñó cosas”? Una profunda opacidad recorre estas opciones de respuesta; su indefinición parece estar diciendo que ya todos nos movemos sobre un suelo común que ha aceptado estas categorías como constitutivas de la educación. Se da por sentado, como algo que va de suyo, el sentido de estas expresiones, respecto del cual parecería que nos hemos puesto rápidamente de acuerdo sin siquiera habernos percatado de ello.

El problema, entonces, tiene que ver con el modo en que ciertas opciones de respuesta se presentan como categorías “científicas” (a fin de cuentas, están en una investigación universitaria que las legitima) y, sobre todo, con cómo estas categorías de percepción estructuran el campo mismo de lo educativo, sesgando las opiniones y los discursos sobre los problemas que atraviesa la educación uruguaya.

Fuente: http://ladiaria.com.uy/articulo/2016/7/numeros-y-educacion/

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Las reformas educativas en los países del Cono Sur: un balance crítico

Autores/as: CNTE, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación – Autor/a; Colegio de Profesores – Autor/a; FENAPES, Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria – Autor/a; CTERA, Confederación Trabajadores de la Educación de la República Argentina – Autor/a; AFUTU, Asociacion de Funcionarios de la Universidad de Trabajo del Uruguay – Autor/a; LPP, Laboratorio de Políticas Públicas

Año: 2005

Editorial: CLACSO

Ciudad: Buenos Aires, Argentina

ISBN: 987-1183-18-6

Sinopsis: El presente estudio constituye una pormenorizada y rigurosa aproximación a las tendencias que han marcado el rumbo de las recientes reformas educativas en los países del Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile y Uruguay). Producto de un proyecto de investigación intersindical, este trabajo evidencia algunas de las consecuencias más dramáticas del proyecto neoliberal impuesto durante los últimos años en casi toda América Latina. Una verdadera radiografía del caos educativo al que han sido sumergidos nuestros países y cuya superación demandará muchos años de políticas gubernamentales radicalmente democráticas, que permitan fortalecer un ya degradado espacio público y garantizar los derechos ciudadanos fundamentales para la construcción de una sociedad justa e igualitaria.

Descargar aquí: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/coediciones/20100804013222/reformas.pdf

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Uruguay: Fenapes realiza mañana un paro por nueva agresión a docente

Uruguay / elpais.com.uy / 21 de Septiembre de 2016.

a Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) realizará mañana, miércoles 21, un paro de 24 horas por una agresión a dos docentes del liceo de La Paz. Este martes una delegación se trasladará hasta el centro educativo.

La agresión de un alumno a una profesora se produjo el pasado sábado y debió mediar la directora, que también resultó herida, contaron a El País fuentes sindicales. Si bien no tuvieron que ser hospitalizados, los docentes fueron atendidos por una emergencia médica que se hizo presente en el lugar.

El hecho será informado hoy a la prensa en una conferencia que convocará Fenapes. Fuentes sindicales indicaron que la medida gremial se dispuso ante el pedido de la filial de profesores de La Paz.

En junio de este año, Fenapes también realizó un paro de 24 horas tras la agresión a un docente. Luego de que un alumno insultara y “patoteara” a una profesora y a una adscripta del liceo 49 de Punta de Rieles, se resolvió adoptar la medida que dejó a más de 220.000 estudiantes sin posibilidad de ir a clases.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/informacion/fenapes-anuncia-paro-agresion-docente.html

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Cuando dar clase crea un síndrome.

Revelan cuánto afecta el estrés laboral crónico a docentes de Secundaria.

Por:Juan Pablo de Marco.

Agotamiento emocional, falta de realización personal y despersonalización. Estas son las tres sensaciones que padecen el 4,2% de los docentes de ciclo básico de liceos públicos de Montevideo, según una investigación de la Universidad Católica.

El estudio, titulado «El síndrome de Burnout en un grupo de profesores de enseñanza secundaria en Montevideo», analizó a 279 profesionales que completaron un cuestionario que intentaba detectar si padecían algunos de estos síntomas. Este síndrome también es conocido como estrés laboral crónico y provoca un deterioro emocional y físico como por ejemplo insomnio, fatiga, ansiedad o irritabilidad.

«Como soy docente, me parecía importante concientizar sobre la existencia de este síndrome. Muchos profesores se sentían identificados, pero no tenían ni idea que existía», señaló a El País Natalia Colino, magíster en Educación y autora de la investigación junto a Pablo Pérez de León.

Para realizarlo, Colino eligió liceos públicos de diferentes contextos socioeconómicos y con un alumnado adolescente, por lo que no se analizaron clases donde había estudiantes mayores de edad.

Resultados.

Del 4,2% que mostraron tener todas las dimensiones del síndrome, el agotamiento emocional fue el que más se hizo evidente. «Es cuando sentís que no podés más, cuando sobrepasaste tus límites», indicó Colino.

En segundo lugar apareció la falta de realización personal, la cual ocurre cuando una persona siente que da más de lo que recibe o cuando surgen crisis vocaciones y hay deseos de abandonar la profesión. Un sueldo bajo, sumado a un liceo ubicado en un contexto crítico, pueden ser factores que alimenten esta dimensión.

La despersonalización, como tercera característica del síndrome, es cuando el docente empieza a tratar al alumno como un objeto. «En este caso, los estudiantes no reciben una atención personalizada. Y el profesor ya no tiene energías como para tratarlo como se merece», apuntó Colino.

Si bien la despersonalización fue confesada por algunos docentes, no tuvo resultados relevantes. Por eso, el estudio calificó este hecho como «positivo» debido a que es la dimensión que más provoca consecuencias sobre el estudiante.

Otro resultado significativo que arrojó esta investigación realizada durante dos años y publicada en 2015  es que el 42% de los encuestados obtuvieron valores altos en al menos una de estas dimensiones.

Quienes mostraron mayor tendencia a sufrir un agotamiento emocional fueron las mujeres, indicó el estudio, algo que ya han manifestado estudios internacionales que cita la investigación.

Mientras que los profesores con poca antigüedad en la profesión, aquellos que no tienen formación docente y los que trabajan en dos centros educativos son más propensos a manifestar una baja realización personal.

La investigación muestra que las personas que presentan niveles más altos de agotamiento emocional son las que solicitan licencias médicas. Colino contó que decidió averiguar este punto en su investigación porque «en la prensa salen muchos datos sobre la cantidad de faltas» de los profesores. «La pregunta es si muchos de estos docentes están padeciendo un problema como este (y por eso faltan). Es la discusión de qué viene primero: el huevo o la gallina», comentó.

Otros estudios.

Este tipo de padecimientos se presentan, en mayor medida, en trabajos que implican un permanente contacto con personas como la docencia, la medicina y trabajos en cárceles. Por eso, en Uruguay y el mundo se pueden encontrar múltiples estudios científicos sobre los profesionales de estas áreas.

En la salud, se viene estudiando el fenómeno desde 1994. Uno de los últimos estudios fue el que analizó el estrés laboral asociado a la residencia de anestesiología en 2013 y se encontró una prevalencia del 17,3% de los encuestados.

Ese mismo año, una docena de médicos realizaron el estudio a médicos intensivistas y encontraron que el 51% presentaron síntomas severos del Burnout.

Según informó El Observador, la mitad de estos trabajadores encuestados de 12 centros de cuidados intensivos presentaron síntomas severos de un cansancio emocional que les causaba una profunda desmotivación y sentimientos de fracaso.

Un documento para combatir el síndrome de Burnout.

Verónica Morín, docente del Centro de Ciencias Biomédicas en la Universidad de Montevideo, publicó un estudio en 2014 sobre cómo afrontar este síndrome.

A nivel individual, la experta sugiere entrenamientos para mejorar el ejercicio profesional. Por ejemplo, propone gestionar de manera más eficaz el tiempo y dotar a los empleados de técnicas de comunicación asertiva.

A nivel grupal, todo pasa por fomentar el apoyo social por parte de los compañeros de trabajo. En tal sentido, aconseja brindar apoyo emocional al percibir cuando es necesario para el otro.

Finalmente, Morín da consejos sobre cómo intervenir a nivel organizacional. Para ello, proponen reducir la sobrecarga de la tarea que se la adjudica a un empleado y aumentar recursos como dar una mayor autonomía laboral.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/vida-actual/dar-clase-crea-sindrome-salud.html

Imagen: http://www.elpais.com.uy/files/article_main/uploads/2016/09/16/57dcaec62e89a.jpg

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CLACSO: 110 nuevos grupos de trabajo para el período 2016-2019

CLACSO ha seleccionado sus nuevos Grupos de Trabajo para el período 2016-2019

Cerca de 500 propuestas se han presentado a la convocatoria internacional, de las cuales, 110 han sido evaluadas positivamente por un jurado compuesto por más de 130 reconocidos intelectuales de diversos países del mundo.

Campo Temático Grupo de Trabajo Coordinadores/as Investigadores/as participantes
H: hombres
M: mujeres
Bienes comunes y acceso abierto Bienes comunes y acceso abierto Eduardo Aguado López y Elena Lazos Chavero Total: 35
H: 11 / M: 24
Cambio climático, mediambiente y sociedad Ecosistema y sociedad Claudia Eleonor Natenzon y María Perevochtchikova Total: 17
H: 10 / M: 7
Justicia climática y gobernanza ambiental Antonio De Lisio Total: 22
H: 5 / M: 17
Cambio medioambiental global, territorio y políticas ambientales Ricardo Gutiérrez y Andrea Lampis Total: 27
H: 10 / M: 17
Ecología política Catalina Toro Perez, Grettel Catalina Navas y Milson Betancourt Santiago Total: 56
H: 21 / M: 35
Ciencias sociales y políticas científicas Ciencia social politizada Judith Naidorf, Ivanise Monfredini y Christian Mendizábal Cabrera Total: 22
H: 11 / M: 11
Ciencias sociales: tendencias, perspectivas y desafíos Leticia Salomón Alvarez, Alain Basail Rodríguez y Sara Victoria Alvarado Salgado Total: 24
H: 11 / M: 13
Ciencia y sociedad Pablo Kreimer Total: 41
H: 22 / M: 19
Intelectuales y política Lorena Soler, Charles Quevedo y Alfredo Falero Cirigliano Total: 36
H: 20 / M: 16
Comunicación
y poder
Comunicación, política y ciudadanía Florencia Saintout, Amparo Marroquín Parducci y Carlos Del Valle Total: 27
H: 14 / M: 13
Comunicación, poder y territorio Ignacio Levy Total: 26
H: 13 / M: 13
Deporte y Sociedad Deporte, políticas públicas y sociedad Verónica Moreira y Rodrigo Soto Lagos Total: 20
H: 12 / M: 8
Derechas y movimientos conservadores Derechas contemporáneas: dictaduras y democracias Ernesto Lázaro Bohoslavsky Total: 40
H: 21 / M: 19
Derecho a la ciudad Expoliación inmobiliaria y crítica contrahegemónica Floriano José Godinho de Oliveira Total: 26
H: 14 / M: 12
Indígenas y espacio urbano Jorge Enrique Horbath Corredor Total: 31
H: 16 / M: 15
Políticas públicas y territorios Fania Fridman Total: 19
H: 6 / M: 13
Derechos humanos y políticas de la memoria Derechos Humanos, luchas y territorialidades Flavio Rapisardi, María Fernanda Peña Sarmiento y Sandra Maria Raggio Total: 64
H: 16 / M: 48
Memorias colectivas y prácticas de resistencia Isabel Piper Shafirl y Pilar Calveiro Total: 25
H: 8 / M: 17
Políticas en derechos humanos Víctor Abramovich Total: 29
H: 12 / M: 17
Desarrollo rural Mujeres, agroecología y economía solidaria Georgina Catacora-Vargas Total: 21
H: 3 / M: 18
Estudios críticos del desarrollo rural Eraldo Da Silva Ramos Filho y Mario Enrique Sosa Velásquez Total: 87
H: 41 / M: 46
Desigualdades
y pobreza
Heterogeneidad estructural y desigualdad social Fernando Cortés Cáceres y Héctor Agustín Salvia Total: 22
H: 12 / M: 10
Esquemas de bienestar en el siglo XXI Paula Lucía Aguilar Total: 18
H: 2 / M: 16
Pobreza y políticas sociales Gerardo Ordónez Barba y María del Carmen Midaglia Total: 21
H: 9 / M: 12
Desigualdades urbanas Manuel Dammert Guardia Total: 106
H: 54 / M: 52
Economía y políticas de desarrollo Economías alternativas y buen vivir César Armando Germaná Cavero y Boris Wolfang Marañon Pimentel Total: 22
H: 11 / M: 11
Economías populares: mapeo teórico y práctico Verónica Gago, Alexandre Roig y Cesar Augusto Giraldo Giraldo Total: 12
H: 6 / M: 6
Turismo, economía y territorio Marta Panaia Total: 15
H: 5 / M: 10
Desarrollo regional y actores sociales Gloria Edel Mendicoa Total: 60
H: 18 / M: 42
Fronteras, regionalización y globalización Juan Manuel Sandoval Palaciosl y José Pablo Prado Córdova Total: 130
H: 73 / M: 57
Desarrollo, espacio y capitalismo global Carlos Antonio Brandao, Víctor Ramiro Fernández y Sergio Ordóñez Gutiérrez Total: 57
H: 37 / M: 20
Crisis y economía mundial María Josefina Morales Martínez y Adriana Gabriela Roffinelli Maya Total: 44
H: 26 / M: 18
Epistemelogías
del Sur
Pensamiento geográfico crítico latinoamericano Juan Manuel Delgado Estrada Total: 22
H: 15 / M: 7
Investigación militante: teoría, práctica y método Breno Bringel y Humberto Tomassino Total: 28
H: 17 / M: 11
Procesos y metodologías participativas Alejandro Noboa y Alfonso Torres Total: 76
H: 29 / M: 47
Epistemologías del Sur Karina Andrea Bidaseca y Maria Paula Meneses Total: 19
H: 11 / M: 8
Pensamiento crítico y prácticas emancipatorias Alicia Itatí Palermo, Martha Nélida Ruiz Uribe y Rudis Yilmar Flores Hernandez Total: 43
H: 12 / M: 31
Estudios críticos en discapacidad Berenice Pérez Ramírez, Laura Mercedes Sosa y Alexánder Yarza de los Ríos Total: 36
H: 4 / M: 32
Estado y políticas públicas Estados latinoamericanos: ruptura y restauración Hernán Darío Ouviña y Franklin Ramírez Gallegos Total: 29
H: 14 / M: 15
Neoliberalismo, desarrollo y políticas públicas María Fernanda Sañudo Pazos, Jorge Leal y Eduardo Toche Total: 16
H: 11 / M: 5
Innovación y políticas públicas Andre-Noel Roth Total: 12
H: 4 / M: 8
Espacios deliberativos y gobernanza pública Simone Martins y Ramón Canal Oliveras Total: 52
H: 30 / M: 22
Estudios sobre Estados Unidos Estudios sobre Estados Unidos Leandro Morgenfeld, Marco A. Gandásegui (hijo) y Casandra Casotrena Sánchez Total: 22
H: 11 / M: 11
Latinos en los Estados Unidos Antonio Aja Díaz Total: 10
H: 4 / M: 6
Feminismos y políticas de género Economía feminista María Mercedes Olivera Bustamante Total: 38
H: 4 / M: 34
Cuerpos, territorios y feminismos Manuel Bayón Jiménez y Delmy Tania Cruz Hernández Total: 23
H: 6 / M: 17
Familias, géneros y diversidades Graciela Di Marco, Jhoana Patiño Lopez y Luisa Fernanda Giraldo Total: 29
H: 2 / M: 27
Feminismos, resistencias y procesos emancipatorios Montserrat Sagot Rodríguez, Elisa Alejandra Valdivieso Ide y Ana Silvia Monzon Total: 29
H: 2 / M: 27
Género, (des)igualdades y derechos en tensión Ana Laura Rodríguez Gustá, Constanza Tabbush y Carmen Beramendi Total: 28
H: 2 / M: 26
Izquierdas y alternatvas democráticas Izquierdas latinoamericanas Pablo Alejandro Pozzi y Claudio Pérez Total: 14
H: 6 / M: 8
La formación de la cultura democrática por las izquierdas Paul Singer Total: 18
H: 11 / M: 7
Justicia y estudios del derecho Estudios críticos del derecho Lucas Arrimada y Roberto Carles Total: 10
H: 9 / M: 1
Derecho, clases y reconfiguración del capital Daniel Sandoval Cervantes Total: 45
H: 22 / M: 23
Pensamiento jurídico crítico Mauro Benente y Marco Tulio Navas Alvear Total: 31
H: 17 / M: 14
Juventudes y políticas de infancia Juventudes e inclusión laboral Maria Delfina Garino y Isabel Cristina Rivera Lozada Total: 20
H: 2 / M: 18
Juventudes e infancias María Camila Ospina Alvarado, María Isabel Domínguez García y Melina Vázquez Total: 90
H: 23 / M: 67
Medio Oriente y América Latina América Latina y Medio Oriente Cecilia Baeza y Elodie Brun Total: 34
H: 14 / M: 20
Migraciones y movilidad humana Migración Sur-Sur Claudia Pedone y Leonardo Cavalcanti da Silva Total: 18
H: 4 / M: 14
Violencia y migraciones forzadas Maria Soledad Lastra y Enrique Coraza de los Santos Total: 30
H: 12 / M: 18
Migraciones: desigualdades y tensiones Luis Eduardo Thayer y Sergio Caggiano Total: 13
H: 4 / M: 9
Movimientos sociales y ciudadanías Alternativas contrahegemónicas desde el Sur global Mabel Thwaites Rey y Daniel Chavez Chavez Total: 15
H: 7 / M: 8
Reinvenciones de lo común Laura Cristina Quintana Porras Total: 25
H: 12 / M: 13
Gobiernos y movimientos: tensiones irresueltas Mercedes García Montero y María Teresa Zegada Claure Total: 13
H: 7 / M: 6
Cuerpos, territorios y resistencias Xochitl Leyva Solano Total: 62
H: 19 / M: 43
Territorialidades en disputa Pabel Camilo Lopez Flores y Vilma Rocío Almendra Quiguanás Total: 22
H: 9 / M: 13
Subjetivaciones, ciudadanías críticas y transformaciones Claudia Luz Piedrahita Echandia Total: 48
H: 19 / M: 29
Movimientos sociales, armados y procesos de paz Alejandro Schneider y Rachel May Total: 27
H: 16 / M: 11
Anticapitalismos y sociabilidades emergentes Paula Camara da Silva Total: 34
H: 17 / M: 17
Ciudadanía, organizaciones populares y política Fernando Mayorga Ugarte Total: 16
H: 11 / M: 5
Democracia y revolución Ramón Torres Galarza Total: 14
H: 7 / M: 7
Políticas de Integración Geopolítica integración regional y sistema mundial Monica Esmeralda Bruckmann Maynetto y Rebeca Peralta Mariñelarena Total: 35
H: 20 / M: 15
El istmo centroamericano: repensando los centros Denia Román Solano y Carmen Elena Villacorta Total: 34
H: 12 / M: 22
Integración y unidad latinoamericana Consuelo Silva Flores Total: 38
H: 28 / M: 10
Cooperación Sur-Sur y políticas de desarrollo Enara Echart Muñoz y Dayanuvis Tahina Ojeda Medina Total: 21
H: 13 / M: 8
Crisis, respuestas y alternativas en el Gran Caribe Jacqueline Laguardia Martinez Total: 21
H: 9 / M: 12
Políticas e industrias culturales Arte antihegemónico y resistencia cultural Kirenia Rodríguez Puerto Total: 15
H: 4 / M: 11
Arte y política Carlos Vallina, Lía Gómez y Andrea del Pilar Forero Hurtado Total: 27
H: 13 / M: 14
Tecnopolítica, cultura digital y ciudadanía Francisco Sierra Caballero y Francisco Javier Moreno Gálvez Total: 25
H: 13 / M: 12
Política y producción audiovisual en la era digital Lucrecia Cardoso y Maricela Perera Pérez Total: 30
H: 16 / M: 14
Políticas educativas y derecho a la educación Universidades y políticas de educación superior António Teodoro y Dante Miguel Castillo Guajardo Total: 108
H: 49 / M: 59
Reformas y contrarreformas educativas Luis Francisco Bonilla Molina y Felipe José Hevia De La Jara Total: 16
H: 9 / M: 7
Educación y vida en común Rosa Nidia Buenfil Burgos y Daniel Guillermo Saur Total: 14
H: 8 / M: 6
Formación docente y pensamiento crítico Ruth Milena Páez Martínez Total: 39
H: 16 / M: 23
Educación e Interculturalidad Ana Carolina Hecht y Inge Sichra Total: 32
H: 1 / M: 31
Políticas educativas y derecho a la educación Nora Beatriz Gluz y Cibele Maria Lima Rodrigues Total: 46
H: 17 / M: 29
Educación popular y pedagogías críticas Anahi Guelman, Mónica Fernanda Salazar Castilla y Edgardo Leandro Álvarez Puga Total: 45
H: 23 / M: 22
Educación y trabajo Pablo Granovsky Total: 26
H: 13 / M: 13
Pueblos indígenas Pueblos indígenas y procesos autonómicos Luciana García Guerreiro y Sarela Irene Paz Patiño Total: 18
H: 5 / M: 13
Racismo y afrolatinidad Afrodescendencias y propuestas contrahegemónicas Rosa Campoalegre Septien Total: 15
H: 7 / M: 8
Afrodescendencia, racismo y resistencias en el Caribe Elissa L. Lister Total: 22
H: 4 / M: 18
Racismos y xenofobias Olivia Joanna Gall Sonabend Total: 27
H: 11 / M: 16
Religión y política Teología, ética y política Emilce Cuda Total: 23
H: 22 / M: 1
Religión, neoliberalismo y poscolonialidad Verónica Giménez Béliveau Total: 30
H: 17 / M: 13
Salud pública Estudios sociales para la salud Carolina Tetelboin Henrion Total: 20
H: 8 / M: 12
Salud Internacional y soberanía sanitaria Gonzalo Basile y María Belén Herrero Total: 16
H: 6 / M: 10
Teoría social Herencias y perspectivas del marxismo María Elvira Concheiro Bórquez Total: 32
H: 21 / M: 11
Teoría social y realidad latinoamericana Edelberto Torres-Rivas y Esteban Torres Castaños Total: 17
H: 8 / M: 9
Pensamiento caribeño Felix A. Valdés García y Matias Bosch Carcuro Total: 32
H: 18 / M: 14
Antiimperialismo, democracia y modernización Julieta Rostica y Kristina Pirker Total: 37
H: 17 / M: 20
Filosofía política Ana María Larrea Maldonado y Eduardo Alfonso Rueda Total: 17
H: 8 / M: 9
Trabajo y relaciones laborales Trabajo, heterogeneidades sociopolíticas y actores Antonio Aravena Carrasco y Cecilia Senen Gonzalez Total: 30
H: 16 / M: 14
Transformaciones agrarias y trabajadores rurales Mauricio Tubio y Germán Quaranta Total: 30
H: 14 / M: 16
Violencia y seguridad ciudadana Policía y seguridad en regímenes democráticos Sabina Frederic Total: 25
H: 8 / M: 17
Estigmatizados, violentados y encarcelados Loreto Correa y Bibiana Escobar García Total: 13
H: 7 / M: 6
Violencias y subjetividad Emiliano Duering y Edith Alba Perez Total: 20
H: 5 / M: 15
Sistema penal y cambio social Máximo Sozzo Total: 50
H: 32 / M: 18
Violencia, seguridad y obstáculos a la ciudadanía José Vicente Tavares dos Santos y Nilia Viscardi Etchart Total: 37
H: 21 / M: 16
Poscontrainsurgencia y seguridad Clara Arenas Total: 13
H: 4 / M: 9

La Secretaría Ejecutiva de CLACSO ha creado dos Grupos de Trabajo especiales, en cooperación con dos importantes organizaciones internacionales:


JURADO INTERNACIONAL
Compuesto de 130 miembros de 22 países

Abelardo Morales (Costa Rica) | Adrián Bonilla (Ecuador) | Alain Basail (México) | Alba Carosio (Venezuela) | Alberto Bonnet (Argentina) | Alberto Minujin (Estados Unidos) | Alberto Riella (Uruguay) | Aldo Panfichi (Perú) | Alfonso Torres (Colombia) | Alicia Girón (México) | Alicia Puyana (México) | Alicia Servetto (Argentina) | Allen Cordero (Costa Rica) | Ana Dinerstein (Reino Unido) | Ana Lía Kornblit (Argentina) | Ana María Barletta (Argentina) | Ana María Larrea (Ecuador) | Ana Silvia Monzón (Guatemala) | Asa Cristina Laurell (México) | Augusto Castro (Perú) | Beatriz Rajland (Argentina) | Bela Feldman (Brasil) | Bernardo Mançano (Brasil) | Carlos Barba (México) | Carlos Mario Perea (Colombia) | Carmen Beramendi (Uruguay) | Carmen Caamaño (Costa Rica) | Carmen Midaglia (Uruguay) | Cecilia Senén González (Argentina) | Cesar Barreira (Brasil) | Dalila Andrade (Brasil) | Daniel Libreros (Colombia) | Daniel Olesker (Uruguay) | Dora Barrancos (Argentina) | Eduardo Rueda (Colombia) | Eduardo Toche (Perú) | María Elvira Martin Contreras (España) | Enrique Valencia (México) | Fabio Grobart (Cuba) | Federico Schuster (Argentina) | Felix Valdes (Cuba) | Fernando Calderón (Bolivia) | Fernando Mayorga (Bolivia) | Flor Edilma Osorio (Colombia) | Gabriel Misas (Colombia) | Gabriel Tobón (Colombia) | Gabriela Arguedas (Costa Rica) | Gerardo Caetano (Uruguay) | Goran Thernborn (Suecia) | Guillermo Castro (Panamá) | Gustavo Codas (Paraguay) | Hebe Vessuri (Venezuela) | Héctor Alimonda (Brasil) | Héctor Poggiese (Argentina) | Hectór Sejenovich (Argentina) | Inés Dussel (Argentina) | Ingrid Sarti (Brasil) | Isabel Allende (Cuba) | Isabel Piper (Chile) | Ivonne Farah (Bolivia) | Jaime Estay (México) | Jaime Zuluaga (Colombia) | Jairo Estrada (Colombia) | Javier Gómez (Bolivia) | Jenny Assael (Chile) | Jorge Lara Castro (Paraguay) | Jorge Marchini (Argentina) | Jorge Mora (Costa Rica) | Jorge Rovira (Costa Rica) | José Bengoa (Chile) | Juan Piovani (Argentina) | Juan Carlos Celis Ospina (México) | Juan Pablo Perez Sainz (Costa Rica) | Julio Gambina (Argentina) | Karina Batthyany (Uruguay) | Leticia Salomón (Honduras) | Lilian Celiberti (Uruguay) | Luciano Concheiro (México) | Lucio Oliver (México) | Luis Ortiz (Paraguay) | Luis Paulino (Costa Rica) | M. Fernanda Sañudo (Colombia) | Magdalena Valdivieso (Venezuela) | Marcelo Saín (Argentina) | Marcelo Urresti (Argentina) | Marcia Rivera (Puerto Rico) | Marco Gandásegui (Panamá) | Marcos Dantas (Brasil) | Mareia Quintero (Puerto Rico) | Margarita Vannini (Nicaragua) | María Isabel Dominguez (Cuba) | María Teresa Zegada (Bolivia) | Maribel Aponte (Puerto Rico) | Masimo Modonesi (México) | Matias Bosch (República Dominicana) | Matías Carámbula (Uruguay) | Mercedes Calzado (Argentina) | Miriam Rodríguez Martínez (Cuba) | Montserrat Sagot (Costa Rica) | Nora Garita (Costa Rica) | Olga Zarza (Paraguay) | Omar Rincón (Colombia) | Orlando Caputo (Chile) | Oscar Ugarteche (México) | Pablo Alabarces (Argentina) | Pablo Yanes (México) | Pablo Emilio Angarita (Colombia) | Patricia Pensado (México) | Paula Meneses (Portugal) | Pedro Brieguer (Argentina) | Ramón Torres (Ecuador) | Ramonina Brea (República Dominicana) | Raúl Zaffaroni (Argentina) | Rhina Roux (Brasil) | Rita Alves (Brasil) | Roberto López (El Salvador) | Sara Victoria Alvarado (Colombia) | Sergio Tischler (Guatemala) | Silvia Borelli (Brasil) | Silvia Delfino (Argentina) | Susana Mallo (Uruguay) | Susana Sel (Argentina) | Susana Sosenski (México) | Susana Villavicencio (Argentina) | Suzy Castor (Haití) | Teivo Teivainen (Finlandia) | Vernor Muñoz (Costa Rica) | Victor Moncayo (Colombia) | Welch Clifford (Brasil) | Zilda Iokoi (Brasil)

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Entrevista: No hay una síntesis donde todo coexista armónicamente, y esto se debe a la desigualdad

América del Sur/Uruguay/Septiembre 2016/Entrevista/https://redaccion.lamula.pe/

Entrevista a Mabel Moraña, una de las principales voces en los estudios latinoamericanos.

Mabel Moraña es unas de las voces principales en los estudios latinoamericanos. No solo se ha enfocado  en autores particulares sino que ha mapeado un amplio y heterogéneo corpus que permite entender el sistema literario de América Latina en su complejidad.  Moraña (profesora y directora del Latin American Studies Program en la Washington University en St. Louis) ha enfatizado las relaciones entre literatura e ideología a través del estudio de modernidades, políticas estatales y culturales . Dentro de sus publicaciones destacan aquellos dedicados a investigar  la obra de autores peruanos, tales como Mariátegui y los estudios latinoamericanos(2009), el Arguedas/Vargas Llosa. Dilemas y ensamblajes (2014) y una próxima publicación sobre Gamaliel Churata.

En el marco del seminario “Género y modernidad” que dictó en la PUCP el pasado junio, aprovechamos para conversar con ella sobre el estado actual de la crítica literaria, el latinoamericanismo en EEUU, acerca de Antonio Cornejo Polar, Ángel Rama, Pierre Bourdieu, política y memoria, traducción cultural, entre otros temas de estética-ideológica.

(Fotos: Raúl García)


1. Has dedicado trabajos a José Carlos Mariátegui, a José María Arguedas, a Gamaliel Churata, a Antonio Cornejo Polar, por lo cual la primera pregunta resulta casi inevitable, ¿cuándo y cómo surgió tu interés por las literaturas peruanas?
Bueno, yo soy uruguaya, y salí del Uruguay durante el periodo de la dictadura, en ese momento a Venezuela donde empecé a trabajar con el Centro de Estudios Latinoamericanos “Rómulo Gallegos”. Allí conocí a Antonio Cornejo Polar, quien viajaba con mucha frecuencia al Centro, que era realmente un espacio de investigación latinoamericana. Él a veces impartía conferencias y entonces entré en contacto con las culturas andinas. De hecho mi primer trabajo, que publicó Antonio Cornejo Polar en la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, fue sobre Scorza. Luego me fui de Venezuela a Estados Unidos para hacer mi doctorado en la Universidad de Minnesota. Allí mi tesis doctoral fue sobre el periodo de entreguerras en América Latina, de 1910 a 1940, y uno de los capítulos era sobre el periodo de Leguía en Perú y sobre el tema del indigenismo; también había estudios sobre americanismo, populismo, etc.

De ahí comencé a trabajar la obra de Mariátegui sobre quien he escrito en diversas ocasiones sobre el tema de la cultura nacional, la cuestión del indigenismo. Publiqué un libro colectivo que se llama Indigenismo hacia el fin del milenio y años después publicamos con Guido Podestá otro libro colectivo llamado José Carlos Mariátegui y los estudios latinoamericanos. Lo publicamos en una colección que yo dirigí durante mucho tiempo en el Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana. Teníamos varias series de libros y una de las que yo inaugure fue sobre críticos latinoamericanos, entonces publicamos un volumen dedicado a pensar la obra de Mariátegui desde nuevos ángulos teóricos y críticos. Se trataba de poner la obra de estos críticos a la luz de nuevos debates.

Después, en 2014, publiqué el estudio más largo sobre literatura peruana, el que se titula Arguedas / Vargas Llosa: dilemas y ensamblajes. Ha tenido mucho éxito ya que obtuvo varios premios, como el premio de la Modern Languages Association (MLA) en EEUU y también de Latin American Studies Association (LASA). A consecuencia de eso estamos ahora traduciéndolo al inglés. Luego hay un trabajo sobre Gamaliel Churata que acabo de terminar, aún está sin publicar.

Recordando la obra de Antonio Cornejo Polar enfatizas que esta respondió a “necesidades académicas, y a coyunturas ideológicas precisas”. En este sentido ¿qué necesidades académicas y coyunturas ideológicas han marcado la crítica de Mabel Moraña?
Yo aprendí mucho del trabajo de Antonio Cornejo Polar y muchos, no solamente yo, hemos seguido por las líneas que él abrió. También traté de incorporar bastante los estudios sociológicos de Aníbal Quijano; también por supuesto de Ángel Rama, quien trabajo lo que en su momento él denominó “el área cultural andina” definiendo toda la región peruano-boliviana y también ecuatoriana, tratando de encontrar constantes para el estudio de esas culturas que tienen alta incidencia de cultura indígena.

Yo creo que mi formación, desde los años en la Universidad de Minnesota, tuvo que ver sobre todo con el estudio de las relaciones entre literatura e ideología. Un estudio ideológico de la literatura donde se trata de analizar las connotaciones, no mecánicamente entre literatura-sociedad, sino también la relación con los aspectos ideológicos, la formación de conciencia social, el modo en que se representa el conflicto social. Creo que esa fue básicamente la línea que define, más o menos, la orientación crítica de mi trabajo. Yo he trabajado desde la época colonial en adelante sobre un campo históricamente y culturalmente muy amplio; trabajé bastante el barroco mexicano colonial, un poco las literaturas del siglo XIX, y luego todo lo que es la crítica de la modernidad. Lo estético-ideológico sería el eje que organiza mi trabajo, aplicado a distintos contextos culturales y socio-históricos, pero siempre buscando ese eje y viendo cuáles son las formas de representación que se adoptan en cada caso.

Has dicho que lo que Mariátegui llamó el “problema del indio” ha pasado a recibir “nombres más sofisticados y eufemísticos: otredad, alteridad, diferencia, subalternidad”. ¿En qué consiste para ti una crítica eufemística?, ¿es un producto más de las tendencias de la globalización que marca la distancia de las sociedades indígenas?
Yo creo que lo principal que distingue un foco como el de Mariátegui sobre el problema del indio y el tema ya más amplio de la otredad es que esta segunda consiste en teorizaciones mucho más amplias. Son pensadas no solamente para sociedades vinculadas al tema étnico sino también al tema de la diferencia de raza, pero también diferencias de género y también diferencias en habilidades corporales (por ejemplo en minusválidos). Hablar de “diferencia” quizá sea eufemístico, pero también es una forma teórica más abarcadora, porque los problemas de la globalización, de la migración, plantean ese enfrentamiento constante entre identidad y diferencia. Por esto hay que, de alguna manera, teorizar qué es lo que encuentra el sujeto al cambiar de contexto, y no solo internacionalmente, por ejemplo en el caso de Perú que es una sociedad tan marcada por las migraciones internas, qué pasa cuando se produce esa migración de sierra a costa. Al respecto Cornejo Polar teorizó bastante cuando trabaja el tema del sujeto migrante; él ahí también se ocupa del tema de la diferencia en torno a la cuestión andina, pero también en cuanto a la situación de la cultura chola y a otras formas de mestizaje. En los estudios de etnicidad el tema de la diferencia, por supuesto, no se limita al problema indígena sino que también abarca a la población afro hispánica, a cualquier diferencia que distingue a sectores de la población de la dominante social.
Yo iba más bien hacia otro terreno: ¿hasta qué punto el acercamiento de Mariátegui, el modo en que encara el llamado problema del indio, resulta más directo, buscando interactuar con sujetos concretos, distinguiéndose por lo tanto de otra crítica que valiéndose de un bagaje teórico más amplio pierde al objeto de estudio y termina teorizando sobre castillos de arena?
Lo que pasa es que esa otra crítica a la que te refieres es muy diferente al periodo de Mariátegui, en los años 30, en el contexto del populismo y del aprismo. En esos años el tema del indio aparece como un tema conflictivo, beligerante y con un gran potencial subversivo. Ese elemento hace diferente el tratamiento de la cuestión indígena a cuando lo hacemos cuando esa llamada “amenaza social” no está planteada. Hoy en día se trata de teorizar más bien cómo integrar esos contingentes sociales a las nuevas formas del Estado, por ejemplo en Bolivia, donde el Estado mismo se va modificando. Entonces el tema de la diferencia está armado de otra manera, porque hay otra relación entre esos sectores sociales tradicionalmente marginados, y el poder. El sistema global exige estos cambios de enfoque porque hay que inscribir lo local en contextos mayores, donde se pueda articular de alguna manera. Mariátegui igual que Quijano, igual que Cornejo Polar han trabajado mucho ese tema de la articulación de lo local dentro de América, dentro de una visión continental, y esa relación local-regional-nacional-internacional.

“LA HISTORIA Y LA POLÍTICA NO SON BLANCO Y NEGRO, LA GENTE NO SIEMPRE HACE ELECCIONES LIMPIAS”

¿Cuál fue tu vínculo con Ángel Rama y cuál crees que son hasta ahora las vigencias de su pensamiento? Recuerdo que un momento lo consideraste “un interlocutor silenciado” de las últimas teorizaciones de los estudios latinoamericanos.
Yo lo conocí en Caracas, no mucho, porque coincidimos poco. No lo conocí en Uruguay, pero él estaba en Caracas donde era una personalidad cultural, allí formó Biblioteca Ayacucho. En esos años él viajaba mucho, yo también salí a hacer mi doctorado en EE.UU., luego coincidimos y conversamos unas cuantas veces. Marcó realmente un hito en la crítica latinoamericana, al igual que Cornejo Polar. Se ha ido divulgando mucho el pensamiento de Rama y se ha discutido mucho, sobre todo en el contexto del latinoamericanismo internacional. Tú sabes, nadie es profeta en su tierra, y se le ha conocido mucho más fuera que en Uruguay, fuera de América Latina.

Ahora ya ha ganado muchísimo espacio; libros como La ciudad letrada o como Transculturación narrativa han tenido una gran divulgación, una gran influencia porque han permitido pensar las relaciones de las culturas periféricas con la modernidad, con los grandes centros culturales a nivel internacional, sobre cómo pasan esos contenidos culturales, cómo se transculturan las culturas americanas, con base vernácula y autóctona fuerte. Rama estudia cómo se realiza esa combinación entre, por ejemplo, el discurso cinematográfico y la literatura de Rulfo. Se trata de ese tipo de conexiones que no aíslan la cultura latinoamericana de una manera fundamentalista dentro de sus propias coordenadas sino que la ven en contextos mayores. Rama trabajaba sobre todo esa idea: tratar de inscribir un fenómeno cultural, o una generación, un grupo o una estética particular dentro de grandes panoramas. Él podía leer de esa manera histórico-cultural los desarrollos latinoamericanos.

Volviendo a Rama, sobre su trabajo has precisado que se dirigió hacia “prácticas culturales que respondían a los desafíos de nuevas circunstancias sociales y políticas a partir de las cuales se iban definiendo nuevos espacios y estrategias discursivas y representacionales”. A partir de esto, ¿qué lecciones nos puede brindar Rama para entender nuestro actual contexto de crítica cultural?, ¿cuál es el desafío al que el investigador debe responder?
Él se dedicó a muy distintos temas; sobre todo enseñó un método, enseñó a prestar mucha atención a la relación entre literatura y cambio social, a percibir que además esa relación es muy compleja y está atravesada por muchas variantes. Por esto uno de los grandes descubrimientos culturales de Rama fue Arguedas; Arguedas realmente cambió la visión que Rama tenía. Ambos somos uruguayos, venimos de un país sin indios actuales (obviamente tuvimos una población indígena, pero fue extinguida muy pronto), de manera que es un país básicamente de base europea. Entonces para un crítico como Rama percibir un escritor como Arguedas, capaz de incorporar todas esas vertientes culturales y crear una literatura como Los zorros, resultó deslumbrante. Estos son textos que son impensables para un escritor del sur evidentemente, no solo porque no podría producirlo sino también por la comprensión de esa estética. Arguedas fue un gran desafío para Rama, y fue el escritor que más lo impactó en esa época.

Lo que ha quedado ha sido ese mensaje de que la vinculación entre literatura y sociedad no debe ser desestimada. También Rama prestó mucha atención a la función del intelectual, a como el intelectual y el escritor, particularmente, cambiaba a lo largo de los años, por eso estudia el modernismo, la profesionalización del intelectual, su relación con los cambios internacionales, etc. Esto Rama lo experimenta consigo mismo. Uruguay era sobre todo, antes de las dictaduras, un país muy provinciano, muy cerrado sobre sí mismo, sobre la cultura rioplatense; con el exilio todos los intelectuales salieron (salimos) y entonces se produce una confrontación de lo que realmente es la América Latina real que muchos de nosotros no conocíamos, pues Uruguay es un país muy aislado en ese sentido. Fue la influencia del contexto histórico y esto influyó en Rama y en otros intelectuales.

Has precisado que el tema de la traducción es un eje en la obra de Antonio Cornejo Polar, y partiendo de este aspecto viene la siguiente pregunta: ¿Cuál es el principal reto del crítico como traductor de epistemologías en conflicto?, ¿qué es lo más complicado en este proceso?
Es tremendamente complicado, es uno de los grandes retos de nuestra época, sobre todo porque la migración está causando una constante mezcla y revolución de intercambios culturales. Entonces ya no se trata de cómo traducir lingüísticamente sino cómo traducir culturalmente. En una traducción lingüística se está yendo texto a texto, de un código lingüístico al otro, me parece que se trata de encontrar equivalencias más o menos puntuales, mientras que la traducción cultural implica tratar de pasar no solamente a otra lengua sino a otro código cultural, conceptos u otra cosmogonía diferente. Por ejemplo, ahora al llevar a cabo este trabajo sobre Gamaliel Churata veía justamente eso, es uno de los grandes, problemas: ¿cómo, dentro de la epistemología occidental, dentro de una noción de tiempo lineal, entender esa noción de tiempo que se repite, de los muertos que regresan en la concepción andina, esa noción de que pueden coexistir los contrarios?

Estas últimas son nociones que la epistemología occidental rechaza, entonces, cómo traducir esos conceptos ya no es un tema solamente de palabras sino de encontrar la manera de comprender, incorporar –sin desnaturalizar- esas otras versiones. La traducción cultural es un tema mucho más complejo que el lingüístico, aunque lo lingüístico evidentemente implica la traducción cultural. Si tú traduces del italiano al español, del inglés al español se está dentro de la concepción occidental, ahora si tú traduces del quechua al francés hay una diferencia de mundos, de vivencia de la cultura, de cómo se inició el mundo, de mitos, de categorías que no son equivalentes. Por esto hay que aprender a respetar cada registro porque no todo es traducir de una manera puntual.

“En Mestizaje e hibridez: el riesgo de las metáforas”, Cornejo Polar indicaba «El masivo empleo de una lengua extranjera [el inglés] para el estudio de la literatura hispanoamericana está suscitando además —aunque tal vez nadie lo quiera— una extraña jerarquía en la que los textos de esta condición resultan gobernando el campo general de los estudios hispanoamericanos. Me temo, en este sentido, que estamos generando una extraña crítica diglósica». ¿Crees que a estas alturas esta crítica diglósica es un imperativo?, ¿cómo trazar una línea de fuga en medio de un mercado académico diglósico?
Mira es un gran problema. Yo publico el 90 % de lo que escribo en español y es una gran lucha y una suerte que hay que tener para encontrar editor. Claro, los libros en español se venden menos; si tú quieres hacer circular tu investigación en español quedas reducido a un mercado de lectores muy acotado. Yo continuó haciéndolo porque trabajo mucho con América Latina y me interesa ese diálogo. Todos nosotros hemos aprendido la necesidad de aprender inglés, pero en EE.UU. no se ha entendido aún la necesidad de aprender español, aunque es una lengua que hablan 40 millones de personas dentro del país. Yo no solamente estoy publicando en español sino que cree muchas series editoriales en español para la difusión de libros en español, pero también me doy cuenta que se pierde el diálogo con un gran mercado, se pierde la comunicación, la divulgación de ideas.

El latinoamericanismo tiene una base en EE.UU. hoy en día, por la cantidad gente que hay y por la cantidad de recursos que manejan. Ese latinoamericanismo en EEUU articula el del resto del mundo, un ejemplo es cuando se hacen congresos de LASA (al último fueron más de 5 mil personas y no fue de los más grandes). De manera que es un foco que si uno desperdicia completamente limita también la audiencia, de lo que el investigador quiere dar a conocer. Por esto es un poco difícil negociar esa cuestión, yo trato de publicar en español, lo traduzco luego al inglés y lo hago circular.

Uno trata de atender ambas audiencias, pero la verdad es que las editoriales prefieren que uno escriba en inglés porque en ese caso les es mucho más fácil capturar a todas las bibliotecas públicas o las bibliotecas universitarias y allí colocan ya miles de ejemplares; tienen más resistencia de publicar libros en español y eso va condicionando el mercado. Como en EE.UU. la gente tiene que publicar para obtener puestos y permanencia en los puestos entonces en muchos casos optan en escribir en inglés, para conectar, porque después quienes los evalúan –que no son necesariamente hispanistas- no hablan en español y cómo van a evaluar la producción de una persona que no escribe en inglés. Entonces hay todos esos condicionantes presentes, pero Cornejo Polar se refería también al hecho de que el latinoamericanismo va perdiendo su base.

El latinoamericanismo se solía trabajar mayoritariamente en español, lo cual ya es bastante colonialista en sí porque ya las lenguas indígenas quedaron fuera y nosotros hablamos como si el español no fuera una lengua colonial, que lo es. El español es a la lenguas indígenas lo que el inglés es para el español. Nunca pensamos en eso porque nos parece que el español es la lengua latinoamericana, pero es una lengua que vino vía el colonialismo y que ha marginado completamente, sino extinguido, cantidad enorme de variantes del náhuatl, del quechua, del maya quiché. Entonces el español tiene ese mismo precepto de marginar a las lenguas no dominantes, igual que el inglés está haciendo con el español. Fíjate que son políticas de Estado con respecto a las lenguas indígenas como aimara, quechua, guaraní, etc. que en muchos casos no se enseñan en los colegios aunque son fundamentales como lenguas nacionales.

«NOS PARECE QUE EL ESPAÑOL ES LA LENGUA LATINOAMERICANA, PERO VINO VÍA EL COLONIALISMO»

Ahí hay que redefinir lo nacional, lo nacional no es lo criollo dominante solamente, es también lo criollo pero aparte están las otras formaciones culturales y ese es el mensaje de Cornejo Polar, de Mariátegui, de Quijano, es decir, que el mapa de lo nacional que parece unificado, centralizado realmente lo que contiene es una gran cantidad de sistemas culturales que no están en armonía entre sí, que son antagónicos, o como decía Cornejo Polar un “antagonismo sin dialéctica”. Finalmente no hay una síntesis donde todo coexista armónicamente, y esto se debe a que hay desigualdad y donde hay desigualdad siempre hay conflicto latente.

9. La apropiación de autores o marcos teóricos responde a proyectos de nación o de modernización de las élites dirigentes, en este caso, ¿a qué se debió que un autor como Foucault calara tanto en América Latina y no, por ejemplo, Bourdieu?
Primero es una percepción a veces equivocada pensar que Bourdieu caló menos. El problema con Bourdieu es que muchas de sus categorías, por ejemplo las nociones de violencia simbólica, campo cultural, incluso sus estudios sobre masculinidad se naturalizaron muy rápido. Son categorías que todo el mundo usa sin saber que vienen de Bourdieu y en muchos casos no se cita. Ha entrado de una manera muy natural en el discurso crítico. Mi libro se llama Bourdieu en la periferia y está dedicado a ver como en distintas partes de América Latina se adoptó a Bourdieu en estudios de género, en estudios sociológicos, en crítica literaria.

Lo que pasa es que el aparato crítico y teórico de Foucault es mucho más amplio, entonces se ha visto a Bourdieu como una metodología mucho más pragmática que sirve para analizar y para entender la cultura en esa distribución de campos que él hace. La aplicación de Bourdieu es muy práctica, mientras que Foucault siempre fue leído más como un filósofo político y los estudios sobre el poder, sobre el panóptico, las tecnologías del yo, sobre los micro-poderes, todo eso en la época en que se divulgó servía para entender las dictaduras, los estados populistas. Foucault era un método pero también una concepción de lo social, filosóficamente hablando, aparte todos esos grandes estudios suyos del archivo cultural de Occidente fueron muy influyentes y siguen siéndolo porque brindan una comprensión de la epistemología occidental. Bourdieu, en cambio, fue siempre visto como un sociólogo, lo cual no quiere decir que no haya entrado mucho, pero fue de otra manera.

Por lo general realizamos aplicaciones de un marco teórico sobre una situación dada, por ejemplo Bourdieu para analizar tal fenómeno social en América Latina, pero no sería más interesante preguntarnos, ¿cuánto podría el pensamiento latinoamericano enseñarnos para leer a Bourdieu y entenderlo dentro de un contexto político no europeo?
Mi libro se llama Bourdieu en la periferia y justamente lo que hace es analizar una serie de críticas que se han hecho a Bourdieu. En varios momentos del libro indico como Bourdieu mismo se hubiera beneficiado si hubiera leído más la crítica y la historia cultural de América Latina, la que no conoce. Hay muchas variantes al modelo que él propone y que se dan porque América Latina y Europa son sociedades completamente diferentes, pero se han hecho esfuerzos para la aplicación de Bourdieu en México al campo de la educación o a los estudios de género, como indico en mi libro, con buenos resultados. También en el Brasil, Argentina, Chile, etc.

Se han utilizado categorías y metodologías de Bourdieu para entender los distintos sectores que conforman la cultura, el poder cultural, cómo se ejerce y cómo influyen los discursos que se producen, pero por ejemplo los campos intelectuales indígenas funcionan de manera distinta, la cuestión de la enseñanza funciona de otra manera, la función del maestro, de la religión, de la creencia en relación a la ciencia, los saberes tradicionales, chamánicos son diferentes. Evidentemente a un sociólogo francés que trabaja en los contextos europeos que conoce tampoco se le puede pedir que tenga un pensamiento universal, pero justamente por esto hay que hacer ajustes de aplicación y buena parte de mi libro señala las críticas que se pueden hacer, y que se han hecho, a Bourdieu. Por ejemplo desde Brasil ha sido bastantes criticado porque no considera variantes locales.

En tu trabajo sobre “El ojo que llora” señalas que esta obra nos enfrenta a lo que se sabe y a lo que se ignora, a lo que se ve y lo que se siente, a lo que no se quiere saber, a lo que no se sabe sentir, a la negación, a la pérdida, a la impunidad, a la imputabilidad, a lo representado y a lo irrepresentable”. En este sentido ¿qué es lo que crees que se está impidiendo ver, sentir?
En mi trabajo sobre “El ojo que llora” lo que hice fue un trabajo de interpretación de arte público. Es un monumento construido a base de cantos rodados que llevan inscritos los nombres de las víctimas, pero para empezar, ¿cuál es el concepto de víctima?, ¿quién es víctima? Por ejemplo si había campesinos en Ayacucho, uno de los principales espacios de actuación del senderismo, y fueron convencidos por la fuerza o violentados hasta el punto de actuar de un lado o de otro, lo cual paso con gran frecuencia debido a la pobreza de la zona, la intimidación, la violencia, etc. Muchos actuaron de un modo u otro sin convicción sino llevados por la necesidad y la dinámica histórico-política del momento; a veces no se llegaba a comprender el conflicto general donde cada individuo estaba inscrito. ¿Cuál es la víctima entonces? Daría la impresión que en ese conflicto todos fueron víctimas, incluso el que apretó el gatillo y mató del otro lado, inclusos los de la fuerza del orden que venían a reprimir, ellos también eran víctimas de un sistema ya que estaban obedeciendo órdenes que en buena fe podría parecerles que eran las del lado correcto.

La historia y la política no son blanco y negro, no es que la gente siempre haga elecciones limpias, en muchos casos está llevada por la dinámica de extrema miseria, de miedo, de violencia, entonces es muy difícil decir usted fue víctima y usted no. Entonces ahí los deudos venían a buscar los cantos rodados con el nombre de sus hijos y no estaban, reclamaban y les decían que era porque habían estado del otro lado. Esa es la polémica, sobre quién tiene derecho o el privilegio de ser reconocido como héroe o como víctima, quién marca esa línea en la historia donde unos quedan de un lado y otros de aquel. Estos conflictos tienen por característica que al final está demonizado el ambiente social y ya ni sabe quién es la víctima. Habrá quienes sí lo son y con esto no quiero decir que no haya responsables y que haya que caer en la impunidad, de ninguna manera; siempre hay culpables, siempre hay que hacer el esfuerzo de recuperar esa idea de la justicia social y de la justicia política.

En el caso de la definición de víctima, de agresor, es muy difícil crear una línea de límite, por esto cuando se armó esta polémica de los nombres Vargas Llosa (risas) dio esa “solución salomónica” de dar vuelta a las piedras para que no se vea el nombre hasta que pasen varias generaciones. Esto es como condenar a las víctimas otra vez a no ser observados y tiene un valor simbólico demasiado negativo. La verdad es que esos monumentos a la memoria son muy interesantes y muy conflictivos. Por esto en general son tan abstractos, son anónimos, dan una visión general para que cada uno vea a quien está homenajeando, para que conmemore a quien en su corazón piense que tiene que conmemorar, pero no hay un juicio histórico porque nadie quiere hacerse responsable. El conflicto real es que no hay paz sin justicia social, y para eso debe utilizarse una noción de culpa, de delito que tiene que ser penado, para hacer justicia a la víctima, pero la determinación de esas denominaciones se hace tremendamente complicada en contextos concretos.

«EL CONFLICTO REAL ES QUE NO HAY PAZ SIN JUSTICIA SOCIAL, Y PARA ESO DEBE UTILIZARSE UNA NOCIÓN DE CULPA, DE DELITO QUE TIENE QUE SER PENADO, PARA HACER JUSTICIA A LA VÍCTIMA»

¿Cómo configurar un proyecto de memoria que no caiga en una idea reduccionista de la víctima?
Es una categoría prácticamente insoslayable y al mismo tiempo problemática, entonces yo no creo que nadie tenga esa receta de cómo se puede hacer. Por esto en muchos casos, como te digo, se cae en la abstracción total, en cuestiones simbólicas como la altura, la luz, la transparencia, lo que evoca supuestamente el alma, evitando la nominación porque eso está sujeto a una concreción que a la historia le resulta muy difícil capturar. Luego está el otro gran tema y es que la memoria es finalmente coaptada por el poder y a veces el Estado hace algo para que ya no se hable más, es una manera de terminar el problema y no hablar más del asunto.

En muchos casos todas las salidas a esos tipos de conflicto son salidas pactadas por la impunidad, se hacen pactos de no hablar más del asunto. Varias de las dictaduras latinoamericanas terminaron así, con leyes de impunidad, ese es el precio de terminar el conflicto y después el procesamiento de los culpables se hace tarde y mal. Son procesos sucios, esencialmente contaminados por esta cuestión, no es que haya justicia social y todo quede cristalino; además esta no es una herida que cierra de ninguna manera, pasan generaciones y generaciones y al final se estaciona como todo en la historia, pero no quiere decir que se haya hecho justicia ni aunque hayan ido trescientos a la cárcel, ¿cómo se compensa entonces esa pérdida social? Por todo esto el tema de la memoria es muy delicado, porque todo el mundo tiene derecho a desarrollarlo, si tú has perdido un familiar ese reconocimiento social es una manera de sentir que la sociedad está contigo, pero al mismo tiempo son cosas muy manipuladas desde el poder.

Uno de los rasgos más interesantes de tu libro «Arguedas/Vargas Llosa. Dilemas y ensamblajes» es el uso que haces del concepto de máquina literaria, usada por Deleuze y Guattari en Capitalismo y esquizofrenia. Partiendo de que la máquina literaria forma parte de un agenciamiento colectivo tenemos entonces que las posturas estéticas son siempre políticas. Así, por un lado tenemos la ficción (tema predilecto de Vargas Llosa) y por otro la verosimilitud (que Arguedas enfatizaba en la mesa Todas las sangres). En este sentido ¿cómo estas poéticas corresponden a los proyectos de nación que estos autores representan?
Para empezar se expresa metafóricamente, alegóricamente a través del modo en que está presentado el mundo ficticio, de las clases sociales que están representadas en ese mundo, cómo se mueven, dónde están los héroes, los culpables, es decir, se va haciendo un diseño social desde el cual se puede deducir cuál es el concepto de nación. En el caso evidentemente de Arguedas es un proyecto donde a él lo que más le preocupa es la noción de inclusión, de integración de distintos sectores sociales, de distintos sectores étnicos, etc., y es un elemento fundamental en Arguedas, de ahí Todas las sangres con esa cantidad de metáforas, alegorizaciones de la confluencia popular. Ya que la idea de nación es una idea moderna hay que ver cómo se sitúa cada uno de estos escritores con respecto a la modernidad, del progreso, del orden social, de la tecnificación, de la urbanización, sobre qué pasa con los sectores sociales que no entran o que no son articulados a ese proyecto.

Vargas Llosa habla simplemente de una modernidad sin el indio, dice que lamentablemente alguien tiene que pagar el costo social de la modernización, si el indio no se puede asimilar a este proyecto social debe quedar atrás. Arguedas no está en esa posición; sin renunciar a la modernidad Arguedas dice que hay muchas modernidades posibles, no solo la modernidad capitalista donde ciertos conceptos de productividad, de progreso son dominantes, sino formas de modernidad que respetan la diferencia de concepciones del mundo, de relación con la naturaleza. Evidentemente esas otras modernidades no son las que están triunfando, de ahí que El zorro de arriba y el zorro de abajo sea un texto completamente desquiciado desde el punto de vista del lenguaje porque se trata de una modernidad que ha arrasado con las formas de vida autóctonas, con los valores, con la subjetividad, con el lenguaje, ya está todo combinado en esa tremenda, demoníaca mezcla final de Los zorros. Es una especie de metáfora de una nación imposible, una torre de babel donde los distintos sectores necesariamente no se comunican y coexisten de una manera desquiciada, completamente irracionalizada, o sea, lo que la modernidad ha hecho es romper las lógicas de las culturas autóctonas sin lograr sobreponer una racionalidad productiva.

Entonces la problemática de Vargas Llosa es otra, es un gran escritor, un escritor estrella dedicado a articularse a los grandes mercados internacionales, de ahí que su estética haya sido victoriosa con el premio Nobel porque es una visión de América que de alguna manera es comprensible, pero evidentemente su preocupación no es lograr una integración, él registra la multiculturalidad, pero no le preocupa la utopía, lo que llama en el caso de Arguedas “la utopía arcaica”, porque para él eso pertenece al pasado, puede ser lírico, muy bonito pero impracticable. Esta idea es complaciente con el Estado, tan complaciente que él quería ser el Estado. De hecho él propone una imagen cultural comprensible y que puede ser absorbida en otras culturas, mientras que Arguedas es excesivamente localista, es decir, la problemática de Arguedas está demasiado marcada por el conflicto, por un conflicto sin resolución y nadie quiere oír que hay un conflicto sin resolución. Sus desenlaces parece que no son comparables, pero sí lo son en el sentido de que hay toda una trayectoria que conduce a un resultado determinado, entonces se pueden analizar los caminos que se han seguido y cuáles son las variantes porque después de todo ambos venían de un mismo país. Que el Perú haya dado esas dos líneas tan marcadas y tan antagónicas es muy interesante.

“DECIMOS IZQUIERDA PORQUE NOS FALTA VOCABULARIO PARA REFERIRNOS A NUEVOS MOVIMIENTOS QUE EVOCAN LA IZQUIERDA DE LOS 70”

Has dicho que “negociar lo local implica (…) la articulación de las narrativas nacionales a un nivel transnacional, y la configuración de agendas locales diseñadas para desafiar y domesticar diseños globales”. ¿Consideras que las actuales políticas de izquierda en América Latina están orientándose hacia este tipo de negociación?
Ese artículo tiene años ya, no sé cómo lo escribiría hoy en día, pero es imposible hablar de la izquierda latinoamericana así globalmente porque lo que está pasando en un país es completamente diferente de lo que pasa en otro. Decimos izquierda porque nos falta vocabulario realmente para referirnos a nuevos movimientos que de alguna manera evocan la izquierda que nosotros aprendimos a identificar en los años 70. Ahora esta izquierda no roja sino rosada, decimos, ha conquistado el poder y estar en el poder es mucho más complicado que estar en la oposición en el sentido de que ahora hay que concretar el cambio social, la democratización, la justicia y eso es muy complicado, entonces cada país o cada sector está tratando de encontrar fórmulas distintas. Lo que está pasando en Bolivia evidentemente no guarda mucha conexión con lo que está pasando en Venezuela, y lo mismo en Uruguay donde hubo un ex -tupamaro como Presidente del país hasta hace poco y donde sigue el frente que articula las izquierdas y es otra manera de entender la izquierda institucionalizada que no se parece al proceso que está teniendo lugar en Bolivia y menos aún en Venezuela.

En cada caso creo que nadie ha rechazado totalmente una articulación con la globalización porque sería suicida, sería cerrarse en una misma burbuja, creo que no sería viable, pero sí se están tratando de buscar fórmulas de negociar lo local en relación con los impulsos de la globalización, encontrar formas de inscribir las distintas economías, los reclamos, las formas de vivir el neoliberalismo. Lo que se está buscando ahora son niveles de márgenes, intersticios a partir de los cuales lo local se pueda ir desarrollando y las culturas latinoamericanas van teniendo éxito en esta supervivencia dentro del neoliberalismo, van haciendo lo que se puede para inscribir sus propias agendas y sus propios reclamos. Esta es una operación muy compleja porque se trata de una globalización controlada, sobre todo desde los poderes asiáticos, y América Latina está recibiendo fondos, inversiones, pero en realidad sabemos poco de lo que pasa en el mapa financiero internacional. Lo que sí hay que decir es que el costo social, político, cultural y económico del neoliberalismo ha sido y sigue siendo inmenso, devastador, para América Latina.

Finalmente hablemos un poco de tu investigación sobre Gamaliel Churata, ¿cómo entender «El pez de oro» desde las tensiones locales-globales?

Todos los escritores andinos y también de otros contextos siempre recaen sobre el gran tema de las políticas de la lengua, eso es fundamental porque a través de la lengua vienen epistemologías, porque la lengua es un sistema y un registro del poder, porque implica las formas y los medios de articulación de lo local con lo global. El pez de oro está pensando desde el horizonte estético-ideológico de las vanguardias, desde el pensamiento de Mariátegui, desde el grupo Orkopata y el Boletín Titikaka, todas esas materializaciones culturales provincianas que de alguna manera están desafiando la centralidad de Lima, y también desde la posición de la altiplanicie boliviana donde trabajo Churata. En este sentido el pensamiento de Churata es un pensamiento reivindicativo y descolonizador ya que él se da cuenta que los grandes modelos y paradigmas de las culturas europeas están arrasando con las culturas autóctonas, locales, sin embargo no está para despreciar completamente –como no está nadie para ese momento- el occidentalismo. El gran problema es la articulación entre esas vertientes del pensamiento liberador europeo y la defensa de lo no-europeo.

Ahora, sobre la lengua, uno de los grandes problemas del indigenismo es su ventriloquía, siempre un autor está hablando por otro y el indio aparece como una especie de títere que es utilizado, se le ponen palabras en su boca, pero no sabemos realmente cómo pensaba. Los indigenistas son casi todos urbanos, mestizos, criollos que hablan por el indio, en general con muy buena voluntad, tratando de recrear ese mundo, pero sin un conocimiento directo, de ahí la importancia de Arguedas que está mucho más embebido de la cultura quechua. Por ejemplo Churata no hablaba ni quechua ni aimara, tenía un conocimiento exterior, pero se da cuenta de la gran importancia de reivindicar esos lugares de producción cultural, es decir, el quechua y aimara no tienen que ser siempre un referente de la cultura mestiza sino que pueden hablar por sí mismos.

Ahora, hablar de literatura indígena es de por sí un concepto híbrido, de lo literario como un concepto occidental donde se está forzando la oralidad a ser traducida al registro de lo letrado. Por eso una fuente de inspiración para Churata es Guamán Poma de Ayala, porque le parece que ahí hay una especie de compromiso entre las dos cosas, pero este es un gran tema contra el cual luchó también Arguedas toda su vida, buscando distintas formas de combinar, de introducir palabras en quechua o inventar una lengua capaz de transmitir el conflicto cultural y social de la cultura indígena.

Fuente:

https://redaccion.lamula.pe/2015/07/15/no-hay-una-sintesis-donde-todo-coexista-armonicamente-y-esto-se-debe-a-la-desigualdad/christianelguera/

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/71xUFKQR06-4Tr5Ghdk7XQbJrHDus3EPK9T14lSj-f1jXkRz7e2-APsbTKHoprMpuuvXCK0=s128

Fotos: Raúl García

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