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Uruguay: Comenzaron las clases presenciales en 344 escuelas rurales, con baja asistencia

América del Sur/Uruguay/Ladiaria.uy

Cerca de 90 de esas escuelas tuvieron cero asistencia; en total concurrieron 1.000 alumnos.

A las 8.45 dos perros paseaban por el patio de la escuela rural 27 de La Macana, en Florida. Dos maestras con túnicas blancas y tapabocas esperaban a los alumnos que reanudarían las clases presenciales luego de cinco semanas de conexión virtual. Ya estaba instalado el micrófono y el parlante en el patio, habían llegado los inspectores regionales junto con la directora general del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), Irupé Buzzetti, que junto a la prensa local esperaban a los niños. De los 28 alumnos que asisten regularmente, 14 habían dicho que no iban a ir y los otros no habían confirmado. A las 9.00, cuando debían comenzar las clases en la escuela de La Macana, no había ningún niño.

“Esto estaba dentro de las cosas previsibles, no podemos asombrarnos; la gente toma sus recaudos y tiene todo el derecho”, comentó Buzzetti en el patio de la escuela 27. La directora general del CEIP agregó que “queda claro que hay que seguir el trabajo en línea e ir viendo la situación con estos padres, no enviar a los niños es una opción y hay que respetarla”. En general las maestras entienden que se podría haber esperado un poco más para retomar las actividades presenciales, para tener más información sobre la evolución de la pandemia en Uruguay.

La situación de La Macana se repitió en varias de las escuelas que abrieron este miércoles. De las 547 escuelas habilitadas abrieron 344, confirmó a la diaria Limber Santos, director del departamento de Educación Rural del CEIP. De esas escuelas, cerca de 90 no recibieron alumnos; Santos estimó que en la mañana del miércoles 1.000 niños concurrieron a las escuelas en el país, de un total de 3.900 que concurren al total de las habilitadas.

Entre las escuelas que no abrieron se encuentran las 137 que esperan el resultado negativo de la prueba de covid-19 de sus maestras, que deben viajar desde zonas donde circula el virus hacia las que todavía no ha llegado. Los resultados de las pruebas podrían llegar en las próximas horas, por lo que esas escuelas podrían abrir el jueves o el viernes. Otras 60 escuelas no lograron contar con auxiliar de servicio, un requisito establecido en el protocolo. Algunas otras escuelas tuvieron problemas con las bombas de agua u otras situaciones edilicias particulares, como la escuela 39 de Florida, que a pesar de estar en el listado original estuvo cerrada este miércoles. Las escuelas que recibieron niños tuvieron 32% de asistencia, según datos del CEIP del mediodía del miércoles.

Para sacar conclusiones sobre la asistencia, Santos pide no tomar lo que pasó hoy “como definitivo”, y prefiere esperar unos días. “Es derecho de las familias enviar o no a sus hijos; muchos puede ser que tienen temor o no están de acuerdo con la medida y por eso no los mandan, pero puede haber un componente de que es mitad de semana, de que fue el primer día y que se puede distorsionar la dinámica de las familias rurales con el cambio. Para despejar esas variables y ver a qué se debe esta baja asistencia tendremos que esperar a la semana que viene”.

Ruby Cuebas es la maestra directora de la escuela 27. En diálogo con la diaria, opinó sobre lo difícil que es mantener el protocolo establecido. “Es complicado mantener el metro y medio de distancia, sobre todo con los más chiquitos, en el recreo va a ser difícil que estén separados porque están acostumbrados a jugar juntos. Es horrible no poder darles un beso, que no se puedan arrimar al escritorio o corregirles en el cuaderno. Todo eso va a cambiar”, comentó.

Para la docente, que en la mañana del miércoles no recibió alumnos, el trabajo virtual ha sido un esfuerzo muy grande. “Hay padres que colaboran muchísimo, que están muy comprometidos con la educación, y otros que no tanto. Hay padres que tienen conocimiento y hay otros que me expresan que no se acuerdan de cuando fueron a la escuela, por eso tratamos de comunicar de la mejor manera, para que nos puedan ayudar. Esto también implica tener muchísimas más horas de trabajo, atendiendo a niños y padres; estamos disponibles todo el día en el Whatsapp, a veces es medianoche y seguimos recibiendo mensajes, es mucho más trabajo”, advirtió Cuebas, y agregó: “Por eso me parece que no no hay que pensar en sacar las vacaciones. Nosotros estamos trabajando más que antes, nuestra parte psicológica y emocional también está afectada”.

Un poco más allá

En la escuela 56 de Paso de Candil sí había niños. De los 25 alumnos que están anotados retomaron las clases presenciales tres: Rocío, Andreina y Maxi. Los tres dedicaron el primer día en la escuela a repasar el protocolo que establecieron las autoridades para extremar las medidas de higiene. En su cuaderno, Rocío, de 11 años, copiaba desde el pizarrón el “cambio de hábitos”: desde una nube con la palabra “bienvenidos” salían flechas con lo que serán las nuevas costumbres: utilizamos tapabocas, mantener distancia con los compañeros, lavado de manos más frecuente y con cuidados, alfombra con hipoclorito a la entrada, no compartir útiles y en el recreo jugar sin contacto (los ejemplos eran la coronita y la escondida).

Rocío de la escuela rural 56 de Florida. Foto: Federico Gutiérrez
Rocío de la escuela rural 56 de Florida. Foto: Federico Gutiérrez

Andreina, de ocho años, tenía un tapabocas rosado que hacía juego con la vincha. Explicó a la diaria que no extrañaba tanto a sus compañeros porque a algunos los seguía viendo en el campo donde su padre es capataz; a la maestra sí la extrañaba. Contó que podía hacer los deberes porque los papás estaban en un grupo de Whatsapp al que la maestra mandaba distintas tareas: “Mamá me ayudaba a veces cuando yo no podía, o mis hermanos que son más grandes”, comentó.

Maxi tiene siete años y está en la misma clase que Andreina. Mientras no iba a la escuela se encargó de hacer los deberes que mandaba la maestra por Whatsapp con la ayuda de su mamá. Extrañaba mucho ver a sus amigos y a la maestra, por eso este miércoles estaba contento de volver; la mejor parte del día fue cuando les enseñaron a lavarse bien las manos, aunque él aseguró que ya sabía hacerlo “muy bien”.

Unos seis kilómetros pasando Candil está la escuela 25 Villa Vieja, y allí estaba Sofía Parodi, la única maestra de la institución. En su escritorio cerca de la ventana preparaba algunos materiales para enviar a sus 16 alumnos por Whatsapp, porque ninguno había ido en la mañana del miércoles. Para ella fue una sorpresa, porque tres familias le habían confirmado, pero a primera hora del día le avisaron que preferían que los niños se quedaran en sus casas; el resto de las familias ya le había dicho que no iban a mandarlos por temor al contagio de covid-19.

Hasta ahora la maestra decidió comunicarse con sus estudiantes por medio del Whatsapp de los padres; “no nos hemos manejado con CREA porque esta zona es de muy baja señal”, aclaró. Esta dinámica, aseguró, es un poco más compleja que la planificación presencial: “Yo mando la tarea en el grupo, después, si no entienden algo los padres me preguntan por privado, si no entienden algo los niños me vuelven a consultar, me envían la foto del trabajo y yo hago la devolución, lleva un poco más de tiempo. Puse un horario pero no se pudo respetar, entonces nos escriben cuando los padres tienen el tiempo de poder ayudar a los niños”.

De todas formas, Parodi agradece que todas las familias hayan hecho las actividades: “Vamos mezclando todas las áreas para que vayan avanzando, aunque se ha modificado la planificación para adaptarse a la educación virtual. La respuesta ha sido muy buena, seguimos trabajando”.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2020/4/comenzaron-las-clases-presenciales-en-344-escuelas-rurales-con-baja-asistencia/

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Colegios rurales de Uruguay retoman clases presenciales luego de un mes suspendidas

América del sur/Uruguay/23 Abril 2020/elperiodista.cl

La iniciativa involucra a 4.000 estudiantes y 500 profesores. En estos momentos, se registran 543 casos y 12 fallecidos en tierras charrúas.

Uruguay dio a conocer que más de la mitad de sus escuelas primarias rurales volvieron a clases durante este día, luego de un mes de suspensión debido al COVID-19.

“Ante un momento histórico, es la educación primaria la que, con sus maestros y funcionarios, asume el desafío”, dijo el presidente del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva.

En concreto, fueron 500 los recintos educacionales que retomaron sus quehaceres, de un total de 973. Esta medida abarca a alrededor de 4.000 estudiantes y más de 500 profesores.

En estos momentos, Uruguay registra 543 casos y 12 fallecidos por coronavirus.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.elperiodista.cl/colegios-rurales-de-uruguay-retoman-clases-presenciales-luego-de-un-mes-suspendidas/

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Andy Hargreaves: Los docentes deben liderar la respuesta de las escuelas durante la pandemia de covid-19

Redacción: La Diaria

El referente en educación inglés Andy Hargreaves, fundador de Atlantic Rim Collaboratory (ARC), una red colaborativa internacional sobre educación que Uruguay integra, resume 17 puntos que pueden haber sido olvidados por los líderes de los sistemas educativos en la prisa por responder al coronavirus.

Las escuelas están haciendo cosas extraordinarias en todo el mundo para enfrentar al coronavirus. Las escuelas son nuestras heroínas invisibles, que apoyan a los servicios de salud y reinventan la manera de ofrecer educación. Están haciendo milagros en las circunstancias más desafiantes.

Trabajo con ministros de educación y líderes docentes en todo el mundo (como presidente del Atlantic Rim Collaboratory), y en las aguas turbulentas que estamos navegando hoy no es posible ver el todo a la vez, especialmente no podemos ver lo que está adelante. Aquí, entonces, van algunas consideraciones adicionales (17 para ser preciso) que quizás hayan sido pasadas por alto por los sistemas educativos y por los políticos en la prisa por hacer lo correcto para los estudiantes y los docentes. Algunas deberán ser revisadas a medida que la crisis se desarrolle, y la lista no cubre todos los aspectos. Yo también estoy viviendo en aguas turbulentas, así que tengan paciencia.

1) No envíen a los padres cantidad enorme de deberes

En vez de eso, aliéntenlos a que aprendan de lo que tienen disponible en casa: cocinas, jardines, papel, etcétera. Es mejor dar ideas de cómo trabajar con estos elementos. Lo más importante en los próximos dos meses es no sentir la obligación de cumplir con un currículum o un programa, sino mantener a los jóvenes enganchados con el aprendizaje y con la idea de aprender. Mis nietos de entre cinco y siete años acaban de mandar un video con títeres que crearon usando papel de colores y palitos chinos para armarlos. Para los estudiantes de enseñanza media hay que considerar preguntas de investigación y cómo pueden acceder a recursos que están disponibles (Ted Talks, recorridos en museos interactivos, Kahn academy, aplicaciones y plataformas gratis, familiares o conocidos de la comunidad con quienes se pueden conectar por teléfono u online).

2) Atesoren la idea de que los estudiantes están escapando de horas de preparación de evaluaciones y exámenes que se acumulan cada día

Esta podría ser la oportunidad de engancharse en un aprendizaje más amplio, en crear historias, memorizar poemas épicos, cantar con un karaoke con Youtube, armar cosas, jugar afuera, escribir cartas (en papel) a amigos con quienes no podemos jugar presencialmente o a quienes no podemos ver, etcétera. Pueden aprovechar y aprender una nueva habilidad: hacer malabares, tocar un instrumento, comenzar con una lengua moderna o clásica, tejer, saltar, cocinar, el jardín (incluso las plantas de interior), ayudar a los padres a colgar pinturas y arreglar cosas en casa. Estoy llegando al final de dos semanas de aislamiento social y acabo de comprar un juego de palos para hacer malabares. La semana que viene, mi esposa nos enseñará a nuestros nietos y a mí a tejer. Llegar a un nuevo nivel en un videojuego no es la mejor manera en que los adolescentes pueden usar su tiempo. Comenzar un nuevo interés, mientras tienen tiempo ahora, va a resultar atractivo para sus amigos luego.

3) Hacer de covid-19 una oportunidad para aprender y no simplemente la interrupción del aprendizaje

Alentar a los padres a realizar experimentos científicos con jabón para que los niños aprendan cómo matar al coronavirus. Cuando uno lo transforma en una oportunidad de aprendizaje y no simplemente una obstrucción para aprender, una cantidad enorme de trabajo se puede hacer en matemáticas con uso de gráficas, probabilidades, ecuaciones de cómo se extiende el virus bajo determinadas condiciones. Los jóvenes pueden estudiar la historia y los efectos de la gripe española. La geografía puede mirar los patrones del covid-19 y cómo se extiende, y crear hipótesis que los expliquen. La política puede estudiar los patrones entre los gobiernos y sus medidas para combatir la covid-19, así como la protección de los principios de la democracia. Los programas de ética y religión pueden considerar qué principios deberían guiar las decisiones sobre quiénes deben morir y quiénes vivir cuando los recursos son escasos.

4) Distinguir entre aprendizaje en línea y aprendizaje en pantalla

En línea puede muchas veces considerarse interacción continua con la pantalla –un juego de matemáticas, por ejemplo–, pero también puede integrar la organización de una actividad que implique hacer collage con pasta, o modelos con barro, o hacer origami, o construir un robot con Lego.

5) Entregar materiales a los padres que no los tienen

Para algunos, esto significa dispositivos digitales. Pero para muchos otros con pocos recursos, esto también quiere decir lápices, colores, plasticina, goma de pegar, papel, cinta adhesiva, libros, revistas, etcétera.

6) Desarrollar estrategias para aquellos estudiantes que están justo por encima de la línea

Estos son jóvenes que no son suficientemente vulnerables para mirarlos con mayor atención, pero que están justo en el grupo por encima de esa línea. Están muchas veces en peligro, porque en general no están en el foco de atención. Esos jóvenes pueden tener padres que no leen, padres separados en conflicto, o pueden ser parte de familias que viven en espacios muy reducidos sin posibilidad de jugar afuera, etcétera.

7) Concentrar los recursos docentes y de tiempo en los jóvenes que más lo necesitan

Los profesionales de clase media y padres con cargos de gestión podrán autoorganizarse, haciendo la escuela en casa con un poco de ayuda en línea. Entonces, en vez de hacer siempre las clases en línea, es mejor concentrar tiempo y apoyo a un menor número de personas, de hogares con hay niños de alto riesgo que tienen dificultades para aprender.

8) Enfocar apoyo a estudiantes con dificultades de aprendizaje y emocionales

Esto puede suceder si docentes y personal de apoyo comunitario llaman a los padres y a los estudiantes en un formato uno a uno, por medio de correos electrónicos, construyendo planes educativos individuales, manteniendo relaciones personales mediante Skype siempre que sea posible (con niños en situación de vulnerabilidad), dando feedback estructurado el trabajo hecho en línea (puede ser escrito a mano, coloreado o construido, luego se le saca foto y se sube el trabajo desde un celular inteligente), u a otras plataformas en línea para asegurar que estos estudiantes no tengan más dificultades que las necesarias y no queden atrás.

9) Pensar en que las comunicaciones sean inclusivas para todo tipo de estudiantes y sus familias

La televisión canadiense tiene un programa en el que los padres pueden expresar cómo se sienten con la escuela en casa –la familia elegida estaba conformada por una pareja interracial y de lesbianas con un hijo/a único/a–. Se debe incluir a estudiantes y a la voz de los estudiantes en comunicaciones en televisión nacional –Noruega, Canadá y Nueva Zelanda han hecho esto especialmente bien–. La comunicación no sólo debe dirigirse a la clase media de estudiantes blancos. Este es un tiempo en que nuestros valores se hacen vivos. Ser inclusivo en nuestras comunicaciones no es sólo algo que debemos hacer cuando las cosas van bien y cuando tenemos tiempo, sino que también debe definir cómo y con quién nos comunicamos, todo el tiempo, a menos que esto cree una distracción y un atraso en las comunicaciones urgentes.

10) Hay que considerar un comienzo en etapas y temprano en el año lectivo (en el hemisferio norte) o para el semestre escolar (en el hemisferio sur)

Los jóvenes van a haber tenido un largo tiempo fuera de la escuela y las rutinas escolares. Muchos van a haber pasado muchos meses con sus padres sumergidos en la pobreza, dificultades y estrés. Van a haber tenido menos apoyo para el aprendizaje que la familia modelo de clase media. Entonces, la escuela en el hemisferio norte por lo menos quizás tenga que empezar antes en el calendario. Algunos días de desarrollo profesional deberán ser sacrificados y el resto deberá ser redireccionado para ocuparse de cuestiones prácticas de cómo apoyar a los más vulnerables y a los que quedaron atrás. Aquellos estudiantes que, por medio de comunicaciones personales entre docentes y sus familias, ya se tenga información de que están en situaciones vulnerables, quizás deban empezar antes que el resto. Esto será difícil para los docentes, pero por algunos meses deberán tener una carga de energía similar a la que han tenido nuestros trabajadores de la salud durante la crisis sanitaria.

11) Promover relaciones positivas entre las familias y amigos

Parte de la experiencia de la escuela es sentirse seguro y cuidado. Lo más importante en una familia que está pasando momentos de estrés, en este momento, más que apurarse en cumplir con planes de clase, es hacer que los jóvenes se sientan amados, seguros y reconfortados. Entonces, se debe comunicar la importancia de estar con los jóvenes parte del día, abrazarlos, escucharlos, hablarles, disfrutar de momentos de hacer tonterías y reír, y hacer cosas juntos como cocinar o leer. Debemos recordar esto a los padres y cuidadores en forma regular. Ayudar a los jóvenes a comunicarse con sus amigos a través de cartas, postales, usando Skype con los abuelos para mostrarles lo que han hecho, etcétera. Ahora los jóvenes, especialmente los más chicos, en situaciones vulnerables con dificultades emocionales o de aprendizaje y que viven en familias en situación de estrés, necesitan escuchar y ver a sus docentes como parte de sus experiencias por Skype o por teléfonos inteligentes o comunes, y ver sus fotos y compartir correos electrónicos. Debemos ser empáticos siempre y apoyar los sentimientos de los padres con respecto a lo que tienen que enfrentar ahora. Hay que entender que puede haber enfermedades en las familias, las propias responsabilidades laborales, pérdida de ingresos y otros problemas. Recordar a las familias que se pueden aflojar un poco los estándares de los jóvenes en cuanto a prolijidad y otros aspectos.

12) Valorar el juego

El juego, especialmente en los jardines o en los estacionamientos al aire libre (si las familias los tienen), es siempre una parte vital del aprendizaje, una manera de desarrollar la imaginación, engancharse en conversaciones, construir relaciones con otros o trabajar las ansiedades. Muchos sistemas educativos en el pasado tendieron a darle poca importancia al juego y a darle más importancia al trabajo, la preparación de evaluaciones, y comenzar el estudio serio con niños más y más jóvenes. Los niños más grandes también pasan más tiempo dentro de casa con sus teléfonos inteligentes, en un mundo donde incluso antes de la crisis ya era demasiado tiempo. Esta es en realidad una buena oportunidad de revertir el ciclo, para al menos a algunos niños y jóvenes dejarlos inventar sus propios juegos con algunos materiales como lana, piedras, cajas de cartón, para que empiecen. El juego es una manera de aprender juntos, creando cosas ridículas, armando cosas con deshechos que haya en la casa, y así sucesivamente. Más juego y menos trabajo puede transformarse en una buena dirección en estas circunstancias únicas.

13) Proteger el bienestar de los docentes

Los docentes están estresados también. Están preocupados en cómo preparar y dar clases a distancia. Están ansiosos por aquellos jóvenes cuyos hogares no son un lugar seguro. Estarán inseguros por momentos sobre cuánta iniciativa pueden tomar cuando se comunican con los hogares, sin la guía de directores o inspectores, gobiernos y sindicatos –y estas guías pueden no ser claras o consistentes–. Están trabajando mucho, pero sin mucha certeza del impacto de lo que están haciendo. Están extrañando a sus colegas y a sus estudiantes. Y muchos están atendiendo a sus propios hijos en casa. A diferencia de los trabajadores de la salud, cuyos esfuerzos heroicos son públicamente visibles, lo que los docentes están haciendo es menos visible, y el público va a empezar a preguntarse y a criticar lo que se está haciendo. Entonces, dar apoyo a los docentes es ahora crítico –ofreciendo tratamiento profesional para los que estén más estresados, ansiosos o deprimidos; asegurando que haya foros virtuales para que los docentes puedan colaborar– no sólo para preparar y planificar sino también para ofrecer apoyo moral; y asegurando que haya una comunicación fuerte que muestre apoyo a los docentes igual que a otros sectores de trabajadores públicos.

14) Subrayar el valor de la experticia

La crisis ha elevado la importancia de la experticia en la imaginación pública. Luego de años en los cuales los gobiernos han preferido la opinión popular y el sentido común a la experticia, todo tipo de líderes eligen profesionales de la salud para que se paren con ellos y expliquen y legitimen con experticia científica la base de las decisiones que se toman. Debemos asegurar que lo mismo suceda en la enseñanza y el aprendizaje. Muchos padres y personas a cargo de jóvenes harán un trabajo heroico con la escuela en casa en las próximas semanas y meses. El trabajo de los docentes y de líderes para guiar a los padres en lo que los padres están haciendo basado en la experticia y la ciencia del aprendizaje efectivo, y comunicarlo cuando se les pregunta, de forma clara y sin condescendencia, son tareas fundamentales. Los docentes deben sentirse confiados en su experticia profesional, deben compartirla en forma colaborativa con otros docentes para reforzar la confianza, y la clara comunicación con los demás.

15) Mantener el profesionalismo colaborativo

Trabajar colaborativamente siempre ha sido importante, pero ahora más que nunca. Hay que tratar de asegurar que hay tiempo destinado a construir colaboración profesional, planificación por comunidades educativas, equipos de aprendizaje, etcétera, en las escuelas. También buscar intercambios en redes con ideas para apoyar a las escuelas en estos momentos, sobre todo en las redes que ya existen. Habrá una tentación de creer que no habrá tiempo para colaborar con adultos o engancharse con redes ya existentes, porque todos están muy ocupados elaborando actividades para los estudiantes. El rol de los líderes en estos momentos no es abandonar las redes y las reuniones, sino asegurar que estas se usen para ofrecer la mejor enseñanza posible y el mejor cuidado a distancia de los estudiantes en estas circunstancias sin precedentes.

16) Promover liderazgo profesional público

Muchos padres sienten incertidumbre sobre tantas cosas en lo que respecta a sus hijos. ¿Habrá apoyo de calidad, ideas y actividades para acompañar a sus hijos? ¿Cuánto tiempo vamos a estar en esta situación? ¿Podrán los adolescentes graduarse y entrar en la universidad? ¿Se atrasarán sus hijos en los estudios, en lectura, matemáticas, o en otras áreas? Muchos gobiernos han ofrecido comunicaciones públicas excelentes sobre salud y economía, con expertos en esas materias. Lo mismo debe suceder con la educación: anuncios regulares y públicos sobre educación, aprendizaje y escuela en casa, y sobre lo que los docentes están y estarán haciendo, comunicados por los líderes políticos que trabajan con ellos y se presentan al lado de los profesionales en educación, tanto de los sindicatos docentes como de directores de organizaciones, etcétera.

17) Permitan que los docentes tomen el liderazgo

En los primeros días de la crisis hubo confusiones ineludibles sobre qué tipo de plataformas y recursos podían ponerse en funcionamiento para que los docentes puedan usar en sus comunidades o en los sistemas educativos en su totalidad. Esto puede ser frustrante para algunos docentes, así como para los padres y los jóvenes. No mostremos lo peor de nuestras burocracias. No permitamos que los docentes tengan que esperar a que las direcciones, las inspecciones o los ministerios decidan, antes de poder hacer cosas. Los docentes deben estar autorizados a ser los héroes del aprendizaje, igual que nuestros trabajadores de la salud son los héroes en el combate de esta enfermedad infecciosa. Los docentes son profesionales. Saben dónde están en la currícula. Conocen a sus estudiantes, en qué lugar está cada uno de ellos, quiénes tienen más necesidades que otros. Entonces, sólo con algunos lineamientos generales, mantener a los jóvenes aprendiendo e interesados en aprender, cuidando activamente y apoyándolos, comunicándose con ellos personal, individual y colectivamente, tantas veces como se pueda. Hay que liberar de las cadenas a los docentes y autorizarlos a que usen las plataformas que puedan para empezar y lograr conectarse lo antes posible. Y luego, sí, darles plataformas en las que puedan conectarse entre ellos como colegas y moverse juntos hacia adelante.

No hagan esperar a los docentes. Permitan a los docentes actuar.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2020/4/los-docentes-deben-liderar-la-respuesta-de-las-escuelas-durante-la-pandemia-de-covid-19/

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Pandemia Online

Por: Magdalena Chouhy

Recetas caseras para inmunizar la razón y defender el cuerpo.

Hace dos años cuando se acercaba el nacimiento de mi hijo, la articulación capital-patriarcado-ciencia médica se me hizo, como nunca, cercana a mi cuerpo. La posibilidad de que mi parto fuera respetado en su fisiología y espiritualidad se tornó una búsqueda vivificante de conocimientos, personas e instituciones para que nos acompañaran y asistieran. El alto índice de cesáreas en nuestro país, Uruguay, (de las cuáles solo una parte es estrictamente necesaria) indicaban que algo estaba muy desviado, y hacían del parto venidero un hecho profundamente político, además de trascendente.

Una cesárea no solo es un acto médico redituable económicamente. La intervención excesiva en el parto es una forma de extracción del poder que en ese momento mueve el cuerpo de la mujer que pare. Una forma de violencia en sí, que muchas veces se ha acompañado de otro tipo de violencia más “directa”. Así que ganancia económica, apropiación simbólica y material del cuerpo y sus fuerzas y violencia hacia la mujer, muchas veces se unen en la sala de parto.La ciencia médica y su gran avance está ahí disponible para asistirnos cuando es necesario. Las cesáreas y otras intervenciones permiten la vida allí donde esta podría complicarse para la mamá y/o bebé. Una cesárea es más que bienvenida cuando es necesaria y al fin y al cabo lo que importa es el nacimiento.

Otras veces en torno a la salud de nuestro hijo investigamos acerca de algunas soluciones usuales de la medicina occidental, estudiando lo más posible de diversas fuentes, tanto fuera como dentro de la propia investigación médico-científica. No se trata de una desconfianza radical, (aunque la cada vez mayor inclinación farmacológica de la medicina podría justificarla). Sino, sobre todo, de qué posibilidades le damos al cuerpo y a la inmunidad natural, de saber cuándo es necesario intervenir y cuál sería la mejor forma de hacerlo de acuerdo con los conocimientos disponibles.

Para tomar el timón se precisan conocimientos, y nos hemos acostumbrado a que es el médico el que sabe y cuando ponemos este saber en duda nos mandan, con ironía, a estudiar medicina. Bienvenida la tarea del timonel, pero el barco es nuestro cuerpo.

Sabiendo que vulnerabilidades o privilegios se articulan y potencian, es decir, niveles de instrucción, de ingresos y salud van de la mano, la actitud que estoy planteando se dificulta cuando salimos de un estrecho universo privilegiado y letrado.

Pero ¿a qué viene todo esto, no íbamos a hablar de la pandemia?

Con especial contundencia el contexto me llama a preguntarme por qué un otro decide sobre mi cuerpo, sobre el cuerpo de todes. Decir que se trata de un gran poder es oscuro y dificulta el análisis. Nos rige una biopolítica compleja, donde una verdad sanitaria suspende en apariencia a la política, una articulación difusa de poderes cuya narrativa central parte de la ciencia médica. Que incluye a los grandes medios y redes sociales, no solamente como vectores de esa narrativa sino como productores de su sentido.

Sin estas redes no sería posible este escenario inusual. Esto no había ocurrido con anteriores pandemias, aunque los medios han jugado siempre un papel constitutivo, y no meramente informativo, de eventos catastróficos como las guerras. No solo en la imaginación de Orson Wells la prensa es un actor clave, el ciudadano Kane no es del todo ficción. Según algunos análisis Trump y Bolsonaro no serían hoy presidentes sin las actuales redes sociales y las fake news.

Decir que esto no es como una guerra, que es un hecho biológico, no social ni político, es como decir que los llamados desastres naturales son independientes del modelo económico-productivo. El ambientalismo crítico explica por qué estos son, en realidad o en buena medida, desastres sociales, que el capitalismo es el desastre. También se sabe que en nuestra era de desequilibrio ecológico virus y epidemias serán cada vez más frecuentes.


Biología es política

Pensamos dicotómicamente la vida, el mundo: naturaleza o sociedad, filosofía o biología. En el mundo global occidental moderno/colonial capitalista esta cosmovisión dualista es la base de nuestra epistemología y sentido común. Cabe mencionar que otras sociedades conciben y viven mundos diferentes, relacionales, otros cuerpos, otras concepciones de salud-enfermedad y otras medicinas.

Desde una sociología de las ciencias, en la ciencia occidental moderno/colonial la materialidad dada de antemano se presenta como realidad irreductible. Un núcleo duro donde generalmente nuestro pensamiento, nuestro cuestionamiento social (y político) encuentra un límite. Aquí el hecho biológico es esa invisible bolita con pelos, ese implacable microorganismo que enfrentamos como humanidad, el virus. Él ha inaugurado un tiempo apocalíptico, en su nombre la política puede suspenderse, porque la vida está en juego.

En esta epistemología “lo real” (la materia) compete a las ciencias naturales, bioinformáticas mientras que lo simbólico, cultural, político (“lo subjetivo”) ocupa a las ciencias sociales, humanidades, pensamiento crítico, etc. Dejar “lo real” a portavoces autorizados puede dar lugar a que otros decidan sobre nuestro cuerpo en nombre de verdades que no podemos cuestionar porque salen de laboratorios, espacios asépticos donde se supone que el dato queda a resguardo de las intencionalidades humanas. Pero hace tiempo se ha entendido que la objetividad científica absoluta no es más que otra ilusión, un sueño positivista.

De todas maneras, la actual pandemia y su manejo excede a los problemas de las verdades provisorias, perfectibles pero nobles, de la ciencia. Si al menos fuera siempre una ciencia ética y humana. Pero la articulación en distintos niveles entre ella y capital, entre investigación e intereses corporativos (farmacéuticos, por ejemplo), bélicos (tantas veces motores de los progresos técnico-científicos), y geopolíticos, ya nos debería tener acostumbrades a dudar. A dudar fuerte.

Qué poderes, qué conspiraciones

El miedo cunde a ritmo de bite. En una cascada de hechos sin precedentes se va suspendiendo todo ámbito de la vida social a la voz de cuarentena. Cuidarse es encerrarse, no tocarse, no reunirse. Salir de casa a recrearse es un acto peligroso desde el punto de vista sanitario, es un antisocial descuido de la comunidad.  Quedarse en casa es defender la sociedad. No solo el contacto sino la propia respiración puede dispersar al patógeno.
En el mito local de origen este llegó de Italia en un avión, y se esparció luego en un casamiento nefasto. Una mujer de clase alta contaminada no cumplió con el tabú (que entonces estaba en el futuro) poniendo en peligro al vulgo.

En las redes en lugar de las usuales convocatorias a actos y marchas en las calles, denuncias, notas variadas, empiezan a abundar los tips y contenidos artísticos y culturales. La cuarentena es un hecho, hay que pasarla, en todo caso, lo mejor posible. El teletrabajo acerca un futuro que parecía lejano. Pero solo para algunos trabajos, en tanto la mano de obra analógica y algunos trabajos se muestran esenciales.

Miles de infiernos arden puertas adentro de las casas, los lugares que, no nos cansamos de decir, son los menos seguros para muchísimas mujeres y niñes. Los hogares donde la violencia no es la norma, enfrentados al encierro en espacios reducidos, como en un experimento de ingeniería social o una investigación conductista de otro siglo.

Todo esto, nadie lo niega, se debe a un virus que no enferma en todos los casos y que solo en un 4 o 5 % de estos se complica, sobre todo en ancianos y ancianas o personas con enfermedades previas. Un 1% de los contagiados muere, pero son múltiples los problemas de medición y estadística, porque presumen que el número de portadores asintomáticos pueden ser igual o mayor a los que presentan síntomas y entonces la tasa de muertes podría ser mucho menor. Los diagnósticos se hacen mayormente a pacientes con síntomas severos, lo que pone en duda las tasas de mortalidad difundidas.

Asimismo, ya mueren por otros coronavirus conocidos asociados a resfriados comunes de 30 a 100 personas por día . Italia se destaca por su tasa de morbilidad por enfermedades respiratorias, tres veces mayor que cualquier otro país europeo. En España murieron 6.300 personas de gripe en 2019 y 15.000 en 2018, frente a las 5.628 muertes por coronavirus que figuran en la prensa hoy  y en EEUU unas 40.000 personas mueren de gripe por año. Estos y otros datos, que también circulan, no parecen ser suficientes para desafinar el coro. Además, nuestras fuerzas ya están yendo a las emergencias sociales agudas y emergentes, demasiado reales.

Quedarse en casa, privilegio de algunes, infierno de muchxs

Lenta o rápidamente comenzamos a dar cuenta de que disfrutar la cuarentena es un privilegio de pocxs. Innumerables situaciones de desamparo se provocan o agudizan. Muchos pequeños comercios y emprendimientos, se sabe, no aguantarán. La crisis económica y social será aguda, ya lo es. Al cabo de 13 días del anuncio de emergencia sanitaria en Uruguay hay 65.000 solicitudes al seguro de paro . Los casos de coronavirus son al día de hoy 310.

Desde una perspectiva feminista de la salud comienza una crisis de cuidados . La crisis no afecta por igual, somos desiguales, tras las catástrofes los pobres se tornan más pobres, entre estos mayormente las mujeres  y entre estas las mujeres negras.

Se exige a los gobiernos que desembolsen, que la crisis no la paguen los pueblos. Renta básica universal. El horizonte de posibilidades de reorganización social, política, económica, se amplía. Auguran un jaque al capitalismo, el surgimiento de economías socialistas y formas sociales comunitarias. Otros, al contrario, una mayor concentración del capital. Tal vez ambos coexistan en el mundo que está a punto de nacer. En Uruguay se agudizan los reclamos al gobierno, explotan las ollas populares, expresiones y llamados de solidaridad van desplazando a los memes de la cuarentena en las redes. Respiramos, aunque con barbijo.

Te lo estoy pidiendo bien

Desde las ciencias sociales y activismos, nos ocupamos de los efectos sociales, las consecuencias económicas, los impactos de esta crisis, las desigualdades previas que se agravan. Pero dejamos el problema inicial, núcleo (virus, epidemia, pandemia) y la solución (cierre de fronteras, reclusión, aislamiento) a los que saben del tema. Nos conformamos con narrativas terminantes y monolíticas, fuentes no contrastadas. Delegamos así algunos asuntos que, parece, podrían ser claves biopolíticas del poder en el siglo XXI, hasta donde sea que este llegue.

Se oyen pocas reflexiones sobre la peligrosidad de la epidemia y la pertinencia de la cuarentena, a excepción de alguna voz que se extingue sin contestar si esta pandemia es un verdadero peligro o un fiasco. Pocas bocas no repiten los nuevos mantras del cuidado y de quedarse en casa, de la distancia física, el aislamiento. Las biodisidencias desde el día uno ocurren, invisibles a nuestros ojos desorbitados de miedo.

Desde una radical y pesimista visión del mundo, la frase “Quedate en casa” esconde al lobo feroz bajo la piel de la abuela. Pero lo más racional sería descartar las dicotomías y verdades absolutas, no abrazar una actitud negativa a priori de lo que pasa, así como tampoco aceptarlo sin examinarlo, siendo que todo (todo) está en juego.

El problema de la racionalidad sanitaria y humana del aislamiento se soslaya, pese a que ha sido impuesto sin sopesar sus inmensas consecuencias, ni dar tiempo a que una ciencia ciudadana pudiera ejercer un atisbo de participación en las decisiones. Claro, dicen que el virus avanza muy rápido y la tasa de contagio no da tiempo. Allá en China dio resultados, ya no tienen casos.

En un capítulo de los Simpson, un personaje muy poderoso convoca a una reunión a un selecto grupo para conspirar: les propone lanzar una epidemia. Un participante presenta un virus que se inoculará a los gatos para introducirlo en las casas y sembrar el pánico, con consecuencias letales para los felinos. No estoy denunciando una conspiración que no puedo probar. Me pregunto cómo una pandemia genera, como en Springfield, un tsunami de pánico, aunque su mortandad sea en verdad baja. (Vamos a quemar todo antes que el miedo nos vuelva paranoicos, dice Homero).

De todas maneras, ¿y qué si la noche nos encuentra, con una cerveza, imaginando conspiraciones? En medio de una suspensión repentina del movimiento y del sentido ¿nos podemos exigir acaso una racionalidad compulsiva y sin descanso?


¿Por qué cuarentena?

El fundamento último es la atenuación de una curva de contagios para evitar saturar el sistema sanitario. Pero: ¿por qué colapsaría el sistema? ¿Cuánto aumentan la demanda los casos severos y cuánto las consultas por síntomas que, en otro escenario, la gente atravesaría sin hacerlo? Alternativas como un responsable y buen manejo de información por parte de las autoridades y los medios, sumado a una campaña fuerte de prevención y protección de las poblaciones de riesgo no son difíciles de imaginar. Un buen sistema de atención y filtrado de casos desde el inicio. Además, si es un problema logístico ¿por qué la solución no lo es?

Se dice que no importa si es un virus nuevo, viejo, creado, sino sus consecuencias sanitarias y sociales. Pero una pregunta razonable que hacen virólogos que cuestionan la narrativa oficial es si no es su medición lo único nuevo. Por otro lado, la definición de pandemia de la OMS se flexibilizó en 2009: ya no es necesaria una mortandad significativa sino la propagación mundial de una nueva enfermedad .

Hace demasiado poco tiempo adheríamos a la campaña “El miedo no es la forma”, en contra de la reforma represiva de Larrañaga, “Vivir sin miedo”. Ahora exigimos al gobierno que decrete la cuarentena en lugar de solo exhortar a la distancia social. Eso permitiría, como en España, un mayor accionar policial, un control jurídico de los incumplimientos. Seguramente traería represión y agudizaría expresiones xenófobas y fascismos, denuncias entre vecinos, como se ha visto en otros países.

Una periodista uruguaya en España cuenta por la radio que los casos aumentan y se recrudece el control y las multas. Prohibieron ahora salir a pasear el perro porque la gente lo usa como excusa para hacer deporte. ¿Excusa para hacer deporte? Ok.

¿Cuál es el argumento sanitario final? Un gif animado que ha circulado explica con una bella simpleza la mecánica del contagio, en ramas que se multiplican exponencialmente. O que no, si te guardas en tu casa. Pero para algunos expertos epidemiólogos esto no funciona así, el contagio depende de una coincidencia del agente externo (el virus) con factores genéticos y ambientales, con tasas de probabilidad muy inferiores .

El gobierno uruguayo, de derecha, no quiere la cuarentena estricta probablemente por motivos nada humanitarios. La insólita actitud del ultraderechista Bolsonaro de no actuar ante el virus, desconcierta. Su invocación desacredita toda puesta en duda de la cuarentena y apaga cualquier chispa de librepensamiento. Si él no la quiere, debe ser buena.

Son tiempos raros y se pone difícil pensar en los marcos de sentido habituales. Los gobiernos nacionales no parecen tener mayor incidencia y solo matices los diferencian en la aplicación de una receta simple, totalitaria y planetaria, cuyos efectos adversos no han sido siquiera mencionados en el prospecto, pero ya duelen. Izquierda y derecha coinciden en el acatamiento a la cuarentena sagrada y el detenimiento de todo.

Lxs médicxs, seguramente de buena fe, actúan confiando en la necesidad de la receta preventiva y la necesidad de una guerra salvadora contra el peligroso patógeno, una guerra santa. A muchos de estos, decir qué hacer en tono paternal se les da bien. También con miedo expreso a que el sistema sanitario colapse, tienen que manejarse con las herramientas con las que cuentan. Y recordemos que no les fue consultado a lxs doctorxs del sur desde el principio, ni se han arrimado, siquiera, a la cocina.

Bueno pero, después de todo ¿por qué cuarentena?

La curva de contagios, 800 muertes por día en Italia, hospitales colapsados y gente muriendo por falta de respiradores en España. Suena muy mal y me interpela. Pero no puedo dejarlo allí, como antes no podía quedarme con el relato manipulador sobre la inseguridad de los canales de TV o algunos medios de prensa.

Por otro lado ¿se ha demostrado la efectividad de la medida de cuarentena? Aunque en cuarentena estricta, en Italia no descienden los casos y las muertes. Dicen que si la cuarentena no funciona es porque aún hay gente que no acata, por lo que solo resta ajustar más, ser más rigurosos. Lo que no veo es el rigor científico, la duda, la evaluación.

Otro estándar de una buena ciencia sería la de contrastar datos epidemiológicos, es decir comparar distintas epidemias como hicimos someramente más arriba. También ver otras opiniones científicas. Que las hay.

Dejemos claro: no estoy llamando a incumplir, ni siquiera a rechazar la cuarentena ni cualquier otra medida sanitaria pública con relación a la actual pandemia. Sí a no perder en los escenarios más desconcertantes, la capacidad de dudar y reflexionar. Inquiramos las verdades médicas absolutas, pidamos segundas, terceras y cuartas opiniones, animémonos a entrar en esos laboratorios. Quizás despejaremos mejor los factores, muchas veces nada científicos o sanitarios, que intervienen en la definición de los problemas y las propuestas de solución.

Como muchos santos se están desvistiendo para vestir a otro, busquemos saber quién es ese santo y cuáles son sus milagros.

Fuente e imagen: http://zur.org.uy/content/pandemia-online

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Educación a distancia: tras adaptación, empieza el diseño curricular

Educación a distancia: tras adaptación, empieza el diseño curricular

Juan Carlos Noya, presidente de la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep), dijo en Puntos de vista que ante la interrupción de las clases consecuencia de la epidemia covid-19, la directriz principal fue la de mantener el vínculo con los alumnos a través de las plataformas digitales. Adrián Arias, director de la Asociación Uruguaya uan Carlos Noya, presidente de la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep), dijo en Puntos de vista que ante la interrupción de las clases consecuencia de la epidemia covid-19, la directriz principal fue la de mantener el vínculo con los alumnos a través de las plataformas digitales. Adrián Arias, director de la Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) coincidió y sostuvo que la primera reacción fue la de acompañar a los alumnos en los procesos que viven con todo lo que está sucediendo. Tras esa primera etapa, agregó, se está entrando en la siguiente, la de avanzar en los contenidos curriculares.

“No es que lo académico no sea importante, pero hay que poner las cosas en su lugar; una o dos semanas sin aprender matemáticas, no va a cambiar la vida, pero la forma en que transitamos la crisis global marca la biografía de las personas”, dijo. Noya y Arias coincidieron en que tras ese primer objetivo de acompañamiento y mantenimiento del vínculo viene el de sostener el proceso educativo.

La respuesta que han dado los centros de educación de la Aidep ha sido heterogénea y proporcional a las posibilidades de cada institución, acotó Noya. Señaló que había centros que ya venían realizando trabajo a distancia por las plataformas digitales para los que fue más fácil poner en funcionamiento formas de comunicación. La situación generada por la epidemia “nos cayó como un balde de agua fría y nos estamos acomodando”, comentó.

Noya apuntó que Aidec y Audep le han pedido al Consejo Directivo Central (Codicen) una reunión en la que uno de los puntos más importantes que plantearán será la necesidad de que se establezca un criterio oficial de validación de aprendizajes que se generan en plataformas digitales. Se necesita “que la autoridad determine cuáles son los mínimos para validar esas clases”, dijo .

Arias puntualizó que hay aspectos de la educación que no puede prescindir del encuentro en el aula. “Estamos caminando hacia un modelo híbrido”, dijo sobre el rumbo de la enseñanza más allá de la crisis actual. Señaló que seguramente habrá un plan de recuperación de clases presenciales en períodos normalmente de vacaciones.

Entrevista a Juan Carlos Noya y Adrián Arias

 

Fuente de la Información: http://radiouruguay.uy/educacion-a-distancia-tras-semanas-de-adaptacion-empieza-el-diseno-curricular-senalan/

 

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Debaten en Uruguay la salida de la cuarentena de algunas actividades

América del Sur/ Uruguay/ 12.04.2020/ Fuente: www.telam.com.ar.

Autoridades de Uruguay debatían hoy con representantes empresariales y sindicales de la educación y la construcción una eventual salida parcial de esas actividades de la cuarentena por el coronavirus, que contagió en el país a 465 personas, de las cuales siete fallecieron, informó la prensa local.

Miembros del gobierno, empresarios y dirigentes del Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (Sunca) reanudaron una reunión iniciada ayer, en la que analizaban si consideran dadas las condiciones para reiniciar pasado mañana el trabajo en ese sector.

“En las condiciones actuales entendemos que no están dadas las condiciones, no todavía; estamos analizando los temas, estamos considerando muchas cosas, también algunas que se puedan ir presentando cuando se pueda hacer el reintegro al trabajo”, explicó el sindicalista Pedro Porley, según el diario montevideano El Observador.

Las partes habían acordado el 1 de abril que las actividades en la construcción se reanudarían pasado mañana y habían elaborado para ello un procotolo sanitario que, según Porley, no está completamente consensuado.

Comunicación Presidencial

@compresidencia


Conferencia de prensa del secretario de Presidencia @AlvaroDelgadoUy el prosecretario @ferresrodrigo y el ministro del @MSPUruguay @DrDanielSalinas.

Mientras tanto, la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza del Uruguay (CSEU), que agrupa a los gremios de docentes, pidió sendas reuniones con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) ante la decisión del gobierno de que el 22 de abril se inicien clases presenciales en 973 escuelas rurales.

“La decisión de retomar las clases en forma presencial se adopta sin haber convocado a los trabajadores a discutir previamente las condiciones de salud y ambiente laboral, lo cual implica discutir, sustantivamente, aquellas condiciones mínimas que pongan a resguardo la salud de estudiantes y trabajadores”, dijo la CSEU en un comunicado.

La organización sindical desea “poder conocer de primera mano los argumentos epidemiológicos que habilitan la resolución adoptada del retorno a las clases presenciales”, así como “cuáles son las medidas que se han adoptado para poner a resguardo la salud de los actores involucrados”.

El secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, afirmó ayer que el gobierno estaba trabajando en la elaboración de un convenio entre el Sinae, la ANEP y el Ministerio de Educación y Cultura con el fin de proveer “protección especial y elementos de higiene” a “maestras y auxiliares que van a trabajar en las escuelas rurales”.

Por otra parte, anoche se fletó un vuelo que permitió llevar de regreso a Melbourne a los pasajeros de un crucero -en su mayoría, australianos y neozelandeses- que había quedado fondeado cerca de Montevideo con más de 200 personas entre turistas y tripulantes, de las cuales 128 se contagiaron coronavirus y al menos ocho habían sido evacuadas a hospitales en la capital uruguaya.

El crucero Greg Mortimer arribó al puerto de Montevideo y las autoridades tendieron un cerco sanitario para que los pasajeros pudieran ser llevados de allí al aeropuerto internacional de Carrasco.

El operativo tuvo momentos emotivos, como cuando un pasajero se arrodilló y besó el suelo uruguayo antes de abordar el avión, en señal de agradecimiento por la atención que recibió en un hospital de Montevideo.

Ernesto Talvi@ernesto_talvi

Desde Cancillería, agradecemos profundamente a instituciones públicas y privadas que hicieron posible la evacuación de los pasajeros del Greg Mortimer para regresar a su país y reencontrarse con sus familias. Muchas personas se pusieron en la línea de fuego. Son héroes anónimos.

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“Esto es ganar un mundial: banderas flameando en los balcones, vecinos aplaudiendo, es el mejor Uruguay; quién iba a decir que el distanciamiento nos uniría tanto, qué suerte que tenemos de haber nacido en esta tierra generosa”, escribió el canciller, Ernesto Talvi, en Twitter.

Uruguay testeó a cerca de 7.500 personas, de las cuales 501 dieron positivo de coronavirus.

Entre los contagiados, siete fallecieron, 16 permanecían en terapia intensiva y 224 se recuperaron, informó esta noche el Sinae.

Fuente de la noticia: https://www.telam.com.ar/notas/202004/450687-uruguay-casos-coronavirus-pandemia.html

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Repartición de culpas

Por: Carolina Vásquez Araya

La pandemia nos ha dejado en cueros, por decirlo de alguna manera.

 

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