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Uruguay: Método educativo de Singapur aterriza en una escuela pública

América del sur/Uruguay/28 Octubre 2017/Fuente: El observador

Plan del líder de las pruebas PISA está presente en 48 colegios privados

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fue categórico a finales del año pasado: llegar al nivel promedio de las pruebas PISA en el mundo resulta «inalcanzable» para Uruguay. En ese marco, las maestras de la Escuela Nº 149 pidieron autorización al Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) y adoptarán el método de enseñanza de Singapur, el país con mejores resultados en las pruebas PISA. A partir de marzo del próximo año, los estudiantes de ese centro complementarán los aprendizajes oficiales con la metodología del sudeste asiático.
El principal diferencial entre lo que se enseña en Uruguay y en Singapur es el cómo. El gerente de Marshall Cavendish Education -la editorial que importa los libros de ese método a Chile-, Alex Castillo, dijo a El Observador que los contenidos que aprenden los estudiantes uruguayos no distan demasiado de lo que reciben los alumnos singapurenses, pero sí cambia la forma en la que les son enseñados.
Castillo puso como ejemplo la enseñanza de las operaciones matemáticas. Mientras que en Uruguay los niños aprenden «ciertos trucos» que les permiten resolver los problemas, en Singapur los maestros explican por qué esos mecanismos funcionan. Según explicó Castillo, en Uruguay el 96% de los estudiantes aplican una forma de trabajar y no entienden realmente por qué es esa operación la correcta y no otra.
El experto señaló que el 4% de los niños que logran comprender la forma en la que se manejan las matemáticas terminan eligiendo carreras como la ingeniería. El resto logra salvar las materias, pero no se apropia del conocimiento. «Todos aprendimos operatoria y nos dijeron una manera de hacer los ejercicios. Lo que no estudiamos era por qué esa abstracción de números funcionaba, por qué era que la resta funcionaba así y no de otra manera», sostuvo.
Por ese motivo, en Singapur los estudiantes no solo aprenden matemáticas a través de los números, sino que también utilizan materiales didácticos que les permiten ver el funcionamiento de las operaciones. En una resta, por ejemplo, usan objetos que representan las unidades, las decenas y las centenas, para que los niños comprendan qué es lo que pasa cuando a una cifra se le resta otra. «Los niños tienen que debatir, explicar por qué llegaron a determinado resultado, trabajan mucho en equipo. El cambio en la dinámica de la clase genera resistencias entre los profesores, porque deja de ser un grupo que mira hacia un pizarrón y pasa a ser un aula en la que los estudiantes son los verdaderos protagonistas», contó.
Experiencia uruguaya
Los libros del método Singapur llegan a Uruguay a través de Avista, una editorial que importa los textos en español. Actualmente hay 48 colegios privados de todo el país que ponen en práctica esa metodología, pero la Escuela Nº149 será la primera institución pública. La directora de Avista, María Eugenia Mones, dijo a El Observador que la propuesta surgió a partir de la directora y las maestras, que pidieron el aval en Primaria. Las autoridades resolvieron otorgar el permiso, pero advirtieron que en la escuela deberán complementar los aprendizajes de la currícula oficial con el método usado en el país del sudeste asiático.
Mones señaló que la implementación del proyecto será gradual. Empezarán por inicial, primero y segundo, y luego irán avanzando en el método a medida que los niños crezcan. El financiamiento del programa se realizará a través de empresas privadas que donarán fondos para costear los libros. Según relató Mones, por el momento no consiguieron todas las donaciones que necesitan, ya que se trata de un proyecto que implica un compromiso a mediano plazo. Sin embargo, afirmó que están «encaminados» y esperan llegar a marzo del año que viene con el dinero necesario.
El consejero de Primaria, Héctor Florit, destacó la iniciativa de las maestras de la Escuela Nº149, pero también se mostró cauto en que el proyecto pueda prosperar en el resto de los centros educativos del país. El jerarca dijo a El Observador que «no correspondería» que los libros cambiaran, ya que en Uruguay hay un equipo de expertos que resuelve qué textos se utilizarán oficialmente.
Además, afirmó que la financiación también resulta un obstáculo para que el plan se expanda, porque Primaria «ya invierte mucho dinero» para que los alumnos tengan los materiales que necesitan. De todos modos, consideró enriquecedor que los niños complementen los aprendizajes de la currícula uruguaya con una propuesta extranjera.
Fuente: http://www.elobservador.com.uy/metodo-educativo-singapur-aterriza-una-escuela-publica-n1134761
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Investigación da cuenta de proceso de privatización “latente” en el sistema educativo uruguayo, en particular a través del debate de ideas

Por: La diaria/27-10-2017

La Internacional de la Educación (IE), una organización que nuclea a los trabajadores de la educación de 170 países y de la que son miembros la Federación Uruguaya de Magisterio y la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria, presentó ayer la investigaciónPrivatización educativa en Uruguay: políticas, actores y posiciones. El trabajo fue realizado en conjunto por investigadores de la Universidad de la República (Eloísa Bordoli, Pablo Martinis, Stefanía Conde y Marcelo Alfonzo) y por el investigador de la Universidad Autónoma de Barcelona Mauro Moschetti. Acompañado por dirigentes de los sindicatos uruguayos y por el presidente de la IE, Angelo Gavrielatos, Moschetti presentó ayer los principales resultados de la investigación.

Moschetti informó que, en comparación con otros países de la región, los niveles de privatización de la educación en Uruguay “son relativamente bajos”, en torno a 16%. La medida es el porcentaje de estudiantes matriculados en instituciones privadas, que aumenta particularmente en el tramo de educación inicial (26,5%) y en primaria (17,6%), mientras que en educación media baja a 12,2%, lo que según Moschetti es “algo raro” y puede deberse a la baja penetración del sector privado en el nivel medio técnico profesional. Otra forma de medir la penetración del sector privado que utiliza la investigación es por el lado de la oferta de instituciones, al contar el porcentaje de centros sobre el total. En este análisis, en el tramo en que hubo mayor variación fue en el de la educación media, en el que en 1991 había 29% de instituciones privadas y en 2015 la participación crece a 36%.

El estudio describe cuatro marcos normativos referidos a la participación privada en la educación. Por una parte, las exoneraciones impositivas para los centros educativos privados, lo que significa que no pagan aportes patronales ni al Fondo Nacional de Salud, Impuesto de Primaria, Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas, Impuesto al Patrimonio, tasas e impuestos por la compra de automóviles, impuestos por la importación de material educativo, contribución inmobiliaria ni tributos municipales. En Uruguay esta exoneración tiene rango constitucional y, según afirma la investigación, por este sistema se otorga a las instituciones privadas “mayores beneficios que los esquemas similares en otros países de la región”, incluso en países con sistemas de subvención directa.

El tercer marco normativo son los contratos de participación público-privada y el cuarto los convenios del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay con organizaciones de la sociedad civil para la gestión de CAIF, centros de niños y centros juveniles, entre otros. Moschetti apuntó que “sería interesante” profundizar en los mecanismos de rendición de cuentas que implican estos convenios.

Distintas formas

Otro de los resultados de la investigación fue realizar un mapeo de las modalidades privadas y público-privadas en la educación formal, y se identificaron tres. La primera son las instituciones privadas que tienen financiamiento público indirecto, a través de la renuncia fiscal que hace el Estado por la exoneración de impuestos. La publicación advierte que el beneficio de la exoneración llega a todas las instituciones educativas privadas: ampara “en uno de sus extremos a instituciones que se configuran en las entidades destinadas a la formación de las elites política y económica del país y, en el otro, se nuclean pequeños establecimientos situados en barrios desfavorecidos”. “Merecería un debate, por lo menos, si esta eximición impositiva hubiera de regir para todas las instituciones educativas por igual o si valiera la pena algún tipo de ajuste”, opinó Moschetti en la presentación.

La segunda forma identificada como una experiencia de privatización es la de las “modalidades de hibridación público-privada”, en referencia a convenios por CAIF, el programa Nuestros Niños y las Aulas Comunitarias en educación media, en los que el Estado financia a prestadores privados para que brinden un servicio sobre el que el Estado mantiene el control de la currícula y la supervisión.

La tercera modalidad, que Moschetti aclaró que es “muy pequeña cuantitativamente”, son los liceos de gestión privada con financiamiento público, de los que hay siete experiencias. Moschetti señaló que estas propuestas son heterogéneas pero “comparten algunos rasgos comunes: hay selección del alumnado, y una forma extraña de acción afirmativa, para beneficiar a la población desfavorecida pero combinando con una especie de premio al mérito, en base a la evaluación académica, el compromiso familiar”. La investigación señala además que estos liceos comparten la extensión del tiempo pedagógico (talleres, cursos de idioma, entre otros) y el seguimiento personalizado de los estudiantes. “Estos elementos, claramente, podrían explicar los buenos resultados educativos que exhiben.

El estudio pone de relieve “el carácter incipiente o latente de las nuevas modalidades de privatización”, y luego analiza las distintas ideas y actores en relación a la educación, entre otros, los partidos políticos, organizaciones como CERES y Eduy21 y los sindicatos. En ese sentido, la investigación concluye que Uruguay se encuentra actualmente en “una creciente disputa de sentidos por la elaboración de tales diagnósticos [sobre la situación educativa] y por la prescripción de soluciones de política de la que participa un conjunto heterogéneo de actores en el que cobran progresivamente mayor relevancia las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado”, y asegura que además de las formas de privatización de y en la educación, “la privatización aparece de modo más evidente a través de la política educativa, por cuanto agentes privados de diversa naturaleza –corporaciones, organizaciones no gubernamentales, organizaciones filantrópicas– se han involucrado crecientemente en el proceso de producción de ideas que procuran incidir en la formulación de políticas educativas, frente a los que percibe como una lógica más bien reactiva o pasiva de los actores sindicales y gubernamentales”.

*Fuente: ladiaria.com.uy/articulo/2017/10/investigacion-da-cuenta-de-proceso-de-privatizacion-latente-en-el-sistema-educativo-uruguayo-en-particular-a-traves-del-debate-de-ideas/

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Uruguay: El boom de inmigrantes llegó al liceo.

El 10% de los alumnos del liceo Rodó proviene del extranjero; sobre todo de Venezuela.

América del Sur/Uruguay/24.10.2017/Autor y Fuente:https://www.elpais.com.uy/

No es el comienzo de un chiste: un uruguayo, un peruano y un venezolano planeaban hacerse la rata antes de la clase de Matemática. Uno de ellos, recién llegado de Caracas, apuró a los otros dos: «¿Vamos a jubilarnos?» Silencio, miradas de extrañeza y una carcajada. «Para eso te faltan años», bromeó el montevideano. A lo que el limeño, preocupado por la cuenta regresiva para que llegara el profesor, completó: «Dejen de pavear, ¡hay que tirarse la pera!» Otra vez estalló la risa. Así son los diálogos, a veces, en el liceo 1 de Montevideo. Uno de cada diez alumnos de este centro es inmigrante, un fenómeno que lleva menos de dos años.

Uruguay atraviesa la segunda gran recepción de extranjeros en un siglo y este liceo de la capital, que ya cumplió los 101 años, ha vivido ambas oleadas. Pero a diferencia de lo acontecido previo a la Segunda Guerra Mundial —en que la mayoría de los inmigrantes era europea—, esta vez la predominancia es de latinos.

El sueño de José Enrique Rodó, nombre que recibe el liceo 1, de alguna manera está teniendo cabida. Este escritor y político uruguayo abogaba por un continente integracionista y las clases del instituto que lleva su nombre sirven de ejemplo: hay 17 venezolanos, 13 peruanos, cinco cubanos, tres dominicanos, tres argentinos, dos paraguayos, dos chilenos, un colombiano y un brasileño. La única excepción, aunque es unificación también, es la presencia de un español y un estadounidense.

«La ubicación del liceo —casi en el límite entre el Centro y Ciudad Vieja— es la explicación del gran número de inmigrantes que, incluso, nos ha hecho reprogramar la cantidad de grupos», dijo Alejandro Villagrán, director de este centro educativo que tiene 490 estudiantes matriculados.

La razón geográfica se repite en las UTU de la Aguada, en la escuela Chile y, en menor escala, en la mayoría de los centros educativos de las zonas cercanas a los ministerios y organismos de trámites, explicó Gabriela Rosadilla, asistente en el Consejo de Educación Secundaria. En todos los casos «se nota un incremento en los últimos tiempos».

Entre 2016 y lo que va de este año, han sido 1.123 los menores de 14 años nacidos en el exterior que tramitaron la residencia uruguaya. Según el análisis preliminar de Cancillería, se trata mayormente de «nacionales de Mercosur y familiares de uruguayos que viven o vivieron en el extranjero».

Para todos ellos, y para quienes aún no tramitaron ni siquiera la cédula de identidad, la escuela y el liceo son los primeros lugares de integración. «A veces hay alumnos que llegan al país un lunes y el martes ya están iniciando las clases; se anotan con el pasaporte y recién a los dos meses tienen la cédula», contó Graciela Lemes, subdirectora del liceo Rodó.

Siete de cada diez estudiantes extranjeros dicen no haber tenido dificultades para integrarse, según una encuesta realizada a los inmigrantes del liceo Rodó y en la que han respondido 29 de los 49 alumnos.

Entre aquellos que sí han manifestado haber tenido problemas, las diferencias culturales y el acceso a la documentación suelen ser las principales dificultades, según la encuesta.

Por eso la ANEP y el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) trabajan en un borrador para el «abordaje integral de la población migratoria», dijo Rosita Ángelo, directora de Educación del MEC. «Se trata de la instalación de un puesto de información, sistematización de los temas educativos, el registro, talleres de formación para que los funcionarios sepan cómo tratar los casos y ayudar a sus familias».

Las autoridades saben que en un futuro habrá que pensar en qué idiomas se presentará la información básica de las escuelas, explicó Ángelo. El asunto lingüístico «aún no es prioridad» porque la mayoría de los inmigrantes son latinos, «pero ya hay que ir previendo los escenarios», agregó la funcionaria.

El único experimento de este tipo, por ahora, ha sido con la llegada de las familias refugiadas que vinieron de Siria. «En ese caso se trató al español como lengua extranjera y hubo una docente que los acompañó (como si fuera el intérprete en el caso de personas sordas que usan lenguaje de señas)», recordó la consejera Laura Motta. «Este tipo de intervenciones no suele durar más que un año, que es el tiempo, promedio, que le lleva a un niño adquirir la lengua en la que está inmerso».

A pesar de que la mayoría de los inmigrantes del liceo Rodó son latinos, «cada tanto hay alguna confusión lingüística y los alumnos involucrados suelen aclararlo: En mi país se dice así…», contó la subdirectora Lemes. Lejos de ser un obstáculo, «para los docentes es una oportunidad de abordar aspectos culturales y de profundizar en las diferencias».

Es que a la lógica vareliana, esa que buscaba la igualdad ciudadana (por ello la idea de que todos usaran túnica y moña), «ahora se la carga de diferencias, de sentido común», explicó Ángelo.

Y las diferencias que se ven en el liceo Rodó parecen ser positivas «en todo sentido», dijo el director Villagrán: comparten comidas típicas, grupos de estudio, el bullying por temas de nacionalidad es excepcional y «quienes vienen del extranjero llegan con una muy buena formación». Eso también eleva el nivel.

LA «COMIDA» ES LOMEJOR DE URUGUAY

La profe que usa velo: el gran apoyo.

El intendente de Montevideo, Daniel Martínez, pasa caminando sin escoltas delante de unos alumnos del liceo N°1. Los estudiantes que participan en una actividad en la Plaza Independencia no salen de su asombro: ¿No tiene guardias? La mayoría de los venezolanos de este liceo han escapado de su país «por cuestiones de seguridad». En muchos casos han dejado parte de sus afectos más cercanos en Venezuela. Y el liceo, como lugar en el que pasan varias horas al día, suele prestarse para el desahogo. Una mujer con hiyab —el pañuelo islámico— es, muchas veces, el oído dispuesto a escucharlos. Grisel Álvarez es la profesora de Idioma Español. Nació en Uruguay y hace unos años se convirtió al islam (aunque no habla de religión en clase). Por opción decidió llevar el velo en su cabeza y ese diferencial estético hizo que los alumnos la vieran como una compinche a la hora de conversar sobre la integración cultural. «Para Halloween, estamos preparando una clase en que cada estudiante trae los cuentos de terror que lo asustaban de chico; eso permite trabajar la lengua estándar, las variedades y también, aprovechando la cantidad de inmigrantes, conocer a otros autores», dijo la docente. La integración y la paz son el hilo conductor de todo el año lectivo. Por eso es de esperar que en la fiesta de fin de año «haya algo más que pericón».

Los estudiantes aceptan esos retos. En una encuesta realizada a los extranjeros, dijeron que las «comidas» es lo que más les gusta de Uruguay. Y, a la inversa, «nada» les desagrada, salvo el clima y algunas actitudes de los uruguayos. Aunque saben que cuando se enojan tienen a quién contarle sus cosas.

Fuente:https://www.elpais.com.uy/informacion/boom-inmigrantes-llego-liceo.html

Imagen:https://sc2.diarioelpais.com/files/article_default_content/uploads/2017/10/21/59ebc9d7d8860.jpeg

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Uruguay: Nuevo plan de educación pública será consensuado entre gobierno y ciudadanía

Uruguay/23 octubre 2017/Fuente: República

La subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Edith Moraes informó a LA REPÚBLICA que se extendió hasta el 31 de octubre el plazo máximo para la realización de las asambleas territoriales, que son instancias previas al Congreso de la Educación que se efectuará entre 8 y 9 de diciembre de este año en la ciudad de Maldonado.

Esto se dio debido a la enorme demanda de los ciudadanos para que se lleven a cabo unas 50 asambleas que aún restan ejecutarse en todo el país, ya que unas 150 ya se desarrollaron, las que reunieron a más de 3000 ciudadanos y personas vinculadas a la enseñanza para buscan generar ideas que ayuden a mejorar la educación pública de nuestro país.

“Estas asambleas son todas las que se quieran hacer por barrio, localidad, ciudades de cada departamento, ya que son objetivo son darle la voz a toda la gente, no sólo a las personas vinculadas con la enseñanza, ya que todos somos usuarios de la educación”, explicó la jerarca.

Tras estas instancias, en noviembre, se van a llevar a cabo los plenarios departamentales, donde habrá dos representantes de cada asamblea territorial.

Luego, y como broche final se realizará el Tercer Congreso Nacional de la Educación, los días 8 y 9 de diciembre en la ciudad de Maldonado. “Esto ocurrirá por primera en el interior de nuestro país, porque queremos que la descentralización sea real”, enfatizó.

Remarcó Moraes que con toda la información que surja de las asambleas territoriales, se hará una primera síntesis en el plenario departamental, resultando 19 documentos y esa información será puesta en planillas que son todas iguales para que se pueda efectuar una sistematización de una manera más fluida.

Construcción de todos

Consultada que se hará con todas esas propuestas que salgan del Congreso, la subsecretaria señaló que “es una instancia propositiva donde se va a producir un único documento final que servirá para elaborar en 2018 el Plan Nacional de Educación Pública, “que se elabora a partir de las propuestas que toda la ciudadanía que las construyó” y agregó que “los cambios sociales propuestos por el gobierno son los que exigen los cambios en la educación, muchos de los cuales ya empezar a realizarse”.

Y fue más allá Moraes al decir que “hacer un Plan Nacional implica integrar en una planificación las grandes líneas de acción para la sociedad que vivimos. Queremos niños bien instrumentados, bien preparados para resolver los problemas que se le presenten. Formar a ciudadanos activos”.

Subrayó que “no es un plan de educación impuesto del gobierno, sino que es consensuado con la ciudadanía, ya que queremos una educación publica que responda a las necesidades de la gente: El cambio es una exigencia de la sociedad”.

Concluyó indicando que “los valores son lo más importante para que las personas puedan tomar sus propias decisiones, con conciencia”.

Fuente: http://www.republica.com.uy/nuevo-plan-educacion-publica/

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Uruguay disminuyó pobreza infantil en casi 30 por ciento, en 13 años

América del sur/Uruguay/21 Octubre 2017/Fuente: Prensa Latina
La pobreza infantil disminuyó en Uruguay casi 30 puntos porcentuales en los últimos 13 años, debido a las políticas públicas impulsadas desde el gobierno en beneficio de la primera infancia.
Así se constató hoy en sendos documentos presentados en esta capital por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

La muestra de los manuscritos -‘Gasto público social en infancia y adolescencia en Uruguay’ y ‘Poner fin a la pobreza infantil en Uruguay; un objetivo posible para la política pública’, respectivamente- estuvo enmarcada en la conmemoración por el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.

Santiago Soto, subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), expresó que para alcanzar ese indicador el país apostó por incrementar el gasto público social.

Explicó que el Producto Interno Bruto pasó en promedio de un 3,1 por ciento, entre 1990 y 1994, a un 5,5 en el 2013, lo cual evidenció ‘una apuesta fuerte’ en los últimos años para transformar el sector de la primera infancia.

Soto destacó que en la actualidad la salud, educación y las transferencias monetarias representan el 90 por ciento del gasto total de ese grupo etario, lo cual permitió disminuir de 50 a 20 por ciento la pobreza en la niñez, en poco más de una década.

El subdirector de la OPP refirió que los documentos presentados por la Cepal y Unicef se complementan, y poseen información muy útil para analizar el presente y ‘pensar en los desafíos’ del mañana.

Los estudios fueron elaborados por Maira Colacce, Pilar Manzi y Victoria Tenenbaum (Cepal) y Gustavo de Armas (Unicef).

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=124555&SEO=uruguay-disminuyo-pobreza-infantil-en-casi-30-por-ciento-en-13-anos
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Documento con 20 razones para decir no a las Participación Público Privada (PPP) en las Políticas Educativas en Uruguay.

Documento con 20 razones para decir no a las PPP (Participación Público Privada) en Uruguay. Creado por FeNaPES, sindicato afiliado a la IEAL.

  1. La PPP incidirá en la definición de las políticas educativas. Se fijan por contrato, a 22 años, los días y horarios de trabajo de la ANEP en los centros. ¿Qué sucede si mañana deciden modificarse las políticas actuales, generándose la necesidad de disponer de los locales en días y horarios diferentes a los acordados? Nada obliga al privado a acceder: puede bloquear una política educativa. Y si aprueba un cambio, será a costa de más dinero.
  2. La PPP incidirá sobre el uso que docentes y estudiantes hacen de sus centros educativos. Dado que la ANEP fijará por contrato con un privado los días y horarios de trabajo, existirán fuertes limitaciones a las actividades extracurriculares que se desarrollan fuera del horario de clases: jornadas de integración, salidas didácticas, paseos, convocatorias a padres, cursos de formación, eventos solidarios, proyecciones cinematográ- ficas, bailes, ceremonias de egreso, muestras artísticas, etc.
  3. Se promueve una lógica de competitividad. La gran mayoría de las escuelas y los liceos del país llevan décadas denunciando la desatención presupuestal de sus necesidades, especialmente la faltante de cargos docentes y de gestión y servicios y los problemas de infraestructura. En medio de esa realidad, se pretende crear una minoría de centros educativos con rubros para mantenimiento, equipamiento, limpieza y seguridad, fragmentando aún más el sistema educativo.
  4. Los criterios lucrativos de la empresa prevalecerán sobre los criterios pedagógicos. Se deja en manos de un privado la dirección, logística y organización del personal, insumos, equipos necesarios para la operación de los centros educativos. Y si bien se establecen ciertos parámetros básicos para la aceptabilidad de los servicios, los mismos no prevén el perfil que debe tener un funcionario que trata con niños y jóvenes, ni la necesidad de que permanezcan en un mismo centro.
  5. En Secundaria, el formato de los edificios es incompatible con el proyecto sindical de liceos de primero a sexto año. Existirán tan solo dos formatos de edificios: Uno de 7 aulas, y otro de 12 aulas. Se trata de centros pequeños, en los que no existirán condiciones para que funcionen conjuntamente primer y segundo ciclo. En los hechos, la ANEP promueve un ciclo básico terminal.
  6. Las PPP son más costosas que la inversión tradicional. La ley en Uruguay exige comparar un proyecto de inversión vía PPP con uno tradicional, y la construcción se hará vía PPP si resulta más barata. El instrumento que se utiliza para realizar la comparación agrega sobrecostos de inversión y demoras de construcción a la inversión pública, para favorecer las obras vía PPP. De hecho, la experiencia empírica internacional muestra que las PPP son al menos 25% más caras que la inversión tradicional.
  7. El costo de los edificios es más alto que con una licitación tradicional. La construcción de 165 centros, supone un monto que asciende a 400 millones de dólares. Hablamos de un promedio de U$S 2.400.000 por cada centro. En Secundaria, eso es lo que, promedialmente, ha pagado la ANEP en los últimos años por edificios mucho más grandes de lo que serán los liceos PPP.
  8. Se profundiza la política de otorgar exoneraciones tributarias y beneficios fiscales al gran capital. El Estado renuncia a recaudar impuestos para favorecer a las empresas adjudicatarias de proyectos PPP para la ANEP, exonerando: a) Recargos a las importaciones. b) IVA a las importaciones. c) IVA en la compra de maquinarias, equipos, materiales y servicios. d) Impuesto al Patrimonio.
  9. Se prioriza el lucro privado a la creación de fuentes de trabajo. Se opta por un sistema constructivo que “reduce los tiempos de ejecución y, por consiguiente, el consumo de mano de obra, lo que devendría en menores costos”. Así, al favorecer una modalidad poco intensiva en trabajo, con salarios más bajos y con más tecnología importada que en una obra tradicional, se favorece el lucro privado y no el fin social que supone la creación de fuentes laborales dignas.
  10. Se pierden cargos públicos en escuelas y liceos. En los centros educativos que queden comprendidos bajo el régimen de PPP, los “servicios” de mantenimiento, equipamiento, limpieza y seguridad serán brindados por un privado. Eso significa que, por al menos dos décadas, el Estado renuncia a generar cargos públicos para esas funciones. Parece claro que la PPP implica un recorte del Estado.
  11. Incrementa la precarización laboral. Al punto anterior que se centra en la parte constructiva, se le suma que las PPP privatizan todo lo que es funcionamiento del centro educativo. Las experiencias de tercerizaciones en el Estado Uruguayo y en el mundo, muestran que los trabajadores de las empresas privadas que se hacen cargo de las tareas suelen tener menores salarios, peores condiciones de trabajo y una mayor incertidumbre laboral debido a la alta rotación que los funcionarios públicos.
  12. Los formatos constructivos no serán negociados con las comunidades. Los últimos años, el sindicato conquistó la instalación de ámbitos en los que se presenta a la comunidad el diseño de la obra a ejecutar, para que ésta pueda modificarlo a partir de su conocimiento de las necesidades locales y de valoraciones de carácter pedagógico. Las obras PPP tienen un formato predeterminado en los pliegos, que no admite modificación alguna.
  13. Los edificios y su equipamiento son del privado mientras haya contrato. A pesar de que los centros se construyen en terrenos públicos, están privatizados. De hecho, la retribución a la empresa adjudicataria es por concepto de “pago por disponibilidad”, como contrapartida por ofrecer un servicio de acuerdo con las bases del llamado.
  14. La empresa adjudicataria puede utilizar las instalaciones con otros fines. Dado que, mientras exista contrato, el edificio le pertenece, el privado puede desarrollar ciertas actividades y, de esa manera, generar ganancias adicionales. Para eso se definen las “horas de trabajo” y el “uso mixto”.
  15. Se limita la negociación colectiva con los sindicatos de la educación. En el contrato a celebrar entre la Administración Pública y el privado, se dejará en manos de este último la dirección, logística y organización del personal, insumos, equipos y todo otro ítem necesario para el diseño, la construcción y la operación de los centros educativos. Ninguno de los aspectos que refieren a condiciones laborales, higiene y salud, han sido objeto de negociación con los trabajadores de la educación.
  16. El Estado puede tener que indemnizar al privado en casos de paros y huelgas. Por contrato, la Administración Pública asume, entre muchos otros, los riesgos derivados de “ocupación de los Centros por parte del personal con vínculo laboral directo o indirecto con la Administración Pública Contratante”. Dado que la empresa adjudicataria puede utilizar las instalaciones con fines propios, si se ocupa un centro, el Estado debe resarcir al privado.
  17. El Estado debe indemnizar millonariamente al privado en caso de terminar anticipadamente el contrato. Si la extinción fuere imputable a la Administración Pública, ésta deberá abonar a la empresa adjudicataria el valor de las inversiones realizadas, además de indemnizarla por daños y perjuicios. La forma de pago, claramente definida, hace inviable que el Estado pueda asumirla presupuestalmente, por más que la modalidad PPP haya demostrado ser inapropiada para los fines de la educación pública.
  18. Se desvían cada vez mayores porcentajes del presupuesto educativo a manos privadas. La modalidad PPP refuerza ese camino de privatización del presupuesto educativo que ha recorrido el progresismo: Plan Ceibal – Negroponte, CAIF – ONG, ANEP y sus tercerizaciones, etc. De esta forma, es probable que en unos años se alcance el 6% del PBI para la educación, pero al precio de desviar gran parte a empresarios que lucran con la educación. 19 20 FeNaPES
  19. Se compromete parte del futuro de la educación de 22 a 35 años. El plazo del contrato es de 22 años, pero puede prorrogarse hasta alcanzar un total de 35 años. Así, para que una de las próximas Administraciones pueda reestructurar el funcionamiento de los locales de acuerdo a nuevas valoraciones políticas y pedagógicas, deberá sujetarse a lo dispuesto en los pliegos o bien renegociar con la empresa que los gestionará y pagarle aún más.
  20. Se profundiza el proceso de mercantilización de la educación pública. El instrumento PPP busca maquillar el déficit fiscal, garantizando el lucro empresarial. Se instala así el predominio de una lógica eficientista en el sector público, y en un sector tan sensible como la educación. Con la PPP, el cumplimiento de una obligación pública (lógica del bien común) pasa a depender de intereses económicos privados (lógica del lucro).

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Uruguay invierte 3.500 dólares al año por niño

Uruguay/19 0ctubre 2017/Fuente: El País

El país destina US$ 1.000 menos en los menores de tres años que en los otros niños.

El futuro de Uruguay mide, en promedio, menos que 1,50 y su peso no alcanza los 45 kilos. En los niños del presente se le va la vida al país del mañana, y aunque suene a cliché, los demógrafos insisten en que invertir en los más pequeños es crucial para una sociedad que sigue envejeciendo. El Estado gasta unos 3.500 dólares al año por cada uruguayo menor de 18 años, según un estudio de la Cepal y Unicef al que accedió El País. ¿Es suficiente?

Los más optimistas dirán que el gasto público social en la infancia significaba el 3,1% del PBI uruguayo a comienzos de los 90, y que a fines de 2013 alcanzó el 5,7%. De hecho, entre los años 2010 y 2013 este tipo de «gasto» aumentó 21%. Los más críticos, por su lado, afirmarán que la inversión específica en los menores de 18 años creció menos en relación al resto de la sociedad (el gasto público social general se acrecentó 25% en esos mismos cuatro años), y que los más bebés son los más desfavorecidos entre los niños.

El Estado uruguayo gasta 1.000 dólares menos en un menor de tres años que en los niños de edades superiores, revela el informe redactado por Maira Colacce, Pilar Manzi y Victoria Tenenbaum. Esta diferencia, según la investigación, está basada en el peso que tiene el rubro educación en la infancia. Mientras que la enseñanza es el 18% de todo el gasto público que el país destina a los más pequeños, en la edad escolar esa categoría significa el 57%.

La mayoría de los Estados, como Uruguay, vuelcan más esfuerzo en los niños grandes y adolescentes que en la primera infancia. La excepción son los países nórdicos, sobre todo Suecia, en que el énfasis está puesto en los menores de tres años.

Cada tanto circula alguna noticia de que los escandinavos han aumentado el tiempo de licencia para lactancia, o que los hombres también gozan de meses enteros para cuidar a los recién nacidos, que inauguran centros para bebés, que la atención médica es de última generación y que a veces llegan a invertir hasta el 3% del PBI solo en la protección social y la salud de los más pequeños.

«La opción que hacen los nórdicos por proteger a la primera infancia es una apuesta», explicó Gustavo De Armas, especialista en Políticas Sociales de Unicef. «Ellos están apuntando a la formación de capital humano: son economías pequeñas, competitivas y que buscan la sustentabilidad a largo plazo».

Un país con las características de Uruguay —con un quinto de los niños viviendo en hogares cuyos ingresos están por debajo de la línea de pobreza— tiene que hacer cosas «parecidas a las políticas implementadas por los escandinavos», dijo De Armas. «Al invertir en los niños, mejoran las trayectorias educativas, los trabajadores del mañana rinden más en menos tiempo, la población activa tiene más chances de soportar el gasto de los pasivos y el país puede desarrollarse».

Desde fines de los 80, cuando surgió la política de CAIF y se consolidó el Instituto Nacional del Menor, el Estado uruguayo viene apostado a herramientas destinadas a los niños y adolescentes. En la última década la inversión se acentuó, sobre todo por tres elementos: la reforma de la salud que incluyó a todos los menores de 18 años en el Fonasa, el cambio en las asignaciones familiares y el aumento de las partidas para la educación (en buena medida por las luchas sindicales), señalaron las autoras.

Pese a ese esfuerzo, el gasto en la infancia que hace Uruguay «está por debajo» de lo que invierten otros países de altos ingresos, señaló De Armas. Esto debe leerse, según el sociólogo, como que «el país todavía tiene margen para destinar recursos a esta población específica».

A la inversa, en los adultos mayores el Estado destina un poco más de lo que ocurre en países con renta similar. La tercera parte del gasto público social de Uruguay va a parar a los mayores de 65 años, gracias a un potente sistema de jubilación y asistencia.

Esto hace que el gasto social en Uruguay tenga, desde el punto de vista gráfico, la apariencia de la letra «U». Entre los menores de 18 años es el 23%, baja a partir de la edad universitaria, y vuelve a crecer entre los adultos mayores superando el 34%.

Entre los más veteranos, la asistencia social es lo que más hace inclinar la balanza. En los niños, sin embargo, la educación es la mitad del esfuerzo específico que hace la sociedad uruguaya. Le sigue, en base al monto, el dinero destinado a la salud (26% de lo invertido en menores de 18 años) y más atrás queda la asistencia social con el 14% (aquí tiene peso el INAU, y las transferencias que hacen Mides y BPS).

Todas las restantes categorías, que representan menos del 9% del gasto público social en la infancia, son bienes públicos (acceso al agua potable, bibliotecas, museos) o gastos ampliados (como pensiones a personas con discapacidad).

La buena noticia, según la Cepal, es que la inversión en educación (el rubro más significativo para la población estudiada) sigue creciendo. Y como la cantidad de niños se está reduciendo, el gasto público en la infancia seguirá aumentando.

Aquí algunos menores «pierden su infancia».

Noruega es el mejor país para ser niño. Eslovenia, Finlandia, los Países Bajos y Suecia completan el quinteto en que la infancia está menos amenazada. En el polo opuesto, los menores de 18 años la tienen muy complicada en Níger, Angola, Malí, República Centroafricana y Somalia. Así lo revela el informe 2017 de la ONG Save the Children, el que ubica a Uruguay en el puesto 74 entre 172 países. El estudio entiende que «algunos niños pierden su infancia» en países con indicadores como Uruguay; sobre todo por el alto porcentaje de embarazos en adolescentes.

El foco entre los que aún no pueden ir a votar.

Como cantaba Joan Manuel Serrat: «A menudo los hijos se nos parecen»; salvo por algunos derechos. Son los que viven en los hogares más desfavorecidos, los que tienen mayores índices de subalimentación y menos posibilidad de reclamos. Durante el último año, la pobreza osciló entre el 21% (en niños de 0 a 3 años) y el 16% (15 a 17 años). Y salvo por herramientas educativas, como los CAIF, los más pequeños suelen recibir pocas políticas específicas. La excepción es Uruguay Crece Contigo, que nació en 2012 y atendió 13.735 niños.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/informacion/uruguay-invierte-dolares-ano-nino.html

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