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Días que se fijan en la memoria.

Es curioso cómo hay días que se fijan en la memoria para siempre. Recuerdo mi primer día de trabajo, como si fuera ayer, y eso que ya han pasado veinte lustros desde que pisé por primera vez un aula. De mi primer día recuerdo a una compañera de claustro, una profesora de sociales, que al verme pocos minutos antes de entrar en al alón me preguntó si era mi primer día. Yo, con la voz temblorosa por los nervios, le dije que sí. Ella esbozo una sonrisa para desearme mucha suerte y se fue. Debo confesar que en ese momento agradecí sus palabras, pero ahora me doy cuenta de que lo que necesitaba no era suerte, sino buenos consejos, pues ciertamente llevaba conmigo una maleta nueva cargada de conocimientos, pero hasta cierto punto, vacía de experiencia…

Tenía 23 años, y estaba recién  titulada como Licenciada en Educación, justamente inicié a trabajar en una Escuela Técnica Industrial. Al entrar al salón de clase casi desmayé…esperaba encontrar a jóvenes con edades entre 13 y 17 años, pero resulta que ese grupo de estudiantes lo conformaban  personas que incluso estaban casadas, con comportamiento propio de la adultez.  Entre súplicas y oraciones, cualquier cantidad de santos se cruzó por mi mente.

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 En ese momento sentí temor, dudas…no sabía si realmente necesitaba conocer a mis alumnos o que ellos me conocieran a mí. En ese ejercicio de reconocimiento, alcancé leer una cartelera colgada al fondo del salón, la cual  contenía  los siguientes  mensajes: “Muéstrate riguroso, pues del rigor viene la disciplina”. “Detente siempre a explicar”, “Premia siempre a quien no se equivoca”.

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De manera imaginaria abrí la maleta, busque las respuestas a lo que esas expresiones, erradas a mi juicio, y nada encontré. Con el tiempo, seguí buscando con mayor detenimiento pero ya no en lo que conocía.   Había aprendido que en eso de ser docente se trata de crecer juntos, de un espacio común con sueños para alcanzar, en convertirse en una autoridad moral, desde la ética  y la entrega en el trabajo, sobre todo en épocas en que la comunicación entre padres, hijos y maestros se encuentra desdibujada, los chicos se muestran más independientes y muchas veces se depositan en la escuela, en sus maestros, expectativas que otros no pueden cumplir..

¡No existe un  manual para afrontar  el primer día de labor con  éxito, solo existen sabios consejos!

Fuente de la Imagen:

https://www.google.co.ve/search?q=hermosas+flores&biw=1024&bih=529&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwis_MPlpZDOAhVE2B4KHSPoBlEQ_AUIBigB#tbm=isch&q=santos+religiosos&imgrc=JpI9zDQS94rZxM%3A

https://www.google.co.ve/search?q=hermosas+flores&biw=1024&bih=529&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwis_MPlpZDOAhVE2B4KHSPoBlEQ_AUIBigB#tbm=isch&q=+rigor+docente&imgrc=91cuJpLSRzgNmM%3A

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Shapono taamamotima nohi hatukëmamotima ayahi

LA CASA DONDE TODOS VAMOS A RECORDAR LO QUE SE NOS ESTÁ OLVIDANDO

IMG_20160724_234204 (2)El Shapono taamamotima nohi hatukëmamotima ayahi, fue un hermoso proyecto que viví desde la Fundación Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) y en los pueblos indígenas “Yanomami” en Pori Pori, Platanal, en el estado Amazonas, en compañía de Sheroanawe Hakihiwe (Yanomami), su familia y su comunidad. Además, Álvaro González, María Elena Ghersi, Prudencio Chacón, Miguel Mora, Alan Miyadi, entre otros (Napë del IDEA, así nos llaman los yanonami).

 El Shapono taamamotima nohi hatukëmamotima ayahi, para nosotros y nosotras los Napë es la escuela, para ellos también es un espacio de formación, un espacio de enseñanza y aprendizaje, pero de su sabiduría y costumbres ancestrales. Es por ello, que en la casa donde vamos todos a recordar lo que se nos está olvidando o la escuela, la formación que  da el capitán, el shaman, las abuelas, los abuelos, las madres y padres, son de sus tradiciones, ritos y mitos, es decir, a su imaginario ancestral y su cultura.

Asimismo, sus aulas de aprendizajes, sin paredes, eran destinadas principalmente a la cestería, tejidos, cerámica, tintes, medicina ancestral, producción de alimento, arte del fuego y el espacio del silencio, el cual  se  concibe  como  un  ambiente  de  encuentro  consigo  mismo,  con  la  naturaleza,  con  los  recuerdos,  con  los  espíritus  y  con  los  ruidos que cotidianamente han dejado de escuchar.

En ese sentido, el fuego o Iwariwë es un mito esencial. Para Hakihiiwë (2010) Iwariwë es un amo que robó el fuego desde la garganta de un caimán para que el pueblo pudiera cocinar sus alimentos. El fuego debe estar presente en todas las actividades cotidianas de los Yanomami, es sinónimo de vida, éste no se debe apagar nunca. También se destacan los rituales en las fiestas, en la que es se pintan para mostrar su alegría y “… para oír bien el canto del shaman cuando nos llama…El Shaman canta para ahuyentar los malos espíritus pero no puede hacerlo solo, por eso nos llama” (Hakihiiwë, 2010). Razón que explica porque todo lo que hacen es desde el colectivo y desde éste nace y se desarrolla el Shapono.

Por otro lado, el Wayumi, se trata de una estrategia colectiva del pueblo yanomami para la alimentación y para sanear el ambiente donde habitan con mayor frecuencia. Cada cierto tiempo, entre los meses de julio y noviembre, las comunidades yanomami dejan sus Shaponos y marchan a otro lugar. En eso meses hay lluvia y muchos frutales de la selva florecen, hay lugares que abundan en frutas, hay más alimento, al menos hay más alimento que en los conucos de la comunidad. Es necesario ir hacia esos lugares por varios meses, allí se encontrará comida y al regreso el sol y la lluvia habrán limpiado los shaponos, habrá desaparecido cualquier suciedad o desperdicio. Si esa tradición se pierde se afecta la vida de los yanomami, se simplifica el patrón alimentario, se evita la dispersión de semillas, se acumulan problemas sanitarios en las comunidades. (Mora, 2010). Cada familia se preocupa de la producción, de la cacería. Nadie pide, el trueque es una estrategia económica de alto reconocimiento. En los pueblos indígenas “Yanomami”, deben en el shapono aprender y conservar esta estrategia alimentaria para mantener su vida.

Valoración del saber: “El saber, es algo muy importante para nosotros, lo reconocemos como una virtud, así dijo Sheroanawe, que su tía quien ahora hace el papel de su madre desde la muerte de esta sabe más que yo, conoce mucho sobre el conuco, siembra y comparte la cosecha entre todos. Mientras más se sabe cómo mis padres y abuelos, somos menos egoístas. En esos procesos formativos en la informalidad de la vida comunitaria se aprende mucho” (Hakihiiwë, 2010, recopilación por Mora) Así, la vida en la selva amazónica se desarrolla en tal sabiduría que las comunidades se dan su tiempo para que la lluvia y el sol las purifique en tanto que la naturaleza provee el alimento, frutas, animales, miel y agua fresca.

El espacio del Silencio, es de suma importancia para las comunidades intervenidas, ya que es un lugar para escuchar sus pensamientos, los espíritus, los recuerdos y lo vivido. Así como, escuchar a la naturaleza, sus bondades y peligros, para reconocer los sonidos de los pájaros, animales, del río y de todo lo que los rodea, ya que, con la llegada de la tecnología a éstos pueblos, ese saber ancestral, como otros, se han estado perdiendo. Existe una preocupación de los abuelos, abuelas, capitanes y shamanes, es decir, los más sabios en su comunidad, porque se debe recordar lo que se está olvidando.

Sheroanawe Hakihiwe, ha sido el líder principal del proyecto Shapono taamamotima nohi hatukëmamotima ayahi, está en lucha permanente por el rescate del patrimonio intangible de su etnia, es por ello que he querido traer éste hermoso proyecto a éste espacio de aula abierta, para que pueda impulsarse su concreción y consolidación con la compañía de todos nosotros y nosotras.

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Además, quisiera presentarle parte de la vida de mi amigo Sheroanawe, desde la voz de otro gran amigo Miguel Mora.

 Un ciudadano yanomami

  Mi vida selva adentro

 Sherowana es un lugar sagrado de la selva amazónica venezolana rico en frutas selváticas y plantas medicinales que está ubicado relativamente cerca de Platanal; según la forma como los indígenas yanomami miden ahora las distancias a dos horas de navegación a motor sobre una lancha y luego tres horas de caminata hasta divisar en la espesura un cerro cubierto de una vegetación densa y exuberante. Cuando no se dispone de esos medios, una larga caminata a paso seguro y sin escalas toma cerca de diez horas, se parte de mañana y con el atardecer se logra el regocijo de los reencuentros familiares. En el pasado Sherowana fue un espacio de selva poblado por yanomami guerreros que avanzaban sobre otras comunidades reduciéndolas e imponiendo su fuerza. Esto ha cambiado y lo apacible del paisaje combinado con el ardor de la naturaleza y los nuevos liderazgos indígenas han hecho de la zona un espacio de paz y espiritualidad.

En ese lugar Nijorama una bella indígena yanomami llevó el embarazo con la compañía permanente de su amado Juawe, y una tarde comenzaron los dolores de parto hasta alumbrar a un niño que parecía trascender en la inmensidad de la selva. Jacinto, un joven tío del recién nacido, con dominio perfecto de la escritura yanomami y castellana, tomó un cuaderno de anotaciones y escribió: hijo hombre de Nijorama y Juawe, mi sobrino nació en Sherowama una tarde de mayo de 1971 y anotó luego, hoy es 23 de mayo. Jacinto era maestro formado por los curas católicos y apegado a esos sistemas de información que la Iglesia ha impuesto en la amazonía informó del nacimiento al cura Bartoli quien le asignó el nombre bautismal de Juan Bosco.

Juan Bosco creció en un mundo familiar envidiable entre el cuido celoso de sus padres y el amor inmenso de sus abuelos maternos y paternos. Nunca le llamaron Juan Bosco, sino Sheroanawe por su lugar de nacimiento y Hakihiwe por el paraíso selvático donde nació su abuela paterna. Le gustaba mucho su nombre indígena y evitaba que le llamaran con el nombre que le asignaron los curas. Recordando su pasado infantil Sheroanawe revive sus sueños de niño en la selva espesa y anhela las partidas tempranas a cacería acompañando a su abuelo. Con apenas siete años le permitían llevar los machetes para despostar y limpiar las presas de caza, pero todavía no estaba preparado para portar arco y flechas. Eso sí, estaba muy atento a la caza de monos y osos porque de allí provenía la vejiga urinaria que curada e inflada con la boca se convertía en un balón con el cual jugaba con sus amigos de infancia, esos mismos que ahora hacen de la cacería un oficio significativo para llevar alimento a sus familias, pero otros, piensa Sheroanawe partieron con la muerte temprana y hoy son espíritus. Y continúa pensando sobre su niñez: Me gustaba salir con papá y abuelo, ellos me enseñaron mucho, me fueron preparando hasta llegar a tener mi arco, flechas y puntas que primeramente las manos artesanas de su padre construyeron con elementos vegetales de la selva. Juawe, mi recordado padre me enseñaba con dedicación y paciencia; cuando fallaba un tiro me decía que no desesperara, que solo llamando la calma le vendría el día de salir por sus propios medios a la cacería. Y así, entre el amor familiar, la abundante selva y la cacería necesaria pasó su infancia que ha debido ser tan hermosa que Sheroanawe deja escapar sus lágrimas como testimonio del encanto y la felicidad.

Recuerdo ahora a mi madre enseñándome las vocales cuando tenía dos o tres años: ara (guacamaya), etebeshi (moriche), iwa (caimán), oru (culebra) y ûkushi (zancudo). Con mucha paciencia me enseñó hasta el momento de ir a la escuela.

La escuela regentada por la Iglesia Católica la recuerda como un choque cultural significativo. Su tío Jacinto (Serowe Yakiraiiwe) quien anotó su fecha de nacimiento aquella tarde de mayo convenció a sus padres para que lo enviaran a la escuela. Tenía nueve años y lo primero que le enseñaron fue los números en yanomami. Caminaba  cada día casi una hora hasta llegar a una casa construida con paredes de barro y techo de palma, en su interior muebles elaborados con manaca estaban alineados y arreglados con un orden que no existe en la selva; pero yo no sabía a qué iba allí, lo que me enseñaban mis abuelos y padres era suficiente. Al llegar a la escuela, me detenía, no quería entrar y mi tío que era maestro me hacía entrar, me entregaba el lápiz y una piedra con la cual afinaba la punta. La comida de la escuela la vomitaba, se me retorcía el estómago. La leche olía horrible y entraba en añoranza de la carne de paují, úquira y opo (cachicamo) que servían en el Sahapono. Una monja que trabajaba como enfermera me decía que debo comer poco hasta acostumbrarme, pero cuando vomitaba me amenazaba con golpearme si repetía. Durante el recreo muchas veces sustituía lo que me ofrecían en la escuela, refresco sintético de color rojizo, arepa, carne de buey enlatada por lo que traía humildemente de mi casa. Me comía con ansia el plátano asado que mi madre Nijorama había preparado. También llevaba lechosa del conuco porque esos alimentos que daban en la escuela no me hacían bien. Finalmente me acostumbré, me dijo Sheroanawe.  Varias veces su propio tío lo amenazó de no permitirle venir a la escuela a lo que Sheroanawe respondía que sería bueno para él, ya que la comida napë o comida de criollos no le agradaba.

En su trayectoria de vida fue construyendo y asimilando las leyes de la selva y de la vida comunitaria y familiar. Nada de esto se escribe, se lleva en la mente, en la espiritualidad, en el corazón. En ese proceso de aprendizaje y todavía bajo la protección de sus padres, a los diecinueve años fue de cacería solo. Se adentró en la selva espesa, recogió unas guamas que estaban bajas y las comió con un gusto indescriptible y se mantuvo en alerta de una presa que estuviese a tiro de flecha. Su sorpresa fue mayor cuando su agudo oído pudo detectar los pasos suaves y peligrosos de un tigre robusto que le miraba con recelo, parecía que venía de hartarse pero aun así era preferible dejar el arco, la flecha y las puntas, y dejar también la valentía para correr sin detenerse hasta llegar al Shapono y contarle a los padres sobre el temor ante ese tigre gigante que le apareció en la espesura. Sheroanawe conocía historias de tigres contadas por el chamán en su infancia; sabía que una mujer y un niño fueron devorados en Sherowana, esa información deben guardarla los niños para toda su vida: la selva da comida, pero los descuidos pueden convertirnos en comida de animales feroces, les decía el Chamán. En esa construcción educativa para la vida en la selva su abuelo Torunu fue imprescindible, tenía mucha experiencia, tenía más palabras para explicarme, para hablarme de la unidad familiar, para informar sobre la casa comunal, como se construye y como prepararnos para tener una mujer, me dijo Sheroanawe una mañana fría cuando conversamos sobre la vida y la selva. El saber, es algo muy importante para nosotros, lo reconocemos como una virtud, así dijo que su tía quien ahora hace el papel de su madre desde la muerte de esta sabe más que yo, conoce mucho sobre el conuco, siembra y comparte la cosecha entre todos. Mientras más se sabe cómo mis padres y abuelos, somos menos egoístas.

En esos procesos formativos en la informalidad de la vida comunitaria se aprende mucho, los Capitanes tienen una gran experiencia y liman asperezas. Si un hombre pretende a una mujer casada el Capitán advertido le convence de abandonar el galanteo. Cada familia se preocupa de la producción, de la cacería. Nadie pide, el trueque es una estrategia económica de alto reconocimiento.

Y así con estas normas no escritas pero valiosas para la vida en comunidad, Sheroanawe comenzó tempranamente a llevar comida a la familia de una pequeña que su madre había consentido como su prometida. Era su prima hermana, hija de una hermana de su madre. Cuenta que esperó pacientemente a que llegara la tercera menstruación y la hizo su mujer.

En mi vida, quise ser Chamán y me inicié, dijo Sheroanawe. Al ser chamán el mundo cambia, todo es bello, todo se ve bonito, se sueña, se ven espíritus, se oyen cantos. Colecté el yopo necesario e inicié mis aprendizajes sobre las plantas medicinales, porque lo primero que se requiere para ser chamán es la vocación de curar. También debe hablar bien y tratar bien a los demás porque es la forma de que lleguen los espíritus. Debe comer sano especialmente plátano asado, batata, ocumo y pescados pequeños. Creí tener todas esas cualidades pero enfermé de mi vista. Lamento no haber podido por esta dificultad continuar con mi formación. Chamanear fue mi gran anhelo. Mi madre me dijo que es bueno ayudar a la gente que siguiera ese camino pero no pude. Cuando dejé el yopo dejé también de soñar con los espíritus, lo que veía antes ahora no lo veo; el tema de los espíritus pertenece a mi pasado, a mis recuerdos.

¿Quién soy, me preguntas?, dijo Sheroanawe, soy un yanomami, provengo y soy parte de la historia de mi pueblo. Te cuento, me dijo y comenzó a tejer una leyenda: “Cuando todavía no éramos yanomami, existían dos hombre, hermano mayor y hermano menor, estos dos nacieron de mamá rana, su abuelo fue el curare. Cuando nació el menor, el tigre mató a su madre rana y su abuelo los cuidó y crecieron, esperando siempre vengar la muerte de su madre y finalmente dieron muerte al tigre que mató a la mama rana. Su abuelo se convirtió en el bejuco del cual sacamos hoy día el veneno. Cuando hermano mayor y hermano menor fueron hombres grandes se mudaron lejos. Ellos hacían sus arcos, flechas y puntas para cazar. Uno de los hermanos era muy bonito y se llamaba Omawë, el otro hermano era feo, era torpe, todo lo hacía feo y se llamaba Yoawë. Las flechas y las artesanías que Yoawë hacía no eran agradables a la vista.

Omawë y Yoawë no tenían mujer. Decidieron caminar por la selva hasta encontrar un lugar donde existían muchas frutas. Se detuvieron y comenzaron a chamanear. Omawë habló con su hermano y le dijo que debían hacer fiesta con frutos de la selva, con momo. Sacudieron la rama del árbol, recogieron muchos frutos, los asaron y ahumaron e hicieron una fiesta para los dos, bailaron y gozaron. Al final hicieron una canasta, metieron frutos que se convirtieron en piedra, los dejaron en el sitio y partieron a otro lugar.

Llegaron a un caño muy bonito donde permanecieron por tres días. Decidieron pescar en el caño utilizando termitas para cazar los peces cuando salieran a comer, y sucedió también que una bella mujer salió del agua y nuevamente se hundió. Los hermanos se miraron con asombro y buscaron más comején y lo echaron en el agua para atraerla. Brotaron muchos peces y salió la mujer bonita. Yoawë agarró la mujer, pero esta se le resbalaba entre los brazos, se soltó finalmente y no logró capturarla.  Nuevamente buscaron comején y lo vertieron al agua… la mujer salió cantando y el hombre bonito Omawë la agarró bien duro y con ayuda de su hermano la sacaron fuera del agua, le quitaron la grasa de su cuerpo y se prepararon para quitarle los bagres y peces que la bella tenía en su vagina, algunos muy peligrosos como las pirañas.

Un mono blanco quería hacer el amor con la bella mujer y los dos hermanos no se opusieron lo llevaron con la mujer y comenzaron a hacer el amor. El mono gritaba de dolor por la amputación parcial del pene y le quedaron para siempre las cicatrices de los mordiscos de los peces. Salió huyendo y los hermanos limpiaron la vagina, llevaron la mujer a un lugar bonito y decidieron que Yoawë fuese el primero en copular. Cuando lo hacía, de la vagina salía un ruido extraño, que ahora es el canto de un pájaro de la selva. Esto era una mala señal reproductiva, ese ruido no es agradable, el amor debe hacerse suave y sin ruidos. Entonces Omawë el hermano bonito se acomodó sobre la mujer y de allí, de esa unión nació un niño y cinco años más tarde nació una niña…de allí vengo, somos los yanomami”.

Mi vida en la ciudad

¿Cuándo salí de la selva? Recuerdo que tenía unos 19 años cuando conocí a un antropólogo alemán que llegó primero a Platanal y luego a Sherowana donde construyó una casa de una sola agua hecha en barro y techo de palma. Allí habitaba con su mujer, una rubia agradable que le ayudaba a tomar notas. Se hizo mi amigo, me hablaba en un lenguaje que entendía poco, era castellano pero extraño. Creo que ambos hablábamos mal el castellano. Cierto día me dijo que le gustaría que le acompañara a Puerto Ayacucho a conocer una ciudad y por mis propios medios me enterara los hábitos de la gente, sus comidas, su vida. Me convenció y partimos a Platanal. Salí vestido con una franela azul y un pantalón deportivo que una monja de la Misión me regaló

Tomamos una avioneta y en mi nerviosismo extremo me hacía del antropólogo y su mujer hasta que finalmente aterrizamos en Puerto Ayacucho. Fue la primera vez que vi un carro y tanta gente extraña, eran criollos que me miraban con recelo, no sé si a mí solo o a los tres. Casi de inmediato comencé a sentir la falta de mi familia, y un poco más tarde la falta de los alimentos a los que estaba acostumbrado. Repetí la sensación que me provocaban los alimentos de la escuela cuando era niño. El alemán había contactado con unas personas que le alquilaron un cuarto con camas y fue la primera vez que dormí en esas circunstancias. Al día siguiente parecía que había pasado la noche sobre una roca, tenía dolor en el cuerpo, no soportaba la espalda y me fui a un patio de la casa y lloré, no tanto por el dolor sino por la falta que me hacía la familia. ¿Por qué lloras? Me dijo la esposa del alemán y le contesté que por la ausencia de mi madre y padre. Es la primera vez que estoy lejos de mis padres, le dije y la mujer sonrió a lo cual le solicité no reír de mis sentimientos, porque así somos los yanomami, dije.

El antropólogo y la mujer soportaron solo dos días de llanto mío y contrataron un vuelo a Platanal para llevarme de regreso. Inmediatamente llegamos a me quité la ropa y me puse el guayuco y me fui a jugar pelota con amigos de la comunidad. Los alemanes partieron a Sherowana. Dos años más tarde los visité y me invitaron a Alemania: No voy a un lugar que no entiendo ni me entienden, además mi madre me dijo que no fuera y ella sabe mucho. Los alemanes permanecieron dos años más en Sherowana y luego el antropólogo quedó solo pues su mujer lo abandonó.

Una mujer de la comunidad le ofreció su hija como esposa y el alemán se sintió nuevamente acompañado. Sucedió que también le gustaba una yanomami casada, estaba orgulloso de tener dos mujeres, pero esta última no lo quería, ella amaba a un yanomami del cual fue prometida desde niña, pero le atendía porque el antropólogo llevaba a su casa comida y herramientas para trabajar el conuco. Ella lo rechazaba y una noche el alemán se emborrachó tomó su escopeta pajiza y se acostó en su hamaca, percutó la escopeta bajo el mentón y se voló la cabeza de un disparo.  Lo enterraron en su casa hoy destruida por el tiempo. Esa muerte evitó la tentación latente de ir a Alemania.

Dos años después llegó la esposa del alemán fallecido, visitó el lugar donde estaban los restos de su esposo, sepultado con las normas de los curas católicos, lloró mucho y partió de regreso. Nunca se enteró que este hombre murió por amor a una yanomami.

Después de eso hubo una segunda vez en que salí de mi comunidad. Éramos cinco yanomami que partimos con tres hombres y dos mujeres de Puerto Ayacucho. Salimos en lancha. Esa vez estuvimos varios meses pero llevamos hamacas y advertí tempranamente a quienes nos invitaron que no queríamos comer napë. Esta vez yo no lloré la ausencia, pero mis amigos de la comunidad si lo hacían y retornamos al calor de mi pueblo.

Pero de todas mis salidas recuerdo la más importante. Aprobada la Constitución en 1999, entendí que los yanomami somos ciudadanos con derechos y decidí ir a Puerto Ayacucho a cambiar mi nombre cristiano Juan Bosco por mi verdadero y auténtico Sheroanawe Hakihiwe. El Padre Bartoli se preocupó por esta iniciativa pero fui tajante, un yanomami debe ser leal a su pueblo, a su familia y mi nombre viene de dos lugares hermosos del estado Amazonas.

Sheroanawe es un activo miembro de la comunidad yanomami que ahora, después de haber aprendido de la vida entre dos culturas, trabaja en el rescate del patrimonio intangible de su etnia. Tiene una fábrica de papel donde se graban las historias, mitos y dibujos de su cultura.

Referencias:

Hakihiiwë, S. (2010). El cuerpo como lienzo. En: http://www.elclarin.cl/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=20918

Mora, M. (2010). Un ciudadano Yanomami. Sartenejas: Mimeo IDEA.

________ (2010). Wayumi. Sartenejas: Mimeo IDEA.

Fuente de las Fotos: Álvaro González (Investigador IDEA)

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Venezuela: Uso de uniforme escolar indígena y didácticas propias destaca en programa intercultural bilingüe

Venezuela/ Julio de 2016/VTV

El viceministro de Comunidades Educativas y Unión con el Pueblo, indicó que el programa es parte del inicio del nuevo proceso educativo que llama a maestros, estudiantes y a la comunidad a integrarse para ser parte del proceso.

El uso de la vestimenta tradicional como uniforme escolar en niños, niñas y adolescentes e implementar estrategias metodológicas, pedagógicas y didácticas propias que respondan a las características específicas de cada pueblo y comunidad indígena, destacan en el programa de la educación intercultural bilingüe, cuyo lanzamiento oficial se realizó este martes en la parroquia Paraguaipoa, municipio bolivariano Guajira del estado Zulia.

El viceministro de Comunidades Educativas y Unión con el Pueblo, Jheyson Guzmán presidio el lanzamiento de los Planes, Programas y Proyectos de la Educación Intercultural Bilingüe para Pueblos y Comunidades Indígenas desde la Unidad Educativa Nacional Puerto Aleramo, en el sector Toro Sentao de Paraguaipoa.

Guzmán destacó que este programa es parte de los logros de la consulta por la calidad escolar, donde cada una de las comunidades indígenas del país participó en la construcción de los programas educativos para los pueblos y comunidades ancestrales.

«A partir de hoy podemos decir que estamos trabajando en función de 44 comunidades indígenas, para garantizar no solo su registro, sino su cultura, costumbres y tradiciones. (…) Cada vez estamos más comprometidos en la defensa de nuestros pueblos indígenas, por su reconocimiento e igualdad de condiciones, como lo establece la Constitución Bolivariana», manifestó.

El viceministro indicó que el programa es parte del inicio del nuevo proceso educativo que llama a maestros, estudiantes y a la comunidad a integrarse para ser parte del proceso.

Asimismo el plan promueve la formación académica de los docentes adscritos a la educación intercultural bilingüe, haciendo especial énfasis en los aspectos sociológicos, lingüísticos y didácticos, a través del Plan Nacional de Formación para los maestros y las maestras indígenas.

Igualmente busca conservar la cosmovisión, la espiritualidad, las tradiciones, los usos y costumbres de los pueblos indígenas mediante la implementación del uso de los Calendarios Productivos Socioculturales Indígenas y los nichos etnolingüísticos.

Fuente: http://www.vtv.gob.ve/articulos/2016/07/19/uso-de-uniforme-escolar-indigena-y-didacticas-propias-destaca-en-programa-intercultural-bilingue-1740.html

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Pizarra, docente y planos secuenciales

Agripina, Jesusa y Kiko fueron maestras(os) egresados de una normal en la década de los cincuenta del siglo XX. Los tres trabajaron en la misma escuela de la cordillera andina. Ellos, como la mayoría de docentes de ese momento, compartían rutinas y protocolos, eso que Peter McLaren llama ahora el performance del aula. Una de las primeras actividades que realizaban consistía en revisar la pizarra. Verificaban si estaba limpia, lista para iniciar las clases. Los pizarrones pasaron del fondo color negro al verde.  El borrador de madera y tela era una herramienta indispensable en el aula, que apenas conocía la tiza de color blanco. Años después llegaría la tiza anti alérgica para prevenir los malestares respiratorios de los educadores y luego, las tizas de colores.  Eran tiempos de las famosas “planas” cuando se cometía un error ortográfico o alguien se expresaba verbalmente de manera incorrecta.

La repetición acompañaba en muchos casos la construcción del saber. Para comenzar las clases, el docente tomaba la tiza y encaraba el pizarrón de espaldas a los estudiantes, colocando el nombre de la institución, la ciudad, la fecha y el objetivo a desarrollar. Esa labor le tomaba entre un minuto y un minuto treinta segundo. Luego volvía a colocarse de cara al grupo de estudiantes; la operación se repetía cada vez que era necesario colocar contenidos en la pizarra.  Los estudiantes tomaban apuntes de lo colocado en el pizarrón, así como de los dictados de los maestros(as). Muchas otras actividades se hacían en el salón; con dinamismo se descubría a Newton, Lavoisier, Rómulo Gallegos o Pasteur.

En casa la Maestra y el Maestro eran autoridades morales a quienes se les pedía casi la castidad y, el “decoro” era un criterio de evaluación de la calidad de la docencia.  Eran tiempos de radio, prensa escrita y telégrafo; el televisor se sabía que existía pero no se conocía. Todos los mediodías los alumnos llegaban corriendo a casa para escuchar cada uno de los capítulos en la radio AM de la novela  “Martín valiente: El ahijado de la muerte” (https://www.youtube.com/watch?v=wrPhDFdEa-4 ); al llegar nuevamente al plantel las peripecias de “frijolito” solían ser tema de comentarios en el receso escolar.

Cuando llegó el televisor a las casas del pueblo, la pantalla en blanco y negro fue el común denominador. La TV transmitía 12 horas, los programas infantiles eran parte de la parrilla del mediodía y, entre 4:00 pm y 7:00 pm. El programa de adultos que inauguraba la noche de los miércoles tenía una sección con el “Topo Gigio” (https://www.youtube.com/watch?v=CrbTQ00QhTM ) que mandaba a los niños “a la camita” bien temprano.

Uno de los programas más populares en la pionera televisión era “El llanero Solitario” (https://www.youtube.com/watch?v=8FG3A_HWjJk ). Los planos secuenciales de las conversaciones entre villanos, Kimosabi y Toro, o entre los diversos personajes tenían una duración que oscilaba entre 30 segundos y un minuto.

María, Karla y Roberto son jóvenes maestros recién egresados de la Universidad Pedagógica. Hoy en pleno siglo XXI, las pizarras acrílicas hegemonizan el aula, con marcadores de tinta que se diluyen con el nuevo borrador o con algún trapito húmedo; aunque son amenazadas por pizarras digitales que no terminamos de ver en esta región del mundo.

Ahora, los marcadores para texturas acrílicas vienen en múltiples colores que permiten hacer más vistosos los contenidos que coloca el docente en el pizarrón. Como ayer, los profesores(as) y maestras(os)  escriben en la pizarra ahora acrílica, dándoles la espalda a sus alumnos brevemente, por un minuto máximo minuto y medio.

En la actualidad, en muchos casos, cuando el maestro voltea, varios alumnos suelen estar de pie, otros conversan y uno que otro lanza un borrador de goma a uno de sus compañeros.  Los(as) maestros(as) deben llamar la atención para que todo vuelva a la normalidad.

En la segunda década del siglo XXI cuando los alumnos llegan a casa, la vorágine de contenidos que reciben por internet, whatsap, twiter, facebook, instagram, snapchat, televisión por cable, video juegos, películas, entre otros, compiten con lo aprendido en el plantel. Esto suele variar según la clase social y el nivel de ingreso familiar, el lugar geográfico donde se vive (ciudad-campo/barrio-urbanización) y las expectativas sociales del grupo social al cual pertenecen los alumnos.

Los valores más liberales tienen que competir con los contenidos de series y video juegos como “Family Guy” (https://www.youtube.com/watch?v=bmi2KaH5pGs ) o los psicoanalizables diálogos de Batman Versus Súperman (https://www.youtube.com/watch?v=rXAZyzrMiM8 ). La radio es fundamentalmente usada en vehículos y zonas alejadas de las grandes ciudades, las FM superan las AM y la radio por internet es un boom.

En tanto, la televisión, ahora por cable y/o satelital, trae centenares de canales con programaciones muy variadas. Tres de las series más vistas por los niños y niñas son “Dragón Ball Z” (   https://www.youtube.com/watch?v=XyTFYQ1yXwE ),  “Jake y los piratas del país de Nunca Jamás” (https://www.youtube.com/watch?v=Xq62a1qWLYk )  y “Peppa la cerdita” (https://www.youtube.com/watch?v=O1jBm7HaUI4 ); series trabajadas a más de dieciséis colores y fusiones cromáticas, con argumentos movidos y planos secuenciales que oscilan entre los dos y lo diez segundos, es decir, una décima del tiempo que tardaban en hacer lo propio las series de décadas atrás.  Hoy un niño ve en promedio diario unas 4 horas de televisión, además de video juegos y películas.

El tiempo que usaban Agripina, Jesusa y Kiko en los cincuenta, sesenta y parte de los setenta cuando se colocaba de espaldas a sus alumnos para colocar la información básica de la clase en la pizarra, era equivalente a dos o tres planos secuenciales de la TV de ese momento. Hoy cuando María, Karla y Roberto hacen lo propio, el tiempo usado por ellos en esa tarea  es equivalente a 15 planos secuenciales de las series que ven sus estudiantes. Pequeña diferencia en la velocidad de observar y procesar la información.

Para ti  ¿ello influye en la concentración para el aprendizaje?  ¿Tendrán identificada esta realidad las universidades que forman maestros? ¿Producto de la vorágine tecnológica y el choque generacional entre los llamados nativos e inmigrantes digitales se estará produciendo un desfase en la velocidad en los procesos de enseñanza-aprendizaje?  ¿Cuál es el propósito de no abordar estas nuevas realidades en los procesos de formación de docentes?  Se suele decir que los muchachos ahora son más inquietos, ¿no será acaso que el sistema escolar no está al ritmo de los nuevos tiempos?  La tendencia al analizar esto es culpar a los maestros cuando en realidad es un tema del sistema escolar en conjunto  ¿Por qué crees que ocurre esta tergiversación?   Tú ¿Qué piensas que se debe hacer al respecto?

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Venezuela: Período 2013-2015: conozca los logros más importantes en materia educativa

Caracas/Julio de 2016/VTV

Uno de los logros más importantes es el un incremento en la matrícula escolar, la cual paso de 30%, pasando de 5.998.592 a 7.784.625 niños, niñas, jóvenes, adultos y adultas.

La Revolución Bolivariana ha trabajado incansablemente por garantizarles a todos los venezolanos una educación pública gratuita y de calidad.

Se han realizados proyectos como la Consulta Nacional por la Calidad Educativa, proceso inédito al que se convocó a todos los actores de la sociedad vinculados con el sistema educativo, para diagnosticar sus problemas, conocer sus propuestas, y concertar una visión conjunta para mejorar la calidad de la educación venezolana.

Al llamado de la consulta acudieron  7.233.489 personas, lo que marca un hito sin precedentes en materia de participación.

Igualmente, se ha logrado un incremento en la matrícula escolar, la cual paso de 30%, pasando de 5.998.592 a 7.784.625 niños, niñas, jóvenes, adultos y adultas.

Aquí les presentamos otros logros resaltantes en materia educativa alcanzados por la Revolución Bolivariana,  y que al igual que los presentados anteriormente, corresponden al período 2013-2015:

  • Se distribuyeron 27.291.020 textos escolares de la Colección Bicentenario, correspondientes a educación Primaria, Media y modalidades de Interculturalidad y Educación Especial, en todos los planteles oficiales del país.
  • Se brindó atención alimentaria a 4.682.972 estudiantes a través de la Corporación Nacional de Alimentación. En la prestación de este beneficio participan 65.000 madres y padres cocineros, que reciben todos los beneficios laborales que les corresponden.
  • Se han desarrollado 4.100 espacios agroproductivos en instituciones educativas nacionales a través de huertos escolares que abarcan una superficie cultivada de 82 hectáreas, atendidas por estudiantes.
  • Se entregaron 618.277 computadoras Canamina configuradas con sofware libre y posibilidad de acceso a internet. Desde el 2009 al 2015, se alcanzó la cifra de 4.144.879 equipos de computación entregados a los estudiantes.
  • Se crearon 96 nuevos Centros Bolivarianos de Informática y Telemática, alcanzando un total de 2.704 en todo el país, así como también de la actualización de equipos y sistemas en 260 Centros Tecnológicos y del Proyecto Canaima Educativo.
  • Se instalaron los dispositivos necesarios para que 1.500 liceos y escuelas técnicas cuenten hoy con conexión inalámbrica a internet, Wifi.
  • Se actualizaron y dotaron 73 laboratorios de computación en las escuelas técnicas que dictan la mención de informática.
  • Fuente: http://www.vtv.gob.ve/articulos/2016/07/22/periodo-2013-2015-conozca-los-logros-mas-importantes-en-materia-educativa-6277.html
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Venezuela: Escuelas de Aragua muestran proyectos educativos en Cierres Pedagógicos del año escolar

América del Sur/Venezuela/24 de Julio de 2016/Fuente: AVN

Proyectos de diversas temáticas desarrollados durante el año escolar 2015-2016 por escuelas del municipio Francisco Linares Alcántara fueron presentados este martes en el marco del Cierre Pedagógico, actividad que se lleva a cabo en los 18 municipios del estado Aragua.

En la jornada de este martes participaron las instituciones Creación Santa Inés, Nuestra Señora de Coromoto, Los Próceres, Santiago Mariño, Francisco de Miranda, 24 de Octubres, entre otras, así como los centros Cielo Abierto.

Desde la Escuela Estadal Francisco Miranda, en la jurisdicción de Linares Alcántara, Leonardo Alvarado, secretario de Educación de Aragua, indicó que esta actividad se desarrolla en los 18 municipios de la entidad, donde cada institución educativa muestra los trabajos pedagógicos y culturales realizados durante el año escolar.

«Este año las escuelas se destacaron con sus planificaciones y proyectos en el ahorro energético, como también en las jornadas de salud, la conservación del planeta y todo lo que tiene que ver con el programa Manos a la Siembra, para incentivar el Motor Agroalimentario desde las instituciones educativas, con los diferentes niños y niñas de la Patria», declaró.

El secretario de Educación destacó que estas jornadas permiten la participación de los niños, niñas, representantes, personal docente, obreros, administrativo y consejos comunales en el cierre del año escolar, «para ratificar esa verdadera integración que se está dando en las instituciones educativas junto con las comunidades».

Fuente: http://www.avn.info.ve/contenido/escuelas-aragua-muestran-proyectos-educativos-cierres-pedag%C3%B3gicos-del-a%C3%B1o-escolar

 

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Venezuela:Inicia Programa de Formación en desarrollo psicomotor para docentes de educación inicial

América del Sur/Venezuela/24 Julio 2016/Fuente y Autor:Diariolaregion

La Universidad Politécnica Territorial de Los Altos Mirandinos “Cecilio Acosta” (Uptamca) Sede preescolar sirvió de espacio para el taller piloto que desarrolla el Gobierno Bolivariano de Guaicaipuro y que servirá de base para diseñar un programa de formación destinado a docentes en educación inicial, donde se partirá desde la motricidad como un fundamento importante de la educación desde temprana edad.

En esta jornada se encuentran participando seis instituciones académicas de educación inicial adscritas a la Alcaldía del Municipio Guaicaipuro, las cuales estarán divididas comenzando con tres instituciones como lo son Centro de Educación Inicial Andrés Bello, Carmen Villalba y Negra Hipólita.

La preparación inicia como punto de arranque para recoger las experiencias, con un taller de “danza movimiento terapia”, que servirá de diagnóstico para el diseño de un programa de formación de psicomotricidad para maestras y maestros de escuelas de educación inicial”, explica la facilitadora Marielisa Alcheikh terapeuta y bailarina.

La Secretaria de Gestión Social del ayuntamiento, Elizabeth Romero, indicó que “el hecho de que estemos contemplando un programa de formación de esta magnitud es novedoso en el municipio, además de que es importante porque permite un mejor desarrollo psicomotor en nuestros niños y niñas”.

Esta fase diagnóstica con los docentes culminará la próxima semana, pero durante la jornada vacacional, a partir de los resultados, diseñarán el programa de entrenamiento, que permitirá aplicar herramientas para la divulgación de los conocimientos psicomotores en el próximo periodo escolar 2016-2017, “van a recibir información de un entrenamiento para que ellas puedan a su vez desarrollar y promover además el desarrollo psicomotor de los niños y las niñas con la que trabaja”, añadió Romero.

Explicó que el Programa de Formación para Desarrollo de la Psicomotricidad que consta de cuatro fases como lo son el diagnóstico, el diseño del programa de entrenamiento, la implementación de las estrategias y herramientas, así como la aplicación de mecanismos de control y seguimiento.

Por su parte, la docente Carmen Castillo psicóloga de la Uptamca agregó “la propuesta de este proyecto es descubrir y hacer una teoría emergente que pueda fortalecer el trabajo que hacen los docentes para las nuevas realidades que viven nuestros niños” donde explica que “nuestros niños de hoy son diferentes a los de hace cuatro años, entonces existen otras necesidades otras condiciones, existen niños mucho más sedentarios. El desarrollo cognitivo está estrechamente relacionado al desarrollo neuromuscular con el cuerpo con el sistema nervioso central. Este trabajo pretende que haya un conocimiento de esta estructura y como un hecho fundamental en la educación”.

 

Fuente de la noticia: http://www.diariolaregion.net/2016/07/23/inicia-programa-de-formacion-en-desarrollo-psicomotor-para-docentes-de-educacion-inicial/

Fuente de la imagen:http://i0.wp.com/www.diariolaregion.net/wp-content/uploads/2016/07/22-20-H.jpg?resize=450%2C290

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