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Estudio de Adolescentes y jóvenes en realidades cambiantes: Notas para repensar la educación secundaria en América Latina

Más de mil millones de jóvenes y adolescentes en el mundo actual tienen la llave de nuestro futuro en común y del desarrollo sostenible, justo e inclusivo a nivel mundial.

Con el foco puesto en América Latina, esta publicación de la UNESCO aborda la necesidad de recuperar la confianza de las y los jóvenes y adolescentes en la educación y de llegar a construcciones sociales de la juventud más completas y positivas entre las y los educadores, los padres y madres, las comunidades y las autoridades educativas.

De este modo, el estudio analiza las experiencias educativas en cuanto productoras de significado que configuran las culturas e identidades de la juventud, al igual que sus actitudes hacia la educación y su potencial para mejorar y sostener el bienestar individual y colectivo.

Puedes leerlo aquí.

Fuente de estudio: http://juventud.campanaderechoeducacion.org/adolescentes-y-jovenes-en-realidades-cambiantes-notas-para-repensar-la-educacion-secundaria-en-america-latina

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Entrevista a Camilla Croso: Fragilidad democrática obstaculiza derecho a la Educación

La Campaña Mundial por la Educación (CME) se moviliza para exigir a los Gobiernos que rindan cuentas, sean transparentes y sostengan espacios de participación ciudadana en el cumplimiento del derecho a la educación y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), específicamente el ODS 4, referido a educación. Dialogamos con Camilla Croso, presidenta de la CME y coordinadora general de la CLADE (Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación) sobre la importancia de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME), movilización que se desarrolla en más de 124 países, en base al lema «Pedimos la Palabra por la Educación».

¿Qué se espera de la movilización a nivel mundial por la educación, en el marco de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME)? 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible fueron adoptados en septiembre del 2015. Los Estados han puesto en marcha desde el año 2016 la implementación de los 17 objetivos de desarrollo sostenible, y el número 4 se refiere al derecho a la Educación. En este sentido, la SAME viene justamente a poner énfasis en este proceso de implementación de la Agenda de Educación 2030, que empieza a ser llevado adelante. Es importante en el marco de la campaña hacer unos llamados muy claves nivel mundial:

Que los Estados tengan como prioridad definir hojas de ruta y planificación para rendir cuentas de la implementación de la Agenda a la ciudadanía. Que los Estados tengan una hoja de ruta muy clara para la implementación de todos los ODS, muy especialmente el Objetivo número 4. En ese camino, es importante no priorizar un objetivo sobre los otros, más bien es necesario planificar como dar cuenta del conjunto de los ODS. Es bueno recordar que el conjunto de los ODS refleja el conjunto de derechos humanos que los Estados se han comprometido a cumplir, y que supuestamente en sus legislaciones tienen su reflejos. Por lo tanto, no es una cuestión de priorizar, es una cuestión planificar de qué manera van a dar cuenta de la implementación del conjunto de los ODS.

Otro énfasis fundamental de esta movilización tiene que ver con el rol de la sociedad civil en la puesta en marcha de la Agenda, es decir en las estructuras, procesos y mecanismos existentes para dar el debate público sobre los ODS y los derechos que están por detrás, así como la implementación de los ODS ¿De qué manera la sociedad civil está participando? ¿Los espacios están abiertos o cerrados? Llamamos a la participación de la sociedad civil a través de mecanismos y arquitecturas de seguimiento de los ODS. La rendición de cuentas por los Estados es el punto alto de la SAME.

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¿Qué significa la Agenda 2030? ¿Por qué son importantes los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) son un conjunto de 17 objetivos que Naciones Unidas (ONU) adoptaron después de tres años de negociaciones muy intensas con los Estados miembros involucrados y la participación activa de la sociedad civil. Permiten un marco general a partir del cual todos los países han suscrito su compromiso en concretar la implementación de los ODS, refleja un compromiso colectivo mundial.

Anteriormente tuvimos los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los cuales eran mucho más reducidos, y menos integrales, porque estaban más direccionados a los países del sur, mientras ahora los ODS son direccionados al conjunto de los países. Eso es muy clave, porque una de las pautas que la sociedad civil viene proponiendo es la superación de la idea de que en el mundo exista el norte y el sur, o el norte global y el sur global, como una manera de jerarquizar los países. En la medida en que se adopta una agenda global, y que se ponen a todos en el mismo barco como se dice en Brasil, se ve un avance en materia geopolítica y una lucha permanente, lo que ayuda a garantizar que en la cabeza de las personas se pueda superar la polarización entre el norte y el sur, que genera discriminaciones y desigualdades.

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¿Por qué este año la SAME centra la atención en la participación social en el seguimiento de la Agenda de educación 2030? 

Digamos que por dos razones: primero, es una razón de principio que la sociedad civil sea tomada en cuenta a la hora de hacer la política pública y hacer seguimiento de la política pública. Los ODS son una oportunidad para recordar la importancia de la sociedad civil y de su participación en la toma de decisiones y en el debate público previo a la toma de decisiones. En lo que toca a los ODS, es fundamental recordar la centralidad del derecho a la participación de la sociedad civil y del derecho al debate público en el proceso de toma de decisión.

Desafortunadamente, a nivel mundial, observamos retrocesos en esta participación de la sociedad civil, y es importante tener conciencia sobre ello. Lo que observamos es una fragilización de las democracias en América Latina y el Caribe, así como en otras partes del mundo. En el campo de la educación, hemos visto en América Latina y el Caribe una ascensión y una escalada de criminalización hacia los y las docentes, los y las estudiantes, y otras/os activistas por el derecho a la educación.

En lugar de estar abriendo espacios para que la sociedad civil pueda participar, reconociendo la legitimidad de esta participación como un derecho, estamos viendo movimientos contrarios, como el cierre de espacios de diálogo con el gobierno, hasta llegar al punto de la criminalización de la protesta social.

Cualquier acto de participación y manifestación pública por el derecho a la educación está siendo considerado como un acto criminoso (criminal), y el Estado está reaccionando con fuerza y violencia frente a las protestas. Es una problemática que se incrementa, por eso hemos elaborado un dossier y lo hemos presentado a algunos Relatores de Derechos Humanos del Sistema Interamericano y pedimos una audiencia para denunciar estos casos. Esta problemática no es aislada, es una problemática regional e internacional.

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¿Cuáles son las ventanas de oportunidad para que la sociedad Civil participe en el seguimiento a la implementación de la agenda? 

Las ventanas de oportunidad para la participación están en los ámbitos regionales e internacionales. Debemos seguir promoviendo que se abran espacios de participación también a nivel nacional. En algunos países hay, pero también hay retrocesos, como es el caso de Brasil.

Brasil, mi país, tuvo por muchos años una tradición de consultas, de consejos de Educación, de salud y de asistencia social, de grandes conferencias que iban del micro al macro, de lo local a lo nacional, procesos muy interesantes, donde las políticas públicas de diferentes sectores eran debatidas con la sociedad. Fue una tradición por mucho tiempo en mi país, pero ahora se vive un retroceso en muchas materias y en particular en lo que se refiere a la participación de la sociedad.

En algunos países existen espacios de participación, pero en otros hay que pelear para que esto siga. En algunos países tenemos retrocesos y allí hay que pelear para frenarlos. Es necesario abrir espacios y seguir avanzando.

Estamos observando ventanas que se manifiestan en los ámbitos regional e internacional, por ejemplo, en el campo educativo como hemos hablado tenemos la aprobación de los ODS, siendo que el ODS 4 es el Objetivo de Desarrollo Sostenible para la Educación. La comunidad educativa ha estado organizada a nivel internacional durante algunas décadas, hasta el 2015, en el marco de las metas de la Educación para Todos (EPT), compromiso firmado en el 2000 que ha ayudado a avanzar un poco y a profundizar en el Derecho a la Educación.

En el marco de esta estructura, se ha generado un comité global que hoy se llama Comité Directivo de la Educación 2030 en sustitución del Comité Directivo de la EPT, para estar más claramente vinculado a todo el esfuerzo del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4. Este comité directivo es un espacio muy interesante en donde la sociedad civil tiene algunos cupos y es permanentemente invitada. Durante los años de negociación de la Agenda de Educación 2030 tuve la responsabilidad y el honor de ocupar un espacio de vice presidencia de este grupo. Es un espacio efectivamente bastante horizontal donde la sociedad civil es tomada en cuenta, además de eso sigue existiendo hoy un compañera de Asia que ocupa la vicepresidencia. Yo sigo formando parte en ese comité como representante de la Campaña Mundial por la Educación. Tenemos también presencia de los maestros y maestras a partir de la Internacional de la Educación. Además de este espacio a nivel internacional, estamos poniendo en marcha otro espacio vinculado directamente a Naciones Unidas que se llama Grupo de Partes Interesadas de Educación y Academia (Education and Academia Stakeholder Group), que funciona al lado de otros grupos mayores de la ONU. En su conjunto, estos grupos configuran un comité de Coordinación que está permanentemente dialogando con los Estados miembros para el seguimiento de la Agenda de Desarrollo 2030. Estas arquitecturas mencionadas tienen un reflejo a nivel regiona. También podemos mencionar la CEPAL en América Latina y el Caribe, que tiene la consigna de promover un gran foro de la sociedad civil, a partir del cual se definen mecanismos de participación social en la implementación y el seguimiento de la Agenda de Desarrollo 2030 en la región. El Comité Directivo de Educación 2030 también tiene su reflejo regional, pues la CLADE participa.

Hay ventanas de oportunidad donde se subrayan y promueven las ideas de una cultura política democrática. Quiero destacar un actor que todavía no está siendo tomado en consideración suficientemente a nivel regional, ni internacional, que son los y las estudiantes.

La CLADE hace un esfuerzo constante y siempre lo ha realizado para decir que las y los estudiantes tienen que estar en las mesas de negociación. De hecho, en todos los eventos que CLADE invita a Ministros, Ministras, parlamentarias/os, también invitamos las y los estudiantes; porque queremos cambiar esa cultura política desde lo pequeño, desde nuestras reuniones.

Impulsamos también una Red Mixta de parlamentarias/os y sociedad civil que defiende el derecho a la educación en la región, e invitamos a estudiantes de la región a formar parte en esta red. Hay que crear más espacios de participación para las y los estudiantes. Este es un mensaje clave, pues muchas veces los movimientos estudiantiles no son escuchados, o son criminalizados. A la CLADE le preocupa el adultocentrismo, que no toma en cuenta a las miradas de las y los jóvenes. Los y las estudiantes son actores claves en el proceso de enseñanza y aprendizaje, entonces ¿por qué están ausentes de las mesas de negociación?

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¿Cuál es la máxima preocupación que tiene la CLADE frente al derecho a la educación en el contexto de la región latinoamericana y caribeña a propósito de la SAME 2017?

Tenemos tres grandes preocupaciones. La primera tiene que ver con la fragilización de la democracia que estamos observando en los países de la región, ya que es un problema absolutamente estructural para la puesta en marcha de cualquier ODS, cualquier Derecho Humano y cualquier política pública. No podemos avanzar en materia de Derechos Humanos en contextos de fragilización democrática y la criminalización es una expresión profunda de esta falta de cultura democrática en nuestra regiones. Contra ello estamos reaccionando constantemente. Por ejemplo, en Argentina, frente a la criminalización y posturas violentas como respuestas a las recientes manifestaciones docentes, el sindicato de aquel país, la CTERA, promovió una iniciativa brillante llamada Escuela Pública Itinerante, la cual promueve el diálogo con las comunidades donde se instala con actos culturales, debates y reflexiones sobre el derecho a la educación. Se trata de una escuela viva que reclama el fortalecimiento de la educación pública.

Junto a eso observamos la fragilización y desvalorización de todo lo que es público en nuestra región. Durante la SAME, hacemos también un llamado por el fortalecimiento del sistema público de educación y estamos en diálogo con otros sectores. Pues, no solo está en peligro o en jaque el sistema público de educación, sino que está en jaque cualquier sistema público: el de salud, de asistencia social, transporte, etc.

En la SAME expresamos que no es posible implementar las metas y objetivos de los ODS o cualquier Derecho Humano sin el fortalecimiento de los sistemas públicos. Otro tema es la comercialización y la mercantilización que está en marcha en muchos campos, lo que constituye otro gran obstáculo para la defensa de los derechos humanos y lo público.

Una tercera cuestión, que deseo subrayar tiene que ver con lo político-pedagógico y se expresa en una disputa existente sobre el significado de la calidad educativa. El Objetivo 4 subraya el derecho a una educación de calidad e inclusiva que promueva el pensamiento crítico y la no discriminación. En América Latina y el Caribe, específicamente en Brasil, se está expresando claramente, así como en muchos otros países – Perú, Colombia y México – un retroceso claro en materia de género, lo que es una barbaridad. En Brasil, Perú y Colombia está en disputa la inclusión del debate sobre la cuestión de género en la educación. Acá en Brasil se acaba de retirar de los currículos la palabra género y el concepto de identidad de género, lo que es un gravísimo retroceso.

Toda la problemática de género en este momento y en este continente está sufriendo un retroceso. En Brasil se discute un programa que se llama “Escuela sin partido”, el cual plantea una escuela sin posibilidad de pensamiento, sin posibilidad de debate y una escuela con censura. Una escuela donde hablar de Marx es algo mal visto, y donde el maestro y la maestra no podrán emitir su opinión. Caso aprueben esta legislación, será gravísimo.

Esto pasa en momentos donde pareciera haber un consenso de que la ciudadanía es crítica, y que el pensamiento crítico es algo clave. Los ODS y en particular el Objetivo 4 en su meta 4.7 se refiere a la educación en Derechos Humanos, la educación para la ciudadanía global.

¿Cómo es posible que tengamos una educación en Derechos Humanos y una Educación para la ciudadanía global sin que las escuelas y los centros educativos de Brasil, de América Latina y el Caribe y del Mundo, puedan promover el pensamiento crítico y el debate? Es algo que tenemos que observar con mucha cautela, y tener mucho cuidado porque es absolutamente la contramarcha de los ODS.

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Si los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se obstaculizan ¿Cómo se afectan las condiciones de enseñanza y el ejercicio del derecho a la educación? 

Si no se cumplen, básicamente se pierde el esfuerzo de la comunidad educativa por la adopción del Objetivo de Desarrollo 4 (“Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”), que contiene 7 metas y 3 medios de implementación.

Lo que hemos trabajado durante 3 años de negociación, es que esos 10 puntos (7 metas y 3 medios de implementación) fuesen un reflejo, un espejo del Derecho Humano a la Educación, tal como está planteado en los tratados internacionales de derechos humanos.. Por ejemplo, tenemos el derecho a 12 años de educación primaria y secundaria gratuita. Eso está en la meta número 1 del ODS 4, y fue un gran avance porque en los tratados internacionales se garantizaba apenas la primaria gratuita, progresivamente extendiendo la gratuidad a otros niveles. El ODS 4 en su meta 4.1 ya establece un mínimo de 12 años de educación gratuita, siendo que 9 de ellos son obligatorios. Esto es un avance fundamental.

La otra meta se refiere a la importancia de avanzar en la educación en la primera infancia. Otras metas hablan de avanzar en la educación de personas jóvenes y adultas, otras aún abordan la importancia de los derechos y las condiciones dignas de los y las docentes, las condiciones de infraestructura de los centros educativos, de garantizar entornos educativos seguros y no violentos.

La meta 4.7 se refiere a la promoción de la educación en derechos humanos, la ciudadanía crítica y la ciudadanía global. La meta 4.5 se refiere a la necesidad de superar todas las discriminaciones en y desde la educación. La no discriminación es un principio básico de Derechos Humanos, por lo tanto, los ODS reflejan una hoja de ruta a nivel internacional fundamental para la implementación del derecho humano a la educación.

En ese sentido, los ODS son un instrumento útil para que los Estados desarrollen hojas de rutas para cumplir los derechos humanos. Lograr los ODS implica avanzar en la concreción del derecho humano a la educación, por eso la importancia de estar juntos y juntas en ese ejercicio de monitoreo para avanzar lo máximo posible en el pleno cumplimiento de los ODS.

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La SAME en este año 2017 tiene como consigna ¡Pedimos la palabra por la Educación, es hora de garantizar este derecho! ¿Qué importancia tiene la SAME para América Latina y el Caribe?

El pedir la palabra, el demandar que la voz de la sociedad civil sea escuchada es clave, por empujar una cultura política democrática, una cultura política que esté reconociendo plenamente la participación social, que es también un derecho.

Quiero aprovechar para señalar que ha sido un avance que en enero de 2017 hayamos tenido en Buenos Aires una reunión de Ministras/os de Educación de América Latina y el Caribe, que discutió la implementación de los ODS a nivel regional. Fue una lucha muy grande esta reunión porque casi no se aprueba la palabra gratuidad en la declaración final del encuentro, lo que habría sido un retroceso gravísimo. Principalmente los países del Caribe no querían incluir la palabra gratuidad en el documento. Asimismo, en esta ocasión se constituyó el Comité Directivo Regional de Seguimiento del ODS 4 en América Latina y el Caribe, donde están presentes 4 Estados miembros, también la sociedad civil con la CLADE, la Internacional de la Educación para América Latina (IEAL), la OEA (Organización de Estados Americanos), OEI ( Organización de Estados Iberoamericanos), UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).

Para mi esa reunión fue muy importante, pues demostró que América Latina y el Caribe está comprometida en estructurar mecanismos de seguimiento al cumplimiento de los ODS. Eso me parece un avance que tiene que ser reconocido públicamente.

Hubo un esfuerzo muy grande de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe para que esta estructura se implementase. La importancia de la SAME en este contexto es profundizar las demandas del derecho a la participación, del fortalecimiento de la educación pública y de la necesaria financiación para el cumplimiento de la Agenda de Educación 2030, sin la cual no es posible el fortalecimiento de los sistemas públicos de educación. Además, es importante señalar la necesidad de presionar por la existencia de una arquitectura y procesos de participación y seguimiento de la sociedad civil a la Agenda 2030 en los países.

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Palabras de despedida

Me gustaría hacer una invitación a que cada uno y cada una pueda estar en su respectivo país buscando sumarse a la SAME, desde el diálogo con los miembros de la CLADE. La CLADE tiene foros nacionales miembros en 16 países. También tiene como miembros redes regionales, como ALER, REPEM y CEAAL, que están presentes en distintos países de América Latina y el Caribe. Hacemos ese llamado a quienes quieram participar de la SAME y de otras iniciativas que estamos promoviendo a nivel nacional y regional, porque no hay duda de que desde la acción colectiva podremos avanzar realmente en los derechos humanos.

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Entrevista completa

Créditos:

ALER

Entrevista: María Cianci Bastidas / Transcripción: Paule Portugais

Fuente: http://same2017.campanaderechoeducacion.org/index.php/americacaribe/154-camilla-croso-fragilidad-democratica-obstaculiza-derecho-a-la-educacion

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Para que América Latina prospere en la era digital, primero debe enseñar a las mentes, luego las máquinas, afirma el Foro Económico Mundial

Reseña

América Latina es una región con mentes emprendedoras. Nuestra gente lleva el gen de la innovación y, a menudo, convierte los desafíos complejos en oportunidades de transformación y crecimiento. Cuando se combina con las tecnologías emergentes, este «puedo hacerlo» y la mentalidad innovadora tienen el potencial de convertir esta región en una fuerza impulsora, fortalecer las industrias, proporcionar trabajo significativo e impactar en la vida de muchos.

Ahora es el momento de actuar. Muchas tecnologías emergentes ya han surgido. La tecnología es el mejor agente de cambio en el mundo moderno. La inteligencia artificial, el aprendizaje automático, los sistemas conversacionales y la Internet de las cosas son una realidad en todo el mundo desarrollado y están penetrando rápidamente en América Latina y otras economías emergentes.

Este desarrollo se refleja en el Índice de evolución digital de 2017, según el informe de Harvard Business Review. Este estudio analiza el estado y la tasa de evolución digital en 60 países. México, Colombia, Brasil y Bolivia son considerados países «emergentes» que están evolucionando rápidamente hacia una innovación generalizada impulsada por la tecnología digital, y Chile es casi un país «sobresaliente», con altos puntajes de digitalización e innovación.

A medida que las nuevas tecnologías llegan a nuestros hogares, nuestras empresas y nuestros gobiernos, cambian la forma en que interactuamos y trabajamos, presentando nuevas oportunidades para crecer como región y desarrollar comunidades más fuertes. Las nuevas tecnologías pueden ayudar a las personas y organizaciones a ser más eficientes, y crear resultados más efectivos que se traducen en una mayor productividad y crecimiento económico. No obstante, para lograr esto, es esencial proporcionar primero la capacitación adecuada para que las personas puedan aprovechar al máximo las últimas tecnologías y realizar su máximo potencial.

La educación es el único camino para construir un futuro donde la palabra «inteligente» no solo se aplique a las máquinas, sino que siga describiendo a la humanidad.

A través de la educación adecuada, podemos enriquecer las mentes de las personas en cualquier etapa de la vida y proporcionarles las habilidades que necesitan para trabajar en conjunto con las tecnologías de automatización, robótica o cualquier forma de inteligencia artificial que puedan encontrar en el lugar de trabajo. Primero debemos enseñar a las mentes, para luego enseñar a las máquinas.

¿Cómo se traduce esto en América Latina, una región propicia para la innovación, pero con una profunda brecha educativa?

Desarrollo del talento en cada etapa de la vida

Un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) descubrió que, a pesar de la inversión promedio del 5 % del PIB en educación en América Latina (al igual que en regiones similares), solo el 30 % de los niños en tercer y cuarto grado tienen los conocimientos mínimos para las habilidades fundamentales requeridas en la era digital, como el dominio de las matemáticas.

Es necesario intervenir en todos los niveles educativos. Ya sea educación primaria, secundaria o universitaria, que actualmente sirve a menos del 10 % de la población. Necesitamos mejorar los programas educativos y equipar a los estudiantes con las habilidades y herramientas que aseguren que nadie se quede atrás. Prepararse para los trabajos altamente calificados del futuro cercano implica enseñar tanto competencias y habilidades técnicas como habilidades sociales.

A medida que los gobiernos y las empresas privadas colaboran para cerrar la brecha educativa y capacitar a la fuerza de trabajo de la próxima generación, también se requiere un enfoque crítico en la capacitación y el desarrollo de nuevas habilidades en un lugar de trabajo en cambio continuo impulsado por la digitalización.

Una fuerza de trabajo flexible y adaptable

Hemos observado que para tener éxito en las economías con grandes avances tecnológicos de la actualidad, se requieren habilidades fuertes y adaptables. También se considera que, hasta la fecha, más de la mitad de las ocupaciones conocidas son los principales candidatos para la automatización parcial a través de la tecnología. Esto tiene implicaciones importantes para la fuerza de trabajo, que incluyen la necesidad de adoptar el aprendizaje permanente y la actualización constante de las habilidades, para seguir siendo flexible, relevante y productivo. Reinventarse a sí mismo será imprescindible cuando la profesión o cargo para el que estudió o en el que se especializó ya no exista.

Con las políticas y programas correctos en América Latina, podemos asegurar la innovación efectiva y compensar el desplazamiento laboral, una preocupación de muchos de los que estudian el impacto de las nuevas tecnologías en la fuerza de trabajo. Cabe destacar que en las economías en desarrollo como América Latina, el balance entre los empleos que se perdieron y los que se ganaron debido a estos cambios transformacionales y las tecnologías de automatización, en realidad parece ser favorable. El estudio “Trabajos perdidos, trabajos ganados” del McKinsey Global Institute predice este resultado favorable en el corto y mediano plazo en las economías emergentes, debido a la aceleración del crecimiento de la clase media.

Si bien estos cambios en la fuerza de trabajo son graduales (McKinsey estima que para 2030, entre el 3 % y el 14 % de la fuerza de trabajo en el mundo tendrá que cambiar de categoría ocupacional, dependiendo de la velocidad con que se adopte la automatización) el crecimiento tecnológico es siempre exponencial. Si esperamos demasiado, no tendremos tiempo para ponernos al día. La tendencia de América Latina a adaptarse al cambio es fundamental, y ofrece una oportunidad única para impulsar el crecimiento transformador y la productividad a través de la adopción de nuevas tecnologías.

Innovación que cambia el mundo

Se suele decir que la innovación tecnológica de una región se refleja en su nivel de iniciativa empresarial. La naturaleza emprendedora de América Latina está bien representada por múltiples unicornios y startups digitales exitosos que han ganado relevancia mundial.

Estos emprendedores e innovadores decididos tienen grandes oportunidades para crear y mantener un impacto social para la región a través de la tecnología. Al liderar con un propósito, pueden ayudar a abordar muchos de los problemas sociales más apremiantes de la región y contribuir a dar forma al futuro que deseamos.

Sin embargo, no solo los empresarios de la región deberían adoptar una mentalidad social en esta nueva era digital. Se requiere liderazgo y participación, enseñanza y aprendizaje en todos los niveles de la sociedad.

A medida que crecen las nuevas tecnologías, se vuelven «más inteligentes» y se hacen cargo de los trabajos más intensivos y repetitivos, tendremos más tiempo para enfocarnos en ser innovadores y conscientes del impacto que causamos y la contribución que brindamos a nuestras familias, comunidades, pueblos y ciudades, países y regiones. El futuro de nuestra región se basa en lograr que nuestra fuerza de trabajo confíe en la tecnología mientras aplica habilidades cognitivas superiores para impulsar el crecimiento sostenible y poner en marcha un progreso social exponencial y sin precedentes.

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La autoevaluación universitaria ante la coevaluación y la heteroevaluación

Por: Iliana Lo Priore.

Pudiésemos empezar esta reflexión indicando que la autoevaluación individual es una exteriorización o una objetivación subjetiva, –no una introspección–, de sí por el sí mismo, un hetero-reflejamiento del yo por el alter-ego, esto es, un desdoblamiento o pliegue interior, mientras que la coevaluación y la heteroevaluación en pares o grupal implicarían un despliegue exterior objetivante de otro u otros sobre sí o uno, que pone en suspenso o entredicho  la “autoestima narcisista de la autoevaluación de sí”. Tal vez la diferencia principal entre coevaluación y heteroevaluación radique en que en la primera es más probable que intervenga la fusión empática indulgente entre coevaluadores y evaluados, mientras que la segunda es más proclive a que el distanciamiento objetivante sea más manifiesto por parte de los heteroevaluadores ante los evaluados.   No obstante, estos no son los únicos aspectos que entran en juego en la manifestación de dichas formas o modos de evaluación.

En todas estas formas evaluativas actúan condicionamientos tácitos e incontrolados que inciden en los individuos participantes.  A título de ejemplo, podríamos referir que en el imaginario prevaleciente de la evaluación el requerimiento de un baremo es un prerrequisito obligante para establecer distinciones comparativas clasificatorias estandarizadas a partir del cual se evalúa diferenciadamente a quienes son objeto de su aplicación.  Es más, se considera que es un sinsentido o un absurdo pensar la evaluación sin un baremo prefijado a tal efecto, sea este “cualitativo o cuantitativo”.  Pocos se interrogan sobre las razones que justifican su existencia,  menos quienes ponen en duda su pertinencia. Parece ser una osadía por demás impertinente proponerse  reflexionar sobre ello ya que desafía al “sentido común” establecido al respecto.  Lo que se impone, en consecuencia,  es proceder según su invisibilizado  control y poder de sujeción.

Aquí vamos a contravenir los “automatismos mentales” que operan sobre la evaluación como ejercicio de reflexión crítica contra sus formas de poder.  Dichos automatismos, distantes de una clara conciencia, producen disposiciones esquematizadas reiterables de percepción, pensamiento y acción que constituyen o forman lo que Bourdieu y Passeron (2008) denominaron habitus, sin obviar la consideración que los habitus responden a estructuras sociales reales que los producen como, por ejemplo, la estructura de clases sociales dadas en un determinado contexto sociohistórico.

Quizá haya sido Foucault (1978) quien más nos proveyó de herramientas analíticas para hacer genealogía de la evaluación a través de su concepto de dispositivo, que incluyó  a la vigilancia jerárquica, el juicio normalizador y su combinación en la examinación, en tanto tríada evaluadora que impuso históricamente el poder disciplinario o normalizador sujetante de los cuerpos en la educación escolar.  Los dos primeros dispositivos van a viabilizar el escrutinio gubernamental-estatal de los individuos, mientras que el tercero, el examen, va a permitir diferenciarlos en cuanto objetos y efectos de poder y de saber ya que califica, clasifica y castiga.

La observación jerárquica es un dispositivo que, por vía de la vigilancia supervisora, induce efectos de poder sobre quienes actúa.  La normalización en la educación está referida a la estabilización de juicios con respecto a lo establecido como norma de saber, por ello, es denominada como dispositivo del juicio normalizador. Este opera fijando y comparando la norma de saber y de poder con la forma de cómo cada quien se define ante lo dispuesto y de cómo efectivamente lo lleva cabo para evitar la “arbitrariedad individual”.  Sin embargo, el juicio normalizador, pese a que coacciona y sanciona como poder de la norma, no busca principalmente ser represivo, busca imponerse haciendo parecer la norma como normal.

Aún cuando la norma tiende a la homogeneidad en la actuación de los sujetos, no por ello deja de individualizarlos al establecer o tolerar un espectro de diferenciaciones o desviaciones posibles respecto de aquella.  De este modo,  el proceso de ejercicio del poder se encubre a través de la representación de la igualdad formal de los individuos.  Esto plantea el asunto de cómo medir esas diferencias, con lo cual aparece el tercer dispositivo del poder disciplinario, la  examinación.

En la examinación se superponen las relaciones de poder y de saber y se hacen notoriamente visibles.  El examen se generaliza durante el siglo XVIII como forma de subjetivación y de objetivación en tanto mecanismo de extracción de saberes, el cual será factor determinante en el surgimiento de la pedagogía como ciencia, es decir, como una analítica de la evolución y de las dinámicas del cuerpo infantil y juvenil para disciplinarlo escolarmente desde el adultocentrismo.  Foucault (ob. cit.) agrega que al examen le son inherentes tres formas de unificación entre un cierto ejercicio del poder con un tipo de formación del saber:

1) El examen invierte la economía de la visibilidad en el ejercicio del poder. Tradicionalmente el poder se veía, se mostraba o se manifestaba como tal en el movimiento de su fuerza contra quienes actuaba, a los cuales les estaba reservado la sombra o la invisibilidad.  El poder disciplinario, en cambio, se ejerce de un modo invisible, y aquellos a quienes somete, obligatoriamente han de hacerse visibles.  El hecho de ser vistos constantemente, es lo que garantiza el sometimiento de los individuos.  El poder en lugar de emitir los signos de su potencia, hace que los individuos se objetiven permanentemente.

2) El examen hace entrar la individualidad en un campo documental.  El cúmulo de examinaciones a que son sometidos los individuos, los ubica innovadoramente en una red o poder de escritura disciplinaria; los introduce en un sistema de registro intenso y de acumulación documental de la administración disciplinaria (médica, escolar, militar, etcétera).  Se les identifica, señaliza y describe, lo cual permite transcribir homogeneizando los rasgos individuales establecidos por la examinación, codificando lo individual al interior de las relaciones de poder.  Se definen con el tratamiento de estos expedientes y registros, correlaciones de elementos, se acumulan los documentos a través de su puesta en series en campos comparativos que posibiliten clasificarlos, categorizarlos, establecer medias estadísticas, fijar normas, etcétera.

3) El examen rodeado de todas sus técnicas documentales hace de cada individuo un caso, un caso que  para el poder constituye  un objeto y una presa.  Un caso cuando se le describe, juzga, mide y compara con otros, cuando su conducta se desea encauzar o corregir, y cuando es un individuo a quien hay que clasificar, normalizar, excluir, etcétera.

Pero la contribución de Foucault es mucho más vasta para ayudarnos a escudriñar lo invisibilizado en la evaluación. La autoevaluación, la coevaluación y la heteroevaluación pueden considerarse foucaulteanamente como especificaciones del despliegue de las relaciones de poder en tanto actuaciones de la gubernamentalidad biopolítica sobre los cuerpos y las poblaciones, junto con las tecnologías del yo. Siendo que el poder se actualiza a partir de relaciones asimétricas entre los individuos o grupos, en las que unos tratan de incidir en la subjetividad y conducta de otros, podemos conjeturar que la evaluación es un dispositivo de gubernamentalidad, en cuanto trata de que los individuos se gobiernen o dominen por sí mismos (autogobierno interior), de conformidad con las normas, códigos, saberes, etcétera, instituidos por el poder de la gubernamentalidad exterior, por medio de las tecnologías del yo, y de que acepten ser vigilados y regulados por otros (el Estado policial invisibilizado para penalizar y encauzar a quien se salga de las normas establecidas, o las cuestione,  y sea reconducido a acatarlas, es decir, a lograr su “normalización”), para el caso que nos ocupa: la coevaluación y la heteroevaluación. Las tecnologías del yo comprenden lo que uno hace consigo mismo respecto a la normalización o disciplinamiento sujetante de su cuerpo, a lo que Foucault contrapone, la ética  del cuidado de sí o cura sui, cuidado, entre otros aspectos, ante las técnicas de poder y sus efectos subjetivadores, en función de su libertad y emancipación ético-estética, lo que implica el  reconocimiento de su dignidad o diferencia,  y hacer una estética con su vida, una “obra de arte”, según él.

Además, con relación a las coacciones del poder, señala Foucault (1985), donde hay poder o dominación, se genera reactivamente resistencia.  Desde este punto de vista, es posible considerar la reversibilidad táctica y estratégica de las relaciones asimétricas de poder. Por consiguiente, se puede reflexionar sobre la autoevaluación como un foco de resistencia que redefina el posicionamiento asimétrico en la coevaluación y la heteteroevaluación, con base en un reconocimiento de sí (no indulgente o condescendiente con las exigencias “evaluativas” de sí contraídas, así como no narcisista, ni individualista) y recíproco dignificador, sin caer en el adultocentrismo o el andragogismo.

Referencias

Bourdieu, P. y Passeron, J-C.  (2008)  La reproducción. Madrid: Editorial Popular.

Foucault, M.  (1978)  Vigilar y castigar.  México: Editorial Siglo XXI.

_________     (1985)  Historia de la sexualidad (I). La voluntad de saber. México: Editorial Siglo XXI.

 

* Correo: ilianalopriore11@gmail.com

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Libro: Educación ciudadana en América Latina: Prioridades de los currículos escolares

Educación ciudadana en América Latina: Prioridades de los currículos escolares

(Documentos de trabajo de la OIE sobre el currículo Nº 14)

¿Cuáles son los contenidos clave para la vida democrática en los currículos de educación cívica y ciudadana en los países de América Latina?

¿Cuáles son las dimensiones y los valores más destacados?
Este documento resume los resultados de un análisis comparativo de los currículos de educación cívica/ciudadana a nivel primario y secundario en seis países de la región que participaron en el Estudio Internacional de Educación Cívica y Ciudadana (ICCS-2009) realizado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA, por su sigla en inglés).
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ENG | SPA
Fuente libro: http://www.ibe.unesco.org/es/document/educaci%C3%B3n-ciudadana-en-am%C3%A9rica-latina-prioridades-de-los-curr%C3%ADculos-escolares-documentos-de
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Reflexiones sobre las reformas educativas en América Latina (Video)

México / 1 de abril de 2018 / Autor: Reva Cevallos / Fuente: Youtube

Publicado el 17 ene. 2018
Reflexiones sobre las reformas educativas en América Latina.
Análisis sobre las Reformas Educativas en América Latina, 4 Actores, 3 Lógicas y 8 tensiones.. Maestría en Educación, Universidad de Baja California Campus Tepic. Asignatura: Políticas.
Entrevista concedida a Profa. Belmira Bueno na FE/USP em 2017 sobre Reformas educativas na América Latina.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=HoepuilzSI0

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Desafío TIC en Latinoamérica: no es la tecnología, sino su integración en el modelo educativo

Guatemala/24 de Marzo de 2018/El Economista

  • Ha contado con la participación de casi 2.300 profesores y medio millar de directores.
  • La sede de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) acogió ayer la presentación del Estudio sobre la inclusión de las TIC en los centros educativos de Aulas Fundación Telefónica, desarrollado por la OEI y ProFuturo, proyecto promovido por Fundación Telefónica y Fundación Bancaria «la Caixa». El análisis se ha realizado en 144 centros educativos de 7 países de América Latina (Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá y Uruguay) y en él han participado más de 450 directores y casi 2.300 profesores.

    Del estudio se desprenden datos como que el 77% de los docentes de los centros analizados usan los ordenadores en clase al menos una vez al mes para que sus estudiantes realicen consultas en Internet (76%) o para la presentación de trabajos escolares (66%). Pero también que no basta con entregar ordenadores a las comunidades educativas o asegurar su conexión a Internet de banda ancha. La calidad educativa en Latinoamérica no radica en la presencia o ausencia de la tecnología, sino en cómo y para qué se aplica esta en el aula, como explicó durante la presentación Paulo Speller, secretario general de la OEI: «Estamos aquí para construir el futuro en base a las demandas del presente. Desde nuestro organismo es lo que llevamos haciendo desde hace 70 años trabajando por la educación en Iberoamérica».

    Como evidencia el estudio, hoy algunos de los principales retos de innovación educativa en Latinoamérica pasan por políticas públicas que garanticen la alfabetización digital del profesorado o la integración de las TIC en el currículo académico. Así lo expuso Sofía Fernández de Mesa, directora general de ProFuturo: «el proyecto de Aulas Fundación Telefónica nace en 2009 con el objetivo de formar a los docentes en tecnologías para que, a su vez, hicieran uso de ellas en las aulas. Ese es el objetivo que tiene hoy ProFuturo, al que se ha transferido este proyecto. Si no somos capaces de formar a nuestros docentes y alumnos en estas nuevas competencias que nos exige la nueva sociedad tecnológica, no vamos a poder ser productores de esa economía digital, sino tan solo consumidores».

    En los últimos 10 años Latinoamérica ha avanzado a pasos agigantados en la inclusión de las TIC en las aulas. «El estudio nos ha demostrado que el cambio educativo es posible. Hay centros que están haciendo un trabajo excelente en el uso de la tecnología en contextos vulnerables», declaró la coordinadora del Instituto de Evaluación (IESME) de la OEI, Tamara Díaz. Es el ejemplo de uno de los cinco profesores latinoamericanos que vinieron a Madrid para contar su experiencia de primera mano, María Jacinta Ramos de Chica, docente del centro educativo Presbítero Norberto Cruz en El Salvador: «claro que tenía miedo a las tecnologías al principio, pero somos docentes de reto. Y gracias a eso, hoy ya hay cambios con los estudiantes en nuestra institución, como clases de vídeo llamadas para trabajar con varias aulas al mismo tiempo». Ingrid Fabiola Roesch, profesora de la escuela Cantón Xepache, Quetzaltenango, en Guatemala, asegura: «gracias a las TIC los docentes de mi país se están preparando mejor porque los alumnos y los padres nos lo exigen».

    A esta presentación se unieron las reflexiones de los expertos en innovación educativa Juan Freire («La tecnología no hace magia, pero las personas usando la tecnología, sí. Aprender tecnología es aprender comunicación»), Claudia Limón («La tecnología tiene muchas potencialidades pero no puede corregir una mala práctica pedagógica. Tiene que incorporarse de forma transversal») y Axel Rivas («Internet tiene que ser un derecho humano sobre el que poder construir otros derechos»).

    Fuente: http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/9022871/03/18/Desafio-TIC-en-Latinoamerica-no-es-la-tecnologia-sino-su-integracion-en-el-modelo-educativo.html

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