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El recreo y el aprendizaje

Por: Manuel Alberto Navarro Weckmann

“El juego permite a los niños usar su creatividad mientras desarrollan su imaginación, destreza y fuerza física, cognitiva y emocional”. Asociación Americana de Pediatría.

El recreo no es simplemente un tiempo para que las niñas, niños y adolescentes se desahoguen o un espacio para que sus maestros tomen un respiro. Es, en realidad, una parte crucial del día escolar que beneficia a los niños tanto a nivel físico como psicológico y social. Aquí, los niños exploran, crean, resuelven problemas, construyen relaciones y, en última instancia, aprenden.

En primer lugar, debemos entender que el recreo contribuye al desarrollo físico esencial de las niñas, niños y adolescentes. En una época en la que la obesidad infantil es un problema de salud pública, el recreo ofrece la oportunidad de que se muevan, quemen calorías y fortalezcan músculos y huesos. Más allá de esto, también fomenta la coordinación motora y el equilibrio, habilidades necesarias para la vida diaria.

En términos de salud mental, el recreo es una oportunidad para que los estudiantes reduzcan el estrés y la ansiedad que a veces pueden acumularse en el aula. Este tiempo libre también puede mejorar el estado de ánimo y la autoestima, aliviando la presión de las tareas académicas y permitiendo a estudiantes volver a las aulas con una mente renovada y lista para aprender.

El recreo también es un espacio vital para el desarrollo social. Aquí, en un entorno menos formal y estructurado, los estudiantes aprenden a compartir, a resolver conflictos, a negociar y a cooperar con otros. Estas son habilidades esenciales para la vida que a menudo no se enseñan de manera explícita en el aula, pero son igualmente importantes para su futuro.

Es en el recreo que los niños tienen la oportunidad de explorar y aprender a través del juego. Este tipo de aprendizaje lúdico, lleno de estrategia, memoria y habilidades motoras, complementa el aprendizaje formal que ocurre en el aula, ofreciendo a los niños un contexto práctico y agradable para aplicar y desarrollar nuevas habilidades.

Es importante destacar que el recreo fomenta la creatividad y la autonomía. Los niños son libres de inventar sus propios juegos, crear historias, practicar la toma de decisiones y asumir responsabilidades. Estos son factores esenciales para el desarrollo de la creatividad, la resiliencia y la capacidad para manejar situaciones nuevas.

Por todo lo anterior, es vital entender que eliminar o reducir el recreo, ya sea por castigo, por trabajo o por presiones de cualquier tipo contraproducente. En lugar de mejorar el rendimiento académico, puede terminar perjudicándolo. Los niños necesitan descansos para recargar energías, renovar su concentración y absorber la información que se les enseña.

Así, es fundamental comprender la importancia del recreo y defender su lugar en el día escolar. El recreo no es un lujo, es una necesidad para el desarrollo integral y saludable de nuestras niñas, niños y adolescentes. Juntos, podemos trabajar para asegurar que el recreo sea valorado como una parte esencial de la educación de nuestros hijos. Porque la educación es el camino…

https://manuelnavarrow.com

manuelnavarrow@gmail.com

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Educación y nuevas generaciones: un reto importante

Por: Julio Leonardo Valeirón Ureña

¿Hacia dónde conduce una educación que solo se centra en la enseñanza de lo útil en función del mercado?

Las últimas décadas han significado grandes cambios en todos los órdenes. Los que pasamos de “cierta edad” dichos cambios en muchas ocasiones nos abruman, con la tendencia a pensar que “antes la situación era mejor”. Prefiero pensar que “eran distintas”.

En el terreno del conocimiento y la tecnología, dichos cambios han sido abrumadores, a veces, casi increíbles. Ideas que antes podían permanecer por 100, 200 y hasta 300 años, hoy cambian en un abrir y cerrar de ojos. El desarrollo en esos campos nos obliga a estar continuamente evaluando muchas de nuestras ideas como incluso la manera cómo encaramos y resolvemos las cosas. Pero, como se ha de suponer, no solo el conocimiento y sus aplicaciones tecnológicas mueven los hilos del mundo, muchos otros aspectos de la vida humana van conformando nuestras estructuras mentales y con ello nuestros comportamientos.

Un simple ejemplo de la vida cotidiana sería la irrupción del teléfono móvil, y algo más reciente, el teléfono inteligente, como se le suele llamar. Llegué a tener la experiencia de ser consultado por algunos amigos indagando sobre el número de teléfono de alguna persona en particular. Tenía esa habilidad de memorizar y recordar con facilidad números telefónicos. Hoy, sin embargo, nadie se siente en la necesidad de preservar en la memoria ese asunto, pues el móvil o celular los tiene almacenados, como también las agendas, las notas escritas o de voz, y un sinnúmero de cosas que definitivamente nos facilitan, relativamente, la vida. La cuestión es tal que algunas personas experimentan cierta angustia cuando dicho aparatito se les queda en casa o sencillamente, deja de funcionar. El teléfono celular se ha constituido en una parte refractaria de nuestro brazo. Pero lo más importante es como ciertas facultades cognitivas parecen entrar en desuso como consecuencia del uso de dicho aparatito. En definitiva, la velocidad a la que se viene moviendo el mundo y con él quienes lo habitamos, es increíble.

Esos cambios son más complejos cuando se trata actitudes, formas de pensar y actuar frente a la vida, pero, sobre todo, cuando de relaciones humanas estamos hablando. Hoy los cambios intergeneracionales son más abruptos y traen consigo una serie de ingredientes que nos obliga a repensar cosas tan importantes como lo es la educación. Y no me refiero a la enseñanza de la lengua, como tampoco de principios elementales de la matemática y otros temas. Hago referencia más bien a la manera de enfrentar, comprender y actuar ante la realidad y la vida. ¿Qué es lo importante que debemos enseñar? ¿Cuáles valores y desde cuales perspectivas hacerlo? No son preguntas sencillas y simples.

Todos acuñamos generalmente el concepto de crisis al abordar estos temas.  Margaret Mead, en su obra Cultura y compromiso. Estudios sobre la ruptura generacional[1], inicia su tercer capítulo titulado El futuro. Culturas prefigurativas e hijos desconocidos, de la manera siguiente:

“Nuestra crisis actual ha sido atribuida tanto a la abrumadora celeridad del cambio, como al derrumbe de la familia, a la decadencia del capitalismo, al triunfo de la tecnología sin alma y, en términos de repudio total, a la quiebra definitiva del Sistema (Establishment).” Y continúa diciendo: “Detrás de estos asertos se observa un conflicto más fundamental entre aquéllos para quienes el presente sólo encarna una intensificación de nuestra cultura cofigurativa (ella hace referencia a niños y adultos que aprenden de sus pares y la creencia de que el futuro está anclado en el presente) ya existente, en la que los pares están reemplazando cada vez más a los padres (y a los adultos, en sentido general) como modelo significativos de conducta, y aquellos que alegan que en verdad estamos ingresando en una etapa totalmente nueva de la evolución cultural”.

Dos ideas importantes: los cambios relativos a quiénes son mis referentes, para los jóvenes de hoy principalmente sus pares y, en segundo lugar, lo de una nueva evolución cultural. En lo primero, es decir, en quienes son los referentes, los modelos para los niños y la juventud, la evidencia apunta hacia una figura desconocida en su acepción antes: los influencer. Esos sujetos que tienen un dominio significativo de la comunicación por las redes y las usan para instalar ideas, actitudes y comportamientos, generalmente, inesperados para los adultos, son seguidos por niños y jóvenes. Lo segundo pudiera ser una causa o quizás una consecuencia de lo primero, según se mire, una nueva evolución cultural, es decir, nuevas maneras de enfrentar, comprender y actuar, por lo tanto, generar productos culturales nuevos.

Las nuevas generaciones tienen la expectativa de que las situaciones como los problemas se solucionan con un simple “clic”, tal y como ha sido su experiencia desde que iniciaron la vida con el uso de las tecnologías. Y todavía más, vivir la vida intensamente en el presente, pues el pasado ya es historia muerta, y el futuro no es, a lo sumo , el futuro es ahora.

Las redes sociales que, a decir de Manuel Castells, son una nueva forma del ejercicio del poder social, han ido ampliando y complejizando el concepto de hombre-masa que nos planteara el filósofo español Ortega y Gasset, para referirse a “ese hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas «internacionales». Más que un hombre, es sólo un caparazón de hombre constituido por meras idola fori (fórmulas o ideas que más bien son supersticiones políticas); carece de un «dentro», de una intimidad suya, inexorable e inalienable, de un yo que no se pueda revocar. De aquí que esté siempre en disponibilidad para fingir ser cualquier cosa”. Sigue argumentando el filósofo: “El hombre-masa es el hombre cuya vida carece de proyectos y va a la deriva. Por eso no construye nada, aunque sus posibilidades, sus poderes, sean enormes”. “Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo -en bien o en mal- por razones especiales, sino que se siente «como todo el mundo» y, sin embargo, no se angustia, se siente a saber al sentirse idéntico a los demás”.

Hay quienes señalan incluso, como es el caso de Francois-Xavier Bellany en su obra Los desheredados: por qué es urgente transmitir la cultura, “hemos perdido el sentido de la cultura”. Para finalmente plantear: “… el proyecto que se nos propone: no cargar sobre las espaldas de nuestros sucesores (las nuevas generaciones) este fardo caduco que el pasado deja caer sobre sus libertades nuevas. A partir de ahora, hay que actuar de modo que cada niño pueda, para crear un camino personal, producir su propio saber”.

El tema se torna un tanto más complejo ante niños y jóvenes de hoy, que tal y como hemos planteado antes, el futuro es ahora. Es la generación del “clic”, que desdeña de lo que pudiera ser complicado si es posible hacerlo fácil, con atajos incluidos.

¿Qué puede significar entonces abominar de lo que hemos construido históricamente como humanidad en aras de un presentismo inmediato? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias de una educación vacía de un contenido histórico y un pensamiento filosófico? ¿Cuáles serían las consecuencias ante la inexistencia de referentes o situaciones históricos interpretadas antes como decisivas para entender el presente? Por otro lado, ¿cuáles han sido las consecuencias de centrarnos en enfoques educativos que dejan de lado los saberes humanísticos, como ocurre actualmente? ¿Hacia dónde conduce una educación que solo se centra en la enseñanza de lo útil en función del mercado?

Como estas son muchas otras las preguntas que debemos hacernos desde la educación y, por supuesto, buscarles sus respuestas. A esta tarea, y con el debido respecto, invito a los amigos y amigas del campo de la filosofía a sumarse, para que juntos todos podamos ir comprendiendo y actuando en un sentido que preservemos lo mejor de lo construido a lo largo de la historia.

[1] Mead, M. (1970-2019). Cultura y compromiso. Estudios sobre la ruptura generacional. Editorial Gedisa, S.A. España.

Fuente: https://acento.com.do/opinion/educacion-y-nuevas-generaciones-un-reto-importante-9268891.html

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Cuatro consejos para fomentar la lectura de los más pequeños

Por: ABC

El último informe PIRLS reveló que los alumnos españoles de 4º de Primaria han sufrido un retroceso de siete puntos en comprensión lectora respecto a la de 2016.

A pesar de que la lectura está estrechamente vinculada a numerosos beneficios académicos y sociales como la capacidad de expresarse, la gestión de la información, el pensamiento crítico o el aprendizaje de nuevos conocimientos, el último informe PIRLS 1 reveló que los alumnos españoles han sufrido un retroceso de siete puntos en comprensión lectora. De hecho, este descenso en los resultados está significativamente por debajo de la media de la UE y de la OCDE.

En este contexto, comenzar a leer y tener un hábito de lecturadesde las edades más tempranas es uno de los factores fundamentales para desarrollar la habilidad para extraer el significado de un texto. Por ello, Meira Koponen, desarrolladora de aprendizaje y experta en Pedagogía en Kahoot!, ofrece algunos consejos para fomentar la lectura en la edad en la que los menores pasan de aprender a leer a aprender leyendo.

La nueva ley LOMLOE sigue apostando para que se fomente la lectura en los centros educativos y se desarrollen hábitos que perduren en el tiempo, introduciendo la obligación de un tiempo diario de lectura en el aula. De tal forma, desde las administraciones se invierten grandes esfuerzos en mejorar la capacidad lectora de los alumnos pero, también hay que hacerlo fuera de las escuelas.
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¿Quién teme a la calculadora? Su uso divide a parte del profesorado de Matemáticas

Por: 

Hace unas semanas, Castilla-La Mancha anunciaba la prohibición del uso de ciertas calculadoras en la prueba de acceso a la universidad: gráficas y de cálculo simbólico. Era la última comunidad autónoma que las permitía en todo el Estado. Desde la Federación Española de Profesores de Matemáticas insisten en la necesidad de permitirlas, así como de renovar la EBAU para que sea más competencial.

Cada cierto tiempo vuelve a saltar a la palestra la discusión sobre si ciertas calculadoras pueden y deben utilizarse en las clases y, sobre todo, en los exámenes de Matemáticas en los cursos superiores. En el horizonte, como siempre, la prueba de acceso a la universidad, la EBAU. Su ejemplo empuja buena parte de las prácticas que se producen a lo largo de la secundaria, obligatoria y postobligatoria.

Hasta ahora, todas las autonomías prohibían el uso de determinadas calculadoras en la EBAU, como las gráficas o las que permiten el cálculo simbólico, salvo Castilla-La Mancha. Desde hace ya meses, como confirman diferentes fuentes, se sabía que esta galia acabaría cediendo y, finalmente, lo hizo hace unas semanas, según fuentes de la FESPM (Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas). Es complicado saber dónde, cómo y con qué criterios se toma la decisión de aceptar o no el uso de estos dispositivos en esta prueba.

Lluis Bonet es docente secundaria en Alicante. Trabajó hace algún tiempo en las propuestas para la modificación del modelo de prueba de acceso a la universidad de tal manera que se acercara al competencial propuesto por la Lomloe. Él lo tiene claro, las cosas deben cambiar en esta prueba, de arriba abajo, para que la calculadora tenga cabida.

Desde su punto de vista es una herramienta, como lo es también GeoGebra, y el alumnado debe aprender a utilizarla correctamente. Más allá de eso, es firme defensor de que se utilice incluso en exámenes como la EBAU, puesto que, cree, lo importante es que el alumnado tenga el conocimiento. La calculadora solo debería ser un instrumento para hacer cálculos complejos de manera rápida y sencilla.

“El problema está cuando sustituyen la labor del alumno”, sostiene, por contra, José Rodolfo Das. A este docente de Matemáticas en Valencia, le preocupa más que lo que pase en la EBAU, lo que pasa en las clases previas, a lo largo del bachillerato. Para él, “hay centros y profesores que le dan a la calculadora protagonismo en sí misma”, cuando solo deberían estar para la “realización de tareas rutinarias para centrarnos en el procedimiento”.

Desde la Federación Española de Profesores de Matemáticas elaboraron, ya hace un lustro, un informe sobre el uso de estos dispositivos en el bachillerato y la EBAU, así como un breve análisis de la situación en otros países más o menos cercanos.

Razones para una restricción anunciada

Este es el quid de la cuestión, parece, para la prohibición del uso de ciertas calculadoras en la prueba de acceso a la universidad. Para Das es una buena noticia que se haya igualado la normativa, al menos en parte, en todas las comunidades autónomas, en referencia a la prohibición del uso de ciertos dispositivos en la EBAU.

Hasta fechas recientes, Castilla-La Mancha era la única comunidad autónoma que permitía cualquier tipo de calculadora en las pruebas de acceso a la universidad, entre ellas, las gráficas y las que pueden realizar cálculo simbólico, es decir, las que pueden trabajar con incógnitas, no solo con números. Estas, al igual que las programables (en las que es posible introducir documentos de texto) “darían una ventaja enorme”, asegura Das.

Para Serapio García, profesor jubilado de Matemáticas de aquella comunidad y en su día presidente de la Asociación de profesores de matemáticas castellano-manchegos, la situación se ha debido a presiones de otros departamentos diferentes a los de matemáticas y han tenido que ver con la posibilidad de que en las calculadoras gráficas y de cálculo simbólico el estudiantado pueda meter chuletas para copiar en las pruebas. “Pero las calculadoras se pueden poner en modo examen”, sostiene.

Además de este motivo está el de la homologación de las pruebas de esta comunidad con el resto del país, en donde, a pesar de haber diferencias, tampoco están permitidas las calculadoras gráficas ni de cálculo simbólico. Explica García que en territorios como Andalucía, Cantabria, Galicia, Comunidad valenciana, Cataluña, Baleares o Canarias se permiten calculadoras científicas de última generación (que permiten realizar derivadas, ecuaciones y matrices), mientras que, por ejemplo en Madrid, tan solo pueden usarse las científicas más básicas.

Más allá de que Das no esté de acuerdo con el uso de este tipo de herramientas en los exámenes, es de la opinión de que no son esencialmente necesarias en las matemáticas de secundaria o bachillerato. “De hecho, no suelo utilizarla”, asegura. Dice que con la manera en la que él explica su materia, no hace necesario su uso, y que, además, se ha encontrado con que el alumnado “es muy inseguro a la hora de hacer cuentas”.

Saber pensar, para este docente, es la parte importante, no tanto el uso de la herramientas. Coinciden con él todos los profesores consultados, pero con matices. Para Bonet es importante que se usen calculadoras. Más allá de que en la Ley se hable de la necesidad de que el alumnado sea capaz de usar nuevas tecnologías en esta asignatura, este docente señala que la prohibición de las calculadoras en la EBAU responde a “que el profesor tenga la excusa de no hacer uso de esas herramientas en el aula, como herramientas didácticas”.

Para Bonet, las calculadoras sirven para mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje y tienen un impacto positivo en el alumnado hacia la materia. Para él, las calculadoras, como GeoGebra, sirven para que el alumnado “aprenda más y mejor y comprenda los conceptos matemáticos muchas veces abstractos y complejos”.

A esto se suma que tanto Bonet como García señalan que el currículo de bachillerato incluye, entre los aprendizajes necesarios, el de las tecnologías y la competencia digital, donde encajan perfectamente el uso de las calculadoras (así como su evaluación en la EBAU).

De hecho, García hace hincapié en que la prueba de acceso a la universidad se llama Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad, señalando que, efectivamente, las pruebas deben tener como referente el currículo de esa etapa postobligatoria, pero secundaria.

Pensamiento crítico

Estos dispositivos pueden empujar hacia una nueva manera de enseñar las matemáticas y de evaluarlas, para que no sean solo vistas como “la ejecución de algoritmos, de ejercicios repetitivos, la memorización”, afirma Bonet, quien aclara que “no digo que no haya que trabajar estos aspectos, que lo hacemos”.

José Rodrigo Das insiste en que las prohibiciones de ciertos utensilios tienen más que ver con lenguaje algebraico que con el numérico. “Que yo no haga una cuenta, no es un problema”, sí lo es cuando se trata de una derivada, por ejemplo: “Yo examino al chaval de si sabe hacerla o no”. Es verdad, asume, que este tipo de cálculos puede hacerlos un ordenador, “pero se pretende que el alumno sea crítico y sepa hacerlo”.

Y para Das, el problema de la calculadora es “la actitud acrítica al resultado” que tiene el alumnado. “Si la calculadora dice una cosa, será esa cosa”. De esta manera, si se permitiese, a su entender, el uso de las calculadoras de cálculo simbólico “sería un destrozo: lo copio, aunque no entiendo nada”, sostiene. Por eso le parece bien la igualación de todas las pruebas de acceso.

Das se muestra muy crítico con la legislación vigente (“estamos en una época de engaño al alumno”, dice) puesto que es cada vez más laxa en cuanto a la evaluación. “No se exige que el alumno sepa multiplicar, sino que sea capaz de establecer una estrategia para resolver problemas”, asegura y lo ejemplifica: “Si tienes 15 caramelos para 3 personas deberías ser capaz de hacer la división. Pero se puntuaría bien que se repartieran los caramelos uno a uno para, al final, ver cuántos les tocan a cada uno”.

Lluis Bonet entiende que para mejorar la didáctica de la materia, además de usar dispositivos, hay que generar situaciones “más realistas”, que obliguen al alumnado “a reflexionar, investigar, a ver si el problema puedo trocearlo, intentar interpretar y comprobar los resultados, analizarlos, ser crítico, dar una respuesta argumentada, reflexionada… todo eso forma parte de las matemáticas”.

“Esto requiere un esfuerzo por parte del profesorado”, afirma, también para las personas que hacen las pruebas de acceso a la universidad. “Y no sé si realmente, se quiere realizar ese esfuerzo”, asegura. En opinión de este docente, decisiones como la que se ha tomado en Castilla-La Macha suponen un problema a la innovación educativa que se realiza en muchas clases de matemáticas que hablan de un “inmovilismo total”.

Según cuenta Serapio García “la calculadora es máquina tonta, no sabe qué hacer, tienes que decírselo tú y esto enseña”. Para ello hay que hacer un análisis de las operaciones que deben realizarse, en qué orden hay que realizarlas y, finalmente, llevar a cabo una evaluación del resultado obtenido.

Eso sí, en su opinión, “en manos de un profesor experimentado y con una finalidad clara, (la calculadora) hace que el aprendizaje sea significativo”.

Las diferencias, finalmente, parecen irreconciliables, a pesar de que que quienes sostienen los pros y los contras del uso de las calculadoras coinciden en la necesidad de que el alumnado aprenda a ser crítico y venza las dificultades del pensamiento más abstracto al que debe empezar a enfrentarse ya desde los primeros años de la secundaria obligatoria.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2023/11/28/quien-teme-a-la-calculadora-su-uso-divide-a-parte-del-profesorado-de-matematicas/

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Ambiente: El problema de la pérdida de biodiversidad

El problema de la pérdida de biodiversidad

 

La palabra biodiversidad es una contracción de diversidad biológica; se refiere por lo tanto a la variedad en el mundo viviente. El término biodiversidad se aplica comúnmente a describir la cantidad, la variedad y la variabilidad de los organismos vivos. Este uso tan amplio abarca muchos parámetros diferentes, y en este contexto biodiversidad es, en realidad, un sinónimo de La Vida en la Tierra.

En los últimos 10.000 años la diversidad animal y vegetal que hoy nos maravilla, fruto de una historia de miles de millones de años de evolución en donde los seres vivos han conquistado medios tan diferentes como los océanos y el aire; se han asentado en las cálidas y húmedas franjas tropicales, y también en las frías y áridas zonas polares; para resolver los retos de la locomoción, la alimentación, la comunicación o la reproducción han desplegado una apabullante variedad de soluciones.

Sin embargo esta exaltación de vida está sufriendo un retroceso devastador debido a la actividad humana. El ritmo de extinción de las especies se ha acelerado drásticamente, calculándose que en la actualidad es por los menos 400 veces mayor que el que existía antes de la aparición del ser humano.

Si calculamos la tasa de extinción de este momento, basándonos en los números de especies por área, teniendo en cuenta la pérdida de bosques tropicales (aproximadamente 1/3 en los últimos 40 años), se extinguen 50.000 especies por año (sólo 7.000 de ellas conocidas). Esto representa 10.000 veces la tasa natural de extinción y significa un 5% del total de especies por década. De mantenerse estos números, a fines del siglo XXI habrán desaparecido dos tercios de las especies de la Tierra.

La riqueza de la biodiversidad y de los ecosistemas que son fuentes de vida para el ser humano y las bases del desarrollo sostenible, se encuentran en un grave peligro. La creciente desertificación a nivel global conduce a la pérdida de la diversidad biológica. Últimamente han desaparecido unas ochocientas especies y once mil están amenazadas. Es fácil comprender que con esta pérdida incesante de recursos está en riesgo la seguridad alimentaria. La pérdida de la diversidad biológica con frecuencia reduce la productividad de los ecosistemas, y de esta manera disminuye la posibilidad de obtener diversos bienes de la naturaleza, y de la que el ser humano constantemente se beneficia.

Las tres principales causas de esta pérdida de biodiversidad son:

  1. La destrucción de los hábitats naturales: Esta es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo. Los bosques tropicales, sin duda los principales almacenes de biodiversidad del planeta, están desapareciendo a un ritmo vertiginoso.
  2. La fragmentación: Campos de cultivo, áreas urbanas, carreteras y autopistas constituyen barreras infranqueables para numerosas especies. Para estos seres vivos, su hábitat natural ha pasado de ocupar extensas áreas ininterrumpidas a quedar dividido en fragmentos aislados de menor extensión. Es el efecto conocido como fragmentación de los hábitats, responsable de la extinción local de numerosas especies. Cuando un cierto número de individuos de una especie queda confinado en una pequeña porción de territorio, el peligro de extinción es mucho mayor.
  3. Los campos sin vida: La aparición de la moderna agricultura industrial, basada en la especialización y el uso masivo de fertilizantes y pesticidas produce una brusca disminución de especies. En los países más intensamente explotados por estas nuevas formas de agricultura industrial se ha acuñado el término de desierto verde, para referirse a estos nuevos paisajes, muy pobres en vida silvestre.

Debido a estas causas, el hombre esta enfrentando dos serios problemas: la falta de conocimiento científico sobre la totalidad de los seres vivos y la extinción masiva de especies. Estos problemas están relacionados y cualquier solución de los mismos debe basarse conjuntamente en generar nuevos conocimientos y forjar una nueva relación con el mundo natural. La importancia de la biodiversidad deber ser reconocida a nivel global y su tratamiento debe figurar en las agendas gubernamentales y en los programas educativos

Hasta ahora parece que el ser humano se ha salido con la suya, como lo prueba el hecho de que muchas especies se han extinguido ya causa de las actividades humanas y la vida sigue su curso. Sin embargo no sabemos lo que nos hará falta por la perdida de especies. Algunos ecologistas comparan la disminución de la biodiversidad con un vuelo en un avión al que le quitamos poco a poco los remaches. Cuantos remaches podemos quitar?….. Aun parece que no ha pasado nada por la pérdida de especies, pero sin duda el mundo es menos hermoso y mas monótono sin ellas. Posiblemente aun no hemos detectado la magnitud del daño que hemos causado.

En la Conferencia Internacional sobre Biodiversidad que se llevo a cabo en París, Francia, los científicos coincidieron en alertar al mundo sobre el peligro de la pérdida de biodiversidad. Al tratar las posibilidades económicas para los países que son depositarios de riqueza en biodiversidad, se insiste en el establecimiento de reglas claras sobre el uso de patentes y la propiedad intelectual en el campo de la genética y de la biotecnología.

Todas las presentaciones de los especialistas que participaron en París, se alejaron del enfoque fundamentalista de conservación sin intervención humana. No se puede concebir la ecuación del desarrollo sustentable sin el factor humano. Es preciso entender que proteger la biodiversidad es sinónimo de combatir la pobreza en el mundo. El desarrollo sustentable continúa siendo el gran desafío para alcanzar un equilibrio entre desarrollo y conservación.

El hombre, en todas las épocas, ha tenido necesidad de cambio y al mismo tiempo, miedo al cambio. Esta contradicción es manifiesta en la civilización industrial que preconizó la utilización despiadada del medio natural, y que ahora muestra una inquietud creciente ante la pérdida de la diversidad biológica.El difícil imaginar un desarrollo social como el actual sin afectar el medio natural, y de éste el elemento más frágil es la diversidad biológica. Sin embargo, si en la época postindustrial las sociedades humanas quieren ser dueñas de su destino, deberán poder regular su actividad y crecimiento, obtener los satisfactores que necesitan sin deteriorar el legado más importante de la evolución biológica: la biodiversidad

La extinción de especies vegetales y animales es uno de los síntomas más preocupantes del deterioro ambiental en el mundo, ya que constituye un proceso irreversible que nos priva para siempre de un material genético único e irremplazable del que tal vez ni siquiera sepamos aún que aplicaciones prácticas podrá tener en beneficio de la misma humanidad que los destruye. Este tal vez sea el concepto más fácil de comprender en el mundo materialista e interesado en que habitualmente nos movemos, pero no es el único motivo que aconseja la conservación de especies.

Efectivamente ya tendría que bastarnos el solo hecho de no alterar sustancialmente la delicada trama que une a los seres vivos entre sí, y que nos recuerda que cada especie ocupa un nicho ecológico peculiar que, con su extinción, o bien queda vacante o es ocupado por otras especies más ubicuas. Con lo cual se simplifican o desaparecen cadenas alimenticias singulares, y como si esto fuera poco, el solo derecho a coexistir en el planeta Tierra en las especies vegetales y animales debería erigirse como el principal argumento para evitar la extinción por todos los medios. www.ecoportal.net

Cristian Frers es Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social.

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/biodiversidad/el_problema_de_la_perdida_de_biodiversidad/

 

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América Latina y el Caribe: La bioeconomía como alternativa

La bioeconomía como alternativa

La bioeconomía implementa prácticas agrícolas que utilizan tecnologías biológicas y ecológicas para mejorar la productividad sin agotar los recursos naturales, promoviendo así la sostenibilidad a largo plazo.

 

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la bioeconomía aboga por modelos de actividad económica sostenibles a largo plazo.

El actual modelo económico pone en riesgo la supervivencia humana, debido a la alta dependencia de los recursos naturales y el daño que ocasiona al medioambiente, y es por ello que la bioeconomía surge como un modelo alternativo.

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la bioeconomía aboga por modelos de actividad económica sostenibles a largo plazo, integrándose de manera holística en el medio ambiente y el ecosistema en el que se desarrollan. Inicialmente, el término «bioeconomía» se asoció con la necesidad de reemplazar los recursos naturales que escasean.

Sin embargo, en la actualidad, se percibe como la producción de bienes y servicios basados en el conocimiento generado a partir de ciencia, tecnología e innovación, aplicados al uso de recursos naturales y biológicos, siguiendo procesos y normativas amigables con el medio ambiente.

La startup Solugen y ADM se unen en una asociación estratégica para llevar la química verde del maíz a nuevas alturas.  Descubre cómo esta colaboración impulsará la sostenibilidad y la innovación. #Bioeconomía #Sostenibilidad #Innovación
bioeconomia.info
Ampliando Horizontes: Una Asociación Estratégica Que Redefine El Potencial Del Maíz En La Química…

La Comisión Europea define la bioeconomía como la parte de la economía que utiliza recursos biológicos renovables de la tierra y el mar, como cultivos, bosques, peces, animales y microorganismos, para la producción de alimentos, materiales y energía.

El núcleo de la bioeconomía ofrece diversas oportunidades de producción, facilitando el desarrollo de biocombustibles para reducir la dependencia de combustibles fósiles y mejorar el impacto ambiental negativo vinculado a la emisión de gases de efecto invernadero. Además, promueve la creación de nuevos medicamentos en beneficio de la salud humana y alimentos con un rendimiento nutricional mejorado, entre otros campos de aplicación.

Asimismo, se trata de un proceso interconectado en los ámbitos económico, social y ambiental, cuyo avance demanda una transformación a largo plazo en los ámbitos políticos, sociales y procedimentales, adaptándose a contextos nacionales y regionales diversos. La finalidad es promover el crecimiento sostenible tanto en las economías desarrolladas como en las economías en desarrollo. Su objetivo principal radica en disminuir la dependencia de los recursos naturales y reformar los procesos de producción para lograr la sostenibilidad de los recursos, ya sean renovables o no, del planeta.

Este enfoque facilita que la población tenga acceso a los recursos necesarios sin perjudicar el medio ambiente, evitando la sobreexplotación de los recursos naturales y fomentando la circularidad y la seguridad alimentaria.

¿Para qué funciona la bioeconomía?

La bioeconomía desempeña un papel fundamental al reducir la dependencia de los combustibles fósiles, al mismo tiempo que limita la sobreexplotación de recursos naturales esenciales, mejorando significativamente el medio ambiente y mitigando el cambio climático.

Además, fomenta la circularidad y la reutilización de desechos, transformándolos en materiales valiosos para la generación de nuevos productos, y aprovecha los recursos biológicos renovables. En resumen, su impacto a nivel global es notable porque:

  1. Facilita el avance hacia una economía y desarrollo económico sostenible al contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las cadenas de producción basadas en bioproductos, biocombustibles y bioenergía promueven la eficiencia en la producción, permitiendo que productores primarios y consumidores se desarrollen respetando sus necesidades y derechos.
  2. Coherentemente, impulsa el crecimiento de industrias y empleo en áreas rurales, ya que muchos de los recursos biológicos se encuentran en estas zonas (madera, animales, vegetales, acuáticos, hongos, bacterias, etc.).
  3. Pone énfasis en la circularidad y la sostenibilidad, optimizando así los recursos y los procesos de producción. Como resultado, actúa como un freno contra el deterioro de los ecosistemas naturales y el cambio climático.

Algunos ejemplos de bioeconomía son los siguientes:

.   Biocombustibles Sostenibles:

En lugar de depender exclusivamente de combustibles fósiles, la bioeconomía impulsa la producción y uso de biocombustibles a partir de materias primas renovables, como aceites vegetales y residuos orgánicos.

  • Aprovechamiento de Residuos Orgánicos:

La bioeconomía favorece la circularidad al convertir los residuos orgánicos en recursos valiosos, como la producción de biogás a partir de desechos agrícolas o municipales.

  • Agricultura Sostenible:

Implementación de prácticas agrícolas que utilizan tecnologías biológicas y ecológicas para mejorar la productividad sin agotar los recursos naturales, promoviendo así la sostenibilidad a largo plazo.

  • Desarrollo de Bioproductos:

La bioeconomía impulsa la investigación y desarrollo de bioproductos, como plásticos biodegradables y materiales de construcción sostenibles, reduciendo la dependencia de materiales no renovables.

  • Biotecnología en la Salud:

Aplicación de avances en biotecnología para la producción de medicamentos y tratamientos más efectivos y sostenibles, utilizando recursos biológicos de manera responsable.

  • Silvicultura Sostenible:

Manejo sostenible de bosques para garantizar la regeneración y preservación a largo plazo, al tiempo que se aprovechan de manera consciente los productos madereros y no madereros.

  • Pesca Responsable:

Adopción de prácticas pesqueras que garantizan la conservación de las poblaciones de peces y la preservación de los ecosistemas marinos, contribuyendo a la sostenibilidad de los recursos acuáticos.

Estos ejemplos ilustran cómo la bioeconomía aborda diversos sectores, fomentando la sostenibilidad ambiental y económica a través de prácticas innovadoras y conscientes de los recursos.

Fuente de la Información: https://www.telesurtv.net/telesuragenda/bioeconomia-alternativa-20231115-0031.html
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Mundo: Las cosas del comer exigen un gran acuerdo social

Las cosas del comer exigen un gran acuerdo social

Por Blas VJ Simón Navajas

La agricultura y la ganadería generan servicios positivos e impactos negativos en las zonas donde se desarrollan. La economía, el empleo directo e indirecto, bienes socioculturales como ferias, gastronomía y medioambientales como el mantenimiento de la biodiversidad, secuestro de CO2 (producciones en pastoreo) y la gran disponibilidad de alimentos, estarían entre los positivos.

La patrimonialización del agua, la contaminación de aire, suelos y agua por nitratos, amoniaco, fito y zoosanitarios, efluentes de granjas (purines, estiércol y digestatos) emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pérdida de fertilidad del suelo, contaminación de alimentos y producción de un gran número de residuos, todos ellos contribuyendo a la emergencia climática, estarían entre los negativos.

En los últimos 60 años, hemos pasado de una producción agraria natural, con un componente importante de autoconsumo, reutilización de los medios de producción, una gran población laboral poco ocupada y unos paisajes agrarios muy distintos a los actuales, a otra groindustrial orientada al mercado, muy dependiente de las compras externas de insumos, con unas prácticas mirando exclusivamente la productividad y dentro del sistema agroalimentario (SA) que engloba a la producción primaria, las industrias alimentarias y la distribución.

La agricultura y la ganadería generan servicios positivos e impactos negativos en las zonas donde se desarrollan

La mayor disponibilidad de alimentos conseguida con el sistema agroindustrial, no ha conseguido frenar la desnutrición en el mundo y al contrario ha producido en el primer mundo un incremento de problemas de salud por exceso y malnutrición.

El número de explotaciones agrarias se ha reducido, siendo ahora más especializadas e intensivas, buscando las economías de escala (tamaño, integración vertical) como reacción a la reducción de los márgenes unitarios. Las actividades también se han concentrado regionalmente para aprovechar sinergias, economías de situación o aglomeración.

Esta evolución, que en una situación de estabilidad tiene sus indudables ventajas económicas, convierte también a las explotaciones y las regiones en menos adaptables y menos flexibles ante los cambios que sin duda se avecinan. Los impactos negativos son así mismo más importantes, pues se concentran en explotaciones y zonas determinadas.

El sistema agroalimentario es global, muy pocas empresas transnacionales (ETN) dominan en el mundo tanto la producción de los medios de producción, como la comercialización y distribución de materias primas y alimentos. El comercio a lo ancho del mundo no tiene trabas ni aranceles, cambiando el paradigma de soberanía alimentaria, de la capacidad de producir a la capacidad de acceso en el mercado. Recientemente nos hemos apercibido que ésta es también una situación de riesgo. Las crisis de materias primas de los años 2007 y 2008, la Pandemia, las guerras y la inflación actual, debidos a problemas de abastecimiento ligados a la organización y/o especulación-financiarización y menos a las carencias de productos.

El dominio cultural que ejercen las empresas transnacionales a través de los medios de comunicación, ha propiciado una transición nutricional tendente a la homogeneización de las dietas a lo largo del mundo. Hoy hablamos de una dieta estándar mundial, que con algunas variantes regionales, impulsa el consumo de carnes, productos lácteos y cereales, junto con platos preparados y alimentos ultra procesados, alejados del producto original.

La mayor disponibilidad de alimentos conseguida con el Sistema Agroindustrial, no ha conseguido frenar la desnutrición en el mundo

En el reciente estudio realizado por Noelia Parajuá publicado en 2022 sobre el periodo 1980 – 2016, nos muestra que la participación de los productores en el valor añadido del sistema agroalimentario, pasó del 50,4% al 26,4%, la industria alimentaria se mantiene en promedio entorno al 21,5%, mientras que la Distribución fue del 27,6 % al 52,5%. Esa situación marca una tendencia, la distribución que fija condiciones y precios, distribuye los márgenes en los estratos inferiores y controla el sistema. De ésta forma actúa sobre su estructura, concentración de la producción y los impactos. Esa estructura no satisface ni al consumidor ni a la producción e industria, que continuamente se quejan de los precios y su pérdida de poder en el sistema.

La conexión directa entre el agricultor y ganadero con el consumidor, está rota. Todos los medios usados en el sistema agroalimentario, químicos, abonos, motorización y transporte, son altamente dependiente de una energía fósil barata, principal responsable de los GEI y con un alto riesgo de escasez y precios altos en el futuro, pero nos resistimos a producir de otra manera.

La presión de los lobbies de los sectores implicados en el Sistema Agroalimentario, argumentando continuamente contra cualquier medida que intente controlar los impactos negativos, retrasa e impide los cambios legales y los hace desaparecer del debate público. Para justificar se muestran sobre todo problemas del sector productor (catástrofes, precios, despoblación) que es el que más empatía suscita en la ciudadanía, sin llegar a analizar profundamente las causas que los provocan.

La garantía de alimentación y la protección del medio, están íntimamente ligadas y es sin duda urgente una concertación entre los sectores que intervienen en el sistema agroalimentario y la Ciudadanía, donde se analice, planifique y acuerde que hay que hacer y cómo financiar la multitud de medidas que habrá que poner en marcha a nivel local, regional y en cada sector productivo. Se requerirá un gran esfuerzo en investigación, desarrollo y difusión, sin olvidar la formación en los cambios de todos los actores del sistema agroalimentario.

El dominio cultural que ejercen las empresas, ha propiciado una transición nutricional tendente a la homogeneización de las dietas a lo largo del mundo

Las 3 acciones prioritarias serían:

Mitigar los daños causados, comenzando por las explotaciones y actividades más contaminantes, utilizando fundamentalmente métodos de la agroecología, reduciendo progresivamente los impactos negativos, como las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de abonos de síntesis y fito-zoosanitarios y aumentando las superficies captadoras de CO2.

Adaptación a los cambios previstos, estudiando las debilidades y amenazas sobre producciones y regiones. Implicará cambios en los usos del agua, el manejo de los ciclos de producción, la genética utilizada y la ubicación de las producciones, acompañados de las inversiones necesarias. Será importante en nuestro entorno la búsqueda de alternativa para las superficies en secano actuales o que se reconviertan por la gestión del agua, el empleo de herbívoros en pastoreo, como elemento de mejora del medio y la adecuación de la ganadería intensiva (aves, porcino, vacuno de leche, engorde de terneros).

Garantizar el suministro de alimentos a la población y la remuneración de los actores Hay que asegurar la supervivencia económica de los productores y la industria agroalimentaria en todo el periodo, para evitar su desaparición y eliminar resistencias.

Las limitaciones en el uso de los medios habituales de producción, si bien bajarán la presión sobre los ecosistemas, en un primer momento pueden suponer disminuciones en la producción y el riesgo de aumentos de costos. Estos aumentos se deberán repercutir bien sobre los consumidores o sobre el erario público, el consumidor deberá ser también consciente que los precios pagados hasta ahora, tenían un elevado costo social y ambiental.

El mayor riesgo de catástrofes climáticas implicará nuevas infraestructuras de protección, mantenimiento de mayores stocks de seguridad y reforzar los sistemas de seguros agrarios frente a siniestros.

Además de esas acciones anteriores, otras acciones debieran ser aplicadas:

– Formación y educación de los ciudadanos: Educación en nutrición y preparación de alimentos de niños y adultos. Adaptar las dietas a la nueva situación productiva y a un consumo saludable y responsable, reduciendo el consumo de productos ganaderos y exóticos.

– Reducir el desperdicio alimentario (evaluado entorno al 30% de la producción total de alimentos). En los países desarrollados, sobre todo en productos preparados (pan, lácteos, frutas..) por falta de concienciación o previsión, mientras que en los países en desarrollo la parte más importante es debida a la deficiente conservación de las cosechas, por la carencia de infraestructuras.

– Control de las empresas transnacionales (ETN)Acciones públicas para controlar el dominio económico y cultural de las ETN sobre el Sistema Agroalimentario, en el control de las técnicas de producción y las patentes sobre productos y seres vivos, que debieran pasar al dominio público. La Emergencia Climática es un problema mundial, sistemas de producción que en Europa occidental están siendo contestados por la población, por problemas medioambientales o de dominio sobre las producciones, como las integraciones de cerdos, aves y vacuno, las ETN los trasladan a los países del Este de Europa, Lejano Oriente o Sudamérica, con los mismos sistemas de producción y los mismos impactos.

– La distribución: No remunera adecuadamente ni a la producción ni a la industria, forzando la desaparición de explotaciones sin aportar valor a la nutrición del consumidor e influye concentrando la estructura de la producción. Debiera haber participación pública en la distribución de alimentos, con control de los precios y márgenes en la cadena de valor, la actual Ley de la Cadena Alimentaria, no es suficiente.

La distribución no remunera adecuadamente ni a la producción ni a la industria, forzando la desaparición de explotaciones sin aportar valor a la nutrición

Lo que hace unos años era urgente, hoy es crítico. Es necesario seguir las indicaciones de la ciencia, que estudia desde hace años la complementariedad de modelos productivos realmente sostenibles, con unas dietas suficientes para la población mundial.

El sector primario, utiliza y gestiona directa o indirectamente alrededor del 80 % de la superficie total y el 80% del agua regulada, es por tanto una actividad crítica en la lucha contra la emergencia climática además de la Seguridad Alimentaria.

Hay una gran resistencia a los cambios, pero la realidad es que a pesar de las advertencias que durante años se han hecho por la comunidad científica, propugnando poner rápidamente en marcha actuaciones de cambio, se retrasa lo más posible tomar medidas.

Se argumentan riesgos sobre el abastecimiento, cuando el problema es el acceso a los alimentos, el desperdicio alimentario y una consecuencia de la globalización, la dependencia en muchos países de las producciones de otros, tanto en materias primas y alimentos como en abonos nitrogenados indispensables. Más del 70% de los alimentos que consumimos dependen de esos abonos.

El empleo de químicos en la producción animal y vegetal, que a pesar de la legislación, sigue habiendo trazas de los mismos en los productos. No hay información histórica de las consecuencias, ya que no hace muchos años que se utilizan. Su reducción y eliminación a corto plazo, debe ser una prioridad para la salud humana.

Las empresas transnacionales disponen hoy de mejores tecnologías, que distribuyen según la posición de los países, vendiendo productos prohibidos en la Unión Europea por riesgo para la salud, en los países en desarrollo.

En los países desarrollados y entre la población de ingresos altos, el consumo de alimentos de origen animal está disminuyendo desde hace más de 20 años

En los países desarrollados y entre la población de ingresos altos, el consumo de alimentos de origen animal está disminuyendo desde hace más de 20 años, por una concienciación de los riesgos para la salud y ambiente. Las ETN, para seguir manteniendo el negocio, exportan el sistema productivo a otras partes del mundo, asociando la Dieta Estándar Mundial a una mejor situación económica de la población, cuando en realidad es lo contrario.

Otro argumento en contra de tomar medidas, es el crecimiento de la población mundial, deberemos alimentar a más humanos y tenemos que seguir produciendo más. Sabemos que cuando las mujeres pueden decidir, controlan la natalidad, como ha ido pasando históricamente. Solamente está previsto que aumenten la población en África y Oriente Medio, por lo que a medio plazo la población del resto del mundo se estabilizará y posiblemente decrecerá.

Debemos exigir a nuestros Gobiernos una información objetiva sobre la situación y poner urgentemente en marcha un debate abierto que evite la confrontación entre consumidores y productores, para desplazar el discurso que mantienen los negacionistas sobre el problema y que tanto gusta en algunas organizaciones y medios de comunicación.

Blas VJ Simón Navajas | Veterinario especialista en producción animal, Investigador en Historia del sector agrario

Fuente: https://www.nuevatribu

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-cosas-del-comer-exigen-un-gran-acuerdo-social/

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