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Las afganas marcharon en Kabul en defensa de sus derechos y su inclusión en el Gobierno

Unas veinte mujeres se manifestaron este viernes en las calles de Kabul, con el fin de reclamar al próximo Gobierno talibán el respeto a los derechos obtenidos en los últimos 20 años y una participación en la vida pública afgana. Amnistía Internacional volvió a advertir que «los derechos de las mujeres están amenazados en Afganistán y estas se niegan a permanecer en silencio», pese al peligro de su protesta.

«Un Gabinete heroico con presencia de mujeres». «Participación política; las mujeres, la ley fundamental». Estos fueron algunos de los mensajes plasmados en las pancartas que portaron las manifestantes que protestaron este viernes en las calles de Kabul, la capital afgana.

Ellas, que no se quieren rendir a la hora de reclamar sus derechos frente al régimen Talibán que se impone de nuevo en el país, calificaron al Gobierno islamista que se tomó el poder el pasado 15 de agosto de ser «opresivo», sobre todo en lo referente a los derechos de la mujer.

La marcha contó con la participación de cerca de una veintena de mujeres, un día después de otro acto similar en la ciudad de Herat. Y en ambos días, todas reclamaron «educación, trabajo, libertad».

Defensoras de los derechos de las mujeres afganas y activistas civiles protestan para pedir a los talibanes la preservación de sus logros y educación, frente al palacio presidencial en Kabul, Afganistán. 3 de septiembre de 2021.
Defensoras de los derechos de las mujeres afganas y activistas civiles protestan para pedir a los talibanes la preservación de sus logros y educación, frente al palacio presidencial en Kabul, Afganistán. 3 de septiembre de 2021. © Stringer / Reuters

Los talibanes, que llegaron de nuevo al poder al momento del retiro estadounidense, prohibieron a las mujeres la mayoría de los trabajos cuando gobernaron el país por última vez hace 20 años.

Durante una conferencia de prensa posterior a la toma de Kabul, un portavoz de los talibanes dijo que los derechos de las mujeres serían protegidos de acuerdo con la ley islámica y que se les permitiría trabajar en sectores importantes de la sociedad. Sin embargo, más que promesas, las afganas quieren acciones, con el fin de salvaguardar sus derechos y educación.

Desde el regreso del régimen islamista al poder, no se ha tenido en cuenta a las mujeres para discutir el nuevo Gobierno afgano, que espera anunciarse pronto y que estará regido por la sharía o ley islámica.

Mujeres perseguidas, amenazadas y obligadas a huir

Las participantes en la marcha de este viernes son de diferentes ámbitos de la sociedad. Se trata de mujeres que reclaman «una participación significativa en la vida pública» de Afganistán.

Según Samira Khairkhwa, una de las organizadoras del evento entrevistada por la agencia EFE, «las mujeres deben ser incluidas en el nuevo Gabinete de los talibanes (…) Los talibanes deben seguir comprometidos con sus promesas de que las mujeres disfrutarán de todos sus derechos en el futuro gobierno. La comunidad internacional no debe olvidarnos y debe escuchar nuestra voz y trabajar por defender nuestros derechos».

Muchas afganas se muestran incrédulas ante la promesa talibán de que formarán un Gobierno «inclusivo» que, en el caso de las mujeres, los líderes fundamentalistas han pedido esperar para ver cuáles serán las nuevas directrices.

Los recuerdos del tiempo en que los militantes controlaron Afganistán, entre 1996 y 2001, siguen vivos. Las mujeres fueron entonces recluidas en sus casas, tenían prohibido trabajar, estudiar, estar maquilladas en público e incluso salir solas a las calles.

La organización Amnistía Internacional aseguró que «los derechos de las mujeres están amenazados en Afganistán y estas se niegan a permanecer en silencio». Pero, a pesar de la fuerza que se manifiesta en las calles para que los talibanes no socaven sus derechos, el camino sigue siendo difícil.

Fueron cerca de 20 mujeres que protestaron este viernes frente al palacio presidencial en Kabul, Afganistán. 3 de septiembre de 2021.
Fueron cerca de 20 mujeres que protestaron este viernes frente al palacio presidencial en Kabul, Afganistán. 3 de septiembre de 2021. © Stringer / Reuters

Por ejemplo, de las 250 juezas que cuenta Afganistán, muchas intentaron huir en los últimos días. Una de ellas le contó a la agencia Reuters cómo fue perseguida por hombres que una vez había encarcelado y que fueron liberados por los talibanes hace pocos días.

«Cuatro o cinco miembros del Talibán vinieron y preguntaron a la gente en mi casa: ‘¿Dónde está esa jueza?’ Estas eran personas a las que yo había encarcelado», relató la mujer, que ahora se encuentra refugiada en Europa.

Además, hay alrededor de 1.000 defensoras de los derechos humanos que también podrían estar en la mira de los talibanes. Según Horia Mosadiq, activista de derechos humanos afgana, los presos liberados «están llamando con amenazas de muerte a las mujeres jueces, mujeres fiscales y mujeres policías, diciendo ‘iremos tras ustedes'».

Fuente: https://www.france24.com/es/medio-oriente/20210903-afganistan-protestas-mujeres-derechos-inclusion-gobierno

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¿Qué pasa en Afganistán? Libros y películas para entender el conflicto

La cultura es una herramienta fundamental para entender la situación por la que pasa el país de Oriente Medio.

En las últimas semanas, tras la retirada del Ejército de Estados Unidos y la toma de poder por parte de los talibanes en Afganistán, son muchos los que han buscado empaparse a través de películas o libros sobre qué ocurre en el país de Oriente Medio y por qué se ha llegado a esta situación tras 20 años de presencia de tropas internacionales en el país.

Sin embargo, para comprender también esas películas y libros hay que contextualizar el conflicto de Afganistán, pues este país estuvo en guerra mucho antes de que las tropas estadounidenses y sus aliados internacionales entraran en su territorio en diciembre de 2001 (tras los atentados del 11S) con el objetivo de desmantelar a la red terrorista Al Qaeda y la eliminación de los talibanes del poder para hacer de este país un lugar seguro.

Para entender lo que sucede hay que remontarse a los años 80, cuando la URSS invadió el país

Para entender lo que ha sucedido y está sucediendo allí hay que remontarse a los años 80, cuando la extinta Unión Soviética invadió militarmente el país, algo que desencadenó una guerra de 14 años. Tras su fin, en 1992, se abrió un periodo de inestabilidad política en el país en el que un grupo de guerrilleros muyahidines -combatientes por la yihad (guerra santa) armada- toma el control y asienta las bases de lo que posteriormente serían los talibanes.

Thank you for watching

La tercera parte de la saga Rambo (Peter MacDonald) (1988) tampoco pasa por alto el conflicto afgano-soviético, es más, la escena final de la cinta tiene una dedicatoria a los talibanes que ayudaron al personaje de Sylvester Stallone a rescatar al Coronel Trautman de la mano de los soviéticos: «La película está dedicada a los valientes combatientes muyahidines de Afganistán».

Desde el otro lado de la trinchera, el cineasta ruso Ali Khamraev lanzó en 1983 la cinta Hot summer in Kabul, en la que un médico ruso viaja a Afganistán durante la guerra y ve de primera mano la carnicería causada por los muyahidines islamistas hacia el gobierno socialista ruso.

La intrusión de las tropas estadounidenses en Afganistán tras el atentado a las torres gemelas el 11S de 2001 y su permanencia en el país durante 20 años también se ha reflejado en la literatura y en la cinematografía.

Inspirada en hechos reales, Osama (Siddiq Barmak, 2003), cuenta la historia real de una joven que se disfrazaba como un niño para poder trabajar, ya que su tío y su padre habían muerto y sin un hombre en la familia, su madre, su abuela y ella misma ni siquiera podían salir de casa, por lo que estaban condenadas a morirse de hambre. La cinta, ganadora del Globo de Oro 2004, fue la primera filmada íntegramente en Afganistán desde el primer ascenso al poder y la posterior caída de los talibanes.

La afamada novela de Yasmina Khadra Las golondrinas de Kabul se convirtió en un filme de animación dirigido por Zabou Breitman y Eléa Gobbé-Mévellec, donde una pareja de enamorados en el verano de 1998 sueñan con un futuro mejor, a pesar de la violencia y las penurias

Las novelas Cometas en el cielo, Mil soles espléndidos, Y las montañas hablaron, del médico afgano estadounidense Khaled Hosseini, conforman un tríptico inigualable para entender el conflicto afgano, el ultraconvervadurismo talibán y los nulos derechos que tiene la mujer bajo este régimen.

Aunque no es afgana, la pakistaní Malala Yousafzai -Premio Nobel de la Paz 2014- sabe de primera mano lo que es enfrentarse a los talibanes (fue tiroteada en la cabeza por defender su derecho a ir a la escuela). Tras salir del país, la joven escribió Yo soy Malala, una autobiografía que dedica a todas las niñas.

Fuente: https://www.publico.es/culturas/pasa-afganistan-libros-peliculas-entender-conflicto.html

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Las mujeres afganas que desafían el regreso de los talibanes al poder: «Los tiempos han cambiado

  • Cuatro mujeres se manifestaron este martes en Kabul por la defensa de los derechos de las afganas
  • Esta acción es el reflejo de una generación de mujeres que han podido estudiar y trabajar y no quieren perder sus derechos

Armadas con cuatro folios, un pequeño grupo de mujeres afganas protagonizó la primera protesta feminista de la que se tiene constancia desde que los talibanes se hiciesen con Kabul y pusiesen fin a la guerra. Las activistas han desafiado en Kabul el retorno del régimen talibán mientras defendían sus derechos al grito de frases como «la educación y la participación política es el derecho de toda mujer afgana» y «las mujeres son la mitad de la sociedad».

La imagen de la protesta fue difundida por la agencia de prensa afgana Pajhwok Afgan News y divulgada por Basir Fitri. En la fotografía aparecen cinco mujeres, cuatro de ellas sosteniendo carteles en los que, en dos, puede leerse el mensaje en inglés de «hay mujeres afganas». La misma agencia difundió más tarde un vídeo del acontecimiento a través de su cuenta en la red social Twitter en el que aparecen las cuatro mujeres rodeadas de talibanes armados. El vídeo cuenta ya con más de dos millones y medio de reproducciones.

Este desafío es el reflejo de una generación de mujeres que vive mayoritariamente en las grandes ciudades, que ha podido ir a la escuela y a la universidad y desarrollar una carrera profesional. Y están dispuestas a luchar para no perder todo lo conseguido.

«Los tiempos han cambiado», ha afirmado a Reuters, Khadija, directora de una escuela religiosa para niñas en Afganistán. «Los talibanes son conscientes de que no pueden silenciarnos. Si apagan Internet, el mundo lo sabrá en menos de cinco minutos».

En un país sumido en el miedo y la incertidumbre, algunas mujeres ya han recibido órdenes de abandonar sus trabajos, otras han huido de sus hogares y muchas se están ocultando de los talibanes. Según ha asegurado a RTVE.es la periodista Mònica Bernabé, que fue corresponsal en Afganistán durante casi ocho años, los mensajes que le llegan desde Kabul son de «absoluta desesperación».

«En todas las guerras las mujeres son las grandes víctimas pero en esta situación más, porque aquí hay una suma de muchas cosas: de ignorancia, de desconocimiento y de violencia», ha afirmado Nadia Guhlan, educadora social y escritora, en una entrevista con RNE.

La valentía de las mujeres afganas

Alrededor de 3,5 millones de niñas asistían en el último año a la escuela, más del 25 % de los miembros del Parlamento son mujeres, y casi el 30 % de las empleadas en las instituciones de la administración pública. Pero esta mejoraría en las condiciones de vida de las afganas podría cambiar pronto con la vuelta de los talibanes, que ya dirigieron el país hace 20 años. 

Desde 1996 hasta 2001, en Afganistán las mujeres se vieron privadas de realizar actividades como trabajar o asistir a la escuela y a la universidad. Durante ese período de tiempo talibán, las afganas tampoco podían salir de sus hogares con la cara descubierta y sin la compañía de un hombre. Estas son algunas de las limitaciones que las activistas, que forman parte de una generación que ha crecido con mayores libertades, temen recuperar con la vuelta al poder de los talibanes.

Si limitan Internet…Enviaré libros a las casas

La activista afgana por la educación de las niñas Pashtana Durrani no planea rendirse ante las posibles prohibiciones del nuevo régimen y ha señalado a Reuters tener una alternativa para cada una de esas limitaciones. «Si limitan el currículo, subiré más libros a una biblioteca online. Si limitan Internet, enviaré libros a las casas. Si limitan profesores, haré una escuela subterránea», ha señalado.

Khadijadirectora de una escuela religiosa para niñas en Afganistán, ha mostrado a Reuters cierto optimismo respecto al futuro de las mujeres: «Los tiempos han cambiado». «Los talibanes son conscientes de que no pueden silenciarnos. Si apagan Internet, el mundo lo sabrá en menos de cinco minutos», ha afirmado a los periodistas Rupam Jain y Lucy Marks. «Tendrán que aceptar quiénes somos», ha sentenciado Khadija.

Otra de las mujeres que han demostrado no estar dispuestas a abandonar sus libertades es la renombrada directora de cine afgana Sahraa Karimi, la única mujer afgana con doctorado en cine. Karimi ha publicado diversos vídeos en las redes sociales de Instagram y Twitter en los que ofrece declaraciones sobre la situación actual en Afganistán, solicitando ayuda a la comunidad internacional. No obstante, la cineasta ha mostrado también su valentía al explicar que no abandonará su país «hasta el último momento».

La ley de Sharía limitará los derechos de las mujeres

Este martes los talibanes ofrecieron la primera rueda de prensa desde su toma de Kabul, un evento en el que los derechos de las mujeres han ocupado muchas de las preguntas de los periodistas. El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, manifestó que las mujeres afganas podrán trabajar y estudiar, pero «dentro de los límites de la ley islámica».

No habrá dicriminación contra las mujeres, pero dentro de nuestros marcos

«Le aseguramos a la comunidad internacional que no habrá discriminación contra las mujeres, pero, por supuesto, dentro de nuestros marcos», respondió el talibán a los medios de comunicación en referencia a sharía, interpretada de forma extrema por los talibanes. «Las mujeres son una parte importante de la sociedad y vamos a garantizar todos sus derechos dentro de los límites del Islam», agregó.

Mujeres de todo el mundo unidas por Afganistán

Mujeres como la escritora y periodista Rosa Montero han redactado un llamamiento a la comunidad internacional en el que reivindican la libertad, dignidad e igualdad de las afganas. El documento, escrito en tres idiomas diferentes y al que se puede continuar accediendo para firmarlo, hace hincapié en la «crueldad intolerable y adicional» que padecen la población femenina de Afganistán por el único hecho de ser mujer.

El llamamiento se centra en tres peticiones principales: exigir al poder talibán que mantenga abiertas las fronteras para que todas las personas que deseen abandonar el país puedan hacerlo, que los gobiernos internacionales repatríen «al mayor número posible de afganos y especialmente afganas en peligro inminente» y que se preste una especial atención a las mujeres en situación de riesgo por haber desempeñado «tareas profesionales prohibidas por los talibanes» u otros motivos.

A esta petición se han sumado organizaciones como la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE). Por su parte, Kobra, una activista afgana por los derechos de las mujeres que ha hablado con RTVE desde Kabul, donde reside actualmente, ha manifestado que las afganas no necesitan bonitas declaraciones, sino «acciones bonitas de la comunidad internacional».

Fuente: https://www.rtve.es/noticias/20210818/primera-protesta-feminista-afganistan-regimen-taliban/2160900.shtml

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Unesco pide que no se obstaculice el acceso a la educación de las niñas en Afganistán

Audrey Azoulay, directora del organismo, apuntó que el futuro de Afganistán depende de las mujeres y niñas.

Audrey Azoulay, directora general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), frente a la toma de poder de los talibanes en Afganistán, sentenció que “nada debe obstaculizar el derecho fundamental a la educación, en particular para las niñas y las mujeres“.

En esta línea, hizo un llamado para que no exista discriminación, que tanto docentes como estudiantes puedan llevar a cabo sus actividades con seguridad y que las mujeres y niñas continúen aprendiendo “sin restricciones”.

Resaltó los logros en materia de derechos para mujeres y niñas que se han alcanzado en 20 años en la mencionada nación, sobre todo en el ámbito de la educación.

Apuntó que el organismo internacional que encabeza realizará esfuerzos para que la ciudadanía afgana tenga garantizado el derecho a la educación, el cual, señaló, es “indispensable para el ejercicio de los otros derechos humanos y para el desarrollo de Afganistán”.

Entre 1996 y 2001 los talibanes controlaron Afganistán, imponiendo diversas restricciones que vulneraron sobre todo los derechos del sector femenino, pues no se les permitía estudiar, ir a trabajar, ni salir sin estar acompañadas de un hombre.

Los castigos al no acatar las normar que impuso la facción extremista eran tan graves como la lapidación pública, sentencia que consta en lanzar piedras a la persona acusada hasta su muerte.

En la víspera los talibanes realizaron una conferencia de prensa en la que aseguraron que se respetarían los derechos de las mujeres en los límites de la ley del islam, sin embargo las afganas no tienen garantía de que eso en realidad vaya a cumplirse.

 

Fuente: https://www.vibetv.mx/salud/20210818/unesco-pide-que-no-se-obstaculice-el-acceso-a-la-educacion-de-las-ninas-en-afganistan/

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Afganistán: «Los talibanes anulan totalmente a la mujer»

Los talibanes controlan la mitad de Afganistán e intensifican su ofensiva a lo largo y ancho del país. Mientras Estados Unidos se prepara para retirar definitivamente sus tropas, los talibanes siguen invadiendo aldeas y ciudades. La guerra en Afganistán se ha recrudecido desde mayo con el inicio de la retirada de las tropas internacionales. Los civiles están pagando el precio más elevado: más de mil han muerto en el último mes, al menos 27 menores en los últimos tres días. Naciones Unidas pide un alto al fuego que no acaba de llegar, pese a las negociaciones emprendidas en septiembre entre el gobierno afgano y los talibanes. Casi 250.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en los últimos tres meses como consecuencia del avance talibán. Informa Cristina Sánchez, corresponsal en Oriente Próximo.

Con la periodista Mónica Bernabé, excorresponsal en Kabul durante 8 años y autora de Afganistán, crónica de una ficción, analizamos la situación en la que viven las mujeres en el país, quienes más sufren a los talibanes. «La vida pública de las mujeres pasó a ser nula con los talibanes en el poder», explica Bernabé. Las mujeres no tienen ningún tipo de derecho: no pueden trabajar ni hacer ninguna actividad fuera del hogar sin el permiso de sus padres, hermanos o maridos. «Los talibanes anulan totalmente a la mujer en todos los sentidos. Lo más preocupante es eso, que no se permita a las mujeres ni a las niñas tener acceso a la educación. Durante el régimen talibán las escuelas para niñas se cerraron completamente», cuenta Mónica Bernabé.

Las mujeres bajo el régimen talibán también tenían dificultades para tener acceso a la Sanidad: «No podían trabajar y no se permite relación entre hombres y mujeres. En los hospitales no había doctoras mujeres para atenderlas». ¿Cómo ve el futuro? Los talibanes dijeron que ahora eran más moderados, pero Bernabé tacha eso de «auténtica falacia», dados los hechos que estamos viendo. «Con o sin talibanes la situación de la mujer era dramática«, explica la periodista. «Esta quedando demostrado que el ejército afgano no tiene capacidad para frenar ese avance. Actualmente cuenta con el apoyo aéreo de Estados Unidos. Cuando ese apoyo finalice yo no sé qué va a pasar».

Fuente: https://www.rtve.es/play/audios/14-horas/afganistan-talibanes-situacion-mujeres/6051449/

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Afganistán en peligro

Afganistán en peligro

La ONU advierte que la guerra en Afganistán ha entrado en una nueva fase “más mortífera y destructiva”. La escasa protección estatal de los civiles amenaza la existencia de Mali, asegura un experto de la ONU. António Guterres recuerda que el único modo de acabar con las armas nucleares es eliminándolas. Crece la vacunación contra la COVID-19 en el sureste asiático.

La ONU alerta que Afganistán se encuentra en un peligroso punto de inflexión

Afganistán se encuentra en estos momentos en un peligroso punto de inflexión, advirtió este viernes ante el Consejo de Seguridad la representante especial del Secretario General para Afganistán, Deborah Lyons.

La responsable de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en ese país recordó durante las últimas semanas la guerra en Afganistán ha entrado en una nueva fase “más mortífera y destructiva”, y que durante los dos últimos meses los talibanes capturaron zonas rurales que sirvieron como base para lanzar ataques a grandes ciudades.

“Los primeros informes sugieren que los talibanes han capturado hoy la capital de la provincia de Nimroz. También se han producido intensos combates en el norte de Afganistán (…) Se trata de un claro intento de los talibanes de apoderarse de los centros urbanos con la fuerza de las armas. El número de víctimas de esta estrategia es extremadamente angustioso, y el mensaje político es profundamente perturbador”, alertó.

Lyons recordó que se esperaba una disminución de la violencia cuando se firmó el acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes en febrero de 2020, al inicio de las conversaciones entre el Gobierno y los talibanes, y cuando las tropas internacionales abandonaron el país, pero que en ninguno de los casos se ha producido el efecto deseado.

Al contrario, denunció que se ha producido un aumento del 50% en el número de víctimas civiles y predijo “que habrá muchas más a medida que las ciudades sean atacadas”.

La diplomática canadiense añadió que al sufrimiento causado por la guerra hay que sumarle la creciente crisis humanitaria ya que 18,5 millones de personas, casi la mitad de la población del país, necesitan ayuda de emergencia. A esta dramática situación se le añade la grave sequía que afecta al país.

Fuente de la Información: https://news.un.org/es/story/2021/08/1495222

 

 

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Indígenas de Bangladesh viven con la zozobra de perder sus bosques

 Cuando el Departamento Forestal de Bangladesh taló el huerto de bananos de Basanti Rema, esta habitante indígena de los bosques de Madhupur, sintió que estaba viviendo una pesadilla.

Rema, de la aldea de Pegmari, en Madhupur, parte del distrito de Tangail, había cultivado sus platanales  en media hectárea dentro del bosque de esa área protegida. Pero el Departamento Forestal alegó que la tierra en la que se cultivaban los bananos pertenecía al organismo estatal.

La historia de Rema no es inusual, ya que en el pasado los garo y otras minorías indígenas han sido desalojados de sus tierras ancestrales por falta de derechos registrados sobre ellas, aunque existan pruebas de que junglas como la de Madhupur han sido su hogar de siempre.

“La disputa por la tierra es el principal problema, ya que el gobierno declaró 9145 acres (3700 hectáreas) de tierra del bosque de Madhupur como bosque de reserva forestal absoluta, poniendo en riesgo nuestra vida en nuestra tierra ancestral”, dijo Jonajetra, un miembro de la comunidad garo que vive dentro de ese bosque selvático, en la región norcentral de este país del sur de Asia.

En su diálogo con IPS, aseguró que el Departamento Forestal a menudo presenta casos falsos contra los indígenas por la supuesta tala de árboles. Incluso se ha demandado por esa actividad a niños de siete y ocho años.

En el boletín oficial de Bangladesh del 15 de febrero de 2016, el Ministerio de Medio Ambiente y Bosques declaró la tierra parque nacional de Madhupur como reserva forestal en virtud de la sección 20 de la Ley Forestal de nada menos que de 1927.

“Los habitantes garo se han enfrentado a varios problemas en la jungla. El Departamento Forestal presenta con frecuencia casos falsos contra nosotros”, dijo a IPS el dirigente Eugin Nokrek, presidente de Joyenshahi Adivasi Unnayan Parishad, una organización de pueblos indígenas bangladesíes.

“Si queremos construir una nueva casa y desmantelar la antigua, el departamento obstruye nuestras obras. Si queremos plantar huertos de bananos o piñas en nuestras tierras en barbecho, recibimos objeciones del Departamento Forestal”, añadió.

Miedo al desalojo

A pesar de vivir en la jungla de Madhupur, también conocida como Garth Gazau, durante generaciones, a los indígenas garo y otras minorías no se les han reconocido sus derechos en aquellas tierras declaradas como forestales.

Los esfuerzos del Departamento Forestal por recuperar las tierras perdidas por la agricultura y el acaparamiento de tierras han acrecentado el temor de las comunidades indígenas de perder las tierras donde han vivido por muchas generaciones, con derechos diferenciados a otros ocupantes que no se están teniendo en cuanta.

“Estamos a punto de ser desalojados de nuestras tierras ancestrales, ya que el gobierno ha declarado el bosque de Madhupur como una reserva absoluta. Podemos ser desalojados del bosque en cualquier momento”, dijo Nokrek, miembro del pueblo garo.

Hace décadas, Madhupur, en el distrito de Tangail, tenía 49 750 hectáreas, de las que  22 450 eran bosques protegidos.

Miembros de los pueblos indígenas de Bangladesh forman una cadena humana en el distrito de Tangail, en una de sus muchas iniciativas para exigir que se le reconozcan derechos legales sobre sus tierras ancestrales, en especial en la jungla de Madhupur. Foto: Rafiqul Islam / IPS

Según los funcionarios del Departamento Forestal de Tangail, ya han desaparecido algo más de 32 000 hectáreas de bosque debido a la tala indiscriminada y al acaparamiento de tierras, en un proceso que continúa y que se busca revertir.

Mohammad Jahirul Haque, funcionario forestal en la división de Tangail, dijo que el Departamento continuará sus campañas para recuperar las tierras forestales de los acaparadores. Sin embargo, aseguró a IPS que no había ningún plan para desalojar a los indígenas del bosque y que permanecerían en sus tierras ancestrales.

Según Sanjeeb Drong, secretario general del Foro de Pueblos Indígenas de Bangladesh, legalmente el bosque de Madhupur está bajo la jurisdicción del Departamento Forestal, pero los indígenas lo reclaman como su territorio colectivo ancestral y tienen pruebas para defender sus derechos.

El activista recordó que Madhupur es el hogar de las etnias garo, barman y koch, que viven entre sus árboles por muchas generaciones.

Cumplir una promesa

Al gobierno de la primera ministra Sheikh Hasina se le considera sensible a los derechos indígenas y en el programa electoral que la elevó por primera vez al poder en enero de 2009 se comprometía a formar una comisión independiente para resolver los conflictos territoriales de las diferentes minorías étnicas.

Pero la estela de persecuciones del pasado mantiene el temor entre las comunidades originarias, lo que se recrudece con las medidas adoptadas por el Departamento Forestal contra las actividades de los indígenas en Madhupur y los obstáculos de todo tipo al desarrollo de sus comunidades.

Nokrek dijo que muchas familias indígenas fueron desalojadas de Madhupur durante el bienio 2007-2008, durante el gobierno provisional de entonces.

Al dirigente indígena le preocupa que un cambio de gobierno pueda incrementar los desalojos, aduciendo causas de conservación ambiental o de otro tipo.

“Somos los habitantes del bosque y exigimos derechos legales sobre nuestra tierra, en la que hemos vivido durante generaciones. Queremos el reconocimiento legal de nuestra tierra ancestral para que nadie pueda desalojarnos”,  dijo Nokrek.

Además, explicó, “si tenemos el reconocimiento legal, obtendremos una compensación cuando el gobierno quiera hacerse con nuestras tierras ancestrales por un interés mayor”.

Los propietarios de tierras son compensados cuando se adquieren sus tierras para proyectos gubernamentales. Sin embargo, los garo y otras etnias indígenas no pueden recibir una indemnización porque no tienen pruebas legales sobre la propiedad de la tierra y otros derechos colectivos sobre ella.

De hecho, “la larga disputa sobre el derecho a la tierra de las minorías étnicas aún no se ha resuelto, ya que el gobierno todavía no ha formado la prometida comisión”, dijo Drong.

“Los responsables políticos deben tomar decisiones sobre cómo conceder a las personas de las etnias los derechos sobre sus tierras ancestrales”, insistió el secretario general del Foro de Pueblos Indígenas de Bangladesh.

En 1956, el entonces gobierno de Pakistán declaró el bosque a Madhupur como parque nacional y desalojó a los indígenas para adquirir las tierras forestales.

Tras alcanzar  Bangladesh su independencia en 1971, el bosque de Madhupur fue declarado bosque nacional o bosque reservado.

“Aunque los garo llevaban mucho tiempo viviendo en este bosque, los terratenientes no les concedieron derechos sobre la tierra tras la aprobación de la Ley de Adquisición y Tenencia del Estado de Bengala Oriental en 1950. Por eso perdieron sus derechos sobre sus tierras ancestrales”, detalló Drong en su diálogo con IPS.

Eso no ha sido obstáculo para que “la mayor parte del bosque de Madhupur ya haya sido acaparada por personas influyentes y ocupantes locales”, señaló.

Los árboles nativos son reemplazados

Nokrek, por su parte, denunció que el Departamento Forestal está sembrando plantones de acacia, en lugar de mantener los tradicionales árboles de sal (Shorea robusta ) en el bosque más grande de esta especie en Bangladesh, en el marco de un llamado programa de forestación social.

“El Departamento Forestal, los políticos y las personas influyentes encuentran negocio en este proyecto”, dijo.

Tras señalar que, debido a la presión del aumento de la población, la superficie forestal disminuye día a día, el dirigente indígena dijo que en los últimos años se han establecido fábricas e industrias en terrenos forestales mediante la falsificación de documentos.

Haque, el responsable de la división del Departamento Forestal de Tangail, dijo que había algo menos de 50 000 hectáreas de bosque de sal en Madhupur, aunque reconoció que parte de ese territorio estaba ocupado por acaparadores locales de tierra y personas influyentes.

El Departamento Forestal ha recuperado hasta ahora unas 7500 hectáreas de esas tierras boscosas, aseguró.

Como el bosque se está reduciendo rápidamente en la principal zona de Madhupur,  Haque  aseguró que el gobierno tomó ya la decisión de restaurar el bosque tradicional de sal y la tierra forestal en barbecho se pondrá bajo cobertura verde con la plantación de nuevos plantones de esa especie nativa.

Fuente: https://rebelion.org/indigenas-de-bangladesh-viven-con-la-zozobra-de-perder-sus-bosques/

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