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UN condemns deadly attack at guesthouse in Afghanistan

UN condemns deadly attack at guesthouse in Afghanistan

The United Nations strongly condemned Friday’s suicide attack in eastern Afghanistan, in which at least 21 persons were killed and over 100, including women and children, wounded.

According to media reports, a vehicle laden with explosives detonated near a guesthouse on Friday evening (local time) in Puli-e-Alam, the provincial capital of Logar, about 70 kilometres (43 miles) south of Kabul. A number of students are said to be among the casualties.

The blast, which took place as people were breaking their fast during the holy month of Ramadan, also damaged a number of buildings, including a hospital.

In a statement issued by his spokesperson, UN Secretary-General António Guterres expressed his condolences to the families of the victims, and to the Government and people of Afghanistan.

“He hopes that the observation of the holy month of Ramadan, a time for contemplation and compassion, will be an occasion to reflect on those who have been affected by the prolonged conflict in the country and to come together in renewed efforts toward peace”, the statement said.

In a separate message, the UN Assistance Mission in Afghanistan (UNAMAsaid it was “outraged” by the attack.

“Our thoughts are with the families of the victims”, the Mission added.

Fuente de la Información: https://news.un.org/en/story/2021/05/1091102

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La increíble historia de Nadia Nadim: de huir de la guerra a futbolista profesional

Nadia Nadim superó obstáculos para muchos infranqueables. Huyó de un Afganistán en guerra después del asesinato de su padre, vagó por varios países hasta refugiarse en Dinamarca y hoy es futbolista profesional del París Saint Germain (PSG), embajadora de la Unesco y estudiante de Medicina.

«Vini, vidi, vinci». Es la célebre frase atribuida al emperador romano Julio César que Nadia tiene inscrita en sus botas de fútbol. «Expresa un tipo de mentalidad. A cualquier lugar que vaya, no importa el ambiente que me rodee, lo voy a conquistar», dice la futbolista en una entrevista con EFE.

Inspirada por la magia y la voracidad goleadora del brasileño Ronaldo Nazário, la internacional danesa, nacida el 2 enero 1988 en Herat (Afganistán), ha construido una carrera en el fútbol y fuera de él con mucho esfuerzo y talento.

Segunda de cinco hermanas, Nadia perdió a su padre cuando tenía 8 años. General del Ejército, fue asesinado en la guerra civil que condujo a los Talibanes al poder en Afganistán en 1996.

«Tengo una mezcla de recuerdos», reconoce la jugadora. Unos primeros años de infancia felices y seguros hasta que estalla el conflicto. Después de la muerte de su padre, le persigue «el olor de los cuerpos quemados», incluido el de su tío, el silbido de los misiles, «el no sentirse segura» en ningún momento.

En 2000, cuando Nadia tenía 11 años, su madre decidió huir del país con sus cinco hijas en una «terrorífica» odisea en la que conoció el mundo de los traficantes de personas. En un minibus, viajaron de Kabul a Pakistán. Desde allí, con pasaportes falsos, embarcaron hacia Italia y luego en camión hasta Dinamarca.

«Ningún menor -subraya- debería pasar por esto, pero así es la vida. En ese momento no podía hacer nada, aunque ahora me siento feliz por haber tenido una segunda oportunidad y haber superado ese trauma gracias a mi fuerza mental».

En el pequeño y rico país nórdico, pasó una dura adaptación. Logró el estatuto de refugiada y fue allí donde vio por primera vez a unas chicas jugando al fútbol, un deporte con el que ya había tenido contacto a través de su padre.

«Junto al campo de refugiados, había un terreno de fútbol donde entrenaba un club local. Cuando las vi jugar, me dije, quiero hacer lo mismo».

Emulando las filigranas brasileñas de Ronaldo, Rivaldo o Ronaldinho, Nadia se destacó del resto por su fantasía y talento; también por su perseverancia.

«Mi estilo me ayudaba casi siempre pero, a veces, me daba problemas», asume, recordando los reproches de individualismo que algunos entrenadores le hacían.

Desde entonces, fue completando paso a paso, sin parar de marcar goles y «trabajando más que el resto para tener oportunidades» por su condición de inmigrante.

Comenzó su andadura profesional en clubes daneses hasta dar el salto a la prestigiosa Liga estadounidense, donde jugó con el Sky Blue FC y el Portland Thorns FC. Un breve paso por el Manchester City de Inglaterra precedió a su fichaje por el PSG en 2018, donde completa su tercera temporada.

Hizo historia

En 2009, con 21 años, debutó en la selección danesa y su nombre pasó a la historia del país por ser la primera futbolista profesional, del ámbito masculino o femenino, en representar a Dinamarca como nacionalizada.

Desde entonces, ha jugado 93 encuentros con su selección y ha anotado 33 goles. Representar a su nación de adopción no le ha hecho olvidarse de sus raíces. En sus botas, esta mujer que habla ocho lenguas tiene impresas la bandera danesa y la afgana. «Soy una mezcla de dos culturas, de dos países, tengo a los dos en mí, lo reflejo en la manera en la que pienso. No soy 100 % afgana, ni 100 % danesa», apunta.

Paralelamente a su exitosa carrera, Nadia está a punto de terminar sus estudios en Medicina, con especialidad en cirugía plástica. La Unesco la escogió en 2019 como embajadora en favor de la educación para las niñas y las mujeres. Su inaudita historia ya empieza a inspirar a otras chicas.

Con solo 33 años, ya cumplió muchos sueños que parecían inalcanzables. Qué objetivos personales le quedan por cumplir? «Además de acabar mi estudios como médica, para los que me falta un semestre, repartir sonrisas vaya donde vaya, hacer a la gente feliz».

Fuente: https://www.elcomercio.com/deportes/futbol-historia-nadia-nadim-guerra.html

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Afganistán revoca prohibición de que niñas canten en público

La prohibición de que las niñas canten en público, impuesta la semana pasada por las autoridades educativas de la capital de Afganistán, fue revocada tras una campaña de protesta en las redes sociales.

Los coros de colegialas son habituales en los actos oficiales afganos, pero cuando las autoridades educativas de Kabul prohibieron la participación de adolescentes se produjo una reacción inmediata.

La orden suscitó temores de que los funcionarios de educación estuvieran «talibanizando» el país, anunciando un retorno a la época en que el grupo islamista prohibía la participación de las mujeres en casi todos los ámbitos de la sociedad.

A última hora del domingo, el ministerio de Educación emitió un comunicado en el que afirmaba que la prohibición «no refleja las posiciones o políticas del Ministerio».

El anuncio llegó tras una reacción masiva en las redes sociales con el hashtag #IAmMySong.

«En Afganistán, el ministerio de Educación ha sofocado hoy las voces de nuestras niñas al hacer ilegal que canten», tuiteó Shamila Kohestani, excapitana de la selección nacional de fútbol femenino.

La controversia se produce en medio de los temores de un posible regreso de los talibanes al poder, cuando Estados Unidos está estudiando la posibilidad de retirar las tropas que todavía tiene en el país en las próximas semanas, de conformidad con un acuerdo histórico firmado con los insurgentes el año pasado.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/notas/2021/03/15/mundo/por-descontento-afganistan-revoca-prohibicion-las-ninas-canten-en-publico/

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#IamMySong: Las mujeres afganas se niegan a dejar de cantar

Mujeres afganas asisten a un acto para celebrar el Día de los Derechos de la Mujer en Kabul, el domingo 7 de marzo de 2021.

En Afganistán, una nota del Ministerio de Educación del 10 de marzo ha levantado una ola de ira en las redes sociales, ya que prohíbe a las niñas de 12 años o más cantar en la escuela. El movimiento «#IamMySong» se lanzó en Twitter con una petición en línea que reunió más de 100.000 firmas. Desde entonces, el ministerio ha retirado su nota, modificándola, torpemente. Pero el daño está hecho y la movilización continúa.

Ahmad Sarmast fue quien empezó el movimiento. Es el fundador del Instituto Nacional Afgano de Música (ANIM), el único centro de aprendizaje musical del país, amenazado por los talibanes, entre otros, desde su creación en 2010.

El 10 de marzo, Ahmad Sarmast tuiteó, con el hashtag #IamMySong: «El acceso a la música y al canto es uno de los derechos humanos y ciudadanos más básicos, ni la discriminación ni el sectarismo deben impedir que las mujeres accedan o enseñen este sublime arte». El tuit terminaba con esta invitación: «Únase a la campaña cantando una canción en apoyo del derecho a la música y a la libertad de las mujeres afganas».

 

 

Hace unos días, el hashtag tenía más de 600.000 publicaciones en su haber, y vídeos de mujeres públicas en Afganistán comenzaron a proliferar en la red, como la de Shaharzad Akbar, directora de la comisión independiente de derechos humanos, mirando a la cámara con un velo carmesí en la cabeza.

 

 

Numerosos activistas de derechos humanos se manifestaron para exigir la retirada de estas notas enviadas a las escuelas. Y funcionó. El ministerio habló de un error en la redacción, de un malentendido explicando que la nota se refería a niñas y niños, y que se trataba más bien de evitar cualquier reunión por la pandemia de Covid-19. Pero nadie cree estas explicaciones, y la campaña sigue su curso.

Para muchos, la nota del ministerio es una prueba de que dentro del propio gobierno afgano, el conservadurismo religioso es la norma. Es una reminiscencia de los oscuros días del régimen talibán entre 1992 y 1996, que prohibía a las mujeres salir de casa sin burka y sin estar acompañadas por un hombre, un régimen que prohibía la educación de las niñas.

Este paso en falso se produce en un momento en que el gobierno está negociando con los talibanes un acuerdo de paz en Doha. Y según una parte de la población, Kabul debería defender los derechos de las mujeres en estas negociaciones, y ¿cómo podría hacerlo si no lo hace dentro de su gobierno y en los territorios que controla? Los defensores de los derechos humanos y de la educación en Afganistán exigen una investigación sobre lo ocurrido.

Fuente: https://www.rfi.fr/es/oriente-medio/20210315-iammysong-las-mujeres-afganas-se-niegan-a-dejar-de-cantar

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Gunmen Kill 3 Afghan Women Media Workers

Gunmen Kill 3 Afghan Women Media Workers

ISLAMABAD – Officials in Afghanistan said Tuesday gunmen killed three women employees of a local television channel in separate attacks in eastern Nangarhar province.

Witnesses and police said the victims were on their way home from work when assailants targeted them in different parts of Jalalabad, capital of the Afghan province, and managed to flee.

The slain women were associated with private Enikass TV, which operates in the city.   The station called it a “sad day” and noted that it has “been targeted many times but this is the second time we lost our dear colleagues.”

One of the women was pulled out of the vehicle she was travelling in before being fatally shot, said Zalmay Latifi, the head of the media outlet.

Provincial governor Ziaulhaq Amarkhil told reporters an elderly passerby woman was also wounded.

No one immediately took responsibility for the afternoon deadly shooting incidents. A spokesman for the Taliban insurgency denied it had any hand in the killings.

Nangarhar police chief Juma Gul Hemat said an armed suspect was taken into the custody and an investigation was underway.

The United States condemned the killings, calling on the Afghan government to defend press freedom and protect journalists by conducting “open and transparent” investigations into these “vicious murders” to end impunity.

The U.S. embassy wrote on Twitter these attacks are meant to intimidate and intended to make reporters cower. The U.S. embassy said “the culprits hope to stifle freedom of speech in a nation where the media has flourished during the past 20 years. This cannot be tolerated.”

Tuesday’s attack is the latest in an ongoing wave of targeted killings of high-profile figures in Afghanistan, including journalists, civil society activities, religious scholars, judges and government officials.

The violence has forced many into hiding while some have fled the country. Kabul, the Afghan capital, has experienced most of the attacks.

The Afghan government and U.S. officials have blamed the Taliban for being behind the violence, charges the insurgents consistently have rejected.

The latest attack comes as America’s special envoy to Afghanistan, Zalmay Khalilzad, returned to Kabul this week in a bid to move a troubled Afghan peace process forward.

Khalilzad has been reportedly tasked by President Joe Biden to renegotiate a February 2020 deal with the Taliban that requires the remaining 2,500 American soldiers withdraw from the country by May 1.

The agreement was sealed by Donald Trump’s administration in his bid to end what he would often dub as American’s “endless war.”

The accord opened peace negotiations between the Taliban and representatives of the Afghan government in September, though the process has made little headway and has not helped reduce violence in Afghanistan.

The bloodshed prompted Biden soon after taking office in January to review the deal to examine whether the Taliban have held up their end of the commitments. The insurgents have cautioned against dumping the troop withdrawal deadline, saying it would escalate Afghan hostilities.

Fuente de la Información: https://www.voanews.com/press-freedom/gunmen-kill-3-afghan-women-media-workers

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El legado de las bibliotecas de Afganistán en honor a las víctimas está en peligro

Rahila Monji y Najiba Hussaini fueron mujeres que le apostaron a la educación en medio de la guerra. Sus familiares construyeron bibliotecas para mantener vivo su legado. Ahora las mujeres afganas temen que un acuerdo de paz entre el gobierno afgano y y los talibanes signifique un retroceso para garantizar su educación; una lucha que han emprendido por más de 20 años.

El 24 de julio de 2017 un atacante suicida talibán acabó con la vida de 24 personas, entre ellas estaba Najiba Hussaini. Era una mujer asombrosa; completó su maestría en Japón y trabajó en el Ministerio de Minas y Petróleo del gobierno. Al igual que ella, Rahila Monji, de 17 años, creía en la educación como motor de cambio. Pero murió en 2018 luego de un ataque terrorista en un centro educativo. Rahila Monji y Najiba Hussaini fueron mujeres que le apostaron a la educación en medio de la guerra; de ahí que sus familiares lucharon por mantener vivo su legado. “Najiba no está muerta, respira con todos los niños y niñas que vienen a su biblioteca y estudian”, dijo su pareja Hussain Rezai al New York Times.

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La Fundación Rahila y la Biblioteca Conmemorativa de Najiba Hussaini fueron creadas para promover la educación de los afganos. “La sociedad puede superar su crisis actual a través de soluciones que deben extraerse del conocimiento y la educación de sus jóvenes”, se leía en el diario Rahila Monji. Hoy, la fundación creada en su nombre, otorgó más de 100 becas estudiantiles, recibió a más de 12.000 visitantes en un año y cuenta con más de 10.000 libros y publicaciones. “La Fundación le ha enseñado a la comunidad una lección invaluable: que podemos ser resilientes y luchar con medios más emancipadores e impactantes”, se lee en su página web.

A pocos kilómetros, en Nili, la capital de Daikundi, la Biblioteca Conmemorativa de Najiba Hussaini tiene más de 12.500 libros, revistas e informes de investigación. “La biblioteca es popular entre los jóvenes, muchos de ellos estudiantes con escasez crónica de recursos educativos, especialmente libros”, se lee en una publicación del New York Times.

Ellas en medio de la guerra

Sus familiares cuentan que Rahila Monji iluminaba la habitación más oscura con una risa contagiosa; era inteligente y dispuesta. Pero lo que más recuerda su primo Maisam Iltaf eran las ganas de Rahila de cambiar el mundo.

“Estaba emocionada de haber sido admitida en la academia Mawoud para comenzar sus cursos de preparación universitaria; quería estudiar economía. Pero sus sueños perecieron ante mis propios ojos, en las afueras de la ciudad, mientras la gente limpiaba y excavaba franjas de tierra. Enterramos a Rahila con todos sus sueños de educación”, contó Iltaf el 27 de agosto de 2018 al medio Aljazeera. Doce días atrás un terrorista del Estado Islámico se detonó a sí mismo en la academia Mawoud. Rahila Monji, de 17 años, y 48 compañeros murieron en el atentado.

La misma guerra acabó con la vida de Najiba Hussaini, de 28 años. Un atacante talibán detonó un vehículo cargado de explosivos en en el oeste de Kabul matando al menos a 24 personas e hiriendo a otras 42. Hussaini fue una destacada estudiante; se graduó como una de las mejores de su clase en la escuela secundaria y ganó una beca para estudiar aplicaciones informáticas en India. Se fue a Japón para terminar su maestría y regresó a Afganistán para liderar la unidad de base de datos en el Ministerio de Minería de Afganistán.

“Los ataques a las escuelas del país se triplicaron entre 2017 y 2018, pasando de 68 a 192. En el primer semestre de 2019, se informó que 36 escuelas en todo el país cerraron debido a la violencia, lo que privó a 13.894 niños de acceder a educación”, de acuerdo con un informe de Unicef. Y es que es precisamente por la guerra que muchos padres se niegan a enviar a sus hijos al colegio en Afganistán. La organización estima que 3,7 millones de niños de entre 7 y 17 años no van a la escuela en todo el país; el 60 % son niñas. Y de los inscritos, sólo el 54 % completa la escuela primaria.

Desde 2017, Human Rights Watch advirtió que a medida que la seguridad en el país empeora y los donantes internacionales se retiran de Afganistán, el progreso para que las niñas vayan a la escuela se ha estancado. Aquí algunos datos de la organización:

 El gobierno de Afganistán ofrece menos escuelas para niñas que para niños en los niveles primario y secundario.

 En la mitad de las provincias del país, menos del 20 % de los maestros son mujeres, una barrera importante para las niñas cuyas familias no aceptan que un hombre les dicte clases, especialmente en la adolescencia.

Alrededor del 41 % de las escuelas no tienen edificios y muchas carecen de muros fronterizos, agua y baños, lo que afecta de manera desproporcionada a las niñas.

Pero eso no quita el esfuerzo de las mujeres, de las organizaciones de derechos humanos y de algunos gobiernos para garantizar el acceso a la educación en Afganistán. Estos son algunos avances, de acuerdo con The Borgen Project:

→ En 2019, más de 9 millones de niños afganos están escolarizados. Alrededor de 300.000 estudiantes asisten a colegios y universidades. Además, se colocaron 480.000 nuevos maestros en escuelas afganas.

→ Es raro que los niños afganos abandonen la escuela una vez matriculados. Aproximadamente el 85 por ciento de los niños que comienzan la escuela primaria también terminan la escuela primaria. Además, casi el 94 por ciento de los niños y el 90 por ciento de las niñas que comienzan la escuela secundaria también terminan la escuela secundaria.

 La interferencia de Estados Unidos ha mejorado la educación. En 2007, seis años después de la invasión estadounidense de Afganistán, el 60 por ciento de los niños afganos asistían a la escuela en entornos temporales como tiendas de campaña en lugar de en edificios escolares.

Una paz que puede acabar con los derechos de las mujeres

Muchos afganos temen el regreso al poder, parcial o total, de los talibanes, que albergaron a la red yihadista Al Qaida antes del 11 de septiembre de 2001.

Los talibán se encuentran en una posición de fuerza desde la firma del acuerdo con Estados Unidos, que impusieron con su incesante guerrilla; los insurgentes controlan ya la mitad del territorio afgano. La guerra causó decenas de miles de muertos, entre ellos 2.400 soldados estadounidenses, obligó a millones de personas a huir y costó a Washington más de un billón de dólares.

Con unas negociaciones de paz que avanzan lentamente entre el gobierno afgano y y los talibanes, a las mujeres afganas les preocupa que ese acuerdo signifique perder todo el progreso que han logrado en 20 años. “No quiero que la ideología talibán vuelva a gobernar a mi pueblo”, dijo Hamid Omer, hermano de Rahila Monji al New York Times. “Donde nací, mi pueblo tuvo que quemar todos los libros de texto escolares disponibles en nuestra escuela. Me temo que volveremos a enfrentar la misma situación”.

Cuando los talibanes dominaban completamente el país antes del 11 de septiembre, se prohibió la educación formal para las niñas. “La educación es una parte importante de la religión islámica. Los talibanes también lo saben, pero parece que no tienen una postura clara sobre la educación de las niñas“, explicó Habib-ur-Rahman a Foreign Policy, y quien ha dirigido una pequeña escuela para niñas en su propia casa en una remota zona rural de Afganistán, dominada en gran parte por los talibanes.

Fuente: https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/en-afganistan-crearon-bibliotecas-en-honor-a-las-victimas-ahora-temen-que-se-pierda-su-legado/
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Afghanistan Battered by COVID, Conflict, Climate Change

Afghanistan Battered by COVID, Conflict, Climate Change

GENEVA – The United Nations is calling for increased support for Afghanistan in response to increasing humanitarian needs due to COVID-19, conflict and climate change.

Jens Laerke, spokesman for the U.N.’s humanitarian affairs office, says the U.N. will need $1.3 billion to provide life-saving assistance for 16 million Afghans in the coming year.

“That is double the number of people compared to one year ago. And that drastic increase is almost entirely due to COVID-19…however, for the time being, we only have half the money that we need to provide winter support. Winter is coming and we need an additional $71 million for this year,” Laerke said.

Afghanistan has suffered 40 years of brutal war that has killed millions and displaced millions more within the country and as refugees. Afghans have told U.N. officials they desperately hope that ongoing Afghanistan peace negotiations succeed.

For peace to be credible, however, they say it must be inclusive of everyone in Afghanistan, especially women and girls.

Besides the ravages inflicted by this war, Laerke says people in Afghanistan also have to contend with a worsening climate crisis and other natural disasters. He says life for most Afghans has been a matter of survival over the past four decades.

“Their situation now has been further battered by the impact of the COVID-19 crisis. Household income and savings have disappeared, and needs have increased dramatically. Almost half of children under five are now facing acute malnutrition and require treatment to save their lives,” he said.

Laerke added that food and health care are primary needs. He noted aid agencies are staying and delivering relief to those in need despite the many risks to their safety. So far this year, he said aid workers have provided humanitarian assistance to nearly eight million people.

Fuente de la Información: https://www.voanews.com/south-central-asia/afghanistan-battered-covid-conflict-climate-change

 

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