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Afganistán: Niñas luchan por su educación

Kabul / 18 de octubre de 2017 / Fuente: https://www.hrw.org

Los esfuerzos del gobierno afgano y de donantes internacionales a favor de la educación de las niñas aportados desde 2001, han mermado significativamente en los últimos años, señaló Human Rights Watch en un nuevo informe difundido hoy. A 16 años de que la intervención militar encabezada por Estados Unidos expulsó a los talibanes de Afganistán, se estima que dos tercios de las niñas afganas no asisten a la escuela.

“El gobierno afgano y los donantes hicieron grandes promesas en 2001 de incorporar a todas las niñas a la educación, pero actualmente la inseguridad, la pobreza y el desplazamiento están dejando a numerosas niñas fuera de las escuelas”, observó Liesl Gerntholtz, directora de derechos de la mujer de Human Rights Watch. “El gobierno debe renovar su estrategia para asegurar que todas las niñas tengan una escuela a la cual asistir; de lo contrario, existe el riesgo de que estos logros se desperdicien”.

El informe de 132 páginas, “No seré médica y algún día te enfermarás: El acceso de las niñas a la educación en Afganistán”, describe cómo, a medida que se deteriora la seguridad en el país y los donantes internacionales se desvinculan de su compromiso con Afganistán, los avances para escolarizar a las niñas se han estancado. El informe se elaboró a partir de 249 entrevistas realizadas en las provincias de Kabul, Kandahar, Balkh y Nangarhar, principalmente a niñas de entre 11 y 18 años que no pudieron completar su educación.

Los donantes internacionales y el gobierno afgano han destacado la educación de las niñas como un ejemplo exitoso, y hoy asisten a la escuela varios millones de niñas más que durante el régimen talibán. Pero el objetivo explícito de escolarizar a todas las niñas está lejos de concretarse, y la proporción de alumnas mujeres ahora está descendiendo en algunas partes del país. Según el gobierno, 3,5 millones de niños no asisten a la escuela, y de esta cifra el 85% son niñas. Solo el 37% de las adolescentes están alfabetizadas, en comparación con el 66% de los varones adolescentes.

El gobierno de Afganistán ofrece una cantidad menor de escuelas para niñas que para niños, tanto en el nivel primario como en el secundario. En la mitad de las provincias del país, menos del 20% de los docentes son mujeres, un obstáculo importante para la gran cantidad de niñas cuyas familias no aceptan que un hombre les imparta educación, sobre todo en la adolescencia. Muchos niños y niñas viven demasiado lejos de la escuela más próxima, y esto afecta en especial a las niñas. Alrededor del 41% de las escuelas no tienen edificios, y muchas carecen de muros de separación, agua y baños, lo cual afecta a las niñas de manera desproporcionada.

Khatera, una niña de 15 años que se crió en la provincia rural de Samangan, dijo a Human Rights Watch: “La escuela para niñas más cercana quedaba muy lejos, en otra aldea… En burro o a caballo, habría que viajar desde la mañana hasta el mediodía para llegar”.

Las niñas suelen permanecer en la casa debido a actitudes discriminatorias que no valoran ni permiten su educación. Un tercio de las niñas contrae matrimonio antes de los 18 años, y una vez que están comprometidas o casadas, muchas son obligadas a abandonar la escuela.

Pero muchas familias también hacen enormes esfuerzos por educar a sus hijas superando obstáculos colosales, y merecen contar con apoyo. Human Rights Watch dialogó con familias que se han trasladado a otras ciudades e incluso han cruzado el país con el fin de encontrar una escuela para sus hijas, que se han separado para permitir que sus hijas estudien, y que hacen que hermanos mayores realicen viajes peligrosos para trabajar en forma ilegal en Irán y, con sus ingresos, solventar los estudios de sus hermanas menores en su país.

Las leyes de Afganistán establecen la obligatoriedad de la educación hasta el noveno nivel, cuando los niños tienen por lo general alrededor de 14 años, aunque en realidad muchos niños no acceden hasta este nivel de educación —ni, a veces, a ningún otro. Los obstáculos administrativos y la corrupción crean escollos adicionales, sobre todo para las familias desplazadas y pobres. Aunque la matrícula es gratuita, enviar a los niños a la escuela genera costos, y muchas familias sencillamente no pueden permitirse enviar a ninguno de sus hijos a la escuela o, ante las limitaciones financieras, optan por favorecer la educación de los hijos varones. Alrededor de una cuarta parte de los niños afganos trabajan para ayudar a sus familias a subsistir en la pobreza acuciante, y muchas niñas tejen, bordan, mendigan o recogen basura en lugar de estudiar.

En la actualidad, los talibanes y otros grupos insurgentes controlan o se disputan más del 40% de los distritos de Afganistán. Los combates entre talibanes y fuerzas gubernamentales han obligado a miles de familias a abandonar sus casas, y hay en el país más de un millón de desplazados internos. En áreas controladas por los talibanes, estos suelen imponer a las niñas un tope de solo algunos años de escolarización, o directamente les prohíben toda posibilidad de educación. En áreas disputadas, las niñas que intentan asistir a la escuela enfrentan cada vez más amenazas a su seguridad. Durante el conflicto ha reinado el caos, las milicias y las bandas criminales han proliferado, y las niñas enfrentan amenazas como acoso sexual, secuestro y ataques con ácido, así como ataques y amenazas lanzados específicamente contra la educación de las niñas. En este contexto, la educación está cada vez más afectada, y el perjuicio causado a las niñas es desproporcionadamente mayor.

Los donantes han trabajado con el gobierno de Afganistán para desarrollar modelos innovadores que permitan que las niñas estudien incluso en medio de la escalada del conflicto, observó Human Rights Watch. La “educación comunitaria” consiste en una red de clases, a menudo organizadas en los hogares, que permite a los niños —en especial a las niñas— acceder a la educación en comunidades que están alejadas de una escuela pública. Sin embargo, dado que estas clases especializadas son financiadas exclusivamente por donantes e implementadas por organizaciones no gubernamentales, no tienen una relación estable con el sistema de escuelas públicas y se dictan de manera intermitente debido a los ciclos poco constantes del financiamiento a organizaciones no gubernamentales.

“Integrar estas escuelas comunitarias en el sistema de educación pública con financiamiento sostenible y controles de calidad sería vital para gran cantidad de niñas”, comentó Gerntholtz.

Según los estándares internacionales establecidos por la UNESCO, el gobierno debería destinar a educación al menos entre el 15% y el 20% del total del presupuesto nacional, y entre el 4% y el 6% del PBI. Las Naciones Unidas instan a los países menos desarrollados, entre ellos Afganistán, a alcanzar o superar el extremo superior de estos parámetros de referencia. Hasta 2016, el 13% del gasto público afgano y el 4% del PBI, se destinaba a educación.

El gobierno de Afganistán, junto con sus donantes internacionales, debería incrementar el acceso de las niñas a la educación brindado mejor protección a las escuelas y los estudiantes; institucionalizando y ampliando los modelos educativos que ayudan a las niñas a estudiar; y tomando medidas concretas para cumplir con la obligación internacional del gobierno de brindar educación primaria gratuita y obligatoria y hacer que la educación secundaria sea también gratuita y esté disponible para todos. También deben fomentar e intensificar la “educación fundamental” para las personas que no han recibido o completado el ciclo de educación primaria (o básica) entero.

“Incluso ante las grandes dificultades que enfrenta Afganistán, el gobierno puede y debería trabajar para garantizar que las niñas y los niños tengan iguales oportunidades de acceso a la educación y para integrar la educación comunitaria de niñas en el sistema escolar nacional”, señaló Gerntholtz. “Los donantes deberían comprometerse a aportar financiamiento a largo plazo para la educación de las niñas y deben hacer más preguntas incisivas para saber a qué se destinan sus fondos”.

Selección de testimonios

“Para cuando llegáramos a la escuela caminando, la jornada escolar ya habría terminado”. – Najiba, de 15 años, explica por qué ella y sus ocho hermanos no iban a la escuela en Daikundi, Mazar-i Sharif, julio de 2016

“Los talibanes están cerca de nuestra casa. Si vamos a la escuela, nos matan. Si el gobierno pudiera brindar seguridad, estaríamos muy interesados en ir a la escuela”. – Paimanah, una niña de 12 años que estudiaba en un centro de educación comunitaria oculto en una casa de familia cerca de su propia vivienda, Kandahar, julio de 2016

“En el camino hasta la escuela pública hay muchos ladrones y jóvenes malvados”. – Hakim, de 13 años, estudiante de nivel 3 en la educación comunitaria, Kandahar, julio de 2016

“Lo más importante es convencer a los padres de que permitan a sus hijas ir a la escuela”. – Manija, de 17 años, estudiante de nivel tres en un programa de educación comunitaria, Kandahar, julio de 2016

“Los hombres molestan y amenazan a las niñas pequeñas. Los hombres nos tocaban y nos hacían otras cosas, y por eso dejamos la escuela. Eran hombres de la localidad que vivían cerca. Nadie hizo nada por detenerlos, nos pasó a muchas de nosotras. Muchas niñas dejaron la escuela por esto, más de cien abandonaron los estudios. La población de Kandahar no permite que sus niñas vayan a la escuela”. – Chehrah, una niña de 16 años que vivía a solo 100 metros de una escuela en Kandahar. Debido al acoso, le pidió a su padre si podía ir a otra escuela cercana en un área que ella considera más segura, pero en lugar de ello la sacó de la escuela en forma permanente, a la edad de 12 años.

“Pasaba en la calle justo frente a la escuela… Algunas estudiantes perdieron los ojos, les quemaban el rostro…La familia entera decidió que ninguna niña de nuestra familia irá a la escuela…Pero durante años los enfrenté y seguí los estudios”. – Maliha, de 17 años, estaba en el nivel cinco en una escuela pública cuando sus compañeras de clase fueron víctimas de un ataque con ácido. Quince estudiantes resultaron heridas, cuatro de gravedad.

“Tenemos 395 escuelas sin edificios. Esta es una enorme dificultad para las estudiantes mujeres porque son escuelas sin un muro perimetral, están abiertas. En estas áreas, en la mayoría de los distritos, las personas no envían a las niñas a la escuela si no hay un edificio y un muro perimetral”. – Funcionario de educación provincial, Jalalabad, julio de 2016

“En muchas áreas no hay maestras mujeres”. – Director de educación provincial, julio de 2016

“Vendemos fruta por 20 a 30 afganis [29-43 centavos de dólar estadounidense]. Los niños aquí corren por el mercado y comen cáscaras que recogen del suelo. Somos indigentes. Todos los niños son analfabetos… ¿Deberían ocuparse de la comida o de la educación? … Si tienes el estómago vacío, no puedes ir a la escuela.” – Un líder comunitario de un asentamiento informal en Kabul del pueblo Kuchi, que anteriormente fueron nómadas, explicó por qué en su comunidad pocos niños y niñas van a la escuela. Él tiene cinco o seis nietos que viven en el asentamiento, y ninguno de ellos va a la escuela.

“No tengo dinero para comprarle un lápiz a mi hijo, mucho menos a mi hija”. – Un trabajador del programa de educación comunitaria cuenta lo que responden habitualmente los padres cuando se les pregunta por qué sus hijas no van a la escuela.

“Necesitamos paz y necesitamos escuelas que sean iguales para niños y niñas e igualdad de educación para niños y niñas. Me parece que los niños [ahora] tienen más derecho de acceder a la educación”. – Qasima, una estudiante de 13 años del programa de educación comunitaria, Mazar-i Sharif, julio de 2016.

Fuente noticia: https://www.hrw.org/es/news/2017/10/17/afganistan-ninas-luchan-por-su-educacion

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Crece escolarización de mujeres afganas

Afganistán/ 10 de octubre de 2017/Fuente: http://www.economiaynegocios.cl

El Ministerio de Educación de Afganistán reveló ayer que 39 por ciento de 9,2 millones de estudiantes del país son mujeres.

No obstante tres a cinco millones de niños, en su mayoría niñas, todavía son incapaces de asistir a la escuela.

De las menores que acceden a la educación, gran parte de ellas debe abandonarla porque son obligadas a contraer matrimonio a temprana edad.

Para revertir esa situación el país ofrece a niñas de entre 10 y 15 años un programa de aprendizaje acelerado, que les permite completar su formación primaria.

Adicionalmente, alrededor de 3 mil mujeres de 10 a 30 años han recibido apoyo para completar su formación secundaria.

Fuente de la Noticia:

http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=405462

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Afghanistan: Improving girls’ access to education in Bamyan’s northeast districts spotlighted in UN event

Afghanistan/ August 26, 2017/By: UN Assistance Mission in Afghanistan/ Source: http://reliefweb.int

Afghan girls must be supported in pursuing their education to enable their full participation in all aspects of social and political life, said community leaders at a UN-backed event held last week in the central highlands province of Bamyan.

Department of Education officials, community leaders and students from Bamyan’s northeastern districts of Kahmard, Saighan and Shibar gathered at the event to understand the factors that are contributing to low enrolment of girls.

Bamyan’s northeast districts have been vulnerable to the influence of anti-government elements, just as long-held conservative beliefs continue to restrict the rights of girls in the province.

The recent event, facilitated by the Bamyan regional office of UN Assistance Mission in Afghanistan (UNAMA), was set up so participants could strategize on ways to address these and several other factors, including school infrastructure and teacher qualifications.

“It is essential to have more women teachers and an increased recognition among communities and families as to why sending girls to school is important,” said Najiba, a girl from a local school.

Sayed Ali Ihsani, the head of the monitoring section of Bamyan’s Department of Education, underscored the importance of girls’ education in fostering both development and peace, and urged community leaders to ensure the security of teachers and school monitors.

Participants at the event agreed that the best way forward in addressing the many challenges unique to the province’s northeast districts is to focus on increasing collaboration between communities and local government, and continuing to strategize on ways to reduce poverty and unemployment.

Participants universally called for expanding access to education for girls as a fundamental right, and agreed to convene district-specific meetings between education officials, teachers, parents and community leaders to continue the dialogue and strategize further on education-related issues.

The event was recorded by local media and was broadcast by radio to an audience estimated at 350,000 people in and around the province’s capital city.

UNAMA is mandated to assist the Afghan Government and the people of Afghanistan in the prevention and resolution of conflicts through facilitation of dialogues and provision of ‘good offices’. ‘Good offices’ are diplomatic steps UN takes publicly and in private, drawing on its independence, impartiality and integrity, to prevent international disputes from arising, escalating or spreading.

UNAMA also promotes coherent development support by the international community; assists the process of peace and reconciliation; monitors and promotes human rights and the protection of civilians in armed conflict; promotes good governance; and encourages regional cooperation.

Source:

http://reliefweb.int/report/afghanistan/improving-girls-access-education-bamyan-s-northeast-districts-spotlighted-un

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Afganistán: Las ONG piden el fin de los ataques a los trabajadores humanitarios

Afganistán/21 de Agosto de 2017/Telemadrid

Las ONG han pedido hoy, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el fin de los ataques contra los trabajadores humanitarios en conflictos, catástrofes y crisis.

Médicos del Mundo precisa que, en el primer semestre de este año, 62 miembros del colectivo sanitario han sido asesinados, han desaparecido, han resultado heridos o han sido asaltados en trece países como Siria, Pakistán, Afganistán, El Salvador, Ucrania, México o Nigeria.

«No solo queremos denunciar lo que se incumple, sino también proponer caminos alternativos a través de nuestra experiencia, como el refuerzo de los sistemas preventivos de seguridad», señala el presidente de Médicos del Mundo en España, José Félix Hoyo.

Desde su punto de vista, «el personal sanitario local debe estar amparado por el mismo sistema de protección que los equipos internacionales».

Médicos del Mundo ha puesto en marcha una campaña consistente en distorsionar su logotipo para mostrar que aquello en lo que no quiere convertirse: «Objetivos del Mundo».

«Las instalaciones sanitarias deben ser protegidas y, en ningún caso, atacadas deliberadamente. Hoy en día, el derecho humanitario no se respeta en absoluto: curar no debe ser considerado como un acto de guerra», indica la vocal de Programas Internacionales de Médicos del Mundo, Iria Galván.

Desde Acción contra el Hambre, su director general, Olivier Longué, subraya que los países donde los trabajadores humanitarios están más amenazados por la violencia y los ataques son los que necesitan ayuda humanitaria de manera más urgente.

«En 2016, cinco países afectados por conflictos concentraron la mayor parte de los principales ataques contra actores humanitarios, Afganistán, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen, zonas de guerra donde el derecho internacional humanitario ha quedado relegado», resalta Longué.

De Afganistán a Ucrania, de Nigeria a Yemen, de Sudán del Sur a Siria, «a pesar de los riesgos por falta de seguridad en estos países, nuestros equipos se han movilizado para desplegar la respuesta humanitaria necesaria», precisa Longué.

Acción contra el Hambre no solo pide el fin de estos conflictos, sino el respeto del derecho internacional humanitario para que las personas tengan acceso a los servicios básicos mínimos para tener una vida digna.

World Vision se ha unido a la campaña «No son un objetivo» para invitar a los líderes mundiales a garantizar la protección de civiles y trabajadores humanitarios.

Esta entidad pone de relieve el valor de los trabajadores humanitarios y reclama el fin de la violencia contra los niños, así como de la destrucción intencionada de los servicios médicos y educativos.

El Programa Mundial de Alimentos, la mayor agencia humanitaria que lucha contra el hambre en el mundo, expresa su apoyo a las personas que se encuentran atrapadas en conflictos y rinde homenaje a los trabajadores humanitarios que se preocupan por ellas.

Destaca el compromiso de los que trabajan para aliviar el sufrimiento y cubrir las necesidades de los más vulnerables en todos los rincones del mundo, con frecuencia, poniendo en peligro su propia seguridad.

 Fuente: http://www.telemadrid.es/noticias/sociedad/noticia/las-ong-piden-el-fin-de-los-ataques-los-trabajadores-humanitarios
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Khan Alkozee de Afganistan: “Contra el terrorismo, educación”

20 Agosto 2017/Fuente:lavanguardia /Autor: ADELA VIVED

Se llama Khan Alkozee, tiene 23 años y llegó solo en avión a España en el año 2015. Huía de su país, Afganistán, debido a la guerra y a las constantes amenazas de muerte que recibían tanto él como su familia por parte de los terroristas.

Desde Damasco, Alepo, Homs (Siria), Xercoh (Ucrania), Irak y Afganistán han llegado diez jóvenes refugiados para realizar, este año, el curso cero en la Universidad Camilo José Cela gracias al Proyecto Integra. Desde el pasado mes de octubre, Khan Alkozee, Wafaa Almala o Lutfullah Salimi –entre otros- han realizado asignaturas como Español para extranjeros, Herramientas de inteligencia emocional, Refuerzo psicosocial, Conocimientos sobre valores constitucionales o Cultura española para poder incorporarse, en el próximo curso, a los diferentes títulos de grado que han seleccionado previamente.

Khan quiere estudiar Derecho, Criminología y Seguridad para poder volver a su país y contribuir a la mejora de la vida de sus ciudadanos. “Mis padres siempre me han dicho que la mejor manera de luchar contra el terrorismo es la educación y la ética”, explica el joven afgano en una entrevista con Europa Press. Ahora vive en la residencia de estudiantes que tiene la propia universidad en Madrid junto con sus otros compañeros.

Todos ellos tienen entre 19 y 28 años, pueden presumir de tener buenas notas académicas y son expertos manejando el español y el inglés. Ahora, gracias a esta pionera iniciativa, podrán retomar sus estudios y terminar el grado que empezaron en sus respectivos países.

“Todo comenzó con la Guerra ruso afgana, entre los años 1978 y 1192, en la que lucharon las fuerzas armadas de la República Democrática de Afganistán apoyadas por el Ejército Soviético contra los insurgentes muyahidines –un grupo de guerrilleros afganos islámicos apoyados por países extranjeros”, relata Kahn. Su padre tuvo la oportunidad de estudiar medicina en Turkestán y “al volver nos acusaban de comunistas y nos querían matar a todos por ello”, reconoce.

Regresar de Kazajistán y tener valores democráticos fueron razones suficientes para que los terroristas siguieran con sus amenazas constantes a toda la familia. “Ha habido muchos intentos de matarnos a mí y a mi hermano mayor. Los radicales querían acabar con todo aquel que supiera lenguas extranjeras o hubiera tenido algún contacto con el exterior”, continua.

La razón que convenció a Khan para emprender su viaje a España

Sin embargo, Khan tuvo mucha suerte. “Pude irme un año a estudiar a China y ahí conocí a una chica española”. Por razones que desconoce, el país asiático le denegó el visado y Kahn tuvo que volver a Afganistán pese a la insistencia de sus padres para que se fuera a estudiar al extranjero.

“En un principio yo no quería salir de mi país. Quería luchar contra los terroristas porque he perdido a mucha gente y, de alguna manera, quería vengarme”, reconoce ahora Kahn. “En ese momento, mis padres me ayudaron a despojarme de la violencia y a contestar con la educación y los valores”. Esta fue la razón que convenció a Kahn para emprender su viaje a España.

El primer año en este país, Kahn estuvo viviendo en un piso por su cuenta en Madrid. Más tarde, se trasladó a un c entro de acogida donde recibía 100 euros al mes para su manutención. “Cuando me enteré de esta iniciativa, pensé que era mi oportunidad”, confiesa decidido.

En estos momentos, comparte la residencia con otros alumnos de la universidad y admite “sentirse muy bien con la gente” porque “tiene amigos en todo el país”. Como cualquier otro joven de su edad, Kahn “queda, sale y disfruta” con sus compañeros. “Mis padres están incluso más contentos que yo, su sueño siempre ha sido que tengamos una vida y un futuro”.

La educación y la ética son muy necesarias para servirse a uno mismo y la sociedad

KHAN ALKOZEE

Joven afgano refugiado y estudiante de la Universidad Camilo José Cela

Para él, “la educación y la ética son muy necesarias para servirse a uno mismo y a la sociedad”. Según especifica durante la entrevista, “en su país no hay una buena enseñanza de valores”. “Los terroristas fueron niños en su día, y no podemos decir que hayan nacido así, cada uno fue una persona pequeña. Pero la vida les ha enseñado a ver mundo de otra manera, y eso está mal”, afirma.

“Ojalá se pudieran construir escuelas fundaciones a los niños que están ahí. Acogerles. Enseñarles algo bello, algo más que la guerra. Cuando yo estaba ahí, solo veía destrucción. Cada día se mueren como 10 o 20 personas en cada pueblo, no conoces otra cosa”, admite Kahn quien se ha dado cuenta, desde que vive en España, “del valor que tiene la vida”.

“Mis padres están incluso más contentos que yo, su sueño siempre ha sido que tengamos una vida y un futuro”

Fuente de la noticia: http://www.lavanguardia.com/vida/20170819/43610475080/contra-el-terrorismo-educacion.html

Fuente de la imagen:

http://www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p4/WebSite/2017/08/17/Recortada/img_avived_20170818-151507_imagenes_lv_terceros_captura1-km0B-U4361

 

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Una ONG abrirá una decena de escuelas tras recorrer en moto Afganistán

Afganistán/07 de Agosto de 2017/Wradio

La Sociedad Civil Camino del Bolígrafo (PPCS, en sus siglas en inglés), una ONG cuyos voluntarios han recorrido las zonas más recónditas e inseguras de Afganistán en moto durante los últimos siete meses, reabrirá en los próximos días una decena de escuelas cerradas por la guerra en varios puntos del país.

La Sociedad Civil Camino del Bolígrafo (PPCS, en sus siglas en inglés), una ONG cuyos voluntarios han recorrido las zonas más recónditas e inseguras de Afganistán en moto durante los últimos siete meses, reabrirá en los próximos días una decena de escuelas cerradas por la guerra en varios puntos del país.

«Con la ayuda del Gobierno, en un primer paso vamos a reabrir (…) una decena de escuelas en los próximos días en alguna aldeas remotas y deprimidas», dijo a Efe el joven activista Matiullah Wesa, que estableció PPCS en 2009 en la provincia de Kandahar, la cuna del movimiento talibán.

Su objetivo desde entonces es reabrir el millar de escuelas afganas que permanecen cerradas por el conflicto y que los alrededor de tres millones de niños afganos sin escolarizar en la actualidad accedan al sistema educativo.

Para ello, Wesa, de 23 años, ha viajado en moto durante los últimos siete meses por las 34 provincias de Afganistán, obviando la amenaza talibana y la de las minas y superando las barreras geográficas del país.

En su periplo ha realizado una labor de concienciación de la población local y ha entregado 75.000 libros de texto, así como miles de mochilas y material escolar.

«Hemos animado a los líderes religiosos y de las comunidades a promover la educación y permitir a las niñas acudir al colegio, y a iniciar un esfuerzo por reabrir las escuelas cerradas», contó el activista en su regreso a Kabul.

Desde la caída del régimen talibán con la invasión de Estados Unidos en 2001, Afganistán ha hecho grandes avances en el plano de la educación y en la actualidad tiene 9,2 millones de menores escolarizados, el 40 % de ellos niñas, en 17.400 colegios.

Según datos del Ministerio de Educación, la tasa de alfabetización es del 39 % en Afganistán, pero la cifra se reduce a apenas un 25 % al hablar de mujeres y es todavía más baja en las zonas rurales o amenazadas por los talibanes.

«Nuristan es la provincia más deprimida de todas las que hemos visitado, no había ninguna escuela para chicas, ni caminos y la mayoría de colegios masculinos no tenían ni siquiera edificios», explicó Wesa.

En los tres distritos que visitó en la provincia de Paktia, también en el este del país, ningún joven había culminado la enseñanza secundaria en los últimos 16 años.

«No queremos que nuestras nuevas generaciones estén privadas de educación y sean usadas por los insurgentes o se conviertan en consumidores de drogas», añadió.

Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/una-ong-abrira-una-decena-de-escuelas-tras-recorrer-en-moto-afganistan/20170803/nota/3538909.aspx

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Niñas afganas sí participarán en concurso de robótica en EE.UU.

Afganistán/20 julio 2017/Fuente: Telesurtv

Las estudiantes de 14 y 17 años solicitaron los visados hace dos meses y en dos ocasiones recibiendo la negativa de la embajada de EE.UU para viajar a Washington.

El equipo de robótica afgano, integrado por mujeres, entrará a los Estados Unidos para participar en el torneo Firts Global que se realizará entre el 16 y 18 de julio en Washington, luego de que sus visados fueran rechazados por la medida del presidente Donald Trump de prohibir la entrada de personas de siete países, entre ellos Afganistán.

Sin embargo, la entrada de las niñas a EE.UU. será la posible por la intercesión de Trump, quien revirtió la decisión de la embajada estadounidense de negarles el ingreso al país.

Las seis niñas podrán participar la próxima semana con concursantes de 157 países. Las menores han creado un robot clasificador capaz de reconocer los colores naranja y azul y desplazar objetos para colocarlos en sus lugares correspondientes.

“Me siento muy feliz. Es un viaje muy importante para nosotras”, expresó Lida Azizi, de 15 años.

Luego de estudiar varias posibilidades, el Consejo Nacional de Seguridad resolvió otorgarles un “parole”, de acuerdo con un alto funcionario del gobierno que habló bajo la condición de anonimato por tratarse de discusiones privadas.

El parole es una medida temporaria bajo la cual una persona que de otro modo no podría obtener visa para EE.UU. recibe un permiso temporario por razones de emergencia, humanitarias o de bien público.

La profesora de las concursantes, Alireza Mehraban, enfatizó que “es un momento feliz para nuestro equipo, vamos de un país devastado por la guerra y el propósito es mostrar lo que son capaces de hacer las mujeres afganas. Es un paso importante para las mujeres afganas”.

Por su parte, la hija del mandatario estadounidense, Ivanka Trump, expresó en Twitter que está deseando darle la bienvenida «a este brillante equipo de niñas afganas y a sus contendientes la próxima semana en la capital estadounidense».

Para Afganistán el ingreso de las niñas a un torneo internacional continua siendo algo inaudito puesto que hace menos de dos décadas, cuando los talibanes gobernaban, la educación femenina estaba prohibida y cerraron las escuelas.

Actualmente, 39 por ciento de los 9,2 millones de estudiantes en el país son mujeres, según datos del Ministerio afgano de Educación. Sin embargo, entre 3 y 5 millones de niños, la mayoría de ellos mujeres, permanecen todavía alejados de las aulas.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Ninas-afganas-si-participaran-en-concurso-de-robotica-en-EE.UU.-20170713-0065.html

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