Page 10 of 13
1 8 9 10 11 12 13

Clases de alfabetización abren nuevas puertas a mujeres sirias en Líbano

Líbano/31 julio 2017/Fuente: Acnur

La voluntaria Fatima Al Obeid lanzó un proyecto para brindar clases a padres refugiados como respuesta a su deseo de ayudar a sus hijos con sus tareas.

Fatima Al Obeid se para frente a una pizarra y escribe la letra árabe “b”. Ella llama a una estudiante para que escriba la palabra “beit”, árabe para “casa”.

Sin embargo, sus estudiantes no son niños, sino mujeres adultas. Dos veces por semana, ella enseña a madres y abuelas sirias refugiadas a leer y escribir en su idioma natal. Para la mayoría, es su primera vez en un salón de clases. En Siria, ellas no tuvieron la oportunidad de asistir a la escuela.

Las clases de alfabetización para mujeres emergieron de su deseo de ayudar a sus hijos a integrarse mejor a Líbano, donde viven desde que huyeron de Siria al inicio del conflicto. Muchas de ellas querían ayudar a sus hijos con las tareas y a leer el Corán. Así mismo, ellas querían mayor independencia en su nuevo país.

Fatima, de 31 años, había estado tomando un curso de grado en literatura árabe en la ciudad siria de Homs cuando los combates obligaron a su familia a buscar seguridad en Líbano hace cinco años. Desde entonces, sus tres hijos han comenzado a asistir a la escuela libanesa.

Después de escuchar a muchos padres y madres refugiados expresar su vergüenza de no poder ayudar a sus hijos con sus tareas, ella tomó el asunto en sus manos. A principios de año, ella decidió comenzar una clase básica de alfabetización para adultos en su comunidad de Fnaydek, al norte de Líbano. Ella se concentró en las madres, ya que ellas pasan más tiempo en sus hogares con sus hijos después de la escuela.

“Es un sentimiento tan agradable cuando ves a tus estudiantes mejorando frente a tus ojos”, dice Fatima, maestra voluntaria desde febrero. “Cuando empecé a darles clases, estaban incómodas y molestas, algunas de ellas no podían ni sostener un lapicero apropiadamente”.

“Pero aquí, aunque hablemos el mismo idioma, no estamos en nuestro país…Somos extranjeros”.

Las clases se imparten en parte en árabe y en parte en francés. Por lo menos 15 mujeres atienden a cada sesión. Las estudiantes van desde los 17 hasta los más de 60 años, y dos de ellas tienen discapacidades de desarrollo. La matrícula es gratuita, y el ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y la caridad internacional Save the Children brindan los libros y otros materiales educativos.

Las mujeres se sienten muy orgullosas de poder apoyar a sus hijos con sus tareas. Por lo menos 194.000 niños sirios asisten a las escuelas primarias estatales en Líbano, de acuerdo con el Ministerio de Educación. La mayoría de ellos asiste al “segundo turno”, que son clases especiales que se dan por la tarde a refugiados sirios.

“Mis cinco hijos están en la escuela, de los grados primero al sexto”, dice Ghalia Ahmed Ezzeiddine, de 44 años. “Y yo estoy en primer grado también”.

Como muchas de sus compañeras de clase, Ghalia dice que ella no veía el valor de la educación para ella misma hasta que se convirtió en refugiada. En Siria, era menos necesario saber leer y escribir, dice ella. Las personas daban las direcciones usando puntos de referencia locales y las noticias importantes se pasaban de boca en boca.

“Pero aquí, aunque hablemos el mismo idioma, no estamos en nuestro país”, dice ella. “Somos extranjeros. Si recibo un mensaje de texto del ACNUR o de alguna otra organización, quiero poder leerlo. Si mi hija me pregunta algo sobre su clase, quiero poder contestarle”.

Las primeras semanas de clase fueron difíciles y varias de las mujeres se sintieron abrumadas. Para hacer las cosas todavía más difíciles, algunas de ellas se enfrentaron a las duras críticas de sus esposos y vecinos.

“El momento más alentador para mí fue cuando pude leer por primera vez el nombre de la aldea vecina en una señal”.

“Algunos esposos decían ‘¿Por qué? Ahora estás mayor. No necesitas eso’”, explica Fatima.

Pero ella las animó a que ignoraran las críticas. Ella les enseñó a explicar a sus esposos que su educación beneficiaría a toda la familia. Por lo menos cinco de sus estudiantes son viudas que perdieron a sus esposos en Siria, y la alfabetización es importante para su independencia.

Fatima Tajeh, de 30 años, trae a su bebé de cinco meses a la clase. Ella toma notas con una mano mientras mece a su hijo con la otra.

“El momento más alentador para mí fue cuando pude leer por primera vez el nombre de la aldea vecina en una señal”, dice ella.

Cerca de ella, su compañera de clase Naisa Al Saleh traza la letra “b” al lado de la lista de vocabulario de la semana.

“Para mí, lo más importante es leer las notas del doctor para mis recetas”, dice Naisa, que ya supera los 60 años y que vive con su hijo, su esposa y seis nietos. “Cuando tomo un taxi, puedo reconocer las señales, así que sé a dónde me llevan. Puedo valerme por mí misma”.

La maestra Fatima irradia orgullo.

“Día tras día, trato de hacerlas más fuertes”, dice. “Trato de fortalecer su confianza y motivarlas diciendo: ‘Cuando te enfocas en algo, lo lograrás, pase lo que pase. Pero si sigues diciendo que no puedes hacerlo, nunca lo lograrás”.

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/clases-de-alfabetizacion-abren-nuevas-puertas-a-mujeres-sirias-en-libano/

Comparte este contenido:

LÍbano; niños, refugiados y sin derecho a educación

Líbano/25 de julio 2017/ Por: Iraitz Astarloa/Fuente: http://www.noticiasdealava.com

Con cuatro millones de habitantes, el país cuenta con otros dos millones de desplazados.

Una delegación vasca visitó la zona para conocer un proyecto educativo financiado por Gipuzkoa.

El 80% de los menores refugiados en Líbano no tiene acceso a la educación, o lo que es lo mismo, solo uno de cada cinco niños de familias refugiadas acude a la escuela. Estos datos fueron ofrecidos recientemente en Beirut por la directora general de la organización independiente que trabaja por el empoderamiento entre las comunidades palestina y libanesa PARD (The Popular Aid for Relief and Development) en Líbano, Rita Hamdan. Hamdan ofreció una visión general de la situación de los menores refugiados en una reunión con la delegación institucional guipuzcoana que hace unos días visitó este país de Oriente Medio.

El grupo, encabezado por el diputado de Cultura y Cooperación de Gipuzkoa, Denis Itxaso, lo completaban los directores de Derechos Humanos y Cooperación al Desarrollo, Maribel Vaquero y Fernando San Martín, respectivamente, así como por representantes de todos los grupos junteros salvo el PP, que no pudo acudir. Los representantes institucionales acudieron a Líbano para conocer de primera mano el funcionamiento de un proyecto educativo financiado por la Diputación de Gipuzkoa y que se sitúa en la localidad de Tyro, al sur del país. Pero antes de ver in situ el proyecto, la delegación aprovechó para celebrar una serie de encuentros con los representantes del PARD así como del Pnoud, la entidad coordinada por naciones unidas, que brindaron una visión global de la situación de los desplazados que viven en Líbano.

En este punto, cabe destacar que pese a contar con tan solo cuatro millones de habitantes, en los dos últimos dos años han llegado hasta este país cerca de dos millones de refugiados, si bien tan solo la mitad están censados.

Además, la guerra de Siria y la masiva llegada de desplazados de los últimos meses no han hecho más que agravar una situación ya de por sí insostenible para los libaneses, que vienen absorbiendo desde el año 1948 un flujo migratorio constante de palestinos expulsados de su país. De hecho, se calcula que en la actualidad un total de 280.000 palestinos tratan de sobrevivir en un Líbano cada vez más hostil y en el que los recursos comienzan a agotarse para responder a la crisis humanitaria. Pese a que oficialmente hay doce campos de refugiados, existen también otros 42 asentamientos informales que no cuentan con la supervisión ni de la ONU ni de Acnur.

La barriada de Sabra es buen ejemplo de ello. La delegación guipuzcoana tuvo la oportunidad de visitar el asentamiento, de recorrer sus angostas calles en las que el alcantarillado brilla por su ausencia y el cableado eléctrico sobrevuela las cabezas de los escasos visitantes que se dejan ver en esta deteriorada zona de Beirut. Aquí la huella de la guerra civil libanesa (1975-1990) permanece sellada en las fachadas en forma de orificio de bala y donde gran parte de los niños vagan sin rumbo por las calles dejando que pasen los días mientras sus padres logran unas pocas libras con las que sobrellevar un día más. En este desalentador núcleo se centran muchos de los esfuerzos llevados a cabo por el PARD para la escolarización de los más pequeños. Buen ejemplo de ello es el Daouk Kinder Garden, un centro preescolar dirigido a niños de entre tres y seis años, mayoritariamente palestinos, aunque ante la llegada masiva de refugiados sirios también han comenzado a responder a esta necesidad.

“El acceso a la educación para estas personas es muy difícil”, cuenta Hamdan, quien denuncia que “la población refugiada palestina en Líbano es la única en el mundo que no tiene derechos”. “Se acepta su derecho al retorno, pero no que puedan acceder a la educación, a la sanidad o al resto de derechos humanos”, asevera. Tanto es así que, pese a que los primeros palestinos llegaron a Líbano en 1948 y aunque ya hay dos generaciones de palestinos nacidos en Líbano, a estos se les deniega la nacionalidad libanesa.

Tampoco tienen acceso normalizado al mercado laboral y, en la actualidad, tienen vetadas hasta un total de 74 profesiones. Ni siquiera pueden votar ni tienen representación política en un país que se resiste a actualizar el censo llevado a cabo en la década de los 60 para evitar así que cristianos maronitas, chiíes y sunitas, repartidos en las funciones del poder, pierdan peso en el statu quo creado. El periodo escolar ha terminado ya, pero en Daouk Kinder Garden la actividad no cesa. Las aulas continúan abiertas. “Muchos de ellos se han visto obligados a huir de sus casas y no han tenido la oportunidad de ir nunca a la escuela”, enfatiza Hamdan, quien insiste en que la labor en el aula va más allá de la educación y sirve muchas veces también como “terapia para superar los horrores que han vivido”.

Subsistencia Pero la faceta educativa no es la única que trabaja el PARD. La ONG ofrece una ayuda mensual de 27 dólares a las familias para que puedan hacerse cargo de su alimentación. “Esta gente no tiene ahorros. Lo poco que ingresan se lo tienen que gastar en un alquiler. No pueden gastárselo en comida ni para ellos ni para sus hijos”, precisó. De esta forma, el PARD consigue cubrir dos de las necesidades básicas de la población palestina en el exilio. Pero además, las ONG trabajan para conseguir que los habitantes de estos guetos cambien determinados hábitos. Así, en el último año se ha llevado a cabo una campaña de concienciación en un total de 2.400 casas con el objetivo de reducir las basuras de las calles. Con mucho trabajo de sensibilización ambiental y basándose en algunas de las enseñanzas del profeta Mahoma relacionadas con la naturaleza, se ha logrado que las familias de cuatro campos reciclen. Algo similar a ocurrido con el aprovechamiento de la escasa agua potable de la que disponen los asentamientos, fuente de conflicto con la población libanesa, que acusa a los refugiados de “robarles” el agua.

Fuente de la Noticia:

http://www.noticiasdealava.com/2017/07/24/sociedad/libano-ninos-refugiados-y-sin-derecho-a-educacion

Comparte este contenido:

LÍbano: niños, refugiados y sin derecho a educación

LÍbano/24 julio 2017/Fuente: Noticias de Alava

rillado brilla por su ausencia y el cableado eléctrico sobrevuela las cabezas de los escasos visitantes que se dejan ver en esta deteriorada zona de Beirut. Aquí la huella de la guerra civil libanesa (1975-1990) permanece sellada en las fachadas en forma de orificio de bala y donde gran parte de los niños vagan sin rumbo por las calles dejando que pasen los días mientras sus padres logran unas pocas libras con las que sobrellevar un día más. En este desalentador núcleo se centran muchos de los esfuerzos llevados a cabo por el PARD para la escolarización de los más pequeños. Buen ejemplo de ello es el Daouk Kinder Garden, un centro preescolar dirigido a niños de entre tres y seis años, mayoritariamente palestinos, aunque ante la llegada masiva de refugiados sirios también han comenzado a responder a esta necesidad.

“El acceso a la educación para estas personas es muy difícil”, cuenta Hamdan, quien denuncia que “la población refugiada palestina en Líbano es la única en el mundo que no tiene derechos”. “Se acepta su derecho al retorno, pero no que puedan acceder a la educación, a la sanidad o al resto de derechos humanos”, asevera. Tanto es así que, pese a que los primeros palestinos llegaron a Líbano en 1948 y aunque ya hay dos generaciones de palestinos nacidos en Líbano, a estos se les deniega la nacionalidad libanesa.

Tampoco tienen acceso normalizado al mercado laboral y, en la actualidad, tienen vetadas hasta un total de 74 profesiones. Ni siquiera pueden votar ni tienen representación política en un país que se resiste a actualizar el censo llevado a cabo en la década de los 60 para evitar así que cristianos maronitas, chiíes y sunitas, repartidos en las funciones del poder, pierdan peso en el statu quo creado. El periodo escolar ha terminado ya, pero en Daouk Kinder Garden la actividad no cesa. Las aulas continúan abiertas. “Muchos de ellos se han visto obligados a huir de sus casas y no han tenido la oportunidad de ir nunca a la escuela”, enfatiza Hamdan, quien insiste en que la labor en el aula va más allá de la educación y sirve muchas veces también como “terapia para superar los horrores que han vivido”.

SUBSISTENCIA Pero la faceta educativa no es la única que trabaja el PARD. La ONG ofrece una ayuda mensual de 27 dólares a las familias para que puedan hacerse cargo de su alimentación. “Esta gente no tiene ahorros. Lo poco que ingresan se lo tienen que gastar en un alquiler. No pueden gastárselo en comida ni para ellos ni para sus hijos”, precisó. De esta forma, el PARD consigue cubrir dos de las necesidades básicas de la población palestina en el exilio. Pero además, las ONG trabajan para conseguir que los habitantes de estos guetos cambien determinados hábitos. Así, en el último año se ha llevado a cabo una campaña de concienciación en un total de 2.400 casas con el objetivo de reducir las basuras de las calles. Con mucho trabajo de sensibilización ambiental y basándose en algunas de las enseñanzas del profeta Mahoma relacionadas con la naturaleza, se ha logrado que las familias de cuatro campos reciclen. Algo similar a ocurrido con el aprovechamiento de la escasa agua potable de la que disponen los asentamientos, fuente de conflicto con la población libanesa, que acusa a los refugiados de “robarles” el agua.

El diputado de Cultura y Cooperación, Denis Itxaso, destacó que “mientras las soluciones a un problema muy complejo llegan, es imprescindible que la sociedad guipuzcoana siga viendo que es necesario apoyar este tipo de iniciativas”. “Una vez vistas estas realidades, nos tenemos que preguntar si tenemos que ampliar las labores de apoyo que venimos realizando”, acaba.

Fuente: http://www.noticiasdealava.com/2017/07/24/sociedad/libano-ninos-refugiados-y-sin-derecho-a-educacion

Comparte este contenido:

«Ya no se puede mirar hacia otro lado» con los refugiados en el Líbano

Líbano/24 de Julio de 2017/La Vanguardia

La delegación guipuzcoana que ha acudido al Líbano para visitar a refugiados sirios y palestinos en ese país está «impresionada» por lo que ha visto, explica el diputado foral de Cultura, Denis Itaxso, para quien «ya no se puede mirar hacia otro lado».

 «La primera sensación que uno tiene es que los pueblos sirios y palestinos son unos parias de la tierra, que están olvidados», asegura Itaxso en una entrevista con Efe.

En el Líbano hay unos 450.000 refugiados palestinos, según la ONU, que llegaron tras la creación del Estado de Israel en 1948, en tanto que los sirios, entre 1,5 y 2 millones, según las autoridades locales, comenzaron a venir al inicio de la guerra en su país, en 2011.

«Lo que más nos ha impactado son los testimonios desgarradores de algunas madres -de la escuela que estamos promoviendo- sobre su trayectoria vital, cómo vivían antes de la guerra, cómo les cambió la vida…», explica el diputado.

La llegada de la delegación coincide con el viaje hoy de un grupo de 204 refugiados sirios a España en el marco del proceso de reubicación de la Unión Europea (UE) para estas personas que han sufrido la crisis humanitaria en Siria.

Itxaso señala que, entre las numerosas dificultades de su día a día, los refugiados no encuentran a veces a quienes les escuchen.

«Obviamente buscan respuestas más humanas», que las agencias humanitarias «no les pueden dar», según el diputado foral, debido a las limitaciones que tienen.

Durante su estancia en el Líbano, la delegación visitó la escuela que financian para niños sirios y palestinos cerca del campamento palestino de Burj Chemali, en la ciudad meridional de Tiro.

En el centro escolar, donde trabajan con Solidaridad Internacional y The Popular Aid for Relief and Development (PARD, en sus siglas en inglés), integraron a unos cien pequeños cuyas familias tienen dificultades económicas o de discapacidad.

El diputado foral espera que el proyecto que están financiando pueda abrir cinco aulas más para que otro centenar de niños, que están en la lista de espera, formen parte de la iniciativa.

Itxaso es consciente de que el Líbano «hace un gran esfuerzo, a pesar de que es un país cuya estabilidad y equilibrio están cosidos con alfileres, hilvanados tras la fragmentación política, religiosa, social y de todo tipo».

«La llegada de semejante contingente de refugiados implica un impacto a todos los niveles que seguramente ningún país podría soportar», añade.

También se refirió a que ha percibido «inquietud entre las autoridades palestinas por el hecho de que la opinión pública europea se disparó hacia el problema de los sirios».

Por su parte, Ettore Papa, técnico de Cooperación Solidaridad Internacional del País Vasco, declaró a Efe que son conscientes de «las múltiples necesidades, no solo educativas, sino también sanitarias, alimenticias y ambientales» de los refugiados.

«Trabajamos desde el año pasado en este proyecto y tenemos la esperanza de seguir implantándolo en el siguiente para dar continuidad a esta intervención», aseveró.

Papa destacó que la visita les ha servido para ver «cómo es la realidad diaria, el sufrimiento de los niños por las situaciones traumáticas que han pasado».

«Gracias al apoyo han cambiado su actitud y comportamiento hacia los otros menores y hacia a la sociedad de acogida con la que conviven día a día», concluyó. EFE

 Fuente: http://www.lavanguardia.com/politica/20170720/424259332895/ya-no-se-puede-mirar-hacia-otro-lado-con-los-refugiados-en-el-libano.html
Comparte este contenido:

El 80% de los niños refugiados en Líbano no tiene acceso a la educación

Líbano/20 julio 2017/Fuente: Noticias de Gipuzkoa

  • Con una población de 4 millones, el país de Oriente Medio cuenta con unos 2 millones de desplazados
  • Una delegación guipuzcoana visita la zona para conocer un proyecto educativo financiado por la Diputación

El 80% de los menores refugiados en Líbano no tiene acceso a la educación, o lo que es lo mismo, solo uno de cada cinco niños de familias refugiadas acude a la escuela. Estos datos fueron ofrecidos ayer en Beirut por la directora general de la organización independiente que trabaja por el empoderamiento entre las comunidades palestina y libanesa PARD (The Popular Aid for Relief and Development) en Líbano, Rita Hamdan. Hamdan ofreció una visión general de la situación de los menores refugiados en una reunión con la delegación institucional guipuzcoana que esta semana visita el país de Oriente Medio.

El grupo, encabezado por el diputado de Cultura y Cooperación, Denis Itxaso, lo completan los directores de Derechos Humanos y Cooperación al Desarrollo, Maribel Vaquero y Fernando San Martin, respectivamente, así como por representantes de todos los grupos junteros salvo el PP, que no pudo acudir.

Los representantes institucionales se encuentran estos días en el país de Oriente Medio, adonde han acudido para conocer de primera mano el funcionamiento de un proyecto educativo financiado por la Diputación y que se sitúa en la localidad de Tyro, al sur del Líbano. Pero antes de ver in situ el proyecto, la delegación aprovechó la jornada de ayer para celebrar una serie de encuentros con los representantes del PARD así como del PNOUD, la entidad coordinada por naciones unidas, que brindaron una visión global de la situación de los desplazados que viven en Líbano. En este punto, cabe destacar que pese a contar con tan solo cuatro millones de habitantes, en los dos últimos dos años han llegado hasta este país cerca de dos millones de refugiados, si bien tan solo la mitad están censados.

Además, la guerra de Siria y la masiva llegada de desplazados de los últimos meses no han hecho más que agravar una situación ya de por sí insostenible para los libaneses, que vienen absorbiendo desde el año 1948 un flujo migratorio constante de palestinos expulsados de su país. De hecho, se calcula que en la actualidad un total de 280.000 palestinos tratan de sobrevivir en un Líbano cada vez más hostil y en el que los recursos comienzan a agotarse para responder a la crisis humanitaria. Pese a que oficialmente hay doce campos de refugiados, existen también otros 42 asentamientos informales que no cuentan con la supervisión ni de la ONU ni de ACNUR.

La barriada de Sabra es buen ejemplo de ello. La delegación guipuzcoana tuvo la oportunidad ayer de visitar el asentamiento, de recorrer sus angostas calles en las que el alcantarillado brilla por su ausencia y el cableado eléctrico sobrevuela las cabezas de los escasos visitantes que se dejan ver en esta deteriorada zona de Beirut.

Aquí la huella de la guerra civil libanesa (1975-1990) permanece sellada en las fachadas en forma de orificio de bala y donde gran parte de los niños vagan sin rumbo por las calles dejando que pasen los días mientras sus padres logran unas pocas libras con las que sobrellevar un día más. En este desalentador núcleo se centran muchos de los esfuerzos llevados a cabo por el PARD para la escolarización de los más pequeños. Buen ejemplo de ello es el Daouk Kinder Garden, un centro preescolar dirigido a niños de entre tres y seis años, mayoritariamente palestinos, aunque ante la llegada masiva de refugiados sirios también han comenzado a responder a esta necesidad.

“El acceso a la educación para estas personas es muy difícil”, cuenta Hamdan, quien denuncia que “la población refugiada palestina en Líbano es la única en el mundo que no tiene derechos”. “Se acepta su derecho al retorno, pero no que puedan acceder a la educación, a la sanidad o al resto de derechos humanos”, asevera. Tanto es así que, pese a que los primeros palestinos llegaron a Líbano en 1948 y aunque ya hay dos generaciones de palestinos nacidos en Líbano, a estos se les deniega la nacionalidad libanesa. Tampoco tienen acceso normalizado al mercado laboral y, en la actualidad, tienen vetadas hasta un total de 74 profesiones. Ni siquiera pueden votar ni tienen representación política en un país que se resiste a actualizar el censo llevado a cabo en la década de los 60 para evitar así que cristianos maronitas, chiíes y sunitas, repartidos en las funciones del poder, pierdan peso en el statu quo creado.

El periodo escolar ha terminado ya, pero en Daouk Kinder Garden la actividad no cesa. Las aulas continúan abiertas. “Muchos de ellos se han visto obligados a huir de sus casas y no han tenido la oportunidad de ir nunca a la escuela”, enfatiza Hamdan, quien insiste en que la labor en el aula va más allá de la educación y sirve muchas veces también como “terapia para superar los horrores que han vivido”.

Subsistencia Pero la faceta educativa no es la única que trabaja el PARD. La ONG ofrece una ayuda mensual de 27 dólares a las familias para que puedan hacerse cargo de su alimentación. “Esta gente no tiene ahorros. Lo poco que ingresan se lo tienen que gastar en un alquiler. No pueden gastárselo en comida ni para ellos ni para sus hijos”, precisa. De esta forma, el PARD consigue cubrir dos de las necesidades básicas de la población palestina en el exilio. Pero además, las ONG trabajan para conseguir que los habitantes de estos guetos cambien determinados hábitos. Así, en el último año se ha llevado a cabo una campaña de concienciación en un total de 2.400 casas con el objetivo de reducir las basuras de las calles. Con mucho trabajo de sensibilización ambiental y basándose en algunas de las enseñanzas del profeta Mahoma relacionadas con la naturaleza, se ha logrado que las familias de cuatro campos reciclen. Algo similar a ocurrido con el aprovechamiento de la escasa agua potable de la que disponen los asentamientos, fuente de conflicto con la población libanesa, que acusa a los refugiados de “robarles” el agua.

El diputado de Cultura y Cooperación, Denis Itxaso, destacó que “mientras las soluciones a un problema muy complejo llegan, es imprescindible que la sociedad guipuzcoana siga viendo que es necesario apoyar este tipo de iniciativas”. “Una vez vistas estas realidades, nos tenemos que preguntar si tenemos que ampliar las labores de apoyo que venimos realizando”, reflexionó.

Fuente: http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2017/07/19/sociedad/el-80-de-los-ninos-refugiados-en-libano-no-tiene-acceso-a-la-educacion

Comparte este contenido:

Medio Oriente. Mikel Ayestaran: “La única arma de construcción masiva que conozco es la educación”

Medio Oriente/13 de junio de 2017/Autor. Juan Caros Gonzáez/Fuente: http://www.bez.es

 

Mikel Ayestaran (Beasain, 1975) cuenta las horas para volverse a Jerusalén. Ahí le espera su familia y un buen puñado de historias que contar. Tras más de 10 años de trayectoria internacional, la mente de este periodista donostiarra se aleja de la de un cronista de oficina. “Tenía una de las mejores ciudades de España para vivir que es San Sebastián, un puesto de trabajo en un periódico que sigue funcionando bien, pero no me podía dar lo que yo quería».

Viajes de ida y vuelta por Oriente Medio, por países que se convierten en catorce capítulos. Así fue construyendo lo que hoy es su «crónica de crónicas». Un reto llamado Oriente Medio, Oriente roto. Tras las huellas de una herida abierta (Editorial Península) en el que los protagonistas son los lugares y las personas. “No es un libro sobre Mikel Ayestaran, es un libro sobre Oriente Medio”, cuenta a bez.es

Deja bien claro que no quiere contar batallitas y se confiesa “nada peliculero”, su único objetivo es sorprender al lector “rompiendo las normas de estilo” que usa día a día utilizando la primera persona y el presente.

El foco en las personas que sufren la guerra

Un relato impresionante hecho de forma casera y muy personal. “La foto de portada es de mi Palmira, del primer viaje que hice”. Una antigua ciudad histórica siria, ahora destruida por el Estado Islámico. “Nos fijamos siempre en Alepo, Palmira, las grandes fotografías son siempre esas, pero la auténtica destrucción que se está produciendo en la región es el fraccionamiento total y el final de la convivencia entre confesiones y entre etnias”. Ayestaran quiere que los paisajes se recuerden como se conocieron desde un inicio, pero sobre todo que se ponga el foco en las personas que en ellos habitan.

Donald Trump va a mandar miles de soldados a Afganistán. Pero, ¿acaso les ha preguntado a los afganos lo que necesitan?

Mikel Ayestaran

La herida que protagoniza estos relatos y que indigna al mundo puede acabar, no es ninguna utopía, solo hace falta voluntad. Ayestaran levanta la voz, con rabia y recuerda cuál debe ser la solución más inmediata.

 ¿Qué pasos podría dar la comunidad internacional para mejorar la situación en la zona?

El primer paso es el más fácil de todos, dejar de exportar armas y soldados a una región donde lo que sobran son armas y soldados. El resultado de las invasiones que se han llevado a cabo desde 2001 es patético. Hay que apostar por un tipo de cooperación y ayuda a largo plazo insistiendo en la base de lo que tiene ser la única arma de construcción masiva que conozco, que es la educación. Donald Trump, por ejemplo, va a mandar miles de soldados a Afganistán. Pero, ¿acaso les ha preguntado a los afganos lo que necesitan?

Grabar lo que pasa o vivir el momento

El periodista de Vocento y la televisión autonómica vasca (EITB) es multimedia pero admite que hay veces que las nuevas tecnologías le agobian. “Trabajar en multiformato muchas veces te martiriza”. Tras años y años escuchando consejos para transformarse ante un futuro irremediablemente digital, Ayestarán reconoce que esto es ya el presente.

Tiene Twitter y graba vídeo, pero hay cosas del día a día de este reportero que no vemos ni leemos. «He vivido momentos en los que digo, joder esto lo quiero para mí y ni foto, ni Facebook Live, ni nada. Apago lo que tengo y disfruto. El que quiera vivir esto que venga». Entre sentimientos recuerda la caída de Mubarak. Estaba en una cafetería junto a la plaza Tahrir de El Cairo y al enterarse lo primero que hizo fue abrazar a su intérprete, un momento que solo está en el recuerdo de Ayestaran.

Extracto de Oriente Medio, Oriente roto. Tras las huellas de una herida abierta.

Mikel Ayestaran

«El doctor Flayeh al Mayali es “mi padre” en Irak. Las palabras “traductor”, “intérprete” o fixer se quedan cortas para definir a uno de los personajes más entrañables que me he encontrado desde que trabajo en zonas de conflicto” […] Durante la época de Sadam Husein ya acompañaba a periodistas y colaboraba con la embajada española, pero tras la guerra se convirtió en los ojos de enviados especiales de diferentes medios, y también colaboró con las tropas españolas hasta que a finales de 2003 fue detenido y acusado de “colaborador necesario”

 ¿Por qué son tan importantes los intérpretes para un corresponsal de guerra?

En primer lugar, por el lenguaje. No solamente te traducen, también te interpretan la realidad de su país y sobre todo te tienen que dejar muy claro a donde no puedes ir. Siempre que voy a un lugar de estos tengo tres reglas: seguridad, seguridad y seguridad. Después trabajamos. 

 El mayor reto informativo de Ayestaran es y seguirá siendo Siria, “tanto por la opacidad del país, como por el poco conocimiento que hay de la zona o la exagerada publicidad y propaganda que hay desde uno y otro lado”

De él dice Ramón Lobo, otro gran cronista internacional, que elige sitios «a los que no va casi nadie». Afganistán, Libia, Irak, Egipto, Líbano, Yemen… pero su mayor reto informativo es y seguirá siendo Siria, “tanto por la opacidad del país, como por el poco conocimiento que hay de la zona, por lo difícil que ha sido trabajar durante todo el conflicto y por la exagerada publicidad y propaganda que hay desde uno y otro lado”.

En su mente tiene otro gran reto personal que le hace sonreír entre tanta crudeza. La revista 5W junto a buenos periodistas, pero sobre todo “buenas personas” como Xavier Aldekoa. “Al principio nos decían: estáis pirados, la información internacional no interesa, pero somos ahora nosotros y miles de pirados que han comprado la revista, que están suscritos, que están siguiendo en Twitter…. Y el arco se va ampliando”. Esperanza ante el periodismo que vivimos. “Al final es importante que nos juntemos para este tipo de cosas y no solo para tomar cañas”, dice entre risas.

Tras años de recorrido, este periodista de raza tiene “más preguntas que respuestas”. Quizá esas mismas dudas las resuelva viviendo nuevas experiencias. Que así sea Mikel, por el bien del periodismo, pero, sobre todo, por el bien de la gente de Oriente Medio.

Fuente de la Noticia:

http://www.bez.es/625795493/Mikel-Ayestaran-La-unica-arma-de-construccion-masiva-que-conozco-es-la-educacion-.html

Comparte este contenido:

Líbano introduce la causa palestina en su programa de educación escolar

Libia/01 junio 2017/Fuente: La Prensa

El Movimiento Hamas ha enviado una carta de agradecimiento y agradecimiento al ministro libanés de Educación, Marwan Hamadeh, por su decisión de reintroducir la cuestión palestina en el programa escolar en el país.

En declaraciones publicadas por el sitio web oficial de Hamas, el representante del Movimiento en el Líbano, Ali Baraka, declaró que las obligaciones educativas y nacionales del Líbano dictaban que la causa palestina debía permanecer presente en sus currículos escolares.

Baraka hizo hincapié en que la causa palestina es una causa nacional justa que concierne a todos los árabes, musulmanes y la gente libre del mundo.

«Tales planes de estudio desempeñan un papel fundamental en la educación de la nueva generación sobre la derecha palestina y el fortalecimiento de sus valores nacionales», dijo.

El ministro Hamadeh ha decidido recientemente restablecer la causa palestina en el libro de historia de nueve grados para el año escolar 2017-2018 │ Diario Palestina Libération ©2016 Global Intellectual Property Registry Nº: 1 607138 370884 All rights reserved. Palestina Libération Media Group|صحيفة فلسطين ليبراسيون│

Fuente: http://www.prensa.com/opinion/Desercion-escolar-desigualdad-social_0_4768773212.html

 

Comparte este contenido:
Page 10 of 13
1 8 9 10 11 12 13