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Niños costarricenses: Una tragedia educativa

Centroamérica/ Costa Rica/ 14.05.2018/ Por: Eliécer Feinzaig. Fuente: www.nacion.com.

Cuando uno vive en el país de los eufemismos, cada vez que una autoridad gubernamental anuncia el cambio de nomenclatura de cualquier cosa —una institución, un programa o un indicador— provoca una enorme dosis de sospecha y escepticismo.

Por eso, cuando leí el reportaje de La Nación del pasado 19 de marzo (http://bit.ly/2ptlV5B) acerca de la disminución de la exclusión escolar observada en el 2017, se me pararon las antenitas de vinil. La ministra de Educación, Sonia Marta Mora, explicó que se dio un cambio de enfoque al hablar de exclusión y dejar atrás el concepto de deserción escolar.

Desde una perspectiva meramente cuantitativa, nuestro sistema educativo es un rotundo fracaso

Si bien el cambio fue meramente de nomenclatura —la medición es exactamente la misma— me alegró leerlo porque implica, como señala la ministra, dejar de ver el problema como una “decisión voluntaria y personal” de abandonar los estudios para entender que existen “factores personales, familiares y del propio sistema educativo que influyen en que el estudiantado permanezca o no en las aulas”. Es, en otras palabras, reconocer que el sistema educativo puede —por inadecuado— expulsar alumnos. Y lo hace.

El sexto informe Estado de la Educación (EE2017) revela que apenas “un 4,6 % de las 3.731 escuelas públicas que operaban en el 2016 ofrecían el plan de estudios completo para la enseñanza primaria”. Ahí tenemos un claro indicio de un sistema educativo que expulsa a sus alumnos. Que más del 95 % de las escuelas no ofrezcan el plan de estudios completo quiere decir que la enorme mayoría de los estudiantes nunca será expuesta a materias como artes, deportes o computación, que podrían despertar su interés o ayudarles a descubrir su pasión.

Quizás por esto la tasa neta de escolaridad —el porcentaje de niños entre 6 y 12 años que se encuentran enrolados en la educación primaria— ha venido cayendo desde más del 97 % en el período 2005-2011, al 93,1 % en el 2016. Peor aún, nos dice el EE2017, la matrícula de sexto grado en el 2016 representó un 83,4 % de la reportada en primer grado seis años antes. Casi 17 de cada 100 niños matriculados en primer grado en el 2011 se perdieron en el camino a sexto grado.

Medición generacional. Estos datos me hicieron recordar una conversación que tuve recientemente con el Dr. Luis Daniel González Aguiluz, director del Programa de Informatización para el Alto Desempeño (PIAD) de la Asociación para la Innovación Social. Sostiene Luis Daniel que el abandono de las aulas no se debe medir con respecto a la matrícula inicial de cada año, sino en referencia a la matrícula en primer grado de cada generación o cohorte.

Para explicar el concepto, analizaré lo sucedido con la cohorte del 2005. Dado que la educación formal tiene una duración teórica de 11 años en la modalidad académica y de 12 años en la técnica, intentaré responder la siguiente pregunta: ¿Cuántos de los niños que entraron a la escuela por vez primera en el 2005 concluyeron la secundaria en el 2015 (o el 2016 en el caso de la educación técnica)?

En el 2005 ingresaron 95.811 niños a primer grado del sistema de educación tradicional en horario diurno. En el 2015 se matricularon 42.783 jóvenes en undécimo año en educación académica y técnica en horario diurno. Aunque la comparación no es exacta, nos da un primer indicador de exclusión en la educación: tan solo el 44,7 % de los niños que iniciaron su educación primaria en el 2005 llegaron a undécimo año once años después.

La cifra no es exacta, entre otras razones, porque no todos los jóvenes que matriculan undécimo en un año cualquiera iniciaron sus estudios once años antes; algunos repitieron uno o más años. De igual manera, algunos de los estudiantes que inician la primaria en un año cualquiera, la concluirán en más de once años, ya sea en la educación tradicional (después de haber repetido uno o más años), o porque se decantaron por opciones de 12 años como el bachillerato internacional (BI) o la educación técnica, o porque concluirán sus estudios años más tarde en programas como educación nocturna o bachillerato por madurez.

Cifra alarmante. Aun así, la cifra es alarmante: menos de la mitad de los jóvenes en edad de estudiar concluye la educación formal en el tiempo prescrito. La estadística se torna aún más alarmante si hablamos de la proporción de estudiantes que realmente se gradúa.

En el 2015 se presentaron a bachillerato 37.775 estudiantes. De ellos, 5.681 provenían de la educación nocturna, donde el promedio de edad es mucho más alto (no son los jóvenes que empezaron sus estudios once años antes). Nos quedan entonces 32.094 estudiantes, o tres cuartas partes de los 42.783 jóvenes que se matricularon en undécimo en ese mismo año. Vamos viendo como la mazorca se desgrana en cada paso.

La historia se torna todavía más sombría. En el 2015 aprobaron bachillerato 26.709 estudiantes (del total de 37.775). Las autoridades hablan de una promoción del 70,7 %, pero la cifra es engañosa: esconde la enorme cantidad de jóvenes que no llegaron ni siquiera a presentarse a bachillerato.

Del total de bachilleres del 2015, tan solo 18.791 provenían de la educación académica diurna; el resto fueron estudiantes de la educación nocturna (mayor edad promedio) o de la educación técnica (duración teórica de 12 años). Si sumamos los 6.218 jóvenes que obtuvieron su bachillerato en educación técnica en el 2016, tenemos que son 25.009 los jóvenes que, habiendo empezado sus estudios en el 2005, obtuvieron su bachillerato en la educación diurna académica o técnica en el tiempo prescrito.

La cifra, como ya mencioné, no es exacta, y dada la gravedad de lo señalado, merece ser depurada. Lanzo el reto al programa Estado de la Nación, al Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la UCR, a la Academia de Centroamérica o al propio Departamento de Análisis Estadístico del MEP para que lo hagan.

En todo caso, y sin perjuicio de que algún día las autoridades hagan el ejercicio de afinar el dato, resulta muy reveladora la comparación de esos 25.009 bachilleres con los 95.811 niños que matricularon primer grado de primaria en el 2005: tan solo el 26,1 % de los muchachos se graduaron en el tiempo esperado. Visto de otra forma, 70.802 jóvenes que iniciaron su educación en el 2005 no se llegaron a graduar. Esa es la verdadera tragedia de la exclusión educativa.

Fracaso. Desde una perspectiva meramente cuantitativa, nuestro sistema educativo es un rotundo fracaso. Menciona el EE2017 que “en el 2016 solo el 50,4 % de los jóvenes de entre 18 y 22 años había finalizado la secundaria”. Finalizar la secundaria no es lo mismo que obtener el bachillerato.

Lamentablemente, desde una perspectiva cualitativa, la situación es también calamitosa, como lo reflejan los resultados de las pruebas del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), que promueve la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para evaluar las competencias y destrezas de los alumnos en tres áreas (matemáticas, comprensión de lectura y ciencias). Los estudiantes son clasificados en seis niveles, de acuerdo con su desempeño, siendo 1 el más bajo y 6 el más alto.

En el 2015, el 62,6 % de los estudiantes costarricenses evaluados en matemáticas quedaron en o por debajo del nivel 1, lo cual quiere decir que no pueden resolver más que los problemas matemáticos más elementales, y ello únicamente cuando cuentan de manera explícita (no inferencial) con instrucciones precisas y toda la información necesaria para hacerlo. En otras palabras, son alumnos que pasaron por el colegio, pero el colegio no dejó ninguna huella en ellos.

Otro 25,8 % de los alumnos evaluados quedaron en el nivel 2, y solamente el 11,7 % se distribuyó entre los cuatro niveles superiores de la escala de evaluación. Los resultados en lectura y ciencias, si bien algo mejores, tampoco son para alardear.

Hablar de exclusión versus deserción permite entender la magnitud de la tragedia de la educación en Costa Rica. El significativo esfuerzo que ha hecho nuestro país al pasar de invertir poco más del 4 % del PIB en educación hace 20 años a cerca del 8 % hoy no ha rendido los frutos esperados. Dinero hay; las estrategias deben ser revisadas.

Fuente: https://www.nacion.com/opinion/columnistas/la-tragedia-de-70000-ninos-costarricenses/YDVRZY2UGJE5PG5GYODW47U5IE/story

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Costa Rica: Sean Miranda, el estudiante trans que portó el pabellón en el traspaso: ‘No es más un miedo, es un orgullo’

Llevó el emblema patrio como reconocimiento por su labor en favor de los derechos de los jóvenes LGBTI

Centroamerica/CostaRica/lanacion.com

Sean Miranda, de 17 años, estudiante del CTP de Dos Cercas, en Desamparados. Al traspaso de poderes lo acompañó su abuelo, Miguel Gerardo Solís.

Sonaron las primeras notas del saludo a la bandera y Sean Miranda comenzó a caminar por la alfombra roja, con paso firme y semblante serio, llevando en sus manos el pabellón nacional.

Tal honor se le concedió como un reconocimiento a su valor, por formar un grupo en el colegio para defender los derechos de la comunidad LGBTI, luego de revelar hace dos años que es una persona trans.

Desfiló con su uniforme del Colegio Técnico Profesional de Dos Cercas, en Desamparados, en donde cursa el quinto año y destaca por su rendimiento académico y su liderazgo.

(Video) Estudiante trans que portó el pabellón nacional: ‘Tenemos mucho que ofrecer al país’

“Para ser seleccionado, fue porque yo tengo en el colegio un grupo de apoyo a la comunidad LGBTI. Este grupo es importante, porque hace que las personas entiendan sus derechos y que quieran sobresalir”, contó Miranda al finalizar el traspaso de poderes.

Él observó todo el acto desde la tarima principal, junto al presidente Carlos Alvarado, su gabinete, los diputados y los mandatarios invitados.

Cuenta que haber estado ahí, después de lo difícil que fue la campaña electoral para las personas sexualmente diversas, fue muy simbólico. Para él, fue una señal de inclusión, la cual espera que se amplíe de la mano de las generaciones más jóvenes.

“Somos personas igual que todas las demás y tenemos los mismos derechos, ocupamos que nos tomen en cuenta para muchas cosas porque tenemos mucho que ofrecer al país, sinceramente, no somos los demonios que nos dicen muchas religiones».

«Es importante porque demuestra que todo ese ocultismo que hay acerca de las personas trans es una mentira, también somos personas que queremos representar a la comunidad”, aseguró el joven.

Sean cuenta que hizo pública su identidad de género hace dos años: ya se lo había confiado a sus amigos más cercanos y, después, lo conversó con sus profesores.

“Uno no quiere admitir de hecho que uno es trans, cuesta mucho admitirlo porque uno tiene mucho miedo. Y ya cuando usted lo admite… no sé, es algo inexplicable. Ya cuando usted dice: ‘Soy trans’ no es más un miedo, es un orgullo”, explicó Sean, sonriente.

Abajo, entre el público y embargado por la emoción, Miguel Gerardo Solís siguió cada paso de su nieto.

“Ver a Sean, que poco a poco se incorpora a la sociedad, gracias a la mentalidad de algunas personas. Esto realmente está en pijamas, la gente de este país todavía no dimensiona lo que es una comunidad como ellos. Afortunadamente, al nacer en una familia en donde siempre fuimos de mente muy abierta, pues pudimos brindarle todo el soporte que necesita,y de pronto también tenemos que ir a aprender para darle más”, contó Solís.

El abuelo del estudiante contó que el orgullo de ver desfilar a Sean también fue un momento de mucha emotividad para la familia, pues su hija, la mamá del muchacho, tiene ya varios años de estar en tratamiento contra un cáncer.

“Es un orgullo porque nos ha dado muchas satisfacciones. Un estudiante ejemplar, un estudiante de promedios increíbles. Así ha sido toda su vida, y se ve el trabajo y el esfuerzo de su madre, de su padre, y un poco lo que hemos podido colaborar nosotros”, expresó Solís.

Ingreso del pabellón nacional al traspaso de poderes. Foto Alonso Tenorio
Ingreso del pabellón nacional al traspaso de poderes. Foto Alonso Tenorio
Fuente: https://www.nacion.com/el-pais/politica/sean-miranda-el-estudiante-trans-que-porto-el/MLEABAPFTVABRNTSM2OTUZRXPQ/story/
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Costa Rica: Financiamiento de la educación pública

Centroamérica y El Caribe / Costa Rica/ 07.05.2018 / Fuente: www.nacion.com.

Para calcular el 8 % del PIB, es necesario considerar todos los gastos con fines educativos. Eso no puede excluir los aportes al Instituto Nacional de Aprendizaje.

El financiamiento de la educación pública reviste enorme interés, no solo por la elevada inversión anual de recursos públicos, sino por los réditos esperados por la sociedad en términos de cantidad y calidad de graduados en todos los niveles del sistema. Si los programas de estudio se diseñan de manera adecuada, existirá una importante correlación entre los niveles de educación y la posibilidad de que sus beneficiarios encuentren oportunidades de empleo bien remunerado.

La generosidad constitucional respecto al aporte estatal a la educación pública no debe interpretarse como carte blanche para que los recursos se gasten de cualquier forma

El artículo 78 de la Constitución Política dispone la obligatoriedad de la educación preescolar y la general básica. Ambas son gratuitas y costeadas por la nación, así como la educación diversificada en el sistema público. En cuanto a la educación superior, el mismo artículo constitucional asigna al Estado el deber de facilitar la prosecución de estudios superiores a quienes carezcan de recursos pecuniarios. En ese nivel, el mandato constitucional no insiste en obligatoriedad ni en la gratuidad, como lo hace en los niveles inferiores. Además, dispone que el apoyo estatal a quienes opten por la educación superior deben focalizarse en las personas de menores recursos.

Por su parte, el artículo 85 dispone que el Estado “dotará de patrimonio propio” a las universidades públicas y “les creará rentas propias, independientes de las originadas” por ellas mismas. Las universidades estatales cuentan con un patrimonio, pero se espera que produzcan rentas independientes para ayudar a cubrir sus costos. Esas rentas pueden provenir de ventas de servicios de consultoría altamente especializadas, lo cual no solo liga fuertemente a las universidades con la sociedad donde operan, sino que les suple valioso material empírico para fortalecer la base teórica de las carreras. Las rentas también pueden provenir del cobro de matrículas (lo cual incluye préstamos) a los estudiantes de hogares acomodados. Así operan prácticamente todas las universidades del mundo.

Costa Rica optó por fijar el aporte anual del Estado a la educación pública en al menos un ocho por ciento del valor de la producción nacional (8 % del PIB), lo cual es alto, y más aún si se tiene en cuenta el nivel de presión tributaria y el enorme déficit fiscal. Para calcular el porcentaje es necesario tomar en cuenta todas las erogaciones estatales que, por una u otra vía, van a la educación, y eso no puede excluir los aportes al Instituto Nacional de Aprendizaje. Dejar esos gastos fuera del cálculo es elevar la contribución estatal todavía más y ya existen costos asociados con la educación que no suelen tomarse en cuenta para el cómputo, como los subsidios con cargo al presupuesto nacional por concepto de pensiones a exempleados del sector educativo.

Por otra parte, la evidencia empírica muestra que la inversión nacional en educación no rinde lo que debiera, pues otras naciones obtienen resultados superiores, como lo demuestran las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés.).

La generosidad constitucional respecto al aporte estatal a la educación pública no debe interpretarse como carte blanche para que los recursos se gasten de cualquier forma. Es preciso emplearlos con eficiencia. Las universidades públicas también deben procurar hacer su aporte financiero mediante la generación de los recursos esperados por la Constitución.

Los medios económicos del país son limitados. Esa verdad no es menos cierta cuando se trata de causas tan importantes como la educación. El 8 % del PIB es un esfuerzo muy importante. En las circunstancias actuales no puede ser ampliado a capricho. En cambio, es indispensable sacarle el mayor provecho.

Fuente:  https://www.nacion.com/opinion/editorial/editorial-financiamiento-de-la-educacion-publica/XYAV75B32VCADNGNMOIUC35ZGE/story

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Costa Rica: UNESCO premia a niños por cuentos sobre el desarrollo sostenible

Costa Rica/01 de mayo de 2018/Por: Mariangel Obando/ Fuente: https://www.larepublica.net

Libros, juegos, videos y cuentos, forman parte del material didáctico que niños y niñas de primaria, ayudaron a elaborar para ser utilizados en los centros educativos que forman parte de la Red de Escuelas Asociadas a la Unesco.

La entrega de este material, se realizó como parte del programa Tierra de Niños, impulsado por la Comisión Costarricense de Cooperación con la Unesco.

Asimismo, el objetivo de la iniciativa es promover una educación integral, basada en los planteamientos de la Unesco en materia de desarrollo sostenible, cultura de paz y respeto a los derechos humanos.

“La entrega de este material pedagógico refleja el compromiso de este organismo por impulsar una metodología atractiva para los estudiantes, pues el objetivo es instar a los niños, niñas y jóvenes a ser agentes de cambio”, comentó Rocío Solis, presidenta de la comisión costarricense de cooperación con la Unesco.

Fuente de la Noticia:

https://www.larepublica.net/noticia/unesco-premia-a-ninos-por-cuentos-sobre-el-desarrollo-sostenible

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Video de las acciones finalizadas dentro del marco del proyecto “Luces para Aprender” (LpA)

América Latina /23.04.2018 /Fuente: OEI

 

OEI-Costa Rica tuvo el agrado de inaugurar el proyecto Luces para Aprender el 23 de marzo del presento año. El objetivo de dicho proyecto es llevar electricidad a través de paneles solares y dotar de computadores y de conexión a internet a todas las escuelas iberoamericanas que aún no la tienen, cuidando al mismo tiempo la formación de los maestros, la sostenibilidad del proyecto y el compromiso de las comunidades.

Se brindará capacitación general a los profesores, estudiantes y las Juntas de Educación, para el manejo, gestión, uso y mantenimiento de los equipos.

Luces para Aprender busca mejorar el acceso a una educación pública de calidad que ofrezca mejores oportunidades a las niñas y niños, que les permita hacer frente a la pobreza y la desigualdad; reducir la brecha digital en las comunidades rurales de Iberoamérica, como una alternativa respetuosa con el ambiente.

Los centros educativos beneficiados han sido las escuelas de La Hacienda, San Rafael de Osa, Bajo de Mollejones, Santa Elena, Madaribota, Los Plancitos, El Pilón y Cocor.

Si desea mayor información o inclusive colaborar con nosotros, puede contactarnos al correo oei@oeicostarica.org o a los teléfonos 2256-1300 / 2256-1287.

Fuente reseña: https://www.oeicostarica.org/oei/noticia/oei-cr-se-complace-en-presentar-el-primer-video-de-la

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UNICEF: Empoderando a niñas en Costa Rica para un futuro mejor

UNICEF – Costa Rica/ 17 de abril de 2018/Por Andrei Arias/Fuente: https://blogs.unicef.org

En la cosmovisión del pueblo indígena Bribri de Costa Rica, cuando una mujer joven menstrúa por primera vez, se le considera preparada para abandonar su hogar y formar una nueva familia y asumir el papel de maternidad.

Aunque esta noción cultural persiste en el presente, no significa que todas las mujeres indígenas deberían seguir este modelo de vida, si no lo desean. De hecho, aquellas mujeres que pueden superar barreras educativas, económicas y geográficas pueden abandonar sus comunidades para crear un proyecto de vida diferente.

Con el fin de promover los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) -específicamente el número 5- para lograr la igualdad de género, UNICEF, en asocio con Nosotras Women Connecting, iniciativa que trabaja por la inclusión de las mujeres, y la Vicepresidencia de la República, realizó talleres de empoderamiento en siete ciudades, en el que participaron 85 niñas y adolescentes.

“Este es un espacio que busca combatir las brechas de género, conectando a mujeres líderes con una larga y diversa cantidad de niñas, adolescentes y mujeres a través de la generación de espacios de orientación y tutoría”, dice Ana Helena Chacón, Vicepresidenta de Costa Rica.

A group of Costa Rica girls stand smiling as two of them hug each other.
© UNICEF/2018/Costa RicaLos talleres de empoderamiento de UNICEF les permitió a las chicas conocer a otras que, como ellas, tienen muchas expectativas sobre su futuro.

La misión de los talleres de empoderamiento es instar a las niñas a pensar sobre lo que quieren hacer en el futuro y el tipo de proyecto de vida que quieren construir.

“La misión de UNICEF es fortalecer las capacidades y el liderazgo de las niñas y adolescentes a través del empoderamiento como un mecanismo para avanzar hacia el logro de la igualdad de género, el cumplimiento de sus derechos y su inclusión como ciudadanas plenas, para que puedan convertirse en las protagonistas de sus vidas y agentes de cambio”, enfatizó Gordon Jonathan Lewis, Representante de UNICEF Costa Rica.

“Nosotras las mujeres adolescentes de Siquirres (una localidad rural en el oriente del país) queremos el apoyo de nuestros familiares y amigos. Nosotras no queremos merecer, ni que nos den las cosas, sino lograrlas por nuestra propia voluntad. Queremos ser admiradas porque nosotras también podemos. Si nos caemos, queremos volver a levantarnos. Tenemos confianza en nosotras mismas y necesitamos iniciativas en nuestro cantón que nos permitan: desarrollarnos, crecer y cumplir nuestros sueños. Todo inicia por cambiar nuestra forma de pensar para poder triunfar”, es el manifiesto de 10 chicas provenientes de Siquirres, después de haber participado en los talleres.

Según Marysela Zamora, directora de Nosotras Women Connecting, la idea de estos talleres es que las niñas se vean a sí mismas como mujeres con la capacidad de construir un proyecto de vida de acuerdo con sus sueños y aspiraciones, en el que puedan realizarse individualmente y también devolver algo positivo a sus comunidades.

Necesitamos salir de San José (Capital de Costa Rica) y acercarnos a las comunidades que históricamente han sido discriminadas. En esos espacios rurales, si sos mujer, entonces sufrís una doble discriminación.

A group of young Costa Rica women sit around a table, with two of them in the foreground holding hands across the table.
© UNICEF/2018/Costa RicaLas niñas que participaron en los talleres aprendieron sobre la capacidad de construir un proyecto de vida de acuerdo con sus sueños y aspiraciones.

Es importante respetar la forma en que una mujer adolescente puede entender el mundo de acuerdo con sus experiencias, necesidades y deseos. En el desarrollo de esta cosmovisión, no solo importa la brecha generacional con otras personas, sino la forma en que la sociedad le ha dicho a cada persona cómo comportarse.

Por ejemplo, uno de los talleres involucró a dos niñas con diversidad funcional: una con autismo y otra con parálisis. Esta experiencia les permitió conocer a otras chicas que, como ellas, tenían expectativas para su futuro y, “por primera vez, formaron parte de un grupo que no pertenecía exclusivamente a personas con algún tipo de discapacidad”.

Si bien, en la infancia y en la adolescencia las niñas necesitan acompañamiento relacionado con su seguridad, finanzas y el uso de tecnologías, esto no las hace dependientes de alguien mayor de edad. Por el contrario, las adolescentes continúan siendo autónomas y toman sus propias decisiones.

Uno de los principales desafíos en este tipo de espacios es adaptar las metodologías para que todas las personas puedan participar activamente. Según Isabel Rojas, gerente social de los talleres, es necesario asumir esta dificultad adicional para promover una mayor inclusión.

Las niñas y adolescentes costarricenses sueñan con alcanzar sus metas, tener éxito y demostrar que pueden lograr lo que se proponen. Están luchando por un mundo sin sexismo y donde la igualdad de género sea una realidad.

Video: Lo que las chicas tienen que decir.

 

Andrei Arias León es asociado de comunicación y alianzas de UNICEF Costa Rica.

Colaboró Manuel Mojica, estudiante de periodismo de la Universidad de Costa Rica.

Fuente de la Noticia:

Empoderando a niñas en Costa Rica para un futuro mejor

 

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Costa rica: Clases de Religión del MEP tienen menos alumnos pero cada vez más maestros

Centro América/Costa Rica/05 Abril 2018/Fuente: La nación

En 10 años, la asistencia se ha reducido en un 9,45% en escuelas, pero cantidad de docentes ha aumentado un 55% en ese periodo

La cantidad de estudiantes que asisten a clases de Educación Religiosa en las escuelas se ha reducido en un 9,45% en 10 años, lo que representa poco más de 29.000 estudiantes.

Sin embargo, la cantidad de maestros que imparten esta asignatura ha aumentado un 55% en el mismo período: pasó de 1.161, en el 2007, a 1.800 en el 2017.

En colegios, la tendencia en asistencia se repite. En el 2009 había 220.096 alumnos matriculados en estas clases, y en el 2017 se registraron 214.520; es decir, 5.576 estudiantes menos. No obstante, en el mismo intervalo, la cantidad de docentes de Religión se incrementó en 130.

En el 2017, los colegios tenían 606 profesores de esta materia.

Lo anterior se desprende de datos suministrados por el Departamento de Estadística del Ministerio de Educación Pública (MEP).

El año pasado, el 30% (119.307) de los 400.361 alumnos de primaria no recibían clases de Educación Religiosa. En secundaria, era el 34% (111.000) de los jóvenes.

¿Por qué, si hay menos estudiantes, los docentes aumentaron? Eliécer Ramírez, del Departamento de Estadística del MEP, explicó que cuando se amplía la cantidad de profesores, se cubren centros educativos dispersos y con baja cantidad de estudiantes.

«Este incremento ayuda en la cobertura a esos centros con esas características (de alta dispersión y menor cantidad de matrícula)», manifestó.

Marvin Salazar, de la Asociación Nacional de Educación Religiosa del MEP, se mostró escéptico con las estadísticas. Él estima que entre escuela y colegio hay 1.300 profesores de Educación Religiosa.

“No se está dando una Educación Religiosa para católicos y no católicos. No estamos hablando de un credo. El voto 2023-2010 de la Sala IV establece que la Educación Religiosa es para todo el mundo. No se enseñan religiones: se respeta la religión de cada estudiante», Marvin Salazar, de la Asociación Nacional de Educación Religiosa del MEP

Para el funcionario, la baja en la asistencia no tiene relación con diferencias de credo, sino con la carga académica, pues aunque no hay exámenes, se evalúa trabajo cotidiano, extraclase y presencia en las lecciones.

«Hay colegios y escuelas donde muchos estudiantes presentan una carta para no recibir las clases y muy pocos es porque son evangélicos o no católicos; presentan la carta para no asistir, más por el tema de la carga académica que por el de la religión», explicó

El representante gremial fue enfático en indicar que en esas clases «no se enseña religión».

«No se está dando una Educación Religiosa para católicos y no católicos. No estamos hablando de un credo. El voto 2023-2010 de la Sala IV establece que la Educación Religiosa es para todo el mundo. No se enseñan religiones: se respeta la religión de cada estudiante.

«Hay que tenerlo claro: la enseñanza de la religión está en cultos o misas. Se les enseña la dignidad de la persona desde distintos ángulos, dentro de las propias convicciones de fe que tienen. Se enseña ciencia y tecnología, y cómo las personas se enfrentan a ese mundo y cómo pueden contribuir; también sobre el cuido de la naturaleza. Se puede orar con los estudiantes, pero no es que hay que enseñarles a orar», explicó Salazar.

El voto del tribunal constitucional del 2010 ordenó al MEP que las clases de Religión que se imparten en escuelas y colegios públicos no fueran exclusivas de la fe católica y que los contenidos debían ser ecuménicos; es decir, apegados a valores y no centrados en alguna creencia.

Según el Programa de Estudios de Educación Religiosa en primaria, este tipo de enseñanza es una «acción educativa» que se apoya en la fe y en la vivencia cristiana, desde su planteamiento religioso y ético.

Uno de sus propósitos es «facilitar a los educandos la construcción del aprendizaje en relación con el núcleo central del mensaje cristiano».

Se les enseña a los alumnos, por ejemplo, a reconocer comportamientos que reflejen actitudes cristianas en las interacciones que establecen las personas de su familia y de su comunidad.

También pretende enseñarles a reconocer la presencia de valores cristianos en las actividades, costumbres y tradiciones propias del ser costarricense y en culturas de su entorno, así como a «reconocer en la persona, misión y su mensaje de Jesús manifestaciones del amor de Dios a las personas».

El Programa de Estudios de secundaria procura, además, que el estudiante pueda «actuar con dignidad y trascendencia según la visión cristiana en las diferentes circunstancias que vive y en las opciones que asume».

La intención, señala el documento, es que el joven mantenga una actitud crítica y responsable basada en criterios cristianos ante las distintas aplicaciones de la ciencia y la tecnología, y a «actuar como seguidor de Cristo, vivenciando en distintos ámbitos de su vida personal, social y ocupacional principios y enseñanzas cristianas».

Fuente: https://www.nacion.com/el-pais/educacion/clases-de-religion-del-mep-tienen-menos-alumnos/MSWAST5XARFJZLQ52CMKHKKIYQ/story/

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