Por sus propiedades, las plantas medicinales constituyen una vía para aliviar síntomas y padecimientos. Esas características llevan a Cuba a impulsar un programa para, a despecho del calor tropical, incrementar su cultivo, como un paliativo eficaz ante el déficit de medicamentos.
El tilo, con efectos relajantes, hipotensoras y antimigrañosas; la caléndula, regeneradora celular, antibacteriana y tranquilizante, útil ente la gastritis, hipertensión y enfermedades urinarias, y la manzanilla, que reduce la ansiedad, controla la diabetes y refuerza el sistema inmunológico, entre otros beneficios, son de las especies más demandadas.
En Cuba se producen más de 42 especies medicinales en el sector agropecuario. La materia prima seca es entregada al Ministerio de la Agricultura para la elaboración de biofármacos, entre ellos, jarabes, tinturas, extractos, fricciones y pomadas.
Si antes solo se producían para los centros de producción local de medicamentos, en 2020, se sumó como destino la industria farmacéutica, con un incremento considerable de la demanda, de 300 a 1.042 toneladas.
En la actualidad, a partir de las plantas medicinales, en Cuba se producen unos 95 millones de frascos. El propósito para 2021 es fabricar 100 millones de unidades de las diferentes formulaciones.
Suplir lo que falta
Orégano, caña santa, sábila, tilo, mentas, llantén, naranja, salvia, guayaba, ajo y pasiflora, entre muchas otras, tienen hoy una demanda muy alta y provienen de los campos cubanos.
De acuerdo con Lisbet Avello, especialista del Ministerio de la Agricultura, en el país existen 142 fincas dedicadas a las plantas ornamentales, que ocupan un total de 472 hectáreas.
A esas especies están vinculados en la actualidad 167 productores, asociados a diferentes unidades cooperativas.
“Los agricultores entregan la masa verde de las diferentes especies, que les compramos para que sea procesada en las unidades de beneficio de plantas medicinales de los territorios. Se requiere de mucho conocimiento técnico para que salgan con la calidad necesaria y tengan realmente su efecto medicinal”, explicó Avello.
A juicio de la especialista, los precios para los productores son estimulantes y “es una política del país, que ha estimulado mucho la producción de plantas medicinales para poder adquirir esos medicamentos”, al constituir “una opción que las personas tienen para curarse”.
“Hoy nosotros tenemos medicamentos en falta que con la medicina verde los estamos cubriendo perfectamente bien y es muy eficaz”, sentenció.
Las plantas medicinales son cultivos muy nobles que, a diferencia de otros, no requieren de ningún producto químico, al ser cultivados con lo natural: la materia orgánica y el humus de lombriz, entre otros.
El clima, un obstáculo
No pocas de las especies que se cultivan en Cuba son muy sensibles al clima y deben producirse a una altura de más de 600 metros sobre el nivel del mar, pues en el llano, con la intensidad solar, incrementada por los efectos del cambio climático, se nos dificulta un poco su producción, dijo Avello.
Entre ellas se encuentran especies sensibles de alta demanda como tilo, mentas, llantén, manzanilla y caléndula, la producción de estas dos últimas no logra cubrir las necesidades nacionales.
Estos son cultivos de frío y necesitan una temperatura de 22 grados, algo muy difícil de alcanzar en Cuba, indicó la especialista.
Según agregó, se trabaja en la creación de fincas de montaña –donde las temperaturas son relativamente inferiores a la media nacional-, y ya 11 de las 142 se encuentran en esos entornos, donde se producen semillas, para sustituir las importaciones, que resultan costosas, así como las especies sensibles.
Otra limitante es el riego. De acuerdo con la especialista, de las tierras dedicadas a estas plantas, disponen de sistemas de riego apenas 161 hectáreas, lo que representa el 38 por ciento del total.
Por el desarrollo
Hacia 2030, Cuba proyecta garantizar desde la agricultura la materia prima necesaria para la producción de 130 millones de frascos de estos fitofármacos.
Para ello, se desarrollan acciones tanto para el incremento del área de las fincas, como para la introducción de secadores solares “que nos permiten trabajar con más seguridad y rapidez, evitando que se contaminen nuestras plantas”, señaló la experta.
Como parte de la estrategia, se levantan casas de cultivo rústicas, que dan mayor protección a las plantas de los fenómenos meteorológicos, a la espera de que se puedan adquirir tecnologías más avanzadas.
De acuerdo con Avello, diversas instituciones trabajan en un manual de buenas prácticas agrícolas y de recolección dirigido a influir directamente en seguridad, eficacia y consistencia terapéutica de los productos medicinales derivados de plantas.
Por otra parte, instituciones de investigación y desarrollo llevan adelante proyectos para el mejoramiento genético de especies como jengibre y sábila, mediante procesos biotecnológicos para aumentar su potencial productivo y calidad.
Fuente: https://www.ipscuba.net/salud-y-ciencia/impulsa-cuba-programa-de-especies-para-medicina-verde/
Fuente de la Información: https://rebelion.org/impulsa-cuba-programa-de-especies-para-medicina-verde/