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La internacionalización de la educación superior: visiones retrospectivas y prospectivas

El análisis y estudio sistemático de la educación superior y su constitución como disciplina autónoma apenas tienen cuatro décadas. Este interés por las políticas de educación superior, asociado a la emergencia de ésta como disciplina, da origen a un campo de estudios que surge junto con la desaparición de la clásica “universidad de élites” al masificarse la educación superior a principios de los 60. El área dedicada a las políticas públicas en educación superior abarca hoy días temas instalados de indagación (expansión, diversificación, evaluación y financiamiento de los sistemas de educación superior) y otros en vías de consolidación (internacionalización, interculturalidad, atención a la diversidad ) o de reciente reaparición (equidad). En la perspectiva de ampliar y reforzar la agenda de investigación latinoamericana sobre una educación superior, es relevante anunciar la publicación por la editorial Planeta y la Universidad Católica de Colombia (Bogotá, 2012)., del libro “La internacionalización de la educación superior a nivel mundial y regional: principales tendencias y desafíos” coordinado por Francisco López Segrera.

Esa obra reúne doce trabajos que nos proponen un estado del arte actualizado de la internacionalización de la educación superior a nivel mundial y regional. Incluye estudios globales (Altbach y Knight, Brock, Brunner), regionales (Didou, Férnandez Lamarra, Gacel Ávila), subregionales (Azevedo), de país (Zarur) y de caso (Douglas, Cortadellas, Hernández) por conocedores del tema1 .

Los autores nos alertan acerca de los peligros y promesas de los procesos de internacionalización de la educación superior, señalados en el Comunicado Final de la CMES de UNESCO (Paris, 2009).2 Ese documento dejó bien claro que si bien la ES para su desarrollo debía buscar también fondos en todos sus beneficiarios, incluido el sector privado, los Estados y gobiernos debían preservar plenamente su compromiso y responsabilidad con relación a la ES y no abandonarla al único arbitrio de las leyes del mercado.

Lo que observamos, sin embargo, es que mientras en Europa, América Latina y África, prevalece el modelo de universidad pública, numerosos tipos de “nuevos proveedores” han aparecido a nivel mundial, e incluso en las mencionadas regiones “que ofrecen educación superior privada con fines comerciales”.

En ese marco general de situación, varios de los autores involucrados en la producción de ese libro advierten que, si bien las actividades internacionales de las universidades se han ampliado dramáticamente en volumen, alcance y complejidad durante las dos décadas pasadas, América Latina confronta obstáculos para lograr una integración competitiva en la economía global en la medida en que aumenta la complejidad de las tareas de conocimiento que los países deben abordar.

Subrayan en consecuencia la necesidad de examinar crítica- y comparativamente cómo han sido diseñados y aplicados, en nuestra región y en otras, las políticas y los programas de internacionalización y cómo han abonado a dinámicas cruciales para mejorar el posicionamiento de las sociedades latino-americanas en un mundo globalizado, como lo son las de aseguramiento de calidad y de impulso al bienestar social y económico.

Asimismo, mencionan la urgencia de integrar diagnósticos de situación que sirvan para contrastar las problemáticas detectadas en sociedades y grupos de países tan distintos como lo son los de América del Norte, Latina y de Europa y mutualizar una transferencia racional de experiencias. Finalmente, hacen énfasis en que es preciso establecer distinciones entre conceptos tan distintos como los de internacionalización, transnacionalización y mercantilización de la educación superior en América Latina3 y trabajar sistemáticamente los indicadores disponibles para monitorear logros y disfuncionamientos y detectar prácticas ejemplares con el propósito de alcanzar resultados más significativamente socialmenteLas universidades en sus orígenes se caracterizaban por el internacionalismo y no por la internacionalización.

Planteamos entonces que la internacionalización de la educación superior es el proceso de integrar una dimensión internacional, intercultural y global en la docencia, la investigación y el servicio y/o extensión de la educación superior; aspira a la integración de profesores, estudiantes y planes y programas de estudio con el objetivo de mejorar su calidad y elevar el nivel académico de los programas de educación superior para beneficio de los profesores y estudiantes que participan en ellos.

Muchas interrogantes se abren ante nosotros ante los derroteros de la internacionalización de la educación superior y las reflexiones vertidas en ese libro por los autores de los capítulos. ¿Es justo que la ES se comercialice como una mercancía y pierda su carácter de bien público, de derecho ciudadano? ¿Quién controla la entrada de estos “nuevos proveedores” – la calidad y “valores” de lo que ofrecen – en los sistemas nacionales de ES? ¿Cómo proteger los SES de las naciones sin impedir el “libre flujo” de conocimientos e informaciones? ¿Prevalecerá el criterio de la OMC de considerar la educación superior como un servicio comercial regulado por ella?

En conclusión, pese al desarrollo de la cooperación internacional y al consenso que existe a nivel mundial acerca de la importancia de la ES, las desigualdades se agudizan. Aumenta el “éxodo de competencias” de muchos de los mejores talentos formados en la universidad pública, del espacio público hacia el privado. Por otra parte, se incrementa cada vez más el “éxodo de competencias” – también denominado “fuga de cerebros”-de los países en vías de desarrollo hacia los países desarrollados. Si la universidad latinoamericana no se implica en su entorno, y si en cambio prioriza temas de investigación irrelevantes para la sociedad donde radica, tenderá a convertirse en una suministradora de elites que, una vez formadas, emigrarán hacia los países desarrollados. Para sus países de origen, esta es la peor descapitalización posible.

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Comentarios al Acta del XXII Congreso Nacional de Historia Sobre política científica y ética

Entrevista a: Felipe de J. Pérez Cruz

En el debate sobre la situación de la historia en el país, su investigación y enseñanza acredito que existe un conjunto de problemáticas que debemos atender y resolver. En los últimos años hemos debatido sobre el contenido, organización y trascendencia de los congresos nacionales de Historia, tradición de eventos fundada por Emilio Roig de Leuchsenring desde 1942, que felizmente rescató la Unión Nacional de Historiadores de Cuba (UNHC). Soy de los que considera que estos Congresos deben de repensarse desde la propia tradición democrática y científica forjada por Roig de Leuchsenring, y en tal propósito trabajé con los asociados de la capital en la organización de los congresos de esa provincia en los últimos once años. A la vez he hecho llegar a la dirección de la UNHIC mis criterios y sugerencias en relación a cómo deben realizarse los congresos.

Recién conocí de la publicación del Acta del XXII Congreso Nacional de Historia, realizado en abril pasado, en la hermosa ciudad de Holguín, y con preocupación observo en lo que se lee en el documento y en varias resoluciones, que los posicionamientos inadecuados y las decisiones desacertadas, lejos de resolverse, se acentúan. Entre un número significativo de objeciones, me referiré a las que en mi opinión resultan más significativas en el orden de la política científica y de la ética que nos merecemos.

¿Qué aportó el XXII Congreso?

Un primer hecho que se nota en el Acta es la ausencia de definiciones de aporte. Conozco la calidad de las investigaciones que nutrieron las presentaciones de la delegación habanera al XXII Congreso, y estoy al tanto de los resultados y temas que se trataron en las ponencias de no pocos de los colegas de otras asociaciones provinciales. Hay en el país un crecer significativo en calidad, en definición de resultados de impacto, y sin dudas esta realidad debió caracterizar el hacer en las comisiones de discusión. Sin embargo, lo primero que resulta significativo en el Acta, es la ausencia de una evaluación cualitativa de los resultados historiográficos generales del Congreso. ¿En qué fue importante el XXII Congreso para las ciencias históricas, la historiografía, la arqueología, los estudios de patrimonio, la enseñanza de la Historia? ¿Qué trabajos de los presentados, qué autores y temas marcaron diferencias, nuevos aportes? ¿En qué se avanzó o no, respecto al XXI Congreso? Desafortunadamente el Acta no nos ofrece respuestas concluyentes a estas y otras interrogantes fundamentales.

Sé que el exacto balance autocrítico casi siempre es inalcanzable, porque nadie tiene la última palabra, la verdad y la claridad absoluta. No la tiene una persona, ni un colectivo, ni un Congreso. Siempre quedaran aspectos no suficientemente dilucidados, matices por precisar, se harán valoraciones felices o infelices, pero hay que comprometerse con unos u otros criterios, con unos u otros argumentos, sean estos aportados por uno o por varios autores. La defensa de la cultura e historia del país, necesitan de tales tomas de partido. Un Congreso de Historia debe orientar a los cientistas, a los maestros, a los demás intelectuales y artistas, a los trabajadores, al pueblo. Así lo pensó e hizo Emilio Roig de Leuchsenring.

No basta como se lee en el Acta “encargar al Ejecutivo Nacional de la UNHIC que ponga a disposición del Ministerio de Educación las ponencias presentadas en el Congreso referidas a la personalidad histórica del Comandante en Jefe Fidel Castro y las posibilidades de su utilización en la enseñanza de la Historia de Cuba. El Congreso –si de la tradición fijada por Emilio Roig de Leuchsenring se trata- se reúne para conocer y precisar los aportes, los nuevos conocimientos, no para entregar un grupo de ponencias. En todo caso habría que entregar al MINED, los documentos de consolidación de resultados de investigación, las monografías y artículos que demuestran que lo dicho en las ponencias, constituyen resultados de ciencia, vistos, aprobado y certificado por los órganos académicos correspondientes.

Los Congresos como nos enseñó Roig de Leuchsenring, no pueden pensarse como un desfile de ponencias, cuyo más inmediata consecuencia será la de engordar currículos. El programa científico de los congresos, se consume además en presentaciones adicionales de invitados. Podemos organizar giras de los Premio Nacionales y de otros especialistas, cursos pre y post congreso, y muchas otras actividades de promoción, pero el espacio del Congreso, el tiempo de los delegados debe ser respetado para analizar y discutir sus trabajos, sus puntos de vista, este es el propósito convocado.

La organización de la presentación de los delegados, debe introducir fórmulas más modernas y prepositivas. Todo en atención a que los temas que se acordaron para la agenda del Congreso, sean acotados y significados con los aportes personales y colectivos. Hay que educar y exigir calidad, develar que parece pero no es, dónde está la joya –aunque esté en bruto-, y rechazar el refrito casi siempre vendido en finas y cuidadas formas gramaticales. No puede terminar un Congreso, sin producir resoluciones que planteen lo nuevo, lo avanzado, y también lo polémico. Hoy muy poco de esto se hace. El Acta y los documentos a los que he tenido acceso lo confirman.

Hoy que salvar el Congreso de los discursos “emulativos”. Cuidarnos de los falsos protagonismos. Dar a conocer cuáles son los historiadores y las historiadoras, los colectivos y las instituciones, que marcan la dinámica del debate y la construcción de conocimientos desde los propios resultados presentados y validados.

Nuestro país trabaja por la máxima equidad y en buena y significativa proporción lo ha logrado. Pero aún los acumulados históricos pesan. En la Habana y en tres de las capitales de provincia, se concentran junto con las comunidades culturales y universitarias de mayor tradición en la investigación histórica, los centros académicos más importantes del país, realidades que crean condiciones más ventajosas en esos territorios para la labor de los asociados a la UNHIC. Las diferencias en tradición y aseguramientos, se reflejan en el Congreso Nacional de Historia, donde los colectivos de las referidas provincias prácticamente totalizan el 85% de las ponencias presentadas en los últimos congresos nacionales. No se aprecia en el Acta, que el XXII Congreso haya puesto su atención en buscar fórmulas activas, que permitan una participación realmente nacional, en la perspectiva de lograr que los congresos impacten en todo el territorio y contribuyan a generar nuevos incentivos para el pensamiento, la investigación y el activismo histórico, en aquellas regiones de menor desarrollo relativo. El Acta refleja que lejos de pensar en la masificación de la cultura y la ciencia histórica, desde el propio acto de su debate y construcción dentro del Congreso, asistimos a un fortalecimiento de las tendencias academicistas.

Los objetivos de trabajo del Partido: La más significativa ausencia

Hubiera sido de interés que el XXII Congreso valorara la labor académica desarrollada por la UNHIC, alrededor de los Objetivos de Trabajo del Partido, aprobados en la Primera Conferencia Nacional del Partido, en enero del 2012.

Sin dudas la labor de la academia cubana, no puede ser reducida a las prioridades partidistas por muy estratégicas que estas sean. Más allá de lo importante y urgente para el Partido, siempre habrá un amplio universo de intereses y necesidades a atender. Sin embargo, lo importante y lo urgente en criterio del PCC, reclamaba la atención del XXII Congreso y más: Haber llegado a la reunión científica de Holguín, con un conjunto de resultados de ciencia y propuestas.

Con certeza se ha precisado cómo desde los centros de la propaganda imperialista y anticubana, está en marcha un millonario y bien organizado programa de desmontaje de la historia nacional, pero no interiorizamos suficientemente que el problema fundamental está en que carecemos de una estrategia de construcción de nuestra propia historia. En esta ausencia, la atención tácita a la demanda partidista no es solo un hecho de “procedimiento”, funciona sobre todo como eje orientador para la acción y la labor cienciológica. A falta de otros objetivos que debieran formularse en relación con la Historia, la función directriz la cumple en particular el Objetivo No. 641, aprobado en la citada Primera Conferencia Nacional del Partido.

Trabajar sin eje orientador, nos da por resultado el listado de asuntos inconexos que refleja el Acta del XXII Congreso.

¿Fortalecer la unidad?

El Objetivo No. 64 solicita “fortalecer la unidad”, el Acta nos informa que la prioridad fijada en el XXII Congreso estuvo en “profundizar en las indagaciones sobre el federalismo en diversas regiones y localidades y sus personalidades representativas, asumiendo fundamentos teóricos que permitan conclusiones más acabadas y establecer los puntos comunes existentes”.

¿Ya está agotado el estudio sobre la construcción histórica de unidad revolucionaria? Sin dudas hay abordajes muy enjundiosos sobre la Guerra de los Diez Años, pero tal cualidad escasea en la guerra del 1895, mientras, permanece semi-develado el difícil periodo entre guerras, solo atendido con cierta holgura en las figuras centrales de José Martí, Antonio Maceo y Máximo Gómez. Los avatares de la unidad en la república solo cuenta con el énfasis, no pocas veces de la mano del anticomunismo, sobre el dogmatismo sectario de dirigentes del primer Partido Comunista, como si no hubieran existido múltiples apasionamientos, tan sectarios como dogmáticos en otras organizaciones y figuras históricas. Tal pareciera -según cierta historia “oficial” de la Revolución que aflora con bastante frecuencia-, que Fidel Castro fue siempre considerado un iluminado, atendido y seguido por todos, y que la rebelión trascurrió por unanimidades entre los líderes y combatientes de las distintas organizaciones. El Fidel de las dificultades, frente a incomprensiones, disensos y traiciones, el hombre que reencarnó a José Martí en la tarea gigante de forjar la unidad ideológica y política de todos los patriotas, permanece aún en la sombra por la falta de estudio e introducción de lo hasta ahora develado. La tarea titánica de forjar el Partido único de la Revolución, la conducción del tránsito desde el pluripartidismo revolucionario al nuevo Partido Comunista, sus avatares y retos, no se conocen por las nuevas hornadas de militantes. Ni siquiera por estos días de jubiloso aniversario por sus noventa primaveras, hemos sido capaces de abordar en profundidad esta arista fundamental de nuestro fundador.

La historia real y compleja de la unidad entre los revolucionarios, es un capítulo principal, pero no agota la historia de la unidad nacional: Este temática tienen mucho que decirnos sobre el presente, su valor para la prospectiva es incalculable. Me pregunto cómo pudo faltar esta prioridad en el inventario que hace el Acta del Congreso, más cuando sabemos que el tema estuvo presente o fue referenciado en varias de las ponencias presentadas. Las inconsecuencias que apreciamos nos obligan a preguntarnos también, si el énfasis del Acta por el tema del federalismo y sus figuras, se concibe como parte de las problemáticas de la unidad nacional en tanto objeto de estudio, o en su diferencia responde a intereses particulares, locales o sectoriales.

¿El internacionalismo y los estudios internacionales?

No solo el tema del federalismo aparece colgado, sin asideros en una lógica programática de política científica. Tal situación salta en todo el documento, y gravita sobre otros asuntos tratados con notable superficialidad. En orden de trascendencia no puedo dejar de mencionar el tema del internacionalismo.

El Objetivo No. 64 propone “promover la comprensión” sobre “la tradición patriótica, cultural, solidaria e internacionalista de nuestro pueblo”. El Acta nos informa que la prioridad fijada en el XXII Congreso, estuvo en “ampliar las investigaciones sobre el papel desarrollado por los internacionalistas cubanos contra el nazi fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, particularmente su incursión dentro de los ejércitos aliados. ¿Nos preguntamos –y solo referimos el siglo XX-, si ya está agotado el estudio de la participación en la Revolución Mexicana o en defensa de la República Española? ¿Cuándo vamos a dar atención al estudio del internacionalismo en la época de la Revolución: 380 mil cubanos y cubanas pelearon en África, antes y durante las grandes epopeyas de Angola y Etiopía, y cientos, más anónimos aún, lo hicieron en Viet-Nam, en Argentina, Nicaragua, El Salvador, Venezuela, Granada, y en muchos otros escenarios del movimiento antimperialista y de liberación nacional? La gesta boliviana de la guerrilla del Che, que puede parecer “estudiada”, reclama de la mirada desde la historiografía cubana. Ante estos retos, según el Acta que citamos, la UNHIC se propone solo prioriza el estudio de la participación cubana en los ejércitos aliados durante la II Guerra Mundial.

Centrar la mirada en “los ejércitos aliados”, habla de una pluralidad que debe ser precisada. Hay estudios sobre la participación de jóvenes comunistas cubanos en el Ejército Rojo, pero ¿está la presencia cubana agotada con lo ya publicado? ¿Nos referimos en concreto a potenciar el estudio de la participación cubana dentro del Ejército estadounidense?: Sin dudas esta última es una deuda de estudio, y se la debemos a nuestros pueblos –al cubano y al estadounidense-, a su amistad y colaboración.

Asumir la deuda que refiero es tan importante para los dos pueblos, como conocer –no olvida y sacar lecciones- de la colaboración militar y de inteligencia del Gobierno de los Estados Unidos, con la dictadura de Fulgencio Batista, y si en el plano militar internacional se trata, se precisa develar el enfrenamiento de nuestros internacionalistas con los boinas verdes, los marines, la CIA, el terrorismo de Estado, los bandidos de la contra y la metralla “made in USA”, que asesinó en Viet Nam, Bolivia, Nicaragua, Guinea Bissau Angola y Granada a nuestros compatriotas, a cubanos en misión militar, y a maestros, constructores, tecnólogos, diplomáticos y otros trabajadores civiles. Es asumir que el crimen de Barbados contra un avión civil cubano, fue el resultado de la histeria y venganza de Henry Kissinger, por la participación cubana en la derrota del plan de la CIA con Sudáfrica, para impedir en 1975 la independencia de Angola y la victoria del marxista Agostinho Neto y de la guerrilla antimperialista que comandaba.

Si de la URSS se trata, tendríamos que escribir la hermosa historia de la colaboración militar soviética en Cuba, y con Cuba en otras partes del mundo. Relación que junto a la hermandad combativa de los pueblos, fijo no pocos puntos de confrontación política con la dirección soviética. Desencuentros antes y después de la Crisis de Octubre de 1962.

Estos temas de colaboración tienen un parte aguas, que la UNHIC no puede obviar al establecer sus intereses: Sin dudas pueden encontrarse en los Estados Unidos y Rusia, serios proyectos académicos, que estarían interesados en apoyar los estudios sobre la colaboración cubana en la lucha contra el fascismo durante la II Guerra Mundial. Este es un tema que se mueve en el universo historiográfico de ambos países. En su diferencia, salvo excepciones, para estudiar la labor internacionalista cubana y su enfrentamiento con los asesores y oficiales de la CIA y el Pentágono, en el terreno internacional, o la gesta internacionalista soviética vinculada a Cuba; no abundan las contrapartes. Los apoyos financieros tienen que gestionarse fundamentalmente en y dentro del Estado cubano, y este es un campo sobre el que la UNHIC debiera pronunciarse, donde hay que explicar persuadir y convencer a camaradas que no son historiadores y si deciden los esquemas de recursos.

Colocar el Objetivo No. 64 en el punto de mira del XII Congreso, hubiera contribuido además a percatarse de la ausencia de prioridad que se mantiene en los Congresos Nacionales de Historia y en la UNHIC, sobre la Historia de América y Universal, pues incluso las referencias que se hacen en el Acta a los temas internacionales, se dirigen una y otra vez al escenario cubano, y no a la búsqueda de las interacciones particulares y universales de la historia nacional con la historia regional y mundial. Loable propósito este, que esta formulado con precisión en el objetivo partidista.

No solo de política académica se trata

El inventario problémico sobrepasa los temas de política de ciencia. El análisis del Acta del XXII Congreso Nacional de Historia, nos confirma que en la perspectiva de sus organizadores, además de obviarse la promoción y evaluación de los objetivos de trabajo partidistas, ni siquiera se consideró importante para el propio desarrollo del trabajo en el XXII Congreso, la cercanía en tiempo y escenario con el VII Congreso del PCC.

Me cuentan que el VII Congreso del PCC si fue comentario y debate continuo entre los delegados al XXII Congreso Nacional de Historia, imposible que no lo fuera no solo por la inmediatez de la realización del cónclave partidista, sobre todo por la activa y comprometida militancia comunista -con carnet y sin el-, que se aprecia dentro de los miembros de la UNHIC. Ya en las circunstancias, ni el clima de debate nacional que se producía, ni las inquietudes que se intercambiaban en los pasillos del propio XXII Congreso, movieron la reflexión de los directivos hacia una agenda donde tuvieran cabida los objetivos y temas históricos, que la vanguardia revolucionaria cubana acababa de discutir. La agenda del XXII Congreso se mantuvo incólume, tal como había sido “aprobada” meses antes.

La disonancia en la orientación política, se acompañó en el XXII Congreso con otras debilidades. Emilio Roig de Leuchsenring en los Congresos Nacionales de Historia fijaba el nuevo conocimiento y los temas de política en resoluciones, que luego recibían la divulgación apropiada y adquirían un carácter orientador. La UNHIC no había asumido esta importante tradición, hasta que la misma fue retomada por la asociación de la capital en su Congreso Provincial del 2014, que se pronunció por aprobar un grupo de resoluciones sobre varios temas de trascendencia historiográfica, cultural, educacional y política. Pero lejos de apoyo y debate sereno, las resoluciones presentadas por la asociación de La Habana en el XXI Congreso Nacional de Historia -celebrado en Camagüey en el 2014-, concitaron una sostenida resistencia por parte de los directivos de la UNHIC Nacional. La discusión de varias de estas resoluciones fue postergada para el XXII Congreso Nacional, para dar inició un escabroso proceso de consultas. En el Acta queda “resuelto el problema”. A propósito se lee que “a partir de la organización del XXI CNH, el Comité Ejecutivo Nacional aprobó…la no admisión de Resoluciones en paralelo por parte de las filiales en tanto los acuerdos o resoluciones tomados en los CNH deben ser resultados del debate de las ponencias aprobadas por Comisión Nacional de Admisión”. Cerrar, negar, impedir: la tendencia  a la intransigencia burocrática y al dogma prevalecen en este pensar-hacer de los directivos de la UNHIC Nacional. Ni hacen en la certera tradición de Roig de Leuchsenring, ni permiten que otros compañeros en las bases lo hagan.

Trampas y trucos

Según el Acta “se discutieron” las Resoluciones presentadas por la asociación habanera sobre la resistencia indígena y el título honorífico de Mariana Grajales Cuello como Madre de la Patria, pero no se explica por qué para tales reuniones, no se coordinó la presencia de los autores principales de las propuestas que se iban a “debatir”. En contraste, cada vez que desde los espacios habaneros invitamos para estos dos temas, el debate fue eludido por los directivos y los comisionados nacionales. Todos estaremos de acuerdo en que con diálogo de sordos, exclusiones y procedimientos tramposos, no llegamos a ninguna parte ni en ciencia ni en Revolución: De hecho retrocedemos a la moralidad nauseabunda del mundo burgués.

“Las perchas” como procedimiento de la politiquería burguesa, introducen en un debate congresional de un tema principal, otro que nunca antes se trató, para obligar y/o pasar desapercibida su aprobación dentro del conjunto. Cuando el 28 de febrero de 1901, el senador Orville H. Platt propuso enmendar la Ley de Gastos del Ejército de los Estados Unidos, incluyendo en ésta una cláusula sobre las relaciones con Cuba, nacía la inmoral Enmienda Platt. Hasta hace muy poco con tales procedimientos, la extrema derecha del país del Norte y la mafia terrorista cubano americana, han logrado aprobar las más criminales leyes anticubanas, Y por asombroso que pueda parecer, tan inmoral proceder se permitió en el XXII Congreso. Así se informa en documento de dictamen adjunto al Acta, que en el “proceso” de discusión de la Resolución sobre la resistencia indígena, en una reunión convocada por la dirección nacional de la UNHIC, se apreció coincidencia en torno a varios puntos”, y uno en particular afirma el “peligro ante las manipulaciones que supuestos “grupos de aborígenes cubanos” han promovido como fórmula de legitimación de intereses espurios”.

Ya nos referimos a que los autores de las Resoluciones, no participamos en las citadas reuniones, pero dado el caris de la declaración que se hizo en el dictamen presentado al XXII, resulta imprescindible precisar que tal afirmación no nos pertenece. Debemos declarar lo inadmisible de que este tipo de planteamientos se introduzcan en la UNHIC, y se intenten acreditar, en el debate que personal y colectivamente abrimos. No puede prestarse la UNHIC Nacional para hacer ataques groseros y veladas acusaciones. Menos implicar en tales procederes a las instituciones y colectivos científicos que se listan como participantes en la reunión donde se acredita que el malsano criterio fue tomado como acuerdo. Si hay elementos sobre los puntos de acusación que se enarbolan, quien o quienes los sostengan deben exponerlos de manera clara y pertinente, interpelando directamente a las personas y/o a los grupos que se consideren de intereses espurios, asumiendo no está demás precisarlo, junto con el debate académico, la responsabilidad política y legal de sus denuncias. Eso es lo ético, lo revolucionario.

Hay cómo hacer

Felicito el esfuerzo y la labor que desde Guantánamo condujo el responsable de coordinar el taller, que evaluó la Resolución sobre las invasiones británicas de 1741 y 1762. No hay casualidad en la aparente paradoja: Desde la profundidad del oriente cubano, se coordinó el citado taller realizado en la Habana. Se actuó con eficiencia organizativa, transparencia y camaradería profesional. A diferencia, compañeros que viven y trabajan en la propia capital, fueron incapaces de articular similar tarea para tratar el tema aborigen.

Pienso que la UNHIC, asociación con más de 5 mil profesionales revolucionarios, está en plenitud para hallar soluciones a estos problemas. Hay trabajo, resultados y vergüenza suficiente, para exigir las rectificaciones a los compañeros y compañeras que en el Secretariado Nacional de la Unión encabezan el mal hacer, a los que a sabiendas dejan correr el error, y sobre todo a los confundidos –no pocas veces obnubilados por el culto a las jefaturas- consensan y aprueban. Tenemos por demás Estatutos y un Código de Ética, para dirimir los asuntos de nuestra competencia.

Con tanto que hacer para el bien de la memoria patria, en tiempos que se incrementa la guerra de pensamiento que se nos hace, no podemos permitirnos perder un minuto en querellas de pésima política, traspiés y engañifas. Hay que cortar rápido y por lo sano.

Para que las señaladas y otras insuficiencias no ocurran, con el propósito de acompañar a las asociaciones no gubernamentales en el desarrollo de sus objetos sociales, la Ley de Asociaciones de la República, concibe la fórmula de la responsabilidad institucional, que como órganos de relación, deben tener los institutos estatales. En el caso de la UNHIC, se impone que el Ministerio de Cultura colabore más con la dirección de la Unión, en el propósito de solucionar las causas disparadoras de las situaciones a que hecho referencia. Recomiendo que para ello, la actual dirección ministerial comience por evaluar si los funcionarios que deben cooperarnos están en condiciones de hacerlo.

El Acta del XXII Congreso Nacional de Historia también nos compele a debatir en el orden propiamente académico, pero este sería asunto para otros comentarios. Primero, lo primero: La política y la ética, y sobre todo la ética de la política.

Nota:

1 El Objetivo No. 64, orienta: Perfeccionar la enseñanza y divulgación de la Historia de Cuba y de la localidad en el interés de fortalecer la unidad nacional y promover la comprensión sobre el origen y desarrollo de la nación, la consolidación de un pensamiento propio y la tradición patriótica, cultural, solidaria e internacionalista de nuestro pueblo. Profundizar, además, en la Historia de América y Universal para una mayor comprensión de los procesos que rigen el desarrollo de la humanidad.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217888

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No basta solo el orgullo

Por: Miguel Febles Hernández

Entre tantos papeles que habitualmente cu­bren parte de la mesa de trabajo encontré la edi­ción primera del boletín Tribuna del Pa­tri­monio, otro granito de arena de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey por con­tribuir a la preservación de los valores ar­qui­tec­tónicos, históricos y culturales de la lo­ca­li­dad.

Se trata de un documento pequeño, sencillo en la forma, pero colmado de argumentos irrebatibles que ponen el dedo sobre la llaga en asuntos relacionados con el comportamiento cívico y el respeto hacia una exquisita obra forjada en más de cinco centurias por generaciones y generaciones de principeños.

En el artículo que encabeza el boletín, José Rodríguez Barreras, director de la institución, entra rápido en materia: «Los rasgos que por años han llevado a esta ciudad a ser única en la fisonomía nacional no pueden ponerse en riesgo por la indolencia, las malas prácticas y la irresponsabilidad».

Lo cierto es que la otrora Villa de Santa Ma­ría del Puerto del Príncipe, con un entramado urbano sumamente complejo sobre todo ha­cia su centro histórico, vive a diario las tensiones que genera un flujo creciente de ciudadanos y vehículos de todo tipo por sus estrechas y ya congestionadas arterias.

Para paliar, en algo, tal situación, las auto­ri­dades locales han emitido regulaciones y apro­bado reglamentos, dirigidos a favorecer el or­denamiento vial y la funcionalidad de tan im­portante zona, cuyo segmento más antiguo fue declarado por la Unesco en el 2008 Patri­monio Cultural de la Humanidad.

Sin embargo, los resultados distan bastante de los propósitos, a todas luces por la falta de sistematicidad, rigor y exigencia en el enfrentamiento a las indisciplinas sociales y actitudes violatorias, tanto de personas aisladas co­mo de entidades, cuyo negativo proceder pa­rece transformar el entorno en un lugar caótico y hostil.

Tal responsabilidad recae, por solo mencionar a algunos de los entes más implicados, en las fuerzas del orden público, en los inspectores de la Dirección Integral de Supervisión, en los agentes de los cuerpos de seguridad y protección, y en los directores y gerentes de las uni­dades comerciales y gastronómicas.

Si se actuara conforme a lo legislado, con la se­veridad requerida, no existirían revendedores en cada esquina, no se descargarían mercancías en horarios inadecuados, los medios de tracción animal y equipos de gran porte no entrarían al centro histórico y disminuiría el maltrato a la propiedad pública.

Lugareños y visitantes se enorgullecen de una obra que en los últimos años le ha rega­la­do a la ciudad el Centro de Convenciones San­ta Cecilia, el Paseo Temático del Cine, el tea­tro Avellaneda, el centro recreativo El lago de los sue­ños, el Parque Botánico y la rehabilitación integral de sus principales arterias co­mer­cia­les.

Acción transformadora que no se detiene, en un esfuerzo por otorgarle a la urbe un valor agregado significativo: está en marcha la edificación del nuevo recinto ferial, el Museo Te­má­tico del Ferrocarril, la sala de conciertos, el proyecto audiovisual El Callejón de los Mi­lagros y los hostales San Juan de Dios y El Co­lonial.

Pero mientras unos construyen y fundan, no puede permitirse que otros se arroguen el derecho de destruir, agredir, degradar o irrespetar el patrimonio edificado, no pocas veces ante la mirada impasible de los propios conciudadanos y de quienes deben velar y exigir por su cuidado y preservación.

No basta entonces proclamar el legítimo or­gullo de ser camagüeyanos, de vivir en esta vi­lla patrimonial, si ello no se revierte en actos, en una conducta cívica y en una manera de re­lacionarse con el entorno que la resguarde de la irreverencia y las malas prácticas que afectan lo físico y, también, la espiritualidad.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-10-13/no-basta-solo-el-orgullo-13-10-2016-23-10-28

Imagen: http://www.pprincipe.cult.cu/leytrad/santa-maria-puerto-principe.htm

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El Bloqueo de EE.UU, la mayor violación de los Derechos Humanos de los cubanos

Cuba /15 octubre 2016/Fuente: Trabajadores

El bloqueo de Estados Unidos contra la Cuba es un obstáculo importante para el disfrute pleno de los derechos humanos de los cubanos, aseguró hoy en esta capital, Pedro Luis Pedroso Cuesta, subdirector general para Asuntos Multilaterales y Derecho Internacional de la Cancillería.

En conferencia de prensa al término de la segunda ronda de conversaciones entre delegaciones de Cuba y Estados Unidos sobre DD.HH., el funcionario aseguró que el bloqueo constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de los cubanos.

Pedroso Cuesta dijo que en los diálogos se abordó el negativo impacto que tiene el bloqueo económico, comercial y financiero de ese país contra el pueblo antillano.

Agregó que la Isla insistió en que si el gobierno estadounidense quiere realmente impulsar políticas que ayuden a los cubanos, el imperativo es que se eliminen las restricciones en vigor para contribuir decisivamente a desmontar el bloqueo.

Un año y medio después del encuentro anterior, La Habana y Washington volvieron a sentarse hoy en la capital antillana para conversar sobre las diferencias en el abordaje del tema, tanto en su aplicación a nivel nacional como en el ámbito internacional.

Ambos gobiernos tienen divergencias en las percepciones y el balance entre los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.

Señaló el funcionario que Cuba ha defendido siempre la universalidad, la indivisibilidad e interdependencia de todos los derechos humanos, e insistió en ese enfoque.

Las partes abordaron asuntos de interés y el encuentro se desarrolló en un ambiente profesional y respetuoso, afirmó  Pedroso Cuesta.

Aseguró que la delegación expuso la realidad de Cuba en cuanto a los asuntos discutidos y los logros en la promoción y protección de los DD.HH., no solo los de su pueblo, sino también de muchas naciones del mundo.

Ratificamos el compromiso de la Isla con la protección y garantía de los derechos humanos, subrayó.

El diplomático recordó que Cuba tiene un alto nivel de ratificación de instrumentos internacionales en la materia, al formar parte de 44 de los 60 documentos reconocidos en este tema, lo que contrasta con el hecho de que la nación norteña solo haya asumido obligaciones con 18 de ellos.

En materia laboral, subrayó Pedroso Cuesta, la mayor de las Antillas está suscrita a 90 convenios de la Organización Internacional del Trabajo, entre ellos sus ocho convenios fundamentales, mientras que EE.UU. solo lo ha hecho en 14 documentos.

La parte antillana trasladó en el encuentro su preocupación por el respeto y garantía de los derechos humanos en ese país, en especial las violaciones al derecho a la vida, y los reiterados casos de muertes por armas de fuego y brutalidad policial, en especial contra la población afroamericana, la falta de acceso a la seguridad social, a los servicios de salud, educación y los casos de trabajo infantil.

Cuba cuestionó especialmente en la reunión de este viernes, la presencia del centro de detenciones en el territorio ilegalmente ocupado por la Base Naval de Guantánamo y las graves violaciones allí cometidas.

El intercambio dejó claras las profundas diferencias entre los dos gobiernos respecto a las concepciones y ejercicio de los derechos humanos y la nación caribeña ratificó su voluntad de que ambos países puedan relacionarse y conversar sobre cualquier tema, siempre sobre bases de igualdad, respeto y reciprocidad.

La segunda ronda de conversaciones sobre derechos humanos se enmarca en la nueva etapa de las relaciones bilaterales tras los anuncios del 17 de diciembre de 2014 y como parte del proceso hacia la normalización de vínculos entre los dos países.

La representación antillana estuvo encabezada por Pedro Luis Pedroso Cuesta, y la estadounidense por Tom Malinowski, secretario de Estado adjunto para Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado.

Las conversaciones sobre DD.HH. entre las dos naciones son un mecanismo que permite transmitir y facilitar un mejor conocimiento de la sociedad antillana y que es completamente diferente a la realidad norteamericana y es resultado de una propuesta cubana realizada en julio del 2014, reiterada en enero del 2015 y que fue aceptada por las autoridades estadounidenses.

Fuente: http://www.trabajadores.cu/20161014/bloqueo-de-ee-uu-la-mayor-violacion-de-los-dd-hh-de-los-cubanos/

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Se transforman las Ciencias Médicas en Cuba en busca de mayor calidad

Centroamérica/Cuba/Octubre de 2016/Autores: Oscar Figueredo Reinaldo, R. G- Martínez y  M. del C. Ramón/Fuente: Cuba Debate

Como cada martes la Mesa Redonda pone a debate un tema de ineterés nacional sobre la Mesa, esta  vez, dedicado a las ciencias médicas en Cuba. Los detalles del nuevo curso escolar, su preparación y los objetivos principales para el presente período lectivo fueron algunos de los temas abordados en la tarde-noche de este martes que contó con la participación de directivos del Ministerio de Salud Pública y de la propia enseñanza. Cubadebate te invita a participar en su ForoDebate sobre el tema.

Todo listo para el nuevo curso

Al iniciar la Mesa Redonda, el Dr. Alfredo González Lorenzo, viceministro del Ministerio de Salud Pública explicó algunas de las transformaciones que se vienen acometiendo en esta enseñanza en pos de elevar la calidad de los egresados en este sector primordial para el país.

Al inicio de la Revolución-acotó- el país no contaba con un sistema de salud que posibilitara una buena atención al pueblo pues solo se contaba con una Facultad de Medicina en la Universidad de La Habana, y a partir de la decisión del Estado Revolucionario se fundan escuelas de  Medicina en Santiago de Cuba, la Habana, lo que sería el Instituto de Ciencias básicas y preclínicas Victoria de Girón y progresivamente en las capitales provinciales.

En la actualidad existen:

  • Una red de 13 Universidades de Ciencias Médicas
  • La ELAM
  • La UCIMED-FAR
  • Escuela Nacional de Salud Pública
  • 25 Facultades de Ciencias Médicas
  • 4 Facultades de Estomatología
  • 1 Facultad de Enfermería
  • 1Facultades de Tecnología de la salud
  • 3 Facultades Tecnología- enfermería
  • 15 Filiales de Ciencias Médicas
  • 2 Facultades preparatorias

En otro momento, el  viceministro del Ministerio de Salud Pública destacó que el rasgo principal de la formación del capital humano de la salud en Cuba es la combinación de la docencia, la asistencia médica y las investigaciones en los escenarios de nuestras Universidades

“Dicho en otras palabras, los escenarios docentes de la Universidad están constituidos por la red de unidades de salud”.

Agregó que en los últimos seis años se han venido desarrollando un grupo de transformaciones a partir de las políticas aprobadas VI Congreso del Partido que tienen como objetivo continuar elevando el estado de salud de la población, incrementar la calidad y satisfacción con los servicios y hacer eficiente y sostenible el sistema, a la vez que se garantiza el desarrollo.

“Es por ello que en una primera etapa se definió el plan de ingresos en correspondencia con las necesidades de cada territorio, se redujo de 21 perfiles de Tecnología a ocho carreras universitarias de perfil amplio y se retomó la formación de técnicos de enfermería y de la salud a partir de 9no y 12mo grados entre otras acciones”, puntualizó.

González Lorenzo subrayó que el curso 2016-2017 se desarrolla en el momento en que se consolidan la implementación de las trasformaciones necesarias del sector, entre cuyos objetivos centrales está el perfeccionamiento del trabajo docente educativo en el pre y el postgrado; la preparación metodológica del claustro,  la actividad científica como vía para el desarrollo y el mejoramiento de la infraestructura en las universidades, mediante la continuidad del programa de reparación y mantenimiento de los escenarios docentes y las residencias estudiantiles.

Aclaró además que durante el actual curso escolar se trabaja en la implementación del Plan “D” de Medicina para el primer año de la carrera.

“Este plan de estudio aporta elementos novedosos. Hemos logrado que se integren las materias relacionadas con el organismo humano, a la vez que nos nutrimos de las mejores experiencias de las ciencias básicas biomédicas como son la anatomía humana, la embriología, la histología, la fisiología, etc…”, argumentó.

Otros aspectos priorizados-expresó el directivo- es el fortalecimiento de los programas de las diferentes carreras y especialidades técnicas, así como los del postgrado, el acondicionamiento y la certificación de los escenarios docentes, entre otros aspectos.

Sobre este último aspecto, el Dr. González Lorenzo dijo que se ha trabajado intensamente para lograr el mejoramiento de la infraestructura en las universidades con la ejecución 920 objetos de obra, la adquisición de pupitres, pizarras, datashow entre otros y el aseguramiento del uniforme para las estudiantes de las cuatro carreras.

Momento importante de en su presentación fue la relacionada con los avances en el campo informático. Al respecto dijo que se ha avanzado en la conectividad de las Universidades, el acceso a internet, correos electrónicos, las redes inalámbricas y la disponibilidad de medios informáticos.

“Fueron entregadas 580 nuevas computadoras, se recuperaron otras mil 200 por la vía de los Kit de reparación, Infomed aumentó su ancho de banda a 250Mbps lo que ha permitido incrementar la cuota de navegación, todas las sedes centrales tienen autorizado el acceso a Internet y tienen en áreas seleccionadas acceso a redes inalámbricas (Wifi) 11 de las 13 Universidades; además de garantizar el acceso a sitios científicos mediante la Biblioteca Virtual de Salud: a ocho redes regionales, más de 100 revistas, 400 libros de autores cubanos y al repositorio de tesis doctorales entre otras”, concluyó.

En marcha un nuevo plan de estudio

Por segunda vez, el Dr. Jorge González, concurre a la Mesa Redonda para hablarnos de la formación de las ciencias médicas en el país. El Director de Docencia Médica del Minsap se refirió que muchas de las transformaciones que hoy se acometen en este nivel de enseñanza parten de la concepción que tenia Fidel de la preparación integral en salud.

“Hoy se recuperan los laboratorios de ciencias básicas biomédicas, se imparte la morfo fisiología bajo un concepto más moderno, bajo este nuevo plan de estudio con un mayor acercamiento a las asignaturas históricas.”

Ahondó que el Plan de Estudio D inició su implementación en el primer año de la carrera, para lo cual fueron revisadas y creadas las condiciones necesarias para poder desarrollar lo declarado en los programas de estudio y cumplir los objetivos propuestos en el mismo.

“Esto permitirá la elevación de la calidad y el enriquecimiento de los procesos docentes educativos en la carrera de Medicina, lo que también influirá positivamente en el resto de las otras carreras de ciencias médicas y del postgrado, en particular de las Ciencias Básicas Biomédicas en nuestras universidades”.

Jorge González precisó que los cambios fundamentales están en una mayor precisión en los “problemas a resolver” que se describen para el modelo del profesional que se quiere, al tiempo que se establece un currículo base (80%) y uno propio y optativo/electivo que abarca el 20% restante, dándole la posibilidad al estudiante de diseñar parte de su formación.

Agregó además, que se conformó la Disciplina Principal Integradora (DPI), y se elaboró su estrategia, con objetivos por años, de las disciplinas y de las asignaturas.

Uno de los aspectos tratados con mayor profundidad en el programa fue la integración de los contenidos de las Ciencias Básicas Biomédicas, y su papel fundamental para poder construir el futuro conocimiento cuando se aborden los problemas clínicos (para poder hacer de forma correcta el diagnóstico y aplicar el tratamiento en cada caso).

“Dicho de otra forma, aunque se mantiene el concepto de la integración y la aplicación de los conocimientos, concebido con la introducción de la Morfofisiología, se hizo un programa que busca un mayor acercamiento a las asignaturas históricas, y bien conocidas, como la anatomía, la histología, la embriología, la fisiología y la bioquímica, sin dejar a un lado la genética, la inmunología y la farmacología, entre otras”.

Como parte de este propio programa explicó que en el actual curso escolar todas las Facultades cuentan con laboratorios de Ciencias Básicas Biomédicas, al haberse recuperados 182 de estos, así como se construyeron 21 aulas multipropósitos, se recuperaron además 22 osteotecas, 13 salas de anatomía, entre otras acciones para tener la infraestructura necesaria.

Igualmente el Director de Docencia Médica del Minsap comentó en la Mesa Redonda que se trabaja en la preparación de los profesores para la implementación de los programas de idioma ingles.

“Se crean las condiciones materiales, por ejemplo, la compra de 40 laboratorios de idiomas que deberán arribar al país antes que termine el año, y la planificación de la compra de otros 40 laboratorios más para el próximo año. Esto, unido al cambio futuro de los libros básicos de inglés, y el empleo de otras alternativas para el aprendizaje, pretenden logar mejores resultados en esta formación idiomática, que resulta básica para la vida profesional”, añadió.

En otro momento del programa radio-televisivo destacó que se retomó la formación en Cursos por Encuentros (CPE) para las nueve licenciaturas que se estudian en las Universidades de Ciencias Médicas en el país.

“Atendiendo a las indicaciones emitidas por el MES para esta forma de enseñanza, se incorporaron en sus planes de estudio los contenidos de las asignaturas que conforman los exámenes de ingreso a la educación superior, las que serán evaluadas en el primer año de las carreras, además de las asignaturas propias de las mismas”.

Esto ha permitido dar continuidad de estudios a mil 885 graduados de técnicos medios de todo el país que laboran en distintas instituciones del Sistema Nacional de Salud, pues fue ello uno de los requisitos establecidos para las mismas, que fuera un trabajador del Sistema.

Añadió más adelante que como en años anteriores, se hizo la convocatoria a los estudiantes del 5to. año de la carrera de medicina a optar mediante concurso, de forma excepcional, a realizar el último año de la carrera en determinadas especialidades para las cuales se ofertaron Internados Verticales en sus provincias, lo que respondió en todos los casos a las necesidades de las mismas en sus territorios.

De igual forma, se ofertó mediante a los recién graduados, de forma excepcional, a continuar sus estudios de forma directa en determinadas especialidades que fueron ofertadas por concurso en cada territorio, según las prioridades y necesidades existentes en los mismos.

La Universidad de Ciencias Médicas: realidades y perspectivas en el nuevo curso

El rector de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, el Dr. Luis Alberto Pichs García, explicó en el programa televisivo los objetivos de trabajo de este centro de altos estudios para este año, así como algunas de las aspiraciones del sistema de ciencias médicas.

Según constató, el curso escolar comenzó sin contratiempos en las 13 facultades de la Universidad: 9 de ciencias médicas y las restantes en las especialidades de estomatología, tecnología de la salud, enfermería, y una preparatoria para estudiantes internacionales.

Este año la matrícula asciende a más de 30 mil 500 estudiantes, dato superior al del pasado curso escolar, y entre quienes se encuentran universitarios y jóvenes de la enseñanza técnico profesional. Destacó Pichs que continúa siendo mayoritaria la formación en la carrera de Medicina, con un total de 12 mil 258 estudiantes, de los cuales el 39,1% de la matrícula son estudiantes internacionales.

Una característica interesante de la formación en ciencias médicas es el principio de la educación en el trabajo en escenarios reales, lo que permite que desde el primer año los estudiantes se vinculen a las instituciones de la salud.  Así, ejemplificó Pichs que unos 82 policlínicos universitarios, 1065 Consultorios del Médico y la Enfermera de la familia y otras instituciones de la Atención Primaria de Salud como los Centros y Unidades Municipales de Higiene y Epidemiología, los Hogares Maternos, Hogares de Ancianos y Centros Comunitarios de Salud Mental participan del proceso de enseñanza.

Como peculiaridades para este curso, dijo que se continuará desarrollando la práctica preprofesional del sexto año de la carrera de Medicina en dos modalidades: el internado rotatorio y el internado vertical. En referencia a esta segunda modalidad, dijo que el pasado año tuvo muy buenos resultados, pues un grupo de 87 estudiantes se vinculó desde los primeros años de la carrera como alumnos ayudantes en determinadas especialidades.

Además, explicó que era novedoso para este curso el inicio de la formación mediante Cursos Por Encuentros de un total de 659 estudiantes en la Licenciatura en Enfermería y en las ocho Licenciaturas de Tecnología de la Salud.

Durante su intervención, el rector explicó que la enseñanza técnico profesional permitía la continuidad de estudios de un grupo de egresados de 9no grado con motivaciones hacia perfiles como la Atención Estomatológica, la Electromedicina, la Ortoprotesis, la Estadística en Salud y Técnico en Vigilancia y Lucha Antivectorial y para los egresados de 12mo grado en 16 perfiles de formación técnica.

Según aclaró, uno de los temas que no ha descuidado a la Universidad de Ciencias Médicas ha sido la preparación del claustro de profesores. Al respecto, puntualizó que para este curso la Universidad cuenta con un claustro de 7 mil 527 profesores, de los cuales el 39% tienen categorías superiores de Titulares y Auxiliares.  También, dijo que se priorizó la preparación de los profesores que imparten las asignaturas de las ciencias básicas biomédicas.

Para sustentar el Plan D, Pichs dijo que la Universidad ha realizado un intenso proceso de recuperación de los laboratorios docentes de Ciencias Básicas, por lo que en estos momentos se cuenta con un total de 62 espacios de este tipo entre todas las facultades de la universidad. Igualmente, en las facultades que inicialmente no tenían una infraestructura creada para las ciencias básicas se organizó al menos un laboratorio multipropósito, que le da sustento a la formación práctica en algunas piezas anatómicas, maquetas y laminarios.

Desafíos de la formación de enfermería en Cuba

Una experiencia singular es la que se vive en la Facultad de Enfermería Lidia Doce, suigeneris en la formación profesional en el país. Sobre las características de este centro prácticamente único de su tipo en el país intervino en la Mesa Redonda su decana.

Yoira Vega Peña explicó que entre las peculiaridades de su centro estaba recibir estudiantes tanto de  la enseñanza técnica como de la profesional.

“En este curso tenemos de novedoso que los estudiantes de la técnica se vinculan con un uniforme que ya es habitual en los técnicos del país, blanco y carmelita, lo que permitirá dentro del equipo de salud diferenciar con mucha facilidad quienes son los técnicos y quienes son los estudiantes de la carrera. En los estudiantes de la carrera se rescata la bata azul como distintiva”, comentó.

Entre los principales retos de su centro, mencionó que estaba la preparación de los profesores, aspecto en el que se han dado varios pasos, pues más del 60 por ciento de los profesores ya son masters y la mayoría asistentes y profesores auxiliares.

“En comparación con el resto de las profesiones en el sistema todavía tenemos pocos doctores en enfermería, es un reto seguir potenciando el desarrollo de esta estrategia doctoral”, expuso.

Como asunto que los ha ocupado en el presente curso, se refirió al proceso de acreditación de los escenarios docentes. Confirmó que habían recibido para los laboratorios de ciencias morfológicas y de enfermería un grupo de recursos muy costosos para el país, por lo que estaba por delante el reto de estar a la altura de esos esfuerzos.

Además, resaltó como dato novedoso la existencia de una matrícula especial que se ofrece a los estudiantes del curso regular diurnos y a los trabajadores con los requisitos, y se trata de la oportunidad de pasar a la carrera de ciencias médica y  estudiar medicina o estomatología.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/noticias/2016/10/13/se-transforman-las-ciencias-medicas-en-cuba-en-busca-de-mayor-calidad-video/#.V_9zsRJGT_s

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Días de octubre

Por: Graziella Pogolotti

Para los antillanos, octubre ha sido un mes particularmente de ciclones. Al­gu­nos de estos huracanes entraron en la leyenda, transmitida de padres a hijos. Los habaneros constituyeron una cultura en torno al fenómeno meteorológico.

Todo empezaba con el claveteo de puertas y ventanas. Según las posibilidades de cada hogar, se acopiaban comestibles, velas y luz brillante. Luego, se em­prendía un recorrido para evaluar las consecuencias del desastre y enhebrar al anecdotario para conversaciones en los lugares frecuentados por el vecindario.

El paso periódico de huracanes parece una advertencia de la naturaleza, maltratada por la humanidad de manera irresponsable. Su gruñido nos recuerda que está ahí y que de ella dependemos. Para los cubanos, este mes tempestuoso tiene una carga histórica fundamental. Un 10 de octubre, Carlos Ma­nuel de Céspedes inició la lucha por la independencia. En el mismo acto, dio la libertad a sus esclavos. Estaba a pun­to de cumplirse un siglo del acontecimiento cuando caía en Bolivia Ernesto Guevara. Ambos sucesos eslabonan un largo proceso histórico. El análisis de cada uno demuestra que lo político y lo social son inseparables. Similar conexión existe entre el destino de cada una de nuestras naciones y el conjunto de la América Latina, sobre todo en época de agigantamiento de la asimetría entre el poder hegemónico y los países que emergen del neocolonialismo. En este batallar colectivo, no es descartable el papel de las personalidades en la conducción de los movimientos de libe­ración.

Ingenio de pequeña dimensión, La Demajagua se convirtió en símbolo re­dentor. Sin embargo, después de tanto batallar, en 1902 nacía una república lastrada por la impronta neocolonial. Los cubanos de entonces sufrieron una amarga decepción. Algunos escépticos se acomodaron a la nueva situación. En la república de generales y doctores, algunos oportunistas se unieron al ca­rro republicano. Otros con grados conquistados en los años de guerra, sacaron provecho de los méritos acumulados. Existieron también los insobornables, punto de partida de un reacomodamiento de fuerzas y del diseño de distintas estrategias para proseguir la lucha en las nuevas condiciones. Las ideas orientaron acciones que definieron los programas forjados en el enfrentamiento a Machado y Batista.

A pesar del abandono gubernamental, de la carencia de una legislación que protegiera los bienes de la nación y la venta incontrolada de documentos por quienes afrontaban necesidades pe­cuniarias, con el siglo XX comenzaron a fundarse instituciones de carácter pa­trimonial. Los lo­cales eran inapropiados, pero de alguna manera se preservaron bienes en el ám­bito de la Bi­blioteca Nacional, el Ar­chivo Nacional y el Museo Nacional. Con el triunfo de la Revolución, se produjo un intenso trabajo de rescate sustentado en un esencial cuerpo legislativo. Ha sido in­suficiente, sin embargo, la popularización del entendimiento de la importancia de los bienes documentales. Asis­timos a veces al triste espectáculo que ofrecen libros valiosos tirados junto a contenedores de basura. Así mismo, la ignorancia ha conducido a la desaparición de testimonios del proceso político, económico, social y cultural de la nación.

Entender la historia exige engarzar los grandes acontecimientos con el vivir cotidiano de los grupos sociales en los distintos territorios. Por ese motivo interesan los registros notariales de matrimonio y transmisión de herencias, el movimiento de pasajeros por los distintos puertos, los anuncios publicados en la prensa, los manuales utilizados en la enseñanza a través del tiempo, los programas de manos de espectáculos. En la América Latina toda, importa saber qué libros circularon legal e ilegalmente, factor clave para saber de qué manera en el intercambio entre el acá y el allá, entre el subcontinente sojuzgado y las metrópolis dominantes, se fue consolidando un pensamiento propio, ma­triz del independentismo y la emancipación. Rodríguez Morey se atrincheró en el conglomerado heterogéneo que constituye el antecedente y origen de nuestro Museo Nacional. Por el archivo y la biblioteca pasaron intelectuales cu­banos con conciencia patriótica. La re­ciente publicación de la Órbita de José Antonio Ramos, a cargo de la investigadora Cira Romero, rin­de homenaje a un singular testimoniante de la república neocolonial que sufrió amarga decepción ante el espectáculo de la república corrupta y dependiente. Lúcido buscador de verdad, escribió ensayos, novelas, obras de teatro. Aferrado siempre a sus reservas morales, sus ideas atravesaron un lento y orgánico proceso de radicalización.

Instalada en el Castillo de la Fuerza, la Biblioteca Nacional se convirtió en el último refugio de una vo­luntad de servicio a la patria. Pocos lectores concurrían al vetusto local. Pe­ro allí se conservaron bienes que revelaron to­da su riqueza después del triunfo de la Revolución. Libros, periódicos, manuscritos, grabados, mapas habían tenido albergue, protección y resguardo en es­pera del momento en que hornadas de investigadores y estudiantes in­vadieron las salas del edificio erigido en la Plaza de la Revolución.

El patrimonio documental de la na­ción desborda las fronteras capitalinas. Las bibliotecas y archivos provinciales conservan tesoros muchas veces subestimados. La codicia de los mercaderes se ha valido de la penuria económica de algunos para extraer del país valiosos documentos. Quienes así actúan, saben lo que están haciendo en términos mercantiles y en detrimento de va­lores fundamentales de la nación. Aun­que permanezcan aparentemente dormidos durante años, algún día, alguien tropezará con ellos. Le ofrecerán la llave para penetrar en un territorio ignorado, pródigo en respuestas y abierto a nuevas interrogantes.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-10-10/dias-de-octubre-10-10-2016-00-10-56

Imagen: http://noticias.eltiempo.es/2015/09/30/octubre-de-2015-que-nos-espera/

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La magia de la danza, un puente cultural entre Cuba y Estados Unidos

Centroamérica/Cuba/14 de octubre de 2016/cubasi.cu
Sustentado en la magia y seducción de la danza clásica, el proyecto entre la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso y la Ruth Page Ruth Page School of Dance, de Chicago, deviene puente cultural entre Cuba y Estados Unidos.

Iniciado en 2015 bajo la mirada de la directora de la institución nacional, Ramona de Saá, y el rector del centro norteamericano, Víctor Alexander Ramírez, el programa involucra a estudiantes y profesores de ambas instituciones. ‘El proyecto Cuba-Chicago ha crecido, la relación entre las dos escuelas es increíble’, aseguró a Prensa Latina Víctor Alexander, quien por estos días visita La Habana con nueve de sus estudiantes, como parte de una nueva etapa de la iniciativa.

A juicio del artista, entre los tantos beneficios de los intercambios sobresale la convivencia entre los alumnos cubanos y estadounidense, experiencia que los engrandece como seres humanos y bailarines. ‘Es importante vivir el por qué la escuela cubana de ballet se diferencia de las otras del mundo’, enfatizó Víctor Alexander, reconocido por la revista Danza Magazine como uno de los mejores coreógrafos y bailarines de 2013.

Uno de los frutos más recientes de este hermoso intercambio es la presencia de la estudiante Catherine Conley en la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso, donde recibe clases desde septiembre. ‘Conley es la primera estadounidense en tomar un curso en la institución nacional después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos’, explicó Víctor Alexander.

Según el bailarín, la estancia de la joven aquí -prevista hasta junio próximo- será muy fructífera porque ayudará a desarrollar su talento artístico, no solo en la ejecución sino en la técnica. ‘Los bailarines cubanos son muy apasionados, eso es una cosa que nace con uno y se muere con uno, pero es muy importante que ella sea capaz de absorber esa pasión’, precisó. Al escuchar estas palabras de su mentor, Conley sonrió y con alguna dificultad todavía a la hora de comunicarse en español, se mostró muy feliz por estar en Cuba, donde ha encontrado una nueva familia.
Con ropa de ensayo y voz entrecortada, la joven de 19 años accedió a conversar con Prensa Latina, diálogo en el cual reconoció la diferencia entre la técnica cubana de ballet respecto a otras implantadas en el orbe.

Según Conley, una de las diferencias está dada en la utilización de muchos movimientos acrobáticos, algo novedoso para su formación como bailarina.

EL PROYECTO CUBA-CHICAGO AVANZA

Como parte de esta nueva etapa del proyecto Cuba-Chicago, Conley compartirá escenario con compañeros de clase de la Ruth Page School of Dance y de la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso durante dos funciones en el Teatro Miramar de La Habana el 14 y 15 de octubre.

Víctor Alexander adelantó que concluido este episodio, en diciembre próximo, debe viajar a Estados Unidos un grupo estudiantes cubanos para participar en la temporada del Cascanueces coreografiado por Ruth Page. Añadió que a tres meses de comenzar su curso en La Habana, Catherine interpretará en Chicago la Reina de las Nieves de la célebre pieza clásica, con música del ruso Piotr Ilich Chaikovski. Con más de 200 estudiantes, la Ruth Page School of Dance, también desarrolla el proyecto International Dance Experience, que incluye el intercambio con estudiantes y maestros de distintas escuelas del mundo y con disímiles disciplinas como jazz, hip hip, tap y danza moderna.

‘El objetivo es lograr un bailarín más completo que tenga mejores opciones a la hora de buscar trabajo’, aseveró Víctor Alexander, quien fue por 10 años figura principal de Danza Contemporánea de Cuba.  Fundada hace 45 años, la escuela de Chicago solo enseñaba danza clásica pero en los tiempos actuales es imprescindible ampliar horizontes debido a la competencia existente en el mundo, sostuvo. De acuerdo con Víctor Alexander, los intercambios entre la Ruth Page School of Dance y la Escuela Nacional de Ballet Fernando Alonso son vitales para sus estudiantes porque les permite aprender sobre la danza hecha aquí, donde se forman -a su criterio- los mejores bailarines clásicos del mundo.

Concebido como un espacio para el enriquecimiento espiritual y físico de los amantes de la danza, el programa Cuba-Chicago reconoce el prestigio y la calidad de la enseñanza nacional, que en la actualidad constituye un referente internacional. La Ruth Page School of Dance de Chicago tiene distintos programas, el pre-ballet que incluye niños de 3 a 8 años, el pre-profesional entre nueve y 17 años y además ofrece clases para adultos. Considerada una de las maestras de danza más importantes en Estados Unidos, Ruth Page visitó La Habana en 1932 y se presentó en el Teatro Auditórium, actual Amadeo Roldán.

El vínculo establecido entre la artista norteamericana y Cuba encuentra su continuidad en el proyecto liderado por Víctor Alexander y de Saá, iniciativa que hoy tiende un puente entre las culturas de esta isla caribeña y la nación norteña.

Tomado de: http://cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/56312-la-magia-de-la-danza-un-puente-cultural-entre-cuba-y-estados-unidos

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