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El Salvador: Cada día, 50 mujeres fueron víctimas de violencia entre enero y junio de 2020

América Central/El Salvador/15-01-2021/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Entre enero y junio del año pasado se registraron 9,176 casos, de acuerdo con el Informe semestral Hechos de violencia contra la mujer. No solo incluye violencia física, sino también de otros tipos.

El confinamiento por la pandemia del COVID-19 se ha sumado a los patrones culturales ya existentes, como el caso del machismo, para que se repitan actos violentos contra centenares de salvadoreñas. Foto Referencia. Archivo

Cincuenta casos diarios de violencia contra la mujer fueron reportados en el primer semestre del año pasado, de acuerdo con el Informe semestral Hechos de violencia contra la mujer, de enero a junio 2020. El dato total es de 9,176 hechos, que incluye violencia sexual, física, patrimonial, laboral y otra, según el informe hecho por el Gobierno.

En 1,569 de los casos se trata de mujeres menores de 18 años.

Los datos que se recolectar a través de la Juntas de Protección de la Niñez y de la Adolescencia son igual de preocupantes; solo el año pasado, entre enero y septiembre, a través de esa institución se recibieron 6,779 casos por posible amenaza o vulneración de los derechos de infantes y adolescentes. Aquí se incluyen casos de violencia física ( 3,890); sexual (1,955), psicológica (1,194), emocional 761, moral (89) y cultural (2).

En el año 2019, hubo 562 mujeres que recibieron atención a causa de violencia sexual, en los diferentes establecimientos de salud del país. Los departamentos con mayor egreso fueron: San Salvador (27.9%), Santa Ana (13.5%), Ahuachapán (11.2%) y La Libertad (11.0%).

Pero también hubo 3,655 atenciones ambulatorias. El departamento con mayores atenciones es San Salvador (15.2%), seguido de Usulután (15.0%) y San Vicente (11.0%).

Las alcaldías apoyan de diferentes formas en el combate a la violencia sexual y la estrategia para detectar y ubicar a víctimas se desarrolla en el seno de los talleres que imparten, ya sea de panadería, bisutería u otras, pues es ahí donde acuden las personas atraídas por la oportunidad de aprender.

Luis Edgardo Silva, encargado de la Unidad de la Mujer, en el municipio de Delicias de Concepción, Morazán, explicó que “los talleres son un imán para que la mujer se acerquen. Para nosotros es un requisito que las mujeres deben de pasar un proceso de por lo menos ocho talleres de género para que tengan una base de cómo entender cuando hay agresiones y poder exigir sus derechos”.

El representante municipal comentó que cuando solo se ofrece el taller de género no existe demanda por parte de la población, por ello este tipo de talleres es parte de otro que brinda la comuna.

En el municipio de San Miguel, la Unidad de la Mujer y la Secretaria de la Familia de la alcaldía trabajan con otras organizaciones para ayudar a las mujeres violentadas y para orientarlas a trazar un plan de vida.

Las afectaciones psicológicas y el círculo de violencia llevan a que la víctima pueda desconocer su valor como persona, comentó Rosa Ochoa, encargada de la Secretaria de la Familia.

“Las mujeres violentadas son remitidas por la Oficina de Atención a Víctima o el ISDEMU. Nosotros les damos el seguimiento en formación. Y en paralelo el ISDEMU viene y les da charlas sobre sus derechos y cuales son las rutas de denuncia que pueden hacer de forma confidencial”, añadió Ochoa. A través de este mecanismo, el año pasado lograron ayudar a 12 mujeres violentadas.

“Cuando son remitidas, ellas vienen de un tratamiento psicológico de primeros auxilios. La mayoría vienen tímidas con miedos e inseguridades, mucho desconocimiento sobre sus habilidades y capacidades, y cuando se trabaja con ellas sus proyectos de vida, la mayoría no tiene claridad para que son buenas”, expuso.

En su mayoría las Unidades de la Mujer cuentan con programas preventivos o de acompañamiento si la víctima así lo solicita.

“Nosotros intervenimos a veces no de una manera directa porque puede existir riesgos sociales, pero transferimos la información a las autoridades pertinentes y ellos se encargan. Con nosotros es más que todo la orientación y si la víctima lo solicita se le da el acompañamiento, de lo contrario manejamos sólo cierta información, no manejamos la información precisa”, explicó a Luis Silva, de la alcaldía de Delicias de Concepción.

El año pasado, la municipalidad de San Francisco Gotera en Morazán, trabajó junto al ISDEMU un Plan de prevención contra la violencia, el cual se centró en capacitar a la mujer “para que conozca que no puede ser violentada y que hay diferentes tipos de violencia”, explicó Karina Flores, jefa de la Unidad de la Mujer, de esa comuna.

El plan fue diseñado para ser desarrollado en las comunidades con pequeños grupos de mujeres que estén informadas a donde acudir en caso de violencia sexual.

“Nosotros podemos recibir las denuncias acá y la trasladamos a la autoridades correspondientes, hasta el momento no hemos recibido ningún tipo de denuncia y podemos decir que el año pasado según la Policía Nacional Civil no hubo violencia en el municipio” , comentó Flores.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/cada-dia-50-mujeres-victimas-de-violencia-enero-junio-2020/794914/2021/

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The Year of the Pandemic

By: Ilka Oliva Corado

Translated  by Marvin Najarro

Due to the virus, this 2020 has been designated by many people as the cursed year. But it is only one among the thousands that exist; it is not the only one that kills, more people are killed, for example, by the lack of empathy. By turning a blind eye and feigning ignorance to what hits us head on: racism, classism and oblivion. Locking ourselves in our bubbles and keep them under lock and key, because everything that happens outside, what others experience, doesn’t concern us. That is why we see so many children living on the streets and dying right there without feeling any horror or pain, not to mention the indignation that would make us act accordingly.

Suddenly this virus came to scratch our bubbles’ doors, taking the lives of some of our beloved ones; perhaps people who like us looked the other way when they must have acted to help others. Die, or die from coronavirus do not make them nobler after death. But we sanctify them because that cursed virus killed them. But what about the hunger experienced by those who make garbage dumps their home? Why don’t we flinch when an avalanche of garbage kill entire families? To begin with, how and when did we allow this to happen? That garbage dumps became the homes of so many families; entire cities…

The pandemic, one of many. Why hasn’t the trafficking of children, adolescents and women for the purpose of sexual exploitation hurt us, as it did the 2020? It is a fact, visible, it is everywhere, we cannot ignore it. Or it will be like the virus, until it touches one of us? Then and only then we will make patent what we have discarded, because it was not our business, and then we will realize that we will be alone because the others will look the other way, just as we do today, it will not be their business. It is the germ of patriarchy and pettiness.

This virus brought out the worst in us, it was just an occasion to show the kind of people we really are, as is the case with some people – hospitalized – with a cell phone taking pictures of other patients who are in intensive care, and then sharing them in social media exposing the severity of the disease. If they don’t have anything else to do, why don’t they take pictures of their own balls? Why expose others in this way. Nurses, doctors, and patients have done this, which in no way indicates that just because some people have a higher level of education, they respect the privacy of others.

And what about those who take pictures of their family elders, who are prostrated and seriously ill, and share them on social networks. Why such a level of meanness? And even worse, those affected with the virus of laziness, or in other words, not severely ill but who are lazy and take advantage of the situation to hang out and take pictures of themselves uncombed, with a seven-day beard, eight-day sleep in eyes, and post them on social networks saying they are Covid survivors. When in reality any person who is seriously ill cannot even move a finger. This is nothing more than disrespecting all those who have died and are seriously ill from the virus. But that’s what human consistency is: thin, cracked.

Among the beautiful things that we could see were the indigenous peoples donating their crops, reaching villages with trucks full of vegetables and fruits to feed whole families. While in others places people came out waving white flags asking for help, and the response of those who could help was to lock themselves under lock and key in their comfortable houses, posting pictures on social networks of the abundant food, their expensive wines and smoky fireplaces while reminiscing nostalgic about their travels around the world. Today many of them mourn the death of a loved one, but even with that pain they do not deign to reach out to those in need because money, greed and selfishness rule their lives. By contrast, where the harvest abounded and was donated, the pain of one is the pain of all.

It was not a cursed year, nor is the virus, we are the inconsistent ones that a virus had to come up to spit in our faces the scum that we are and trace our human misery that lacks values, words and actions. Because millions of people around the world are suffering from hunger, they are there close to us, and it is not a virus. Hunger can be cured, it can be eliminated, also chronic child malnutrition, you don’t need a miracle or a vaccine, all you need is dignity, indignation, and solidarity.

The well-known natural disasters are not natural, they can be avoided because they are caused by all the damage we have done to the planet. Political leaders have to act, of course, but we as a society have to act too. Because being passive or not doing anything can be harmful. A case in point is the millions of face masks that will end up in the sea. In any case, neither the year nor the virus is the damned one.

2020 should have been the year in which humanity began to regenerate, to become aware of the damage it did to itself; the planet and other living organisms. But it is not the case, and it will not be, and a thousand more viruses may come along and kill entire families, that we will not learn, because selfishness, arrogance, insensitivity and mediocrity is the DNA that we carry inside.

From another planet they seem, indeed, those who extend a helping hand, share a plate of food, donate their crops and feel other people’s tragedy as their own. And they don’t have big mansions, or smoking chimneys; or expensive wines; or travel around the world; or master’s degrees, or PhDs. It is the ordinary people, in many cases also the most excluded and impoverished. It is the people. With this they continue to teach us the lesson that it is not about having but about generosity. Thanks to them our hope for a better world has not yet been extinguished. And the souls that refuse to stop dreaming will continue to believe in a spring of abundant offshoots.

Source: https://cronicasdeunainquilina.com

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La titulocracia y desafíos de la decolonialidad

La titulocracia y desafíos de la decolonialidad

Ollantay Itzamná

(En la imagen: Autoridades comunitarias. Cusco)

Todas las civilizaciones generaron y gestionaron sus conocimientos y tecnologías buscando mejorar sus condiciones de vida y acrecentar su poder. En el mundo occidental, durante la Edad Media, surgió la Escolástica que dio origen a lo que actualmente conocemos como universidades, y desde allí se cualificó y dosificó el conocimiento acreditado en cartones (títulos). Cartones que a su vez ascendían socioculturalmente a sus poseedores más que los títulos nobiliarios de Duque, Marqués, Conde, Vizconde, Barón…

Durante la civilización moderna, las universidades se constituyeron en los nuevos “templos” del saber científico, en base a las verdades que creían algunos varones del norte de Europa. A esto llamaron ilustración (y al resto de conocimientos los llamaron ignorancia). En ese entonces, ser “universitario” era como ser “escolástico elegido por Dios” en la Edad Media.

Siglos después, devino el fordismo (Siglo XX) que consistía en especializar, capacitar, a los universitarios para diseñar/generar productos para el mercado, generar más ganancias económicas, y así acumular más riqueza para las élites….Y llegamos al libre mercado neoliberal… donde hay más universidades que mercados de abasto… donde los títulos universitarios se compran y venden como cualquier producto… ¡Donde es más fácil y barato conseguir un título universitario que comprarse una mula o un terreno para cultivar!

En este planeta convertido en mercado el problema no es comprar o vender los títulos académicos (los títulos nobiliarios también eran de compra venta en el medioevo) El asunto está que quienes poseen dichos títulos académicos tienen una falsa conciencia de ser “seres superiores al resto de los no titulados”. Creen y ejercen poder, aunque sin mayor autoridad cultural, amparados en el cartón universitario para buscar sus medios de vida.

(Autoridades Aymaras)

Es más, esa falsa consciencia del poseedor del cartón universitario se legitima en alguna medida en la “expectativa social” de la familia, comunidad o sociedad que creen que los “títulos universitarios son vehículos automáticos de ascenso socioeconómico personal y familiar”. ¡Y no existe mayor autoengaño que éste en un libre mercado de títulos con mercados laborales cerrados!

Un detalle más. Así como el cartón universitario no hace a su poseedor más erudito o más capacitado para sobrevivir en un Planeta crítico, tampoco le hace más honesto o ético que al resto. ¡Los o las tituladas no son mejores gobernantes/autoridades, mejores administradores públicos, o mejores cuidadores de la Madre Tierra, sólo por portar un cartón! Veamos las nefastas historias políticas actuales de Abya Yala.

¿Cuáles son los desafíos de la decolonialidad desde las y los académicos?

(Niño agricultor)

Desescriturarse. Grandes son los esfuerzos teóricos que realizan las y los académicos sobre procesos de colonialidad y decolonialidad. Sin embargo, mientras sigan utilizando como la única fuente/depósito de conocimiento cualificado la “fuete escrita”, se seguirá afianzando la condición de colonialidad.

Ni los libros, ni los papers, determinan, ahora, la dinámica del mundo real. Es más, lo escrito, como depósito y vehículo, sucumbió frente a la omnipresencia de lo audiovisual. El mundo actual se guía/mueve por verdades que están fuera de los textos escritos. La decolonialidad debe beber de otras fuentes, utilizar otros canales…

Destitularse. Durante la escolástica y la modernidad reciente, las verdades dichas por sus autores tenía autoridad y valor en la medida que éstos acreditaban títulos académicos. Así nació la “tradición suareciana” que consiste en nombrar/presentar los muchos títulos del expositor académico antes que diserte con sus pocas verdades.

El o la decolonial, ante las evidencias del desvanecimiento de la autoridad de los títulos académicos, está llamado a “omitir” presentarse respaldándose en sus títulos. No sólo porque esa presentación o respaldo en sus títulos académicos afianza la condición de “colonialidad ontológica” de su auditorio (que se siente nada en su ser y saber ante el PHD o Lic.) sino porque a mayor grado o años en las universidades occidentalizadas mayores y más profundas son los procesos de colonización en uno o una.

Con los títulos de las universidades occidentalizadas imposible desoccidentalizar o decolonizar el mundo. Los contenidos curriculares y la acreditación occidentalizada están hechos para hacer sostenible la dominación de la humanidad y la demolición de la Madre Tierra.

Volver a la Tierra. Otro de los mitos que instaló la academia occidental fue y es: “Cuanto más títulos y profesional seas, más lejos debes estar de entrar en contacto con la tierra”. Es decir, la academia fue y es esencialmente descampesinación de la humanidad. Veamos caso Cuba, por ejemplo.

Claro, se consiguen los títulos académicos para generar mejores y rápidos ingresos económicos sin mayor esfuerzo físico. Ésta es una ilusión socialmente compartida. El agricultor suele inculcar a su hijo: “Para que no seas como yo, estudia para que seas alguien en la vida”. Pero, ¿eso nos garantiza plenitud? ¿Por qué tanto el miedo a la muerte que es una compañera que nos devuelve a la Tierra, nuestro origen y destino?

Vino la pandemia de COVID19 y nos confirmó el error mortal de la academia occidental y occidentalizada. ¡Las familias campesinas sobrevivieron sin mayores ansias y sufrimientos al encierro planetario! Si no somos capaces de cultivar nuestra propia comida, por más títulos/dinero que poseamos, morimos atrapados en el miedo de encontrar al virus en el otro que nos provee comida.

Hacer comunidad. Así como es contradictorio intentar decolonizarnos u decolonizar recitando únicamente “escritos de autores”, reiterando o amparándonos en nuestros títulos académicos, o alejados de nuestra identidad Tierra, también es y será difícil la decolonialidad desde el individualismo metodológico.

Fuente de la Información: https://ollantayitzamna.com/2021/01/02/la-titulocracia-y-desafios-de-la-decolonialidad/#more-1896

 

 

 

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UNICEF: «Proteger a los maestros contra el Covid-19 servirá para mantener las escuelas abiertas». Costa Rica

La vacunación contra Covid-19 de los maestros es una medida fundamental para que los niños vuelvan a estudiar de nuevo, considera Unicef y es por eso que hace un llamado para que los docentes reciban las dosis luego del personal de salud y población de riesgo.

“Unicef pide que se dé prioridad a los maestros en la vacunación contra la Covid-19, una vez que se haya vacunado al personal de salud de primera línea y a las poblaciones de alto riesgo. Esto contribuirá a proteger a los maestros contra el virus, les permitirá enseñar en persona y, en última instancia, servirá para mantener las escuelas abiertas», insta Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef.

En su punto álgido, a finales de abril de 2020, el cierre de las escuelas a nivel nacional interrumpió el aprendizaje de casi el 90% de los estudiantes de todo el mundo.

«Si bien la cifra ha disminuido desde entonces, algunos siguen suponiendo sin fundamento que el cierre de las escuelas puede frenar la propagación de la enfermedad, a pesar de que cada vez hay más pruebas que indican que las escuelas no son el principal foco de transmisión en la comunidad. Debido a esta suposición, a medida que los casos se están disparando en muchos países del mundo, las comunidades están cerrando de nuevo las escuelas», indicó.

Hasta el 1 de diciembre, las escuelas de 1 de cada 5 alumnos en el mundo estaban cerradas, lo que constituye 320 millones de niños, reporta Unicef.

“Aunque las decisiones sobre la distribución de las vacunas recaen en último término en los gobiernos, las consecuencias de una falta prolongada de aprendizaje, o su deterioro, son abrumadoras, especialmente para los más marginados. Cuanto más tiempo permanezcan los niños fuera de la escuela, menos probable es que regresen a ella, y más difícil será para sus progenitores reanudar su trabajo», argumentó la directora ejecutiva.

En Costa Rica los docentes tanto de centros públicos como privados serán vacunados. Están en el grupo cuatro de cinco prioritarios por vacunar.

El retorno a clases presenciales está previsto para el 8 de febrero, y el curso lectivo 2021 será híbrido (modalidad presencial coexistirá con la virtual).

En los protocolos para el retorno se aclara que las lecciones presenciales pueden ser suspendidas por el Ministerio de Salud y el de Educación Pública en caso de que existan brotes de Covid-19.

Fuente: https://www.larepublica.net/noticia/unicef-proteger-a-los-maestros-contra-el-covid-19-servira-para-mantener-las-escuelas-abiertas

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República Dominicana prohíbe definitivamente el matrimonio infantil

América Central/República Dominicana/04-01-2021/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

La violación de esta ley será castigada con la imposición de una pena menor de reclusión de dos a cinco años y multas de 8.620 a 17.240 dólares, además de anular el matrimonio.

La Cámara de Diputados de la República Dominicana aprobó este miércoles definitivamente el proyecto que prohíbe matrimonio infantil en el país, donde se permitían los enlaces de niñas a partir de los 15 años.

Los congresistas votaron la iniciativa tras acoger una serie de modificaciones que hizo a dicho proyecto el Senado el 21 de diciembre y que «ha permitido enriquecer» la pieza, dijo en la sesión el diputado José Horacio Rodríguez, autor de la misma, que fue aprobada por primera vez en la cámara baja en noviembre.

La ley irá ahora al Poder Ejecutivo para su posterior promulgación.

La violación de esta ley será castigada con la imposición de una pena menor de reclusión de dos a cinco años y multas de 8.620 a 17.240 dólares, además de anular el matrimonio.

El 36 % de las niñas y adolescentes dominicanas se casan o se unen antes de los 18 años, según datos oficiales, lo que supone la tasa más elevada de América Latina y el Caribe.

En el 12 % de las uniones, la novia tiene menos de 15 años, la edad mínima actualmente permitida por ley, cifra que duplica la media de bodas antes de los 15 años en América Latina, que es del 5 %, según datos de Unicef.

El proyecto que finalmente se aprobó este miércoles fue fruto de un acuerdo alcanzado por los partidos políticos de la República Dominicana el pasado 16 de noviembre.

El presidente dominicano, Luis Abinader, dijo entonces que «es inaceptable que la República Dominicana ocupe el primer lugar» de América Latina en esta cuestión. EFE

Fuente: https://acento.com.do/actualidad/republica-dominicana-prohibe-definitivamente-el-matrimonio-infantil-8897310.html

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Navidad campesina en Guatemala en tiempos de pandemia

Navidad campesina en Guatemala en tiempos de pandemia

Ollantay Itzamná

La Comunidad Margaritas III, se encuentra en el Municipio de San Francisco Zapotitlán, Suchitepéquez, a 170 Km al suroeste de la ciudad de Guatemala. Está conformada por 15 familias campesinas, en su gran mayoría ex mozos colonos de las fincas agrícolas aledañas que rodean a la comunidad.

Las y los integrantes de la comunidad, por el proceso del colonaje, perdieron por completo su idioma materno, buena parte de sus costumbres mayas… Genéticamente predominan los rasgos mayas. Las familias son campesinas, pero sin tierras. Generan sus medios de vida como jornaleros en las fincas vecinas, alternando con trabajos en los poblados más próximos.

Jóvenes campesinos se organizan en tiempos de pandemia

Durante la pandemia, aprovechando la presencia permanente en la comunidad, jóvenes y niños crearon su organización juvenil y la denominaron Genera Comunidad. Lo hicieron con la finalidad de promover la “participación de niños y jóvenes en la vida comunitaria”.

Estos jóvenes, con motivo de la Navidad 2020, prepararon una convivencia navideña para toda la comunidad. Consiguieron y entregaron juguetes y caramelos para todos los y las niñas de la comunidad, como nunca antes había ocurrido.

Para financiar dicha actividad, cada joven y niños que integran la organización Genera Comunidad aportó Q 25 (equivalente al jornal mínimo que reciben en las fincas vecinas por el corte del café) Y, para completar el costo del convivio navideño, enviaron solicitudes de apoyo a algunas amistades externas a la comunidad.

Algunos padres de familia aportaron frijoles, tortillas, carne, leña… y los jóvenes prepararon la cena. Otros, aportaron y elaboraron las bebidas… Los refrescos y desechables estuvieron completamente ausentes en la fiesta… Una de las familias aportó la “llegada de un Papa Noel cargado de pelotas” que dibujó angelicales alegrías en los rostros de niños presentes.

Desde días anteriores, las y los jóvenes prepararon los adornos y mensajes para la ambientación del lugar de la reunión, compraron y envolvieron los juguetes con dedicatoria para cada niño y niña, según sus edades…

Así, la tarde del convivio navideño comunitario fue lúdica, colorida, y sobre todo alegre por la presencia y sonrisas de niños ilusionados con sus juguetes.

Qué aprendimos de esta convivencia navideña comunitaria

Podemos estar o no de acuerdo con el sentido religioso o mercantil de la Navidad. Pero no se puede negar el hecho que estas fechas simbólicas pueden y deberían ser aprovechadas para promover la proximidad entre las personas, y afianzar el tejido social comunitario. Sobre todo, ahora, que la pandemia nos mostró que la comunidad es el “antídoto social” contra este mal.

Si bien la Navidad es un vehículo de colonización y mercantilización incluso de lo “sagrado”, sin embargo, también dicha fecha puede y debería ser motivo para organizarnos, compartir y cultivar la comunidad. El individualismo y el consumismo no tienen por qué ser necesariamente los únicos referentes a seguir para la juventud y la niñez.

No importa en qué situación económica nos encontremos las familias. Si tenemos esperanza, y fe en el ser humano, siempre tendremos mucho que ofrecer para las y los demás.

Las y los jóvenes campesinos, hijos de jornaleros de la Comunidad Margaritas III, nos enseñan que si estamos organizados y habitados por una buena voluntad siempre se puede regar con alguna dosis de alegría nuestro mundo marchito en tiempos de pandemia.

No sabemos quiénes, cuántos , ni cómo estaremos para la Navidad del 2021. Lo que sí sabemos es qué y cómo compartimos la Vida con nuestra comunidad hasta ahora. Si la Navidad nos sirve para cultivar comunidad, y abonar a la esperanza humana, pues, bendita fecha, sin importar si es de origen profano o sagrado.

Ollantay Itzamná. Defensor latinoamericano de los Derechos de la Madre Tierra y Derechos Humanos

Blog del autor: https://ollantayitzamna.com/

@JubenalQ

Fuente de la Información: https://rebelion.org/navidad-campesina-en-guatemala-en-tiempos-de-pandemia/

 

 

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El año de la pandemia

El año de la pandemia

Muchos han definido este 2020 como el año maldito, por lo del virus. Pero es tan solo uno de los miles que existen, no es el único que mata, mata más personas por ejemplo; la insensibilidad. Voltear a otro lugar y fingir ignorar lo que nos golpea de frente: el racismo, el clasismo y el olvido. Meternos en nuestras burbujas y cerrarlas bajo siete llaves porque todo lo que suceda afuera, lo que vivan otros no nos interesa. Por eso es que vemos tantos niños viviendo en las calles y morir ahí mismo y no nos causa ni espanto ni pena alguna mucho menos la indignación que nos haga actuar.

De pronto este virus vino a arañar un poco las puertas de nuestras burbujas, por ahí se llevó a alguno de nuestros seres queridos, tal vez personas que como nosotros voltearon a otro lugar cuando debieron actuar para ayudar a otros, morir o morir a causa del virus no los hace más nobles después de muertos. Pero nosotros los santificamos porque ese virus maldito se los llevó. ¿Pero y qué  hay del hambre que viven quienes hacen de los basureros su hogar? ¿Por qué no nos inmutamos cuando familias completas fallecen a causa de un alud entre los volcanes de basura? En principio, ¿en qué momento permitimos que esto sucediera? Que los basureros sean hogares de tantas familias, ciudades completas…

La pandemia, una de las tantas. ¿Por qué no nos ha dolido como nos ha dolido el 2020, la trata de niños, niñas, adolescentes y mujeres para fines de explotación sexual? Eso es palpable, visible, están en cada esquina no los podemos ignorar. ¿O será que como el virus, hasta que toque a uno de los nuestros? Entonces y sólo entonces haremos visible lo que hemos desechado porque no era nuestro asunto y nos daremos cuenta que estaremos solos porque los otros fingirán no ver porque tal como nosotros lo hacemos hoy, no será asunto  de ellos.  Es el germen el patriarcado y de la mezquindad.

Este virus vino a sacar lo peor de nosotros, fue tan solo una oportunidad para mostrarnos cómo somos en realidad, por ejemplo: gente con un celular que fue a dar al hospital, le toma fotografías a otros pacientes que están en intensivo, las publican en las redes sociales exponiendo la gravedad de la enfermedad. ¿Por qué no se toman fotos a sus propios coyoles sino tienen oficio? Pero exponer así a otros. Y lo han hecho enfermeras, doctores, pacientes lo que indica que no porque unos tengan mayor grado de escolaridad tienen respeto por la privacidad de los demás.

Y qué decir de los que les toman fotos a los adultos mayores en sus familias que están en sus camas muy graves y las publican en las redes sociales. ¿Por qué llegar tan bajo? Y peor aún, los que tienen virus tipo pereza que no les pegó duro, pero les da pereza y aprovechan y se cuelgan, se toman fotos despeinados, con la baba de una semana, cheles de ocho días y las publican en las redes sociales diciendo que son sobrevivientes de Covid. Cuando en realidad una persona que está enferma de gravedad no puede ni mover un dedo. Eso es faltarle el respeto a toda la gente que ha muerto y que está grave por el virus. Pero así es la consistencia humana: raleada, cuarteada.

De lo hermoso que pudimos ver fue a los pueblos originarios donando sus cosechas, llegando a poblados con camiones llenos de verduras y frutas para dar alimento a familias completas. Mientras que en otros la gente salía con banderas blancas pidiendo auxilio y lo que hacían los que podían ayudar era encerrarse bajo siente llaves en sus casas cómodas, publicando fotos en redes sociales de la abundante comida, sus vinos caros y sus chimeneas humeantes mientras recordaban nostálgicos sus viajes por el mundo. Muchos de ellos hoy lloran la muerte de un ser querido, pero aún y con ese dolor no se dignan a tender la mano a quienes están en necesidad porque el dinero, la avaricia y el egoísmo rigen sus vidas. En cambio donde abundó la cosecha y fue donada, el dolor de uno es el dolor de todos.

No fue un año maldito ni el virus es maldito, los inconsistentes somos nosotros que tuvo que venir un virus para escupirnos en la cara la gentuza que somos y poner en calco nuestra miseria humana que carece de valores, de palabra y de acción. Porque hambruna viven millones en el mundo, ahí nomás cerca de nosotros hay pueblos enteros en hambruna y no es un virus de momento, la hambruna se puede curar, puede ser eliminada, también la desnutrición infantil crónica, no se necesita un milagro ni una vacuna, se necesita dignidad, indignación, solidaridad.

Los famosos desastres naturales no son naturales, pueden evitarse porque son causados por todo el daño que le hemos hecho al planeta, tienen que actuar los líderes políticos sí, pero nosotros como sociedad también. Porque en lo más mínimo de hacer o de pasividad afecta. Para no ir tan lejos este año quedarán millones de mascarillas en el mar. En todo caso, ni el año ni el virus son los malditos.

El 2020 debería ser el año en el que la humanidad empezó a regenerarse, que empezó a tomar conciencia del daño que se hacía a sí misma, al planeta y a otros seres vivos. Pero no es el caso y no lo será y podrán venir mil virus  más, llevarse a familias completas que no aprenderemos, porque el egoísmo, la altanería, la insensibilidad y la mediocridad es el ADN que llevamos dentro.

De otro planeta, claro está, parecieran los que dan la mano, meten  el hombro, comparten el bocado de comida, donan sus cosechas y sienten como propia la tragedia ajena. Y no tienen grandes mansiones, ni chimeneas humeantes, vinos caros, viajes por el mundo ni maestrías ni doctorados. Es la gente común, en muchos casos también la más excluida y empobrecida. Es el pueblo. Con lo que nos siguen dando la lección de que no se trata de tener sino de voluntad.   Por ellos la esperanza de un mundo mejor aún no ha sido arrancada de raíz. Y las almas que se niegan a dejar de soñar seguirán creyendo en una primavera de retoños abundantes.

Audio:

 

Fuente de la Información: https://cronicasdeunainquilina.com/2020/12/29/el-ano-de-la-pandemia/

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