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La clausura del futuro

Por:  Leonardo Díaz

 

La prensa nacional se ha hecho eco de un estudio que muestra una situación preocupante para el futuro de la sociedad dominicana: la migración de su juventud cualificada.

Según los datos del estudio reseñados, entre otros, por el Listín Diario (https://listindiario.com/economia/2020/02/09/603524/republica-dominicana-entre-los-paises-con-mas-fuga-de-cerebros), República Dominicana tiene un índice migratorio de personas cualificadas de 6.8, en una escala del 1 al 10. Estos resultados, aunque constituyen una mejoría con respecto a hace unos trece años (8.3 en 2007), siguen mostrando una situación lamentable: República Dominicana se encuentra entre los países con mayor índice de “fuga de cerebros”, junto a países como Salvador, Honduras, Guatemala, entre otros.

El problema no consiste, per se, en la existencia de una circulación de personas cualificadas, sino en el hecho de que, en la mayoría de los casos, estos dominicanos capacitados no regresan, salvo de vacaciones, y tampoco somos receptores de una inmigración cualificada a gran escala para reemplazarlos.

La mirada economicista, usualmente reduccionista, no permite comprender en su magnitud por qué el país, a pesar de mantener un crecimiento económico sostenido durante décadas, se encuentra igualado, en el referido índice, con países de menor crecimiento económico.

Y por supuesto, el enfoque economicista se sitúa en el problema de los salarios. Es cierto que nuestro nivel salarial es irrisorio. Pero, como venimos sosteniendo desde hace tiempo quienes defendemos la evaluación de las sociedades en función del modelo del desarrollo humano, hay otros factores que hacen poco atractivo la permanencia de un joven talento en nuestro país una vez se ha cualificado en un país con alto desarrollo humano.

Las personas, en especial, los jovenes, tienen muchas expectativas. Sueñan con llevar a cabo proyectos personales que van más allá de un estatus económico, si bien la cultura actual en las sociedades occidentales reduzca el éxito y el bienestar a la posesión de bienes materiales.

Aún más, salvo raras excepciones, los seres humanos tienden a ser más exigentes con respecto a lo que esperan de las sociedades en función de su cualificación. En un país con alto desarrollo humano existen las oportunidades de acceder a unos bienes intangibles que enriquecen la experiencia humana y que, una vez disfrutados, quieren perderse.

Evaluadas desde el modelo del desarrollo humano  nuestra sociedad reprueba, se convierte en poco atractiva de cara al futuro. Dentro de ella, una persona cualificada observa que sus capacidades no le sirven para vivir con decencia. Percibe que el futuro se clausura, porque carece de las destrezas callejeras y matonescas para competir en los entornos de ascenso social; carece de apellido, de vínculos partidarios, de vocación por la adulación y el gansterismo.

Y si es una persona madura, no solo piensa en si misma, se preocupa por el futuro de sus hijos, de sus amigos, de sus conciudadanos. Por ello desea una educación de calidad y un sistema de salud que no comercialice con la vida humana de los más vulnerables. Aspira a tener gobernantes honestos, o que sufran las consecuencias si deciden no serlo.

Por esta situación, nuestro problema no se va a resolver cancelando las becas al exterior o reorientando la inversión educativa en beneficio de las universidades dominicanas. Estas medidas no atacan el problema. El mismo radica en una actitud pesimista ante la vida generada por condiciones sociales de injusticia acumulada. La cuestión no es meramente educativa, sino también, política. Debemos comenzar a transformar las condiciones de injusticia y malestar que produce esa percepción de futuro clausurado.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8782049-la-clausura-del-futuro/

Imagen:  https://pixabay.com/photos/luggage-suitcases-baggage-bags-933487/

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Nicaragua impulsa revolución solar y mejora acceso a salud y educación en el Caribe

Centro América/ Nicaragua/ 17.02.2020/ Fuente: energialimpiaparatodos.com.

Nicaragua espera avanzar en la transformación de su matriz energética para garantizar precios más competitivos, mayor eficiencia y menor contaminación ambiental. Datos de Energía Limpia XXI destacan que el gobierno esta invirtiendo US$30 millones de dólares la instalación de 10 mil kits solares en la Costa Caribe Norte, Sur y Río San Juan.

Esta semana se dieron cita en Nicaragua funcionarios del Sector Eléctrico centroamericano, México, Colombia, Italia y España que forman parte del proyecto Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), a través de los entes y empresas que lo conforman.  Energía Limpia XXI destaca que el plan integral de inversiones del gobierno de  Nicaragua contribuye a mejora acceso a salud y educación en el Caribe, gracias a un sistema eléctrico más accesible para todos.

El Ministro de Energía Salvador Mansell explicó “hemos tenido la oportunidad de compartir experiencia con los especialistas en cómo estamos avanzando como país y región en los diferentes proyectos, además ellos han sostenido reuniones con organismos financieros, que han destacado la forma en que Nicaragua ha venido ejecutando las obras más en lo que se refiere a cobertura eléctrica y cambio de la matriz de generación, y para nosotros como Gobierno nos llena de orgullo y satisfacción que nos tomen como ejemplo”, apuntó el alto cargo del sector eléctrico de Nicaragua.

Fuente de la noticia: https://energialimpiaparatodos.com/2020/02/16/nicaragua-impulsa-revolucion-solar-y-mejora-acceso-a-salud-y-educacion-en-el-caribe/

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Sostenibilidad y resiliencia: Agencia de Medio Ambiente (AMA) en Cuba

Por: Cubahora. 

El Dr. Juan Mario Martinez Suárez, director del proyecto #BASAL, ha trabajado en la Agencia de Medio Ambiente desde su fundación en diversas funciones. Hoy en Cubahora replicamos fragmento de la entrevista que le consediera a Naturaleza Secreta de Cuba…

“La creación de la Agencia de Medio Ambiente (AMA) hace 25 años fue una excelente decisión porque desde ese momento permitió con una fortaleza increíble, integrar un grupo de instituciones de diversos cortes: científicas, y de educación y gestión ambiental que hasta ese momento no existían en Cuba.

Y la AMA en su propio desarrollo rebasó, incluso, las expectativas que tuvieron sus fundadores y los que la crearon, porque de hecho se constituyó en la referencia del #medioambiente en el país, que hasta ese momento era la #COMARNA (Comisión Natural de Recursos Naturales y Medio Ambiente), y la Agencia ocupó ese lugar y yo creo que lo trascendió, porque de una comisión se convirtió en gran institución con múltiples funciones, coordinar las investigaciones, los servicios y la educación ambiental en el sistema del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (#CITMA)

En los últimos años, quizás el papel inicial aquel de la Agencia donde se articulaba la gestión, con la inspección, el control ambiental y también la investigación, se fue transformando más hacia concretar en ella solo los centros de servicios ambientales y los científicos y de educación ambiental, y ese proceso motivó que la Agencia empezara a tener un papel más destacado, por ejemplo, en la elaboración de un grupo importante de proyectos internacionales, que hoy en día abarcan áreas diversas, y conectan muy bien con todos los organismos.

En la historia de la Agencia tampoco debemos olvidar que se consolidó como un espacio de articulación con todas las entidades y ministerios del país y yo creo que logró un reconocimiento social que se ganó por derecho propio, a partir de lo que hizo en todo este tiempo en el medio ambiente.

Si tuviera que resumir en una frase a la AMA, quizás la palabra, o la combinación de palabras que usaría fueran: SOSTENIBILIDAD Y RESILIENCIA”.

Fuente de la reseña: https://www.cubahora.cu/ciencia-y-tecnologia/sostenibilida-y-resiliencia
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El FMI y su papel en la crisis de Haití

El FMI y su papel en la crisis de Haití

Por Aneli Ruiz Garcia

El pasado 25 de noviembre, el controvertido Fondo Monetario Internacional (FMI)  afirmó que la actual crisis de Haití no tiene precedentes y puede contraer un 1,2 por ciento el Producto Interno Bruto.

Nicole Laframboise, directora del equipo del FMI, tras una breve visita a la nación caribeña, señaló que si la crisis continúa, podría tener consecuencias ‘devastadoras’ a largo plazo, incluyendo las pérdidas de capital físico y humano.

Laframboise hizo referencia al empeoramiento de la pobreza y la inseguridad, y cómo el Gobierno ha sido privado de los medios para realizar inversiones productivas y actividades de apoyo, aunque omitió la responsabilidad del organismo financiero en la situación que vive el país.

Movilización general

A mediados de septiembre, debutó la más reciente oleada de protestas antigubernamentales, la más larga e intensa desde la llegada al poder del presidente Jovenel Moïse en febrero de 2017.

Las manifestaciones estuvieron precedidas por una fuerte escasez de combustible que casi triplicó su precio en el mercado informal, a pesar de las prohibiciones de autoridades oficiales.

Aunque el suministro de los carburantes se estabilizó, ya el polvorín de décadas de inconformidad, desempleo, mínimas políticas públicas, aumento de la desigualdad, falta de acceso a servicios básicos y oportunidades, se diseminó por casi todo el territorio nacional.

‘Jamás en el desarrollo de este siglo XXI, hubo tanta conciencia de que las cosas tienen que cambiar, y hay un pueblo inmenso a nivel de todos los sectores, hay un rechazo de la población’, dijo en conversación con Prensa Latina, Susy Castor, reconocida intelectual e historiadora.

Exiliada durante la dictadura de los Duvalier (François y Jean Claude), Castor señala que más allá de las claras reivindicaciones, no se trata solamente de que un gobierno se vaya, sino del reclamo a la ciudadanía y la soberanía, ‘la gente quiere vivir y ser ciudadanos de un país verdadero’.

En la reciente crisis salieron a las calles casi todos los sectores de la vida nacional, con demandas como cambio de sistema, gobierno de unión nacional y juicio contra quienes desfalcaron el tesoro público.

Pese al reclamo popular, en un país donde el 60 por ciento vive por debajo de la línea de la pobreza, el 70 por ciento de la población activa está desempleada, y casi cuatro millones padece de inseguridad alimentaria, el mandatario Jovenel Moïse insiste en mantener su puesto y llama a unidad y diálogo nacional.

Su propuesta ha sido rechazada en reiteradas ocasiones por sectores opositores, que ya oficializaron un comité de transición para guiar al país tras una eventual renuncia del jefe de Estado.

Las protestas antigubernamentales estuvieron acompañadas de una forzada recesión de actividades económicas, el cierre de algunas empresas o la reducción de personal en otras, además de cortes de carreteras y el precario funcionamiento de la administración pública.

Desde el debut de la movilización, se estima que unos dos millones de niños no han podido asistir a clases, y aunque en noviembre Haití experimentó una tensa tregua, aún muchas escuelas de la capital y la periferia de Puerto Príncipe permanecen cerradas.

Papel del FMI en la crisis nacional

La crisis que llenó titulares en buena parte de la prensa regional, con acuciosas historias de corrupción, implicación del mandatario en defalco de fondos públicos que debieron atender las urgencias de la desgastada nación, muchas veces pasaron por alto el papel del cuestionado FMI en la degeneración de la economía nacional, y sus consecuencias en la sociedad haitiana.

En el ocaso del régimen de Jean Claude Duvalier (1971-1986), cuando huyó del país en medio una insurrección popular contra su gobierno, el FMI y otros organismos internacionales, liderados por Estados Unidos, vieron en Haití un mercado virgen y cercano para el arroz subsidiado de los agricultores norteamericanos.

En esa fecha, la nación caribeña producía todo el grano que necesitaba para sobrevivir, pero los ‘amigos’ del FMI, a cambio de un préstamo de 24,6 millones de dólares, esencial para un país saqueado por la dictadura, exigieron la reducción de los aranceles comerciales que protegían su producción arrocera y agrícola nacional.

Tres décadas después, el llamado país más pobre del hemisferio norte, tiene una total dependencia del arroz estadounidense, mientras los agricultores tuvieron que abandonar el campo al no poder competir con los productos importados.

Más recientemente, a mediados de 2018, el FMI condicionó un préstamo al Gobierno, a la eliminación de la subvención del combustible, lo que generó una ‘insurrección popular’ de aquellos a quien la vida se le encarecería sustancialmente.

Algunos expertos señalan ese momento como el debut de la crisis que se extiende hasta estos días y cuya resolución no se avizora en un corto o mediano plazo.

Sin embargo, estas causas no aparecen en el informe del organismo internacional, que se limita a indicar la necesidad de designar a un Gobierno ‘comprometido con la reforma de la economía’.

La prioridad inmediata de las autoridades, según el texto, debería ser estabilizar la economía, aumentar la recaudación de impuestos, reducir las exenciones fiscales y tomar medidas para racionalizar el gasto público.

Una conclusión similar a la de expertos nacionales, que también abogan por la urgente revitalización de la producción agrícola, que le permitirá al país una mayor independencia económica, mientras disminuye la cifra de desempleo, y se reduce la inseguridad alimentaria.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/02/el-fmi-y-su-papel-en-la-crisis-de-haiti-por-aneli-ruiz-garcia/
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Cuba: Universidades de Venezuela y Nicaragua acuerdan cooperación

América Central/Cuba/16-02-2020/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net/

El convenio busca impulsar el desarrollo de la UBV y la UNAM-Managua en el plano académico, científico y docente.

La Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) y la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua-Managua (UNAM-Managua), suscribieron este miércoles el Convenio Marco de Cooperación Interinstitucional, para fortalecer el Sistema de Educación Superior en ambas naciones.

El acuerdo se firmó en la principal casa de estudios universitarios de La Habana (UH), Cuba, durante la I Reunión de Ministros, Ministras y Altas Autoridades en Educación Superior, en el marco Universidad 2020.

Dicho convenio busca impulsar el desarrollo de la UBV y la UNAM-Managua en el plano académico, científico y docente, a la vez que contempla programas específicos, intercambio de estudiantes, profesores, científicos y empleados de ambas instituciones.

Univ. Bolivariana de Venezuela@ubv

| Suscrito convenio entre la y @UNANManaguav en el marco de la I Reunión de Ministros, Ministras y Altas Autoridades en Educación Superior, que se llevó a cabo en la ciudad de La Habana,
.
.
.@NicolasMaduro@CesarTrompizVEN@MppeuVE

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Durante las rúbricas, por la parte de Venezuela estuvo presente el ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria y rector de la UBV, César Trómpiz, quien destacó la importancia del convenio como forma de reforzar los lazos entre los países.

Además, la rectora de la UNAM-Managua, Ramona Rodríguez Pérez, estuvo acompañada por el viceministro para Asuntos Multilaterales del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela, Alexander Yáñez.

Según la nota de prensa de la página del Gobierno de Venezuela, este acuerdo reitera los principios rectores de la relación entre ambos países, «como son la cooperación, complementariedad, el respeto y la defensa de la soberanía y la libre autodeterminación de los pueblos».

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/venezuela-nicaragua-acuerdo-universidad-ubv-unam-managua-cooperacion-20200212-0033.html

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Entrevista a la profesora e investigadora Natasha Gómez: «La enseñanza no puede ser apologética, tiene que ser crítica»

Redacción: Rebelión

Natasha Gómez: «Nos ha tocado recoger una cosecha, proveniente de la siembra de generaciones anteriores de profesores, estudiantes, intelectuales y teóricos»

La carrera de Filosofía que se estudia en tres universidades cubanas, acaba de defender de manera pública, el nuevo plan de estudios «E». El camino aquí, la presencia del marxismo en el nuevo plan, los desafíos de su enseñanza en la universidad y su presencia en la sociedad cubana; han sido parte de los temas de los cuales La Tizza conversó en esta ocasión con Natasha Gómez, Profesora Titular, Doctora en Filosofía, y presidenta de la Comisión Nacional de la Carrera de Filosofía.

Natasha comienza haciendo algo de historia: «Esta carrera, denominada, hasta ahora, ‹Filosofía Marxista-Leninista› se imparte en tres universidades: la Universidad Central de Las Villas —que comenzó en 2008—, y en las universidades de Oriente y La Habana, desde 1976. Más allá de su nombre, el concepto siempre fue el de una carrera de filosofía, en la cual se estudian todas sus áreas de saber, tradicionales y actuales; así como los distintos autores, escuelas, conceptos, teorías, obras, entre otras; desde luego, siempre es una selección pedagógica de toda esa disciplina. Desde 1976, y así ha sido hasta el día de hoy.

La Tizza (LT): Es curioso eso que apuntas… El sentido común hace pensar que, al abrirse en 1976, esa carrera tendría más que ver con «filosofía marxista-leninista» —con todas sus implicaciones—, y, en menor medida con «filosofía». Cuando revisas el impacto mediático-noticioso después del 28 de enero, en que se defendió el nuevo plan de estudios —el «E»—, parece ser que lo más llamativo es la cuestión nominal: el paso de «Filosofía Marxista-Leninista» a «Filosofía». Eso me lleva a la pregunta: ¿Por qué filosofía a secas?

Natasha Gómez (NG): En realidad, lo que se acaba de aprobar es el nuevo Plan de Estudios, lo cual incluye un rediseño y actualización de los sistemas de contenidos, las habilidades a formar, asignaturas, agrupaciones de asignaturas —que llamamos disciplinas—, estrategias curriculares, objetivos, selección bibliográfica; todo lo que compone el sistema de formación. Los aspectos científicos y metodológicos sustentan ese plan. Sucede que, en este caso, el nuevo plan fue propuesto con la denominación de «Filosofía», porque su objeto de estudio es toda la filosofía. Pero no es, en rigor, el cambio de un nombre lo que se aprobó en el acto de defensa de la carrera, sino el nuevo Plan de Estudios.

El Ministerio de Educación Superior (MES) tiene, como sistema de trabajo, que todas las carreras, cada cierto tiempo se actualicen, y esa «actualización» se expresa en cada nueva generación de planes de estudio. Esto que se acaba de defender el 28 de enero, es el Plan «E»; lo que supone que ya hemos atravesado por los planes «A», «B», «C», «D», con sus adecuaciones. Yo soy de la segunda generación —el plan «B»— y puedo dar testimonio —además de que hemos efectuado investigaciones documentales, de archivo, que lo sustentan— que, a pesar del nombre, se estudiaba toda la filosofía, o, al menos, toda la filosofía que era posible estudiar. Lo curioso es que la carrera, en los documentos oficiales, se denominó «Filosofía Marxista-Leninista», incluso cuando ni siquiera en la Unión Soviética —donde se generó después de la muerte de Lenin, el «marxismo-leninismo»— tuvo nunca ese nombre. Los graduados cubanos en universidades de los antiguos países socialistas, recibieron siempre titulaciones en Filosofía.

Era necesario no postergar más la decisión de poner en correspondencia el objeto de estudio de la carrera con su denominación. Ahí existía un error metodológico que se arrastraba casi por cuarenta y cuatro años: el nombre era mucho más reducido que su objeto. Y, con independencia de lo que se entienda por «marxismo-leninismo», la carrera llevaba el nombre de una sola expresión filosófica, y más estrecho aún, el nombre de una corriente específica dentro de ella: es decir, tampoco abarcaba todo el marxismo.

Por otra parte, constituye una práctica académica nacional e internacional, la denominación genérica de toda carrera: Física, Química, Derecho, Artes, Historia, Sociología, y así las demás. Esta debe ser: Filosofía.

En resumen, no es que el nuevo plan de estudios plantee, por primera vez, una carrera de «Filosofía». Siempre fue así desde 1976. Ahora solo se corrige su denominación.

Por otra parte, al interior de los sucesivos planes de estudios implementados en Cuba, se ha atendido de modo especial el estudio del marxismo, diseñado a partir de un conjunto de asignaturas. Hasta fines de los años ochenta, ese segmento de marxismo tenía limitaciones, entre ellas: uno, se reducía al marxismo originario, es decir, no se consideraba el resto de la tradición marxista —entre otros: Rosa Luxemburgo, G. Lukacs, K. Korsch, A. Gramsci—; dos, no se relacionaba con suficiencia el contexto histórico con su producción teórica; tres, la interpretación crítica de las proposiciones marxistas no estaba en primer plano; y cuatro, apenas se disponía de información actualizada acerca de las investigaciones marxistas generadas fuera de los países socialistas.

En todos los planes de estudios se mantuvo esa disciplina de marxismo la cual asumió distintos nombres a lo largo del tiempo; quizás desde fines de los ochenta o los años 90 se denomina «Teoría e Historia del marxismo», justo porque incorpora la contextualización de una teoría, que se nutre no solo de premisas intelectuales, sino de modo especial de motivaciones sociales y políticas. Esta perspectiva histórica —reclamada alguna vez por un segmento de profesores de Filosofía de la Universidad de La Habana, e implementada en un programa docente en los sesenta— es una de las fortalezas de la carrera, y se mantiene en el Plan «E».

En otras palabras: se estudia toda la filosofía; y una de sus disciplinas es «Teoría e Historia del marxismo»; quiere decir no hay una renuncia al marxismo —ni al leninismo, que forma parte de su tradición—. Y en ese sentido, asume los principios que recoge la nueva Constitución cubana en su artículo 5.

¿Cómo aparece en el nuevo plan de estudios? Contempla 256 horas en total —cuatro semestres, cada uno con 64 horas—. Un primer semestre dedicado al estudio de la obra de Marx y Engels, el marxismo originario. Un segundo semestre dedicado al marxismo de Lenin, en el que se han incorporado, desde planes de estudio anteriores, todo un conjunto de marxistas que le fueron contemporáneos, y en particular aquellos que dialogaron críticamente con él, para que el estudiante comprenda la esencia heterogénea y hasta contradictoria de la producción teórica del marxismo en la etapa de la Segunda Internacional, que sentó bases definitivas para la conformación de las distintas corrientes: entre esos teóricos y militantes trabajamos a Lev Trotski; Rosa Luxemburgo, los comunistas de izquierda, la teoría y la política al interior de la socialdemocracia alemana, entre otros. Un tercer semestre que estudia el marxismo posterior a Lenin —téngase en cuenta que siempre es una selección—. Y un cuarto semestre que repasa ciertas cuestiones teóricas. Esta es una asignatura abierta a la actualización.

Entre las novedades de este plan, se sitúa el estudio de la ética en un lugar más destacado de la estructura disciplinar, así como se actualizan contenidos relativos a bioética, medioambiente, género, filosofía de la mente, entre otros. Asimismo, los cursos optativos privilegian la filosofía latinoamericana y caribeña, y debates culturales cubanos. Por cierto, desde los años noventa el «Pensamiento filosófico cubano y latinoamericano», constituye toda una disciplina del currículo básico.

En ese sentido, la carrera tiene una voluntad anticolonialista, pues no solo comprende la filosofía occidental y su racionalidad: tenemos incluso «Filosofía oriental» y estamos incorporando cada año novedades investigativas al respecto.

LT: Por tu respuesta, entiendo que el anterior, y en este mismo nuevo plan de estudios, hay «marxismo», hay «leninismo, incluso hay «marxismo-leninismo» —en las maneras en que eso se concibió en un momento dado como ya has apuntado, con todas sus deudas—. En este sentido, la pregunta es cuánto de «marxismo-leninismo» —con las implicaciones que eso tiene, ya sabidas— hay en este nuevo plan de estudios; ya sea porque subsisten contenidos, prácticas, formas de pensar, tradición pedagógica —porque los profesores están acostumbrados a ello—, o por cualquier otra razón. ¿Cuánto se parece este marxismo y este leninismo a los contenidos de marxismo-leninismo de hace treinta años, antes del derrumbe de la Unión Soviética?

NG: Una de las novedades es que, por primera vez, se va a estudiar el «mapa» de las tendencias heterogéneas del marxismo —eso va a estar en una de las asignaturas—; y una de esas tendencias es el marxismo-leninismo. Ese es su lugar dentro del actual plan. Por supuesto, que se va a analizar críticamente, al igual que se aborda el análisis de todos los discursos filosóficos.

LT: Para llegar a ese cambio, porque sin dudas es un cambio, ¿cómo ha incidido el debate intelectual, académico de los últimos veinte o treinta años alrededor del marxismo y del marxismo-leninismo? ¿En qué medida estos cambios son deudores de esos debates?

NG: El nuevo plan de estudios que ha sido aprobado no es el logro de la generación actual de profesores de filosofía. Esto ha sido el resultado de un proceso acumulativo en el cual tienen mérito desde los primeros profesores del primer Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana, allá en los años sesenta, hasta las sucesivas y actuales generaciones de profesores. Es un efecto acumulativo, el cual a la generación actual le ha correspondido conducir a este punto, que es también un punto de continuidad porque habrá que seguir actualizando, incorporando resultados investigativos a la docencia, y siempre prevenirnos críticamente frente a dogmas propios y ajenos. Nos ha tocado recoger una cosecha, pero hay siembras de mucha gente anterior, de generaciones anteriores, de profesores e incluso de estudiantes que tuvieron conciencia de que el marxismo que se estudiaba había que ampliarlo y que había que tener una concepción más plural, fundamentada en investigaciones científicas, a lo cual todas esas generaciones han ido contribuyendo con una obra intelectual muy importante desde los años sesenta, incluso los setenta y ochenta y, sobre todo a partir de los años noventa.

Sin embargo, la comunidad académica cubana dedicada al marxismo, no ha tenido una posición unánime, a través de la historia, sobre la apertura crítica, investigativa y docente hacia la pluralidad de marxismos.

En este momento existe una correlación —pudiéramos decir «favorable»— para esos cambios: una conciencia crítica de que no existe una sola tendencia del marxismo que pueda representar la diversidad de marxismos o que pueda considerarse como única legítima. La premisa de que el marxismo es, en rigor, un conjunto de corrientes heterogéneas y contradictorias en su interior, ha ido ganando espacio.

LT: Natasha; tú llevas muchos años ya desarrollando la docencia del marxismo lo cual te ha permitido acumular una invaluable experiencia en ese campo. En tu perspectiva, ¿cuál es la salud de la enseñanza oficial del marxismo —que ya sabemos que no es lo mismo que el marxismo oficial, son cosas distintas— en las universidades, en tu condición de presidenta de la Comisión Nacional de Carrera, pero sobre todo como profesora? ¿Qué valoración tienes en relación con la enseñanza del marxismo en los niveles anteriores al universitario?

NG: Hay dos dimensiones en tu pregunta. En cuanto al marxismo que se imparte en la carrera, considero que, desde luego, hay cosas que están por hacer. Sin embargo, este claustro está realizando investigaciones efectivas, está produciendo cada año en términos de publicación de artículos y libros de interés —en particular en nuestro contexto—, y cuyos resultados deben ser, por cierto, más socializados —porque se conocen apenas en determinados grupos, determinados segmentos—. ¡Y todo eso ha ido a parar a la docencia! La docencia actual en la carrera incluye también algo que por décadas en Cuba apenas se estudió: la historia del marxismo; el enfoque crítico de su historiografía, la contextualización histórica de los distintos autores, de las distintas teorías, de las distintas obras; todo eso se ha ido incorporando.

En términos temáticos también hay avances notables: por ejemplo, estamos trabajando en los últimos años por el enfoque de género, incluso a partir de marxismo clásico; también cuestiones relativas a la ecología. Este es un proceso, debemos avanzar más en nuestras investigaciones; en recuperar autores que no han sido trabajados. Como parte de una comprensión más realista, nos hemos interesado por la presentación de contradicciones, polémicas, teorías alternativas, teorías inconclusas, y todo eso, ejercitando una apreciación crítica, para que pueda ser prospectiva. No podemos pensar que eso está terminado. Pero sí hemos avanzado bastante.

En relación con la enseñanza general del marxismo en Cuba, creo que debe seguir avanzando. Incorporar la idea de esa pluralidad: existen diversas teorías para un mismo problema y debemos apropiarnos de esa diversidad. Presentar el marxismo como una tradición, y no solo reducirlo a tres personalidades. Esa vida real del marxismo, debe ser llevada a los estudiantes. La enseñanza no puede ser apologética, tiene que ser crítica. La crítica señala la distancia entre lo que es y lo que debe ser. Si no somos críticos, no se identifica el objetivo, prevalece el conformismo, y muere la voluntad de revolución. También debe pensarse en la segmentación artificial del marxismo con fines docentes. El marxismo nació como una teoría unitaria que integraba saberes e investigaciones distintos: empíricos y teóricos, históricos, económicos, políticos, de activismo, filosóficos, científicos, entre otros. Asimismo, hay que hacer uso de las investigaciones. Las universidades deben ser escenarios sistemáticos de debates y de presentación de resultados, por parte de académicos, e intelectuales nacionales y extranjeros. Hay que recuperar la voluntad por el estudio —estudio, digo— del marxismo y sobre todo en la gente joven. Puede ser que los jóvenes estén saturados de un tipo de marxismo, de una codificación, de una manera de presentarlo, de una envoltura pedagógica. La recuperación de ese interés no puede ser, y no es, responsabilidad exclusiva de una asignatura escolar; tiene que ser una necesidad orgánica de la gente, de la sociedad y de la política cubanas. Tiene que experimentarse como una necesidad individual y social, para que ese estudio se convierta en motivación real. De manera que el marxismo no puede ser, porque no es, una materia como la Lengua Española o la Química, que se imparte en determinada hora de la semana. Hay que repensarse de manera radical el marxismo escolar y sus procesos regulares de institucionalización.

LT: Filosofía, y en especial Filosofía marxista-leninista, no es solo una carrera; es también una disciplina que se estudia en todas las carreras universitarias, incluso en ocasiones bajo el nombre de «Marxismo para los servicios»… Estos cambios en la propia carrera, en su concepción, en sus contenidos ¿tendrán algún impacto en la docencia del marxismo en otras carreras?

NG: En cuanto a los estudios de marxismo en otras carreras, se han desarrollado programas de perfeccionamiento y con seguridad conducirá a cambios. Sin embargo, debe haber una reconsideración radical del asunto.

Los debates que se generaron alrededor de la presentación del Plan de Estudios de la carrera de Filosofía y la socialización de argumentos en el ámbito institucional y académico —incluso han tenido cierto impacto fuera de esos márgenes—, así como la producción científica del claustro que lo ha acompañado, pudieran tener alguna influencia en otros espacios escolares.

LT: Se acaba de defender una carrera de «filosofía»… Y uno se pregunta, en el contexto actual, «¿Para qué una carrera de filosofía hoy?». Parece que puede entenderse la presencia de determinadas carreras, pero no deja de ser llamativo esto ¿filosofía hoy, carrera de filosofía, por qué, para qué?

NG: ¿Para qué una carrera de filosofía? Yo te pudiera dar una explicación muy formal. Y es que en casi todas las universidades se estudia la filosofía, casi siempre como parte del área de las ciencias humanísticas o sociales —con independencia de que su estatus científico esté sujeto a una profunda discusión—. Pero sí se le reconoce a la filosofía como un saber académico tradicional; de hecho, de la filosofía griega partieron el resto de lo que hoy llamamos ciencias según la racionalidad occidental. Te pudiera dar esa explicación: «en casi todas las universidades del mundo hay una carrera de filosofía, como de matemáticas, de física, como la ingeniería, entre otras». Así que: «¿por qué debía faltar en Cuba una carrera de Filosofía?». Pero esa sería la respuesta formal.

A pesar de que el mundo de la filosofía es limitado —pues la vida filosófica en cualquier lugar tiene un espacio limitado— y que su funcionalidad no es evidente para todos ni para la sociedad; a pesar de eso, la filosofía es un saber necesario para la sociedad y los procesos revolucionarios. Porque formar un filósofo es formar un pensamiento crítico —la filosofía, en su esencia, es un saber crítico; que comienza siendo crítico consigo mismo y además es crítico con el mundo en que se desenvuelve—. Si partimos de una definición de la filosofía como un pensamiento crítico en general, autorreflexivo y reflexivo, entonces eso significa que tiene como objetivo central —no quiere decir que el resto de los saberes no lo tenga, pero la filosofía lo tiene en sí misma— la comparación entre lo que es y lo que debe ser. Por eso es que tiene un sentido crítico. No argumenta o legitima lo que es, sino argumenta lo que debemos ser y lo que debe ser. Y en ese sentido, yo considero que cualquier sociedad y también la sociedad cubana y su proyecto político, necesitan tener una conciencia crítica formada en la academia, que ejerza la crítica sistemática, con investigaciones científicas que la sustenten, que proyecte, imagine y establezca la distancia entre lo que somos y tenemos, y lo que debemos ser.

Otra cosa es ver cómo un filósofo se integra a la sociedad de manera efectiva para realizar este ejercicio: en términos institucionales es muy difícil situar un filósofo. Pero su ejercicio, aunque sea en apariencia intelectual —y nunca lo es, siempre se mueve en la dimensión social y práctica—, pudiera llegar a situarse en las coordenadas decisivas para la transformación de la sociedad, en el sentido en que Marx lo expresó.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=265458

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Dream Jobs – OECD finds teens out of touch with work trends

Europa/Universituworld

Resumen: La mitad de los jóvenes de 15 años en 41 países esperan trabajar en uno de los 10 trabajos populares que son «tradicionales», y algunos corren el riesgo de que su existencia se automatice, dice una encuesta de la OCDE. Encontró desigualdades en las opciones y opciones de carrera, confusión acerca de cómo las calificaciones se relacionan con las carreras, y alguna «desalineación negativa» en las calificaciones a las que aspiran los jóvenes en comparación con lo que necesitan para alcanzar las metas laborales.

Curiosamente, los trabajos «tradicionales» que se originaron en los últimos dos siglos, como médicos, maestros, abogados, veterinarios, ingenieros, gerentes de negocios y policías, se han vuelto más populares en las últimas dos décadas, a pesar de un mundo laboral transformador.

Basándose en el Programa de la OCDE para la Evaluación Internacional de Estudiantes o PISA, el conjunto de datos más grande del mundo sobre las experiencias educativas de los jóvenes, el estudio encuentra que las instituciones educativas necesitan hacer más para unir las habilidades con los trabajos; que se requiere una orientación profesional efectiva junto con un compromiso cercano con el mundo laboral; y que debe haber señales claras sobre la necesidad del mercado laboral


Half of 15-year-olds in 41 countries expect to work in one of 10 popular jobs that are ‘traditional’, with some at risk of becoming automated out of existence, says an OECD survey. It found inequalities in career choices and options, confusion about how qualifications relate to careers, and some ‘negative misalignment’ in the qualifications young people aspire to versus what they need to achieve job goals.

Interestingly, ‘traditional’ jobs originating in the past two centuries – such as doctors, teachers, lawyers, vets, engineers, business managers and police officers – have become more popular in the past two decades, despite a transforming world of work.

Drawing on the OECD Programme for International Student Assessment or PISA – the world’s largest dataset on young people’s educational experiences – the study finds that education institutions need to do more to match skills to jobs; that effective career guidance is required along with close engagement with the working world; and that there need to be clear signals on labour market needs.

Dream Jobs: Teenagers’ career aspirations and the future of work was published in January 2020. The authors are Anthony Mann, Vanessa Denis and Andreas Schleicher of the OECD, Hamoon Ekhtiari, Terralynn Forsyth and Elvin Liu of Canada’s FutureFit AI, and Nick Chambers of the UK charity Education and Employers.

In the 2018 PISA round, more than half a million 15-year-old students in 79 countries and economic areas undertook assessments that included questions about the occupation in which they expect to be working at age 30 and their plans for post-school education. In addition, students from 32 countries responded to an Educational Career Questionnaire.

The PISA data are complemented by qualitative insights gleaned in December 2019 from letters written by young people around the world, to mark the launch of PISA 2018. The research explored how the career dreams of young people have changed over 20 years, how closely they are related to labour demand, and how closely aspirations are shaped by social background and gender.

Popular job shortlist is too short

“Huge changes to the world of work over the past two decades have made little impact on teenagers’ career expectations, which have become more concentrated in fewer occupations,” said the OECD in a statement.

Some 47% of boys and 53% of girls anticipated working in just one of 10 popular jobs by the age of 30 – the kind of 20th and 19th century jobs that captured young imaginations “before the era of social media and the acceleration of technologies such as artificial intelligence in the workplace”.

There has been a “narrowing of expectations as these shares increased by eight percentage points for boys and four percentage points for girls since the 2000 PISA survey”. This job choice trend is driven by disadvantaged youngsters and weaker performers in PISA tests.

Speaking at the World Economic Forum in Davos, OECD Education Director Andreas Schleicher said the short list of popular traditional occupations was a concern. “Too many teenagers are ignoring or are unaware of new types of jobs that are emerging, particularly as a result of digitalisation.”

Education supply and market demand – A mismatch

The research found little connection between career aspirations and anticipated labour market demand, with market signals failing to reach young people. “Accessible, well-paying jobs with a future do not seem to capture the imagination of teenagers,” writes Schleicher in a chapter in Dream Jobs.

Further, many young people – particularly boys and teenagers from disadvantaged backgrounds – “anticipate pursuing jobs that are at high risk of being automated”. For instance, in Japan and the Slovak Republic, up to half of the jobs cited by young people are at risk of automation.

The averages tell one story and country comparisons another.

For instance, Dream Jobs finds a greater range of career aspirations in nations with strong vocational training systems. In Germany and Switzerland fewer than four in 10 young people are interested in just 10 jobs, and the wider range of career interests better reflects labour market demand. This could also indicate strong career guidance and exposure to a variety of occupations.

By contrast, in Indonesia 52% of girls and 42% of boys anticipate one of just three careers – business manager, teacher and, among girls, doctor or, among boys, the armed forces.

Charles Yidan, co-founder of Tencent, writes in the foreword that despite an unprecedented number of years of education, young people still struggle in the job market “and governments continue to worry about the mismatch between what societies and economies demand and education systems supply”.

“The coexistence of unemployed university graduates and employers who say they cannot find people with the skills they need, shows that more education does not automatically mean better jobs and better lives. For many young people, academic success alone has proved an insufficient means of ensuring a smooth transition into good employment.”

In this age of accelerations, Yidan argues, “we need to think harder about what makes us first-class humans, how we complement, not substitute, the artificial intelligence we have created in computers, and how we build a culture that facilitates learning, unlearning and re-learning throughout life”.

Career confusion in the 21st century

In his Dream Jobs chapter, Schleicher points out that realising world and life dreams is a key source of motivation for students to study hard. Those aspirations can be “hugely influenced” by personal background “and by the depth and breadth of their knowledge about the world of work. In a nutshell, students cannot be what they cannot see.”

Studies have shown, Schleicher says, that engagement with the working world can lead to positive educational, economic and social outcomes for young people – and education institutions can help students to attain workplace experience as well as provide career development activities.

“Effective career guidance encourages students to reflect on who they are and who they want to become, and to think critically about the relationships between their educational choices and future economic life.”

Recent analyses exploring career preparation have focused on misalignment, “where the educational plans of young people are out of kilter with their occupational expectations”. When young people underestimate the education required to fulfil their dreams, they can expect to find their early working lives tougher than would be expected given their background and academic success.

Across OECD countries, one young person in five is negatively misaligned. Again, people from the most disadvantaged backgrounds are more likely to show signs of confusion. “Career guidance has long had a purpose in enabling efficient operation of the labour market. It is now clear that it serves an equally important service in addressing inequalities,” Schleicher says.

PISA 2018 also looked at participation in career development activities. While more young people are engaged today than in 2006, less than 40% participate in important and relatively simple activities, like visiting a job fair. Disadvantaged youngsters are consistently less likely to participate.

Gender exerts strong influences. For instance, among high scorers in PISA tests, boys more often expect to work in science and engineering while girls are more interested in health-related careers.

So do socio-economic circumstances: “High-performing young people from the most disadvantaged backgrounds are, on average, four times less likely to hold ambitious aspirations than those with high PISA scores from the most privileged social backgrounds.”

Children of advantaged families are more likely to want to go on to university than working class kids. “Disadvantaged young people are at clear risk of career confusion. It is neither equitable, nor efficient, for students to move through education with blinkered views of both the breadth of the labour market and their own potential,” writes Schleicher.

Next steps

The report raises serious concerns over how prepared young people are for jobs of the future. At the end of 2019, writes Schleicher, the OECD joined a range of European and international organisations in a joint statement pressing the need for high quality career guidance for young people and adults.

“As more young people stay on in education beyond compulsory schooling and as automation quickens the pace of labour market change, the need for sustained action becomes ever more urgent,” Schleicher concludes.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20200201043701798

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