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El malestar como energía de transformación social

Por: Amador Fernández- Savater 

Entramos en un «período oscuro» en el cual el malestar social es canalizado por la derecha populista (Trump, Brexit, etc.). ¿Podemos reconvertir el malestar en una energía de transformación social?

Hay historias que parecen resumir épocas o momentos históricos. Willy Pelletier cuenta una de ellas en el último número de Le Monde Diplomatique que lleva por título: «Mi vecino vota al Frente Nacional».

Pelletier es un militante de largo recorrido en organizaciones antirracistas de extrema izquierda y narra en el artículo distintas acciones desarrolladas contra el Frente Nacional. Pero todo su relato está punteado por la duda y la autocrítica: al fin y al cabo, esas movilizaciones no han logrado frenar el ascenso del FN. Entre líneas nos ofrece una explicación: sucede que ninguna de esas acciones tocaba jamás a un simpatizante del FN, porque se desarrollaban siempre en circuitos muy cerrados (entre militantes políticos que habitan determinados barrios, hablan de determinada forma, tienen determinados valores, etc.).

Pelletier conoce (¿por primera vez?) a un simpatizante del FN cuando, medio «jubilado» del activismo, se va a vivir con su pareja al campo en la zona de Aisne (Picardía). Se trata de Éric, un obrero especializado en embalaje industrial. Se hacen muy amigos y un día, algo borrachos, Éric le confiesa que vota por Marine Le Pen: «Se me eriza el vello cuando la escucho, la manera en que habla de los franceses te hace sentir orgulloso. Además, en esta zona el FN ha ayudado a mucha gente».

¿Qué tipo de zona es Aisne? Un escenario típico de la crisis, según lo pinta Pelletier. Muy degradado, apenas sin equipamientos (salud o transportes), ni lugares de encuentro (los bares, las parroquias y las asociaciones deportivas cierran). No hay trabajo, todo el mundo está endeudado, los jóvenes se marchan, la violencia contra las mujeres aumenta y también la «sensación» general de inseguridad (aunque los robos no sean frecuentes). Por contra, hay guetos de ricos por todo el territorio: son ejecutivos o profesionales liberales que vienen de París y compran buenas casas de piedra o granjas abandonadas a precio de saldo.

Tras el encuentro con Éric, Pelletier se hace nuevas preguntas. La superioridad moral con la que antes juzgaba a los votantes del FN (abstractos, desconocidos) ya no le parece de recibo. Ahora tiene a uno enfrente suyo de carne y hueso, con su historia y sus razones. Y es su amigo. Pelletier concluye el artículo así: «En el trabajo, Éric considera que ‘los jóvenes’ no le escuchan ni le respetan… Al vivir allí, inmovilizado en un espacio en decadencia, impotente frente al derrumbe de un mundo que ya no resiste, viendo que su territorio se llena de ‘parisinos’, ¿cómo podría Éric sentirse ‘orgulloso’?».

Crisis de la presencia

Abandono y falta de recursos, paro y endeudamiento, ruptura del hilo generacional y destrucción de los lugares de encuentro… La crisis no es sólo «crisis económica», sino también de referencias y fidelidades, de creencias y valores. Una crisis cultural, en el sentido antropológico de «formas de vida», muy profunda.

El colectivo Tiqqun nos propone pensarla como «crisis de la presencia». ¿Qué significa esto? Que nuestra presencia, es decir nuestro estar en el mundo, ya no es firme, no está asegurado, ni garantizado. Golpeados en el plano de lo económico (el paro), de lo social (los contextos degradados) o de los valores (la ausencia de comunidad o hilo generacional), lo que entra en crisis «por debajo» es precisamente nuestra misma facultad de mantenernos «erguidos» ante el mundo. Lo que parecía sólido comienza a desintegrarse: el sentido de la vida y de la realidad, la consistencia subjetiva y la fijeza misma de las cosas.

Pero la crisis de la presencia no es sólo pérdida o peligro, sino también ocasión y oportunidad. ¿En qué sentido? La presencia que se tambalea es la «presencia soberana»: un tipo de relación con el mundo en términos verticales de dominio y control. Una experiencia de vida basada en la distinción nítida entre un sujeto (que gobierna) y un objeto (el mundo a gobernar). Una concepción de la libertad como «dominio» (sobre la naturaleza, sobre los demás, sobre el tiempo, sobre la realidad). Como autosuficiencia e independencia.

Crisis de la presencia significa que una zozobra muy íntima nos atraviesa (tanto más fuerte cuanto más hemos sido educados en el molde de la presencia soberana: como hombres blancos, adultos y propietarios, trabajadores en un mundo sin trabajo, etc.). Lo que nace de esa zozobra, de ese tambaleo, es la inquietud, el malestar. La sensación de no encajar, de que ya nada lo hace. El malestar es la manifestación sensible de la crisis de la presencia.

Por tanto, con la crisis de la presencia se abre la posibilidad de una bifurcación, de un desplazamiento, de la invención de otras formas de estar y relacionarnos con el mundo, tanto personales como colectivas. El malestar social puede ser el motor y el centro de energía de una transformación profunda, a un tiempo política, económica, cultural, existencial, etc.

Un período oscuro

¿Estamos entrando en un «período oscuro»? Vamos a llamar «período oscuro» a aquel en el cual el malestar –esa inquietud, ese no encajar, esa energía potencial de cambio– es canalizado por derecha.

Una derecha que no es simplemente establishment, sino una suerte de paradoja andante: establishment anti-establishment, élite anti-elitista, neoliberalismo antiliberal, etc. Es el Frente Nacional, es Trump, es el Brexit y las demás variantes de derecha populista apoyadas por todos los Éric del mundo. Proscritas por la «cultura consensual» que ha definido el marco de lo posible durante las últimas décadas y que hoy se cae en pedazos (aquí la Cultura de la Transición). Rechazadas porque no guardan las formas de lo «políticamente correcto» (lo liberal-democrático): polarizan, exageran y mienten sin ningún pudor, son agresivas y fomentan el odio machista, xenófobo, etc.

La derecha populista parece satisfacer a su modo las dos pulsiones que Freud hallaba en nuestro inconsciente: el eros y la pulsión de muerte, es decir, la pulsión de orden y la pulsión de desorden.

— Orden: me refiero a la promesa de restauración de la subjetividad en crisis. La fuerza cautivadora de la promesa de un trabajo, de un lugar en el mundo, de una continuidad con la tradición, de la pertenencia a una comunidad, etc.

«Make America great again«, exclama Trump. «Let’s take back control«, proponen los partidarios del Brexit. Recuperemos el control que una vez tuvimos. Y con él la normalidad, la grandeza incluso. ¿Y cómo? A través de la exclusión, mediante altos muros y todo tipo de barreras, de aquello que nos amenaza. De lo que ha traído la decadencia a nuestro mundo y a nuestras coordenadas de sentido. El chivo expiatorio pueden ser los «parisinos» de Éric, o los «refugiados», o los «mexicanos», o la «igualdad de género» (preguntado por su voto, un taxista de procedencia africana le dijo a un amigo en la ciudad estadounidense de Baltimore: «No puedo votar, pero si pudiera lo haría por Trump. Porque si gana Hillary las mujeres tendrán mucho poder en este país. Los hombres ya no importan aquí. Se necesita un hombre fuerte»).

En cualquiera de los casos, el malestar se concibe como un «daño» que nos inflige un «otro» al que debemos dejar «fuera» del «nosotros» para recuperar la normalidad. Y de ese modo, cerraremos la herida, calmaremos tanta inquietud, detendremos la zozobra y recuperaremos el equilibrio, revirtiendo nuestra «decadencia».

Deseo de orden y normalidad, deseo de protección y soberanía. Eso por un lado, pero no sólo. También deseo de que todo salte por los aires.

Desorden: me refiero al gozo de «dar una patada al consenso» que, con buenos modales y bonitos discursos, nos ha traído la ruina. A una izquierda que extiende por todas partes la desigualdad, la guerra y la deportación de personas, pero «guardando las formas». A la élite progresista del Partido Demócrata que vive ajena e insensible a las preocupaciones de las clases populares y se burla además de sus modos de vida, sus gustos y sus referentes. A los «parisinos» que votan socialista, compran a precio de saldo las casas y las granjas que los habitantes de Aisne ya no pueden sostener y despotrican contra los pobres que votan a la derecha. Etc.

En un mundo en el que todo parece atado y bien atado, en el que ningún gesto (por arriba o por abajo) parece capaz de cortocircuitar el estado de cosas y abrir lo posible, Trump, el Brexit, el FN canalizan las ganas de que «pase algo», de ver ocurrir «lo imposible», eso justamente que todas las voces políticamente correctas consideran «que no puede ni debe pasar», lo demoníaco… ¿Quién da más? ¡Y sólo con un voto! Es decir, sin perder en ningún momento la posición del espectador en la película de catátrofes.

Debates en el campo progresista

Más allá de la «superioridad moral», que renuncia a preguntarse por lo que no entiende, etiquetándolo simplemente como el resurgir de la ignorancia y la brutalidad, hay otras dos lecturas de la situación actual en el campo «progresista» que merecen atención y discusión: la «marxista» y la «populista».

La lectura «marxista» encuentra el origen-causa de lo que pasa en la desconfiguración de la izquierda (y, en general, del paradigma de la lucha de clases). Es decir: el malestar social, que antes tenía estructuras organizativas y cognitivas para enfocarse por izquierda, hoy ha quedado huérfano.

Y es la derecha populista la que adopta al huérfano, elevando el tono de voz e interpelando al descontento, ofreciendo al malestar (el miedo, la rabia, la incertidumbre) esquemas explicativos, vías para canalizarlo y enemigos contra los que dirigirse. A través de las «guerras culturales» (en torno al aborto, las creencias religiosas, los estilos de vida, etc.), la derecha populista capta el «resentimiento de clase» redirigiéndolo contra «los enemigos de los valores tradicionales». Es decir, traduce los conflictos político-económicos como conflictos morales e identitarios. «La guerra cultural es una guerra de clases, pero deformada», dice Zizek.

¿De qué se trata entonces? De re-crear las estructuras cognitivas y organizativas de la lucha de clases, politizando la economía, hablando de intereses materiales, reconstruyendo la izquierda. Pero, ¿podemos reducir el malestar contemporáneo a una cuestión económica-de clase? En la propia historia de Éric hemos visto que convergen muchas situaciones, procesos y factores; cómo se mezcla lo económico, lo social, lo cultural, lo existencial, etc. ¿Podemos pensar las cuestiones culturales como meros «engaños», «distracciones» o «cortinas de humo» que nos impiden ver lo «esencial»? ¿Podemos suponer que el racismo o el machismo de los votantes de Trump son «fenómenos ideológicos» (secundarios) que se esfumarán una vez que el malestar se enfoque en las cuestiones económicas y de clase?

Me parece que la derecha populista tiene éxito, no porque hable de cuestiones culturales disimulando lo económico-de clase, sino porque tiene algo que decir al respecto. Porque sitúa la pelea política en el terreno ético, antropológico y de las formas de vida. Es decir, de las maneras de verse uno mismo, de relacionarse con los demás, de hacer las cosas y de estar en el mundo. ¿Qué tiene la izquierda que proponer sobre ello? Me temo que muy poco: apenas el «ideal militante», con tan poco alcance y tan poco atractivo como ya sabemos.

La lectura «populista» (hablo ahora del populismo progresista) vendría a decir que no se trata tanto de encontrar las «verdaderas causas» del malestar como de «construir su sentido» e imprimirle una dirección. La política es, por tanto, una pelea por «definir los acontecimientos». Por ejemplo, ¿cuál es el significado que vamos a dar a la crisis? ¿Es responsabilidad de «la gente que ha vivido por encima de sus posibilidades» o más bien de «la casta» oligárquica que ha saqueado el país? Lo decidirá una «batalla cultural» entre discursos y relatos cuyo desenlace no depende de la verdad de la que son portadores, sino de la eficacia comunicativa de las metáforas en juego.

La construcción de sentido, desde estos planteamientos, obedece una lógica formal. Es decir, no se trata del sentido que deriva de la «experiencia misma», sino del sentido que recibe de un discurso (en sentido amplio) que la articula en cierto código. A estas alturas en España, con la presencia constante de los líderes de Podemos en los medios de comunicación, todos hemos aprendido ya cuál es el «código» populista: la articulación, a través de «significantes vacíos» y del antagonismo con un Otro, de las demandas insatisfechas de la sociedad en un nuevo bloque histórico (identidades nacional-populares capaces de representar al todo, no sólo a una parte).

Sin lugar a dudas Íñigo Errejón es el maestro del código, el Señor de los signos. Me recuerda a veces a aquel niño prodigio que en clase era siempre capaz de resolver el maldito cubo de Rubik a increíble velocidad. A partir de lo que sea que pase, a partir de cualquier colección de datos que ofrezca la realidad, Errejón es capaz de armar una y otra vez el rompecabezas: lo cuadra todo en el código de las demandas, los significantes vacíos, la frontera antagónica y las identidades nacional-populares. De ahí también la sensación recurrente de que siempre dice lo mismo, aunque los contenidos sean distintos. Porque el código está siempre ahí, antes de cada situación, antes de cada proceso, antes de cada palabra y antes de cada gesto, lo que requiere es una inteligencia combinatoria capaz de hacer encajar las piezas y los colores de la realidad.

El problema aquí es todo lo que perdemos pensando el mundo (y la política) como el juego de Rubik, con sus ejes y sus modos de girar pre-establecidos. Se pierde la materialidad de lo real (porque lo que se interpretan son signos-mensajes, el resto no interesa y se abstrae). Se pierde la singularidad irreductible de los acontecimientos y sus relaciones (que nos requiere una inteligencia sensible más que combinatoria). Se pierde la autonomía de los procesos (que pueden ser pensados-dirigidos-codificados desde el exterior, sin mantener ninguna relación de interioridad o intimidad con ellos). Y se pierde, finalmente, la posibilidad de creación de nuevos sentidos para la vida social (porque una y otra vez se reintroduce lo «otro», lo nuevo o desconocido, en una lógica de lo mismo).

El malestar como energía de transformación

Volvamos un momento a Éric, «inmovilizado en un espacio en decadencia, impotente frente al derrumbe de un mundo que ya no resiste». Esa inmovilización, esa impotencia hacen de él una víctima. El malestar se asume como daño, pérdida. La culpa de todo la tienen «otros». Y lo que se desea es «devolver el golpe» (ver rodar la cabeza de los culpables) para reequilibrar de nuevo las cosas y el mundo (la presencia), regresar a la normalidad.

¿Cuánto tiempo más podremos sostener esta condición de víctimas? ¿No nos cansamos de ella? No cambiamos mucho sustituyendo un enemigo por otro: «los inmigrantes» por «la casta». Mantenemos intacta la subjetividad victimista que critica pero no emprende ningún cambio, que piensa que el mal viene de otro (tal grupo o persona) y que si lo eliminamos todo estará bien, que delega siempre en el salvador de turno la tarea de «restaurar el equilibrio» (muchas veces nostalgia de algo que nunca existió).

No necesitamos crítica victimista y resentida, sino fuerza afirmativa y de transformación. Otra relación, pues, con nuestro malestar. Es lo más difícil porque apenas nada en nuestra cultura occidental nos educa para ello. El ideal normativo de la «presencia soberana» (el control, el dominio, la autosuficiencia) nos hace ver las crisis como algo «que no debería pasar» o, en todo caso, como algo de lo que tenemos que salir enseguida, algo que debemos «reparar» cuanto antes para volver a la normalidad. Otra relación con el malestar supone no verlo sólo como daño o pérdida, sino también como ocasión y oportunidad, motor de cambio.

¿Podemos salir de la inmovilización e impotencia usando el malestar mismo como palanca? Es un planteamiento «energético» del malestar: las energías que se desatan en él son «conmutables», es decir, transformables en otras cosas (en acciones, en palabras, en «obras», en otros modos de vida, en nuevas sensibilidades y referencias, etc.). Las lágrimas que no se tragan, sino que comparten y se elaboran pueden metamorfosearse en acciones colectivas, en procesos de ayuda mutua, en la creatividad de nuevas imágenes y palabras, en gestos de rechazo y desafío. La sanación no pasa entonces por la reparación, sino por la (auto)transformación.

Un ejemplo. Suele decirse que en España la derecha populista no tiene apenas vigor (aún) porque el 15M nos hizo «entender» que el enemigo es el 1% (políticos y banqueros) y no el 99% (los inmigrantes, los refugiados, los pobres). Pero así permanecemos en el planteamiento «semiótico» y de lucha de interpretaciones. Sería mejor ver las plazas del 15M como lugares de un proceso casi «alquímico» por el cual un tipo de energía (el malestar vivido en soledad e impotencia) se convirtió en otra (la alegría de la potencia colectiva). A través del estar-juntos, de la presencia compartida, del acompañamiento mutuo, de la «complicidad afectuosa entre los cuerpos», como dice Franco Berardi (Bifo).

Al tipo de fuerza que se genera en esta presencia compartida la llamaremos «fuerza vulnerable». Es decir: una fuerza que nace –paradójicamente– de la debilidad. Del hecho de haber sido tocados, afectados, «golpeados» por el mundo. No es la fuerza de voluntad de la presencia soberana, que se pone a distancia del mundo para empujarlo en la «buena dirección», sino una fuerza afectada por el mundo y que precisamente por eso puede afectarlo a su vez. Es la fuerza de los afectados: los del atentado del 11M de 2004, los de la PAH o de cualquiera capaz de convertir el sufrimiento en energía de transformación

El malestar, como energía (no como objeto a movilizar ni como signo a interpretar), es entonces la materia prima del cambio social. Pero su «politización» hace estallar sin embargo las formas tradicionales de lo político.

Supone mantener un vínculo vivo entre lo existencial y lo político tan ajeno al grupo militante (donde no caben los problemas personales) como al grupo de autoayuda (donde no entran los problemas del mundo). Nos requiere un «saber hacer con el no saber», porque no pueden conocerse de antemano las elaboraciones de sentido a las que puede dar lugar el contacto con el malestar (no hay código-maestro que tenga de antemano las respuestas). Necesita espacios capaces de acoger el malestar sin juzgarlo (¿qué espacio «anticapitalista» sería capaz de acoger a Éric, por ejemplo?). Nos exige formas de acompañamiento horizontal: no se trata de «organizar» o «interpretar» lo que les pasa a otros, sino de hacer un viaje juntos. Y mucho más.

Abrir una bifurcación

En el «derrumbe de un mundo que ya no resiste», la derecha populista nos promete la vuelta al orden y la normalidad. Una salida falsa. Canaliza el malestar señalando chivos expiatorios, pero no da ninguna respuesta a los problemas de fondo (crisis de representación, crisis económica, crisis ecológica, etc.). Todo lo contrario: ocultando y reproduciendo sus condiciones, convirtiéndonos en víctimas y bloqueando toda posibilidad de transformación, prepara los nuevos desastres.

El populismo progresista también nos promete volver al orden y la normalidad (del Estado del bienestar, la soberanía nacional, etc.), desalojando a «la casta» del poder y planteando «un horizonte alternativo de certezas y seguridades». Los contenidos son diferentes (qué tipo de orden, qué tipo de enemigo), pero se trata de un mismo planteamiento que interpela principalmente a la subjetividad victimista necesitada de compensar la sensación de pérdida y reforzar las referencias en crisis (un poco de «orgullo»). Esta opción puede ofrecernos un «mínimo de protección» si llega al poder. Nada que despreciar, pero muy insuficiente si pretendemos un cambio en profundidad.

Entre la «vuelta atrás» (imposible) o la «fuga hacia adelante» (suicida), ¿hay una tercera opción? Más difícil todavía: no pensar en «salir de la crisis», sino abrir en ella una bifurcación. Convertir la «crisis civilizatoria» en «mutación civilizatoria». No agarrarse desesperadamente a algo, sino emprender un viaje. No contener el derrumbe, ni soñar con revertirlo para volver donde estábamos, sino abrir y sostener otros mundos aquí y ahora: otros modos de relación con el trabajo, el cuerpo, el lenguaje, la tierra, la ciudad, el nosotros, etc. Aprovechar la crisis, hacer palanca en la fuerza vulnerable.

Históricamente, las mujeres han sido muy capaces de convertir situaciones y lugares de dependencia en focos de potencia: desplegar fuerza vulnerable. En ese sentido, la mejor noticia sobre la victoria de Trump han sido las masivas marchas de mujeres que tuvieron lugar en Estados Unidos el día de la proclamación. Convocadas anónimamente por tres mujeres «cualquiera» apoyadas en la capacidad de contagio de las redes sociales (así se propagan los movimientos por afectación, a través del anonimato y la horizontalidad), permiten imaginar una oposición a Trump que va más allá de la mera reacción anti-Trump. Una oposición que no es sólo ideológica o partidista, que no es sólo defensiva o resistencialista (aunque por supuesto haya muchísimas cosas que defender), sino sobre todo afirmativa y de paradigma, con planteamientos (teóricos y prácticos) de mutación civilizatoria en torno al trabajo, los cuidados, la familia, las relaciones, etc.

«Un mundo sólo se para con otro mundo». No se trata sólo de oponernos a Trump, sino al mundo del que Trump es la figura insignia. El mundo de la presencia soberana hoy tocada, que sólo sabe revolverse ante ello con violencia y que amenaza con hundirnos a todos y a todas consigo.

** Este texto es una versión de la ponencia presentada en el encuentro «Politizaciones del malestar» al que fui invitado por Laia Manonelles, Daniel Gasol y Nora Ancarola.

** Más sobre Tiqqun, la «crisis de la presencia» y la «fuerza vulnerable».

** El planteamiento «energético» sobre el malestar está ampliamente inspirado en Economía libidinal, el libro de Jean-François Lyotard.

Fuente: http://www.eldiario.es/interferencias/malestar-energia-transformacion_social_6_606199392.html

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Evalúan estrategia de la educación en América Latina y el Caribe

Centro América/Cuba/ 11 Febrero 2017/Autor: Lázaro Chiang/Fuente: Radio reloj

En el penúltimo día de trabajo del Congreso Internacional de Pedagogía 2017, en La Habana, se realizó la Asamblea de la Asociación de Educadores  de América Latina y El Caribe, coordinada por su secretario Jorge Fiallo Rodríguez.

También se ofrece, entre otras actividades,  la conferencia satelital Educación de calidad en la agenda 2030, del doctor Paul Torres, del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de Cuba.

Durante la jornada, el teólogo brasileño Frei Betto convocó en el Congreso Internacional de Pedagogía, a globalizar la solidaridad con el ejemplo y la guía de Fidel, quien, dijo, se mantiene vivo y dispuesto a mantener la monumental obra educacional.

La ministra de Educación, Ena Elsa Velásquez, entregó un reconocimiento por su apoyo al foro al autor de más de 50 libros, el cual apuntó que el proceso cubano es irreversible.

En el Congreso Internacional de Pedagogía, el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido, precisó que las universidades cubanas trabajan para enfrentar y solucionar desafíos, teniendo como principal bandera el legado y la obra de Fidel, gestor de la enseñanza socialista.

Afirmó que los docentes cubanos y los presentes en el magno encuentro, acompañan al Comandante en Jefe desde las aulas e indicó que cada vez más integrados continuaremos su humana obra educacional.

Agradecen a Cuba apoyo a la alfabetización

La directora nacional de alfabetización del Ministerio de Desarrollo Social de Panamá, Clariza Márciaga González, agradeció a Cuba el apoyo brindado para que muchos de los ciudadanos de su país aprendan a leer y escribir.

En el Congreso Internacional de Pedagogía, la experta refirió que mediante el método cubano de alfabetización Yo sí puedo, de la doctora Leonela Rellys, en tres años la nación istmeña se declarará Territorio Libre de Analfabetismo.

En el encuentro, Maricela García Bilbao expuso los proyectos del municipio habanero de Guanabacoa para incrementar la calidad y eficiencia del proceso enseñanza-aprendizaje.

Fuente:http://www.radioreloj.cu/es/destacadas/evaluan-estrategia-la-educacion-america-latina-caribe/

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Ni una menos: el 8M

Por: Carolina Vasquez Araya

3 millones de mujeres en las calles de Washington dieron la pauta.
Los movimientos masivos de protesta se han convertido en el único mecanismo posible de incidencia para las minorías alrededor del mundo. Aun cuando las mujeres somos mayoría en términos demográficos, nuestra presencia en los escenarios de toma de decisiones es mínima y muy pocas veces determinante. Esto se refleja en un alto grado de vulnerabilidad para aquellas mujeres que por razón de su sexo han sido marginadas, abusadas y violadas en sus derechos humanos a través de distintas formas de violencia, tanto individual como colectiva.

Es muy complejo el entramado de poder mediante el cual se ha elevado una muralla de obstáculos para evitar el empoderamiento femenino. Una de las estrategias más recurrentes ha sido manipular la cultura y las tradiciones, sacralizándolas para conseguir de este segmento la complicidad indispensable con el fin de reproducir los patrones machistas desde el seno del hogar y desde la más tierna infancia.

Esto, porque apoderarse del enorme poder de las mujeres para la transmisión de ideas y actitudes a través de la relación con sus hijos e hijas ha sido una de las mayores victorias de la cultura patriarcal. Pero los tiempos cambian y también las personas. Lo que antes era correcto y deseable ha pasado a formar parte de una larga lista de conceptos para analizar, desmenuzar y, en muchos casos, descartar.

La situación de desventaja para este inmenso conglomerado de seres humanos obligados a aceptar la subordinación, al extremarse ha estallado en un grito sonoro de ¡No más!:

No más embarazos de niñas, no más muertes maternas evitables, no más feminicidios, no más desnutrición crónica, no más violaciones sexuales, no más matrimonios infantiles, no más salarios desiguales ni discriminación por sexo.

Estas son algunas de las muchas y poderosas razones para la convocatoria a una gran marcha por los derechos de las mujeres a realizarse el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, la cual ya ha sido recibida con entusiasmo en más de 30 países alrededor del mundo.

Una marcha pacífica –porque las mujeres somos portadoras de paz y de vida, no de guerra y muerte- capaz de poner en agenda los temas de los cuales hemos sido tradicionalmente excluidas. Levantar la voz en una fecha simbólica es una manera de dar a conocer al mundo la fuerza y la pertinencia de nuestras demandas y esa voz debe ser escuchada por el bien de toda la sociedad.

Ser mujer y vivir en una sociedad machista es algo que pocos hombres son capaces de comprender. Ser mujer campesina, indígena, pobre e iletrada es como el último sótano de esa pirámide de derechos humanos repartidos en cuotas.

Por este y muchos otros motivos de la más elemental justicia, es imperativo respetar su derecho a manifestarse, a elevar sus voces, a decir aquellas verdades celosamente ocultas por una sociedad permisiva hacia el abuso contra la mujer y los más desamparados.

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y El Caribe, Cepal, cada día mueren asesinadas por razón de su sexo 12 mujeres en los países latinoamericanos y caribeños. Esta estadística muestra solo casos en los cuales no se encontró ningún otro motivo posible para la eliminación física de una mujer.

En nuestros países, en donde la violencia doméstica es una norma de vida, son muchas más las muertes no contabilizadas cuyo origen reside en la discriminación por sexo, como las ocurridas durante partos mal atendidos, trata de personas, negación de servicio de salud por carencia de insumos o abortos clandestinos,.

¡No más! ¡Ni una menos!

Fuente: https://carolinavasquezaraya.com/
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Insisten en importancia de dictar educación vial en las escuelas de Panamá

Centro América/Panamá/11 Febrero 2017/Fuente: TVN noticias

Ezequiel  Vargas, integrante de la Fundación de Seguridad Ciudadana Pro Orden y Disciplina, asegura que hay que trabajar en la educación vial de los niños en las escuelas, para que la realidad que se vive en las calles de Panamá, cambie en el futuro.

Asegura que lo que se vive en la actualidad, es la consecuencia de no  haber educado a los niños de hace 20 años atrás.

Aseguró en Noticias AM que lamentablemente, muchas de las cosas que se están viendo en las calles, es responsabilidad de los propios conductores porque no se quiere adoptar un cambio de actitud.

Contó a manera de anécdota, que en otros países, los conductores van muy pendientes de las señales de tránsito y pudo observar cómo todos se detienen, en cuanto ven el cambio de luz verde a amarilla.

Según Vargas, en la medida de que las personas practiquen más cortesía en el manejo, van a bajar las cifras de colisiones y de accidentes de tránsito.

En Panamá, se han llegado a registrar en un solo día, 190 choques, lo que representa una cantidad de 380 autos que se colisionan por día.

Lo anterior, poniendo como mínimo que solo sean dos autos los que estén involucrados.

Vargas también considera que se debe desarrollar una campaña de anuncios que inviten a los conductores a la prevención de los hechos de tránsito.

La fundación ha iniciado una campaña que han denominado “Parkeate Bien, no Seas Fresco”, que tiene como finalidad, crear conciencia entre las personas para que respeten los espacios y se estacionen de manera adecuada.

Insiste en la importancia de hacer más estrictas las sanciones por violar las normas de tránsito, ya que la mayor parte de los ciudadanos sienten que en las calles de Panamá, impera una anarquía vehicular.

Fuente: http://www.tvn-2.com/nacionales/Insisten-importancia-educacion-escuelas-Panama-noticias_0_4686281335.html

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Nicaragua: Educación digna, un derecho de la niñez nicaragüense

Centro América/Nicaragua/11 Febrero 2017/Autora: Tania Cerón Méndez/ Fuente: El 19 digital 

La educación de la niñez nicaragüense es una prioridad del Gobierno Sandinista, y como parte de ese derecho restituido, los estudiantes del Colegio José Ramón Suárez ubicado en Ciudadela Belén, recibieron paquetes escolares de manos de sus maestros, acción suficiente para llenar de alegría a más de mil estudiantes de las modalidades de primaria y extra edad.

Los padres, junto a sus hijos expresan que el aporte del Gobierno a través de la entrega de útilesescolares representa un respaldo económico para las familias más humildes, sobre todo para aquellas que tienen más de dos niños en la escuela.

“Me siento tranquila porque estoy dándome cuenta que el Presidente Daniel Ortega y la Compañera Rosario Murillo nos está brindando esta ayuda, muchas veces las madres solteras no tenemos para comprar un cuaderno o un lápiz a nuestros niños y con este paquete escolar nos vamos a ayudar bastante. Ahora lo que tenemos que hacer es motivar a diario a los niños para que no falten a clases” dijo María Raquel Ramírez.

“Los útiles escolares que nos están entregando son una bendición para nosotros porque representa un ahorro en nuestra economía, a veces con mucho sacrificio le compramos las cosas a nuestros hijos para que puedan asistir a clases, sin embargo, con esta ayuda ya no les va a faltar nada” expresó LuisaZavala.

El apoyo constante por parte del Gobierno a la comunidad educativa genera un mayor interés en los jóvenes y niños pues aportes como alimentación, zapatos y paquetes escolares garantizan que los estudiantes se sientan motivados en salir adelante.

“El aporte del gobierno para los jóvenes y niños de Ciudadela Belén es trascendental, partiendo de que ellos cuentan con un centro educativo recién construido, sumándole esta mañana la entrega de paquetes escolares con los que van a poder cumplir con sus asignaciones académicas. Muchos de los niños han manifestado que carecen de mochilas y esta mañana al recibir sus paquetes escolares, ellos están viviendo un momento de felicidad” finalizó Harry Morales, Director.

Fuente: https://www.el19digital.com/articulos/ver/titulo:52001-educacion-digna-un-derecho-de-la-ninez-nicaraguense

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República Dominicana: Comenta ministro dominicano de educación reclamo de maestros

Centro América/República Dominicana/11 Febrero 2017/Fuente: Prensa Latina

El ministro dominicano de Educación, Andrés Navarro, aseguró que la protesta convocada por los docentes frente a la sede del Ministerio que dirige »no es un obstáculo» para el diálogo.
Navarro animó a la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) a poner los intereses de los estudiantes por encima de los sectoriales o particulares y dijo que ha convocado al Comité Ejecutivo Nacional de la ADP a un encuentro el próximo lunes a las 2 de la tarde, pero no ha recibido respuesta.

‘Les animo a que tanto ellos como nosotros y el resto de los sectores del sistema pongamos los intereses de nuestros niños, niñas y adolescentes por encima de cualquier interés sectorial o particular’, declaró el funcionario.

‘Queremos reiterar a la ADP que tenemos un gran respeto por esa organización sectorial y que en el diálogo conjunto tenemos la expectativa de que, en las mesas de trabajo que han sido establecidas, encontremos la solución a los problemas de la educación’, dijo.

Previamente Navarro había llamado a la cordura y a la sensatez a los integrantes de la ADP que promueven paralizar la docencia en las escuelas, y señaló que el Ministerio no puede hacer frente este año a una subida salarial.

Reconoció que mediante diálogos con las diferentes direcciones del gremio magisterial se han conocido varias necesidades de todo el sistema, incluidas algunas que tienen que ver con el bienestar de los docentes, pero el Ministerio de Educación (Minerd) no puede responder en este año a un aumento general de salarios.

‘Esto lo he hablado con mucha claridad, respeto y transparencia con la dirección nacional de la ADP y otras instancias locales. Yo tengo que ser lo suficientemente responsable como para no crear expectativas que no sean posible atender desde el Ministerio’, precisó el funcionario.

Puntualizó que ha hecho una manifestación clara del compromiso del gobierno de mejorar las condiciones del sistema educativo, no solamente de los maestros, porque también están los estudiantes, el personal administrativo y todo lo que tiene que ver con la comunidad educativa.

A lo que sí se ha comprometido el Minerd es que este año aplicará la evaluación por desempeño, con la cual, por un lado, se garantizará la identificación y diagnóstico de las necesidades de formación de los docentes, y también se podrá aplicar el incentivo en base a la eficiencia que haya tenido cada uno con repercusión en la mejora del salario, dijo.

Advirtió a los que promueven la paralización de la docencia que no pueden desconocer el esfuerzo realizado por el Gobierno para recuperar el Seguro Médico de los Maestros (Semma), el apoyo brindado al Instituto Nacional de Bienestar Magisterial (Inabima), ni el trabajo a favor mejorar la calidad de vida de los docentes jubilados.

Como ministro estoy dispuesto a trabajar con el magisterio y a mejorar las condiciones de los docentes y los estudiantes, dijo y aseguró que 2017 debe ser un año para elevar la calidad educativa y no el escenario para una confrontación injustificada e innecesaria.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=63191&SEO=comenta-ministro-dominicano-de-educacion-reclamo-de-maestros

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España: ¿Por qué el Día Mundial de la Radio?

Euopa/España/Febrero 2017/Noticias/https://lh3.googleusercontent.com

 

UNESCO recomendó ala Conferencia General que se proclamara el Día Mundial de la Radio, sobre la base un estudio de viabilidad realizado en respuesta a una propuesta de España.

 

Hay que considerar a la radio como un medio de comunicación de bajo costo, especialmente apropiado para llegar a las comunidades alejadas y a las personas vulnerables como los analfabetos, los discapacitados, las mujeres, los jóvenes y los pobres, que además ofrece una plataforma para intervenir en el debate público, independientemente de cuál sea el nivel de educación de los oyentes. La radio desempeña, asimismo, un papel importante y específico en la comunicación en situaciones de emergencia y en las operaciones de socorro. Por otra parte, los servicios radiofónicos de la radio están experimentando cambios en el contexto actual de convergencia de los medios de comunicación, y adoptan nuevas formas tecnológicas, como la banda ancha, los teléfonos celulares y las tabletas. Sin embargo, hoy en día, cerca de mil millones de personas no tienen todavía acceso a la radio.

En junio de 2011 la UNESCO inició un amplio proceso de consulta dirigido a todos los interesados, es decir, las asociaciones de medios de radiodifusión; las emisoras públicas, estatales, privadas, comunitarias e internacionales; los organismos, fondos y programas de las Naciones Unidas; las organizaciones no gubernamentales relacionadas con el tema; las universidades , las fundaciones y los organismos bilaterales para el desarrollo, así como las Delegaciones Permanentes y las Comisiones Nacionales de la UNESCO. En el 91% de las respuestas se apoyaba el proyecto. El impulsor del proyecto, la Academia Española de la Radio, recibió más de 46 cartas de apoyo de distintas partes interesadas, tales como: la Unión de Radiodifusión de los Estados Árabes (ASBU), la Unión de Radiodifusión para Asia y el Pacífico (ABU) la Unión de Radiodifusión del Caribe (CBU), la Unión Europea de Radiodifusión (UER), la Asociación Internacional de Radiodifusión (AIR), la North American Broadcasters Association (NABA), la Organización de Telecomunicaciones Iberoamericanas (OTI), la BBC, la Universidad Internacional de Radio y Televisión (URTI), Radio Vaticano , etc. El World Radio Day Feasibility Study (Estudio de viabilidad para el Día Mundial de la Radio) contiene detalles relativos al proceso consultivo.

La Directora General de la UNESCO propuso la fecha del 13 de febrero, día en que se creó Radio Naciones Unidas en 1946, para conmemorar el Día de la Radio. Los objetivos de la jornada son concienciar al público y a los medios de comunicación acerca de la importancia de la radio; alentar a los encargados de tomar decisiones a crear y ofrecer acceso a la información a través de la radio; así como mejorar las redes y la cooperación internacional entre los organismos de radiodifusión.

Los interesados que participaron en la consulta propusieron asimismo ideas para el programa de actos del Día, tales como el uso generalizado de los medios de comunicación social, temas anuales, creación de un sitio web dedicado al tema que permita la participación virtual, programas especiales de radio, intercambio de programas de radio, celebración de un festival en el que participarían los principales asociados, y otras propuestas de este tipo.

El 14 de enero de 2013, la Asamblea General aprobó formalmente la proclamación de la UNESCO del Día Mundial de la Radio. En su 67.a reunión, la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución adoptada durante la 36 ª reunión de la Conferencia General de la UNESCO proclamó 13 de febrero, día de la creación de la radio de las Naciones Unidas en 1946, como el Día Mundial de la Radio.

Con información de http://www.diamundialradio.org/es

Fuente:

http://www.wradio.com.co/noticias/sociedad/por-que-el-dia-mundial-de-la-radio/20170210/nota/3380118.aspx

Fuente Imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/Wc8DMT_5dk6imD8Z70MSxdiQ_Y9dLNcyWPpdQDHJYkXz0tMa01IZGJXd8QmynS7_-Ic59Q=s85

 

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