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República Dominicana: Ministro Educación objetivo de su gestión es fortalecer la transparencia

Centro América/República Dominicana/21 Agosto 2016/Fuente: almomento/Autor: ALI NUÑEZ

El ministro de Educación, Andrés Navarro, expuso que uno de los principales objetivos de su gestión es el fortalecimiento de la transparencia y del diálogo respetuoso con los demás entes que inciden en el proceso educativo del país.

“Nuestros objetivos como ministro de Educación es ayudar en todo lo posible con el desarrollo institucional, el personal, los procedimientos y las normas, sobre la base de un trabajo en equipo”, expuso este sábado en una reunión de trabajo con los viceministros y directores generales de esa institución.

Pidió la mayor colaboración de todos los funcionarios que le acompañan en esta tarea dispuesta por el presidente Danilo Medina.

Refirió que está consciente de la debilidad institucional que se verifica en el Estado dominicano, área en la cual, según dijo, el presidente Medina ha demostrado la voluntad política para cambiar esa realidad.

Manifestó que en la consecución de los objetivos trazados en Educación, “necesitaremos de la colaboración de todos, con énfasis en los planificadores, de suerte que los planes y proyectos sean realistas y alcanzables”.

Cercanía con ADP

Por otro lado, Navarro dijo que su gestión se caracterizará por el auspicio del diálogo, irrestricto respeto y mayor cercanía con la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), gremio que con el cual espera trabajar en equipo.

Sostuvo que se reunió recientemente con el presidente de la ADP, profesor Eduardo Hidalgo, “en un diálogo franco y respetuoso que nos muestra mayor confianza frente a los que espera la población, alcanzar un ano educativo en paz, con instituciones trabajando en equipo y una expresa voluntad del gobierno de colocar la educación como el arma principal para enfrentar la pobreza y las desigualdades sociales”.

Fuente de la noticia: http://almomento.net/ministro-educacion-dice-objetivo-de-su-gestion-es-fortalecer-la-transparencia/236378

Fuente de la imagen: http://almomento.net/wp-content/uploads/2016/08/ministro-1-300×199.jpg

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Película: El profe Omar

El profe Omar

  • Director: Hector Sacalxot
  • Duración: 88 minutos
  • País: Guatemala
  • Género: Drama

Sinopsis: Omar se dedica a dar clases de informática y un día recibe la noticia de que debe trasladarse a una escuela rural. A la espera de que la tecnología llegue a sus aulas. El profesor debe afrontar los problemas de una nueva escuela, dando clases sin pizarrón en un aula de lámina, hará frente a diferentes dificultades al tratar de ayudar a los niños de la zona e, incluso, algunos padres se enfrentarán a él.

Fuente de la reseña: http://www.moviuma.org/recursos/multimedia-ver/160-el-profe-omar.html

Fuente de la imagen: http://www.moviuma.org/documentos/multimedia/foto-multimedia-160.JPG

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Eduquemos para la comprensión

Rafael Lucio Gil

Cuando la acción educativa atraviesa todas las fibras de la comprensión, se convierte en una acción, no solo de completación de la persona que es educada, sino también de quien educa, pero sobre todo, es fuente de autonomía, pensamiento crítico y libertad.

De esta manera, la educación como un derecho natural se convierte en la mejor razón para crecer en capacidades, comprensión de la realidad, y actuación libre y soberana. Se logra, de esta manera, el desarrollo de la autenticidad de la persona, de sus capacidades de pensar y decidir con libertad, de tomar opciones y decisiones, desarrollando no solo sus capacidades cognitivas, sino también las metacognitivas y autorreguladoras, estrategias superiores de aprendizaje.

Una educación que se centra en la comprensión, respeta profundamente a la persona, le proporciona oportunidades de aprendizaje que estimulen al máximo sus sentidos y capacidades cognitivas, le reta al análisis, la confrontación y argumentación de ideas, contribuyendo al compromiso social y ciudadano efectivo con la verdad, la honestidad y la transparencia.

Educar la comprensión demanda de una enseñanza inicial capaz de contribuir a que niños y niñas aprendan con fluidez a leer y a comprender reflexionando críticamente sobre lo que leen. Cuando esta capacidad se retrasa o no se logra, como suele ocurrir en gran cantidad de niños y niñas que pasan de grado, llegan a la secundaria y después a la universidad sin leer con fluidez ni comprensión, todas sus aspiraciones como personas acaban por frustrarse.

Tales limitaciones operan como la peor cara de la pobreza, obstruyendo toda posibilidad de formación profesional de calidad e integralidad.

Esta matriz profundamente obstaculizadora, continúa poniendo en grave riesgo la posibilidad de que el país logre un desarrollo humano realmente inclusivo, afectando severamente los diferentes componentes de la cultura, y profundizando la distancia entre quienes tienen las mejores oportunidades educativas, y quienes reciben educación en pobreza, pobre para los pobres.

La falta de comprensión limita entender su propia existencia. La educación no prepara ni ayuda a comprenderse a sí mismo. Viven los educandos a merced de lo eventual, pasajero, coyuntural; evitan reflexionar sobre su vida, su futuro. Sin educarse en adoptar metas propias, los adolescentes crecen sin futuro, sin saber optar ni tomar decisiones. Cuando esto sucede, es porque la educación que reciben promueve superficialidad, mediocridad, dependencia e imposibilidad de discernir ni emitir sus propios argumentos.

Si no se educa la comprensión se impide el aprendizaje de la reflexión, la introspección; se vive superficialidad, mediocridad, acción sin compromiso certero, atavismo de la inmediatez, interés por lo superfluo, pérdida de significado, actuación sin prever responsabilidades por consecuencias, ceguera ante la profesión y la vida.

La falta de educación para la comprensión imprime a las vidas jóvenes anomia frente a las urgencias del pensamiento crítico, la toma de decisiones conscientes; de aprender a pensar, argüir, cuestionar, de formar criterio, canalizar los temperamentos formando el carácter y la voluntad. Al final, aceptan dimitir para que otros piensen y no ellos, frustrando su capacidad de realización como personas libres y pensantes. Su cultura se trastoca, permitiendo colonizar su mente y pensamientos, perdiendo identidad. Viven en burbujas ajenos a todo, a su ignorancia e imposibilidad de determinación.

La educación sin comprensión transmite un currículum no situado, desconectado de la realidad. Se exponen y copian contenidos ausentes de contactos reales. Los saberes no se discuten ni construyen, se copian, se replican sin significado. La pedagogía y didáctica utilizadas son huecas, interioristas, ajenas a problemáticas del entorno; los saberes se acumulan para el examen, no para la vida; la brecha sociológica entre aula, cotidianeidad comunitaria y el país se agranda. Los modelos positivos y negativos de instituciones y sociedad no ingresan al currículum. El saber libresco, mecánico, sin significado ni sentido, predominará y con buenas calificaciones.

La educación sin comprensión, mejor cómplice de la imposibilidad de adquirir valores positivos. Ingresan al centro educativo contravalores de acoso y violencia, sin reflexión crítica y superación. Los valores emitidos en el discurso simbólico tienen en el currículum oculto del contraejemplo de instituciones, clase política y familias, su mejor argumento para no practicarlos.

Cuando la comprensión y la reflexión crítica no campean en las aulas, los medios de difusión y la mala utilización de la tecnología dominan ante el silencio pedagógico, incapaz de enfrentarlos y convertirlos en los mejores socios.

Por último, si la educación no enseña a comprender y discernir las veleidades políticas, tampoco los adolescentes estarán preparados para debatir libremente, con sentido crítico y propositivo, cuando se les induce a no pensar, y simplemente se manipule su pensamiento para aceptar imposiciones sin restricciones. Frente a la despersonalización, la razón. Frente a la razón de la fuerza, la educación está llamada a fortalecer la fuerza de la razón.

Fuente del articulo: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/385016-eduquemos-comprension/

Fuente de la imagen: https://media.deseretdigital.com/file/a3a4bc9974.jpg?crop=top_0~left_0~width_1000~height_904&resize=width_630~height_570&c=9&a=04ea0933

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Cuba: Preparan condiciones para inicio de curso escolar

Centro América/Cuba/21 Agosto 2016/Fuente y Autor:lademajagua

La Habana-. Las autoridades cubanas del sector de la enseñanza se encuentran hoy inmersas en los preparativos para el comienzo exitoso de un nuevo curso escolar el próximo 5 de septiembre.

Según la minimista de Educación, Ena Elsa Velázquez, alrededor de un millón 767 mil 300 alumnos iniciarán el período lectivo, para el cual están listas todas las condiciones necesarias, aseveró.

Velázquez, quien cumple desde hace varios días un recorrido nacional para comprobar la situación en cada territorio, aseguró que el 5 de septiembre abrirán sus puertas los más de 10 mil 590 centros educativos del Ministerio de Educación (Mined).

En el país se ejecutó un amplio programa de reparaciones de escuelas, preparación de los profesores y aseguramiento de la base material de estudio, el mobiliario y otros recursos, dijo.

De acuerdo con la titular del Mined, los días restantes antes del inicio de las clases se deben aprovechar para que todos los planteles dispongan de los medios docentes necesarios, como los laboratorios de computación y los equipos de apoyo audiovisual.

También apuntó que una de las prioridades del trabajo para el venidero curso es el fortalecimiento de la relación entre la escuela y la familia.

Fuente de la noticia: http://lademajagua.cu/preparan-condiciones-en-cuba-para-inicio-de-curso-escolar/

Fuente de la imagen:  http://lademajagua.cu/wp-content/uploads/2016/08/Ena-Elsa-Vel–zquez-Cobiella1.jpg

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Honduras: La FAO acompaña XX Congreso Infantil para promover programas de alimentación escolar

Centro América/Honduras/20 de agosto de 2016/Fuente: latribuna

Promover iniciativas para la universalización del programa de alimentación escolar, la lucha contra el zika, la seguridad ciudadana, entre otros, son los temas que se discutirán en la instalación del XX Congreso Infantil, el próximo mes de septiembre, informó María Julia Cárdenas Barrios, Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).

El Congreso Infantil es una iniciativa que promueve el Congreso Nacional, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Secretaría de Educación y en esta edición la FAO en Honduras que se incorporará para contribuir a fortalecer capacidades en los parlamentarios infantiles en temas de seguridad alimentario.

La FAO en el país ha venido impulsando la metodología de un Programa de Alimentación Escolar, bajo el modelo de escuelas sostenibles que contempla la construcción de espacios adecuados para la preparación y consumo de alimentos, la educación alimentaria nutricional y las compras locales de productos a la agricultura familiar para dinamizar la economía de los territorios, señaló Cárdenas Barrios.

Los 128 parlamentarios infantiles, provenientes de las diferentes regiones de Honduras, del 3 al 5 de septiembre debatirán sobre el tema de alimentación escolar y otros de prioridad para la población infantil.

Por su parte, el Presidente del Congreso Nacional, Mauricio Oliva, agradeció a la FAO su incorporación a este proyecto, manifestando que representaba un mayor compromiso para continuar impulsando las iniciativas a favor de la niñez hondureña.

Es importante destacar que de acuerdo a las autoridades parlamentarias el 90 por ciento de las mociones presentadas por los diputados infantiles incidieron para la aprobación de importantes leyes en beneficio de la población infantil.

FAO-alimentos

Fuente: http://www.latribuna.hn/2016/08/19/la-fao-acompana-xx-congreso-infantil-promover-programas-alimentacion-escolar/

Imagen: http://cdn.latribuna.hn/wp-content/uploads/2016/08/congreso-infantil.jpg

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Aprendizaje formal, no-formal e informal

Por: Rosa Maria Torres

Educación. Proceso mediante el cual las sociedades transmiten en forma intencionada el acervo de información, comprensión, conocimientos, actitudes, valores, habilidades, competencias y comportamientos de una generación a otra. Comprende el uso de actividades de comunicación destinadas a producir aprendizaje.

Educación formal. Educación institucionalizada, intencionada y planificada por organizaciones públicas y organismos privados acreditados. En su conjunto, esta constituye el sistema educativo formal del país. Por consiguiente, los programas de educación formal son reconocidos por las autoridades nacionales pertinentes o instancias equivalentes, por ejemplo, cualquier otra institución que colabore con las autoridades nacionales o subnacionales de educación. La educación formal comprende esencialmente la educación previa al ingreso al mercado laboral. Con frecuencia, la educación vocacional, la educación para necesidades especiales y parte de la educación de adultos se reconocen como parte integral del sistema nacional de educación formal.

Educación no formal. Educación institucionalizada, intencionada y organizada por un proveedor de educación. La característica que define la educación no formal es que representa una alternativa o un complemento a la educación formal de las personas dentro del proceso de aprendizaje a lo largo de la vida. Con frecuencia, se plantea como una forma de garantizar el derecho a la educación para todos. Atiende a todos los grupos de edad aunque no está necesariamente estructurada como una trayectoria continua. La educación no formal puede ser corta en términos de duración y/o intensidad y habitualmente se imparte bajo la forma de cursos cortos, seminarios o talleres. En general, no conduce a certificaciones reconocidas por las autoridades nacionales o subnacionales competentes como equivalentes a las otorgadas por la educación formal. En ocasiones no otorga certificación alguna. La educación no formal incluye programas que pueden contribuir a la alfabetización de jóvenes y adultos, a la educación de los niños no escolarizados, así como programas destinados a impartir habilidades básicas para la vida, destrezas ocupacionales o programas orientados al desarrollo social o cultural.

Aprendizaje informal. Modalidades de aprendizaje intencionadas, aunque no institucionalizadas. De esta manera, se caracterizan por ser menos estructuradas y organizadas que la educación formal o no formal. El aprendizaje informal puede incluir actividades de aprendizaje realizadas en el hogar, el lugar de trabajo, la comunidad o como parte del vivir diario. Asimismo, puede tener carácter individual, familiar o social.

Aprendizaje imprevisto o aleatorio. Las diversas formas de aprendizaje no organizado, incluyendo las que comprenden actividades de comunicación que no han sido diseñadas con el fin de producir un aprendizaje. El aprendizaje imprevisto o aleatorio se puede producir como consecuencia del quehacer diario, de eventos, o de actividades de comunicación no concebidas como actividades intencionadas de educación o aprendizaje. Entre los ejemplos de aprendizaje aleatorio se pueden mencionar las actividades que tienen lugar durante una reunión o las asociadas con una transmisión de radio o televisión que no han sido diseñadas como un programa educativo.

Aprendizaje. La adquisición de conocimientos, actitudes, valores o competencias por parte de una persona, y la generación de cambios en sus niveles de comprensión y comportamiento a través de la experiencia, la práctica, el estudio o la instrucción.

CINE (Clasificación Internacional Normalizada de la Educación), 2011

Conviene empezar con las definiciones oficiales de la CINE (UNESCO) pues es corriente que las personas – incluso especialistas en educación – no manejen o confundan los término seducación formal, educación no-formal y aprendizaje informal.

La confusión y el laberinto terminológico son grandes. Muchos hablan de educación formal y de educación no-formal, sin hacer referencia al aprendizaje informal. Otros hablan de educación formal y de educación informal; pasan por alto la educación no-formal y llaman educación informal al aprendizaje informal. Muchos asocian educación no-formal solamente con educación de adultos. Otros consideran que Aprendizaje a lo Largo de la Vida yaprendizaje informal son la misma cosa. Etcétera.

Con la educación formal hay pocos problemas: es el otro nombre dado a la educación escolar, a la que tiene lugar en el sistema escolar. El único problema es que a menudo no se entiende que el sistema escolar incluye a la educación superior. Escolar no se refiere a niños; califica a todo el sistema.

Con la educación no-formal hay más problemas. Por un lado, muchas veces no están claros los límites y las diferencias entre la educación formal y la no-formal. En ambas hay enseñanza, hay un horario y hasta puede haber evaluaciones y certificados en la educación no-formal. La diferencia es que la segunda es menos estructurada y más flexible. Por eso muchos asocian educación no-formal con adultos e incluso creen que la educación de adultos es siempre no-formal. En realidad, la educación no-formal puede servir a todas las edades y a todos los niveles educativos.

Con el que hay más problemas es con el aprendizaje informal, definido por la UNESCO como «aprendizaje intencionado pero no institucionalizado». Para empezar, no es  educacion informal sino aprendizaje informal. La UNESCO se refiere a educación formal, educaciónno-formal y aprendizaje informal, pues en este último no hay enseñanza; se trata de aprendizaje autónomo. La UNESCO agrega otra categoría, la de aprendizaje imprevisto o aleatorio, «aprendizaje no organizado, incluyendo las que comprenden actividades de comunicación que no han sido diseñadas con el fin de producir un aprendizaje». Yo prefiero incluir a éste dentro del aprendizaje informal. Lo importante es que es aprendizaje(intencionado o no) no mediado por una actividad de enseñanza.

Formal, no-formal e informal no corren en canales paralelos, separados, sino que se entrecruzan. Por eso resulta tan difícil graficarlos. Hay aprendizaje informal también dentro de la educación formal y de la no-formal (leer, jugar, conversar con compañeros o con el profesor fuera de la clase, actividades durante el recreo, uso de internet, etc.).

La educación formal ocupa un período relativamente corto en la vida de una persona, por lo general en la infancia, la adolescencia y la juventud, aunque puede realizarse también en la edad adulta, o distribuirse a lo largo de la vida. Quienes estudian maestrías y doctorados pueden pasar en las aulas 20 años o algo más. Están también, claro, quienes tienen cero o muy poca escolaridad, y cuyo aprendizaje proviene fundamentalmente de los aprendizajes informales.

La educación no-formal (cursos, talleres, conferencias, seminarios, pasantías, etc.) puede ocurrir junto con la educación formal, y también antes y después de que ésta termina.Muchas personas llegan a tener más experiencia educativa por vías no-formales que formales. Internet ha venido a ampliar y diversificar considerablemente el mundo de la educación no-formal.

El aprendizaje informal es el único que nos acompaña toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte. Algunos de los aprendizajes más importantes los hacemos de manera informal, enla familia, en la comunidad, en el sistema escolar, en el trabajo, en el deporte, conversando, leyendo y escribiendo, debatiendo, en contacto con la naturaleza, con los medios de comunicación, con las artes, con internet, etc.

El Aprendizaje a lo Largo de la Vida integra los tres tipos de aprendizaje: formal, no-formal e informal. Cada persona tiene su propia combinación y su propia trayectoria de aprendizaje.Algunas tienen mucha educación formal y no-formal. Otras tienen poca o ninguna educación formal y no-formal. Todos tenemos aprendizajes informales, indispensables para la vida, para la convivencia, para el trabajo y para el cuidado del medioambiente.

  • Articulo tomado de: http://otra-educacion.blogspot.com/
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“Déjenlos Jugar” : Reflexiones sobre la Lectura Temprana

Por: Elisa Guerra

Cada vez que proponemos que es posible enseñar a leer a niños muy pequeños –antes de los seis años, incluso antes de los tres- recibimos comentarios de todo tipo.

Por un lado están, por supuesto, los entusiastas, los que saben o intuyen que los niños tienen un enorme potencial y que es bueno, no malo, enseñarles a leer –y muchas otras cosas- lo más pronto posible. Muchos de ellos ya han tenido experiencias gratificantes en la enseñanza de sus hijos o alumnos.

También tenemos a los cautelosos, los que están de acuerdo “a medias”, los que reconocen el potencial de los niños pero no están seguros de que estimularlos es una buena idea.  Sus comentarios por lo general denotan cierta duda o inquietud: “si el niño está listo va a lograrlo, pero no hay que presionarlo”, o “cada niño tiene su tiempo”.

En el extremo opuesto a los entusiastas, tenemos a los renuentes. Por lo general, ellos despliegan el mismo nivel de energía que los primeros, pero en dirección contraria. Pareciera que se sintieran ofendidos o incluso violentados ante la sola idea de enseñar a leer a los niños pequeños.  Sus comentarios manifiestan un rechazo vehemente a la enseñanza temprana, a veces  con agudas críticas o franca oposición.

No es de extrañar que cualquier paradigma, al ser enfrentado con nuevas ideas y argumentos contrarios, genere un oleaje de incertidumbre y haga centellear las chispas de la controversia. Con mayor razón aún cuando en el corazón del debate se encuentra lo más preciado de toda sociedad: sus niños.

Los renuentes son acérrimos defensores del “status quo”, el orden de las cosas. Si durante largo tiempo se ha sostenido que la mejor edad para enseñar a leer es a los seis o siete años, por algo será. Los cautelosos están conscientes de que es posible que las cosas sean diferentes a lo que la tradición ha dictado, pero temen las consecuencias de un cambio de ruta. Después de todo, lo desconocido, por muy buena pinta que tenga, no deja de causar cierto temor.

El principal argumento -tanto de los cautelosos como de los renuentes- en contra de la lectura temprana es la suposición de que al enseñar a leer a un niño pequeño de alguna manera se está violentando ese espacio sagrado de inocencia pura dedicada al juego. Creen que enseñar a leer a un niño de tres años le roba el tiempo que debería ser entregado al disfrute de ser y existir sin responsabilidad alguna, de crecer con libertad y sin las pesadas restricciones de la educación formal.

El problema es que hemos confundido el aprendizaje con la educación, y ésta con obligación.  Aprender a leer se asocia automáticamente con la escuela, y ésta con las largas horas de cada interminable día que pasamos –figuradamente- encadenados a un pupitre cuando nuestra alma de seis o siete años deseaba volar en libertad, trascender los muros de esa prisión inevitable y conocer el mundo como realmente nos interesaba: a través de aventuras personales y no de ejercicios incomprensibles y tediosos.  “La letra con sangre entra” , una frase que parece resumir las experiencias de muchos de nosotros en nuestras primeras escuelas.  El niño tenía que aprender porque esa era su “única obligación”, y no porque el aprendizaje fuera en sí mismo un proceso natural y gozoso. Lastimosamente, muchos crecieron considerando a la escuela como un castigo inmerecido al que habían sido condenados sin juicio previo y sin posibilidad de apelación.

Con justa razón, cuando alguien se atreve siquiera a sugerir que un niño de tres años podría aprender a leer, la imagen que llega a la mente de los cautelosos y los renuentes no es la visión  de un pequeño que lee con facilidad y disfrute, sino la de un inocente acorralado y obligado a entrar “antes de tiempo” en la prisión fabricada por padres y maestros egoístas que buscan colgarse al niño al cuello como si fuera una medalla al mérito de las ambiciones personales. Algo así como una versión intelectualizada de las madres que llevan a sus pequeñas hijas a los concursos de belleza, obligándolas a practicar por horas las poses y sonrisas que más les favorecen y adornando sus caritas inocentes con plastas de maquillaje y vestidos vaporosos que no sólo no necesitan, sino que entorpecen cada uno de sus movimientos.

Si eso fuera la lectura temprana, yo también estaría muy enojada con todo aquel que se atreviera a sugerirla. Después de todo, entusiastas, cautelosos y renuentes no somos tan distintos: todos somos defensores de la infancia.¿Puede haber cosa más cruel que robar al niño la alegría por aprender?

Pero eso no es la lectura temprana. En primer lugar, leer no es una materia escolar. Leer es una función cerebral, igual que caminar o que hablar.  El niño aprende una de las habilidades más complejas del ser humano –el lenguaje- en muy poco tiempo y aparentemente con muy poco esfuerzo.  Y lo hace porque su ambiente está pleno de estímulos auditivos y su cerebro es especialmente receptivo a ellos.

La lectura también es lenguaje, sólo que llega a nosotros a través de un canal sensorial diferente: la vista, no el oído. Pero los estímulos lectores no están presentes en nuestro ambiente con la misma intensidad y frecuencia como los auditivos. Por eso, y sólo por eso, los niños no aprenden a leer espontáneamente. No es porque el cerebro no pueda. El cerebro del niño es el mismo que pudo aprender el lenguaje oral. Si preparamos el ambiente para que incluya los estímulos visuales pertinentes, el niño podrá aprender a leer, casi sin darse cuenta.

Por otro lado, las escuelas están cambiando. Muy lentamente, es cierto, pero poco a poco la visión de la ésta como prisión se desvanece para dar paso a la escuela como experiencia. Ya no pensamos que la escuela debe “preparar a los niños para la vida”. Porque para un niño, la escuela ya es la vida, o por lo menos una parte importante de ella, y lo que sucede al interior de sus muros será determinante de lo que pasará más tarde fuera de ellos.

Enseñar a leer a un niño pequeño no implica –por lo menos no en nuestra propuesta- hacerlo entrar a empellones en la camisa de fuerza de la educación formal.

“Déjenlos jugar”, exigen unos y suplican otros, como si enseñar a los niños a leer excluyera cualquier otro uso del tiempo infantil. Pero eso es una falacia: es posible leer y jugar, leer y disfrutar, leer y seguir siendo niño. Leer no es un castigo, es un privilegio.

Por supuesto, no enseñamos a leer a un niño de tres años de la misma manera en que la escuela tradicional nos ha enseñado a tantos, durante tanto tiempo.  Es necesario usar una metodología diferente, mucho más fluida, contextualizada, natural.  Nunca forzaremos al niño de tres años a leer. De hecho, no podríamos hacerlo aunque quisiéramos.  No lo condenaremos al suplicio incomprensible de las planas y trazos, no le haremos repetir letras que para él no tienen sentido. Por cierto, no creemos que esa condena sea justa tampoco para el niño de seis o siete, o de cualquier edad.

Leer no es la sentencia de muerte de la infancia. Leer es la cuna de la imaginación y la fuente inagotable de la que bebe la curiosidad y la inteligencia.

Leer es el mejor regalo que la civilización puede entregar a nuestros niños. Mientras más pronto leemos, más pronto nos convertimos en auténticos ciudadanos del mundo.

¿No es esto lo que queremos para nuestros hijos y alumnos?

  • Articulo tomado de: http://www.elisaguerra.org/blog/dejenlos-jugar–reflexiones.html
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