Centroamérica/Panamá/29.01.2018/Autor: Jesús Simmons/Fuente: Día a Día
Centroamérica/Panamá/29.01.2018/Autor: Jesús Simmons/Fuente: Día a Día
Panamá / 25 de enero de 2018 / Autor: Eustiquio Chanis / Fuente: La Prensa
El artículo 94 de nuestra Constitución Nacional garantiza la libertad de enseñanza en nuestro país, en donde, por un lado, el sector privado tiene derecho de crear centros de enseñanza particulares con sujeción a la ley, y por otro lado, los padres de familia tienen el derecho de escoger una educación con un formato distinto al de la educación oficial. No obstante, las políticas populistas de los dos últimos gobiernos han conculcado este derecho al promulgar decretos ejecutivos que, cual bombas de tiempo, han explotado señalando erróneamente como culpables a los colegios particulares que, ante el silencio culposo del Ejecutivo, han servido como chivos expiatorios para mitigar la frustración de los padres de familia.
En Panamá, contrario a lo que ocurre en otros países de América, la educación particular aún está al alcance de las clases populares y de la clase media, pues no es difícil encontrar escuelas con mensualidades desde $40 en adelante; sin embargo, estos colegios accesibles irán desapareciendo paulatinamente, no solo porque se hace insostenible su mantenimiento con los costos actuales, sino por la intransferibilidad de estos costos a los segmentos de mercado de menor ingreso. En otras palabras, los colegios particulares con colegiaturas más baratas son los más vulnerables y los primeros que irán desapareciendo, afectando primero a las clases populares.
De 2009 a 2018, el salario base de los docentes se ha incrementado 150%. Siendo los centros educativos organizaciones que utilizan mano de obra intensiva, resulta devastador para el sector educativo particular, pues la planilla docente representa más del 80% de la planilla total y hasta el 70% de los gastos totales. Durante ese mismo período, el salario mínimo se ha incrementado 120% para los colegios del interior y hasta 83% para los colegios de la capital, lo que se suma al efecto inflacionario sobre el sector. Las consecuencias ya comienzan a sentirse con la desaparición confirmada de algunos colegios particulares del país.
Los exagerados aumentos no tienen relación alguna con el mejoramiento de la calidad, pues no es un secreto el grave deterioro que sufre la educación en nuestro país, especialmente en el sector oficial. Las malas decisiones tomadas con criterios populistas para el sector educativo oficial y la equiparación que establece el Código de Trabajo en su artículo 236, han terminado arrastrando al sector particular hacia un elitismo forzado e inconsulto que coarta el derecho del padre de familia de tener la opción de elegir el modelo educativo que considere más apropiado.
Al percatarse de su error, el Ministerio de Educación (Meduca) tímidamente aplaude como soluciones el aumento de la beca universal y la tardía diferenciación legal de los profesores de cátedra completa y maestros de horario regular en el sector particular, sin percatarse de que los nuevos aumentos en las colegiaturas anulan la inclusión de nuevos estudiantes en el beneficio de la beca universal y que las nuevas leyes no tienen efecto retroactivo, por lo que, aunque corrigen hacia el futuro, no anulan el daño ya causado. Nos preocupa que en este año preelectoral se dé un nuevo aumento docente, que no tenga efecto alguno en la calidad de la enseñanza, que no se consulte con el sector particular ni con los padres de familia que se verían afectados. Esto ya ha ocurrido en el pasado, aunque ahora sellaría un legado de mediocridad para la educación de Panamá y le daría el tiro de gracia final a un sector particular ya moribundo.
Estamos entre los 15 países con peor distribución del ingreso según el índice GINE. Dejarles a las grandes mayorías una única opción, no solo agrava la inequidad, sino que abre las puertas para que cualquier oportunista que llegase al poder pueda utilizar el sistema educativo con intenciones doctrinarias y dogmáticas.
Antes de que el daño a nuestro sistema educativo sea irreversible, resulta imperativo que el próximo aumento a los docentes esté condicionado al mejoramiento en la calidad de la educación de nuestro país, con medidas que sean cuantificables; urge reconocer la importancia del sector educativo particular, que con su sola existencia le quita un peso significativo al Estado; necesitamos eliminar incertidumbres que crean inseguridad jurídica y promover, mediante incentivos, su desarrollo, según lo manda nuestra carta magna en su artículo 101, eliminando, por ejemplo, las inequidades otorgando exoneración de impuesto sobre la renta a los colegios laicos, tal como lo reciben hoy las universidades privadas y los colegios de corte religioso.
Por el bien de nuestra democracia es hora de que el populismo ceda el paso al estadismo.
Fuente del Artículo:
https://www.prensa.com/opinion/fin-libertad-ensenanza_0_4945755478.html
Panamá / 25 de enero de 2018 / Autor: Leda Abril Moreno / Fuente: La Prensa
El fracaso del sistema educativo es el fracaso de la sociedad panameña, pues en el sistema educativo participan los educadores, los estudiantes y las familias. Las cifras muestran 41 mil estudiantes fracasados, en su mayoría, de primaria. En el portal Meduca puede leerse que lo causan: pobre comunicación de padres, hijos y docentes, factores económicos o la ausencia de aplicación de técnicas modernas. Muchos intelectuales han opinado que las reformas curriculares realizadas a un sistema anacrónico fueron “parciales” y excluyeron materias humanistas. Fechas como el 9 de enero, la masacre de Albrook, el Viernes Negro, la invasión y la reversión del Canal pasan inadvertidas. Criticamos la falta de ortografía, vocabulario, ética y valores. La apatía estudiantil frente a los problemas de corrupción, ecología y violencia es evidente.
Existe una deficiencia importante de recurso humano relacionada con la globalización y la tecnología. La reforma curricular fue calificada como desarticulada y sin bases filosóficas propias. Parecemos no recordar que la filosofía de la liberación latinoamericana, expuesta por Enrique Dussel en 1975, apunta a una utopía liberadora. Esta liberación plantea una descolonización curricular, pues como está planteada la enseñanza actual y sustentada por organismos tales como Unesco o la OEA, formamos operadores de inventos y conocimientos de los países del primer mundo. Dussel sustenta así que, en los países de América Latina, prácticamente no hay innovadores o inventores. Utilizar las notas como único indicador es minimizar los problemas del estudiante panameño.
La beca universal es una decisión política, no técnica, mucho menos filosófica. A mamá, enfermera jubilada, le enseñaron en el interior a marcar polleras, recitar, historia, ética, matemáticas y ciencias, entre otras; mi hijo, estudiante de escuela primaria privada, usa una maleta dos veces su tamaño y recibe tutorías bilingües por sobrecarga de materias; la nana solo tiene segundo grado; así es Panamá. Yo hice mis primeros tres años (preescolar incluido) en Estados Unidos, regresé aquí a una escuela pública, cursé la secundaria en una privada, medicina en la Universidad de Panamá y un posgrado en Europa; formo médicos, orgullosamente soy producto del sistema educativo panameño.
Hoy coexisten dos Panamá y dos sistemas educativos: el del Panamá profundo y marginal, con deficiencias obvias, y el privado, inflado en materias y en algunos casos, en costos. Como voluntaria de giras al Darién, sé la necesidad de alimentación, calzados y útiles escolares. También tomé la leche CARE en los 70 y como otras panameñas, educo a un hijo siendo madre soltera, pero hasta no hacer una Mesa Nacional por la Educación que incluya Gobierno, educadores, sociedad civil, padres de familia, empresarios y nos planteemos las preguntas filosóficas sobre qué panameño queremos, qué le queremos enseñar, por qué le enseñamos y cómo queremos enseñarle, estos esfuerzos caerán en saco roto.
Solo aprovecharán los esforzados, como siempre ha sucedido, beca o no, tal como hicieron mis ancestros y lograron romper el círculo de pobreza: estudiando.
Fuente del Artículo:
https://www.prensa.com/opinion/Fracasos-becas-educacion-panamena_0_4945755480.html
Fuente de la Imagen:
http://www.fundaciontelefonica.com.pa/firma-de-convenio-con-ministerio-de-educacion/
Panamá / 21 de enero de 2018 / Autor: Leonel Rivera / Fuente: ListínUSA
En las últimas décadas ha crecido el interés por la ética y la responsabilidad social en la educación. Sin embargo, en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la ética, persisten importantes carencias, como por ejemplo el hecho de que normas, principios y virtudes suelen enseñarse por separado de los contenidos disciplinares y lamentablemente solo unos pocos docentes en sus actividades académicas abordan el papel de la personalidad del individuo en el desarrollo de una sociedad más justa y equitativa fortalecida en valores y en las buenas costumbres.
Cada vez hay una mayor conciencia de que vivimos en sociedades multiculturales, aunque esta conciencia no implica que se esté propiciando la práctica de valores que permitan una convivencia basada en el respeto, en el reconocimiento de las diferencias y en la construcción del diálogo entre culturas diferentes (Vargas y Méndez, 2012).
El aumento significativo y creciente de los alumnos en las escuelas y universidades y junto a ello la incorporación de las nuevas tecnologías en este mismo ámbito, son los factores que más están cambiando el panorama de la Educación en nuestros tiempos. Ante esto, la práctica de Valores y la Educación Multiculturalidad pueden ser las vías más factibles para fomentar la convivencia en la sociedad en que vivimos. Es por ello, que resulta importante reflexionar sobre la multiculturalidad y los valores sociales como retos de la educación contemporánea.
Dada la diversidad cultural en las instituciones educativas, es necesario replantear los objetivos de la educación en todos los países, investigar, diseñar e implementar normativas, orientaciones y recursos para afrontar esta diversidad. La Educación Multicultural permite atender a la realidad actual de nuestras sociedades, con sus aportaciones a la adquisición de los valores y las competencias sociales necesarias para dar respuesta eficaz a las demandas del mercado laboral y para convivir y relacionarnos en la nueva sociedad de la globalización (Méndez, 2009).
La Educación Multicultural ha sido considerada como una respuesta a la diversidad cultural de los pueblos y se ha convertido en un tema permanente de debate y reflexión, para atender las realidades sociales, políticas, económicas que los individuos experimentan en los grupos humanos complejos y diversos.
El presente trabajo de investigación tiene como propósito analizar la situación actual de los valores en nuestra sociedad y el desarrollo de la Educación Multicultural como herramienta indispensable para minimizar las diferencias sociales que aún se presentan en nuestros pueblos. Además se plantean algunas estrategias que pueden emplear los docentes en las aulas de clases con el fiel propósito de garantizar la convivencia humana y la promoción de una sociedad fortalecida en valores.
Desde sus orígenes las diversas sociedades han estado en comunicación permanente de alguna manera. Esta interacción entre diferentes pueblos y culturas hace que tengamos una variada riqueza cultural.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros… sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra condición”
Es por ello que a la educación le da una misión esencial e ineludible como un instrumento indispensable para el desarrollo continuo de la persona y las sociedades para alcanzar los ideales de paz, libertad y justicia social, y diálogo entre las culturas.
Por esta y otras razones Salazar (2009), considera que: “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz“.
La libertad cultural constituye una parte fundamental del desarrollo humano puesto que, para vivir una vida plena, es importante poder elegir la identidad propia, lo que uno es, sin perder el respeto por los demás o verse excluido de otras alternativas (Gandariasbeitia, 2004).
Según García, Pulido y Montes (1997), la Educación Multicultural nace de una reflexión sobre la presencia en las escuelas occidentales de minorías que, además de necesitar un trato adecuado por la distancia entre su cultura y la cultura presentada y representada por la escuela occidental, necesitan una atención especial ante el fracaso continuado cuando acceden a esta última. Se diseñan entonces programas que tratan de mejorar la situación de estos colectivos en las escuelas y que, en algunos casos, promuevan un respeto hacia su cultura de origen y una integración en la cultura de acogida (o al menos eso es lo que idealmente se pretende).
La Educación Multicultural se apoya en valores como la equidad y la justicia, la igualdad con derecho a la diferencia étnica y cultural, y se manifiesta a través del ejercicio de reconocimiento, respeto y promoción de la identidad y cultural. Sus aportes positivos son:
Desde este punto de vista, se considera que para que la educación sea verdaderamente multicultural deberá ser capaz lograr la integración de los grupos humanos, y responder a las necesidades específicas de comunidades concretas, rurales o urbanas, que tienen una cultura propia. Lo cual conlleva a todos a tomar conciencia de la diversidad y a respetar a los demás.
Ante los constantes cambios que se manifiestan en nuestra sociedad, cambios que se evidencian en el aumento de poblaciones estudiantiles en escuelas y universidades cada uno con su formación cultural diferente uno del otro, la aplicación de nuevas formas de tecnología, la búsqueda permanente de mejores formas de vida a través de empleos dignos y bien remunerados. Además de los constantes movimientos migratorios de las personas en busca de mejores oportunidad; surge la necesidad de promover la formación de Valores y la Educación Multicultural como herramientas poderosas capaz de responder y atender de forma efectiva a la realidad cultural y étnicamente plural de nuestras escuelas y universidades.
En materia educativa el respeto a la diversidad, la tolerancia y la especificidad de los grupos y de los individuos constituye un principio fundamental que nos debe llevar a buscar nuevas formas de enseñanza que tomen en cuentan las diferencias individuales y la riqueza de las expresiones culturales. Generalmente los sistemas educativos formales limitan el pleno desarrollo personal al imponer a todos los estudiantes el mismo molde cultural e intelectual sin tener suficientemente en cuenta la diversidad de sus culturas y de los talentos individuales, por lo tanto, es necesario atender esta diversidad cultural a fin de enriquecer estas nuevas formas de enseñanza. Esto se logra a través de la formación de Valores y la Educación Multicultural.
La aplicación de la Educación Multicultural surge no solo por las razones pedagógicas, sino también por motivos sociales, ideológicos y culturales. El papel principal de la Educación Multicultural es conseguir que todas las personas desarrollen una serie de aptitudes y actitudes que le permitan convivir adecuadamente en nuestra sociedad promoviendo el trabajo en equipo, el bien común, la solidaridad; en fin, lograr el desarrollo del país a través de la integración de todos sus miembros.
La Educación Multicultural puede ser considerada como un esfuerzo de los educadores para desarrollar estrategias y recursos, para promover el éxito de los estudiantes en nuestras escuelas y universidades. Los educadores multiculturales buscan reformar sustancialmente las escuelas para dar a los estudiantes las mismas oportunidades en las escuelas, en el mercado laboral y de esa manera contribuir con la construcción de comunidades dinamizadas por la equidad e igualdad de oportunidades.
Para el logro de una Educación Multicultural en diferentes instituciones educativas, es necesario: la integración de los contenidos curriculares, diseñar procesos de construcción de conocimientos de manera participativa, reducir o eliminar los prejuicios sociales, promover una pedagogía de equidad y valorar las diferentes formas de culturas.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Los valores son aquellos criterios que rigen el comportamiento de las personas y los grupos sociales. Su práctica, identifica a todos con la manera de estar en el mundo de vida al que pertenece, además permite asumir una determinada concepción del mundo; ya que toda actividad humana guarda correspondencia con un entorno colectivo, es decir, el entorno determina toda forma de asumir como práctica de vida expresada en el comportamiento humano.
Los valores sociales encuentran su máxima expresión en los códigos de comportamiento que cada sociedad impone a partir de leyes, usos y costumbres aceptados por la generalidad. Ante lo cual, en la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993 se planteó la dificultad de saber si es ético definir y aplicar valores y derechos universales a un determinado país, independientemente de su nivel de desarrollo, tradiciones y valores culturales. En este sentido, la respuesta a tan complejo choque de valores pasa por el diálogo y debate sobre considerar que para el estudio de los problemas de las sociedades, debe haber todo intento de integración de sus valores culturales específicos en un marco universal dominado por principios como el humanismo, la democracia, la solidaridad, la ecología, el pacifismo y la tolerancia (Naciones Unidas, 1993; citado por Rojas, 2008).
Es por ello que el reconocimiento de la multiculturalidad posee un valor supremo, como fuente de la convivencia y como un mandato dirigido a que el Estado garantice que las diversas formas de ver el mundo tengan espacio. Esto no ha sido, ni es, ni será realidad de fácil aceptación para una sociedad moderna donde en reiteradas ocasiones se ha planteado la imposición de una sociedad culturalmente homogénea.
Ante estos planteamientos surge la Educación Multicultural como una nueva forma de educación que busca resaltar los valores de los diferentes grupos humanos que integran nuestra sociedad. Cuyo objetivo se cimentan en la igualdad de oportunidades, justicia, paz, equidad, respeto y amor.
Concepto de Valores y Educación Multicultural
Los valores
Existen muchas definiciones que tratan de orientar sobre el verdadero concepto de los valores, a continuación se presenta la siguiente definición:
“Los valores universales son el conjunto de normas de convivencia válidas en un tiempo y época determinada” (Negretes, s/f).
Por lo tanto, podemos considerar que los valores son la convicción razonada y firme de que algo es bueno o malo. Los valores como tales están en estrecha relación con las actitudes, las cuales son tendencias o predisposiciones relativamente estables de las personas al actuar de cierta manera. Son la forma en que cada persona concreta su conducta de acuerdo con unos valores determinados.
Educación Multicultural
Dada la complejidad del término, actualmente no hay una definición precisa sobre la multiculturalidad como tal. Es por ello que con el propósito de aclarar el término y tener una visión general, al respecto se consideran las siguientes definiciones.
“La educación multicultural es considerada como un campo de estudio o una disciplina cuyo objetivo es crear igualdad de oportunidades para alumnos (as) de diferentes grupos raciales, étnicos socioeconómicos o culturales (Bank, 1995; citado por Aguado, s/f).
“La educación multicultural es una forma de enseñar y aprender en base a valores y creencias democráticas y que promueven el pluralismo cultural dentro de una sociedad culturalmente diversa en un mundo independiente” (Bennet, 1990; citado por Aguado, s/f).
En base a las definiciones que han sido planteadas sobre Educación Multicultural, se puede considerar que la misión de todas las instituciones educativas es promover al alumnado un currículo multicultural que debe enseñar los principios de los valores democráticos que favorecen el trabajo en equipo, para trabajar unidos por alcanzar decisiones que sean de consenso social y que permitan vivir pacíficamente como ciudadanos de una misma sociedad. Una Educación basada en la multiculturalidad se manifiesta la puesta en práctica de valores tales como la tolerancia, el respeto a la opinión contrarias, el sentido de responsabilidad por el bien común y preparación para la participación de una vida cívica y democrática.
Cuando la educación logre cumplir sus tareas en la sociedad, entonces es posible observar que la diversidad social y ética son fuentes de fortaleza en un país de tránsito como el nuestro en donde se conjugan diferentes manifestaciones culturales.
La Educación Multicultural tiene por tarea promover la igualdad de oportunidad de acceso a la educación para todos los alumnos. Así como la defensa de los valores democráticos cuyo fundamento reside en el respeto al otro.
En una sociedad como la nuestra con una gran diversidad cultural es fundamental la práctica de los valores universales y la Educación Multicultural. Lamentablemente se observa que aún hay grupos sociales que carece de oportunidades para acceder a una educación de calidad en los diferentes planteles educativos y universidades. Además de las constantes situaciones y conflictos sociales que han promovido un desequilibrio en el trato con determinados grupos étnicos que componen nuestra sociedad; por estas y otras razones, es necesario el desarrollo de una educación basada en valores y que promueven el respeto de los derechos humanos.
Para lograr la igualdad y equidad en nuestra sociedad se requiere recorrer un gran camino para que en efecto haya cooperación e igualdad entre los distintos grupos que componen nuestro país. Solo de esta forma es posible que haya progreso de los pueblos y se reduzca la marginación de los débiles socialmente.
Las instituciones educativas y en especial las universidades como máximas casas de estudios superiores tienen el reto de desarrollar y practicar la Educación Multicultural en todas las carreras que ofrecen. Fortaleciendo así la identidad de los pueblos y valorando sus costumbres y tradiciones.
Filosofía de la Educación Multicultural
La Educación Multicultural en su defensa de los valores democráticos parece ser la mejor respuesta educativa ante las necesidades de una sociedad culturalmente diversa como la nuestra.
Según Aguado (s/f), la filosofía detrás de la educación multicultural puede centrarse en los siguientes principios:
Estos principios sobre la multiculturalidad nos llevan considerar que la educación es la herramienta más viable y eficaz para cerrar la brecha que culturalmente ha existido entre los grupos mayoritarios y los pueblos autóctonos y los grupos humanos inmigrantes. Esta nueva concepción de la cultura educativa resalta y valora a las personas como miembros de una sociedad respetando sus derechos y promoviendo la igualdad, la justicia social y equidad.
El avance de la civilización y más en la actualidad, el fenómeno de la globalización, han conllevado a la formación de sociedades multiculturales.
Algunos ven la multiculturalidad como una consecuencia natural de la evolución y reconocen las ventajas que brinda la existencia de diferentes culturas, pero otros ven que la multiculturalidad se inserta en un modelo de desarrollo socioeconómico que lejos de llevarnos a un clima de igualdad y de justicia, ha profundizado las desigualdades existentes con todas sus secuelas; la violencia, el racismo, el sexismo, el consumismo, la ideología del éxito personal, el individualismo, la insolidaridad.
En base a estos planteamientos (Millán, 2001; citado por Zambrano y Prieto, 2008) sostiene que la multiculturalidad se reconceptualiza al considerarse que las sociedades heterogéneas y diversificadas tienen un gran potencial para la innovación, creatividad y apertura a los cambios sociales.
Autores como Castro, Pulido y Montes (1997), plantean los diferentes modelos de Educación multicultural, con el propósito de que los mismos sean puestos en práctica en todos los ámbitos sociales. Dichos modelos son los siguientes:
Educar para igualar: la asimilación cultural
Lo que se pretende desde este primer modelo es igualar las oportunidades educativas para alumnos culturalmente diferentes. Tal posición surgió ante el fracaso académico continuado de los alumnos pertenecientes a los grupos minoritarios, y también como rechazo de la hipótesis del déficit genético y cultural como causa de dicho fracaso. Los supuestos claves que subyacen en este primer enfoque son: 1) los niños culturalmente diferentes a la mayoría experimentarán desventajas de aprendizaje en escuelas sometidas por los valores dominantes; 2) para remediar esta situación, creada por los programas de educación multicultural, se debe aumentar la compatibilidad escuela y hogar; y 3) mediante los programas que promueve este enfoque se aumentará el éxito académico de los alumnos.
El entendimiento cultural: el conocimiento de la diferencia
En este segundo enfoque se apuesta por una necesaria educación acerca de las diferencias culturales y no de una educación de los llamados culturalmente diferentes. Se trata de enseñar a todos a valorar las diferencias entre las culturas.
Partiendo de este criterio se piensa, entonces, que la escuela debería orientarse hacia el enriquecimiento cultural de todos los alumnos. Todos los alumnos sean de minorías o de la corriente cultural dominante necesitan aprender acerca de las diferencias culturales, hacia las cuales las escuelas y universidades deben mostrar una mayor sensibilidad, modificando su currículo, si fuese necesario, para reflejar de manera más precisa sus intereses y peculiaridades.
El pluralismo cultural: preservar y extender el pluralismo
Este surge de la no aceptación por parte de las minorías étnicas de las prácticas de aculturación y asimilación a las que se encuentran sometidas en el contacto con las culturas mayoritarias. Para estas minorías ni la asimilación cultural ni la fusión cultural son aceptables como objetivos sociales últimos. Habría que mantener la diversidad, y, por ello, las instituciones educativas deberían preservar y extender el pluralismo cultural.
En este enfoque la Educación Multicultural debería producir sujetos competentes en al menos dos culturas diferentes. Tal posición es consecuencia del rechazo por parte de los grupos minoritarios de la idea de la asimilación. Para estos grupos la cultura nativa debería mantenerse y preservarse y la cultura dominante debería adquirirse como una alternativa o segunda cultura. La educación bicultural debe conducir, en último término, a la completa participación de los jóvenes del grupo mayoritario o de los minoritarios en las oportunidades socioeconómicas que ofrece el Estado, y todo ello sin que los miembros de un grupo minoritario tengan que perder su identidad cultural o su lengua, dotándoles de un sentido de su identidad y preparándoles a la vez para que participen de lleno en la sociedad.
Este enfoque engloba y concibe a la Educación Multicultural como un proceso encaminado a lograr un desarrollo de los niveles de conciencia de los estudiantes de minorías, de sus padres y de la comunidad en general acerca de sus condiciones socioeconómicas, con objeto de capacitarles para la ejecución de acciones sociales basadas en una comprensión crítica de la realidad.
La Educación Multicultural en el contexto de la Globalización
Mucho se ha dicho acerca de la globalización y muchos desacuerdos han surgido en la discusión sobre el tema, pero el punto de encuentro entre todas las tendencias del pensamiento es que, queramos o no, la globalización acerca de alguna manera a todas las personas.
Dalla (1999 citado por Zambrano y Prieto, 2008), considera que: “Podemos ser ciudadanos de un país, miembros de una comunidad específica y creyentes de una religión particular, pero cada vez coparticipamos más en una economía única, entretejida e interdependiente”
Cabe señalar que de esta realidad económica indetenible surge una realidad humana mucho más profunda, y es que el proceso de la globalización pone de manifiesto las desigualdades entre los países, entre los individuos, entre sus culturas, y entre sus intereses, beneficiando a algunos y perjudicando a otros. En el actual mundo globalizado, el ser humano y los pueblos pueden ser objeto de múltiples formas de dominación; pero tienen también la posibilidad de construir y reformular, a través de la educación, un espacio más propicio para el crecimiento de una verdadera solidaridad humana.
La relación globalización – condición humana, quedará determinada por la educación de una ética global, capaz de sistematizar significados y valores sobre los que se construirán las relaciones entre los pueblos, las organizaciones, las personas y de todos con la naturaleza. Ciertamente, la contribución de la educación en la construcción e implementación de la ética multicultural es fundamental (Zambrano y Prieto, 2008).
Es por ello que la educación debe nutrirse de la cultura de los pueblos para fortalecerse y garantizar la integración de los grupos sociales que la componen. Esto se logra a través de la preparación de profesionales para la vida que amen y respeten los derechos de cada individuos y que busquen el bien común como mayor satisfacción personal y colectica y que aprendan a vivir y convivir en la sociedad.
La educación tiene el gran desafío de formar para el respeto al pluralismo, al consenso y a la convivencia en el marco de un contexto en crisis de valores, intolerancia, violencia e inequidad económica y social, que enfatice en la formación de valores y en la lucha por una democracia que debe educar en los valores del respeto a todo individuo, por la igualdad de los derechos y la justicia social.
Se puede considerar que la Educación desde su eje de formación social debe fortalecer la asunción de los valores sociales que conlleven al ser humano a desarrollar esos sentimientos, actitudes y formas de vida que afloren en él interés por el relacionarse, compenetrarse y convivir con los otros seres humanos. Bajo esta dimensión, éste aprende a trabajar en equipo, a convivir en armonía, a luchar en grupo por las mejoras requeridas, a valorar la diversidad, a escuchar y a discutir ideas con otros, y así va desarrollando el sentido de pertenencia (Rojas, 2008).
Sin lugar a dudas, para que ese sentimiento de pertenencia pueda ser vivido por los diferentes miembros de un grupo social multicultural debe existir la solidaridad como valor fundamental; es necesario descubrir y sentir que la causa del otro es nuestra propia causa, desde el convencimiento de que la diversidad también es un valor. Por lo que dicha solidaridad está apoyada en la tolerancia, entendida ésta como la virtud desde donde emergen principios como aprender, respetar y convivir con lo diferente.
Según Rojas (2008), en estos momentos cuando la escuela y las universidades como centro de socialización ofrecen un escenario donde en medio de la tecnocivilización se entremezclan las diversas culturas, y pasa a ser espacio apropiado para fomentar el conocimiento y la interacción desde un mismo contexto multicultural. Tiempo oportuno para que los docentes como orientadores deban centrarse e interiorizar el rol fundamental que desempeñan como promotores de cambio social y de las transformaciones requeridas para la integración y para la convivencia.
Pero para ello, es necesario primero acercarnos a nuestra realidad circundante, conocer las raíces; historia, hechos pasados que se han entretejido conformando nuestra memoria cultural, social y nuestro sistema de creencias, con la visión de encontrarnos a nosotros mismos. Evitando así, el riesgo de tener una escuela meramente transmisora de conocimientos, valores y actitudes que con frecuencia podrían ser contrapuestas a nuestros propios valores culturales.
Conocer la cultura del otro es imprescindible para la supervivencia. Cada comunidad, sociedad, nación, etc. debería apropiarse de su cultura para poder comprender las diversas culturas de su contexto geográfico nacional.
Para Bobadilla (2010), la Educación Multicultural no puede ser una adición de contenido al currículo, por el contrario, debería ser un paradigma de educación, que se debe tener en cuenta durante el proceso educativo en todos los niveles que componen la política educativa del país.
Actualmente, la multiculturalidad es un fenómeno que adquiere mayor fuerza y rapidez de expansión por diversas causas que no se pueden desconocer socialmente. En este contexto se debe considerar la movilidad social o la migración de personas con diferentes orígenes culturales en un mismo espacio, en donde, se generan conflictos fundamentalmente sociales que se producen entre personas de diferentes culturas.
Formación Docente para la Educación Multicultural
Desde el punto de vista educativo, la multiculturalidad implica grandes desafíos para la planificación e implementación de los sistemas, especialmente, para la formación del docente. Es ella el componente esencial en este proceso de enseñanza y aprendizaje de los valores, habilidades, actitudes y conocimientos para la socialización.
La educación deber tener una planificación, organización e infraestructura especial en donde los educandos de diversas culturas tengan la oportunidad de formarse dentro de la multiculturalidad, enseñándoles a sentir, pensar y actuar, de tal forma que valoren y comprendan a los demás.
Mediante la Educación Multicultural, se pueden lograr los cambios de mentalidad necesarios para la construcción de una sociedad más igualitaria, humanista y justa, respetando las diferencias personales y los valores culturales, raciales y étnicos, promoviendo la convivencia pacífica en una nación multicultural.
La Formación Docente para la multiculturalidad y la multiculturalidad para la Formación Docente constituyen una vía de sentido doble imprescindible para la conformación del proceso reflexivo, ya que la formación docente debe tener la suficiente habilidad en el proceso de enseñanza y aprendizaje para poder manejar los aprendices que provienen de diferentes culturas; como así también la multiculturalidad es un componente que está presente en cada sociedad. No es un mito; es una realidad que se debe comprender, conocer, valorar y apropiarse de ella (Bobadilla, 2010).
La Educación Multicultural en el aula, según (Aguado, s/f.)
Los entornos de aprendizaje del aula tiene cinco componentes, los cuales son: el entorno físico, el currículo, las estrategias de enseñanza, las expectativas de comportamiento y el currículo oculto. En cada uno de ellos el docente debe propiciar un clima que promueva la formación de valores y que respete la diversidad cultural que hay en el aula de clases.
El entorno físico
Se refiere al ambiente en donde se desarrolla el proceso educativo como tal. En el entorno físico del aula el docente debe intentar representar e incluir a todos los grupos culturales, a hombres y mujeres, a personas de diferentes creencias y de diferentes habilidades físicas y orientación sexual.
En el currículo
El currículo es lo que se enseña por lo tanto, debe mostrar más de una perspectiva a la hora de anclar los diferentes temas e incluir los diferentes grupos que integran el aula de clases.
Las estrategias empleadas para enseñar
Numerosos estudios demuestran que no todos los alumnos aprenden de la misma forma, por ello el docente debe emplear más de un estilo a la hora de enseñar.
Las expectativas de comportamiento
En general se refiere a lo que los docentes esperan de sus alumnos. Estas expectativas a veces chocan con las expectativas de la familia del alumno al punto que en ocasiones el comportamiento que se espera en la escuela es diariamente opuesto al enseñado por una determinada cultura en particular.
El currículo oculto
Los docentes son quienes llevan al aula sus propias pautas y comportamiento culturales, prejuicios, valores y actitudes se manifiestan en el aula. En la mayoría de los casos los docentes no son conscientes de su currículo oculto y que los mensajes que transmiten a sus alumnos, por lo tanto, es importante que se identifiquen sus componentes para adoptarlos a los principios de la Educación Multicultural.
Competencias del docente en el ámbito multicultural
Las competencias mínimas que deben tener los docentes para aplicar una Educación Multicultural deben centrarse en los principios básicos de la misma, los cuales han sido mencionados anteriormente.
Agudo (s/f), señala que para que los docentes logren el desarrollo de una Educación Multicultural en las aulas de clases, es importante que tenga las siguientes competencias.
Orientación y Multiculturalidad
Existe una interrelación entre los conceptos de diversidad cultural, sociedad multicultural, sociedad multiétnica, las cuales son prioritarias en este momento histórico para la convivencia humana, por el reconocimiento y respeto de su identidad, la democracia, justicia social y equidad.
Al respecto, Perlo (2004, citado por Rojas, 2008) señala que la sociedad requiere que sus sistemas educativos adopten un modelo multicultural de educación y la misma, no se limite a los hijos de inmigrados, sino que ha de hacerse extensiva a toda la población estudiantil del país. Que transmita un conjunto de valores y virtudes simples, que permita a las personas trascender las distintas comunidades y culturas a las que pertenecen; ya que es el único modelo educativo que podría responder a la situación mundial de este momento cuando todos los ciudadanos necesitan educarse para la diversidad cultural.
Este mismo autor señala que todo proceso educativo debe incluir tanto la identificación, interpretación y crítica de situaciones de injusticia, como la conformación de un marco de convivencia basado en la razón y la tolerancia, además de la proposición de iniciativas para la creación de formas de vida más justas a nivel personal y colectivo. Entendiendo, que los valores sociales además de referir a una dimensión específica del ser humano; su sociabilidad, orientan todo sentido de su vivir, invivir y convivir dentro y para su mundo circundante, caracterizado por la multiculturalidad.
Tendencia actual de la Educación Multicultural y la formación de valores en el aula universitaria
Las universidades tiene el reto de desarrollar una formación ética transversal integral, alineada con la formación de carácter en la persona, que le permita afrontar los dilemas éticos y personales que enfrentará en su vida profesional.
Es necesario que la Educación Multicultural y la formación de valores en todas las instituciones educativa del país queden implícitas en los contenidos curriculares y además en la forma en que estos contenidos son proporcionados a los estudiantes. Ante la carencia en cuanto a la práctica de valores, las desigualdades sociales que aún se viven, es necesario que el sistema educativo panameño y las universidades públicas y privadas puedan proveer los medios para facilitar la interacción entre el profesor y los estudiantes y entre ellos mismos.
Así tenemos que las universidades deben fundamentarse en valores, reconociendo que el diálogo, la tolerancia, la libertad, la solidaridad, la justicia y la paz deben arraigarse y desarrollarse en el ser humano que se prepara para la vida en sociedades culturalmente diversas.
Finalmente, es importante resaltar que la práctica de valores se posibilita a través de una Educación Multicultural que educa para el respeto a la diversidad y que al buscar la convivencia entre diferentes, promueve la construcción y reconstrucción de valores, por lo tanto, educa en valores.
Fuente del Artículo:
Por: La Estrella/Marco A. Gandásegui, Hijo/19-01-218
En la década de 1970 Panamá no pudo combinar el crecimiento económico y las demandas educativas
Hace ya muchos años –o hace muchos Gobiernos de turno– que se dice que el sistema educativo panameño ha colapsado. Lo mismo se puede decir de los sistemas educativos en los demás países de la región. Incluso, en EE.UU. que fue el modelo en los siglos XIX y XX, la educación pasa por una crisis que algunos llaman terminal. ¿A qué se debe esta situación que impacta a Panamá y a los demás países en forma tan negativa?
Existe una relación estrecha entre el desarrollo económico-social y la educación. Es una relación que funciona en ambas direcciones. Aumenta la educación –cuantitativa y cualitativamente– y se notan casi de inmediato las mejoras en la situación social y económica.
El sistema educativo panameño influyó –por lo menos entre 1910 y 1980– sobre las condiciones sociales y económicas del país y de su población. Igualmente, el desarrollo socioeconómico hizo demandas sobre un cierto tipo de educación. La educación en Panamá entre 1910 y 1980 estaba orientada a formar una clase media consumidora, cada vez más productiva y capaz de asumir los rápidos cambios. En la primera mitad del siglo XX, los colegios formaron una base social de clase media limitada que fue absorbida por el sector público (abogados, administradores, oficinistas, vendedores y otros). En la segunda mitad del siglo pasado, el sistema educativo —incluyendo la Universidad de Panamá— siguió produciendo los profesionales mencionados más arriba y, además, médicos, ingenieros, pedagogos, profesores y técnicos altamente especializados (matemáticos, físicos, químicos, biólogos, historiadores, geógrafos) y muchos más. Estos eran absorbidos por una economía industrializada y un sector de servicios cada vez más dinámico.
En la década de 1970 Panamá no pudo combinar el crecimiento económico y las demandas educativas. En la década de 1980 se introdujeron las políticas neoliberales para proteger a los inversionistas y se descuidó el sector productivo de la economía (industria y agricultura). En un principio, el sistema educativo se estancó y ya en el presente siglo colapsó.
Las políticas neoliberales tenían entre sus ‘consignas’ reducir el tamaño del aparato gubernamental. En realidad, la consigna no se refería al número sino a la calidad. En el sector educativo el cambio se sintió en el deterioro de los planteles y la falta de crecimiento, según el aumento de la población. La calidad también fue disminuyendo al reprimir las expresiones creativas de profesores y estudiantes. El número y calidad de los estudiantes se estancaron. Los empleos comenzaron a disminuir, especialmente los productivos.
La clase media comenzó a reducirse. La incorporación parcial del Canal de Panamá a la economía impulsó el sector de servicios, pero las políticas neoliberales continuaron destruyendo la planta industrial y el sector agrario. La informalidad en el empleo comenzó a convertirse en una característica del país. En los estratos de edad estudiantil, los ‘ni-ni’ se volvieron la norma.
Para conservar el estatus de clase media, muchos padres de familia optaron por matricular a sus hijos en colegios ‘privados’. La educación es igual o inferior a la que ofrece la educación ‘oficial’. Sin embargo, el colegio particular tiene más estatus. Los padres consideran que los contactos que puede hacer el hijo o la hija en un centro educativo particular contribuyen a su futuro.
Hay que rescatar el sistema educativo. Es urgente. ¿Cómo proceder? Hay muchos modelos, pero solo hay un Panamá. Hay que diseñar un sistema que responda a los intereses del país y, a la vez, de todos los panameños. Hay que darle prioridad a lo que el país quiere en los próximos 50 años. Hay que crear la infraestructura y preparar los planes de estudio. Pero, además, hay que crear las condiciones socioeconómicas. La informalidad tiene que eliminarse para garantizar la estabilidad de la familia y poner fin a la deserción escolar.
El Gobierno panameño acaba de firmar 19 acuerdos con China Popular para iniciar un plan de inversiones de 500 mil millones de dólares en 20 años. El plan consiste en crear un centro de operaciones gigante para el transporte marítimo, aéreo y terrestre a escala regional. Además, iniciativas comerciales, agropecuarias y turísticas. Se necesitará producir miles de técnicos y profesionales a corto y mediano plazos. Hay que formarlos. Si los Gobiernos neoliberales no son capaces de seguir el ritmo que significa la inversión china, hay que reemplazar el régimen político que gobierna a Panamá desde hace 25 años.
EL AUTOR ES PROFESOR DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE PANAMÁ E INVESTIGADOR ASOCIADO DEL CELA.
*Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/educacion-cambios-desarrollo/24043785
Panamá / www.prensa-latina.cu/ 17 de Enero de 2018
El mecanismo de la OCDE permite intercambiar información financiera en un marco multilateral con el objetivo de luchar contra la evasión fiscal, y actualmente cuenta con 98 firmantes.
En el acto, el subsecretario de la OCDE felicitó a Panamá por ese paso que muestra ‘el compromiso del país’ con la transparencia financiera, según afirmó.
Esa nación protagonizó una filtración masiva de documentos ocurrida en 2016 y denominada Papeles de Panamá, que reveló las actividades del despacho de abogados Mossack Fonseca para ayudar a personalidades internacionales e instituciones a ocultar sus millonarias posesiones. Se trató de uno de los mayores escándalos de evasión fiscal en los últimos tiempos, y colocó a Panamá en una situación compleja.
De hecho, en diciembre último la Unión Europea le incluyó en la lista negra de 17 países o entidades que no realizan los esfuerzos necesarios para combatir el lavado de capitales y la evasión fiscal.
UNESCO – Panamá/16 de enero de 2018/Fuente del Evento: http://forocilac.org/convocatorias/
El Foro Abierto de Ciencias de América Latina y el Caribe se instala como espacio regional de debate e intercambio, y será organizado cada dos años de manera itinerante en distintas ciudades de la región. A la vez, busca constituirse como una plataforma para definir posiciones comunes en torno a una agenda científica, tecnológica y de innovación para el desarrollo sostenible, y llevar la voz de la región al ámbito global del Foro Mundial de Ciencias.
Se trata de una conferencia única en su tipo, que conecta futuros investigadores con científicos de primer nivel, emprendedores jóvenes con líderes de empresas y corporaciones, visionarios e innovadores con decisores políticos, artistas, diseñadores, inventores e ingenieros, periodistas científicos y centros de divulgación científica… Todos ellos convocados por los enormes desafíos de nuestra época, que exigen la colaboración interdisciplinaria y multisectorial de toda la sociedad latinoamericana y caribeña.
CILAC es un evento internacional, que cuenta con la participación de colegas y organizaciones de todos los continentes.
El Foro Abierto tiene un carácter de diálogo multi-actoral, con Conferencias Plenarias a cargo de renombrados especialistas, así como Sesiones Temáticas y Eventos Paralelos, en los que participan Ministros, Rectores de universidades, empresarios, científicos, investigadores, emprendedores, representantes de organismos internacionales y no-gubernamentales, así como actores relevantes de la sociedad civil.
De manera simultánea, en espacios públicos de Ciudad de Panamá se celebra la Ciudad Abierta a la Ciencia.
Se realizarán Actividades Descentralizadas de divulgación de las ciencias y vinculación entre ciencia, cultura y sociedad, invitando a la ciudadanía a vincularse con la ciencia, la tecnología y la innovación, a través de la cultura y las artes, incluyendo teatro, danza, charlas informales, performances y demostraciones. La programación incluye exposición de Posters, instalación de Stands institucionales y realización de Visitas Técnicas para los participantes interesados.
CILAC configura un encuentro plural, coherente y articulado de múltiples actividades de reflexión y propuestas en el marco de la Agenda para el Desarrollo Sostenible 2030.
Es por ello que CILAC convoca a múltiples actores, relacionando a la sociedad civil con científicos, academia, organizaciones de cooperación, sector privado y gobiernos a pensar en conjunto.
De esta forma, se ha convertido en un evento global, con la participación de colegas y organizaciones de todos los continentes, que busca contribuir en el diseño de una estrategia planetaria a favor de la ciencia para el desarrollo sostenible.
El objetivo principal del Foro Abierto de Ciencias de América Latina y el Caribe, es crear un espacio dinámico e inclusivo para debatir, planificar y monitorear entre todos los actores involucrados -gobierno, universidades, empresas, investigadores, sector social− la integración científico-tecnológica de la región y el papel del sistema Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) para el desarrollo sostenible de la región.
El Foro, brinda un espacio único para el alineamiento de las prioridades y políticas regionales de las diversas organizaciones (internacionales y regionales), así como de las agencias bilaterales y multilaterales de cooperación activas en materia de ciencia y tecnología, junto con los sistemas de enseñanza e investigación.
A su vez, a través del Foro se pretende impulsar de manera significativa el proceso de gestación, desarrollo y consolidación del Espacio Latinoamericano y Caribeño de Educación Superior (ELACES).
Para mayor información: