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El pueblo sin niños.

Por: Saturnino Acosta.

No creerán lo que les voy a relatar pero es absolutamente cierto. Existe un pueblo en Escocia, al norte del Reino Unido, donde está prohibido que vivan niños. Sus ciudadanos pueden recibir visitas de éstos a determinadas horas y con cierta frecuencia pero no vivir, aunque sí dejan una mascota siempre que no sean ni patos, conejos, palomas y abejas. Tampoco crean que todos pueden vivir allí, hay que tener más de 45 años. La explicación de tales inusuales restricciones es que el pueblo fue creado con esas condiciones, y los propietarios del terreno sólo venden casas con esas premisas, pensando en formar un pueblo específico para vivir con absoluta tranquilidad hasta el final de los días. Eso sí, el lugar elegido al parecer es un paisaje de cuento.

Contrariamente a Firhall, los pueblos extremeños quieren niños, es más, necesitan niños para no morir, y para que haya niños necesitan una escuela, porque ello implica que las familias terminen trasladándose a la localidad más cercana, con escuela, y sin niños el futuro no tiene futuro, como en Firhall, solo la espera, además de influir en el aislamiento rural ya de por sí relevante en muchas poblaciones. Todavía suelo escuchar cuando conozco a alguien residente o nacido en un pueblo, como con orgullo en su descripción incluye «es pequeño pero tiene una escuela», otra manera de decir mi pueblo vive y seguirá vivo.

 Es por eso por lo que la supresión de unidades jurídicas en centros pequeños, aulas para que me entiendan, aunque no se cierren colegios, es de especial importancia.

En ese sentido, no crean que es un gasto superfluo mantener escuelas o unidades con pocos alumnos, incluso con escasos alumnos, evidentemente mientras sus padres así lo deseen. Ese gasto que pareciera no cumpliera los requisitos de racionalización del gasto educativo está cumpliendo con creces la misión más importante que la escuela pública ofrece y que es la garantía de que cualquier alumno nacido donde haya nacido tenga el mismo acceso a la misma educación en igualdad de condiciones.

La escuela rural sólo tiene una solución que además no sólo compete a Extremadura y no sólo es educativa. Políticas para incentivar a las familias y a quien pretenda tenerla, desde el Estado al municipio y empleo.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/pueblo-sin-ninos_992108.html

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La disciplina de la innovación.

Innovación debería entenderse como el esfuerzo sistemático de la institución educativa de prepararse con renovada ambición para la misión que tiene encomendada.

Por: Ferran Ruiz Tarrago.

Las instituciones están diseñadas para la continuidad y su funcionamiento no admite paréntesis ni vacíos por redefinición de su misión o de sus métodos. En las instituciones tradicionales, la idea de cambio viene a ser una contradicción en sus términos. Los centros educativos ocupan un lugar destacado entre las instituciones de la sociedad, pues de manera permanente y estable proporcionan un servicio público de gran demanda y de carácter crucial, dado que tienen la misión de garantizar los aprendizajes, promover los valores humanos y proporcionar un entorno seguro en el que los alumnos y sus padres puedan confiar plenamente. En este sentido son entes morales y núcleos de optimismo esenciales para la estabilidad y el progreso de la comunidad.

Mucho se habla estos días de innovación educativa y de la necesidad de llevar a cabo importantes cambios desde abajo, es decir, por iniciativa de profesores y directivos escolares comprometidos con mejorar la educación aquí y ahora, sin esperar, ni tampoco confiar, en una enésima iniciativa gubernamental. Muchos centros educativos han hecho suyo este planteamiento y se han puesto manos a la obra para reenfocar la organización escolar, las actividades docentes, los aprendizajes y su evaluación. Convencidos de que enlazan con lo mejor de la tradición pedagógica, estos colegios, institutos y escuelas abrigan la esperanza de transmitir a su entorno inmediato y a la sociedad que están llevando a cabo un proceso de innovación educativa profundo y urgente, beneficioso para los alumnos y para la adaptación del sistema educativo a las nuevas realidades y a los retos de una sociedad en cambio.

UNA REALIDAD COTIDIANA

Innovación es pues el término del momento, aunque no se conozca exactamente lo que conlleva en la práctica ni signifique lo mismo para todos. Según los diccionarios, innovar es algo tan habitual como hacer por primera vez, introducir algo nuevo o efectuar cambios. Bajo esta acepción, la innovación educativa es una realidad cotidiana, dado que siempre hay cambios y siempre los ha habido. Como ejemplos baste citar la incorporación de nuevos objetivos relacionados con el conocimiento (como el enfoque por competencias o la incorporación de nuevas materias al currículo); la promoción de ciertos valores por demanda social o mandato político (como la igualdad de género, la no violencia, la tolerancia y el respeto a la diversidad cultural); o bien, la generalización del uso de distintos tipos de recursos (como las tecnologías digitales, los museos o las visitas culturales). El profesorado tiene pues una gran experiencia en innovar, sea de ‘motu proprio’ o bien obedeciendo directivas administrativas.

Es importante destacar que la idea de innovación educativa que actualmente circula por las escuelas y llega a los medios de comunicación, suscitada por diversos proyectos y singularmente por la iniciativa Escola Nova 21, no se atiene a patrones de innovación como a los anteriores, sino que plantea la generalización de “prácticas educativas avanzadas” por medio de la iniciativa y la colaboración de los propios centros educativos.

Dichas prácticas hacen referencia a asuntos pedagógicamente muy relevantes, como la potenciación de la centralidad y la implicación emocional del alumno, la personalización del aprendizaje, el rol menos transmisivo y más orientador del profesorado, la evaluación por medio de la evidencia, la investigación y el trabajo colaborativo y por proyectos como bases de la actividad educativa.

LA NECESIDAD DE UNA CONCEPCIÓN CLARA

Estas ambiciosas propuestas deben encajar en unas instituciones diseñadas para la estabilidad, que cuentan con unas estructuras organizativas y funcionales tradicionales y consolidadas. Conseguir que dichas propuestas sean provechosas, viables y sostenibles requiere una concepción clara de la innovación, que se distinga nítidamente de la miríada de cambios concretos derivados de la aplicación más o menos coordinada de metodologías, procesos o instrumentos alternativos. Innovación —en singular— debería entenderse como el esfuerzo sistemático de la institución educativa de prepararse con renovada ambición para llevar a cabo la misión que tiene encomendada y, al mismo tiempo, colmar unas aspiraciones de mejora que son legítimas y necesarias. Desarrollar y aumentar la capacidad del centro educativo es una disciplina que, como señalaba Foucault, se ejerce amalgamando voluntad, conocimiento y poder mediante un trabajo serio, constante y focalizado.

La envergadura de este reto es enorme. Lo es para los profesores, que tienen que analizar los modelos, los supuestos implícitos y las rutinas que condicionan sus prácticas docentes, expandir sus conocimientos, colaborar y aprender en equipo y a la vez hacerse corresponsables de las decisiones, de los resultados y de los inevitables ajustes sobre la marcha, con el consiguiente aumento de su carga de trabajo.

El reto incumbe tanto a profesores como a los directivos escolares, sobre quienes recae la responsabilidad de mirar adelante

El reto es acaso mayor para unos directivos escolares sobre los cuales, además de gestionar el día a día, recae la responsabilidad de mirar adelante y proponer opciones de futuro, construir una visión compartida clara para todos y tomar decisiones que consigan resultados satisfactorios, afianzando al mismo tiempo la acción de conjunto y los canales de comunicación con la comunidad educativa. Asimismo deben actuar sabiendo que la prisa es enemiga del rigor y del trabajo profundo y provechoso de docentes y alumnos. Concebir la innovación como una disciplina de desarrollo de capacidades a largo plazo es la manera más segura de evitar confundir movimiento con progreso y de proporcionar al cambio educativo la solidez y la dimensión institucional que precisa.

Fuente: http://www.elperiodico.com/es/noticias/opinion/educacion-innovacion-pedagogica-escola-nova-5753297

Imagen: http://estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/5/0/alumnos-una-escuela-barcelona-1480977922305.jpg

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Todos contra el bullying.

Por: Ángel R. Calvo Rodríguez.

Cuando se han apagado las noticias sobre el penúltimo caso de acoso escolar, conviene retomar el problema considerando las actuaciones de los centros que, no estando exentos del peligro del acoso, actúan de forma eficaz para prevenirlo. ¿Qué hacen los profesores de los centros que no salen en los medios de comunicación porque han conseguido controlar el acoso y la victimización escolar? La práctica educativa de los profesores de estos centros contiene las siguientes particularidades:

Identifican manifestaciones de bienestar de los alumnos en el aula. Son profesores capaces de darse cuenta que un niño se encuentra bien en clase porque descubren sonrisas y gestos más o menos explícitos que relacionamos con sentirse bien. Valoran la conducta desinhibida con el maestro y con los compañeros que refleja la ausencia de miedo o inseguridad en el centro y atienden al deseo de los niños de ir al colegio a pesar de las restricciones y el trabajo que supone la vida escolar.

Conocen las interacciones de los alumnos. Observan cómo se relacionan entre sí los alumnos: quién inicia las relaciones y las propuestas de juegos o trabajos, quién ofrece alternativas, quién realiza lo propuesto sin cuestionarlo, etc. Esta observación permite: identificar alumnos que son menos participativos en actividades grupales e introducir ligeras correcciones en las conductas de esos alumnos. Además, permite incrementar el conocimiento de algunas características de los alumnos sobre las que se pueda intervenir para mejorar o controlar sus relaciones.

Extreman la vigilancia. Estos profesores vigilan especialmente las zonas del centro (patio de recreo, aseos, vestuarios, etc.) que por su carácter más privado o por la presencia de diferentes alumnos puedan constituir fuente de inseguridad para los alumnos.

Intentan averiguar las causas que originan malestar en los alumnos. Cuando detectan que algún alumno se siente mal, incrementan la vigilancia para identificar situaciones de malestar o preocupación y, en caso necesario, informan al orientador del centro para recabar información complementaria del alumno.

Utilizan estrategias educativas para estimular la interacción social. A través de estas interacciones buscan desarrollar el conocimiento entre los alumnos, establecer relaciones afectivas y desarrollar formas de relaciones respetuosas.

Las actuaciones se desarrollan en el contexto de enseñanza aprendizaje. Se trata de que las actuaciones educativas ordinarias contribuyan tanto al desarrollo del aprendizaje como de la interacción social respetuosa. Además, generalmente no se realizan actividades ni se utilizan profesionales ajenos al centro.

Todas estas actividades se realizan a pesar del aumento del número de alumnos a los que tienen que dedicarse, a pesar de la falta de recursos, pesar de las medidas impuestas de evaluar por estándares atomizados olvidándose del alumno en su globalidad.

Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/comunidad/2017/01/18/bullying/798739.html

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Las universidades, su huella de carbono y la verdadera modernidad.

Por: Juan Palomar Verea.

Las universidades, como centros neurálgicos de la educación, tienen una primordial obligación respecto al medio ambiente: reducir al mínimo su huella de carbono, y a través de ello, colaborar a la salud pública y a la formación de todos sus alumnos, empleados, maestros, comunidad en general. A estas alturas todos sabemos que el reducir dicha huella (el impacto global sobre la atmósfera terrestre) es vital para la vida en el planeta.

¿Cómo hacerlo por la vía de los hechos? Una de las principales vías es limitar al máximo uno de los factores del funcionamiento universitario que posiblemente es el más perjudicial para el entorno: los desplazamientos automotores de su comunidad. Entre más lejanos y dispersos sean los planteles e instalaciones académicas mayor es el gasto en combustible y tiempo para acceder cotidianamente a ellos (en transporte público o privado).

La Universidad de Guadalajara, por ejemplo, ha seguido una política de alejar algunas de sus instalaciones de las áreas céntricas y mejor comunicadas de la ciudad. Para que un alumno (o cualquier ciudadano), por ejemplo, pueda consultar un libro que ocupa en la Biblioteca Pública del Estado (manejada por la U de G) debe, en la gran mayoría de los casos, imprimir una significativa huella de carbono en perjuicio del medio ambiente, e invertir mucho tiempo de traslado. O no ir (poca afluencia).

Esta práctica de abandonar las áreas consolidadas tapatías colabora además activamente para restarle vitalidad y viabilidad al centro. Teodoro González de León, no lo olvidemos, señalaba que el principio del desastre del centro de México fue el traslado de la comunidad universitaria de la Unam hacia el lejano campus del Pedregal.

El Iteso, por su parte, tuvo un inicio prometedor, hacia 1957, cuando comenzó a crear una red de planteles, cuatro o cinco, en el centro de la ciudad. El espejismo de los campus a la manera norteamericana, del Tec de Monterrey y de la Unam, fomentó la plusvalización de los lejanos terrenos donados por don José Aguilar, y sus áreas colindantes, a través de la creación, hacia 1962, del actual campus al sur de la mancha urbana. Queda la especulación, aún vigente: ¿qué sería haber continuado con el sistema céntrico, como la Universidad de Salamanca, la Sorbona y tantas otras? ¿Qué sería hacerlo ahora?

Ambas universidades hacen esfuerzos por mejorar sus efectos perjudiciales sobre el medio ambiente. La U de G acaba de anunciar que adquirió 29 vehículos eléctricos y 9 híbridos para integrarlos en su flotilla compuesta de centenares vehículos convencionales. El Iteso, por su parte, ha convertido su campus en un admirable jardín botánico y trata sus propias aguas residuales. Además ha prohibido el unicel, y está haciendo la lucha por cancelar el uso de los popotes y las botellas de PET, junto con el fomento a las prácticas del transporte compartido y la bicicleta.

Habría, además de estos loables esfuerzos, que profundizar drásticamente en otras medidas. La U de G, por ejemplo, podría regresar una parte significativa de la biblioteca del Estado (no un pedacito) a la Casa de la Cultura Jalisciense del Agua Azul. Podría, en vez de continuar alejando sus instalaciones, desarrollar en las inmediaciones del citado parque, estratégicamente situadas en el corazón metropolitano y que ofrecen grandes oportunidades, un gran distrito universitario (ya hay otro pie de cría: el Teatro Diana). Otra oportunidad: restaurar integralmente el Jardín Botánico (conforme a la ilustración original del proyecto del siglo XVIII que se acompaña) y que es parte integral, clínica y educativa del frontero Hospital Civil, manejado por la propia U de G.

O el Iteso, por ejemplo. Bien podría descentralizar su campus, ya pletórico y congestionadísimo de coches, a la manera como muy meritoriamente lo empezó a hacer con gran éxito y aceptación de su comunidad y del público en general, con la Casa Iteso-Clavijero, instaurada hace más de diez años en la Casa González Luna de Luis Barragán. Bien se habla de los beneficios ambientales de las aproximadamente 40 hectáreas del campus-jardín con el que cuenta. Pero nunca se habla de la incalculable y mayúscula huella de carbono (y del altísimo desperdicio de tiempo y desgaste humano), que ha representado históricamente, y representa hoy, el cotidiano traslado de los miles de integrantes de su comunidad hasta dicho campus. Porque, paradójicamente, entre más queda el campus rodeado de desarrollo urbano, más complicado, tardado y contaminante es llegar a él: más se aleja en términos reales. Esto se aplica a todos los centros educativos periféricos (el Tec, etcétera).

Las universidades tienen una indeclinable y esencial obligación cívica. Una de las primeras es impulsar la sustentabilidad (en todos los sentidos) de sus ciudades, de sus comunidades. Los tiempos y las circunstancias cambian: es más que hora de que los centros educativos replanteen su papel en la urbe, de que se superen esquemas obsoletos y dañinos, de que apuesten por una verdadera modernidad.

Fuente: http://opinion.informador.com.mx/Columnas/2017/01/20/las-universidades-su-huella-de-carbono-y-la-verdadera-modernidad/

Imagen: http://ep00.epimg.net/ccaa/imagenes/2013/08/06/valencia/1375814820_020515_1375815150_noticia_normal.jpg

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El desafío educativo de 2017.

Por: Juan María Segura.

La educación es la actividad que mayor capacidad transformadora y oportunidades de progreso demostró a lo largo de toda la historia de la humanidad, generando ciencia, medicina e instituciones, y asegurando la transferencia de valores y legados de generación en generación. Dentro de la práctica educativa, el concepto de la calidad obró siempre como una fuerza aspiracional poderosa, animando a actores e instituciones a superar sus propios límites, ya sea a través de la innovación en formatos y prácticas de enseñanza, como en la calidad de los contenidos generados para apuntalar dinámicas de aprendizajes significativos.

Cada época impone retos y desafíos particulares que el sistema educativo y sus actores deben comprender e integrar a sus prácticas, transformándolos en propuestas originales y en ofertas relevantes para los nuevos problemas emergentes. En este sentido, el comienzo del siglo XXI se presenta como un momento de cambio trascendental y paradigmático en la historia de la humanidad.

Nunca antes la raza humana experimentó un salto cualitativo de tal magnitud y proporciones en sus condiciones de vida. Nunca. Los progresos anteriores, todos, el fuego, la lanza, la pólvora, el cultivo de las plantas, la escritura, la imprenta, la medicina, la energía eléctrica, la máquina de combustión, el automóvil, la energía nuclear, palidecen frente a lo ocurrido a partir de la invención de internet y de la liberación del flujo de información en el mundo. Repentinamente, el mundo moderno que puso al hombre en la luna y que creo máquinas, infraestructura y sistemas universales de derechos, finalmente está dando paso a un nuevo formato de sociedad hiperconectada, descentralizada, que trabaja y co-crea en red.

En este nuevo contexto sociocultural y tecnológico, el hombre debe enfrentar con dinamismo y determinación problemáticas que por su complejidad, originalidad o escala requieren nuevos abordajes. Las prácticas y recetas del pasado solo pueden aportar, en el mejor de los casos, una parte de la solución de dichos problemas.

En comparación con la situación vivida bajo el paradigma de la información escasa, en donde se definía a un analfabeto por su incapacidad para leer y escribir, en la actualidad avanzamos hacia un contexto organizativo en el cual se reconocerá a un analfabeto por su incapacidad para aprender y desaprender en un entorno de hiperconectividad y sobreabundancia de información. Esta afirmación, compartida por científicos y especialistas, obliga a poner especial atención en los procesos cognitivos involucrados en el aprendizaje a lo largo de toda la vida, no solo en los primeros años de vida y no exclusivamente dentro de los muros de un aula como la conocemos.

Nuevos saberes y competencias son exigidos. Iluminados por los avances de las neurociencias, y apuntalados por el robustecimiento de las teorías del aprendizaje, se vuelve tan necesario como posible dotar a aprendices y ciudadanos de una mirada cosmopolita, crítica y holística del mundo, pero a la vez despertar en ellos la sensibilidad necesaria frente a las culturas y causas locales, y el activismo y protagonismo explícito ante problemáticas que afectan la sustentabilidad del planeta.

En el inicio del año 2017, es mi deseo que los actores políticos y las instituciones de educación en Argentina se animen a innovar. Educar en un entorno VUCA (por los términos en ingles volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad) es el mandato de estos tiempos para educadores e instituciones.

Entiendo las lógicas de la política, las necesidades de mayorías en las cámaras del Congreso y la teoría del pato rengo. Pero con la educación no se juega, y mucho menos en este contexto histórico de transformación.

En marzo, una vez que se hagan públicos los resultados del Operativo Aprender, finalmente sabremos con precisión lo mal que rinde el sistema de educación nacional. ¿Estamos preparados para actuar? ¿Estamos capacitados para proponer transformaciones que cambien el curso de esta historia? ¿Estamos decididos a arriesgarnos? ¿Deseamos ser arquitectos del nuevo sistema, con todo el trabajo que ello supone? Deberíamos.

Fuente:  http://www.lagaceta.com.ar/nota/715308/opinion/desafio-educativo-2017.html

Imagen: http://img.lagaceta.com.ar/fotos/notas/2017/01/16/tmb2_715308_201701152056440000001.jpg

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Empoderar a las mujeres contra la desigualdad

Por Baher Kamal

La infraestructura de Liberia fue destruida durante la guerra civil (1989-2003). Unas niñas caminan en el pueblo de Totota, en el condado de Bong, mirando las vivendas demolidas por las autoridades para reconstruir las calles. Crédito: ONU Mujeres.

 (IPS) – En el contexto actual en que ocho hombres concentran la misma riqueza que la mitad más pobre de la humanidad, se observa que, en general, las mujeres son las que están en peor situación; se necesitarían 170 años para que percibieran el mismo salario que los hombres.

La población femenina, que suele emplearse en los sectores mal pagos, sufren una gran discriminación laboral, asumen una desproporcionada carga de trabajo no remunerado y suelen encontrarse en la base de la pirámide, observó Oxfam Internacional, una coalición de 19 organizaciones que trabajan en 90 países.

“Si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, habrían unas 150 millones de personas menos con hambre en el mundo”: Neven Mimica.

En su informe “Una economía para el 99 por ciento”, presentado el 16 de este mes, Oxfam Internacional se refirió a cómo las grandes corporaciones y las personas súper ricas avivan la actual crisis de desigualdad.

La coalición entrevistó a trabajadoras de una fábrica de ropa de Vietnam, quienes trabajan 12 horas al día, seis días a la semana, y aún así, apenas si pueden arreglárselas con el dólar por hora que cobran por fabricar ropa para las grandes marcas mundiales.

Además, “los gerentes generales de esas compañías están entre las personas mejor pagas del mundo”, subraya el informe.

¿Por qué?

“Las mujeres son mayoría en los empleos peor pagados y menos seguros, al tiempo que asumen gran parte de la responsabilidad de las tareas de cuidado no remuneradas”, puntualizó Anna Ratcliff, responsable de medios y de la campaña “Even It Up” (Acabemos con la desigualdad extrema, en español) de Oxfam.

“No es un accidente; nuestro actual modelo económico depende de ese suministro de trabajo barato o gratuito”, apuntó.

Cuando se recortan los servicios públicos porque las grandes corporaciones y las personas más ricas no pagan los impuestos correspondientes, las mujeres suelen ser las más perjudicadas, dijo Ratcliff a IPS. Por ejemplo, cuando la educación no es gratuita, la población femenina es la queda afuera, acotó.

“Las mujeres sufren discriminación en sus hogares y también institucional, pues las élites política y económica están dominadas por hombres; las ocho personas más ricas son hombres, al igual que 89 por ciento de las que son multimillonarias”, observó.

Ratcliff subrayó que es necesario gestionar las economías para que las mujeres puedan tener las mismas oportunidades que los hombres.

“Por ejemplo, asegurando un acceso equitativo a la educación, ofreciendo mejores servicios de cuidados infantiles, además de más asequibles, invirtiendo en servicios e infraestructura básica y combatiendo normas sociales relacionadas con el papel de las mujeres en la sociedad”, indicó.

Si las mujeres tuvieran los mismos recursos que los hombres

Están entre los más pobres de los pobres, y a pesar su contribución fundamental y de constituir la mitad de los trabajadores rurales, las campesinas son las mayores víctimas de la desigualdad.

“Si las mujeres tuvieran el mismo acceso a los recursos que los hombres, habrían unas 150 millones de personas menos con hambre en el mundo”, observó Neven Mimica, comisario de Cooperación Internacional y Desarrollo de la Unión Europea (UE).

Empoderar a las mujeres contra la desigualdad

Las campesinas de Uganda necesitan mejores herramientas de mano y de tracción animal. Crédito: IFAD.

Incluso, Mimica estimó que la producción agrícola aumentaría casi una tercera parte.

“Suele decirse que educando a una mujer, se educa a toda una generación. Lo mismo ocurre cuando las empoderamos en distintos ámbitos, no solo mediante el acceso al conocimiento, sino también a los recursos, ofreciéndoles igualdad de oportunidades y dándoles voz”, indicó.

“Sin embargo, las estadísticas actuales muestran que nos quedamos cortos en esos ámbitos”, se lamentó Mimica, en el marco de una reunión de alto nivel realizada en diciembre.

La organización del encuentro estuvo a cargo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Comisión Europea, la Presidencia eslovaca del Consejo de la UE, y contó con la colaboración del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y ONU Mujeres.

Ademas, puntualizó el comisario de la UE, “sabemos que las niñas y los niños tienen mejores perspectivas de futuro si sus madres son saludables, tienen tranquilidad económica y educación; en especial en los primeros 1.000 días de vida”.

Las mujeres representan la mitad de los trabajadores rurales

En los países en desarrollo, las mujeres representan 45 por ciento de los trabajadores rurales, yendo de 20 por ciento en América Latina hasta 60 por ciento en algunas zonas de África y Asia, según FAO.

“Y son muy trabajadoras, en África y Asia Pacífico, suelen laborar entre 12 y 13 horas más por semana que los hombres”, precisa la FAO.

En general, ellas tienen menos probabilidades que los hombres de tener el control de la tierra, y el suelo de sus terrenos suele ser de mala calidad: menos de 20 por ciento de los propietarios de tierras son mujeres.

“Las campesinas generan ganancias productivas y reinvierten hasta 90 por ciento de sus ingresos en el hogar, dinero que se gasta en alimentación, salud, educación y actividades generadoras de ingresos, lo que ayuda a romper el ciclo de la pobreza”, precisa la agencia.

Lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres “no solo es hacer lo correcto, sino que es un elemento fundamental en la lucha contra la extrema pobreza, el hambre y la malnutrición”, subrayó el director general de la FAO, José Graziano da Silva, en la reunión de alto nivel.

“Las mujeres son el pilar de nuestro trabajo en agricultura”, subrayó, y representan 45 por ciento de la fuerza laboral rural en los países en desarrollo y hasta 60 por ciento en algunas regiones de África y Asia, precisó.

Los datos ponen de relieve la importancia de que las trabajadoras rurales tengan las mismas oportunidades, subrayó el director general de la FAO.

A cerrar la brecha de género

En la reunión de alto nivel, la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural de Eslovaquia, Gabriela Matecná, quien presidió el Consejo de la UE en el segundo semestre de 2016, observó: “La brecha de género le cuesta caro a la sociedad en términos de producción agraria, de seguridad alimentaria y de crecimiento económico”.

A pesar de que las mujeres constituyen casi la mitad de los trabajadores rurales, son propietarias de menos de 20 por ciento de las tierras. Además, la población femenina representa 60 por ciento de las personas que sufren hambre de forma crónica, observó.

“Cuando inviertes en un hombre, inviertes en una persona. Cuando inviertes en una mujer, inviertes en una comunidad”, remarcó el presidente de IFAD, Kanayo F. Nwanze.

“Una y otra vez vemos que la igualdad de género abre las puertas para que comunidades enteras refuercen la seguridad alimentaria y nutricional y mejoren su bienestar social y económico”, observó.

“Empoderar a las mujeres es, por cierto, empoderar a la humanidad”, subrayó.

“Solo empoderando a las campesinas podremos destrabar la fuerza del sistema de alimentación global. Es fundamental brindarles apoyo para crear resiliencia, construir empresas más fuertes y promover la seguridad alimentaria a largo plazo”, observó Denise Brown, directora de emergencias del PMA.

Por su parte, la directora de programa de ONU Mujeres, María Noel Vaeza, subrayó: “Cerrar la brecha de género en la agricultura generará múltiples dividendos en materia de desarrollo, como la igualdad de género para las mujeres rurales, seguridad alimentaria y reducción de la pobreza, mejor gestión climática y sociedades más pacíficas”.

Traducido por Verónica Firme

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/01/empoderar-a-las-mujeres-contra-la-desigualdad/

Imagen: cdn.ipsnoticias.net/wp-content/uploads/2017/01/desigualdad1-629×420.jpg

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Cómo enseñar a la ciudadanía digital a sus estudiantes

Por Claudia Garcia

Del mismo modo que los estudiantes tienen que aprender a ser buenos ciudadanos dentro de su comunidad, tienen que saber cómo comportarse y ser una parte positiva de la comunidad digital. La ciudadanía digital es una responsabilidad importante que todo el mundo tiene que entender, ya que sintetiza como muchos aspectos del comportamiento y acciones como la interacción física.

Dependiendo de la edad del estudiante, hay diferentes áreas que se pueden enfocar. A medida de la edad del estudiante, usted tiene que asegurarse de que su comprensión y capacidad de ser un buen ciudadano digital surja.

Comenzando con el peligro de los extraños y el acoso cibernético, los estudiantes tendrán que seguir para aprender acerca de este aspecto de la tecnología a lo largo de su carrera educativa. En la segunda parte de esta pieza, hablaremos de tres maneras en que usted puede enseñar a la ciudadanía digital a sus estudiantes.

La incorporación sin problemas en las lecciones diarias

La mejor manera de asegurar que los niños entiendan sobre ciudadanía digital es construir adecuadamente las lecciones diarias. Mediante la práctica de todos los días, se convierte en una segunda naturaleza, independientemente de la edad de los estudiantes. Tampoco se requiere mucho tiempo o esfuerzo extra ya que está usando la tecnología diariamente.

Cuando los estudiantes hacen presentaciones, puede resaltar los derechos de autor y los derechos intelectuales. Para los estudiantes más jóvenes, se puede destacar temas como el plagio y citar sus investigaciones. A medida de la edad del niño, se puede empezar a preguntarles cómo les gustaría que su trabajo sea explicado y usado por otros. Haga que piensen en cómo se sentirían si alguien fuera a sacar provecho de su trabajo duro, especialmente si se hizo sin su consentimiento.

Para enseñar acerca de la importancia de tener cuidado en línea, usted puede crearle a su hijo, cuentas en línea sobre temas de estudio a fines. Estas páginas les enseñarán a pensar acerca de las personas de una nueva perspectiva, así como mostrar cómo ser respetuoso y pertinente con los demás durante un chat en esas páginas.

Encontrar los recursos adecuados

Esta sugerencia es probablemente el más difícil, pero no por falta de recursos. Con el cambio rápido de la tecnología, las nuevas herramientas y recursos están en constantemente publicación. Uno de los más beneficiosos para los educadores son los foros y paneles de discusión donde los maestros, administradores, profesores, y otros en la industria, comparten sus experiencias e ideas.

Teniendo en cuenta que usted quiere ser capaz de incorporar las lecciones diarias en la ciudadanía, los recursos deben ayudar a simplificar la incorporación.

Algunas aplicaciones proporcionan una excelente manera de enseñar a los estudiantes en cualquier rango de edad, aunque puede ser difícil encontrar aplicaciones que funcionan en un entorno escolar. Una gran cantidad de dispositivos también están disponibles, aunque pueden tener un costo prohibitivo. Cosas como Google Cartón, trabaja para mantener los costos al mínimo.

En última instancia, la colaboración es la mejor manera de encontrar los mejores recursos para sus lecciones.

Centrarse en temas basados en grupos de edad de los alumnos

Al empezar a encontrar nuevas y emocionantes maneras de enseñar la ciudadanía digital, no se olvide de considerar la edad de los niños. Cada año de la escuela requerirá un enfoque y nivel de complejidad diferente. Usted tiene que mantener los objetivos y las expectativas apropiadas para la edad que usted está educando.

En los primeros años en la educación, la atención se centrará en temas como el peligro de los extraños y cómo estar seguros cuando usan Internet, pero también se tendrán que introducir temas como el acoso cibernético para que puedan aprender cómo tratar a los demás en línea, y cómo reaccionar cuando alguien excede los límites de respeto.

Necesitará foros y paneles que se pueden supervisar. A medida que los niños alcanzan la edad para poder utilizar Facebook (13 de acuerdo con los términos y condiciones de Facebook), entonces es necesario introducir la preocupación por las redes sociales y cómo comportarse.

Sus lecciones tendrán que hacer frente a los posibles problemas y soluciones adecuadas cuando aparecen nuevas tecnologías y aplicaciones.

Fuente: https://revistaeducacionvirtual.com/archives/2837

Imagen: https://revistaeducacionvirtual.com/wp-content/uploads/2017/01/ecosistema-730×487.jpg

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